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Las emociones

De manera literal, si recurrimos a la etimología de


la palabra, el concepto de emoción significa
movimiento.

J.L.Prieto
¿De qué hablamos cuando nos referimos a las
emociones?. ¿Con qué procesos psicológicos están
relacionadas y cuáles son sus funciones?

Depende de la perspectiva teórica que adoptemos

Propuesta teórica:
Perspectiva sistémica, psicobiológica, genética y
sociocultural.

J.L.Prieto
¿Cómo se construyen las emociones desde el Marco
neurocientífico, sistémico (Panksepp) y evolucionista
(Ledoux y Berridge)?
La formación de las emociones se produce a
partir de los procesos primarios, secundarios y
terciarios que operan en distintas zonas del
cerebro.
Cuando hablamos de emoción debemos de tener en cuenta si nos
encontramos ante un proceso/mecanismo conductual y cerebral
primario, innato, automático y vinculado a la supervivencia; secundario,
aprendido, mesolímbico, semivoluntario y de alto valor adaptativo; o
terciario y de control consciente que se procesa en la corteza cerebral
(Panksepp).

En primer lugar tenemos los procesos primarios, por ejemplo, la


reacción ante un estímulo nociceptivo, como un pinchazo, que provoca
siempre dolor físico y viene acompañado de una respuesta inmediata de
retirada o movimiento muscular, con una respuesta que está integrada a
nivel medular. La respuesta emocional la podemos considerar como de
desagrado o malestar.

A partir de esta asociación automática e involuntaria entre un estímulos


incondicionado (E.I, pinchazo) y una respuesta incondicionada (R.I,
dolor), se van a condicionar múltiples estímulos sociales, produciendo
por sí mismos, respuestas de temor o miedo: agujas, personas, voces
Por lo tanto, el condicionamiento del miedo ya no es un proceso
primario sino secundario, dado que no es automático y requiere del
aprendizaje. Se integra a nivel mesolímbico, en la amígdala, utilizando
circuitos preexistentes que se activan y modifican.

La sola visión de la aguja provoca ansiedad y miedo al pinchazo. Sin


embargo, aceptamos que nos pinchen porque consideramos
racionalmente que es bueno para nuestra salud futura. Este proceso
consciente es de carácter terciario, está integrado en la corteza cerebral
y es de arriba abajo, permitiendo controlar al individuo sus propios
miedos.
Hasta el momento se conocen bastante bien los mecanismos cerebrales
que constituyen los procesos primarios y secundarios, pero no los
terciarios, que residen en la corteza cerebral. Sin embargo, sabemos que
los seres humanos como el resto de los vertebrados están sujetos a la
enorme presión de los procesos primarios, como el dolor, o de los
secundarios, como el miedo, lo que les puede llevar a una falta de control
o de regulación consciente y voluntaria de la corteza cerebral; región en
la que opera nuestra capacidad para desarrollar lo que denominamos
autorregulación emocional o inteligencia emocional. De este modo, en
estados de miedo intenso perdemos nuestra capacidad de autorregulación
y podemos tomar decisiones precipitadas y peligrosas, como sucede
frecuentemente en la conducción de vehículos o caer en estados de pánico
y bloquear las respuestas.

Los niños menores de 2 años son un claro ejemplo de la falta de


autorregulación consciente y del dominio de los procesos primarios y
secundarios. En ellos, por ejemplo, un enfado por frustración se inicia con
facilidad pero cuesta mucho inhibirlo.
Estímulos que desencadenan procesos primarios:

Lesión-dolor; hambre-comida en la boca-salivación; falta


de oxígeno-búsqueda de oxígeno, vomitivos-vómitos.

Situaciones estimulares que desencadenan procesos


emocionales secundarios:

Asociación de un objeto con una reacción de dolor o


placer: Miedo, alegría (formados por condicionamiento
clásico, E.C – E.I).
Retirada del refuerzo positivo esperado: frustración-
enfado-ira.
Perdida de la figura de apego: tristeza, enfado, irritación.
Objetos nuevos: Exploración.
 Bebé llorando: Cuidado del bebé.
Personas atractivas: Deseo sexual.
Miedo intenso: pánico
Procesos terciarios:

Autorregulación linguística y cognitiva.


Identificación y comprensión de las emociones, sentimientos y
afectos propios y de los otros.
Empatía.
Autoregulación de las emociones y de la expresión social de las
emociones.
Regulación de las emociones de los otros.
Conocimiento de los modelos emocionales culturales.
Automotivación
Resistencia o tolerancia a la frustración
Control de los impulsos y retraso de la gratificación.

