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Infecciones Urinarias Lovesio
Infecciones Urinarias Lovesio
urinarias
ZZZPHGLOLEURVFRP
La presente publicación de:
Lovesio, Carlos
Infecciones urinarias. - 1a ed. - Rosario : Corpus Libros Médicos y
Científicos, 2010.
232 p. ; 24x16 cm.
ISBN 978-950-9030-89-3
1. Urología. I. Título
CDD 616.6
DERECHOS RESERVADOS
© 2011 Corpus Editorial y Distribuidora - Paso de los Libres
editorial@corpuslibros.com
clovesio@corpuslibros.com
www.corpuslibros.com
ISBN: 978-950-9030-89-3
NOTA
La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se
requerirán cambios de la terapéutica. El autor y los editores se han esforzado para que los cuadros de
dosificación medicamentosa sean precisos y acordes con los establecidos en la fecha de publicación.
Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores, ni cualquier
otra persona que haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida
en ella sea precisa o completa.
Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la
hoja de información que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de
esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones
para su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso
no frecuente.
También deberá consultarse a los organismos de control de medicamentos de cada país para obtener
información sobre los valores normales y medicamentos permitidos o recomendados.
Infecciones
urinarias
CARLOS LOVESIO
www.corpuslibros.com
Prof. Dr. Ricardo Ercole
In memorian
1905-1989
DIRECTOR GENERAL
CARLOS LOVESIO
Director del Departamente de Medicina Intensiva del Sanatorio Parque. Rosario. Argentina
Director Médico del Sanatorio Parque. Rosario. Argentina
Ex-Presidente de la Asociación de Terapia Intensiva de Rosario
Ex-Presidente de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva
Ex-Presidente del Círculo Médico de Rosario
Miembro Acreditado de la Federación Panamericana e Ibérica de Sociedades de Medicina
Crítica y Terapia Intensiva
Miembro de Honor de la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias
Miembro de la European Society of Intensive Care Medicine
Miembro de la Society of Critical Care Medicine de EE.UU
Miembro Honorario de la Asociación Médica Argentina
Miembro Honorario de la Asociación Panamericana de Medicina
COLABORADORES
HOMERO BAGNULO JOSÉ LUIS D’ELIA
Director Centro de Tratamiento Intensivo, Médico pediatra nefrólogo, Sanatorio de Niños,
Hospital “Maciel” Montevideo, Uruguay Rosario
Presidente Comisión de Control de Ex Jefe del Servicio de Nefrología Pediátrica,
Infecciones, Ministerio de Salud, Montevideo, Hospital de Niños “Víctor J. Vilela”, Rosario
Uruguay (Santa Fe), Argentina
CAPÍTULO 1 CAPÍTULO 3
Anatomía funcional del aparato La infección urinaria en la edad
urinario / 15 pediatrica / 37
LELIO ZENO, MARTÍN PIANA MARÍA ISABEL RENNY, MARTHA N LAHOZ GARCÍA,
JOSÉ LUIS D´ELIA, JOSÉ LUIS FADIL ITURRALDE,
GUILLERMO OXILIA, LUIS PEDRO FLYNN
CAPÍTULO 2
Etiopatogenia y fisiopatología de las Definiciones / 37
Bacteriuria significativa
infecciones urinarias / 21 Bacteriuria asintomática
JOSÉ M CASELLAS, CARLOS LOVESIO Infección urinaria recurrente
Cistitis
Vías de producción de las infecciones Pielonefritis aguda
urinarias / 21 Epidemiología / 38
Vía ascendente Fisiopatología / 38
Vía hematógena Integridad anatómica de las vías urinarias
Vía linfática Presencia de anomalías funcionales
Características de los microorganismos Rol de los mecanismos de antiadherencia
infectantes / 22 Rol de la respuesta inflamatoria
Bases genéticas de la susceptibilidad a la
Mecanismos de defensa del huésped / 28 pielonefritis aguda
Recurrencia de las infecciones Desarrollo de daño renal (cicatrices renales)
urinarias / 32 Etiología / 41
Los agentes etiológicos en función de los Cuadro clínico / 41
factores patogénicos / 33 Laboratorio / 42
Bibliografía / 34 Diagnóstico por Imágenes / 43
Ecografía
Cistouretrografia miccional
Medicina nuclear
Tomografía axial computada
Urograma excretor
Resonancia magnética por imágenes
Tratamiento /46
Prevención / 48
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Cistitis y pielonefritis / 78
Epidemiología / 78
Factores predisponentes / 78
Patogenia / 80
Vía ascendente
Vía hematógena
Vía linfática
Etiología / 81
Cuadro clínico y Diagnóstico / 81
Tratamiento / 82
8
ÍNDICE
9
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
10
ÍNDICE
11
PRÓLOGO
Las infecciones urinarias constituyen uno de los motivos de consulta más frecuente
de la práctica ambulatoria, y además, una causa habitual de infecciones nosocomia-
les en los pacientes internados en instituciones de salud o en servicios de cuidados
crónicos. Ello es así porque estas infecciones en particular afectan a ambos sexos,
a todos los grupos etarios, a pacientes inmunocompetentes e inmunocomprome-
tidos, a pacientes en el posoperatorio, en definitiva, a cualquier individuo, tanto si
está en estado de salud como con algún padecimiento previo.
Llama la atención que una patología de tal frecuencia y dispersión no haya sido
abordada con frecuencia en sus distintas variables; además, y más importante aun,
su diagnóstico y tratamiento es realizado por médicos de diversas especialidades,
en muchos casos sin una experiencia particular en una patología que, si bien en
la mayoría de los casos es simple, en otros se convierte en un problema de difícil
solución o de inusitada gravedad.
Ante esta realidad es que se ha creído conveniente realizar un análisis holístico
del tema, para lo que se convocó a un grupo de especialistas con experiencia par-
ticular en las diversas formas de infecciones urinarias, para conformar la obra que
se presenta en este volumen.
En el primer capítulo, el Prof. Dr. Lelio Zeno y el Dr. Martín Piana desarrollan la
anatomía funcional del aparato urinario, analizando en particular aquellos aspectos
que pueden predisponer al desarrollo de infecciones urinarias.
En el segundo capítulo, los Dres. José María Casellas y Carlos Lovesio se refieren
a la etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias, haciendo particular
hincapié en las condiciones relacionadas con las infecciones crónicas y las dificul-
tades atinentes a su tratamiento.
En el tercer capítulo, un grupo de pediatras coordinados por la Dra. Martha N.
Lahoz García desarrolla el tema de la infección urinaria en la edad pediátrica, pro-
blema de elevada frecuencia y que puede signar el destino final de la función renal
del lactante o del niño afectado.
En el cuarto capítulo, las Dras. María Pijoan Molina y Daniela Stoisa, y el Dr. Carlos
Lovesio consideran las infecciones urinarias en la mujer, con particular referencia
a las diferencias existentes en las características de esta infección en los distintos
periodos etarios.
Los Dres. Fabián Sánchez Mazzaferri, José María Casellas y Carlos Lovesio, en
el quinto capítulo, desarrollan el tema infecciones urogenitales en el hombre, con
particular énfasis en aquellas relacionadas con los procesos obstructivos del hombre
adulto y las infecciones de los órganos anexos del aparato genital.
La infección urinaria durante el embarazo es una patología específica, por lo que
en el capítulo sexto, los Dres. Luis Sabattini y Carlos Lovesio evalúan las distintas
opciones diagnósticas y terapéuticas, enfatizando el rol particular de la bacteriuria
asintomática en esta condición.
En el capítulo séptimo se hace referencia a las infecciones urinarias en pacien-
tes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal. El autor, Dr. Carlos
Lovesio, cuenta con una vasta experiencia en el tema específico, por el carácter de
inmunosupresión que afecta a estos pacientes.
Una situación de alta frecuencia, la infección urinaria en pacientes con sonda
vesical, responsable de un gran número de infecciones nosocomiales, es abordado
también por el Dr. Carlos Lovesio en el octavo capítulo de la obra.
Otro grupo específico de pacientes que pueden ser afectados por las infecciones
urinarias son los diabéticos. En el capítulo nueve se realiza su descripción. Para su
estudio se contó con la colaboración del Dr. Lucas Rista, diabetólogo.
La infección urinaria por Candida albicans afecta a un grupo muy selecto de pa-
cientes, en particular a aquellos internados en unidades críticas. El Dr. Carlos Lovesio
analiza en el capítulo décimo esta situación, haciendo hincapié en las condiciones
que requieren tratamiento específico.
Los Dres. Homero Bagnulo, Mario Godino y Juan Jubón, en el capítulo décimo
primero, se ocupan del tema sepsis de origen urinario. Si bien las infecciones uri-
narias no conducen con frecuencia a un shock séptico, su alta frecuencia hace que
su número relativo sea elevado, y su gravedad puede ser tal que exija la internación
de los pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos.
Para la redacción del capítulo décimo segundo, referido a procesos supurativos e
infecciones crónicas del aparato urinario, se convocó a un infectólogo, el Dr. Esteban
Nannini, un especialista en terapia intensiva, el Dr. Carlos Lovesio, y un especialista
en diagnóstico por imágenes, la Dra. Daniela Stoisa. Este es uno de los capítulos
más destacados de la obra por su valiosa iconografía.
Los pacientes portadores de urolitiasis son afectados con frecuencia por infec-
ciones de dificultoso tratamiento, por lo que se consideró tal patología en el capítulo
décimo tercero, a cargo de los Dres. Julio Bragagnolo, Oscar Sanso y Daniela Stoisa.
En el capítulo décimo catorce se analizan las infecciones urinarias en pacientes
con lesiones medulares; su desarrollo estuvo a cargo de los Dres. Esteban Nannini,
Juan C. Contardi y Horacio Damiani.
En el décimo quinto y último capítulo se analiza el empleo profiláctico y terapéu-
tico de antibióticos en urología. Para ello se contó con la valiosa colaboración del
Dr. Esteban Nannini.
Siguiendo el viejo aforismo médico Primun non nocere, es de destacar que ante
la obtención de un resultado bacteriológico positivo en una muestra de orina, la
gran pregunta es qué hacer. En efecto, la primera diferencia que se debe estable-
cer es entre bacteriuria asintomática e infección urinaria. En el primer caso, y salvo
algunas excepciones particulares, no se deberá indicar tratamiento, mientras que
ante la presencia de infecciones sintomáticas y en función de sexo, edad, factores
predisponentes y otras variables, serán múltiples las opciones terapéuticas. Aquí
surge la posibilidad de tratar o no tratar, y cuando se trate, con qué droga y durante
cuánto tiempo. Los autores aspiran a que esta obra contribuya a establecer pautas
adecuadas para responder los interrogantes planteados.
El Director queda reconocido de la labor de los distintos colaboradores, quie-
nes en un esfuerzo desinteresado han contribuido a la presentación definitiva de la
obra. La Editorial Corpus de Rosario ha brindado una edición prolija y acabada del
complejo material que se entregó para su elaboración.
Anatomía funcional
del aparato urinario
LELIO ZENO, MARTÍN PIANA
El aparato urinario normal está compuesto por Los vasos sanguíneos, los linfáticos y los
dos riñones, dos uréteres, la vejiga y la uretra. El nervios penetran en cada riñón a nivel de su
tracto urinario es, en esencia, igual en el hombre zona media, llamado hilio renal. Detrás de los
y en la mujer, excepto por lo que se refiere a la vasos sanguíneos, la pelvis renal y el uréter
uretra y a la presencia de la próstata. (Figura 1.1) abandonan el riñón. La sangre es suministrada
La función del aparato urinario es la de mantener por medio de la arteria renal, que normalmen-
el balance de fluidos y electrólitos, mediante la te es única y se ramifica en pequeños vasos
excreción de agua y varios productos de desecho. que irrigan los diferentes lóbulos del riñón. Los
Una cierta cantidad de sustancias son conser- riñones reciben por minuto alrededor de una
vadas en el organismo por su reabsorción en el cuarta parte del volumen minuto cardiaco. Una
riñón. Otras son excretadas y el producto final, vez que la arteria ha penetrado en el riñón, se
la orina, es liberada hacia el sistema colector divide en el límite entre corteza y médula, des-
correspondiente. de donde se distribuye a modo de radios en el
El riñón es un órgano par, de situación retrope- parénquima. No existen comunicaciones entre
ritoneal, proyectado a nivel de la última vértebra los capilares ni entre los grandes vasos del ri-
torácica y primera vértebra lumbar. Mide aproxi- ñón. Las arterias arciformes irrigan la corteza
madamente de 12 a 13 cm de longitud, unos 6 y dan lugar a numerosas pequeñas arteriolas,
cm de ancho y 4 cm de grosor, siendo su peso que forman múltiples pelotones sanguíneos,
entre 130 y 170 gramos; se divide en dos áreas los glomérulos.
bien diferenciadas, una más externa, pálida, de 1 A partir de cada glomérulo, la arteriola eferente
centímetro de grosor denominada cortical, que se da lugar a una fina red que irriga al correspon-
proyecta hacia el hilio renal formando columnas, diente túbulo que surge de la zona del glomérulo.
denominadas de Bertin, que delimitan unas estruc- Estas arterias, dispuestas peritubularmente, dre-
turas cónicas en número de 12 a 18, con la base nan hacia pequeñas vénulas en venas colectoras
apoyada en la corteza y el vértice dirigido al seno más anchas y, por último, hacia la vena renal y
renal, denominadas pirámides de Malpighi, y que hacia la vena cava. La vena renal izquierda es más
constituyen la médula renal. El riñón derecho está larga que la derecha, ya que tiene que cruzar la
normalmente algo más bajo que el izquierdo. El polo aorta para alcanzar la vena cava, y recibe ade-
superior toca el diafragma y su porción inferior se más la vena gonadal izquierda. La vena gonadal
extiende sobre el músculo iliopsoas. La cara pos- derecha, ovárica o espermática, desemboca de
terior está protegida en su zona superior por las forma independiente, por debajo de la vena renal,
últimas costillas. El tejido renal está cubierto por en la vena cava inferior.
la cápsula renal y por la fascia de Gerota, que es El riñón posee numerosos linfáticos, que dre-
de tal consistencia que es capaz de contener las nan en ganglios hiliares que, a su vez, comunican
extravasaciones sanguíneas y de orina, así como con los ganglios periaórticos, craneal y caudal-
los procesos supurativos. mente a la zona del hilio. Se ha demostrado la
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
existencia de comunicaciones linfáticas cruzadas primitiva. Los capilares glomerulares están sujetos
con el lado contralateral. entre sí por una estructura formada por células
La nefrona es la unidad funcional del riñón. Se y material fibrilar llamada mesangio, y el ovillo
trata de una estructura microscópica, en número que forman está recubierto por una esfera, la
aproximado de 1 200 000 unidades en cada riñón, cápsula de Bowman, que actúa como recipiente
compuesta por el glomérulo y su cápsula de Bow- del filtrado del plasma y que da origen, en el polo
man y el túbulo. Existen dos tipos de nefronas, opuesto al vascular, al túbulo proximal.
unas superficiales, ubicadas en la parte externa Del glomérulo, por el polo opuesto a la en-
de la cortical (85%), y otras profundas, cercanas trada y salida de las arteriolas, sale el túbulo
a la unión corticomedular, llamadas yuxtamedula- contorneado proximal que discurre un trayec-
res, caracterizadas por la presencia de un túbulo to tortuoso por la cortical. Después, el túbulo
que penetra en profundidad en la médula renal. adopta un trayecto rectilíneo en dirección al
El glomérulo es una estructura compuesta por seno renal y se introduce en la médula hasta
un ovillo de capilares, originados a partir de la ar- una profundidad variable según el tipo de ne-
teriola aferente, que tras formar varios lobulillos se frona (superficial o yuxtamedular); por último,
reúne de nuevo para formar la arteriola eferente. se incurva sobre sí mismo y asciende de nuevo
Entran y salen por el polo vascular del glomérulo. a la corteza. A este segmento se le denomina
La pared de estos capilares está constituida, de asa de Henle. En una zona próxima al glomé-
dentro a fuera de la luz, por la célula endotelial, rulo sigue nuevamente un trayecto tortuoso,
la membrana basal y la célula epitelial. A través denominado túbulo contorneado distal, antes
de esta pared se filtra la sangre que pasa por de desembocar en el túbulo colector que va
el interior de los capilares para formar la orina recogiendo la orina formada por otras nefronas,
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CAPÍTULO 1 : Anatomía funcional del aparato urinario
y que desemboca por fin en el cáliz a través ejercida por las proteínas del plasma y la presión
de la papila. hidrostática del espacio urinario actúan en con-
Las funciones básicas del riñón son de tres tra de la filtración. La resultante del conjunto de
tipos: a) Excreción de productos de desecho del dichas fuerzas es la que condicionará la mayor
metabolismo (urea, creatinina, fósforo, etc.); b) o menor cantidad de filtrado producido por cada
Regulación del medio interno (equilibrio hidroelec- glomérulo.
trolítico y ácido-básico); y c) Función endocrina: El principal determinante de la formación de
síntesis de metabolitos activos de la vitamina D, orina es la presión hidrostática sanguínea. Así,
sistema renina-angiotensina, síntesis de eritro- cuando la tensión arterial baja, se interrumpe la
poyetina, quininas y prostaglandinas. filtración y cesa la formación de orina. Son tam-
Estas funciones se llevan a cabo en diferentes bién factores importantes en la formación de la
zonas del riñón. Las dos primeras, es decir, la orina: 1) la presión oncótica, dependiente en gran
excretora y la reguladora del medio interno, se parte de las proteínas plasmáticas de la sangre; 2)
producen por la formación y eliminación de una la presión de la propia orina ya excretada, a nivel
orina de composición adecuada a la situación del sistema colector. El glomérulo actúa, pues,
y necesidades del organismo. Tras formarse un como un filtro o criba que separa determinados
ultrafiltrado del plasma en el glomérulo, el túbu- corpúsculos y no deja pasar proteínas. La filtra-
lo se encarga, en sus diferentes porciones, de ción glomerular supone aproximadamente 190
modificar la composición de dicho ultrafiltrado litros diarios de líquido. Sin embargo, al pasar el
hasta formar orina de composición definitiva, que filtrado del glomérulo a la cápsula de Bowman y
se elimina a través de la vía excretora al exterior. a los túbulos, la reabsorción, secreción y excre-
La orina es filtrada por el glomérulo y reco- ción alteran la constitución del producto final y
gida en un espacio confinado por la cápsula de solo un 1% del filtrado total será excretado como
Bowman. orina en la pelvis renal.
Desde aquí es transportada a través del túbulo Las hormonas juegan un papel activo en la
contorneado proximal, el asa de Henle y el túbulo reabsorción tanto del agua como de otras sus-
contorneado distal, hacia los túbulos colectores tancias. La hormona antidiurética (ADH) regula la
que, por medio de la pirámide medular, desem- absorción y eliminación del agua, dependiendo de
bocan en los cálices renales. las necesidades del organismo. La aldosterona
La filtración glomerular consiste en la forma- provoca la reabsorción del sodio y la excreción
ción de un ultrafiltrado a partir del plasma que del potasio. La hormona paratiroidea incrementa
pasa por los capilares glomerulares. Se denomina la reabsorción del calcio y disminuye la reabsor-
ultrafiltrado, porque sólo contiene solutos de pe- ción del fósforo.
queño tamaño, capaces de atravesar la membrana La función endocrina del riñón se lleva a cabo
semipermeable que constituye la pared de los mediante la síntesis de diferentes sustancias con
capilares. Esta permite el libre paso de agua y de actividad hormonal, incluyendo eicosanoides,
sustancias disueltas, con peso molecular inferior eritropoyetina, sistema renina angiotensina y mo-
a 15 000; en condiciones normales es totalmente dulación de la vitamina D.
impermeable a solutos con peso molecular su- Los eicosanoides son un grupo de compuestos
perior a 70 000 y deja pasar en cantidad variable derivados del ácido araquidónico, entre los que
los de peso molecular entre 15 000 y 70 000. se incluyen las prostaglandinas E2 y F2, prosta-
La orina primitiva, que se recoge en el espacio ciclina y tromboxano. Se sintetizan en diferentes
urinario del glomérulo y que a continuación pasa estructuras renales (glomérulo, túbulo colector,
al túbulo proximal, está constituida por agua y asa de Henle, células intersticiales y arterias y
pequeños solutos en una concentración idéntica arteriolas). Determinadas sustancias o situaciones
a la del plasma; carece, no obstante, de células, aumentan su producción, como la angiotensina
proteínas y otras sustancias de peso molecular II, hormona antidiurética (HAD), catecolaminas
elevado. o isquemia renal, mientras que otras inhiben su
El filtrado es producto sólo de fuerzas físicas. producción, como los antiinflamatorios no esteroi-
La presión sanguínea en el interior del capilar fa- deos. Actúan sobre el mismo riñón controlando el
vorece la filtración glomerular; la presión oncótica flujo sanguíneo y el filtrado glomerular, ejerciendo
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
un efecto natriurético, inhibiendo la reabsorción Los linfáticos, en áreas que se corresponden con
tubular del cloruro de sodio, aumentando la ex- la irrigación arterial, y las venas tienen una dis-
creción de agua, interfiriendo con la acción de la tribución similar. Los uréteres desembocan en
HAD y estimulando la secreción de renina. la vejiga a través de un canal constituido por
La eritropoyetina actúa sobre células precur- musculatura y mucosa de la pared de la propia
soras de la serie roja en la médula ósea, favo- vejiga. Los orificios ureterales son pequeños. Los
reciendo su multiplicación y diferenciación. Se mismos se sitúan a 2 ó 3 cm de la línea media y a
sintetiza en un 90% en el riñón, probablemente unos 2 cm por encima de la apertura interna de
en células endoteliales de los capilares periglo- la uretra. El área vesical comprendida entre estos
merulares. El principal estímulo para su síntesis tres orificios se denomina trígono. En condicio-
y secreción es la hipoxia. nes normales, la orina pasa a través del orificio
La renina es una enzima que escinde la molé- ureteral solamente en una dirección, es decir,
cula de angiotensinógeno, dando lugar a la angio- hacia la vejiga. Si la presión vesical aumenta, el
tensina I. En el pulmón, riñón y lechos vasculares, tejido mucoso de la pared interna del uréter es
esta es convertida en angiotensina II, forma activa presionado contra la pared posterior del mismo,
de este sistema, por acción de conversión de la previniendo así el retorno de la orina o reflujo
angiotensina. La renina se sintetiza en las célu- vésico-ureteral.
las del aparato yuxtaglomerular (agrupación de Desde el riñón hasta la vejiga, el uréter en-
células con características distintivas situada en cuentra tres zonas de estrechamiento. La pri-
la arteriola aferente del glomérulo), en respuesta mera corresponde a la unión ureteropélvica; la
a diferentes estímulos como la hipoperfusión. La segunda, al lugar de cruce con los vasos ilíacos,
angiotensina II actúa a diferentes niveles, estimu- y la tercera, en el momento de penetrar en la
lando la sed en el sistema nervioso central, pro- vejiga, a la unión ureterovesical. Los cálculos,
vocando vasoconstricción del sistema arteriolar y en su progresión desde el riñón hacia la vejiga,
aumentando la reabsorción de sodio en el túbulo pueden detenerse en uno de estos tres puntos
renal al estimular la secreción de aldosterona por y producir obstrucción.
la glándula suprarrenal. La vejiga es un órgano musculoso hueco, re-
El metabolito activo de la vitamina D, denomi- dondeado o piriforme, que normalmente puede
nado 1,25 (OH)2 colecalciferol, se forma por acción distenderse para albergar un contenido de unos
de una enzima existente en la porción cortical del 500 mL. Sin embargo, en ciertas condiciones,
túbulo renal, que hidroxila el 25(OH) colecalcife- puede distenderse más allá de su normal capa-
rol formado en el hígado. La producción de este cidad. En el hombre, la cara posterior de la vejiga
metabolito, también denominado calcitriol, es se sitúa cerca del recto. En la mujer, la porción
estimulada por la hipocalcemia, hipofosforemia superior de la vagina y el útero se interponen
y parathormona. La hipercalcemia, en cambio, entre la vejiga y el recto. La cara superior de la
inhibe su síntesis. El calcitriol, por su parte, ac- vejiga está cubierta por peritoneo.
túa sobre el riñón aumentando la reabsorción de La vejiga recibe la irrigación directamente de
calcio y fósforo, sobre el intestino favoreciendo las arterias ilíacas internas o hipogástricas, así
la reabsorción de calcio y sobre el hueso permi- como a partir de pequeñas ramas de las arterias
tiendo la acción de la parathormona. hemorroidales y uterinas. El drenaje linfático, ve-
Una vez que la orina ha ingresado en el sistema hículo fundamental en la difusión del cáncer de
colector permanece sin cambios apreciables. La vejiga, sigue sobre todo el camino de los vasos
orina es recogida en la pelvis renal y progresa, ilíacos internos, externos y comunes. La iner-
merced a ondas peristálticas, a través de la unión vación parasimpática de la vejiga se dirige al
ureteropélvica y del uréter. La irrigación del uréter músculo detrusor, que es el responsable de su
tiene diversos lugares de procedencia. Desde el contracción; la porción simpática del sistema
nivel de la pelvis renal pueden observarse finas nervioso autónomo actúa fundamentalmente a
ramas vasculares que tienen su origen en los nivel de la base de la vejiga. El nervio pudendo
vasos renales. La porción inferior del uréter re- inerva el esfínter externo, que rodea a la uretra.
cibe la irrigación de las arterias vesicales, y su Las interconexiones entre estos nervios permiten
porción media, de ramas de los vasos lumbares. la contracción simultánea del músculo detrusor,
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CAPÍTULO 1 : Anatomía funcional del aparato urinario
así como la relajación y apertura de los esfínte- por debajo de la próstata, la uretra atraviesa el
res interno y externo. Las fibras sensitivas que diafragma pélvico, zona en donde es casi inmóvil
transmiten las correspondientes sensaciones a y poco distensible. Esta porción diafragmática
partir de la vejiga distendida se corresponden con de la uretra es también denominada uretra mem-
el parasimpático, a través del cual los impulsos branosa, y tiene alrededor de 1 centímetro de
llegan a la médula espinal, donde el centro ve- longitud. Por debajo de esta porción da comienzo
sical reflejo primario se sitúa a nivel de S 2 a S la uretra bulbar y penetra en la zona libre a nivel
4. La constitución de un arco reflejo a este nivel de la unión peneano-escrotal; esta porción libre
permite alguna funcionalidad de la vejiga en pa- o móvil de la uretra se sitúa en la pared ventral
cientes con afectaciones medulares. Dentro de del pene y está cubierta en su superficie ventral
la médula espinal existen fibras que conectan el por el cuerpo esponjoso.
citado centro primario con centros más altos, que El cuello de la vejiga es el lugar más frecuente
permiten la supresión o inhibición de la urgencia de obstrucción del tracto urinario en el hombre.
en el orinar. Así, la vejiga normalmente continúa Esta obstrucción es producida habitualmente
llenándose sin causar molestia y llegado un límite por un agrandamiento de la próstata debido a
determinado, se provocan estímulos nerviosos procesos benignos o malignos. Al agrandarse
que, sin embargo, según la situación, pueden la próstata, no sólo crece hacia afuera sino que
provocar una mayor expansión de la capacidad también comprime la luz de la uretra. En el agran-
vesical o bien un vaciado de la misma. damiento benigno de la próstata, las pequeñas
La orina es eliminada de la vejiga a través de la glándulas periuretrales son las que aumentan de
uretra. En la mujer, la uretra es un órgano tubular tamaño para formar un adenoma. El adenoma
bastante corto, de 3 a 5 cm de longitud, con su puede ser extirpado según diferentes tipos de
apertura externa entre los labios menores; se prostatectomías; en estas operaciones, el ver-
sitúa a nivel y a lo largo de la pared anterior de la dadero tejido prostático es dejado intacto. Las
vagina. Esta corta longitud de la uretra femenina glándulas prostáticas drenan en la uretra pros-
explica la mayor susceptibilidad a las infecciones tática por medio de una docena de pequeños
urinarias en las mujeres. conductos, en el área del verumontanum. Los
En el hombre la uretra es un órgano tubular dos conductos eyaculadores también se abren
en forma de S, de unos 20 cm de longitud. En su en esta zona. Las glándulas de Cowper segregan
comienzo, transita a través de la próstata, que es una pequeña cantidad de un fluido que drena en
una glándula sexual secundaria. La uretra pros- la uretra a nivel del diafragma pélvico. Situadas
tática mide 2,5 a 3 cm de longitud. Justamente de forma dispersa a lo largo del resto de la uretra
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
20
CAPÍTULO 2
Reservorio
Flora intestinal
Colonización uretral
Inoculación vesical
Input de cepas
virulentas y
Cistitis (uretritis) resistentes
Patogénesis Pielonefritis
22
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias
23
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Muerte
Catelicidinas
Defensinas
Muerte
E. coli uropatogénica Exfoliación
Inmunopatogenicidad
Orina
Mecanismos de defensa
1 2 3 4
Inhibición de unión Activación celular Reclutamiento de Muerte
Muerte directa Producción de mediadores: células inmunes: Exfoliación
Péptidos antimicrobianos
IgA s Quemoquinas neutrófilos, macrófagos,
Proteína T-M células dendríticas
compuestos de subunidades repetitivas de un alta capacidad adhesiva, mientras que las cepas
dispositivo helicoidal que protruye de la superficie de niñas con bacteriuria asintomática presentaban
de la bacteria, con un diámetro de 5 a 10 nm y una baja adherencia bacteriana, lo que evita el
una longitud de 2 μm. Alternativamente, las ad- inicio de la respuesta inflamatoria de la mucosa.
hesinas pueden tomar otra variedad de formas. Entre el 70 y el 80% de las cepas productoras de
(Tabla 2.1) Los genes que codifican la expresión pielonefritis expresan diferentes tipos de adhesi-
de las fimbrias de la E. coli uropatogénica se nas (Dr y afa, S-tipo 1 y fimbrias P), todas ellas se
encuentran en los cromosomas, en oposición a pueden unir a diferentes receptores en las células
las adhesinas codificadas por plasmides de las del huésped durante el proceso infeccioso. Esta
cepas enterotoxigénicas. asociación no se observa en individuos con in-
Las bacterias con aumento de la capacidad fecciones urinarias asentando sobre alteraciones
de adherencia a las células vaginales y periure- estructurales del tracto urinario.
trales se seleccionan para colonizar las regiones Los genes para la producción de fimbrias tipo
anatómicas adyacentes al orificio uretral. 1 son ubicuos en la E. coli y bacterias gram nega-
Una serie de estudios in vitro e in vivo han tivas relacionadas, siendo estas producidas por
establecido las evidencias relativas al rol de los más del 90% de todas las E. coli. Una molécula
pili en el desarrollo de infecciones urinarias. S. de adhesina, FimH, localizada en el extremo de
Eden y col. fueron los primeros en establecer las fimbrias tipo 1, se une a receptores glicopro-
una correlación entre la adherencia bacteriana in teicos que contienen manosa, expresados en la
vitro y la severidad de las infecciones del tracto superficie luminal de la vejiga y que median la
urinario. Demostraron que las cepas de E. coli, fijación de las bacterias al epitelio, permitiendo
de niñas con pielonefritis aguda, presentaban una que permanezcan en el tracto urinario a pesar
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CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias
del efecto diluyente del flujo urinario continuo. y las células epiteliales induce una cascada de
Las cepas UPEC que carecen de fimbrias tipo 1 señales, incluyendo la formación de complejos
son incapaces de infectar las células epiteliales proteicos entre kinasas de adhesión (FAK) y PI
de la vejiga. 3-kinasas, y D-actinina y vinculina, que condu-
Hasta hace muy poco tiempo, la única función cen a una reestructuración del citoesqueleto y
identificada de las fimbrias tipo 1 era mediar la la internalización de la bacteria fijada. (Figura
adherencia a las células del huésped. Hoy se 2.3) La invasión de las células epiteliales pue-
ha implicado a estas fimbrias en la invasión de de desencadenar la producción de citoquinas/
las células epiteliales de la vejiga, facilitando la quemoquinas proinflamatorias y apoptosis de las
formación de una comunidad bacteriana intra- mismas, produciendo el reclutamiento de células
celular. La interacción entre las fimbrias FimH inflamatorias y la consecuente exfoliación. Para
FIGURA 2.3: Mecanismos y consecuencias de la invasión bacteriana mediada por factores bacterianos
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
evitar el clearance bacteriano por exfoliación de fagocitosis por neutrófilos, la E. coli con fimbrias
las células epiteliales superficiales y por otros P paradójicamente aumenta la respuesta infla-
mecanismos de defensa innatos, la E. coli uropa- matoria del huésped induciendo la elaboración
togénica puede invadir las células subepiteliales, de citoquinas proinflamatorias. Los neutrófilos,
facilitando potencialmente la persistencia por largo sin embargo, no presentan receptores para estas
tiempo de la bacteria dentro de la mucosa de la fimbrias. La E. coli con fimbrias P es dominante
vejiga, y la posibilidad del desarrollo eventual de como causa de pielonefritis y urosepsis, y es
recidivas de la infección con el mismo germen. predominante en hemocultivos; sin embargo,
Esto podría justificar la dificultad en erradicar durante su permanencia en el riñón se produce
organismos con tratamientos antibióticos cortos. una subregulación de la expresión de fimbrias
Las E. coli obtenidas de pacientes con pielo- P, y esto puede facilitar la persistencia en el pa-
nefritis se adhieren mejor que los aislamientos rénquima renal.
de cistitis y, a su vez, tienden a adherirse con En adición a las fimbrias tipo 1 y P, existe
más firmeza a las células uroepiteliales que las una variedad de adhesinas, incluyendo los tipos
muestras al azar de E. coli obtenidas del colon. S, 1c, G, Dr, y adhesinas M y X, con diferentes
Svanborg y col. identificaron una nueva adhesina, especificidades de unión y propiedades seroló-
la fimbria P, responsable de la adherencia parti- gicas, que se expresan in vivo en la orina. El pili
cular presente en la pielonefritis. Está codificada tipo 1 y la adhesina Dr se han relacionado con
dentro de la estructura PAIs, conocida como pap la invasión de las células epiteliales de la vejiga
(pyelonephritis-associated pilus), que compren- y con la persistencia intracelular de cepas uro-
de 11 genes y que se distribuye selectivamente patogénicas de E. coli.
dentro de las especies de E. coli. Estas fimbrias Es imaginable que la mera fijación de la bacte-
se denominan P debido a que el receptor es un ria a una célula epitelial es insuficiente para pro-
constituyente del complejo antigénico del grupo ducir una enfermedad sintomática. Es necesario
sanguíneo P presente en los eritrocitos humanos que existan otros factores de virulencia relacio-
y en las células uroepiteliales, tratándose de un nados con las bacterias para desencadenar los
glicoesfingolípido (GSL) específico, que a su vez mecanismos responsables de las manifestaciones
recluta TLR-4 para iniciar las señales de mem- clínicas. Ya en el año 1900 se había comprobado
brana. Es interesante destacar que a diferencia que ciertas cepas de E. coli tenían la propiedad
de las fimbrias tipo 1, solamente la E. coli y no de lisar los eritrocitos, detectables como una zona
otros gérmenes gram negativos portan los genes clara alrededor de la colonia bacteriana en una
para las fimbrias P. placa de agar sangre. Se comprobó que alrededor
Las fimbrias P aumentan la virulencia de es- del 50% de las cepas de E. coli que producían
tas cepas en diferentes estadios de la infección, infecciones urinarias eran hemolíticas. El factor
incluyendo su mayor permanencia en el tracto responsable, la hemolisina, es citotóxico para
gastrointestinal y su mayor diseminación hacia otras células humanas. En la cistitis y en la pie-
el tracto urinario para colonizar y producir infec- lonefritis aguda, la hemolisina de la E. coli puede
ción ascendente. Una vez en el tracto urinario, contribuir directamente a la infección a través
las cepas con fimbrias P se adhieren, persisten de sus efectos sobre las células uroepiteliales.
y, a pesar de generar una mayor respuesta de El efecto letal de esta toxina se ha demostrado
citoquinas, invaden el riñón e inducen bacterie- sobre células epiteliales de la vejiga en el hombre.
mia. Las fimbrias P presentan una considerable Aunque el lipopolisacárido es un componente
variación antigénica, dando origen a múltiples estructural de la E. coli, debe ser considerado
subgrupos. La adhesina Pap G de la fimbria P como un factor de virulencia por sus efectos
es esencial en la patogénesis de la pielonefritis. tóxicos sobre el huésped y la respuesta infla-
El gen pap en secuencia EFG codifica este com- matoria que desencadena. El lipopolisacárido,
plejo de adhesinas. cuando se libera de la membrana externa de las
Las fimbrias P también parecen conferir una bacterias viables o cuando se produce la lisis
mayor capacidad a los clones de E. coli uropato- bacteriana, interactúa con el receptor toll-like y
génicos para colonizar el colon y diseminarse al otros receptores de las células epiteliales e in-
perineo. Aunque presenta relativa resistencia a la munes. La activación de estos receptores inicia
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CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias
una cascada de señales que resulta en la síntesis y estimular la formación de cálculos. En efecto,
y liberación de varias citoquinas, quemoquinas y la ureasa puede elevar el pH urinario a un valor
otros mediadores. Localmente, estos mediadores cercano a 8,0, ocasionando la precipitación de
producen el influjo de neutrófilos y el acompañan- estruvita (fosfato amónico magnésico) y apatita
te edema y dolor que caracteriza a la respuesta (fosfato cálcico) en la vía urinaria produciendo
inflamatoria aguda. Si estos mediadores alcanzan litiasis vesical, prostática o renal (ver capítulo 13).
la circulación, producen la respuesta inflamatoria La Klebsiella pneumoniae es el tercer agente
sistémica, caracterizada por fiebre, leucocitosis, productor de infecciones urinarias no relacionadas
taquicardia y taquipnea. con métodos invasivos. Esta bacteria expresa
El hierro es un micronutriente limitante para su virulencia urinaria a través de sus adhesinas,
el crecimiento bacteriano dentro del huésped. fimbrias de tipo 1. La presencia de cápsula, sin
En consecuencia, la adquisición de hierro es im- embargo, es el factor más importante de virulen-
prescindible para diversas bacterias patogénicas, cia de la Klebsiella. Presenta diversas variantes
incluyendo la E. coli. Las cepas uropatogénicas químicas del polisacárido capsular, lo que permite
presentan múltiples mecanismos para extraer distinguir hasta 70 serotipos. Esta cápsula pre-
hierro del huésped, en principio por la activa- viene la fagocitosis por neutrófilos y macrófagos
ción del sistema de sideróforos, pero también e impide la acción de los anticuerpos dirigidos
por captación a partir del hem. Los sistemas de contra el lipopolisacárido de la membrana bacte-
sideróforos reconocidos incluyen la aerobactina, riana externa, importante mecanismo de defensa
enterobactina y yersiniabactina, más los recien- del urotelio ante las infecciones producidas por
temente identificados sideróforos receptores IreA bacilos gram negativos.
e IroN. Muchas cepas uropatogénicas producen Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter spp
hemolisinas, que facilitan la invasión tisular y pro- y otros bacilos gram negativos no fermentadores
ducen daño celular a nivel renal, es probable que son prácticamente inexistentes en la microflora
a través de la liberación de hierro que facilita la intestinal y genital de pacientes no tratados con
invasividad de la E. coli. anterioridad con antibióticos, por lo que producen
Los aislamientos obtenidos de pacientes con infecciones de índole hospitalaria casi exclusiva.
infecciones urinarias, en presencia de anormali- Cuanto mayor es el número de organismos
dades estructurales de base, no presentan con presentes en el riñón, mayor es la posibilidad de
frecuencia los factores de virulencia bacteriana producir una infección. El riñón de por sí no es
descritos anteriormente. susceptible a la infección de manera uniforme,
El S. aureus rara vez produce cistitis y pielone- ya que se ha demostrado que se requieren po-
fritis ascendente; en contraste, el Staphylococcus cos organismos para infectar la médula, mientras
saprophyticus es causa frecuente de infecciones que la infección de la corteza requiere un número
del tracto urinario inferior. El S. saprophyticus se sustancialmente mayor. La mayor susceptibilidad
adhiere, de modo significativo, más a las células de la médula puede deberse a su mayor concen-
del epitelio vaginal que el S. aureus o el Staphylo- tración de amonio, que inactiva el complemento,
coccus epidermidis, produciendo infecciones casi y a la escasa quimiotaxis de polimorfonucleares
exclusivamente en mujeres. en un área de alta osmolalidad, bajo pH y bajo
Otras características bacterianas pueden ser flujo sanguíneo.
importantes en la producción de infecciones del Las bacterias uropatogénicas también presen-
tracto urinario superior. Las bacterias móviles, tan una variedad de defensas contra los sistemas
en particular el P. mirabilis, pueden ascender a antibacterianos del huésped. La mayoría expresa
través de los uréteres contra el flujo de orina, y un conjunto de lipopolisacáridos glicosilados y
se ha demostrado que las endotoxinas de los de polisacáridos capsulados, en oposición a las
bacilos gram negativos disminuyen la peristal- cápsulas características de las cepas comensales.
sis ureteral y quizá contribuyen a la respuesta Estos polisacáridos interfieren con la fagocitosis
inflamatoria del parénquima renal por activación y protegen contra la opsonización o lisis mediada
de las células fagocíticas. En las especies Pro- por complemento. El lipopolisacárido parece ser
teus, la producción de ureasa se ha correlacio- más importante patogénicamente dentro del sis-
nado con la capacidad de producir pielonefritis tema urinario que las cápsulas simples, mientras
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
que ambos factores contribuyen a la virulencia también posee actividad antibacteriana. Las bac-
sistémica. terias anaerobias y otros organismos de lento
crecimiento que forman parte de la flora uretral,
Mecanismos de defensa del huésped por lo general no se reproducen en la orina. Se
ha demostrado que los extremos de osmolalidad,
La capacidad de un microorganismo de producir la alta concentración de urea, y el nivel bajo del
enfermedad sintomática es la resultante neta de pH son inhibitorios para el crecimiento de al-
la interacción entre las propiedades de virulencia gunas de las bacterias que producen infección
de la bacteria y la respuesta del huésped para del tracto urinario. El pH y la osmolalidad de
prevenir la colonización, inhibir el crecimiento la orina de la mujer embarazada tienden a ser
bacteriano, contener al invasor o a sus efectos, más favorables al crecimiento bacteriano que
o matar al microorganismo. los de la no embarazada, lo que justifica la ele-
Con la excepción de la mucosa uretral, el trac- vada incidencia de infección urinaria durante el
to urinario normal es resistente a la colonización embarazo. La presencia de glucosa facilita el
por bacterias y elimina en forma eficiente y rá- crecimiento bacteriano, explicando la elevada
pida tanto a los organismos patogénicos como incidencia de infección urinaria en los diabéticos,
no patogénicos que acceden a la vejiga. Esto se aunque otras causas pueden estar involucradas
logra por la presencia de diversos mecanismos en esta patología.
de defensa antibacteriana en el tracto urinario La superficie epitelial del tracto urinario se
inferior. (Tabla 2.2) encuentra recubierta de una fina capa de orina y
El mecanismo de lavado de la vejiga ejerce fluidos secretados por las células epiteliales. La
un efecto protector mayor. Cuando se introdu- proteína de Tamm-Horsfall (THP) o uromodulina
cen bacterias en la vejiga de los humanos, exis- es la proteína más abundante en la orina humana
te una tendencia al clearance espontáneo. Sin normal. Se expresa solo en la rama ascendente
embargo, el mecanismo de unión de las fimbrias del asa de Henle en el riñón. La abundancia rela-
puede proveer un modo para contrarrestar esta tiva y la localización específica de la THP desem-
defensa, mediante la unión firme de la bacteria peñan un rol fisiológico importante en el sistema
al epitelio del tracto urinario durante los perio- de defensa antibacteriano del tracto urinario. La
dos de ausencia de flujo urinario. Debido a que THP sirve como un desencadenante endógeno de
el mecanismo de lavado solo es probable que la activación de las células de la inmunidad inna-
no produzca una eliminación total, deben existir ta, tales como granulocitos, monocitos y células
factores defensivos adicionales. Ciertos factores dendríticas; pero no de las células endoteliales,
del huésped, incluyendo la cateterización de la indicando una acción específica de células. Las
vejiga, aumentan la susceptibilidad de las células ratas knockout THP son altamente susceptibles
uroepiteliales a la fijación bacteriana, incremen- a infecciones urinarias severas. La THP previene
tando la posibilidad de bacteriuria. la colonización por cepas uropatogénicas e inter-
Aunque la orina se considera generalmente un fiere con la fijación bacteriana al tracto urinario
buen medio de cultivo para muchas bacterias, mediante su unión a las fimbrias tipo I. La PHT
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CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias
también tendría un rol antiinflamatorio, induciendo Los estudios histoquímicos revelan que la adhe-
la maduración de las células dendríticas a través rencia bacteriana se incrementa por la remoción
de la activación de un sistema dependiente del de un mucopolisacárido (GAG) de superficie, que
receptor TLR-4. En forma conjunta, estos datos parece ser responsable de la resistencia natural
muestran que la THP es un factor regulatorio de de la mucosa. Por otra parte, la administración
la inmunidad innata y adaptativa y podría tener un de un inóculo bacteriano pequeño probablemente
impacto significativo en la inmunidad del tracto no logre adherirse, permaneciendo suspendido
urinario. En pacientes adultos con infección uri- en la orina y siendo eliminado con la micción.
naria, el nivel de THP se encuentra disminuido. En presencia de un inóculo mayor de bacterias
Los microorganismos que se adhieren al con buenas características de adhesividad, los
uroepitelio toman contacto con la lactoferrina, mecanismos primarios de defensa pueden ser
que disminuye la concentración local de hierro superados y producirse la colonización con subse-
y además, al unirse a la membrana microbiana, cuente infección. Una vez producida la infección,
produce un daño local de la misma. Péptidos an- los mecanismos secundarios de defensa, tales
timicrobianos, tales como la defensina HBD1 y la como la movilización de leucocitos y macrófagos,
catelicidina, que son secretados en forma consti- permiten la remoción de las bacterias.
tutiva, contribuyen a las propiedades bactericidas En la mujer, la colonización del introito vagi-
de la capa fluida inmediatamente adyacente al nal y la región periuretral por enterobacterias es
uroepitelio. En coordinación con la inducción de crítica en la patogénesis de la infección urinaria.
catelicidina y HBD2, como consecuencia de las La colonización periuretral con el mismo orga-
propiedades quemoatractantes de estos pép- nismo invariablemente precede a los episodios
tidos antimicrobianos, se congregan glóbulos de bacteriuria significativa. La flora normal de
blancos. Los monocitos reclutados en el sitio de esta región contiene microorganismos tales como
actividad microbiana pueden secretar citoquinas, lactobacilos, estafilococos coagulasa negativos,
tales como la IL-1 y el TNFD que, por su parte, corinebacterias y estreptococos, que forman una
estimulan la expresión de péptidos antimicrobia- barrera contra la colonización por uropatógenos.
nos inducibles por las células epiteliales. Los estudios microbiológicos han demostrado
Si los microorganismos tienen éxito en supe- que la uretra, la región periuretral y el vestíbulo
rar los mecanismos de defensa precedentes, el vaginal de mujeres con infecciones recurrentes del
uroepitelio puede ser susceptible a la fijación y tracto urinario están con frecuencia colonizados
al daño local. A través de vías mediadas por los con bacterias coliformes. Un bajo pH vaginal y
toll-receptors, la fijación bacteriana, propagación una carencia estrogénica son los factores más
e invasión estimulan la producción y secreción de importantes relacionados con la falta de colo-
citoquinas, tales como la IL-8, y proteínas antimi- nización. Sin embargo, es más común que los
crobianas, tales como la lipocalina. La presencia cambios en la colonización se asocien con el uso
de IL-8 produce un rápido reclutamiento de más de agentes antimicrobianos o agentes espermi-
neutrófilos, generando un efecto antimicrobiano cidas que alteran la flora normal y aumentan la
pero produciendo también daño tisular local. Si receptividad del epitelio para los uropatógenos.
estos niveles de defensa fracasan, el influjo de Se admite que algunas mujeres son más sus-
neutrófilos es mayor, produciendo la destrucción ceptibles a la infección urinaria debido a la presen-
de la microanatomía local. Si esta respuesta ce- cia de ciertos receptores celulares localizados en
lular por su parte es superada, se produce una el epitelio vaginal y determinados genéticamente
infección sistémica con signos de respuesta in- para cepas de E. coli uropatogénicas, y que esta
flamatoria, eventual sepsis o shock séptico. diferencia podría justificar los casos de infecciones
En un estudio destinado a evaluar los mecanis- recurrentes. Schaeffer y col. confirmaron estas
mos de defensa de la vejiga en perros, Parsons y diferencias vaginales, pero en adición observa-
col. demostraron un mecanismo de antiadherencia ron que el aumento de la adherencia también es
activo en la mucosa. El tratamiento previo de la característico de las células epiteliales de la ca-
vejiga con ácido aumenta la adherencia bacteriana vidad oral. En definitiva, existiría un aumento de
en 20 a 50 veces. El aumento de la adherencia es la receptividad epitelial a la E. coli en la mucosa
independiente de la especie bacteriana empleada. del introito, de la uretra y de la cavidad bucal,
29
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
que sería característico de mujeres susceptibles defectos severos en la inmunidad mediada por
a infecciones urinarias recurrentes y que tendría células, incluyendo bajos recuentos de linfocitos
carácter genotípico. CD4, no presentan una mayor susceptibilidad o
Otros factores endógenos, tales como el nivel severidad de las infecciones urinarias.
de estrógenos, pueden influenciar la adhesión Durante la pielonefritis, una vez que las bacte-
bacteriana a las células uroepiteliales, afectando rias han activado a las células de las superficies
el riesgo de infección. Desde el punto de vista uroepiteliales, se sintetizan mediadores inflama-
conductual, tanto la colonización del introito va- torios que pueden ser secretados en la orina y
ginal como la bacteriuria debida a E. coli se han pueden ser medidos como un signo de infec-
asociado con el uso de diafragma y espermicidas, ción. Más importante aún, la secreción basolateral
que pueden aumentar el riesgo de infección uri- permite que las células epiteliales propaguen la
naria relacionado con la actividad sexual. señal a las células adyacentes en la mucosa o
Es poco conocido el rol de la inmunidad hu- recluten células inflamatorias desde la circulación.
moral en la defensa contra la infección del trac- La infección produce un aumento en la secre-
to urinario. Durante la pielonefritis aguda, existe ción de quemoquinas, en especial del tipo IL-8,
una respuesta sistémica de anticuerpos. Se han que es quemotáctica para los neutrófilos, y otras
reconocido anticuerpos contra el antígeno O y, quemoquinas que interactúan con monocitos y
en ocasiones, el antígeno K de la cepa infectan- linfocitos. En respuesta a esta activación, las
te, y anticuerpos contra las fimbrias tipo 1 y P. células inflamatorias dejan el torrente sanguíneo
Los anticuerpos IgM dominan en la respuesta a y migran hacia la barrera mucosa, donde ejercen
la primera infección del tracto urinario superior, sus efectos.
pero no en los episodios subsecuentes. Altos En los últimos años se han estudiado una serie
niveles de anticuerpos IgG contra el lípido A se de péptidos antimicrobianos naturales (AMPs).
correlacionan con la severidad de la infección re- Se trata de componentes ubicuos de la inmuni-
nal y se pueden detectar anticuerpos secretorios dad innata, expresados por los neutrófilos y las
IgA en la orina. En contraste con la infección del células epiteliales, ya sea en forma constitutiva o
tracto urinario superior, la infección del tracto luego de la inducción por patógenos. Los AMPs
urinario inferior no se asocia con una respuesta consisten en residuos de 15 a 45 aminoácidos,
serológica significativa, reflejando la naturaleza la mayoría de ellos cargados positivamente, de-
superficial de la infección. En particular, no se bido a la presencia de numerosos residuos de
reconocen anticuerpos antifimbrias en la infec- arginina y lisina. Los AMPs se han categorizado
ción urinaria baja. en cuatro grupos de acuerdo a la composición de
A pesar de la importante respuesta sistémica aminoácidos, estructura y tamaño reconocidos
y local de anticuerpos que sigue a la pielonefritis por RMI. Los más conocidos son las D-defensinas,
aguda, el rol protectivo de estos anticuerpos no es las E-defensinas, las catelicidinas y las epcidi-
claro. Cuando las bacterias persisten en el riñón nas. Una serie de modelos in vivo e in vitro han
por varios meses se produce una disminución demostrado que los AMPs protegen contra una
antigénica. Se ha demostrado que anticuerpos amplia variedad de microorganismos incluyendo
contra varias estructuras bacterianas, incluyen- bacterias, virus, hongos y algunos protozoarios.
do los antígenos O y K y antígenos de fimbrias, Aunque el mecanismo exacto por el que los AMPs
protegen contra la pielonefritis ascendente o he- destruyen a los microorganismos no es totalmente
matógena en animales de experimentación. Los conocido, se sabe que su particular estructura,
anticuerpos pueden ser de valor para limitar el conteniendo un segmento cargado hidrofílico y
daño dentro del riñón o para prevenir la coloni- un fragmento sin carga lipofílico, facilita la dis-
zación que precede a las recurrencias. rupción de la membrana celular. La predilección
No se ha demostrado que los anticuerpos pro- por las membranas microbianas en relación con
tejan contra la infección de la vejiga. La inmunidad las membranas de células nativas podría estar
mediada por células no desempeña un rol mayor relacionada con la distinta estructura de dichas
en la defensa contra la infección del tracto urina- membranas.
rio. La mucosa urinaria contiene pocos linfocitos Aunque la reacción inflamatoria está dirigida a
T. En este sentido, las mujeres VIH positivas con limitar la diseminación bacteriana y la persistencia
30
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias
dentro del riñón, estas células y su respuesta in- y también pueden ser importantes los fenóme-
mune pueden contribuir al daño tisular, formando nos irritativos locales que producen. Por otra
un área de fibrosis renal, como se evidencia por la parte, los cálculos pueden desarrollarse como
menor destrucción parenquimatosa en pacientes consecuencia de la infección. Se ha observado
con neutropenia. Se ha sugerido que la pielone- que las especies Proteus y otros organismos
fritis crónica y el daño renal persistente pueden productores de urea tal vez produzcan cálcu-
desarrollarse aun después de la adecuada erra- los. Por fin, las bacterias pueden sobrevivir en
dicación bacteriana con antibióticos. De acuer- la profundidad del cálculo, siendo dificultosa en
do con este concepto, remanentes bacterianos extremo su erradicación.
o antígenos o la persistencia de la proteína de El reflujo vesicoureteral (RVU) y las infecciones
Tamm-Horsfall inducirían una respuesta inmuno- del tracto urinario están relacionados. El reflujo
lógica humoral crónica resultando en una fibrosis debido a anormalidades congénitas, la sobre-
renal criptogenética. distensión vesical o causas desconocidas quizá
Recientemente se ha dilucidado la identidad contribuyan a la infección del tracto urinario por
de receptores específicos en la superficie de los vía ascendente. Por otro lado, las observaciones
órganos del aparato urinario que median la inva- clínicas han demostrado que la infección por sí
sión por cepas UPEC. Sacks y col. hallaron que misma puede producir reflujo, especialmente en
la máxima internalización de la E. coli se logra niños. El reflujo tiende a perpetuar la infección
cuando la bacteria es opsonizada con comple- manteniendo un pool residual de orina infectada
mento. En efecto, las células del epitelio renal en la vejiga luego de la micción. Es probable que
internalizan menos bacterias en ausencia de C3, el reflujo, en especial en niños, desempeñe un rol
que es producido durante la infección urinaria. importante en la producción de la infección del
Ello demostraría que la E. coli requiere del sis- tracto urinario superior y consecuente fibrosis.
tema complemento para invadir el epitelio renal. Los pacientes con vaciado parcial de la vejiga
En otro estudio comprobaron que el receptor por causas mecánicas (obstrucción del cuello
CD46 del C3 actúa en cohorte con la adhesión vesical, válvulas uretrales, hipertrofia prostática) o
de las fimbrias para promover la captación de malfunción neurogénica (poliomielitis, neuropatía
cepas patogénicas de E.coli. Es interesante que diabética, lesión medular) están predispuestos
el CD46, en asociación con múltiples integrinas, al desarrollo frecuente de infecciones urinarias.
facilite en potencia las estrategias de invasión de Estos pacientes presentan una sobredistensión
las cepas uropatogénicas. vesical, que puede interferir con los mecanismos
Diversas anormalidades del tracto urinario locales de defensa y, más importante, requieren
pueden interferir con la resistencia natural a la con frecuencia una instrumentación del tracto
infección. La obstrucción al flujo de orina es la urinario. La disfunción del mecanismo de mic-
causa más importante. La obstrucción extrarrenal ción (voiding dysfunction) es definida como una
puede resultar de anomalías congénitas del uréter patente de vaciamiento anormal para la edad y
o de la uretra, tales como válvulas, estenosis o constituye una causa frecuente de infecciones
bandas; cálculos, compresión ureteral extrínseca urinarias en la infancia (ver capítulo 3).
por una variedad de causas o hipertrofia prostáti- Existe una alta incidencia de fibrosis renal en
ca benigna. La obstrucción intrarrenal puede ser pacientes con condiciones patológicas asocia-
producida por entidades tales como nefrocalci- das con nefritis intersticial crónica, todas las que
nosis, nefropatía por ácido úrico, nefropatía por virtualmente producen un daño papilar primario.
analgésicos, enfermedad poliquística, nefropatía Estas condiciones incluyen diabetes mellitus, ane-
hipokalémica y lesiones renales atribuibles a la mia de células falciformes, nefrocalcinosis del
enfermedad por células falciformes. La obstruc- adulto, hiperfosfatemia, hipocalemia, abuso de
ción inhibe el flujo normal de la orina, el estasis analgésicos, nefropatía por sulfonamidas, gota,
resultante es importante por cuanto aumenta la intoxicación por metales pesados y edad avan-
susceptibilidad a la infección. zada. Se ha comprobado una elevada incidencia
Los cálculos pueden aumentar la susceptibili- de infección del tracto urinario en pacientes con
dad a la infección produciendo obstrucción. Sin estos padecimientos, en particular en mujeres
embargo, no todos los cálculos son obstructivos, con diabetes mellitus.
