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Ethilo grabado Fina Warschaver - 1®. Edicién - Villa Maria 2014. 218 p; 21.5 X13, cm. ~(Narradoras Argentinas) ISBN 978-987-699-096-7 1.Narrativa Argentina. 1 CDD A865 tulo ARGENTINA, ARBONELL ERUSIA + RODRIGO AGUILERA No se permite I reproduccién tot ‘mionto en un sistema informtico, nis trans ualquier medi Impe El hilo grabado Fina Warschaver Narradoras Argentinas coleccion dirigida por jesa Andruetto Juana Lujan Carolina Rossi El hilo grabado El murid, En pocos segundos su cuerpo fue volatili- sala de desintegracién. Liana quedé en el co- eferia no presenciarlo, los arboles espesos de esa calleja ia, segiin decian pomposamente idrios del segundo piso del gran po- {fermos atacados por las radia~ podia llamarlos mente como a buenos amigos. Estos, por ejemplo, son que la tarde de marzo hace reverberar en un 1ego luminoso, Los racimos de sus flores de un solo pé- chauchas. Cuando se sequen, tomaran un tinte ocre ‘cayendo, una a.una, remolineando en el aire en una répi- da rotacién espiral “Como pequefias hélices desprendidas de un avién, el nombre se forma con la raiz helios, sol...sol..” ‘También amaba el sol natural. No el sol artificial ins~ talado en los solarios de los departamentos, desnatura~ do para uso domésticoy perfectamente inocuo. Ante tracciones. $i hubiera cerrado bien el buzo protector. .” 185 ferplanetario tar un estudio sobre wvaba el buzo abierto. Y cuando los hombres todavia no se habi pararse de la gruesa caparazén terrestre, cuando, como hhumildes y voluptuosos lagartos, se ref besos ardientes sin peligro de sersorprendidos por aque- las emanaciones de las manchas astrales, Y todo habia sido inuitil, en aquel mundo que habia .cido las enfermedades terrestres, todo habia sido in- itil para salvara ese hombre que ella amaba Habfan vivido juntos diez. aos de plenitud, de una plenitud que llenaba todos los inte sus dias, horas y minutos. seguido integro, en su magni de las flores de heliantus en el aire. Y no habia reparado ue, como las flores del heliantus, ese girar suspendida en el tiempo, era una espantosa caida, Ahora comprendia. Cuando del racimo que los dos con: una de las flores se habia desprendido hundi lanada, sus cincuenta aios de aspiraciones, proyectos y realiza~ ciones, Habia trabajado mucho, Dejaba estudios ir dos, caminos que otros recorreriany completarian. N: delo que habia proyectado o hecho se perderia, Las ener- gias creadoras no se malgastaban y perdian como antes. ‘Todas las ideas y pensamic registrados, Ya no le era posible Horar. Durante los meses que estuvo internado, ella habia vivido, minuto a minuto, su muerte. Le habia perforado las entratias, la habia carc mido, quemado, hasta dejarla seca, exhausta. No 186 llorar porque no sus ojos sino los miles de ojos de cada uno de sus poros, habian destilado la hiel del dolor du- rante interminables semanas. Y estaba alli como si la vida se le hubiera vaciado de golpe, como si las cuencas floreciendo, junto a la ventana que seguia iluminando, ella era una cascara seca. Su hermana le apreté comprensivamente el brazoy puso en sus manos, con ademin afectuoso, lacajitacon la bobina grabada de aquellos tiltimos dias. =Tenemos que irnos. El acto en la universidad ya debe haber comenzado. ~;Dirdn algo que no sepa sobre él? “an de lo que ellos conocen: del investigador. - de eso. : ~Creo que te hard bien escucharlos. Te animara. No posible concentrar —Podemos ir a pie por la calle -propuso su hermana, buscando algo que la sacara de su anonadamiento. “Ver Ja calle... seria, realmente, un consuelo. Nos gustaba tanto andar por las viejas calles, como hacian los antiguos, Si, vamos caminando. ron del gran edificio silencioso por la alejaron despacio bajo el ar- sas y quedaron envueltas en tesonado de ramas capt unhaloverdeamarillento. adas, Habia sido una jornada larga y peniosa, * -Puedo quedarme contigo esta noche. -No.... Prefiero estar sola. .. No te enojes, =No me enojo. Al contrario, pero quisiera acompa- arte, sieso te ayudara, Las dos se tomaron de la mano y dieron unos pasos por el hangar trasparente. La claridad del cielo nocturno les permitia verse sin necesidad de luz ~iPodris dormir’ -Nosé... ‘Te conviene dormir. Prende el ojoverde. ~Esté bien Quedaron asi, estrechandose las manos, concentra- das en sus pensamientos. , siempre apa todos nos ha preocupado siempre. carrera pero no sabe lo que quiere, ; Nunca lo supo! tractoristal...” La asociacién