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LA EDUCACIÓN MORAL COMO

ADQUISICIÓN DE HÁBITOS

Por José Luis Castrejón Malvaez


Tesis:

Construir una sociedad civil con vigor ético


exige que, aquellos valores que deberían
realizarse, se transmitan a las generaciones más
jóvenes.
Problema

¿Cómo transmitir
actitudes y valores
por medio del
proceso educativo?
Una cuestión previa

¿Nos
interesa
hacerlo?
DEJAR UN
¿Vale la LEGADO MORAL
pena
hacerlo?
¿Puede enseñarse a alguien querer ser bueno?
¿Es posible enseñar a alguien a ser
justo, honrado, bueno?
Atención:

Los seres humanos se


especifican por tener la
capacidad de modelar el
carácter con el que nacen.
El espacio de la ética sería el que conduce
desde el carácter con el que nacemos al que
vamos adquiriendo, al que nos interesa
adquirir porque nos “acondiciona” mejor para
vivir bien.
Sin embargo,
La modernidad ha incidido en
exceso en la importancia de los
deberes y las normas para la
moral y ha descuidado el papel de
las virtudes.
Gran contradicción:
¿Cómo tratar de enseñar a alguien que debe
intentar ser autónomo, que debe intentar
respetar a los demás, e incluso ser solidario, si
después “sale a la vida” y se encuentra con que
al autónomo, respetuoso y solidario le corren a
garrotazos?
Ocurre con las virtudes y los vicios que,
aunque son personales, dependen en
muy buena medida de la situación
social, porque determinadas
condiciones sociales afectan a las
personas y van generando una actitud
generalizada y difícil de superar.
Sin embargo,
Es imposible a
cualquier ser humano
llegar a juicios
verdaderos o
correctos en solitario,
sin ayuda de otros.
Igualmente
Si yo no estoy convencido de que
algo resulta moralmente
plenificante o es deber, no lo voy
a percibir como una exigencia, o
como una invitación moral, así la
humanidad entera lo tenga por
bueno.
LAS OFERTAS O LAS EXIGENCIAS
MORALES NO TIENEN FUERZA
ATRACTIVA O EXIGITIVA SI EL PROPIO
SUJETO NO LAS EXPERIMENTA COMO
TALES.
Conclusión:

Es urgente tomar buena nota de que somos


las propias personas las que, asumiendo
nuestra “soberanía moral”, o mejor,
asumiendo nuestra autonomía, hemos de
llegar a juzgar qué tenemos por correcto y
qué tenemos por bueno.
Bibliografía:
CORTINA, Adela, La ética de la sociedad civil, Ed. Anaya, España,
1994, pp. 17-30.
Gracias por su amable atención

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