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Infecciones

urinarias

ZZZPHGLOLEURVFRP
La presente publicación de:

Lovesio, Carlos
Infecciones urinarias. - 1a ed. - Rosario : Corpus Libros Médicos y
Científicos, 2010.
232 p. ; 24x16 cm.

ISBN 978-950-9030-89-3

1. Urología. I. Título
CDD 616.6

DERECHOS RESERVADOS
© 2011 Corpus Editorial y Distribuidora - Paso de los Libres
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Suipacha 581 - Tel/Fax: (+54 341) 439 4978 / 437 1327


(S2002LRK) Rosario - Argentina

ISBN: 978-950-9030-89-3

Editor: Esteban Oscar Mestre


Correctora: Margarita Lopez
Diseñador: Fabricio Fercher

Tirada 1 000 ejemplares


Se terminó de imprimir en enero 2011
Rosario - Argentina
El contenido de la obra es de exclusiva responsabilidad del autor.

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NOTA
La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se
requerirán cambios de la terapéutica. El autor y los editores se han esforzado para que los cuadros de
dosificación medicamentosa sean precisos y acordes con los establecidos en la fecha de publicación.
Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores, ni cualquier
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esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones
para su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso
no frecuente.
También deberá consultarse a los organismos de control de medicamentos de cada país para obtener
información sobre los valores normales y medicamentos permitidos o recomendados.
Infecciones
urinarias
CARLOS LOVESIO

www.corpuslibros.com
Prof. Dr. Ricardo Ercole
In memorian
1905-1989
DIRECTOR GENERAL
CARLOS LOVESIO
Director del Departamente de Medicina Intensiva del Sanatorio Parque. Rosario. Argentina
Director Médico del Sanatorio Parque. Rosario. Argentina
Ex-Presidente de la Asociación de Terapia Intensiva de Rosario
Ex-Presidente de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva
Ex-Presidente del Círculo Médico de Rosario
Miembro Acreditado de la Federación Panamericana e Ibérica de Sociedades de Medicina
Crítica y Terapia Intensiva
Miembro de Honor de la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias
Miembro de la European Society of Intensive Care Medicine
Miembro de la Society of Critical Care Medicine de EE.UU
Miembro Honorario de la Asociación Médica Argentina
Miembro Honorario de la Asociación Panamericana de Medicina

COLABORADORES
HOMERO BAGNULO JOSÉ LUIS D’ELIA
Director Centro de Tratamiento Intensivo, Médico pediatra nefrólogo, Sanatorio de Niños,
Hospital “Maciel” Montevideo, Uruguay Rosario
Presidente Comisión de Control de Ex Jefe del Servicio de Nefrología Pediátrica,
Infecciones, Ministerio de Salud, Montevideo, Hospital de Niños “Víctor J. Vilela”, Rosario
Uruguay (Santa Fe), Argentina

JULIO CÉSAR BRAGAGNOLO LUIS PEDRO FLYNN


Médico urólogo, Sanatorio Parque, Rosario Médico infectólogo pediatra, Sanatorio de
(Santa Fe), Argentina Niños y Hospital Provincial, Rosario (Santa Fe),
Profesor Adjunto, Facultad de Ciencias Argentina
Médicas, UNR, Rosario (Santa Fe), Argentina
MARTHA N. LAHOZ GARCÍA
JOSÉ MARÍA CASELLAS Médica pediatra nefróloga, Sanatorio de Niños,
Asesor de Microbiología, Laboratorios CIBIC, Rosario (Santa Fe), Argentina
Rosario (Santa Fe), Argentina Coordinadora Docente de Residencias,
Miembro del Comité de Infecciones, Sanatorio Sanatorio de Niños, Rosario (Santa Fe),
Parque y Sanatorio de Niños, Rosario (Santa Argentina
Fe), Argentina Ex Profesora Adjunta, Primera Cátedra de
Presidente del Comité de Antibióticos, Pediatría, Facultad de Ciencias Médicas, UNR,
Asociación Panamericana de Infectología Rosario (Santa Fe), Argentina

HORACIO DAMIANI MARIO GODINO


Médico urólogo, Sanatorio de Niños, Rosario Médico Centro de Tratamiento Intensivo,
(Santa Fe), Argentina Hospital “Maciel” Montevideo, Uruguay
Comisión de Control de Infecciones, Hospital
“Maciel”, Montevideo, Uruguay
JOSÉ LUIS FADIL ITURRALDE MARÍA ISABEL RENNY
Médico urólogo Médica pediatra nefróloga, Sanatorio de Niños,
Sanatorio Parque y Sanatorio de Niños, Rosario (Santa Fe), Argentina
Rosario (Santa Fe), Argentina Jefa del Servicio de Pediatría, Hospital “Eva
Perón”, Granadero Baigorria
JUAN JUBÓN Profesora Adjunta, Segunda Cátedra de
Profesor de Urología, Universidad de la Pediatría, Facultad de Ciencias Médicas, UNR,
República, Montevideo, Uruguay Rosario (Santa Fe), Argentina

FABIO SÁNCHEZ MAZZAFERRI LUCAS RISTA


Médico urólogo, Sanatorio Parque, Rosario Diabetólogo, Sanatorio Parque, Rosario (Santa
(Santa Fe), Argentina Fe), Argentina

MARÍA MALEN PIJOAN MOLINA LUIS SABATTINI


Médica uróloga, Sanatorio Parque, Rosario Médico obstetra, Sanatorio Parque, Rosario
(Santa Fe), Argentina (Santa Fe), Argentina
Ex Profesor de Obstetricia, Facultad de
ESTEBAN NANNINI Ciencias Medicas, UNR, Rosario (Santa Fe),
Médico infectólogo, Sanatorio Parque, Rosario Argentina
e Instituto de Rehabilitación APREPA, San
Jerónimo (Santa Fe), Argentina OSCAR SANSO
Docente Cátedra de Enfermedades Médico urólogo, Sanatorio Parque, Rosario
Infecciosas, Facultad de Ciencias Médicas, (Santa Fe), Argentina
UNR, Rosario (Santa Fe), Argentina
DANIELA STOISA
GUILLERMO OXILIA Médica especialista en Diagnóstico por
Jefe del Departamento de Diagnóstico por Imágenes
Imágenes, Sanatorio de Niños, Rosario (Santa Directora del Departamento de Imágenes
Fe), Argentina genitourinarias, Diagnóstico Médico Oroño,
Jefe de Imágenes Pediátricas, Diagnóstico Rosario (Santa Fe), Argentina
Médico Oroño, Rosario
Profesor Asociado de Diagnóstico por LELIO ZENO
Imágenes, Instituto Universitario del Hospital Médico urólogo
Italiano, Rosario (Santa Fe), Argentina Jefe del Servicio de Urología, Sanatorio
Parque, Rosario
MARTÍN PIANA Profesor titular de Urología, Facultad de
Médico urólogo, Sanatorio Parque, Rosario Ciencias Médicas, Universidad Nacional de
(Santa Fe), Argentina Rosario (UNR), Rosario (Santa Fe), Argentina
ÍNDICE

CAPÍTULO 1 CAPÍTULO 3
Anatomía funcional del aparato La infección urinaria en la edad
urinario / 15 pediatrica / 37
LELIO ZENO, MARTÍN PIANA MARÍA ISABEL RENNY, MARTHA N LAHOZ GARCÍA,
JOSÉ LUIS D´ELIA, JOSÉ LUIS FADIL ITURRALDE,
GUILLERMO OXILIA, LUIS PEDRO FLYNN
CAPÍTULO 2
Etiopatogenia y fisiopatología de las Definiciones / 37
Bacteriuria significativa
infecciones urinarias / 21 Bacteriuria asintomática
JOSÉ M CASELLAS, CARLOS LOVESIO Infección urinaria recurrente
Cistitis
Vías de producción de las infecciones Pielonefritis aguda
urinarias / 21 Epidemiología / 38
Vía ascendente Fisiopatología / 38
Vía hematógena Integridad anatómica de las vías urinarias
Vía linfática Presencia de anomalías funcionales
Características de los microorganismos Rol de los mecanismos de antiadherencia
infectantes / 22 Rol de la respuesta inflamatoria
Bases genéticas de la susceptibilidad a la
Mecanismos de defensa del huésped / 28 pielonefritis aguda
Recurrencia de las infecciones Desarrollo de daño renal (cicatrices renales)
urinarias / 32 Etiología / 41
Los agentes etiológicos en función de los Cuadro clínico / 41
factores patogénicos / 33 Laboratorio / 42
Bibliografía / 34 Diagnóstico por Imágenes / 43
Ecografía
Cistouretrografia miccional
Medicina nuclear
Tomografía axial computada
Urograma excretor
Resonancia magnética por imágenes
Tratamiento /46
Prevención / 48
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Evaluación de la patología urológica Prostatitis / 83


asociada con infecciones urinarias en Epidemiología / 83
Pediatría / 49 Factores de riesgo / 83
Infecciones urinarias en niños con Histopatología / 84
malformaciones
Reflujo vesicoureteral Clasificación clínica / 84
Tipo I: prostatitis aguda bacteriana
Estenosis de la unión pieloureteral
Tipo II: prostatitis crónica bacteriana
Megauréter obstructivo
Tipo III: prostatitis crónica / síndrome de dolor
Ureterocele pelviano crónico
Doble vía excretora Tipo IV: prostatitis inflamatoria asintomática
Válvulas de uretra posterior
Tratamiento / 91
Bibliografía / 57
Prostatitis granulomatosa / 94
CAPÍTULO 4 Uretritis / 94
Etiología / 94
Infecciones urinarias en la mujer / 59 Cuadro clínico / 96
MARÍA M PIJOAN MOLINA, CARLOS LOVESIO,
DANIELA STOISA Tratamiento / 95
Epididimitis / 95
Epidemiología / 59 Orquitis / 96
Definiciones / 59 Bibliografía / 98
Etiología / 60
Factores predisponentes y patogenia / 61 CAPÍTULO 6
Anatomía patológica / 63 Infecciones urinarias durante el
Cuadro clínico / 64 embarazo / 101
Diagnóstico por Imágenes / 67 CARLOS LOVESIO, LUIS SABATTINI
Diagnóstico diferencial / 72
Tratamiento / 72 Epidemiología / 101
Bacteriuria asintomática Patogénesis y factores de riesgo / 101
Cistitis aguda
Pielonefritis aguda
Microbiología / 102
Cuadro clínico / 103
Profilaxis / 75
Diagnóstico / 104
Bibliografía / 77
Manejo terapéutico / 105
Antibióticos a utilizar durante el embarazo
CAPÍTULO 5 Tratamiento de la bacteriuria asintomática y de
la cistitis
Infecciones urogenitales Tratamiento de la pielonefritis
en el hombre / 78 Terapéutica de supresión
FABIO SÁNCHEZ MAZZAFERRI, CARLOS LOVESIO, Bibliografía / 109
JOSÉ M CASELLAS

Cistitis y pielonefritis / 78
Epidemiología / 78
Factores predisponentes / 78
Patogenia / 80
Vía ascendente
Vía hematógena
Vía linfática
Etiología / 81
Cuadro clínico y Diagnóstico / 81
Tratamiento / 82

8
ÍNDICE

CAPÍTULO 7 Cateterización intermitente


Empleo de cateterización suprapúbica
Infecciones urinarias en pacientes Empleo de agentes antimicrobianos sistémicos
con insuficiencia renal crónica y Recomendaciones para el cuidado de los
catéteres urinarios
luego del trasplante renal / 111 Empleo de cultivos de vigilancia
CARLOS LOVESIO Empleo de catéteres especiales
Interferencia bacteriana
La infección urinaria en la Acidificación de la orina

insuficiencia renal crónica / 111 Tratamiento / 135


Introducción / 111 Bibliografía / 136
Efectos agudos de la infección urinaria en
CAPÍTULO 9
el riñón normal / 111
Enfermedad renal crónica e infección Infecciones urinarias en pacientes
urinaria / 112 diabéticos / 139
La infección urinaria en el trasplante CARLOS LOVESIO, LUCAS RISTA
renal / 113 Epidemiología / 139
Epidemiología / 113 Patogénesis / 140
Ruta de infección / 113 Etiología / 141
Factores predisponentes / 114 Cuadro clínico / 141
Etiología / 115 Tratamiento / 143
Manifestaciones clínicas / 115 Profilaxis / 144
Pronóstico / 116 Bibliografía / 145
Profilaxis de las infecciones urinarias /
117 CAPÍTULO 10
Tratamiento / 119 La infección urinaria
Empleo de antimicrobianos en la por candida / 147
insuficiencia renal / 120 CARLOS LOVESIO
Bibliografía / 120
Concepto / 147
CAPÍTULO 8 Epidemiología / 147
La infección urinaria en pacientes Factores de riesgo / 147
Diabetes mellitus
con sonda vesical y catéteres doble Empleo de antibióticos
Jureterales / 121 Catéteres urinarios
CARLOS LOVESIO Atención en terapia intensiva
Trasplante renal
Otros factores de riesgo para candiduria
Definiciones / 122
Epidemiología / 122 Patogénesis / 148
Infección ascendente
Microbiología / 123 Infección hematógena
Factores de riesgo / 124 Manifestaciones clínicas / 149
Patogénesis / 125 Candiduria asintomática
Diagnóstico / 128 Infección baja o cistitis
Complicaciones / 129 Infección urinaria alta
Candidiasis renal hematógena
Medidas de prevención / 130
Reducción del uso de catéteres vesicales a Diagnóstico / 149
permanencia Tratamiento / 150
Cuidado del catéter y del sistema de drenaje Candiduria asintomática
Cuidado del meato CISTITIS POR CANDIDA
Sistema de drenaje urinario PROSTATITIS Y ORQUIEPIDIDIMITIS

9
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

PIELONEFRITIS ASCENDENTE Abscesos renales / 170


CANDIDIASIS SISTÉMICA CON COMPROMISO RENAL ETIOPATOGENIA
Bibliografía / 152 CUADRO CLÍNICO Y DIAGNÓSTICO POR IMÁGENES
TRATAMIENTO
CAPÍTULO 11 Absceso perirrenal / 174
Etiología
Sepsis de origen urinario: Patogenia
su aprendizaje basado Cuadro clínico y Diagnóstico por Imágenes
Tratamiento
en problemas / 155
HOMERO BAGNULO, MARIO GODINO, JUAN JUBÓN Hidronefrosis infectada y pionefrosis /
176
Metodología de estudio / 155 Quiste renal infectado / 177
Caso clínico / 155 Pielonefritis xantogranulomatosa / 177
Etiopatogenia
Identificación de las necesidades de Cuadro clínico y Diagnóstico por Imágenes
aprendizaje en sepsis de origen urinario Tratamiento
/ 155 Tuberculosis urogenital / 180
Epidemiología / 155 Malacoplasia / 184
Formas de presentación / 156 Bibliografía / 184
Factores predisponentes / 156
Cateterización de la vía urinaria CAPÍTULO 13
Presencia de obstrucción urinaria
Sexo La infección urinaria asociada a la
Diabetes urolitiasis / 187
Insuficiencia renal JULIO CÉSAR BRAGAGNOLO, OSCAR SANSÓ, DANIELA
Disfunción miccional
STOISA
Etiología y Patogenia / 157
Metodología diagnóstica / 158 Introducción / 187
La sepsis de origen urinario / 158 La infección urinaria como agente
Caso clínico
Conducta terapéutica / 159
etiológico de litiasis / 187
A. Identificación del shock séptico y control de Historia / 187
las funciones vitales Etiopatogenia de la litogénesis infecciosa
B. Decidir un tratamiento antibiótico empírico / 187
y precoz
C. Tratamiento quirúrgico Factores de riesgo / 189
Pronóstico / 162 Cuadro clínico / 190
Bibliografía / 162 Diagnóstico por Imágenes / 190
Tomografía computada (TC)
Uro resonancia magnética (UroRM)
CAPÍTULO 12 Ecografía (US)
Procesos supurativos e infecciones Urograma excretor (UE)
Medicina nuclear
crónicas del aparato urinario / 165
CARLOS LOVESIO, DANIELA STOISA, Tratamiento / 195
Tratamiento médico / 195
ESTEBAN C NANNINI
Quimiolisis por lavado
Tratamiento quirúrgico
Nefritis bacteriana aguda focal y
multifocal / 165 La litiasis como factor desencadenante
Infecciones enfisematosas del tracto de infección urinaria / 198
urinario / 167 Bibliografía / 200
Patogénesis
Etiología
Cuadro clínico y diagnóstico por Imágenes
Tratamiento

10
ÍNDICE

CAPÍTULO 14 Litotricia extracorpórea


Nefrolitotomía
Infecciones urinarias en pacientes Ureteroscopia
lesionados medulares / 203 Remoción de sonda vesical
ESTEBAN C NANNINI, JUAN C CONTARDI, Profilaxis antibiótica en situaciones
HORACIO DAMIANI especiales / 217
Pacientes con prótesis de cadera o rodilla
Fisiología de la continencia urinaria / 203 Pacientes con riesgo de endocarditis infecciosa
Epidemiología / 204 Principios de utilización de antibióticos
Definición / 205 terapéuticos / 218
Factores predisponentes / 205 Introducción
Etiología / 206 Tratamiento antibiótico específico
Patogenia / 207 Agentes antibacterianos de uso habitual
Cuadro clínico y diagnóstico / 207 en infecciones urinarias / 222
Aminopenicilinas y su combinación con
Prevención / 208
inhibidores de E-%lactamasas
Manejo y tratamiento / 209 Ureidopenicilinas
Bibliografía / 211 Cefalosporinas
Carbapenemes
CAPÍTULO 15 Aminoglucósidos
Tetraciclinas
Empleo de antibióticos en Urología: Nitrofurantoína
profilaxis y tratamiento / 213 Trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-SMZ) o
ESTEBAN C NANNINI cotrimoxazol
Fluoroquinolonas
Glicopéptidos
Principios de utilización de antibióticos
Lipoglicopéptidos
profilácticos / 213 Oxazolidinonas
Profilaxis según los procedimientos / 214 Bibliografía / 227
Cistografía, estudio urodinámico o
cistouretroscopia simple
Cistouretroscopia con manipulación
Biopsia prostática transrectal
Braquiterapia prostática

11
PRÓLOGO

Las infecciones urinarias constituyen uno de los motivos de consulta más frecuente
de la práctica ambulatoria, y además, una causa habitual de infecciones nosocomia-
les en los pacientes internados en instituciones de salud o en servicios de cuidados
crónicos. Ello es así porque estas infecciones en particular afectan a ambos sexos,
a todos los grupos etarios, a pacientes inmunocompetentes e inmunocomprome-
tidos, a pacientes en el posoperatorio, en definitiva, a cualquier individuo, tanto si
está en estado de salud como con algún padecimiento previo.
Llama la atención que una patología de tal frecuencia y dispersión no haya sido
abordada con frecuencia en sus distintas variables; además, y más importante aun,
su diagnóstico y tratamiento es realizado por médicos de diversas especialidades,
en muchos casos sin una experiencia particular en una patología que, si bien en
la mayoría de los casos es simple, en otros se convierte en un problema de difícil
solución o de inusitada gravedad.
Ante esta realidad es que se ha creído conveniente realizar un análisis holístico
del tema, para lo que se convocó a un grupo de especialistas con experiencia par-
ticular en las diversas formas de infecciones urinarias, para conformar la obra que
se presenta en este volumen.
En el primer capítulo, el Prof. Dr. Lelio Zeno y el Dr. Martín Piana desarrollan la
anatomía funcional del aparato urinario, analizando en particular aquellos aspectos
que pueden predisponer al desarrollo de infecciones urinarias.
En el segundo capítulo, los Dres. José María Casellas y Carlos Lovesio se refieren
a la etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias, haciendo particular
hincapié en las condiciones relacionadas con las infecciones crónicas y las dificul-
tades atinentes a su tratamiento.
En el tercer capítulo, un grupo de pediatras coordinados por la Dra. Martha N.
Lahoz García desarrolla el tema de la infección urinaria en la edad pediátrica, pro-
blema de elevada frecuencia y que puede signar el destino final de la función renal
del lactante o del niño afectado.
En el cuarto capítulo, las Dras. María Pijoan Molina y Daniela Stoisa, y el Dr. Carlos
Lovesio consideran las infecciones urinarias en la mujer, con particular referencia
a las diferencias existentes en las características de esta infección en los distintos
periodos etarios.
Los Dres. Fabián Sánchez Mazzaferri, José María Casellas y Carlos Lovesio, en
el quinto capítulo, desarrollan el tema infecciones urogenitales en el hombre, con
particular énfasis en aquellas relacionadas con los procesos obstructivos del hombre
adulto y las infecciones de los órganos anexos del aparato genital.
La infección urinaria durante el embarazo es una patología específica, por lo que
en el capítulo sexto, los Dres. Luis Sabattini y Carlos Lovesio evalúan las distintas
opciones diagnósticas y terapéuticas, enfatizando el rol particular de la bacteriuria
asintomática en esta condición.
En el capítulo séptimo se hace referencia a las infecciones urinarias en pacien-
tes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal. El autor, Dr. Carlos
Lovesio, cuenta con una vasta experiencia en el tema específico, por el carácter de
inmunosupresión que afecta a estos pacientes.
Una situación de alta frecuencia, la infección urinaria en pacientes con sonda
vesical, responsable de un gran número de infecciones nosocomiales, es abordado
también por el Dr. Carlos Lovesio en el octavo capítulo de la obra.
Otro grupo específico de pacientes que pueden ser afectados por las infecciones
urinarias son los diabéticos. En el capítulo nueve se realiza su descripción. Para su
estudio se contó con la colaboración del Dr. Lucas Rista, diabetólogo.
La infección urinaria por Candida albicans afecta a un grupo muy selecto de pa-
cientes, en particular a aquellos internados en unidades críticas. El Dr. Carlos Lovesio
analiza en el capítulo décimo esta situación, haciendo hincapié en las condiciones
que requieren tratamiento específico.
Los Dres. Homero Bagnulo, Mario Godino y Juan Jubón, en el capítulo décimo
primero, se ocupan del tema sepsis de origen urinario. Si bien las infecciones uri-
narias no conducen con frecuencia a un shock séptico, su alta frecuencia hace que
su número relativo sea elevado, y su gravedad puede ser tal que exija la internación
de los pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos.
Para la redacción del capítulo décimo segundo, referido a procesos supurativos e
infecciones crónicas del aparato urinario, se convocó a un infectólogo, el Dr. Esteban
Nannini, un especialista en terapia intensiva, el Dr. Carlos Lovesio, y un especialista
en diagnóstico por imágenes, la Dra. Daniela Stoisa. Este es uno de los capítulos
más destacados de la obra por su valiosa iconografía.
Los pacientes portadores de urolitiasis son afectados con frecuencia por infec-
ciones de dificultoso tratamiento, por lo que se consideró tal patología en el capítulo
décimo tercero, a cargo de los Dres. Julio Bragagnolo, Oscar Sanso y Daniela Stoisa.
En el capítulo décimo catorce se analizan las infecciones urinarias en pacientes
con lesiones medulares; su desarrollo estuvo a cargo de los Dres. Esteban Nannini,
Juan C. Contardi y Horacio Damiani.
En el décimo quinto y último capítulo se analiza el empleo profiláctico y terapéu-
tico de antibióticos en urología. Para ello se contó con la valiosa colaboración del
Dr. Esteban Nannini.
Siguiendo el viejo aforismo médico Primun non nocere, es de destacar que ante
la obtención de un resultado bacteriológico positivo en una muestra de orina, la
gran pregunta es qué hacer. En efecto, la primera diferencia que se debe estable-
cer es entre bacteriuria asintomática e infección urinaria. En el primer caso, y salvo
algunas excepciones particulares, no se deberá indicar tratamiento, mientras que
ante la presencia de infecciones sintomáticas y en función de sexo, edad, factores
predisponentes y otras variables, serán múltiples las opciones terapéuticas. Aquí
surge la posibilidad de tratar o no tratar, y cuando se trate, con qué droga y durante
cuánto tiempo. Los autores aspiran a que esta obra contribuya a establecer pautas
adecuadas para responder los interrogantes planteados.
El Director queda reconocido de la labor de los distintos colaboradores, quie-
nes en un esfuerzo desinteresado han contribuido a la presentación definitiva de la
obra. La Editorial Corpus de Rosario ha brindado una edición prolija y acabada del
complejo material que se entregó para su elaboración.