de ideas la hizo sonreir involuntaria- mentey mirandoa Liana con aire culpable balbuceé: ~Meacordéde la salida tuya cuando la seftorita Delia nos conté la biografia dela tractorista diputada, -Norecuerdo, ~iCémo! {Note acuerdas? Fue tan origi tehas olvidado? ;No repasas nunca tu pasado? No, nunca. hh! Fue muy interesante, Y cémo se quedé la se- Delia. {Te acuerdas de la seiorita Delia, supongo? ~Vagamente. ~Tendré que contartelo, otro dia =10tro dia? No. Puedo escucharte, no temas, Ade- mas no podria don Vamos alla terraza, al aire. Estd por entrar un aeromévil. Vamos afuera, ~Si, como te decia, tu observacién fue tan intempes- tiva. Era cuando estébamos en quinto grado, La sefiorita Delia nos contaba como la tractorista Felisa habia llega doa mejorar el tractor en el ano ieron diputada por ~Si, ahora me acuerdo, Me fastidiaba la seftorita De- ‘on sus cuentos edificantes sobre la cigarrayy la hor- ~Efectivamente. Era su caballito de batalla. Y enton- te: “Esta bien, tuvo éxito porque era tractorista y sélo le preocupaba mejorar su tractor pero si hubiera querido algo distinto. .. algo que no estaba en a equivoca también lo eligen diputado?. .” ;Qué ori eras! {Eso dije?.... No he cambiado mucho. Ahora tamn- bién diria lo mismo. Quedaron en silencio las dos. Liana, ahora tendras que pensar un poco en tu vida dijo Marcia gravemente. -Si siempre he pensado. -No, seriamente “Tal vez. .. Voy a bajar. Estoy cansada. —Entonces, si no quieres que te acompafe, me voy también a casa, No te olvides, abre el ojo verde -se abra- zaron con tristeza~. Prométeme que serds fuerte = {Nolo soy acaso’ —Querida, querida. T Las dos se miraron con los ojos hiimedos. ; Alentrar al departamento, Liana tuvo la sensacién palpable de todo lo que habia dejado de ser en su existen- ia en un estado de espera anhelante, descontando el tiempo de su vuelta, dia a dia. Una espera disimulada apenas con las ocupaciones cotidianas, 189) Ahora, no habré vuelta. Ni espera, tiempo. Ladesazén de la ausencia tiene un término. Esto, encambio.. Sobre la mesita, el ajedrez esta puestoy a su lado el recorte de la partida del campeonato mundial que Helvio estaba estudiando cuando enferms. “Las cosas son partes de ¢l. Todo est comosiviviera, idaen la cama, prendié el ojoverde frenteasu cara, El jo fijaen ella su mirada fosforescente. Yano pue- de desviarla vista hacia el tableroy escarbar en su dolor, eldolor provocado por la visién de los objetos sin duenio. La mirada fijaen ella su dominio de suenoy olvido. Los soles girany, dea dos, se superponen formando lipses de colores. Uno azul con otro amarillo se cruzan yenel centro queda una medialuna verde. Mas alla, otro rojo con azul forma una esfera violeta, y, desde el fondo del ojo, se acercan girando dos cfrculos concéntricos ne~ grosen el centro con un anillo anaranjado alrededor. Los globos de colores son livianos y flotan, flotan, en el fon- do del ojo. Pero el ciende y se va agrandando, agrandando, y se hace cada vez més oscuroy pesa enormemoleseagranday tapa todo, todo. Yva bajando, ;El fin del mundo! Baja, se acerca y es oscuro, y es luz de fuego, y esta ar- diendo, y va a estrellarse y aplastaré todo... ;Y¥ qué ocu- rrird entonces? Va.a ocurrir algo espantoso, El choque de los mundos. (El fin....es el fin de todo! ;Yasse acerca! ;Ya ‘ose ve més que esa mole encima de todo. ime. Tengo que escapar. ;Ah, qué suerte, al presionarasi ligeramente el suelo, subo.... subo. .. Si, floto en el aire. Floto y subo como un globo. Por suerte, no pas6 nada.... No, puesto que estoy en laca- le, detrés de los muelles. ;Quérara! ; Por quéesrara? No lo sé, Llego a unos muelles detras de la gran plaza. Des- pués sigo caminando por la calle de un puebl , ‘con una vereda angosta de mosaicos colorados. Estoy. 190 Estoy caminando, La conozco. A veces, vengo a esta ¢a- lle, solamente cuando estoy asi. No vine sino vengo. La otra noche, vengo.... Cada vez, estoy... Sin duda que es- toy otras veces. Estoy todas las veces juntas, Estoy antes y ahora. Y también mafiana, estoy. Sigo caminando. A un costado no se ve nada porque muy alto, Del otro lado debe ha~ io recuerdo. No los veo pero ‘séque hay algo. Pero tengo la sensacin de que, detrs del cerco esti todo vacio. El cercoy lavereda siguen sin rrupeién. jén de cuadras ni bocacalles. Todo sigue sigue sin interrupcién. Ab, si, hay érboles chicos auncostado, na despert6 tarde. ‘Una persona necesita la presencia de otro ser, pen~ s6, Muchas veces no tenia nada que decitle ni él a mi. famos nuestra presencia. Eso bastaba. Aun sin posefa entero, Ahora, es otro el silencio, son otros los ob- jetos. Todo no es. Hasta el silencio ha dejado de ser. Se ha vaciado de sonoridad. “Nuestra vida era como un recipiente lleno. Y un re- cipiente lleno no hace ruido. Es silencioso” No le quedaba més remedio que acostumbrarse a ese silencio nuevo que no estaba lleno de nada. Mahana reiniciard sus ocupaciones interrumpidas desde hace una semana cuando fue evidente que todo habja terminado, Hoy se quedard sola en casa, impregniindose de ese nuevosilencio de las cosas sin duefio. Desconectala pan- dole un mensaje a su hermana para que no venga porque desea descansar. Recuerda que sobre la mesa habia dejado con la iltima bobina grabada de él. Va a buscarla y, luego, la abre con cuidado. 191 Sostenida por su eje sobre un soporte, entre las paredes fino como cabello, resistente como cristal, flexible como caucho. iCuantas veces habian hablado sobre esto! ;Cuantas cosas no sabia entonces! El dolor de perder algo en un mundo que lo conservaba todo cuidadosamente, donde nada se perdia. Ni nadie. Porque nadie queria perderse. Salvo... Suspird, "Tal vez yo tenga es joteca contigua al laboratorio. En la pared, junto al nicho, la caja de material refracta- rio contenia las otras bobinas colocadas e sus correspondientes niimerosy fechas. tegiendo aquel depésito precioso que contenia la vida de un hombre, “Debe ser enorme la caja que se guardaen la Univer- sidad con todo el trabajo que ha realizado, sus clases, sus viajes, sus conferencias, todo” i6 un vago pesar. La mayor parte de su habia pasado con ella, precisamente. Y debia tuna enorme caja con carreteles y carrel rreteles que estaban fuera, lejos de ella. “Ah, si, pero aqui estan las cosas que hablan de ély con él, hasta l silencio, Y yo misma! Su presencia. Esto era lo fundamental. No lo que di- jerao hiciera. Su presencia, Sentir el calor de un ser vivo enesa habitacién, 92 lamuerte c 10 un hecho natural, Pero, no hay que creer por eso que tal negativa fuera acompafiada de un recuer- do demasiado asiduo de los que habian muerto. Al con- trario, habia una especie de evasivaen recordarlos,como si fuera una forma indirecta de reconocer la espantable coyuntura. Hay que explicérselo, pues, como una forma histérica del miedo de morir que era también una forma ‘del miedo de vivir. Liana record6 el ambiente familiar de su adolescen- concentrado en la enfermedad de la abuela cuando suftié el ataque cerebral. Era hipertensa, La aplicacién del nuevo tratamiento que terminaria para siempre con el tormento de la vejez. prematura fue intil. El desgas- te total del organismo no permitio su recuperacién. La abuela debié ser una de las tiltimas victimas del derrame con una dedicacién obcecaday sin ron, durante afios, aquel cuer- jo donde alentaba una vida infinitamente pequefa. Apenas articulaba las palabras de un vocabu- lario reducido y su vista sélo podia vislumbrar oscuras, luetas a través de un corredor de sombras creado por la guntar su nombre. Posiblemente, tenia una silueta nubil inconfundible. La noche de Ano Nuevo, las mujeres de la famil congregaron en la pieza de la abuela: tanto, junto alla c bre su cal ban sobre n rozarla; la abuela estaba, en realidad, Gracias a la cama ortopédica podia parecer que taba incorporada, ¥ un poco de luz, rosada daba color a su piel amarillenta, Pero sus ojosazules seguian teniendo 95 esa iluminada mirada infantil. Toda ella no era sino una una formasin vida contentos porque la tienen. .. tienen su cuer- pens6 la pequefia Liana. Y casi hubiera llorado de Asi conservé Liana un afin de presencia que, posi- blemente, era hereditario. Y un rechazo total del desti- no humano, de la muerte, Durante anos habia visto esa apariencia de vida que, como un pequeno hilo de agua, se escurria por la pétrea contextura del cuerpo esclerosado de la abuela. ¥ esto habia sido sufi la sintieran viva. Para creer que de renunciar a ella por piedad; no querian perderla aun a costa de conservar sus suftimientos, Tal vez eran egoistas y daban a la vida un valor de posesion. © necesitaban estar junto al ser que las habia conocido para sentirse ellas mismas, una especie de contraluz sobre contorno de ellos. Asi, en el pasado, muchas mujeres ha- bian necesitado, por costumbre, embeberse en el ambito de otros miembros de la familia, para sentitse a si mis- mas, para ser, contemporineo. Todo, en efecto, se