Emociones más elaboradas, como la vergüenza o la culpa podrían considerarse


como procesos terciarios.
Los sistemas emocionales según Panksepp
(Secundarios)

1.- Sistema de búsqueda o exploración de lo desconocido

2.- Sistema de deseo sexual (Lust): Combinación de


deseo y placer.
3.- Sistema de cuidado o crianza (vinculado a
la formación del Apego)
4.- Sistema de juego

5.- Sistema de miedo


6.- Sistema de rabia o ira
7.- Sistema de pánico
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Tabla nº
Emociones: Uso, discriminación y categorización en el desarrollo en los 3 primeros años
(Siegler, 2014, cap. 10)

Edad Reacción emocional Expresión Nivel de Discriminación en Denomina Utiliza Ejemplos más
(expresión facial procesamient otros con palabras referencias significativos
inicial) o cerebral sociales en su
uso

2m Alegria,satisfacción, Primario Entre 4 y 7 m Entre 2 y 3 A partir de los Succión del pecho


felicidad años 8 meses. materno
2m Alegria, satisfacción, Sonrisa social Primario Entre 4 y 7 m Entre 2 y 3 A partir de los Sonrisa del adulto
felicidad años 8 meses
4m Alegria, satisfacción, Risa Primario Entre 4 y 7 m Entre 2 y 3 A partir de los Sonidos del adulto
felicidad años 8 meses
2m Angustia/dolor Primario Entre 4 y 7 m Entre 3 y 4 A partir de los Dolor físico:
años 8 meses oídos, estómago…
2m Enfado, tristeza, Primario Entre 4 y 8 m. Entre 3 y 4 A partir de los Llanto por hambre
frus-tración años 8 meses
4-7 m Sorpresa Primario Entre 4 y 7 m. Entre 3 y 4 A partir de los
años 8 meses
7m Miedo Secundario Entre 3 y 4 A partir de los Miedo al dolor.
(emociones años 8 meses Miedo a los
aprendidas) extraños.
Miedo a la
separación de la
figura de apego
A partir de Orgullo, culpa, Terciario Entre 9 y 10 Vergüenza o culpa
24 m verguenza (emociones años tras saltarse la
autocons- norma.
cientes)

J.L.Prieto
Diversas interpretaciones
sobre el concepto de emoción

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1º - Respuestas orientativas y de alerta ante
estímulos intensos, con fines de atracción o defensivos.
Se acompañan de alteraciones fisiológicas.

En este sentido, las emociones están fuertemente


vinculadas a la supervivencia y suelen estar asociadas a
respuestas inmediatas del organismo ante estímulos de
peligro o altamente deseables, ante los cuales
reaccionamos primero e interpretamos después. En
consecuencia, se considera que los estímulos son
codificados a nivel subcortical, en una primera
instancia, e interpretados posteriormente en nuestra
corteza cerebral.

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Son de naturaleza no consciente, secundarias y se aprenden por
condicionamiento clásico y operante.

Tienen una función adaptativa y son compartidas por la mayoría de


los vertebrados.

Emociones básicas: Cautela/ miedo, placer/alegria,


enfado/ira/frustración.

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2º - Sentimientos

Todas las emociones, desde las más primitivas a las más


sutiles son objeto de mediación cognitiva. Esto significa que
la información sensorial es codificada e interpretada en la
neocorteza. Para este propósito el lenguaje juega un papel
fundamental.

Todas las emociones vividas van a ser interpretadas e


integradas en nuestra identidad narrativa (Bruner, 1997)
como parte de una o múltiples historias. Esto permite dar
tanto coherencia y sentido a nuestras experiencias
emocionales, como facilitarnos el diálogo y la comunicación
con los otros.

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Ejemplos: La culpa/responsabilidad y la vergüenza.

Los sentimientos de culpa/responsabilidad o de


vergüenza se desarrollan a partir de los 3 años y están
muy vinculados a los estilos familiares. La primera
entendida como responsabilidad implica una
reparación personal del acto realizado. El padre le
diría: Si has roto el coche debes arreglarlo. El niño
intentaría arreglar el coche para reducir o eliminar la
responabilidad.