DR. CARLOS LOVESIO


Rosario, 2010
CAPÍTULO 1

Anatomía funcional
del aparato urinario
LELIO ZENO, MARTÍN PIANA

El aparato urinario normal está compuesto por Los vasos sanguíneos, los linfáticos y los
dos riñones, dos uréteres, la vejiga y la uretra. El nervios penetran en cada riñón a nivel de su
tracto urinario es, en esencia, igual en el hombre zona media, llamado hilio renal. Detrás de los
y en la mujer, excepto por lo que se refiere a la vasos sanguíneos, la pelvis renal y el uréter
uretra y a la presencia de la próstata. (Figura 1.1) abandonan el riñón. La sangre es suministrada
La función del aparato urinario es la de mantener por medio de la arteria renal, que normalmen-
el balance de fluidos y electrólitos, mediante la te es única y se ramifica en pequeños vasos
excreción de agua y varios productos de desecho. que irrigan los diferentes lóbulos del riñón. Los
Una cierta cantidad de sustancias son conser- riñones reciben por minuto alrededor de una
vadas en el organismo por su reabsorción en el cuarta parte del volumen minuto cardiaco. Una
riñón. Otras son excretadas y el producto final, vez que la arteria ha penetrado en el riñón, se
la orina, es liberada hacia el sistema colector divide en el límite entre corteza y médula, des-
correspondiente. de donde se distribuye a modo de radios en el
El riñón es un órgano par, de situación retrope- parénquima. No existen comunicaciones entre
ritoneal, proyectado a nivel de la última vértebra los capilares ni entre los grandes vasos del ri-
torácica y primera vértebra lumbar. Mide aproxi- ñón. Las arterias arciformes irrigan la corteza
madamente de 12 a 13 cm de longitud, unos 6 y dan lugar a numerosas pequeñas arteriolas,
cm de ancho y 4 cm de grosor, siendo su peso que forman múltiples pelotones sanguíneos,
entre 130 y 170 gramos; se divide en dos áreas los glomérulos.
bien diferenciadas, una más externa, pálida, de 1 A partir de cada glomérulo, la arteriola eferente
centímetro de grosor denominada cortical, que se da lugar a una fina red que irriga al correspon-
proyecta hacia el hilio renal formando columnas, diente túbulo que surge de la zona del glomérulo.
denominadas de Bertin, que delimitan unas estruc- Estas arterias, dispuestas peritubularmente, dre-
turas cónicas en número de 12 a 18, con la base nan hacia pequeñas vénulas en venas colectoras
apoyada en la corteza y el vértice dirigido al seno más anchas y, por último, hacia la vena renal y
renal, denominadas pirámides de Malpighi, y que hacia la vena cava. La vena renal izquierda es más
constituyen la médula renal. El riñón derecho está larga que la derecha, ya que tiene que cruzar la
normalmente algo más bajo que el izquierdo. El polo aorta para alcanzar la vena cava, y recibe ade-
superior toca el diafragma y su porción inferior se más la vena gonadal izquierda. La vena gonadal
extiende sobre el músculo iliopsoas. La cara pos- derecha, ovárica o espermática, desemboca de
terior está protegida en su zona superior por las forma independiente, por debajo de la vena renal,
últimas costillas. El tejido renal está cubierto por en la vena cava inferior.
la cápsula renal y por la fascia de Gerota, que es El riñón posee numerosos linfáticos, que dre-
de tal consistencia que es capaz de contener las nan en ganglios hiliares que, a su vez, comunican
extravasaciones sanguíneas y de orina, así como con los ganglios periaórticos, craneal y caudal-
los procesos supurativos. mente a la zona del hilio. Se ha demostrado la
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

FIGURA 1.1: El aparato urinario (tomado de F. Netter)

existencia de comunicaciones linfáticas cruzadas primitiva. Los capilares glomerulares están sujetos
con el lado contralateral. entre sí por una estructura formada por células
La nefrona es la unidad funcional del riñón. Se y material fibrilar llamada mesangio, y el ovillo
trata de una estructura microscópica, en número que forman está recubierto por una esfera, la
aproximado de 1 200 000 unidades en cada riñón, cápsula de Bowman, que actúa como recipiente
compuesta por el glomérulo y su cápsula de Bow- del filtrado del plasma y que da origen, en el polo
man y el túbulo. Existen dos tipos de nefronas, opuesto al vascular, al túbulo proximal.
unas superficiales, ubicadas en la parte externa Del glomérulo, por el polo opuesto a la en-
de la cortical (85%), y otras profundas, cercanas trada y salida de las arteriolas, sale el túbulo
a la unión corticomedular, llamadas yuxtamedula- contorneado proximal que discurre un trayec-
res, caracterizadas por la presencia de un túbulo to tortuoso por la cortical. Después, el túbulo
que penetra en profundidad en la médula renal. adopta un trayecto rectilíneo en dirección al
El glomérulo es una estructura compuesta por seno renal y se introduce en la médula hasta
un ovillo de capilares, originados a partir de la ar- una profundidad variable según el tipo de ne-
teriola aferente, que tras formar varios lobulillos se frona (superficial o yuxtamedular); por último,
reúne de nuevo para formar la arteriola eferente. se incurva sobre sí mismo y asciende de nuevo
Entran y salen por el polo vascular del glomérulo. a la corteza. A este segmento se le denomina
La pared de estos capilares está constituida, de asa de Henle. En una zona próxima al glomé-
dentro a fuera de la luz, por la célula endotelial, rulo sigue nuevamente un trayecto tortuoso,
la membrana basal y la célula epitelial. A través denominado túbulo contorneado distal, antes
de esta pared se filtra la sangre que pasa por de desembocar en el túbulo colector que va
el interior de los capilares para formar la orina recogiendo la orina formada por otras nefronas,

16
CAPÍTULO 1 : Anatomía funcional del aparato urinario

y que desemboca por fin en el cáliz a través ejercida por las proteínas del plasma y la presión
de la papila. hidrostática del espacio urinario actúan en con-
Las funciones básicas del riñón son de tres tra de la filtración. La resultante del conjunto de
tipos: a) Excreción de productos de desecho del dichas fuerzas es la que condicionará la mayor
metabolismo (urea, creatinina, fósforo, etc.); b) o menor cantidad de filtrado producido por cada
Regulación del medio interno (equilibrio hidroelec- glomérulo.
trolítico y ácido-básico); y c) Función endocrina: El principal determinante de la formación de
síntesis de metabolitos activos de la vitamina D, orina es la presión hidrostática sanguínea. Así,
sistema renina-angiotensina, síntesis de eritro- cuando la tensión arterial baja, se interrumpe la
poyetina, quininas y prostaglandinas. filtración y cesa la formación de orina. Son tam-
Estas funciones se llevan a cabo en diferentes bién factores importantes en la formación de la
zonas del riñón. Las dos primeras, es decir, la orina: 1) la presión oncótica, dependiente en gran
excretora y la reguladora del medio interno, se parte de las proteínas plasmáticas de la sangre; 2)
producen por la formación y eliminación de una la presión de la propia orina ya excretada, a nivel
orina de composición adecuada a la situación del sistema colector. El glomérulo actúa, pues,
y necesidades del organismo. Tras formarse un como un filtro o criba que separa determinados
ultrafiltrado del plasma en el glomérulo, el túbu- corpúsculos y no deja pasar proteínas. La filtra-
lo se encarga, en sus diferentes porciones, de ción glomerular supone aproximadamente 190
modificar la composición de dicho ultrafiltrado litros diarios de líquido. Sin embargo, al pasar el
hasta formar orina de composición definitiva, que filtrado del glomérulo a la cápsula de Bowman y
se elimina a través de la vía excretora al exterior. a los túbulos, la reabsorción, secreción y excre-
La orina es filtrada por el glomérulo y reco- ción alteran la constitución del producto final y
gida en un espacio confinado por la cápsula de solo un 1% del filtrado total será excretado como
Bowman. orina en la pelvis renal.
Desde aquí es transportada a través del túbulo Las hormonas juegan un papel activo en la
contorneado proximal, el asa de Henle y el túbulo reabsorción tanto del agua como de otras sus-
contorneado distal, hacia los túbulos colectores tancias. La hormona antidiurética (ADH) regula la
que, por medio de la pirámide medular, desem- absorción y eliminación del agua, dependiendo de
bocan en los cálices renales. las necesidades del organismo. La aldosterona
La filtración glomerular consiste en la forma- provoca la reabsorción del sodio y la excreción
ción de un ultrafiltrado a partir del plasma que del potasio. La hormona paratiroidea incrementa
pasa por los capilares glomerulares. Se denomina la reabsorción del calcio y disminuye la reabsor-
ultrafiltrado, porque sólo contiene solutos de pe- ción del fósforo.
queño tamaño, capaces de atravesar la membrana La función endocrina del riñón se lleva a cabo
semipermeable que constituye la pared de los mediante la síntesis de diferentes sustancias con
capilares. Esta permite el libre paso de agua y de actividad hormonal, incluyendo eicosanoides,
sustancias disueltas, con peso molecular inferior eritropoyetina, sistema renina angiotensina y mo-
a 15 000; en condiciones normales es totalmente dulación de la vitamina D.
impermeable a solutos con peso molecular su- Los eicosanoides son un grupo de compuestos
perior a 70 000 y deja pasar en cantidad variable derivados del ácido araquidónico, entre los que
los de peso molecular entre 15 000 y 70 000. se incluyen las prostaglandinas E2 y F2, prosta-
La orina primitiva, que se recoge en el espacio ciclina y tromboxano. Se sintetizan en diferentes
urinario del glomérulo y que a continuación pasa estructuras renales (glomérulo, túbulo colector,
al túbulo proximal, está constituida por agua y asa de Henle, células intersticiales y arterias y
pequeños solutos en una concentración idéntica arteriolas). Determinadas sustancias o situaciones
a la del plasma; carece, no obstante, de células, aumentan su producción, como la angiotensina
proteínas y otras sustancias de peso molecular II, hormona antidiurética (HAD), catecolaminas
elevado. o isquemia renal, mientras que otras inhiben su
El filtrado es producto sólo de fuerzas físicas. producción, como los antiinflamatorios no esteroi-
La presión sanguínea en el interior del capilar fa- deos. Actúan sobre el mismo riñón controlando el
vorece la filtración glomerular; la presión oncótica flujo sanguíneo y el filtrado glomerular, ejerciendo

17
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

un efecto natriurético, inhibiendo la reabsorción Los linfáticos, en áreas que se corresponden con
tubular del cloruro de sodio, aumentando la ex- la irrigación arterial, y las venas tienen una dis-
creción de agua, interfiriendo con la acción de la tribución similar. Los uréteres desembocan en
HAD y estimulando la secreción de renina. la vejiga a través de un canal constituido por
La eritropoyetina actúa sobre células precur- musculatura y mucosa de la pared de la propia
soras de la serie roja en la médula ósea, favo- vejiga. Los orificios ureterales son pequeños. Los
reciendo su multiplicación y diferenciación. Se mismos se sitúan a 2 ó 3 cm de la línea media y a
sintetiza en un 90% en el riñón, probablemente unos 2 cm por encima de la apertura interna de
en células endoteliales de los capilares periglo- la uretra. El área vesical comprendida entre estos
merulares. El principal estímulo para su síntesis tres orificios se denomina trígono. En condicio-
y secreción es la hipoxia. nes normales, la orina pasa a través del orificio
La renina es una enzima que escinde la molé- ureteral solamente en una dirección, es decir,
cula de angiotensinógeno, dando lugar a la angio- hacia la vejiga. Si la presión vesical aumenta, el
tensina I. En el pulmón, riñón y lechos vasculares, tejido mucoso de la pared interna del uréter es
esta es convertida en angiotensina II, forma activa presionado contra la pared posterior del mismo,
de este sistema, por acción de conversión de la previniendo así el retorno de la orina o reflujo
angiotensina. La renina se sintetiza en las célu- vésico-ureteral.
las del aparato yuxtaglomerular (agrupación de Desde el riñón hasta la vejiga, el uréter en-
células con características distintivas situada en cuentra tres zonas de estrechamiento. La pri-
la arteriola aferente del glomérulo), en respuesta mera corresponde a la unión ureteropélvica; la
a diferentes estímulos como la hipoperfusión. La segunda, al lugar de cruce con los vasos ilíacos,
angiotensina II actúa a diferentes niveles, estimu- y la tercera, en el momento de penetrar en la
lando la sed en el sistema nervioso central, pro- vejiga, a la unión ureterovesical. Los cálculos,
vocando vasoconstricción del sistema arteriolar y en su progresión desde el riñón hacia la vejiga,
aumentando la reabsorción de sodio en el túbulo pueden detenerse en uno de estos tres puntos
renal al estimular la secreción de aldosterona por y producir obstrucción.
la glándula suprarrenal. La vejiga es un órgano musculoso hueco, re-
El metabolito activo de la vitamina D, denomi- dondeado o piriforme, que normalmente puede
nado 1,25 (OH)2 colecalciferol, se forma por acción distenderse para albergar un contenido de unos
de una enzima existente en la porción cortical del 500 mL. Sin embargo, en ciertas condiciones,
túbulo renal, que hidroxila el 25(OH) colecalcife- puede distenderse más allá de su normal capa-
rol formado en el hígado. La producción de este cidad. En el hombre, la cara posterior de la vejiga
metabolito, también denominado calcitriol, es se sitúa cerca del recto. En la mujer, la porción
estimulada por la hipocalcemia, hipofosforemia superior de la vagina y el útero se interponen
y parathormona. La hipercalcemia, en cambio, entre la vejiga y el recto. La cara superior de la
inhibe su síntesis. El calcitriol, por su parte, ac- vejiga está cubierta por peritoneo.
túa sobre el riñón aumentando la reabsorción de La vejiga recibe la irrigación directamente de
calcio y fósforo, sobre el intestino favoreciendo las arterias ilíacas internas o hipogástricas, así
la reabsorción de calcio y sobre el hueso permi- como a partir de pequeñas ramas de las arterias
tiendo la acción de la parathormona. hemorroidales y uterinas. El drenaje linfático, ve-
Una vez que la orina ha ingresado en el sistema hículo fundamental en la difusión del cáncer de
colector permanece sin cambios apreciables. La vejiga, sigue sobre todo el camino de los vasos
orina es recogida en la pelvis renal y progresa, ilíacos internos, externos y comunes. La iner-
merced a ondas peristálticas, a través de la unión vación parasimpática de la vejiga se dirige al
ureteropélvica y del uréter. La irrigación del uréter músculo detrusor, que es el responsable de su
tiene diversos lugares de procedencia. Desde el contracción; la porción simpática del sistema
nivel de la pelvis renal pueden observarse finas nervioso autónomo actúa fundamentalmente a
ramas vasculares que tienen su origen en los nivel de la base de la vejiga. El nervio pudendo
vasos renales. La porción inferior del uréter re- inerva el esfínter externo, que rodea a la uretra.
cibe la irrigación de las arterias vesicales, y su Las interconexiones entre estos nervios permiten
porción media, de ramas de los vasos lumbares. la contracción simultánea del músculo detrusor,

18
CAPÍTULO 1 : Anatomía funcional del aparato urinario

FIGURA 1.2: Vejiga y uretra en el hombre

así como la relajación y apertura de los esfínte- por debajo de la próstata, la uretra atraviesa el
res interno y externo. Las fibras sensitivas que diafragma pélvico, zona en donde es casi inmóvil
transmiten las correspondientes sensaciones a y poco distensible. Esta porción diafragmática
partir de la vejiga distendida se corresponden con de la uretra es también denominada uretra mem-
el parasimpático, a través del cual los impulsos branosa, y tiene alrededor de 1 centímetro de
llegan a la médula espinal, donde el centro ve- longitud. Por debajo de esta porción da comienzo
sical reflejo primario se sitúa a nivel de S 2 a S la uretra bulbar y penetra en la zona libre a nivel
4. La constitución de un arco reflejo a este nivel de la unión peneano-escrotal; esta porción libre
permite alguna funcionalidad de la vejiga en pa- o móvil de la uretra se sitúa en la pared ventral
cientes con afectaciones medulares. Dentro de del pene y está cubierta en su superficie ventral
la médula espinal existen fibras que conectan el por el cuerpo esponjoso.
citado centro primario con centros más altos, que El cuello de la vejiga es el lugar más frecuente
permiten la supresión o inhibición de la urgencia de obstrucción del tracto urinario en el hombre.
en el orinar. Así, la vejiga normalmente continúa Esta obstrucción es producida habitualmente
llenándose sin causar molestia y llegado un límite por un agrandamiento de la próstata debido a
determinado, se provocan estímulos nerviosos procesos benignos o malignos. Al agrandarse
que, sin embargo, según la situación, pueden la próstata, no sólo crece hacia afuera sino que
provocar una mayor expansión de la capacidad también comprime la luz de la uretra. En el agran-
vesical o bien un vaciado de la misma. damiento benigno de la próstata, las pequeñas
La orina es eliminada de la vejiga a través de la glándulas periuretrales son las que aumentan de
uretra. En la mujer, la uretra es un órgano tubular tamaño para formar un adenoma. El adenoma
bastante corto, de 3 a 5 cm de longitud, con su puede ser extirpado según diferentes tipos de
apertura externa entre los labios menores; se prostatectomías; en estas operaciones, el ver-
sitúa a nivel y a lo largo de la pared anterior de la dadero tejido prostático es dejado intacto. Las
vagina. Esta corta longitud de la uretra femenina glándulas prostáticas drenan en la uretra pros-
explica la mayor susceptibilidad a las infecciones tática por medio de una docena de pequeños
urinarias en las mujeres. conductos, en el área del verumontanum. Los
En el hombre la uretra es un órgano tubular dos conductos eyaculadores también se abren
en forma de S, de unos 20 cm de longitud. En su en esta zona. Las glándulas de Cowper segregan
comienzo, transita a través de la próstata, que es una pequeña cantidad de un fluido que drena en
una glándula sexual secundaria. La uretra pros- la uretra a nivel del diafragma pélvico. Situadas
tática mide 2,5 a 3 cm de longitud. Justamente de forma dispersa a lo largo del resto de la uretra

19
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

se encuentran numerosas glándulas pequeñas área de menor resistencia es hacia la vejiga, y de


o de Littre. En ocasiones pueden ser asiento de esta forma se explica que tengan eyaculaciones
procesos infecciosos. retrógradas dentro de la vejiga.
El tracto genital masculino está constituido La irrigación del testículo viene de la arteria
por los testículos y epidídimos, que se sitúan espermática, que se origina de la cara anterior
en el escroto y desembocan en los conductos de la aorta abdominal, en las proximidades de
deferentes. El deferente es una estructura tubu- las arterias renales. El origen tan alto de estos
lar, que después de pasar a través del conducto vasos se explica por el origen embriológico en
inguinal se sitúa lateral y después posteriormente esta zona. Un descenso incompleto del testículo
a la vejiga para, después de formar la ampolla puede dar lugar a una retención del mismo intra-
del conducto deferente, alcanzar el conducto abdominalmente. El drenaje venoso se produce
eyaculador junto con un pequeño conducto per- a lo largo de las venas espermáticas, que corren
teneciente a la vesícula seminal correspondiente. paralelas a las arterias.
El conducto eyaculador atraviesa la próstata y
se abre en la uretra prostática. En la liberación del Bibliografía
semen se vierte a través de la uretra una secreción
s Moore K, A Dalley. Anatomía con orientación clínica. 4ª ed.
procedente de testículos, vesículas seminales y
Buenos Aires: Ed. Panamericana, 2002.
próstata. En la eyaculación, el cuello de la vejiga s Netter, F. Colección Ciba de ilustraciones médicas. Tomo VI:
permanece cerrado, el esfínter externo se abre y “Riñones, uréteres y vejiga urinaria”. Barcelona: Salvat Ed., 1979.
entonces el producto eyaculado es propulsado s Rouviere E, A Delmas. Anatomía humana: descriptiva, topográfica
y funcional. 18ª ed. Buenos Aires: Editorial Masson, 2000.
hacia el exterior. En pacientes prostatectomiza-
s Testut L, A Latarjet. Compendio de anatomía descriptiva. 22ª ed.
dos o con resección del cuello de la vejiga, el en español. Buenos Aires: Editorial Masson, 1998.

20
CAPÍTULO 2

Etiopatogenia y fisiopatología de las


infecciones urinarias
JOSÉ M. CASELLAS, CARLOS LOVESIO

Las infecciones urinarias se producen como como el empleo de preservativos en el hombre se


consecuencia de la interacción entre bacterias han asociado con una predisposición a la infec-
virulentas y características biológicas del hués- ción. La deficiencia de estrógenos es reconocida
ped, una vez que se superan los mecanismos de como un factor predisponente para infecciones
defensa locales del sistema urinario. Se admite urinarias recurrentes en la mujer posmenopáusi-
que el daño tisular que sigue a la infección es el ca, debido a los cambios en la flora vaginal, con
resultado de la respuesta inflamatoria más que reemplazo de los lactobacilos, que presentan
de un efecto directo de las bacterias. El análisis una actividad protectora, por especies colifor-
de la fisiopatología de las infecciones urinarias mes u otros uropatógenos. La Escherichia coli
debe incluir tres aspectos fundamentales: la vía uropatogénica con frecuencia es compartida por
de producción de la infección, las característi- parejas heterosexuales.
cas bacterianas que la permiten y los factores El hecho de que la infección del tracto urinario
imputables al huésped. sea mucho más frecuente en la mujer que en el
hombre brinda soporte a la importancia de la vía
Vías de producción de las infecciones ascendente de infección. La uretra femenina es
corta y su proximidad con el introito vulvar y el
urinarias área perianal facilitan la contaminación. Se ha
demostrado que los organismos que producen
Vía ascendente infección urinaria en la mujer colonizan el introi-
La uretra se encuentra habitualmente colonizada to vaginal y el área periuretral antes de que se
con bacterias. Los estudios que utilizan técnicas produzca la infección urinaria. En la década del
de punción suprapúbica han revelado la presencia 60, T. Stamey comprobó que las mujeres con
ocasional de un pequeño número de microorga- infección urinaria recurrente presentaban una co-
nismos en la orina de personas no infectadas. El lonización prolongada de la mucosa vaginal con
masaje de la uretra y las relaciones sexuales en enteropatógenos productores de cistitis, cosa
la mujer pueden forzar bacterias hacia la vejiga. que no ocurría en las mujeres sin infecciones a
El empleo de preservativos puede aumentar este repetición. Si bien se admite que la colonización
efecto traumático. Por otra parte, se ha compro- vaginal es un predeterminante necesario para la
bado que aun una cateterización aislada de la infección, otros eventos, tal como las relaciones
vejiga se asocia con infección del tracto urinario sexuales, por lo general deben estar presentes
en alrededor del 1% de los pacientes ambula- para que se produzca dicha infección.
torios, y la infección es habitual luego de tres La evidencia clínica y experimental sugiere que
o cuatro días de la inserción de una sonda con la mayoría de los episodios de pielonefritis son
sistema de drenaje abierto. causados por el ascenso retrógrado de bacte-
Tanto el empleo de diafragma como de esper- rias desde la vejiga a través del uréter hacia la
micidas que contengan nonoxylol-9 en la mujer, pelvis renal y el parénquima. Aunque la cistitis
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Reservorio

Colonización del introito

Flora intestinal

Colonización uretral

Inoculación vesical
Input de cepas
virulentas y
Cistitis (uretritis) resistentes

Patogénesis Pielonefritis

FIGURA 2.1: Patogénesis de la infección urinaria por vía ascendente

en general queda restringida a la vejiga, en un Staphylococcus aureus. Otro agente bacteriano


50% aproximado de los casos existe una ulterior capaz de producir pielonefritis hematógena es
extensión de la infección hacia el tracto urinario la Salmonella. La pielonefritis experimental se
superior. Aunque es probable que no se requiera puede producir por la inyección intravenosa de
un reflujo de orina para la infección ascendente, diversas especies bacterianas o de Candida. Es
el edema asociado con la cistitis puede causar llamativo que las bacterias gram negativas, que
un cambio suficiente en la unión ureterovesical suelen producir infección urinaria, difícilmente lo
como para permitir el reflujo. El ascenso por el hagan cuando se inyectan por vía intravenosa.
uréter se ve incrementado por cualquier proceso
que interfiera con la función peristáltica ureteral Vía linfática
normal; tanto las bacterias gram negativas como Si bien se han demostrado conexiones linfáticas
sus endotoxinas, el embarazo y la obstrucción entre los uréteres y el riñón en animales y en el
ureteral presentan un efecto antiperistáltico signi- hombre, y que el aumento de la presión en la
ficativo. Las bacterias que alcanzan la pelvis renal vejiga puede producir un flujo linfático retrógra-
pueden entrar al parénquima renal por medio de do hacia el riñón, no existen evidencias sobre
los ductos colectores a nivel del ápex de la papila un rol significativo de los linfáticos renales en la
y luego ascender a través de los túbulos. Este patogénesis de la pielonefritis.
proceso es facilitado y exacerbado por cualquier
aumento de la presión dentro de la pelvis renal. Características de los
(Figura 2.1) microorganismos infectantes
Vía hematógena La etiología de las infecciones urinarias no com-
La infección del parénquima renal por organis- plicadas ha permanecido constante en el curso
mos presentes en la sangre no es infrecuente. de las últimas tres décadas, aunque con un in-
Es habitual que se produzcan abscesos renales cremento significativo en la resistencia antimi-
en pacientes con bacteriemia o endocarditis por crobiana, tanto en las infecciones adquiridas en