31
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Anatómico
Reflujo VU Medio ambiente
de alto grado
Huésped Patógeno
Conductual
Disfunción
miccional Colonización periuretral
FIGURA 2.4: Modelo fisiopatológico de las infecciones recurrentes del tracto urinario
32
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias
33
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
34
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias
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normally sterile urinary tract”. J Am Soc Nephrol 2007; 18:2810.
35
CAPÍTULO 3
38
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
39
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
bacteriocina), que interfieren con el crecimiento pero las anormalidades urodinámicas solamente
bacteriano. También se ha comprobado que los no justifican la mayor incidencia de pielonefri-
lactobacilos modulan el sistema inmunológico del tis aguda. Los grupos sanguíneos P y el estado
huésped por estimulación de las células dendríti- secretor determinan el repertorio de receptores
cas y los linfocitos T y por regulación de la acti- de la mucosa de las células uroepiteliales para
vidad fagocítica. J Lee y col. (2009), en el primer las fimbrias P y ayudan a seleccionar las cepas
estudio prospectivo caso-control, demostraron de E. coli infectantes, pero estas variantes de la
que la colonización urogenital por lactobacilos expresión de receptores no influencian la eficien-
estaba disminuida en niños con infecciones uri- cia de las defensas antibacterianas. Además, las
narias. Por otra parte, el uso indebido de anti- inmunodeficiencias primarias no predisponen a
bióticos al eliminar los lactobacilos facilitaría la la infección urinaria en el hombre, y el intento de
recurrencia de las infecciones urinarias. relacionar los tipos antigénicos de HLA con las
infecciones urinarias ha fracasado.
Rol de la respuesta inflamatoria El aparato urinario requiere de la inmunidad
Luego de la primera etapa de la reacción in- innata para la eliminación de la infección y el
flamatoria, que depende de la cantidad de re- mantenimiento de la integridad tisular. Se en-
ceptores de superficie estimulados (TLR-4) por contró que un defecto genético único (mutación
los lipopolisacáridos bacterianos, se produce la del receptor de quemoquina –mIL-8Rh) confería
síntesis de mediadores inflamatorios por las cé- susceptibilidad para el desarrollo de pielonefri-
lulas activadas, en especial interleuquina 1, 6 y tis aguda, sepsis asociada a pielonefritis y una
8, que estimulan la movilización de leucocitos incidencia de 50% de mortalidad en un modelo
polimorfonucleares. Estos liberan mieloperoxi- murino. La falta de este receptor de quemoquina
dasa, hidrolasa lisosomal citotóxica, elastasas y para los neutrófilos se asoció con una respuesta
citoquinas IL6 e IL8, entre otras. La producción inflamatoria aguda exagerada, que determinó la
de metabolitos reactivos del oxígeno (ROM) por producción de cicatrices renales. Investigada la
la activación de polimorfonucleares, monocitos, expresión del receptor específico de IL8 (CXCR1),
macrófagos y células parenquimatosas renales en niños propensos a pielonefritis aguda y adul-
se asocia con lesión celular. Se ha sugerido que tos que habían tenido pielonefritis recidivante en
la formación de cicatrices dependería de la ex- su infancia, se identificaron dos polimorfismos y
presión de receptores de quemoquinas (CXCR1) tres mutaciones en el gen del CXCR1, con una
por los leucocitos movilizados al área afectada. frecuencia del genotipo de 23 y 25% respectiva-
Estudios recientes han comprobado que niños mente, contra 7% en los niños control, sugiriendo
con bacteriuria asintomática primaria tendrían una tendencia genéticamente determinada de sus-
niveles de expresión reducida de TLR-4, sugi- ceptibilidad. Cuando se excluyó el reflujo, el 54%
riendo que este mecanismo podría influenciar la de los pacientes tenía secuencias de variantes
evolución final de las infecciones urinarias. del CXCR1. Los niños propensos a infecciones
urinarias expresaron menor CXCR1 que los con-
Bases genéticas de la susceptibilidad a la troles (p<0,0001) y dos secuencias de variantes
pielonefritis aguda se mostraron perjudicando la transcripción. Estos
La forma más severa de infección urinaria es la resultados identificaron una deficiencia inmuni-
pielonefritis aguda. La forma recurrente de pielo- taria genética innata con una fuerte relación con
nefritis aguda se produce en un grupo pequeño la pielonefritis aguda y el desarrollo de cicatrices
de individuos altamente susceptibles, algunos de renales (Lundstedt A. y col., 2007).
los cuales desarrollan cicatrices renales progre-
sivas y pueden requerir con el tiempo diálisis y Desarrollo de daño renal (cicatrices renales)
trasplante. Se han hecho muchos intentos para La fisiopatología del daño renal y su relación con la
identificar factores del huésped que predispon- pielonefritis aguda, el reflujo vesicoureteral (RVU)
gan a las infecciones urinarias y especialmente y la obstrucción urinaria no está aún dilucidada
al desarrollo de pielonefritis aguda. Las disfun- por completo. Clásicamente se consideró que
ciones mecánicas como el reflujo vesicoureteral los factores de riesgo para el daño renal eran
aumentan el acceso bacteriano a los riñones, el reflujo vesicoureteral, la obstrucción de la vía
40
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
urinaria, la edad menor de dos años, el número En la Tabla 3.1 se describen los gérmenes más
de episodios de infección urinaria, la virulencia frecuentes productores de infecciones urinarias
bacteriana y la susceptibilidad individual. en la infancia.
Las cicatrices renales pueden ser de dos ti-
pos: a) asociada a displasia renal, predominan- Cuadro clínico
te en varones, sin antecedentes de infecciones
urinarias y relacionada a RVU bilateral grados 4 La presentación clínica de las infecciones urina-
y 5, y b) observada en ambos sexos, asociada rias en edad pediátrica varía, dependiendo de
a pielonefritis aguda y asociada o no a RVU. En diversos factores, a saber:
la actualidad se tiende a aceptar que los niños Edad: en lactantes es mayor la frecuencia de
con riesgo aumentado de padecer insuficiencia infecciones altas.
renal crónica por daño renal son los nacidos con Sexo: predominio en varones hasta los seis
displasia renal. meses, igual frecuencia que en mujeres hasta el
El RVU de alto grado, con predominio en el año, y luego franco predominio de estas a medida
sexo masculino y bilateral con frecuencia, se que aumenta la edad.
asocia a daño renal congénito en el 30% de Presencia de alteraciones anatómicas: uro-
los casos, no así los reflujos de bajo grado. patías obstructivas, reflujo vesicoureteral con
En estos últimos la predisposición a infeccio- síntomas de vías urinarias altas, etcétera.
nes urinarias sería mínima. Por otra parte, no Primer episodio: en general es más sintomá-
existen evidencias de que el RVU estéril cause tico que los posteriores por probable desarrollo
cicatrices renales, que están más relacionadas de inmunidad, con el consecuente bloqueo de
con la pielonefritis. citoquinas por formación de anticuerpos, demos-
En ausencia de pielonefritis aguda el reflujo, trable en orina donde se reconoce una menor
aun de alto grado, no parece causar cicatrices cantidad de IL 6 y IL 8.
en la etapa posnatal. Los tratamientos tardíos
de la pielonefritis, por último, pueden producir Manifestaciones clínicas:
cicatrices a nivel renal. En el neonato no hay signos y síntomas especí-
Los niños con alto riesgo de daño renal produ- ficos. Puede presentarse con taquipnea, irrita-
cido por cicatrices son aquellos con infecciones bilidad, letargia, cianosis. En prematuros puede
urinarias recurrentes, signos tales como debilidad manifestarse con crisis de apnea. Los signos y
del chorro urinario o riñones palpables, pielo- síntomas más frecuentes son ictericia (4 al 40%)
nefritis producidas por gérmenes no usuales o debida a afectación mitocondrial hepática por
asociadas a bacteriemia o septicemia, aquellas las toxinas bacterianas o por hemólisis, fiebre
con cuadro clínico prolongado o con falla del (15 al 45%), en ocasiones hipotermia, retra-
tratamiento antibiótico a las 48 ó 72 horas, las so del crecimiento (15 al 40%), vómitos (10 al
que se producen en niños mayores o en aquellos 40%), anorexia (4 al 6%) y distensión abdominal,
con dilataciones o anormalidades detectadas con
ecografías prenatales.
TABLA 3.1: Gérmenes productores de infecciones
Etiología urinarias en la infancia
Escherichia coli 85%
La mayoría de las infecciones urinarias son pro- Proteus mirabilis 10% (en el varón)
ducidas por bacilos Gram negativos. Dentro de
Klebsiella-Enterobacter 5 a 10%
ellos, la familia de enterobacterias es la principal
Proteus 1 a 5%
y la Escherichia coli, la detectada con mayor fre-
Staphylococcus 5% (en la niña
cuencia en urocultivos en la edad pediátrica. La
epidermidis pospuberal)
colonización intestinal por esta bacteria sucede
Enterococo 1 a 4%
dentro de las seis horas del nacimiento por par-
to normal y en los primeros días de vida en los Staphylococcus aureus infrecuente
neonatos nacidos por cesárea y alimentados con Serratia, Pseudomonas infrecuente
lactancia materna.
41
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
probablemente debida a íleo o presencia de ri- en el que se puede reconocer leucocitosis con
ñones hidronefróticos. neutrofilia y anemia; hemocultivos (dos muestras,
El lactante puede presentarse con fiebre, retra- en especial en menores de tres meses de edad),
so ponderal, vómitos y diarrea, distensión abdo- velocidad de eritrosedimentación, que puede es-
minal, poliuria por trastornos en los mecanismos tar normal o alta (más de 30 mm en infecciones
de concentración debido a modificaciones del urinarias altas), al igual que la proteína C reactiva,
flujo vascular en la zona de concentración uri- como marcador de localización alta. La uremia y
naria y la consecuente posible deshidratación, creatininemia, en casos de estar elevadas, son
anorexia, anemia, llanto en crisis explicables por marcadores de proceso alto agudo (pielonefritis),
dolor miccional o dolor abdominal. Al observar o de una función renal alterada por nefropatía o
los padres la orina pueden ver enturbiamiento, uropatía precedente. En casos graves, además,
hematuria y reconocer olor fétido. se deberá solicitar un ionograma sérico y un es-
En el niño mayor la sintomatología puede variar tado ácido base.
según la localización sea alta o baja. Se presenta El examen directo de orina y el urocultivo cons-
con disuria, polaquiuria, ardor miccional, orinas tituyen los elementos diagnósticos más importan-
turbias y fétidas con o sin macrohematuria (a tes en niños con sospecha de infección urinaria.
veces al final de la micción), dolor abdominal En la orina se deben evaluar la densidad, el pH,
difuso o en hipogastrio, dolor lumbar con puño la presencia de proteinuria y hemoglobinuria, y
percusión positiva que a veces se irradia a los detallar los hallazgos del sedimento urinario. Se
flancos, con o sin fiebre. Los síntomas urinarios admite que la presencia de 10 leucocitos/mm 3
bajos no excluyen la posibilidad de localización junto con la presencia de bacterias en la tinción
alta, en especial en niños menores de dos años de Gram es predictiva de infección urinaria. Por
de edad. otra parte, el empleo de cintas reactivas en las
En el examen físico se debe tener en cuen- que se confirme la presencia de esterasa de leu-
ta, además del examen habitual, la observación cocitos y de nitritos, es también predictiva de un
de agenesia de músculos abdominales (Síndro- cultivo de orina positivo.
me Prune Belly), masa abdominal palpable en En el urocultivo se debe realizar recuento de
cualquier sitio, malformaciones (digitales, en el colonias y antibiograma. Para la realización del
pabellón de la oreja, genitales, anorrectales y urocultivo es de particular importancia la técnica
de columna tales como foseta sacra, lipomas, de recolección de la muestra, que debe lograrse
mielomeningocele, etc.), presencia de síndromes en condiciones de higiene y asepsia estrictas,
genéticos (Trisomía 21 y 18). descartando las recolecciones en bolsas, aunque
La vulva en las niñas y la uretra en ambos se- estén esterilizadas.
xos deben ser examinadas para descartar signos En el neonato la recolección se puede hacer
de inflamación asociados con probable coloniza- por punción suprapúbica, en la que se conside-
ción bacteriana, que ulteriormente podrían causar ra positivo cualquier recuento de colonias. Otro
infecciones urinarias. Se debe tener en cuenta que método alternativo es la cateterización vesical
dicha inflamación puede en ocasiones dar lugar previa higiene de genitales. En este caso el valor
a resultados falsos positivos en el urocultivo por de recuento positivo es entre l 000 y 10 000 ufc/
dificultad en la recolección. Se recomienda, si es mL. Conducta similar se debe adoptar en niños
posible, tratar la zona afectada con antelación. pequeños que no colaboran, o en aquellos con
Observar la presencia de prepucios fimóticos o en infección grave, sepsis o shock séptico.
vagina sinequias o adherencias de labios menores Salvo en las circunstancias antes mencionadas,
o goteo intermitente de orina en abocamientos la recolección deberá hacerse al acecho estricto.
ureterales anómalos. Para esto se recomienda el lavado de genitales
con jabón blanco y agua hervida entibiada, con
Laboratorio posterior enjuague, dejando sin secar. En el varón
se debe retraer antes el prepucio hasta observar el
Ante la sospecha o confirmación de una infec- meato y, si es posible, hasta el surco balano pre-
ción urinaria en la edad pediátrica se recomienda pucial, y en las niñas deben abrirse por completo
la siguiente batería de laboratorio: hemograma, los labios menores, a fin de efectuar una higiene
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CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
correcta. Si fuera imposible retraer el prepucio, urinarias son condicionadas por malformaciones
lavar la zona con agua y jabón y luego enjugar con del tracto urinario.
suero estéril, colocando el pabellón de la jeringa Se ha demostrado que el reflujo vesicoureteral
en el prepucio e impulsando el líquido a través de (RVU) determina daño renal en el 37% de los ca-
él. Con la recolección al acecho, en Pediatría se sos, y en la variedad G3 (ver más adelante) en el
considera 50 000 ufc/mL el nivel significativo de 56%. Las probabilidades de RVU, en presencia
la muestra. En lactantes, la recolección se debe de infección urinaria, son del orden del 30 al 40%,
hacer entre dos personas, una que sostiene al siendo mayores durante el primer año de vida
niño y otra que recolecta la muestra al acecho (45%), con una pendiente descendente a partir
y sin contactar con los genitales ni con la zona de ese momento del 3% anual. M Wennerström
perineal. y col. han publicado una experiencia realizada
Es importante que el pediatra enseñe estas sobre 1 221 pacientes (989 niñas y 232 niños),
maniobras de recolección a los padres. Los con un rango etario de 0 a 5 años, que fueron
urocultivos positivos indicarán la presencia de asistidos debido a una primera infección urinaria
infección urinaria siempre que se acompañen sintomática. Seiscientos cincuenta y dos de ellos
del correspondiente sedimento con signos de presentaban infección febril; los autores esta-
respuesta inflamatoria: leucocituria y/o piuria. blecieron que las malformaciones obstructivas y
Una vez reconocida la presencia de una in- el reflujo vesicoureteral se asociaban estrecha-
fección urinaria, es de particular importancia mente con el daño renal permanente, y que el
establecer si corresponde exclusivamente a una retraso en la terapia antibiótica y las infecciones
cistitis o si también está comprometida la vía recurrentes conformaban otros factores de riesgo
urinaria alta. Esta diferenciación, sin embargo, para el desarrollo y progresión de la lesión renal.
no siempre es posible. Se consideran criterios A partir de esta información, se está estudian-
de localización de infección alta la presencia do con atención el impacto real que tienen los
de hipertermia mayor de 38ºC, dolor lumbar, episodios de infecciones urinarias aislados o a
leucocitosis mayor de 10 000 mm 3 , neutrofilia repetición, con o sin RVU u otras anormalidades,
mayor del 65%, VES mayor de 30 mm, PCR en el desarrollo de secuelas renales, de hiper-
mayor de 2 mg% o presencia de cilindros leu- tensión arterial y de falla renal terminal. Uno de
cocitarios en orina y densidad urinaria baja. El los objetivos principales de estudiar en forma
método gold standard es la centellografía renal adecuada a los niños con infecciones urinarias
con DMSA, que permite reconocer la presencia es detectar precozmente la presencia de RVU, y
de hipocaptación en la etapa aguda o escaras la pesquisa de otras malformaciones del tracto
residuales posteriores. urinario susceptibles de ser corregidas. El rol
del Diagnóstico por Imágenes es identificar a los
Diagnóstico por Imágenes pacientes de alto riesgo de desarrollar cicatrices
renales, que serán en mayor proporción aquellos
En los últimos años se ha producido un desarrollo que tengan RVU de alto grado.
sin precedentes de los métodos de Diagnóstico
por Imágenes. En el caso particular de la uro-
pediatría, se han convertido en imprescindibles
para la evaluación diagnóstica de las diversas
patologías que afectan al aparato urinario, incluso
antes del nacimiento.
El diagnóstico prenatal mediante ultrasonido
brinda una excepcional oportunidad para diag-
nosticar precozmente las anomalías de desa-
rrollo. Se ha descrito en publicaciones recientes
que alrededor del 1% de los recién nacidos tie-
ne malformaciones mayores, siendo de estas el
0,5% a nivel del riñón o del tracto urinario. (Figura FIGURA 3.1: Diagnóstico prenatal de
3.1) Se observa que el 30% de las infecciones hidronefrosis por ecografía
43
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
A continuación se describirán los diversos mé- obstructiva que a la infección urinaria; 2) la eco-
todos de diagnóstico por imágenes utilizables grafía prenatal es menos sensible que la posnatal
en uropediatría. en el diagnóstico de las uropatías obstructivas;
3) las dilataciones pelvianas menores de 10 mm
Ecografía se normalizan en el curso de un año, motivo por
La ecografía es un estudio no invasivo que evalúa el que no es necesario realizar otros estudios.
el aparato excretor alto aportando los siguien- Luego del nacimiento y en presencia de enfer-
tes datos: situación de los riñones, alteraciones medad instalada, la ecografía permite demostrar,
de la morfología renal, relación cortico-medular, en los casos de pielonefritis aguda, un agranda-
presencia de cicatrices, diagnóstico de presun- miento renal focal o difuso, aumento o disminu-
ción de malformaciones renales, monorrenos, ción también focal o difuso de la ecogenicidad
ectopia, malrotación, displasias multiquísticas, de la cortical renal y pérdida de la diferenciación
etc. presencia de uropatía obstructiva, esteno- córtico-medular; existe además la posibilidad de
sis pieloureteral o ureterovesical o ectasia de la visualizar el engrosamiento de las paredes de la
vía excretora. pelvis renal y de los uréteres. Estos hallazgos
El screening prenatal es de fundamental impor- no siempre se reconocen; la sensibilidad de la
tancia para descubrir en forma precoz patología ecografía convencional para el diagnóstico de la
obstructiva o malformativa, que permita adelantar pielonefritis aguda es del 25 al 45%, y se ve incre-
los hallazgos al momento del nacimiento y, de esa mentada con el uso adicional de Doppler color y
manera, actuar lo más rápido posible, evitando la el Power Doppler al 63 y 75%, respectivamente.
progresión de enfermedades que dejarán secuelas Se ha descrito que el aumento del volumen renal
irreversibles. Uno de los hallazgos más frecuentes mensurado con ecografía, cuando supera el 140%
es la dilatación de la vía excretora, fundamental- del normal, se asocia con una sensibilidad del
mente de la pelvis renal. En un interesante trabajo, 76 al 98% para el diagnóstico de pielonefritis.
P. Dremsek y col. analizaron 1 006 fetos en edad En los casos de pielonefritis focal (nefronia
gestacional de 22 a 30 semanas, en los que se lobar aguda), se constata un efecto de masa
investigó tamaño renal y vías excretoras altas, y hipoecogénico o anecogénico, con paredes en-
se establecieron como premisas de acción que grosadas o irregulares.
los que tuvieran medidas de 5 mm o más de la En los últimos años se ha cuestionado la eco-
pelvis renal, se controlarían con ecografía, los grafía, debido a la tasa relativamente baja de
que tuvieran pelvis renales mayores de 9 mm o anormalidades reconocidas con esta técnica y a
persistentemente dilatadas entre 5-9 mm, se les su significado clínico. En efecto, la prevalencia de
realizaría cistouretrografía y centellografía. Los anormalidades varía entre el 12 y el 16%, siendo
hallazgos de este estudio fueron los siguientes: a) los hallazgos más comunes la presencia de pel-
30 fetos (3%) tenían un diámetro pelviano mayor vis renal dilatada (Figura 3.2), pielocaliectasia,
a 5 mm, de estos sólo 9 mantenían esa medida dilatación ureteral y doble vía excretora. Por otra
al nacimiento, y uno solo mostró RVU G2; b) de parte, se admite que en presencia de una eco-
49 fetos con eco renal normal, cinco presentaron grafía prenatal normal al final del embarazo, será
pelvis renal mayor de 5 mm; de estos uno tenía muy escaso el rédito diagnóstico de ecografías
RVU G3, y otro EPU; c) en 54 neonatos que mos- ulteriores, aun en niños con infecciones urinarias.
traron al nacimiento pelvis renal mayor a 5 mm,
sin otros signos de obstrucción urinaria al cabo Cistouretrografía miccional
de un año de seguimiento, esta medía entre 0-5 La cistouretrografía miccional (CUM) es el estu-
mm; d) 17 niños con eco renal pre y posnatal sin dio radiológico del aparato urinario bajo, con el
dilatación mostraron infección urinaria sintomá- que se logra una adecuada evaluación anatómi-
tica, siete de ellos con RVU; e) por el contrario, ca vesicoureteral, se reconoce la existencia de
ninguno de los niños con dilatación de la pelvis RVU; de divertículos paraureterales, que favore-
renal pre y posnatal tuvo infección urinaria. La cen la existencia de RVU; de ureterocele, que es
conclusión que obtienen estos autores es que: la dilatación y protrusión intravesical del uréter
1) la dilatación de la pelvis renal en ecografía pre terminal, que puede ser determinante de RVU
y posnatal está más relacionada a la uropatía e indicativo de duplicación de la vía excretora;
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CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
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CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
Las indicaciones para tratamiento oral incluyen En niños mayores: se debe considerar como
la infección urinaria recurrente y la cistitis en un infección alta y se debe comenzar con antibió-
niño mayor, sin fiebre ni vómitos, o como conti- ticos que cubran la E. coli, cefalosporinas de 1ª
nuación del tratamiento parenteral. En cambio, se generación: cefalexina 50 mg/kg/día cada 8 hs.,
debe recurrir a un tratamiento parenteral inicial en o cefadroxilo 30 mg/kg/día cada 12 hs., cefalos-
neonatos y hasta menores de tres meses, hués- porinas de 2ª generación: cefaclor 40 mg/kg/día
pedes inmunocomprometidos y en presencia de cada 12 hs., o cefalosporinas de 3ª generación:
sepsis. Estos pacientes requerirán internación, cefixime 8 mg/kg/día cada 24 hs. Se recomien-
además de aquellos que tengan intolerancia oral, da restringir la utilización de cefalosporinas de
con deshidratación o riesgo social. 3ª generación para evitar la aparición de cepas
Para el tratamiento secuencial (parenteral/ multirresistentes. También se puede utilizar TMP/
oral) es importante constatar la mejoría clínica SMX 6-12 mg TMP más 30-60 mg SMX/kg c/12
(en torno a las 72 horas) y defervescencia de la horas. Puede iniciarse el tratamiento con nitro-
fiebre (de más de 24 horas) siempre que no se furantoína, 5 a 7 mg/kg/día en tres tomas en
haya documentado bacteriemia. pacientes mayores de dos años con infección
La duración del tratamiento no será menor urinaria baja. Las quinolonas fluoradas sólo están
de 7 días, y puede extenderse a 14 en menores permitidas en situaciones de extrema necesidad
de tres meses o en presencia de bacteriemia, en infecciones por gérmenes multirresistentes.
y hasta tres semanas en presencia de un abs- En pacientes con alteraciones del árbol uri-
ceso renal. nario, infecciones recurrentes, inmunocompro-
Los antibióticos a indicar según la edad son metidos y con utilización de catéter urinario, el
(Tabla 3.2, www.antimicrobe.org): tratamiento requiere un régimen individualizado.
Menores de 3 meses de edad: ceftriaxona Es importante estar informado sobre la sen-
50-80 mg/kg/día cada 12-24 horas por vía en- sibilidad antimicrobiana de los gérmenes más
dovenosa o intramuscular, o cefotaxima 100-150 comunes (p. ej., E. coli) en el medio para orientar
mg/kg/día cada 8 horas; en neonatos donde se el tratamiento antibiótico racionalmente.
sospeche enterococo como agente etiológico se En infecciones urinarias bajas siempre es tenta-
indicará ampicilina más gentamicina. dor el tratamiento abreviado. Se realizaron varios
TABLA 3.2: Dosis de agentes antimicrobianos en niños entre 3 meses y 12 años de edad.
Antibiótico Aplicación Edad Dosis diaria Dosis por
total día
Ampicilina Intravenosa 3-12 meses 100-300 mg/kg 3
Ampicilina Intravenosa 1-12 años 60-150 mg/kg 3
Amoxicilina Oral 3 meses a 12 años 50-100 mg/kg 2-3
Amoxi-clavulánico Intravenoso 3 meses a 12 años 60-100 mg/kg 3
Amoxi-clavulánico Oral 3 meses a 12 años 37,5-75 mg/kg 2-3
Cefalexina tratamiento Oral 3 meses a 12 años 50-100 mg/kg 3
Cefaclor profilaxis Oral 1-12 años 10 mg/kg 1-2
Cefixime Oral 3 meses a 12 años 8-12 mg/kg 1-2
Ceftriaxona Intravenosa 3 meses a 12 años 50-100 mg/kg 1
Gentamicina Intravenosa 3-12 meses 5-7,5 mg/kg 1-3
Gentamicina Intravenosa 1-2 años 5 mg/kg 1-3
Trimetoprim tratamiento Oral 1-12 años 6 mg/kg 2
Trimetoprim profilaxis Oral 1-12 años 1-2 mg/kg 1
Nitrofurantoina tratamiento Oral 1-12 años 3-5 mg/kg 2
Nitrofurantoina profilaxis Oral 1-12 años 1 mg/kg 1-2
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
estudios para definir su utilidad. En un estudio resultados, en Inglaterra, el National Institute for
Cochrane Controlled Trials 2002, se identificaron Health and Clinical Excellence (NICE) recomienda
diez ensayos en los que se evaluaron 652 niños que “no debe recomendarse en forma rutinaria
con infección urinaria baja. No se observaron di- antibioticoterapia profiláctica en infantes y niños
ferencias significativas en la frecuencia de los luego de la primera infección urinaria”.
cultivos positivos de orina, entre el tratamiento Garin y col. randomizaron 236 pacientes de
antibiótico oral de corta duración (dos a cuatro entre 3 meses y 18 años, que habían presenta-
días) y estándar (siete a 14 días), para la infec- do pielonefritis diagnosticada por centellografía,
ción urinaria en niños de cero a diez días luego con o sin reflujo vesicoureteral, para terapéutica
del tratamiento (ocho estudios: RR 1,06; IC del antimicrobiana (TMP/SMX o nitrofurantoina) o
95%: 0,64 a 1,76), y de uno a 15 meses luego placebo durante un año. Comprobaron que la pro-
del tratamiento (diez estudios: RR 0,95; IC del filaxis antimicrobiana no disminuye la incidencia
95%: 0,70 a 1,29). No se observaron diferencias de infección urinaria recurrente o formación de
significativas entre los tratamientos de corta du- escaras renales, con independencia de la pre-
ración y estándar en lo que respecta al desarrollo sencia de reflujo vesicoureteral. Es curioso que
de microorganismos resistentes en la infección la única diferencia significativa fue una mayor
urinaria primaria al finalizar el tratamiento (un estu- incidencia de pielonefritis aguda recurrente en
dio: RR 0,57; IC del 95%: 0,32 a 1,01), y tampoco los niños que recibieron profilaxis antimicrobiana.
en la infección urinaria recurrente (tres estudios: Conway y col. corroboraron estos hallazgos en
RR 0,39; IC del 95%: 0,12 a 1,29). Las conclu- un estudio observacional de 611 niños diagnosti-
siones de los revisores fueron que el tratamiento cados con una primera infección urinaria. Craig y
antibiótico oral de dos a cuatro días de duración col., por fin, en un estudio realizado en Australia
parecería ser tan efectivo como el de 7 a 14 días utilizando bajas dosis de TMP/SMX en infantes
para erradicar la infección urinaria baja en niños. con antecedentes de infecciones del tracto uri-
nario, comprobaron una leve disminución en la
Prevención incidencia de reinfección en el grupo tratado.
Un estudio en marcha es el Randomized In-
Es importante establecer recomendaciones sobre tervention for Children with Vesicoureteral Reflux
hábitos miccionales y evitar la retención urina- (RIVUR) (http://www.cscc.unc.edu/rivur/), que
ria con micciones frecuentes, evitar la consti- permitirá evaluar el rol del tratamiento profiláctico
pación, tratar las vulvovaginitis y las parasitosis para prevenir las infecciones urinarias recurrentes
intestinales. y la formación de escaras renales en niños con
Las indicaciones de profilaxis antimicrobiana reflujo vesicoureteral. Teniendo en cuenta que la
incluyen: reflujo vesicoureteral de alto grado, in- prevención de la formación de escaras renales
fección urinaria recurrente (> 3 episodios de infec- luego de las infecciones constituye el objetivo
ciones urinarias en seis meses) por seis meses y principal, es admisible que, hasta que los resul-
repetir cistouretrografía; dilatación pielocalicial (> 5 tados de estos estudios estén disponibles, el
mm) en el período neonatal (20% presentará RVU); reflujo vesicoureteral y las infecciones urinarias
pacientes de menos de dos años, que aguardan sean considerados factores de riesgo para la
completar los estudios urológicos, luego de un pri- formación de dichas escaras y cada niño sea
mer episodio de infección urinaria. Se debe tener tratado con prudencia (T. Mattoo).
presente que, a pesar de los múltiples estudios Los antibióticos más estudiados para profilaxis
destinados a evaluar la profilaxis antimicrobiana en niños son: TMP/SMX (diario: 2 mg TMP, 10 mg
en niños con antecedentes de infección urinaria, SMX/kg/dosis, o dos veces por semana: 5 mg de
existen pocas evidencias para guiar la decisión TMP, 25 mg de SMX/kg/dosis), nitrofurantoína (2
clínica de tal profilaxis (G Williams y J Craig). En mg/kg una vez por día), y cefalexina 30 mg/kg/
este sentido, Montini G. y col. han comprobado día. Se recomienda no utilizar los Elactámicos por
que en niños con o sin reflujo primario no grave, su elevada capacidad para inducir resistencia.
la profilaxis no reduce la incidencia de episodios Durante el control del paciente se debe brindar
febriles recurrentes luego de un primer episodio información a la familia respecto de la impor-
de infección urinaria. En consonancia con estos tancia de evitar nuevos episodios de infección,
48
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
asegurando que las micciones sean frecuentes y En la actualidad se presentan dos situaciones
completas, la higiene local sea adecuada a fin de diferentes en Pediatría: una es el caso de una
no arrastrar gérmenes desde la región perianal madre embarazada a la que en una ecografía
hacia la vulva, y la evacuación intestinal diaria. de rutina se diagnostica una malformación del
Deben evitarse los baños de inmersión en aparato urinario fetal. En estos casos se debe
aquellas niñas con infección urinaria recurrente manejar al niño ya desde la vida intrauterina y
y se debe fortalecer el cumplimiento de la pro- se debe contar con los conocimientos adecua-
filaxis antibiótica en los casos que lo requieran. dos para el correcto tratamiento posnatal, con
Asimismo, se debe instruir a la familia sobre pau- el propósito de evitar lesiones renales a causa
tas de alarma que hagan sospechar la presencia de las infecciones urinarias. La otra situación
de una infección. que se presenta es el niño aparentemente sano
Con la aparición de trabajos de investigación que desarrolla una infección urinaria, debiendo
sobre las bacteriurias asintomáticas, el clearance plantearse la posibilidad de la existencia de una
espontáneo de las bacterias, aun en el primer malformación congénita que la promueva.
año de vida, lo perjudicial de eliminar la flora El diagnóstico prenatal en la urología pediátrica
vulvar y uretral normal, primer nivel de defensa ha permitido el conocimiento precoz de una serie
del organismo, se ha cuestionado la utilidad de de trastornos que requieren un manejo individua-
efectuar urocultivos periódicos de rutina, una vez lizado, y cuyo mayor beneficio es la prevención
tratado y superado el proceso inicial. Es por ello de las infecciones urinarias y el daño renal.
que muchos especialistas han abandonado esta La presencia de hidronefrosis fetal es uno de
práctica, que aumenta el gasto médico, evitando los defectos más comunes diagnosticados du-
así el tratamiento innecesario y protegiendo el rante la realización de una ecografía obstétrica,
equilibrio ecológico bacteriano. El control estaría afectando alrededor del 1 al 5% de los embarazos
limitado a cuadros de fiebre sin foco aparente controlados. Esto demuestra la importancia que
o con síntomas que sugieran infección urinaria. tiene esta entidad dentro de la urología infantil.
Si bien el número de consultas de madres
con diagnóstico prenatal de hidronefrosis está
Evaluación de la patología urológica aumentando, existen controversias respecto de
asociada con infecciones urinarias en la implicancia posnatal de dicho diagnóstico.
Pediatría En primera instancia se tiende a pensar que a
mayor grado de dilatación renal, peor pronósti-
En las últimas décadas el diagnóstico y el mane- co; sin embargo no existe un consenso en las
jo de las infecciones urinarias en Pediatría han distintas entidades científicas que respalde este
cambiado radicalmente como consecuencia de preconcepto.
la aparición de nuevos antibióticos y del ma- Hoy se utilizan dos clasificaciones para evaluar
nejo clínico de los pacientes. Otro hecho que la hidronefrosis prenatal. Una las clasifica utilizan-
también cambió la evolución de estos pacientes do el diámetro anteroposterior de la pelvis renal.
es la mayor comprensión de las malformaciones Por su parte, la Sociedad de Urología Fetal las cla-
congénitas, hecho que acontece a partir de la sifica en cuatro grados, teniendo en cuenta para
década del 80 con el mejoramiento tecnológico ello la dilatación no sólo de la pelvis, sino también
de los equipos de ecografía y el estudio de las de los cálices y el espesor córtico-medular. Ambos
malformaciones urinarias desde la vida prenatal. métodos tienen falencias en cuanto a la agudeza
Si bien el cuadro infeccioso agudo en sí es diagnóstica, y es por ello que algunos autores
un problema importante a resolver, su repetición agregan a estas clasificaciones otros datos para
puede dañar los riñones dejando escaras, que determinar el pronóstico posnatal de los recién
pueden conducir al desarrollo de hipertensión nacidos. Entre estos parámetros se encuentran
arterial y deterioro funcional renal. Ante un infante la ecogenicidad renal, la presencia de quistes
que se presenta con un cuadro de infección uri- renales, el adelgazamiento del parénquima, la
naria debe plantearse la posibilidad de que exista presencia de uréteres dilatados, la capacidad
algún factor predisponente para la misma, sien- y el grosor de la pared vesical, la dilatación de
do las anomalías congénitas las más frecuentes. la uretra posterior, la edad gestacional, el sexo,
49
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
así como el nivel de líquido amniótico y la uni o profilaxis antibiótica hasta diagnosticar la mal-
bilateralidad del proceso. formación existente.
La enseñanza clásica considera que las dila- Luego de lograr una compensación general y
taciones de la vía excretora son un signo de obs- del medio interno estos niños deben ser estudia-
trucción al curso normal de la orina; sin embargo, dos, evaluando las posibles patologías causantes
en la actualidad, se admite que la dilatación de la de hidronefrosis, sin llegar a una sobreexposi-
vía excretora por sí sola no avala el diagnóstico ción a factores mórbidos asociados con los es-
de una uropatía obstructiva. tudios (radiación, instrumentaciones, estudios
Lo importante del diagnóstico prenatal de bajo anestesia). Si la hidronefrosis es unilateral,
hidronefrosis es recordar las patologías que debe comenzarse con una ecografía no antes de
pueden presentarse de esta forma, entre ellas la semana de vida, ya que muchas dilataciones no
la estenosis pieloureteral, el reflujo vésico-ure- son evidentes por la deshidratación fisiológica de
teral, el megauréter obstructivo, ureteroceles, los recién nacidos. En cambio, si la hidronefrosis
una válvula de uretra posterior, etc. Todas ellas es bilateral, se debe realizar una ecografía y cis-
tienen una mayor predisposición al desarrollo touretrografía miccional en forma temprana para
de infecciones urinarias en la vida posnatal, que llegar al diagnóstico causal de la hidronefrosis y
pueden producir un daño irreversible del parén- decidir conductas terapéuticas más agresivas.
quima renal. Una vez diagnosticada la patología que produce
Se debe tener presente, sin embargo, que no la hidronefrosis, se continuará con las pautas
todas las hidronefrosis diagnosticadas durante de seguimiento y tratamiento de cada entidad.
la vida fetal tendrán una significación clínica, ya
que muchas se resuelven en forma espontánea. Infecciones urinarias en niños con
Es por ello que, ante un diagnóstico prenatal, lo malformaciones
más difícil es decidir qué conducta tomar, con Las infecciones urinarias son un problema común
un abanico de posibilidades muy amplio, que en Pediatría. Se ha estimado que el 8% de las
van desde el intervencionismo prenatal hasta un niñas y el 2% de los varones tendrán una infección
acompañamiento a la madre y su hijo hacia un urinaria en su niñez. De ellos, un 38-45% tendrá
parto a término. una uropatía congénita asociada. Es por ello que
En general, se acepta que los niños que pre- las distintas asociaciones científicas recomien-
sentan una hidronefrosis unilateral, sin alteración dan el estudio de estos pacientes con el fin de
del líquido amniótico ni otra anomalía asociada, diagnosticar dichas malformaciones.
deben ser controlados ecográficamente cada Entre los cuadros más frecuentes se encuen-
tres o cuatro semanas y esperar el nacimiento tra el reflujo vesicoureteral, con una prevalencia
en forma normal. Si la hidronefrosis es bilateral, del 40%. Luego siguen en frecuencia la obs-
se controla ecográficamente en forma estricta trucción de la unión pieloureteral, el megauréter
cada dos o tres semanas, se controla muy bien obstructivo, la válvula de uretra posterior y otros
el volumen de líquido amniótico y, según la evo- menos frecuentes. A continuación se realizará
lución, se realiza intervencionismo prenatal o se una descripción de los procesos más comunes
retrasa el parto hasta la mayor edad fetal posible en la práctica pediátrica.
para evitar complicaciones. Si el cuadro es in-
compatible con la vida del niño, se debe realizar Reflujo vesicoureteral
un asesoramiento genético que puede ayudar a El reflujo vesicoureteral es una anomalía muy fre-
los padres en futuros embarazos. cuente del aparato urinario, con una prevalencia
Un niño con diagnóstico de hidronefrosis debe general en torno al 1%, y una prevalencia del 40%
nacer en una institución con la complejidad ade- en aquellos niños que presentan una infección
cuada para su manejo. Lo primero que debe ha- urinaria febril. (Figura 3.3) Por otro lado, existen
cerse luego del nacimiento es la estabilización estudios que señalan una incidencia de infeccio-
clínica y explicar a los padres la situación del nes urinarias de hasta un 25% en pacientes con
recién nacido. Es importante disminuir al máximo antecedentes de reflujo vesicoureteral primario,
las posibilidades de infecciones urinarias con el después de su corrección quirúrgica satisfac-
eventual daño renal, por lo que se sugiere indicar toria. Esto demuestra que el reflujo de orina y
50
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
las infecciones urinarias son dos entidades in- Desde el punto de vista fisiopatológico, el re-
dependientes que se asocian en determinadas flujo vesicoureteral es una forma particular de
circunstancias. uropatía obstructiva, que se produce por la re-
Al reflujo vesicoureteral se lo clasifica en pri- versión de orina desde la vejiga al árbol urinario
mario y secundario. El primario se presenta como superior en el momento de la micción. Al bajar
consecuencia de una anormal inserción del uréter la presión intravesical, la orina vuelve a la vejiga
en la vejiga. En cambio, los niños que tienen un y queda estancada como orina residual posmic-
cuadro obstructivo infravesical, como por ejem- cional. Esta actúa como caldo de cultivo para los
plo una válvula de uretra posterior o una vejiga gérmenes uropatógenos, los que además acce-
neurogénica, presentarán un reflujo secundario. den al riñón fácilmente por el reflujo de orina. Se
El uréter normalmente propulsa la orina en dan así las condiciones para el desarrollo de un
dirección anterógrada, sin la posibilidad de su proceso infeccioso renal.
regreso desde la vejiga. Para que esto ocurra Los protocolos actuales sugieren la investi-
deben presentarse tres condiciones: a) las tres gación del reflujo vésico-ureteral en todo niño
capas musculares del uréter deben responder en que presente una infección urinaria febril, sobre
forma eficaz y coordinada a la distensión produ- todo si es menor de cinco años. Es por ello que,
cida por el bolo urinario, b) la presión intravesi- luego de resuelto el cuadro infeccioso agudo, se
cal debe ser lo suficientemente baja como para debe estudiar al niño con la intención de evaluar
permitir la salida de la orina por su vía natural, el tracto urinario.
y c) la unión ureterovesical debe ocluir al uréter Si bien siempre el primer estudio que se so-
distal ante el aumento de la presión intravesical, licita es una ecografía, no es útil para descartar
situación que sucede a medida que la vejiga se ni diagnosticar un reflujo vesicoureteral. Sin em-
va llenando o durante la micción. Este último he- bargo, la ecografía permite evaluar la anatomía
cho se produce por la acción de un mecanismo renal (tamaño comparativo, ecogenicidad, me-
valvular de la unión ureterovesical, formado por el dición del espesor córtico-medular, la presencia
ingreso oblicuo del uréter, una fijación adecuada de dilatación piélica o calicilar) y vesical (volumen
de los músculos del uréter al trígono, y un soporte pre y posmiccional, divertículos, ureteroceles) a
muscular posterior para posibilitar su oclusión. El través de un procedimiento fácil de realizar, no
reflujo vesicoureteral primario es consecuencia invasivo, sin radiación y económico.
de una anomalía congénita que afecta a esta El mejor estudio para diagnosticar el reflujo
disposición anatómica. vesicoureteral es la cistouretrografía miccional se-
riada bajo pantalla radioscópica. (Figura 3.4) Este
procedimiento se realiza colocando una sonda
uretral fina y llenando la vejiga con una sustancia
radioopaca que permite simular el comportamien-
to de la orina al momento del llenado, el esfuerzo
y la micción. Siempre debe realizarse bajo control
radioscópico y con placa miccional sin sonda para
observación de la uretra, sobre todo si es varón.
A través de este estudio se pueden evaluar las
paredes de la vejiga, la existencia y el grado del
reflujo, la presencia de divertículos paraureterales
y/o ureteroceles, y la anatomía del cuello vesical
y uretra durante la micción.
Con la intención de disminuir la dosis de radia-
ción, se ha propuesto la cistouretrografía radioi-
sotópica. Sus defensores han demostrado que
presenta una mayor sensibilidad para la detec-
ción del reflujo; sin embargo no permite clasifi-
FIGURA 3.3: Urograma excretor con severo car al reflujo ni informa sobre la anatomía antes
reflujo vesicoureteral detallada. Es por ello que en la práctica, ante la
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
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CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
RADIOGRAMA
Diurético
!#4)6)$!$
RI RD
Obstrucción RD
Obstrucción RI
parcial
FURSEMIDA-
Normal
Tiempo
RI: riñón izquierdo normal; RD: riñón derecho con obstrucción total
FIGURA 3.6: Modalidades de excreción observadas
en un estudio de gammagrafía radioisotópica FIGURA 3.7: Radiorrenograma isotópico con
fursemida
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CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
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CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
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CAPÍTULO 4
60
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer
En alrededor del 10 al 15% de las pacientes También puede seguir al masaje uretral o a la
sintomáticas, no se puede reconocer una bacte- cateterización. La infección ascendente puede
riuria con métodos rutinarios. Utilizando métodos involucrar el uréter, el sistema pielocaliceal y el
selectivos, se han aislado de la orina especímenes parénquima renal. Se ha comprobado el ascenso
de Ureaplasma urealyticum, Gardnerella vaginalis retrógrado de bacterias desde la vejiga hacia el
y Mycoplasma hominis en recuentos ≥ 10 5 ufc/ riñón, el que no necesariamente depende de la
mL, en adultos con síntomas de infección urina- presencia de reflujo vésico-ureteral; la inflama-
ria. El adenovirus tipo 11 puede producir cistitis ción por cistitis puede causar edema y deforma-
hemorrágica epidémica en los niños. ción local de la unión ureterovesical, facilitando
El tratamiento antimicrobiano previo es el de- el ascenso bacteriano. Es raro que la infección
terminante más importante en el aislamiento de renal sea el resultado de una bacteriemia por
gérmenes resistentes. La presión antimicrobiana Staphylococcus aureus o Candida albicans, y
es atribuible no solo al tratamiento previo de una más infrecuente aún que sea producida por la
infección urinaria, sino también al uso para otras diseminación linfática.
indicaciones, tales como el empleo diseminado Una serie de factores predispone a la mujer
de fluoroquinolonas para infecciones del tracto al desarrollo de infecciones urinarias. (Tabla 4.1)
respiratorio. Por su anatomía, la mujer está predispuesta a
la colonización bacteriana de la vagina y de la
Factores predisponentes y patogenia uretra. El tercio externo de la uretra habitual-
mente está colonizado por patógenos de la flora
La mayoría de las infecciones urinarias no com- vaginal normal.
plicadas en la mujer no puede explicarse por una El acto sexual aumenta el riesgo de infección
anormalidad subyacente funcional o anatómica debido al trauma del meato, masaje uretral, y
del tracto urinario, resultando de la interacción tal vez, a cambios en la flora vaginal. Hooton
entre cepas infectantes de Escherichia coli y el y col. han comprobado que mujeres que han
epitelio del tracto urinario. Habitualmente, la in- tenido actividad sexual presentan un aumento
fección se produce porque bacterias localizadas significativo de la colonización vaginal con E. coli
en la zona perineal y periuretral y en el introito inmediatamente después del coito en compara-
vaginal acceden a la vejiga. Tal extensión de la ción con un grupo control. El riesgo relativo de
colonización o infección se asocia habitualmente cistitis aguda durante las 48 horas que siguen al
con un trauma fisiológico tal como el acto sexual. acto sexual aumenta por un factor tan alto como
TABLA 4.1: Factores de riesgo para el desarrollo de infecciones del tracto urinario en la mujer
Mujer premenopáusica Mujer posmenopáusica
Historia de infecciones del tracto urinario Atrofia vaginal
Actividad sexual frecuente o reciente Vaciamiento vesical incompleto
Uso de diafragma o agentes espermicidas como Mala higiene perineal
anticonceptivos Diabetes mellitus tipo II
Multiparidad Rectocele, cistocele, uretrocele o prolapso
Diabetes uterovaginal
Obesidad Historia de infecciones reiteradas del tracto urinario
Anemia de células falciformes Incontinencia urinaria
Anormalidades anatómicas congénitas
Urolitiasis
Trastornos neurológicos
Condiciones que requieren cateterización vesical
Factores genéticos: expresión del HLA-A3 y grupo
sanguíneo Lewis Le(a-b-) o Le(a+b-)
61
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
60. En un estudio en estudiantes universitarias aumento de la disfunción del piso pelviano que
sexualmente activas en EEUU, con un prome- produce incontinencia urinaria, así como una ele-
dio de edad de 24 años, se comprobó que en vada incidencia de prolapso genital y cistoceles.
aquellas que presentaban actividad sexual con Una historia de cirugía sobre el tracto urogenital
un promedio de tres días por semana, el riesgo también es un factor de riesgo significativo para
de infecciones urinarias aumentaba en 2,6 veces infecciones recurrentes.
con respecto a las mujeres abstinentes, y aque- Datos en animales y humanos sugieren que
llas que practicaban sexo diario presentaban un el uso de ciertos agentes antimicrobianos pue-
riesgo nueve veces mayor. Hillebrand y col., por de predisponer a la mujer para el desarrollo de
su parte, han encontrado que las mujeres con infecciones urinarias, aparentemente a través de
vaginosis bacteriana están más predispuestas sus efectos adversos sobre la ecología vaginal.
al desarrollo de infecciones del tracto urinario. Se ha comprobado que la administración de an-
Las mujeres que utilizan diafragmas con agen- tibióticos Elactámicos induce cambios marcados
tes espermicidas para la contracepción, en parti- en la flora genital indígena de niñas y un aumento
cular los que contienen nonoxynol-9, presentan concomitante en la colonización con uropató-
un riesgo aumentado de infección, quizá secun- genos. La administración de cotrimoxazol o de
dario a cambios en la flora vaginal –con la elimi- fluoroquinolonas, por otra parte, resulta en menor
nación de especies productoras de peróxido de colonización vaginal con uropatógenos que con
hidrógeno del Lactobacillus– y al posible trauma Elactámicos. El aumento del riesgo se ha notado
por el dispositivo. Dos factores adicionales en la tanto en mujeres que usan los antimicrobianos
mujer joven son el antecedente de infecciones para el tratamiento de una infección urinaria pre-
urinarias en la madre o una historia de inicio de via como en aquellas que reciben estos agentes
las infecciones en la infancia. para otras enfermedades.
Un factor etiológico importante en la mujer Existen otros factores de riesgo, incluyendo
posmenopáusica es la deficiencia de estrógenos. condiciones médicas tales como la diabetes, obe-
La pérdida del estímulo estrogénico resulta en una sidad, anemia de células falciformes, anomalías
atrofia del tejido conectivo del tracto urogenital. congénitas, litiasis del tracto urinario, y desór-
El epitelio de la uretra y de la vagina cambia ha- denes neurológicos o anatómicos que requieran
cia una forma transicional. El déficit estrogénico cateterización de la vejiga.
también altera las características de la vagina, Uno de los factores de riesgo más importan-
reduciendo la presencia del Lactobacillus, germen tes para la infección sintomática, en particular
que al competir por los receptores de adhesinas la pielonefritis aguda, es el embarazo, con los
por los nutrientes, y produciendo sustancias anti- cambios anatómicos y fisiológicos que conlleva
microbianas, tales como peróxido de hidrógeno, (ver capítulo 6).
ácido láctico y bacteriocinas, podría disminuir o Recientemente se ha insistido en la impor-
evitar la colonización bacteriana patógena. Las tancia del vaciamiento incompleto de la vejiga
mujeres con infecciones recurrentes tienen una en la mujer como condicionante de infecciones
mayor colonización con cepas de E. coli, Ente- urinarias recurrentes. Se ha reconocido que has-
rococcus faecalis, Proteus mirabilis y Klebsie- ta el 42% de las pacientes con esta alteración,
lla que las mujeres sin historia de infecciones conocida como vaciamiento disfuncional (dys-
a repetición. A pesar de ello, no existe opinión functional voiding), presentan infecciones urinarias
unánime respecto del rol del reemplazo exóge- recurrentes. El vaciamiento disfuncional es una
no con estrógenos en la mujer posmenopáusica anormalidad del vaciamiento vesical en individuos
en cuanto a la prevención de la recurrencia de sin alteraciones neurológicas en quienes existe
infecciones urinarias. un aumento de la actividad del esfínter externo
Las mujeres mayores presentan una reduc- durante la micción voluntaria, reconociéndose
ción de la respuesta inflamatoria y un deterioro como una conducta aprendida ante condiciones
inmunológico. También presentan una elevada pelvianas adversas tales como la infección, infla-
incidencia de enfermedades como diabetes, ma- mación o trauma. Puede ser el resultado de una
yor presencia de factores urogenitales locales, retención prolongada de orina en pacientes que
tales como inadecuado vaciamiento vesical y se niegan a orinar fuera de su hogar, o puede ser
62
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer
una anormalidad primaria del músculo detrusor del epitelio vesical. Rosen y col., por su parte,
creando una disinergia en la respuesta esfinteria- han demostrado la presencia de comunidades
na. La evaluación de esta anormalidad se puede intracelulares de bacterias Gram negativas, aun
llevar a cabo mediante el estudio urodinámico o en infecciones urinarias bajas no complicadas
ultrasonido perineal. en la mujer. Detectaron comunidades de bac-
Las infecciones urinarias en las mujeres son terias intracelulares en el 18% de mujeres jóve-
producidas por una serie de especies bacteria- nes sexualmente activas con cistitis por E. coli.
nas, de las que las más frecuentes son serogru- Hasta el 41% de los especimenes de orina en
pos de Escherichia coli uropatogénicos. Estos mujeres con cistitis demuestran la presencia de
serogrupos presentan una serie de factores de formas bacterianas filamentosas, característica
virulencia específicos que facilitan la colonización morfológica de una residencia reciente dentro de
e invasión del epitelio urinario. Algunos de estos comunidades bacterianas sesiles. Estudios de
incluyen adhesinas, tales como las fimbrias P inmunofluorescencia y de microscopía electróni-
y S, que aumentan la adherencia a las células ca confirman que existen grandes comunidades
uroepiteliales y de la vagina. Estas adhesinas bacterianas dentro del epitelio transicional de la
también se adhieren a la membrana eritrocitaria vejiga en mujeres con infecciones recurrentes.
e inhiben la actividad bactericida del suero por Este ambiente intracelular protege a las bacterias
la expresión de genes asociados con resistencia de la mayoría de los antimicrobianos que actúan
a los antibióticos. Otros serogrupos de E. coli en primer lugar en el espacio extracelular.
expresan un aumento de la producción de an-
tígenos K que protegen a los microorganismos Anatomía patológica
de la fagocitosis por leucocitos (ver capítulo 2).
