DIEGO GORDON DESCRIPCIÓN GENERAL: Desde hace más de diez años los satélites terrestres son los protagonistas indiscutibles de las actividades espaciales en Europa y en los Estados Unidos. El objetivo primario es el ejemplo de los satélites para satisfacer las expectativas prácticas de los hombres sobre la Tierra. El satélite puede escrutar vastas zonas terrestres, o bien conectar localidades que no se ven entre sí (telecomunicaciones); además, la ausencia de gravedad en su interior permite la elaboración de materias primas en la Tierra. BASE DE LANZAMIENTO Conjunto formado por los dispositivos e instalaciones necesarios para la preparación de los ingenios espaciales, su lanzamiento al espacio y el posterior seguimiento de su trayectoria. Dichas instalaciones constan de los hangares principales en los que se procede al montaje y preparación de los cohetes y vehículos espaciales, los hangares para los vehículos auxiliares y de traslado de los cohetes, la rampa de lanzamiento y las instalaciones de control y seguimiento del lanzamiento y del vuelo. Una base espacial o cosmódromo En el complejo de lanzamiento se está formada básicamente por un llevan a cabo el ensamblaje del centro técnico, un complejo para cohete lanzador con la el lanzamiento de los ingenios y los configuración de vuelo deseada, sistemas necesarios para controlar las operaciones de cuenta atrás, la todo el proceso. realización de la secuencia comprobaciones mediante La función de la base de ordenador y, por último, la puesta lanzamientos se inicia con la en marcha y control del llegada del material que se desea procedimiento de despegue. enviar al espacio. El lanzamiento de los ingenios espaciales requiere largos y minuciosos preparativos. En primer lugar, el cálculo de la trayectoria que ha de seguir el cohete lanzador. De ella depende, en efecto, el programa detallado de los equipos electrónicos que, a bordo, regulan de forma automática el funcionamiento de los motores, provocan la separación de las etapas ya utilizadas. Por lo general, el ingenio no puede ser lanzado indistintamente a cualquier hora del día (satélites circunterrestres), en cualquier día del mes (exploración de la Luna) o en cualquier época del año (sondas planetarias). Para cada tipo de misión existe un período preciso, cuya duración se cifra en minutos, horas o días, según el caso y al cual se le da el nombre de ventana. El lanzamiento es precedido por un chequeo minucioso, comprobación del buen estado del cohete y del ingenio que ha lanzar. Esa operación , que dura muchas horas, se efectúa leyendo una lista de control en la cual figuran los millares de comprobaciones a efectuar con indicación de la hora correspondiente. Las operaciones finales corren a cabo de un ordenador electrónico, pero el responsable del tiro tiene el dedo puesto en un botón que, en caso de necesidad, le permiten interrumpir esas operaciones. También dispone de otro botón que, de funcionar defectuosamente el cohete en la primera fase del vuelo, provoca su destrucción para que caigan sus restos en pleno océano o en una región desértica. Las bases terrestres para el lanzamiento de ingenios espaciales (cosmódromos) no pueden estar instaladas en cualquier lugar. Éste ha de reunir las siguientes condiciones:
La trayectoria, por lo menos en los Dadas las grandes dimensiones que
primeros millares de kilómetros, no alcanzan las etapas de los cohetes ha de sobrevolar un país extranjero lanzadores, la base ha de disponer ni regiones propias muy poblabas de vías de comunicación apropiadas. en las que la caída del cohete pudiera causar graves daños. Por eso los cosmódromos suelen hallarse situados al borde de un océano o una región relativamente desértica. Además, los criterios empleados para determinar la elección de un emplazamiento y decidir la configuración que debe tener un conjunto de lanzamiento se basan en la seguridad, rentabilidad y accesibilidad del lugar en que está situado, así como en la fiabilidad y estabilidad del medio ambiente geológico. Un cosmódromo importante es, por lo demás, una base tan destacada como compleja. Las instalaciones incluyen enormes talleres para el montaje de los cohetes, laboratorios de pruebas, fábricas para la elaboración de oxígeno líquido y otros, salas y más salas abarrotadas