22
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias

la comunidad como en las infecciones nosoco- de infecciones urinarias complicadas o de bac-


miales. La etiología de las infecciones urinarias teriurias asintomáticas son muy heterogéneas,
complicadas es más diversa, estando afectada en con una significativa baja frecuencia de factores
forma directa por las características del huésped. de virulencia. Las diferencias genéticas entre los
Aunque las infecciones del tracto urinario son uropatógenos pueden ser responsables de las
producidas por múltiples especies de microor- diferentes evoluciones clínicas.
ganismos, la mayoría son causadas por E. coli, Las cepas uropatogénicas (UPEC) se carac-
en particular por un grupo limitado de serogru- terizan por poseer grandes bloques de genes,
pos: B2 y D. En efecto, la E. coli causa el 75 al llamados islas asociadas de patogenicidad, que
90% de los episodios de infecciones urinarias, codifican diversos conjuntos de propiedades es-
prevaleciendo en las infecciones neonatales, pe- peciales que, se ha postulado, contribuyen a la
diátricas, en la cistitis no complicada o recurrente virulencia, por lo que se denominan factores de
de la mujer fértil, así como en la pielonefritis y virulencia. Los factores de virulencia de las UPEC
en la denominada prostatitis bacteriana crónica. son propiedades específicas que confieren a las
Un patotipo es un conjunto de factores com- bacterias la habilidad de adherirse al tracto urina-
partidos por cepas bacterianas de una misma rio, persistir e invadir los tejidos causando injuria.
especie dirigido a un proceso patogénico de- Tales factores también dificultad la actividad de
terminado. Estos patotipos o islas asociadas de los mecanismos de defensa del huésped y la esti-
patogenicidad (PAIs) son segmentos cromosómi- mulación de la respuesta inflamatoria. Las UPEC
cos de 10 a 200 kb de tamaño, portan genes de aisladas de pacientes con infecciones urinarias
virulencia, se encuentran insertados próximos o poseen un número sustancial de factores de vi-
dentro de los genes RNAt, contienen secuencias rulencia en comparación con los aislamientos
de inserción u otros elementos genéticos móviles, comensales de la flora fecal.
y tienen un contenido G+C diferente del resto del Los factores de virulencia reconocidos incluyen
cromosoma. Estas islas de patogenicidad son un aumento de la capacidad de adherencia a las
considerablemente diferentes entre los distintos células de la vagina y del uroepitelio, la resistencia
aislamientos uropatogénicos. a la actividad bactericida del suero, una mayor
En el caso de aislamientos de E. coli que pro- cantidad de antígenos K en las cápsulas, la pre-
ducen infecciones entéricas, se distinguen seis sencia de aerobactina y de factor necrotizante
diferentes patotipos: enteropatogénico (EPEC), citotóxico tipo 1 y la producción de hemolisinas.
enterohemorrágico (EHEC), enterotoxigénico Todos los uropatógenos son capaces de utilizar
(ETEC), enteroagregativo (EAEC), enteroinvasi- la orina como medio de cultivo. Sin embargo, la
vo (EIEC) y difusamente adherente (DAEC). Cada orina es un medio de cultivo incompleto, por lo
uno de ellos produce enfermedad utilizando dife- que se requiere la síntesis de uno o más factores
rentes combinaciones de factores de virulencia, nutricionales por las cepas uropatogénicas para
determinados por distintos condicionantes mole- producir infección, incluyendo guanina, arginina
culares, resultando en general en enfermedades y glutamina para un óptimo crecimiento.
cuyas manifestaciones pueden ser distinguidas Está bien establecido que la adherencia bac-
con claridad. Si bien no existe una diferenciación teriana a las células epiteliales es un paso inicial
específica en patotipos de E. coli en las infeccio- esencial en el desarrollo de una infección del
nes urinarias, se ha podido reconocer la existen- tracto urinario. La interacción huésped-patógeno
cia de clones uropatogénicos, para diferenciar que conduce a la enfermedad del tracto urinario
las poblaciones patógenas de las comensales. se inicia luego de la fijación de las bacterias a
Así, en EEUU el serotipo que con más frecuencia las células epiteliales. (Figura 2.2) Este tipo de
produce cistitis aguda es el O18:K1:H7 (grupo adherencia es un fenómeno sumamente específi-
filogenético B2). Además, diversos serotipos O, co: el tropismo por y dentro del tracto urinario es
K y H se correlacionan con la severidad clínica, mediado por la interacción molecular entre adhe-
en particular en pacientes con pielonefritis. Las sinas de la superficie de las bacterias y receptores
cepas de E. coli aisladas de pielonefritis aguda complementarios en las células epiteliales. Las
no obstructiva pertenecen a un grupo restringido adhesinas bacterianas por lo general están inte-
de E. coli virulentas, mientras que las aisladas gradas en fimbrias o pilis, apéndices tipo piloso

23
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Ciclo de vida bacteriana


1 2 3 4
Fijación Invasión Replicación Exfoliación y
reservorio quiescente
Vasos sanguíneos
Tejido Neutrófilos

Muerte
Catelicidinas
Defensinas
Muerte
E. coli uropatogénica Exfoliación
Inmunopatogenicidad
Orina
Mecanismos de defensa
1 2 3 4
Inhibición de unión Activación celular Reclutamiento de Muerte
Muerte directa Producción de mediadores: células inmunes: Exfoliación
Péptidos antimicrobianos
IgA s Quemoquinas neutrófilos, macrófagos,
Proteína T-M células dendríticas

FIGURA 2.2: Mecanismo efector de interacción bacteria-huésped en el desarrollo de las infecciones


del tracto urinario

compuestos de subunidades repetitivas de un alta capacidad adhesiva, mientras que las cepas
dispositivo helicoidal que protruye de la superficie de niñas con bacteriuria asintomática presentaban
de la bacteria, con un diámetro de 5 a 10 nm y una baja adherencia bacteriana, lo que evita el
una longitud de 2 μm. Alternativamente, las ad- inicio de la respuesta inflamatoria de la mucosa.
hesinas pueden tomar otra variedad de formas. Entre el 70 y el 80% de las cepas productoras de
(Tabla 2.1) Los genes que codifican la expresión pielonefritis expresan diferentes tipos de adhesi-
de las fimbrias de la E. coli uropatogénica se nas (Dr y afa, S-tipo 1 y fimbrias P), todas ellas se
encuentran en los cromosomas, en oposición a pueden unir a diferentes receptores en las células
las adhesinas codificadas por plasmides de las del huésped durante el proceso infeccioso. Esta
cepas enterotoxigénicas. asociación no se observa en individuos con in-
Las bacterias con aumento de la capacidad fecciones urinarias asentando sobre alteraciones
de adherencia a las células vaginales y periure- estructurales del tracto urinario.
trales se seleccionan para colonizar las regiones Los genes para la producción de fimbrias tipo
anatómicas adyacentes al orificio uretral. 1 son ubicuos en la E. coli y bacterias gram nega-
Una serie de estudios in vitro e in vivo han tivas relacionadas, siendo estas producidas por
establecido las evidencias relativas al rol de los más del 90% de todas las E. coli. Una molécula
pili en el desarrollo de infecciones urinarias. S. de adhesina, FimH, localizada en el extremo de
Eden y col. fueron los primeros en establecer las fimbrias tipo 1, se une a receptores glicopro-
una correlación entre la adherencia bacteriana in teicos que contienen manosa, expresados en la
vitro y la severidad de las infecciones del tracto superficie luminal de la vejiga y que median la
urinario. Demostraron que las cepas de E. coli, fijación de las bacterias al epitelio, permitiendo
de niñas con pielonefritis aguda, presentaban una que permanezcan en el tracto urinario a pesar

24
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias

TABLA 2.1: Adhesinas de la E. COLI uropatogénica y receptores epiteliales correspondientes


Adhesinas Secuencia Receptor Comentario
genética
Fimbria tipo 1 (MS) Pil, fimH Proteínas manosiladas Unión a la proteína de Tamm-
de las células epiteliales Horsfall (THP) y SIgA
(uroplaquina Ia) y PMN
Fimbria P (MR) pag G (clase Ia) Gal-D 1-4 (antígeno P del Raras
papGAP (Clase II) grupo sanguíneo) Asociada con pielonefritis y
papG (Clase III) bacteriemia
Cistitis en pacientes con
anormalidades del tracto
urinario
Fimbria S/F1C (MR) Sfa/fac Sialil-(D-2-3) galactósido Adherencia inhibida por la THP
Fimbria G (MR) Terminal
N-acetil-D-glucosamina
Familia Dr (fimbrias y Operon Drb, Antígeno Dr del grupo 16% de los aislamientos en
no fimbrias) adhesina E, afa sanguíneo DAF cistitis de primera vez
E1-5

del efecto diluyente del flujo urinario continuo. y las células epiteliales induce una cascada de
Las cepas UPEC que carecen de fimbrias tipo 1 señales, incluyendo la formación de complejos
son incapaces de infectar las células epiteliales proteicos entre kinasas de adhesión (FAK) y PI
de la vejiga. 3-kinasas, y D-actinina y vinculina, que condu-
Hasta hace muy poco tiempo, la única función cen a una reestructuración del citoesqueleto y
identificada de las fimbrias tipo 1 era mediar la la internalización de la bacteria fijada. (Figura
adherencia a las células del huésped. Hoy se 2.3) La invasión de las células epiteliales pue-
ha implicado a estas fimbrias en la invasión de de desencadenar la producción de citoquinas/
las células epiteliales de la vejiga, facilitando la quemoquinas proinflamatorias y apoptosis de las
formación de una comunidad bacteriana intra- mismas, produciendo el reclutamiento de células
celular. La interacción entre las fimbrias FimH inflamatorias y la consecuente exfoliación. Para

FIGURA 2.3: Mecanismos y consecuencias de la invasión bacteriana mediada por factores bacterianos

25
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

evitar el clearance bacteriano por exfoliación de fagocitosis por neutrófilos, la E. coli con fimbrias
las células epiteliales superficiales y por otros P paradójicamente aumenta la respuesta infla-
mecanismos de defensa innatos, la E. coli uropa- matoria del huésped induciendo la elaboración
togénica puede invadir las células subepiteliales, de citoquinas proinflamatorias. Los neutrófilos,
facilitando potencialmente la persistencia por largo sin embargo, no presentan receptores para estas
tiempo de la bacteria dentro de la mucosa de la fimbrias. La E. coli con fimbrias P es dominante
vejiga, y la posibilidad del desarrollo eventual de como causa de pielonefritis y urosepsis, y es
recidivas de la infección con el mismo germen. predominante en hemocultivos; sin embargo,
Esto podría justificar la dificultad en erradicar durante su permanencia en el riñón se produce
organismos con tratamientos antibióticos cortos. una subregulación de la expresión de fimbrias
Las E. coli obtenidas de pacientes con pielo- P, y esto puede facilitar la persistencia en el pa-
nefritis se adhieren mejor que los aislamientos rénquima renal.
de cistitis y, a su vez, tienden a adherirse con En adición a las fimbrias tipo 1 y P, existe
más firmeza a las células uroepiteliales que las una variedad de adhesinas, incluyendo los tipos
muestras al azar de E. coli obtenidas del colon. S, 1c, G, Dr, y adhesinas M y X, con diferentes
Svanborg y col. identificaron una nueva adhesina, especificidades de unión y propiedades seroló-
la fimbria P, responsable de la adherencia parti- gicas, que se expresan in vivo en la orina. El pili
cular presente en la pielonefritis. Está codificada tipo 1 y la adhesina Dr se han relacionado con
dentro de la estructura PAIs, conocida como pap la invasión de las células epiteliales de la vejiga
(pyelonephritis-associated pilus), que compren- y con la persistencia intracelular de cepas uro-
de 11 genes y que se distribuye selectivamente patogénicas de E. coli.
dentro de las especies de E. coli. Estas fimbrias Es imaginable que la mera fijación de la bacte-
se denominan P debido a que el receptor es un ria a una célula epitelial es insuficiente para pro-
constituyente del complejo antigénico del grupo ducir una enfermedad sintomática. Es necesario
sanguíneo P presente en los eritrocitos humanos que existan otros factores de virulencia relacio-
y en las células uroepiteliales, tratándose de un nados con las bacterias para desencadenar los
glicoesfingolípido (GSL) específico, que a su vez mecanismos responsables de las manifestaciones
recluta TLR-4 para iniciar las señales de mem- clínicas. Ya en el año 1900 se había comprobado
brana. Es interesante destacar que a diferencia que ciertas cepas de E. coli tenían la propiedad
de las fimbrias tipo 1, solamente la E. coli y no de lisar los eritrocitos, detectables como una zona
otros gérmenes gram negativos portan los genes clara alrededor de la colonia bacteriana en una
para las fimbrias P. placa de agar sangre. Se comprobó que alrededor
Las fimbrias P aumentan la virulencia de es- del 50% de las cepas de E. coli que producían
tas cepas en diferentes estadios de la infección, infecciones urinarias eran hemolíticas. El factor
incluyendo su mayor permanencia en el tracto responsable, la hemolisina, es citotóxico para
gastrointestinal y su mayor diseminación hacia otras células humanas. En la cistitis y en la pie-
el tracto urinario para colonizar y producir infec- lonefritis aguda, la hemolisina de la E. coli puede
ción ascendente. Una vez en el tracto urinario, contribuir directamente a la infección a través
las cepas con fimbrias P se adhieren, persisten de sus efectos sobre las células uroepiteliales.
y, a pesar de generar una mayor respuesta de El efecto letal de esta toxina se ha demostrado
citoquinas, invaden el riñón e inducen bacterie- sobre células epiteliales de la vejiga en el hombre.
mia. Las fimbrias P presentan una considerable Aunque el lipopolisacárido es un componente
variación antigénica, dando origen a múltiples estructural de la E. coli, debe ser considerado
subgrupos. La adhesina Pap G de la fimbria P como un factor de virulencia por sus efectos
es esencial en la patogénesis de la pielonefritis. tóxicos sobre el huésped y la respuesta infla-
El gen pap en secuencia EFG codifica este com- matoria que desencadena. El lipopolisacárido,
plejo de adhesinas. cuando se libera de la membrana externa de las
Las fimbrias P también parecen conferir una bacterias viables o cuando se produce la lisis
mayor capacidad a los clones de E. coli uropato- bacteriana, interactúa con el receptor toll-like y
génicos para colonizar el colon y diseminarse al otros receptores de las células epiteliales e in-
perineo. Aunque presenta relativa resistencia a la munes. La activación de estos receptores inicia

26
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias

una cascada de señales que resulta en la síntesis y estimular la formación de cálculos. En efecto,
y liberación de varias citoquinas, quemoquinas y la ureasa puede elevar el pH urinario a un valor
otros mediadores. Localmente, estos mediadores cercano a 8,0, ocasionando la precipitación de
producen el influjo de neutrófilos y el acompañan- estruvita (fosfato amónico magnésico) y apatita
te edema y dolor que caracteriza a la respuesta (fosfato cálcico) en la vía urinaria produciendo
inflamatoria aguda. Si estos mediadores alcanzan litiasis vesical, prostática o renal (ver capítulo 13).
la circulación, producen la respuesta inflamatoria La Klebsiella pneumoniae es el tercer agente
sistémica, caracterizada por fiebre, leucocitosis, productor de infecciones urinarias no relacionadas
taquicardia y taquipnea. con métodos invasivos. Esta bacteria expresa
El hierro es un micronutriente limitante para su virulencia urinaria a través de sus adhesinas,
el crecimiento bacteriano dentro del huésped. fimbrias de tipo 1. La presencia de cápsula, sin
En consecuencia, la adquisición de hierro es im- embargo, es el factor más importante de virulen-
prescindible para diversas bacterias patogénicas, cia de la Klebsiella. Presenta diversas variantes
incluyendo la E. coli. Las cepas uropatogénicas químicas del polisacárido capsular, lo que permite
presentan múltiples mecanismos para extraer distinguir hasta 70 serotipos. Esta cápsula pre-
hierro del huésped, en principio por la activa- viene la fagocitosis por neutrófilos y macrófagos
ción del sistema de sideróforos, pero también e impide la acción de los anticuerpos dirigidos
por captación a partir del hem. Los sistemas de contra el lipopolisacárido de la membrana bacte-
sideróforos reconocidos incluyen la aerobactina, riana externa, importante mecanismo de defensa
enterobactina y yersiniabactina, más los recien- del urotelio ante las infecciones producidas por
temente identificados sideróforos receptores IreA bacilos gram negativos.
e IroN. Muchas cepas uropatogénicas producen Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter spp
hemolisinas, que facilitan la invasión tisular y pro- y otros bacilos gram negativos no fermentadores
ducen daño celular a nivel renal, es probable que son prácticamente inexistentes en la microflora
a través de la liberación de hierro que facilita la intestinal y genital de pacientes no tratados con
invasividad de la E. coli. anterioridad con antibióticos, por lo que producen
Los aislamientos obtenidos de pacientes con infecciones de índole hospitalaria casi exclusiva.
infecciones urinarias, en presencia de anormali- Cuanto mayor es el número de organismos
dades estructurales de base, no presentan con presentes en el riñón, mayor es la posibilidad de
frecuencia los factores de virulencia bacteriana producir una infección. El riñón de por sí no es
descritos anteriormente. susceptible a la infección de manera uniforme,
El S. aureus rara vez produce cistitis y pielone- ya que se ha demostrado que se requieren po-
fritis ascendente; en contraste, el Staphylococcus cos organismos para infectar la médula, mientras
saprophyticus es causa frecuente de infecciones que la infección de la corteza requiere un número
del tracto urinario inferior. El S. saprophyticus se sustancialmente mayor. La mayor susceptibilidad
adhiere, de modo significativo, más a las células de la médula puede deberse a su mayor concen-
del epitelio vaginal que el S. aureus o el Staphylo- tración de amonio, que inactiva el complemento,
coccus epidermidis, produciendo infecciones casi y a la escasa quimiotaxis de polimorfonucleares
exclusivamente en mujeres. en un área de alta osmolalidad, bajo pH y bajo
Otras características bacterianas pueden ser flujo sanguíneo.
importantes en la producción de infecciones del Las bacterias uropatogénicas también presen-
tracto urinario superior. Las bacterias móviles, tan una variedad de defensas contra los sistemas
en particular el P. mirabilis, pueden ascender a antibacterianos del huésped. La mayoría expresa
través de los uréteres contra el flujo de orina, y un conjunto de lipopolisacáridos glicosilados y
se ha demostrado que las endotoxinas de los de polisacáridos capsulados, en oposición a las
bacilos gram negativos disminuyen la peristal- cápsulas características de las cepas comensales.
sis ureteral y quizá contribuyen a la respuesta Estos polisacáridos interfieren con la fagocitosis
inflamatoria del parénquima renal por activación y protegen contra la opsonización o lisis mediada
de las células fagocíticas. En las especies Pro- por complemento. El lipopolisacárido parece ser
teus, la producción de ureasa se ha correlacio- más importante patogénicamente dentro del sis-
nado con la capacidad de producir pielonefritis tema urinario que las cápsulas simples, mientras

27
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

que ambos factores contribuyen a la virulencia también posee actividad antibacteriana. Las bac-
sistémica. terias anaerobias y otros organismos de lento
crecimiento que forman parte de la flora uretral,
Mecanismos de defensa del huésped por lo general no se reproducen en la orina. Se
ha demostrado que los extremos de osmolalidad,
La capacidad de un microorganismo de producir la alta concentración de urea, y el nivel bajo del
enfermedad sintomática es la resultante neta de pH son inhibitorios para el crecimiento de al-
la interacción entre las propiedades de virulencia gunas de las bacterias que producen infección
de la bacteria y la respuesta del huésped para del tracto urinario. El pH y la osmolalidad de
prevenir la colonización, inhibir el crecimiento la orina de la mujer embarazada tienden a ser
bacteriano, contener al invasor o a sus efectos, más favorables al crecimiento bacteriano que
o matar al microorganismo. los de la no embarazada, lo que justifica la ele-
Con la excepción de la mucosa uretral, el trac- vada incidencia de infección urinaria durante el
to urinario normal es resistente a la colonización embarazo. La presencia de glucosa facilita el
por bacterias y elimina en forma eficiente y rá- crecimiento bacteriano, explicando la elevada
pida tanto a los organismos patogénicos como incidencia de infección urinaria en los diabéticos,
no patogénicos que acceden a la vejiga. Esto se aunque otras causas pueden estar involucradas
logra por la presencia de diversos mecanismos en esta patología.
de defensa antibacteriana en el tracto urinario La superficie epitelial del tracto urinario se
inferior. (Tabla 2.2) encuentra recubierta de una fina capa de orina y
El mecanismo de lavado de la vejiga ejerce fluidos secretados por las células epiteliales. La
un efecto protector mayor. Cuando se introdu- proteína de Tamm-Horsfall (THP) o uromodulina
cen bacterias en la vejiga de los humanos, exis- es la proteína más abundante en la orina humana
te una tendencia al clearance espontáneo. Sin normal. Se expresa solo en la rama ascendente
embargo, el mecanismo de unión de las fimbrias del asa de Henle en el riñón. La abundancia rela-
puede proveer un modo para contrarrestar esta tiva y la localización específica de la THP desem-
defensa, mediante la unión firme de la bacteria peñan un rol fisiológico importante en el sistema
al epitelio del tracto urinario durante los perio- de defensa antibacteriano del tracto urinario. La
dos de ausencia de flujo urinario. Debido a que THP sirve como un desencadenante endógeno de
el mecanismo de lavado solo es probable que la activación de las células de la inmunidad inna-
no produzca una eliminación total, deben existir ta, tales como granulocitos, monocitos y células
factores defensivos adicionales. Ciertos factores dendríticas; pero no de las células endoteliales,
del huésped, incluyendo la cateterización de la indicando una acción específica de células. Las
vejiga, aumentan la susceptibilidad de las células ratas knockout THP son altamente susceptibles
uroepiteliales a la fijación bacteriana, incremen- a infecciones urinarias severas. La THP previene
tando la posibilidad de bacteriuria. la colonización por cepas uropatogénicas e inter-
Aunque la orina se considera generalmente un fiere con la fijación bacteriana al tracto urinario
buen medio de cultivo para muchas bacterias, mediante su unión a las fimbrias tipo I. La PHT

TABLA 2.2: Mecanismos de defensa antibacteriana en el tracto urinario


Orina (osmolalidad, pH, presencia de ácidos orgánicos y de urea)
Flujo urinario y micción
Actividad bactericida de la mucosa
Inhibidores urinarios de la adherencia bacteriana (proteína de Tamm-
Horsfall, mucopolisacáridos de la vejiga, oligosacáridos, inmunoglobulina
A secretoria, lactoferrina)
Respuesta inflamatoria (polimorfonucleares, citoquinas, sistema de
inmunidad humoral y celular)
Varios (secreciones prostáticas)

28
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias

también tendría un rol antiinflamatorio, induciendo Los estudios histoquímicos revelan que la adhe-
la maduración de las células dendríticas a través rencia bacteriana se incrementa por la remoción
de la activación de un sistema dependiente del de un mucopolisacárido (GAG) de superficie, que
receptor TLR-4. En forma conjunta, estos datos parece ser responsable de la resistencia natural
muestran que la THP es un factor regulatorio de de la mucosa. Por otra parte, la administración
la inmunidad innata y adaptativa y podría tener un de un inóculo bacteriano pequeño probablemente
impacto significativo en la inmunidad del tracto no logre adherirse, permaneciendo suspendido
urinario. En pacientes adultos con infección uri- en la orina y siendo eliminado con la micción.
naria, el nivel de THP se encuentra disminuido. En presencia de un inóculo mayor de bacterias
Los microorganismos que se adhieren al con buenas características de adhesividad, los
uroepitelio toman contacto con la lactoferrina, mecanismos primarios de defensa pueden ser
que disminuye la concentración local de hierro superados y producirse la colonización con subse-
y además, al unirse a la membrana microbiana, cuente infección. Una vez producida la infección,
produce un daño local de la misma. Péptidos an- los mecanismos secundarios de defensa, tales
timicrobianos, tales como la defensina HBD1 y la como la movilización de leucocitos y macrófagos,
catelicidina, que son secretados en forma consti- permiten la remoción de las bacterias.
tutiva, contribuyen a las propiedades bactericidas En la mujer, la colonización del introito vagi-
de la capa fluida inmediatamente adyacente al nal y la región periuretral por enterobacterias es
uroepitelio. En coordinación con la inducción de crítica en la patogénesis de la infección urinaria.
catelicidina y HBD2, como consecuencia de las La colonización periuretral con el mismo orga-
propiedades quemoatractantes de estos pép- nismo invariablemente precede a los episodios
tidos antimicrobianos, se congregan glóbulos de bacteriuria significativa. La flora normal de
blancos. Los monocitos reclutados en el sitio de esta región contiene microorganismos tales como
actividad microbiana pueden secretar citoquinas, lactobacilos, estafilococos coagulasa negativos,
tales como la IL-1 y el TNFD que, por su parte, corinebacterias y estreptococos, que forman una
estimulan la expresión de péptidos antimicrobia- barrera contra la colonización por uropatógenos.
nos inducibles por las células epiteliales. Los estudios microbiológicos han demostrado
Si los microorganismos tienen éxito en supe- que la uretra, la región periuretral y el vestíbulo
rar los mecanismos de defensa precedentes, el vaginal de mujeres con infecciones recurrentes del
uroepitelio puede ser susceptible a la fijación y tracto urinario están con frecuencia colonizados
al daño local. A través de vías mediadas por los con bacterias coliformes. Un bajo pH vaginal y
toll-receptors, la fijación bacteriana, propagación una carencia estrogénica son los factores más
e invasión estimulan la producción y secreción de importantes relacionados con la falta de colo-
citoquinas, tales como la IL-8, y proteínas antimi- nización. Sin embargo, es más común que los
crobianas, tales como la lipocalina. La presencia cambios en la colonización se asocien con el uso
de IL-8 produce un rápido reclutamiento de más de agentes antimicrobianos o agentes espermi-
neutrófilos, generando un efecto antimicrobiano cidas que alteran la flora normal y aumentan la
pero produciendo también daño tisular local. Si receptividad del epitelio para los uropatógenos.
estos niveles de defensa fracasan, el influjo de Se admite que algunas mujeres son más sus-
neutrófilos es mayor, produciendo la destrucción ceptibles a la infección urinaria debido a la presen-
de la microanatomía local. Si esta respuesta ce- cia de ciertos receptores celulares localizados en
lular por su parte es superada, se produce una el epitelio vaginal y determinados genéticamente
infección sistémica con signos de respuesta in- para cepas de E. coli uropatogénicas, y que esta
flamatoria, eventual sepsis o shock séptico. diferencia podría justificar los casos de infecciones
En un estudio destinado a evaluar los mecanis- recurrentes. Schaeffer y col. confirmaron estas
mos de defensa de la vejiga en perros, Parsons y diferencias vaginales, pero en adición observa-
col. demostraron un mecanismo de antiadherencia ron que el aumento de la adherencia también es
activo en la mucosa. El tratamiento previo de la característico de las células epiteliales de la ca-
vejiga con ácido aumenta la adherencia bacteriana vidad oral. En definitiva, existiría un aumento de
en 20 a 50 veces. El aumento de la adherencia es la receptividad epitelial a la E. coli en la mucosa
independiente de la especie bacteriana empleada. del introito, de la uretra y de la cavidad bucal,

