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ACTA UNIVERSITATIS PALACKIANAE OLOMUCENSIS

FACULTAS PHILOSOPHICA PHILOLOGICA 74

CUANDO EL BUEN SALVAJE INVADE PALACIOS CHECOS

Pavel Štěpánek

Entre las primeras representaciones del indio americano que encontramos en la actual
República Checa, está la que domina la sala del palacio renacentista de Kratochvíle, palacio
de caza y de recreo, un tipo de villa italiana en Bohemia del Sur, en su época de la potente
familia Rožmberk (Rosenberg), que dominó la escena renacentista del Reino de Bohemia.
Es obra del arquitecto italiano Baltazar Maggi, del año 1583; el decorado con estucos corrió
a cargo de su compatriota Antonio Melana, mientras que la decoración pictórica fue obra
del pintor alemán Georg Widman, procedente de Braunschweig.
Observando grabados aparecidos en libros poco antes publicados, el pintor decora el
palacio, antes de 1590, en esa típica mezcla de deidades naturales y dioses de la antiguedad,
los cinco sentidos, así como escenas de caza, sobre los cuales puso el acento; tratándose de
un pabellón de caza, realizará también una figura de indio situado en medio de un paisaje,
elemento bastante raro en la época1: en la gran sala de los caballeros, aparece en uno de los
vanos una figura de indio americano. Será indudablemente la pintura mural más temprana
conservada en Bohemia con motivo americano. Esta figura refleja un poco la idea del
paraíso terrenal tal como lo harán más tarde los holandeses en sus paisajes. Indudablemen-
te, la idea de la Utopía, tan perfectamente expresada por el decapitado católico inglés
Tomás Moro y siempre viva, como demuestran sus constantes reediciones, queda subya-
cente en esas representaciones idealizadas. Es, en fin, la idea del buen salvaje que termina
en la del buen revolucionario, como lo definió acertadamente Carlos Rangel2. Es el buen
salvaje a quien darán los mayores impulsos La Boetie y Montaigne. Este culto al buen
salvaje se encuentra también, siguiendo la ola de “americanismo” de toda Europa Occiden-
tal, en el Reino de Bohemia. El error lo continuó el calvinista Jean de Léry, cuya famosa
Historia de un viaje a la Tierra de Brasil fue traducida tempranamente al checo, en 15903,
y se imprimió acompañada de ingenuas pero atrayentes ilustraciones del buen salvaje
americano, casi en el mismo momento en que se terminan las pinturas de Kratochvíle4.
1
Jarmila Krčálová, Renesační architektura v Čechách a na Moravě. In: Dějiny výtvarného umění II/1, Academia,
Praha 1989, p. 65, 70, 81.
2
Carlos Rangel, Del buen salvaje al buen revolucionario. Caracas 1982 (Décima edición). A su vez, como dijo con chispa
Germán Arciniegas, América “Quien entra en el mundo de la Utopía se mactricula en la filosofía de la protesta”.
3
Jean Léry, Historie o plavení se do Ameriky, která i Brasília slove (Historia de la navegación a América, la cual
también Brasil se llama). Praga 1953, Traducido al checo en 1590 por Pavel Slovák y Matěj Cyrus.
4
Naturalmente, Ricardo E. Alegría, Las primeras representaciones del Indio Americano, 1493–1523. Centro de
Estudios Avanzados de Puerto Rico y El Caribe, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1978, no conoce la pintura

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Continúa y subsiste el mito del buen salvaje hasta que es propagado por los Enci-
clopedistas. El error se perpetualiza a través de Rousseau y llega hasta la actualidad, cuando
es sostenido, más que por voluntad y anhelo, por violencia, cárceles y matanzas en pleno
siglo XX5. Quizás permanezca subyacente en él aquella idea inicial del mito paradisíaco,
formulado por el italiano G. Cochiara, quien dejó claramente definido que “antes de ser
descubierto el salvaje comenzó por ser inventado”6. Recordemos en esta ocasión a los
salvajes de la fachada del monasterio de San Gregorio de Valladolid, obra de los Reyes
Católicos, que reflejan la persistente nostalgia de un Paraíso perdido, de aquel mito de la
despreocupada vida e inmortalidad. El binomio Paraíso / Nuevo Mundo refleja hasta aquel
sempiterno y recurrente Civilización contra Barbarie.7
Pongamos un ejemplo de otra rama del arte, la música, y posterior: los personajes de la
historia americana, concretos o míticos, como Moctezuma, se convierten en temas del arte
musical, concretamente de óperas; lo suramericano, como se diría hoy, estaba en la onda.
No hay que olvidar que cualquier espectáculo operístico tuvo como acompañante la
escenografía, fenómeno visualmente influyente, como hoy lo es la televisión.
En 1733 Vivaldi presentó en Venecia y luego en toda Europa una ópera de danzas
titulada Moctezuma; es que en ese momento Europa estaba sembrada, en su literatura,
desde tiempo atrás, de héroes americanos8. No sólo el emperador prusiano, Federico el
Grande, escribe una ópera con el mismo tema, conjuntamente con el músico Carl Heinrich
Graun, sino también un compositor y músico checo, Josef Mysliveček, quien vive en Italia
y al cual se le apoda nada menos que Il Divino Boemo9, presenta en Florencia en 1771 otra
obra, titulada Moctezuma, con texto de V. A. Cigna-Santi.
Otra distinta pieza se presenta más tarde, en la temporada de 1909, en Praga, al igual que
en varias ciudades europeas, desde París hasta la capital del Imperio, Viena, la ópera
Fernando Cortez ou la conquête du Mexique, obra de Spontini10. No extrañará, por tanto,
cuando leamos en los materiales de la época, que el gran compositor Beethoven llama a los
burócratas de su entorno vienés e incluso a su propio mecenas checo Lobkowicz un
fitzipuctli, o sea, huitzilopochtli, según la deidad mexicana, cuyo conocimiento penetró en