Hopkins y col. informaron una incidencia au- Rara vez se obtiene la confirmación patológica de
mentada de infección urinaria en los miembros una pielonefritis aguda. La pielonefritis de origen
femeninos de la familia de mujeres con infecciones ascendente se caracteriza por la presencia de
recurrentes, sugiriendo que este hallazgo soporta bandas lineares de inflamación, extendiéndose
un modelo de predisposición genética a la en- desde la médula hacia la cápsula renal. El examen
fermedad. Se ha comprobado que las mujeres histológico habitualmente revela áreas triangulares
con infección recurrente del tracto urinario son de inflamación intersticial aguda con el ápex en
no secretoras de ciertos antígenos de histogru- la médula renal. Es común que se produzca una
pos sanguíneos en comparación con mujeres infiltración con células polimorfonucleares o linfo-
sin tendencia a la infección. Al mismo tiempo, citos y células plasmáticas. (Figura 4.1) También
se han documentado anormalidades celulares pueden reconocerse bacterias en el extendido.
dentro de los tejidos uroepiteliales en mujeres La inflamación del intersticio renal es una res-
con infecciones recurrentes. Estas células anor- puesta celular no específica que puede o no ser
males expresan un receptor glicolipídico que es producida por la infección. En efecto, en la ac-
más prevalente en mujeres con estatus no secre- tualidad se ha reconocido que si bien la infección
tor. Estudios in vivo han mostrado que la E. coli bacteriana del riñón es la causa más común de
tiene una mayor capacidad de adherencia a las inflamación intersticial, esta también puede ser
células uroepiteliales de mujeres con el estatus producida por lesiones inmunológicas, congéni-
no secretor. El receptor para la interleuquina 8 tas, químicas o por daño papilar en ausencia de
–CXCR1– es otro factor con variabilidad genéti- infección bacteriana. Esta lesión, por su parte,
ca que podría predisponer para el desarrollo de puede complicarse con fibrosis y grados variables
infecciones urinarias. Estos hallazgos podrían de daño tubular o glomerular, a pesar de que
proveer una explicación en relación a la elevada se ha reconocido que la pielonefritis de causa
incidencia de infecciones ascendentes en muje- no obstructiva no es con frecuencia causa de
res con infección recurrente del tracto urinario. insuficiencia renal.
Investigaciones recientes en ratas han revelado Durante décadas, muchos pacientes con insu-
un modelo que puede ser importante en la infec- ficiencia renal terminal fueron catalogados como
ción recurrente, caracterizado por la presencia de portadores de pielonefritis crónica. Sin embar-
verdaderos biofilms en las capas transicionales go, existen una serie de razones por las que es
63
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
FIGURA 4.1: Características microscópicas de la pielonefritis aguda (Gentileza del Dr. J. Ferrer)
64
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer
65
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
TABLA 4.2: Causas de resultados falsos positivos y falsos negativos de los urocultivos
Falsos positivos
Contaminación con secreción vulvovaginal
Orina no refrigerada
Contaminación de los antisépticos utilizados
Errores de laboratorio
Falsos negativos
Tratamiento antibiótico previo
Obstrucción ureteral completa: litiasis u otras anomalías
Lesión renal localizada y no comunicada
Orinas con pH muy alto o muy bajo (pH 5 ó! 8,5)
Baja densidad urinaria
Microorganismos inusuales que requieren medios especiales
Insuficiente tiempo de retención en vejiga (menor a las 3 horas)
66
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer
TABLA 4.3: Guías clínicas prácticas para la realización de urocultivo en la mujer con
sospecha de infección urinaria (GROUP HEALTH URINARY TRACT INFECTION)
Fiebre documentada ! 38º
Síntomas de disuria o urgencia miccional presentes por más de siete días
Síntomas de vaginitis (flujo vaginal o irritación)
Síntomas de dolor abdominal, náuseas o vómitos
Hematuria grosera en pacientes de más de 50 años
Presencia de inmunosupresión o uso de agentes quimioterápicos
Diabetes mellitus
Embarazo
Anormalidades renales o urológicas crónicas: enfermedad poliquística, vejiga neurogénica,
urolitiasis
Cateterización urinaria u otro procedimiento urológico dentro de las dos semanas
Alta del hospital dentro de las dos semanas
Tratamiento de una infección urinaria dentro de las dos semanas
Infección urinaria sintomática recurrente
Las anormalidades estructurales y funciona- si está presente una obstrucción. En los casos
les del tracto urinario pueden predisponer a las severos de pielonefritis se puede desarrollar un
mujeres a infecciones urinarias recurrentes, pero absceso perirrenal.
son infrecuentes. Por tal razón, la evaluación de
la mujer con infecciones recurrentes utilizando Diagnóstico por Imágenes
ecografía, urograma excretor o cistoscopia sólo
está indicada después de un examen clínico ex- En pacientes con cistitis no está indicada la
haustivo. Las mujeres con cirugía previa pueden realización de estudios de imágenes en forma
presentar cambios funcionales (inadecuado va- rutinaria, ya que en la mayoría de los casos no
ciamiento de la vejiga) o estructurales (suturas presentarán ningún hallazgo anormal. Es habi-
o cálculos) que producen infección recurrente. tual que el diagnóstico de pielonefritis aguda se
Las mujeres con hematuria persistente luego de realice en base al cuadro clínico y a los datos de
la resolución de la infección urinaria deben ser laboratorio, presentando una rápida respuesta al
investigadas con cistoscopia u otro método de tratamiento antibiótico (95% a las 48 horas y casi
diagnóstico por imágenes. el 100% a las 72 horas), por lo que los estudios
Recientemente se ha insistido en el estudio por imágenes resultan innecesarios. Sin embargo,
funcional de las pacientes con infecciones uri- existen algunas circunstancias en las que estos
narias recurrentes, para descartar el síndrome estudios están indicados, a saber: a) respuesta
de vaciamiento disfuncional, recomendándose al tratamiento antibiótico inadecuada luego de
para ello la realización de una electromiografía 72 horas, o cuando el cuadro clínico es atípico;
de flujo y una ecografía de la región perineal, b) en presencia de infecciones a repetición, para
seguidos en los casos adecuados de un estudio valorar condiciones predisponentes funcionales o
videourodinámico. estructurales (cálculos, obstrucción o anomalías
El riesgo de daño renal en la mayoría de los congénitas); c) existe un riesgo elevado de de-
pacientes con infecciones urinarias no complica- sarrollar complicaciones con riesgo de vida por
das es bajo, incluso en aquellos con pielonefritis patologías asociadas tales como diabetes melli-
no complicada. La pielonefritis crónica implica tus mal controlada, SIDA, trasplante de órganos
la presencia de infecciones renales recurrentes u otras condiciones de inmunosupresión; d) se
y puede asociarse con el desarrollo de áreas requiere caracterizar la severidad de la infección
de cicatrización renal y deterioro de la función para dirigir el tratamiento futuro o la intervención;
67
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
68
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer
general del sistema urotelial desde los riñones La ecografía (US) es utilizada en ocasiones
a la vejiga urinaria. Los hallazgos del UE en la como primera herramienta de estudio en pacien-
pielonefritis aguda incluyen agrandamiento renal, tes con síntomas de pielonefritis aguda, pero se
nefrograma retardado, estriado o persistente, debe tener presente que la nefritis intersticial
compresión del sistema colector por tumefacción no es bien caracterizada por este método, que
parenquimatosa focal, retraso en la eliminación ofrece muchos resultados negativos y reconoce
y disminución en la concentración del material anormalidades solo en el 20 al 24% de los ca-
de contraste intravenoso. Su indicación funda- sos. Cuando la US es positiva puede detectar
mental continúa siendo la búsqueda de necrosis anomalías congénitas, hidronefrosis secundaria
papilar en el contexto de un paciente diabéti- a obstrucción, aumento del tamaño renal –mayor
co con hematuria. En estos casos se objetiva a 15 cm de longitud o bien 1,5 cm mayor que su
pasaje del material de contraste a través del contralateral– (Figura 4.3), pérdida de la grasa
urotelio hacia una fisura medular. Este material del seno renal secundaria a edema, cambios en
de contraste extravasado se dispone paralelo al la ecogenicidad parenquimatosa como un área
eje mayor de la papila desde el fórnix. No obs- renal hipoecoica (por edema) y, en ocasiones,
tante, el hallazgo más característico es cuando hiperecoica (pielonefritis hemorrágica) con o sin
se evidencia cavitación de la papila, mostrando pérdida de la diferenciación corticomedular. Even-
el UE cavitaciones centrales o excéntricas que tualmente estas áreas tienen efecto de masa y
pueden ser delgadas o cortas y bullosas. Esta pueden simular patología tumoral pero, a diferen-
necrosis puede calcificar de una manera peri- cia de los tumores, suelen presentan contornos
férica con características patognomónicas. El bien definidos. En aquellos casos que cursan
patrón de sombra-anillo se debe al contenido de con hidronefrosis pueden observarse imágenes
material de contraste en la cavidad que rodea lineales a nivel piélico y ureteral en relación con
la papila necrosada. Cuando la papila se des- áreas de edema mucoso.
prende resulta en un caliz sacular y se manifiesta La US tiene menor sensibilidad y especificidad
como defecto de relleno ubicado a nivel calicilar, para demostrar signos de inflamación intersti-
piélico o incluso ureteral. Similares hallazgos cial que la TC y el centellograma. Se pueden
pueden valorarse por ultrasonido. La desven- adicionar técnicas como Doppler Power o co-
taja del UE es su incapacidad para caracterizar lor, mejorando su sensibilidad para determinar
masas renales, escaso detalle parenquimatoso la extensión del área hipoperfundida por la in-
y su dependencia de la función renal. fección, pero continúa siendo inferior que las
otras metodologías diagnósticas. Si se realiza el
FIGURA 4.3: Ecografía renal bilateral en cortes transversal y longitudinal, que muestra el riñón
izquierdo de mayor tamaño que su contralateral y con mayor ecogenicidad parenquimatosa
resultante del edema inflamatorio
69
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
estudio con técnica de armónica tisular aumenta Fase parenquimatosa nefrográfica generalizada
la sensibilidad y especificidad a un 97 y 80%, (45-120 seg luego de la inyección intravenosa);
respectivamente. La utilización de material de atenuación homogénea del refuerzo previo del
contraste por US promete mejorar la detección parénquima renal
de la pielonefritis aguda, pero su utilidad clínica Fase excretora (! 2 min luego de la inyección
todavía no está definida. intravenosa)
A pesar de las desventajas anteriores, hay que Las imágenes obtenidas entre los 50 a 90 se-
destacar que es la modalidad más accesible, la gundos posinyección del material de contraste
menos costosa, y de utilidad para el seguimiento permiten observar la fase nefrográfica o paren-
de las complicaciones y el estudio de pacientes quimatosa en la que el riñón normal presenta
embarazadas. Hay autores que consideran que realce homogéneo. En el 50% de los casos, la
frente a una US positiva con cuadro clínico y TC contrastada demuestra cambios en el pa-
datos de laboratorio concordantes con pielone- rénquima renal en los pacientes con pielonefritis
fritis aguda no es necesario realizar otro estudio. aguda. Los hallazgos más comunes son: riñones
Cuando se realiza una ecografía para el estudio aumentados de tamaño con lesiones hipodensas
de pacientes con infección del aparato urinario, de contornos definidos, que irradian desde la pa-
se debe completar el examen con la evaluación pila en la médula hasta la superficie cortical, con
del aparato urinario bajo, estudiando la vejiga, su o sin tumefacción focal o global, o bien bandas
espesor parietal, su contenido, el volumen resi- lineales hipodensas paralelas al plano tubular y al
dual posmiccional y, en el caso de los pacientes sistema colector, que se atribuyen a una menor
masculinos, la próstata. concentración del material de contraste debido
La TC sin contraste endovenoso es de utili- a túbulos obstruidos por células inflamatorias,
dad para el reconocimiento de cálculos (97% de detritus, vasoespasmo arterial y arteriolar y edema
sensibilidad), infecciones urinarias formadoras de intersticial. Estas áreas alternan con bandas hiper-
gas, hemorragia y obstrucción. En condiciones densas de parénquima normal y en la secuencia
normales, el riñón presenta densidad de partes tardía o fase excretora (3 a 6 horas poscontraste)
blandas (30 a 50 UH), es homogéneo y está ro- presentan refuerzo persistente secundario a la
deado por la fascia perirrenal o de Gerota, que acumulación del material de contraste que tran-
emite finos tabiques, que subdividen la grasa del sita lentamente por los túbulos comprometidos,
espacio perirrenal, conocidos como puentes fas- llevando al característico nefrograma estriado por
ciales. Por lo general, la TC sin contraste suele ser TC. (Figuras 4.4 y 4.5) El hecho de que el área
normal en pacientes con pielonefritis aguda, como hipodensa presente aumento de la densidad en
así también la TC luego de la administración de la fase excretora permite excluir el diagnóstico de
contraste endovenoso cuando el cuadro es leve absceso renal. La fase excretora es más exacta
y no complicado. En ocasiones puede demos- para demostrar la verdadera extensión de las
trar agrandamiento renal, áreas inflamatorias de lesiones de pielonefritis aguda que la fase nefro-
baja densidad en relación con edema o de alta gráfica. De acuerdo con la Society of Uroradiology
densidad en relación con hemorragia (pielonefritis de EEUU, todas las regiones de hipoatenuación
hemorrágica), aunque estos hallazgos son muy parenquimatosa en la TC deben ser considera-
poco frecuentes. das pielonefritis aguda, y la enfermedad debe ser
La utilización de contraste endovenoso es descrita específicamente en términos de uni o
esencial para completar la evaluación de la fun- bilateralidad, formas focal o difusa, presencia o
ción renal, detectando las alteraciones de per- no de tumefacción, agrandamiento o no del riñón.
fusión y de excreción. En la TC con contraste se Las zonas de menor densidad suelen resol-
deben reconocer las siguientes fases: verse con la respuesta inmune y el tratamiento
Fase vascular (10-15 seg después de la in- adecuados, y en los controles posteriores se vi-
yección intravenosa) sualiza una menor diferenciación entre las ban-
Fase cortical nefrográfica (unión corticomedular das hipo e hiperdensas, hasta que finalmente
(20-45 seg luego de la inyección intravenosa); se se homogeneizan por completo o evolucionan a
observa un nefrograma hiperdenso cortical con cicatrices que se presentan como una pérdida
diferenciación corticomedular del volumen parenquimatoso en el 50% de los
70
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer
pacientes. Otras veces, estas áreas hipodensas En ocasiones la pielonefritis aguda se presen-
pueden hacerse coalescentes y evolucionar a la ta con áreas hipodensas de menor realce que
formación de un absceso franco. pueden provocar efecto de masa y expandir el
Otros hallazgos tomográficos menos frecuentes contorno renal, por lo que puede confundirse
de la pielonefritis aguda incluyen engrosamiento con linfoma, leucemia o tumor renal primario o
de la pared pielocalicilar, obliteración del seno secundario, y puede requerirse la realización de
renal, alteración de los planos grasos perirrena- una punción aspiración percutánea con aguja
les (por engrosamiento de los puentes fasciales fina para confirmar el diagnóstico de infección y
secundario a aumento del flujo u obstrucción de descartar el de malignidad.
los vasos linfáticos) y engrosamiento de la fascia Es importante tener en cuenta que pueden
de Gerota. Además, pueden detectarse defectos persistir anormalidades nefrográficas residuales
de relleno en el sistema colector en relación con en la TC por semanas o meses, incluso después
necrosis papilar, detritus inflamatorios o coágu- de que los hallazgos clínicos y de Laboratorio se
los sanguíneos. hayan normalizado, a fin de no confundirlas con
infección activa u otras patologías como infarto
o masas tumorales.
El centellograma renal cortical con ácido dimer-
captosuccinoico marcado con tecnecio 99m (TC-
99m DMSA), radiomarcador excretado por secreción
tubular, es un estudio cuali-cuantitativo tan sensi-
ble o más que la TC para detectar anormalidades
focales en la pielonefritis aguda en pacientes de
cualquier edad, y sirve para diferenciar infección
urinaria alta de baja. A diferencia de su uso frecuen-
te en Pediatría, es inusual su utilización en adultos
porque aquellas áreas de menor captación del radio-
FIGURA 4.5: TC convencional con contraste fármaco, que se presentan en el 90% de los casos,
intravenoso, que muestra la hiperdensidad no son específicas de infección aguda y pueden
tardía de los túbulos colectores en la fase representar abscesos, infartos, quistes o tumores
excretora, produciendo el patrón conocido y, además, este estudio no permite demostrar la
como nefrograma rayado o atigrado extensión perinéfrica. El estudio puede realizarse
71
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
ocasionalmente con glóbulos blancos marcados altere el curso natural de la infección silente.
con Indio o con galio para localizar infecciones Una excepción recomendada por The American
renales, pero lleva tiempo ya que el resultado se College of Obstetricians and Gyecologists es la
obtiene luego de 24 horas de su administración. mujer diabética, aunque esta recomendación no
El uso de la RMI en adultos con pielonefritis agu- es compartida por la Infectious Diseases Society
da es todavía limitado. El estudio está indicado en of America (IDSA-2005). La IDSA recomienda el
aquellos pacientes que tienen contraindicaciones tratamiento de la bacteriuria asintomática en todas
para la realización de TC por el material de contraste las mujeres embarazadas, mujeres sometidas a
iodado (pacientes alérgicos), pacientes con dete- un procedimiento urológico en el que se anticipe
rioro de la función renal o pacientes embarazadas. sangrado de las mucosas, mujeres en las que una
En condiciones normales, los riñones presentan bacteriuria adquirida por cateterización persiste
señal de intensidad más baja que el parénquima 48 horas después del retiro del catéter, y bacte-
esplénico, hepático o el tejido muscular. Durante riuria producida por P. mirabilis, no recomendando
los procesos infecciosos esta señal disminuye aún tratamiento en mujeres con diabetes mellitus,
más debido a la presencia de edema e infiltración. pacientes ancianas institucionalizadas, pacien-
Los hallazgos son muy similares a los de la TC, in- tes con lesión de la médula espinal y pacientes
cluyendo edema, hemorragia, agrandamiento renal, cateterizadas. Durante el embarazo siempre se
abscesos y colecciones líquidas perirrenales. Las debe realizar la detección y tratamiento de la
lesiones inflamatorias o las colecciones líquidas bacteriuria asintomática (ver capítulo 6).
presentan señal de intensidad similar al agua, siendo
hipointensas en secuencias T1 e hiperintensas en Cistitis aguda
secuencias T2. Si se administra material de con- En mujeres con infección sintomática, se ha com-
traste, se objetiva el patrón estriado o áreas bien probado que los síntomas pueden persistir por
definidas de menor refuerzo que se intercalan con semanas si no se administran antibióticos, pero
parénquima renal normal. Debe tenerse en cuen- en algunas los síntomas se resuelven rápida-
ta que por RMI es casi imposible distinguir entre mente. El significado de la infección vesical no
cálculos, gas o flujo sanguíneo ya que todos apa- complicada en la mayoría de las mujeres parece
recen como áreas de vacío de señal. Un hecho a limitarse a la morbilidad de los síntomas causados
destacar es que, en el curso de los últimos años, por la infección. En otros casos, sin embargo, la
se ha reconocido un efecto nefrotóxico potencial infección baja puede progresar a una pielonefritis.
del gadolinio en pacientes con falla renal previa, Las guías para el manejo de la cistitis aguda
debiendo ser muy prudente con su indicación en proponen el tratamiento empírico con antibió-
estas circunstancias. ticos sin la realización de cultivos; sin embar-
go, con esta metodología hasta la mitad de las
Diagnóstico diferencial mujeres sintomáticas serán tratadas aunque en
realidad no tendrán una infección bacteriológi-
En la Tabla 4.4 se proponen los criterios para el camente documentable. Con el fin de lograr la
diagnóstico de una infección del tracto urinario, mejor aproximación terapéutica en este sentido,
de acuerdo a las recomendaciones de la Infec- se han propuesto tres recomendaciones: Stamm
tious Diseases Society of America (IDSA) y de la y Hooton han recomendado el tratamiento empí-
European Society of Clinical Microbiology and rico sin necesidad de cultivos en pacientes con
Infectious Diseases (ESCMID). síntomas típicos (disuria, polaquiuria y urgencia
miccional) y piuria, detectada microscópicamente
Tratamiento o por un test de esterasa leucocitaria. El Group
Health Cooperative of Puget Sound (Saint, S y
Bacteriuria asintomática col.) propone dos estrategias: tratamiento tele-
Debido a la tendencia a desarrollar en forma casi fónico sin examen de orina o visita al médico,
inevitable infecciones recurrentes, no es recomen- quien tratará a la paciente según su criterio. El
dable el tratamiento de la bacteriuria asintomá- Protocol Steering Commitee of the British Colum-
tica en la mujer no embarazada. Por otra parte, bia Medical Association (citado por McIsaac, W
existen pocas evidencias de que el tratamiento y col.) recomienda no realizar exámenes de orina
72
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer
TABLA 4.4: Criterios para el diagnóstico de las infecciones del tracto urinario
Categoría Descripción Hallazgos clínicos Investigaciones de
laboratorio en orina
1 Infección urinaria Disuria, urgencia miccional, ≥ 10 glóbulos blancos/mm 3
aguda no complicada polaquiuria, dolor suprapúbico, ≥ 10 3 ufc/mL en urocultivo
en la mujer; cistitis ausencia de síntomas urinarios
aguda no complicada en las cuatro semanas previas al
en la mujer episodio
2 Pielonefritis aguda no Fiebre, escalofríos, dolor lumbar, ≥ 10 glóbulos blancos/mm 3
complicada exclusión de otros diagnósticos, ≥ 10 4 ufc/mL en urocultivo
ausencia de evidencias de
anormalidades urológicas
3 Infección urinaria Cualquier combinación de ≥ 10 glóbulos blancos/mm 3
complicada síntomas de las categorías ≥ 10 5 ufc/mL en mujeres
1 y 2, además de uno o más ≥ 10 4 ufc/mL en varones, o en
factores asociados con infección mujeres con catéter vesical
complicada (ver el texto) (en urocultivo)
4 Bacteriuria Ausencia de síntomas urinarios ≥ 10 glóbulos blancos/mm 3
asintomática ≥ 10 5 ufc/mL en dos muestras
de cultivo consecutivas con
más de 24 horas de diferencia
en urocultivo
5 Infección urinaria Al menos tres episodios de ≥ 10 3 ufc/mL en urocultivo
recurrente infección no complicada,
documentada por cultivo en al
menos 12 meses: exclusivamente
en mujeres; ausencia de
anormalidades estructurales o
funcionales
en pacientes con síntomas clásicos de infección presenta cura clínica y bacteriológica luego de
urinaria mientras el médico planea la prescripción varias semanas (Ferry, S y colaboradores).
de antibióticos. En las tres estrategias, en caso de Para el tratamiento de la cistitis no complicada,
no realizarse tratamiento, se indicará un urocultivo se han propuesto tres esquemas terapéuticos:
para la toma definitiva de conducta. En nuestro de dosis única, de tres días de tratamiento o de
medio, la conducta propuesta es: “en pacientes más de tres días. A diferencia de la terapéutica
con alta sospecha clínica de infección urinaria no de dosis única, que no se considera recomen-
complicada, sin síntomas de infección alta, se dable, el tratamiento de tres días es equivalente
debe realizar tratamiento empírico sin efectuar en eficacia a los de más larga duración. Tanto las
exámenes de orina (sedimento o urocultivo). En guías de la Infectious Diseases Society of America
los casos complicados o con sospecha de pielo- (IDSA) como las de la European Union y las del
nefritis, tomar urocultivo y administrar tratamiento Consenso Argentino recomiendan como droga
empírico inicial. Si hay síntomas sugestivos aun- de primera línea el trimetoprima-sulfametoxazol
que no concluyentes, solicitar sedimento urinario –TMS-SMX– (800/160 mg 2 veces por día) du-
y, si es patológico, tratar sin urocultivo. Ante duda rante tres días, con la salvedad de que no debe
diagnóstica solicitar urocultivo, evaluación gine- utilizarse en comunidades con más del 20% de
cológica y seguimiento clínico sin tratamiento” resistencia en E. coli para dicho antimicrobiano.
(Bado y col.). Un hecho a tener en cuenta es, Un estudio internacional llevado a cabo en Europa
que aun sin tratamiento, el 24% de las cistitis (ECO-SENS Project) demostró una resistencia
73
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
para TMS-SMX del 14,1%. A resultados simila- bien no existen datos definitivos sobre el parti-
res se ha llegado en el estudio ARESC (Naber cular, la mayoría de los autores coinciden en que
y col., 2008). Se consideran factores de riesgo, debe oscilar entre tres y siete días.
que incrementan la posibilidad de infecciones por Para la evaluación postratamiento de la cis-
microorganismos resistentes, el uso de trimeto- titis es suficiente un análisis de orina con tiras
prima-sulfametoxazol en los meses previos, la reactivas. No está indicado realizar urocultivo
hospitalización reciente, la presencia de diabetes de rutina en las pacientes asintomáticas, de-
y el tratamiento con cualquier otro antibiótico. bido a que el beneficio de detectar y tratar la
En Argentina, el SIR (Sistema Informatizado de bacteriuria asintomática en la mujer sana sólo
Resistencia) informa un porcentaje de resistencia se ha demostrado en el embarazo y antes de
para TMS del 26%, mientras que el estudio Vigi- una instrumentación urológica o cirugía. En las
A/SADI, para el periodo 2002-2003, lo sitúa en mujeres cuyos síntomas no se resuelven al final
el 15%. En nuestra institución, el nivel de resis- del tratamiento y en aquellas en las que los sín-
tencia de E. coli a TMS es cercano al 50%, y a la tomas se resuelven pero recurren dentro de las
ampicilina al 70%, por lo que estas drogas no se dos semanas, se debe realizar cultivo de orina
consideran recomendables como de primera línea. y detección de susceptibilidad antimicrobiana.
Los regímenes alternativos incluyen norfloxacina En esta situación, se debe asumir que el agente
(400 mg dos veces por día), levofloxacina (500 causal no es susceptible al antibiótico utilizado
mg cada 24 horas) o ciprofloxacina (250-500 mg originalmente y se debe realizar un nuevo trata-
2 veces por día), todos durante tres días. Ni la miento con un régimen de siete días, y el empleo
gatifloxacina ni la moxifloxacina se consideran de otro agente antimicrobiano.
adecuadas para el tratamiento de las infecciones
urinarias. El tratamiento de tres días se considera Pielonefritis aguda
muy corto si se utiliza nitrofurantoína (50-100 mg Las mujeres con casos moderados de pielone-
4 veces por día, contraindicada en pacientes con fritis aguda, caracterizados por fiebre no muy
clearance de creatinina inferior a 60 mL/min), en elevada, recuento de glóbulos blancos normal o
cuyo caso se recomienda utilizar la droga por un discretamente elevado, sin náuseas ni vómitos,
mínimo de siete días. y con capacidad de cumplir con el tratamiento,
Es reconocido que los Elactámicos, tales como pueden ser tratadas con antimicrobianos por vía
las cefalosporinas de primera generación y la oral sin internación. Para el tratamiento empírico
amoxicilina, son menos efectivos en el tratamien- se recomienda el uso de ciprofloxacina (500 mg
to de la cistitis aguda no complicada que los cada 12 horas), levofloxacina (500 mg cada 24
antimicrobianos antes citados. Ello se debe al horas), o cefixima (400 mg una vez por día). Si se
aumento de la resistencia entre los uropatóge- conoce que el microorganismo es susceptible,
nos comunes, la rápida excreción por el tracto se puede utilizar trimetoprima-sulfametoxazol
urinario, y la incapacidad de eliminar completa- por vía oral. Si se identifica un organismo Gram
mente las cepas Gram negativas de la vagina, positivo en el extendido de Gram, es aceptable
aumentando el riesgo de recurrencia. Por otra iniciar tratamiento con amoxicilina o ampicilina/
parte, el efecto de un antimicrobiano sobre la sulbactama asociado o no con gentamicina. Los
flora fecal y vaginal también puede influenciar la cocos Gram positivos en racimos, probablemente
cura a largo tiempo, admitiéndose que los anti- Staphylococci, pueden ser tratados en un princi-
bióticos que tienen escaso efecto sobre la flora pio con cefalosporinas. En todos los otros casos,
anaerobia, pero erradican la flora aerobia Gram los Elactámicos no son recomendables. Una op-
negativa de las heces y de la flora vaginal, son ción útil en algunas pacientes es la admisión por
óptimos para proveer una cura a largo tiempo. Por 12 a 24 horas en observación, administrando un
último, aunque no se ha examinado en ensayos antibiótico parenteral y evaluando la respuesta
controlados, la cistitis causada por S. saprophyti- inicial; si la misma es favorable, se puede dar de
cus parece responder mejor a tratamientos más alta con tratamiento oral.
prolongados, por ejemplo de siete días. Se consideran indicaciones absolutas para
Se ha evaluado el tiempo de tratamiento de la la hospitalización de pacientes con pielonefri-
cistitis aguda en mujeres posmenopáusicas. Si tis aguda la intolerancia oral, la sospecha de
74
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer
sepsis, la falta de seguridad en el diagnóstico y estas drogas, habiéndose citado como factores
la obstrucción del tracto urinario. Por su parte, se independientes de riesgo para el desarrollo de
consideran indicaciones relativas la edad mayor dicha resistencia en E. coli la exposición previa a
de 60 años, la presencia de anormalidades en el ofloxacina o ciprofloxacina, la presencia de pro-
tracto urinario, los estados de inmunosupresión y cedimientos invasivos, las infecciones recurren-
la falta de adherencia al tratamiento ambulatorio. tes y las hospitalizaciones previas (Colodner, R
En estos casos, los antimicrobianos recomenda- y col.; Jonson, L y col.). Un hecho a destacar es
dos son ciprofloxacina (400 mg cada 12 horas), que la mayoría de los estudios de sensibilidad a
cefotaxima (1-2 g cada 8 horas), ceftriazona (1 los antibióticos se realiza en cultivos obtenidos
g cada 12-24 horas), ampicilina-sulbactam (1 g en pacientes hospitalizados, y dicha sensibilidad
cada 6 horas) o piperacilina-tazobactam (4,5 g puede variar en los pacientes comunitarios con
cada 6-8 horas), todos por vía intravenosa. Es infecciones no complicadas.
imprescindible realizar una resucitación rápida La realización de urocultivo al finalizar el tra-
y agresiva con fluidos, para evitar de este modo tamiento de la pielonefritis aguda en pacientes
el deterioro de la función renal. Aunque transi- adultas no embarazadas, que tuvieron buena res-
toria, la disfunción renal debe ser reconocida puesta y se mantienen asintomáticas, se consi-
para evitar el empleo de drogas nefrotóxicas. dera opcional. En cambio, se debe solicitar un
En caso de aparecer manifestaciones de injuria urocultivo de control una a dos semanas después
pulmonar aguda, la paciente debe ser asistida de finalizado el tratamiento en las mujeres emba-
en terapia intensiva. razadas, en niños, y en pacientes con infecciones
Una vez que la paciente se encuentra afebril recurrentes o infección complicada.
durante 24 horas, hecho que en general sucede
dentro de las 72 horas de iniciado el tratamiento, Profilaxis
y si la tolerancia oral es adecuada, se podrá pasar
a la vía oral, definiendo el esquema terapéutico Como se destacó, la recurrencia de los episodios
por el resultado del urocultivo. de infecciones urinarias constituye un fenómeno
El tiempo recomendado de tratamiento es de frecuente en la mujer, con una incidencia entre 20
dos semanas, ya que utilizando periodos más y 35%. En las mujeres con cistitis recurrente se
cortos se constata una alta incidencia de recaí- han propuesto distintos métodos de profilaxis. La
das. Algunos resultados recientes sugieren que profilaxis no debe iniciarse antes de comprobar
regímenes acortados de tratamiento (7 días) con la erradicación adecuada de la infección activa
drogas con concentración buena y prolongada mediante un urocultivo negativo, al menos una o
en la orina (ciprofloxacina) pueden ser eficaces dos semanas luego de discontinuar el tratamiento.
cuando el microorganismo productor de la pielo- La profilaxis continua, con una medicación to-
nefritis muestra sensibilidad in vitro. Sin embargo, mada una vez por día, es una opción en pacientes
existen aun escasas evidencias para establecer que presentan dos o más infecciones sintomáticas
una duración de siete días para el tratamiento durante un periodo de seis meses, o tres o más
de las pielonefritis no complicadas. La falta de infecciones durante un año. Estudios adecuados
respuesta clínica en 48 a 72 horas determina la han documentado que la profilaxis continua con
necesidad de realizar una ecografía renal, para una dosis diaria o cada dos días de nitrofurantoí-
descartar un factor de complicación. na (100 mg), trimetoprim-sulfametoxazol (80/400
En aquellas pacientes con infecciones recurren- mg), ciprofloxacina (125 mg) o norfloxacina (400
tes que presumiblemente representan recaídas, se mg) disminuye la recurrencia en un 95%. La pro-
ha recomendado el tratamiento por seis semanas. filaxis debe mantenerse por un mínimo de seis
Considerando la evolución continua de la re- meses, siendo el periodo más largo evaluado de
sistencia bacteriana, es necesario mantener pro- un año. El efecto persiste durante el periodo de
gramas de vigilancia para reconocer sus caracte- tratamiento activo. Son frecuentes los efectos
rísticas y recomendar regímenes de tratamiento colaterales, incluyendo desarrollo de candidiasis
empírico efectivos. En los últimos años, el uso oral y vaginal, rash cutáneo, náuseas y vómitos
creciente de las fluoroquinolonas se ha asociado aislados. En caso de utilizarse nitrofurantoína,
con un aumento progresivo de la resistencia a debe vigilarse la aparición de toxicidad pulmonar.
75
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
La profilaxis poscoito puede ser atractiva en vaginales preparados con cepas atenuadas por
mujeres que describen una relación clara entre calor de varias especies virulentas: E. coli, P. mi-
la relación sexual y la subsecuente cistitis. La rabilis, Klesiella pneumoniae, Morganella morganii
reducción en la frecuencia de las recurrencias y Enterococcus faecalis. El método consiste en
cuando se utiliza nitrofurantoina, trimetoprim- la administración, una vez por semana, de su-
sulfametoxazol o fluoroquinolonas luego del acto positorios vaginales que inducen una respuesta
sexual, es aproximadamente igual a la que se de inmunoglobulina G y A en el tracto urogenital,
obtiene con la profilaxis continua. reduciendo la potencial colonización de la vagina
Otra estrategia es el tratamiento intermitente y la vejiga con uropatógenos. Los resultados ob-
autoadministrado, más que la profilaxis. Muchas tenidos hasta el momento son muy alentadores.
mujeres pueden diagnosticar adecuadamente el Se ha comprobado que el tratamiento con
episodio de cistitis y pueden ser instruidas para estrógenos intravaginales disminuye la inci-
iniciar un curso de tres días de tratamiento an- dencia de infecciones recurrentes en mujeres
tibiótico al inicio de los síntomas. La frecuencia posmenopáusicas. El uso de estrógenos pare-
de uso de antibióticos con esta metodología es ce restaurar la flora vaginal normal y reducir el
similar a la del uso poscoito, y muchas mujeres lo riesgo de colonización vaginal con E. coli. La
prefieren. Si los síntomas no se resuelven en 48 dosis recomendada es de 0,5 mg de estriol en
a 72 horas después de completar el tratamiento, crema vaginal durante dos semanas, seguida de
es aconsejable la consulta médica. una aplicación nocturna dos veces a la semana
El jarabe y las cápsulas de arándanos, por su durante ocho meses; o el empleo de anillos de
contenido en antocianidinas/proantocianidinas, liberación retardada de estradiol. El empleo de
parecen inhibir la fijación de los patógenos al estrógenos vaginales, a pesar de las considera-
uroepitelio. Las propiedades antiadhesivas del ciones anteriores, aún no puede ser establecido
arándano probablemente ayuden a prevenir las como una recomendación universal. La restau-
infecciones urinarias de dos maneras: primero, ración de la flora vaginal con la administración
inhibiendo directamente la adherencia de la E. coli del probiótico Lactobacillus también tendría el
a las células del uroepitelio, y segundo, seleccio- potencial de prevenir las infecciones recurrentes
nando cepas bacterianas menos adherentes en en mujeres de alto riesgo.
la materia fecal. Algunos estudios sugieren que la El papel preventivo de los estrógenos por vía
ingesta diaria de 200 a 750 mL de este jugo pre- oral necesita de más estudios para establecer
viene la recurrencia sintomática hasta en un 50% sus indicaciones. Si bien algunos trabajos han
de las mismas. En un estudio reciente McMurdo mostrado la eficacia de pequeñas dosis de es-
y col. evaluaron en forma comparativa la ingesta triol en la profilaxis de las infecciones urinarias
de una cápsula de arándanos de 500 mg o un en las mujeres menopáusicas, otros apuntan su
comprimido de trimetoprima de 100 g en forma nula influencia sobre el control de las infecciones,
diaria para la prevención de la infección urinaria dado que en dos estudios diferentes las pacientes
en mujeres posmenopaúsicas, comprobando una que recibieron estrógenos presentaron un mayor
eficacia similar para ambos compuestos. En una índice de infecciones que el grupo control.
revisión de Jepson y col. (2008) se incluyeron En Europa se ha propuesto la profilaxis in-
cuatro estudios, que evaluaron derivados del arán- munoactiva, basada en la observación de que
dano versus placebo en diversas poblaciones, extractos bacterianos administrados por vía oral
y encontraron en todos ellos una disminución estimularían el sistema inmune innato. Existen da-
de la incidencia de infecciones urinarias con su tos sobre la utilidad de un producto (OM-89, Uro-
empleo. En nuestro país, el arándano se expende Vaxon; OM PHARMA) que contiene cinco tipos
en cápsulas de 400 y de 900 mg y en fórmulas diferentes de E. coli uropatogénica. Se ha com-
líquidas. La dosis recomendada es un comprimido probado que este producto reduce la recurrencia
por día después de la cena. de infecciones urinarias en aproximadamente el
Recientemente se han evaluado métodos de 36%, y que una de cinco pacientes permanece
vacunación local para reducir las infecciones libre de infección por al menos seis meses. No
urinarias recurrentes en la mujer. En este sen- se dispone de datos comparativos en relación
tido, varios estudios han utilizado supositorios con el tratamiento preventivo con antibióticos.
76
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer
77
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
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78
CAPÍTULO 5
Infecciones urogenitales
en el hombre
FABIO SÁNCHEZ MAZZAFERRI, CARLOS LOVESIO, JOSÉ M. CASELLAS
Las infecciones del tracto urinario constituyen una su uretra y la actividad antibacteriana del fluido
patología que afecta especialmente a la población prostático. Sin embargo, un número limitado de
femenina, constituyendo en forma predominante hombres entre los 15 y los 50 años de edad su-
o exclusiva el objeto de prácticamente todos los fre de una infección urinaria no complicada. La
estudios sobre este problema. En forma com- razón para la aparición de estas infecciones no
parativa, existe muy poca información respecto es clara, pero se han descrito algunos factores
de las infecciones del tracto urinario en la po- de riesgo tales como las relaciones sexuales con
blación masculina, aun cuando estas infeccio- un individuo infectado, el coito anal y la falta de
nes son bastante comunes. Estudios realizados circuncisión.
en los últimos 20 años, sin embargo, han ayu- Aproximadamente el 20% de todas las in-
dado a definir diferencias importantes entre las fecciones urinarias ocurren en el hombre. Entre
poblaciones femenina y masculina en cuanto a 1988 y 1994, la prevalencia de infección urinaria
la epidemiología, microbiología, características a través de toda la vida en hombres se estimó
clínicas, diagnóstico y tratamiento de las infec- en EEUU en 13 689 casos por 100 000 adultos.
ciones urinarias. En comparación, la estimación para mujeres fue
de 53 067 casos por 100 000 mujeres adultas
Cistitis y pielonefritis durante el mismo periodo de tiempo. Por otra
parte, datos provenientes del US Veterans Health
Epidemiología Administration del mismo país, establecen una
prevalencia de infección urinaria como diagnós-
En forma convencional se consideran todas las tico primario entre 1999 y 2001, en pacientes de
infecciones del tracto urinario en el hombre como cuidados externos, de 2,3 a 2,4 veces mayor en
complicadas, debido a que la mayoría de ellas mujeres que en hombres.
ocurren en el recién nacido, en infantes o en el
anciano, y se asocian con anormalidades uroló- Factores predisponentes
gicas, obstrucción del tracto de salida vesical o
instrumentación. Si bien la infección en adultos Las infecciones urinarias en los varones jóvenes
jóvenes entre 15 y 50 años es infrecuente en son raras, y habitualmente se deben a la intro-
extremo, a partir de los 65 años de edad la inci- ducción de bacterias en el tracto urinario por
dencia de infección es similar en ambos sexos. instrumentación, tal como la cateterización pe-
La gran diferencia en la prevalencia entre hom- rioperatoria. Luego de la edad media de la vida,
bres y mujeres se considera causada por una va- la incidencia de infecciones urinarias aumenta de
riedad de factores que incluyen la mayor distancia modo progresivo en el hombre, y a partir de los
entre el ano, fuente habitual de los uropatógenos, 65 años es similar a la de la mujer.
y el meato uretral; el ambiente seco que rodea a Una serie de factores de riesgo potenciales para
la uretra masculina así como la mayor longitud de el desarrollo de infecciones urinarias son exclusivos
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
del hombre. La obstrucción a la evacuación vesical una patogenia distinta. Puigvert, en Barcelona,
debida a la hiperplasia prostática benigna puede aso- sostenía que la vejiga es el rond point de la in-
ciarse con estasis urinario. Aun cuando resulta difícil fección urinaria en el adulto varón. En efecto, la
establecer una relación causal entre la obstrucción multiplicación bacteriana vesical casi siempre
crónica producida por la próstata y el desarrollo de deriva de la uretra posterior o de un reservorio
infecciones urinarias, es claro que lo ancianos con prostático; y eventualmente por vía descendente
hipertrofia prostática presentan una mayor incidencia a partir de una nefritis intersticial. Una situación
de tales infecciones. Por otra parte, la instrumenta- distinta plantea la infección urinaria asociada a
ción del tracto urinario puede conducir a infecciones la litiasis por estruvita (ver capítulo 13).
iatrogénicas, ya sea por la realización de cistoscopia,
biopsia prostática o cateterización, técnicas y méto- Vía ascendente
dos de evaluación comunes en hombres con sínto- La uretra habitualmente se encuentra colonizada
mas obstructivos. Las complicaciones pueden variar con bacterias. Los estudios que utilizan técnicas
entre una prostatitis y cistitis hasta infecciones más de punción suprapúbica han revelado la presencia
complejas, incluyendo pielonefritis o sepsis sistémica. ocasional de un pequeño número de microorga-
Otro factor importante puede ser la disminu- nismos en la orina de personas no infectadas. El
ción, relacionada con la edad, de la actividad masaje de la uretra y las relaciones sexuales en
antibacteriana de las secreciones prostáticas, la mujer pueden forzar bacterias hacia la vejiga.
con la consiguiente reducción de las defensas El empleo de preservativos puede aumentar este
orgánicas contra la infección. Un polipéptido que efecto traumático. Por otra parte, se ha compro-
contiene zinc, denominado factor prostático an- bado que aun una cateterización aislada de la
tibacteriano, es la sustancia antimicrobiana más vejiga se asocia con infección del tracto urinario
importante secretada por la próstata, habiéndose en alrededor del 1% de los pacientes ambula-
documentado que los pacientes con prostatitis torios, y la infección es habitual luego de tres
crónica bacteriana presentan niveles más bajos o cuatro días de la inserción de una sonda con
de zinc en su fluido prostático que los pacientes sistema de drenaje abierto.
sanos. Si una bacteria infecta la próstata, esta El hecho de que la infección del tracto urinario
se convertirá en un nido para la reinfección del sea mucho más frecuente en la mujer que en el
tracto urinario. Una vez que se desarrolla una hombre brinda soporte a la importancia de la vía
bacteriuria asintomática en estos hombres, tiende ascendente de infección. A ello se agrega la mayor
a persistir o a hacerse recurrente. frecuencia de infecciones urinarias en varones
No son frecuentes las anormalidades estruc- adultos o ancianos, en asociación con fenóme-
turales genitourinarias en esta población, pero la nos obstructivos del tracto urinario bajo, con el
bacteriuria es significativamente más común en consecuente estasis urinario. En este sentido,
hombres con confusión o demencia y en aquellos Truzzi y col. han comprobado que los adultos
con incontinencia de orina o de materia fecal. De clínicamente asintomáticos con un residuo vesical
los factores que pueden conducir a la adquisición de 180 mL se encuentran en riesgo elevado de
inicial de bacteriuria, el más frecuente es una en- desarrollar bacteriuria.
fermedad concurrente, como la neumonía. En un La evidencia clínica y experimental sugiere que
estudio reciente en ancianos se comprobó que la mayoría de los episodios de pielonefritis son
aquellos que presentaban bacteriuria era mucho causados por el ascenso retrógrado de bacte-
más probable que utilizaran una sonda vesical o rias desde la vejiga a través del uréter hacia la
un drenaje con condón, presentaran incontinencia pelvis renal y el parénquima. Aunque la cistitis
urinaria, o tuvieran una historia de infecciones por lo general queda restringida a la vejiga, en
previas del tracto urinario. alrededor del 50% de los casos existe una ulterior
extensión de la infección hacia el tracto urinario
Patogenia superior. Aunque es probable que no se requiera
un reflujo de orina para la infección ascendente,
Como se adelantó, la diferencia entre la frecuen- el edema asociado con la cistitis puede causar
cia de infecciones urinarias bajas entre la mujer y un cambio suficiente en la unión ureterovesical
el hombre es significativa, lo que se asocia con como para permitir el reflujo.
80
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
81
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
y largo plazo de la infección. La opinión de los hombres con pielonefritis, infecciones recurrentes
autores es que tal distinción puede establecerse o cuando se presente cualquier factor compatible
mediante el empleo de métodos de diagnóstico con una complicación.
por imágenes, US o TC, que permiten recono-
cer el compromiso renal en los casos de duda Tratamiento
diagnóstica.
El diagnóstico de la infección urinaria se debe Como resultado de la poca frecuencia con la que
realizar mediante el examen directo de la orina y se presentan las infecciones urinarias no compli-
el urocultivo. En los ancianos no cateterizados, cadas en los varones jóvenes, no existen datos
es recomendable una evaluación de Laboratorio provenientes de estudios controlados de trata-
ante la sospecha de una infección urinaria sinto- miento. En este sentido, se recomienda el empleo
mática (fiebre, disuria, hematuria, incontinencia empírico de las drogas utilizadas en mujeres con
urinaria o sospecha de bacteriemia). En estos cistitis no complicada o pielonefritis. Cuando se
casos se puede realizar un examen directo de considera que el agente patógeno probable es el
orina (esterasa leucocitaria y nitritos), y un exten- enterococo, la ampicilina (250 mg cuatro veces
dido para reconocer la presencia de leucocitos. por día) es una buena opción. Si se presume la
Se debe tener presente que las pruebas citadas existencia de un germen Gram negativo, se reco-
se asocian en ocasiones con resultados falsos mienda la asociación trimetoprima-sulfametoxazol
negativos, por lo que siempre es recomendable (160-800 mg dos veces por día) o una quinolona
realizar un urocultivo. En pacientes con sonda fluorada (ciprofloxacina 500 mg dos veces por día).
vesical, es aconsejable el cambio de la sonda La nitrofurantoína probablemente no deba ser uti-
antes de realizar el urocultivo (ver capítulo 8). lizada en el hombre, debido a que no logra alcan-
El recuento bacteriano que se considera posi- zar niveles tisulares adecuados para el tratamiento
tivo en el urocultivo del hombre, cuando se trata de la prostatitis oculta o de la pielonefritis. En el
de un cultivo puro, es ! 10 4 ufc/mL (SADEBAC, caso de la pielonefritis aguda no complicada, es
CIU). Es muy importante establecer condiciones recomendable el uso de una fluoroquinolona como
adecuadas de toma de muestra, conservación y tratamiento empírico inicial. En presencia de una
transporte para asegurar un resultado confiable. pielonefritis con compromiso del estado general o
En este sentido es recomendable: a) realizar una intolerancia oral, se recurrirá a una quinolona por
adecuada higiene prepucial, y recolección de la vía intravenosa (ciprofloxacina 400 mg dos veces
orina con prepucio retraído; b) realizar la siembra por día) o una cefalosporina de tercera generación
dentro de los 60 minutos de la obtención de la (ceftriazona 1 g cada 12/24 horas).
muestra, ya que los enterococos, que forman Aunque es posible que los tratamientos cor-
parte de la biota normal de la uretra anterior, se tos sean efectivos en hombres con cistitis no
reproducen cada 30 minutos y pueden reprodu- complicada, no hay estudios que avalen esta
cirse aún a bajas temperaturas; resultados falsos práctica. Se recomienda, por tanto, que todas
positivos en estas condiciones pueden asociar- las infecciones urinarias en el hombre se traten
se con el empleo innecesario de antibióticos; c) con un régimen de al menos siete días, debido a
relacionar el pH de la orina con el resultado; un la mayor posibilidad de la existencia de un factor
cultivo de ! 50 000 ufc/mL de Proteus mirabilis complicante oculto, y debido a que el tratamiento
en un varón de cualquier edad en orina con un prolongado puede reducir la posibilidad de una
pH 6,0 es sin dudas un contaminante prepucial. infección prostática persistente.
El reconocimiento de gérmenes Gram positivos El mayor problema en el tratamiento de hom-
en el urocultivo, con excepción del enterococo, bres con infecciones urinarias es la bacteriuria
debe ser considerado como resultado de una recurrente que se manifiesta por infecciones
contaminación de la muestra. repetidas, habitualmente dentro del mes de un
No se ha determinado el valor de la evalua- tratamiento adecuado en apariencia. Estas recu-
ción urológica en un hombre que ha presentado rrencias por lo general son recaídas, esto es, son
una infección urinaria única no complicada. La causadas por un organismo idéntico. Se acepta
evaluación urológica, por otra parte, debe ser que la causa de este problema corresponde a
realizada en forma rutinaria en adolescentes y una infección crónica de la glándula prostática,
82
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
en la que el curso estándar de tratamiento no presentan prostatitis; Rizzo y col. publican una
logra erradicar la infección. En otros casos, el prevalencia de diagnóstico de prostatitis sub-
tratamiento fracasa porque existen alteraciones clínica de 12,8% en las consultas urológicas en
anatómicas o funcionales del tracto urinario, en- Italia. Mehik observó una prevalencia del 14,2%
tonces se recomienda el empleo de tratamientos durante todo la vida en Finlandia.
prolongados, de hasta un mes, con la asociación Tradicionalmente se sostenía que la prostatitis
de trimetoprima-sulfametoxazol o una quinolona. era una patología de hombres jóvenes. Estudios
epidemiológicos confirman que afecta a todas
Prostatitis las edades. En un estudio epidemiológico reali-
El término prostatitis se utiliza para la descripción zado en China, que incluyó 3 000 pacientes con
clínica de un amplio grupo de pacientes con sin- prostatitis crónica, Chao-Zhao Llang constató un
tomatología referida al tracto urogenital y perineo. aumento de la incidencia en menores de 40 años.
Legneau fue el primero en definir la inflamación Este trabajo es consistente con uno de Nickel y
de la glándula prostática en 1815, pero Verdes en col. que sostiene que el aumento de prevalencia
1838 presenta una detallada descripción patológica de prostatitis crónica con la edad puede estar
de la prostatitis. Desde el comienzo del siglo XX, relacionado con hiperplasia prostática benigna,
muchos autores tuvieron una participación activa en frecuente en grupos etarios mayores.
la descripción clínica y patológica: Young, Fereghty Wenninger y col. afirman que los pacientes con
y Stevens en 1906 y en estudios bacteriológicos prostatitis crónica presentan serio deterioro en
Hitchens y Brown, Von Lackum y Nickel. su calidad de vida (QOL), comparable con el de
Los primeros procedimientos terapéuticos se aquellos que sufren infarto de miocardio, angina
basaban en el masaje prostático repetitivo hasta de pecho inestable o enfermedad de Crohn. Expe-
la introducción de las sulfonamidas en la década rimentan además diversos grados de depresión,
de 1930. El manejo actual de esta patología co- con pérdida de capacidad laboral y pensamientos
mienza en 1968 con la descripción de la prueba suicida en el 5% de los casos.
de los cuatro vasos para la localización bacte- El costo socioeconómico asociado con es-
riológica del tracto urinario inferior realizada por tudios diagnósticos, consultas médicas repeti-
Meares y Stamey. Este trabajo es la base para la tivas, tratamientos poco efectivos y pérdida de
nueva clasificación de prostatitis, distinguiendo productividad laboral quizá represente millones
aquellos pacientes con síntomas urinarios aso- de dólares anualmente en Estados Unidos.
ciados a bacteriuria de la gran mayoría que no
la presenta, racionalizando de esta manera la Factores de riesgo
administración de antibióticos.
Estudios recientes y casos anecdóticos han su-
Epidemiología gerido un número importante de variables que
pueden ser consideradas como factores de riesgo
El síndrome de dolor pélvico crónico/prostatitis para el desarrollo de una prostatitis, en particular
crónica es un problema multifactorial que afecta en su variedad crónica.
a hombres de todas las edades y demografías. Edad: tradicionalmente fue considerada una
Estudios recientes muestran que la prevalencia patología de gente joven. Sin embargo, aparece
de prostatitis es de alrededor del 2-10% entre afectando a hombres de todas las edades. En un
hombres no seleccionados en Estados Unidos, estudio realizado en los Estados Unidos entre 1990
Europa y Asia. Estos datos indican que la pros- y 1994, que incluye todos los tipos de prostatitis, se
tatitis crónica es un problema importante en los encontró un aumento significativo de la incidencia
diversos sistemas de salud. entre los 36 y 65 años, superior al del grupo de
La prostatitis crónica es una patología frecuen- 18 a 35 años. La incidencia de prostatitis crónica
te que insume entre el 5 y el 33% de las visitas aumenta en forma marcada entre la segunda y
urológicas. De 12 768 000 visitas urológicas en tercera década en conjunción con el aumento de
1991, el 5,3% (677 000) se realizaron por en- las enfermedades de transmisión sexual.
fermedad inflamatoria prostática. Krieger y col. En Finlandia, un estudio de Mehik y col. de-
informan que entre el 2 y 10% de los hombres terminó que el riesgo de presentar prostatitis
83
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
aumenta directamente con la edad; el riesgo es Otros factores asociados con prostatitis son:
1,7 veces mayor en el grupo 40-49 años que en vasectomía, historia familiar de cáncer de prósta-
el de 20-39 años y 3,1 veces mayor entre los ta, hiperplasia prostática benigna, procedimientos
50-59 años que en aquellos de 20-39 años. A diagnósticos como la colonoscopia y la presencia
pesar de estos datos, el rol exacto de la edad en de estrés. Todos requieren una validación clínica
el desarrollo de prostatitis permanece poco claro. de certeza.
Raza: no existe evidencia definitiva para aso- La mayoría de los resultados de estos estu-
ciar prostatitis crónica a condición racial algu- dios debe ser considerada preliminar debido
na. En el Health Professionals Follow up Study, al reducido tamaño de las muestras y la falta
la raza no fue considerada un factor de riesgo de rigor científico. La identificación y caracte-
para prostatitis. rización de los factores de riesgo puede ace-
Factores socioeconómicos: Mehik y col. sostie- lerar el desarrollo en cuanto a la prevención,
nen que ni el estatus socioeconómico ni el educa- diagnóstico y estrategias terapéuticas para el
cional influyen en la incidencia de esta patología. manejo de estos síndromes.
