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FORMAS LITERARIAS DE LA

IDENTIDAD
LITERATURA E IDENTIDAD
NM4
PROF. ÁLVARO GARCÍA V.
FORMAS LITERARIAS DE LA IDENTIDAD
La frontera entre realidad y ficción, confesión y arte,
se ve desplazada en la literatura contemporánea,
creando nuevas formas de escritura que tienen
como fuente principal de información e inspiración
las propias experiencias y vivencias del autor, son
los denominadas ESCRITURAS DE YO, que
pertenecen a los denominado géneros híbridos,
debido a la ruptura anteriormente mencionada.

En LAS ESCRITURAS DEL YO, conviven tres


expresiones: El Autorretrato, La Memoria, y La
Autobiografía
FORMAS LITERARIAS DE LA IDENTIDAD
AUTORRETRATO

Género que tiene su génesis en la pinturas, en la


literatura es la descripción de una persona hecha
por ella misma. Se trata de una descripción
subjetiva, pues el autor selecciona y destaca los
rasgos que lo definen desde un punto de vista
personal. Es uno de los ejercicios de análisis más
profundos que puede hacer un artista. Implica
escrutarse el rostro y conocerse hasta tal punto
que la expresión que tenga en ese momento se
traduzca en escritura.
Por mi parte soy o creo ser duro de nariz,
mínimo de ojos, escaso de pelos en la cabeza,
creciente de abdomen, largo de piernas,
ancho de suelas, amarillo de tez,
generoso de amores, imposible de cálculos,
confuso de palabras, tierno de manos,
lento de andar, inoxidable de corazón,
aficionado a las estrellas, mareas, maremotos,
admirador de escarabajos, caminante de arenas,
torpe de instituciones, chileno a perpetuidad,
amigo de mis amigos, mudo de enemigos,
entrometido entre pájaros, maleducado en casa,
tímido en los salones, arrepentido sin objeto,
horrendo administrador, navegante de boca
y yerbatero de la tinta, discreto entre los animales,
afortunado de nubarrones, investigador de mercados,
oscuro en las bibliotecas, melancólico en las cordilleras,
incansable en los bosques, lentísimo de contestaciones,
ocurrente años después, vulgar durante todo el año,
resplandeciente con mi cuaderno, monumental de apetito,
tigre para dormir, sosegado en la alegría,
inspector del cielo nocturno, trabajador invisible,
desordenado, persistente, valiente por necesidad,
cobarde sin pecado, soñoliento de vocación,
amable de mujeres, activo por padecimiento,
poeta por maldición y tonto de capirote.

Pablo Neruda
FORMAS LITERARIAS DE LA IDENTIDAD
MEMORIA

Una memoria, como género literario, es una


subclase de autobiografía. Las memorias pueden
parecer menos estructuradas y exhaustivas que
los trabajos autobiográficos más formales.
Generalmente los líderes políticos y militares
escriben memorias.
Las memorias no cubren todo el periodo de la vida
de la persona que la escribe, sino solamente un
periodo concreto de la misma, una lapso
cronológico determinado
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MEMORIA DE UNA PRÁCTICA PROFESIONAL (Fragmento)

recordar: del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.

eso es lo que debería ser una memoria, volver a pasar por el corazón aquellas
cosas que más nos llamaron la atención, porque obviamente una memoria no
puede recoger todos los aspectos, pero sí el que la lea se debe quedar con unas
ideas globales muy claras.

no caer en folios y folios en los que dices muchas cosas, pero en muchas ocasiones
no parecen que hayan sido pasadas por el corazón, sino escritas de forma
mecánica y sin un porqué, y por la existencia al final de una nota.

recogeré las actuaciones que por una u otra razón me pusieron en guardia y me
hicieron cuestionarme cosas, o simplemente me emocionaron.

recuerdo que al comienzo de estas prácticas me propuse que aquellos niños que
eran más distantes conmigo me los debía ganar, y al terminar… así fue. Espero que
no suene a prepotencia, es así, a uno de esos niños le costaba mostrar sus
sentimientos y no solía ser besucón y el último día no paró de darme besos y de
preguntarme que si ya no iba a volver más. además fue el que me puso el "te
quiero" más grande en el dibujo que me hicieron a modo de recuerdo.
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AUTOBIOGRAFÍA

