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El Taoísmo es tanto una doctrina filosófica como religiosa basada en las enseñanzas del
filósofo chino Laozi (ca. 500 a.C.), que promueve la humildad, la piedad religiosa y el
culto a los espíritus de la naturaleza y de los antepasados.
El taoísmo es uno de los tres grandes pilares filosóficos sobre los que se asienta la
cultura china. Tiene sus orígenes en la época de los magos o chamanes (3000-800 a.C.),
pero es en el periodo clásico cuando se concreta y se desarrolla su pensamiento a través
de los tres grandes maestros taoístas: Laozi, Zhuangzi y Lie-zi.
Frente a los confucianos, los taoístas no buscan la acción colectiva, sino el retiro
individual y el contacto con la naturaleza; por medio de una serie de ejercicios de
meditación, de relajación y de técnicas corporales se puede llegar a la placidez y al
control de la mente, del espíritu. Al promulgar el contacto con la naturaleza y el
apartamiento de la vida social, fomenta la creatividad y la exploración individual, por lo
que influirá especialmente en la literatura y en el arte, mientras que el confucianismo
afectará sobre todo a la configuración política y social de China. Proporciona a los
individuos una dimensión espiritual que sirve de complemento a la sequedad normativa
confuciana.
La forma suprema de bondad es como el agua.
El agua sabe cómo beneficiar a todas las cosas sin combatir con
ninguna.
Va a los lugares que todos desprecian.
Por ello, está cerca del Tao.
Al escoger tu morada, has de saber cómo no apartarte de la tierra.
Al cultivar tu mente, has de saber cómo bucear en las
profundidades ocultas.
Al tratar con los demás, has de saber se amable y bondadoso.
Al hablar, has de saber medir tus palabras.
Al gobernar, has de saber cómo mantener el orden.
Al administrar, has de saber ser eficaz.
Cuando actúes, has de saber escoger el momento oportuno.
Si no luchas contra nadie, estarás libre de todo reproche
Al mantener el espíritu y el aliento vital unidos, ¿puedes conservar su
perfecta armonía?
cuando unificas tu energía vital para alcanzar la flexibilidad, ¿has
alcanzado el estado de un recién nacido?
Cuando purificas e iluminas tu visión interior, ¿la has limpiado de toda
impureza?
Cuando amas a la gente y gobiernas tu estado, ¿eres capaz de
administrar con inteligencia?
Al abrir y cerrar la puerta del cielo ¿puedes emplear tu parte
femenina?
Iluminado y en posesión de amplia y penetrante visión, ¿puedes
permanecer a la vez en un no-hacer desapegado?
¡Engendra a tu gente! ¡Alimenta a tu gente!
¡Engendra a tu gente sin reclamarla como tuya!
¡Haz tu trabajo sin acumular nada por ello!
¡Sé un líder, pero no un carnicero!
A esto se llama la Virtud escondida.
"Acoge la desgracia como agradable sorpresa,
y estima la calamidad como a tu propio cuerpo."
¿Por qué debemos "acoger la desgracia como agradable sorpresa"?
Porque un estado humilde es un favor: caer en él es una agradable
sorpresa, ¡y también la es el remontarlo!
Por ello, debemos "acoger la desgracia como agradable sorpresa".
¿Por qué debemos "estimar la calamidad como
a nuestro propio cuerpo"?
Porque nuestro cuerpo es la fuente misma de nuestras calamidades.
Si no tuviéramos cuerpo, ¿qué desgracias nos podrían suceder?
Así pues, sólo quien está dispuesto a entregar su cuerpo para salvar al
mundo merece que se le confíe el mundo.
Sólo aquel que pueda hacerlo con amor es merecedor de ser
administrador del mundo
Taoísmo religioso (20-600 d.C.)
El taoísmo primitivo o filosófico, considerado por muchos estudiosos como el
“auténtico”, mantiene los principios esenciales combinados con una mezcla de magia y
devoción.
Zhang Dao-Ling, un guía espiritual carismático, y sus discípulos convierten la filosofía
taoísta en una religión organizada, con ritos, ceremonias, liturgias, templos, sacerdotes,
sagradas escrituras... Adquieren una especial relevancia los fang-shi, maestros expertos
en artes mágicas y adivinatorias, a través de las cuales se puede conseguir la curación de
enfermedades, la longevidad y la inmortalidad.
Según Chang Tao-Ling fue precisamente Laozi quien le transmitió no sólo sus
enseñanzas sino también su poder para curar a los enfermos y alejar a los malos
espíritus. Todo ello se completó con la publicación de dos textos sagrados o revelados. El
primero de ellos, Tai-ping Jing ( o Libro de la paz y el equilibrio), estaba escrito
-decían- no por mortales, sino por las deidades llamadas "Guardianes del Tao". En él
aparece una explicación sobre la creación del universo y se insiste en la importancia de
los ritos y de las ceremonias religiosas para conseguir una vida sana y larga. El segundo
libro sagrado fue Tai-shang ling-bao wu-fu qing (o Suprema revelación de los cinco
talismanes del Espíritu Sagrado). Entre los sacerdotes taoístas resaltan Kou Qian-Qi,
experto en el arte ceremonial, y Lu Xiu-Jing, experto en la magia de los talismanes.