29
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

que sería característico de mujeres susceptibles defectos severos en la inmunidad mediada por
a infecciones urinarias recurrentes y que tendría células, incluyendo bajos recuentos de linfocitos
carácter genotípico. CD4, no presentan una mayor susceptibilidad o
Otros factores endógenos, tales como el nivel severidad de las infecciones urinarias.
de estrógenos, pueden influenciar la adhesión Durante la pielonefritis, una vez que las bacte-
bacteriana a las células uroepiteliales, afectando rias han activado a las células de las superficies
el riesgo de infección. Desde el punto de vista uroepiteliales, se sintetizan mediadores inflama-
conductual, tanto la colonización del introito va- torios que pueden ser secretados en la orina y
ginal como la bacteriuria debida a E. coli se han pueden ser medidos como un signo de infec-
asociado con el uso de diafragma y espermicidas, ción. Más importante aún, la secreción basolateral
que pueden aumentar el riesgo de infección uri- permite que las células epiteliales propaguen la
naria relacionado con la actividad sexual. señal a las células adyacentes en la mucosa o
Es poco conocido el rol de la inmunidad hu- recluten células inflamatorias desde la circulación.
moral en la defensa contra la infección del trac- La infección produce un aumento en la secre-
to urinario. Durante la pielonefritis aguda, existe ción de quemoquinas, en especial del tipo IL-8,
una respuesta sistémica de anticuerpos. Se han que es quemotáctica para los neutrófilos, y otras
reconocido anticuerpos contra el antígeno O y, quemoquinas que interactúan con monocitos y
en ocasiones, el antígeno K de la cepa infectan- linfocitos. En respuesta a esta activación, las
te, y anticuerpos contra las fimbrias tipo 1 y P. células inflamatorias dejan el torrente sanguíneo
Los anticuerpos IgM dominan en la respuesta a y migran hacia la barrera mucosa, donde ejercen
la primera infección del tracto urinario superior, sus efectos.
pero no en los episodios subsecuentes. Altos En los últimos años se han estudiado una serie
niveles de anticuerpos IgG contra el lípido A se de péptidos antimicrobianos naturales (AMPs).
correlacionan con la severidad de la infección re- Se trata de componentes ubicuos de la inmuni-
nal y se pueden detectar anticuerpos secretorios dad innata, expresados por los neutrófilos y las
IgA en la orina. En contraste con la infección del células epiteliales, ya sea en forma constitutiva o
tracto urinario superior, la infección del tracto luego de la inducción por patógenos. Los AMPs
urinario inferior no se asocia con una respuesta consisten en residuos de 15 a 45 aminoácidos,
serológica significativa, reflejando la naturaleza la mayoría de ellos cargados positivamente, de-
superficial de la infección. En particular, no se bido a la presencia de numerosos residuos de
reconocen anticuerpos antifimbrias en la infec- arginina y lisina. Los AMPs se han categorizado
ción urinaria baja. en cuatro grupos de acuerdo a la composición de
A pesar de la importante respuesta sistémica aminoácidos, estructura y tamaño reconocidos
y local de anticuerpos que sigue a la pielonefritis por RMI. Los más conocidos son las D-defensinas,
aguda, el rol protectivo de estos anticuerpos no es las E-defensinas, las catelicidinas y las epcidi-
claro. Cuando las bacterias persisten en el riñón nas. Una serie de modelos in vivo e in vitro han
por varios meses se produce una disminución demostrado que los AMPs protegen contra una
antigénica. Se ha demostrado que anticuerpos amplia variedad de microorganismos incluyendo
contra varias estructuras bacterianas, incluyen- bacterias, virus, hongos y algunos protozoarios.
do los antígenos O y K y antígenos de fimbrias, Aunque el mecanismo exacto por el que los AMPs
protegen contra la pielonefritis ascendente o he- destruyen a los microorganismos no es totalmente
matógena en animales de experimentación. Los conocido, se sabe que su particular estructura,
anticuerpos pueden ser de valor para limitar el conteniendo un segmento cargado hidrofílico y
daño dentro del riñón o para prevenir la coloni- un fragmento sin carga lipofílico, facilita la dis-
zación que precede a las recurrencias. rupción de la membrana celular. La predilección
No se ha demostrado que los anticuerpos pro- por las membranas microbianas en relación con
tejan contra la infección de la vejiga. La inmunidad las membranas de células nativas podría estar
mediada por células no desempeña un rol mayor relacionada con la distinta estructura de dichas
en la defensa contra la infección del tracto urina- membranas.
rio. La mucosa urinaria contiene pocos linfocitos Aunque la reacción inflamatoria está dirigida a
T. En este sentido, las mujeres VIH positivas con limitar la diseminación bacteriana y la persistencia

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CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias

dentro del riñón, estas células y su respuesta in- y también pueden ser importantes los fenóme-
mune pueden contribuir al daño tisular, formando nos irritativos locales que producen. Por otra
un área de fibrosis renal, como se evidencia por la parte, los cálculos pueden desarrollarse como
menor destrucción parenquimatosa en pacientes consecuencia de la infección. Se ha observado
con neutropenia. Se ha sugerido que la pielone- que las especies Proteus y otros organismos
fritis crónica y el daño renal persistente pueden productores de urea tal vez produzcan cálcu-
desarrollarse aun después de la adecuada erra- los. Por fin, las bacterias pueden sobrevivir en
dicación bacteriana con antibióticos. De acuer- la profundidad del cálculo, siendo dificultosa en
do con este concepto, remanentes bacterianos extremo su erradicación.
o antígenos o la persistencia de la proteína de El reflujo vesicoureteral (RVU) y las infecciones
Tamm-Horsfall inducirían una respuesta inmuno- del tracto urinario están relacionados. El reflujo
lógica humoral crónica resultando en una fibrosis debido a anormalidades congénitas, la sobre-
renal criptogenética. distensión vesical o causas desconocidas quizá
Recientemente se ha dilucidado la identidad contribuyan a la infección del tracto urinario por
de receptores específicos en la superficie de los vía ascendente. Por otro lado, las observaciones
órganos del aparato urinario que median la inva- clínicas han demostrado que la infección por sí
sión por cepas UPEC. Sacks y col. hallaron que misma puede producir reflujo, especialmente en
la máxima internalización de la E. coli se logra niños. El reflujo tiende a perpetuar la infección
cuando la bacteria es opsonizada con comple- manteniendo un pool residual de orina infectada
mento. En efecto, las células del epitelio renal en la vejiga luego de la micción. Es probable que
internalizan menos bacterias en ausencia de C3, el reflujo, en especial en niños, desempeñe un rol
que es producido durante la infección urinaria. importante en la producción de la infección del
Ello demostraría que la E. coli requiere del sis- tracto urinario superior y consecuente fibrosis.
tema complemento para invadir el epitelio renal. Los pacientes con vaciado parcial de la vejiga
En otro estudio comprobaron que el receptor por causas mecánicas (obstrucción del cuello
CD46 del C3 actúa en cohorte con la adhesión vesical, válvulas uretrales, hipertrofia prostática) o
de las fimbrias para promover la captación de malfunción neurogénica (poliomielitis, neuropatía
cepas patogénicas de E.coli. Es interesante que diabética, lesión medular) están predispuestos
el CD46, en asociación con múltiples integrinas, al desarrollo frecuente de infecciones urinarias.
facilite en potencia las estrategias de invasión de Estos pacientes presentan una sobredistensión
las cepas uropatogénicas. vesical, que puede interferir con los mecanismos
Diversas anormalidades del tracto urinario locales de defensa y, más importante, requieren
pueden interferir con la resistencia natural a la con frecuencia una instrumentación del tracto
infección. La obstrucción al flujo de orina es la urinario. La disfunción del mecanismo de mic-
causa más importante. La obstrucción extrarrenal ción (voiding dysfunction) es definida como una
puede resultar de anomalías congénitas del uréter patente de vaciamiento anormal para la edad y
o de la uretra, tales como válvulas, estenosis o constituye una causa frecuente de infecciones
bandas; cálculos, compresión ureteral extrínseca urinarias en la infancia (ver capítulo 3).
por una variedad de causas o hipertrofia prostáti- Existe una alta incidencia de fibrosis renal en
ca benigna. La obstrucción intrarrenal puede ser pacientes con condiciones patológicas asocia-
producida por entidades tales como nefrocalci- das con nefritis intersticial crónica, todas las que
nosis, nefropatía por ácido úrico, nefropatía por virtualmente producen un daño papilar primario.
analgésicos, enfermedad poliquística, nefropatía Estas condiciones incluyen diabetes mellitus, ane-
hipokalémica y lesiones renales atribuibles a la mia de células falciformes, nefrocalcinosis del
enfermedad por células falciformes. La obstruc- adulto, hiperfosfatemia, hipocalemia, abuso de
ción inhibe el flujo normal de la orina, el estasis analgésicos, nefropatía por sulfonamidas, gota,
resultante es importante por cuanto aumenta la intoxicación por metales pesados y edad avan-
susceptibilidad a la infección. zada. Se ha comprobado una elevada incidencia
Los cálculos pueden aumentar la susceptibili- de infección del tracto urinario en pacientes con
dad a la infección produciendo obstrucción. Sin estos padecimientos, en particular en mujeres
embargo, no todos los cálculos son obstructivos, con diabetes mellitus.

31
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Genes involucrados: Adhesinas de E. coli


CX CR1, TLR4, TNF (pap/fimH)
Reservorio bacteriano
intravesical
Genética Actividad sexual
Tendencia Espermicidas
familiar
Estado secretor
Propiedades del
mucus vaginal

Anatómico
Reflujo VU Medio ambiente
de alto grado

Huésped Patógeno

Conductual
Disfunción
miccional Colonización periuretral
FIGURA 2.4: Modelo fisiopatológico de las infecciones recurrentes del tracto urinario

Recurrencia de las infecciones aparato urinario son inusuales y habitualmente


urinarias sugieren la presencia de una anormalidad es-
tructural o una urolitiasis. Las reinfecciones son
Aproximadamente el 25 al 35% de un episodio responsables del 80% de las infecciones urinarias
inicial de infección urinaria es seguido por episo- recurrentes, y resultan de la reintroducción de or-
dios recurrentes. Las infecciones recurrentes se ganismos desde la flora perineal. En la Figura 2.4
definen por la presencia de dos episodios en seis se indican los diversos factores fisiopatológicos
meses o ≥ 3 episodios en un año, constituyendo involucrados en la recurrencia de las infecciones
recaídas o persistencia bacteriana cuando el or- urinarias.
ganismo infectante original se repite, o reinfeccio- Investigaciones recientes en ratas han revela-
nes cuando aparece un organismo diferente. En do que en lugar de permanecer confinadas a la
general, las recaídas se producen dentro de las luz de la vejiga, las UPEC ganan rápido acceso
tres semanas de la suspensión de la terapéutica al urotelio y son internalizadas enseguida, pro-
para la infección previa. En ocasiones, las rein- liferando dentro de un santuario intracelular. La
fecciones se producen con el mismo organismo internalización de las UPEC adherentes a través
que persiste en la vagina o en las heces y pueden de las adhesinas FimH estimula una cascada de
ser confundidas con recaídas. Las recaídas se señales en las células del huésped y conduce a
producen por un tratamiento inadecuado o in- la inducción de un rearreglo del citoesqueleto. La
apropiado, cuando existen focos secuestrados comunidad bacteriana intracelular (IBC) resultante
de infección en el riñón o debido a una anorma- tiene propiedades similares a las de un biofilm que
lidad estructural del tracto urinario. Las recaídas protege a las bacterias de la respuesta inmune
continuas (persistencia de un mismo organismo innata del huésped, y es inherentemente tolerante
infectante a pesar de un tratamiento apropiado) a los antibióticos. En ocasiones, estas IBC se
o infecciones urinarias crónicas verdaderas del desprenden del biofilm y se dispersan en la luz

32
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias

de la vejiga, resultando en la diseminación de las y forma clínica de presentación. Un factor adicio-


bacterias sobre la superficie epitelial, iniciando nal que determina la prevalencia etiológica y la
una nueva formación de IBC, de una manera que patente de sensibilidad a los antimicrobianos en
recuerda el ciclo lítico de los virus. La reentrada determinadas áreas geográficas es la influencia
de las células desprendidas en la cascada de del empleo apropiado o no de antibacterianos.
desarrollo del IBC se caracteriza por una cinética La infección urinaria se define como compli-
lenta. En un momento, la replicación bacteriana cada o no complicada. Una infección complica-
cesa y se genera un reservorio quiescente o un da del tracto urinario es aquella que ocurre en
estado persistente en el tejido vesical que, en un paciente con una anormalidad anatómica del
respuesta a las limitaciones en los nutrientes y aparato urinario o presenta comorbilidades signi-
en el oxígeno en el interior de las microcolonias, ficativas, médicas o quirúrgicas. Habitualmente
puede reactivarse y desencadenar una bacteriuria se considera que la infección no complicada es
recurrente o persistente. aquella que afecta a la mujer joven, no embara-
Rosen y col., por su parte, han demostrado zada y sin patología previa del aparato urinario.
la presencia de comunidades intracelulares de Como contraposición, la infección urinaria com-
bacterias Gram negativas, aun en infecciones plicada es la que se produce en pacientes con
urinarias bajas no complicadas en la mujer. De- un dispositivo de drenaje de orina (sonda vesical,
tectaron comunidades de bacterias intracelula- suprapúbica, nefrostomía, catéter ureteral), con
res en el 18% de mujeres jóvenes sexualmente una obstrucción urinaria, en varones adultos, pa-
activas con cistitis por E. coli. Hasta el 41% de cientes diabéticos, con insuficiencia renal, mujeres
los especimenes de orina en mujeres con cistitis embarazadas, sujetos con urolitiasis, inmuno-
demuestran la presencia de formas bacterianas suprimidos, portadores de trasplante renal, con
filamentosas, característica morfológica de una vejiga neurogénica y otros. La diferenciación entre
residencia reciente dentro de comunidades bac- episodios de infección urinaria complicada y no
terianas sesiles. Estudios de inmunofluorescencia complicada tiene importantes implicancias en la
y de microscopía electrónica confirman que exis- evaluación inicial del paciente, en el tratamiento y
ten grandes comunidades bacterianas dentro del su duración, y en la evaluación de la vía urinaria
epitelio transicional de la vejiga en mujeres con postratamiento.
infecciones recurrentes. Este ambiente intrace- Más del 95% de las infecciones urinarias son
lular protege a las bacterias de la mayoría de los causadas por una especie bacteriana única. Existe
antimicrobianos que actúan en primer lugar en una gran diferencia entre los tipos bacterianos de
el espacio extracelular. la orina en pacientes con un episodio inicial de
infección en comparación con las especies aisla-
Los agentes etiológicos en función de das de los pacientes con recurrencias frecuentes.
los factores patogénicos La E. coli es el agente infectante más común en
la infección aguda. En la infección recurrente, en
Las infecciones urinarias comprenden una gran especial en presencia de anormalidades estruc-
variedad de entidades clínicas cuyo común deno- turales del tracto urinario, la frecuencia relativa
minador es la invasión bacteriana del parénquima de infección causada por Proteus, Pseudomo-
renal y/o de las vías de excreción. La infección nas, Klebsiella, Enterobacter y por enterococo
puede presentarse como un compromiso de la aumenta de manera significativa. En presencia
vejiga (cistitis), del riñón (pielonefritis) o puede de anormalidades estructurales, también es re-
estar limitada a la presencia de bacterias en la lativamente común aislar múltiples organismos
orina sin síntomas (bacteriuria asintomática). de la orina. Debido a que la instrumentación y los
Para categorizar el cuadro clínico, se deben cursos repetidos de antibióticos son comunes en
considerar distintos factores: edad, sexo, pre- estos pacientes, es habitual encontrar gérmenes
sencia de embarazo o enfermedades asociadas, multirresistentes. Una situación similar se produ-
lugar de adquisición (comunitaria u hospitalaria), ce en pacientes con internaciones prolongadas,
instrumentación urológica previa, uso de antibió- en especial en unidades de cuidados críticos.
ticos, anomalías de las vías urinarias, presencia En la Tabla 2.3, que resume datos de varios
de diabetes u otra forma de inmunocompromiso, estudios epidemiológicos realizados en nuestro

33
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 2.3: Etiología de las infecciones urinarias en función de diversos


factores predisponentes (en porcentaje)
Agente IU IU en IU en IU en IU en IU en IU en
etiológico neonatal niñas no niños mujer hombres niños pacientes
complc. no fértil no no complc. con sonda
complc. complc. complc. vesical
E. coli 80 85-90 80 70-75 40-50 30-40 20-30
Klebieslla sp 5 5 3-5 5-10 5-10 15-20
SCN 3 2-3 1-3
S. agalactiae 2 3-5
P. aeruginosa 2 3-5 5-10
P. mirabilis 3 5-10 5-15 5-10 10-15
C. trachomatis 5-10 5-10
S. sapropyticus 5-15
Enterococo 1-3 3-5 5-10 5-10
Micoplasma 5-10
IU: infección urinaria; SCN: estafilococo coagulasa negativo; Complc: complicada

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34
CAPÍTULO 2 : Etiopatogenia y fisiopatología de las infecciones urinarias

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35
CAPÍTULO 3

La infección urinaria en la edad


pediátrica
MARÍA ISABEL RENNY, MARTHA N. LAHOZ GARCÍA, JOSÉ LUIS D´ELIA, JOSÉ LUIS FADIL ITURRALDE,
GUILLERMO OXILIA, LUIS PEDRO FLYNN

La infección urinaria se define como el conjun-


to de manifestaciones clínicas que resulta del
Definiciones
ingreso de bacterias y su multiplicación en el Bacteriuria significativa
aparato urinario, y de la reacción inflamatoria Presencia de un número significativo de unida-
que desencadenan. Un porcentaje estimable de des formadoras de colonias (ufc) de bacterias
consultas médicas en Pediatría está originado en la orina. Si la muestra se obtiene al acecho
por la presencia de infecciones urinarias. La pa- del chorro medio, se considera representativa
tología urinaria debe estar siempre presente en con valores de 10 5 ufc/mL. Si es por punción
la mente del pediatra, ante cuadros clínicos típi- suprapúbica, cualquier recuento de colonias se
cos o atípicos. Su reconocimiento precoz puede considera significativo, y si es por sondaje debe
prevenir secuelas a mediano y largo plazo, en ser t10 4 ufc/mL.
particular el desarrollo de hipertensión arterial o En todos los casos debe realizarse un estudio
la evolución hacia el deterioro renal crónico. Es del sedimento urinario en fresco a fin de demostrar
un hecho de observación habitual el práctica- la presencia de inflamación, ya que el número de
mente absoluto desconocimiento por parte de corte de ufc no tiene valor predictivo de infección,
los padres de la importancia de un diagnóstico pudiendo tratarse de una bacteriuria asintomática.
precoz de esta patología en la infancia. Es de
destacar que existe una subestimación genera- Bacteriuria asintomática
lizada de la infección urinaria, al punto que se la Bacteriuria significativa en ausencia de síntomas
considera como una situación casi habitual en y con sedimento urinario normal. Es frecuente
la edad del crecimiento, no identificándola como hallarla en controles rutinarios que siguen a un
una verdadera enfermedad. episodio de infección y no debe tratarse.
Si bien la mayoría de las infecciones urinarias,
aun recurrentes, tiene buen pronóstico, es muy Infección urinaria recurrente
importante reconocer dentro de ellas las que pre- Aparición de nuevos episodios de infecciones uri-
sentan el riesgo de desencadenar complicaciones, narias, que pueden llegar hasta el 80% en niñas
para adoptar medidas de prevención. mayores de dos años. Puede tratarse de una re-
Por otra parte, es necesario definir con cla- caída, en la que se aísla el mismo germen luego
ridad si se está o no en presencia de una in- de 15 días de finalizado el tratamiento; o de una
fección urinaria. Para ello, se cuenta con un reinfección por otro biotipo, serotipo o especie di-
examen de certeza que es el urocultivo y el ferente y en general alejada del tratamiento inicial.
estudio del sedimento urinario. Es imprescindi-
ble que la técnica de recolección de la muestra Cistitis
para el cultivo sea rigurosa, evitando así sobre Infección limitada a la vejiga con síntomas refe-
diagnósticos. ridos a ella.
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Pielonefritis aguda células inflamatorias desde la circulación hacia


Infección del parénquima renal. La fiebre es el la mucosa, en especial neutrófilos, importantes
signo predominante. células efectoras de las defensas antibacterianas.
Este proceso y la eliminación de las bacterias son
Epidemiología controlados por la expresión del receptor de las
quemoquinas (CXCR1) y la resistencia del hués-
Las infecciones urinarias tienen gran importan- ped es directamente modificada por la expresión
cia en la edad pediátrica, ya que ocupan el ter- de CXCL8/CXCR1. El receptor de quemoquina
cer lugar, luego de las infecciones respiratorias CXCR1 determina la eficiencia de la migración y
y diarreicas. La prevalencia de infección varía en activación de los neutrófilos, y de este modo la
función de la edad, género, raza y presencia o eliminación de las bacterias.
no de circuncisión en los varones. Los infantes Las infecciones urinarias en Pediatría, en la
no circuncidados de menos de tres meses de mayor parte de los casos, son causadas por gér-
edad y las mujeres menores de 12 meses tienen menes pertenecientes a la flora intestinal, que
la mayor prevalencia de infecciones urinarias. La ascienden por la uretra al aparato urinario. Estas
prevalencia en las niñas alcanza al 7 al 8% en la bacterias producirán infección luego de colonizar
primera infancia. En el recién nacido y en el lac- la zona periuretral (el periné o el prepucio), as-
tante las diferencias son irrelevantes, afectando cender por la uretra a la vejiga, no ser eliminadas
entre 1,5 a 2%, por igual a varones y mujeres. por la micción y reproducirse en la orina sin ser
En los lactantes febriles, el estatus de circun- afectadas por sus mecanismos antibacterianos.
cisión es importante para determinar el riesgo de La infección sintomática se produce cuando
infección urinaria. Los lactantes no circuncidados las bacterias, mediante sus factores de virulencia,
de menos de tres meses tienen la mayor preva- vencen las defensas de un huésped susceptible o
lencia de infecciones de cualquier grupo, varones se enfrentan a defensas deficientes, produciendo
o mujeres, mientras que los circuncidados tienen como consecuencia una respuesta inflamatoria.
la menor incidencia. Dentro de los varones febri- En el caso de que la infección urinaria sea asin-
les de menos de tres meses, el 20,1% de los no tomática, las bacterias que la producen tendrían
circuncindados tiene una infección urinaria. En atenuada su patogenicidad por tener deleciones
los circuncidados, en cambio, esta prevalencia en los genes de virulencia involucrados en la ad-
sólo alcanza al 2,4% (N Shaikh y colaboradores). herencia y el ataque a los tejidos. En este caso,
En las mujeres es frecuente la reiteración de no se estimularían en el huésped los receptores de
la infección, aun en ausencia de anomalías del superficie (Toll-like receptors, TLR-4) por el lipopo-
tracto urinario. Aproximadamente la mitad de las lisacárido bacteriano, estando de este modo au-
niñas con infecciones urinarias presenta más de sente la primera fase de la respuesta inflamatoria.
un episodio, sobre todo en los primeros dos años La pielonefritis aguda y la bacteriuria asintomática
que siguen a la infección inicial. representan los dos extremos de la respuesta del
Un hecho a destacar es que, a través de la huésped a la infección del tracto urinario.
presentación de este cuadro, es posible poner Los aspectos a tener en cuenta en la patogénesis
de manifiesto, mediante estudios adecuados, de las infecciones urinarias son la virulencia bacte-
lesiones estructurales del tracto urinario que de riana, los mecanismos defensivos del huésped, la
otra forma hubieran pasado inadvertidas, con el respuesta inflamatoria y las bases genéticas que
consiguiente daño renal a futuro. determinan la susceptibilidad a la infección.
La virulencia bacteriana ha sido definida como
Fisiopatología la capacidad de la bacteria para colonizar las vías
urinarias, provocar enfermedad y perpetuarse como
El aparato urinario normal es estéril. Mantiene la tal (ver capítulo 2). Se expresa a través de una serie
esterilidad por la acción de una multiplicidad de de propiedades que incluyen: síntesis del polisa-
mecanismos de defensa. Las células epiteliales cárido capsular y del lipopolisacárido (endotoxina),
son sensores tempranos del ataque bacteriano adherencia por fimbrias, resistencia a la acción
y secretan péptidos, con un efecto directo anti- bactericida del suero, producción de hemolisinas,
bacteriano. Además, las quemoquinas reclutan secuestro de hierro y formación de biofilms.

