frecuente. La lesión puede producirse a nivel valvular, subvalvular o supravalvular. Valvular: es la forma mas común 90% y puede ser: A- congénita: por válvula bicúspide o mono cúspide, en cuyo caso los síntomas se manifiestan en la infancia, la adolescencia o la vida adulta. En ocasiones puede asociarse a IA. B- Adquirida secundaria a: 1- Fiebre reumática: representa el 05%de los casos y suele asociarse a compromiso de la válvula mitral. Los síntomas se presenta en la vida adulta. Dos- Degenerativa: por calcificación valvular representa el 50% de las estenosis aortica en mayores de 70 años y se asocia con IA en un 05%. La dislipidemia y la DM son factores de riesgo para su desarrollo. Supravalvular: es poco frecuente 1%, pse manifiesta durante la infancia y mas raramente en la adolescencia.
Subvalvular: representa el 9% de los casos,
sea con obstrucción dinámica o fija. Aparece durante la infancia o en la vida adulta. La endocarditis infecciosa puede complicar su evolución. La existencia de una obstrucción a la salida del ventrículo izquierdo supone una sobrecarga de presión para el ventrículo. Dado que la EA representa una sobrecarga crónica, el ventrículo se hipertrofia y eleva la presión sistólica intraventricular, lo que permite que el paciente permanezca asintomático durante mucho tiempo. El área normal de la válvula aórtica es de 2,5 a 3,6 cm2. No se produce un gradiente significativo hasta que el área se reduce a la mitad. Se habla de EA grave cuando la superficie valvular es inferior a 0,5 cm2/m2 de superficie corporal. La hipertrofia ventricular origina una disminución de la distensibilidad, por lo que la entrada en fibrilación auricular determina un deterioro hemodinámico importante. El paciente con EA puede vivir asintomático largo tiempo incluso durante el ejercicio. Durante el ejercicio, puede producirse isquemia por aumento de la masa miocárdica y baja perfusión, ocasionando angina, arritmias e incluso muerte súbita. En fases finales se produce fracaso y dilatación del Es habitual que los pacientes permanezcan asintomáticos durante periodos prolongados. Los síntomas característico son: angina de pecho, el sincope y la disnea de esfuerzo. Cuando aparece la disnea el promedio de vida es de dos años, de 3 cuando aparece el sincope y de 5 cuando se desarrolla la angina de pecho. Angina de pecho: en forma característica aparece con el esfuerzo y cede con el reposo. El síntoma depende de un desequilibrio entre la demanda y el aporte de oxigeno, como consecuencia de la hipertrofia ventricular. Sincope: por lo común se presenta durante el esfuerzo. Se debe a la reducción de flujo sanguíneo cerebral y su causa es probablemente multifactorial “respuesta vasodepresora, arritmias, hipotensión arterial”. Cuando aparece durante el reposo podría estar relacionado con el surgimiento de arritmias” FA,TV” o trastorno de la conducción “ bloqueo AV”. Disnea: es un síntoma tardío, de evolución progresiva que puede progresar al edema agudo de pulmón. Pulso arterial: es de ascenso lento “tardus” y de amplitud disminuida “parvus”, debido al obstáculo que la válvula estenotica impone a la eyección ventricular. A medida que la obstrucción progresa la presión arterial y la presión de pulso se reducen. Es intenso y sostenido y habitualmente no se encuentra desplazado. La palpación simultanea con el pulso carotideo de escasa amplitud y retardado, deben alertar sobre la probable existencia de esta valvulopatia. Con frecuencia se percibe un frémito sistólico a nivel del segundo y tercer espacio intercostal derecho, cuando la estenosis es valvular o por encima en las formas supravalvulares, en las que el fremito puede irradiarse a cuello. Soplo sistólico Eyectivo Morfología romboidal Timbre rudo, raspante Epicentro se localiza en el área aórtico Se propaga al cuello, en ocasiones de acuerdo a su intensidad a todo el precordio. En los pacientes ancianos y con enfisema se puede auscultar mejor y con un timbre diferente en el área mitral; entonces se lo percibe rudo en el área aórtico y con timbre musical en el área mitral “disociación estetoacustica de Gallavardin”. Primer ruido: no se modifica, aunque su intensidad puede disminuir cuando se compromete la función ventricular. Segundo ruido: se desdobla en forma paradójica y la intensidad del componente aórtico disminuye a medida que aumenta la gravedad de la estenosis. Cuarto ruido: es frecuente como consecuencia de la disminución de la distensibilidad del ventrículo izquierdo. Se ausculta mejor con el paciente sentado e inclinado hacia delante. Las maniobras que incrementan el volumen sistólico (tales como colocarse en cuclillas) aumentan la intensidad del soplo, mientras que las maniobras que aumentan la postcarga (por ejemplo, permanecer de pie y Valsalva) reducen la intensidad del soplo. En el ECG aparece crecimiento ventricular izquierdo. La presencia de crecimiento auricular izquierdo o de FA sugiere la existencia de una lesión mitral asociada. En