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eglsto de i Propiedad tele 19°423.968 REPUBLICA ARGENTINA DIARIO DE SESIONES : CAMARA DE SENADORES DE.LA NACION 5* REUNION ~ 4" SESION ORDINARIA 25 DE MARZO DE 1998 y del sefior presidente pro FRANQUEOA PAGAR ‘Cuenta 420 Cone ‘argentinn +328 @) Presidencia del sefior viceprésidente de la Nacién, doctor CARLOS F. RUCKAUF ional del Honorable Senado, doctor EDUARDO MENEM. : Secretarios: doctor EDGARDO R. PIUZZI y doctora MATILDE DEL VALLE. GUERRERO Prosecretarios: sefior MARIO L. PONTAQUARTO, sefiora BERTA ALDALUR : y doctor ALFREDO A. LUQUES PRESENTES AGUIRRE LANARI, Juan AGUNDEZ, Jorge A. “ALASINO, Augusto ALMIRON, Carlos H, yAVELIN, Alfredo. ~ BARTOLUCCI, Mario L BAUM, Daniel BERIONGARAY, Antonio T. BRANDA, Ricardo A. BRAVO, Leopoldo CABANA, Fernando F, ‘CAFIERO, Antonio F. Y los hombres de las fuerzas armadas de hoy, ch Ta medida en que sigan transitando el camino sefialas do por quienes tienen Ia responsabilidad de condi cirlos, no van‘a tener que volver a desfilar dentro dé fos cuarteles. Si son dofensorcs de la Constitucidi respetuosos del poder civil ~como lo'vienen siendo- van a poder volver a desfilar en las plazas del pal, delante de nifios que agiten la handera nacional y de argentinos que los vuelvan a aplaudir. Esa serd la dofinitiva reconcibiacién entre hombres y mujeres! civiles y militares dela Republica Argentina, Ojala que votando la derogacién-de las leyes de obediencia debida y, punto final como lo haremos hoy- contribuyamos a la consolidacién de este any clo. Sr. Presidente (Menem). ~ Tiene la palabra else fior'senador por Misiones de'la Union Civica Radi cal, Sr. Losada. ~ Sefior presidente, sefiores senado res! creo que cuando uno va a expresar algo, coms et, este caso, vinculado con el horroroso episodio del 24; de marzo de 1976, las palabras parecen débiles ¢ in-, suficientes, no alcanzan para manifestar con profut didad la vivencia de lo que fuc ese desgraciado epi. sodio. Se me produce un estado emocional que supera. largamente cualquier caracterizacién literaria. que’ pudicra hacerse. . Muchas veces a lo largo de Ja historia argentina los sectores politicos tuvimos responsabilidadés en Jos episodios de los golpes de Estado, También tuvic: ron mucha culpa: la dirigencia y los partidos pollliz cos, por dccién u omisién. No setiamos leales al re"; pudio de este episodio si no aceptdramos primero esta! autocritica, B Debemos decir también que al 24 de marzo no s Hegé. con la complicidad de ningiin sector politicos Es como que habia una clara intuicién de que est episcdio no era simplemente un golpe mas y que tes nia un comportamiento nnicho mas perverso, sicndoy perverso de por si cualquier golpe de Bstado. is Todavia nos acordamos cuando Ricardo Ball hablaba de legar a las elecciones con muletas per® a : 7 yar, cuando decia que siempre. queda un minuto SH. final pata la reflexién; cllo, en un pais que vivia efec~ jivamente una dura controntacién de intolerancia, con sniugrtes de un lado y del otro. ‘También este viejo luchador de la democracia 4680s econdmicos de siempre. No vimos a las gran- {Ges potencias « paises del poder central poner esfuerz0 ompromiso para evitar el golpe de estado, Ocurre oS jue ya se venia manejando la apoyatura a las dicta- }duras de toda América latina, porque esos paises su- Fponian que ésa era la forma de control de las reivin- dicaciones sociales que vivian estos pueblos. Esos paises centrales que endeudaron a nuestra /-Repiblica para_apoyar y fortalecer a los procesos “auloritarios y militares son los que hoy vienen a que- {rer cobrarnos la deuda que ellos mismos , propicia~ an - Por eso no huibo un solo episodio sino tina sumatoria de hechos: que nos llevaron’a esa desgraciada etapa, jie vivimos con sufrimiento los hombres que queria 0s la democracia, Pero lamentablemente murieron ESimlichos que también querian la democracia y qte:no ES iciian. ninguria actitud de violencia, Corto decian ‘log jovenes: “Somos peligrosos por el solo hecho de ir Pero ese iempo tan desgraciado también sirvié para la re~ gi flexion. {Cuanto nos entendiamos los’ distintos sec~ == tores politicos cuando viviamos el dramade la perse- © cucidn! jCuantas recriminaciones nos haciamos por ‘Nabernos peleado tanto cuando teniamos la democra- = cial Entendiamos claramente que no cra bueno ni sa- = ludable para la potencializacién democratica, que las -. discusiones pluralistas legitimas no tenian que pasar Cicrtos limites de intolerancia, Es bueno queen este momento de recordaci6n y de repudio también hagamos ¢l anilisis de si estamos -actuando con la misma comprensién que teniamos en aquellos ticmpos, para entender que el debate politi- 60 y la discusion por los espacios de poder, legitimos ‘en una democracia, estan teniendo los limites. que |-deben tener para hacer honor a tanto dolor que se “vivid en la Argentina. : ‘Yo también, como diputado nacional, fui actor en ‘¢sa noche en que se aprohéi la ley de obediencia de- ‘Dida. Pertenecia a la bancada oficialista y me acuer- Wo de ese debate. Y quiero decirlés que en.mi bloque “ine opuse a su aprobacién, pero respetuoso de la de- CAMARA DE SENADORES DE LA NACION 1431 cisién mayoritaria voté Ia ley, que creia que no erala salida, ni siquierd la solucién. Con la misma franqueza con que en aquel momen- to planted mi oposicién a aprobar esas leyes, debo decirles que ésa fue una salida y una solucién porque hoy nos permite estar consolidando la democracia Por eso considero que fue una cuestion de estricta necesidad, como lo dijo Ratl Alfonsin. Estabamos en debilidad de posiciones, no solamente el gobierno sino la democracia, Hoy, la mayor alegria'es poder votar la derogacion de estas leyes, Este es el proceso democratico de ma- duracién de la sociedad argentina, No lo estamos ha- ciendo porque de golpe nos encontramos en el recin- ‘to para resolver el tema, sino porque la sociedad en su composicidn absoluta nos esté marcando los rum- bos y. fundamentalmente los tiempos de la. politica La sabiduria del pueblo va delante de los propios di- rigentes; va intuyendo ¢ interpretando los tiempos y nosotros hoy Ic cstamos dando sancién a csc manda- to de la sociedad. “Porque no es:casualidad que des- pués de 22 afios lo estemos discutiendo, Esto se fue sedimentanda y haciendo un hecho raciorial, ademas de cmocional. . Tencmos una deuida pendiente, No tengo dudas de ‘que cada uno de los que ostan aqui scntados, de algu- na manera, se siente con cierta frustracién por no dar toda la respuesta que la sociedad est esperando de ‘fos hombres de la politica. Parque: también somos conscientes de que la democraciano es solamente para que nos podamos sentar aqui quieites hemos sido pri- vilegiados por el voto de nuestro pueblo, También es para dar respuesta a las demandas vitales de la socie- dad; tenemos que trabajar en esa direccién y no se fialando a quien tiene més