38
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

La capacidad de un microorganismo de pro- funcionales de la vejiga pueden deberse a vejigas


ducir enfermedad sintomática es la resultante neurogénicas, vejigas neurogénicas no neurogé-
neta de la interacción entre las propiedades de nicas por constipación crónica, o alteraciones
virulencia de la bacteria y la respuesta del hués- asociadas a trastornos conductuales.
ped para prevenir la colonización, inhibir el cre- Se analiza a continuación el caso de la de-
cimiento bacteriano, eliminar al microorganismo, nominada vejiga no inhibida. Durante la infancia
contener al invasor o a sus efectos, o matar al temprana e intraútero la distensión de la vejiga por
microorganismo. encima de cierto umbral produce una contracción
Con la excepción de la mucosa uretral, el trac- espontánea del detrusor, que va acompañada de
to urinario normal es resistente a la colonización la relajación del esfínter y la consecuente micción.
por bacterias y elimina en forma eficiente y rá- Luego de los dos años de edad, los niños tienen
pida tanto a los organismos patogénicos como conciencia del deseo miccional y desarrollan un
no patogénicos que acceden a la vejiga. Esto se control voluntario. La mayoría de los niños tiene
logra por la presencia de diversos mecanismos una inhibición de las contracciones del detrusor
de defensa antibacteriana en el tracto urinario durante el llenado vesical, otros tienen contrac-
inferior, incluyendo la integridad anatómica de la ciones no inhibidas durante el mismo y, como
vía urinaria, la ausencia de anomalías funcionales consecuencia, micción imperiosa y/o incontinencia
(flujo urinario y vaciamiento vesical adecuados), de orina. Para evitar la incontinencia, los niños
las propiedades antibacterianas de la orina y la afectados adoptan posturas que comprimen la
presencia de células fagocíticas; todo ello en uretra. La combinación de contracción del detru-
el contexto de un adecuado entorno genético. sor y del esfínter genera altas presiones vesicales.
Una serie de factores tienen particular impor- Esta alta presión se genera entre micciones, a
tancia en la patogénesis de las infecciones uri- diferencia de la que se produce en las vejigas
narias en la infancia; algunos de ellos se analizan neurogénicas que sucede durante la micción.
a continuación. Otra situación es la creada por el denominado
hábito retenedor. Esta condición, más frecuente
Integridad anatómica de las vías urinarias en niñas que en varones, predispone a infeccio-
La vejiga, órgano distensible, contenedor de la nes urinarias recurrentes, ya que mientras mayor
orina antes de su eliminación, tiene en el lactante sea el intervalo entre micciones, mayor será el
una capacidad entre 20 y 50 mL, que aumenta tiempo de que dispongan las bacterias para su
a 500 mL en el adolescente y en el adulto. Los reproducción. Los niños retenedores desarrollan
lactantes vacían la vejiga automáticamente cada aumento de la capacidad vesical y aumento del
vez que se completa su capacidad, quedando tono esfinteriano. Tienen suprimido el deseo mic-
en ocasiones un mínimo residuo. Los niños ma- cional con vejiga llena, produciéndose distensión
yores deben vaciarla de modo voluntario ante masiva vesical y vaciamiento incompleto.
la primera sensación de vejiga llena. Cualquier El vaciamiento incompleto de la vejiga por ra-
anormalidad que produzca estasis urinaria por zones conductuales también predispone a infec-
alteraciones de la morfología o de la función en ciones urinarias recurrentes.
el aparato urinario aumentará la predisposición a
padecer infecciones urinarias, ya que las bacte- Rol de los mecanismos de antiadherencia
rias que ingresan al mismo no serán eliminadas Entre los mecanismos de resistencia a la co-
por completo. Ejemplo de ello son la obstrucción lonización bacteriana en el aparato urinario es
o dilatación del aparato urinario, el reflujo vesi- preponderante el rol de la flora urogenital, en
coureteral (RVU) de alto grado, la presencia de particular del lactobacilo, integrante de la flora
divertículos vesicales, cálculos, malformaciones normal vaginal y prepucial. Mediante varios meca-
uretrales o fimosis. nismos, el lactobacilo previene la colonización de
uropatógenos. Se demostró in vitro que se adhiere
Presencia de anomalías funcionales al mucus y forma una barrera biosurfactante que
En los niños, la musculatura de la vejiga está interfiere con la adherencia de los uropatógenos
normalmente relajada durante el llenado vesical a los receptores uroepiteliales, produciendo ade-
y hasta que este se completa. Las alteraciones más compuestos antimicrobianos (ácido láctico y

39
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

bacteriocina), que interfieren con el crecimiento pero las anormalidades urodinámicas solamente
bacteriano. También se ha comprobado que los no justifican la mayor incidencia de pielonefri-
lactobacilos modulan el sistema inmunológico del tis aguda. Los grupos sanguíneos P y el estado
huésped por estimulación de las células dendríti- secretor determinan el repertorio de receptores
cas y los linfocitos T y por regulación de la acti- de la mucosa de las células uroepiteliales para
vidad fagocítica. J Lee y col. (2009), en el primer las fimbrias P y ayudan a seleccionar las cepas
estudio prospectivo caso-control, demostraron de E. coli infectantes, pero estas variantes de la
que la colonización urogenital por lactobacilos expresión de receptores no influencian la eficien-
estaba disminuida en niños con infecciones uri- cia de las defensas antibacterianas. Además, las
narias. Por otra parte, el uso indebido de anti- inmunodeficiencias primarias no predisponen a
bióticos al eliminar los lactobacilos facilitaría la la infección urinaria en el hombre, y el intento de
recurrencia de las infecciones urinarias. relacionar los tipos antigénicos de HLA con las
infecciones urinarias ha fracasado.
Rol de la respuesta inflamatoria El aparato urinario requiere de la inmunidad
Luego de la primera etapa de la reacción in- innata para la eliminación de la infección y el
flamatoria, que depende de la cantidad de re- mantenimiento de la integridad tisular. Se en-
ceptores de superficie estimulados (TLR-4) por contró que un defecto genético único (mutación
los lipopolisacáridos bacterianos, se produce la del receptor de quemoquina –mIL-8Rh) confería
síntesis de mediadores inflamatorios por las cé- susceptibilidad para el desarrollo de pielonefri-
lulas activadas, en especial interleuquina 1, 6 y tis aguda, sepsis asociada a pielonefritis y una
8, que estimulan la movilización de leucocitos incidencia de 50% de mortalidad en un modelo
polimorfonucleares. Estos liberan mieloperoxi- murino. La falta de este receptor de quemoquina
dasa, hidrolasa lisosomal citotóxica, elastasas y para los neutrófilos se asoció con una respuesta
citoquinas IL6 e IL8, entre otras. La producción inflamatoria aguda exagerada, que determinó la
de metabolitos reactivos del oxígeno (ROM) por producción de cicatrices renales. Investigada la
la activación de polimorfonucleares, monocitos, expresión del receptor específico de IL8 (CXCR1),
macrófagos y células parenquimatosas renales en niños propensos a pielonefritis aguda y adul-
se asocia con lesión celular. Se ha sugerido que tos que habían tenido pielonefritis recidivante en
la formación de cicatrices dependería de la ex- su infancia, se identificaron dos polimorfismos y
presión de receptores de quemoquinas (CXCR1) tres mutaciones en el gen del CXCR1, con una
por los leucocitos movilizados al área afectada. frecuencia del genotipo de 23 y 25% respectiva-
Estudios recientes han comprobado que niños mente, contra 7% en los niños control, sugiriendo
con bacteriuria asintomática primaria tendrían una tendencia genéticamente determinada de sus-
niveles de expresión reducida de TLR-4, sugi- ceptibilidad. Cuando se excluyó el reflujo, el 54%
riendo que este mecanismo podría influenciar la de los pacientes tenía secuencias de variantes
evolución final de las infecciones urinarias. del CXCR1. Los niños propensos a infecciones
urinarias expresaron menor CXCR1 que los con-
Bases genéticas de la susceptibilidad a la troles (p<0,0001) y dos secuencias de variantes
pielonefritis aguda se mostraron perjudicando la transcripción. Estos
La forma más severa de infección urinaria es la resultados identificaron una deficiencia inmuni-
pielonefritis aguda. La forma recurrente de pielo- taria genética innata con una fuerte relación con
nefritis aguda se produce en un grupo pequeño la pielonefritis aguda y el desarrollo de cicatrices
de individuos altamente susceptibles, algunos de renales (Lundstedt A. y col., 2007).
los cuales desarrollan cicatrices renales progre-
sivas y pueden requerir con el tiempo diálisis y Desarrollo de daño renal (cicatrices renales)
trasplante. Se han hecho muchos intentos para La fisiopatología del daño renal y su relación con la
identificar factores del huésped que predispon- pielonefritis aguda, el reflujo vesicoureteral (RVU)
gan a las infecciones urinarias y especialmente y la obstrucción urinaria no está aún dilucidada
al desarrollo de pielonefritis aguda. Las disfun- por completo. Clásicamente se consideró que
ciones mecánicas como el reflujo vesicoureteral los factores de riesgo para el daño renal eran
aumentan el acceso bacteriano a los riñones, el reflujo vesicoureteral, la obstrucción de la vía

40
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

urinaria, la edad menor de dos años, el número En la Tabla 3.1 se describen los gérmenes más
de episodios de infección urinaria, la virulencia frecuentes productores de infecciones urinarias
bacteriana y la susceptibilidad individual. en la infancia.
Las cicatrices renales pueden ser de dos ti-
pos: a) asociada a displasia renal, predominan- Cuadro clínico
te en varones, sin antecedentes de infecciones
urinarias y relacionada a RVU bilateral grados 4 La presentación clínica de las infecciones urina-
y 5, y b) observada en ambos sexos, asociada rias en edad pediátrica varía, dependiendo de
a pielonefritis aguda y asociada o no a RVU. En diversos factores, a saber:
la actualidad se tiende a aceptar que los niños Edad: en lactantes es mayor la frecuencia de
con riesgo aumentado de padecer insuficiencia infecciones altas.
renal crónica por daño renal son los nacidos con Sexo: predominio en varones hasta los seis
displasia renal. meses, igual frecuencia que en mujeres hasta el
El RVU de alto grado, con predominio en el año, y luego franco predominio de estas a medida
sexo masculino y bilateral con frecuencia, se que aumenta la edad.
asocia a daño renal congénito en el 30% de Presencia de alteraciones anatómicas: uro-
los casos, no así los reflujos de bajo grado. patías obstructivas, reflujo vesicoureteral con
En estos últimos la predisposición a infeccio- síntomas de vías urinarias altas, etcétera.
nes urinarias sería mínima. Por otra parte, no Primer episodio: en general es más sintomá-
existen evidencias de que el RVU estéril cause tico que los posteriores por probable desarrollo
cicatrices renales, que están más relacionadas de inmunidad, con el consecuente bloqueo de
con la pielonefritis. citoquinas por formación de anticuerpos, demos-
En ausencia de pielonefritis aguda el reflujo, trable en orina donde se reconoce una menor
aun de alto grado, no parece causar cicatrices cantidad de IL 6 y IL 8.
en la etapa posnatal. Los tratamientos tardíos
de la pielonefritis, por último, pueden producir Manifestaciones clínicas:
cicatrices a nivel renal. En el neonato no hay signos y síntomas especí-
Los niños con alto riesgo de daño renal produ- ficos. Puede presentarse con taquipnea, irrita-
cido por cicatrices son aquellos con infecciones bilidad, letargia, cianosis. En prematuros puede
urinarias recurrentes, signos tales como debilidad manifestarse con crisis de apnea. Los signos y
del chorro urinario o riñones palpables, pielo- síntomas más frecuentes son ictericia (4 al 40%)
nefritis producidas por gérmenes no usuales o debida a afectación mitocondrial hepática por
asociadas a bacteriemia o septicemia, aquellas las toxinas bacterianas o por hemólisis, fiebre
con cuadro clínico prolongado o con falla del (15 al 45%), en ocasiones hipotermia, retra-
tratamiento antibiótico a las 48 ó 72 horas, las so del crecimiento (15 al 40%), vómitos (10 al
que se producen en niños mayores o en aquellos 40%), anorexia (4 al 6%) y distensión abdominal,
con dilataciones o anormalidades detectadas con
ecografías prenatales.
TABLA 3.1: Gérmenes productores de infecciones
Etiología urinarias en la infancia
Escherichia coli 85%
La mayoría de las infecciones urinarias son pro- Proteus mirabilis 10% (en el varón)
ducidas por bacilos Gram negativos. Dentro de
Klebsiella-Enterobacter 5 a 10%
ellos, la familia de enterobacterias es la principal
Proteus 1 a 5%
y la Escherichia coli, la detectada con mayor fre-
Staphylococcus 5% (en la niña
cuencia en urocultivos en la edad pediátrica. La
epidermidis pospuberal)
colonización intestinal por esta bacteria sucede
Enterococo 1 a 4%
dentro de las seis horas del nacimiento por par-
to normal y en los primeros días de vida en los Staphylococcus aureus infrecuente
neonatos nacidos por cesárea y alimentados con Serratia, Pseudomonas infrecuente
lactancia materna.

41
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

probablemente debida a íleo o presencia de ri- en el que se puede reconocer leucocitosis con
ñones hidronefróticos. neutrofilia y anemia; hemocultivos (dos muestras,
El lactante puede presentarse con fiebre, retra- en especial en menores de tres meses de edad),
so ponderal, vómitos y diarrea, distensión abdo- velocidad de eritrosedimentación, que puede es-
minal, poliuria por trastornos en los mecanismos tar normal o alta (más de 30 mm en infecciones
de concentración debido a modificaciones del urinarias altas), al igual que la proteína C reactiva,
flujo vascular en la zona de concentración uri- como marcador de localización alta. La uremia y
naria y la consecuente posible deshidratación, creatininemia, en casos de estar elevadas, son
anorexia, anemia, llanto en crisis explicables por marcadores de proceso alto agudo (pielonefritis),
dolor miccional o dolor abdominal. Al observar o de una función renal alterada por nefropatía o
los padres la orina pueden ver enturbiamiento, uropatía precedente. En casos graves, además,
hematuria y reconocer olor fétido. se deberá solicitar un ionograma sérico y un es-
En el niño mayor la sintomatología puede variar tado ácido base.
según la localización sea alta o baja. Se presenta El examen directo de orina y el urocultivo cons-
con disuria, polaquiuria, ardor miccional, orinas tituyen los elementos diagnósticos más importan-
turbias y fétidas con o sin macrohematuria (a tes en niños con sospecha de infección urinaria.
veces al final de la micción), dolor abdominal En la orina se deben evaluar la densidad, el pH,
difuso o en hipogastrio, dolor lumbar con puño la presencia de proteinuria y hemoglobinuria, y
percusión positiva que a veces se irradia a los detallar los hallazgos del sedimento urinario. Se
flancos, con o sin fiebre. Los síntomas urinarios admite que la presencia de 10 leucocitos/mm 3
bajos no excluyen la posibilidad de localización junto con la presencia de bacterias en la tinción
alta, en especial en niños menores de dos años de Gram es predictiva de infección urinaria. Por
de edad. otra parte, el empleo de cintas reactivas en las
En el examen físico se debe tener en cuen- que se confirme la presencia de esterasa de leu-
ta, además del examen habitual, la observación cocitos y de nitritos, es también predictiva de un
de agenesia de músculos abdominales (Síndro- cultivo de orina positivo.
me Prune Belly), masa abdominal palpable en En el urocultivo se debe realizar recuento de
cualquier sitio, malformaciones (digitales, en el colonias y antibiograma. Para la realización del
pabellón de la oreja, genitales, anorrectales y urocultivo es de particular importancia la técnica
de columna tales como foseta sacra, lipomas, de recolección de la muestra, que debe lograrse
mielomeningocele, etc.), presencia de síndromes en condiciones de higiene y asepsia estrictas,
genéticos (Trisomía 21 y 18). descartando las recolecciones en bolsas, aunque
La vulva en las niñas y la uretra en ambos se- estén esterilizadas.
xos deben ser examinadas para descartar signos En el neonato la recolección se puede hacer
de inflamación asociados con probable coloniza- por punción suprapúbica, en la que se conside-
ción bacteriana, que ulteriormente podrían causar ra positivo cualquier recuento de colonias. Otro
infecciones urinarias. Se debe tener en cuenta que método alternativo es la cateterización vesical
dicha inflamación puede en ocasiones dar lugar previa higiene de genitales. En este caso el valor
a resultados falsos positivos en el urocultivo por de recuento positivo es entre l 000 y 10 000 ufc/
dificultad en la recolección. Se recomienda, si es mL. Conducta similar se debe adoptar en niños
posible, tratar la zona afectada con antelación. pequeños que no colaboran, o en aquellos con
Observar la presencia de prepucios fimóticos o en infección grave, sepsis o shock séptico.
vagina sinequias o adherencias de labios menores Salvo en las circunstancias antes mencionadas,
o goteo intermitente de orina en abocamientos la recolección deberá hacerse al acecho estricto.
ureterales anómalos. Para esto se recomienda el lavado de genitales
con jabón blanco y agua hervida entibiada, con
Laboratorio posterior enjuague, dejando sin secar. En el varón
se debe retraer antes el prepucio hasta observar el
Ante la sospecha o confirmación de una infec- meato y, si es posible, hasta el surco balano pre-
ción urinaria en la edad pediátrica se recomienda pucial, y en las niñas deben abrirse por completo
la siguiente batería de laboratorio: hemograma, los labios menores, a fin de efectuar una higiene

42
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

correcta. Si fuera imposible retraer el prepucio, urinarias son condicionadas por malformaciones
lavar la zona con agua y jabón y luego enjugar con del tracto urinario.
suero estéril, colocando el pabellón de la jeringa Se ha demostrado que el reflujo vesicoureteral
en el prepucio e impulsando el líquido a través de (RVU) determina daño renal en el 37% de los ca-
él. Con la recolección al acecho, en Pediatría se sos, y en la variedad G3 (ver más adelante) en el
considera 50 000 ufc/mL el nivel significativo de 56%. Las probabilidades de RVU, en presencia
la muestra. En lactantes, la recolección se debe de infección urinaria, son del orden del 30 al 40%,
hacer entre dos personas, una que sostiene al siendo mayores durante el primer año de vida
niño y otra que recolecta la muestra al acecho (45%), con una pendiente descendente a partir
y sin contactar con los genitales ni con la zona de ese momento del 3% anual. M Wennerström
perineal. y col. han publicado una experiencia realizada
Es importante que el pediatra enseñe estas sobre 1 221 pacientes (989 niñas y 232 niños),
maniobras de recolección a los padres. Los con un rango etario de 0 a 5 años, que fueron
urocultivos positivos indicarán la presencia de asistidos debido a una primera infección urinaria
infección urinaria siempre que se acompañen sintomática. Seiscientos cincuenta y dos de ellos
del correspondiente sedimento con signos de presentaban infección febril; los autores esta-
respuesta inflamatoria: leucocituria y/o piuria. blecieron que las malformaciones obstructivas y
Una vez reconocida la presencia de una in- el reflujo vesicoureteral se asociaban estrecha-
fección urinaria, es de particular importancia mente con el daño renal permanente, y que el
establecer si corresponde exclusivamente a una retraso en la terapia antibiótica y las infecciones
cistitis o si también está comprometida la vía recurrentes conformaban otros factores de riesgo
urinaria alta. Esta diferenciación, sin embargo, para el desarrollo y progresión de la lesión renal.
no siempre es posible. Se consideran criterios A partir de esta información, se está estudian-
de localización de infección alta la presencia do con atención el impacto real que tienen los
de hipertermia mayor de 38ºC, dolor lumbar, episodios de infecciones urinarias aislados o a
leucocitosis mayor de 10 000 mm 3 , neutrofilia repetición, con o sin RVU u otras anormalidades,
mayor del 65%, VES mayor de 30 mm, PCR en el desarrollo de secuelas renales, de hiper-
mayor de 2 mg% o presencia de cilindros leu- tensión arterial y de falla renal terminal. Uno de
cocitarios en orina y densidad urinaria baja. El los objetivos principales de estudiar en forma
método gold standard es la centellografía renal adecuada a los niños con infecciones urinarias
con DMSA, que permite reconocer la presencia es detectar precozmente la presencia de RVU, y
de hipocaptación en la etapa aguda o escaras la pesquisa de otras malformaciones del tracto
residuales posteriores. urinario susceptibles de ser corregidas. El rol
del Diagnóstico por Imágenes es identificar a los
Diagnóstico por Imágenes pacientes de alto riesgo de desarrollar cicatrices
renales, que serán en mayor proporción aquellos
En los últimos años se ha producido un desarrollo que tengan RVU de alto grado.
sin precedentes de los métodos de Diagnóstico
por Imágenes. En el caso particular de la uro-
pediatría, se han convertido en imprescindibles
para la evaluación diagnóstica de las diversas
patologías que afectan al aparato urinario, incluso
antes del nacimiento.
El diagnóstico prenatal mediante ultrasonido
brinda una excepcional oportunidad para diag-
nosticar precozmente las anomalías de desa-
rrollo. Se ha descrito en publicaciones recientes
que alrededor del 1% de los recién nacidos tie-
ne malformaciones mayores, siendo de estas el
0,5% a nivel del riñón o del tracto urinario. (Figura FIGURA 3.1: Diagnóstico prenatal de
3.1) Se observa que el 30% de las infecciones hidronefrosis por ecografía

43
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

A continuación se describirán los diversos mé- obstructiva que a la infección urinaria; 2) la eco-
todos de diagnóstico por imágenes utilizables grafía prenatal es menos sensible que la posnatal
en uropediatría. en el diagnóstico de las uropatías obstructivas;
3) las dilataciones pelvianas menores de 10 mm
Ecografía se normalizan en el curso de un año, motivo por
La ecografía es un estudio no invasivo que evalúa el que no es necesario realizar otros estudios.
el aparato excretor alto aportando los siguien- Luego del nacimiento y en presencia de enfer-
tes datos: situación de los riñones, alteraciones medad instalada, la ecografía permite demostrar,
de la morfología renal, relación cortico-medular, en los casos de pielonefritis aguda, un agranda-
presencia de cicatrices, diagnóstico de presun- miento renal focal o difuso, aumento o disminu-
ción de malformaciones renales, monorrenos, ción también focal o difuso de la ecogenicidad
ectopia, malrotación, displasias multiquísticas, de la cortical renal y pérdida de la diferenciación
etc. presencia de uropatía obstructiva, esteno- córtico-medular; existe además la posibilidad de
sis pieloureteral o ureterovesical o ectasia de la visualizar el engrosamiento de las paredes de la
vía excretora. pelvis renal y de los uréteres. Estos hallazgos
El screening prenatal es de fundamental impor- no siempre se reconocen; la sensibilidad de la
tancia para descubrir en forma precoz patología ecografía convencional para el diagnóstico de la
obstructiva o malformativa, que permita adelantar pielonefritis aguda es del 25 al 45%, y se ve incre-
los hallazgos al momento del nacimiento y, de esa mentada con el uso adicional de Doppler color y
manera, actuar lo más rápido posible, evitando la el Power Doppler al 63 y 75%, respectivamente.
progresión de enfermedades que dejarán secuelas Se ha descrito que el aumento del volumen renal
irreversibles. Uno de los hallazgos más frecuentes mensurado con ecografía, cuando supera el 140%
es la dilatación de la vía excretora, fundamental- del normal, se asocia con una sensibilidad del
mente de la pelvis renal. En un interesante trabajo, 76 al 98% para el diagnóstico de pielonefritis.
P. Dremsek y col. analizaron 1 006 fetos en edad En los casos de pielonefritis focal (nefronia
gestacional de 22 a 30 semanas, en los que se lobar aguda), se constata un efecto de masa
investigó tamaño renal y vías excretoras altas, y hipoecogénico o anecogénico, con paredes en-
se establecieron como premisas de acción que grosadas o irregulares.
los que tuvieran medidas de 5 mm o más de la En los últimos años se ha cuestionado la eco-
pelvis renal, se controlarían con ecografía, los grafía, debido a la tasa relativamente baja de
que tuvieran pelvis renales mayores de 9 mm o anormalidades reconocidas con esta técnica y a
persistentemente dilatadas entre 5-9 mm, se les su significado clínico. En efecto, la prevalencia de
realizaría cistouretrografía y centellografía. Los anormalidades varía entre el 12 y el 16%, siendo
hallazgos de este estudio fueron los siguientes: a) los hallazgos más comunes la presencia de pel-
30 fetos (3%) tenían un diámetro pelviano mayor vis renal dilatada (Figura 3.2), pielocaliectasia,
a 5 mm, de estos sólo 9 mantenían esa medida dilatación ureteral y doble vía excretora. Por otra
al nacimiento, y uno solo mostró RVU G2; b) de parte, se admite que en presencia de una eco-
49 fetos con eco renal normal, cinco presentaron grafía prenatal normal al final del embarazo, será
pelvis renal mayor de 5 mm; de estos uno tenía muy escaso el rédito diagnóstico de ecografías
RVU G3, y otro EPU; c) en 54 neonatos que mos- ulteriores, aun en niños con infecciones urinarias.
traron al nacimiento pelvis renal mayor a 5 mm,
sin otros signos de obstrucción urinaria al cabo Cistouretrografía miccional
de un año de seguimiento, esta medía entre 0-5 La cistouretrografía miccional (CUM) es el estu-
mm; d) 17 niños con eco renal pre y posnatal sin dio radiológico del aparato urinario bajo, con el
dilatación mostraron infección urinaria sintomá- que se logra una adecuada evaluación anatómi-
tica, siete de ellos con RVU; e) por el contrario, ca vesicoureteral, se reconoce la existencia de
ninguno de los niños con dilatación de la pelvis RVU; de divertículos paraureterales, que favore-
renal pre y posnatal tuvo infección urinaria. La cen la existencia de RVU; de ureterocele, que es
conclusión que obtienen estos autores es que: la dilatación y protrusión intravesical del uréter
1) la dilatación de la pelvis renal en ecografía pre terminal, que puede ser determinante de RVU
y posnatal está más relacionada a la uropatía e indicativo de duplicación de la vía excretora;

