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El cuerpo se sostiene e impulsa mediante las extremidades, las cuales tienen una
dirección determinada denominada “Aplomo”, que corresponde a la dirección que
sigue el eje de los miembros en relación con el plano medio del cuerpo y con el suelo
(Toucedo, 1977), es decir, es la dirección que tienen los miembros bajo el tronco,
considerados en la estación y en la marcha. Se consideran correctos aquellos en los
que en la posición estáticopostural, los diferentes rayos óseos se disponen de tal
manera, que el sostén del cuerpo se realiza con el mínimo de fatiga y el máximo de
seguridad, permitiendo que los movimientos de progresión, retroceso y lateralidad se
lleven a cabo en las condiciones más favorables (Olhagaray, 1984).
• Si los aplomos de los miembros son “Ideales”,
existe una alta probabilidad de que las
dimensiones de los cascos sean adecuadas,
que los pasos sean simétricos, que el
desplazamiento de los miembros se realice
paralelamente al plano medio del cuerpo y
que el peso del cuerpo sea soportado
equitativamente por los miembros.
• Por el contrario si son defectuosos estas características se ven alteradas,
lo que es un factor condicionante de fenómenos de adaptación a las
circunstancias imperantes con el posible desarrollo de afecciones
osteoarticulares de los miembros y del pie del equino. Cuanto mayor sea
la desviación, más severos serán los trastornos, pues las presiones se
distribuyen mal, lo que a la larga se traduce en una marcha irregular.
Estas desviaciones deben ser motivo de especial cuidado para los
encargados que realizan los herrajes. La mayor importancia de los
aplomos es desde el punto de vista clínico. Según un estudio realizado
por Deppe (1988), entre 1980 y 1987, sobre los casos ingresados al
Hospital Veterinario de la Universidad Austral de Chile se desprende que
aproximadamente el 40% pudo tener como causa predisponente y a
veces hasta determinante la presencia de aplomos defectuosos. Por esto,
criar caballos preocupándonos de una buena conformación de aplomos
es, de alguna manera, el inicio de la medicina preventiva en materia de
la patología de la locomoción Como evaluar los aplomos
• La alineación correcta de las extremidades se mide con la
ayuda de una plomada —una cuerda con un peso al final que
la mantiene recta. Frente:La plomada se coloca en la punta
del hombro —articulación escápulo-humeral— y se deja caer
en línea recta hacia el suelo. Para comenzar la evaluación la
plomada no debe moverse y debe caer diez centímetros por
delante del casco de un animal normal o con buenos
aplomos, de no ser así, entonces presenta una mala
conformación o defectos en aplomos del miembro anterior.
Esto es bastante serio, ya que los caballos sostienen el 60 %
de su peso corporal con los miembros anteriores.
Lateral:La línea plomada se
coloca en la mitad del antebrazo
y en su cara anterior, cae
libremente hacia el suelo y divide
en dos partes iguales al
miembro.
• La evaluación debe realizarse: