Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
J.L.Prieto
¿De qué hablamos cuando nos referimos a las
emociones?. ¿Con qué procesos psicológicos están
relacionadas y cuáles son sus funciones?
Propuesta teórica:
Perspectiva sistémica, psicobiológica, genética y
sociocultural.
J.L.Prieto
¿Cómo se construyen las emociones desde el Marco
neurocientífico, sistémico (Panksepp) y evolucionista
(Ledoux y Berridge)?
La formación de las emociones se produce a
partir de los procesos primarios, secundarios y
terciarios que operan en distintas zonas del
cerebro.
Cuando hablamos de emoción debemos de tener en cuenta si nos
encontramos ante un proceso/mecanismo conductual y cerebral
primario, innato, automático y vinculado a la supervivencia; secundario,
aprendido, mesolímbico, semivoluntario y de alto valor adaptativo; o
terciario y de control consciente que se procesa en la corteza cerebral
(Panksepp).
Edad Reacción emocional Expresión Nivel de Discriminación en Denomina Utiliza Ejemplos más
(expresión facial procesamient otros con palabras referencias significativos
inicial) o cerebral sociales en su
uso
J.L.Prieto
Diversas interpretaciones
sobre el concepto de emoción
J.L.Prieto
1º - Respuestas orientativas y de alerta ante
estímulos intensos, con fines de atracción o defensivos.
Se acompañan de alteraciones fisiológicas.
J.L.Prieto
Son de naturaleza no consciente, secundarias y se aprenden por
condicionamiento clásico y operante.
J.L.Prieto
2º - Sentimientos
J.L.Prieto
Ejemplos: La culpa/responsabilidad y la vergüenza.
J.L.Prieto
4º - Los deseos, motivos, intenciones, objetivos,
expectativas o la simple curiosidad tienen en
común tanto, tanto la presencia real o simbólica de un
objeto, presente o futuro a través del cual satisfacer al
sujeto, como un alto contenido emocional.
J.L.Prieto
5º - Los vínculos afectivos son una fuente muy
importante de emociones.
J.L.Prieto
6º - Las emociones están vinculadas a otros
procesos psicológicos: lenguaje, atención,
memoria y cognición
J.L.Prieto
La comunicación es prelinguística durante los primeros
meses del bebé, apoyándose en aspectos prosódicos del
lenguaje y en recursos no verbales. Por este motivo,
algunos autores hablan de la presencia de un lenguaje
emocional que tendría sus antecedentes en el primitivo
diálogo intersubjetivo que se establece entre la madre y
el niño sobre los 2-3 meses. Trevarthen denominó
intersubjetividad primaria a este diálogo inicial,
encontrando en él patrones conversacionales.
J.L.Prieto
Este diálogo emocional, entre madre-padre e hijo,
fundamentado inicialmente en precarios y confusos
significantes (gestos, sonrisas, llantos, sonidos guturales y
otros), se va sustituyendo progresivamente por un
lenguaje articulado con significantes definidos, que
proporciona claridad, precisión y eficacia a la comunicación.
No obstante, el soporte emocional, gestual y prosódico de la
comunicación, no va a desaparecer, pero va a perder su papel
principal, para seguir participando en la comunicación como
sistema subsidiario del lenguaje convencional, en especial
del lenguaje oral.
J.L.Prieto
Aunque a partir del primer año, el empleo del lenguaje
articulado se hace evidente, no va a ser hasta
aproximadamente el tercer año, cuando el lenguaje
convencional se convierte en el medio de comunicación
predominante.
J.L.Prieto
Además de los vínculos con el lenguaje podríamos
explorar las relaciones de las emociones con otras
funciones psicológicas superiores, entre las que se
encuentran: la atención, la memoria, la percepción y la
cognición.
J.L.Prieto
Por ejemplo, para llamar la atención, se utilizan
diferentes estrategias comunicativas, desde subir la
intensidad del sonido a presentar de manera atractiva el
inicio de una exposición. No obstante, en todos los casos
se busca estimular emocionalmente al sujeto para centrar
su atención.
Una vez que hemos motivado o emotivizado la atención,
hace falta mantenerla durante todo el proceso
comunicativo. Para ello las percepciones sucesivas deben
de ser reforzadas emocionalmente.
J.L.Prieto
Las emociones sirven tambien para almacenar y
evocar memorias de una manera más efectiva. A nadie se
le escapa que todo acontecimiento asociado a un intenso
episodio emocional permite un mayor y mejor
almacenamiento y evocación de lo sucedido.
J.L.Prieto
Y por último, las emociones juegan un papel
fundamental en el proceso de razonamiento y en la
toma de decisiones. En todo momento se produce una
acción concertada entre la corteza cerebral y la parte más
antigua del cerebro: la que genera las emociones. En este
sentido, no podemos decir que las emociones son lo
opuesto a la cognición dado que no actúan de manera
separada. En consecuencia, si se suprimen los
sentimientos de la tarea cognitiva, ésta pierde su
sistemas de orientación.
J.L.Prieto
Un cerebro regulador de las
emociones
J.L.Prieto
El mundo emocional de la persona es muy rico y variado
en matices. No obstante, en cada momento se produce
un claro predominio de unas emociones sobre otras.
De este modo la euforia, el interés, la ira, el miedo o el
dolor ante la separación son tan intensas que, cada una de
ellas inhibe otras respuestas emocionales.
J.L.Prieto
Por esta razón, no debemos de hablar de emociones sino
de sistemas emocionales (Panksepp, 2014). En cada uno
de ellos, como señalan Flores y Dierssen (2000), existe un
proceso de mando que permite activar unas áreas
cerebrales concretas e inhibir otras, que activan, a su vez,
patrones coherentes de conducta emocional y sentimientos
asociados.
J.L.Prieto
Los sistemas emocionales según Panksepp
1.- Sistema de búsqueda o exploración de lo desconocido
2.- Sistema de deseo sexual (Lust): Combinación de
deseo y placer.
J.L.Prieto
Las emociones operan de modo interactivo en muchos
niveles jerárquicos dentro del cerebro, y estos niveles, a
su vez, se comunican entre sí bidireccionalmente. Esto
significa que la conciencia afectiva experimentada
internamente va poder influir sobre la conducta de
diversos modos. Esta conciencia afectiva puede no ser
decisiva para promover rápidas respuestas emocionales,
pero sí para marcar estrategias psicoconductuales a
largo plazo. De hecho, nuestro aparato cognitivo es capaz
de modular profundamente las tendencias emocionales
(Mora, 2000, pp 146).
J.L.Prieto
En la actualidad empezamos a disponer de la
tecnología necesaria (fármacos, equipos de scanner,
técnicas de resonancia magnética, estudios genéticos,
optogenética..) para descifrar con cierto grado de
precisión los sistemas emocionales. Además se empiezan
a conocer muchos de los circuitos cerebrales, así como los
mecanismos de neurotransmisión química que son
producidos por los sistemas, como evidencian los estudios
de Pankseep, Berridge y Ledoux, entre otros).
J.L.Prieto
A pesar del estrecho vínculo entre la conciencia afectiva y
la estrictamente cognitiva, podemos establecer una
diferencia entre ambas, muy especialmente a partir de la
información que nos proporcionan los estudios evolutivos
en el niño y la psicopatología.
J.L.Prieto
Desde una perspectiva evolutiva y atendiendo a los datos
que nos proporciona la psicopatología nos encontramos
con individuos que han alcanzado un buen nivel de
conciencia afectiva, a través de estructuras corticales y
subcorticales de desarrollo más primitivo, pero que
carecen o presentan de forma muy deficitaria una
capacidad interpretativa que aparece más tardíamente
en el desarrollo cortical. Tal es el caso de los síndrome de
Down y otras patologías, en los que destaca una intensa
vida afectiva y grandes dificultades para ejercer el control
sobre la misma.