culpa, Yo estoy convenci- do dv que la sociedad vsti hurla de vernos discutir para ver quién tiene mas culpa y esta deseando ver quién tiene mas soluciones. Si realizamos el debate para apoyar las soluciones de nuestra sociedad estaremos no solamente votando, estas Ieyes sino marcando un nueva tiempo en la Ar- gentina, Por. eso es que ante esta historia desgraciada que nos tocé vivir, con la pérdida de tanta gente, con el ‘dolor de las madres que no saben qué ha pasado con sus hijos, y de las abuelas, con todo el horror que vivid a sociedad argentina, con todo lo que hemos pasado, con toda la frustracién de una generacién que de alguna manera fue tomada por esta discusién, don- de el campo de la violencia pareeia el campo de la respuesta, hacen falta partidos politicos que canali- cen el debate pluralista y pacifico en el ambito de sus instituciones para que se pueda fatificar una vez mas. que-en la paz y en la conyivencia se van a ir 1432 CAMARA DE SENADORES DE forjando las nucvas dirigencias que iran interpretan- do los nuevos tiempos de nuestra Repiblica Sefior. presidente, sefiores senadores: al exprosar en nombre de mi bloque la recordacién y el repudio al golpe de Estado de 1976, quiero dejar ratificado una vez mas el compromiso histérico de este par- tido de 100 afios, que es el de seguir luchando por la democracia y por el fortalecimiento de las insti- tuciones i ’ Sr: Presidente (Menem). "Tiene Ja palabra el se~ ‘ior senador por Corrientes del Partido Justicialista. Sr. Pardo. ~ Sefior presidente: ayer escuché que la reflexién que el sefior presidente queria imponer paraeel dia 24 de marzo era por si un hecho demostra- tivo de una posicidu. Pensé en elloy resolvi cambiar cl tono de mi discurso y tratar de hacer una reflexion historiada y sintética de lo que realmente ha devenido a través del tiempo de ese infausto dia, Y Io quise hacer asi para evitar que la’ pasién superara a la ra- zon, : * Hoy no og un dia cualquicra,: Hoy es 25 de marzo; un dia después de la fecha que rememoramos en este momento. Es perfectamente normal recordar los ani- versarios cuando éstos representan hechos. trascen- dentes e importantes ex\ el desarrollo nacional y en el impulso positivo de la historia. Es mas dificil recordar aquellos-hechos’ que irrumpen en la vida de los pueblos producicndo un quiebre de dolor y de angustia. El 24 de marzo ‘de 1976 se recuerda justamente por el dolor, para que No tengamos que recordar, en‘ el futuro, otro aconte- cimiento similar. jNunca mas! Pasaron 22 afios de aquel triste amanecer en que los tanques, surcando las calles de la'patria, ia goi- pearon martalnionte y cambiando la Constitucién por un estatuto, reemplazaron el poder legitimo del pue- blo por el poder tirdnico de las armas, Imaginamos entonces, junto a la bandera nacional; un crespén ne- gro que nos enluté por largo tiempo. Toda la sociedad civil argentina sufrié el dolor de aquellos afios de persecucién, de cdrcel, de exilio, de muerte, de division de los argentinos, Sin querer ol- vidar a nadie, sin desconocer la lucha de, otros, tene~ mos que decir que fuimos los peronistas quicnes diji- mos la verdad sobre los desaparécidos ala Comision de Derechos Humanos de Ia OFA, cuando algunos callaban en una omisién:cémplice y otros, los més audaces, participaban siendo funcionarios del proce- 0, inspiradores a ejecutores de las érdenes que ter- minaron en el genocidio de miles de jévenes, la ma- yoria peronistas, que no tenian nada‘ que ver con la subversion. También hay que decir como homenaje a todos mis compaiieros, que los dos principales actos de resis- Reunién st! 2 En, tencia organizada, la huelga general de abril de 1979, y la iavilizacién del 30 de marzo de 1982, fucroi convocados por estructuras justicialistas. ! | Sr. Leén. ~ Discuipe, pero no es asi; sefior sena:: lor. Sr. Presidente (Menem). -.Sefior sénador Leés pida la interrupcién. . Sr. Ledn. — La Multipartidaria convood a la movi lizacién del 30 de marzo... - Sr. Pardo. — Ahora bien, sin importar partido ni: militancia especifica, quicnes enfrentamos el horfot mas de corea, cara a cara, por haber sufrido las cou: secucncias'en propia came o por haber soportado li’ congoja de Horar en silencio la desaparicién o Ia ca! da de un compaiiero peronista, si realmente somo: justos, debemos reconocer el trabajo realizado par | los hombres que desde 1983 hasta hoy condujeroii; lus destinos de la Nacidn, pacificandota, unicndo dor : de habia odio y division y encauzando la vida de los argenlinos hacia un destino de grandeza. Lejos estuba de creer hace muy pocos.afios que to: hombres de armias estatian como lo estan hoy, subors: dinados a la Constitucién y al poder politico, reali-’ zando y compartiendo la gestién del Estado cn _funciones como siempre debid ser, en la mejor tradi ccién sanmartiniana y en ta causa universal de los puc blos libres. i Quiero destacar Ia autocritioa seria y responsable de las fuerzas armadas, dando un paso més en Ja ta: rea invalorable de interar a los argentinos. El olvidé:4 o cl perdén son actitudes personales en las que nadi puede influir. Reconciliar el presente para imaginat’; - 1 futuro es un’ tarea de todos. 5 Yaya por eso mi homenaje no’sélo a quienes su: 4 fricron las consécuencias det infausto proceso sind4 también a aquellds que construyeron y construyen 2 todos los dias una Argentina de paz y de grandeza.- Sr, Cafiero. - Seffor presidente: més que hace referencia al aniversario... Sr. Leon, - Me permite...? Sr. Presidente (Menem). ~ Sefior senador Cafier diiscupe, poro me parece que el sefior senador Leon. quiore pedirle wna ligera interrupeidn. 4 Sr. Cafiero. ~ Cémo no. Sr. Ledn, ~ Gracias Sr. Presidente (Menem). ~ Para una interrupeidi tiene la palabra el seiior senador por el Chaco. Sr. Leén, ~ Aclaro que todo 10 doloroso de, este proceso no fue casi partidario. a Je marzo de 1998 05 ‘1 golpe del 76 y todo fue bastante coordinado, a ‘punto tal que en la vispera de la atencidn ‘a la Comi- jan de Derechos Humanos de Ja OEA represeritan- “(es de los dos partidos realizaron una reunién, Lue- ‘go, todo se hizo buscando una sintesis. ‘No quito mérito alguno al Partido Justicialista, Pero ® nds. alla de lo actuado por nuestro partido y por el =justicialista, no podemos olyidar la accion de otras rriontes politicas, Esta circumstancia levé a la for~ jacion de 1a Multipartidaria, que realizé algunas doclaraciones y que, en alguna medida, fue la con. ducsion de'la resistencia al proceso. Sr. Presidente (Menem). ~ Continua en el uso de 1a palabra ei sefior senador por Buenos Aires. “'Si, Cafiero. ~ Sefior presidente: a propdsito del ‘iécho que menciona’él sefior senador por el Chaco “no quiero reabrir dehates del pasado Ta vivencia que tengo de aqieel tiempo es que exis- a. una manifiesta reluctancia a condenar los hechos qué estaba produciendo la dictadura militar. Se escuchaban voces como éstas: “Hay que