Sin embargo, la verguenza es más inhabilitadora,


dado que el niño manifiesta una incapacidad para
actuar y una pérdida de la autoestima. El padre le
diría: Eres una vergüenza para la familia. Eres un
mal hijo. El niño sentiría vergüenza y se sentiría
impotente, sin intentar hacer nada.
3 – Estados emocionales o afectivos sin causa u
objeto aparente

En ocasiones, los individuos gozamos o padecemos de


estados emocionales o sentimentales, por ejemplo de euforia
o de tristeza, que perduran en el tiempo (horas o días), que no
obedecen a una causa anterior, a un objetivo o intención y
que no se encuadran dentro de un escenario psicótico.
Además, no encontramos en la persona afectada razones
objetivas ni subjetivas que nos expliquen su estado afectivo.

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4º - Los deseos, motivos, intenciones, objetivos,
expectativas o la simple curiosidad tienen en
común tanto, tanto la presencia real o simbólica de un
objeto, presente o futuro a través del cual satisfacer al
sujeto, como un alto contenido emocional.

En todos los casos hay una intensa interpretación cognitiva, que


es más intensa cuánto más se demora el objeto deseado.
Satisfacción o frustración total o parcial acompañan al sujeto en
este proceso.

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5º - Los vínculos afectivos son una fuente muy
importante de emociones.

Como ya planteó Bowlby (1986), imbricando la teoría


etológica y el psicoanálisis, el niño tiene en común, con las
especies más evolucionadas, la predisposición a construir
vínculos afectivos en los primeros meses de la vida.

Entre los vínculos afectivos más comunes se encuentran:


el apego, la amistad y el enamoramiento. En cada uno de
ellos podemos encontrar a su vez diversas modalidades.

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6º - Las emociones están vinculadas a otros
procesos psicológicos: lenguaje, atención,
memoria y cognición

La comunicación y el lenguaje no se pueden comprender


sin involucrar a las emociones. No obstante, si bien
juegan un papel muy importante en toda la vida del
individuo, van a tener un papel fundamental en el primer
año de la vida del niño. Como señaló Wallon (1987), la
mediación afectiva regula el desarrollo psicológico del
niño.

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La comunicación es prelinguística durante los primeros
meses del bebé, apoyándose en aspectos prosódicos del
lenguaje y en recursos no verbales. Por este motivo,
algunos autores hablan de la presencia de un lenguaje
emocional que tendría sus antecedentes en el primitivo
diálogo intersubjetivo que se establece entre la madre y
el niño sobre los 2-3 meses. Trevarthen denominó
intersubjetividad primaria a este diálogo inicial,
encontrando en él patrones conversacionales.

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Este diálogo emocional, entre madre-padre e hijo,
fundamentado inicialmente en precarios y confusos
significantes (gestos, sonrisas, llantos, sonidos guturales y
otros), se va sustituyendo progresivamente por un
lenguaje articulado con significantes definidos, que
proporciona claridad, precisión y eficacia a la comunicación.
No obstante, el soporte emocional, gestual y prosódico de la
comunicación, no va a desaparecer, pero va a perder su papel
principal, para seguir participando en la comunicación como
sistema subsidiario del lenguaje convencional, en especial
del lenguaje oral.

J.L.Prieto
Aunque a partir del primer año, el empleo del lenguaje
articulado se hace evidente, no va a ser hasta
aproximadamente el tercer año, cuando el lenguaje
convencional se convierte en el medio de comunicación
predominante.

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Además de los vínculos con el lenguaje podríamos
explorar las relaciones de las emociones con otras
funciones psicológicas superiores, entre las que se
encuentran: la atención, la memoria, la percepción y la
cognición.

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Por ejemplo, para llamar la atención, se utilizan
diferentes estrategias comunicativas, desde subir la
intensidad del sonido a presentar de manera atractiva el
inicio de una exposición. No obstante, en todos los casos
se busca estimular emocionalmente al sujeto para centrar
su atención.
Una vez que hemos motivado o emotivizado la atención,
hace falta mantenerla durante todo el proceso
comunicativo. Para ello las percepciones sucesivas deben
de ser reforzadas emocionalmente.

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Las emociones sirven tambien para almacenar y
evocar memorias de una manera más efectiva. A nadie se
le escapa que todo acontecimiento asociado a un intenso
episodio emocional permite un mayor y mejor
almacenamiento y evocación de lo sucedido.