representa, se ha gréfico, se corporiza, Hasta algo tan incorpéreo como las ondasy lasvi Todo se ilustra con proyecciones; los periddicos es- tan profusamente ilustrados, el cielo se observa corporandotos automa camente por la retina, montones de fenémenos, cosas, objetos, hechos, procesos, conocimientos que antes cos- en imagenes: relega. Y, en cambi co que las ideas se graben y se las oiga form: tamente por quienes las emiten desde el hilo grabado y no por el lento proceso de doblaje de la lectura. {Para qué necesitamos esos pesados ideogramas si s gar hasta nosotros comple- imensional? Desde que se admite la teorfa corpuscular, desde que la energia se transforma en materia —el suefio dorado dels alquimis~ tas~ el mundo se conoce reproduciéndolo. Las ondas, las, vibraciones que antes se consideraban emanaciones de jsmas, materia. Y desde idad de las ondas, entre la 70, no le gustaban las fotografias. En su cuarto no seveian, como en otras habitaciones femeninas, retratos deartistas favoritos mezcla resde padres, abuelos,y otros deudos. Tampoco habia re- il lamesita de fotografia que lleva hundida en el bolso? ;0 tan siquie- rallas que cuelgan de las paredes? Convertidas en rutina, se identifican con la pared misma y pierden todo efecto emocional. Esto era, precisamente, lo que Liana queria evitar. Que la imagen de él llegara a desdibujarse, dejara de ser una emoci6n renova del 1ura era para ella la forma vi- lenguaje mientras que la fotografia represen- taba la forma muerta de la imagen, Por eso en la pared, lases fan mientras las fotografias se identifi- Ellay Helvio habian dado preferencia a la escr cursiva, Pues, asi como la palabra se tr: formidad de la imprenta, poseia para ellos la seduc- lela manoviviente que traza los sig- nos, que pulsa la pluma como las cuerdas de Tenian una magnifica coleccién de escrituras que fueron reuniendo en afios de curiosa biisqueda. Colga- ban, en columnas verticales u horizontales, los antiguos ficos del idioma arabe y hasta la simple hoja de un ano- tador de taquigrafia del aiio mil novecientos y pico. Y los pergaminos iluminados del siglo XI, los poemas de los. miniaturistas persas. Aunque no supieran leer esas es- de un pasado remoto, ;La mano que escribe! No serian absorbidos nunca por la uniformidad de la pared. Siem- aves magicas. En ellos én de las manos, Repasé con la mirada esa coleccién de escri iguas que evocaban su: jones, los viajes realiza~ 10s. Helvio no se cansaba de recorrer ese peque~ “Este lo compramos en | =. aquel poema ilustrado, en China...” repasaba mentalmente. Luego, le palpitacién que iba cre- cabeza, el pechoy {unca més... nunca mi édesalentada hacia racién que dilataba el aire con un ido, humano; habia una mirada que refleja- aquellos que recurrian tuaciones semejantes a la suya para evocar a los queridos ausentes, ya sea a los que cumplian guardias de afios en lejanas estaciones siderales, oa los que estaban realmen- mo noes era posiblea todos puest P ‘Nunea le habia gustado volver sobre el pasado. Y wr sedimento. Como si, insatisfecha, quisiera borrarlo todo censeguiday| Pero, en cambio, todo lo que se referia a él lo recor- daba. Y en ella vivia grabada como en el hilo, aquella voz ivenily tan profundamente sonora. “;.Cémo es que no pude comprender antes a aquellos que quieren conservar la imagen corpérea de sus queri- dos ausentes?”, pensé preocupada, “Y eso que a los pobres seres comunes sdlo les es dable proyectar pequeiios trozos de vida, Sélo momen- tos tales como el ingreso al colegio, alguna excursién, el ‘cumpleafios, las bodas de plata, el nom- bramiento en el puesto o cuando participaron de magnitud del acontecimiento, se les abrochaba al cuel la pequefa bobina que lo registraria para siempre, Muy distinto que Helvio. § Desde que cumplid ls tres aos nadie tuvola menor que sei sus padres al Instituto de Miles de metros de cinta grabada, de la actividad cerebral, ps ‘emotiva, imaginativa, refleja, demostraron que las pre- fores y deci- ivo para el nifio que comenzaba una nueva vida —vida registrada-, se le abroché en la solapa de la chaqueta ese pequeno botén-bobina que lo acompafaria hasta el dia aerte. Y su vida registrada para queasi fuera. De noche dle dia, para que nada desu 198, evolucién, de sus facultades, de sus suesios, quedara ig- norado o perdido en el olvido, la bobina captaba la ener- gia de sus ondas visuales, sonoras, pensantes, emanadas porel cuerpo del pequei Periédicamente, en detert ida fecha, el