pues se decica exclusivamente a los grabados que fueron punto de partida de las otras representaciones
más tarde.
5
Tanto por los nacionalsocialistas alemanes como por los socialistas internacionalistas – comunistas soviéticos.
Lo demuestra sobre todo el proceso al Partido Comunista de la ex-URSS, llevado a cabo en 1992, cuyos informes
siguen causando asombro aun años después del cambio político, aunque las atrocidades de este partido fueron
descritas en más de una ocasión ante el incrédulo intelectual occidental. Véase El Nurenberg comunista. El PCUS
en el banquillo.
6
Alejo Carpentier, Letra y Solfa. Caracas 1975, p. 279.
7
Hoy Museo Nacional de Escultura Policromada española; hay una cantidad de estudios en torno al salvaje, los
resume, por ejemplo, Juan Francisco Esteban Lorente, Tratado de Iconografía. Madrid 1990, p. 371–374.
8
Germán Arciniegas, América en Europa. Bogotá 1980, p. 277. Asimismo Mariano Picón Salas, De la conquista
a la independencia. México 1969 (1ª ed. 1944), p. 41 va aún má lejos diciendo que “la humanidad no había
conocido, acaso, fuera de los lejanos milenios de la historia oriental, un conflicto de gentes y antagónicas formas
de vida como el que se operó en la Conquista de América.
9
Josef Mysliveček (9-III-1737-4-II-1781), compositor checo que trabaja sobre todo en Italia a partir de 1763,
donde fue llamado Venatorini (equivalente italiano de su nombre). Representa el período preclásico anticipador de
una serie de elementos estilísticos del neoclasicismo vienés, siendo apreciado por el joven Mozart.
10
Germán Arciniegas, op. cit, nota 8, p. 277.

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la mente de los intelectuales y artistas centroeuropeos con una familiaridad casi envidia-
ble11.
Este interés se reflejó y materializó en el coleccionismo de la época, como lo demuestra
en nuestro territorio la famosísima colección de Rodolfo II, quien encargaba, a través de su
embajador en España, Juan Khevenhueller, diamantes y piedras preciosas de América,
donde aparecían también cosas “indianas”. Sea como ejemplo de la importación de la Gran
Colombia de un conjunto de cristales de esmeraldas en el mineral original, que Rodolfo II
donaría más tarde al príncipe elector (kurfürst) de Sajonia Augusto I y que más tarde (1724)
adaptaron los joyeros B. Permoser y J. M. Dinglinger en una figura de moro o negro12.
Así podríamos continuar enumerando los casos de cómo se refleja la idea del indio en la
vida diaria, hasta tal punto que aparece en un aldabón de una casa de Praga, o formando
parte de las representaciones simbólicas de los cuatro continentes, sobre todo en su forma
femenina13.

„DOBRÝ DIVOCH“ V ČECHÁCH

Resumé

Článek popisuje obraz amerického Indiána namalovaný už v r. 1583 na renesančním


zámku v Kratochvílích a další idealizovaná raná výtvarná díla zpodobňující Indiány jako
„dobré divochy“ a Ameriku jako „ráj“. Zmiňuje se také o operách věnovaných Montezumovi
i španělským dobyvatelům, které byly ve své době v Evropě oblíbeny, a o americké části
sbírek Rudolfa II.

11
Ficipuctli aneb jak nadával Ludwig van Beethoven. Contribución al Simposio Internacional Los mitos de fundación
y los mitos de los inicios a la luz de la crítica de las fuentes, organizado por el Museo de Arte de Olomouc, la
Facultad Filosófica de la Universidad Palacký de Olomouc, el Instituto de Historia del Arte de la Academia de
Ciencias de la República Checa en Praga, el Instituto de Protección de los Monumentos en Olomouc en el Museo
de Arte de Olomouc, del 6 al 7 de Octubre de 1998. El texto se publicará en el año 2000.
12
Sběratelství (Coleccionismo). Praha 1983, p. 150.
13
Véase La América personificada. De la india salvaje a la gran dama. Acta Universitatis Palacianae Olomucensis.
Facultas Philosophica. Philologica, 71. Olomouc 1998, p. 243–245.

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THE “NOBLE SAVAGE” IN BOHEMIA

Summary

This article describes a picture of an American Indian painted in 1583 at the Renaissance
Château in Kratochvíle as well as other idealized paintings which present the Indians as
“noble savages” and America as a “paradise”. It also considers the operas dedicated to
Montezuma and Spanish conquerors which were very popular in Europe in that period and
the American part of the collection of Rudolf II.

Pavel Štěpánek
Katedra romanistiky FF UP
Křížkovského 10
CZ-771 80 OLOMOUC
República Checa

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