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CapiruLo 28 HACIA UNA NUEVA DEMOGRAFIA. LA SOCIEDAD El auge demogréfico del Setecientos El siglo xv marea una serie de novedades importantes en la de- ‘mografia europea que permiten considerarlo como el inicio de los grandes cambios que harin posible el paso del régimen demogré- fico antiguo al modemo, caracterizado por hechos como el descenso significativo de la mortalidad infantil, la mejora sustancial en la ali- mentacion o los avances médicos, elementos todos ellos que harin posible un considerable aumento de la esperanza de vida y, por pri- mera vez en la Historia, el crecimiento sostenido de la poblacién. Con todo, y pese al aumento que experiment6 Ja poblacién europea en un siglo caractetizado en general por la expansién econdmica, ‘ubsistian muchas de Jas earacteristicas que habian lastrado perma- nentemente la tendencia natural al crecimiento: elevada mortalidad ordinaria, muy alta mortalidad infantil, fuerte dependencia de los ciclos naturales de las cosechas, escasa capacidad defensiva frente a las enfermedades, azote periddico de la mortandad extraordina- ria... con el corolario de una baja esperanza de vida. En realidad, el siglo xvi sigue perteneciendo al régimen demogréfico antiguo, aun- {que en ciertos aspectos, yen determinadas zonas, sc intuyan ya los cambios y se inicic la curva ascendente de la poblaciéa que ha le ado ininterrumpidamente hasta nosotros, lo que permite conside- Tarlo un petiodo de transicién. Por primera vez se superaron cier- tos topes en la poblacién europea, la cual en conjunto apenas habia ccrecido entre 1350 y 1700, pues al final de tal periodo era apenas un 30 por 100 superior a la de tres siglos y medio antes. ‘Aunque la preocupacién demografica ya tenia precedentes en tiempos anteriores ¥ el tamafio de la poblacién era un elemento cesencial en los planteamientos mercantilistas sera ahora cuando los se inician los grandes censos 0 rec 2 uentos d i Dorie oeosyralpateccon napesenealea , 10s viejos conceptos de vecino 0 fuego, prop a ciones de poblacionrelindas con Geek fek ot susiuids progresvament por el dehabiane, revelade rés demognifico que los inspira. Sunge asi la der as incl la que edenominaenones cease interesada en conocer no slo la cuantia sino deals aa de la poblacisn (sexo, grupos de eds, estado ci ce) datos decanter econdaico, como la dstcin . abicantes, as actividades que elizabany otro va smote sobre todo en la segunda mitad de la centuria mmonarguts,infuidas por la ustacién, pusieron en a sos y averinuacones. Uno de ls precedents tericos del ingeniero milta runcés Sebastien Le Prestr, efor ban, uien, cote sus muchas inicinvas de eardeter fscal, publics en 1686 un Méthode générale et face lénombrement des peuples. Ya desd me teres pr la coma de bani elaboré cada tres aiios de censos cor y ensos completos d Tambien en a primera mitad de la cmos hi ea Giativas eo Espa, Encee 1712.y 1717, el Vetindario teal Fido recopilé informacion demograica, no demasiado prea secon et siglo, aunque restringida a la mayor parte de la¢ tone de Cala, elev «cabo una formidable y mdi rin demogrifica, econémica y social que fu movie por el marque dea Ensenada (1S50-759), Bean 108 OF} los por monare: Ist ; Mavi Teta de Atri ain hae ee labsburgo (1764) y en Lombardi 2 Navas 76 Pinata cn despre Ct les promovides por el conde de Arana, presidente del Cons Castilla (1767-1768), 0 el mas completo de Floridablanca (1 1787), que ademis de los nomerosos datos demogrificos del Hor Sexo, edadeso estado civil) aporaba buen sero dei Fraciones de interés ccanmioy sci (ndmeo de eles . Ss, icios, ete., asi com< \cior si gj acivaya con Cros V buon ldo ecneae el le Godoy 0 de Larruga (1796-1797) ae 08 y defunciones, ya p le los afios veinte Suecia sei torios patrimoniales de I ms “Soxprende, en cambio, que tales iniciaivas no se llevaran a cabo f Inglaterra ni en Francia, que eran los dos paises mas avanza~ del continente, En la primera, diversos debates parlamenta- ‘como el cclebrado en 1753, plantearon cuestiones como la lici- “moral, la defensa de la libertad individual o el desprestigio que supuesto la posible disminucién del ntimero de habitantes, we rettas6 el primer censo general hasta 1801, curiosamente la sma fecha del primero realizado en Francia, en la que ya a media. os de siglo hubo, sin