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COLEGIO PARROQUIAL NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRA

“Presencia de la Iglesia en la Educación”


GESTION ACADEMICA
Guía Académica Educación Religiosa Escolar

Código: Versión: 1 Página 1 de 4

Nombre del Estudiante:____________________________________________________ Grupo_________


Área: Educación Religiosa Escolar Décimo ___________________________________ Periodo _II______

COMPETENCIAS
INTERPRETATIVO Realizar un análisis comparativo de dos textos Bíblicos
ARGUMENTATIVA Identificar las características del contexto geográfico y social en tiempos de Jesús
PROPOSITIVA Proponer acciones que manifiesten la presencia del Reino de Dios en la sociedad

CONTEXTO GEOGRÁFICO Y SOCIAL DE JESÚS

Si bien Jesús posee una naturaleza divina, cuando se hizo hombre se ubicó en un espacio y en un tiempo
determinados: perteneció a una región y a una cultura específicos. Su pueblo tuvo que soportar las leyes
económicas y entró en el juego de los conflictos políticos y religiosos.

Jesús de Nazaret nació en un establo y fue visitado por los pastores de los alrededores, pero a pesar de las
circunstancias terrenas que rodearon su nacimiento, fue proclamado por los ángeles como el Salvador.
Durante su infancia recibió instrucción sobre las escrituras, se educó como un adolescente de la época y
ayudó a su padre putativo, José, en sus labores de carpintero. Sin embargo, también desarrolló labores
extraordinarias: aprendió precozmente la ley judía y cuando llegó la hora indicada, hizo milagros. Las tareas
propias de un hombre de la época, se fundieron con la misión divina y redentora que el padre había
encomendado a su hijo. Son muchas las historias que se han contado acerca de la vida de Jesús histórico,
pero realmente deberíamos preguntarnos quién en definitiva es Jesús para los hombres y mujeres de hoy.

LOS EVANGELIOS NARRAN LO QUE SIGNIFICÓ JESÚS DE NAZARET PARA LA VIDA DE UN GRUPO
DETERMINADO DE SERES HUMANOS

Hace algunos años, un grupo de científicos afirmó haber descubierto el posible aspecto de Jesús mediante la
reconstrucción digital del rostro de un hombre de la época. Este estudio no solo buscaba presentar la posible
fisonomía de Jesús sino que pretendía restarle importancia a lo que Él, hasta ese momento, había
representado para la humanidad. Las investigaciones no sólo hablaban de la falsedad de las imágenes que
suelen aparecer de Jesús, sino que manifestaban que Él había sido un hombre más de la historia, que había
nacido y muerto como todos.

Independientemente de este supuesto descubrimiento, Jesús, hoy como ayer, sigue creando interrogantes,
sacudiendo vidas, interesando a muchos. Entre los que admiran su figura y su conducta, considerándolo
como uno de los seres humanos más importantes de la humanidad, hay hombres y mujeres, jóvenes y adultos
que dicen que ese Jesús, muerto hace siglos, ocupa un lugar central en sus vidas, que está presente en su
existencia diaria y les da fuerza y dinamismo. El acontecimiento histórico de Jesús llega a través de la
vivencia directa de las primeras comunidades cristianas que recibieron de su contacto con Él una impronta
que transformó radicalmente sus vidas.

Los evangelios narran lo que significó Jesús de Nazaret para la vida de un grupo determinado de seres
humanos, y desde la convicción de que Jesús es el Señor, el salvador prometido, se refieren a su vida y obra
como una realidad histórica concreta.

El contexto geográfico en que vivió Jesús está constituido por las tierras asiáticas conocidas a través de la
historia con diversos nombres, a saber: el antiguo país de Canaán en tiempos de Josué; Judea, nombre oficial
de Palestina o la tierra de los Filisteos, que formaba parte del Imperio Romano desde el año 64 a. C; en la
actualidad, Estado de Israel.
No es gratuito que Jesús naciese en el interior de una familia sencilla, humilde y trabajadora – aunque su
linaje incluyera a reyes y príncipes-, y que lo hubiera hecho en un pueblo pequeño e insignificante como era
Belén de Judea (cf. LC 2, 1 – 6). Todo esto evidencia que su entrada al mundo fue semejante al de la mayoría
de los humanos: llena de dificultades y angustias.

