Así, bajo la tutela de la nueva consigna peronista, elturismo obrero o social, se ensayaron los
planes vacacionales y excursiones populares. El ocio popular comprendió dos coordenadas
claramente visualizadas: las áreas marginales que se hallaban en la órbita de Parques Nacionales y aquellos ya elegidos por las elites y las clases medias. Mientras las primeras emergieron pausadamente, Mar del Plata y Córdoba ocuparon el centro de la agenda pública. La retórica justicialista era rotu