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Control de Emociones
Control de Emociones
Para poner un fin a esta situación, el labrador les llamó y les pidió que se fueran al bosque y les trajeran un
manojo de leña. Los chicos obedecieron a su padre y una vez en el bosque empezaron a competir para ver
quién recogía más leños. Y otra pelea se armó. Cuando cumplieron la tarea, se fueron hacia su padre que
les dijo:
- Ahora, junten todas las varas, las amarren muy fuerte con una cuerda y veamos quién es el
más fuerte de los dos. Tendrán que romper todas las varas al mismo tiempo.
Y así lo intentaron los dos chicos. Pero a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo
el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente.
- ¡Se dan cuenta! les dijo el padre. Si vosotros permanecen unidos como el haz de varas, serán
invencibles ante la adversidad; pero si están divididos serán vencidos uno a uno con facilidad.
Cuando estamos unidos, somos más fuertes y resistentes, y nadie podrá hacernos daño.
Y los tres se abrazaron.
El hombre puede experimentar un sinfín de emociones. Dentro de este amplio repertorio encontramos
emociones positivas tales como alegría y excitación, así como emociones negativas como la tristeza o la ira.
Aunque pensemos que en el control de las emociones es más importante controlar las negativas, también
hay que hacerlo en el caso de las positivas, pues tampoco es bueno enfrentarse a la vida con una excesiva
excitación y emoción. Una persona que esté sintiendo una alegría excesiva también debe intentar controlarse
a la hora de enfrentarse a determinados asuntos. De otra forma se dejaría llevar por esta alegría y exaltación
tomando decisiones que quizá en un futuro puedan perjudicarlo.
Es interesante saber identificarlas todas ellas para poder comprender su naturaleza y poder controlarlas.
Esta será la única forma de poder serenarnos en determinadas ocasiones, por ejemplo, cuando sintamos
miedo por algo irracional. Si comprendemos de dónde nace este miedo lograremos aprender a controlarlo.
Así, el control de las emociones es esencial para superar por ejemplo ciertas fobias, como miedo a volar, a
los espacios pequeños o incluso a las arañas.
Si dejamos que nuestras emociones se apoderen de nuestro ser, nuestra mente dejará de
funcionar racionalmente, estaremos a merced de lo que sintamos en cada momento, tomando
decisiones completamente impetuosas y nada reflexivas.
Además, cabe destacar que aprender a controlar nuestras emociones también nos proporcionará
herramientas sociales; y es que cuando uno comprende de dónde nacen sus emociones y cómo
manejarlas, desarrolla también una habilidad de lo más interesante, la empatía. Así, en un futuro, cuando
identifiquemos una emoción determinada en otra persona sabremos cómo comportarnos con ella y como
aconsejarle o consolarle.
Debemos por tanto comprender que las personas que cuentan con una capacidad superior para controlar
sus emociones serán mucho más felices, pues podrán satisfacer mejor sus necesidades y dominar los
hábitos mentales que pueden conducirle a ese estado de positividad. Sin embargo, aquellas personas que
no pueden controlarlas, se verán inmersos en una espiral emocional que les impedirá concentrarse y pensar
en cada momento con claridad.
1. convivencia.