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CERTIFICADO DE

ENERGIAS LIMPIAS /
BONOS DE CARBONO
SURGIMIENTO

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)


presenta el estudio “Certificados de Energía Limpia y sus
consideraciones para promover la inversión”.

Los Certificados de Energía Limpia (CEL) surgen en


diciembre de 2013 con la aprobación de la Reforma
Energética, en particular a partir de la Ley de la Industria
Eléctrica. Dichos certificados son un instrumento de
mercado que busca alcanzar mayor generación de
energía eléctrica a partir de fuentes de energía limpia.
¿Qué es un Certificado de Energía Limpia?

La Ley de la Industria Eléctrica (LIE) define en su artículo


3, fracción VIII, los Certificados de Energías Limpias (CEL)
como aquel título emitido por la Comisión Reguladora de
Energía (la Comisión) que acredita la producción de un
monto determinado de energía eléctrica a partir de
Energías Limpias y que sirve para cumplir los requisitos
asociados al consumo de los Centros de Carga.
Dicho cumplimiento debe atender una lógica de verdadera
y legitima reducción de emisiones a partir de la fecha que
se ha establecido estas metas y, por lo tanto, evitar la
simulación que fomenta el recién publicado acuerdo por el
que se modifican los lineamientos que establecen los
criterios para el otorgamiento del certificado de energías
limpias y los requisitos para su adquisición, publicados en
el diario oficial de la federación el 31 de octubre del 2014.
Esta validación es controlada por la Comisión Reguladora de Energía
(CRE) que, en caso de no cumplimiento, puede imponer a los obligados
multas que van de 6 a 50 salarios mínimos por cada CEL no adquirido.
El Suministrador Calificado debe cumplir la obligación a nombre del
usuario calificado, y éste último tiene que pagar por él. Por lo tanto, la
oferta y demanda de los CEL no sólo es un acuerdo, sino un requisito
indispensable para la operación del MEM.
La obligación del pago los CEL es para todos (uso doméstico,
industrias, comercios, gobiernos, etc.) y es indistinta al origen del
suministro, es decir, están obligados por igual aquellos que consumen
energía renovable y/o convencional. La obligación para este año se
estableció en 5% del total de la energía consumida durante el año. Así,
por ejemplo, si un comercio consumió 1000 MWh/año, deberá pagar 50
CEL. Esta obligación se incrementa cada año: para 2019 el porcentaje
aumentará a 5.8% y continuará subiendo año con año. Para 2021, a
10.9%; y en 2022 el mínimo requerido será 13.9%.
BONOS DE CARBONO
Los bonos de carbono son un mecanismo internacional para
reducir las emisiones de CO2 que contribuyen al calentamiento
global. Son uno de los tres mecanismos propuestos en el
Protocolo de Kioto para mitigar las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) en los países desarrollados y fomentar el
desarrollo sostenible y la inclusión social en los países en
desarrollo. La transacción de los bonos de carbono permite
mitigar la generación de GEI, beneficiando a las empresas que
no emiten o disminuyen la emisión y haciendo pagar a las que
emiten más de lo permitido.
Se trata de un sistema que ofrece incentivos económicos para
que las empresas y gobiernos contribuyan a la mejora de la
calidad medioambiental y se consiga regular las emisiones
generadas por sus procesos productivos, considerando el
derecho a generar emisiones como un bien canjeable y con un
precio establecido en el mercado. Un bono de carbono
representa el derecho a emitir una tonelada de dióxido de
carbono.
Si por ejemplo una empresa desarrolla un proyecto de
disminución de emisiones de CO2 de forma voluntaria y está
interesada en vender su cuota excedente a otra que esté
obligada a reducir sus GEI, puede hacerlo a través del mercado
de carbono.
• Inicialmente los bonos de carbono fueron una propuesta
lanzada por la economista argentina Graciela Chichilnisky en
1993 y posteriormente, en 1997, fue incluida dentro de los
mecanismos de desarrollo limpio del Protocolo de Kioto. Este
protocolo entró en vigor en 2004.
Bonos de Carbono y Certificados de Emisiones
Reducidas (CER)
Las emisiones de GEI se miden en toneladas de CO2
equivalente, y en este sistema se traducen en bonos
de carbono. Un bono de carbono se convierte en un
Certificado de Emisiones Reducidas (CER) y por lo
tanto, un CER equivale a una tonelada de CO2 que se
deja de emitir a la atmósfera.

Los bonos de carbono puede ser vendidos a países del


Anexo I del Protocolo de Kioto, es decir, a todos los
países industrializados. Pueden ser adquiridos por
individuos y empresas interesadas en la reducción de
su huella de carbono, ya sea voluntariamente o en
cumplimiento de sus compromisos de reducción de
emisiones.
Resultados previstos:

• La Alianza de Líderes sobre la Fijación del Precio del Carbono trabaja con
asociados en pos del objetivo a largo plazo de la aplicación de un precio
del carbono en toda la economía mundial, con la meta de duplicar, al 25
% en 2020, el porcentaje de emisiones mundiales abarcadas por precios
expresos del carbono, y de duplicarlo otra vez, al 50 % en una década.

Cifras y datos básicos:

• Cuarenta y dos Gobiernos nacionales y 25 Gobiernos subnacionales han


puesto un precio al carbono.
• Se necesitarán otros USD 700 000 millones al año en 2030 para financiar
la transición hacia economías de bajos niveles de emisión de carbono.
• Los ingresos recaudados en virtud de la fijación del precio del carbono
ascienden a más de USD 20 000 millones por segundo año consecutivo.
• Casi 1400 empresas incluyen un precio interno del carbono en sus
planes de actividades, entre ellas, más de 100 empresas que figuran en
la lista Fortune Global 500 con ingresos anuales conjuntos de USD 7
billones.
Bibliografías:
• CRE: Comisión reguladora de energía
• CEMDA: Centro Mexicano de derecho ambiental
• Diario EL UNIVERSAL
• Banco mundial
• https://fundacionmundosinfronteras.org/

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