la radiografía de tórax los dos hallazgos más típicos son el crecimiento ventricular izquierdo con desplazamiento de la punta hacia abajo y afuera y la calcificación valvular. El ecocardiograma permite establecer el diagnóstico de certeza, comprobar el lugar de la estenosis, y medir con precisión su severidad. El cateterismo cardíaco y la coronariografía no son imprescindibles para hacerla indicación quirúrgica, aunque dada la edad de muchos de estos pacientes, en muchos casos se realiza coronariografía antes de la cirugía. Es el reflujo de sangre de la aorta al ventrículo izquierdo a través de una válvula incompetente. Puede deberse a una alteración intrínseca del aparato valvular, ser secundaria a una enfermedad de la raíz aortica que compromete el cierre de las sigmoideas aorticas o bien deberse a ambas causas. Según su forma de presentación puede ser aguda o crónica. Alteración del aparato valvular: puede ser crónica en cuyo caso existe una alteración progresiva, ya seas de la válvula sigmoideas, con fusión, retracción o prolapso de estas o bien del anillo valvular. La fiebre reumática es una causa frecuente de IA crónica y en este caso el tejido fibroso invade y retrae las cúspides valvulares causando Insuficiencia y estenosis valvular: suele asociarse con compromiso de la válvula mitral. Válvula bicúspide: valva anterior grande y redundante, que prolapso durante la diástole hacia el ventrículo izquierdo. En la formas agudas se produce una laceración o perforación de la válvula de instalación rápida. - La endocarditis infecciosa es una de las causas mas frecuentes, sea por compromiso de la válvula sana o mas comúnmente alteradas por una afección reumática o congénita. - Traumatismo cerrados de tórax: puede producir IA aguda por laceración de las estructuras valvulares. Enfermedad de la raíz aortica: puede ser crónica y en esta la dilatación de la raíz aortica involucra al anillo valvular e impide la coaptación adecuada de las sigmoideas. Formas agudas puede ser secundaria a una disección de la raíz aortica que ocasiona una dilatación del anillo “ dilatación idiopática, sx de Marfan, enermedad de Ehlers Danlos, aortitis secundaria” o bien producirse luego de un traumatismo cerrado de tórax. Cuando la válvula aórtica funciona normalmente, solo se abre cuando la presión en el ventrículo izquierdo (VI) es mayor a la presión en la aorta. Esto permite que la sangre sea expulsada desde el VI hacia la aorta durante la sístole ventricular. Después de la contracción, la presión en el ventrículo gradualmente disminuye a medida que se relaja el ventrículo y se prepara para llenarse de nuevo de sangre proveniente de la aurícula izquierda. Esta relajación del VI, durante la diástole ventricular temprana, causa una caída de presión en el VI. Cuando la presión del VI cae por debajo de la presión en la aorta, la válvula aórtica se cierra, previniendo que la sangre en la aorta vuelva al VI. En la insuficiencia aórtica, cuando la presión en el ventrículo izquierdo cae por debajo de la presión de la aorta, la válvula aórtica no es capaz de cerrar completamente. Esto causa un regreso de sangre de la aorta al ventrículo izquierdo. Eso significa que parte de la sangre que ya había sido expulsada del ventrículo, "regurgita" de vuelta al corazón. El porcentaje de sangre que ha salido del ventrículo izquierdo y que regresa de vuelta al corazón a través de la válvula aórtica, a causa de una insuficiencia aórtica, se le llama fracción regurgitante. Por ejemplo, un individuo con una IA que tenga un volumen de eyección de 100 mililitros y si durante la diástole ventricular, 25 ml del volumen de eyección regurgita de vuelta por la válvula aórtica, se ha producido una fracción de regurgitación del 25 %. Una fracción de regurgitación severa está por encima de 40 %, una fracción de regurgitación de 20 % o menos es ligera, y entre 20 % y 40 % es una fracción regurgitante moderada. El flujo regurgitante causa una disminución de la presión sanguínea diastólica en la aorta, y por ende, un incremento en la presión de pulso (uno de los componentes de la tensió arteril), es decir, la diferencia entre la presión sistólica y la presión diastólica, es mayor, algo que no necesariamente implica que haya hipertensión Debido a que parte de la sangre que es expulsada durante la sístole regurgita de vuelta al ventrículo izquierdo durante la diástole, hay un disminuido flujo anterógrado en una insuficiencia aórtica. Una insuficiencia aórtica causa, tanto una sobrecarga de volumen (aumento de la precarga) como de presión (aumento en la poscarga) en el corazón. La sobrecarga de presión, producido por la elevada presión de pulso e hipertensión, causa hipertrofia ventricular izquierda. La hipertrofia del ventrículo izquierdo en la insuficiencia aórtica es concéntrica y excéntrica.La hipertrofia concéntrica es debida a la hipertensión asociada a la insuficiencia aórtica, mientras que la hipertrofia excéntrica es por razón