respe- farlo a Videla porque es un ‘general democratico”; “Los desaparecidos estin todos muertos”, . -” Fi pocas palabras, sefior presidente: honradamen- “te debo decir que no creo que la_actitud del justicia- “fismo de alguna manera pueda conipadecerse’con la ‘de otras sectores politicos a los que, obvidmente, res- _ petdbamos y respetamos. Pero el peso de la resisten- “cia —aunque fuese animica~ de la sociedad civil frent- te ala dictadura militar lo Hevé sobre sus espaldas el pueblo justicialista. : Bl pueblo justicialista, séfior presidente, al que veo ‘von ao poco escandalo~ se le quiere atribuir respon- | sabilidad, alegando un decreto de octubre de 1975 firmado por.el entonces presidente de la Nacién én gjercicio, doctor Halo Luder, y suscrito por el vice- “presidente de la Camara, doctor Ruckauf, y quien ha- “bla como miembro de ese gabinetc. : He visto, sofior presidente, que en la Cémara de - Diputados se ha querido atribuir a ese-decreto una cierta anuencia o complicidad con 1a represin’ que “ se sucedio después de ese golpe de Estado. Ese decreto establecia lisa y llanamente, sefior pre- sidente, que ante Ia escalada subversiva que se vivia en el pais se instruia a las fuerzas armadas para ani- quilar la accion subversiva y no a la subversion como se ha querido decir; no a los subversivos, como se ha querido indicar: Porque en los tériviinos del Lenguaje | CAMARA DE SENADORES DE LA NACION, entonces presidente del Partido Justicialista, | absoluta libertad y las instituciones jugaban a plené ; do Bittel, sc reunié con el doctor Balbin antes -| . en la Republica, “opérativo militar, “aniquilar la acciou subversiva” significaba despojar al adversario de capacidad. operativa. Y ese decreto se dicté con el Parlamento en funcionaminto; cuando la prensa :trabajaba con 1433 Se traté de reprimir con la ley en la mano, seficr presidente; no como se hizo después. Quiero que esto quede en claro porque no nos van a convertir a quienes fuimos victimas de este proceso en victimarios, Scfior presidente: mas que referirme a marzo de 1976 quiero repreducir la atmésfera que vivia el pais durante esos dias de abril de 1987, en ocasién de diclarse una de estas dos leyes. Quiero hacerlo no para reabrir un debate que ya debe estar clausurado, sino porque cada uno de estos episodios es -0 debe ser-aleccionador con respecto al futuro. Creo que ese dia los demécratas equivocamos el rumbo en la Reptblica. ‘ Todos sabemos que la Unién Civica Radical garid Jas elecciones en 1983 y que en su plataforma soste- nia la necesidad del juicio y castigo-a todos 10s cul- pables por la violacién de derechos humanos ocurri- da durante la dictaduira, Esto da lugar al juzgamiento de los jefes militares emblématicos. : <-Ocupa la Presidencia el sefior vicepresidente ‘de la Nacién, doctor Carlos F, Ruckauf. Sr. Cafiero. — Pero cuando se trata dé llevar cl proceso a las jerarquias menos emblematicas, apare- cen los proyectos dé ley de obediencia debida y de punto final, Es cierto ~yo lo recuerdo quy se habia suscitado una rebeldia militar; algunos oficiales Ila- mado8 a comparecer anic los jueces-se negaban a ha- cerlo y se refugiaban cn los cuarteles. Habia un esta- do de'sublévacidn y de-levahtamiento inilitar contra a’ drdenes deun poder legal, como era el que investia el doctor Alfonsin. Recuerdo aquel 19 de abril de 1987, cuando la re- belidn se trasuntd en la toma de cuarteles y en cl acantohamiento de Campo de Mayo: Ahi se produja un punto de inflexién en Ja historia politica de'los argentinos, Seguramente, estoy trayendo a mi memo- ria algunos recuerdos de mi compaiiero de la Sota, con quicn actué‘en conjunto en aquel episodio, {Qué hizo la oposicién aquel dia? Era tradicional que cada vez que se sublevaba un militar ta oposi- cidn iba a ponerse detrés de él “por las dudas”. Esa es la historia de los golpes del 30, del 43, del 55, del 62, del 66. Pero los peronistas tomamos otra actitud: nos fiuimos a la Casa de Gobierno, nos pusimos. al lado del presidente de la Repiiblica y le dijimos: “Us- ted.tiene todo nuestro partido comprometido’con la continuidad y la legalidad de su gobiceno, Acttic como mejor le convenga a los intereses de la Repiiblica.” Con él fuimos a Campo de Mayo; con é! penetramos en los cuarteles y en los lugares donde se lajaban 1434 los oficiales rebeldes. A él lo alentamos para que pu- siese coto a esa escalada militar, porque-ya no esta~ ban en juego la salud o la subsistencia de un partido politico, sino los valores de la-democracia. Asi, el presitiente Alfonsin pudo llegar a la Plaza de Mayo -le pido al sofior senador de la Sota que si le-viene a fa memoria algun otro recuerdo me lo indi- que-, donde la ovacién de la gente fue indiseriminada, sin distincién de-banderias politicas. Por primera vez. los argentinos nos habjamos dado la.mano para re- sistir una mieva y desgraciada intentona militar. Pera aquel dia se dijo aquella frase, tal vez. contradictoria =no quiero ser critico de la figura de Alfonsin porque Io respeto y lo estimo comio hombre piiblico-, de que “a casa estaba en orden”. Y la casa no estaba en orden: se habia empezado a desordenar aquella mis- ma tarde, Mientras nos abrazébamos jubilosos en la Plaza de Mayo comenzaba un proceso’de reversion que se iba a exteriorizar con el envio de los proyec- tos de ley de obedioncia debida y de punto final. Es cierto que eran tiempos dificiles. Tal vez,.po- demos parecer a veces poco comprensivos con res- pecto a la realidad que nos tocé vivir. Pero, a mi entender, aquello fue un signo de tremienda debilidad de la democracia: habjamos ganado en las. plazas, habiamos sometide a los rebéldes, y despuiés de clio le ofrecfamos ese puente de plata qué, para muchos, significaba el comicnzo dela impunidad en fa Argen- tina. Enel debate advertimos que habia un doble men- | saje para la sociedad: por un lado, se hablaba de jus- ticia y verdad y de-castigo a los culpables y, por el otfo, se sostenia que habia que buscar una solucién politica, ‘Nuevameite, la sociedad del miedo y de la liber- tad condicional habia resurgido entre nosotros. Re- cuerdo que en el debate sobre este tema dije que ha- bia dos memoriosas experioncias en la historia sobre lo que significaban las leyes de amnistia encubierta y traje ‘a colacién que los asesinos de Julio César lo- graron en cl Scnado romano una ley de amnistia para los victimarios, Pero la plebe, ayudada ~y no segura- mente en poca medida por las legiones de Octavio— logré que ese mismo Senado no sélo reviera o nega- _ tala ley de amnistia, sino también que acusara, juz- gara, condenara y apresara a los amnistiados de ayer: Si bien es cierto que sabiamos que ef presidente Alfonsin no iba a hacer como Luciano Bonaparte en el famoso episodio de los tormentosos dias de la Re- yolucién Francesa, cuandy hizo apresar al Parlamen- to por las tropas y de esa manera lo disolvid, sabia- mos que en la puerta de nuestro Congreso no nos estaban esperando los granaderos. Pero teniamos la sensacién de que nuevamente el miedo habia comen- zado a regir la aotitud de los legisladores. CAMARA DE SENADORES DE LA NACION —_—. OO + era mis propio, mas. cabal y valiente, si se-tenia la Reunién 5 Sefior presidente: discutimos aquella ley. Sostuvie'| mos como era posible que esa ley no condenara los crimenes atroces y aberrantes, cémo dejaba incluido dentro de la obsdiencia debida algo-que el derecha penal reputa como absolutamente inadmistiable ¢ imperdonable: los crimenes atroces. Cémo podia se, posible que la ley excluyera de Ia obediencia debida a aquellos que se han apoderado de bienes fisicas er! forma irregular y, on cambio, no hacia esta misma 3 excepeién para quienes habjan apresado y tomado ! como propio los cuerpos humans. ;Acaso lo hum no era menos importante que lo material? Deciamos estas cosas y nuestras previsiones, diez. 4 afios después, no fueron vanas.-O sea, nuestro iriten to de que estas leyes no sc votaran no fue una deci-"” sién movida por célculos electorates o politicos. En definitiva, esta ley no sirvid a los fines de lo que se pensaba; no Ilevé pacificacién al cuerpo sovial de lai Repiblica. . a + Quiero decir algo més para que se vea que muchas avliludes de nuestro gobierno justicialista no fueron, tomadas de forma descolgada de Ja realidad. 4 Si bien me opuse a la sancién de estas leyes y-cl debate fue tenso y fuerte, también dije que, antes de’ esta amnistia encubierta y antes de la sancidn de estd “Tey de la impunidad, era preferible que el Poder Eje-'i cuttivo acudiera a los indultos sclcctivos, Sostuve que conciencia de que habfa razones para ello y mediaba * el arrepentimiento, dar esta gracia del Pader Fjecn! yo antes que sancioniar una ley ajuridica que instala- ba la impunidad y que, ademas, no ibaa llevar a la pacificacién, objetivo seguramente perseguido por, aquella ley. : En suma, sefior presidente, estas loyes las debe- mos derogar no sdlo por su articulado impropio para tuna democracia madura como la que pretendemos construir, sino porque también son el ultimo simbolo- dela debilidad de la démocracia, de ‘una democracia que no sabe hacer frente a Jas exiyencias de los ticin- pos politicos que se dan en la vida de una nacién. En definitva, sefior presidente, han pasado diez: aiios, pero la conciliacion entre la sociedad militar y.’ la sociedad civil ha'llegado. Nuestro gobierno puede atribuirse gran parte de esta tarea. Hoy los militares, para quicncs tcncmos momoria histérica, reconocen por primera vez subordinacién al poder civil. La sociedad militar tiene nuevas funciones, estra=” tegias y cometidos on la vida de los argentinos, El reconocimiento de que jamas volveréna ser instru- mento de impulsos golpistas, que tanto dafio le hicic- ron a la Repiblica on los ultimos cuarenta afios, no es solamente del general Balza en nombre del Ejér to, sino que también se extiende a las otras fuerzas : 4 demarzo de 1998 ‘adas. Por eso, pienso que la pacificacién esté ‘o20, por lo menos, esta instalada. yy otras fuerzas armadas y hay otra sociedad sitica mucho mas madura, Es por ello que lo que estoy diciendo es més bien x’ llamado de atencién como experiencia éccionadora de cémo debe funcionar la democracia ‘¢tial debe ser cl valor de las grandes coincidencias jacionales. ‘Aquella plaza del 19 de abril fue la plaza del pue- }lo de la Repiiblica; del pucblo unidé més allé de las. :banderias politicas. Significd la unidn de oposicién y sbierno en resguardo de la Constitucion. Juntos fui- jigs a Jos cuartcles, juntos desarmamos a los rebcl- des y juntos aclamamos en la plaza‘el triunfo de la democracia. Que eso nos sirva como leccién, sefior presidente, ‘Creo que van a venir tiempos dificiles para.la de- “iocracia argentina —esperemos que no lo sean tan- fo", porque mas alld de la obediencia debida y del nto final, tenemos otros ‘desafios que superar, que jacen a nuestro futuro como Nacién. jOjala podamos reproducir el espiritu del 19-de ibril! {Ojalé que la experiencia que ese dia capitali- la democracia nos sirva como ejemplo alecciona- ior para las decisiones que debemos tomar en el fii- ‘tro! (Aplausos.) ... Sr. Presidente. — Estan anotados los sefiores se- “nadores Villarroel; Berhongaray, Galvan y Alasino. , " Sr. Avelin, ~ Sefior presidente... Sr.,Presidente. — {Lo anoto; senador Avelin? Sr, Avelin, ~ Estoy confundido, porque hay dos spectos... Sr, Presidente, — Le cuento exactamente lo que. “hablé con el senador Menem al respecto. <>. Ahora vamos a terminar el tratamiento del tema én consideracién, A posteriori, a pedido de alguno de ustedes y con la yotacién de los dos tercios, voy a habilitar el tratamiento sobre tablas del proyecto'de derogacién de las.leyes. En este momento sc cst rindicndo un homenajc que sirve como fundamento para la votacién poste- rior. Para no cometer un error reglamentario, una voz que los oradores anotados hagan uso de la palabra, voy a hacer habilitar el tratamiento del tema con el ‘voto de los dos tercios y luego pasaremos a la vota- cién del proyecto de derogacién de las leyes. Sr. Avelin, - Entonces me anoto para poder fun- damentar el tema antes de-pasar a la votacién. Sr. Presidente. ~ Muy bien. Sr. Maglietti. ~ Ami también andteme, sefior pre- sidente, : CAMARA Di: SENADORES DE LA NACION 1435 Sr, Presidente. - Con los senadores Avelin, y Maglictti damos por cerrada la'lista de oradores, Es- tan anotados los sefiores senadores Villarroel, Ber- hongaray, Galvin, Avelin, Maglictti y Alasino, Luc go de que haga uso de la palabra, procederé a efectuar las votaciones reglamentarias que correspon- dan para habilitarel tratamiento sobre tabla del pro- yecto de derogacién de las leyes. * Pido a los sefiores senadores colaboracién en el sentido de ser lo més limitados posible en sus exposi- ciones Sr. Villarrocl. - Sciior presidente... Sr. Presidente. - Sé que no es a usted a quicn se lo tengo que decir, sino a todos, Sr. Villarroel. — Por supuesto. Seftor presidente: no renuncio al derecho de ha- Dlar, Simplemente solicito que por una circunstancia especial, en mi turno se conceda la palabra al sefior senador Berhongaray. Sr. Presidente. — Ningin inconveniente, Usted pide que hable primero el sefior senador Berhonga- ray y usted después, 0, preficre hacer uso de la pala- bra en otra ubicacién? Sr, Villarroel, - Después del senador Berhonga- ray. Sr. Presidente. ~ Muy bien. ! * Sr, Alasino, ~No nos vayan a dejar sin quérum. Sr, Presidente. - Tiene la palabra el seffor sena- dor por La Pampa de la, Unién Civica Radical. Sr. Berhongaray. — Ante todo qitiero agradecer al sefior senador Villarroel que me haya cedido su lugar para hacer uso de la palabra. Debo ‘expresar la sorpresa que me causa cl siste~ ma de tratamiento conjunto de dos temas harto im- portantes, como lo son cl repndio al golpe militar de 1976 y el andlisis de la derogacion de las leyes de piinto final y de obediencia debida, Si csto sc ha acordado asi, obviamenite voy a acop- tar las reglas del juego y a hacer.mias las palabras del sefior senador Losada en todo lo referente al re~ pudio del galpe de Estada de 1976. A continuacién voy a hacer algunas consideracio- nes relacionadas con el segundo tema: Digo “la sor- presa” porque me acabo de enterar, aqui en el recin- to, de que vamos.a tratar este tema, Y creo que tanto Ja profundidad de este asunto, como todo lo que trae aparejado, requiere que tengamos un poquito mas de respelo entre nosotros mismos para acordar con of debido tiempo la posibilidad de juntar los muchos pa- peles de tantos afios en los que estuvimos hablando, analizando, viviendo y sultiendo estas cosas, Pero ahora Jas circunstancias nos ponen siibitamente a to- ner que hacer algunas reflexiones, a ‘ 1436 CAMARA DE SENADORES DE LA NACION Reunién S* a No seria un hombre de bien si no-reafirmara los conceptos vertidos por el sefior senador Cafiero res. pecto del decreto llamado de aniquilamiento, de Luder, Lo definié en los: términos en que exactamente co- rresporidia ser definido. La orden de aniquilamicnto significaba ni més ni menos que el restar toda capacidad operacional a los grupos subversivos. Quizas podriamos calificar de imprudente el término, pero nunca de violenio ni de antijuridico, Digo jinprudente porque ya desde 1966 habia una clara decisién de militarizar la politica argentina. Militarizar en los términos.en los cuales el geiieral Ongania comenzé a introducir el concepto después de recibir sus instrucciones de West Point -la acade- mia imilitar de los Estados Unidos~, con la famosa doctrind de la'seguridad tiacional La fuerza del pueblo logré reouperar la democt: ia, pero esa cultura de la militarizacién siguié avan- Zandoy entonces no importaron los aciertas a las erro~ res. Las decisiones cstaban tomadas y vino el golpe dol 24 de marzo de 1976. Lo que'pasé hasta. 1983 es * historia por todos conocida. No vamos a hacer un‘campeonato de quiénes tuvieron mas responsabilidades, mas heridas, mas Sangre o mas muertos, Considero que sufrié toda la Republica. Si estamos absolutamente conyencidos de quepara ser ecidnimes en el tratamiento del tema al cual voy areferirme, que-es la derogacién de las Ieyes de pun tofinal y de obediencia debida, no podemos dejar de considerar las circunstancias que vivid el pais, no digo desde 1983 sino desde 1966. Es ¢ierto lo que aca se dijo ~y no pude escuchar inucho porque estaba tratando. de-réunir rapidamente algunos papeles— acerca de que la situacién en térmi: nos politicos era de muy dificil gobernabilidad, Es cierto que estaba ocurriendo algo mas impor= tante que los intents de asohadas, motines o rebelio- nes que nos tocé vivir. Estibamos presenciando la pérdida de la sacralidad del poder politico, que con- sistia cn no poder hacer comparecer ante fa justicia a - aquellos a quienes se citaba, Aqui seha recordado a los militares quic se metian enos cuarieles, a los jueces que no podian hacer cuim- plir-sus érdenes y al estado de derecho que se de- rrumbaba. Y después comenzé el proceso de 1983 con una mistica, una cuforia y una alegria como las que vivie mos al sancionar leyes-como la 23.049, de reforma del Cédigo de Justicia Militar, en donde eliminamos los bundos,-la posibilidad de que los ‘civiles puedan ser juzgados por tribuiales militares; logramos que se acotara todo el margen del llamado fuero militar, para que. los militares también por delitos comunes tuvieran que comparecer ante la justicia civil como cualquier otro ciudadano ¢ impusimos el concepto de ciudadano con uniforme cuando nos referiamés a los militares. ‘ A los poces dias sancionamos Ia ley que equipara- ba al torturador con el hémicida. Fuimos ratificando los convenios internacionales sobre derectios huma- nos y la Convencidn de San José de Costa Rica. Fuimos haciendo leyes, las mas avanzadas que existian en el pais; pero nos encontramos con la rea- lidad al ver cémo el estado de derecho se encontraba en circunstancias en las ciiales se volvia inmanejable. Estibamos convencidos de que habia que termi- nar con la impunidad para sicmpre, y lo intentamos. Intentamos por todos los medios avanzar lo mas len- tamente posible, de acuerdo'con lo que crciamos que Jas circunstancias nos permitian, Y entonces dijimos: bueno, con las instrucciones alos fiscales va a alcan- zar, Y no alcanzé. Estableciios Ia ley de punto final que decia: bue- no, hay un plazo de caduicidad perentorio, sesenta dias para que todo aque! que tenga alguna denuncia penal : que realizar por hechos vinculados a la represidn los haga; y a partir de ese momerito que desaparezca la espada de Damocles que existia sobre tantos milita- Fes; que no sabian si iban a ser juzgados 0 no.Algunos, estaban convencidos de que eran responsables: otros tenian temor de que por encubrimiento, complicidad oalgin grado de participacién pudieran Hegar i yue= dar involucrados en esos hechos. . Y yo, que en ese momento presidia la Comisién de. Defensa y tenia que entrar a los cuartolos, les puedo asegurar que cra absolutamente dificil la situacién, El clima estaba totalmente enrarecido, Habia situa~ ciones de Estado que nos-Hlevaron a hacer 16 que no querlamos, es decir, sancionar la ley de obediencia dobida, porque la de punto final no obtuvo ningin / resultado; al contrario, fue. un bumerdir que se nos ving en contra: ese plazo de sesenta dias motorizd 2 todis los procesos, Todos los fiscales y los jueces que habian estado practicamente dormidos frente a las causas, se pusieron ert 1 inlo. Mas de seiscien- tos casos aparccicron en ese tiempo y, en total, hubo. mas de 2.000 militares on actividad armados-, involiucrados, muchos de. ellos integrantes. de fami- lias de militares que tenian a sus hijos también aden- - tro de otros cuarteles, Fntonces, se’planied el famosa tema de la ética de Ja responsabilidad: Frente a esa situacién, qué ha- ciamos? Hicimos lo que no queriamos: sancionar la ley de obediencia debida, estableciendo una presun- cion iure ef de iure—sin admitir prueba en contrario~, * segiin la cual todos aquellos que revestian grados mi- litares de teniente coronel —inclusive— para abajo, “habian actundo por obediencia debida. Fue duro. Ya fo dijo alguna vez el ca presidente Alfonsin: frente-al ma de los derechos humanos del pasado, se prescn- -4aba el tema de la supervivencia de los derechos hu- manos del. futuro, Esa era la disyuntiva en que nos sncontrabamos todos los argentinos. fon Sé.que lo que estamos diciendo no fue por todos “Ycompartido, Desde la oposicién se levantaron muchas eriticas; desde nuestro propio partido sé levantaron ‘yooes criticas. Muchas. Es que lo que estébamos ha- ciendo cra un acto de cirugia mayor. Y qué padre, qué hermano, qué madre puede alegrarse ante un acto © de cinigin? A veces se hace, porque no queda mas | remedio. Y a