44
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

en los RVU G4 y G5 (ver más adelante), mientras


que los grados menores suelen ser intermiten-
tes y su severidad puede variar. Se ha probado
que, en la medida de lo posible, se debe repetir
el llenado vesical, ya que en una serie de 124
pacientes se demostró la existencia de RVU en
40 de ellos (32%), y en un segundo llenado, en
aquellos que en el primero había sido negativo,
siete pacientes más (9%) presentaron RVU.
M Hellstrom y col. estudiaron 84 pacientes de
FIGURA 3.2: Ecografía en paciente con estenosis ambos sexos, con un rango etario de 2 meses
pieloureteral y gran dilatación pelviana a 6 años, con infección urinaria febril no obs-
tructiva; sus hallazgos fueron los siguientes: 27
pacientes (32% de la población) tenían RVU; 10
evaluar la existencia de disinergia y descartar pacientes (12%) tenían daño renal demostrable
alteraciones uretrales. con centellografía renal; dos pacientes tenían
En la realización de este estudio, que es con- daño renal sin RVU. Comprobaron que la CUM
siderado uno de los pilares imagenológicos para tiene, respecto del daño renal, una sensibilidad
la caracterización de las infecciones urinarias en del 80%, una especificidad del 74%, un VPP del
Pediatría, y que algunos cuestionan en aspectos 30% y un VPN del 96%. Isky Gordon y col., por
tales como la invasividad, y la eventualidad del su parte, demostraron, luego de analizar una po-
uso de dosis considerables de irradiación, se blación de 537 pacientes con infecciones urina-
deben respetar algunas premisas, a saber: a) rias, a los que se le realizó CUM y centellografía
el operador deberá ser suficientemente expe- renal con tc99m, que en aquellos pacientes con
rimentado, para hacer lo más inocua posible la RVU positivo existía un 20% de riesgo de de-
instrumentación y poder minimizar la dosis de sarrollar daño renal, mientras que aquellos con
radiación a la que se expone al paciente; b) la RVU negativo tenían un 8% de posibilidades de
CUM permite obtener una muy buena definición tener daño renal. Este trabajo demostró además
anatómica vesical y uretral, a diferencia del cis- que un porcentaje entre el 0,5 y el 2% de los pa-
tograma radioisotópico, que si bien posee un cientes asintomáticos con infecciones urinarias
buen grado de sensibilidad para la detección tenía RVU. Tomando como base alguna de las
del RVU, no brinda la información morfológica conclusiones de este trabajo, se ha recomendado
que ofrece la CUM; c) el estudio radioisotópico que todos los pacientes, con independencia del
es útil en la evaluación de la vejiga pero no de la sexo, con infecciones urinarias y una edad que
uretra, siendo su gran ventaja el que la dosis de oscile entre dos meses y dos años, deben ser
radiación es solamente del 1% con respecto al estudiados con ECO, CUM y centellografía renal
estudio radiológico convencional, por lo que se en función del hallazgo de RVU. La realización
puede considerar su utilización como método de la CUM ha demostrado su utilidad, no sólo
de seguimiento. en la caracterización del RVU sino también en
En la CUM es fundamental la realización de la el reconocimiento de otras patologías ocultas.
fase miccional, hecho que exige del especialista
en diagnóstico por imágenes constancia y perse- Medicina nuclear
verancia. La fase miccional permite: a) evaluar la La medicina nuclear tiene como indicaciones en
existencia de desembocadura ureteral ectópica urología la detección del impacto renal en la pie-
siempre ante la presencia de reflujo vesicoureteral lonefritis aguda, la búsqueda de escaras en la
activo, b) permite detectar disinergias y alteracio- pielonefritis crónica, la evaluación de uropatías
nes uretrales, y c) permite reconocer anomalías obstructivas y la búsqueda de riñones ectópicos.
anatómicas vesicales y del raquis lumbosacro. Mediante la medicina nuclear se puede valorar el
Al ser la CUM el procedimiento habitual para daño renal, establecer la función y el tamaño renal
la detección del RVU, debe tenerse en conside- comparativo, evaluar la captación renal cortical,
ración que este estudio es absolutamente fiable demostrar diferencias comparativas de la función

45
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

renal y diferenciar alteraciones transitorias de médico para identificar infecciones recurrentes


permanentes del parénquima renal. que exijan mayores investigaciones.
El agente de elección para la centellografía
planar del parénquima renal, es el ácido dimer- Tomografía axial computada
captosuccínico (DMSA) marcado con tecnecio En muy contadas ocasiones se puede considerar
99 (tc 99m). a la tomografía axial computada como un auxiliar
El análisis comparativo de diversas publicacio- valioso para el diagnóstico de procesos infecciosos
nes demuestra una sensibilidad del centellograma en uropediatría. En efecto, si bien puede mostrar
renal, en el diagnóstico de la pielonefritis aguda en imágenes que son patognomónicas de pielonefritis
niños con infección urinaria febril, variable entre el aguda o crónica, patología malformativa, litiasis,
40 y el 92% durante la fase aguda, variación que etc., su costo y la dosis de radiación utilizada no se
depende de las características de la población ana- asocian con una ecuación costo beneficio favorable.
lizada y del criterio de inclusión. La especificidad
reportada para el diagnóstico de pielonefritis aguda Urograma excretor
varía entre 81 y 99%, ya que pueden observarse Este método ha sido reemplazado con ventajas
áreas de hipocaptación en presencia de quistes en la evaluación inicial de la infección urinaria
renales, abscesos, hidronefrosis y displasia renal, por la ecografía ya que, sin irradiar al paciente y
entre otros. Se ha demostrado que alrededor del evitando la inyección de sustancia de contraste,
48% de los niños con pielonefritis aguda detecta- se obtiene una adecuada información imageno-
da por centellografía presenta RVU demostrable, lógica y/o funcional.
hecho que fue comparado con una población de
pacientes con infecciones urinarias sin demostra- Resonancia magnética por Imágenes
ción imagenológica de pielonefritis aguda, en los Tiene indicaciones limitadas y consensuadas,
que se comprobó una incidencia de RVU del 33%. tales como la caracterización anatómica de mal-
Dithcfield y col. estudiaron 193 pacientes me- formaciones complejas o alteraciones en las que,
nores de cinco años con infección urinaria, a por diversos motivos, las demás metodologías no
quienes se les efectuó CUM y medicina nuclear brindan información de valor definitorio.
dentro de los 15 días del diagnóstico, compro-
bándose que el daño renal fue mayor en riño- Tratamiento
nes de niños menores de dos años (33%), y en
aquellos con RVU (45 vs. 24%). La conclusión Los objetivos del tratamiento antibiótico de las
de estos autores es que en los niños menores de infecciones urinarias en la edad pediátrica inclu-
dos años hay presencia temprana de cicatrices yen el control de la infección, la prevención de la
renales cuando tienen RVU. lesión renal, la disminución de las recurrencias y
U Jodal y J Smellie afirman que con la utiliza- la eliminación de los factores de riesgo.
ción del DMSA en forma inmediata a la infección El tratamiento antimicrobiano debe ser ini-
no es posible determinar fehacientemente si el ciado de inmediato después de establecido el
área de captación renal deficiente es producida diagnóstico, es decir, con el resultado de ori-
por un proceso inflamatorio agudo o por una na compatible con infección urinaria y tomada
escara renal, proponiendo realizar los contro- la muestra correspondiente para el urocultivo.
les luego de seis meses de padecido el episo- Existen pocas situaciones en las que se podría
dio de infecciones urinarias. Montini y col., por esperar el resultado definitivo del urocultivo para
su parte, sostienen que el beneficio de realizar comenzar un tratamiento antibiótico adecuado,
una ecografía, una CUM o un estudio de me- ya que la demora en su inicio favorece el daño
dicina nuclear en la fase aguda de la infección renal y la cicatriz posterior.
es mínimo. Los autores proponen la realización Se debe definir el antibiótico a utilizar y la vía
de una centellografía seis meses después de de administración en función de las condicio-
la infección para detectar escaras que pueden nes clínicas y la edad del paciente. En los casos
estar relacionadas con el desarrollo ulterior de de pielonefritis aguda deben usarse antibióticos
hipertensión, proteinuria o deterioro de la fun- que tengan la capacidad de concentrarse en el
ción renal, recomendando además el control parénquima renal.

46
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

Las indicaciones para tratamiento oral incluyen En niños mayores: se debe considerar como
la infección urinaria recurrente y la cistitis en un infección alta y se debe comenzar con antibió-
niño mayor, sin fiebre ni vómitos, o como conti- ticos que cubran la E. coli, cefalosporinas de 1ª
nuación del tratamiento parenteral. En cambio, se generación: cefalexina 50 mg/kg/día cada 8 hs.,
debe recurrir a un tratamiento parenteral inicial en o cefadroxilo 30 mg/kg/día cada 12 hs., cefalos-
neonatos y hasta menores de tres meses, hués- porinas de 2ª generación: cefaclor 40 mg/kg/día
pedes inmunocomprometidos y en presencia de cada 12 hs., o cefalosporinas de 3ª generación:
sepsis. Estos pacientes requerirán internación, cefixime 8 mg/kg/día cada 24 hs. Se recomien-
además de aquellos que tengan intolerancia oral, da restringir la utilización de cefalosporinas de
con deshidratación o riesgo social. 3ª generación para evitar la aparición de cepas
Para el tratamiento secuencial (parenteral/ multirresistentes. También se puede utilizar TMP/
oral) es importante constatar la mejoría clínica SMX 6-12 mg TMP más 30-60 mg SMX/kg c/12
(en torno a las 72 horas) y defervescencia de la horas. Puede iniciarse el tratamiento con nitro-
fiebre (de más de 24 horas) siempre que no se furantoína, 5 a 7 mg/kg/día en tres tomas en
haya documentado bacteriemia. pacientes mayores de dos años con infección
La duración del tratamiento no será menor urinaria baja. Las quinolonas fluoradas sólo están
de 7 días, y puede extenderse a 14 en menores permitidas en situaciones de extrema necesidad
de tres meses o en presencia de bacteriemia, en infecciones por gérmenes multirresistentes.
y hasta tres semanas en presencia de un abs- En pacientes con alteraciones del árbol uri-
ceso renal. nario, infecciones recurrentes, inmunocompro-
Los antibióticos a indicar según la edad son metidos y con utilización de catéter urinario, el
(Tabla 3.2, www.antimicrobe.org): tratamiento requiere un régimen individualizado.
Menores de 3 meses de edad: ceftriaxona Es importante estar informado sobre la sen-
50-80 mg/kg/día cada 12-24 horas por vía en- sibilidad antimicrobiana de los gérmenes más
dovenosa o intramuscular, o cefotaxima 100-150 comunes (p. ej., E. coli) en el medio para orientar
mg/kg/día cada 8 horas; en neonatos donde se el tratamiento antibiótico racionalmente.
sospeche enterococo como agente etiológico se En infecciones urinarias bajas siempre es tenta-
indicará ampicilina más gentamicina. dor el tratamiento abreviado. Se realizaron varios

TABLA 3.2: Dosis de agentes antimicrobianos en niños entre 3 meses y 12 años de edad.
Antibiótico Aplicación Edad Dosis diaria Dosis por
total día
Ampicilina Intravenosa 3-12 meses 100-300 mg/kg 3
Ampicilina Intravenosa 1-12 años 60-150 mg/kg 3
Amoxicilina Oral 3 meses a 12 años 50-100 mg/kg 2-3
Amoxi-clavulánico Intravenoso 3 meses a 12 años 60-100 mg/kg 3
Amoxi-clavulánico Oral 3 meses a 12 años 37,5-75 mg/kg 2-3
Cefalexina tratamiento Oral 3 meses a 12 años 50-100 mg/kg 3
Cefaclor profilaxis Oral 1-12 años 10 mg/kg 1-2
Cefixime Oral 3 meses a 12 años 8-12 mg/kg 1-2
Ceftriaxona Intravenosa 3 meses a 12 años 50-100 mg/kg 1
Gentamicina Intravenosa 3-12 meses 5-7,5 mg/kg 1-3
Gentamicina Intravenosa 1-2 años 5 mg/kg 1-3
Trimetoprim tratamiento Oral 1-12 años 6 mg/kg 2
Trimetoprim profilaxis Oral 1-12 años 1-2 mg/kg 1
Nitrofurantoina tratamiento Oral 1-12 años 3-5 mg/kg 2
Nitrofurantoina profilaxis Oral 1-12 años 1 mg/kg 1-2

47
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

estudios para definir su utilidad. En un estudio resultados, en Inglaterra, el National Institute for
Cochrane Controlled Trials 2002, se identificaron Health and Clinical Excellence (NICE) recomienda
diez ensayos en los que se evaluaron 652 niños que “no debe recomendarse en forma rutinaria
con infección urinaria baja. No se observaron di- antibioticoterapia profiláctica en infantes y niños
ferencias significativas en la frecuencia de los luego de la primera infección urinaria”.
cultivos positivos de orina, entre el tratamiento Garin y col. randomizaron 236 pacientes de
antibiótico oral de corta duración (dos a cuatro entre 3 meses y 18 años, que habían presenta-
días) y estándar (siete a 14 días), para la infec- do pielonefritis diagnosticada por centellografía,
ción urinaria en niños de cero a diez días luego con o sin reflujo vesicoureteral, para terapéutica
del tratamiento (ocho estudios: RR 1,06; IC del antimicrobiana (TMP/SMX o nitrofurantoina) o
95%: 0,64 a 1,76), y de uno a 15 meses luego placebo durante un año. Comprobaron que la pro-
del tratamiento (diez estudios: RR 0,95; IC del filaxis antimicrobiana no disminuye la incidencia
95%: 0,70 a 1,29). No se observaron diferencias de infección urinaria recurrente o formación de
significativas entre los tratamientos de corta du- escaras renales, con independencia de la pre-
ración y estándar en lo que respecta al desarrollo sencia de reflujo vesicoureteral. Es curioso que
de microorganismos resistentes en la infección la única diferencia significativa fue una mayor
urinaria primaria al finalizar el tratamiento (un estu- incidencia de pielonefritis aguda recurrente en
dio: RR 0,57; IC del 95%: 0,32 a 1,01), y tampoco los niños que recibieron profilaxis antimicrobiana.
en la infección urinaria recurrente (tres estudios: Conway y col. corroboraron estos hallazgos en
RR 0,39; IC del 95%: 0,12 a 1,29). Las conclu- un estudio observacional de 611 niños diagnosti-
siones de los revisores fueron que el tratamiento cados con una primera infección urinaria. Craig y
antibiótico oral de dos a cuatro días de duración col., por fin, en un estudio realizado en Australia
parecería ser tan efectivo como el de 7 a 14 días utilizando bajas dosis de TMP/SMX en infantes
para erradicar la infección urinaria baja en niños. con antecedentes de infecciones del tracto uri-
nario, comprobaron una leve disminución en la
Prevención incidencia de reinfección en el grupo tratado.
Un estudio en marcha es el Randomized In-
Es importante establecer recomendaciones sobre tervention for Children with Vesicoureteral Reflux
hábitos miccionales y evitar la retención urina- (RIVUR) (http://www.cscc.unc.edu/rivur/), que
ria con micciones frecuentes, evitar la consti- permitirá evaluar el rol del tratamiento profiláctico
pación, tratar las vulvovaginitis y las parasitosis para prevenir las infecciones urinarias recurrentes
intestinales. y la formación de escaras renales en niños con
Las indicaciones de profilaxis antimicrobiana reflujo vesicoureteral. Teniendo en cuenta que la
incluyen: reflujo vesicoureteral de alto grado, in- prevención de la formación de escaras renales
fección urinaria recurrente (> 3 episodios de infec- luego de las infecciones constituye el objetivo
ciones urinarias en seis meses) por seis meses y principal, es admisible que, hasta que los resul-
repetir cistouretrografía; dilatación pielocalicial (> 5 tados de estos estudios estén disponibles, el
mm) en el período neonatal (20% presentará RVU); reflujo vesicoureteral y las infecciones urinarias
pacientes de menos de dos años, que aguardan sean considerados factores de riesgo para la
completar los estudios urológicos, luego de un pri- formación de dichas escaras y cada niño sea
mer episodio de infección urinaria. Se debe tener tratado con prudencia (T. Mattoo).
presente que, a pesar de los múltiples estudios Los antibióticos más estudiados para profilaxis
destinados a evaluar la profilaxis antimicrobiana en niños son: TMP/SMX (diario: 2 mg TMP, 10 mg
en niños con antecedentes de infección urinaria, SMX/kg/dosis, o dos veces por semana: 5 mg de
existen pocas evidencias para guiar la decisión TMP, 25 mg de SMX/kg/dosis), nitrofurantoína (2
clínica de tal profilaxis (G Williams y J Craig). En mg/kg una vez por día), y cefalexina 30 mg/kg/
este sentido, Montini G. y col. han comprobado día. Se recomienda no utilizar los Elactámicos por
que en niños con o sin reflujo primario no grave, su elevada capacidad para inducir resistencia.
la profilaxis no reduce la incidencia de episodios Durante el control del paciente se debe brindar
febriles recurrentes luego de un primer episodio información a la familia respecto de la impor-
de infección urinaria. En consonancia con estos tancia de evitar nuevos episodios de infección,

48
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

asegurando que las micciones sean frecuentes y En la actualidad se presentan dos situaciones
completas, la higiene local sea adecuada a fin de diferentes en Pediatría: una es el caso de una
no arrastrar gérmenes desde la región perianal madre embarazada a la que en una ecografía
hacia la vulva, y la evacuación intestinal diaria. de rutina se diagnostica una malformación del
Deben evitarse los baños de inmersión en aparato urinario fetal. En estos casos se debe
aquellas niñas con infección urinaria recurrente manejar al niño ya desde la vida intrauterina y
y se debe fortalecer el cumplimiento de la pro- se debe contar con los conocimientos adecua-
filaxis antibiótica en los casos que lo requieran. dos para el correcto tratamiento posnatal, con
Asimismo, se debe instruir a la familia sobre pau- el propósito de evitar lesiones renales a causa
tas de alarma que hagan sospechar la presencia de las infecciones urinarias. La otra situación
de una infección. que se presenta es el niño aparentemente sano
Con la aparición de trabajos de investigación que desarrolla una infección urinaria, debiendo
sobre las bacteriurias asintomáticas, el clearance plantearse la posibilidad de la existencia de una
espontáneo de las bacterias, aun en el primer malformación congénita que la promueva.
año de vida, lo perjudicial de eliminar la flora El diagnóstico prenatal en la urología pediátrica
vulvar y uretral normal, primer nivel de defensa ha permitido el conocimiento precoz de una serie
del organismo, se ha cuestionado la utilidad de de trastornos que requieren un manejo individua-
efectuar urocultivos periódicos de rutina, una vez lizado, y cuyo mayor beneficio es la prevención
tratado y superado el proceso inicial. Es por ello de las infecciones urinarias y el daño renal.
que muchos especialistas han abandonado esta La presencia de hidronefrosis fetal es uno de
práctica, que aumenta el gasto médico, evitando los defectos más comunes diagnosticados du-
así el tratamiento innecesario y protegiendo el rante la realización de una ecografía obstétrica,
equilibrio ecológico bacteriano. El control estaría afectando alrededor del 1 al 5% de los embarazos
limitado a cuadros de fiebre sin foco aparente controlados. Esto demuestra la importancia que
o con síntomas que sugieran infección urinaria. tiene esta entidad dentro de la urología infantil.
Si bien el número de consultas de madres
con diagnóstico prenatal de hidronefrosis está
Evaluación de la patología urológica aumentando, existen controversias respecto de
asociada con infecciones urinarias en la implicancia posnatal de dicho diagnóstico.
Pediatría En primera instancia se tiende a pensar que a
mayor grado de dilatación renal, peor pronósti-
En las últimas décadas el diagnóstico y el mane- co; sin embargo no existe un consenso en las
jo de las infecciones urinarias en Pediatría han distintas entidades científicas que respalde este
cambiado radicalmente como consecuencia de preconcepto.
la aparición de nuevos antibióticos y del ma- Hoy se utilizan dos clasificaciones para evaluar
nejo clínico de los pacientes. Otro hecho que la hidronefrosis prenatal. Una las clasifica utilizan-
también cambió la evolución de estos pacientes do el diámetro anteroposterior de la pelvis renal.
es la mayor comprensión de las malformaciones Por su parte, la Sociedad de Urología Fetal las cla-
congénitas, hecho que acontece a partir de la sifica en cuatro grados, teniendo en cuenta para
década del 80 con el mejoramiento tecnológico ello la dilatación no sólo de la pelvis, sino también
de los equipos de ecografía y el estudio de las de los cálices y el espesor córtico-medular. Ambos
malformaciones urinarias desde la vida prenatal. métodos tienen falencias en cuanto a la agudeza
Si bien el cuadro infeccioso agudo en sí es diagnóstica, y es por ello que algunos autores
un problema importante a resolver, su repetición agregan a estas clasificaciones otros datos para
puede dañar los riñones dejando escaras, que determinar el pronóstico posnatal de los recién
pueden conducir al desarrollo de hipertensión nacidos. Entre estos parámetros se encuentran
arterial y deterioro funcional renal. Ante un infante la ecogenicidad renal, la presencia de quistes
que se presenta con un cuadro de infección uri- renales, el adelgazamiento del parénquima, la
naria debe plantearse la posibilidad de que exista presencia de uréteres dilatados, la capacidad
algún factor predisponente para la misma, sien- y el grosor de la pared vesical, la dilatación de
do las anomalías congénitas las más frecuentes. la uretra posterior, la edad gestacional, el sexo,

49
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

así como el nivel de líquido amniótico y la uni o profilaxis antibiótica hasta diagnosticar la mal-
bilateralidad del proceso. formación existente.
La enseñanza clásica considera que las dila- Luego de lograr una compensación general y
taciones de la vía excretora son un signo de obs- del medio interno estos niños deben ser estudia-
trucción al curso normal de la orina; sin embargo, dos, evaluando las posibles patologías causantes
en la actualidad, se admite que la dilatación de la de hidronefrosis, sin llegar a una sobreexposi-
vía excretora por sí sola no avala el diagnóstico ción a factores mórbidos asociados con los es-
de una uropatía obstructiva. tudios (radiación, instrumentaciones, estudios
Lo importante del diagnóstico prenatal de bajo anestesia). Si la hidronefrosis es unilateral,
hidronefrosis es recordar las patologías que debe comenzarse con una ecografía no antes de
pueden presentarse de esta forma, entre ellas la semana de vida, ya que muchas dilataciones no
la estenosis pieloureteral, el reflujo vésico-ure- son evidentes por la deshidratación fisiológica de
teral, el megauréter obstructivo, ureteroceles, los recién nacidos. En cambio, si la hidronefrosis
una válvula de uretra posterior, etc. Todas ellas es bilateral, se debe realizar una ecografía y cis-
tienen una mayor predisposición al desarrollo touretrografía miccional en forma temprana para
de infecciones urinarias en la vida posnatal, que llegar al diagnóstico causal de la hidronefrosis y
pueden producir un daño irreversible del parén- decidir conductas terapéuticas más agresivas.
quima renal. Una vez diagnosticada la patología que produce
Se debe tener presente, sin embargo, que no la hidronefrosis, se continuará con las pautas
todas las hidronefrosis diagnosticadas durante de seguimiento y tratamiento de cada entidad.
la vida fetal tendrán una significación clínica, ya
que muchas se resuelven en forma espontánea. Infecciones urinarias en niños con
Es por ello que, ante un diagnóstico prenatal, lo malformaciones
más difícil es decidir qué conducta tomar, con Las infecciones urinarias son un problema común
un abanico de posibilidades muy amplio, que en Pediatría. Se ha estimado que el 8% de las
van desde el intervencionismo prenatal hasta un niñas y el 2% de los varones tendrán una infección
acompañamiento a la madre y su hijo hacia un urinaria en su niñez. De ellos, un 38-45% tendrá
parto a término. una uropatía congénita asociada. Es por ello que
En general, se acepta que los niños que pre- las distintas asociaciones científicas recomien-
sentan una hidronefrosis unilateral, sin alteración dan el estudio de estos pacientes con el fin de
del líquido amniótico ni otra anomalía asociada, diagnosticar dichas malformaciones.
deben ser controlados ecográficamente cada Entre los cuadros más frecuentes se encuen-
tres o cuatro semanas y esperar el nacimiento tra el reflujo vesicoureteral, con una prevalencia
en forma normal. Si la hidronefrosis es bilateral, del 40%. Luego siguen en frecuencia la obs-
se controla ecográficamente en forma estricta trucción de la unión pieloureteral, el megauréter
cada dos o tres semanas, se controla muy bien obstructivo, la válvula de uretra posterior y otros
el volumen de líquido amniótico y, según la evo- menos frecuentes. A continuación se realizará
lución, se realiza intervencionismo prenatal o se una descripción de los procesos más comunes
retrasa el parto hasta la mayor edad fetal posible en la práctica pediátrica.
para evitar complicaciones. Si el cuadro es in-
compatible con la vida del niño, se debe realizar Reflujo vesicoureteral
un asesoramiento genético que puede ayudar a El reflujo vesicoureteral es una anomalía muy fre-
los padres en futuros embarazos. cuente del aparato urinario, con una prevalencia
Un niño con diagnóstico de hidronefrosis debe general en torno al 1%, y una prevalencia del 40%
nacer en una institución con la complejidad ade- en aquellos niños que presentan una infección
cuada para su manejo. Lo primero que debe ha- urinaria febril. (Figura 3.3) Por otro lado, existen
cerse luego del nacimiento es la estabilización estudios que señalan una incidencia de infeccio-
clínica y explicar a los padres la situación del nes urinarias de hasta un 25% en pacientes con
recién nacido. Es importante disminuir al máximo antecedentes de reflujo vesicoureteral primario,
las posibilidades de infecciones urinarias con el después de su corrección quirúrgica satisfac-
eventual daño renal, por lo que se sugiere indicar toria. Esto demuestra que el reflujo de orina y

