Discurso Ara General Belgrano

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HOMENAJE A LOS HEROES DEL ARA GENERAL BELGRANO

“En un barco de guerra el silencio es tremendo porque el silencio es de muerte”

Capitán Héctor Bonzo

En la tarde del 2 de mayo de1982, a las 16.02 el crucero ARA General Belgrano, con 1093 hombres a bordo, fue
torpedeado por el HMS Conqueror, un submarino nuclear inglés que lo seguía desde hacía más de un día. De esos
hombres 323 nunca volverían a pisar suelo argentino, la mayoría yace en el fondo del mar, en los restos aun no
encontrados del crucero, casi cuatro kilómetros bajo la superficie.

Su comandante Capitán Héctor Bonzo, fallecido el ante año pasado, abandonó último la nave porque el tripulante
que lo acompañaba se resistió a hacerlo si no lo acompañaba. Hay una foto en la que se lo ve sobre cubierta, con su
tripulante Barrionuevo, cerca del límite delantero de la nave, una vez que quince metros de su proa desparecieran
por obra del segundo torpedo.

Una más que inoportuna, inusual e inesperada falta de viento en el día 1 de mayo, había impedido despegar a los
aviones del portaviones 25 de mayo que, en una operación de pinzas sobre la flota inglesa se preparaba a atacarla
junto con el crucero y sus destructores equipados con misiles Exocet, en respuesta al acercamiento a las islas para su
primer bombardeo. Al abortar esa misión y relocalizándose, el crucero fue atacado de un modo que tuviese el mayor
número de bajas posibles, frustrando así cualquier intento diplomático de solución pacífica al conflicto.

Tres fueron los torpedos disparados, dos dieron en el lado de babor del crucero y el tercero sin explotar golpeó a un
destructor. Las balsas de ese lado pudieron bajar sin problemas, las del otro se volcaron, rompieron e inutilizaron. El
barco demoró una hora en hundirse, pero durante la primera media hora, en que la nave quedó con su proa
seccionada embarcando agua y escorándose, la tripulación tuvo que luchar para rescatar a los numerosos heridos y
quemados, y organizar la evacuación en un barco a oscuras, en llamas, lleno de gases tóxicos del torpedo, sin
energía, sin altavoces, sin poder siquiera pedir auxilio a sus escoltas.

La evacuación se produjo en un lapso brevísimo de 20 minutos, en medio de un cielo que se oscurecía y un mar que
se embravecía, preanuncio de la tormenta que se abatió sobre las balsas durante la noche. Muchos de los hombres
que se arrojaron al agua nunca volvieron a la superficie ya que sufrieron una muerte súbita por congelamiento,
algunas balsas se perdieron, otras con pocos hombres no resistieron el frío nocturno (se recuperaron de las balsas 23
fallecidos). Durante la noche e impulsadas por el viento, las balsas se dispersaron y navegaron cerca de100 Km. lo
que dificultó su encuentro por los rescatistas. Recién a las 13 horas del día siguiente fueron localizadas y rescatados
los 770 que sobrevivieron unas cuatro horas después, en un estado de semi congelamiento.

Hay miles de historias humanas en una situación como ésta. Baste citar la de los dos hermanos cantineros, Ávila de
apellido, que eran civiles y se negaron a desembarcar antes de la misión. En el momento del naufragio uno de ellos
alcanzó el punto de evacuación y al notar que el otro no lo había hecho, bajó a las cubiertas inferiores inundadas e
incendiadas a buscarlo, perdiéndose ambas vidas en el intento.

Que haya habido tantos sobrevivientes se debió a la conducción del capitán y la oficialidad, a la preparación de la
tripulación y muy especialmente a algo que es distinta y muy profunda en el mar: la camaradería. Todos destacan
que fueron una gran familia tanto en la navegación como en el naufragio.

Es por ello que como homenaje en este nuevo aniversario, el trigésimo quinto, decidí detenerme, en el profundo
dolor que en un grupo así de unido, experimentaron los que se salvaron, por los que tuvieron que dejar atrás. Dolor
que en muchos casos en forma de culpa del sobreviviente los persigue hasta el día de hoy.
TU MANO Morir sin hacer un solo disparo,

Ciertamente fue su mayor pena.

Estallaba la tarde, –

En gritos y llamas, Ahí comenzaba la espera,

La muerte hace alarde, Envuelta en frío y espanto,

En el crucero que brama. Con el naufragio a la vera,

– Orando y ahogando mi llanto.

Estallido que se reitera, –

Con el torpedo segundo, Llegó el rescate con el día,

Innecesario, vil, artero, El cual festejé alborozado,

Condenando a lo profundo. Mientras mi alma se hundía,

– Por el horror acechado.

Atónito aún soy carrera, –

Procurando la salida, Hoy sigue aún detenida,

La rápida escora asevera, En ese mayo eterno y lejano,

Que está en juego la vida. En que perdieron la vida,

– Tantos amigos y hermanos.