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Y por último, las emociones juegan un papel
fundamental en el proceso de razonamiento y en la
toma de decisiones. En todo momento se produce una
acción concertada entre la corteza cerebral y la parte más
antigua del cerebro: la que genera las emociones. En este
sentido, no podemos decir que las emociones son lo
opuesto a la cognición dado que no actúan de manera
separada. En consecuencia, si se suprimen los
sentimientos de la tarea cognitiva, ésta pierde su
sistemas de orientación.

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Un cerebro regulador de las
emociones

J.L.Prieto
El mundo emocional de la persona es muy rico y variado
en matices. No obstante, en cada momento se produce
un claro predominio de unas emociones sobre otras.
De este modo la euforia, el interés, la ira, el miedo o el
dolor ante la separación son tan intensas que, cada una de
ellas inhibe otras respuestas emocionales.

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Por esta razón, no debemos de hablar de emociones sino
de sistemas emocionales (Panksepp, 2014). En cada uno
de ellos, como señalan Flores y Dierssen (2000), existe un
proceso de mando que permite activar unas áreas
cerebrales concretas e inhibir otras, que activan, a su vez,
patrones coherentes de conducta emocional y sentimientos
asociados.

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Los sistemas emocionales según Panksepp
1.- Sistema de búsqueda o exploración de lo desconocido
2.- Sistema de deseo sexual (Lust): Combinación de
deseo y placer.

3.- Sistema de cuidado o crianza

4.- Sistema de juego

5.- Sistema de miedo

6.- Sistema de rabia o ira


7.- Sistema de pánico
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Esto significa que no hay emoción sin proceso mental y
cognitivo, y que, probablemente, todos los pensamientos
evocan emociones. A su vez, no hay emoción que no
evoque una consecuencia fisiológica o conductual. En
definitiva, el sistema cognitivo y emocional forman una
unidad de imposible disolución.

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Las emociones operan de modo interactivo en muchos
niveles jerárquicos dentro del cerebro, y estos niveles, a
su vez, se comunican entre sí bidireccionalmente. Esto
significa que la conciencia afectiva experimentada
internamente va poder influir sobre la conducta de
diversos modos. Esta conciencia afectiva puede no ser
decisiva para promover rápidas respuestas emocionales,
pero sí para marcar estrategias psicoconductuales a
largo plazo. De hecho, nuestro aparato cognitivo es capaz
de modular profundamente las tendencias emocionales
(Mora, 2000, pp 146).

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En la actualidad empezamos a disponer de la
tecnología necesaria (fármacos, equipos de scanner,
técnicas de resonancia magnética, estudios genéticos,
optogenética..) para descifrar con cierto grado de
precisión los sistemas emocionales. Además se empiezan
a conocer muchos de los circuitos cerebrales, así como los
mecanismos de neurotransmisión química que son
producidos por los sistemas, como evidencian los estudios
de Pankseep, Berridge y Ledoux, entre otros).

Además, empezamos a saber que las diferencias entre


sistemas; por ejemplo entre el miedo, el placer y el dolor,
son a veces muy pequeñas, si las comparamos desde el
punto de vista anatómico y fisiológico, participando en
algunos casos los mismos neurotransmisores, órganos y
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circuitos cerebrales (Berridge).
A través de la tecnología inmunocitoquímica, se pueden
descubrir en animales de experimentación los
neuropéptidos que participan de cada sistema emocional.

A su vez, por medio de la tecnología genética se pueden


detectar las neuronas que son activadas en determinadas
experiencias conductuales que producen, por ejemplo, la
resistencia al estrés; detectando, a su vez, los factores
genéticos de transcripción que se expresan en esas
circunstancias. Por ejemplo, en los estudios de Meaney (
), sobre regulación epigenética del estrés, se demostró que
los ratones más lamidos por las madres en su infancia
eran más resistentes al estrés cuando fueron adultos que
los no lamidos por sus madres.
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De este modo se perfilarían las estructuras y los circuitos
neuronales que intervienen en la conducta y la expresión
de las emociones, así como la relación con los otros
sistemas psicológicos.

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A pesar del estrecho vínculo entre la conciencia afectiva y
la estrictamente cognitiva, podemos establecer una
diferencia entre ambas, muy especialmente a partir de la
información que nos proporcionan los estudios evolutivos
en el niño y la psicopatología.

De este modo, algunas estructuras neocorticales


responsables de la interpretación cognitiva son de
aparición más tardía que otras estructuras más antiguas
del cerebro u otras estructuras corticales y subcorticales.
En consecuencia tenemos respuestas emocionales
lentas, de fuerte contenido interpretativo y respuestas
afectivas rápidas. Tanto unas como otras tienen un
indudable valor adaptativo.