nifio era Ilevado al U.S. donde se le retiraba la bobina llena que era -arretel, dentro de su de- icamente, alos padres. que lo colocaban en el nicho de materiales refractarios a todo tipo de rayos o emanaciones desintegradoras. Asi, envoltura invulnerable, quedaba resguardada la que el ni en su pecho se naban altern: ingreso al colegio primario, Desde entonces, jaron dos botones-bobinas que funcio- unidad creadora-social. Por eso, cuando le entregaron el tiltimo carve Liana sabia que una inmensa parte de le pertenecia. Estaba en el Instituto de las Inteligencias, Superiores. Sin embargo eso no le preocupaba. En primer lugar, porque nunca habia pensado aprovechar la prerrog: despreciado siempre la mania iconogréfica de la gente, ligado a no “recordaba” en el senti- ‘escuchaba’ el sonido de los recuerdos, de las cosas, de los seres, Pues todo penetra- ba en ella por otros conductos que los ojos y para ella la, cia tenia sonidos a través de los cuales captaba la 199 Por eso, siempre le habia parecido en la fri ciones deleznabl agen registrada de Helvio. Liana no era, tampoco, de esas mujeres que sélo aman a sus maridos en la medida de sus éxitos piiblicos, Noera de esas que exultan llamaradas de pasién ante los estrados de la celebridad. No era ambiciosa y la tenia sin cuidado que 1a personalidad reconocida por los demas. Valoraba més la vida interior de los dos, la otras mujeres. Aunque los dos estuviesen ocupados en sus propias cosas, se mantenia siemprevviva unacortien- tequelos unia, Porlo tanto, no lamentaba demasiado no de suvida en comtin Ese ciimulo de sentimientos imp tidos, esa liquida sensacién del tiempo, encontradas, una vibracién de la voz, un discurrir sin pa- labras. ; Qué mas? Era la felicidad. Quiero verlo, Necesito verlo, Con la mirada, Sen- tirsu formaen mis ojos. No puedo conformarme sdlocon a sonoridad del recuerdo, Su presencia es lo que quiero. Saber que en la pieza de al lado, él respira, camina, abre la puerta, dicta algo, me ve sin darse vuelta, sin mirarme siquiera. Quieroverlo, .” Como una toxicémana en busca de la droga que ha de satisfacer sus ansias de paraisos arti Liana se dirige al nicho que guarda los carreteles-bobinas, Una realidad artificial pero, al fin, mas piadosa que la natura- leza olvidadiza y cruel Eligié los carreteles a partir del regreso de su primer viaje después de casados. Fue un momento de afirma- * de fuerza y je suamor, la certidumbre de que la vida en comin seria una verdadera unién. bobinas en el aparato trasmutado de on- limensional comenzé a ite sonidos, primero dé- luego silbidos prolongados, yun conjunto de rales, roscas y rayas transversales surgen de un fondo lejano conver~ Ja superficie. ¥ los haces se proyectan lue~ ~jLiana! ~{Porfinen casa! Después quese haestado en el mar todo parece reducido. Pero no siempre se puede tener la vista en horizor daremos siempre juntos, mi-carocitoadorado, Eran los primeros tiempos desu mutuo conocimien- toen que designaban con claves secretas la geografia re- cién descubierta de sus cuerpos, el tiempo de los epitetos, tiernosy un poco ridiculos. . Para muchos hubiera sido un suplicio vivir de: nuevo. Perono paraella. Era un milagro apenas concebibble:vivir denuevo el hilo de lavida, Se entregs a esa repeticion con tanto apasionamiento que, en poco tiempo, la realidad grabada habia borrado definitivamente lo ocurrido en el Hospital para enfermos de radiaciones césmicas. Volvié a sus ocupaciones habituales. Pero, apenas terminaba su trabajo, rehuyendo toda compania, se di- rigia presurosa a su departamento. ¥ los demas la obser- vaban apenados. Pues no podian dudar sobreel origen de imada, de aquella actividad agitada, aquel andar pletérico podian dudar que estaba recu- ;vo del trasmutado de ondas. rriendoal p: ‘Su hermana, Marcia, habia pensado advertirle su error. Sélo los seres sin esperanza, sin perspectivas, po- dian vivir del pasado, recurrir a un simulacro de Pero no era el caso de Liana. ‘Asi pensaba Marcia y ‘cuerpoy que era peligroso jugar con el tiempo entregén- dose a un vivir retrospecti De todos modos, Marcia no le hablé. Encontraba ante si una mujer que se habia serenado, Como esos se- res que después de haber estado inquietos sin poder ubi carse, sin hallar su equilibrio, buscando algo, de pronto, encuentran una resignada conformidad, No se atrevid, ues, a perturbar ese estado de ausente tranquilidad. § Lavida seguia su curso;y Liana vi Es verdad que no siempre era fici