regresó con sus discípulos a Nazaret, su pueblo. MARCOS 6:2
El siguiente día de descanso, comenzó a enseñar
en la sinagoga, y muchos de los que lo oían quedaban asombrados. Preguntaban: «¿De dónde sacó toda esa sabiduría y el poder para realizar semejantes milagros?». MARCOS 6:3
Y se burlaban: «Es un simple carpintero, hijo de
María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros». Se sentían profundamente ofendidos y se negaron a creer en él. MARCOS 6:4
Entonces Jesús les dijo: «Un profeta
recibe honra en todas partes menos en su propio pueblo y entre sus parientes y su propia familia». MARCOS 6:5
Y, debido a la incredulidad de ellos,
Jesús no pudo hacer ningún milagro allí, excepto poner sus manos sobre algunos enfermos y sanarlos. MARCOS 6:6
Y estaba asombrado de su incredulidad. MARCOS 6:2
El siguiente día de descanso, comenzó a enseñar
en la sinagoga, y muchos de los que lo oían quedaban asombrados. Preguntaban: «¿De dónde sacó toda esa sabiduría y el poder para realizar semejantes milagros?». MARCOS 6:3
Y se burlaban: «Es un simple carpintero, hijo de
María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros». Se sentían profundamente ofendidos y se negaron a creer en él. JUAN 1:45
¡Hemos encontrado a aquel de quien
Moisés y los profetas escribieron! Se llama Jesús, el hijo de José, de Nazaret. JUAN 1:46
¡Nazaret!, exclamó Natanael.
¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? MARCOS 6:6
Y estaba asombrado de su incredulidad. MARCOS 6:7
Después Jesús fue de aldea en aldea
enseñando a la gente. Reunió a sus doce 7
discípulos, comenzó a enviarlos de dos en
dos y les dio autoridad para expulsar espíritus malignos. MARCOS 6:8
Les dijo que no llevaran nada para el
viaje, ni comida, ni bolso de viaje, ni dinero sino solo un bastón. , MARCOS 6:9
Les permitió llevar
sandalias pero no una muda de ropa. MARCOS 6:10
Les dijo: «Por todo lugar que
vayan, quédense en la misma casa hasta salir de la ciudad. MARCOS 6:11
Pero si en algún lugar se niegan a
recibirlos o a escucharlos, sacúdanse el polvo de los pies al salir para mostrar que abandonan a esas personas a su suerte».