de equipos electrónicos para verificación de todos los elementos de los cohetes, para gobernarlos una vez lanzados y para comprobar su trayectoria durante la primera fase de su vuelo Cabo Kennedy Su actividad como base de lanzamiento para misiles comenzó el 24 de julio de 1950 experimentando con cohetes V-2 modificados. El lugar era ideal porque los lanzamientos se realizaban en dirección Este y los misiles podían así ser seguidos con facilidad en su ascenso y caer en el mar sin causar ningún daño. En la actualidad, aquel promontorio arenoso está salpicado de decenas de rampas de lanzamiento y cuenta con una tupida red de carreteras que le unen con los diversos laboratorios y centros de control. El área está controlada en parte por la NASA Cosmódromo Vostochni
El Cosmódromo Vostochni u Oriental1 es una instalación de lanzamiento
espacial rusa ubicada en el Óblast de Amur (Siberia), cuya construcción fue aprobada por Vladímir Putin el 6 de noviembre de 2007. Su propósito es sustituir, al cosmódromo de Baikonur que quedó en Kazajistán tras la fragmentación de la URSS. Su posición meridional en el Óblast de Amur, si bien no tan adecuada como la de Baikonur, facilita los lanzamientos en la órbita ecuatorial. Empezó a construirse en enero de 2011 y se prevé que esté finalizado en 2018. El sonido del lanzamiento de un cohete El sonido que genera el lanzamiento de un cohete puede tener un impacto importante tanto en las personas como en las edificaciones alrededor. Saturno V, un cohete de 5 motores F-1 construido para la exploración de la Luna que, al despegar el 9 de noviembre de 1967, removió la tierra y hasta ventanas a kilómetros del lugar, algo que dejó atónitos hasta a los mismos expertos. El sonido del lanzamiento de un cohete es capaz de destruir un edificio o incluso dañar a un ser humano. El ruido producido es una onda mecánica que se origina como resultado de la vibración de las moléculas que viajan en ella. Esta energía —llamada potencia sonora— se define como el empuje del cohete multiplicado por la velocidad de salida y se propaga en el rango de bajas y medias frecuencias, exactamente aquellas que pueden dañar a una persona o destruir un edificio.
Soluciones previas para los lanzamientos
Los científicos propusieron trasladar las bases terrestres hacia el mar y así utilizar el océano como un medio que amortiguara la presión sonora de los lanzamientos. La propuesta consistía en construir una especie de plataforma en medio del océano a 170 km al sudeste de Cabo Cañaveral y a un poco menos de 56 km al norte de la isla Gran Bahamas.
Sin embargo, la idea no duró mucho porque se estimó que el escape
podría crear grandes olas que dañaran la estructura de lanzamiento, el peligro que planteaban las tormentas y el elevado costo de construcción. Soluciones usadas en la reducción de ruido. En el caso de Saturno V, la solución fue utilizar paneles de aluminio aislados y fijados a vigas de acero que amortiguaran las presiones acústicas durante el lanzamiento. Pero cuando se trata de cohetes mayores y que generan más potencia, este sonido puede dañar significativamente el cohete y a la tripulación, por lo que es obligatorio reducir el ruido a niveles seguros. Los métodos que se implementan son sistemas de supresión del sonido que normalmente usan grandes volúmenes de agua para amortiguar las ondas sonoras, pues este líquido aumenta la resistencia de las ondas y, por tanto, las ralentiza. Investigaciones futuras sobre la reducción de ruido en los lanzamientos Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia están desarrollando, para la Agencia Espacial Europea (ESA), un proyecto pionero cuyo objetivo es conseguir una reducción significativa del ruido en el entorno de la plataforma de lanzamiento durante el despegue de cohetes. Para ello, trabajan en el diseño de nuevas estructuras capaces de desviar el sonido en otras direcciones, evitando así que la reflexión directa del sonido sobre la base regrese e incida sobre la nave. Estas estructuras, denominadas cristales de sonido, están formadas por una distribución ordenada de objetos dispersores (como cilindros o esferas), y presentan propiedades únicas por lo que respecta a la propagación de ondas, como la imposibilidad de transmitir determinadas bandas de frecuencia.