Palestina como lugar concreto en que vivió Jesús, estaba sometida a la dependencia y ocupación de fuerzas
extranjeras, y este hecho daba lugar a diferencias sustanciales en la organización social y económica judía.
En el Nuevo Testamento se diferencia muy bien la estratificación social presente en Palestina en tiempos de
Jesús: La clase rica, la clase media (cf. Mc 6,21, Lc 5, 29) y la clase pobre (cf. Lc 11, 42; Mt 23, 23).

La estructura política de la sociedad judía se basó en el gobierno de los sacerdotes, cuya credibilidad y
prestigió eran con frecuencia minados por su complacencia con el dominio imperial de los romanos que
legitimaban el sometimiento del pueblo, y porque eran identificados con la corrupción política y económica.

El templo fue el polo religioso y centro regulador de la expresión de la fe y, en cierto modo, fiscalizador
ideológico del pueblo judío. Fue en este lugar donde, con frecuencia Jesús cuestionaba la forma de ver y vivir
la vida social, moral y religiosa de su época, ya que estaba atada al poder, a la explotación y a la hipocresía.

La vida religiosa judía se manifestó en las fiestas, especialmente en la pascua, la cual Jesús celebró (cf. Mt 2,
1 – 16), como buen israelita. De hecho, el momento culminante de la acción salvadora y liberadora de Jesús
coindice precisamente con la pascua, y desde entonces es también la principal fiesta del pueblo cristiano.

TALLER NÚMERO 1

1. Responde:
 ¿Qué aspectos de la sociedad judía en la que vivió Jesús se repiten hoy en día?
 ¿Cómo se pueden distinguir los signos de la presencia de Cristo en nuestro ambiente?

2. Redacta una declaración de fe personal a partir de la propia experiencia y vivencia acerca de quién es
Cristo para ti.

COMPARACIÓN DE TEXTOS DEL EVANGELIO

Los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento son llamados evangelios, porque presentan la vida, las
obras y las palabras de Jesús, es decir, la Buena Nueva. Los tres primeros presentan entre sí semejanzas
que pueden ponerse paralelamente y abarcarse de una sola mirada.

Así como se utilizan los cuadros sinópticos para mirar esquemáticamente el contenido de un determinado
tema, se puede hacer un estudio comparativo de los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas; estos cuentan los
mismos hechos y con frecuencia en el mismo orden, de ahí su nombre: “Evangelios sinópticos”.

Según lo confirma la tradición de la Iglesia, Mateo, el publicano del colegio de los doce apóstoles, escribió su
evangelio en Palestina, para los cristianos convertidos del judaísmo. Marcos, un discípulo de Jerusalén,
redactó en Roma su evangelio y Lucas, médico de origen pagano, nacido en Antioquia, escribió su evangelio
en lengua griega.

Ahora bien, cada uno de los evangelistas escribió, según su cultura y facilidad de expresión escrita, los
acontecimientos que revelan que el Hijo de Dios con su palabra, vida y obra, predicó el Reino de los Cielos, la
manera de orar y de cumplir una misión para la salvación del género humano. El estilo que caracteriza a cada
uno se resume a continuación:

 Mateo, su estilo es muy correcto y cuidadoso, de vigorosa pedagogía. Reproduce completamente las
enseñanzas de Jesús acerca del Reino de los Cielos.
 El estilo de Marcos es a menudo incorrecto, pintoresco, impulsivo y de vivacidad popular. Su tema
esencial es la manifestación de Jesús crucificado y la realidad dolorosa de la vida de Jesús a la luz de
la fe.
 Lucas, en cambio, de estilo complejo, muestra una calidad óptima en cuanto a orden e información.
Su tradición es más histórica. De las fuentes omite, retoca o presenta las cosas de manera que le es
propia.

Lee las siguientes citas bíblicas, para que comprendas el estilo particular de cada uno de los evangelios
sinópticos:

Llegando Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo está pregunta a sus discípulos: “¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del Hombre?”. Ellos dijeron: “Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros que
Jeremías o uno de los profetas”. Jesús les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Simón Pedro
contestó: “Tú eres el Cristo, el hijo de Dios vivo”. Jesús le dijo: “Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás,
porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi padre que está en los cielos” (Mateo 16, 13 – 17)

Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea y Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus
discípulos: “¿Quién dicen los hombres que soy yo?”. Ellos le dijeron: “Unos, que Juan el Bautista; otros, que
Elías; otros que uno de los profetas”. Y Él les preguntaba: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Pedro le
contesta: “Tú eres el Cristo”. Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de Él. (Marcos 8, 27 –
31)

Y sucedió que mientras Él estaba orando a solas, se hallaban con Él los discípulos y Él les preguntó: “ ¿Quién
dice la gente que soy yo?”. Ellos respondieron: “Unos que Juan el Bautista; otros que Elías; otros, que un
profeta de los antiguos había resucitado”. Les dijo: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Pedro le contestó:
“El Cristo de Dios”. Pero les mandó enérgicamente que no le dijeran esto a nadie. (Lucas 9, 18 – 21).