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Desde una perspectiva evolutiva y atendiendo a los datos
que nos proporciona la psicopatología nos encontramos
con individuos que han alcanzado un buen nivel de
conciencia afectiva, a través de estructuras corticales y
subcorticales de desarrollo más primitivo, pero que
carecen o presentan de forma muy deficitaria una
capacidad interpretativa que aparece más tardíamente
en el desarrollo cortical. Tal es el caso de los síndrome de
Down y otras patologías, en los que destaca una intensa
vida afectiva y grandes dificultades para ejercer el control
sobre la misma.

J.L.Prieto
El mundo emocional de la persona es muy rico y
variado en matices. No obstante en cada momento se
produce un claro predominio de unas emociones sobre
otras. De este modo, por ejemplo, la euforia, el interés, la
ira, el miedo o el dolor ante la separación son tan intensas,
que cada una de ellas inhibe otras respuestas emocionales.

J.L.Prieto
Tal y como plantean Flores y Dierssen (2000), el
problema actual reside en comprobar en un individuo
concreto cómo el mundo de la interpretación
consciente y de la evaluación modula o regula la
conciencia afectiva y cómo ésta última, y en qué grado,
puede influir sobre el mundo cognitivo y emocional. En
este sentido, los investigadores se plantean el predominio
de un elemento u otro.

En términos neuroanatómicos y neuroquímicos parece


que el flujo ascendente es predominante, lo que explica
el hecho de que las emociones y los afectos influyan sobre
nuestras decisiones de forma masiva y permanente. Sin
embargo, el alto grado de desarrollo cortical alcanzado
por nuestra especie nos lleva a un intenso control sobre
nuestras emociones y sus expresiones.
J.L.Prieto
F i g u r a 1 . C i r c u i t o s c e r e b r a l e s i n v o l u c r a d o s e n l o s s i s te m a s a f e c t i v o s , m o t i v a c i o n a l e s ,
e m o c io n a le s y c o g n itiv o s

A c tiv id a d c e r e b r a l q u e in te r v ie n e e n
s e n tim ie n t o s y e m o c io n e s

E s tí m u lo s e n s o ria l

C o rt e z a s s o m a to s e n so r ia l e s
C o rte z a s s e n s o ria le s p r im a ria s
P o r e j: a u d iti v a .

C o rte z a s d e o rd e n su p e r io r

C o rte za
P re fro n ta l
G a n g l io s
b a sa le s
A m í g d a la C o rte za
c in g u la d a
a n terio r

H ip o tá la m o

N ú cleo s S iste m a S iste m a T e l é n c e fa l o


v e g e ta t iv o s M o to r en d o crin o y b a sa l y tr o n c o
n e u r o p é p tid o s c ere b ra l

E s ta d o e m o c io n a l d e l
o rg a n ism o

J.L.Prieto
Referencias
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Berridge, K.C & Kringelbach, (2013). M.L. Neuroscience of affect: brain mechanisms of pleasure and displeasure.
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Bruner, J. (1997). La educación puerta de la cultura. Madrid. Visor.
Flores y Dierssen (2000) Cerebro disminuido: el valor de la emoción y la motivación, en F. Mora (edt) El cerebro
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Fisher, H. (2004). ¿Por qué amamos?. Naturaleza y química del amor romántico. Madrid. Santillana
Goleman, D. (1996). Inteligencia Emocional. Kairos. Barcelona.
Hirigoyen, M.F. (1999) El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana. Barcelona. Paidos
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Panksepp, J. (2011). Empathy and the Laws of Affect. Science, 334, 1358-1359.
Campbell, G. (Interviewer). & Panksepp, J. (Interviwee). (2014) Retrieve from Brain Science Podcast. Episode #91.
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Trevarthen, C. (1983). Interpersonal Abilities of infantis as generators for transmission of language and culture. En
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Trevarthen, C. y Logotheti, C. (1987) First symbols and the nature of human knowledge. En Symbolism et
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Mora, F. (2000) ¿Qué son las emociones y sentimientos?, en F. Mora (edt). El cerebro sintiente Ariel. Barcelona
Wallon, H. (1987) Psicología y educación del niño. Una comprensión dialéctica del desarrollo y la Educación
Infantil. Madrid, Visor-Mec.

J.L.Prieto

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