se impone < Mientras más se extiende el campo de las ciencias, exclamaba William Herschell, más numerosas e irrecusables se hacen las demostraciones de la existencia de un Ser Inteligente y Creador... Geólogos, matemáticos, astrónomos, naturalistas, todos han llevado su piedra al gran templo de la ciencia, templo elevado a Dios mismo » « Antes se me arrancaría la piel que la creencia en Dios» ( Para creer en Dios basta levantar los ojos al cielo. Dos palabras, pues sobre la tierra. ¿Queremos su peso? Pues bien, para estimarlo en kilogramos hemos de recurrir a un número compuesto de 25 cifras a saber: 5.957 930,000,000,000,000,000,000. (1) Que debe leerse: cinco millones, novecientos cincuenta y siete mil novecientos treinta quintillones de kilogramos. ¿Preguntamos por su circunferencia? 40 millones de metros. ¿Su superficie? 510.057,312 kilómetros. ¿Pretendemos recorrer la distancia que la se- para del sol que la vivifica? 149,495,000 kilómetros que la luz recorre sin embargo en 8 minutos apenas. Y ¿cuál es la velocidad de tan inmensa mole al rededor del astro rey? Tan grande que, mientras leo cinco páginas de este libro, o sea en diez minutos, habrá recorrido 18,000 kilómetros, es decir, más que la distancia que nos separa de Europa, y en un día 3.000,000, y en el curso de un año 936 millones de kilómetros, sin sufrir un segundo de retardo Año de luz, unidad astronómica, equivalente a la distancia que recorre la luz en ese período de tiempo, sabiendo de antemano que ella camina 300,000 kilómetros por segundo, o sea 10 billones por año. Pero ¿qué es un billón? Un millón de millones. Un millón de segundos no hace más que once días y medio pero un billón de segundos hace en realidad, más de treinta mil años. ¿Qué es la tierra? exclama Flammarión. —Un átomo más de un millón de veces más pequeño que el sol. —¿Qué es el sol?—Un átomo más de un millón de veces más pequeño que Canopus. —¿Qué es Canopus? —Un átomo de nuestra aglomeración estelar, y ¿qué es nuestro conjunto estelar? una isla imperceptible en un océano sin límites.—¿Qué somos nosotros? Microbios habitantes de un grano de arena.