Cuando la confianza es honrada y protegida, la familia desarrolla un sentido de seguridad
PSI. JUAN PAREDES LLERENA
“El corazón de la pareja está confiado Cuando la confianza es
honrada y protegida, la familia desarrolla un sentido de seguridad”. La familia es la célula vital de la sociedad formada por personas unidas por lazos consanguíneo y legal es la matriz de la identidad y del desarrollo psicosocial de sus miembros, es un sistema interno de convivencia que crean una misma historia y tienen normas, reglas que comparten entregándose como núcleo de interrelaciones. Para construir una familia fuerte, algunos creen que pueden dejarlo todo a expensas de la suerte o de lo que han aprendido de la vida en sus años de juventud o de lo que les han enseñado sus padres, hermanos o familiares. Los padres tienen la obligación de construir una familia llena de amor, dentro de un matrimonio fiel, unido, con buena comunicación entre todos sus miembros. Además de educar a los hijos con el ejemplo en las virtudes y valores humanos, incluyendo la enseñanza de ayudar y respetar a los abuelos y llevarse bien con los otros familiares. Familia nuclear: Cuando en la familia hay padre, madre e hijos. Monoparental: Cuando el jefe de familia es la madre o el padre. Extendidas: Cuando vive en la familia con otros parientes (tío, abuelos). Reorganizada: cuando el padre o la madre adquiere un nuevo compromiso. Función Biológicas : Cuando engendran hijos. Función Educadora: Forma educa en creencias, valores y hábitos. Función Económica: Cuando satisface las principales necesidades. Función Protectora: Cuando protege la integridad física y mental de los hijos. Es el estado de trastorno y desorganización en que la familia pierde su capacidad de enfrentar diversas situaciones de desafío y problema. La familia disfuncional es cuando la relación entre los miembros se da en un marco de violencia, falta de comprensión y cambios de condiciones de vida. Forma a los hijos sin valores. Se crea resentimiento y frustraciones de los miembros de familia. Al faltar soporte afectivo y material muchos niños y jóvenes los impulsa a tomar cambios radicales (drogas, pandillaje, alcohol). Violencia en sistema familiar. Reconocer nuestros errores. Aceptar la opinión de la pareja. Tratar de resolver el problema. Evitar la violencia y todo tipo de maltrato. Brindar seguridad, afecto y confianza a los hijos. Expresar lo que siente en forma clara. Mirar el rostro de las persona. Escuchar atentamente lo que dice. Expresa lo que sientes con honestidad. Respeta la opinión del otro. Ponte en su lugar. Entiéndelo (a) y compréndelo (a). Evitar reacciones violentas. No se trata solamente de tener unos hijos bien educados, con virtudes y valores humanos, se trata de educarlos también, para que ellos puedan formar en el futuro una familia que tenga hijos fuertes, bien educados. Por eso la formación de los padres, son los cimientos que soportarán la educación de sus hijos y por lo tanto, de la sociedad en general. La educación de los hijos comienza con la de sus padres y abuelos. 1. Estudiar, analizar y practicar las virtudes y valores humanos hasta convertirlos en hábitos. Empezando por la fe, la esperanza, la caridad, la fortaleza, la justicia, la prudencia, la templanza, la generosidad, la honestidad, la honradez, la paciencia, tolerancia, la etc. 2. Enseñar los padres a los hijos, primeramente con el ejemplo, el conocimiento y la práctica de las virtudes y valores humanos, en función de cada una de sus edades y circunstancias. 3. Prevenir a los hijos, ante los graves problemas externos de las drogas, falta de pudor y abstinencia, abortos, bullyng, pandillas, amistades tóxicas, responsabilidad en los estudios, etc. 4. Mantener buenas relaciones con el cónyuge, soportadas en el amor, el diálogo y en la educación, para tener matrimonios felices y duraderos, vigilando la llegada de las banderas rojas, que anuncian los divorcios. Matrimonios de alto riesgo. Se que deben corregirse para evitar el divorcio. 5. Tratar bien a los abuelos y otros familiares, para que sirva de ejemplo a los hijos, para el futuro, fomentando, respetando, vigilando y haciendo cumplir sus derechos adquiridos. 6. Elegir el mejor centro de enseñanza y mantener buenas relaciones con los maestros, sacerdotes y sociedad, en beneficio de la educación personal, académica y religiosa de los hijos, para conseguir el mejor aprovechamiento de los estudios y formación de los hijos. 7. Informarse bien, para aprovechar las ventajas y prevenir los posibles peligros de algunos medios de comunicación o entretenimiento modernos, como el Internet, la televisión, los teléfonos. 8. Preparar y hacer el seguimiento del presupuesto familiar de ingresos, gastos y ahorros a plazo corto, medio y largo. Y compartirlo con los hijos, dependiendo de sus edades. 9. Estudiar la forma de alimentar bien, a todos los miembros de la familia, de forma sana, económica, práctica, apetecible y nutritiva, intentando evitar despilfarros y las enfermedades que conllevan la mala alimentación en función de las tablas y pirámides de nutrición. 10. Administrar bien el tiempo de la familia, fomentando la calidad del dedicado a la educación religiosa, escolar y social, así como el dedicado a la familia, diversión, descanso, formación física, voluntariado, etc. Piense solo por 2 minutos
• ¿Quien lo crió y como fue su crianza?
• ¿Aun vive con la familia de origen, con sus padres, las personas que lo criaron o acogieron en su seno? • ¿Permanecen los lazos afectivos que los unieron en un momento determinado? • ¿Aun tiene contacto con ellos? • ¿Si esta en una necesidad o emergencia, usted podría contar con ellos? “tú eres la persona más influyente en tu hijo y, en todas las edades de la vida, eres el modelo en él que se fijará, sea positivo y/o negativo. Cuidado con lo que predicas y lo que haces. La coherencia es la primera regla en educación. ¡Practícala! ” No camines delante mío, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guié. Camina a mi lado y sé mi amigo. (Albert Camus)