50
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

las infecciones urinarias son dos entidades in- Desde el punto de vista fisiopatológico, el re-
dependientes que se asocian en determinadas flujo vesicoureteral es una forma particular de
circunstancias. uropatía obstructiva, que se produce por la re-
Al reflujo vesicoureteral se lo clasifica en pri- versión de orina desde la vejiga al árbol urinario
mario y secundario. El primario se presenta como superior en el momento de la micción. Al bajar
consecuencia de una anormal inserción del uréter la presión intravesical, la orina vuelve a la vejiga
en la vejiga. En cambio, los niños que tienen un y queda estancada como orina residual posmic-
cuadro obstructivo infravesical, como por ejem- cional. Esta actúa como caldo de cultivo para los
plo una válvula de uretra posterior o una vejiga gérmenes uropatógenos, los que además acce-
neurogénica, presentarán un reflujo secundario. den al riñón fácilmente por el reflujo de orina. Se
El uréter normalmente propulsa la orina en dan así las condiciones para el desarrollo de un
dirección anterógrada, sin la posibilidad de su proceso infeccioso renal.
regreso desde la vejiga. Para que esto ocurra Los protocolos actuales sugieren la investi-
deben presentarse tres condiciones: a) las tres gación del reflujo vésico-ureteral en todo niño
capas musculares del uréter deben responder en que presente una infección urinaria febril, sobre
forma eficaz y coordinada a la distensión produ- todo si es menor de cinco años. Es por ello que,
cida por el bolo urinario, b) la presión intravesi- luego de resuelto el cuadro infeccioso agudo, se
cal debe ser lo suficientemente baja como para debe estudiar al niño con la intención de evaluar
permitir la salida de la orina por su vía natural, el tracto urinario.
y c) la unión ureterovesical debe ocluir al uréter Si bien siempre el primer estudio que se so-
distal ante el aumento de la presión intravesical, licita es una ecografía, no es útil para descartar
situación que sucede a medida que la vejiga se ni diagnosticar un reflujo vesicoureteral. Sin em-
va llenando o durante la micción. Este último he- bargo, la ecografía permite evaluar la anatomía
cho se produce por la acción de un mecanismo renal (tamaño comparativo, ecogenicidad, me-
valvular de la unión ureterovesical, formado por el dición del espesor córtico-medular, la presencia
ingreso oblicuo del uréter, una fijación adecuada de dilatación piélica o calicilar) y vesical (volumen
de los músculos del uréter al trígono, y un soporte pre y posmiccional, divertículos, ureteroceles) a
muscular posterior para posibilitar su oclusión. El través de un procedimiento fácil de realizar, no
reflujo vesicoureteral primario es consecuencia invasivo, sin radiación y económico.
de una anomalía congénita que afecta a esta El mejor estudio para diagnosticar el reflujo
disposición anatómica. vesicoureteral es la cistouretrografía miccional se-
riada bajo pantalla radioscópica. (Figura 3.4) Este
procedimiento se realiza colocando una sonda
uretral fina y llenando la vejiga con una sustancia
radioopaca que permite simular el comportamien-
to de la orina al momento del llenado, el esfuerzo
y la micción. Siempre debe realizarse bajo control
radioscópico y con placa miccional sin sonda para
observación de la uretra, sobre todo si es varón.
A través de este estudio se pueden evaluar las
paredes de la vejiga, la existencia y el grado del
reflujo, la presencia de divertículos paraureterales
y/o ureteroceles, y la anatomía del cuello vesical
y uretra durante la micción.
Con la intención de disminuir la dosis de radia-
ción, se ha propuesto la cistouretrografía radioi-
sotópica. Sus defensores han demostrado que
presenta una mayor sensibilidad para la detec-
ción del reflujo; sin embargo no permite clasifi-
FIGURA 3.3: Urograma excretor con severo car al reflujo ni informa sobre la anatomía antes
reflujo vesicoureteral detallada. Es por ello que en la práctica, ante la

51
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

el daño renal provocado por los cuadros pielo-


nefríticos, que pueden llevar a la formación de
cicatrices renales, hipertensión arterial y, even-
tualmente, falla renal crónica.
La tendencia actual es conservadora, inclu-
yendo sólo medidas higiénico-dietéticas, entre-
namiento miccional y, en ocasiones, profilaxis
antibiótica (ver apartado de Prevención), espe-
rando una resolución espontánea del reflujo. El
tratamiento quirúrgico queda limitado a aquellos
casos en los que el reflujo no se resuelve en forma
espontánea o se prevé una mala evolución clínica.
El índice de resolución espontánea depende
del grado inicial y la edad de presentación. Se
acepta en general que el reflujo vesicoureteral
FIGURA 3.4: Cistouretrografia: reflujo de grado 1 ó 2 se resuelve en un 90-80%; el
vesicoureteral con divertículo ureteral reflujo grado 3 en un 60-70%, mientras que el
grado 4 se resuelve en un 10-20%. En el grado 5
es excepcional la resolución espontánea. Estos
sospecha de reflujo vesicoureteral, se indica una porcentajes se encuentran muy disminuidos si el
cistouretrografía miccional radioscópica, y sólo reflujo vesicoureteral es bilateral, se asocia a un
se utiliza la cistouretrografía radioisotópica para divertículo paraureteral, o si se trata de un doble
el seguimiento de los pacientes. sistema excretor. Otro concepto importante es
Radiológicamente, el reflujo vesicoureteral se que el reflujo vesicoureteral puede desaparecer
clasifica en cinco grados,según lo determinado en forma espontánea durante los primeros años
en 1985 por el grupo internacional de estudio del de vida, pero después de los seis o siete años
reflujo, y no se ha modificado desde entonces; in- esta posibilidad es casi nula. Existen varias teo-
cluye: Grado 1: Reflujo hasta el uréter solamente; rías que explican la resolución espontánea del
Grado 2: Hasta cálices sin dilatación; Grado 3: reflujo vesicoureteral.
Hasta cálices con moderada dilatación; Grado 4: Tanto se opte por un tratamiento conservador
Hasta cálices con dilatación y deformación más como por una conducta quirúrgica, según el gra-
dilatación del uréter; y Grado 5: Grosera dilata- do de reflujo evidente, se indicarán las medidas
ción y tortuosidad del uréter y cálices. higiénico-dietéticas, entre las cuales la profilaxis
Esta clasificación permite comparar los grados antibiótica desempeña un rol importante, del mis-
de reflujo entre distintos momentos evolutivos de mo modo que la pesquisa de infecciones urinarias
un paciente y también entre distintos pacientes, asintomáticas.
para predecir la tasa de resolución espontánea Si bien en los últimos años se cuestiona la utili-
en seguimientos clínicos alejados. dad de la profilaxis antibiótica, no existen trabajos
En estos pacientes es muy importante co- controlados que sean concluyentes, y continúa
nocer el estado funcional del parénquima renal siendo la indicación más aceptada luego de una
y la existencia de escaras renales, información infección urinaria hasta completar los estudios
muy importante para decidir el tratamiento más correspondientes, en presencia de infecciones
apropiado. Estos datos son proporcionados por recurrentes definidas como dos o más infeccio-
el centellograma renal con DMSA, estudio muy nes urinarias en 6 a 12 meses, en pacientes con
sensible y específico, siempre y cuando se so- reflujo vesicoureteral y ante la presencia de ci-
licite no antes de los tres meses posteriores al catrices renales.
cuadro infeccioso febril. En aquellos pacientes que presentan una mala
Ante un paciente pediátrico a quien se le ha evolución clínica o que no han resuelto el reflu-
diagnosticado un reflujo vesicoureteral se debe jo, se debe optar por un tratamiento quirúrgico.
decidir la conducta a adoptar. Es muy importante Existen procedimientos a cielo abierto y laparos-
conocer que el objetivo del tratamiento es evitar cópicos, con resultados de 98% de resolución

52
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

del problema. Desde hace varios años, con in-


tención de disminuir la morbilidad quirúrgica, se
han desarrollado técnicas de inyección de sus-
tancias a nivel subureteral por vía endoscópica,
con resultados positivos en un 70-80%, según
las distintas series publicadas.

Estenosis de la unión pieloureteral


La estenosis u obstrucción de la unión pieloure-
teral se caracteriza por la presencia de un impe-
dimento mecánico al correcto flujo urinario desde FIGURA 3.5: Estenosis pieloureteral
la pelvis renal hacia el uréter. Es la malformación
más frecuente del tracto urinario, constituyendo
la causa más frecuente de hidronefrosis fetal y cultivo favorable para su desarrollo. Este proceso
neonatal. (Figuras 3.2 y 3.5) En efecto, el 50% mecánico, que modifica el normal vaciado de orina
de todas las malformaciones urinarias diagnos- desde el riñón, también explica la lenta respuesta
ticadas en etapa prenatal corresponden a este clínica a los antibióticos y la evolución tórpida de
cuadro. Esta enfermedad afecta mayoritariamente la pielonefritis en estos pacientes.
a hombres, en una relación 5:1, y en 2/3 de los Luego de resuelto el cuadro infeccioso agudo,
casos lo hace en el lado izquierdo. Alrededor del y ante la sospecha de una obstrucción pielou-
20% de los pacientes presenta una obstrucción reteral, se deben completar los estudios para
bilateral. Si bien desde la aparición de la ecogra- un diagnóstico correcto. Si bien la ecografía es
fía prenatal casi todos los casos se diagnostican el primer estudio solicitado y presenta una alta
a través de ella, se debe prestar atención en sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de
niños mayores que se presentan a la consulta una uropatía dilatada, no es posible diagnosticar
por dolores abdominales atípicos, en ocasiones una obstrucción a través de ella. Sin embargo,
acompañados por náuseas y vómitos. Se puede ante una dilatación pielocalicilar sin dilatación del
estar ante un diagnóstico de estenosis pieloure- uréter, y la observación de una vejiga normal, se
teral no reconocido previamente. debe sospechar la presencia de una estenosis
Según su etiología, la estenosis pieloureteral pieloureteral.
se clasifica en tres grupos: Para determinar la presencia de una obs-
Intrínseca: existe un afinamiento en la luz de la trucción en la actualidad, el mejor estudio es el
unión pieloureteral, producido por una displasia radiorrenograma con prueba diurética. Este estu-
de las capas musculares del uréter. Constituye dio consiste en la inyección endovenosa de una
la causa más frecuente. sustancia radiactiva que es eliminada en forma
Extrínseca: es el afinamiento a nivel de la total por el riñón y es captada por una cámara
unión pieloureteral que puede ser producido gamma. La información recibida por la cámara
por el entrecruzamiento con una arteria polar gamma permite dibujar una curva relacionando
inferior, por adherencias fibrosas, acodaduras, la actividad nuclear con el tiempo. Para ayudar
etc. Es responsable de alrededor de un 15 a a determinar si existe una obstrucción se utiliza
20% de los casos. la prueba diurética que facilita la identificación
Secundaria: a un reflujo vesicoureteral masivo, de una curva obstructiva o no. En las Figuras
por obstrucción grave del árbol urinario bajo, 3.6 y 3.7 se muestran ejemplos de las curvas
con dilatación y tortuosidad marcada del uréter obtenidas.
superior. Este tipo es muy infrecuente. Si no es posible contar con este estudio se
Desde el punto de vista fisiopatológico, la es- puede realizar una pielografía endovenosa diu-
tenosis pieloureteral favorece a las infecciones rética, que aunque está prácticamente en desu-
urinarias debido al estancamiento de orina dentro so por la necesidad de utilizar contraste iodado
del riñón. La orina no puede eliminarse en forma endovenoso, es un estudio posible de realizar
correcta, y si algún germen uropatógeno alcan- en centros que cuenten con un aparato radioló-
za esta orina estancada, encuentra un caldo de gico convencional. En estos casos se observará

53
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

RADIOGRAMA
Diurético
!#4)6)$!$

RI RD

Obstrucción RD

Obstrucción RI
parcial
FURSEMIDA-

Normal
Tiempo
RI: riñón izquierdo normal; RD: riñón derecho con obstrucción total
FIGURA 3.6: Modalidades de excreción observadas
en un estudio de gammagrafía radioisotópica FIGURA 3.7: Radiorrenograma isotópico con
fursemida

un retardo en la eliminación del contraste y una


anatomía muy clara del árbol urinario. hace necesario realizar un estudio exhaustivo de
Si se necesita obtener una mejor definición todo el tracto urinario, ya que la decisión terapéu-
anatómica de la vía urinaria, la urorresonancia tica depende de una adecuada categorización.
magnética es el procedimiento de elección. La En esta sección sólo se analizará el megauréter
información anatómica que brinda es excelente obstructivo.
y permite una reconstrucción tridimensional de Se acepta que la causa de un megauréter obs-
toda la vía urinaria. También suele informar sobre tructivo es un segmento ureteral yuxtavesical adi-
la presencia de un vaso polar. Esto permite una námico, de 1 a 2 cm de longitud, que es incapaz
mejor programación estratégica del acto quirúr- de propagar la onda peristáltica y el bolo de orina
gico reparador. El mayor inconveniente de este a un flujo adecuado hacia la vejiga. Esto conduce
procedimiento es que en los niños debe realizarse a la dilatación del uréter y de la vía urinaria supe-
bajo sedoanalgesia o anestesia general. rior. La razón de esta alteración segmentaria no
Luego del diagnóstico de una estenosis pie- es clara. Rara vez se encuentra una verdadera
loureteral, se debe decidir si el paciente necesita estenosis, pero puede ser descrita una variedad
una corrección quirúrgica o no. En la actualidad, de anormalidades histológicas y ultraestructurales
el procedimiento quirúrgico más aceptado es la que alteran la función, entre ellas una desorienta-
pieloplastia desmembrada según técnica de An- ción de las fibras musculares, hipoplasia muscular,
derson-Hynes, que puede realizarse a través de hipertrofia muscular y fibrosis de la pared. Desde
una lumbotomía mínima o por técnica laparos- el punto de vista fisiopatológico, estos pacientes
cópica, con resultados favorables superiores al presentan una alteración en la normal evacuación
90%. Si el paciente no necesita un tratamiento de la unidad renal, con rémora de orina, y este
quirúrgico, debe controlarse en forma periódica estancamiento favorece las infecciones urinarias.
con ecografía y estudio dinámico renal. Para la evaluación de estos niños, el primer
estudio que se debe realizar es una ecografía del
Megauréter obstructivo tracto urinario. Este estudio permite distinguir
El diámetro normal del uréter de un niño nunca una hidronefrosis de una ureterohidronefrosis,
es mayor de 5 mm. Se ha consensuado que un además de informar sobre la anatomía de la ve-
uréter cuyo diámetro es mayor de 7 mm consti- jiga. Una vez detectada la dilatación ureteral,
tuye un megauréter. Basándose en la causa de la se debe realizar una cistouretrografía miccional
dilatación, puede ser clasificado en los siguientes para descartar reflujo y agregar información so-
tipos: megauréter refluyente, megauréter obs- bre la vejiga y uretra. A continuación se realiza
tructivo, megauréter refluyente y obstructivo y un centellograma renal para evaluar función re-
megauréter no refluyente no obstructivo. A su vez, nal diferencial y la presencia de escaras. Si el
se lo puede subdividir en primario o secundario. megauréter no es refluyente, puede necesitarse
Ante un uréter dilatado el espectro diagnósti- de un radiorrenograma diurético para evaluar el
co es muy amplio, al igual que su evolución. Ello grado de obstrucción.

54
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

A la luz de la evidencia clínica, la mayoría de repercusión clínica y son diagnosticados en la


los especialistas sugiere que mientras la función adultez, ya sea por infección, litiasis o en forma
renal no esté alterada en forma significativa y casual durante una ecografía abdominal. Si existe
las infecciones urinarias no sean un problema, un ureterocele de un doble sistema que desemboca
se opte por un manejo expectante que incluye, en forma ectópica, es decir, debajo del esfínter ve-
en la mayoría de los casos, la profilaxis anti- sical, la presentación clínica más frecuente es con
biótica con un seguimiento apropiado. Cuando un cuadro de incontinencia de orina permanente
la ureterohidronefrosis es severa y no muestra en un paciente que presenta micciones normales.
signos de mejoría o presenta un empeoramiento Con todas estas presentaciones clínicas, es
del estado clínico, se debe optar por la correc- comprensible que la etiopatogenia de las infec-
ción quirúrgica en el momento más conveniente. ciones urinarias sea muy variable, ya que existen
El procedimiento quirúrgico consiste en realizar pacientes que presentan un reflujo vesicoureteral
un reimplante ureterovesical con resección de la y otros un cuadro obstructivo.
porción adinámica. En algunos casos se debe El tratamiento de los ureteroceles es muy com-
realizar una remodelación del uréter antes de plejo y debe analizarse cada caso en particular
reimplantarlo. Si no es posible esta corrección, antes de tomar una decisión quirúrgica. El uró-
ya sea por corta edad del paciente o mal estado logo debe obtener la mayor información posible
general por un cuadro infeccioso, la ureterostomía sobre las alteraciones anatómicas y funcionales
cutánea o la nefrostomía percutánea constituyen para luego plantearse un tratamiento racional
una buena alternativa. para cada individuo. Los objetivos terapéuticos
que se buscan son la preservación de la función
Ureterocele renal; la eliminación de la infección, la obstruc-
El ureterocele puede definirse como la dilatación ción y el reflujo; y la continencia urinaria. Algu-
quística del uréter terminal. (Figura 3.8) La etiolo- nos pacientes sólo necesitan la desobstrucción
gía de esta entidad continúa siendo una incógnita, endoscópica del ureterocele. En el otro extremo,
aunque las teorías más aceptadas tratan de expli- existen aquellos a quienes es necesario realizar
carlo a través de una displasia de la pared ureteral una nefroureterectomía de un renículo afuncio-
o como respuesta a una obstrucción durante el nante con reconstrucción del piso vesical.
desarrollo. Puede producir obstrucción, reflujo
vesicoureteral, incontinencia de orina y altera- Doble vía excretora
ciones de la función renal. Esta situación explica Se define a una doble vía excretora como el drenaje
el porqué del difícil manejo de estos pacientes y de dos hemirriñones o renículos a través de dos
la imposibilidad de utilizar algoritmos rígidos. El uréteres. Si estos desembocan en forma indepen-
profesional actuante deberá poder tratar a cada diente se la llama doble vía excretora completa.
paciente en forma individual.
Al igual que las otras patologías que producen
hidronefrosis, los ureteroceles son diagnosticados
cada vez con mayor frecuencia en forma prenatal.
La ecografía suele mostrar una ureterohidronefro-
sis y en la vejiga se observa una imagen quística
característica. Sin embargo, algunos ureteroceles
son diagnosticados en forma casual durante el
estudio de un infante que debuta con una infec-
ción urinaria o una urosepsis. Si el ureterocele es
lo suficientemente grande puede obstruir el cuello
vesical, resultando en una hidronefrosis bilateral.
Ocurre más a menudo en mujeres, con una
relación 4:1; en torno al 10% son bilaterales. El
80% corresponde a un ureterocele de un renícu-
lo superior de un doble sistema. Los ureteroce- FIGURA 3.8: RMI: Ureterocele, doble sistema
les de sistemas simples en general tienen poca excretor

55
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Su prevalencia es muy variable según las dis-


tintas publicaciones, ya que depende de si las
bases de datos se obtienen de pacientes con
patología o si se trata de hallazgos de autopsias.
En general se acepta una incidencia del 0,8-1%.
En la doble vía excretora completa, los dos
meatos ureterales están característicamente in-
vertidos con relación a los sistemas colectores
que drenan. El orificio ureteral del polo inferior
ocupa la posición más craneal y lateral respecto
a la desembocadura del renículo superior. Esta
relación es tan frecuente que se denomina ley de
Weigert-Meyer. Cuando ambos meatos no están FIGURA 3.9: Válvula de uretra posterior
adyacentes, el renículo superior por lo general
desemboca en forma ectópica.
La doble vía excretora per se no tiene ningu- mesonéfrico; b) Tipo 2: pliegue no obstructivo
na relación con las infecciones urinarias. Son que nace del polo superior del verum y se irradia
más frecuentes sólo en aquellos pacientes que hacia la pared posterior del cuello vesical (4%); y
presentan además un reflujo vesicoureteral o un c) Tipo 3: diafragma obstructivo por mala disolu-
cuadro obstructivo. La hidronefrosis del polo in- ción de la membrana urogenital (6%).
ferior no es infrecuente y en general se asocia a La fisiopatología de esta entidad está carac-
un reflujo vesicoureteral severo. Por el otro lado, terizada por la presencia de un cuadro obstruc-
la hidronefrosis del renículo superior en general se tivo infravesical que se produce a una edad muy
asocia a un ureterocele. El tratamiento se realiza temprana en la vida fetal y que, dependiendo del
de acuerdo con el proceso patológico asociado. grado de obstrucción, determinará un cuadro clí-
nico muy variable, desde la incompatibilidad para
Válvulas de uretra posterior la vida por displasia renal e hipoplasia pulmonar
Las válvulas de uretra posterior (Figura 3.9) son severa, hasta un cuadro obstructivo leve que se
una entidad clínica importante porque se pre- resuelve con el tratamiento quirúrgico.
sentan con una obstrucción uretral severa, que Esta entidad nosológica se diagnostica prác-
resulta en un daño profundo y generalizado de ticamente siempre en el periodo prenatal. Esto
todo el árbol urinario, y afecta la filtración glome- implica como médicos la obligación de conocer
rular, el funcionamiento del músculo liso ureteral la necesidad de que estos niños deben nacer
y vesical y la continencia urinaria. Tanto es así, en un centro de alta complejidad neonatal, que
que continúa siendo la principal causa de falla cuente con un grupo interdisciplinario de pro-
renal con necesidad de trasplante en niños. Esta fesionales con la suficiente experiencia para su
anomalía tiene la particularidad de presentarse correcto manejo.
en forma exclusiva en varones. Luego del nacimiento se debe internar a es-
La embriología de la uretra masculina es com- tos niños en una unidad de cuidados intensivos
pleja y no comprendida en su totalidad. El de- neonatales, estabilizar su medio interno, y realizar
sarrollo de la uretra puede ser considerado en una cistouretrografía miccional para confirmar el
dos procesos separados: diferenciación de una diagnóstico. Luego se debe intentar colocar una
porción del seno urogenital, comúnmente cono- sonda uretral del mayor calibre posible para un
cida como uretra posterior; y tubularización de la drenaje vesical correcto. Esto, además, permi-
placa uretral, conocida como la uretra anterior. te la dilatación uretral para realizar, cuando sea
Young, en 1919, las clasificó en tres tipos, se- posible, una fulguración de la válvula uretral en-
gún las variaciones anatómicas y embriológicas doscópica. Si no es posible colocar una sonda
halladas, a saber: a) Tipo 1: dos valvas salen de o el cuadro clínico lo amerita, se debe realizar
la parte posteroinferior del verum y se adhieren una vesicostomía.
a la pared anterolateral de la uretra (90%). Se Estos niños, con dilatación de todo el apa-
deberían a un anormal desarrollo del conducto rato urinario y un mal vaciado vesical, que son

56
CAPÍTULO 3 : La infección urinaria en la edad pediátrica

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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