J.L.Prieto
El mundo emocional de la persona es muy rico y
variado en matices. No obstante en cada momento se
produce un claro predominio de unas emociones sobre
otras. De este modo, por ejemplo, la euforia, el interés, la
ira, el miedo o el dolor ante la separación son tan intensas,
que cada una de ellas inhibe otras respuestas emocionales.
J.L.Prieto
Tal y como plantean Flores y Dierssen (2000), el
problema actual reside en comprobar en un individuo
concreto cómo el mundo de la interpretación
consciente y de la evaluación modula o regula la
conciencia afectiva y cómo ésta última, y en qué grado,
puede influir sobre el mundo cognitivo y emocional. En
este sentido, los investigadores se plantean el predominio
de un elemento u otro.
A c tiv id a d c e r e b r a l q u e in te r v ie n e e n
s e n tim ie n t o s y e m o c io n e s
E s tí m u lo s e n s o ria l
C o rt e z a s s o m a to s e n so r ia l e s
C o rte z a s s e n s o ria le s p r im a ria s
P o r e j: a u d iti v a .
C o rte z a s d e o rd e n su p e r io r
C o rte za
P re fro n ta l
G a n g l io s
b a sa le s
A m í g d a la C o rte za
c in g u la d a
a n terio r
H ip o tá la m o
E s ta d o e m o c io n a l d e l
o rg a n ism o
J.L.Prieto
Referencias
Barg, G (2011) Bases neurobiológicas del apego. Revisión temática. Cienc. Psicol. vol.5 no.1 Montevideo.
Berridge, K.C & Kringelbach, (2013). M.L. Neuroscience of affect: brain mechanisms of pleasure and displeasure.
Current Opinion in Neurobiology. 23: 294-303,.
Bowlby, J. (1986), Vínculos afectivos, formación desarrollo y pérdida. Madrid. Morata
Bruner, J. (1997). La educación puerta de la cultura. Madrid. Visor.
Flores y Dierssen (2000) Cerebro disminuido: el valor de la emoción y la motivación, en F. Mora (edt) El cerebro
sintiente. Ariel. Barcelona
Fisher, H. (2004). ¿Por qué amamos?. Naturaleza y química del amor romántico. Madrid. Santillana
Goleman, D. (1996). Inteligencia Emocional. Kairos. Barcelona.
Hirigoyen, M.F. (1999) El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana. Barcelona. Paidos
Ledoux, J. (2014) Coming to terms with fear. Center for Neural Science and Department of Psychology, New York
University, New York.
LeDoux JE. (2012) Rethinking the Emotional Brain. Neuron, Volume 73, Issue 4, Pages 653-676,
Panksepp, J. (2011). Empathy and the Laws of Affect. Science, 334, 1358-1359.
Campbell, G. (Interviewer). & Panksepp, J. (Interviwee). (2014) Retrieve from Brain Science Podcast. Episode #91.
Siegler, R; DeLoache, J & Eisenberg, N. (2014) How children develop. New York . Worth Publishers
Trevarthen, C. (1983). Interpersonal Abilities of infantis as generators for transmission of language and culture. En
A. Oliverio y M. Zapella (Eds). The behaviour of human infants. London and New York: Plenum.
Trevarthen, C. y Logotheti, C. (1987) First symbols and the nature of human knowledge. En Symbolism et
connaisance. Geneva: Cahiers No.8, pp 65-92.
Mora, F. (2000) ¿Qué son las emociones y sentimientos?, en F. Mora (edt). El cerebro sintiente Ariel. Barcelona
Wallon, H. (1987) Psicología y educación del niño. Una comprensión dialéctica del desarrollo y la Educación
Infantil. Madrid, Visor-Mec.
J.L.Prieto