embargo, recuentos parciales de la pobluci6s, ‘1 cabo por determinados intendentes en sus respectivos te ‘rio 0 generalités. th los censos oficiales se unieron algunos privados, indicativos del fnterés que comenzaba a despertar a cuesti6n entre algunos ilustra ddos, como los trabajos demograficos realizados en Prusia entre 1751 4 1765 por Johann Perer Siissmilch, dein de la eatedral de Belin, ‘Jos numerosos cuestionarios enviados a diversas provincias por el abate Jean Joseph Expilly durante el reinado de Luis XVI, que le proporcionaron datos de poblaciéu y actividad econémica, con los {gue public, en varios voliimenes, el Diccionario geogrdfico, histérico politico de las Galias y de Francia (1762-1770) ‘Pese a su abundancia, y ala fibilidad de muchos de tales recuen- tos, cl conocimiento detallado de la demografia del siglo xvi sigue baséndose como fuente primaria en los registros parroguiales, tni- cos que —alli donde se conservan— permiten conocer, aunque en fxpacios limitados, el comportamiento de los Factores que determi- fun el incremento o descenso de una determinada poblaci6n: nata- Tidad, nupeialidad, mottalidad y migraciones. Todo ello, junto con las dudas que plantean los datos de diferentes paises y regiones, nos hhace movernos atin en un ferfeno poco seguro, aunque mas que el de los siglos anteriores. Sia comienzos de la centuria el total de 1a poblacién europea puede calcularse en unos 125 millones de habitantes, en 1750 eran 1146 millones y en 1800 Tlegaban aproximadamente a los 195, lo que supone un incremento del 56 por 100. Fl erecimiento mayor se pro- Glujo entre 1750 y 1800, con tasas medias de ineremento anual en tomo al 06 por 100. La presencia de la preocupacién demogti fica dio lugar a posturas contrapuestas, las cuales abrieron un bate, que persistié a lo largo del siglo, entre quienes —como Mon- tesquicu, en la primera mitad de la centuria— consideraban que la poblacién de la Tierra no legaba ala décima parte de la del mundo Fintiguo, lo que hacia temer que, de seguir asi, pudiera despoblarse, y aquellos que comenzaban a temer las consecuencias de una po- a Luis Ribot blacién excesiva, entre los que destacé el clrigo anglicano Thom: Malkhus (166-1834), quiet en au lino Ay Broom th Principle of Poputation (1798) sefalé el diferente ritmo de aumento de la pobla- sa y de la disponibilidad de alimentos, haciendo ver los respos de ‘que el ineremento de aquella se enfrentara con los limites impuestos por esta, base de lt teoria conocida como maltusianismo. Elaumento demogrifico del Setecientos no afecté solo a Europa. Pese ala dificultad de ealeular las cifras de otros continentes, la pobla- «ion total de la ‘Tierra —segiin datos de Jean-Noél Biraben.— pasasia dle 680 millones en 1700 —378 millones en 1600—a 771 millones en 1750 y 954 millones en 1800. Obviamente, el crecimiento no alect6 por igual a todos los paises europeos, con importantes diferencias re- sionales en el seno de estos. Los principales inerementos demografi- 0s se dieron en paises que vivieron una fuerte expansién econémica © €n teititorios anteriormente poco poblados y con economia débi- les, que freron objeto de una intensa inmigracién colonizadora, Este segundo motivo explica el que un espacio econémicamente atrasado como la Pomerania prusiana créciera en un poreentaje del 138 por 100, superior al de la préspera Inglaterra (133 por 100 entre 1680 y 1820), siendo también muy elevados los incrementos de otros testi torios con economias poco evolucionadas como el ducado de Prusia (Prusia oriental), Silesia, Hungriao el interior de la Rusia europea, Los mayores aumentos demognificos de la centuria se dieron, no obs- tante, en el Nuevo Mundo, en el que las colonias inglesas de Norteax !mética batieron todos los récords, pasando de unos $00,000 habitan- tes en 1700 a mas de 5 millones en 1800, un crecimiento formidable €n torno al 1.666 por 100, mayor que el de Canada (1.025 por 100), La causa fundamental fue la inmigracién masiva desde Europa, si_ bien hay que tener también en cuenta el buen comportamiento de otros factores demogrificos El caso britnico es la mejor prueba de los efectos positivos que solfa tener Ia interrelacidn entre economia y demografia, Inglaterra y Gales pasaron de 4,9 a 86 millones, un crecimiento del 75,51 por 100, Irlanda aumenté de 3 millones et: 1725 u 5,3 uiillones eh 