TALLER NÚMERO 2

1. Escribe en columnas paralelas los tres pasajes citados.

2. Subraya con un mismo color los elementos comunes a ambos textos (palabras, expresiones,
nombres).

3. Subraya con colores diferentes, los elementos exclusivos o propios de cada uno de los pasajes.

4. Explica en un ensayo de dos páginas qué enseñanza deja cada uno de los evangelistas sobre la
respuesta a la pregunta: ¿Quién es Jesús de Nazaret?

RELACIÓN DE JESÚS CON LOS GRUPOS RELIGIOSOS DE SU TIEMPO

En la estructura de la sociedad judía, existían grupos o movimientos religiosos rivales, con tendencias muy
diversas, que creaban con sus palabras y actitudes una gran confusión entre el pueblo. Las dificultades que la
gente debía superar eran de orden religioso y legislativo, e incidían en las decisiones estatales y en las
creencias de Israel. Ese pueblo experimentaba las vicisitudes de la vida cotidiana al margen de la ley o en el
curso de ella. Dentro de los grupos del pueblo judío se encontraban: Los fariseos o separados, los saduceos y
los escribas o doctores de la ley. Lee el siguiente apartado que da cuenta de los rasgos principales de cada
uno de estos grupos:

Los fariseos

Fariseos, en hebreo perushim, significa los “apartados”. Era una secta judía notable por su estricta
observancia de la ley escrita y oral, y su adhesión a las formas externas de piedad. Su actitud era de
autosuficiencia, se consideraban a sí mismos la parte pura de Israel, lo cual los marginaba de los demás
creyentes. Su interés era netamente religioso, pues eran espiritualistas, creían en la inmortalidad del alma y
en la resurrección de los muertos, pero no estaban comprometidos con las situaciones históricas de la
humanidad. Sus dirigentes eran doctores de la ley, la cual decían cumplir en forma estricta. Con ese grupo,
Jesús tuvo continuos y duros enfrentamientos como bien lo atestiguan los evangelios. (Cf. Mt 6, 2.5.16; 15,7;
23, 23. 25; Mc 3, 1- 7; 12, 38 – 40).

Los Saduceos

Conformaban un selecto grupo político – religioso de sacerdotes aristócratas muy poderoso. Durante la época
del Imperio Romano, sus miembros eran mayoría en el sanedrín y trataban de independizarse de los
romanos. Constituían el partido opuesto al de los fariseos, más numerosos y abiertos a las masas. Se atenían
exclusiva y estrictamente al Pentateuco (Los primeros libros del Antiguo Testamento) en cuanto a normativa
religiosa y legislativa. Sólo reconocían la ley escrita y no creían en la resurrección de los muertos (Cf. Mt 22,
23), negaban la existencia de los ángeles (Cf. Hch 23, 6 – 8). Al igual que los fariseos, aparecen como
enemigos de Jesús (Cf. Mt 3, 7; 16, 1.11). La actitud de Jesús frente a este grupo se refleja en algunos
pasajes de los Evangelios como Mt. 23, 3 – 5; Mc 11, 17 – 18; 12, 13 – 17; 15, 11; Jn 19, 15. 21.)

Los Escribas

Interpretaban y guardaban la Ley mosaica al mismo tiempo que trataban de adaptar las doctrinas orales a las
nuevas circunstancias socio – políticas. Tanto escribas como fariseos son nombrados conjuntamente en
sentido negativo, en el contexto de los evangelios (cf. Mc 2, 16; 7,5; Lc 5,30). Por su pericia y dominio de la
ley gozaban de autoridad y de la veneración popular. También fueron confrontados por Jesús en diferentes
ocasiones (Cf Mt 12, 9; Lc 11, 52; 20, 45 – 47; Mc 12, 38 – 40; Mt 7, 29). Figuraban entre los enemigos de
Jesús e intervinieron en su prendimiento y proceso.

A pesar de los grupos que conformaban al pueblo de Israel, la fe de muchos judíos, que de alguna manera
empezaron a separarse de las comunidades religiosas tradicionales, se empezó a centrar en que los seres
humanos podrían vivir algún día en un mundo gobernado por los principios de la paz, la justicia y el amor,
venerando los ideales morales y sociales con rectitud, benevolencia, integridad y fidelidad.