Veinte minutos no es nada, –

Para evacuar un gigante, Sabios doctores me dicen,

Las balsas son arrojadas, Que salir del dolor no quiero,

Los hombres caen delante. Es que ellos pobres no saben,

– Cuánto con la culpa me hiero.

El oleaje lo dificulta, –

La oscuridad se ensaña, Porque esa noche yo quería,

Sólo disciplina estricta, A la balsa conmigo alzarte,

Pone orden en la maraña. El oficial gritó que no debía,

– Era todos hundirse o dejarte.

El gélido mar esperaba, –

A quienes como yo afortunados, Pretendí morirme contigo,

En la balsa que tenaz inundaba, Y a la balsa me amarraron,

Resultaban con otros apiñados. Así fue camarada y amigo,

– Cómo debí soltar tu mano.

Vivamos adiós al crucero, Enrique Momigliano

Llamado a su lecho de arena,


PALABRAS ALUSIVAS

HOY SE CUMPLEN 35 AÑOS DEL HUNDIMIENTO DEL CRUCERO A.R.A. “GENERAL BELGRANO, QUE REPRESENTA EL
TRANSITO A LA GLORIA DE QUIENES QUEDARON TRIPULÁNDOLO PARA SIEMPRE.

EVOCAMOS A AQUELLOS 323 ARGENTINOS, EN LA SIMBÓLICA FIGURA DE AQUELLA QUERIDA Y RECORDADA NAVE,
QUE POR EL ESPÍRITU QUE LA IMBUÍA, ERA ALGO MÁS QUE LA CONJUNCIÓN DE SUS MÁQUINAS Y CAÑONES, … ERA,
Y ES, EL ESPÍRITU DE LOS HOMBRES QUE LA TRIPULARON.

ELLOS SUPIERON HACER HONOR AL JURAMENTO DE DEFENDER LA PATRIA AUN A COSTA DEL BIEN MAS VALIOSO, LA
PROPIA VIDA.

QUEREMOS RENDIR NUESTRO MODESTO HOMENAJE A ELLOS Y A SUS FAMILIARES, Y MANIFESTAR DE TODAS LAS
MANERAS POSIBLES QUE QUIENES REGRESAMOS LUEGO DE HABER TENIDO EL HONOR DE PARTICIPAR EN ESTOS
HISTORICOS HECHOS, TENEMOS EL COMPROMISO DE MANTENER VIVA LA LLAMA DE AQUELLA GESTA, QUE VA MAS
ALLÁ DE LOS RESULTADOS DE LA BATALLA, Y MUCHO MAS ALLA DE LAS CIRCUNSTANCIAS POLÍTICAS DE ENTONCES.

CIRCUNSTANCIALMENTE, EN ESTOS ÚLTIMOS DÍAS, HEMOS LAMENTADO LA PÉRDIDA DE QUIEN FUERA SU ÚLTIMO
COMANDANTE, EL SEÑOR CAPITÁN DE NAVÍO HÉCTOR BONZO, A QUIEN TAMBIÉN QUEREMOS RECORDAR HOY, POR
LO SIGNIFICATIVO DE SU PERSONA.

TAMBIEN HACEMOS PROPICIA LA OPORTUNIDAD PARA RECORDAR A QUIENES HABIENDO REGRESADO, LLEVARON O
AUN LLEVAN SUS HERIDAS EN EL CUERPO Y EN EL ALMA, PRINCIPALMENTE A LOS QUE SUFRIENDO OLVIDOS U
OMISIONES QUE HOY PARECEN EMPEZAR A SUPERARSE, NO PUDIERON TOLERAR ESAS CIRCUNSTANCIAS Y AHORA
NO ESTAN ENTRE NOSOTROS.

NO LOS OLVIDAMOS A ELLOS NI A LOS QUE QUEDARON ALLÁ, NI PERMITIREMOS QUE ESO SUCEDA, PARA QUE SU
MUERTE NO HAYA SIDO EN VANO Y SEAMOS DIGNOS DE SU SACRIFICIO. VAYA LA GRATITUD PARA LOS MULTIPLES
ACTOS COMO ESTE, QUE AUNQUE MODESTOS, NOS DICEN DE UN RECONOCIMIENTO PERMANENTE HACIA
AQUELLOS, EN EL SENTIMIENTO DE NUESTRA GENTE.

EVOCAMOS ENTONCES A LOS CAIDOS DEL CRUCERO ARA GENERAL BELGRANO, Y EN ELLOS, A LA CAUSA MALVINAS Y
EN DEFINITIVA AL SENTIMIENTO PATRIÓTICO QUE LLEVA TODO ARGENTINO DE BIEN EN SU CORAZON, Y QUE, JUNTO
A OTROS VALORES HOY RELEGADOS, PODRÍAN, SI FUERAN RETOMADOS, SERVIR DE PUNTO DE PARTIDA PARA LA
HACER LA ARGENTINA QUE SOÑAMOS, PARA NOSOTROS Y NUESTROS HIJOS.

GRACIAS.

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