del volumen de sobrecarga causada por la fracción de regurgitación. La hipertrofia y dilatación del ventrículo izquierdo en la insuficiencia aórtica crónica es un mecanismo de compensación ineficaz y, por lo tanto provoca la aparición de la mayoría de los síntomas en el individuo. Insuficiencia aortica crónica: los paciente permanecen asintomáticos durante periodos prolongados. Los primeros síntomas suelen aparecer en la cuarta o quinta década. El mas frecuente es la disnea, inicialmente de esfuerzo, que progresa luego a DPN y edema agudo de pulmón. El sincope es raro y la angina de pecho infrecuente y tardía y solo afecta el 5% de los pacientes. Insuficiencia aortica aguda: los síntomas aparecen súbitamente con disnea, hipotensión arterial, edema agudo de pulmón y colapso circulatorio. Insuficiencia aortica crónica. - Pulso arterial: es amplio “magnus” y de ascenso rapido “celer”; suele percibirse como un golpe abrupto que desaparece con rapidez bajo el pulpejo de los dedos “ pulso saltón, colapsante o en martillo de agua” - El latido arterial es claramente visible en los vasos del cuello “baile arterial” - El pulso puede percibirse rodeando con la mano el antebrazo del paciente con el miembro superior elevado. - En las formas mas grave es posible percibir en la arteria femoral y aun en la carótida, un pulso con un doble impulso separado por un breve colapso, denominado pulso bisferiens. - Puede observarse un movimiento oscilante de la cabeza, sincrónico con el pulso, que se denomina signo de Musset Presión arterial: existe aumento de la presión de pulso o presión diferencia, a causa del aumento de la presión sistólica con disminución de la diastólica. En las formas mas graves, puede encontrarse una diferencia de 30 mm Hg o mas entre la presión sistólica determinada en los miembros inferiores en relación con la registrada en los superiores “signo de Hill”. El aumento de la presión diferencial puede originar otros signos como la pulsación de la úvula “signo de Muller” o el pulso capilar subungueal “ signo de Quincke” Es amplio, intenso y se encuentra desplazado hacia abajo y a la izquierda. Se observa como un latido diagonal. Primer ruido: se encuentra disminuido Segundo ruido: se encuentra disminuido, que puede no auscultarse debido a la disminución o perdida del componente aórtico y al ocultamiento del componente pulmonar por el soplo diastólico. Tercer ruido: como expresión de disfunción ventricular izquierda. Soplo diastólico “holodiastolico” De alta frecuencia y sigue al componente aórtico del segundo ruido. El epicentro es el mesocardio Timbre aspirativo Se propaga siguiendo el borde paraesternal izquierdo. La intensidad es decreciente y puede abarcar toda la diástole en las formas graves. Se ausculta mejor con el paciente sentado o inclinado hacia adelante, en apnea espiratoria y con los miembros superiores elevados, a nivel del tercer y cuarto espacio intercostal y en el borde paraesternal izquierdo En el área mitral, puede percibirse un soplo presistolico o un refuerzo pre sistólico del soplo diastólico que siguiere la existencia de una estenosis mitral, conocido como soplo de Austin Flint, que se debe al cierre prematuro de la válvula mitral cuando existe IA grave. Insuficiencia aortica aguda - Primer ruido: ausente o su intensidad disminuida - Segundo ruido: muestra una intensificación de su componente pulmonar como desarrollo de hipertensión en el circuito menor. - Es frecuente el hallazgo de un tercer y cuarto ruido - El soplo diastólico de insuficiencia valvular se caracteriza por ser breve y de tono bajo, a causa del rápido aumento de la presión de fin de diástole ventricular, que conduce a la rápida reducción del gradiente entre esta cámara y la aorta. Adicional al examen físico, el examen más común usado para la evaluación de la severidad de una insuficiencia aórtica es el ecocardiograma, que es un ultrasonido del corazón, el cual provee imágenes bidimensionales (y en ocasiones, tridimensionales) del tamaño, la forma y el movimiento del corazón y sus válvulas y del chorro regurgitante aórtico(por ejemplo, <60 % del volumen de eyección ventricular) y permite medir la velocidad (generalmente <250 milisegundos) y el volumen del chorro. El ecocardiograma puede además encontrar terminación temprana del flujo mitral (debido al aumento de la presión en el VI) y reverso temprano del flujo diastólico en la aorta descendiente, así como estudios de seguimiento y revaluación en pacientes estables habiendo o no pasado por una intervención quirúrgica. El electrocardiograma puede mostrar hipertrofia del ventrículo izquierdo, de existir, por razón de la sobrecarga diastólica, traduciéndose en un aumento del voltaje en las derivaciones izquierdas. La radiografía del tórax muestra un agrandamiento del ventrículo izquierdo, y los exámenes de laboratorio puede ayudar a descartar otras patologías cardíacas y sistémicas causales de signos y síntomas similares a las del paciente con IA.