Este taoísmo religioso, impulsado por los emperadores de la dinastía Han Oriental (25-
219 d.C.), llega a su máximo desarrollo durante las dinastías Wei, Jin y Meridional y
Septentrional ( 220-589 d.C.).
Taoísmo místico (300-600 d.C.)
Este tipo de taoísmo ejerce una especial influencia en la clase media y en la nobleza.
Debido a una serie de circunstancias sociales y políticas, en el sureste de China había
una serie de clanes familiares con tierras, dinero y empresas comerciales, pero sin poder
político. Muchos de sus miembros volvieron entonces sus ojos a las artes esotéricas y se
aficionaron a las prácticas espirituales.
El taoísmo shang-qing lo fundó Wei Hua-Cun, hija de un sacerdote de alto rango del
taoísmo de los Maestros Celestiales; sus enseñanzas aparecen en el libro Shang-qing
huang-ting nei jing yu-jing (El Jade de la Corte Amarilla en el Reino de la
Pureza). Otros libros que recogen y completan su pensamiento son Tai-shang bao-wen
(o El Escrito Sagrado del Altísimo), Da-dong zhen-jing (o La Verdadera Escritura de la
Gran Caverna) y Ba-su yin-shu (o El Libro Oculto de las Ocho Simplicidades).
Detrás de todas las cosas existe una unidad subyacente (el “Uno” o el “Tao”), la
verdadera realidad y que está presente en el interior del ser humano. La meta de la vida
es tomar conciencia de ese Uno y, luego, fundirnos con él. Se trata de una experiencia
mística que nos eleva y nos hace sentir gozo, felicidad, éxtasis, excitación sexual y
embriaguez.
Taoísmo alquímico (200-1200 d.C.)
Se desarrolla paralelamente al taoísmo místico. Su interés se centra en el cuidado de la salud, de la
longevidad y de la inmortalidad. Se distinguen dos clases de alquimia fisiológica: la externa y la
interna.
En la alquimia externa se utilizan ciertos minerales (plomo, mercurio, cinc, níquel, sulfuro de
mercurio, plata y óxidos arsénicos) y algunas hierbas para elaborar una píldora o elixir que, una vez
ingeridos, convierten a la persona en inmortal. El horno, el fuelle y la caldera eran los tres
instrumentos básicos. Tanto éstos como los ingredientes debían ser utilizados de la manera
adecuada, para hacer posible la cópula del yin (materializado en el agua) y el yang (materializado en
el fuego); de esta manera se eliminan las impurezas del cuerpo, se cultiva la energía y se renueva la
vida. Artísticamente, esta idea se manifiesta con un ave fénix y un dragón copulando; de su unión
surge el “elixir dorado”. Este tipo de alquimia gozó de un gran apoyo durante las dinastías Han y
Tang, incluso por parte de los emperadores y de la nobleza. Sin embargo, a partir de los últimos años
de la dinastía Tang, ante la evidencia de los numerosos envenenamientos y de los fracasos en la
investigación, inicia su declive.
En la alquimia interna, por el contrario, todos los ingredientes de la inmortalidad se hallan en el
interior del organismo. Estas sustancias han de ser refinadas y transformadas mediante ejercicios de
movimiento y de meditación, cultivando la energía vital en el propio cuerpo, sin ayuda de sustancias
externas. Su mayor grado de refinamiento se alcanza en la dinastía Song (960-1279). Entre sus
representantes cabe mencionar a Lu Dong-Bin -considerado como el fundador-, a Zhen Xi-Yi -quien
adquirió una especial fama por sus técnicas de qi-gong-, a Wang Chong-Yang -que posteriormente
fundaría la Escuela de la Realidad Completa-, a Zhang Bo-Duan -autor de Wu-ren pian o
Comprender la Realidad- y a Zhan San-Feng -creador del tai-ji quan o taichi-. Además, hemos de
mencionar a Wei Bo-Yang, autor de Zan-dong-ji o La Triple Unidad, el tratado más antiguo sobre la
alquimia, tanto interna como externa.
El taoísmo y el Ego
“Son ascetas, pero detestan las mortificaciones. Son creyentes, pero
poco les importan dioses, dogmas, morales y opiniones. Son
místicos, pero nunca hubo plegarias y efusiones más frías que las
suyas. Son, o al menos ellos no dudan serlo, los únicos y verdaderos
amigos del hombre, pero se burlan de las buenas obras.
Conocen, dicen, la verdadera forma de conducir al pueblo y sin
embargo lanzan los más duros sarcasmos cuando oyen hablar de
deber social. Han dado a China temibles cabecillas o jefes de sectas,
pero también políticos llenos de tacto, sus dialécticos más sutiles,
los filósofos más profundos y su mejor escritor. Sin embargo ellos
estiman únicamente la modestia, la privación, la reserva. Nadie es
sabio, insinúan, si deja una huella.”