Obesidad: Collins y col. hallaron en el Health
Professionals Follow up Study un aumento leve Histopatología
pero significativo de la incidencia de prostatitis
cuando el índice de masa corporal es mayor de 27. Desde un punto de vista estrictamente patológico,
Dieta: No existe evidencia de que el aumento el término prostatitis es definido como un incre-
de consumo de picantes, alcohol, cafeína o ta- mento en el número de células inflamatorias en
baco sea un factor de riesgo para el desarrollo el parénquima prostático. El patrón más corriente
de prostatitis. A pesar de que estos elementos de inflamación es un infiltrado linfocitario en el
no jueguen un rol etiológico, podrían potenciar estroma inmediatamente adyacente a los acinos
los síntomas asociados a prostatitis una vez es- prostáticos. Los cuerpos amiláceos y cálculos
tablecida la enfermedad. prostáticos pueden contribuir a la inflamación
Actividad física: Un estudio desarrollado por prostática por obstrucción de los ductos impi-
Rabon comprobó que en algunos hombres, la diendo su drenaje y provocando nidos para el
prostatitis puede estar asociada con trauma repe- crecimiento bacteriano.
titivo del periné, que puede ocurrir en la práctica La prostatitis granulomatosa representa una
del ciclismo o en la conducción de determinados variante histológica inespecífica caracterizada por
vehículos. un infiltrado inflamatorio que incluye abundan-
Actividad sexual: se asoció a la infrecuente tes histiocitos, linfocitos y células plasmáticas.
actividad sexual con un aumento de incidencia de Este patrón se encuentra asociado con hallazgos
prostatitis, congestión prostática por obstrucción posquirúrgicos o terapia con bacilos Calmette-
de los ductos prostáticos por las secreciones Guerin, y se observa rara vez como consecuencia
prostáticas, incrementando también el riesgo de de tuberculosis sistémica.
recurrencias. Por el contrario, Collins y col. sos-
tienen que aquellos hombres que eyaculan con Clasificación clínica
más frecuencia tienen mayores posibilidades de
presentar historia de prostatitis. Se cree además El término prostatitis es utilizado para descri-
que las personas con comportamiento sexual bir una amplia variedad de desórdenes que van
promiscuo y aquellas que practican coito anal desde la infección bacteriana aguda o subaguda
presentan una incidencia aumentada. (NIH tipo I y II); síntomas de dolor pelviano sin
Enfermedades de transmisión sexual: Algu- una etiología clara (tipo III) hasta la inflamación
nos trabajos demuestran una asociación entre asintomática sólo demostrada por biopsia pros-
prostatitis y enfermedades de transmisión sexual. tática (tipo IV).
Collins observó un incremento de 1,8 veces en Es muy poco frecuente encontrar una infección
la incidencia de prostatitis en aquellos pacientes bacteriana de la glándula prostática bien docu-
con historia de enfermedad de transmisión sexual. mentada, sea esta aguda o crónica. La mayoría
Es necesaria una evidencia más significativa para de los pacientes con diagnóstico de prostati-
confirmar esta asociación. tis se presenta con dolor lumbar, perineal, del
84
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
FIGURA 5.1: Test de los cuatro vasos para determinar el origen de las infecciones bajas en el hombre
hemiabdomen inferior, con síntomas miccionales o El valor de este test reside en la localización
eyaculatorios sin una historia previa de bacteriuria. de las bacterias en el tracto urinario inferior:
La clasificación tradicional de prostatitis se Vaso 1: representa biota uretral
basa en un trabajo de 1968 de Meares y Sta- Vaso 2: representa biota vesical
mey que describe el diagnóstico diferencial de Vaso 3 y 4: representan biota prostática. El
los distintos tipos de prostatitis. Drach y col., 10 vaso 4 es particularmente útil cuando no se ob-
años después, sugieren una clasificación basada tiene secreción luego del masaje prostático.
en este trabajo en la que los diferentes tipos de La clasificación estándar de prostatitis surgida
prostatitis se diferencian de acuerdo al número de este artículo (que incluye: prostatitis bacteriana
de leucocitos y cultivos positivos de los distintos aguda, prostatitis bacteriana crónica, prostatitis
vasos del test. (Figura 5.1) Esta es la clasifica- no bacteriana y prostatodinia) fue recientemente
ción de prostatitis más utilizada en tres décadas reemplazada, dada la poca aplicación clínica del
y aún está incluida en la última clasificación de test de localización de Meares y Stamey por la
enfermedades de OMS. En ella se detalla el Test clasificación del Instituto Nacional de Salud (NIH,
de los cuatro vasos de Meares y Stamey (Tabla National Institutes of Health –Tabla 5.2), que re-
5.1), que implica cultivos seriados para la loca- conoce la importancia de células inflamatorias
lización del segmento del tracto urinario inferior en algunos cuadros y define una nueva entidad:
masculino, que presenta componente inflama- prostatitis asintomática. Esta nueva clasificación
torio infeccioso. El mismo se lleva a cabo según surge de una reunión de consenso sobre pros-
el siguiente procedimiento: tatitis llevada a cabo en Bethesda, Maryland en
Vaso 1: cultivo de los 5 a 10 mL de orina ini- diciembre de 1995. (Tabla 5.3)
ciales del chorro Los pacientes se categorizan basados en la
Vaso 2: cultivo del chorro medio de orina clasificación NIH de prostatitis. (Tabla 5.3) Los
Vaso 3: cultivo de secreción obtenida luego tipos I y II incluyen pacientes con piuria o bac-
del masaje prostático teriuria en los análisis de orina. El tipo III com-
Vaso 4: cultivo de los 2-3 mL de orina iniciales prende pacientes que presentan por lo menos
luego del masaje prostático uno de los síntomas incluidos en el NIH Chronic
85
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Prostatitis Symptom Index (CPSI). El tipo IV abarca Desde el punto de vista patológico, la pros-
aquellos pacientes con diagnóstico de prostatitis tatitis aguda bacteriana se caracteriza por infla-
basado sólo en biopsia prostática que muestra mación de la glándula con infiltrado de polimor-
inflamación. fonucleares, edema, hiperemia y formación de
microabscesos.
Tipo I: prostatitis aguda bacteriana El cuadro se caracteriza por presencia de
Es una entidad infecciosa del tracto urinario dolor perineal, suprapúbico y disconfort en ge-
que presenta baja frecuencia (0,02% de todos nitales externos, síntomas miccionales obstruc-
los pacientes con prostatitis) pero trascenden- tivos, disminución del calibre del chorro, mic-
te por sus implicancias clínicas y sus posibles ción entrecortada, estranguria, hasta retención
complicaciones. aguda de orina, disuria, aumento de frecuencia
Los patógenos más frecuentes son bacterias miccional, asociados a manifestaciones sisté-
Gram negativas de origen entérico, en particular micas, tales como fiebre, escalofríos, náuseas,
la E. coli. En pacientes con abscesos prostáti- vómitos o sepsis con hipotensión. Al tacto rectal
cos se han aislado E. coli, Staphylococcus sp, y la próstata se presenta aumentada de tamaño
con menor frecuencia Mycobacterium tuberculo- y temperatura y fluctuante. Se puede presentar
sis, actinomices, Bacteroides fragilis y Klebsiella con complicaciones como bacteriemia, sepsis,
pneumonia. La N. gonorrhoeae, como causante abscesos prostáticos, epididimitis, vesiculitis y
de prostatitis aguda, presentaba una incidencia pielonefritis.
elevada en la era preantibiótica, en la actualidad El fluido prostático contiene polimorfonucleares
es ocasional. y bacterias. El masaje prostático, sin embargo,
86
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
puede producir una bacteriemia y debe ser evita- Tipo II: prostatitis crónica bacteriana
do. La bacteriuria es frecuente y el urocultivo es La prostatitis crónica bacteriana es una causa
un método confiable para aislar el microorganismo importante de infecciones recurrentes del tracto
patógeno. Los hemocultivos suelen ser positivos. urinario inferior, constituyendo la afección uro-
En la Tabla 5.4 se indican los diagnósticos dife- lógica más frecuente en pacientes menores de
renciales entre diversas formas de infecciones 50 años, con prevalencia en el grupo de 30 a 50
urogenitales en el hombre. años. Entre el 25 y 43% de los pacientes tiene
Los abscesos prostáticos constituyen una rara antecedente de infecciones urinarias recurrentes.
complicación. La mayoría se producen en pacien- En el estudio histológico de próstatas extirpadas
tes con diabetes, en inmunocomprometidos, y debido a carcinoma o hipertrofia prostática be-
en pacientes que no han recibido un tratamiento nigna, se reconocen signos de prostatitis hasta
antibacteriano adecuado para la prostatitis aguda. en el 50% de los casos.
Otros factores predisponentes son la presencia Los factores de riesgo propuestos como cau-
de cuerpos extraños y obstrucción del tracto santes de colonización bacteriana prostática inclu-
urinario. En el pasado, la N. gonorrhoeae era un yen: reflujo a los conductos prostáticos, fimosis,
patógeno común, pero en la actualidad la mayo- penetración anal sin protección, infección urinaria,
ría de los casos son causados por uropatógenos epididimitis aguda, sondas uretrales, cirugía transu-
comunes. Los pacientes habitualmente se pre- retral, alteración en la composición de la secreción
sentan febriles con signos irritativos y obstructi- prostática (disminución de los niveles de fructuosa,
vos, y pueden tener signos de sepsis sistémica. ácido cítrico, fosfatasa ácida, zinc y magnesio).
El absceso se presenta como un área fluctuante Los pacientes se pueden presentar asintomá-
en la próstata a la palpación. En pacientes con ticos con episodios de reagudización del cuadro
sospecha de absceso prostático, la realización o con manifestaciones de síndrome de dolor pel-
de una tomografía o un examen de ultrasonidos viano crónico (dolor perineal, polaquiuria, disuria,
transrectal luego de la iniciación del tratamiento dolor lumbar).
antibiótico puede ayudar al diagnóstico sin au- Los patógenos implicados con mayor fre-
mentar el riesgo de urosepsis. cuencia son las bacterias Gram negativas (E.
87
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Tabla 5.4: Manifestaciones clínicas comunes de las infecciones prostáticas en comparación con las
infecciones del tracto urinario en el hombre
Manifestaciones Prostatitis Prostatitis Cistitis Pielonefritis
clínicas aguda crónica
bacteriana bacteriana
Disuria + +/- + +
Polaquiuria + +/- + +
Retención urinaria + +/- - -
Cambios en el olor y + - + +
aspecto de la orina
Dolor suprapúbico - - + +/-
Dolor perineal + - - -
Dolor en el flanco - - - +
Próstata agrandada y + +/- - -
dolorosa
Fiebre + - - +
Escalofríos + - - +
Hipotensión + - - +
PMNs en EPS + + - +
PSA > 4 ug/mL + + - -
coli 80%, Klebsiella, Proteus mirabilis y ente- o Corynebacterium spp, los métodos de obten-
robacterias). Dos estudios recientes han de- ción de las muestras deben ser cuidadosamente
mostrado que las cepas de E. coli asociadas evaluados. En la experiencia de los autores, más
con prostatitis bacteriana presentan un grado del 50% de las consultas por hallazgos de estas
mayor de formación de biofilms que las cepas bacterias revelaron que se trataba de contami-
asociadas con cistitis y pielonefritis, lo que po- nantes de la uretra anterior y/o del surco balano-
dría explicar la tendencia de E. coli a persistir prepucial (Casellas, J y colaboradores).
dentro de la próstata. Los hallazgos histológicos en la prostatitis bac-
La participación de las mal llamadas bacterias teriana crónica se caracterizan por la presencia
atípicas, tales como U. urealyticum y C. trachomatis de inflamación no aguda y focal.
es indudable. Los bacilos Gram negativos no fer- La sintomatología clásica incluye dolores pel-
mentadores, tales como Pseudomonas aeruginosa vianos inespecíficos y eventualmente dificulta-
o Acinetobacter spp, y ciertas enterobacterias como des al orinar. El examen físico y los estudios por
Providencia spp, constituyen causa de prostatitis imágenes no aportan datos patognomónicos.
crónica casi exclusivamente en pacientes con ins- La próstata es normal al tacto, en oposición a la
trumentación de las vías urinarias o cirugía previa. prostatitis aguda en la que está dura y caliente.
Se han implicado patógenos poco frecuentes como El hallazgo de leucocitos en el fluido prostático
Candida albicans, Blastomyces dermatitidis, Histo- no es específico de prostatitis bacteriana. La ma-
plasma capsulatum, Mycobacterium tuberculosis yoría de los autores coincide en que más de 15
y Cryptococcus neoformans. leucocitos por campo de aumento representan
La participación de los estafilococos coagu- un número elevado. Si en forma simultánea no
lasa negativos en la inflamación crónica de la se identifica piuria en los especímenes de chorro
próstata es motivo de controversia. Si bien en medio y uretral, esto es indicativo de inflama-
algunos casos se ha demostrado su participa- ción prostática, cualquiera sea la causa. Para
ción, es necesario insistir en que si se aíslan un adecuado diagnóstico de prostatitis crónica
estafilococos coagulasa negativos, enterococos bacteriana (NIH categoría II), es esencial el cultivo
88
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
89
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Endocrino
Alteración de receptores
androgénicos
Respuesta inmune
. Disbalance de citoquinas
. Aumento de mediadores
proinflamatorios y Sistema nervioso
disminución de factores . Inflamación neurogénica con NGF
antiinflamatorios . Nivel local bajo de endorfinas
Proceso autoinmune
Factores psicológicos
90
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
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CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
o un carbapenem, todos ellos por vía intravenosa, determinado patógeno, restos celulares o conte-
hasta superar el episodio séptico. nido prostático fuera de los conductos prostáticos
provocarían una reacción inflamatoria, agrupán-
Prostatitis ganulomatosa dose histiocitos y células gigantes que constitu-
La prostatitis granulomatosa fue descrita por pri- yen un infiltrado inflamatorio de características
mera vez por Tanner y Mac Donald en 1943. Es crónicas, formando granulomas inespecíficos.
un proceso inflamatorio de la próstata, de escasa La clínica de la prostatitis granulomatosa no
frecuencia, que puede ser ocasionado por dife- difiere de un síndrome prostático. El PSA pue-
rentes agentes infecciosos o en el seno de una de encontrarse en cifras normales o levemente
enfermedad alérgica sistémica, pero, en la ma- elevado. El tratamiento es el mismo que en caso
yoría de los casos, su origen es inespecífico. Su de hipertrofia prostática, siendo controvertido el
presentación clínica, tratamiento y evolución son uso de dosis bajas de corticoides.
similares a la hipertrofia prostática benigna, sien-
do, en muchos casos, distinguible del carcinoma Uretritis
prostático únicamente por estudio histológico.
Este proceso inflamatorio de la próstata se Etiología
caracteriza por la formación de granulomas como
respuesta a un agente, en muchos casos desco- La uretritis se caracteriza por la inflamación ure-
nocido, que se comporta como un cuerpo extraño. tral, habitualmente asociada con una descarga
La clasificación más aceptada es la de Epstein purulenta en hombres y con disuria en las mujeres.
y Hutchins, que diferencia a la prostatitis granu- La uretritis puede resultar de causas infeccio-
lomatosa en específica, inespecífica, alérgica, sas y no infecciosas. La uretritis postraumática
secundaria a cirugía y otras causas. se produce en 2 al 20% de los individuos que
La específica hace referencia a un origen infec- practican cateterización intermitente. Alrededor
cioso conocido, bacteriano (tuberculosis, instila- del 50% de los hombres con síndrome de pros-
ciones vesicales con BCG, sífilis, brucelosis), viral tatitis no bacteriana/dolor pelviano crónico tie-
(herpes zoster), micótico (criptococo, blastomi- nen evidencia de inflamación uretral sin ningún
cosis) o parasitario (esquistosoma, equinococo). patógeno identificable.
La causa específica más frecuente es la originada La uretritis gonocócica es responsable del 20
por el M. tuberculosis, que aumentó su frecuencia al 45% de las uretritis de causa infecciosa, mien-
desde el uso de las instilaciones vesicales con tras que la uretritis no gonocócica es responsa-
BCG como tratamiento de neoplasias uroteliales. ble del 60 al 80% restante. Dentro de los casos
Dentro de las alérgicas se destacan la enfer- de uretritis no gonocócica, aproximadamente
medad de Churg-Strauss y la granulomatosis de el 14 al 50% son producidas por Ureaplasma
Wegener, siendo la próstata uno de los órganos urealyticum (Biovar 2), 20 a 30% por Chlamydia
afectados por granulomas dentro de la patología trachomatis, 5 a 10% por Mycoplasma hominis
sistémica, aunque es raro que la primera mani- y menos del 5% por Trichomonas vaginalis. Se
festación sea prostática. debe tener presente que muchos individuos con
Existe un incremento notable de prostatitis uretritis gonocócica también están infectados por
granulomatosa secundaria a biopsia transrectal o otros agentes bacterianos. La mayor incidencia de
resección transuretral de próstata, debido a una infecciones por clamidia se encuentra en jóvenes
mayor demanda de estudio y tratamiento prostá- activos sexualmente, y debe tenerse en cuenta
ticos. Dentro de otras causas, se destaca como que hasta el 60% de las infecciones por clami-
enfermedad sistémica a la sarcoidosis. La forma dias son asintomáticas. El virus herpes simplex,
más frecuente es la inespecífica, en la que se reco- la Candida albicans y los adenovirus son causas
nocen hallazgos en el estudio histológico del tejido raras de uretritis no gonocócica.
prostático, sin conocerse la etiología del proceso.
Se han postulado diferentes teorías respecto Cuadro clínico
de la patogenia de la prostatitis granulomato-
sa; la opinión más aceptada es la existencia de La mayoría de las infecciones uretrales causa-
una reacción inflamatoria de cuerpo extraño. Un das por N. gonorrhoeae en el hombre producen
94
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
síntomas que conducen a la consulta, lo que la doxiciclina 100 mg dos veces por día durante
permite el tratamiento inmediato y la prevención siete días; por Micoplasma hominis la azitromicina
de secuelas serias, pero el tratamiento puede no 1 g oral única dosis y por Trichomonas vaginalis
ser realizado tan precozmente como para prevenir el metronidazol 2 g oral única dosis. (Figura 5.3)
la transmisión a otros. La N. gonorrhoeae en for- En la actualidad no se recomienda el empleo
ma característica tiene un periodo de incubación de quinolonas para el tratamiento de la uretritis
más corto que las uretritis no gonocócicas. Los gonocócica debido a la alta tasa de resistencia
hombres con uretritis gonocócica presentan por a estos antibióticos de N. gonorrhoeae.
lo general un comienzo abrupto de disuria con
o sin descarga purulenta. La mayoría desarrolla Epididimitis
síntomas dentro de los cuatro días del contagio. La epididimitis aguda es un cuadro clínico que
El periodo de incubación para la uretritis no go- consiste en dolor, aumento de tamaño e inflama-
nocócica es mucho más variable, lo usual está ción del epidídimo de menos de seis semanas
entre 7 y 14 días. de evolución. La epididimitis crónica implica un
Los síntomas más frecuentes de la uretritis cuadro de larga evolución con dolor sin compo-
son la disuria y la descarga uretral. La frecuencia nente flogósico.
y urgencia miccional están ausentes. Si están Al comenzar el cuadro puede constatarse do-
presentes, deben sugerir la existencia de pros- lor, aumento de tamaño y eritema localizados en
tatitis o cistitis. Es muy raro que existan síntomas una porción del epidídimo, luego puede afectarse
generales, como fiebre, escalofríos, sudoración o el testículo homolateral causando un cuadro de
trastornos digestivos. Si están presentes, estos epidídimo-orquitis que hace difícil distinguir el
síntomas sugieren una gonococia diseminada, testículo del epidídimo dentro de la masa infla-
pielonefritis, orquitis u otra infección sistémica. matoria. Con frecuencia se puede encontrar un
La presencia de hematuria o sangre en el eya- hidrocele reaccional. La descarga uretral puede
culado es infrecuente en la uretritis. ser aparente a la inspección o aparecer luego de
Todos los pacientes que son evaluados para la compresión de la uretra.
gonorrea deben ser también examinados para La mayoría de los casos de epididimitis en
otras enfermedades de trasmisión sexual, inclu- niños y hombres adultos es causada por los pa-
yendo clamidia, sífilis y VIH. Los pacientes deben tógenos urinarios más frecuentes, mientras que
ser examinados dos horas después de orinar, los hombres menores de 35 años sexualmente
ya que la micción produce un lavado uretral y activos presentan como causa más frecuente
disminuye la posibilidad de obtener resultados gérmenes de transmisión sexual. Los patógenos
positivos. El diagnóstico de uretritis debe ser llegan al epidídimo luego de infectar la uretra o
confirmado por uno de los siguientes hallazgos: la vejiga. Se debe prestar especial atención a la
descarga purulenta con más de cinco glóbulos presencia de secreción uretral, exposición sexual,
blancos, o tinción de Gram positiva de un exudado instrumentación del tracto urinario y presencia de
uretral; o la presencia de esterasa leucocitaria en uropatías. En niños, este cuadro es poco frecuen-
los primeros 10 a 15 mL de orina; o la presencia te y se produce como consecuencia de bacteriuria
de más de 10 glóbulos blancos en el primer chorro provocada por gérmenes coliformes.
miccional. La demostración de diplococos Gram En hombres jóvenes heterosexuales, las epidi-
negativos en un exudado uretral, en un hombre dimitis son producidas por gérmenes que causan
con síntomas, es suficiente para establecer el uretritis (N. gonorrohoeae y C. trachomatis), y la
diagnóstico de infección por N. gonorrhoeae. bacteriuria es poco frecuente. En los casos de
epididimitis de difusión sexual, las anomalías del
Tratamiento tracto urinario son poco frecuentes, no siendo
necesaria su evaluación. Los pacientes deben
El tratamiento preferido de la uretritis por N. go- ser evaluados para descartar otra patología de
norrhoeae es la ceftriaxona en única dosis de 125 transmisión sexual y sus parejas deben ser trata-
mg IM; por Ureaplasma urealyticum la azitromicina das en forma simultánea. En pacientes de edad
1 g oral en única dosis; por Chlamydia tracho- avanzada los cuadros de epididimitis son secun-
matis la azitromicina 1 g oral en única dosis o darios a bacteriuria causada por patología urinaria
95
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Sí Sí
No
No
Esperar resultados de
exámenes de gonorrea y clamidia
obstructiva. Causas menos frecuentes de epidi- hombres jóvenes, en quienes pueden encontrar-
dimitis incluyen enfermedades sistémicas tales se ambas patologías. La ecografía Doppler color
como tuberculosis, brucelosis y blastomicosis. es un método importante en el diagnóstico dife-
Estas etiologías son más frecuentes en pacien- rencial entre epididimitis y torsión. Wilbert y col.
tes inmunosuprimidos. Se debe tener presente determinaron que este método tiene una sensibi-
que la epididimitis tuberculosa es la manifesta- lidad del 82% y una especificidad del 100% en el
ción más común de la tuberculosis genital en el diagnóstico de torsión del cordón espermático.
hombre, así como la orquitis y la prostatitis son El tratamiento de la epididimitis no difiere del
las menos comunes. de la uretritis, cistitis o pielonefritis, de acuerdo al
Una causa no infecciosa de epididimitis es la origen de la infección. En la Tabla 5.6 se indican
provocada por tratamientos antiarrítmicos con las recomendaciones del CDC para el manejo de
amiodarona. Estos cuadros son por lo general pacientes con epididimitis.
limitados a la cabeza del epidídimo, no respon-
den al tratamiento antibiótico y se deberían a una Orquitis
acumulación selectiva de la droga a este nivel. La orquitis presenta una incidencia significati-
Las complicaciones de la epididimitis aguda vamente menor que los cuadros de prostatitis y
pueden ser: infarto testicular, piocele, absceso epididimitis, diferenciándose de las mismas en
escrotal, dolor crónico y trastornos de fertilidad. dos aspectos: la ruta hematógena es la vía ha-
Debe realizarse diagnóstico diferencial entre bitual de diseminación y los virus son patógenos
epididimitis y torsión de cordón espermático en importantes.
96
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
TABLA 5.6: Guías del CENTERS FOR DISEASE CONTROL 2006 para el manejo de la epididimitis
Pacientes menores de 35 años
Realizar una tinción de Gram del exudado uretral para diagnóstico de uretritis (! 5 glóbulos blancos) o
un test de esterasa leucocitaria o examen microscópico de primer chorro urinario que demuestre 10 o
más glóbulos blancos
Cultivo o examen de amplificación de ácidos nucleicos de un exudado uretral o de orina
Tratamiento empírico para cobertura de N. gonorrheae y C. trachomatis: ceftriazona 250 mg IM única
dosis y azitromicina 1 g oral única dosis o doxiciclina 100 mg dos veces por día durante 10 días. No
utilizar fluoroquinolonas si se sospecha N. gonorrheae
Pacientes mayores de 35 años
Examen de esterasa leucocitaria o examen microscópico del sedimento del primer chorro de orina que
demuestre más de 10 glóbulos blancos
Cultivo y tinción de orina
Tratamiento empírico para cubrir bacterias coliformes: levofloxacina 500 mg día durante 10 días u
ofloxacina 300 mg dos veces por día durante 10 días
Las infecciones virales se deben sobre todo estado general, náuseas y vómitos. Las compli-
al virus de la parotiditis urliana, y afectan ocasio- caciones de las orquitis bacterianas incluyen el
nalmente a niños en etapa prepuberal. El dolor e infarto testicular, los abscesos y el piocele, que
inflamación testicular en general comienzan entre son de resolución quirúrgica.
uno y seis días luego del compromiso parotídeo, La brucelosis es una patología poco frecuen-
pero pueden presentarse sin síntomas de la glán- te, cuya incidencia ha disminuido mucho en los
dula parótida. Este es un cuadro unilateral en el últimos años debido a las medidas preventivas
70% de los casos. La clínica es variable, desde de las enfermedades de transmisión animal. Se
disconfort testicular hasta dolor testicular intenso trata de una antropozoonosis de carácter sisté-
con aumento del tamaño, flogosis local, y sínto- mico, producida por un microorganismo del gé-
mas sistémicos, náuseas, vómitos, fiebre y mal nero Brucella, siendo su especie más frecuente
estado general. En torno al 50% de los casos los la Brucella melitensis. Su reservorio se encuen-
testículos presentan como secuela algún grado tra en el ganado (ovino, vacuno, caprino) y su
de atrofia, pudiendo acompañarse de trastornos transmisión al hombre es a través de contagio
de la fertilidad. Otros virus que pueden causar directo (inoculación, inhalación) o por ingestión
orquitis son el Coxsackie B, y el de la coriome- de productos contaminados. La manifestación
ningitis linfocitaria benigna. clínica más habitual es un síndrome febril con
Las orquitis bacterianas en general ocurren afectación de diferentes sistemas (esquelético,
como propagación por contigüidad de un proce- nervioso, pulmonar, hepatobiliar, hematológico y
so inflamatorio epididimario (epidídimo-orquitis) genitourinario). La orquiepididimitis como forma de
siendo excepcional el compromiso único del debut de esta enfermedad es poco frecuente, sin
testículo. Los gérmenes a menudo involucrados embargo, la afectación genitourinaria representa
son E. coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomona la segunda localización más frecuente (2-20%).
aeruginosa, Staphylococcus y Streptococcus. Es importante la anamnesis de los pacientes
La siembra metastásica del microorganismo se que consultan por orquitis (contacto animal, lugar
observa en las orquitis causadas por Brucella. de residencia, profesión), sobre todo ante una
Los procesos causados por blastomycosis y M. evolución insidiosa y refractaria al tratamiento
tuberculosis son por extensión de un cuadro con antibiótico habitual. En estos casos es de ayuda
origen en el epidídimo. la utilización de la serología para el diagnóstico
El cuadro clínico se caracteriza por la presencia de orquiepididimitis brucelar, utilizando la Prue-
de aumento del tamaño testicular, flogosis escro- ba de Rosa de Bengala, la seroaglutinación de
tal, dolor que se irradia hacia la región inguinal y Wright y el test de Coombs antibrucella. Con
síntomas sistémicos como fiebre, alteración del respecto al tratamiento, la pauta más aceptada
97
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
98
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre
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99
CAPÍTULO 6
Las del tracto urinario son las infecciones bacte- Aunque la incidencia de bacteriuria en la mujer
rianas más comunes durante el embarazo. Las embarazada es similar a la de la mujer no emba-
infecciones urinarias se caracterizan por la pre- razada, la incidencia de pielonefritis en la mujer
sencia de una cantidad significativa de bacterias embarazada con bacteriuria está significativamen-
en cualquier lugar del tracto urinario, siendo cla- te aumentada, en comparación con la mujer no
sificadas por el sitio de infección en infecciones grávida. Los cambios anatómicos y fisiológicos
bajas (bacteriuria asintomática y cistitis) y altas en el tracto urinario durante el embarazo pue-
o del riñón (pielonefritis). den causar que la mujer con bacteriuria presente
Aunque la prevalencia de cistitis y bacteriuria una susceptibilidad aumentada al desarrollo de
asintomática es similar en la mujer embaraza- pielonefritis. Estos cambios involucran todo el
da y no embarazada, las infecciones del tracto tracto urinario, incluyendo los riñones, sistema
urinario inferior representan un factor de riesgo colector, uréteres y vejiga.
significativo para el desarrollo de pielonefritis en La mujer embarazada presenta una dilatación
estas pacientes. Este aumento del riesgo de pie- ureteral que comienza en la sexta semana de ges-
lonefritis es secundario a los cambios anatómicos tación y se prolonga hasta dos meses después
y fisiológicos que ocurren durante el embarazo. del parto. Esto se debe al aumento de los niveles
La incidencia de bacteriuria asintomática y cis- de progesterona y a la obstrucción mecánica pro-
titis aguda durante el embarazo es de 5 al 10%, ducida por el útero grávido. La disminución del
y del 1 al 4%, respectivamente. Entre el 20 y el tono ureteral se acompaña de una disminución
40% de las pacientes embarazadas con bacte- del tono de la vejiga, lo que contribuye a la estasis
riuria asintomática desarrollan eventualmente una urinaria y al reflujo vesicoureteral. El estasis uri-
pielonefritis durante el embarazo, mientras que nario, a su vez, puede resultar de la compresión
sólo el 1,8% de las pacientes, cuya orina es es- mecánica de los uréteres y de la vejiga por el
téril al comienzo del embarazo, desarrollarán una útero aumentado de tamaño. En estudios urodi-
infección aguda (Whalley, P). La pielonefritis es la námicos efectuados durante el embarazo se ha
infección bacteriana severa más común durante detectado incontinencia de esfuerzo en el 12%
el embarazo, pudiendo producir complicaciones y detrusor inestable en el 23% de las pacientes.
maternas y perinatales. La pielonefritis afecta al Los cambios hormonales pueden ser respon-
0,5 al 2% de las mujeres embarazadas, en par- sables de la disminución de la capacidad de con-
ticular durante el final del segundo y el comienzo centración del riñón durante el embarazo y de una
del tercer trimestre. En un estudio se comprobó disminución en la actividad antibacteriana normal
que el 67% de los casos de pielonefritis se pro- de la orina. Otros cambios relacionados con el
ducen durante el segundo y el tercer trimestre, embarazo incluyen glucosuria y aminoaciduria,
el 8% intraparto y el 19% en el periodo posparto que contribuyen a la bacteriuria brindando un
(Giltrab L. y colaboradores). excelente medio para la proliferación bacteriana.
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
La presencia de anormalidades del tracto urina- tipo Dr adhesinas se asocian con una alta tasa
rio y de diabetes mellitus, incluyendo la diabetes de parto prematuro en ratas.
gestacional, aumenta el riesgo de infecciones
durante la gestación. La incidencia (26,5%) y la Microbiología
tasa de recurrencia (19%) de infección urinaria
en la mujer diabética es elevada. La diabetes mal Las bacterias productoras de infección urinaria
controlada durante la gestación aumenta sig- son similares en la mujer embarazada y no emba-
nificativamente la incidencia de pielonefritis en razada. Las Enterobacteriaceae son responsables
comparación con la diabetes bien controlada. En del 90% de las infecciones urinarias durante el
pacientes diabéticas se ha observado una inci- embarazo. El patógeno más común es la Esche-
dencia más elevada de infecciones por gérmenes richia coli, con una incidencia reportada del 80
Gram positivos, estafilococo y enterococo. al 90% para la infección inicial y 70% para las
Una historia de infecciones urinarias antes del infecciones recurrentes. Las cepas más virulen-
embarazo y la presencia de anemia de células tas de E. coli poseen toxinas y adhesinas, pilis o
falciformes son predictores de bacteriuria asinto- fimbrias que permiten la adherencia al uroepitelio.
mática, que puede ser determinada en la primera Ello protege a las bacterias del flujo urinario y
visita prenatal. Si no se trata de forma adecuada, permiten la multiplicación bacteriana y la invasión
la bacteriuria asintomática puede evolucionar ha- del tejido renal. Serotipos O específicos de E. coli
cia la pielonefritis. Las mujeres de nivel socioe- se han relacionado epidemiológicamente con la
conómico bajo tienen una incidencia cinco veces producción de pielonefritis aguda, infección recu-
mayor de infecciones urinarias. Otros factores de rrente, daño parenquimatoso e insuficiencia renal.
riesgo se indican en la Tabla 6.1. Recientemente, la clase de adhesinas Dr se ha
La severidad de la infección depende de los asociado con pielonefritis en el embarazo, y una
mecanismos de defensa del huésped y de facto- elevada incidencia de parto pretérmino en ratas.
res de virulencia bacteriana (ver capítulo 2). Las Otras bacterias Gram negativas incluyen Pro-
bacterias que pueden fijarse a las superficies teus mirabilis, Klebsiella, Enterobacter, Pseu-
tienen una capacidad aumentada de colonizar domonas y Citrobacter. Los organismos Gram
la uretra y la vagina y ascender al tracto urinario positivos, tales como el Streptococcus grupo
para causar infección, en especial en ausencia B (GBS) y el Staphylococcus saprophyticus, en
de cepas protectoras como el Lactobacillus spp. ocasiones son aislados, siendo mayor su inci-
Estructuras especializadas, tales como los pili dencia en pacientes diabéticas. La Gardenella
o fimbrias, median la adhesión de las bacterias vaginalis, Chlamydia trachomatis y el Ureaplasma
al tracto urinario. En efecto, el 50 al 90% de urealyticum se han reportado en la orina en el 10
las cepas uropatogénicas de E. coli presentan al 15% de las mujeres embarazadas, sin que se
fimbrias P, que se asocian con pielonefritis en conozca su significado clínico.
la mujer adulta. En un informe reciente se ha El estreptococo grupo B o Streptococcus
destacado que las cepas de E. coli con fimbrias agalactiae (GBS) produce infección urinaria en
TABLA 6.1: Factores de riesgo para el desarrollo de infecciones del tracto urinario durante
el embarazo
Bacteriuria asintomática Problemas neurológicos
Diabetes mellitus Vejiga neurogénica
Historia de infección por Chlamydia trachomatis Lesión de la médula espinal
Historia de infecciones del tracto urinario Actividad sexual
Empleo de drogas ilícitas Anemia y enfermedad de células falciformes
Edad avanzada (! 30 años) Anomalías del tracto urinario
Multiparidad (! 4 embarazos) Litiasis renal
Bajo nivel socioeconómico
102
CAPÍTULO 6: Infecciones urinarias durante el embarazo
103
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Una de cada 3 000 mujeres que presentan pie- epidemiológico llevado a cabo en Suecia (Wing
lonefritis en el embarazo desarrolla insuficiencia D. y colaboradores).
renal; el embarazo constituye una de las condi- La bacteriuria asintomática se caracteriza por
ciones más frecuentes en las que una pielonefritis la presencia de bacteriuria significativa (definida
aislada la desencadena. Por ello, es necesario como ≥ 105 ufc/mL en dos muestras consecutivas
el seguimiento a largo plazo de estas pacientes. de chorro medio de orina) sin manifestaciones
Hasta un 23% de embarazadas puede pre- clínicas de infección. Sin embargo, en pacientes
sentar recurrencias de la pielonefritis durante el sintomáticas con un patógeno identificado, en
mismo embarazo. El riesgo de episodios repeti- particular E. coli o S. saprophyticus, un nivel de
dos de pielonefritis es el desarrollo de daño renal ≥ 10 2 ó 10 3 ufc/mL puede ser un indicador más
permanente. El control con cultivos frecuentes de realista de infección que el valor estándar de 10 5
orina luego del primer tratamiento y el empleo de ufc/mL. El consenso de la Infectious Diseases
tratamientos de supresión son importantes para Society of America define la cistitis por la pre-
prevenir las recurrencias. sencia de ≥ 10 2 ufc/mL y la pielonefritis de ≥ 10 3
El desarrollo de infección urinaria durante la ufc/mL de orina.
gestación puede asociarse con complicaciones Es importante destacar que hasta el 30% de
fetales y neonatales. Los riesgos de parto pre- los especímenes de orina pueden estar conta-
maturo (antes de las 37 semanas de gestación), minados, en especial cuando la técnica es rea-
infantes con bajo peso al nacer ( 2 500 g), y lizada en forma incorrecta por el paciente, sien-
mortalidad fetal son elevados en presencia de do habitual en estos casos el hallazgo de flora
pielonefritis. Un estudio informa una incidencia polimicrobiana o Lactobacillus. Una desventaja
del 15% de nacidos con peso inferior a 2 500 g del cultivo de orina es que demora 24-48 horas
en embarazadas con pielonefritis aguda. Otros en brindar resultados. Se han propuesto como
estudios comprueban la asociación entre la infec- alternativas para el urocultivo una serie de exá-
ción urinaria en el embarazo y el retardo cognitivo menes rápidos, tales como las cintas reactivas
y enfatizan la importancia del rápido diagnóstico para nitritos o esterasa de leucocitos, análisis de
y tratamiento. El uso de agentes tocolíticos pue- orina, examen directo u otros tests enzimáticos.
de retardar los nacimientos de pretérmino, pero Sin embargo, son menos sensibles que el urocul-
debe considerarse el riesgo de edema pulmonar tivo puesto que requieren una alta concentración
cuando se elige este tipo de terapéutica. de bacterias y tienen por ende un menor valor
predictivo positivo, y además los resultados de
Diagnóstico estos tests rápidos siempre deben ser confirma-
dos con un urocultivo.
La bacteriuria asintomática es la infección más La presencia de fiebre y dolor lumbar acompa-
común encontrada en el embarazo y afecta al ñado por un cultivo positivo de orina y piuria o ci-
2-7% de las gestantes. Su diagnóstico se basa lindros leucocitarios en la orina son indicativos de
en los exámenes de laboratorio. Puesto que el pielonefritis. En este caso es conveniente realizar
tratamiento adecuado de la bacteriuria asintomá- un hemograma completo, dosaje de creatinina y
tica puede disminuir la incidencia de pielonefritis electrolitos séricos y una serie de hemocultivos.
y complicaciones relacionadas, el American Co- En general, la respuesta clínica más que el cultivo
llege of Obstetrics and Gynecology recomienda la establece el ajuste en la terapéutica antibiótica,
búsqueda de rutina de la bacteriuria mediante el por lo que la utilidad de los cultivos en la terapia
urocultivo en la primera visita prenatal y durante inicial es limitada. Sin embargo, la persistencia
el tercer trimestre. El US Preventive Services Task de la fiebre o el dolor pueden ser marcadores de
Force recomienda la evaluación para bacteriu- fallo terapéutico y, en estos casos,contar con la
ria con urocultivo para la mujer embarazada en sensibilidad a los antimicrobianos es importante.
las 12-16 semanas de gestación, lo que permite Se debe considerar la repetición del urocultivo
identificar al 80% de las mujeres que eventual- una o dos semanas luego de completar la tera-
mente desarrollarán bacteriuria asintomática. Esta péutica y mensualmente hasta el embarazo, para
recomendación está basada en un gran estudio confirmar la resolución de la bacteriuria.
104
CAPÍTULO 6: Infecciones urinarias durante el embarazo
105
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
La nitrofurantoína puede producir neumonitis o para el organismo específico una vez que se dis-
reacciones pulmonares, y anemia hemolítica en ponga de los cultivos y sensibilidad. A fin de lograr
pacientes con deficiencia de glucosa 6 fosfato la adherencia y tolerancia por parte de la pacien-
dehidrogenasa. La droga se considera un agente te, recientemente se han propuesto tratamientos
seguro para el tratamiento de la bacteriuria en cortos. Para ello se han comparado tratamientos
el embarazo. unidosis, de tres y de diez días. El curso más cor-
En la Tabla 6.2 se indican los antimicrobianos, to de tratamiento que parece ser satisfactorio en
dosis e intervalo de dosis recomendados para la mujer no embarazada es el de tres días para la
el tratamiento de las infecciones urinarias en la infección inicial. Sin embargo, durante el embarazo
mujer embarazada. es recomendable utilizar tratamientos convencio-
nales de 7 a 10 días de duración para asegurar
Tratamiento de la bacteriuria asintomática la erradicación y prevenir la recurrencia. Se debe
y de la cistitis realizar un cultivo 10 días después de completar
La bacteriuria asintomática no es considerada clí- el tratamiento para asegurar la curación clínica. La
nicamente significativa en la mayoría de los casos; reinfección o la recaída deben ser tratadas duran-
sin embargo, esta no es la situación en la mujer te tiempos más largos, utilizando además terapia
embarazada. Como se adelantó, si la bacteriuria continua de supresión (ver más adelante).
asintomática no es tratada, se asocia con pielo- El manejo de la cistitis es similar al de la bacte-
nefritis aguda, nacidos de bajo peso, nacimientos riuria asintomática. El tratamiento inicial es em-
prematuros, preeclampsia, hipertensión, anemia pírico, y el ajuste subsecuente se debe basar
y endometritis posparto. El tratamiento adecuado en el resultado del urocultivo y de la prueba de
de la bacteriuria asintomática es fundamental sensibilidad. La duración de la terapéutica debe
para disminuir el riesgo de complicaciones ma- ser de 7 a 10 días, puesto que el riesgo de recu-
ternas y fetales. El tratamiento antimicrobiano de rrencia puede ser elevado con tratamientos más
la bacteriuria asintomática durante el embarazo cortos. (Figura 6.1)
disminuye el riesgo de subsecuente pielonefritis Un tema en revisión en la actualidad es el re-
del 20-30% a un 1-4%, y la incidencia de bac- ferido a la actitud diagnóstica y profiláctica ante
teriuria persistente del 86 al 11%. En el metaa- el hallazgo de Streptococcus agalactiae en em-
nálisis de Smaill (Cochrane Review) se demostró barazadas. En este sentido, la estrategia preco-
que el tratamiento de la bacteriuria asintomática nizada indica:
disminuye de un 15 a un 10% la incidencia de 1) Realizar pesquisa de SGB a las 35-37 se-
infantes nacidos con bajo peso. manas mediante el cultivo de la zona va-
La droga de elección debe brindar cobertura para ginal y anal.
E. coli, debiendo conocerse la patente de sensi- 2) Realizar profilaxis intraparto en: niño previo
bilidad para el lugar. La terapia debe ser ajustada con SGB, bacteriuria durante el embarazo,
106
CAPÍTULO 6: Infecciones urinarias durante el embarazo
cultivo positivo (salvo cesárea planificada en de que el cultivo sea positivo, cultivo anal
ausencia de trabajo de parto o ruptura de y vaginal negativos en la última parte del
membrana), desconocimiento de la situación embarazo actual, con independencia de
(cultivo no realizado o no conocido), y cual- los factores de riesgo.
quiera de los siguientes eventos: nacimiento En caso de realizarse profilaxis antibiótica in-
< 37 semanas, rotura de membrana ≥ 18 traparto, los esquemas propuestos son:
horas o fiebre intraparto ≥ 38ºC. 1. Penicilina G: dosis inicial 5 millones UI, IV.
3) No está indicada profilaxis intraparto en Luego 2,5 millones IV cada 4 horas hasta
nacimiento previo con cultivo positivo en el el parto, o
tamizaje, salvo que el actual sea positivo; 2. Ampicilina: dosis inicial 2 g IV. Luego 1 g IV
cesárea planificada en ausencia de traba- cada 4 horas hasta el parto.
jo de parto o rotura de membrana a pesar En pacientes alérgicas a la penicilina:
107
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
1. Bajo riesgo de anafilaxia o anafilaxia leve: Si no se obtiene una respuesta clínica adecua-
cefazolina dosis inicial 2 g IV. Luego 1 g IV da, se debe realizar una evaluación para resisten-
cada 8 horas hasta el parto. cia bacteriana, presencia de urolitiasis, formación
2. Alto riesgo de anafilaxia o anafilaxia severa: de abscesos perinéfricos, o presencia de anor-
clindamicina, 900 mg IV cada 8 horas hasta malidades del tracto urinario. La ultrasonografía
el parto o eritromicina 500 mg IV cada 6 renal se debe utilizar para descartar una eventual
horas hasta el parto. anormalidad estructural.
3. Cepas resistentes a la clindamicina y eritro- Se ha demostrado que la presencia de in-
micina: vancomicina 1 g IV cada 12 horas fecciones cervicovaginales y el aumento de la
hasta el parto. inflamación a este nivel están relacionados con
el fracaso del tratamiento antibiótico en la erra-
Tratamiento de la pielonefritis dicación de las bacterias del tracto urinario en
La tendencia de la pielonefritis a progresar du- la pielonefritis aguda durante el embarazo. La E.
rante el embarazo a complicaciones maternas y coli uropatogénica se encuentra presente como
neonatales hace necesario instalar un pronto y parte componente de la infección cervicovagi-
agresivo tratamiento. Debido a que la mayoría nal en el 65% de las pacientes. La existencia
de las pacientes con pielonefritis se encuentran de grupos de E. coli de mayor virulencia y el re-
deshidratadas, el manejo inicial debe incluir una servorio vaginal de la misma explican el fracaso
adecuada hidratación intravenosa y un estrecho del tratamiento antibiótico en algunos casos de
control del volumen urinario. Se deben utilizar pielonefritis aguda tratados por 14 días. En estos
antipiréticos para aliviar la fiebre. El estándar co- casos se recomienda tratamiento más prolongado
rriente de cuidado incluye la hospitalización y el y la realización ulterior de tratamiento supresivo
inicio de terapéutica antimicrobiana parenteral. (ver más adelante).
La mayoría de los ensayos clínicos ha estudia- Las pacientes con evidencia de urolitiasis, pero
do antibióticos parenterales que incluyen cefazo- sin evidencia de infección urinaria deben ser tra-
lina, ceftriazona y la combinación de ampicilina o tadas en forma conservadora con hidratación y
cefazolina con gentamicina. Un estudio reciente narcóticos. Si existen signos de infección se debe
de Cochrane Review demuestra que los distintos realizar la admisión al hospital, iniciar tratamiento
tratamientos parenterales son igualmente efec- con antimicrobianos de amplio espectro, y rea-
tivos, considerando la incidencia de cura clínica lizar una descompresión de urgencia del tracto
o microbiológica, recurrencia, nacimientos de urinario, ya sea por cistoscopia y colocación de
pretérmino, ruptura prematura de membranas, un tubo doble J en el uréter o, en casos excep-
admisión a terapia intensiva neonatal, cambio de cionales, realizar una nefrostomía percutánea.
antibióticos y tiempo de hospitalización. Las pacientes deben ser controladas, iniciando
Se sugiere comenzar con terapéutica antimicro- tratamiento antimicrobiano oral cuando están afe-
biana intravenosa de forma empírica, y continuar briles y estables. La remoción de los cálculos
hasta que la paciente esté afebril por 48 horas con debe ser demorada hasta después del parto si
la resolución de otros síntomas. Se puede pasar es posible. No existen recomendaciones respec-
a antibioticoterapia oral para completar un curso to de la posibilidad de la realización de litotricia
de 10 a 14 días de tratamiento. La hospitalización extracorpórea durante el embarazo, aunque en
durante los primeros días puede prevenir compli- general no es recomendable su práctica.
caciones serias tales como SDRA, shock séptico,
parto de pretérmino y recurrencias, con la posi- Terapéutica de supresión
bilidad de daño renal permanente. Es importante El empleo de terapéutica de supresión es impor-
mantener una adecuada hidratación intravenosa tante para prevenir la reinfección o recaída. En
para asegurar un buen volumen urinario. En pa- efecto, en una revisión retrospectiva, una inci-
cientes con riesgo de SDRA, se recomienda utili- dencia de recurrencia del 60% sin supresión fue
zar una doble terapéutica, por ejemplo cefazolina reducida al 2,7% con el tratamiento supresivo
más gentamicina. En nuestra experiencia ha sido diario (Harris R. y col). Smaill y col. realizaron un
muy satisfactorio el empleo de ceftriazona o la metanálisis en el que se sintetizaron los resulta-
combinación piperacilina-tazobactam. dos de 11 estudios randomizados que comparan
108
CAPÍTULO 6: Infecciones urinarias durante el embarazo
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
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CAPÍTULO 7
para el riñón parece expresar fimbrias específi- En conclusión, con el empleo de modernas
cas asociadas con la pielonefritis, al menos en técnicas por imágenes se pueden demostrar le-
niños, entre quienes el 90% de los individuos siones parenquimatosas de fibrosis, resultantes
con pielonefritis aguda presentan este tipo par- de pielonefritis no obstructiva. Sin embargo, es-
ticular de microorganismos, en comparación con tos pacientes no desarrollan insuficiencia renal
una proporción mucho menor de aquellos que crónica y la escara es una lesión distinta de la
presentan exclusivamente cistitis o bacteriuria típica lesión de la nefropatía por reflujo. Esto
asintomática. se desprende de la experiencia clínica, pues si
La adhesión bacteriana puede ser de be- bien en la pielonefritis aguda se pueden obser-
neficio variable para el microorganismo, faci- var cambios dramáticos en la tomografía o en la
litando la fijación y la posibilidad de evitar los ecografía, en la mayoría de los casos estos se
mecanismos de defensa del huésped. Varias resuelven sin dejar secuela.
citoquinas son responsables de la inducción de En el futuro, la rara ocurrencia de daño renal
migración leucocitaria, facilitando la conversión producido aparentemente por una infección
de una colonización bacteriana asintomática en urinaria aguda o recurrente podrá ser prevista
una infección clínica. En forma paradójica, la estableciendo un tratamiento de largo tiempo
reducción de la adhesividad puede facilitar la en poblaciones seleccionadas. Estos pacientes
penetración silenciosa en el parénquima renal. deberán ser identificados como portadores de
En un estudio reciente, se comprobó que en un defecto genético intrínseco en la respuesta
pacientes que sufrieron una infección urinaria a la liberación de citoquinas por la infección.
aguda, la mayoría desarrolló una reducción del Estos defectos genéticos obviamente serán más
poder de concentración, aunque una proporción importantes en pacientes que a su vez presen-
significativa (40%) no alcanzó a desarrollar una tan anormalidades estructurales causantes de
infección sintomática. En la mayoría de estos infección urinaria complicada, tales como dia-
pacientes, la bacteria responsable presentó béticos, pacientes portadores de obstrucción
una reducida capacidad de adhesión, lo que de la vía urinaria o de enfermedad poliquística
facilitó su penetración en el parénquima renal renal del adulto. La situación particular de los
y un mayor daño funcional y estructural. niños con reflujo vésico-ureteral se analiza en
Es controvertido que la infección urinaria pue- el capítulo relacionado con infecciones en la
da desarrollar lesión estructural bajo la forma de infancia.
fibrosis, en ausencia de reflujo, obstrucción o
patología litiásica. Es de destacar que se puede Enfermedad renal crónica
demostrar una reducción dramática de la per- e infección urinaria
fusión renal y de la excreción en forma aguda,
dando origen a la denominada nefronía lobar, con Existen una serie de razones por las cuales los
los nuevos métodos de imágenes, tales como la pacientes con insuficiencia renal crónica tienen
tomografía computada y el centellograma con una susceptibilidad aumentada al desarrollo de
ácido dimercaptosuccínico, pero no con la uro- infecciones urinarias. Las propiedades antibac-
grafía convencional. Un estudio ha mostrado que terianas de la orina normal, dependientes de la
el 55% de los pacientes sin lesión renal preexis- presencia de urea, un pH bajo y una osmolali-
tente desarrolla lesiones parenquimatosas agudas dad elevada, se pierden. A ello se debe agregar
durante un episodio de pielonefritis aguda. Estas el reducido volumen urinario, que disminuye el
lesiones persisten por tres a seis meses cuando se efecto de arrastre producido por la micción. Los
realizan estudios de seguimiento en el 77% de los pacientes urémicos también presentan un cier-
pacientes. Meiland y col., en un estudio reciente to grado de inmunosupresión, y además se en-
que involucró más de 500 pacientes, comproba- cuentra inhibida la formación del mucus protector
ron que la bacteriuria por Escherichia coli no se uroepitelial. A pesar de estas consideraciones,
asocia con una declinación de la función renal es escasa la evidencia existente sobre la presen-
ni con el desarrollo de insuficiencia renal crónica cia de una relación causal entre la insuficiencia
en una población de mujeres jóvenes durante un renal crónica y la persistencia de la infección
periodo de seguimiento de 12 a 14 años. urinaria. Tampoco existen datos definitivos sobre
112
CAPÍTULO 7: Infecciones urinarias en pacientes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal
la influencia de las infecciones urinarias sobre la La infección urinaria es la más común en los
progresión de la enfermedad renal. Sin embargo, recipientes de trasplante renal, variando su inci-
existen algunas excepciones que deben ser con- dencia entre 6 y 86%, representando alrededor
sideradas, en particular los pacientes portadores del 50% de todas las complicaciones infecciosas.
de enfermedad poliquística dominante del adulto, Por otra parte, los recipientes de trasplante renal
diabetes y litiasis renal persistente. La situación desarrollan infecciones urinarias con mayor fre-
particular de las infecciones urinarias en el dia- cuencia que la población general. La frecuencia
bético se analiza en el Capítulo 9. de infecciones urinarias depende de múltiples fac-
Las infecciones urinarias son una complicación tores tales como la edad y el sexo del recipiente,
prominente de la enfermedad poliquística renal, la función renal y comorbilidades, protocolo de
constituyendo el hallazgo de presentación de la inmunosupresión y tiempo de evaluación. Takai
enfermedad en el 23 al 42% de los pacientes, y col. reportan que el 26% de 363 pacientes con
que habitualmente son mujeres. En el estado trasplante renal desarrolló una infección urinaria
avanzado de la enfermedad, es dificultoso obte- en un periodo medio de cuatro años, mientras
ner un cultivo positivo de orina, aunque la piuria que Martínez Marcos y col. hallaron que el 63%
es habitual. La pielonefritis aguda es común y de 50 trasplantados consecutivos seguidos por
puede originarse en una infección de los quistes. un periodo de un año desarrollaron una infección
La eficacia del tratamiento antibiótico en estos urinaria. La considerable variación en la incidencia
casos depende de la medida en la que los quis- reportada de infección urinaria postrasplante pue-
tes están relacionados con el sistema excretor de deberse a brotes locales, diferente incidencia
y de la liposolubilidad del agente utilizado. Las de resistencia, estrategia antibiótica específica,
cefalosporinas, aminoglucósidos y ampicilina, pero también a las variadas definiciones y crite-
que son tratamientos estándar de la pielonefritis y rios diagnósticos.
requieren un transporte activo, por lo general son La mayoría de las infecciones urinarias (74%)
inefectivos. Los agentes más efectivos son las se producen durante el primer año luego del
quinolonas. En los pacientes trasplantados con trasplante, en particular dentro de los primeros
riñones poliquísticos, la persistencia o reiteración meses luego de la cirugía. Durante el segundo
de las infecciones urinarias puede hacer necesaria año la proporción de infecciones urinarias dismi-
la ablación de los riñones propios. nuye al 35%, y al 21% en el cuarto año ulterior
La nefrolitiasis, en particular por cálculos de al trasplante.
estruvita, uropatía obstructiva o reflujo grosero, Los estudios realizados en los inicios de la era
claramente predispone a la infección. En el Ca- del trasplante informaban una elevada prevalencia
pítulo 13 se analiza la situación particular creada de bacteriuria asintomática en los recipientes de
por la infección en pacientes con nefrolitiasis. trasplante renal, en especial en los primeros seis
meses tras el mismo. La evolución en el manejo
La infección urinaria en el del trasplante ha introducido la profilaxis perio-
peratoria de rutina, la minimización en el uso de
trasplante renal catéteres uretrales, y la profilaxis antimicrobiana
prolongada para prevenir la neumonía y otras
Epidemiología infecciones. Estas intervenciones también pre-
La infección bacteriana más frecuente luego del vienen la bacteriuria asintomática y las infeccio-
trasplante renal es la que afecta al aparato uri- nes urinarias sintomáticas. Las guías recientes
nario. Se produce habitualmente en el periodo no recomiendan la realización de exámenes de
posoperatorio inmediato, y es fácil de reconocer rutina en busca de bacteriuria en los pacientes
cuando el paciente está internado. Las infecciones asintomáticos con trasplante renal.
tardías, en cambio, pueden ser de diagnóstico
más dificultoso, siendo más probable que se de- Ruta de infección
sarrolle una pielonefritis o una urosepsis asocia-
da. La infección urinaria luego del trasplante se Las bacterias se introducen principalmente a tra-
puede presentar como bacteriuria, piuria, cistitis vés del catéter urinario, en particular en el pe-
aguda, pielonefritis o urosepsis. riodo inmediato al trasplante. Aun en sujetos no
113
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
114
CAPÍTULO 7: Infecciones urinarias en pacientes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal
urinarias, dicho cambio se debe sobre todo a la una injuria del injerto definida por un aumento de
presencia de episodios de rechazo (70,4%), lo la creatinina ≥ 20%. En adición, el 62% de las ce-
que requiere un aumento del tratamiento. pas de E. coli que expresan fimbrias P se asocian
Van der Weide y col. sugieren que la disfun- con una injuria del implante con la posibilidad de
ción evacuatoria puede predisponer a los niños invadir el uroepitelio, facilitando el desarrollo de
recipientes de trasplante a infecciones urinarias. islas de patogenicidad dentro del tracto urinario.