veces nos equivocamos y cl onfermo se *Snos. muere en el quirdfano. Gracias a Dios; este en- {fermo no se nos murié en el quiréfano. Sangré mu- cho, quedaron heridas y cicatrices, pero el enfermo empezo a vaminar de a poquito y siguid andando. Hoy igue haciéndolo: es esta democracia que hoy segui- © mos construyendo. : ‘Ahora venimos a derogar. esas leyes, En términos “Sjuridicos, diria que estén agatadas. No existen. La “Jey de punto final, que como deciamos establecié un “!"plazo de sesenta dias para efectuar las dennncias, fue J. -absolutamente agotada en ese momento. Se extinguid ‘sola y rapidamente. * La ley de obediencia debida remitia su ambito de "yigencia temporal al inciso 1° del articulo 10. de'la "Tey 23.049, que cs Ia ley que reforma el Cédiga de , | Justicia Militar. Ese inciso decia que comprendia a «:todos los hechos vineillados con la represion ocyrri- dos entreel 24 de marzo de 1976 y el 26 de septiem- ~ bre de 1983, que fue el dia en que se sancioné la ley ‘de-autoamnistia. Ese fue el plazo que se tomé en to- ~ das las leyes vinculadas con la represién y la viola~ cin de los derechos humanos. La eximente de obediencia debida solamente cu- bria a esos hechos, por la presuncidn iure e7.de iure que: hemos sefialado. Un hecho cometido durante el gobierno anterior, previamente al 24 de marzo, por mas atroz y aberrante que hubiera sido, no estaba amparado por ese eximente de.la obediencia debida. Un hecho cometide después del 26 de septiembre de 1983, aunque fuera inmediatamente después, no es~ taba amparado por la eximente de la obediencia de- bida. En efecto, reitero, ésta cra sélo para esc lapso de vigencia y para el personal que habia actuado operativamente de acuerdo con los planes tipificados en la ley 23.049, En consecuencia, podiamos decir que esta ley estaba virtualmente agotada-y derogada __ de hecho en fos tiempos. * Después, sancionamos la ley 24.556 —promulgada el 11 de octubre de 1995—, que ratificé el Convenio. sobre Desaparicién Forzada de Personas, en cuyo articulo 8° se dice que no se admitird laeximente de, CAMARA DE SENADORES DE LA NACION 1es que dispongan, autoricen, o alienten la desap: ricién forzada de personas. Toda persona que reciba tals érdenes tiene el derecho y el deber de no obede- cerlas, Esta es una ley de la Nacién Es decir que, reitero, la Hamada ley de obediencia debida estaba virtualmente agotada en el tiempo; su vigencia temparal habia terminado: y la ley 24.556, de 1995, terminaba con la expectativa de cualquic- ra que quisiera invocar la supervivencia de aque- Ila norma. Entonces, 2por qué estamos acd deragéndola? Por- que podriamos pensar que, analégicamente, algun juez tal vez la aplique en forma equivocada. De todas ‘maneras, nosotros sabemos que juridicamerite cllo no es posible, porque en derecho penal rige el principio de la ley penal mas benigna, que aqui se mantiene y que esta contenido en ef articulo 2” del Codigo que rige esta materia, ‘A nuestro enterider, estas leyes han terminado ab- solutamente: desde el momento en que se acabé el Ambito de aplicacién temporal de estos delitos. Estas son las pequefias reflexiones que’ quise ha- cer sobre el tema, porque creo que valian la pena. Sr, Presidente. ~ Tiene la palabra el seffor-sena- dor por Catamarea. : Sr. Villarroel.-- Sefior presidente, sefiorés sena~ dores: quicro sefialar que esto-no me es grato. Com- parto algunas de las expresiones que acaba de hacer quien me precedié enol uso dela palabra y me pare- ce una suerte de mezquindad entablar con motivo de este tema que nos convoca una suerte de contabilidad politico partidaria, a fin de establecer presuntos.su+ peravit o déficit de oposicién en su momento al golpe del 24 de marzo de 1976,.0 con relacién.a‘las victi- mas dé la represion, 0.2 lo que significaron oportuna- mente estas leyes, alas que se estan refirierido de manera indirecta, porque todavia no llega el momen- to de considerar estos temas. Yo simplemente sefialo que he leido el debate so- bre la ley de punto final, que sugestivamente tuvo entrada por este Senado, en donde el gobierno del presidente Alfonsin contaba con minoria, y aqui fue sancionada.. + Creo que en realidad est ocurriendo algo. que al- guna yez.don Miguel de Unamuno supo expresar con su genialidad. El dijo que el hombre sdlo tiene opor- tunidad de predicar la verdad cuando habla de si mis- mo: Yo creo-que es asi. Me parece que, de alguna manera, los discursos que hemos ofdo responden “aunque quizés no sean constientes de ello quienes Jos han vertido- a esa obscrvacién de Unamuno, Yo, que si soy consciente de ta verdad de esa afir- macién de Unamuno, puedo decir exactamente que 1438. CAMARA DE SENADORES DE LA NACION Reunion ner desde ese 24 de marzo de 1976 me dediqué exclusi- vamente al ejercicio de una abogacia militante, Digo militante porque la defensa del derecho es una militancia y porque esa defensa del derecho me llevé también-a defender en'mi provincia a la mayoria de los perseguidos de entonces. Y mas que eso, sefior presidente, porque en rigor de verdad habia pocas oportunidades de defenderlos 4 . Ya que la.mayoria de ellos no tenia proceso; ni six quicta tenfan el famoso decreto de “a disposicin del Poder Ejecutivo Nacional” que, de algiin modo, les garantizaba la vida. Por lo tanto mi tarea de abogado era algo lateral en el sentido de abogar para que al- gunos si aparecicrait en el decreto.y dejasen de ser detenidos en negro, y para que los pocos que cstaban sometidos a:proceso contasen con la asistencia pro- fesional necesaria Ese gjercicio de mi-profesion -que seguramente ha sido mi vocacién mas profunda, y que continia siéndolo'por sobre el oficio politico es el que"me permitié confrontar cara-a cara cudnto signified ol dolor y la soledad en las-victimas yen sus allegados y cuanto dolor tno pudo experimentar frente a tantas _actitudes de indiferencia, de levantar los hombras'y de hacerse los distraidos que sc dieron en mucha gente, de todas las’ militancias, Preferian —como suele ser habitual en nuestras sociedades—no ver el medllo dé la cuestion. Y el meollo de la cucstién no es.un tema politico y mucho mienos partidario. Ni siquiera os un-tema de derecho constitucional. El meollo de la cuestion es un tenia moral-y, justamente por eso, porque es ‘una cuestién moral ahora no sdlo nosotros sino el mismo pueblo de-la Repiiblica no ticne mas remedio que afrontarla; esa es la verdad. . Esa cuestion moral tiene, digdmioslo asi, una cosa precisa. Durante la dictadura militar se modified cl Cédigo Penal y se establecié por primera vez dentro de nuestra ley penal comun la pena de muerte, y en los fundamentos-de la CAL que sustituia a este cner- po aqui, justariiente en este recinto- se dijo que pre- cisamente se incorporaba la pena de muerte en orden a estos fendmenos de terrorismo. Y hete aqui el pro- blema moral: los responsables de ese gobicmo jamas firmaron una condena de