1800, y Escocia de un millén a 1.599.000 en 1800. El crecimiento demo. stifco ain seria mayor habida cuenta de que se calcula que desde | Gran Bretafa ¢ Irlanda pasaron hacia América del Norte cerca de un millén de personas. En Alemania, solo en [730-1740 se recus peraron los niveles anteriores ala Guerra de los Treinta Aijos (anos veinte millones), pero después de aquella fecha en algunas regiones ctientales hubo inerementos del 100 por 100 y superiores. Imp tante fue también el crecimiento de Suecia, que pasd alo largo del sic Hacia wna nueva demografia, La sociedad 1 slo de 1,37 22,35 millones, lo que supone un aumento del 71,53 por 106, similar al de Noruega, cuyos 520,000 habitantes de 1700 pasa ron a 880,000 un siglo después (69,23 por 100}. ‘Tanto Francia como Espafia ¢ Tralia experimentaron un creci- miento mas moderado, La primera, que en 1700 era el pais més po- blado de Europa, pasé de unos 22,6 a 29,3 millones, solo superados cen aquella fecha por Rusia con 39 millones, lo que supone un incre mento del 29,64 por 100, aunque con importantes diferencias re- sionales. Tal crecimiento, relativamente escaso, se ha explicado por factores diversos, y entre ellos una estructura econémica con fuerte desproporcién entre poblacién y trabajo, que generaria de a5 mi- llones de pobres en 1790, un bajo nivel de salarios reales, la inci- dencia de las crisis cerealistas, el mantenimiento de una edad rela- tivamente alta de acceso al matrimonio —vcintisiete afios para los hombres y veinticinco para las mujeres a finales de siglo—o una im- portante proporcién de celibato, Algunos de tales elementos con- tribuyen a explicar también la compleja crisis que llevaria a la Revo- Jucién, En cuanto a Espafia, pas6 de 7,4 a 10,6 millones en 1800, un 43,24 por 100, con diferencias regionales tambign importantes. Los mayores crecimientos se dieron en el litoral mediterraneo, mien- tras que el interiot castellano, Extremadura y Andalucia los tavie- ron mas moderados, y Jas regiones del Cantabico, especialmente en dl litoral, apenas ctecieron, debido a que habian llegado practi camente al limite de sus posibilidades tras el aumento demogrifico experimentado en el siglo xvi gracias al maiz. Ademas de medidas de autocontrol como el celibato o el retraso en el matrimonio, los excedentes de poblacién de Galicia, Asturias o el Pais Vasco prota- sgonizaron una emigracidn con destino a Madrid, Andalucia y Amé- rica. Aligual que Francia y Espaia, el crecimiento de Italia fue con- trastado, pues si bien pas6 de algo mas de 13,6 a 18,3 millones 34,5, por 100), hubo una gran diferencia entre el norte, més préspero, que crecié menos, y el sur o la islas, que aumentaron en mayor me- dida, especialmente el reino de Napoles. Un increment modesto fue el de las Provincias Unidas, que pasaron de 1,9 millones en 1650 —easi el doble que en 1500—a 2,1 millones en 1800, un 10,5 pot 100 que refleja cierto estanca- miento, En la Europa del norte y del este, sin embargo, la disponibi- lidad de espacio y de tierras facilité los crecimientos demograficos, que debieron mucho a Ja inmigracién. Es el caso de los territorios dominados por la nueva Monarquia de Prusia (Pomerania oriental, Silesia, la zona este de la propia Prusia), en los que ademis de la in- migracién colabors la disminucién de la edad de acceso al matrimo: na Lads Rébow no o el leve descenso de ls tasas ce mort coyuntrs economies favorable Alo sola ocariécnfeoe cg aumento espectacular desde una plac estima en iémillons le habitantes hacia 1700 a 39 millones a finales del siglo solo puede explana, adem del neremento quelespusa el ep de Pao 1, por la intensa color or i it enlace iad Lage nna ea En cuanto a la densidad de poblacién, en 1800 las ma eran las de Inglaterra 0 aloha tenfan Ne ae 68,6 habitantes por kil6metro cuadrado, si bien en aquella, es ta giones industrales cel noroeste, a llamada Inglaterra Negra, supe: raban los 200. Les segufan Italia (60,7) y Francia (43,4), mientras au Esai, menos poblada, sfc una media de 2 habitantes por cuadrado, aunque algunas regiones del n : ban fos $0060. En clon exremo, la densidad de Reaasorn dg y 1796 —segiin dacos de Marcel Reinhard— era de 7,1, si bien srancles varaciones regionales, desde 0,7 en el norte 423.8 habitan tes por kilmetro cundrado en las zonas més pobladas del centro. dade Sesimiento demogeifico