Específicamente, la remoción posoperatoria del En los últimos años se ha comprobado un
catéter puede producir una disfunción vesicoure- aumento de las infecciones urinarias de origen
tral con disminución de la sensación miccional y micótico luego del trasplante de órganos. Mientras
la consecuente sobredistensión y estasis. que la invasión por Candida del tracto urinario
es bien conocida en el trasplante renal, en espe-
Etiología cial en pacientes diabéticos, la infección aislada
por Aspergillus no es común. Safdar y col., en
Un amplio espectro de patógenos puede producir un estudio destinado a evaluar la incidencia de
infección urinaria en los recipientes de trasplan- candiduria en pacientes con trasplante renal, ob-
te renal. Si bien la E. coli es el microorganismo servaron que el 11% de todos los recipientes de
más común, su incidencia con respecto a la po- este tipo de trasplante desarrollaron al menos un
blación normal (29 al 60% vs. 80%) así como episodio de candiduria. Esta incidencia es similar
su patente de resistencia son muy distintos. El a la reportada en pacientes hospitalizados que
Proteus mirabilis y la Klebsiella pneumoniae son no han recibido un trasplante. Llamativamente, la
responsables de hasta un 30% de infecciones, C. glabrata fue responsable de más de la mitad
y los cocos Gram positivos se presentan en un (53%) de los episodios, seguida por C. albicans
20%. En pacientes que han recibido diversos (35%) y C. parapsilosis (4%). Matignon y col. han
regímenes antibióticos, es habitual aislar Pseu- descrito una serie de pacientes con infección por
domonas aeruginosa, Serratia, Acinetobacter y Candida sp secundaria a la contaminación del
Citrobacter. En el estudio de Dantas y col., el fluido de preservación.
Enterobacter cloacae fue responsable del 30% Las infecciones urinarias causadas por As-
de las infecciones urinarias postrasplante, con pergillus habitualmente son parte de una disemi-
resistencia a múltiples antibióticos. Estos mi- nación hematógena, en particular en pacientes
croorganismos son con frecuencia resistentes inmunosuprimidos. Las infecciones micóticas son
al trimetoprima-sulfametoxazol, explicando por graves, debido a que afectan el riñón implan-
qué la profilaxis con este quimioterápico para el tado y pueden dar origen a sepsis sistémica.
Pneumocystis jirovecii no previene las infecciones En ocasiones pueden producir una bola fúngica
urinarias en los primeros seis meses que siguen obstruyendo la unión ureterovesical.
al trasplante renal. Las infecciones aisladas de origen viral del
En la experiencia de Chuang y col., el entero- tracto urinario por citomegalovirus o por virus
coco fue el segundo agente en orden de frecuen- BK se producen habitualmente en pacientes so-
cia, asociándose en muchos casos con sepsis metidos a dosis elevadas de inmunosupresión,
sistémica. Se debe tener en cuenta que algunas y pueden dar origen a una obstrucción ureteral
especies bacterianas, tales como el Staphylo- o a una nefritis intersticial. El diagnóstico puede
coccus saprophyticus, tienen un largo periodo ser establecido por biopsia renal o por detección
de generación. Es por lo tanto habitual encontrar por PCR en la orina.
recuentos de colonias entre 10 2 y 10 3 ufc/mL,
siendo estos valores patogénicos. Manifestaciones clínicas
Rice y col. confirmaron la asociación entre las
infecciones urinarias altas por cepas virulentas de Las infecciones urinarias son muy comunes en
E. coli y la injuria del injerto. Los aislamientos de el periodo inmediato al trasplante. Esto es cau-
E. coli de la orina de estos pacientes a menudo sado por la elevada inmunosupresión en las pri-
expresan fimbrias P. La pielonefritis aguda ocurre meras semanas luego del implante, la presencia
en el 40% de los recipientes de trasplante renal del catéter urinario y la cirugía en sí. El tiempo
con infección urinaria, 82% de ellos presentan medio de adquisición y manifestación de estas
115
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
infecciones es entre cuatro y siete días luego del causadas por una excesiva inmunosupresión, o
trasplante, prolongando de modo significativo ser resistentes a la profilaxis estándar.
el tiempo de internación. El 80% de las infec- Existen datos conflictivos respecto de las
ciones se localizan en el tracto urinario inferior. infecciones urinarias que ocurren tardíamente
Es frecuente que los recipientes de trasplante luego del trasplante renal. En general se consi-
renal con infección urinaria se encuentren asin- deran benignas, aunque otros estudios sugieren
tomáticos en comparación con los pacientes no que muchos pacientes con infecciones tardías
inmunocomprometidos, ya que no desarrollan la se presentan con infecciones avanzadas. Datos
típica respuesta inflamatoria a la infección como retrospectivos obtenidos del United States Renal
consecuencia de la inmunosupresión. Por otra Data System, de 28 942 pacientes en EEUU, de-
parte, es frecuente que las infecciones urinarias muestran que las infecciones tardías se asocian
se asocien con pielonefritis y bacteriemia, progre- en forma independiente con un riesgo aumentado
sando en ocasiones a una urosepsis, en particular de muerte del recipiente o pérdida del implante.
durante el periodo inmediato postrasplante. Las Es frecuente la presencia de bacteriuria asinto-
infecciones urinarias son la causa más frecuente mática en pacientes con trasplante renal. Existe
de bacteriemia en estos pacientes. una correlación directa entre la concentración
Las infecciones durante el primer mes luego bacteriana, la diuresis y la función renal. Si se
del trasplante renal con frecuencia se asocian con logra aumentar el volumen urinario, el recuen-
pielonefritis, bacteriemia, y una elevada incidencia to bacteriano disminuye. Aunque la bacteriuria
de recaídas, cuando son tratadas con un curso asintomática tiene un buen pronóstico cuando
convencional de antibióticos. La pielonefritis del no se trata en la población normal, la terapéutica
implante es una complicación seria y puede ser antimicrobiana es recomendable en pacientes
completamente indolora, debido a que el órgano con trasplante renal.
pierde sus conexiones nerviosas. Algunos estu-
dios han mostrado que el tracto urinario es la Pronóstico
fuente de urosepsis en un número elevado de
recipientes de trasplante, y hasta el 7% de las Las infecciones urinarias en los pacientes con
infecciones urinarias se complican con una sepsis. trasplante renal tienen dos impactos posibles.
Se ha comprobado que las mujeres trasplanta- Primero, la morbilidad y la mortalidad causadas
das presentan un riesgo aumentado de sepsis, por la infección por sí, y segundo, el posible
lo que se ha atribuido a la mayor vulnerabilidad efecto de la infección en la activación del pro-
al desarrollo de infecciones del tracto urinario. ceso de rechazo y en la eventual destrucción
El rechazo del injerto y la infección pueden progresiva del órgano implantado. Los antígenos
presentarse en forma similar y sincrónica. Si microbianos pueden estimular la secreción de
los síntomas clínicos indican la coexistencia TNF-D, interferon-J e interleuquina-8, citoquinas
de rechazo e infección, el paciente debe ser que pueden estar involucradas en el proceso de
investigado para ambos. El mejor examen para rechazo crónico.
el reconocimiento y diferenciación de estas pa- Existe un considerable debate sobre el impacto
tologías es la biopsia renal. El procedimiento de las infecciones urinarias sobre la sobrevida a
involucra un pequeño riesgo, que incluye san- largo tiempo del implante. Mientras varios estudios
grado e infección. no validan una asociación entre las infecciones
El 60% de las infecciones urinarias en pacien- del tracto urinario bajo y la sobrevida del injerto y
tes trasplantados son reinfecciones causadas por del paciente, un análisis retrospectivo importante
diferentes organismos. Se recomienda realizar indica que las infecciones urinarias, que ocurren
investigaciones adicionales en pacientes que pre- al menos seis meses después del trasplante re-
sentan infecciones recurrentes, pero es importante nal, se asocian con una menor sobrevida a largo
tener en cuenta la posibilidad de producir más in- tiempo de los pacientes (Abbott, K; 2004). En el
fecciones a través de la instrumentación. También estudio de Pellé y col., el 18,7% de los recipien-
es importante revisar la medicación del paciente, tes de trasplante renal con infecciones urinarias
ya que las infecciones recurrentes pueden ser desarrollaron una pielonefritis aguda, lo que se
considera un factor independiente de riesgo para
116
CAPÍTULO 7: Infecciones urinarias en pacientes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal
117
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
TABLA 7.2: Dosaje de agentes antimicrobianos en pacientes adultos con insuficiencia renal
Antimicrobiano Vida Dosis con Ajuste para insuficiencia renal
media función
normal renal
(horas) normal
> 50-90 10-50 < 10
Amikacina 1,4-2,3 15 mg/kg/24 12 mg/kg/24 hs. 7,5 mg/kg/24 hs. 4 mg/kg/48 hs.
hs.
Gentamicina 2-3 5 mg/kg/24 3 mg/kg/24 hs. 3,5 mg/kg/24 hs. 2,5 mg/kg/24 hs.
hs.
Doripenem 1 500 mg /8 500 mg/8 hs. 250 mg/8-12 hs. Sin datos
hs.
Ertapenem 4 1 g/24 hs. 1 g/24 hs. 500 mg/24 hs. 500 mg/24 hs.
Imipenem 1 500 mg/6 250-500 mg/6 250 mg/6-12 hs. 125-250 mg/12 hs.
hs. hs.
Meropenem 1 1 g/8 hs. 1 g/8 hs. 1 g/12 hs. 500 mg/24 hs.
Cefazolina 1,9 1-3 g/8 hs. 1-2 g/8 hs. 1 g/12 hs. 1 g/24 hs.
Cefepime 2,2 2 g/8 hs. 2 g/8 hs. 2 g/12-24 hs. 1 g/24 hs.
Cefotaxima 1,7 2 g/8 hs. 2 g/8-12 hs. 2 g/12-24 hs. 2 g/24 hs.
Ceftazidima 1,2 2 g/8 hs. 2 g/8-12 hs. 2 g/12-24 hs. 2 g/24-48 hs.
Ciprofloxacina 3,6 400 mg 100% 400 mg/24 hs. 400 mg/24 hs.
IV/12 hs.
500 mg
VO/12 hs.
Levofloxacina 6-8 750 mg/24 750 mg/24 hs. 750 mg/48 hs. 750 mg, luego 500
hs. mg/48 hs.
Claritromicina 5 0,5-1 g/12 100% 75% 50-75%
hs.
Colistin 6 80-160 160 mg/12 hs. 160 mg/24 hs. 160 mg/36 hs.
mg/8 hs.
Daptomicina 9,4 4,6 mg/ 4,6 mg/kg/24 hs. 4,6 mg/kg/48 hs. 4,6 mg/kg/48 hs.
kg/24 hs.
Linezolida 5-6 600 mg/12 600 mg/12 hs. 600 mg/12 hs. 600 mg/12 hs.
hs.
Metronidazol 6-14 7,5 mg/kg/6 100% 100% 100%
hs.
Nitrofurantoina 0,5 50-100 100% Evitar Evitar
mg/12 hs.
Sulfametoxazole 10 1 g/8 hs. 1 g/12 hs. 1 g/18 hs. 1 g/24 hs.
Teicoplanina 45 6 mg/kg/24 6 mg/kg/24 hs. 6 mg/kg/48 hs. 6 mg/kg/48 hs.
hs.
Trimetoprim 11 100-200 100% 100% 100-200 mg/24 hs
mg/12 hs.
Vancomicina 6 1 g/12 hs. 1 g/12 hs. 1 g/24-96 hs. 1 g/4-7 días
Amoxicilina 1 250-500 250-500 mg/8 250-500 mg/8- 250-500 mg/24 hs.
mg/8 hs. hs. 12 hs.
Antimicrobiano Vida Dosis con Ajuste para insuficiencia renal
media función
normal renal
(horas) normal
118
CAPÍTULO 7: Infecciones urinarias en pacientes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal
Ampicilina 1 250 mg-2 100% 250 mg-2 g/6-12 250 mg-2 g/12-
g/6 hs. hs. 24 hs.
Ampicilina- 1/9 2 g AM + 1 g 2 g AM + 1 g 2 g AM + 1 g 2 g AM + 1 g
sulbactam SB/6 hs. SB/6 hs. SB/8-12 hs. SB/24 hs.
Piperacilina- 0,71 3,375-4,5 100% 2,25 g/6 hs. 2,25 g/8 hs.
tazobactam g/6-8 hs.
Anfotericina 24 hs. 0,4-1 mg/ 100% 100% 100%
kg/día
Fluconazol 37 100-400 100% 50% 50%
mg/24 hs.
Itraconazol 21 200 mg/12 200 mg/12 hs. Evitar Evitar
hs.
Fuente: Gilbert D, Moellering R, Eliopoulos G. The Sanford Guide to Antimicrobial Therapy 2009. Sperryville (VA): Antimicrobial Therapy, Inc,
2009.
En contraste con la población general, no exis- de mucosa; las fluoroquinolonas parecen ser par-
ten guías relativas al tratamiento de la bacteriuria ticularmente efectivas. Se debe tener presente
asintomática, en especial como consecuencia de que en muchos casos estos pacientes presentan
que se desconocen sus efectos sobre el riesgo infecciones por gérmenes multirresistentes, de-
potencial de subsecuentes infecciones o sobre la biendo recurrirse a tratamientos con antibióticos
función del injerto. Sin embargo, la evidencia ob- de amplio espectro, en particular carbapenemes.
servacional indica que la bacteriuria asintomática En recipientes de trasplante renal con infec-
podría asociarse con un aumento de la creatinina ciones urinarias recurrentes, se debe descartar
y un deterioro de la función renal, por lo que algu- una anormalidad funcional o anatómica (litiasis,
nos autores recomiendan su tratamiento (Ciszek, uropatía obstructiva, disfunción vesical, o des-
M y col.; Muñoz, P). La profilaxis está aceptada órdenes urodinámicos subsecuentes a compli-
en presencia de organismos que desdoblan la caciones de la anastomosis ureterovesical). Los
urea (P. mirabilis), asociada a la investigación hallazgos más comunes incluyen reflujo ureteral,
de la presencia de cálculos del tracto urinario. estrecheces en la unión ureterovesical, y vejiga
También se debe realizar profilaxis en pacientes neurogénica. Exámenes complementarios útiles
con candiduria asintomática, ya que los mismos son la ultrasonografia del riñón implantado y de
pueden desarrollar complicaciones graves. los riñones nativos, tomografía axial computada
o medicina nuclear utilizando marcadores de in-
Tratamiento fección. Si no se detectan causas funcionales o
anatómicas, se recomienda en estos casos cursos
Excepto que otra fuente de fiebre sea evidente, largos de tratamiento, de hasta seis semanas,
todo paciente con trasplante renal que desarro- seguidos por terapia supresiva crónica.
lle fiebre, con un deterioro abrupto de la función No existen recomendaciones generales con
renal, debe ser tratado con terapia antibacteriana respecto al tiempo de tratamiento de las infeccio-
empírica luego de obtener los cultivos respectivos, nes urinarias postrasplante. Se ha propuesto que
con una droga efectiva contra gérmenes Gram las infecciones precoces deben ser tratadas por
negativos, incluyendo Pseudomonas aeruginosa. 10-14 días y, si existe un stent ureteral, debe ser
La elección del antibiótico debe ser establecida retirado y examinado por cultivo. Se ha recomen-
por la necesidad especial de penetración en el dado que las infecciones tardías sean tratadas por
parénquima renal más que un antibiótico exclusivo 5-7 días. Las infecciones que presentan signos
119
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
120
CAPÍTULO 8
se analicen otros factores comórbidos, recien- Los datos son insuficientes para recomendar
temente Clec´h y col., en una población de pa- un recuento cuantitativo específico para definir la
cientes críticos, no pudieron hallar una asociación IUSV en hombres sintomáticos cuando los espe-
entre el exceso de mortalidad y el desarrollo de címenes son colectados de un condón.
infección asociada a catéter vesical. Además de 2. La BA no debe ser investigada, excepto con
la morbilidad médica asociada con los catéteres el objeto de diseñar intervenciones para reducir la
intravesicales, las IUSV se asocian con un sus- incidencia de BA o IUS, o en situaciones clínicas
tancial incremento en los costos de salud. seleccionadas tales como la mujer embarazada.
Los stents ureterales o catéteres doble J se a. La BA en pacientes con catéter uretral,
utilizan luego de diversos procedimientos uroló- catéter suprapúbico o cateterización in-
gicos, que incluyen la obstrucción ureteral por termitente es definida por la presencia de
cálculos, cólicos renales persistentes, trasplantes ≥ 105 ufc/mL o ≥ 1 especie bacteriana en
renales y cualquier causa que obstruya el flujo un espécimen único de orina obtenida
urinario. La complicación más frecuente de los del catéter en un paciente sin síntomas
stents ureterales es la infección del tracto urinario. compatibles con infección urinaria.
b. La BA en un hombre con un condón se
Definiciones define por la presencia de ≥ 10 5 ufc/mL
o ≥ 1 especie bacteriana en una muestra
Aunque la definición precisa de IUSV varía en dis- única de orina obtenida de un condón
tintas publicaciones, los términos bacteriuria e recientemente colocado en un paciente
infección urinaria por lo general se han utilizado sin síntomas compatibles con infección
como similares. Sin embargo, para el caso particular urinaria.
de las IUSV conviene distinguir con claridad entre 3. Los signos y síntomas compatibles con IUSV
ambos términos. La presencia de bacterias en la incluyen comienzo o agravación de fiebre, esca-
vejiga, un sitio normalmente estéril, desencadena lofríos, alteración del estado mental, mal estado
una respuesta inflamatoria. Sin embargo, más del general o letargia sin otras causas identificables;
90% de los casos de bacteriuria asociada con ca- dolor en el flanco; pesadez en el ángulo costo-
téteres son asintomáticos, o presentan infecciones vertebral; hematuria aguda; disconfort pelviano;
subclínicas. La presencia de bacterias en la orina de y en aquellos cuyo catéter ha sido retirado, di-
una persona asintomática se denomina bacteriuria suria, urgencia miccional o polaquiuria, o dolor
asintomática (BA) y debe distinguirse de la infección suprapúbico.
urinaria sintomática (IUS) por la ausencia de sínto- En pacientes con lesión vertebral, el aumento
mas atribuibles a la infección en el tracto urinario. de la espasticidad, la disreflexia autonómica, o
Puesto que la mayoría de los casos de bacteriuria la sensación de malestar también son compati-
asintomática no progresan a una infección urinaria, bles con IUSV.
la distinción es significativa. 4. En pacientes cateterizados, la piuria no es
En las guías recientes de la Infectious Diseases diagnóstica de bacteriuria ni de infección aso-
Society of America (Hooton, T y col.) se establece ciada con el catéter.
la siguiente metodología para el diagnóstico de 5. En los pacientes cateterizados, la presencia
la BA y de la IUS: o ausencia de olor o turbidez en la orina no debe
1. La IUSV en pacientes con catéter ureteral, ser utilizada para diferenciar la BA de la IUS o
catéter suprapúbico, o cateterización intermitente como indicador de la necesidad de un cultivo de
es definida por la presencia de síntomas o signos orina o de tratamiento antibacteriano.
compatibles con infección urinaria sin otra fuente
identificada de infección, conjuntamente con un
recuento de colonias de ≥ 103 ufc/mL o ≥ 1 espe- Epidemiología
cie bacteriana en un espécimen de orina obtenida
del catéter, o en un espécimen de chorro medio Aunque como ya se adelantó no existe una de-
en un paciente cuyo catéter uretral, suprapúbico finición universalmente aceptada de infección
o condón, haya sido removido dentro de las 48 sintomática asociada con el sondaje vesical, sí
horas previas. existe la posibilidad de establecer una incidencia
122
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales
de tales infecciones en un determinado centro, Escherichia coli. Otros organismos incluyen ente-
aceptando una definición preestablecida. Para rococo, Pseudomonas, Klebsiella, Enterobacter,
ello es conveniente utilizar definiciones precisas Staphylococcus epidermidis, Staphylococcus au-
a fin de establecer la tasa a definir. reus y Serratia. La mayoría de los organismos in-
1. Tasa de IUSV sintomática estratificada por fectantes son parte de la flora endógena intestinal,
factores de riesgo (edad, sexo, lugar en pero la contaminación también se puede originar
el hospital y número de días con catéter) en fuentes exógenas, tales como otros pacientes,
a. Numerador: número de IUSV sintomáti- personal del hospital, soluciones contaminadas
cas en el lugar monitorizado e instrumentos no estériles. Los gérmenes que
b. Denominador: número total de días con pueden sugerir una fuente exógena incluyen es-
catéter urinario, para todos los pacientes tafilococos, Serratia marcescens, Burkholderia
en el lugar monitorizado, que presentan cepacia y Stenotrophomonas maltophilia.
un catéter urinario Iannini y col., evaluando infecciones urinarias
c. Multiplicar por 1 000 para expresar la me- adquiridas en el hospital, y habitualmente en re-
dida en casos por 1 000 catéteres/días lación con pacientes sondados, hallaron que la
2. Tasa de bacteriemia atribuible a IUSV E. coli era responsable de sólo el 17,5% de las
a. Utilizar una definición aceptada de infec- infecciones, mientras que Candida albicans se
ción del torrente circulatorio confirmada aislaba en el 16%, Enterococcus sp 14%, Pseu-
por laboratorio domonas aeruginosa 11%, Enterobacter sp 5%,
b. Numerador: número de episodios de in- y Staphylococcus sp hasta en el 30% de las
fecciones del torrente circulatorio atri- infecciones.
buibles a IUSV La cateterización de larga duración es co-
c. Denominador: número total de días con mún en los pacientes internados en guarderías
catéter urinario para todos los pacientes o áreas de cuidados crónicos. La incidencia de
en el lugar monitorizado que presentan bacteriuria en estos pacientes es de 8 a 10% por
un catéter urinario día, y la prevalencia de bacteriuria es próxima al
d. Multiplicar por 1 000 para expresar la me- 100% al cabo de un mes. La bacteriuria en estos
dida en casos por 1 000 catéteres/días pacientes tiende a ser polimicrobiana. Los uropa-
tógenos comunes incluyen E. coli, Pseudomonas
Microbiología aeruginosa, Proteus mirabilis y menos a menu-
do, Providencia stuartii, Morganella morganii y
Se deben distinguir dos situaciones al considerar Acinetobacter baumanni. Una vez establecidas,
los gérmenes implicados en las infecciones urina- muchas de estas cepas son persistentes, lo cual
rias asociadas a sondas vesicales: pacientes con es una consecuencia posible de su adherencia a
sondajes vesicales de corta duración y pacientes la superficie de los catéteres (ver patogénesis).
con sondajes de larga duración, estableciendo El P. mirabilis no es un colonizante habitual del
la diferencia un límite de tiempo de 30 días. Los tracto urinario de los pacientes cateterizados,
sondajes vesicales de corta duración se efectúan por lo que no suele encontrárselo en pacientes
en pacientes internados en centros de agudos, con cateterización de corta duración. A medida
en los que la colocación de la sonda se relaciona que el catéter permanece colocado, sin embar-
con la realización de procedimientos quirúrgi- go, es más probable que este germen se aísle
cos, control de diuresis o presencia de retención en la orina. En pacientes con cateterización de
aguda de orina. Los sondajes vesicales de larga larga duración, el P. mirabilis se ha aislado en
duración se llevan a cabo en pacientes con en- hasta el 40% de las muestras de orina. Estos
fermedades crónicas o neurológicas, siendo las hallazgos indican que cuanto más prolongada
indicaciones más frecuentes la incontinencia o es la cateterización y en la medida en que el ca-
la retención urinaria. téter presenta incrustaciones en su pared, más
La bacteriuria que se produce durante la ca- probable es la adquisición de P. mirabilis de la
teterización de corta duración habitualmente es propia flora fecal. Estas cepas en ocasiones pro-
monomicrobiana, aunque puede ser polimicrobia- ducen colonización crónica de la orina, catéteres
na. El patógeno aislado con mayor frecuencia es y cálculos vesicales. El Corynebacterium grupo
123
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
124
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales
metaplasia escamosa, engrosamiento y fibrosis se encuentra en alrededor del 34% de los casos
de la pared, formación de divertículos y cálculos, de infecciones relacionadas con catéteres.
presencia de múltiples microorganismos produc- El conocimiento de la patogénesis de la bac-
tores de ureasa, fístulas peneanas y escrotales, teriuria asociada con el empleo de catéteres ve-
abscesos y epididimitis, todo lo cual contribuye sicales o de otros dispositivos protésicos, tales
al desarrollo y persistencia de la colonización y como los stents ureterales o catéteres doble J,
eventual infección. es esencial para diseñar y evaluar estrategias
Aunque los factores de riesgo para bacteriu- preventivas. Un cuerpo extraño en un ambiente
ria han sido razonablemente bien elucidados, húmedo, como es el catéter urinario en la vejiga,
los factores de riesgo para la bacteriemia rela- o el stent en el uréter, inevitablemente se coloniza
cionada con catéter están definidos con mucha con microorganismos sésiles que viven en una
menor claridad. comunidad productora de un biofilm.
Las adhesinas bacterianas inician la fijación
Patogénesis mediante el reconocimiento de receptores locali-
zados en las células del huésped o en la superficie
Los organismos capaces de infectar el tracto de los catéteres. Las adhesinas inician la adheren-
urinario durante la cateterización utilizan, para cia superando la repulsión electrostática existente
establecer la infección, mecanismos similares a entre las membranas de las células bacterianas y
los utilizados por los microorganismos que pro- las superficies precedentes, permitiendo que se
ducen infecciones urinarias no complicadas. Sin produzca una íntima interacción. Estos factores
embargo, debido a la introducción de un cuerpo se expresan en forma diferencial durante el curso
extraño, los organismos que producen IUSV re- de la infección, y no solo permiten la adhesión
quieren menos factores de virulencia para colo- bacteriana sino que facilitan que las bacterias
nizar y establecer la infección que los requeridos evadan los mecanismos de respuesta inmune
por patógenos que infectan un tracto urinario del huésped. Los uropatógenos Gram negati-
funcionalmente indemne. vos producen una serie de adhesinas, incluyendo
Las infecciones del tracto urinario en los pa- las fimbrias o pilis, así como adhesinas fijadas
cientes cateterizados se pueden producir por directamente a las membranas bacterianas, co-
distintas vías. Primero, los organismos pueden nocidas como adhesinas no fibrilares. Una vez
ascender por el lado extraluminal por inocula- fijadas con firmeza a la superficie del catéter o
ción directa en el momento de la inserción o al uroepitelio, las bacterias comienzan a cambiar
por migración en el espacio mucoso que rodea fenotípicamente, produciendo exopolisacáridos
a la superficie externa del catéter. Los organis- que las aglutinan y protegen. Estas bacterias se
mos extraluminales son en principio endógenos, replican y forman microcolonias que en ocasiones
originarios del tracto gastrointestinal. Estos or- maduran en biofilms.
ganismos colonizan el perineo y ascienden a Una definición formal de un biofilm incluye tres
través de la uretra luego de la cateterización. componentes: 1) adherencia de los microorga-
Alrededor del 70% de los episodios de bacte- nismos, ya sea a una superficie o entre sí; 2) un
riuria en las mujeres cateterizadas se admite cambio en la expresión génica resultando en un
que ocurren a través de la entrada extraluminal fenotipo diferente del estado planctónico; y 3)
del organismo. una matriz extracelular compuesta de compo-
Los microorganismos también pueden entrar nentes del huésped y productos secretados por
al catéter por la vía intraluminal, lo que ocurre las bacterias. Una definición funcional de biofilm
cuando el organismo gana acceso a la luz interna también incluye el hecho de que resulta en infec-
del catéter a través de una maniobra que viola ciones crónicas y persistentes que son difíciles
el sistema de drenaje cerrado, o se contamina de erradicar con la terapéutica antimicrobiana.
la bolsa colectora. Estos organismos suelen ser El crecimiento dentro del biofilm es una estra-
introducidos desde fuentes exógenas, y son el re- tegia básica de supervivencia desarrollada por
sultado de la transmisión cruzada de organismos las bacterias en un amplio rango de ambientes
presentes en las manos del personal de cuidado. industriales y clínicos de naturaleza acuática. Las
La contaminación intraluminal del sistema colector células bacterianas tienen una alta preferencia
125
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
por vivir en superficies más que en suspensión existencia de expresiones genéticas que modifican
planctónica. Estas células tienen una serie de la sensibilidad a los antimicrobianos. En este sen-
adhesinas en sus paredes celulares que permiten tido, se ha comprobado que las proteínas de la
que colonicen distintos tipos de sustratos y, en membrana celular de P. aeruginosa difieren en un
contacto con una superficie, secretan exopoli- 30-40%, comparando los fenotipos planctónicos
sacáridos que aseguran su fijación. La bacteria y de los biofilms. Esta sería una de las razones
luego se multiplica para formar microcolonias por las que las bacterias pueden sobrevivir en
que de modo subsecuente se expanden sobre el biofilm al uso de agentes esterilizantes o anti-
la superficie, formando poblaciones inmersas en bióticos en concentraciones 1 000-1 500 veces
una matriz gelatinosa similar a un polisacárido. más altas que las concentraciones que destruyen
En estos biofilms las células están protegidas a las células planctónicas de la misma especie.
del estrés ambiental, y esta protección presenta Recientemente se ha descrito una nueva propie-
ventajas particulares para las bacterias presentes dad de las bacterias que se desarrollan en los
en biofilms que se desarrollan in vivo. biofilms, conocida como quorum sensing (QS).
El primer paso en la formación del biofilm en El QS se define como la capacidad de pequeñas
un catéter urinario es la deposición de un film moléculas extracelulares para detectar señales
constituido por compuestos de la orina, inclu- y alterar la expresión genética en respuesta a la
yendo proteínas, electrolitos y otras moléculas densidad de población bacteriana. Los elemen-
orgánicas. Este film puede transformar la super- tos del aparato de QS de las bacterias sirven a
ficie del catéter y neutralizar sus propiedades una amplia variedad de funciones además de
antiadhesivas. La adhesión de microorganismos estimar la densidad bacteriana. Las bacterias
a materiales del catéter es dependiente de la usan las señales QS para coordinar la expresión
hidrofobicidad del organismo y de la superficie génica dentro de su propio reino. Además, es-
del catéter; los catéteres con regiones hidrofó- tas mismas señales son utilizadas para inhibir
bicas e hidrofílicas permiten la colonización con o activar programas transcripcionales entre ce-
una amplia variedad de organismos. En adición, pas de bacterias competitivas y otras especies
también son importantes factores del agente mi- existentes dentro del mismo microambiente. La
crobiano para la fijación. Tanto la E. coli como la comunicación puede incluso cruzar los límites
Pseudomonas aeruginosa presentan flagelos y de reino, y moléculas bacterianas del QS pueden
una motilidad que son importantes para la fijación alterar los programas transcripcionales de las
a las superficies para la iniciación de la formación células epiteliales eucarióticas y de las células
del biofilm. Una vez que los microorganismos efectoras del sistema inmune.
se fijan y se multiplican, su resultante actividad La formación de un biofilm es un proceso en
secreta una matriz extracelular de glicocálices. múltiples etapas, que comienza con la fijación
Los microorganismos se comportan en el bio- microbiana a una superficie, la agregación y la
film muy diferente de las bacterias que crecen proliferación célula a célula, la producción de una
libremente dentro de la orina (bacterias planctó- matriz de exopolisacáridos, el crecimiento, madu-
nicas). (Tabla 8.1) Las bacterias dentro del biofilm ración y por fin, el desprendimiento del biofilm o
crecen mucho más lentamente que las planctóni- su degradación. Los sistemas QS parecen estar
cas, tal vez debido a la falta de nutrientes y a la involucrados en todas las fases de la formación
TABLA 8.1: Diferencias entre las bacterias planctónicas y las asociadas al biofilm
Fase de crecimiento Bacterias planctónicas Bacterias en biofilm
Localización Ubicua Ubicua
Fenotipo Plactónico Sesil
Prevalencia 0,1% de microbios acuáticos Predominante
Crecimiento Rápido Lento
Sensibilidad a los antimicrobianos Elevada Baja
Función de sobrevida Diseminada Cooperativa
126
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales
del biofilm. Regulan la densidad de población y urinario. En la medida en que la orina se hace
la actividad metabólica dentro del biofilm maduro alcalina, los cristales de magnesio y de fosfato
para controlar las demandas nutricionales y los cálcico precipitan. La acumulación continua de un
recursos disponibles. El sistema QS regula la biofilm bacteriano cristalino termina bloqueando
motilidad y promueve la expresión de adhesión el flujo de orina a través del catéter. Las espe-
en la formación de biofilms en las fases precoces cies tales como M. morganni, K. pneumoniae y
de las infecciones por E. coli uropatogénicas. P. aeruginosa no producen orina alcalina y por
La migración del biofilm sobre la superficie tanto no producen incrustaciones apreciables
interna de los catéteres se produce en uno a tres en los catéteres, habiéndose comprobado que
días, siendo más rápida en presencia de algunos las únicas especies capaces de producir orinas
organismos tales como el Proteus mirabilis. Aun alcalinas y causar incrustaciones extensas son
en presencia de tratamiento antibiótico, el bio- el P. mirabilis, P. vulgaris y Providencia rettgeri.
film se desarrolla y asciende en la superficie del Como estas últimas especies sólo se hallan en el
catéter a una velocidad aproximada de 0,2-0,3 5 a 10% de los biofilms, la evidencia epidemio-
cm/hora. Los biofilms presentan una profundi- lógica y experimental indica que el P.mirabilis es
dad de 3 a 490 Pm y bacterias visibles hasta una el responsable principal de la formación de los
profundidad de 400 células, pudiendo contener biofilms cristalinos en los catéteres.
hasta 5 x 10 9 células viables por centímetro. Si Muchas especies, en adición al P. mirabilis,
bien en algunos casos existe una especie única forman biofilms extensos en los catéteres urina-
en el biofilm, la mayoría de ellos contienen co- rios. Si bien estos biofilms no generan forma-
munidades bacterianas mixtas de hasta cinco ciones cristalinas, no por ello carecen de interés
especies. Las especies más comunes presentes clínico. La P. aeruginosa y la K. pneumoniae, por
en estas poblaciones mixtas son E. faecalis, P. ejemplo, producen cantidades copiosas de un
aeruginosa, E. coli y P. mirabilis. En pacientes que exopolisacárido y forman biofilms mucoides que
presentan bacteriuria durante una cateterización pueden ocluir la luz del catéter. (Figura 8.1) En
de corta duración, los biofilms formados son por algunos pacientes, los catéteres se bloquean por
lo general muy finos, y como el catéter es remo- completo por un material mucoide más que por
vido en pocos días, causa pocos problemas. En incrustaciones.
contraste, los catéteres de larga duración están El biofilm provee un medio protector para los
colonizados por biofilms extensos, que pueden microorganismos, que facilita la evasión de la
afectar la salud del paciente. Los biofilms más actividad de los agentes antimicrobianos. Prime-
riesgosos son aquellos de naturaleza cristalina, ro, la matriz extracelular previene la penetración
que pueden formarse en la superficie externa del de los antimicrobianos en el biofilm. Tanto la ci-
catéter alrededor del balón y de su extremo, y profloxacina como los aminoglucósidos, drogas
pueden causar trauma en la vejiga. utilizadas habitualmente para el tratamiento de
Los depósitos cristalinos en los catéteres las infecciones relacionadas con catéteres uri-
tienen una composición similar a los cálculos narios, presentan poca difusión dentro de los
renales y vesicales inducidos por infección. Los biofilms. Segundo, algunas de las células en el
componentes cristalinos principales son la es- biofilm presentan una limitación al acceso a los
truvita (fosfato amónico magnésico) y una forma nutrientes y por ello existen en una fase de cre-
poco cristalina de apatita (fosfato cálcico hidro- cimiento lento, en el que no son susceptibles a
xilado). Los estudios de microscopía electrónica muchos agentes antimicrobianos. Por último, las
han demostrado que un gran número de bacilos señales para el crecimiento bacteriano dentro
forma parte de estos cristales. Las técnicas de del biofilm parecen regular genes que alteran
cultivo han confirmado la persistencia de bac- los sitios blanco de los antimicrobianos. Estos
terias. Las especies asociadas en particular con mecanismos presentan implicancias importantes
la cristalización son aquellas que producen la para el desarrollo de resistencia antimicrobiana
enzima ureasa, el elemento fundamental para en los organismos que crecen dentro del biofilm.
desencadenar la cristalización. A través de la Debido a que el biofilm inhibe la actividad
hidrólisis de la urea, se produce la formación de antimicrobiana, los organismos dentro de él
amonio y iones carbonato y un aumento en el pH no pueden ser erradicados por la terapéutica
127
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Diagnóstico
Como ya se adelantó, la mayoría de las infec-
ciones asociadas con catéteres vesicales son
asintomáticas, constituyendo las denominadas
bacteriurias asintomáticas. Sin embargo, cuan-
do un episodio de IUSV se hace sintomática, la
FIGURA 8.1: Microfotografía de diversos tipos de secuela resultante puede variar desde moderada
biofilms. A: cepas de P. AERUGINOSA en cultivo líquido. (fiebre, uretritis y cistitis) a severa (pielonefritis
B: cepas de PSEUDOMONAS SP TM7-1. C y D: detalles aguda, fibrosis renal, formación de cálculos y
de una matriz amorfa dentro de una estructura de bacteriemia). Si no se tratan, estas infecciones
biofilms (tomado de Schaudinn, C y col.) pueden terminar en una urosepsis y muerte. Lo
habitual es que estas infecciones complicadas se
hagan recurrentes y resulten en una morbilidad
antimicrobiana exclusivamente. Un estudio re- prolongada debido a la presencia de incrustacio-
ciente evaluó la necesidad del reemplazo de los nes y bloqueo del catéter por biofilms cristalinos
catéteres urinarios durante el tratamiento de la que aumentan la resistencia a los mecanismos
bacteriuria (Raz y col.). Los pacientes con infec- inmunes del huésped y a los antibióticos.
ciones sintomáticas que eran sometidos a reem- Se debe tener en cuenta que los pacientes
plazo del catéter antes del inicio de la terapéutica cateterizados con IUSV habitualmente no ma-
antibiótica presentaban una importante disminu- nifiestan los síntomas clásicos de disuria, pola-
ción de la bacteriuria y una mejoría significativa quiuria y urgencia miccional, aunque tales sín-
del estado clínico en relación con los pacientes tomas pueden ocurrir luego de la remoción del
en quienes no se procedía al cambio del catéter. catéter. En pacientes con lesiones medulares y
La presencia del catéter urinario no sólo fa- vejiga neurogénica se deberá considerar como
cilita la formación de biofilms, sino que impide sugestiva de infección urinaria la aparición de
muchos de los mecanismos normales de defensa diaforesis, letargia, aumento de la espasticidad o
de la vejiga. Publicaciones recientes han hecho pérdidas de orina entre cateterismos, cuando se
referencia al desarrollo de biofilms dentro de la utiliza la cateterización intermitente. La mayoría
propia vejiga. Sabbuba y col., utilizando epidemio- de los pacientes con IUSV no presenta síntomas
logía molecular, estudiaron el comportamiento del referibles al aparato urinario.
Proteus mirabilis en la flora urinaria de pacientes Los episodios febriles se asocian más común-
cateterizados. Se comprobó que la misma cepa mente con la cateterización de larga duración,
de Proteus colonizó a un paciente durante 121 pero su incidencia es baja. La causa más común
días a pesar de distintos cambios de catéteres, de fiebre es la pielonefritis, pero otras causas
cursos de antibióticos, e incluso periodos sin de origen local también se pueden asociar con
catéter. Los hallazgos sugieren que los uropató- fiebre, incluyendo uretritis, prostatitis y epididi-
genos pueden persistir en un reservorio dentro mitis. Cuando se desarrolla fiebre en un paciente
del tracto urinario por sí, más que reentrando cateterizado, es muy importante descartar estas
desde el aparato digestivo. Otro estudio sugiere causas, ya que en estos casos es conveniente
que este reservorio se podría encontrar dentro remover el catéter uretral e iniciar un sistema de
del tejido de la vejiga. Anderson y col. hallaron drenaje suprapúbico.
que aislamientos clínicos de E. coli uropatogénica No existe una definición estándar para la bac-
forman un biofilm rígido en las células epiteliales teriuria significativa en pacientes cateterizados.
128
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales
129
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
130
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales
TABLA 8.2: GUÍAS DE RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN DE INFECCIONES ASOCIADAS CON CATÉTERES
URETRALES DE CORTA DURACIÓN
131
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
mantener limpio el orificio uretral con un lavado los catéteres permanentes. La cateterización in-
adecuado durante el baño diario del paciente. termitente parece ser una alternativa razonable
en ciertos grupos poblacionales que requieren
Sistema de drenaje urinario sondaje crónico.
La mejoría en los sistemas de drenaje urinario ha
tenido los mayores efectos en la reducción de Empleo de cateterización suprapúbica
la bacteriuria asociada con catéteres. La utiliza- Si bien algunos estudios han informado una tasa
ción de sistemas de drenaje estériles cerrados menor de complicaciones con el uso de catéte-
ha permitido mantener estéril la orina en el 50% res suprapúbicos, el procedimiento quirúrgico
de los pacientes varones y mujeres cateterizados requerido para su inserción se puede asociar con
por 13,5 y 11,0 días, respectivamente. El empleo riesgos adicionales. La evidencia corriente no es
de desinfectantes o antimicrobianos dentro del suficiente para soportar el uso de rutina de un ca-
sistema de drenaje, en cambio, no ha demos- téter suprapúbico para la cateterización de corta
trado ser eficiente para reducir la frecuencia de duración, con objeto de prevenir las infecciones
adquisición de bacteriuria en estas circunstancias. urinarias sintomáticas u otras complicaciones.
132
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales
adquisición de bacterias se retarda en pacientes TABLA 8.5: Guías europeas y asiáticas para la
con cateterización prolongada. La administración prevención de infecciones urinarias relacionadas
de antimicrobianos con el solo propósito de pre- con catéteres
venir la infección urinaria durante periodos cortos El sistema del catéter debe permanecer
de drenaje vesical parece reducir la incidencia de cerrado. (A)
infección; sin embargo, Leone y col., en un estu- La duración de la cateterizacion debe ser
dio reciente, han comprobado que el tratamiento mínima. (A)
de un cultivo positivo de orina, en un paciente No es recomendable la aplicación de antisépticos
asintomático con un catéter vesical, no reduce tópicos o antibióticos en el catéter, uretra o
la incidencia de urosepsis en terapia intensiva. meato. (A)
Las Guías recientes de la Infectious Diseases No se han establecido beneficios con el uso de
Society of America (Hooton y col.) establecen: antibióticos o antisépticos profilácticos, por lo
1. “La profilaxis antimicrobiana sistémica no que no son recomendados. (A)
debe ser utilizada de rutina en pacientes con Es beneficiosa la remoción inmediata de
cateterización de corto ni de largo tiempo, los catéteres vesicales luego de cirugías no
incluyendo pacientes que son sometidos urológicas. (B)
a procedimientos quirúrgicos, para reducir Los catéteres de larga duración deben ser
la bacteriuria asintomática o la infección cambiados a intervalos adaptados al paciente
urinaria asociada a catéter vesical, debido individual, pero es recomendable el cambio antes
a los riesgos de selección de resistencia de que se obstruyan. (B)
antimicrobiana”. No es recomendable el empleo de tratamiento
2. “Los antimicrobianos profilácticos, por vía supresivo crónico con antibióticos. (A)
sistémica o por irrigación vesical, no deben
ser administrados de rutina en el momen-
to de la colocación o del retiro del catéter
vesical”. dejados en su lugar por el menor tiempo posi-
El riesgo potencial de reacciones adversas a ble. El catéter debe ser colocado sólo por per-
drogas, selección de organismos resistentes y sonal entrenado utilizando técnicas asépticas. La
el aumento de los costos se oponen al uso ru- bolsa de drenaje debe dejarse en una posición
tinario de antimicrobianos para la profilaxis de dependiente y alejada del piso para prevenir la
la infección urinaria en pacientes críticos con contaminación bacteriana de los dispositivos de
bajo riesgo de complicaciones por infecciones drenaje. El catéter urinario y el sistema de dre-
del tracto urinario y en pacientes de alto riesgo naje sólo deben ser desconectados cuando está
que requieren cateterización prolongada. específicamente indicado para irrigación vesical
o estudios cistométricos. Se deben obtener las
Recomendaciones para el cuidado de los muestras de orina a través del sitio de aspiración,
catéteres urinarios utilizando técnica aséptica. El meato uretral debe
Teniendo en cuenta los conocimientos actuales ser limpiado a diario con agua y jabón para evitar
sobre epidemiología, patogénesis y medidas de incrustaciones. Si es posible, deben ser separa-
prevención disponibles para la bacteriuria asocia- dos los pacientes bacteriúricos de los no bacte-
da con catéteres urinarios, se han realizado una riúricos. El catéter no debe ser cambiado, excepto
serie de recomendaciones que incluyen la pro- por obstrucción u otros trastornos funcionales.
visión e implementación de guías escritas sobre El asegurar un flujo no limitado de orina es una
el uso así como la inserción y el mantenimiento de las medidas más efectivas para prevenir la
de dichos catéteres. La implementación de pro- IUSV. Un estudio reciente, en personas con lesión
tocolos adecuados para la inserción y manteni- medular utilizando la cateterización intermitente,
miento de los catéteres urinarios se asocia con confirma que el riesgo de infección aumenta con
una disminución en el número de infecciones la cantidad de orina residual en la vejiga. En forma
(Gorman, D). similar, una investigación llevada a cabo en un
Los catéteres urinarios deben ser utilizados sistema de asistencia domiciliaria demostró que
sólo cuando son absolutamente necesarios y el bloqueo del catéter y el flujo urinario escaso
133
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
se asociaron en significativa medida con la IUSV. impregnar los catéteres urinarios, incluyendo la
El concepto de que la obstrucción del catéter clorhexidina y la nitrofuroxona. En la actualidad,
conduce a la retención de orina y a la sobredis- lo recomendable es utilizar un catéter conforta-
tensión de la vejiga, y ello se asocia con infección ble para el paciente, en particular con cobertu-
urinaria, debe ser considerado para evitar esta ra siliconada para reducir la irritación friccional
situación de riesgo. sobre la uretra.
134
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales
TABLA 8.6: Terapéutica antimicrobiana empírica para infecciones urinarias asociadas a catéter
Tipo de infección Agente antimicrobiano Ruta Duración Comentario
Infección sintomática Ciprofloxacina (500 mg cada 12 hs.) Oral 7-10 días En áreas con
sin sospecha de Levofloxacina (750 mg una vez por resistencia
bacteriemia día) significativa
TMP-SMX 160/800 mg (una tableta a TMP-
cada 12 hs.) SMX utilizar
quinolonas
Sospecha de Ampicilina (2 g cada 6 hs.) asociada IV 7 a 14 días Pasar a
bacteriemia a gentamicina (5-7,5 mg/kg/día) quinolona vía
relacionada con Piperacilina/tazobactam (3,37 g oral luego de
catéter urinario cada 6 hs.) 48-72 horas de
Ciprofloxacina (400 mg cada 12 hs.) paciente afebril
Ampicilina/sulbactam (3 g cada 6
hs.)
Ceftriazona 1-2 g/día
135
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
136
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales
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137
CAPÍTULO 9
inapropiado en caso de bacteriemias adquiridas actividad refleja del músculo detrusor causadas
en la comunidad. por la neuropatía que afecta las vías aferentes
Las infecciones del tracto urinario complicadas simpática y parasimpática. El deterioro en la sen-
asociadas con la diabetes incluyen el absceso sación vesical resulta en una distensión vesical
renal y perirrenal, las infecciones formadoras de y un aumento progresivo del volumen de orina
gas, tales como la pielonefritis enfisematosa y la residual. Los efectos a largo tiempo incluyen la
cistitis enfisematosa, las infecciones micóticas, aparición de un reflujo vesicoureteral e infeccio-
la pielonefritis xantogranulomatosa y la necrosis nes urinarias recurrentes.
papilar renal. En algunos casos, este tipo de infec- En mujeres diabéticas se ha constatado una
ciones se produce exclusivamente en diabéticos. alta incidencia de anormalidades estructurales sig-
Por otra parte, en los pacientes diabéticos con nificativas, tales como cistocele, cistoureterocele
bacteriemia existe un riesgo doble de desarro- o rectocele, en comparación con pacientes no
llar insuficiencia renal aguda en relación con la diabéticas. La presencia de estas anormalidades
población no diabética. también aumenta la posibilidad de instrumentación
En la mayoría de los pacientes con complica- del tracto urinario, lo que incrementa el riesgo
ciones metastásicas en presencia de bacteriemia de una infección secundaria. Con independencia
por gérmenes Gram negativos, la infección se de la manera en que estas alteraciones están
origina en el tracto urinario y la diabetes es un asociadas con la diabetes, las mismas resultan
factor contribuyente en al menos el 50%. La en- en una alteración del vaciamiento de la vejiga,
doftalmitis, osteomielitis, en particular vertebral, obstrucción de salida, incontinencia urinaria y
la artritis séptica y la neumonía bacteriémica por aumento del volumen residual; todo ello se asocia
gérmenes Gram negativos son las complicacio- con un riesgo incrementado de infección urinaria.
nes metastásicas más comunes a partir de una Otro factor contribuyente que se ha sugerido
infección urinaria. es la vaginitis recurrente.
Se ha comprobado que la adherencia de las
Patogénesis fimbrias tipo 1 de la E. coli a las células uroepite-
liales de las mujeres diabéticas está aumentada,
Los efectos crónicos de la diabetes mellitus sobre en comparación con la adherencia en mujeres no
el sistema genitourinario incluyen la cistopatía dia- diabéticas. Se acepta que este aumento de la
bética, la nefropatía diabética, la necrosis papilar adherencia desempeña un rol importante en la
renal y la estenosis de la arteria renal. Aunque patogénesis de la infección urinaria en mujeres
factores tales como la edad, grado de glucosuria con diabetes mellitus.
e instrumentación se han sugerido como factores Como parte de la respuesta inmune, la infec-
de riesgo para el aumento de la incidencia de ción y la adherencia de las bacterias a las células
infección del tracto urinario superior en mujeres uroepiteliales estimula la secreción de citoquinas
diabéticas, no se ha confirmado que constituyan y quemoquinas, así como la exfoliación de las
contribuyentes mayores. células superficiales. Recientes estudios en ra-
Hoepelman y col., realizando estudios in vitro, tas han mostrado que las cepas de E. coli con
han demostrado que la glucosuria aumenta el fimbrias tipo 1 no sólo pueden producir exfolia-
crecimiento de diferentes cepas de E. coli. Sin ción, sino que también invaden el uroepitelio,
embargo, esto no pudo ser confirmado en es- se replican y forman reservorios intracelulares
tudios in vivo que fracasaron en demostrar una quiescentes que pueden servir como fuentes de
mayor prevalencia de bacteriuria en pacientes recurrencia. Debido a que en las mujeres diabéti-
diabéticos con glucosuria en comparación con cas se reconoce un nivel disminuido de citoqui-
pacientes sin glucosuria. nas urinarias, se ha postulado que en ellas las
El factor predisponente más importante para bacterias pueden invadir el uroepitelio con mayor
el desarrollo de infección urinaria en pacientes facilidad y, en asociación con la disminución de
diabéticos es la disfunción vesical resultante de la respuesta inflamatoria, evadir los mecanismos
la neuropatía y cistopatía diabéticas. La cisto- de defensa innatos. Por otra parte, la proteína
patía diabética comienza como una disminución de Tamm-Horsfall, que previene la adherencia y
de la sensación vesical y una disminución de la entrada celular de las bacterias al uroepitelio, se
140
CAPÍTULO 9: Infecciones urinarias en pacientes diabéticos
encuentra marcadamente reducida en algunos del tracto urinario inferior hasta la cistitis clínica,
pacientes con diabetes. Esto podría explicar por- cistitis enfisematosa, pielonefritis y abscesos re-
que se producen tantas recaídas de infecciones nales y perirrenales.
urinarias en esta población. Las infecciones invasoras por estafilococos no
Otros aspectos de la inmunidad están altera- son infrecuentes en los pacientes diabéticos, y el
dos en pacientes con diabetes. La función de los S. aureus debe ser considerado como un agente
leucocitos polimorfonucleares está deprimida, etiológico de la sepsis de origen urinario en los
en particular en presencia de acidosis. La adhe- diabéticos, en particular en las infecciones altas
rencia leucocitaria, la quimiotaxis y la fagocitosis en las que se detecta un absceso renal.
también pueden estar afectadas. Los sistemas Debido a la frecuencia de infecciones del trac-
antioxidantes involucrados en la actividad bac- to urinario superior, la presencia de infecciones
tericida pueden estar deteriorados. Por último, potencialmente complicadas y la frecuencia de
aunque el grado de glucosuria no se ha implicado infecciones recurrentes, en los pacientes dia-
en forma directa en los estudios clínicos, se ha béticos siempre se debe obtener un cultivo de
comprobado que los niveles elevados de glu- orina antes de iniciar el tratamiento. En adición,
cosa en la orina deterioran la función fagocítica se recomienda realizar un cultivo luego de com-
de los leucocitos. Es probable que todos estos pletar el tratamiento antimicrobiano, para detec-
factores contribuyan a explicar el aumento de la tar aquellos en los que no se ha logrado la cura
prevalencia y de la severidad de las infecciones bacteriológica.
del tracto urinario en pacientes diabéticos.
Cuadro clínico
Etiología
La bacteriuria es común en las mujeres diabéti-
La causa bacteriana más común de infección cas, siendo habitualmente asintomática. Se de-
del tracto urinario en pacientes diabéticos con- fine como la presencia de al menos 10 5 ufc/mL
tinúa siendo la Escherichia coli, aunque otros del mismo patógeno urinario en dos muestras
gérmenes entéricos, tales como la Klebsiella consecutivas de orina tomada de chorro medio.
pneumoniae y el Proteus mirabilis, también son Aunque los datos son limitados, algunos expertos
comunes. La Klebsiella pneumoniae, en particu- recomiendan tratar la bacteriuria asintomática
lar, es más común en las personas diabéticas en en las pacientes diabéticas cuando se detecta,
comparación con controles no diabéticos, tanto debido a la frecuencia y severidad del compro-
en las infecciones adquiridas en la comunidad miso del tracto urinario superior asociado con la
como en las nosocomiales. En adición, es más bacteriuria en estas pacientes. Sin embargo, se
probable que los pacientes diabéticos presenten debe tener presente que la bacteriuria es dificul-
un patógeno con resistencia antibiótica como tosa de erradicar en pacientes con anormalidades
causal de una infección urinaria nosocomial. En anatómicas de la vejiga o del perineo, en cuyo
pacientes diabéticos que han estado hospita- caso, el tratamiento debe reservarse para los
lizados, han tenido procedimientos urológicos episodios sintomáticos. Un hecho importante,
recientes, o presentan infecciones recurrentes comprobado por Hoepelman y col., es que en
luego de terapia antibiótica, también se pue- pacientes con bacteriuria asintomática, el segui-
den aislar Enterobacter sp, Enterococcus sp y miento a largo tiempo demuestra una asociación
Pseudomonas aeruginosa. El enterococo y la con la nefropatía diabética.