acuerdo al carretel grabado de esos di trimonial. Y, para estar con él, ella debia relegar lo nuevo o distinto, debia seguirlo, A él le pertenecia la iniciativa de esa vida extrafia a le cual Liana no tenia otro recurso que adaptarse sin agregar ni poner nada de si ese precio habia recuperado su presencia, A ese precio podia creer que él seguia viviendo. Pero, no podia eva dirse del determinismo absorbente de la vida registrada del Aveces tenia la vaga impresién de estar sonando y, como en los suefos, reproducia hechos y palabras ocu- rridos haci actuaba de afios devida ma- que parecia esponténeo. La vida cotidiana tantas repetici ‘teraciones y actos semejantes que ir la vida pasada de su reproduccién {grabada. ¥ esto aumentaba la ilusién de que lo que era una auténtica vida real, Hubieran podido otros diez afios sin que se diera cuenta de que no eran mis que la repeticién de los diez aftos anteriores. qué importa que los afios sean disti " pens6 Liana cuando esas consideraciones un poco vagas empezaron a insinuar en ella sus primeros, dalbuceos. Asi rechaz6 los amagos iniciales de autoanlisis. Ocurrid, cierto dia, que el proyector de imagenes se descompusoy mientras las ondas de la voz.seguian tras- wve y llamé a un téenico para que reparara el aparato. Fueron dias de I nueva, la idea de que pod interior. Com! veces, cerrar ié que la existencia registrada de Hel ba para ella un aislamiento total del re ssién de haber recobrado su vida anterior que- lesbaratada en presencia de cualquierextrafio. Nia su hermana se atrevia a traerlaa su departamento. Esos dias en que el mecanismo no funcionaba, cons~ taté que una cierta tensién se habia disipado en ella. Y la avergonz6 como si lo hubiera trai is conexiones, conversa- Sn de los cuerpos, cosa increible en ‘otros tiempos. ~Sin embargo —dijo él- a vor, de la luz. La descompor Ja trasmisién de la n en colores; la grababan. do de llegar a las iltimas consecuencias es... jAquién ” ahi? ,Un Ah, eraastronauta.... ;Se descuidé? “Si. ~No le conviene hacerlo funcionar ~dijo él sonrien- te. Sino pudiéramos proyectar los cuerpos, nos conten- riamos con las figuras planas, como en el viejo cine. Y, tal vez, seria un bien. ~iPorqué cree que seria un bien? le reproché ella~ Es un progreso cientifico. -En parte -contesté el joven- estoy de acuerdo con usted, Pero todo progreso es siempré la pérdida de algo. En lavida también hay una ley de compensacisn. Lo que se pierde por un lado se gana por el otro, ~Pero eso no quiere decir que haya que detenerse por temor a perder lo otro -refuté Liana interesada. ~Claro ~admitié él- Aun en caso de que se pierda algo hay que avanzar. Sélo los cobardes temen adelantar un pie porque el otro tiene que quedar atris. Siguieron conversando animadamente. ~Hace poco -prosiguié Liana tratando de definir mejor sus ideas estuve hoje Archivo, Leyendo lo que se esc1 cuenta que la gente temia perder su individualidad. porque se promulgaban leyes de semana social) es absurdo? ;Cémo se ibaa anul de ee .no hay duda ~afirmé él 'y Liana lo acom- labia dejado su aeromévil. jAbriré lallave? convencido. Se saludaron cor pané hasta el Alvolver, se pregunt La pregunta le prod “4Como puedo sup iDarlevida?” Ne fecay apreté lo pequefia manive- la, Inmediatamente comenzaron a juntarse los haces de ondas proyectando un cuerpo sélido, *,Quées lo que separa la vida de la muerte?’ se pre- gunté Liana preocupada, Pero, enseguida, oyé pasos quesalian dela piezay su vor tarareando. ; Y Liana siguié viviendo la vida registrada de él. § Habia pasado mas de un afo desde que Liana deja- ies Césmicas. su tiempo entre las tareas en el Archivo donde iguos y su encierro entre las acon Marcia para Pero, deliberadamente, Liana calculaba que su au- sencia sincronizara con los horarios en que él debia estar ausente, fuera de casa; y volvia puntualmente cuando co- menzaba a funcionar el proyector de imagenes y el tras- sincronizado que esa unién a través del mecanismo que adaptaba sus vidas a un eterno presente, Cada minuto te- nia un valor en si, desligado del antesy el después. {No era esto lo que buscaba Fausto cuando quiso detener al instante fugaz?. .. 