benelicié ampliamente alas iu lades, que, no obstante, durante toda la Edad Moderna siguieron alojando un porcentaje de poblacién muy inferior al del mundo tal. Segsin datos de Jan de Vries, que toma tinicamente en consi deracién las localidades a partir de 10.000 habitantes, en 1800 el Sn mis sania era Holanda (con un 28,8 por 100), se- le Inglaterra y Gales (20,3), los territorios de I } ics (189) y Escocia (1,3) Mas baja era I mesaeoe aa ia (14,4), Espafia (11,1) o Francia (8,8), similar a la de Portugal (8,7), Los paises escandinavos oftecfan ‘una media de 4,6, Ase tsia-Bohemia 5,2, Suiza 3,7, y, la mis baja de todas —no hay dae tox de Rusit— ea lade Polonia, con un 23 por 100 de poll urbana Aunque no ocuris as en todos lo piss, la propercion lc habitantes de las ciudades aumenté en general alo largo del si sla aut sobre todo de a inmiracin, que omega a enden ia urbana al predominio de la mortalidad sobre la natalidad. Pt higiene, excrementes, malos olores, escasa pavimentacién —en nee ere rl my mln tinacién noctura,insepurida, enterramientos dentro dels ci dacs —hhsta que a inales de siglo a politica istrada insists abrir cementerios en el exterior — eran algunas de las condicios nes dela vida urbana, que empeoraban en los barrios mis popula res alectaban de manera especial los inmigrantes pobres, Nos fe exttafiar que Londres —y no es mas que un ejemplo-— tuviera Hacia une nueva demoprafia. La sociedad WD en 1751-1780 una mortalidad del 43,3 por 1.000, frente al 30,4 del conjunto de Inglaterca y Gales. Otro de los grandes peligros urba- hos era el fuego. En Bruselas, el incendio de 1695 destruys cerca dde cuatro mil easas, y en Mosca el del verano de 1773 se llevs por delante una décima parte de los edificios. ‘Las ciudades europeas con mayor niimero de habitantes se- guian siendo Londres, Paris y Napoles, que continuaron su creci- ‘miento. Londres pasé de unos 550.000-575.000 en 1700, a 675.000 amediados del siglo y 900.000 en 1800, lo que la cunvertia en la se- funda ciudad del mundo después de Tokio. Paris contaba en 1789 ‘entre 550.000 y 600.000 almas, mientras que Népoles tenia 417.000 en 1796, Por encima de 100.000 habitantes habia en 1700 diez ci dads, que aumentaron a diecisiete en 1800, cinco de ellas con ma de 200.000. Las ciudades que més poblacién ganan en el siglo xvi ‘eran capitales politcas, condicién que reiinen las tres citadas, pero {que resulta decisiva en otros casos como el crecimiento de Berlin, con 141,000 habitantes en 1783, 0 cortes de estados menores como Dresde, cabeza del electorado de Sajonia (58.000 en 1791), por no citar una ciudad nueva como San Petersburgo, fundada en 1703 por Pedro I, que se acercaba a los 230.000 habitantes en 1800. ‘Ciro tipo de ciudad que experiments un importante crecimiento fueron los puertos de mat, como ocurrié en Francia con Nantes, cuya fortuna se basaba en el comercio de esclavos, que pasé de 420,000 a 80.000 habitantes entre 1720 y 1790. Puertos franceses im- portantes eran también Le Havre, Marsellay, sobre todo, Burdeos, que en los afios setenta-ochenta acaparaba el 25 por 100 del comer io exterior, En Inglaterra, destacaban Bristol —cuyo auge fue pos- terior a la independencia de los Estados Unidos— y mas atin Liver- pool, que pasé de 12,000 2 78.000 habitantes alo largo del siglo. Un tercer grupo de ciudades que ahora crecen son las industtiales, es- pecialmente en Inglaterra: Leeds, Birmingham 0 Manchester, que se Convertir en el siglo Xx en el simbolo por excelencia de la Revolu- Gién industrial. De los 12,500 habitamtes que tenia en 1717, pas6 a 20.000 en 1758, ¥ 4 81,000 en 1801. Elntimero de ciudades que superaban el listén de los 10.000 ha- bitantes habia aumentado en el curso de la Edad Moderna de 154 en 1500 a 364 en 1800 —solo en la segunda mitad del siglo xvit tal incremento habia sido del 40 por 100—, al tiempo que la canti- dad de personas que vivian en ellas pas6 de tres millones y medio a doce. En el siglo xvi el 71 por 100 de tales citudades —y entre ellas las mas grandes— se situaban en la mitad sur, Mis del 50 por 100 de los habitantes de ciudades por encima de los 10.000 estaba en- Luis tonces en la regidn mediterrnea (Espaia, Portugal, Itai cha proporcién se habia reducido en 1800 a pant ee como consecuencia, segin Jan de Veies, de una

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