P. aeruginosa también deben ser considerados La presentación de una infección urinaria baja
en pacientes de la comunidad que han recibido puede acompañarse de los síntomas clásicos
tratamiento antimicrobiano reciente. de disuria, frecuencia y urgencia miccional, he-
La diabetes es un factor predisponente para maturia y/o disconfort abdominal. Se debe te-
infecciones causadas por hongos, en particular ner en cuenta que los mismos síntomas pueden
de la especie Candida. Alrededor del 5% de los ser producidos por la inflamación de la uretra o
pacientes con candiduria puede tener dos o más por agentes tales como Chlamydia trachomatis,
especies de manera simultánea. La extensión herpes simples o por una vaginitis por Candida
del compromiso varía entre la mera colonización albicans, que es muy frecuente en mujeres con
141
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
diabetes mellitus. Por ello, es que en esta pobla- aguda en pacientes diabéticos con pielonefritis.
ción se recomienda la realización de un examen (Figura 9.1)
de orina con urocultivo previo a la instalación del Azoulay y col. comprobaron que las infec-
tratamiento antibiótico. ciones urinarias son una causa importante de
La pielonefritis aguda es más común en pa- descompensación de la diabetes, incluyendo el
cientes diabéticos que en controles no diabéti- desarrollo de cetoacidosis. Si bien los hallazgos
cos. Un estudio ha documentado una incidencia de laboratorio no son específicos, es habitual
de pielonefritis tan elevada como cinco veces que exista leucocitosis con desviación a la iz-
más que en pacientes no diabéticos. Es probable quierda y piuria. Como ya se adelantó, siempre
que esto se relacione con la alta incidencia de es recomendable obtener un urocultivo previo al
bacteriuria en estos pacientes y la presencia de inicio del tratamiento, y en pacientes con enfer-
factores locales propios en el riñón. medad severa –fiebre alta, náuseas y vómitos,
La pielonefritis se produce como resultado deshidratación– o con comorbilidades –diabetes
de una infección ascendente en el tracto urina- mal controlada, edad avanzada, inmunosupre-
rio, por lo que la E. coli y otros uropatógenos sión– se recomienda obtener hemocultivos en
Gram negativos comunes son la causa habitual forma asociada.
de infección. La pielonefritis es más frecuente en La necrosis papilar es una complicación rara
mujeres, y el compromiso bilateral, más común de las infecciones renales y la mitad de los casos
en pacientes diabéticos. En un estudio de Nicolle ocurren en pacientes diabéticos. El diagnóstico
y col., la diabetes aumentó la probabilidad de es sugerido por la presencia de dolor en el flanco
pielonefritis aguda que requirió hospitalización y en el abdomen, fiebre persistente y el desarrollo
en 20 a 30 veces en los pacientes de hasta 44 de insuficiencia renal aguda. El método de diag-
años de edad, y en 3 a 5 veces en hombres y nóstico de elección es la pielografía retrógrada.
mujeres mayores de 45 años. Los pacientes diabéticos están predispues-
El síndrome clínico de pielonefritis aguda in- tos a presentar formas complicadas de infección
volucra síntomas de infección del tracto urinario del tracto urinario superior, incluyendo abscesos
superior –fiebre y escalofríos, náuseas y vómitos, renales y pararrenales, pielonefritis enfisemato-
dolor lumbar–, habitualmente en combinación con sa, pielonefritis xantogranulomatosa y necrosis
síntomas del tracto urinario inferior –disuria, fre- papilar renal que, por sus características, serán
cuencia y urgencia miccional. Algunos pacientes, analizadas en un capítulo individual. Una ma-
sin embargo, solo se presentan con síntomas de nifestación inusual de la infección urinaria por
infección urinaria baja, pero tienen un compromi- hongos, la formación de la bola fúngica en el
so renal (pielonefritis subclínica). Los pacientes sistema colector renal, parece ser más común en
diabéticos están más expuestos a presentar for- pacientes diabéticos. En los casos precedentes,
mas graves de infección, con evolución a sepsis es de particular interés el empleo de técnicas de
sistémica y shock séptico. No es infrecuente el diagnóstico por imágenes, incluyendo la radio-
desarrollo de un síndrome de dificultad respiratoria grafía directa de abdomen, el urograma excretor,
FIGURA 9.1: Severa pielonefritis a predominio en riñón izquierdo en paciente diabética. Se constata la
presencia de síndrome de dificultad respiratoria aguda. Requirió ablación del riñón para superar la
sepsis grave.
142
CAPÍTULO 9: Infecciones urinarias en pacientes diabéticos
143
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
infecciones urinarias complicadas por enterococo completar la evaluación con exámenes de diag-
no responden a estas alternativas, requiriendo tra- nóstico por imágenes para descartar complica-
tamiento intravenoso con ampicilina-gentamicina ciones tales como el absceso renal o perirrenal,
o vancomicina. la pielonefritis xantogranulomatosa, la pielonefritis
La terapéutica empírica de pacientes diabéticos enfisematosa u otra complicación similar, habi-
con infecciones complicadas del tracto urinario tuales en pacientes diabéticos.
es similar a la de los pacientes con pielonefritis
aguda, debido a que los patógenos causales son Profilaxis
habitualmente los mismos. El momento de inicia-
ción de la terapéutica apropiada con agentes por Son escasos los estudios destinados a evaluar el
vía intravenosa es crítica para la recuperación y rol de la terapéutica supresiva para evitar la re-
para evitar potenciales complicaciones. En estos currencia de la bacteriuria en mujeres diabéticas.
casos las drogas recomendadas son la cipro- Forland demostró la efectividad del régimen de
floxacina, las cefalosporinas de tercera genera- baja dosis de TMP/SMX (40 mg/200 mg) una vez
ción o los Elactámicos de espectro extendido. al día para prevenir las infecciones recurrentes.
Si se requiere cobertura contra P. aeruginosa es Aunque no se constató una resistencia al TMP/
recomendable el empleo de ceftazidima, cipro- SMX, la bacteriuria recurrió en todas las pacien-
floxacina, piperacilina o carbapenem. En caso de tes siete semanas después de que la supresión
infecciones por enterococo, se debe recurrir al antibiótica fuera discontinuada. La nitrofurantoína
empleo de ampicilina o vancomicina en combina- es un agente comúnmente utilizado para la supre-
ción con gentamicina. La terapéutica intravenosa sión; sin embargo, se ha comprobado la aparición
es recomendable hasta que se resuelvan la fiebre de infecciones recurrentes con gérmenes resis-
y la sintomatología, lo que se produce entre dos tentes en mujeres diabéticas bajo supresión con
y tres días después de iniciar la terapéutica apro- esta droga. Otras medidas recomendadas son la
piada. Luego se puede continuar con un régimen ingesta de extracto de arándanos, la administra-
por vía oral en función de los resultados de los ción oral o vaginal de lactobacilo y el empleo de
exámenes de susceptibilidad antibiótica, hasta estrógenos vaginales en mujeres posmenopáu-
completar al menos 14 días de tratamiento an- sicas (ver capítulo 4). Se debe destacar que las
tibiótico. Es recomendable realizar un cultivo de estrategias precedentes han sido estudiadas en
control dos a cuatro semanas después de com- poblaciones de mujeres no diabéticas.
pletado el tratamiento, para detectar las recaídas En este grupo particular de pacientes es muy
tempranas y debido a la elevada frecuencia de recomendable mantener un buen control meta-
fracaso del tratamiento. bólico (HbA1c 7 mg) y mantener un perfil de
En las infecciones del tracto urinario superior euglucemia en situaciones de estrés tales como
en las que no se resuelve la sintomatología lue- los procedimientos quirúrgicos. En la Tabla 9.1
go de tres o cuatro días de tratamiento, se debe se indica una serie de sugerencias para prevenir
TABLA 9.1: Sugerencias para prevenir las infecciones del tracto urinario y sus complicaciones en
pacientes diabéticos
Manejo óptimo de la diabetes con mantenimiento de un nivel de HbA1c 7 mg, para prevenir el
desarrollo de neuropatía y vejiga neurogénica
Limitar el uso de catéteres vesicales, utilizando además una óptima técnica de control de infecciones en
caso de ser indispensable su empleo
Profilaxis antimicrobiana para prevenir las infecciones en mujeres sexualmente activas que presentan
dos o más episodios por año
Administración de estrógenos vaginales para prevenir la recurrencia de infecciones urinarias en mujeres
posmenopáusicas
Mantenimiento de un estado de euglucemia durante los procedimientos quirúrgicos
Evaluar y tratar las infecciones asintomáticas (¿)
144
CAPÍTULO 9: Infecciones urinarias en pacientes diabéticos
145
CAPÍTULO 10
Concepto
Candida. La incidencia de aislamientos positivos
La candiduria habitualmente se observa en pa- para hongos en orina ha aumentado en EEUU del
cientes hospitalizados. “La candiduria no es un 9,0 al 20,5 por 10 000 pacientes hospitalizados
síntoma ni un signo, y claramente no es una en- entre 1980 y 1990.
fermedad” (C. Kauffman). El hallazgo de especies La mayoría de los estudios de candiduria han
de Candida en la orina puede significar que el reportado a la Candida albicans como el orga-
paciente sea portador de una cistitis o pielonefritis nismo causal predominante, reconocido en más
fúngica. También puede ser consecuencia de la del 51% de los casos, seguido por la C. glabrata
diseminación hematógena hacia la corteza renal (16%) y la C. tropicalis.
y la ulterior eliminación del hongo por la orina, en En nuestro país, Mujica y col., en un estudio
el curso de una candidiasis diseminada. Por fin observacional de tres años (1999-2001) sobre
y más habitualmente, la presencia de una can- un total de 145 aislamientos de Candida en ori-
diduria sólo refleja la colonización de la vejiga, el na, constataron que el 47,7% correspondían a
perineo o un catéter urinario. La mayoría de los C. albicans, el 24,8% a C. glabrata y el 20% a
pacientes con candiduria no presenta síntomas C. tropicalis. Del total de las muestras, el 75,2%
sugestivos de la existencia de una infección del provenía de pacientes hospitalizados.
tracto urinario.
Factores de riesgo
Epidemiología
Diabetes mellitus
La candiduria es un hallazgo relativamente raro Los pacientes con diabetes se encuentran en
en pacientes sanos. Guze y Harley encontraron riesgo aumentado de infecciones urinarias, in-
candiduria en sólo 15 de 1 500 pacientes; la ma- cluyendo aquellas producidas por hongos. La
yoría de ellos presentaba diabetes mellitus y había diabetes predispone a los pacientes a la candi-
recibido antibióticos. En contraste, la incidencia duria, facilitando la colonización por Candida del
de infecciones micóticas urinarias, y en especial área vulvovestibular en la mujer, aumentando el
candiduria, aumenta en medida significativa en los crecimiento fúngico en presencia de glucosuria,
pacientes hospitalizados, en particular en aquellos disminuyendo la resistencia del huésped a la in-
con catéteres vesicales internados en unidades vasión micótica como consecuencia del deterioro
de terapia intensiva quirúrgicas o portadores de de la actividad fagocítica, y promoviendo la estasis
leucemia o trasplante de médula ósea. de orina en una vejiga neurogénica. Por último, los
Rivett y col. hallaron que el 2% de los especí- pacientes con diabetes están más predispuestos
menes de orina evaluados en un laboratorio hospi- a sufrir instrumentaciones del tracto urinario y a
talario fueron positivos para hongos, mientras que recibir antibióticos.
el 11% de las muestras obtenidas de pacientes
en la unidad de leucemia y trasplante de médula Empleo de antibióticos
en el mismo hospital presentaron funguria. La Las especies Candida colonizan el tracto gas-
prevalencia de candiduria también es elevada en trointestinal en alrededor del 30% de los adultos
pacientes en unidades de cuidados intensivos. Al normales. En pacientes que reciben antibióticos,
presente, el 10 al 15% de las infecciones urinarias esta colonización alcanza al 100% de los indivi-
nosocomiales son producidas por especies de duos expuestos. Es posible que los antibióticos
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
148
CAPÍTULO 10: La infección urinaria por Candida
la asociada con infecciones urinarias causadas friable por debajo. La hiperemia de la mucosa
por Escherichia coli uropatogénica, en la que la vesical es común.
patogénesis es casi siempre la infección ascen-
dente a partir de la vejiga. Infección urinaria alta
La patogénesis de la diseminación hematógena Los pacientes con infección alta del aparato uri-
de especies de Candida está bien establecida. En nario se pueden presentar con fiebre, leucocitosis
presencia de candidemia, las especies de Candida y dolor en el ángulo costovertebral. La pielone-
tienen un tropismo hacia el riñón; en un estudio fritis ascendente y la urosepsis por especies de
se comprobó que el 90% de los pacientes con Candida no son diferenciables de la pielonefritis
candidiasis diseminada que murieron presentaron bacteriana. La infección ascendente, de mane-
compromiso renal en la autopsia. En presencia de ra casi invariable, se produce en presencia de
una fungemia, se desarrollan múltiples abscesos obstrucción urinaria y estasis, en especial en pa-
en la corteza renal; el hongo penetra a través de cientes con diabetes o nefrolitiasis.
los glomérulos en los túbulos proximales y de La pielonefritis por Candida por lo general se
allí es liberado a la orina. Aunque los animales complica con una enfermedad supurativa local,
de experimentación sanos pueden en ocasiones resultando en pionefrosis y formación de abs-
eliminar la infección, los inmunosuprimidos no cesos focales, que pueden ser diagnosticados
lo hacen, y en este caso la presencia del hongo por ultrasonografía o tomografía computada. La
en la orina implica una diseminación a múltiples formación de una bola fúngica también puede ser
vísceras, condición que exige tratamiento anti- reconocida por ultrasonografía. En ocasiones se
micótico sistémico. produce un cólico renal típico como consecuencia
del pasaje de una porción de la bola fúngica; la
Manifestaciones clínicas mayoría son causados por Candida albicans y
algunos por Candida tropicalis. En estos casos
Candiduria asintomática también se ha descrito la aparición de una insu-
La candiduria asintomática suele ocurrir en pa- ficiencia renal aguda de origen obstructivo, en
cientes hospitalizados con catéteres vesicales. particular en pacientes con trasplante renal. La
Estos pacientes, a pesar de presentar recuentos necrosis papilar también ha sido descrita como
cuantitativos de colonias positivos en la orina, complicación de la infección urinaria alta por Can-
no presentan ninguno de los signos y síntomas dida en pacientes diabéticos.
asociados con infección urinaria.
Candidiasis renal hematógena
Infección baja o cistitis Los pacientes con diseminación hematógena de
La infección urinaria baja sintomática por Candida una infección por Candida pueden presentarse
es infrecuente y puede presentarse con signos con fiebre elevada, inestabilidad hemodinámi-
y síntomas de irritación vesical, incluyendo piu- ca y grados variables de insuficiencia renal. Los
ria, hematuria, frecuencia y urgencia miccional cultivos de sangre son positivos para Candida
y malestar suprapúbico. La cistitis por Candida en la mitad de estos pacientes. La diseminación
es rara en extremo en pacientes cateterizados, a piel o la visualización de lesiones en el fondo
teniendo en cuenta la frecuencia de candiduria, de ojo sugieren diseminación, pero en general
lo que implica que la vejiga es relativamente resis- la única clave de la candidiasis sistémica en un
tente a la invasión por las especies de Candida. paciente febril con elevado riesgo de candidiasis
La cistitis enfisematosa es una complicación muy sistémica es una candiduria o una declinación de
rara de esta infección, mientras que los abscesos la función renal.
prostáticos por Candida no son infrecuentes, en
particular en pacientes diabéticos. Se han descrito Diagnóstico
casos aislados de epidídimo-orquitis por Candida.
La cistoscopia, aunque rara vez indicada ex- Por desgracia, no existen estándares de referencia
cepto que se sospeche una bola fúngica o que para el diagnóstico de la infección urinaria por
se produzca una infección ascendente, revela especies de Candida. Aunque se han realizado
placas blanquecinas, blandas, con una mucosa múltiples intentos para clarificar esta situación,
149
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
constituye un verdadero desafío establecer si el renal probada por biopsia renal. En forma similar,
hallazgo de Candida en orina corresponde a una el número de hongos en la orina tiene escaso
contaminación con flora perineal normal, la co- valor en la localización del sitio anatómico de
lonización de la vejiga o de un catéter vesical, o infección. Rara vez se encuentran en orina ci-
una infección verdadera de la vejiga y/o el riñón. lindros granulares que contienen elementos en
La contaminación puede ser diferenciada, de hifas que permiten establecer la localización de
forma habitual, de la colonización o de la in- la infección en el parénquima renal. La mayoría
fección obteniendo un nuevo cultivo con otra de los autores recomienda la realización de un
muestra de orina, luego de realizar una higiene segundo urocultivo antes de tomar una decisión
perineal meticulosa y evaluar si persiste el hongo. terapéutica en pacientes con Candida en un cul-
En las mujeres ancianas es recomendable tomar tivo inicial de orina.
la muestra por sondaje vesical. En caso de sospecharse la presencia de una
La colonización hace referencia a la adheren- candidemia con eliminación del hongo por la ori-
cia asintomática y establecimiento del hongo, na, los cultivos de sangre constituyen el método
usualmente en los catéteres de drenaje u otros diagnóstico electivo, aunque su sensibilidad es
cuerpos extraños en el tracto urinario (tubos de de alrededor del 50%. Para optimizar el creci-
nefrostomía, catéteres doble J), y puede resul- miento, deben ser obtenidas dos o tres mues-
tar en una alta concentración de organismos en tras de sangre, debido a que el volumen total
el cultivo de orina. El hallazgo o el cultivo del de sangre es un determinante importante de la
organismo no implica significación clínica, con sensibilidad. Los cultivos negativos no excluyen
independencia de la concentración de organis- la posibilidad de una candidiasis diseminada y
mos presente. no deben influenciar la decisión sobre el uso de
El diagnóstico de la infección urinaria bacte- agentes antifúngicos sistémicos en un contexto
riana se basa en los hallazgos de bacteriuria y clínico adecuado.
leucocituria o piuria, habitualmente con un re- Exámenes no micológicos, tales como la detec-
cuento bacteriano específico, en pacientes con ción de 1,3-E-D glucano, reacción de polimerasa
síntomas sugerentes de infección. Sin embargo, en cadena en sangre o detección de antígenos
el diagnóstico de la infección urinaria por es- mannan de Candida pueden ser potencialmente
pecies de Candida es mucho más dificultoso. útiles, pero no están disponibles en la actualidad,
No existen estudios que establezcan en forma excepto con fines de investigación.
inequívoca la importancia de la piuria o de los En definitiva, no existe ningún examen diag-
cultivos cuantitativos de orina para Candida. La nóstico lo suficientemente sensible y específico
presencia de piuria es útil, pero sólo en pacientes como para utilizar en la práctica clínica. Este
que no presentan un catéter vesical a permanen- dilema diagnóstico afecta de manera directa la
cia. En estos casos, la cateterización se asocia decisión de tratar o no tratar a los pacientes
con un bajo grado de inflamación y la presencia con urocultivo positivo para Candida, y también
de glóbulos blancos en la orina. influye en la interpretación de los resultados de
Una observación inicial importante es que la estos tratamientos.
mayoría de los pacientes con candiduria son asin-
tomáticos; sólo el 4% en una larga serie multi- Tratamiento
céntrica y el 14% en otro estudio más pequeño
demostraron la presencia de síntomas sugestivos Considerando la dificultad existente para definir
de infección urinaria. con precisión el sitio y la fuente de la candiduria
Con respecto al recuento de colonias en los y en qué medida la presencia de hongos en la
especímenes de orina, podría tener algún valor orina refleja una contaminación, colonización o
en pacientes sin sonda vesical a permanencia. infección, es razonable que existan controversias
En estos casos, se ha documentado infección respecto del tratamiento apropiado de la candi-
renal con recuentos de 10 3-10 4 colonias/mL. Sin duria. El primer desafío es establecer la decisión
embargo, en presencia de catéteres uretrales a si una candiduria requiere alguna intervención
permanencia, no existe correlación entre el re- terapéutica. Si se considera que es necesario un
cuento de colonias y la presencia de infección tratamiento, se debe establecer si este involucra
150
CAPÍTULO 10: La infección urinaria por Candida
la simple remoción del catéter urinario o se debe los de otras poblaciones de pacientes. No se
administrar un agente antimicótico. Si se consi- ha resuelto la conducta a seguir en pacientes
dera que es necesario el empleo de un agente diabéticos que presentan candiduria asintomá-
antifúngico, las elecciones incluyen la irrigación tica, en pacientes en guarderías, y en pacientes
de la vejiga con anfotericina B, la administración internados en terapia intensiva. Se debe destacar
intravenosa de anfotericina, la administración oral que el grado de estas recomendaciones es IIIB, lo
o intravenosa de fluconazol, o el empleo de nue- que significa que existe sólo evidencia moderada
vos antimicóticos del tipo de las cancidas. y que está basada en la experiencia clínica, la
opinión de expertos, los estudios descriptivos,
Candiduria asintomática o el informe de comités de expertos.
El método más eficaz de manejar una candiduria A pesar de varios estudios que han fracasado
asintomática es intentar modificar los factores en demostrar el valor de la funguria como predictor
de riesgo. Esta aproximación incluye el control de infección micótica sistémica en muchos pacien-
de la diabetes y, si es posible, la remoción de tes, la funguria puede ser la manifestación única
catéteres y la discontinuación de los tratamien- o inicial de candidiasis invasiva en poblaciones
tos antibióticos. seleccionadas, y puede requerir tratamiento. Estos
En un estudio reciente, Sobel y col. hallaron pacientes pueden incluir los pacientes oncológi-
que la candiduria asintomática se resuelve con la cos, y tal vez, los pacientes quirúrgicos críticos
remoción del catéter en el 41% de los pacientes con signos y síntomas de sepsis en desarrollo.
hospitalizados y cateterizados. Luego de la inser- La funguria puede ser significativa en particular
ción de un nuevo catéter, la candiduria no tratada en pacientes oncológicos inmunocomprometidos
se resuelve en un 20% adicional de pacientes. En con infección por Candida tropicalis, puesto que
el estudio de Sobel, en pacientes que recibieron un estudio informó que el aislamiento de este pa-
tratamiento con fluconazol, se observó una alta tógeno en cultivos de vigilancia precedió a la di-
incidencia de erradicación de las especies de seminación ulterior de la enfermedad.
Candida de la orina en el periodo inmediato, pero
la incidencia de candiduria dos semanas después Cistitis por Candida
de discontinuar la terapéutica fue similar en los El fluconazol, en dosis de 200 mg por día por
grupos de fluconazol y de tratamiento placebo. vía oral durante 14 días, constituye el método
Considerando su naturaleza benigna, la infre- más efectivo disponible para el tratamiento de
cuencia de candidemia secundaria, y la frecuencia pacientes con cistitis sintomática. Ningún otro
de candiduria asintomática, los datos existentes azol es útil, debido a la mínima excreción de
establecen que el tratamiento no está indicado ni droga activa en la orina. Cuando el organismo
es efectivo en particular en el largo tiempo. Sin es resistente al fluconazol, se recomienda el em-
embargo, el tratamiento de la candiduria asinto- pleo de anfotericina B a dosis de 0,3-0,6 mg/
mática es sugerido para infantes de bajo peso y día durante 7 días. Aunque la administración de
pacientes que presentan neutropenia. En estos anfotericina B por irrigación urinaria (50 mg/L de
casos se deben utilizar los mismos regímenes agua estéril en irrigación continua por 72 horas
propuestos para el tratamiento de la candidiasis a una velocidad de infusión de 42 mL/h) se ha
invasiva (ver más adelante). demostrado altamente efectiva en la erradica-
En pacientes que serán sometidos a proce- ción de la cistitis invasiva por Candida, es muy
dimientos urológicos invasivos se recomienda el inconveniente insertar un catéter en un paciente
empleo de fluconazol, a una dosis de 200-400 no cateterizado, y un curso de cinco días de te-
mg/día, o anfotericina, a una dosis de 0,3/0,7 rapia local con anfotericina B requiere una alta
mg/kg/día, durante varios días antes y después actividad de enfermería. Es indiscutible que se
del procedimiento. obtienen altas tasas de curación, siendo necesaria
Aunque los recipientes de trasplante renal con esta terapéutica en pacientes con insuficiencia
funguria se han considerado en riesgo aumentado renal. Recientemente también se ha propuesto la
para la diseminación, un estudio reciente (Sadfar irrigación local de la vejiga con fluconazol, pero
y col.) sugiere que los factores de riesgo para esta modalidad terapéutica no ha sido evaluada
diseminación en esta población son similares a en grupos poblacionales adecuados.
151
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
152
CAPÍTULO 10: La infección urinaria por Candida
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153
CAPÍTULO 11
156
CAPÍTULO 11: Sepsis de origen urinario: su aprendizaje basado en problemas
urinarios, cicatrices o tejido necrótico. Para erra- Los efectos secundarios incluyen una reducción
dicar los agentes patógenos presentes en los de la respuesta inmune, tanto en el plano local
biofilms, se debe eliminar tanto el agente causal como sistémico.
como el factor condicionante, sea un catéter o
cálculos. Disfunción miccional
Los pacientes con disfunción miccional, inclu-
Presencia de obstrucción urinaria yendo aquellos con vejigas neurogénicas, son un
Cualquier lesión obstructiva, incluyendo malfor- grupo de riesgo de desarrollo de infección urinaria
maciones, estenosis, cálculos o tumores, puede complicada, debido a la frecuente presencia de
predisponer a una infección del tracto urinario orina residual y, por lo tanto, un mejor entorno
que conduzca a una sepsis. Los procedimientos para el crecimiento bacteriano, y la frecuente
invasivos destinados a descomprimir el sistema obstrucción vesical que conduce a un aumento
obstruido, tal como una nefrostomía percutánea, de la presión miccional, que contribuye al reflujo
pueden causar una bacteriemia que provoca una vesicoureteral.
respuesta sistémica. El riesgo de desarrollo de En cinco series analizadas de estudios na-
una respuesta inflamatoria sistémica en un estudio cionales, con 176 infecciones graves del trac-
de 189 pacientes con hidronefrosis fue de 26%, to urinario superior, las entidades nosológicas
con un 4% de progresión a la sepsis (Chistoph, se distribuyeron en: 111 (63,07%) pielonefritis,
F. y colaboradores). (51/111 obstructivas, 50/111 no obstructivas);
32 (18,18%) pionefrosis; 12 (6,82%) abscesos-
Sexo flemón perinefrítico; 11 abscesos renales (6,25%);
La mayoría de los clínicos sugiere que el sexo 4 hidronefrosis infectadas (2,27%); 3 urinomas
masculino es un criterio de infección urinaria infectados (1,70%); 2 abscesos del psoas (1,14%)
complicada. Esto sería cierto en particular en y un riñón poliquístico (0,57%). En el 86% de los
los mayores de 50 años, que probablemente pre- pacientes, existieron factores de riesgo o predis-
sentan algún elemento de hiperplasia benigna de ponentes, destacándose los antecedentes de
la próstata y, por lo tanto, se presume que una diabetes e infecciones urinarias previas (56%).
obstrucción del tracto urinario inferior.
Etiología y Patogenia
Diabetes
Una de las condiciones médicas más importan- La mayoría de las infecciones urinarias está pro-
te, favorecedora de infecciones urinarias, es la ducida por bacterias, aunque en ocasiones están
diabetes, que no sólo se ha demostrado como implicados hongos o virus. La infección es mo-
un factor propicio para infecciones urinarias, sino nomicrobiana en más del 95% de los casos, pero
como una enfermedad inmunodebilitante. En la puede ser polimicrobiana en pacientes que tienen
serie de los autores sobre todas las sepsis ingre- sonda vesical permanente, que han sufrido una
sadas durante dos meses a UCIs de Uruguay, la manipulación urológica reciente o que tienen una
diabetes se presentó como enfermedad de base vejiga neurógena o una fístula vésico-intestinal
en el 10,3%, siendo la comorbilidad más frecuen- o vésico-vaginal. En el resto de los casos, el
te. No sólo favorece la aparición de infecciones aislamiento de más de un microorganismo suele
urinarias, sino también de sus principales com- corresponder a una contaminación. La Escherichia
plicaciones, tales como abscesos perinefríticos, coli es el microorganismo causal más frecuente.
pielonefritis xantogranulomatosa y pielonefritis En las infecciones no complicadas es responsable
enfisematosa (ver capítulo 12). de más del 80% de los casos, y en las compli-
cadas, aunque el porcentaje desciende, sigue
Insuficiencia renal siendo el microorganismo más habitual.
Los pacientes con insuficiencia renal constituyen Para hombres y mujeres, el espectro de pa-
un grupo de alto riesgo y deben incluirse en el tógenos cambia cuando la infección se adquiere
de infecciones urinarias complicadas (ver capí- en el ambiente hospitalario. La E. coli (47%), es-
tulo 7). La razón para ello es la reducción del pecies de Enterococcus (13%), Klebsiella (11%),
flujo de orina que acompaña a esta enfermedad. Pseudomonas aeruginosa (8%), Proteus mirabilis
157
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
(9%), Enterobacter (4%) y Citrobactor (3%) repre- de orina. Es de vital importancia la toma de cul-
sentaron en conjunto el 91% de las infecciones tivos (hemocultivos, urocultivos) previo al inicio
urinarias adquiridas en el hospital en un estudio del tratamiento antibiótico empírico. Se comple-
mundial (Gordon, K y colaboradores). tará la evaluación mediante una rutina general
En las series de los autores, tanto en sepsis de laboratorio y la valoración de parénquimas
bacteriémicas como no bacteriémicas de origen en fallas si el paciente se presenta de inicio con
urológico que ingresaron a UCI, el germen que disfunción multiorgánica.
predominó fue E. coli, responsable de un 71% Por último, deben realizarse estudios de diag-
de las sepsis de origen comunitario y de un 50% nóstico por imágenes, para discernir si existen
de las sepsis de origen nosocomial (Godino, M y situaciones predisponentes o coexistentes con
col.; Bagnulo, H y col.). esta patología: patologías congénitas, malforma-
En el caso de las infecciones complicadas, la ciones, presencia de inmunodepresión, etcétera.
probabilidad de que E.coli sea resistente o que Hasta hace poco, la ecografía era el método
estén producidas por otros microorganismos mul- más solicitado debido a su bajo costo, accesibili-
tirresistentes es mayor. Dentro de este grupo, las dad, falta de exposición a la radiación y ausencia
más frecuentes son enterobacterias como Proteus de complicaciones vinculadas al contraste. En la
spp o Klebsiella spp, Pseudomonas aeruginosa y actualidad, la tomografía computarizada se ha
Acinetobacter. El hongo que produce infecciones constituido en el examen de valoración image-
urinarias de forma más habitual es Candida spp. nológica de elección.
El mecanismo habitual por el que los microor- El ultrasonido es un importante método de
ganismos alcanzan la vía urinaria es el ascenso a diagnóstico y su uso debe ser considerado con
través de la uretra. La invasión de los parénquimas frecuencia, para el diagnóstico y como guía para
de la vía urinaria (riñón y próstata) por disemina- el drenaje de colecciones. Una tomografía com-
ción hematógena es muy rara, pero característica putarizada del abdomen puede dar una mejor
del Staphylococcus aureus. delimitación de los procesos patológicos, en par-
Es importante en el momento de decidir el tra- ticular si se combina con contraste intravenoso.
tamiento antibiótico empírico inicial pensar en los En un paciente ingresado en la UCI, ello requiere
microorganismos más frecuentes, para disminuir de un traslado al departamento de diagnósti-
la terapia antibiótica inapropiada que aumenta co por imágenes, con las complicaciones que
la mortalidad en los pacientes con infecciones esto puede presentar en un paciente inestable.
graves. Para esto es importante tener en cuen- Por otra parte, estos pacientes también pueden
ta los factores que se asocian a la presencia de presentar una alteración de la función renal, con
microorganismos resistentes. mayor riesgo de desarrollar nefropatía inducida
Los dos elementos que más impactan en el por contraste. Estos factores deberían tenerse en
desarrollo de resistencia son las internaciones y cuenta al decidir qué procedimiento radiológico
el tratamiento antibiótico previo. Consideraciones es el más apropiado.
especiales merecen el paciente sondado crónico
y el proveniente de geriátricos, que en muchos La sepsis de origen urinario
casos pueden presentar de inicio un microorga-
nismo multirresistente como responsable de la Caso clínico
infección.
Paciente de 65 años, ex tabaquista. Comienza
Metodología diagnóstica con dolor lumbar tipo cólico. Múltiples consultas
en emergencia. Valorado por urólogo en varias
Una vez definido el grupo de pacientes con pre- oportunidades se indica ecografía ambulatoria
disposición para el desarrollo de infecciones uri- y consulta en policlínica. Cuarenta y ocho horas
narias de alto riesgo, es necesario realizar una después consulta nuevamente en emergencia
rápida valoración para la toma de decisiones. con fiebre, leucocitosis de 15 000, azoemia de
Sin duda que el primer paso es una adecuada 0,90 y creatininemia de 1,90. Ingresa a sala con
historia clínica y un correcto examen físico. En diagnóstico de pielonefritis obstructiva derecha,
segundo lugar, es obligatorio realizar un cultivo realizándose derivación percutánea, otorgándose
158
CAPÍTULO 11: Sepsis de origen urinario: su aprendizaje basado en problemas
alta con nefrostomía a domicilio. Luego de 10 días TABLA 11.2: Criterios diagnósticos de sepsis
ingresa para litotomía percutánea, destacándose urinaria
localización dificultosa del cálculo, no pudiéndo- Criterios de sepsis urinaria
se canalizar el uréter proximal. Se suspende el Presencia de al menos dos de las siguientes
procedimiento por escalofrío. Recibe ciprofloxa- manifestaciones en un paciente con infección de
cina desde el ingreso. Leucocitosis en ascenso la vía urinaria:
que llega a valores de 19 000 y fiebre. Se realiza Temperatura mayor de 38ºC o menor de 36ºC
TAC abdomino-pélvica que muestra catéter de
Frecuencia cardiaca mayor de 90 lpm
nefrostomía y litiasis en uréter proximal de 13
Taquipnea, definida por una frecuencia
mm. Leve dilatación de cavidades pielocaliciales
respiratoria mayor de 20 pm, o hiperventilación,
y del uréter proximal a la litiasis. Existe líquido y
definida por una PaCO 2 ≤ 32 mmHg
gas a nivel retroperitoneal y fuga del medio de
Alteración del recuento leucocitario: ! 12 000/
contraste desde el uréter al espacio periureteral.
mL; 4 000/mL o ! 10% en cayado
La imagen se interpreta como un gran absceso
retroperitoneal de fosa renal derecha que llega Criterios de sepsis urinaria grave
a la pelvis menor. Se cambia antibioticoterapia a Sepsis urinaria que se asocia a una de las
ceftriaxona más gentamicina. Insuficiencia renal siguientes manifestaciones:
mantenida. Se interviene quirúrgicamente con Disfunción orgánica
diagnóstico de peritonitis urinosa. Exploración Hipoperfusión: acidosis láctica, oliguria o
del retroperitoneo, se reconoce un absceso del alteración aguda del estado mental
psoas que se solidariza con el meso del intesti- Hipotensión inducida por la sepsis: presión
no delgado involucrándolo. Se drena. Sale pus arterial sistólica menor de 90 mmHg o
fétido. Riñón derecho mal perfundido, se palpa disminución de más de 40 mmHg de la habitual,
litiasis de uréter proximal. Se realiza nefrectomía, en ausencia de otras causas de hipotensión
con liberación dificultosa del riñón en toda su
extensión. El paciente ingresa a UCI cursando
una disfunción multiorgánica con shock séptico.
de origen urológico se comprueba que presen-
La sepsis urológica es la complicación más taron shock séptico en un 50% de los casos. En
grave que puede presentar la infección urinaria la sepsis bacteriémica la E. coli fue aislada en
complicada. Múltiples estudios y protocolos han 15 pacientes, presentando shock séptico 7 de
establecido que el diagnóstico precoz de la sep- ellos (56%) y siendo el Staphylococcus aureus
sis, que permite un tratamiento temprano, es uno el segundo germen en frecuencia.
de los factores más importantes para disminuir
la mortalidad. Para esto es importante estar fa- Conducta terapéutica
miliarizado con los signos precoces de infección
y el riesgo siempre presente de evolución a la A. Identificación del shock séptico y control de
sepsis. (Tabla 11.2) las funciones vitales
Existen pocos estudios específicos de infec- Desde el inicio de la campaña sobrevivir a la sepsis,
ción del tracto urinario en las poblaciones de se ha insistido en la aplicación de paquetes de me-
pacientes críticos que desarrollan sepsis. Lo que didas en las primeras seis horas y en las siguientes
sí se conoce es que la sepsis y fundamentalmen- 24, que tienen como objetivo fundamental el soporte
te la evolución al shock séptico presentan una hemodinámico que, junto con la antibioticoterapia
mortalidad mayor al 50%. Por esta razón, los precoz y adecuada, disminuyen la mortalidad de
esfuerzos deben dirigirse a un rápido diagnós- esta patología (Dellinger y col., 2008).
tico y tratamiento de la sepsis en sus primeras Estos conceptos básicos para el manejo de
etapas. (Tabla 11.3) En las series de los autores la sepsis deben ser implementados tanto en el
las sepsis que ingresaron a UCI se presentaron Departamento de Emergencia como en la Unidad
en más del 45% en la etapa de shock séptico, de cuidados intensivos. En la Tabla 11.4 se inclu-
por tanto se puede considerar que el ingreso a yen las recomendaciones actuales, surgidas de
UCI fue tardío. Cuando se analizan las sepsis la Campaña “Sobreviviendo a la sepsis”.
159
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
160
CAPÍTULO 11: Sepsis de origen urinario: su aprendizaje basado en problemas
multirresistentes en pacientes con los siguientes las series de los autores, la erradicación de los
factores de riesgo: haber recibido cuatro o más microorganismos en el 93% de los urocultivos de
ciclos de antimicrobianos en el último año; colo- control. En situaciones especiales (pacientes en
nización previa distante o local por patógeno mul- shock séptico sometidos a instrumentación) po-
tirresistente (esputo, úlcera, etc.); hospitalización drá adjuntarse un segundo antibiótico, pudiendo
reciente por un periodo mayor de cinco días; alta optar por un aminoglucósido, teniendo precaución
prevalencia local de microorganismos resisten- con su toxicidad renal. En este caso se prefiere
tes; tratamiento o enfermedad inmunosupresora; amicacina en dosis única de 15 mg/kg/día.
procedencia de geriátricos; tratamiento antibióti- Las quinolonas también pueden ser útiles,
co intravenoso previo; manipulaciones urológicas sobre todo las de mayor excreción urinaria, en
y/o cura de úlceras domiciliaria o diálisis en los particular la ciprofloxacina. Pero estos antibió-
últimos 30 días. ticos han sufrido un fenómeno particular. El uso
Con respecto a la antibioticoterapia a utilizar, indiscriminado, en particular a nivel comunita-
las opiniones son variadas, pero la preferencia de rio, ha determinado una importante presión de
los autores se inclina por el uso de cefalosporinas selección con desarrollo de microorganismos
de tercera generación. De elección ceftriaxona en resistentes, incluso en infecciones urinarias de
dosis de 2 g/día, o cefotaxima 6 g/día. Si se utiliza origen comunitario.
cefotaxima se debe ajustar la dosis a la función Cuando se sospeche la presencia de Pseu-
renal. Para la mayoría de los pacientes el empleo domonas aeruginosa, se utilizará ceftazidime,
de un único antimicrobiano será suficiente. Con 2 g intravenoso cada 8 horas, con ajuste de
el empleo de ceftriaxona se ha conseguido, en acuerdo a la función renal. Con los regímenes
161
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
precedentes no se afectan los enterococos y la una mejoría inicial; c. Reagravación del paciente
Candida; cuando se aíslan estos gérmenes debe luego del drenaje percutáneo; d. En oportunida-
utilizarse ampicilina (8 a 12 g/día) para enteroco- des, el urólogo actuante decide la nefrectomía
co y equinocandinas o fluconazol para Candida durante la intervención quirúrgica, pese a no ser
(ver capítulo 10). esta la estrategia planteada, por el mal estado
del parénquima renal; e. En pacientes con muy
C. Tratamiento quirúrgico mal pronóstico, por compromiso de tres o más
En todo paciente con sepsis grave se debe evaluar sistemas fisiológicos mayores, la nefrectomía ha
la presencia de un foco de infección susceptible sido la única maniobra de salvataje realmente
de ser erradicado mediante maniobras de control efectiva.
del foco. En el caso de la sepsis urológica, la pre-
sencia de una infección con obstrucción de la vía Pronóstico
urinaria puede considerarse como un absceso sin
drenar, debiendo decidirse con la mayor premu- El pronóstico es fundamentalmente clínico, y una
ra si se requiere una conducta intervencionista. correcta evaluación del mismo es lo que permiti-
Con el tratamiento médico exclusivo, que in- rá tomar las medidas adecuadas en el momento
cluye el sostén de las funciones en fallas y una oportuno. Se debe destacar la gravedad que le
antibioticoterapia adecuada, se podrán presentar confiere la presencia de shock, aumentando de
tres posibles evoluciones: a) mejoría franca con manera significativa el riesgo de muerte. En las
recuperación; b) persistencia del cuadro mante- series de sepsis a nivel nacional, la mortalidad glo-
niendo la gravedad, sin conseguirse un retroceso bal de los pacientes con sepsis urinaria severa fue
satisfactorio; y c) agravación pese al tratamiento de 38%, siendo el foco con menor mortalidad. Es
realizado. En estas dos últimas circunstancias se importante destacar que casi el 50% se presentó
impone considerar conductas quirúrgicas guiadas en etapa de shock séptico. Otros factores de mal
por los estudios por imágenes. pronóstico son la presencia de tres o más sistemas
En todo paciente con sepsis grave se debe afectados, hipotermia < 35,5ºC, leucopenia per-
intentar la erradicación del foco causal mediante sistente, insuficiencia renal progresiva, hipoxemia
maniobras para su control: drenaje de abscesos, refractaria o presencia de comorbilidades.
debridamiento de tejidos necróticos infectados y En los últimos años se ha evidenciado una
retirada de dispositivos infectados. Con respecto mejoría en el pronóstico de las urosepsis, basado
al método de control del foco, se planteará aquel fundamentalmente en un mayor conocimiento de
que consiga evacuarlo totalmente con el mínimo la etiopatogenia y la fisiopatología, sumado a una
de traumatismo para el paciente. El drenaje per- mejor evaluación imagenológica y al empleo de
cutáneo guiado por eco/TAC puede ser electivo mejores antibióticos, asociados a una conducta
frente al drenaje quirúrgico, siempre que sea fac- intervencionista más oportuna. De todos modos,
tible. Las medidas de control del foco, una vez a nivel internacional no se han podido bajar las
identificado, deben iniciarse de inmediato tras la cifras históricas de mortalidad del 30% en las
resucitación inicial. urosepsis severas.
En la pielonefritis obstructiva se debe proceder
a una nefrostomía percutánea o a la colocación Bibliografía
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163
CAPÍTULO 12
FIGURA 12.2: TC convencional con contraste intravenoso y cortes en fases nefrográfica (A) y excretora
(B), que muestra área hipodensa corticomedular noduliforme con contenido líquido denso, mejor
demarcada en la fase excretora que no muestra realce, en relación a nefronía focal
En la TC contrastada se observan áreas trian- parénquima renal como del sistema pielocalici-
gulares de menor refuerzo o imágenes que si- lar) y, para describir el espectro de los hallazgos
mulan un absceso. No existe una pared lesional urológicos (excluyendo los abscesos), la clasifi-
evidente, y tampoco se reconoce licuefacción cación en uni o bilateral, focal (uni o multifocal)
franca. Por el contrario, los abscesos tienden a o difusa, con o sin tumefacción focal, y con o
tener un centro líquido, y habitualmente presen- sin agrandamiento renal. El término pielonefritis
tan un límite neto con el tejido sano adyacente. complicada incluye a los abscesos renal y extra-
En los pacientes con enfermedad multifocal, los rrenal, a la producción de gas y a la presencia
hallazgos son similares pero están involucrados de obstrucción.
múltiples lóbulos. (Figuras 12.2 y 12.3) La nefritis bacteriana focal aguda es probable
Los términos nefronía lobar aguda, pielonefritis que represente una fase precoz de la formación
focal aguda, preabsceso, celulitis, flemón renal, de un absceso. El tratamiento incluye una ade-
carbunco renal y otros han surgido en general de cuada hidratación y la administración de antimi-
las descripciones radiológicas, pero su correla- crobianos por vía intravenosa por al menos una
ción clínica no es sencilla, por lo que la Sociedad semana, seguido por otra semana de tratamien-
Americana de Urorradiología ha recomendado to oral. Los pacientes habitualmente responden
eliminar los términos previamente mencionados al tratamiento médico, y los estudios de segui-
del informe radiológico y utilizar únicamente el miento muestran una resolución de las áreas de
término pielonefritis aguda (inflamación tanto del menor densidad. Se debe destacar que si bien
FIGURA 13.3: TC convencional con contraste intravenoso y cortes en la fase excretora, que muestra
múltiples áreas hipodensas corticomedulares noduliformes con leve efecto de masa y contenido
líquido denso en el riñón izquierdo, sin evidencia de realce, en relación a nefronía multifocal
166
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario
los pacientes con pielonefritis no complicada fermentación de la glucosa puede ser un factor,
están afebriles dentro de las primeras 72 horas la explicación no es suficiente en los raros casos
de tratamiento, los pacientes con nefritis focal de pielonefritis enfisematosa que se producen en
aguda habitualmente persisten febriles por más pacientes no diabéticos.
de tres días a pesar del tratamiento antibiótico. En adición a la diabetes, muchos pacientes
El fracaso en responder de forma adecuada al presentan una obstrucción urinaria asociada con
tratamiento exige realizar estudios destinados a cálculos urinarios o papilitis necrotizante y un de-
descartar una uropatía obstructiva, un absce- terioro significativo de la función renal. Parece más
so renal o perirrenal, o una trombosis aguda de razonable postular que el deterioro de la respuesta
la vena renal. El seguimiento a largo tiempo de inmune causada por factores locales, tales como la
pacientes con enfermedad multifocal demuestra obstrucción, o una condición sistémica, tal como la
una disminución en el tamaño renal y deformación diabetes, permita que gérmenes con la capacidad
calicilar sugestiva de necrosis papilar. de producir dióxido de carbono utilicen los tejidos
necróticos como sustrato para generar el gas in
Infecciones enfisematosas vivo. La pielonefritis enfisematosa debe conside-
rarse como una complicación de una pielonefritis
del tracto urinario severa más que como una entidad individualizada.
La pielonefritis enfisematosa se define como una
infección necrotizante aguda severa del parén- Etiología
quima renal y de los tejidos perirrenales, con la En la mayoría de los casos las infecciones enfi-
presencia resultante de gas en el parénquima sematosas del tracto urinario son causadas por
renal, sistema colector o tejidos perinéfricos. El organismos formadores de gas, incluyendo E.
primer caso fue descrito en 1898 por Kelly y coli, Klebsiella, Proteus y Citrobacter. También
MacCullum, habiendo sido denominada como se han descrito casos producidos por gérmenes
tal en 1962 por Schultz y Klorfein. no productores de gas, tales como el enterococo
Las infecciones enfisematosas constituyen y Candida sp. En estos casos se admite la po-
un pequeño porcentaje de todas las infecciones sibilidad de infecciones mixtas. Rara vez se han
bacterianas del aparato urinario. Estas infeccio- descrito casos producidos por Clostridium spp y
nes, en general, son rápidamente progresivas y otros gérmenes anaerobios formadores de gas.
en ocasiones fatales. Se consideran el resultado
de una inflamación necrotizante causada por or- Cuadro clínico y Diagnóstico por Imágenes
ganismos formadores de gas dentro del parén- Las infecciones enfisematosas del tracto urinario
quima renal (pielonefritis enfisematosa), sistema tienen una mayor incidencia en la mujer (relación
colector (pielitis enfisematosa) o vejiga urinaria 4:1), es probable que por su mayor susceptibilidad
(cistitis enfisematosa). Los pacientes diabéticos, para desarrollar infecciones urinarias, afectando
con vejiga neurogénica, uropatía obstructiva e habitualmente a pacientes entre la sexta y octava
infecciones urinarias recurrentes se encuentran década de la vida. La enfermedad se presenta
en riesgo aumentado para el desarrollo de esta como una complicación no habitual de la diabetes
enfermedad. Recientemente se han descrito casos mellitus, infecciones urinarias recurrentes, uro-
aislados de pielonefritis enfisematosa en riñones patía obstructiva, vejiga neurogénica o cirugía de
trasplantados. trasplante renal. Hasta el 87% de los pacientes
con pielonefritis enfisematosa son diabéticos.
Patogénesis La pielonefritis enfisematosa se ha caracteriza-
Se desconoce la patogénesis de las infecciones do en dos tipos: 1 y 2. La pielonefritis enfisema-
enfisematosas del tracto urinario. Debido a que tosa tipo 1 tiene un curso fulminante con necrosis
habitualmente se producen en pacientes diabé- diseminada, trombosis intravascular, formación
ticos, se ha postulado que el alto nivel tisular de de gas y microabscesos. La mortalidad es del
glucosa provee el sustrato para que microorga- 70 al 90% y en aquellos que sobreviven, el riñón
nismos tales como E. coli, que son capaces de habitualmente es no funcionante. El tipo 2 tiene
producir dióxido de carbono por la fermenta- un curso más indolente, con colecciones renales
ción del azúcar, generen la afección. Aunque la y perirrenales con gas loculado. La mortalidad
167
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
168
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario
FIGURA 12.6: TC convencional con contraste intravenoso abdominal (A y B) y torácica (C). Las
figuras A y B muestran agrandamiento del riñón izquierdo con realce heterogéneo poscontraste,
con patrón atigrado y contenido gaseoso dentro del sistema colector. Nótese la colección liquida
perirrenal. La figura C muestra signos de síndrome de dificultad respiratoria en ambos parénquimas
pulmonares.
169
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
FIGURA 12.7: Radiografía pelviana que muestra FIGURA 12.8: TC convencional con contraste
contenido gaseoso moteado, que demarca el intravenoso en fase excretora, que muestra
contorno vesical (puntas de flecha) en relación vejiga con material de contraste eliminado en
con cistitis enfisematosa (Cortesía Dr. N. su interior y con contenido gaseoso a nivel
Sánchez) parietal, más evidente en la pared lateral
derecha
170
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario
Pielonefritis enfisematosa
1. Ecografía 2. Tomografía
renovesical abdominal
Fracaso
Mejoría Fracaso
absceso cortical puede variar entre pocos días y mellitus es dos veces mayor que en personas no
meses, con un promedio de siete semanas, es diabéticas. En contraste con el absceso cortical
habitual que el foco primario de infección esté renal de origen estafilocócico de causa hema-
resuelto y no se establezca la relación con la tógena, los abscesos por gérmenes Gram ne-
nueva infección. gativos a menudo producen una infección renal
Las bacterias entéricas Gram negativas, so- severa. Aunque las infecciones corticomedulares
bre todo Escherichia coli, Proteus spp, y con en general quedan confinadas al riñón, también
menos frecuencia Klebsiella spp, Enterobacter pueden perforar la cápsula renal y formar un abs-
spp y Pseudomonas spp son responsables de ceso perinefrítico, o extenderse a la pelvis renal
infecciones intrarrenales corticomedulares, en y drenar en el sistema colector. La etiología de la
asociación con reflujo vesicoureteral u otras anor- pielonefritis xantogranulomatosa (ver más ade-
malidades del tracto urinario. lante) es indefinida; sin embargo, parece estar
La nefritis aguda bacteriana focal y la nefritis relacionada con una combinación de infección
bacteriana aguda multifocal pueden desarrollar, crónica del tracto urinario y obstrucción renal.
si no se tratan adecuadamente, un absceso re-
nal. En estos casos, la infección se convierte Cuadro clínico y Diagnóstico por Imágenes
en absceso debido a que el riñón es incapaz de Los abscesos corticales renales son tres veces
eliminarla en presencia de reflujo, obstrucción más frecuentes en el hombre que en la mujer.
urinaria, lesión necrótica de la médula u otras La enfermedad ocurre en cualquier edad, pero
causas de obstrucción tubular. En los adultos, es más habitual entre la segunda y la cuarta dé-
dos tercios de los abscesos intrarrenales produ- cada de la vida. Los síntomas incluyen fiebre,
cidos por bacterias Gram negativas se asocian escalofríos, dolor abdominal o en el flanco, y en
con litiasis renal o riñón con daño previo, mien- ocasiones deterioro del estado general. En algu-
tras que en niños este proceso en general se nos casos existe una masa palpable dolorosa en
asocia con reflujo vesicoureteral. La incidencia el flanco. En ocasiones la historia clínica revela
de abscesos renales en pacientes con diabetes una infección por gérmenes Gram positivos una a
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
ocho semanas antes del comienzo de los síntomas abscesos crónicos, el hallazgo predominante es
urinarios. Se han descrito casos asociados con el de una masa renal, con distorsión o incluso
infecciones de piel y tejidos blandos, infecciones amputación de parte del sistema excretor.
en pacientes adictos intravenosos, y pacientes La ultrasonografía es un método rápido y poco
con endocarditis bacteriana. Los exámenes de costoso para demostrar la presencia de una
laboratorio demuestran una marcada leucocito- masa ocupante de espacio en el riñón. En el es-
sis; los hemocultivos con frecuencia son nega- tudio ecográfico, un absceso típico se presenta
tivos. La presencia de piuria y bacteriuria no es como una masa quística con refuerzo posterior,
evidente, excepto que el absceso se comunique aneocoica o hipoecoica, de contornos grue-
con el sistema colector, en cuyo caso también sos e irregulares aunque definidos cuando se
se puede aislar el germen causal. encuentra encapsulada. En su interior se pue-
Los abscesos renales corticomedulares afec- den visualizar ecos móviles con los cambios de
tan a hombres y mujeres con igual frecuencia. decúbito atribuibles a la presencia de detritus.
Aunque estas infecciones ocurren en todos los (Figura 12.10) En ocasiones estos ecos son muy
grupos etarios, la incidencia aumenta con la brillantes debido a la presencia de burbujas aé-
edad. En el caso de las infecciones por gér- reas en infecciones formadoras de gas. En el
menes Gram negativos, es habitual que exista ecoDoppler la masa carece de flujo interno. La
un factor obstructivo: litiasis renal, embarazo, extensión perinéfrica se visualiza como una zona
vejiga neurogénica; o diabetes mellitus como anecoica que rodea y desplaza al riñón, que
causa predisponente. puede estar limitada por la fascia de Gerota o
La sintomatología clínica incluye fiebre, esca- extenderse al músculo psoas homolateral. En
lofríos y dolor en el flanco o en región abdominal. muchos casos es difícil la diferenciación entre un
No necesariamente existe disuria, sin embargo, absceso, una pielonefritis focal, un tumor quísti-
dos tercios de los pacientes presentan náuseas co, un quiste hemorrágico o un quiste parasitario,
y vómitos, simulando un proceso abdominal. Son requiriéndose en estos casos la realización de
frecuentes en particular los signos inespecíficos una tomografía computada.
de mal estado general, fatiga y letargia. Existe La TC es el método diagnóstico de elección
leucocitosis y alteraciones urinarias tales como para el diagnóstico y el seguimiento, debido a
piuria, proteinuria, bacteriuria y en ocasiones he- que provee una excelente delimitación de los
maturia. La bacteriemia es frecuente en pacientes tejidos. La tomografía con equipo de multidetec-
con nefritis bacteriana focal aguda y multifocal. tores permite la visualización de los abscesos en
Cuando el absceso contiene gérmenes Gram ne- estadios precoces y aun cuando son de pequeño
gativos, el urocultivo por lo general demuestra el tamaño. El absceso habitualmente aparece como
mismo germen aislado del absceso. una masa bien definida de baja densidad (0 a 20
Los abscesos renales deben ser diferenciados UH, aunque puede ser mayor por la presencia de
de otras lesiones ocupantes de espacio del riñón, detritus). Con contraste se puede reconocer una
incluyendo tumores, quistes y abscesos perirre- pared fina e irregular o una pseudocápsula más
nales. Las técnicas de diagnóstico por imágenes gruesa, produciendo la clásica imagen en anillo.
son esenciales para diferenciar los abscesos re- (Figura 12.11) El líquido purulento no refuerza.
nales de las demás lesiones descritas. La presencia de densidad gaseosa en una masa
Los hallazgos en el urograma excretor de- quística llena de líquido sugiere con fuerza la pre-
penden de la naturaleza y de la duración de la sencia de un absceso. En este caso, la presencia
infección. En pacientes en quienes la formación de gas no se asocia con el grave pronóstico de
del absceso ha progresado de un episodio de la pielonefritis enfisematosa. El parénquima renal
nefritis aguda focal, o en aquellos en quienes el adyacente al absceso es hipodenso en la serie
riñón ha sido afectado por una infección exóge- poscontraste endovenoso y tiende a ser hiper-
na, el examen radiológico puede demostrar un denso en las series tardías.
aumento del volumen renal con distorsión del En ocasiones el absceso renal puede simular
contorno del lado afectado. También puede ha- una neoplasia necrotizante debido a que am-
ber un borramiento de los límites del psoas y bas lesiones pueden tener una porción necrótica
una escoliosis compensatoria por el dolor. En los central con paredes gruesas e irregulares que
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Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario
FIGURA 12.10: Cortes ecográficos del riñón derecho que muestran una colección líquida bien
definida de paredes gruesas y contenido heterogéneo, con ecos internos móviles en relación con
absceso renal. (Cortesía Dr. N. Sánchez)
realzan luego de la administración de contraste realizar una evaluación por cistouretrografía mic-
endovenoso. Por otra parte, algunos carcinomas cional para descartar cualquier anomalía corre-
renales de gran tamaño pueden contener gas en gible del tracto urinario inferior.
su interior debido a un infarto isquémico, lo que
dificulta el diagnóstico diferencial. Tratamiento
En la mayoría de los pacientes, una combi- El tratamiento será médico quirúrgico. Si bien el
nación de técnicas por imágenes es suficiente tratamiento clásico de los abscesos consiste en
para distinguir la nefritis bacteriana focal de los la incisión y el drenaje, existen evidencias con-
abscesos y de los tumores, y permitir una tera- vincentes de que el empleo de antimicrobianos
péutica médica sin necesidad de confirmación exclusivamente puede ser suficiente en el caso
por biopsia con aguja. En aquellos casos en que de abscesos pequeños de menos de 3 cm de
el diagnóstico es dudoso, se puede realizar un diámetro.
examen por punción con aguja fina, con biopsia Cuando el absceso es cortical y se sospecha
y cultivo del material. la diseminación hematógena, el organismo pa-
En niños con abscesos corticomedulares pro- togénico más frecuente es el Staphylococcus
ducidos por gérmenes Gram negativos se debe aureus, en cuyo caso se utilizarán antibióticos
específicos, dependiendo de la sensibilidad: cefa-
losporinas de primera generación o vancomicina.