0, al contrario, ;No hemos peinarse, que el pelo crepitabay quedaba erizado, ri No era la primera vez. que le ocurria esto, Con fre- ‘cuencia, al sacarse la ropa de seda sintética, sentia la mis- juagado bien’, se dijoy volvié a pa- sarse el secador. Entonces, el aire agit el pelo y un que no era espuma, sino algo fijo, un v Jas primerascanas, El tiempo pasa, sin embargo’, reflexioné conmovi- da, “Pasa la vida. .. Algo he perdido...” El suspiro se le quedé en la garganta. Mientras la in- vadia un temor nuevo, el temor del tiempo que le queda- ba porvivir, Hasta entonces, poco le habia preocupado perder 0 ganar tiempo. Era de esas naturalezas prodigas que viven eltiempo de los demas mas que el suyo propio. Y tampo- co ahora se detuvo mucho a meditar sobre ese acont 10 que corrié ala biblioteca para comunicérselo >. Pero, antes que pudiera pronunciar una sola pa- se habla adelantadbo. descolorido: ~Te recomiendo, no estoy para nadie, si me llaman. Para nadie hasta mediodiia. Quiero terminar hoy el pri- ‘mer capitulo de la monogratia. use sobre el escritorio, Esa manana, ién habia terminado. Liana sabia que era in- Util hablarle cuando estaba enfrascado en su trabajo. Y se fue con un sentimiento de decepcién. Hubiera querido comunicarle su inquietud, su emocién. | espejo, observé fijamente la lamasa desu melenaoscura. no envejecerd ~se dijo sorprendida ante esa idea que nose le habia ocurrido todavia-. Los muertos no en- vejecen. .. 0 los que viven muertos... ;Vivir es, pues, en- vejecer?” Otro pensamiento la sobrecogié ense Jo hubiera contado. ;Habria cambiado aca de sus pensamientos grabados?”, Sonrié amargamen “Todo este ano iniciativa la tuvo él. Yo no hi grabado de suvi 206 estaba esquivando otros pensamientos que no queria afrontar. Pero, no era cobarde, nunca habia rehuido la verdad. Envez de tomar el aeromsy pie. Eso le permitia sentir el ti a jez de algunas casas olvidadas, juelas. Estaba en un estado de animo que le hacia buscar una imagen corporal del tiempo, ‘Mientras revisaba legajos y tomaba nota de su con- tenido su mente, absorta en una preocupacién distinta, seguia buscando una respuesta a nuevos interrogantes Noté que, al copiar, habia equivocado las fechas de los de escribir, smpre fuiel eco deély no hice més queres- citaciones sin la més leve preocup: algo realmente propio en mi existencia’ jdcde inquietarlay traté dedesviar su mente a ‘de la vida’, pens6, “Tal vez era antes unaima- ‘gen postica, porque la palabra siempre ha presentido y anunciado con sus imagenes la realidad futura, Pero, ahora se puede hacer de la vida un hilo y del hilo una vida” prefirié iral Archivo a tenté leer el papel que tenia delante, duro y que~ bradizo por los aftos, escrito en Jos caracteres de las ma- quinas de escribir del ato 1958, en un lenguaje extrafia- mente impreciso, al estilo de la época. “Elya no cambiara. .. Los muertos tienen tinicamen- te pasado.” Era otro descubrimiento y otra sorpresa. Se podia registrar el pasado, hacerlo revivir con todo su volumen corporeo, pero no se le podia darun futuro. ron sobre un parrafo y lo leyé varias lar las bombas, centenares de personas bocas de los subterréneos. Los generales sublevados ocuparon varias camionetas del ejército y se dirigieron hacia el cuartel del Estado Mayor” Su idea de tales camionetas era bastante imprecisa ¥;porlo mismo, involuntariamente identificaba el andar de ellas con el movimiento en espi Por otra parte, le resultaba incomprensible que la gi circulara bajo tierra, como gusanos, en esos subterré- neos, desaparecidos desde hacia tanto tiempo. *Y la in- umentaria de los generales. Nada funcional, por cierto, sin reserva de oxigeno ni nada” ‘Miré tristemente el papel. Para imaginarse correcta mente la escena tendria que recurrir a algunos films del pasado, a algunas fotografias de subterréneos, y, atin asi, interferian las cosasy costumbres del presente. “Asi, pues, se vive en el futuro. El pasado, aunque reviva en sus menores detalles, es algo muerto, definiti- vamente muerto, Aquello que uno no sabe todavia, que nose puede registrar, que uno ignora cémo responder a nuestras acciones, eso es lavida.” Hizo un esfuerzo penoso. “Pero mi vida es dife ira concentrarse, sé cémo serd todo... Y deseé envejecer para sentir Se miré en el proyector de imagenes observandose detenidamente, temiendo que las plumitas esmeriladas hubiesen desaparecido, * {Tengo un futuro...2” § Esa noche, Liana estaba sola en casa. El no habia lle- gado, Con frecuencia se quedaba en e! cost tes de emprender un largo viaje. Esa noche coincidia con una de las ausencias pris pasa- do poralto. Norecordaba la fecha de todos los viajes di Aunque estaba sola esa noche, y aunque habia vado consigo algunos legajos para trabajar fuera de la oficina, no pudo concentrar