muerte, y sin embargo se mataba, Esta es la cuestién. De otro modo, si se hubieran, hecho responsables quizas el juicio podria haber sido mas matizado, No lo puede ser en absoluto porque, insisto, no-asumic- ron su responsabilidad como hombres, como perso- nas, de decir: “Yo condeno a muerte”, 0 “Nosotros condenamos a muerte”, Esa es la verdadera cuestién: esa cs la cuestidn moral inlevantable y que, por for. tuna, ahora renace en el pecho de la inmensa mayoria de los argentinos. Desde ahora, desdé este momento, desde este 25: do marzo de 1998 es muy facil discurrir acerca de si estuvieron bien o mal la leyes de obediencia debida y de punto final. Alguna vez Ortega y Gasset, citando aun fildsofo alemén, dijo quo los historiadores ~y éste era un historiador— son profetas del pasado. Apa~ renta ser una paradoja pero, en realidad, es una pro- funda verdad, : A Io lejos es facil juzgar. No me animo a juzgar. Ademiés, no me tocé la responsabilidad de participat én algtin debate; no era Iegislador en aquella época.” Asi que me parece prescindible ese tipo de conside- raciones y, ademas, que no guardan la debida rela- cidn de importancia axiolégica pido disculpas por la palabra, que pareceria rebuscada— con ese luto," ese Ilanto y ese dolor de entonces. Practicamente esta expuesta la cuestion de la de- rogucién de las leyes de obedicncia debida y punto final, sancionadas en la Camara de‘Diputados, Con- fieso que no he podido leer la iniciativa; no tengo tin ejemplar cn las manos. Poro me parece innecesario, Porque entiendo-que no es un proyecto con virtuali- dad juridica. Caroce de viriualidad juridiea porque ambas leyes’ Agotaron su contenido, por el transcurso del tiempo y de las circunstancias. Ademds, una eventual aplica cién retroactiva de esas Ieyes que algunos han insi- nuado por ahi~ tio sélo choca con el articulo 2° del Cédigo Penal -si fuera esto, tal vez podria dérogarse esté articulo— sino también.con un precepto de onti= dad constitucional. Porque sino recuerdo mal —no tengo papeles a la vista; estoy improvisando-, choca: con ¢l articulo 9° del Pacto de San José de Costa Rica sobre derechos humanos, que consagra expresamen- te este principio que hace valer la retroactividad 0 ultraactividad, en todo caso, de la ley penal mas be- nigna. De modo que la norma careceria de toda vir- tualidad Sobre la presunta anulacién que conozco de of- das, porque ayer no tuve.tiempo de ver por televisidn : el debate cn Diputados~ quiero decir lo siguiente. El inico caso que conozco en que se acepté la constitucionalidad de la anulacién de una ley tue el pronunciamiento de la Corte respecto de la célebre autoamnistia del gobierno del’ proceso militar. La razén do la nulidad fue, precisamente, que nv cabia darle entidad de ley a una norma que significaba be- neficios directos para quien Ja dictaba, Asi fue la cosa, dicho en términos bastante gruesos. ” De manera que esto sé que se ha discutido y que en definitiva no triunfé incorporar Ia anulacin de las leyes de obedionoia debida y punto final tam- bién es inaceptable desde el punto de vista constitu- cional, por Ia teorla que hace a quien ejerce el con- “)5.de marzo de 1998 1439 {ral'final de la Constitucién y por el papel del ‘Parlgmento. : de alguna manera estoy hablando de mi, queda “eumplida ia responsabilidad que'nie corresponde en instancia, Sr. Presidente. — Tiene la palabra el sefior sena- dor por La Rioja: Sr. Galvan, — Sefior presidente: si me fuera dado {run hombre ambicioso, mi mayor ambicidn en este fiomento seria la'de tener poder de sintesis y de im- jpidvisaciOn, Porque en esta jomada-del 25 de marzo con espiritu de-uncién a rendir un homenaje a Silas Victimas de aquel golpe de Estado que bien se ha _caracterizado pot los oradores preopinantes Comprendo que frente a la exaltacién de méritos propios, a veces Se tiende algin manto oscuro sobre el comportamiento de otros. -° Creo que cada partido politico ha hecho un honra~ jo.esfuerzo para vencer a la dictadura, Pero cn nom- ire de. mi partido debo decir que la Unién Civica idical hizo todos los-esfuerzos para que el golpe ‘ind tviera lugar y se reivindicara'la democracia “Aqui se hizo mencién a palabras de Ricardo Balbin, Es verdad, de Videla dijo “este‘es un general de la iemoacracia”. Cuando como secretario. del Comité ‘Nacional le pregunté cual era Ia razén de esa expre- ‘sign nie dijo que “lo queria contagiar. de'democra- cia”, Balbin también dijo “todos los desaparecidos ‘estan muertos”, y la historia ha comprobado que fue asi ; Voy a hacer una confesién histérica, Batbin ta bién hablé con Harguindeguy por los presos del ‘Ya pedido de algunos dirigentes de La Rioja sol a libertad del actual presidente de la Repiblica. Bien dijo el sefior senador Villarrogl: lo que no se itd * dice acd o lo que se olvida -tal vez para bien es que - hhubo abogados quo hicieron la militancia abogadil et los tiempos duros para la democracia A veces los hombres de bien, por decoro, no men- Scionamos dénde hubo algunas presencias y dénde “algunas ausencias, Pero no qui¢ro volver a’ tas -antinomias. preso en las provincias de Buenos Aires y de San "Luis por luchar por la democracia, no puede ser dis- “minuido. Esta bien que hagamos los juicios, pero tam- “ign debemos recordar la vivencia de esos tiempos, “lo que a veces es dificil. # °-Fui un humildecolaborador del presidente Alfonsin én una tarea dificil, como subsécretario de Interior. Ethecho.clectoral y civico de votar el 30 de octu- { bre no'fue suficiente para impedir-que. las paredes CAMARA DE SENADORES DE LA NACION Creo que con estas muy pobres palabras, con las | * Ricardo Ralhin, ese vencrable anciand de 78 afios,° poderosas dé ese'dique que contenia un charco. de ‘Sangre se rompicra y para que la democracia lo repa- rara con una varita magica. Recuerdo que al dia siguiente del juramento de ‘Irdccohi se presentaron en el Ministerio de Interior los reclamos lastimosos y legitimos de las madres y de las abuelas. Ese era el drama argentino, Pero no: suttos tenfamos que cumplir una promesa, que sigr ficaba también una leccién civica para los pueblos del mundo, Asi, chjuiciamos a las juntas resporisa- bles del golpe del 24 de marzo de 1976. Pero tam- bién enjuiciamos a la guerrilla. A titulo de. anécdota voy a decir que me {ocd traerlo préso a Firmenich, lo cual me fue encomendado por el presidente. Debi hacerlo porque tenia que triunfar la justicia y el dere- cho. Ese sefior, que estaba amenazado de muerte, te- nia que ser enjuiciado, y no matado. aes . Esos son los pequeiios y grandes esfuerzos. que hemos hecho. Cuando se dictan las leyes de obediencia debiday de punto final existia ui estado de necesidad, Los abo- gados saben que habia que sacrificar un bien para defender uno mayor. No estaba tan fortalecida la de- mocracia, seiior presidenté, porque los cuarteles es- taban con los-generales, con-los coroneles y con las arnias del proceso! Nosotros necesitabamos fortaleza para salvar al proceso democratico de la Repiblica.