En general, la fiebre se resuelve en 5 a 6 días
luego de la institución de la terapéutica y el dolor
dentro de las 24 horas. Si el curso clínico no es
satisfactorio, se debe pensar en un diagnóstico
incorrecto o una infección no controlada, tal como
un absceso perinéfrico o una bacteria resistencia.
En estos casos se debe recurrir a la aspiración
percutánea y si no es suficiente, al drenaje qui-
rúrgico. El tiempo de tratamiento recomendable
es de alrededor de un mes.
En caso de abscesos corticomedulares en pa-
cientes con procesos obstructivos, el tratamiento
FIGURA 12.11: TC convencional con contraste debe realizarse con cefalosporinas de tercera
intravenoso en fase nefrográfica, que muestra generación, penicilinas antipseudomonadales o
colección de paredes gruesas con realce en ciprofloxacina combinados o no con aminoglu-
anillo y contenido denso en su interior a nivel cósidos, hasta disponer de la sensibilidad. La
del riñón izquierdo en relación con absceso. duración de la terapéutica no está específicamene
(Cortesía Dr. RL Staffieri) determinada y debe realizarse en forma individual,
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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
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Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario
FIGURA 12.13: TC multicortes con contraste intravenoso en fase excretora que muestra colección
heterogénea, que compromete la valva posterior del riñón izquierdo y se extiende al espacio
pararrenal posterior en relación con absceso posinstrumentación urológica
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Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario
desarrollados, el 27% de los casos no pulmonares calcio, formación de estricturas, y puede contribuir
de tuberculosis afectan al aparato genitourinario, significativamente al deterioro de la función renal.
y el 8 al 15% de los pacientes con tuberculosis Los pacientes con tuberculosis renal no tratada
pulmonar desarrollan una infección en el sistema pueden perder por completo la función del riñón
genitourinario. A pesar de que la ruta presunta afectado, y la enfermedad puede extenderse a
de diseminación es desde el pulmón al riñón, todos los planos retroperitoneales, involucrando
menos del 50% de los pacientes con tuberculo- los tejidos adyacentes e incluyendo al colon. La
sis del tracto urinario presenta una tuberculosis tuberculosis puede producir insuficiencia renal
pulmonar activa. Alrededor del 25% de los pa- por dos mecanismos que involucran la infección
cientes con enfermedad genitourinaria presenta intrínseca por lesión parenquimatosa o la uropatía
una historia conocida de tuberculosis pulmonar, obstructiva. Los cambios inflamatorios causan
y un adicional 25-50% de pacientes presenta fibrosis del sistema colector y del uréter, lo que
evidencia radiográfica de una infección pulmo- puede inducir un cuadro clínico de uropatía obs-
nar previa subclínica. Sólo el 5 a 10% presenta tructiva que puede ser total o segmentaria. En
una enfermedad pulmonar cavitaria en actividad. la Tabla 12.1 se muestran las manifestaciones
Las personas en riesgo de activación de la urológicas de la tuberculosis.
infección a partir de un estado latente incluyen Con frecuencia la tuberculosis renal es sub-
aquellos que están inmunosuprimidos por el VIH, diagnosticada. Los síntomas son inespecíficos:
diabéticos, o pacientes con insuficiencia renal fiebre de poca magnitud, debilidad general, di-
crónica. Otros pacientes predispuestos a la pro- suria, nocturia, dolor suprapúbico, o síntomas
gresión de la enfermedad son los recipientes de urinarios de cistitis con hallazgos inespecíficos:
trasplante de órganos sólidos, en particular tras- hematuria, piuria con cultivos negativos. El com-
plante renal, portadores de neoplasias y adictos promiso crónico de la vejiga con la disminución
intravenosos. de su capacidad produce síntomas tales como
La tuberculosis renal resulta de la diseminación polaquiuria y urgencia miccional. Es habitual que
hematógena del M. tuberculosis en los capilares el paciente reciba varios tratamientos antibacteria-
glomerulares y peritubulares a partir de un sitio nos sin resolución de los síntomas. En el hombre
pulmonar de infección primaria. Se forman pe- es frecuente que coexistan la tuberculosis renal y
queños granulomas en la corteza renal en forma la genital. El epidídimo, seguido por la próstata,
bilateral, adyacentes a los glomérulos. Una alta es el sitio más involucrado.
tasa de perfusión y una tensión elevada de oxí- La tuberculosis genitourinaria se sospecha por
geno aumentan la posibilidad de proliferación del el hallazgo de orinas ácidas con piuria en ausencia
bacilo. En pacientes con una inmunidad celular de un agente microbiológico causal en la orina
intacta, se produce la inhibición de la duplicación (piuria estéril). La reacción de tuberculina o PPD
bacteriana con confinamiento del proceso a la habitualmente se hace positiva luego de 48-72 ho-
corteza. Múltiples granulomas corticales bilatera- ras de su realización. El cultivo para micobacteria
les pueden permanecer asintomáticos y estables de tres especímenes matinales de orina establece
por décadas. En algunos pacientes, el deterioro el diagnóstico en el 80 al 90% de los casos, pero
de los mecanismos de defensa conduce a la re- se requieren entre seis y ocho semanas para la
activación de los granulomas con agrandamiento positivización. La cistoscopia en ocasiones con-
y coalescencia. Los microorganismos pasan a tribuye al diagnóstico, observándose cambios in-
los túbulos renales con el desarrollo eventual flamatorios más marcados en la región del orificio
de granulomas caseosos y necrosis papilar. La ureteral que drena al riñón infectado. Los estudios
formación de granulomas, necrosis caseosa y la de PCR (reacción de la polimerasa en cadena) son
cavitación ulterior son estadios progresivos de la útiles para establecer el diagnóstico de la tuber-
infección, con la eventual destrucción del riñón. culosis extrapulmonar, habiéndose demostrado
La comunicación de los granulomas con el siste- sensibles y muy específicos. En algunos casos,
ma colector puede producir la diseminación del es necesario recurrir a una biopsia con aguja fina
bacilo en la pelvis renal, uréteres, vejiga urinaria y del riñón para certificar el diagnóstico.
órganos genitales accesorios. La respuesta cica- Debido a que la enfermedad tiende a presen-
trizal del huésped induce fibrosis, deposición de tarse en forma indolente, es frecuente que exista
181
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
una destrucción tisular avanzada antes de que se de baja atenuación, escaras y calcificaciones)
establezca el diagnóstico. Hay un amplio espec- pueden reconocerse en otras patologías, pero
tro de hallazgos imagenológicos de tuberculosis la combinación de tres o más de estos hallazgos
renal, dependiendo del estadio de la infección y es altamente sugestiva de tuberculosis.
de la respuesta inmune del paciente. Los estadios La ecografía es limitada para el estudio de la
precoces son mejor demostrados por el urograma tuberculosis renal. Dentro de sus hallazgos se
excretor (UE), en particular la necrosis papilar que describen masas renales focales pequeñas (de
puede no ser vista por TC. Los cálices afectados 0,5 a 1,5 cm), ecogénicas o hipoecoicas, con
por granulomas se muestran apolillados en este halo ecogénico periférico y las mayores a 1,5 cm
tipo de estudio. se presentan con ecogenicidad mixta de bordes
Las estricturas o estenosis pelvo-infundibula- mal definidos que pueden asociarse a áreas de
res pueden producir dilatación calicilar proximal necrosis y calcificaciones, engrosamiento muco-
(Figura 12.27) y, cuando son completas, el cáliz so piélico o ureteral, estricturas e hidronefrosis.
puede quedar aislado (cáliz fantasma) o generar Es frecuente la tuberculosis vesical secundaria
una hidronefrosis. El compromiso ureteral puede a la renal (33% de los pacientes), que es respon-
manifestarse en el UE con engrosamiento, ulcera- sable de la sintomatología. Se caracteriza por la
ción, irregularidades y fibrosis, que conlleva a la
formación de estricturas; o rigidez, dando lugar
al llamado uréter en mango de pipa.
En estadios avanzados pueden desarrollarse
cavidades secundarias a necrosis parenquimatosa
que comunican con el sistema excretor (Figu-
ra 12.28), grandes granulomas casificados que
pueden manifestarse en TC como masas corti-
cales hipodensas, cicatrices corticales focales
o difusas e incluso medulares, y calcificaciones
amorfas y distróficas que están presentes en el
40 a 70% de los casos. La combinación de tres
o más de estos hallazgos es altamente sugestiva FIGURA 12.27: Urograma excretor (A) y urograma
de tuberculosis renal. En estadios finales puede por RM (B) en plano coronal, que muestran
observarse un remanente renal no funcionante, estrictura piélica (flecha blanca) que se asocia
pequeño y calcificado, que representa una au- a dilatación y deformidad de todos los sistemas
tonefrectomía. (Figura 12.29) calicilares derechos. Se evidencia además
Los hallazgos descritos (estricturas pélvico- área de estrictura en tercio distal del uréter
infundibulares, necrosis papilar, masas corticales correspondiente (flecha gris).
182
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario
FIGURA 12.28: Placa focalizada de urograma FIGURA 12.29: Radiografía directa renovesical
excretor que muestra grandes cavidades renales focalizada que muestra riñón izquierdo
izquierdas que conectan con el sistema excretor disminuido de tamaño con calcificación
(asteriscos) y dilatación y deformidad de todos parenquimatosa difusa en relación con
los sistemas calicilares derechos (cabezas autonefrectomía (Cortesía del Dr. M. Broguet)
de flecha). Obsérvese el relleno de aspecto
APOLILLADO del uréter izquierdo en relación con
granulomas (Cortesía del Dr. M. Broguet) por cuatro meses de tratamiento con rifampicina
e isoniacida. Algunos autores recomiendan un
mínimo de nueve meses de tratamiento con una
presencia de edema mucoso con ulceraciones, extensión de seis meses más si existe evidencia
pudiendo existir tuberculomas únicos o múltiples de una infección severa o persistente. En caso
que alcanzan gran tamaño. En US o en el UE se de infecciones por bacilos resistentes, se deberá
ven paredes vesicales difusamente engrosadas e recurrir a la opinión de un infectólogo especialista.
irregulares y trabeculadas, que pueden asociarse En ocasiones es necesario recurrir al trata-
a estructuras ureterales y a unión vésico-ureteral miento quirúrgico. Los procedimientos invasivos u
fija con el consecuente reflujo. Con el tiempo las operatorios se han categorizado en siete grupos
lesiones se fibrosan y calcifican, observándose (Wise y col.): 1) drenaje por hidronefrosis (stent
una vejiga pequeña simétrica de paredes engro- ureteral o nefrostomía percutánea); 2) drenaje
sadas, en raras ocasiones con calcificaciones por abscesos y colecciones; 3) tratamiento local
parietales moteadas o curvilíneas. definitivo de una tuberculosis renal (nefrectomía
Hemal y col. realizaron recientemente un estu- parcial); 4) reconstrucción del tracto urinario su-
dio comparativo sobre la utilidad de los diversos perior (calico-pielo-ureterostomía, ureterolisis,
métodos diagnósticos para el reconocimiento ureteroneocistostomía, reemplazo ureteral); 5)
de la tuberculosis genitourinaria. En un estudio aumento del tamaño vesical; 6) reconstrucción de
de 35 pacientes con tuberculosis probada, 33 la uretra; y 7) manejo de la tuberculosis genital.
(94%) presentaron una PCR positiva; 10 (29%), Algunos autores sostienen que la existencia de
una tinción positiva en la orina; 13 (37%), un un riñón muy dañado impide la respuesta a la qui-
cultivo positivo en la orina; y 32 (91%), hallazgos mioterapia y tiene la potencialidad de desarrollar
radiográficos anormales. Las biopsias de vejiga complicaciones tales como abscesos, fístulas e
fueron positivas en 11 (46%) de 24 pacientes. hipertensión arterial, recomendando su ablación.
Se han producido avances significativos en el
tratamiento de la tuberculosis urinaria, con una mor- Malacoplasia
talidad que ha disminuido del 80% en el año 1946
al 8% en el año 1969. Sin embargo, aún existe una La malacoplasia (placa blanda) es un proceso in-
elevada frecuencia de deterioro renal, y hasta el flamatorio raro, relacionado con una respuesta
18% de los pacientes infectados presenta un riñón anormal a la infección crónica. La condición afecta
no funcionante cuando se realiza el diagnóstico. en el 40% de los casos a la vejiga, pero cualquier
El tratamiento recomendado es una etapa ini- localización del aparato urinario puede estar in-
cial de dos meses con cuatro drogas: rifampicina, volucrada, observándose en ocasiones fuera del
isoniacida, pirazinamida y etambutol, seguido mismo, en particular en el tracto gastrointestinal y
183
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
la piel. La mujer en la edad media de la vida, que compromiso bilateral en alrededor de la mitad
constituye el grupo demográfico más susceptible de los casos. Informes recientes de imágenes
a la infección urinaria recurrente del tracto urinario, de RM de malacoplasia describen una patente
desarrolla malacoplasia con una incidencia tres relativamente específica de múltiples nódulos de
o cuatro veces la correspondiente al hombre. El 1-2 cm con baja señal de intensidad en T1 y T2
organismo más recuperado es la E. coli. y refuerzo retardado del estroma fibroso.
La malacoplasia es un proceso no neoplásico, Ante la sospecha clínica e imagenológica, se
ocupante de espacio, que resulta de una altera- sugiere la realización de una biopsia, debido a que
ción del procesamiento intracelular de los orga- puede evitar la cirugía, puesto que el tratamiento
nismos ingeridos por los histiocitos. Los primeros médico exclusivo es efectivo en más del 90% de
casos fueron descritos por Michaelis y Gutmann, los casos. Los antibióticos con alta penetrancia
en 1902, quienes identificaron cuerpos de inclu- intracelular, como el trimetoprim-sulfimetoxazol
sión intracelulares en los macrófagos (histiocitos y las quinolonas son particularmente efectivos.
de Hansemann) presentes en lesiones que simu- Además se aconseja la administración de ácido
laban tumores en el sistema genitourinario. Estas ascórbico y agonistas colinérgicos.
inclusiones representan elementos bacterianos
fagocitados, constituyendo el elemento distintivo Bibliografía
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184
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario
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185
CAPÍTULO 13
La infección urinaria
asociada a la urolitiasis
JULIO CÉSAR BRAGAGNOLO, OSCAR SANSÓ, DANIELA STOISA
etc., pero todos ellos tienen una génesis que les de la urea también contribuye a la formación de
es común. Existen, como se mencionará más cálculos. El amonio también lesiona físicamente
adelante, factores predisponentes y desencade- a la capa protectora de glicosaminoglicanos del
nantes de esta patología, siendo el mecanismo urotelio. Los defectos en esta capa conducen a
molecular más aceptado el del desdoblamiento un daño ulterior del epitelio subyacente, al que se
de la urea por la enzima ureasa, producido por la pueden adherir los cristales y actuar como nidos
actividad de algunos gérmenes y hongos. para la formación de nuevos cálculos.
En la Figura 13.1 (Griffith, D; Osborne, C), se La ureasa está codificada por plásmidos y
establece el mecanismo de acción de la ureasa. puede ser trasmitida de un microorganismo a
La ureasa cataliza la hidrólisis de la urea a amo- otro (Grant, R y col.), por lo que si bien se ha
niaco y dióxido de carbono, y el amoniaco es señalado al Proteus mirabilis como responsable
subsecuentemente hidrolizado a amonio y iones de esta patología, existen múltiples gérmenes con
hidroxilo. Los iones amonio producen un aumento la capacidad de producir ureasa (Lester P. Wang,
del pH de la orina, facilitando la formación de io- Tabla 13.1). Sin embargo, el agente patógeno
nes de fosfato trivalentes (PO 43-) desde el fosfato más común productor de infecciones urinarias,
univalente, que se encuentra presente en la orina la Escherichia coli, rara vez produce ureasa.
normal. La combinación de fosfato trivalente y La formación de las litiasis de estruvita se pro-
la disponibilidad de iones amonio determinan la duce siguiendo los principios básicos de la forma-
cristalización del fosfato amónico-magnésico; ción de cálculos. La hipersaturación de los iones
la disponibilidad de iones de fosfato trivalente formadores de esta sal permite que precipiten en
permite la formación de carbonato de apatita. partículas, que se unen en cristales y por agrupa-
En adición a los componentes de fosfato amó- ción de los mismos se constituyen cálculos. Pero,
nico-magnésico y carbonato de apatita de los si bien este es el mecanismo fundamental, se debe
cálculos que son generados por estas reacciones tener en cuenta la alteración del flujo urinario en el
químicas, el amonio producido por la hidrólisis complejo mecanismo de la litogénesis.
188
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis
Bacterias
productoras
de ureasa
Riñón H 2NCONH 2
Cálculo (urea)
infectado Ureasa
Cálculo coraliforme
infectado
2NH 3+CO2
Daño por el (amonio)
amonio de los +H 2O
glicosaminoglicanos
del urotelio, 2NH4 ++OH-
lo que facilita
la adherencia
Uréter
de los cristales Aumento del
Vejiga pH urinario
Formación H 2PO4 -
continua de Cristales
cristales si
el pH es
HPO42- +H +
mayor de 7,2
Una característica que tiene este tipo de litia- dentro de ellos es inadecuada para su curación;
sis es la rapidez con que se forman y el tamaño en consecuencia, según Drach, la presencia de
que pueden alcanzar los cálculos, produciendo una litiasis infectada actúa como una fuente de
en ocasiones el llenado de las cavidades renales, infección urinaria continua.
dando lugar a la característica litiasis en asta
de ciervo o coraliforme, entendiendo como tal Factores de riesgo
aquellas litiasis que ocupan más de una porción
del sistema colector. Los pacientes en riesgo de formación de cálculos
Nemoy, Stamey, Thomson, Jennis y Mc Lean de estruvita son aquellos que presentan malfor-
han confirmado no sólo el origen bacteriano de maciones congénitas (patologías obstructivas,
estos cálculos, sino que constituyen una reserva riñón en herradura, etc.); las mujeres de mediana
de gérmenes dentro de su estructura. También edad; los ancianos; los pacientes con padecimien-
demostraron que la penetración de los antibióticos tos uroneurológicos, en particular los lesionados
189
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
medulares; los portadores de sondas a perma- A continuación se describen los métodos dispo-
nencia; los que presentan patologías obstructi- nibles y sus respectivas indicaciones.
vas adquiridas; los que tienen grandes pérdidas
de líquido e insuficiente reposición (quemados Tomografía computada (TC)
graves, trabajadores en altos hornos, cocineros, En el año 1995, Smith y col. demostraron la uti-
etc.); los sometidos a inmovilización prolongada; lidad de la TC sin contraste en el estudio de los
y todos aquellos con infecciones recidivantes o pacientes con sospecha de cólicos renales agu-
persistentes del sistema urinario. dos. Fue a partir de ese momento que muchos
centros médicos optaron por el estudio de TC en
Cuadro clínico lugar del urograma excretor (UE), en pacientes con
dolor agudo a nivel del flanco con sospecha de
Estos cálculos se caracterizan por su rápido cre- litiasis renal, siendo en la actualidad el estudio de
cimiento y por su desarrollo en forma asintomática elección. La TC ha evolucionado desde equipos
en la mayoría de los pacientes. Cuando presentan con una sola fila de detectores a equipos multi-
manifestaciones clínicas, pueden ponerse en evi- detectores con 64 canales o más (TCMS). Este
dencia mediante un cólico renal típico, con dolor avance ha tenido un impacto significativo en el
en la zona renal irradiado al flanco y genitales, o estudio del tracto urinario, surgiendo el término de
bien se pueden manifestar a través de infeccio- UroTC que incluye el estudio tanto del parénquima
nes urinarias recurrentes, una copiosa hematuria, renal como del sistema excretor. En la actualidad
dolores abdominales vagos, fiebre o urosepsis. es el método de elección para el estudio de la
En estos casos el análisis de orina mostrará un urolitiasis ya que es el de mayor sensibilidad (96
pH elevado (≥ 7), y con frecuencia se encontrarán al 100%) con una especificidad de 92 al 100%,
cristales de fosfatos amónico-magnésicos en el presentando mayor eficacia que la radiografía
sedimento urinario. El examen bacteriológico de directa renovesical asociada al estudio ecográfico
la orina es un predictor limitado de la coloniza- y ha reemplazado al UE haciéndolo obsoleto. La
ción microbiana del tracto urinario superior, en TCMSL brinda información anatómica detallada de
particular para predecir infección en presencia de cada porción mayor del sistema urinario: riñones,
obstrucción alta. Sin embargo, todos los pacien- sistema colector intrarrenal, uréteres y vejiga.
tes deben tener un cultivo de orina en el inicio de Permite la adquisición de imágenes isotrópicas
la evaluación, y cualquier infección activa debe a partir de las que se obtienen reconstrucciones
ser tratada con antibióticos apropiados. posteriores en los diferentes planos ortogonales
Las muestras de orina obtenidas de la pel- en 2 (MPR, MIP) y 3 (VR) dimensiones, con alta
vis renal en pacientes con cálculos altos que calidad diagnóstica y desplegando al sistema
son intervenidos quirúrgicamente son positivas excretor en su eje longitudinal. Las reconstruccio-
para infección en el 30-60% de los casos; por nes obtenidas de la fase excretora son similares
lo que se admite que la profilaxis antibacteriana a las imágenes del UE, aportando un estudio de
antes de la instrumentación es recomendable. formato familiar para el urólogo.
Sin embargo, existe una escasa correlación entre El estudio completo incluye la combinación
los resultados de cultivos de la orina obtenida de series sin y con contraste endovenoso, con
por micción y la orina de la pelvis renal. Por ello, fases nefrográfica y excretora. No se requiere la
aunque es recomendable obtener un urocultivo administración de material de contraste oral. La
preoperatorio, los resultados son poco confiables serie sin contraste es el estudio de elección en
para predecir la infección urinaria alta. pacientes con cuadro clínico de urolitiasis aguda
(dolor cólico agudo en flanco), urolitiasis crónica
Diagnóstico por Imágenes y en pacientes con hematuria. Muestra el núme-
ro, tamaño, localización (renal, piélica, ureteral,
En el curso de los últimos años las metodologías en unión vésico-ureteral o intravesical) y efecto
de diagnóstico por imágenes han alcanzado tales de los cálculos renoureterales sobre el sistema
progresos que su empleo es imprescindible para colector. (Figuras 13.2 a 13.7) Además permite
la adecuada evaluación de los pacientes porta- la evaluación de los cálculos radiolúcidos en el
dores de patología litiásica del aparato urinario. estudio por UE y el planeamiento terapéutico
190
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis
191
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
FIGURA 13.6: TCMSL corte axial sin contraste FIGURA 13.7: TCMSL sin contraste intravenoso
intravenoso que muestra microlitiasis múltiples con reconstrucción coronal oblicua, que
en el interior de la vejiga, en su sector lateral muestra litiasis obstructiva en tercio proximal
derecho (flechas). del uréter izquierdo (flecha) asociada a
importante hidronefrosis suprayacente
(asterisco). Nótese la marcada atrofia del
parénquima renal correspondiente.
los que no pueden recibir material de contraste
iodado endovenoso por antecedentes alérgicos,
insuficiencia renal o trasplante renal. El estudio alto costo con sensibilidad variable para detec-
puede realizarse de forma directa, con secuen- tar calcificaciones, por lo que muchas veces el
cias potenciadas en T2 que permiten visualizar diagnóstico de litiasis urinaria se hace mediante
de forma espontánea el líquido dentro del siste- signos secundarios de obstrucción (dilatación y
ma excretor, útil en casos de uronefrosis, o bien líquido perirrenal) y en ocasiones por la presen-
de forma indirecta luego de la administración de cia de un defecto de relleno persistente que se
gadolinio endovenoso que aporta además de la manifiesta como un área de vacío de señal no
información morfológica, información funcional realzante. (Figura 13.8 y 13.9) A pesar de ello, se
excretora y es útil en pacientes con sistemas ha reportado una sensibilidad de hasta el 90%
excretores no dilatados, permitiendo demostrar y especificidad del 100% en el diagnóstico de
nivel de obstrucción y su causa. Se deben utilizar
dosis reducidas de gadolinio en pacientes con
insuficiencia renal crónica dada su alta asociación
a la fibrosis sistémica nefrogénica y no debe ser
utilizado en pacientes embarazadas. El estudio
urográfico indirecto puede realizarse luego de la
administración de furosemida endovenosa, que
interactúa en forma positiva con el gadolinio pro-
duciendo mayor distensión del sistema excretor
y eliminación rápida y homogénea del material
de contraste dentro del mismo, lo que logra me-
jor detalle anatómico. Con independencia de la
metodología utilizada, las imágenes obtenidas
son reconstruidas en dos o tres dimensiones en
el plano coronal, con el fin de obtener imágenes FIGURA 13.8: UroRM directa (a) e indirecta (b)
similares a las del UE y para evitar superposición con reconstrucciones coronales de diferentes
de estructuras adyacentes que pueden degradar pacientes que muestran defectos de relleno
la calidad de imagen. Si bien es el estudio de piélicos (flechas) en relación con litiasis. Si
mayor caracterización tisular, sus resultados son bien se asocian con hidronefrosis suprayacente,
menos eficaces en cuanto a calidad diagnóstica se las considera obstructivas parciales
que los de la TCMSL, debido a su menor resolu- dado que logran visualizarse los uréteres
ción temporoespacial. Además, es un método de correspondientes.
192
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis
Ecografía (US)
Es útil en la detección de cálculos renales aunque
juega un rol secundario dado que su sensibilidad
es menor que la de la TC y variable, oscilando
en diferentes estudios entre 37 a 64% para la
detección de cálculos y 74 a 85% para la de- FIGURA 13.10: US corte longitudinal que muestra
tección de obstrucción aguda. No obstante, en imagen hiperecogénica con sombra acústica
el estudio de Middleton y col. se observó una posterior definida en relación con litiasis renal
sensibilidad del 95%. Su especificidad es del izquierda (flechas blancas)
193
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
194
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis
Tratamiento médico
Como se ha mencionado, el objetivo terapéuti-
co será evitar que los cálculos ya constituidos
aumenten su tamaño, impedir la formación de
nuevas litiasis y, si es posible, lograr la disolu-
ción de los fragmentos residuales. El tratamiento
FIGURA 13.13: DRV (a) y UE (b) que muestran médico debe constituir un complemento del tra-
litiasis proyectada en tercio superior del tamiento quirúrgico más que establecerse como
uréter derecho con obstrucción total (falta de tratamiento inicial. Ello se logrará a través de una
visualización del uréter distal) e hidronefrosis buena hidratación y acidificando la orina, ya sea
suprayacente con tratamiento antimicrobiano, tratando de eli-
minar los gérmenes productores de ureasa; con
una dieta acidificante, por medio del bloqueo
material de contraste iodado endovenoso, con- competitivo de los receptores de la ureasa; o
traindicado en pacientes con antecedentes de por medio del agotamiento del sustrato fosfato.
reacciones alérgicas o de insuficiencia renal. Ade- Hidratación abundante
más, es un estudio que puede demandar mucho En general, la mayoría de los autores coinciden
tiempo, sobre todo en pacientes que presentan en que se debe beber la cantidad necesaria de
obstrucción urinaria de alto grado. líquido que mantenga una diuresis diaria entre
Su sensibilidad es incierta. En un estudio rea- los 2 000 y 3 000 mL. El sentido de la buena
lizado por Smith y col., en pacientes con obs- hidratación sería aumentar la diuresis con el ob-
trucción urinaria, el UE no detectó el 58% de jeto de disminuir la saturación de los cristales de
los cálculos demostrados por TC sin contraste fosfatos amónico-magnésicos.
intravenoso, estudio que alcanzó una sensibilidad Dieta
aproximada al 100%. Si bien la dieta no sería de gran utilidad para
el tratamiento del cálculo ya formado, sí con-
Medicina nuclear tribuiría a su prevención. Con ella se intenta la
Provee excelente información sobre la función reducción de la carga de fosfatos de amonio y
renal pero brinda un detalle anatómico limitado de magnesio, como así también la disminución
y caracterización tisular de escaso valor. Podría del pH urinario por debajo de 7,2; nivel en el que
ser de utilidad para la decisión en cuanto a la dejan de precipitar los cristales (Biechler, Eipper
magnitud del tratamiento quirúrgico (conservador y Naber). Hay que hacer notar que hay autores
o nefrectomía). como Hugosson, mencionado por Drach, que
refieren que por debajo de un pH de 6,8 la orina
Tratamiento se encuentra subsaturada de fosfatos, pudiendo
en esta circunstancia producirse la disolución de
Programar el tratamiento de los pacientes con las concreciones.
cálculos de origen infeccioso no es tarea fácil, Es obvio que los pacientes con infecciones
ya que cada caso requiere una solución perso- urinarias y con tendencia a la formación de cál-
nal, teniendo en cuenta que es tan importante culos de estruvita no deben ingerir medicamentos
la eliminación de la litiasis existente como las que contengan magnesio o fosfatos. La dieta
medidas de prevención, para evitar la formación recomendada (acidificante urinaria) incluye ali-
de nuevos cálculos. mentos de origen animal (excepto los lácteos),
Es de hacer notar que los cálculos de estruvita huevos, carnes animales de todo tipo (vacuna,
recidivan en un 10% tras su eliminación completa porcina, aves, pescados, mariscos); cereales y
195
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
196
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis
mecanismo de acción es la unión irreversible con Para ello puede ser necesario el empleo de tra-
la ureasa y su efectividad depende de su gran tamientos combinados, por ejemplo una nefroli-
eliminación renal y de su facilidad para penetrar totomía percutánea o una pielolitotomía seguida
a través de la pared celular bacteriana. del empleo de una litotricia por onda de choque,
Su uso combinado con los antibióticos hace o complementar las ondas de choque con una
que se produzca una razonable acidificación uri- ureterolitotricia endoscópica.
naria, pero tiene como desventaja que un 20% Pielolitotomía y cirugía de la litiasis renal a cielo
de los pacientes debe suspender el tratamiento abierto
debido a los problemas neurológicos, hematoló- Desde que en 1879 Heinecke llevó a cabo la
gicos y dermatológicos que provoca. Los efectos primera pielolitotomía con éxito, muchas fueron
indeseables habituales son molestias gastrointes- las variantes de cirugía abierta utilizadas: pielo-
tinales, cefaleas, temblores, pérdida del gusto, litotomía ampliada, nefrolitotomía, nefrectomía
ansiedad y alucinaciones. Está contraindicado parcial, nefrolitotomía anatrófica; hasta llegar al
en pacientes con creatinina mayor de 2,00 y en injerto con autotrasplante renal.
mujeres embarazadas por su efecto teratogéni- La pielolitotomía consiste en la extracción a
co. La dosis inicial de administración es de 250 cielo abierto de la litiasis a través de una incisión
mg diarios por dos semanas, y luego se puede en la pelvis renal, ya sea convencional o amplia-
evaluar la posibilidad de aumentar la dosis a tres da, tratando de avanzar en el seno renal sobre
veces por día. el comienzo de los cálices. Fue muy utilizada en
el pasado pero solo lo es circunstancialmente en
Quimiolisis por lavado la actualidad debido a que, con el avance de la
La disolución de cálculos por técnicas de irriga- tecnología y con el empleo de las nuevas técnicas
ción de sustancias ácidas comenzó con Suby y quirúrgicas, sus indicaciones se han restringido
col. en 1942, pero recién en 1962 Mulvaney y de forma significativa.
Henning informaron acerca del uso con éxito de Nefrolitotomía anatrófica
la hemiacidrina al 10% para la disolución de los Este método fue popularizado por Smith y Boyce
cálculos urinarios de estruvita. Posteriormente se en el año 1968. Consiste en el abordaje del cálcu-
recomendó el empleo de una solución de ácido lo coraliforme a través de una gran incisión renal
acetohidroxámico. Debido a los inconvenientes a lo largo de la zona avascular que existe entre
que acarrea su empleo (larga internación, posi- la circulación anterior y posterior del órgano. Su
bles efectos tóxicos en pacientes con infección empleo se ha limitado en la actualidad. La prin-
residual), ha quedado limitado a aquellos pacien- cipal indicación, según las recomendaciones de
tes que presentan cálculos residuales luego del la AUA, son aquellos cálculos coraliformes cuya
tratamiento quirúrgico. estructura y tamaño hacen presumir que no van
a poder ser retirados en un razonable número de
Tratamiento quirúrgico tractos o sesiones de nefrolitotomía percutánea
En la actualidad se dispone de múltiples méto- o empleo de litotricia extracorpórea. Esto por lo
dos y dispositivos para realizar el tratamiento general ocurre cuando la superficie del cálculo
quirúrgico de las litiasis urinarias –cirugía a cielo supera los 2 500 mm2, como así también cuando
abierto, litotricia extracorpórea, nefrolitotomía se presentan en forma sincrónica anormalidades
percutánea, ureterolitotripsia endoscópica–, com- anatómicas, como por ejemplo una estenosis ure-
plementadas a su vez con ultrasonidos, Láser teropiélica. También está indicada en pacientes
o elementos electrohidráulicos, que varían en con obesidad mórbida.
calidad y potencia. La técnica a utilizar deberá Nefrolitotomía percutánea
adaptarse a cada paciente en particular, tenien- Este método, presentado en primera instancia por
do en cuenta los beneficios, riesgos y costos de Frenstrom y Johannson en el año 1976, consiste
cada una de ellas. en el acceso por punción percutánea a las cavi-
Si bien el objetivo es la extracción del cálcu- dades renales a través del cáliz inferior o medio,
lo, se debe destacar la importancia que tiene dejando luego de la dilatación correspondiente
su posible eliminación, ya que los fragmentos un tubo de Amplatz para permitir la introducción
litiásicos facilitan la perpetuación de la infección. de un nefroscopio y de los elementos de litotricia.
197
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
198
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis
componente de obstrucción intrarrenal que fa- tubular y glomerular. Esto no sólo generará una
vorece infecciones posteriores. La infección que alteración de la función renal sino también de la
se puede originar de esta manera evoluciona en peristalsis ureteral. Rose y col., en el año 1975,
fases, desde la pielonefritis a la pionefrosis litiá- establecieron que la presencia de infección uri-
sica, con perinefritis final, pudiendo en cualquier naria agregada deterioraba la función muscular
momento desarrollarse una sepsis sistémica. (Fi- ureteral. Esto fue postulado como la causa por
gura 13.14) la que es más difícil la expulsión de los cálculos
La infección urinaria añadida a la obstrucción retenidos en los pacientes infectados.
actúa como un efecto multiplicador sobre el de- Desde el punto de vista anatomopatológico
terioro de la función renal producido por esta la infección asociada a la obstrucción litiásica
última, provocando una destrucción acelerada provoca a nivel de la pelvis un engrosamiento,
del parénquima renal con atrofia, dejando pocas a menudo acompañado de abscesos miliares
posibilidades de recuperación funcional y llevan- en la corteza renal, que en un primer momento
do en forma lenta y progresiva a la insuficiencia se encuentra vascularizada e inflamada y por
renal crónica. acción de la infección se adelgaza. Además, se
Esta evolución puede ser rápida, por lo que obstruyen los infundíbulos calicilares observán-
ante esta situación debe descomprimirse sin de- dose zonas localizadas de pionefrosis a medida
mora la vía urinaria obstruida. Además, una vez que se dilatan los cálices. Es habitual que este
colonizado un cálculo por microorganismos, se proceso inflamatorio produzca una perinefritis,
perpetúa la infección, de manera que sólo podrá adhiriéndose el riñón a las superficies adyacentes.
solucionarse este problema con su eliminación. Cuando la infección renal entra en una etapa de
Litiasis, estasis e infección son tres factores cronicidad, el riñón se torna pequeño y pálido
que se potencian provocando los efectos antes debido a la proliferación del tejido fibroso.
mencionados. Una vez instalada la obstrucción Por todo lo descrito, la desobstrucción de la
por la impactación del cálculo en la vía urinaria, vía urinaria infectada es imperativa; según Drach,
se produce una rápida redistribución del flujo lo más precozmente posible. El riñón infectado y
sanguíneo renal desde los nefrones medulares obstruido puede ser drenado a través de la colo-
a las corticales, dando como resultado una dis- cación de un drenaje percutáneo o nefrostomía,
minución del Índice de filtrado glomerular (IFG) o a través de la inserción retrógrada de un stent
y del Flujo plasmático renal (FPR) lo que tiene ureteral. Yoshimura y col. no hallaron diferencia
como consecuencia una merma de la función en la evolución clínica entre los dos métodos,
Pionefrosis litiásica
IRC Muerte
FIGURA 13.14: Secuencia evolutiva de la infección renal producida por fenómenos obstructivos
199
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
200
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis
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201
CAPÍTULO 14
Fisiología de la continencia urinaria sistema simpático que regula la función del trac-
to urinario inferior se origina de neuronas en las
El término continencia hace referencia a la ca- vértebras décima torácica a segunda lumbar.
pacidad de almacenar orina hasta que ocurra Las señales eferentes son trasmitidas a través
una oportunidad aceptable para que se realice del nervio hipogástrico; las señales simpáticas
la micción. La función normal de la vejiga invo- promueven el almacenamiento de orina a través
lucra un ciclo de llenado, almacenamiento, y un de la relajación del detrusor y la contracción del
deseo consciente y la decisión de orinar. Este músculo liso en la uretra proximal. El principal
ciclo se basa en el control del músculo detrusor neutrotrasmisor para estos efectos es la norepi-
de la vejiga y la competencia de los mecanismos nefrina. Las señales parasimpáticas que regulan
esfinterianos. El deseo inicial de orinar ocurre la función del tracto urinario inferior se originan
cuando la vejiga está llena con una cantidad de de neuronas en el segundo, tercero y cuarto seg-
orina variable, entre 250 y 450 mL. A medida mento sacro. La activación de los nervios para-
que la vejiga se distiende, los nervios aferentes simpáticos resulta en la micción o evacuación
en la lámina propia de la submucosa trasmiten vesical a través de la estimulación directa del
mensajes a múltiples áreas modulatorias dentro músculo detrusor e indirectamente a través de
del cerebro. Estas áreas, en conjunto, inhiben la la apertura del mecanismo esfinteriano uretral.
micción hasta que el individuo toma una decisión El principal neurotransmisor que media la acti-
consciente de orinar. La protuberancia contiene un vidad parasimpática en el tracto urinario inferior
grupo especializado de neuronas conocido como es la acetilcolina. El sistema nervioso somático
el centro de la micción pontino, que coordina el inerva los músculos esqueléticos del organismo.
reflejo de la micción. Durante el lleno vesical, el Los nervios eferentes se originan de neuronas en
músculo detrusor permanece relajado y los mús- los segmentos espinales sacro dos a cuatro y, a
culos lisos y estriados del mecanismo esfinteriano través del nervio pudendo, inervan los músculos
de la uretra mantienen su tono, asegurando el estriados del mecanismo esfinteriano uretral, los
cierre de la salida de la vejiga. Cuando se produce músculos estriados periuretrales y los músculos
la micción, el músculo detrusor se contrae y los del piso de la pelvis.
esfínteres uretrales se relajan, asegurando una Las lesiones medulares afectan la función del
salida urinaria sin obstrucción. Las señales efe- músculo detrusor y del esfínter uretral, resultando
rentes desde los centros cerebrales y del tronco en una disfunción neurogénica de la vejiga. En
son trasmitidas a la vejiga a través del sistema minutos luego del insulto inicial, la médula espi-
nervioso autónomo. nal se edematiza, se altera el flujo sanguíneo y la
El sistema nervioso autónomo regula las fun- oxigenación y se dañan las células neurológicas
ciones autonómicas del organismo, incluyendo y los axones. Estos eventos producen una con-
la actividad del tracto urinario inferior; a través dición conocida como shock espinal, que dura
de los nervios simpáticos y parasimpáticos. El de algunas horas a varias semanas. Durante el
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
shock espinal, áreas no dañadas de la médula cateterización de la vejiga para obtener un ade-
sufren una alteración temporaria, causando in- cuado drenaje. El vaciamiento incompleto, la
hibición de todos los reflejos y funciones por de- elevación de la presión intravesical y el uso de
bajo del nivel de injuria, creando una situación no sondas contribuyen a un aumento del riesgo de
contráctil del detrusor. El retorno de la actividad infecciones sintomáticas del tracto urinario, y
refleja, tal como el reflejo bulbocavernoso, mar- constituyen una causa mayor de morbilidad en
ca el final del shock espinal y puede ser seguido los pacientes con injuria medular. La frecuente
de hiperreflexia, hipertonicidad e hiperactividad exposición a antibióticos aumenta el riesgo de
neurogénica del detrusor. La extensión y el tipo infección por agentes resistentes a ellos. Las
de daño al ciclo de vaciado vesical estarán deter- infecciones del tracto urinario interfieren con la
minados por la localización, magnitud y extensión rehabilitación y constituyen una causa de com-
vascular de la lesión. La extensión vascular hace plicaciones urológicas secundarias.
referencia al daño isquémico de la médula más Las infecciones nosocomiales del tracto uri-
allá del nivel ortopédico de injuria. Una lesión nario en pacientes lesionados medulares no son
completa produce pérdida sensitiva y motora; adecuadamente reportadas, aunque los datos de
con una lesión incompleta, el paciente puede los sistemas de cuidado crónico en EEUU indican
mantener la sensación. que la infección del tracto urinario es la compli-
Wein clasifica la disfunción evacuadora en cuatro cación médica más frecuente durante el periodo
grandes categorías: 1) fallo para almacenar debido agudo de rehabilitación en estos pacientes.
al mecanismo de salida; 2) fallo para almacenar En Estados Unidos existen más de dos mi-
debido al detrusor; 3) fallo para vaciar debido al llones de pacientes con lesión medular y veji-
mecanismo de salida; y 4) fallo para vaciar debido ga neurogénica, excluyendo aquellas de origen
al detrusor. En el contexto de la lesión medular, el congénito (mielomeningocele, disrafismo oculto,
fallo de almacenamiento es causado en forma ca- espinas bífidas, etc.), produciéndose alrededor
racterística por una hiperactividad neurogénica del de 11 000 casos nuevos por año. Estas lesiones
detrusor, definida como contracciones del detrusor medulares se deben en un 45% a accidentes de
que se producen durante el llenado vesical; ocurre tránsito, 22% a caídas, 16% a actos violentos
en forma característica en lesiones que afectan los traumáticos, y 13% a cánceres vertebrales y lesio-
segmentos espinales C2 a S1. El fallo para alma- nes deportivas (p. ej., zambullidas). Las lesiones
cenar debido al mecanismo de salida ocurre con medulares son más frecuentes en varones jóvenes
lesiones bajas que afectan las vértebras lumbo- (edad promedio: 31 años). Hasta mediados de los
sacras, los segmentos espinales S2-4. El fallo de 70, la insuficiencia renal y otras complicaciones
llenado debido al mecanismo de salida puede ser urológicas eran la principal causa de muerte en
causado por una disinergia detrusor esfinteriana. pacientes lesionados medulares; las infecciones
La disinergia detrusor esfinteriana se define como urinarias eran causa frecuente de bacteriemias,
una alteración de la coordinación entre la contrac- sepsis, e incluso muerte en pacientes con lesión
ción del músculo detrusor y la relajación del esfínter medular. En la actualidad, y fundamentalmente
estriado durante la micción. Como resultado, el debido a la mejoría en el manejo del sistema de
músculo detrusor y el esfínter estriado se contraen drenaje urinario, la prevalencia de injuria renal
al mismo tiempo, obstruyendo funcionalmente la ha disminuido de forma notoria. Sin embargo,
salida de la vejiga. Este problema se presenta en la infección del tracto urinario sigue siendo una
diferentes puntos luego de la lesión medular. En de las causas principales de morbimortalidad
función de las alteraciones precedentes, es obvio luego de una lesión medular con complicacio-
que los cambios en el manejo de la vejiga en estos nes importantes como pielonefritis, prostatitis,
pacientes deben ser evaluados en todos los mo- bacteriemias, litiasis renal e insuficiencia renal.
mentos de la rehabilitación. La interpretación y comparación de los estu-
dios existentes es dificultosa debido a que invo-
Epidemiología lucran varias definiciones y distintos factores de
riesgo. En un estudio descriptivo prospectivo de
Las lesiones medulares alteran la dinámica lesiones medulares y cateterización intermitente
de la micción y por lo general requieren de la o utilización de condón para el drenaje vesical,
204
Capítulo 14: Infecciones urinarias en pacientes lesionados medulares
Waites y col. observaron que la incidencia de 102 ufc/mL (ufc: unidades formadoras de colonia)
bacteriuria significativa, definida por al menos puede estar asociada con una infección urinaria
10 5 ufc/mL de orina, era de 18,4 episodios por sintomática; en pacientes sin sondaje vesical pero
persona por año, con una incidencia asociada con colector externo (condón) se sugiere como
con fiebre de 1,82 episodios por persona por año. valor significativo ≥ 10 4 ufc/mL, y cualquier creci-
Whiteneck y col., en forma retrospectiva, notaron miento en aquellos con catéteres permanentes o
una incidencia anual de 20% de infecciones del en aspirados suprapúbicos (National Institute on
tracto urinario en lesionados medulares. King y Disability and Rehabilitation Research). El hallaz-
col. compararon en forma prospectiva diversos go de más de un tipo de germen en el urocultivo
métodos de cateterización intermitente en pa- de pacientes con sondaje vesical crónico no es
cientes hospitalizados con lesiones medulares, infrecuente y puede ser problemático. El hallazgo
y reportaron una probabilidad diaria de infección de más de un tipo de germen en un urocultivo en
del tracto urinario del 0,0096 en el grupo de téc- la población general es considerado como conta-
nica estéril. Esclarin de Ruz y col., por último, minación, sin embargo, este hallazgo en pacientes
informan una incidencia total de bacteriuria de con vejiga neurogénica no debe descartarse. La
2,72/100 personas/día. La incidencia en pacien- coexistencia de varios uropatógenos en un mismo
tes con cateterización permanente fue más alta, paciente no es un evento raro; la presencia de
del 5/100 pacientes/día. Prácticamente todos bacteriemia concomitante en algunos casos de
los pacientes presentaron al menos un episodio infección urinaria alta destaca el valor patogéni-
de bacteriuria debido a la cateterización vesical. co de las cepas aisladas en orina, siendo difícil
Como consecuencia de lo descrito, el manejo, discernir en principio cuál juega el rol principal.
prevención y tratamiento de las infecciones urina- Por lo tanto, en pacientes con fiebre y sospe-
rias en pacientes lesionados medulares demanda cha de infección urinaria se recomienda tomar
una importante cantidad de recursos materiales muestras para hemocultivos con el fin de detectar
y humanos. una bacteriemia asociada que definirá la infección
urinaria como alta (pielonefritis).
Definición La presencia de bacteriuria no implica infección
sino que puede ser sólo colonización sin invasión.
La bacteriuria es casi universal en los pacientes La detección de piuria tampoco es confirmatoria
con lesión medular. Puede ser sólo una coloni- de infección dado que puede observarse en otras
zación bacteriana, llamada bacteriuria asintomá- entidades inflamatorias no infecciosas (presencia
tica, que sin embargo puede transformarse en de catéter endovesical, procedimientos uroló-
una infección invasiva, causando una infección gicos, litiasis, nefritis, etc.). En cambio, la falta
urinaria durante la hospitalización y la rehabili- de piuria sí podría ser un predictor razonable de
tación, pudiendo ser recurrente y estar presente ausencia de infección urinaria con cierto grado
prácticamente durante toda la vida del paciente. de certeza.
Al igual que en otras poblaciones de pacientes
que requieren cateterización vesical, la cuantifi- Factores predisponentes
cación de la bacteriuria en pacientes con lesión
medular no sirve para diferenciar entre coloniza- La mayoría de los pacientes con vejiga neuro-
ción e infección urinaria sintomática. Siempre es génica sufren episodios frecuentes de infección
recomendable que el cultivo sea obtenido luego urinaria. Los factores relacionados con la lesión
de cambiar el catéter, debiendo desecharse los medular que contribuyen a aumentar el riesgo de
especímenes obtenidos del catéter anterior. infecciones urinarias incluyen: 1) el vaciamiento
Es importante tener en cuenta el método de incompleto de la vejiga; 2) la baja compliance de
drenaje vesical utilizado en estos pacientes para la pared vesical; y 3) la inserción de un catéter
valorar el significado cuantitativo de la bacteriu- vesical.
ria. Así, a diferencia del valor de corte utilizado El vaciamiento incompleto de la vejiga durante
en pacientes con micción espontánea, en pa- la micción conduce a que la orina permanezca en
cientes dependientes de sondaje intermitente, la vejiga y actúe como un medio para el crecimien-
la presencia de crecimiento bacteriano de sólo to bacteriano. En pacientes con lesión medular, la
205
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
contracción de los músculos estriados del meca- permanente se ha descrito como el factor de
nismo esfinteriano crea una turbulencia durante la riesgo más importante para producir infección
micción haciendo que la orina se mueva, desde urinaria en pacientes con lesión medular. El ca-
la parte distal de la uretra colonizada a la uretra teterismo intermitente constituye el método más
proximal usualmente estéril, incrementando el utilizado de vaciado vesical, aunque con cierto
riesgo de colonización e infección. riesgo de trauma uretral en hombres; las técnicas
La baja compliance de la pared vesical predis- de percusión y la Credé manoeuvre pueden ser
pone al desarrollo de infecciones altas y urosepsis aceptables si el paciente es monitoreado. Por lo
creando una estasis que afecta a todo el tracto general se requiere el uso de condones externos
urinario. Este trastorno es causado por la obs- para el manejo de la incontinencia en el paciente
trucción crónica del mecanismo de salida con la con reflejo miccional; estos dispositivos se asocian
deposición de un exceso de colágeno en la pared a menor tasa de infección urinaria que el uso de
vesical, fibrosis de la pared vesical producida sonda permanente o cateterismo intermitente.
por las infecciones recurrentes o por inflamación Es interesante que un autor encontró disminu-
crónica, o hipertonicidad del detrusor durante el ción de la tasa de infecciones urinarias en pacien-
vaciamiento vesical. La baja compliance de la pa- tes con lesión medular hospitalizados, cuando se
red vesical resulta en una elevación sostenida de utilizaba un introductor uretral de 1,5 cm de largo
la presión del detrusor durante el mecanismo de en cada cateterización intermitente, evitando el
vaciado. Esto conduce a estasis o reflujo urinario, contacto de la sonda con la uretra distal conta-
dilatación de los uréteres y, en última instancia, minada con gérmenes en potencia patogénicos.
de la pelvis renal, produciendo una ureterohidro- Se ha comprobado que algunos factores de-
nefrosis con reflujo vésico-ureteral. Como resul- mográficos participan del riesgo de desarrollo
tado, las bacterias presentes en el tracto urinario de infecciones urinarias en esta población. Estos
inferior ascienden al tracto superior, desarrollando factores incluyen pacientes con una disminuida
pielonefritis e incluso urosepsis. Si esta situación independencia funcional o aquellos que requieren
persiste, se compromete la función renal debido una asistencia completa, y que habitualmente se
a la distensión e isquemia de la pared vesical y relacionan con un nivel alto de lesión medular.
reflujo a los uréteres, cronificando la situación. La dependencia de un grupo de asistencia y la
En cuanto a los pacientes con catéteres vesi- escasa higiene personal se han asociado con un
cales crónicos (transuretrales o suprapúbicos), aumento de la incidencia de infecciones urinarias,
la bacteriuria ocurre en casi el 100% de ellos es probable que debido a una mayor penetración
luego de 30 días. Confirmando esto, estudios de la flora entérica en la uretra y la vejiga.
prospectivos han observado que los indicadores En la serie de Esclarin de Ruz y col., los facto-
de riesgo de infección urinaria son la realización res de riesgo asociados con más de una infección
de procedimientos urológicos sin profilaxis anti- del tracto urinario fueron la presencia de lesión
bacteriana, la injuria medular a nivel cervical y el a nivel cervical, los procedimientos invasivos y
cateterismo crónico. la permanencia de la cateterización vesical por
Considerando que el objetivo final en estos más de 30 días. Los factores de riesgo asociados
pacientes es la preservación de la función renal, con infecciones urinarias a repetición fueron la
la elección del sistema de drenaje de la vejiga presencia de reflujo vésico-ureteral y la necesi-
constituye un factor importante para reducir la dad de asistencia completa o máxima para las
incidencia de infecciones urinarias. Si bien algu- actividades diarias.
nas técnicas de cateterización son más seguras
que otras, ninguna puede ser llevada a cabo sin Etiología
el riesgo potencial de introducir organismos en el
tracto urinario. De todas maneras, de ser posible, El desarrollo de una infección urinaria es el resul-
se prefiere la cateterización intermitente debido a tado de la interacción entre las defensas del hués-
que se ha demostrado que provoca menores tasas ped y la virulencia bacteriana. Los mecanismos de
de bacteriuria que la cateterización permanente, defensa incluyen el efecto de barrido mecánico
y prácticamente elimina las otras complicaciones urinario, la inmunidad celular, la producción de
asociadas al cateterismo crónico. El cateterismo anticuerpos locales y la capa mucosa superficial
206
Capítulo 14: Infecciones urinarias en pacientes lesionados medulares
207
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
con litiasis o abscesos. La radiografía directa col., por su parte, han destacado el valor de la
renovesical puede ayudar para visualizar el borde cateterización suprapúbica crónica.
renal, o litiasis radiopacas del tracto urinario y A pesar de lo anterior, la cateterización inter-
las estructuras óseas adyacentes. mitente también se asocia con una incidencia au-
La tomografía computada renovesical, en pa- mentada de bacteriuria, que puede ser influencia-
cientes con lesión medular e infección urinaria, da por la frecuencia de cateterización. A medida
puede ser muy útil ante la sospecha de coleccio- que el intervalo entre la cateterización aumenta,
nes en el espacio retroperitoneal (tumor o absce- la incidencia de infección puede aumentar. Los
so). La resonancia nuclear magnética urológica pacientes que son incapaces de realizar una ca-
puede ser sumamente informativa en el estudio teterización intermitente por sí mismos también
de alteraciones morfológicas del árbol urinario (p. presentan un mayor riesgo de infección.
ej., pacientes con vejiga neurogénica de origen Debido a que la bacteriuria asintomática
congénito con doble vía excretora, uréter ectó- puede progresar a infección sintomática y a la
pico, ureterocele, etcétera). limitada eficacia de las medidas tradicionales
En el manejo de los pacientes con vejiga neu- tendientes a disminuir la frecuencia de infec-
rogénica e infección urinaria, tiene especial im- ción urinaria en pacientes lesionados medulares,
portancia la realización de un estudio urodinámico diversos investigadores han estudiado nume-
completo, que evalúa el funcionamiento del tracto rosas intervenciones con resultados variables.
urinario con medición de presiones y flujos. Este Un estudio observacional prospectivo reciente,
estudio permite hacer un diagnóstico correcto no randomizado, demostró una menor tasa de
de la dinámica miccional y predecir el riesgo de infección urinaria en comparación con tasas pre-
deterioro del tracto urinario alto en pacientes vias a la intervención, en pacientes lesionados
con vejiga neurogénica; de esta forma es posible medulares con vejiga neurogénica, a quienes se
comenzar un tratamiento médico y/o quirúrgico les indicó tratamiento antibiótico oral (trimeto-
basado en las anormalidades encontradas. prima-sulfametoxazol, nitrofurantoína, cefixima,
amoxicilina o fosfomicina) una vez por semana en
Prevención forma cíclica y teniendo en cuenta la presencia
de gérmenes en urocultivos semanales (Salomón,
Las medidas principales para prevenir la infección J y col.). Sin embargo, dada la complejidad del
urinaria en pacientes con vejiga neurogénica in- diseño y el hecho de no tener un grupo control,
cluyen el lavado de manos, la higiene local, y la es difícil generalizar los hallazgos de dicho estu-
educación del paciente y del personal de salud dio, requiriéndose más estudios clínicos antes
involucrado. Los centros de atención de pacientes de recomendar el uso de antibióticos cíclicos
con lesión medular deben contar con un sistema en esta población. Por otra parte, este enfoque
activo de control de infecciones para evaluar, puede llevar el riesgo de seleccionar cepas resis-
entre otros aspectos, la transmisión horizontal tentes que luego serían de más difícil tratamiento
(de paciente a paciente o de trabajador de salud y, además, expone a los pacientes a los efectos
a paciente) de los uropatógenos que muchas adversos de los antibióticos. En ciertos casos,
veces poseen resistencia antibiótica. sin embargo, el tratamiento de estas bacteriurias
El uso de un sistema de drenaje urinario ce- puede justificarse para evitar complicaciones,
rrado desde hace casi medio siglo ha protegido como en pacientes embarazadas, en aquellos
dramáticamente contra las infecciones del tracto con litiasis urinarias asociadas a organismos
urinario. Optimizar el drenaje, cambiando siem- ureasa-positivos, o previo a la realización de
pre que sea posible de sondaje permanente a una instrumentación urológica.
cateterización intermitente o a condón externo, Un adecuado ingreso de fluidos es importante
sigue siendo parte importante en la prevención de para mantener el flujo urinario. La recomenda-
las infecciones urinarias. La incidencia de litiasis ción habitual es ingerir entre 1 500 y 2 000 mL
vesical, una condición asociada con infección diarios de líquidos. El excesivo ingreso de fluidos
urinaria, es también más baja en pacientes que puede producir distensión vesical y un ingreso
dependen de cateterización intermitente que en inadecuado aumenta la concentración urinaria e
aquellos con catéter permanente. Sugimura y irrita la pared vesical.