su atencién en ellos. Estaba prensible. Todas sus amigas, con menos condiciones y aptitudes que ella ocupaban altos cargos. Realmente, era tun caso raro, Pese a todos los institutos de orientacién, vocacionaly profesional, no habia dado en la tecla. Ade- mis, aun en la sociedad mejor equilibrada, resultaba des- jelador estar casada con un hombre “registrado" en el S$. Laverdad es que nunca pudo saber, a ierta, ia dénde orientarse, No debia culpar a era culpable de su fracaso. Ni siquiera el trabajo le producia satisfaccién y To cumplia rutinaria~ mente como algiin ser del siglo xx, cuando l gente traba- x obligacidn. ¥ todo porque ignoraba qué era ella lidad? ;Un hilo graba~ loahora; antes, también. Yo misma era un hi grabado...” “La bobinal”, murmuré con un gesto de mortal des- esperacién. ' “Necesito un futuro para vivir realmente, si no en nada me diferencio de esa bobina muer..” Se detuvo aterrada por esa palabra que no aleanz6 a terminar. Pero la habia pensado y eso e cién definitiva porque ni aun en el pol mitido la muerte de él con palabras. *;Por qué, por quélo pensé?... ,Lo quiero?... ;Por qué?...Labobina.. ; La imagen de la bobina se convertia en obsesién 0, lo ‘que es peor, en un deber que cumplia como una pesada carga, Como un estaba ella atadaa la bobina, arrastréndola por las orillas de la vida, * fendré-que hacerlo. ..? ;Meatreveréa hacerlo, Estag ideas seguian taladrindola sin remedio. ¥ la angustia crecia con el insomnio, insaciable sanguijuela nocturna. “Labobina. .. {El pasado es la muerte!. .. ; Meatreve- réahacerlo?..” Sdlo cuando prendis el ojo verde pudo dormir como aquella noche de la muerte de él. Y, sin embargo, al des- pertar, con la sensacién de buscar algo perdi do que se trata de recordar, su mente seguia repitiendo sa idea fija:"El pasado es la muerte", Se reproché su falta de agradecimi cién de vida que él le daba ahora era mucho mis rica que las pequeitas realidades auténticas que podian ofrecerle los seres comunes. *;,Acaso es ese el problema?”, se pregunté molesta. || *;Acaso debo esperarlo todo de otros?” ‘Su propi Tal vez podria recuperar tod recho a desvincularse del pasado sélo porque le sobrevi- no,de pronto, el pruritode tener un futuroy porque algu- nas canas le hicieron sentir el tiempo. No tenia derecho. ‘Anduvo varios dias cavilosa hasta que un dia el apa- rato volvié a emitir la imagen de él. Seguramente habia Jentey una infinita termura disolvié aquellas dudas que la habjan torturado durante su ausencia, ~{Querido! ;Querido! Se aferraba a esa imagen como vida. Al mismo tiempo, se sentia abandonado y deseé reparar de cidn, Si hubiese podido, habria entrelazado su cuerpo al de él comouna liana; hubiera entretejidosus dedosen los cabellos de él, hubiera dejado que sus ojos: pupilas de ély que los dos cuerpos fueran refle otro. Todo quedaria asi entrelazado para siempre. “Querido. ..querido...” ={.Quién es? ~pregunté Helvio si quien estaba en la puertay sin cambiar de posicién, en ello le fuera la haberlo Soy yo.. queria hablarte de algo distinto. ..no delo 1i grabado. .. de algo distinto. ‘se dio vuelta sonrientey con toda naturalidad No quiero que te quedes tarde si estas cansa- ada, No la habia ofdo. Y ella no podia seguir repitiendo lo que habia dicho siempre. No podia seguir contestindole con las viejas frases de siempre. Salié corriendo mientras él contestaba a pala- ras que ya los labios de Liana no pronunciaban. Maquinalmente Iegé hasta el nicho de material refractario y cerré fue samiento cobraba cuerpo con insiste tras esa bobina exista no podré buscar mi futuro. ‘Tendré que proyectarla siempre por fidelidad a un re~ ‘cuerdo, no sé por qué. Tendré que seguir ese simulacro, amente, desesperadamente, se aferré a una {dea que ahora se le presentaba como la tnica salvacion. “S6lo lo que yo agregue ahora a ese hilo sera real- mentevida” ; Como si quisiera corroborar, alcanzar la certidum- bre absoluta y definitiva de lo que acababa de pensar, abrié la llavey se detuvo en la puerta del laboratorio sin entrar, £I continuaba dialogando con ella, sin verla, sin advertir siquiera que habfa salido de la habitacién. “glo lo que yo agregue ahora a ese hilo sera real- * La correspondencia entre ellos ya no era jEstd muerte Lo mir6 despidiéndose para siei io, sacé de la smpre de la imagen plandor dorado y silo queds sobre el vidrio la pequenia estela de polvo. Y Liana fue en busca del futuro,

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