-En tal sentido, vyaloro el aporte ‘del justicialismo en abril:de 1987, como tendré que yalorar el justicialisms el que noso- tros estuviéramos al lado del presidente Menem el 3 de diciembre de 1990, . Esas son las lecciones del pasado, Entonces, no se debe venir a hacer juicios. Los comprende, los legiti- mo.y no los objeto, pero habia que vivir ese tiempo. Recordemos que empez6 a funcionar la Conadep y que comenzaron a actuar las bandas armadas que to- davia eran resabios del pasado, Ese era el clima que vivimos durante el gobierno del doctor Alfonsin. El sefior presidente Menem de- crcté el indulto de los responsables mayores de este -descalabro institucional y humano que suftid 1a re- publica, Este Senado no se reunié como sucedié cn tiempos de César, segin recordaba el senador Cafiero, donde el Triunyirato formado por Octavio, Marco Antonio y Lépido hicieron rever la ley de indulto de Bruto, Casio y’sus amigos. Entonces, acd también hay situacionos que com- prendemos. Por eso venimos al debate sin papeles, salvo uno que con motivo del homenaje ine hizo lle- gar el sefior senador Ledn. Se trata de un documento del Comité Nacional de la Unién Civica Radical de junio de 1977, firmado por Balbin, Illia, Aifonsin, Luis Leén y otros. Intervinieron dos jueces federales, 1440 a uno de los cuales veo ahi patrocinando estas gran- des imultinacionales, que sc han hecho ricos con estas privatizaciones, Me refiero al doctor Giletta y al doc- tor Sarmiento. Tavimios onatro procesos los que fir- ‘mamos esta solicitada on 1977; ahi nomds del golpe, Algo hemos hecho. No queremos pasar a la histo- ria, pero tampoco queremos quedar en el olvido, por- que los hombres de ta Unidn Civica Radical tenemos responsabilidades. Y hoy. vamos a discutir sin deba- te este proyecto de ley que viene de la Cémara de Diputados. Yo, por lo menos, no estoy en condicia- nés de hacerlo, Estoy inspirado en yn buen propésito, perordebo decir algo, sefior presidente. Los sefiores colegas guramente lo van a atribuir més a la imiprovisa que al deseo de que no ocurra lo que yo pienso que puede suceder. La sancién de este proycoto de ley puede abrir nuevos procesos cn el pais, Lucgo de la sancién de este proyecto de ley, frente aun dolor hu- ‘mano ninguna persona que tenga un ser querido des- aparecido se va a acordar del articulo 2° del Codigo Penal, Si en este momento un juez espafol esta aten- ~ diendo causas relacionadas con los detéchos huma- ‘nos, no sé lo que podra pasar cn cl pais. Escuchaba con atencién las profundas y levanta- das reflexiones del sefior senador De la Sota. El de- cia que nosotros, los radicales, asumimos la.sancio- nes de Jas leyes de punto final y de obediencia debida en soledad. Es verdad. Estas son las responsabil des de los que gabiernan : Quiero hacer una honrosa advertencia. En las con- secuencias de la aplicacién de esta derogacién tenc- mos que estar todos juntos. Quiero que el presidente ‘Menem termine bien su mandato. Quicro qué el proxi~ mo gobierno, cualquiera fuera, tenga el horizonte sin nubarrones. Pero tengo el deber de. advertir que la derogacién de estas leyes no sera inocua, No quiero que se perturbe la democracia. Y voy terminando, seiior presidente. Quiero dejar estas preocupaciones en un debate sobre cl que no estébamos anoticiados. No quisiera que maiiana los argentinos tuviéramds que decir las palabras de Bru- to, cuando cn Ia batalla de Filipos, derrotado por Marco Antonio y por Octavio exclamaba: “Libertad, nombre vano, engaiiosa palabra, esclavo del destino, no creo més en ti”. Porque ahi moria la republica. Entonces; que con esta ley nog ilumine Dios, que sea para la reconciliacién y la verdad, para el dere~ cho y la justicia y no para abrir las suturas que tanto han costado para unir al pueblo argentino después de thntas vicisitudes; dolor e incomprensién. Sr, Presidente. —Tiene la palabra el sefior sena- dor por San Juan Sr. Avelin. - Sciior presidente: éste no cs un tema para discursos ~aunque los que se han pronunciado CAMARA DE -SENADORES DE LA NACION fueron bastante buenos-, sino que se trata de una cues: tidn que obliga a la refiexidn y nos lleva a preguntar- nos qué hacer, ,Cual es el camino que debemos to: mar? {Nos detericnios? {Seguimos mirando hacia | pasado y recogiendo heridas, sangre derramada en todo el pais, frustraciones, intolerancia y desencuen: tros? Qué debemos hacer, sefior presidente? Hay una Nacién que nos espera a todos fos argen tinos; una Nacién que por encima de los muertos; del recuerdo que de todos ellos debemos tener ~sobre sus tumbas tendremos que dorramar lagrimas de doloi de angustia y del infortunio de muchas madres, abu las-y familias-, debe mirar hacia su futuro y dispo: nerse a claborar una esporanza.de grandeza, de soli daridad y de respeto para todos sus ciudadanos. Claro que hay mucho dolor. Todo dolor repercute en el-alma, en el corazén y en.el sentimicnto; todo dolor hace reverdecer el pensamiento y los. recuers dos, pero también debemos tener en cuenta que ¢h dolor debe generar-amor y un sentimicnto:que bon muchas heridas, aunque tengamos que recordarlad permanentemente. La juventud que se est incorporando'a la vida det pais'no tiene muchas de las culpas que tencmos noso: ros; no debe pagar mucho de lo que nosotros tene- mos que pagar. Ellos deben tener la esperanza y la luz. que les permitan recorrer el camino que-la Af: gentina espera, que la Nacién necesita y que el pues blo argentino reclama, ; jCuantas cosas debemos hacer! Necesitamos tr bajo, justicia, dignidad, correccién; es preciso dest rar la corrupcién y los privilegios, lovantar al-pais, cn todos sus horizontes y aspectos, porque el puch! argentino no s6lo esta constituido por los politicos; por los senadores © por los que han intervenido -0 no- en causas que la historia registraré, Son muchos! os obreros de las montafias y de las pampas, son am chos los agricultores, los industriales, ‘los hombres. de trabajo que esperan algo mas y mejor, no para ol vidar lo nefasto de algunos sucesos que han produc: do hechos. de sangre en el-pais, sino para ver como Feouperarnos y-empezar a caminar por una ancha sett da que dé clatidad y ofrezea posibilidades: # Claro que hay muchas cosas que plantean dudas ¢! incdgnitis, pero creo que tenemos dos posiblidades’ bien nos quedamos detcnidos o Horando un pasade desgraciado que todos sentimos y que a.todos n0§ preocupa, 0 bien vemos la forma de levantarnos, ut dos, tados los argentinos, No ¢s una cuestién que incumba exclusivamente Jos partidos politicos -radicales, peronistas u otros“: sino que se trata del alma argentina, que reclama so lidaridad y posibilidades para construir una nueva cS peranza relativa a este gran pais que tenemos y qv: est descuidado, Claro que lo esta. : r a

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