TALLER NÚMERO 3

1. Lee en la Biblia las citas de los evangelios referenciadas en cada caso a los largo de las explicación
anterior. Escribe qué opinaba Jesús sobre cada uno de los grupos religiosos de su tiempo.
2. Analiza con un compañero o compañera la forma de pensar y de actuar de dos sectas religiosas
existentes en la actualidad.
 Expresa aquello que te parezca cuestionable en cada grupo.
 Imagina cómo los confrontaría Jesús y explica.

3. Consulta acerca de los Zelotas o Zelotes, otro de los grupos religiosos con quienes convivió Jesús:

 Identifica sus principales creencias y características.

 Elabora un escrito sobre la consulta realizada.

JESÚS DE NAZARET, DIOS ENCARNADO

Si le damos una mirada a la historia veremos muchos hechos que han marcado una época: la invención de la
rueda, el descubrimiento de América, la Revolución francesa, los viajes a la luna, los computadores. Son
tantos y tan variados, que nunca terminaríamos de admirarnos, pero por encima de todos esos avances , la
venida de Jesús, Dios hecho hombre, sobresale tanto, que marcó el inicio de nuestra era y partió la historia en
dos.

Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre, pero no es un ser humano cualquiera, sino aquel en quién se
realiza el encuentro con el Padre y en quien por tanto, el ser humano llega a su destino de un modo único e
insuperable. Es importante entonces que reflexiones acerca de la afirmación acerca de que Jesús es
verdadero Dios y verdadero hombre.

La presencia de Jesús, hijo de Dios, es un hecho histórico del cual nos dan cuenta los evangelios. Por
ejemplo, el evangelista Juan dice que “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Específicamente se
refiere al hecho extraordinario de la encarnación, mediante la cual el hijo de Dios adoptó la naturaleza
humana, para llevar a cabo nuestra salvación. De esta manera, Dios mismo entra en el mundo y se hace
historia, por medio de Jesús (Cf. CEC, 456 – 460).

La encarnación no debe ser pensada solamente a la luz de un Jesús participante de nuestras limitaciones y
fragilidades, sino también debe ser contemplada a la luz de la resurrección, gracias a la cual surgió el ser
humano nuevo.

En la comunidad cristiana se profesa y acepta con toda certeza que la encarnación es el momento de la
unidad inconfundible, indivisible e inseparable de Dios y del ser humano en uno mismo: Jesucristo, sin que
Dios deje de ser siempre Dios, y el ser humano, deje de ser radicalmente ser humano.

Dios hecho hombre hizo parte de una historia concreta, tuvo una experiencia de vida en la tierra. Siendo niño
dependió inicialmente de otro ser humano para vivir, crecer, desarrollarse, alimentarse vestirse; como adulto
dependió de sí mismo para llenarse de sabiduría y dar razón de su existencia en este mundo. A pesar de su
naturaleza divina, el hijo de Dios (el Emmanuel) nació de la Virgen María, y se hizo verdaderamente uno de
nosotros, en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado (Cf. GS 22): Trabajó con manos humanas,
pensó con inteligencia humana, obró con voluntad de ser humano, amó con corazón de ser humano.

El hecho de la encarnación es, ante todo, un evento de redención desde el momento de ser anunciada. Es un
acontecimiento de fe y de salvación, en medio del dolor y del sufrimiento que llama a la confianza y a la
fidelidad. Es un hecho de promesa y de cumplimiento que colma de esperanza y expectativa de vida a la
humanidad.

El verbo se encarnó para salvar al género humano y reconciliarlo con Dios, para ser modelo de la humanidad
(Cf. Jn 15, 12) y para hacernos partícipes de la naturaleza divina (Cf. 2P 1,4).

Los Padres de la Iglesia reconocen en sus escritos el misterio de la encarnación, San Atanasio por ejemplo,
afirma que el hijo de Dios se hizo hombre para hacer a la humanidad parte de la naturaleza de Dios. Por otra
parte Santo Tomás de Aquino asegura que el Hijo unigénito de Dios asumió la naturaleza humana por cuanto
quiso hacernos partícipes de su divinidad.

TALLER NÚMERO 4

1. ¿Qué significa la encarnación para el ser humano y para el mundo?

2. ¿Qué implicaciones ha tenido la entrada de Dios en la historia de la humanidad por medio de su hijo
Jesucristo?

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