208
Capítulo 14: Infecciones urinarias en pacientes lesionados medulares
Es importante notar que, como podía esperar- entre la infección superior e inferior del tracto uri-
se, la mejoría de los parámetros urodinámicos (p. nario, no es clínicamente práctico. Además, no
ej., logrando mayor capacidad vesical con menor existe un análisis urinario (p. ej., detección de capa
presión) mediante el tratamiento con inyecciones de anticuerpos rodeando uropatógenos) capaz
de toxina botulínica A en el músculo detrusor, de localizar con eficacia el sitio del tracto urinario
en pacientes con hiperactividad neurogénica de afectado en pacientes con vejiga neurogénica. Es
este músculo, logró disminuir la incidencia de lógico sospechar pielonefritis en presencia de fiebre
infecciones urinarias sintomáticas en esta po- alta, escalofríos, toxicidad sistémica o leucocitosis.
blación (Game, X y col.). Se han estudiado otras La localización de la infección es importante para
intervenciones, como la instilación intravesical determinar la duración del tratamiento antibiótico.
de una cepa de E. coli no patogénica, que de- Hay que tener en cuenta que el tratamiento an-
mostró efectos beneficiosos en la prevención de tibiótico de solo tres días de duración, que sue-
infecciones urinarias; sin embargo, se necesitan le ser suficiente para infecciones urinarias bajas
otros ensayos clínicos que confirmen dichos ha- en individuos sin otras patologías, no puede ser
llazgos. Por otra parte, el uso de arándano (en extrapolado a pacientes con vejiga neurogénica.
forma de tabletas) no se ha asociado con una Las alteraciones anatómicas y funcionales hacen
disminución de la tasa de infecciones urinarias que se recomiende en estos pacientes un curso
en pacientes con vejiga neurogénica por lesión de antibióticos de 7 a 10 días, aunque esta con-
medular en un estudio doble ciego aleatorizado. ducta no ha sido evaluada en ensayos clínicos
Tampoco han demostrado ser efectivos en esta aleatorizados. En los pacientes con signos de in-
población el uso de antisépticos locales (p. ej., fección urinaria alta (pielonefritis) o presencia de
clorhexidina) en la zona perineal o uretral antes reflujo vésico-ureteral significativo, el tratamiento
de la cateterización vesical, la irrigación vesical antibiótico debe extenderse hasta dos semanas.
con antibióticos (neomicina/polimixina), o la aci- Un tratamiento más prolongado, de cuatro a seis
dificación de la orina por medio de las sales de semanas, es recomendable para pacientes con
metenamina. En aquellos pacientes con sondaje infección persistente, recaídas frecuentes, o pre-
vesical permanente, debido a que las infecciones sencia de foco infeccioso prostático. En pacientes
son causadas mayoritariamente por gérmenes con infección persistente, recaída documentada
formadores de biofilms, en ciertas circunstancias de la infección (por la misma cepa bacteriana), o
es recomendable cambiar la sonda vesical cada frecuentes reinfecciones (por organismos diferen-
una o dos semanas (Biering-Sorensen). tes), el tracto urinario debe ser investigado para
Hallazgos preliminares sugieren que la colo- detectar anormalidades anatómicas y funcionales
nización con cepas de E. coli 83972 (interfe- (incluyendo reflujo vésico-ureteral y volumen resi-
rencia bacteriana) puede reducir la frecuencia dual alto en la vejiga).
de infecciones urinarias en pacientes con vejiga El tratamiento empírico en pacientes con vejiga
neurogénica secundaria a una lesión medular. neurogénica y fiebre debe sustentarse en datos
epidemiológicos locales de cada centro. Dentro
Manejo y tratamiento de los esquemas habituales se incluyen las fluo-
roquinolonas, las cefalosporinas de segunda y de
En primer lugar, debe evitarse el tratamiento de la tercera generación, las cefalosporinas con activi-
bacteriuria asintomática en pacientes con vejiga dad antipseudomónica (ceftazidima, cefepime),
neurogénica, a menos que el paciente vaya a ser aminoglucósidos, carbapenemes, etc. Hay que
sometido a una instrumentación de la vía urinaria tener la historia previa del paciente con especial
o si es mujer, que esté embarazada; así se evitará referencia a los cultivos previos y a la sensibilidad
la selección de microorganismos resistentes a los antibiótica de los gérmenes aislados, y a los trata-
antibióticos de uso común. mientos antibióticos recibidos con anterioridad al
El manejo óptimo de la infección urinaria sinto- nuevo episodio. Una vez aislado el uropatógeno,
mática depende de la ubicación de la infección y el antibiótico debe ser adecuado de acuerdo a la
la condición del huésped. (Tabla 14.1) El análisis sensibilidad del mismo, prefiriendo la elección de
de muestras de orina obtenidas por cateterización aquel con menor espectro y mejor concentración
ureteral, el procedimiento definitivo para distinguir urinaria y/o renal.
209
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
TABLA 14.1: Pautas generales sobre el manejo de pacientes lesionados medulares con infecciones del
tracto urinario
Pauta Comentario
No tratar la bacteriuria asintomática Excepto en embarazadas, antes de una
instrumentación urológica, o en pacientes con
urolitiasis y gérmenes ureasa-positivos
La presencia de piuria puede ayudar a considerar Debe realizarse ante la sospecha, pero no es
el diagnóstico. siempre indicativa de infección urinaria.
Tener en cuenta síntomas alternativos de Los síntomas habituales no están presentes.
infección urinaria como disreflexia, incotinencia,
etcétera
Realizar tratamiento prolongado (4 a 6 semanas) Debido a la existencia de probable foco séptico
en pacientes con infecciones persistentes o prostático
recurrentes
Intensificar prácticas de control de infecciones Esto ayudaría a evitar su transmisión nosocomial. La
en pacientes en centros de rehabilitación higiene y el lavado de manos son fundamentales.
con infecciones urinarias por gérmenes
multirresistentes
La infección urinaria febril (probable pielonefritis) Puede utilizarse la vía oral si el paciente presenta
debe ser tratada con 14 días de antibióticos. mejoría clínica a las 48-72 hs. y si hay un antibiótico
disponible.
No utilizar nitrofurantoína para infecciones Este antibiótico no alcanza concentraciones
urinarias febriles terapéuticas en parénquima renal.
Realización de estudios urodinámicos Permite medicar para mejorar la funcionalidad y
disminuir la frecuencia de infecciones urinarias.
Evaluación urológica por medio de ecografía Método útil no invasivo para descartar ectasias,
reno-vésico-prostática litiasis, abscesos perirenales y prostáticos, etcétera
210
Capítulo 14: Infecciones urinarias en pacientes lesionados medulares
211
CAPÍTULO 15
214
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento
215
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
estudio demostró una disminución en la tasa de profilaxis para la BPT, un significativo número de
bacteriemia de un 4 a un 1%, con una reducción pacientes puede tener una infección urinaria se-
también significativa en el uso de antibióticos vera, y que esto probablemente esté relacionado
posterior al procedimiento. Se observaron más con la presencia cada vez más frecuente de cepas
efectos adversos en el grupo de pacientes que de E. coli resistentes a quinolonas.
recibieron profilaxis antibiótica (1,8 vs. 0,7%). La profilaxis antibiótica previa a la realización
No se han efectuado estudios aleatorizados para de la BPT se ha evaluado en numerosos estudios.
otros procedimientos cistoscópicos involucrando En uno de ellos, con diseño a doble ciego, multi-
manipulación transuretral (biopsia vesical, prosta- céntrico y controlado con placebo, la utilización
tectomía con láser, cateterización ureteral, etc.), de una dosis de ciprofloxacina (500 mg, 30 a 120
pero la similitud de estos procedimientos en cuanto minutos antes del procedimiento) redujo de modo
a invasividad y potencial trauma tisular sugiere que significativo la frecuencia de bacteriuria posterior
los datos publicados sobre la resección prostática hasta el día 15 después de la BPT. La mayoría
y de tumores vesicales por vía transuretral pueden de los pacientes habían recibido enema previo,
ser razonablemente extrapolados a estos procedi- y el promedio de biopsias obtenidas fue de 4 en
mientos cistoscópicos con manipulación. los 2 grupos. Aún así, 3% de los pacientes que
recibieron ciprofloxacina tuvieron bacteriuria y 3%,
Biopsia prostática transrectal infección urinaria (Kapoor, D y col.). Otro estudio
En el mundo se ha detectado un aumento del aleatorizado demostró que no había beneficios en
cáncer prostático, lo que ha llevado a un mar- administrar antibióticos por tres días consecutivos
cado incremento del procedimiento de elección (Aron, M y col.), aunque sin duda son necesarios
para su diagnóstico, la biopsia prostática trans- más estudios para confirmar estos hallazgos.
rectal (BPT). Asimismo, en los últimos años, ha Corroborando la importancia de la resisten-
aumentado de manera considerable el número cia antibiótica a las fluoroquinolonas, otro estu-
de biopsias prostáticas tomadas por cada pro- dio retrospectivo que incluyó 1 273 pacientes,
cedimiento, para disminuir las tasas de falsos a quienes se le hicieron BPT entre el año 2004
negativos asociadas con él. Desde el inicio del y el 2006 (Feliciano, J y col.), comprobó que un
uso de la BPT se han reportado complicacio- 2,4% de ellos se presentó dentro del mes con
nes infecciosas variadas, incluyendo no sólo in- síntomas de infección urinaria; la mayoría de los
fecciones urinarias complicadas sino también cultivos fueron positivos para E. coli y, de estos,
bacteriemias, shock séptico y focos sépticos el 90% era resistente a quinolonas. Estos autores
distantes por siembra hematógena. Un estudio han demostrado incluso un aumento progresivo
realizado a principios de los 90, estimó que, sin anual de la tasa de complicaciones infecciosas,
la administración de antibióticos profilácticos, asociado a un aumento de la resistencia a las
la tasa de bacteriuria, de infección sintomática fluoroquinolonas. Por lo tanto, se sugiere reali-
y de necesidad de hospitalización era del 8, 5, y zar un seguimiento bacteriológico estricto en los
2, respectivamente, tras la realización de la BPT. sitios donde se practica gran cantidad de estos
Estas tasas son altamente variables de acuerdo a procedimientos, para evaluar la eficacia de los
la población incluida y al lugar donde se realice el antibióticos utilizados como profilaxis.
estudio. Así, un estudio retrospectivo que analizó
207 pacientes con BPT por sospecha de cáncer, Braquiterapia prostática
en los años 2002-2003, demostró que un 6,5% No hay estudios aleatorizados que evalúen la
de los pacientes tuvieron una infección urinaria profilaxis en estas situaciones. Un solo estudio
febril que requirió internación, habiendo recibido reportó una infección urinaria sintomática en 125
todos ellos profilaxis con ciprofloxacina (Otrock, pacientes, a quienes se les practicó braquiterapia
Z y col.). En todos los casos donde hubo rescate prostática por vía perineal, utilizando una dosis
bacteriológico (10 de 13 pacientes), el germen de cefazolina preoperatoria endovenosa.
fue Escherichia coli resistente a ciprofloxacina,
tres de ellas eran productoras de Elactamasas de Litotricia extracorpórea
espectro extendido (BLEE). Esto demuestra que, Se estima que el riesgo de infección urinaria
aun con la administración de ciprofloxacina como poslitotricia es bajo si el urocultivo previo al
216
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento
procedimiento es negativo, y de hecho algunos sonda vesical, en comparación con placebo. Una
estudios no han podido detectar beneficios en revisión de los trabajos publicados concluye que
la utilización de antibióticos profilácticos. Sin hay limitada evidencia que demuestre que la ad-
embargo, un metanálisis de 8 estudios aleatori- ministración de antibióticos durante los primeros
zados demostró una reducción de la bacteriuria tres días del posoperatorio, o desde el segundo
posprocedimiento del 5,7 al 2,1%, aun con uro- día del posoperatorio hasta el retiro de la sonda,
cultivos previos negativos; además se observó reduce la posibilidad de infección en pacientes
una relación costo-efectividad positiva (Pearle, quirúrgicos con sondaje colocado por más de
M y col.). Con base en estos resultados, se ha 24 horas. Por ello, se recomienda la utilización
recomendado la utilización de profilaxis antes de de antibióticos al momento del retiro de la sonda
la realización de litotricia, aunque otros autores vesical en aquellos pacientes con los factores de
recomiendan su utilización solo ante la presencia riesgo descritos más atrás. Alternativamente, si
de factores de riesgo habituales, en particular se dispone de un urocultivo previo, se puede
diabetes y los mencionados más atrás. administrar un curso entero de antibióticos de
acuerdo a la bacteriuria documentada, u omitirlo
Nefrolitotomía en aquellos con urocultivo negativo.
No hay ningún estudio aleatorizado que evalúe En la Tabla 15.1 se refieren las indicaciones
la necesidad del uso de profilaxis en este pro- de profilaxis antibiótica en los procedimientos
cedimiento. Sin embargo, un estudio realizado anteriormente descritos.
en 1986 mostró tasas del 35% de infección uri-
naria posterior a una nefrolitotomía percutánea Profilaxis antibiótica
(urocultivos previos negativos). Otro estudio pos-
terior no aleatorizado demostró el beneficio de
en situaciones especiales
las fluoroquinolonas administradas como única Pacientes con prótesis de cadera o rodilla
dosis, sin beneficio en seguirlas hasta el retiro del Los pacientes con prótesis de cadera o rodilla
tubo de nefrostomía, si estuviera presente. Por lo tienen mayor probabilidad de siembra hematógena
tanto, se sugiere la administración de profilaxis en presencia de una bacteriemia determinada.
antibiótica a todos los pacientes sometidos a En estos, el riesgo parece ser mayor dentro de
este procedimiento, aunque el nivel de evidencia los dos años de que dicho material protésico
científica no sea el óptimo. haya sido colocado, o aquellos que sean inmuno-
comprometidos o hayan padecido una infección
Ureteroscopia protésica previa. A su vez, los procedimientos
En un estudio aleatorizado que incluyó 113 pa- que pueden estar asociados a bacteriemia, y por
cientes, a quienes se les realizó una ureteroscopia lo tanto producir un foco infeccioso en el mate-
para remoción de litiasis, el tratamiento profilácti- rial protésico, son: 1. Cualquier manipulación de
co con levofloxacina disminuyó significativamente litiasis urinaria; 2. Procedimiento endoscópico
la incidencia de bacteriuria en comparación con del aparato urinario alto; 3. BPT; y 4. Cualquier
el placebo (13 versus 2%). Otro estudio observó procedimiento que corte el tracto urinario o in-
similar incidencia de infecciones urinarias utili- volucre al intestino. También deberían incluirse
zando ciprofloxacina vía oral versus cefazolina pacientes con colonización de la vía urinaria con
endovenosa en 77 procedimientos de cirugía instrumentación de la misma (excepto cateteriza-
endourológica; por esto se indica profilaxis en ción uretral), como colocación de stent ureteral,
todos los pacientes a quienes se les realiza este retención urinaria, antecedentes de infecciones
procedimiento. urinarias recurrentes o prostatitis. En todas estas
circunstancias está indicada la administración de
Remoción de sonda vesical antibioticoterapia profiláctica.
Se encontró una menor tasa de complicaciones
posquirúrgicas y menor estadía hospitalaria en pa- Pacientes con riesgo de endocarditis infecciosa
cientes en posoperatorio de resección transuretral El enterococo puede causar infecciones urinarias,
de próstata que recibieron antibióticos (cefotaxi- en especial en adultos varones con hipertrofia
me endovenoso) al tiempo de la remoción de la prostática, uropatía obstructiva o prostatitis. Hay
217
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
218
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento
219
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
urinarias son monomicrobianas; sin embargo, en en sangre o sistémicos de los antibióticos. Sin
las infecciones asociadas a obstrucción del tracto embargo, en general, diversos estudios dedi-
urinario y en pacientes con vejiga neurogénica cados a la respuesta terapéutica basada en la
no es raro encontrar más de un uropatógeno. El definición de sensibilidad o resistencia, según
hallazgo de gérmenes anaerobios es una rareza. los niveles antibióticos sistémicos, han podido
Las infecciones causadas por hongos, en parti- correlacionar que puede diferenciar entre éxito
cular por Candida albicans y otras especies, se o falla terapéutica, aunque esto fuera demostra-
observan en pacientes con sonda vesical que do solo para trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-
reciben tratamiento antibiótico. Es importante SMZ). Si bien puede ser difícil diferenciar por los
determinar la especie de Candida aislada en la aspectos clínicos de una infección urinaria si es
orina de un paciente con infección confirmada, alta o baja, se debe tener en cuenta que aun-
debido a la diferente frecuencia de sensibilidad que la concentración antibiótica en sangre no es
a antifúngicos, especialmente azoles, observada esencial para la erradicación bacteriana en las
en ellas. El patrón de resistencia antibiótica ob- infecciones bajas, si es importante en pacientes
servado en las bacterias causantes de infección con infecciones altas, con posible bacteriemia
urinaria tiene importante variabilidad de acuerdo y/o enfermedad parenquimatosa. En efecto, para
a la región, y si la infección es de origen nosoco- erradicar los microorganismos del riñón se necesi-
mial, de acuerdo a la presión antibiótica existente tan concentraciones de antibióticos por arriba de
en la institución. la CIM del microorganismo infectante a nivel del
En la mayoría de las infecciones urinarias, parénquima renal. Estudios en modelos animales
cuando se utiliza cualquiera de los antibióticos de pielonefritis sugieren que la concentración
disponibles, se obtiene un resultado clínicamente antibiótica intramedular es más importante que
satisfactorio. El antibiótico elegido debe ser aquel los niveles séricos y urinarios en el tratamiento
con la menor probabilidad de afectar la flora nor- de las infecciones urinarias altas.
mal gastrointestinal o vaginal (espectro más redu- En general, la correlación farmacodinámica en
cido) y con la menor toxicidad. En este sentido, las infecciones urinarias se corresponde con el
no hay evidencia científica de que un antibiótico tipo de acción general de cada antibiótico. Así,
bactericida sea superior a uno bacteriostático en en las quinolonas y los aminoglucósidos que tie-
el manejo de las infecciones urinarias. Por el con- nen actividad antimicrobiana dependiente de la
trario, en el caso de las infecciones recurrentes, concentración, el patrón farmacodinámico que
la administración de antibióticos definidos como mejor se relaciona con la respuesta terapéutica
bactericidas tendría una ventaja teórica potencial. es la relación pico sobre CIM o área bajo la cur-
Es importante conocer las propiedades farma- va de 24 horas sobre CIM del microorganismo
cocinéticas de los antibióticos para su adecuada aislado, aunque los aminoglucósidos son difíciles
utilización. En las dosis usadas comúnmente, de evaluar por su alta concentración a nivel de
algunos antibióticos utilizados en el tratamiento la corteza renal. Por otra parte, en el caso de los
de las infecciones urinarias no alcanzan niveles Elactámicos, se ha demostrado que su actividad
sanguíneos por arriba de la concentración inhi- se relaciona con el tiempo que la concentración
bitoria mínima (CIM) de la mayoría de los pató- del antibiótico se encuentra por encima de la CIM
genos urinarios. Se ha descrito la falta de corre- de la bacteria, comprobándose que para la erradi-
lación entre la respuesta de la bacteriuria y los cación bacteriológica en las infecciones bajas no
niveles sanguíneos del antibiótico administrado; complicadas se requiere un tiempo aproximado
en cambio, la desaparición de la bacteriuria sí superior a las 30 horas para lograr un tasa de
se ha relacionado con la concentración urinaria cura del 80-90%.
del antimicrobiano. La explicación está en que El efecto del antibiótico elegido sobre la flo-
estos antibióticos son excretados activamente ra fecal y vaginal también podría influenciar el
en la orina, y obtienen así una concentración resultado a largo plazo del tratamiento de las
mayor en ella que la observada a nivel sérico. Se infecciones urinarias. Aquellos agentes que afec-
debe tener en cuenta que los valores de corte tan a bacilos Gram negativos y no tienen efecto
para sensibilidad antibiótica no son ajustados a o lo tienen mínimamente sobre los anaerobios
las concentraciones urinarias sino a los niveles fecales y los microaerófilos vaginales como el
220
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento
Lactobacillus spp. son quizá los que más posi- insuficiencia renal). Algunas veces la persistencia
bilidades tienen de lograr la cura a largo plazo del microorganismo en el urocultivo puede repre-
en el caso de las infecciones bajas. Ejemplos de sentar contaminación de uretra o vagina; la forma
estos son TMP-SMZ y fluoroquinolonas; por el más práctica de descartar el origen del tracto
contrario, las aminopenicilinas y las cefalosporinas urinario (persistencia del germen en parénquima
pueden inhibir la flora anaeróbica o microaerófila renal, próstata, o litiasis infectada) de esta bacte-
fecal y vaginal, favoreciendo la reinfección del riuria de bajo grado es repetir el urocultivo luego
tracto urinario posterior al tratamiento. de finalizado el tratamiento. Si la bacteriuria es del
En pacientes con insuficiencia renal se deben tracto urinario, se aislará el mismo germen, segu-
modificar las dosis de los agentes que se excretan ramente en alto recuento bacteriano. La recaída
en particular por riñón. En ellos, el riñón podría bacteriológica relacionada al episodio tratado de
no ser capaz de concentrar el antibiótico en la infección ocurre en una a dos semanas de haber
orina, dificultando la erradicación de la bacte- finalizado el antibiótico, se detecta crecimiento del
riuria. Este es un factor descrito, por ejemplo, mismo microorganismo, y suele estar relacionado
en la falla terapéutica observada en ocasiones con anomalías estructurales del tracto urinario o
con aminoglucósicos en el tratamiento de una con prostatitis crónica. La recaída tiene que ver
infección urinaria. Además, niveles elevados de con persistencia del microorganismo infectante
magnesio y calcio, así como un bajo pH urinario, en el tracto urinario durante el tratamiento. Al-
aumentan la CIM de los aminoglucósidos para gunas veces es difícil diferenciar una recaída de
los bacilos Gram negativos por encima de los una reinfección, aun habiendo aislado el mismo
niveles urinarios alcanzables en pacientes con microorganismo. Cuando la bacteriuria reapare-
falla renal. En general, penicilinas, cefalospori- ce dentro de la primera semana de concluido el
nas y fluoroquinolonas logran niveles adecuados tratamiento, se debe sobre todo a una recaída.
en orina a pesar de la disminución de la función Además del tratamiento de soporte que el
renal, y deben ser consideradas de elección en paciente con infección urinaria puede requerir
estas situaciones. de acuerdo a la severidad del cuadro y la admi-
La respuesta terapéutica en los pacientes que nistración de antibióticos, el control del proceso
reciben tratamiento para una infección urinaria infeccioso puede hacer necesario el drenaje del
puede ser clasificada en cuatro tipos: cura, per- foco en caso de existir una urosepsis, en pre-
sistencia, recaída y reinfección. El recuento bac- sencia de obstrucción de la vía urinaria (pione-
teriano cuantitativo en orina debe disminuir dentro frosis). Este drenaje puede hacerse por vía per-
de las 48 horas de iniciado el antibiótico. Si esto cutánea, por drenaje quirúrgico y eventualmente,
no sucede, se ha demostrado que el tratamiento por nefrectomía. También puede ser necesario
tendrá pocas posibilidades de ser exitoso. Sin em- indicar tratamiento quirúrgico en otros procesos
bargo, hay que recordar que muchas infecciones infecciosos renales como abscesos perinéfricos
urinarias son autolimitadas y que en ocasiones o intrarrenales, pielonefritis enfisematosa y pie-
desaparecen los síntomas sin haber efectuado lonefritis xantogranulomatosa.
un tratamiento efectivo. La cura bacteriológica
es definida como la presencia de un urocultivo Tratamiento antibiótico específico
negativo en el período de seguimiento (por lo El uso de monoterapia antibiótica es apropiado
general en una a dos semanas) y desaparición en las infecciones urinarias leves y moderadas.
de los síntomas. En cambio, la persistencia bac- Las opciones posibles incluyen TMP-SMZ, cipro-
teriológica es la presencia del mismo germen en floxacina, aminopenicilina/inhibidor de Elactamasa,
un urocultivo realizado más allá de las 48 horas algún aminoglucósido o aztreonam. Para poder
de tratamiento, aunque sea en un bajo recuen- elegir de manera adecuada se deben conocer las
to bacteriano. Esto ocurre cuando los niveles tasas locales de resistencia, en especial en refe-
del antimicrobiano están por debajo de la CIM rencia a las tres primeras opciones. En infecciones
del organismo; puede suceder por resistencia severas, sobre todo si hay signos de inestabilidad
bacteriana, o por menor concentración urinaria hemodinámica, se recomienda la administración
del agente (dosis insuficiente, pobre absorción de un Elactámico o ciprofloxacina en combina-
intestinal, o falta de excreción renal en el caso de ción con un aminoglucósido por vía parenteral.
221
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
Dentro de los Elactámicos se puede elegir entre hay que tener en cuenta que en un estudio, 13%
cefalosporinas de tercera o cuarta generación o de los pacientes admitidos con pielonefritis aguda
piperacilina/tazobactam, o bien el monobactam tuvieron fiebre más allá de las 72 horas, sin que
aztreonam o algunos de los carbapenemes de se pudieran detectar complicaciones subyacen-
amplio espectro (imipenem, meropenem y dori- tes (Behr y col.). En este estudio, el aumento
penem). Hay que tener en cuenta antes de elegir de los niveles de creatinina en forma basal se
el esquema de tratamiento, los factores de riesgo asoció con una mayor duración de la fiebre. Ade-
para padecer una infección urinaria complicada más, la presencia de bacteriemia en pacientes
o no, causada por gérmenes resistentes. Entre con infección urinaria se ha asociado a duración
estos factores se reconocen: a) adquisición de la más prolongada de la fiebre, mayor necesidad de
infección en el ámbito nosocomial; b) realización antibióticos endovenosos y prolongación de la
previa de una instrumentación del tracto urinario; hospitalización. Se ha comprobado que la tasa
c) uso previo de antibióticos; y d) presencia de de recurrencia de infección urinaria dentro de
sondaje vesical a largo plazo. En caso de elegir los seis meses se asocia con la presencia de
una cefalosporina, se debería indicar alguna con bacteriemia por enterobacterias no E. coli, hidro-
actividad antipseudomónica como ceftazidima o nefrosis, litiasis renal, menor duración de trata-
cefepime; si hay sospecha de infección entero- miento antibiótico, y sexo masculino (Hsi y col.).
cócica por la tinción de Gram del urocultivo o por En el tratamiento de las pielonefritis agudas que
cultivos previos del paciente, tener en cuenta que requieren antibióticos endovenosos, el cambio a
las cefalosporinas, las quinolonas y el aztreonam la vía oral ha sido estudiado en estudios clínicos
no son activos y que, de utilizarlos, debe agre- aleatorizados, la mayoría de ellos en niños. En
garse ampicilina o glicopéptidos (vancomicina o seis estudios analizados no se ha encontrado
teicoplanina) en pacientes alérgicos a Elactámicos. diferencias en cuanto a la incidencia de cicatrices
En general, piperacilina e imipenem tienen buena renales, erradicación microbiológica, ni a la cura
actividad contra Enterococcus faecalis y pueden clínica o tasa de reinfección cuando se sigue este
ser indicados cuando se aísla este germen en procedimiento (Voulomanou, E y colaboradores).
presencia de otros Gram negativos sensibles;
sin embargo, si la infección es monomicrobiana Agentes antibacterianos de uso
y la cepa aislada es sensible a la ampicilina, esta
será la droga de elección.
habitual en infecciones urinarias
La ventaja teórica asociada al agregado de
Aminopenicilinas y su combinación con
un aminoglucósido en las infecciones urinarias
inhibidores de Elactamasas
severas está relacionada a la ampliación del es-
pectro de actividad, a la reducción de la posibi- Las aminopenicilinas ampicilina y amoxicilina tie-
lidad de desarrollo de resistencia y a un posible nen espectro mayor de actividad que la penicilina.
sinergismo con Elactámicos, aunque en general Tienen actividad contra estreptotococos y entero-
esto no ha sido comprobado clínicamente. Por cocos, Haemophilus influenzae, H. parainfluenzae,
los mismos motivos, en presencia de una infec- Listeria, E. coli, P. mirabilis, Salmonella y Shigella
ción asociada a bacteriemia, la asociación de un spp. Sin embargo, un importante número de estos
aminoglucósido está quizá justificada. gérmenes se ha hecho resistente. Las aminopeni-
En la pielonefritis, la respuesta al tratamiento cilinas son muy sensibles a las Elactamasas, cada
con desaparición de la fiebre ocurre normalmente vez más comunes entre las enterobacterias. Este
dentro de las 72 horas. Si el paciente persis- mecanismo de resistencia se puede compensar
te febril deben realizarse estudios para descar- en algunas ocasiones con la combinación de la
tar causas que justifiquen la falta de respuesta aminopenicilina con el inhibidor de Elactamasa,
terapéutica. Entre estas hay que considerar la en los preparados comercialmente disponibles
presencia de obstrucción del tracto urinario, el amoxicilina/clavulánico y ampicilina/sulbactam.
desarrollo de abscesos intrarrenales o perirrena- Las penicilinas en general son excretadas en
les, o bien una concentración renal insuficiente la orina por las células tubulares renales; la dosis
del antibiótico en pacientes con disminución del debe modificarse sólo con clearance de creatinina
clearance de creatinina. Sin embargo, también menor de 20 mL/min. Las penicilinas alcanzan
222
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento
alta concentración en tejido renal, con niveles las infecciones urinarias no complicadas, aunque
mayores que los alcanzados en suero. Las con- son menos efectivas que TMX y fluoroquinolonas.
centraciones urinarias también son elevadas, aun Ceftriaxona ha demostrado ser efectiva en en-
en presencia de insuficiencia renal moderada, sayos clínicos de infecciones urinarias complica-
aunque con clearance de creatinina menor de das en adultos, aunque demostró ser menos efec-
10 mL/min los niveles en orina pueden ser me- tiva para enterobacterias productoras de BLEE
nores a los séricos. Por otra parte, como todo (E. coli, Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis)
E-lactámico, la penetración en tejido prostático que para aquellas causadas por no productoras
es mínima en ausencia de inflamación. También de BLEE. No deben administrarse cefalosporinas
se ha demostrado baja concentración prostática en el tratamiento de pielonefritis causadas por
para ampicilina/sulbactam. Dentro de las amino- cepas productoras de BLEE.
penicilinas, cuando se pueden administrar por vía Las cefalosporinas de primera generación por
oral, se prefiere a la amoxicilina (dosis de hasta 2 vía parenteral (cefalotina y cefazolina) son indi-
g/día, en dos o tres veces) por su mejor biodispo- cadas en particular para el tratamiento de infec-
nibilidad. La utilidad de estas drogas en el manejo ciones estafilocócicas. En Argentina, estas son
de las infecciones urinarias ha disminuido en los drogas de elección para infecciones causadas por
últimos años debido al aumento en las tasas de S. aureus meticilino-sensible, como pudiera ser un
resistencia en las enterobacterias. Sin embargo, absceso renal secundario a siembra hematógena.
continúan siendo las drogas de elección para Las cefalosporinas de segunda generación como
infecciones causadas por enterococos sensibles. cefuroxima presentan una marcada mejoría en su
actividad in vitro contra gérmenes Gram negativos
Ureidopenicilinas y mantienen su actividad contra estafilococos.
Las ureidopenicilinas como la piperacilina se uti- Las cefalosporinas de tercera generación tienen
lizan en infecciones urinarias por enterobacterias buena actividad contra Gram negativos sensibles
resistentes, en especial P. aeruginosa. Es de tener y menor actividad contra Gram positivos; dentro
en cuenta que la piperacilina tiene actividad anti- de este grupo se identifican aquellas con actividad
enterocócica similar a la ampicilina, a diferencia de contra Pseudomonas (ceftazidima o cefopera-
las carboxipenicilinas (p. ej., ticarcilina). Por otra zona). Las cefalosporinas de cuarta generación
parte, piperacilina no se comercializa en Argentina incluyen a cefepime y cefpirome, que a diferencia
sino en combinación con el inhibidor de Elacta- de las de tercera generación son más estables
masa tazobactam. Su dosis debe ser modifica- en presencia de cepas productoras de BLEE y
da en presencia de insuficiencia renal moderada tienen mejor actividad contra Gram positivos.
a severa. Estudios clínicos han demostrado su Estudios clínicos que utilizaron diversas ce-
eficacia en el tratamiento de infecciones com- falosporinas (cefadroxilo, ceftibuten), en pacien-
plicadas y es una droga con amplia experiencia tes con pielonefritis aguda, mostraron en general
clínica que puede ser utilizada empíricamente en tasas de curación similares al brazo compara-
cuadros de urosepsis. Su penetración en tejido dor (norfloxacina); sin embargo, varios de estos
prostático también es deficiente en ausencia de estudios mostraron una tasa significativamente
inflamación. mayor de recaídas durante el seguimiento. Debido
a su eficacia y datos de seguridad, las cefalos-
Cefalosporinas porinas son consideradas drogas de elección en
La mayoría de las cefalosporinas son eliminadas pacientes embarazadas con pielonefritis aguda
por el riñón, sobre todo por secreción tubular. que requieran tratamiento parenteral.
En presencia de distintos grados de insuficien-
cia renal se requiere reducción de la dosis y la Carbapenemes
prolongación de los intervalos para la mayoría de Los carbapenemes son antibióticos de amplio
ellas. Asimismo, las cefalosporinas eliminadas por espectro con actividad contra gérmenes Gram
vía renal también son removidas durante hemo- positivos y Gram negativos, incluyendo anae-
diálisis en un porcentaje variable (20-50%). Las robios. Se utilizan en el tratamiento de las in-
cefalosporinas de primera generación (cefalexina fecciones urinarias producidas por flora mixta o
y cefadroxilo) son efectivas en el tratamiento de por gérmenes resistentes, o en situaciones que
223
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
ponen en riesgo la vida, como urosepsis. Los beneficios comparados con estas drogas inclu-
carbapenemes disponibles en la actualidad son yen su menor tasa de convulsiones y una menor
imipenem, meropenem, doripenem y ertapenem; probabilidad de desarrollo de resistencia en P.
todos ellos son administrados por vía parenteral, aeruginosa. Ha demostrado su no inferioridad
los tres primeros sólo por vía endovenosa, mien- en un ensayo clínico aleatorizado y doble ciego,
tras que el último también puede administrarse con respecto a levofloxacina, en pacientes con
por vía intramuscular. Imipenem es coformulado infecciones complicadas del tracto urinario, in-
con cilastatin, que inhibe la dehidropeptidasa cluyendo pielonefritis.
renal-1, protegiendo al imipenem de su destruc-
ción y prolongando su vida media, manteniendo Aminoglucósidos
concentraciones urinarias terapéuticas adecuadas Actúan uniéndose a una región específica de la
y previniendo su nefrotoxicidad. Todos los car- subunidad 30S del ribosoma de células procario-
bapenemes son eliminados por riñón y su dosis tas, encargada de decodificar el ARN mensajero.
debe ajustarse en presencia de deterioro de la Esta unión es reversible e indispensable para la
función renal. El imipenem debe administrarse actividad antimicrobiana de los aminoglucósidos.
cada seis a ocho horas, mientras que merope- Al afectar la síntesis proteica, los aminoglucósidos
nem y doripenem se dosan cada ocho horas y deberían ser bacteriostáticos como otros que
ertapenem cada 24 horas. actúan de forma similar, sin embargo, un efecto
Los carbapenemes son importantes en el tra- permanente sobre la permeabilidad de la mem-
tamiento de las infecciones urinarias complicadas brana celular explicaría la actividad bactericida
causadas por bacilos Gram negativos resistentes; observada en ellos. El espectro de actividad de
estas drogas son estables en presencia de la ma- los aminoglucósidos incluye una gran variedad
yoría de las Elactamasas, incluyendo las AmpC y de bacilos Gram negativos aerobios, incluyendo
las de espectro extendido (BLEE). La resistencia enterobacterias, P. aeruginosa y Haemophillus
a carbapenemes puede ocurrir por alteración de influenzae; por sí solos no son activos contra
la PBP, por adquición de metalo-E-lactamasas o Gram positivos ni anaerobios.
cuando se altera la permeabilidad a los mismos La actividad de los aminoglucósidos es depen-
(pérdida de poros de membrana específicos). Es diente de la concentración (relación pico sobre
importante resaltar que el espectro de actividad CIM), lo que ha permitido comprobar su efectivi-
de ertapenem es más limitado que el de mero- dad al ser administrado en una única dosis diaria.
penem, imipenem y doripenem, dado que no es Con esta forma de administración se alcanzan
activo contra P. aeruginosa, Acinetobacter bau- altos niveles de concentración máxima de la dro-
manii y E. faecalis. Ninguno de los carbapenemes ga, lo qur ha estado asociado a una menor tasa
es activo contra S. aureus meticilino resistente, de nefrotoxicidad. En estos casos la droga debe
Enterococcus faecium, Stenotrophomonas mal- infundirse en 30 a 60 minutos. La concentración
tophilia y Burkholderia cepacia. Meropenem es urinaria alcanzada por los aminoglucósidos es sig-
ligeramente más activo que imipenem contra P. nificativamente superior a los niveles plasmáticos
aeruginosa, siendo este más eficaz contra gér- luego de la primera hora posterior a su adminis-
menes Gram positivos. tración, manteniendo altos niveles por varios días
Estudios clínicos aleatorizados y doble ciego debido a la absorción y posterior liberación a nivel
han demostrado la utilidad de imipenem/cilasta- tubular. La fase de eliminación de los aminoglu-
tin, meropenem y ertapenem en el tratamiento de cósidos depende de la tasa de filtración glome-
infecciones urinarias complicadas y/o pielonefri- rular, por lo que se debe monitorear la función
tis. Imipenem y meropenem han demostrado ser renal en forma frecuente. Si es indispensable su
eficaces en el tratamiento de infecciones severas administración, se deben modificar las dosis de
causadas por enterobacterias productoras de acuerdo al clearance de creatinina. La tasa de
BLEE y Elactamasa AmpC y son consideradas nefrotoxicidad ocasionada por aminoglucósidos
drogas de elección en estas infecciones. varía de un 5 a un 25% en la mayoría de los repor-
Doripenem es el último antibiótico aprobado tes; está significativamente influenciada por otros
de este grupo; su espectro de actividad es similar factores como la edad avanzada, el uso de otras
al de imipenem y meropenem. Sus potenciales drogas nefrotóxicas (furosemida, vancomicina,
224
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento
cefalosporinas, anfotericina B, etc.), depleción de grupo B. Por otra parte, cepas del género Proteus,
volumen e hipotensión, disfunción hepática, uso Providencia, Serratia, Morganella, Pseudomonas
de agentes de contraste endovenoso y enferme- y Acinetobacter son casi siempre resistentes. La
dad renal previa. Esta nefrotoxicidad también se dosis habitual es 100 mg cuatro veces por día, se
relaciona con la dosis, la frecuencia, y la duración elimina por riñón y sus niveles séricos son bajos
de la administración de los mismos. Si no existen o indetectables. Alcanza una alta concentración
otras noxas para el riñón, la nefrotoxicidad por urinaria pero no penetra adecuadamente en tejido
aminoglucósidos es reversible. ni secreciones prostáticas.
Los aminoglucósidos son de uso parenteral En general, la nitrofurantoína se utiliza en el
solamente y tienen una ventana terapéutica es- tratamiento de las infecciones bajas no compli-
trecha, por lo que su indicación debe ser precisa. cadas y como profilaxis de la infección urinaria
En la mayoría de las indicaciones se utilizan en baja recurrente. El uso de tratamiento de tres
combinación con otros antibióticos (en especial días con nitrofurantoína en las cistitis agudas
Elactámicos), excepto en las infecciones urinarias no complicadas fue menos eficaz que TMP-SMZ
en las que pueden administrarse solos. La estrep- en la tasa de cura, erradicación y recaída; por
tomicina es una de las primeras de esta clase y se lo tanto, en esta situación se recomienda su ad-
utiliza solo para el tratamiento de la tuberculosis ministración por siete días. La nitrofurantoína ha
o de brucelosis. Hay incremento preocupante en demostrado ser un agente atractivo como profi-
las tasas de resistencia de las enterobacterias laxis de cistitis recurrente, en especial en mujeres
para la mayoría de los aminoglucósidos, siendo la posmenopáusicas. Se administra en dosis de 50
droga más efectiva en la actualidad la amikacina. a 100 mg una vez por la noche; en general, los
El agregado de un aminoglucósido (tobramicina) niveles de resistencia no se han modificado de
a una cefalosporina de tercera generación (cefo- manera sustancial a través de los años. También
taxima) no mejoró las tasas de cura de la cefa- demostró ser efectiva en pacientes con infeccio-
losporina sola en estudios clínicos que incluyeron nes asociadas a las relaciones sexuales, en una
mujeres con pielonefritis aguda. única dosis luego de las mismas. En cambio, el
uso crónico de nitrofurantoína no demostró ningún
Tetraciclinas beneficio en pacientes con sondaje permanente o
Las tetraciclinas en general, con la posible ex- intermitente y no debe utilizarse por tiempo pro-
cepción de clortetraciclina y minociclina, pueden longado en esta población por seleccionar cepas
alcanzar niveles terapéuticos adecuados en ori- resistentes. Si bien es muy bien tolerado, no se
na como para tratar efectivamente infecciones puede administrar en presencia de insuficiencia
urinarias causadas por gérmenes sensibles. Las renal y, aunque raro, puede desencadenar un
tetraciclinas son consideradas drogas con po- cuadro grave de fibrosis pulmonar descamati-
bre distribución tisular, incluyendo el riñón. Sin va de presentación aguda, subaguda o crónica.
embargo minociclina, al ser más lipofílica tiene
excelente concentración prostática, a diferencia Trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-SMZ) o
de tetraciclina y doxiciclina. cotrimoxazol
El tratamiento de las infecciones urinarias es la
Nitrofurantoína principal indicación actual del TMP-SMZ, que
La actividad antibacteriana de la nitrofurantoí- también puede utilizarse para la profilaxis por
na está limitada al tracto urinario bajo por sus tiempo prolongado en casos de cistitis recu-
bajas concentraciones séricas. De hecho, los rrente. La tasa de resistencia local de cepas E.
valores de corte de susceptibilidad se basan en coli a TMP-SMZ varía de país a país e incluso
la concentración urinaria de esta droga y no en de región a región. Por lo tanto, se recomienda
la sérica. Nitrofurantoína es activa in vitro con- no utilizarlo en el tratamiento empírico de las
tra E. coli, Citrobacter spp. y una proporción cistitis o pielonefritis agudas cuando las tasas
variable de Klebsiella spp. y Enterobacter spp. de resistencia en esa área sea superior al 10-
También posee actividad contra cocos Gram po- 20% de las cepas aisladas. En las infecciones
sitivos como estafilococo, enterococo (incluyendo complicadas, este antibiótico sólo debe utilizarse
cepas vancomicino-resistentes) y estreptococo cuando se disponga del patrón de sensibilidad,
225
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
confirmando que la cepa infectante es sensible infecciones del tracto respiratorio; sin embargo,
a él. Hay que tener en cuenta que si bien TMP- debido a su alta excreción renal y a su buena
SMZ es en general bien tolerado, puede provocar concentración en tejido prostático, también puede
reacciones adversas severas como síndrome de utilizarse en las infecciones urinarias. Del grupo
Lyell o Stenvens-Johnson. 4 sólo se comercializa la moxifloxacina; la trova-
TMP-SMZ penetra en el tejido renal y 60-80% floxacina ha sido retirada del mercado debido a
de la droga aparece en orina a través de secreción efectos hepatotóxicos severos. La excreción uri-
tubular. La concentración urinaria de TMP-SMZ es naria de la moxifloxacina es de aproximadamente
por lo general mayor que la CIM de los patógenos un 20%, por lo que no debe utilizarse de rutina
urinarios. Debido a que TMP-SMZ se acumula en en el tratamiento de las infecciones urinarias. Las
las secreciones prostáticas alcanzando niveles fluoroquinolonas alcanzan altas concentraciones
dos a tres veces más altos que los de suero, es de droga en tejido prostático; por esto, se con-
un agente útil para el tratamiento de las prostatitis sideran drogas de primera elección para el tra-
agudas y crónicas. tamiento de las prostatitis agudas y crónicas. En
La dosis habitual en adultos es de una tableta estudios clínicos de prostatitis han logrado tasas
formulación fuerte (160/800 mg) vía oral cada 12 de erradicación entre un 60 y 86%, de acuerdo
horas. La dosis pediátrica es de 150-185 mg/m2 a la extensión del seguimiento de los pacientes.
de trimetoprima. Su dosis debe modificarse en Las fallas son más comunes en pacientes con
pacientes con clearance de creatinina menor a gérmenes menos sensibles como P. aeruginosa
30 mL/min: la mitad de dosis cuando el clearan- y enterococo.
ce es de 15 a 30 mL/min, y no se recomienda La norfloxacina no alcanza niveles séricos ade-
su administración cuando es menor de 15 mL/ cuados para tratar a la mayoría de los patógenos
min. El TMP-SMZ ha demostrado ser efectivo urinarios en caso de que estén causando bacte-
en la prevención de infecciones recurrentes en riemias. Si bien esta droga había mostrado cierta
adultos en dosis bajas (media a una tableta por efectividad en pacientes con pielonefritis aguda
noche o cada dos noches). Esta dosificación ha no complicada, un estudio aleatorizado demostró
sido utilizada en niños con reflujo vesicoureteral; que la norfloxacina fue inferior a aztreonam en el
también fue utilizada con éxito en forma poscoital. tratamiento de pielonefritis aguda. Por lo tanto, no
se recomienda la administración en pacientes con
Fluoroquinolonas pielonefritis aguda y/o infecciones complicadas.
Se clasifican en varios grupos de acuerdo a su ac- La levofloxacina es una opción en pacientes
tividad e indicaciones. En el grupo 1 se encuentra con infecciones urinarias. Recientemente, esta
la norfloxacina, sólo disponible en forma oral, con fluoroquinolona, en dosis de 750 mg por día, de-
indicaciones limitadas prácticamente a las infec- mostró en un ensayo clínico aleatorizado, doble
ciones urinarias bajas. Las del grupo 2 incluyen ciego de pacientes con infecciones complicadas o
aquellas con indicaciones de uso sistémico (cipro- pielonefritis aguda, que no es inferior comparado
floxacina y ofloxacina en Argentina; enoxacina y con ciprofloxacina, ambas administradas por 10
lomefloxacina también en otros países), exhibiendo días (Peterson, A y colaboradores).
buena actividad in vitro contra enterobacterias y Con respecto a la duración del tratamiento de
H. influenzae; su actividad contra P. aeruginosa las pielonefritis no complicadas hay una tendencia
es variable, siendo la ciprofloxacina la más activa a utilizar tratamientos más cortos con fluoroqui-
de este grupo. En el grupo 3 (levofloxacina) y el 4 nolonas. En el año 2000, Talan y col. demostraron
(moxifloxacina en Argentina, gatifloxacina también que un curso de siete días de tratamiento con
en otros países) se encuentran aquellas con ma- ciprofloxacina (500 mg vía oral cada 12 horas,
yor actividad contra Gram positivos y patógenos con o sin 400 mg IV inicialmente) fue superior
atípicos; las de este grupo tienen además activi- en cuanto a la tasa de cura clínica, a 14 días de
dad antianaeróbica. La principal diferencia en el TMP-SMZ (800/160 mg vía oral cada 12 horas,
espectro de actividad entre las del grupo 3 y del 4 con o sin 1 g de ceftriaxona IV inicialmente) en
se refiere a su actividad contra los gérmenes Gram mujeres con pielonefritis aguda no complicada,
positivos: estafilococo, enterococo y neumococo. aunque en el estudio, un importante porcentaje
La mayor indicación de la levofloxacina es para de cepas de E. coli aisladas eran resistentes a
226
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento
TMP-SMZ en este último brazo de tratamien- membrana celular de los gérmenes Gram po-
to. En la actualidad (año 2009), se lleva a cabo sitivos en un proceso dependiente de calcio,
un estudio aleatorizado de 7 versus 14 días de provocando la pérdida del potasio intracelular
tratamiento de pacientes de ambos sexos con y llevando a la despolarización de la membrana
infección urinaria febril (van Nieuwkoop, C y col). y muerte celular. Este antibiótico se administra
Hasta no tener los resultados de este y otros por vía endovenosa y tiene espectro similar a los
estudios, no se pueden recomendar aún trata- glicopéptidos, siendo activo contra la mayoría de
mientos de siete días para pielonefritis aguda en las bacterias con menor sensibilidad a los mismos,
forma rutinaria. incluyendo enterococos resistentes a la vanco-
La formulación de liberación prolongada de micina y cepas GISA y hGISA. Su dosis debe ser
ciprofloxacina (500 mg una vez por día) demos- ajustada en presencia de insuficiencia renal con
tró ser tan eficaz como la dosis habitual (250 mg clearance de creatinina menor a 30 mL/min. No
dos veces por día) administrada por tres días hay demasiada experiencia clínica con el uso de
en pacientes con cistitis agudas. Las guías de daptomicina para el tratamiento de infecciones
tratamiento recomiendan a las fluoroquinolonas urinarias; ha sido utilizado satisfactoriamente, sin
como primera opción si las tasas de resistencia a embargo, en pacientes con infecciones causadas
TMP-SMZ en E. coli son > 20% en la comunidad por enterococos resistentes a la vancomicina.
donde se trabaje. Para el tratamiento de las cistitis
agudas no complicadas, debido a su excreción Oxazolidinonas
urinaria (excepto las nombradas más arriba), las Este grupo incluye por el momento sólo a li-
dosis de las fluoroquinolonas suelen ser más bajas nezolida, que puede ser administrada por vía
que las comúnmente utilizadas para otras pato- parenteral u oral. Debido a su espectro limitado
logías. Estas drogas (norfloxacina, 200 mg por a gérmenes Gram positivos y a su elevado costo,
día, ofloxacina 100 mg por día y ciprofloxacina su utilización en las infecciones urinarias está
125 mg después del coito) también se han estu- prácticamente limitada a aquellas causadas por
diado en pacientes con infecciones recurrentes gérmenes multirresistentes, como enterococo
y demostraron ser efectivas como profilácticas. resistente a la vancomicina.
Sin embargo, se prefiere a TMP-SMZ o nitrofu-
rantoína para esta indicación dado el costo, la Bibliografía
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transurethral prostatic resection in men with preoperative urine
228
ÍNDICE
Symbols C
1,3-b-D glucano 150 calcitriol 18
cancidas 151
A Candida albicans 61, 81, 147, 220
Candida glabrata 148
absceso/s Candida parapsilosis 148
perirrenal 174 Candida trachomatis 88
prostáticos 93 candidemia 150
renales 142, 170 candiduria 147
ácido caspofungina 152
acetohidroxámico (AHA) 196 catéteres impregnados 134
ascórbico 196 cateterización intermitente 132, 206
clavulánico 214 cateterización suprapúbica 132
dimercaptosuccínico (DMSA) 46 cateterización vesical 42
Acinetobacter spp 27 cefaclor 47
actividad antibacteriana 28 cefadroxilo 47, 223
adherencia bacteriana 23 cefalexina 47, 223
adhesinas 26 cefalosporinas de segunda generación 214
adhesión bacteriana 112 cefalotina 223
aldosterona 17 cefazolina 223
alfuzosina 93 cefixime 47, 74
amikacina 225 cefotaxima 47, 75, 161
aminoglucósidos 214 ceftazidime 161
amoxicilina 214, 223 ceftibuten 223
ampicilina 82, 162, 214 ceftriaxona 47, 75, 161, 223
-sulbactam 75 célula xantomatosa 177
anidalafungina 152 centellograma renal 46, 71
arándanos 76, 109, 209 cepas uropatogénicas (UPEC) 23
asa de Henle 16 cetoacidosis 142
aztreonam 221 Chlamydia trachomatis 141
cicatrices renales 41
B cintas reactivas 65
ciprofloxacina 74, 75, 82, 93, 216, 226
bacteriuria 65
circuncisión 38
asintomática 23, 24, 37, 59, 72, 101, 122, 205
cistitis 21, 37, 60
significativa 37, 65
aguda 64, 72, 101
biofilm 38, 125
enfisematosa 167
biopsia prostática transrectal 216
recurrente 75
bola fúngica 142, 148
cistografía 214
braquiterapia prostática 216
cistopatía diabética 140
brucelosis 97
cistouretrografia
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
230
Índice analítico
231
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO
ureterocele 55 V
ureterolitotricia endoscópica 198
ureteroscopia 217 vaciamiento disfuncional 67
uretritis 64, 94 vaginitis 64
gonocócica 94 vaginosis bacteriana 62
uropatogénicas 29 válvula de uretra posterior 50, 56
urorresonancia magnética 54 vejiga
U. urealyticum 88 neurogénica 39, 128, 204
no inhibida 39
virulencia bacteriana 38
virus BK 115
232