La autobiografía (del griego autos = «propio»,


βίος bios= «vida» y γράφειν grafos= «escritura»)
es la narración de una persona o la historia hecha
por el propio objeto de ella misma mostrando su
nacimiento, sus logros, sus fracasos, sus gustos y
demás cosas que ha vivido. Es un género literario
que en gran medida se sitúa en la frontera entre
literatura e historia.
Soy Mabel, nací en la ciudad de La Plata el 18 de octubre de 1948. Recuerdo
que era primavera, que a los pocos días florecieron los tilos y que cierta
noche explotaron bellísimos fuegos artificiales. Escuché que alguien comentó
que era el aniversario de la ciudad, pero yo sigo pensando que fue para
festejar mi nacimiento. Lo mejor de todo es que sigue sucediendo cada año…,
tendré que hablar con el intendente para que alguna vez, todo ocurra el
mismo día de mi cumpleaños.
De pequeña me gustaba jugar con las muñecas horas y horas. Yo siempre era
la mamá de muchos niños .Será por eso que cuando fui grande llegaron a mi
vida los de verdad: Leonardo, Sebastián, Fernando, Federico y Luciano (eso
sí, dieron un poco más de trabajo que las muñecas)
También me encantaba escaparme al parque Saavedra, que estaba muy cerca
de mi casa, y permanecer sentada en un banco observando todo lo que me
rodeaba: árboles, caminos, puentecitos de madera, flores, bichos y personas.
Claro que no era una simple observación; yo le inventaba historias a todo lo
que veía y en un cuaderno especial, anotaba mis cuentos y poesías.
Cuando mi mamá se enteró, se emocionó. Cuando mi papá se enteró me dijo
que yo era “una creadora”. Cuando mi hermana se enteró, se rió mucho.
Después dejó de reírse porque sabe que ya publiqué más de 300 cuentos y
200 poesías.
A los seis años, tomé la firme decisión de no ir a la escuela porque no me
gustaban los números. Pero mi mamá insistió tanto, que tuve que ir. Me
esforcé, estudié mucho, fui abandera varias veces y me pusieron en el cuadro
de honor. Pero (Shhh! es un secreto), siguen sin gustarme los números y
todavía cuento con los dedos.

Lo que sí me gustaba mucho, era contar historias, estar con niños, hacerlos
reír y emocionar, disfrutar con ellos. Entonces decidí estudiar para ser
maestra, y después de cinco años me recibí (pero seguía contando con los
dedos)

Después resolví especializarme en Jardín de Infantes y lo hice. Por suerte en


esa carrera no había matemáticas y me recibí con todos los honores.
Pero claro, en todos estos años yo no había dejado de crear y escribir mis
cuentos, poesías, canciones, adivinanzas, trabalenguas y demás cosas que no
tuvieran números. Fue así que un día, una profesora de literatura del instituto
donde obtuve mi título de maestra jardinera, vio mis creaciones y, levantando
su mano derecha, apuntándome con su dedo índice y mirándome a los ojos,
me dijo: -Mabel, si todo esto lo escondés, si no lo hacés conocer… ¡sos una
egoísta!
Y como yo no quería, ni quiero ser egoísta, comencé a publicar y a publicar.
Varios libros yo sola y otros tantos más en colaboración con otros autores. Me
llamaron para escribir para la revista Anteojito y allí, durante diez años,
publiqué un montón de cuentos y poesías. Me comenzaron a llamar de
importantes editoriales (Estrada, Kapelusz, Puerto de Palos, Edebe…) para
participar en libros de texto y yo, que le sigo inventado historias a los
pajaritos y a los bichos que veo pasar, me siento inmensamente feliz.

Como si eso fuera poco, me dieron como treinta premios nacionales e


internacionales. La Dirección General de Escuelas y Cultura de la Provincia de
Buenos Aires otorgó un especial reconocimiento a mis creaciones que circulan
por las escuelas y los jardines de infantes de todo el país.

La Honorable Cámara de Diputados me dio el Premio Mujer Bonaerense


destacada en literatura en el año 1996. Ese mismo año, el señor intendente
de la ciudad de La Plata (el mismo que sigue prendiendo los fuegos artificiales
a destiempo) me otorgó el Premio Mujer Platense en el rubro Literatura.
Los niños me abrazan, me piden que les firme los libros cuando visito sus
colegios y las maestras y los padres me felicitan…

En fin, esto de escribir es algo maravilloso ¡cómo iba a imaginarme que esa
nena de trenzas que se sentaba en el parque Saavedra para inventar charlas
entre dos hormigas, iba a ser conocida fuera de Argentina y, siendo abuela,
iba a seguir escribiendo, escribiendo y escribiendo (y contando con los
dedos).

Autobiografía escrita por la autora para


"7 Calderos Mágicos"

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