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58
CAPÍTULO 4

Infecciones urinarias en la mujer


MARÍA M. PIJOAN MOLINA, CARLOS LOVESIO, DANIELA STOISA

Epidemiología es elevada en las mujeres, alcanzando al 5-6%


de las jóvenes sexualmente activas no embaraza-
Las urinarias se encuentran entre las infeccio- das; esta prevalencia aumenta al 20% en mujeres
nes bacterianas más comunes en la mujer. Cada mayores de 65 años. A partir de los 60 años de
año en EEUU, alrededor del 10% de las mujeres edad, la diferencia de prevalencia entre el hombre
presentan un diagnóstico de cistitis. Durante su y la mujer disminuye significativamente debido a
vida, más de la mitad de las mujeres desarrollará que la hiperplasia prostática causa obstrucción al
una infección urinaria, y hasta el 50% de ellas flujo urinario y aumenta el volumen residual de ori-
desarrollará otra infección en el mismo año. En na, incrementando el número de infecciones en
alrededor del 3 al 5% de las mujeres existen el hombre.
múltiples recurrencias a través de los años. Entre
las mujeres sexualmente activas, la incidencia de Definiciones
infección urinaria sintomática varía entre 0,5 y
0,7%/persona/año. Es importante destacar que Es útil categorizar las infecciones urinarias como
las infecciones urinarias complican hasta el 20% no complicadas o complicadas, debido a las di-
de los embarazos y son responsables del 10% ferentes aproximaciones que se deben establecer
de todas las admisiones que se producen antes en cuanto al diagnóstico, tratamiento y prevención.
del parto. Aunque estas definiciones varían entre los auto-
Desde el punto de vista socioeconómico, se res, la mayoría coincide en que las infecciones no
ha comprobado que cada episodio de cistitis en complicadas hacen referencia a los episodios de
la mujer premenopáusica se asocia con 6,1 días cistitis o pielonefritis que ocurren en la mujer joven
de síntomas, 2,4 días de actividad restringida, no embarazada sin anormalidades funcionales o
1,2 días en los que no puede asistir a clases o anatómicas del tracto urinario. También es razo-
al trabajo, y 0,4 días en cama. nable considerar como no complicadas aquellas
Durante el primer año de vida, hombres y mujeres infecciones que ocurren en mujeres sanas posme-
presentan el mismo riesgo de desarrollar una infec- nopáusicas. Las infecciones complicadas, por otra
ción urinaria. La prevalencia de la infección urinaria parte, son aquellas asociadas con condiciones que
en la mujer se incrementa de forma progresiva con aumentan el riesgo de complicaciones serias o fallos
la edad, pasando de un 5% en las menores de 60 de tratamiento, tales como diabetes, vejiga neuro-
años a 10-15% en las de 65-70 años y un 15-20% génica o nefrolitiasis. Las infecciones urinarias en
en las de edad superior a los 80 años. La incidencia el hombre en general se consideran complicadas,
estimada de infecciones urinarias en las mujeres cualquiera sea su característica.
menopáusicas no institucionalizadas se sitúa en En la mayoría de las mujeres, estas infecciones
torno al 10-15%. Esta incidencia aumenta en mu- están limitadas al tracto urinario inferior y no pre-
jeres que conviven en instituciones geriátricas. La sentan síntomas, constituyendo las denominadas
prevalencia de la bacteriuria asintomática también bacteriurias asintomáticas. Estas se caracterizan,
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

además de por la ausencia de síntomas, por la etiológicos de infecciones urinarias no compli-


presencia de recuentos bacterianos variables, en cadas, observándose cierta variación según los
el sentido que a un examen que define la pre- grupos etarios. Más del 95% de los casos son
sencia de una bacteriuria de 10 5 ufc/mL o más, producidos por un microorganismo único.
es habitual que sigan exámenes sucesivos con La mayoría de las infecciones urinarias, en
recuentos menores o incluso ausentes (Nicolle, especial en las mujeres jóvenes, es producida
L; 2009). por cepas uropatogénicas de Escherichia coli
La cistitis es la infección sintomática más fre- (60-85% en mujeres menores de 50 años y 55 a
cuente, y se caracteriza por disuria, polaquiuria, 80% en mayores de 50 años). Las cepas de E. coli
urgencia miccional y a menudo se asocia con aisladas de mujeres con bacteriuria asintomática
piuria y bacteriuria. Aunque la cistitis habitual- se caracterizan por presentar menos factores de
mente no se complica, en ocasiones se compro- virulencia que aquellas aisladas de mujeres con
mete el tracto urinario superior. La pielonefritis se infección sintomática.
define como la infección del parénquima renal y El S. saprophyticus es una causa frecuente de
del sistema pielocaliceal, y se produce tanto de infección del tracto urinario en mujeres jóvenes
novo como a partir de una infección ascendente. sexualmente activas. Es un miembro de la biota
Las infecciones renales son más comunes en el normal rectal o urogenital del 10% de las mujeres,
contexto de una obstrucción del tracto urinario, siendo la segunda causa, luego de la Escherichia
urolitiasis, diabetes, y en relación con los cambios coli, de infección urinaria aguda en esta población.
producidos por el embarazo. Casellas, J y col. (comunicación personal), en
En torno al 25 al 35% de un episodio inicial de un grupo de adolescentes con infección urinaria
infección urinaria es seguido por episodios recu- demostrada, informan que el 70% admitió haber
rrentes. Las infecciones recurrentes se definen por tenido relaciones sexuales en los últimos 15 días,
la presencia de dos episodios en seis meses o ≥ y de ellas, el 30% presentó como agente causal
3 episodios en un año, constituyendo recaídas o S. saprophyticus. El germen se ha aislado en el
persistencia bacteriana cuando el organismo in- 3% de las mujeres no embarazadas en edad re-
fectante original se repite o reinfecciones cuando productiva con pielonefritis. El S. saprophyticus
aparece un organismo diferente. En general, las posee una proteína de adhesión única, la UafA,
recaídas se producen dentro de las tres semanas que permite la adherencia a las células del epitelio
de la suspensión de la terapéutica para la infección uretral. En adición, esta bacteria también codi-
previa. En ocasiones, las reinfecciones se producen fica varias proteínas de transporte capaces de
con el mismo organismo que persiste en la vagina adaptarse con rapidez a los cambios osmóticos
o en las heces y pueden ser confundidas con recaí- y de pH urinarios. Por fin, el S. saprophyticus
das. Las recaídas se producen por un tratamiento produce abundante ureasa como para proliferar
inadecuado o inapropiado, cuando existen focos en la orina. Las infecciones causadas por este
secuestrados de infección en el riñón, o debido germen habitualmente son tratadas con éxito con
a una anormalidad estructural del tracto urinario. antimicrobianos que actúan en el tracto urinario,
Las recaídas continuas (persistencia de un mismo y rara vez se asocian con secuelas.
organismo infectante a pesar de un tratamiento Las restantes infecciones son causadas por
apropiado) o infecciones urinarias crónicas ver- especies de Enterobacter, Enterococcus, Proteus
daderas son inusuales y habitualmente sugieren mirabilis y Klebsiella sp. Estos últimos organis-
la presencia de una anormalidad estructural o una mos, en general, se asocian con anormalidades
urolitiasis. Las reinfecciones son responsables del estructurales o cálculos renales, y a su vez son
80% de las infecciones urinarias recurrentes, y re- más frecuentes en las mujeres por encima de
sultan de la reintroducción de organismos desde los 50 años de edad. Los gérmenes Gram posi-
la flora perineal. tivos, incluyendo el Streptococcus grupo B, se
encuentran en ciertas poblaciones, en especial
Etiología en mujeres embarazadas. Las pacientes con
catéteres urinarios a permanencia están predis-
No se han producido cambios significativos en puestos al desarrollo de infecciones micóticas y
las últimas décadas en relación con los agentes por enterococo.

60
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer

En alrededor del 10 al 15% de las pacientes También puede seguir al masaje uretral o a la
sintomáticas, no se puede reconocer una bacte- cateterización. La infección ascendente puede
riuria con métodos rutinarios. Utilizando métodos involucrar el uréter, el sistema pielocaliceal y el
selectivos, se han aislado de la orina especímenes parénquima renal. Se ha comprobado el ascenso
de Ureaplasma urealyticum, Gardnerella vaginalis retrógrado de bacterias desde la vejiga hacia el
y Mycoplasma hominis en recuentos ≥ 10 5 ufc/ riñón, el que no necesariamente depende de la
mL, en adultos con síntomas de infección urina- presencia de reflujo vésico-ureteral; la inflama-
ria. El adenovirus tipo 11 puede producir cistitis ción por cistitis puede causar edema y deforma-
hemorrágica epidémica en los niños. ción local de la unión ureterovesical, facilitando
El tratamiento antimicrobiano previo es el de- el ascenso bacteriano. Es raro que la infección
terminante más importante en el aislamiento de renal sea el resultado de una bacteriemia por
gérmenes resistentes. La presión antimicrobiana Staphylococcus aureus o Candida albicans, y
es atribuible no solo al tratamiento previo de una más infrecuente aún que sea producida por la
infección urinaria, sino también al uso para otras diseminación linfática.
indicaciones, tales como el empleo diseminado Una serie de factores predispone a la mujer
de fluoroquinolonas para infecciones del tracto al desarrollo de infecciones urinarias. (Tabla 4.1)
respiratorio. Por su anatomía, la mujer está predispuesta a
la colonización bacteriana de la vagina y de la
Factores predisponentes y patogenia uretra. El tercio externo de la uretra habitual-
mente está colonizado por patógenos de la flora
La mayoría de las infecciones urinarias no com- vaginal normal.
plicadas en la mujer no puede explicarse por una El acto sexual aumenta el riesgo de infección
anormalidad subyacente funcional o anatómica debido al trauma del meato, masaje uretral, y
del tracto urinario, resultando de la interacción tal vez, a cambios en la flora vaginal. Hooton
entre cepas infectantes de Escherichia coli y el y col. han comprobado que mujeres que han
epitelio del tracto urinario. Habitualmente, la in- tenido actividad sexual presentan un aumento
fección se produce porque bacterias localizadas significativo de la colonización vaginal con E. coli
en la zona perineal y periuretral y en el introito inmediatamente después del coito en compara-
vaginal acceden a la vejiga. Tal extensión de la ción con un grupo control. El riesgo relativo de
colonización o infección se asocia habitualmente cistitis aguda durante las 48 horas que siguen al
con un trauma fisiológico tal como el acto sexual. acto sexual aumenta por un factor tan alto como

TABLA 4.1: Factores de riesgo para el desarrollo de infecciones del tracto urinario en la mujer
Mujer premenopáusica Mujer posmenopáusica
Historia de infecciones del tracto urinario Atrofia vaginal
Actividad sexual frecuente o reciente Vaciamiento vesical incompleto
Uso de diafragma o agentes espermicidas como Mala higiene perineal
anticonceptivos Diabetes mellitus tipo II
Multiparidad Rectocele, cistocele, uretrocele o prolapso
Diabetes uterovaginal
Obesidad Historia de infecciones reiteradas del tracto urinario
Anemia de células falciformes Incontinencia urinaria
Anormalidades anatómicas congénitas
Urolitiasis
Trastornos neurológicos
Condiciones que requieren cateterización vesical
Factores genéticos: expresión del HLA-A3 y grupo
sanguíneo Lewis Le(a-b-) o Le(a+b-)

61
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

60. En un estudio en estudiantes universitarias aumento de la disfunción del piso pelviano que
sexualmente activas en EEUU, con un prome- produce incontinencia urinaria, así como una ele-
dio de edad de 24 años, se comprobó que en vada incidencia de prolapso genital y cistoceles.
aquellas que presentaban actividad sexual con Una historia de cirugía sobre el tracto urogenital
un promedio de tres días por semana, el riesgo también es un factor de riesgo significativo para
de infecciones urinarias aumentaba en 2,6 veces infecciones recurrentes.
con respecto a las mujeres abstinentes, y aque- Datos en animales y humanos sugieren que
llas que practicaban sexo diario presentaban un el uso de ciertos agentes antimicrobianos pue-
riesgo nueve veces mayor. Hillebrand y col., por de predisponer a la mujer para el desarrollo de
su parte, han encontrado que las mujeres con infecciones urinarias, aparentemente a través de
vaginosis bacteriana están más predispuestas sus efectos adversos sobre la ecología vaginal.
al desarrollo de infecciones del tracto urinario. Se ha comprobado que la administración de an-
Las mujeres que utilizan diafragmas con agen- tibióticos Elactámicos induce cambios marcados
tes espermicidas para la contracepción, en parti- en la flora genital indígena de niñas y un aumento
cular los que contienen nonoxynol-9, presentan concomitante en la colonización con uropató-
un riesgo aumentado de infección, quizá secun- genos. La administración de cotrimoxazol o de
dario a cambios en la flora vaginal –con la elimi- fluoroquinolonas, por otra parte, resulta en menor
nación de especies productoras de peróxido de colonización vaginal con uropatógenos que con
hidrógeno del Lactobacillus– y al posible trauma Elactámicos. El aumento del riesgo se ha notado
por el dispositivo. Dos factores adicionales en la tanto en mujeres que usan los antimicrobianos
mujer joven son el antecedente de infecciones para el tratamiento de una infección urinaria pre-
urinarias en la madre o una historia de inicio de via como en aquellas que reciben estos agentes
las infecciones en la infancia. para otras enfermedades.
Un factor etiológico importante en la mujer Existen otros factores de riesgo, incluyendo
posmenopáusica es la deficiencia de estrógenos. condiciones médicas tales como la diabetes, obe-
La pérdida del estímulo estrogénico resulta en una sidad, anemia de células falciformes, anomalías
atrofia del tejido conectivo del tracto urogenital. congénitas, litiasis del tracto urinario, y desór-
El epitelio de la uretra y de la vagina cambia ha- denes neurológicos o anatómicos que requieran
cia una forma transicional. El déficit estrogénico cateterización de la vejiga.
también altera las características de la vagina, Uno de los factores de riesgo más importan-
reduciendo la presencia del Lactobacillus, germen tes para la infección sintomática, en particular
que al competir por los receptores de adhesinas la pielonefritis aguda, es el embarazo, con los
por los nutrientes, y produciendo sustancias anti- cambios anatómicos y fisiológicos que conlleva
microbianas, tales como peróxido de hidrógeno, (ver capítulo 6).
ácido láctico y bacteriocinas, podría disminuir o Recientemente se ha insistido en la impor-
evitar la colonización bacteriana patógena. Las tancia del vaciamiento incompleto de la vejiga
mujeres con infecciones recurrentes tienen una en la mujer como condicionante de infecciones
mayor colonización con cepas de E. coli, Ente- urinarias recurrentes. Se ha reconocido que has-
rococcus faecalis, Proteus mirabilis y Klebsie- ta el 42% de las pacientes con esta alteración,
lla que las mujeres sin historia de infecciones conocida como vaciamiento disfuncional (dys-
a repetición. A pesar de ello, no existe opinión functional voiding), presentan infecciones urinarias
unánime respecto del rol del reemplazo exóge- recurrentes. El vaciamiento disfuncional es una
no con estrógenos en la mujer posmenopáusica anormalidad del vaciamiento vesical en individuos
en cuanto a la prevención de la recurrencia de sin alteraciones neurológicas en quienes existe
infecciones urinarias. un aumento de la actividad del esfínter externo
Las mujeres mayores presentan una reduc- durante la micción voluntaria, reconociéndose
ción de la respuesta inflamatoria y un deterioro como una conducta aprendida ante condiciones
inmunológico. También presentan una elevada pelvianas adversas tales como la infección, infla-
incidencia de enfermedades como diabetes, ma- mación o trauma. Puede ser el resultado de una
yor presencia de factores urogenitales locales, retención prolongada de orina en pacientes que
tales como inadecuado vaciamiento vesical y se niegan a orinar fuera de su hogar, o puede ser

62
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer

una anormalidad primaria del músculo detrusor del epitelio vesical. Rosen y col., por su parte,
creando una disinergia en la respuesta esfinteria- han demostrado la presencia de comunidades
na. La evaluación de esta anormalidad se puede intracelulares de bacterias Gram negativas, aun
llevar a cabo mediante el estudio urodinámico o en infecciones urinarias bajas no complicadas
ultrasonido perineal. en la mujer. Detectaron comunidades de bac-
Las infecciones urinarias en las mujeres son terias intracelulares en el 18% de mujeres jóve-
producidas por una serie de especies bacteria- nes sexualmente activas con cistitis por E. coli.
nas, de las que las más frecuentes son serogru- Hasta el 41% de los especimenes de orina en
pos de Escherichia coli uropatogénicos. Estos mujeres con cistitis demuestran la presencia de
serogrupos presentan una serie de factores de formas bacterianas filamentosas, característica
virulencia específicos que facilitan la colonización morfológica de una residencia reciente dentro de
e invasión del epitelio urinario. Algunos de estos comunidades bacterianas sesiles. Estudios de
incluyen adhesinas, tales como las fimbrias P inmunofluorescencia y de microscopía electróni-
y S, que aumentan la adherencia a las células ca confirman que existen grandes comunidades
uroepiteliales y de la vagina. Estas adhesinas bacterianas dentro del epitelio transicional de la
también se adhieren a la membrana eritrocitaria vejiga en mujeres con infecciones recurrentes.
e inhiben la actividad bactericida del suero por Este ambiente intracelular protege a las bacterias
la expresión de genes asociados con resistencia de la mayoría de los antimicrobianos que actúan
a los antibióticos. Otros serogrupos de E. coli en primer lugar en el espacio extracelular.
expresan un aumento de la producción de an-
tígenos K que protegen a los microorganismos Anatomía patológica
de la fagocitosis por leucocitos (ver capítulo 2).
Hopkins y col. informaron una incidencia au- Rara vez se obtiene la confirmación patológica de
mentada de infección urinaria en los miembros una pielonefritis aguda. La pielonefritis de origen
femeninos de la familia de mujeres con infecciones ascendente se caracteriza por la presencia de
recurrentes, sugiriendo que este hallazgo soporta bandas lineares de inflamación, extendiéndose
un modelo de predisposición genética a la en- desde la médula hacia la cápsula renal. El examen
fermedad. Se ha comprobado que las mujeres histológico habitualmente revela áreas triangulares
con infección recurrente del tracto urinario son de inflamación intersticial aguda con el ápex en
no secretoras de ciertos antígenos de histogru- la médula renal. Es común que se produzca una
pos sanguíneos en comparación con mujeres infiltración con células polimorfonucleares o linfo-
sin tendencia a la infección. Al mismo tiempo, citos y células plasmáticas. (Figura 4.1) También
se han documentado anormalidades celulares pueden reconocerse bacterias en el extendido.
dentro de los tejidos uroepiteliales en mujeres La inflamación del intersticio renal es una res-
con infecciones recurrentes. Estas células anor- puesta celular no específica que puede o no ser
males expresan un receptor glicolipídico que es producida por la infección. En efecto, en la ac-
más prevalente en mujeres con estatus no secre- tualidad se ha reconocido que si bien la infección
tor. Estudios in vivo han mostrado que la E. coli bacteriana del riñón es la causa más común de
tiene una mayor capacidad de adherencia a las inflamación intersticial, esta también puede ser
células uroepiteliales de mujeres con el estatus producida por lesiones inmunológicas, congéni-
no secretor. El receptor para la interleuquina 8 tas, químicas o por daño papilar en ausencia de
–CXCR1– es otro factor con variabilidad genéti- infección bacteriana. Esta lesión, por su parte,
ca que podría predisponer para el desarrollo de puede complicarse con fibrosis y grados variables
infecciones urinarias. Estos hallazgos podrían de daño tubular o glomerular, a pesar de que
proveer una explicación en relación a la elevada se ha reconocido que la pielonefritis de causa
incidencia de infecciones ascendentes en muje- no obstructiva no es con frecuencia causa de
res con infección recurrente del tracto urinario. insuficiencia renal.
Investigaciones recientes en ratas han revelado Durante décadas, muchos pacientes con insu-
un modelo que puede ser importante en la infec- ficiencia renal terminal fueron catalogados como
ción recurrente, caracterizado por la presencia de portadores de pielonefritis crónica. Sin embar-
verdaderos biofilms en las capas transicionales go, existen una serie de razones por las que es

63
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

FIGURA 4.1: Características microscópicas de la pielonefritis aguda (Gentileza del Dr. J. Ferrer)

dificultoso atribuir los cambios de inflamación Si bien la disuria es el síntoma cardinal de la


intersticial crónica a la infección, a saber: 1) los cistitis, existen tres causas infecciosas mayores
cambios histológicos asociados con la inflamación de disuria aguda en la mujer: cistitis, uretritis y
crónica del intersticio renal se producen en mu- vaginitis. En términos de patógenos, la cistitis
chas entidades clínicas que no están asociadas es habitualmente causada por bacilos entéricos
con infección bacteriana; 2) se pueden producir Gram negativos (E. coli, Proteus sp) o Staphylo-
cambios intersticiales en el riñón en forma expe- coccus saprophyticus; la uretritis es causada por
rimental por métodos que no implican el empleo Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrohoeae,
de agentes infecciosos; 3) la distribución similar o virus herpes simples, mientras que la vaginitis
en ambos sexos de la pielonefritis histopatológica es causada por especies de Candida, Trichomo-
no se corresponde con la conocida predominancia nas vaginalis, Gardnerella o bacterias comunes.
de las infecciones del tracto urinario en la mujer; y Mientras que la piuria está habitualmente presente
4) la bacteriuria es una complicación nosocomial tanto en la cistitis como en la uretritis, rara vez lo
muy común de la hospitalización y se produce está en la vaginitis. La hematuria en ocasiones se
con incidencia creciente en pacientes con una presenta en la cistitis, pero rara vez en la uretritis
variedad de trastornos patológicos renales y uro- o vaginitis. Por último, los síntomas de cistitis son
lógicos. En la mayoría de los casos, la bacteriuria habitualmente agudos, severos y múltiples (disu-
no desempeña ningún rol en el desarrollo de la ria, aumento de la frecuencia miccional y urgencia
insuficiencia renal crónica. miccional); los síntomas de uretritis son graduales
en su comienzo y moderados, y en general se
Cuadro clínico asocian con flujo vaginal o sangrado, y es habitual
que exista una nueva pareja sexual. Es habitual
La infección aguda de la vejiga, o cistitis aguda, que la vaginitis se asocie con síntomas de flujo
por lo general es una infección no complicada, vaginal maloliente, dispareunia, disuria externa y
caracterizada por la presencia de disuria, aumento prurito. El diagnóstico diferencial es importante ya
de la frecuencia miccional y urgencia miccional. que son causadas por diferentes agentes; están
Algunas pacientes presentan dolor suprapúbico. limitadas al tracto genital femenino produciendo
Debido a que la cistitis aguda, por definición, es una serie de complicaciones específicas si no
una infección superficial de la mucosa vesical, no son tratadas en forma adecuada; y requieren un
están presentes fiebre, escalofríos ni otros signos tratamiento específico.
de inflamación sistémica. Aunque la cistitis aguda Si existe alguno de los elementos sugestivos
puede irritar los segmentos uterinos inferiores de uretritis o vaginitis citados o si existen dudas
y generar contracciones pretérmino, no existen diagnósticas se debe realizar un examen pelvia-
evidencias de que produzca parto prematuro. no, que incluya una adecuada evaluación para
El diagnóstico se basa en los hallazgos clínicos la detección de vaginitis, descarga uretral o ul-
precedentes y se confirma por un examen bac- ceraciones herpéticas; un examen cervical para
teriológico de orina en el que se identifiquen ≥10 3 la detección de cervicitis y cultivos cervicales y
ufc/mL (sensibilidad 80%, especificidad 90%). uretrales para N. gonorrhoeae y C. trachomatis.

64
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer

Un grupo pequeño de pacientes con disuria La prevalencia de bacteriuria en mujeres se-


presenta sedimento normal con urocultivo ne- xualmente activas se encuentra entre el 5 y el 6%.
gativo, y si bien no se conoce el origen de esta Esta prevalencia es similar durante el embarazo y
entidad, se considera que la causa no es infec- la mayoría de las mujeres son asintomáticas. La
ciosa y que se relaciona con factores traumáticos bacteriuria se diagnostica utilizando una muestra
y psicológicos, entre otros. En estos casos, el de orina de chorro medio. La bacteriuria asintomá-
tratamiento antibiótico no está indicado y puede tica en la mujer se define por la presencia de dos
ser de utilidad el manejo sintomático con anal- estudios consecutivos de orina con ≥ 105 ufc/mL.
gésicos urinarios y la corrección de las causas Con propósitos de investigación, la bacteriu-
antes mencionadas. ria significativa se define como el aislamiento de
El empleo de cintas reactivas de orina para un microorganismo único en un recuento de al
la detección de nitritos y esterasas de leucoci- menos 10 5 ufc/mL. Sin embargo, alrededor de
tos es un examen simple y moderadamente útil, un tercio de las mujeres con síntomas caracte-
pudiendo utilizarse en mujeres con síntomas de rísticos de cistitis y piuria presentan recuentos
infección urinaria. Los nitritos se forman cuando entre 10 2 y 10 5/mL, y una respuesta satisfactoria
las bacterias reducen los nitratos presentes en la al tratamiento con antimicrobianos. La reducción
orina normal. La detección colorimétrica de los en el umbral para bacteriuria significativa en este
nitritos provee un método simple y rápido para contexto a 10 2 ufc/mL aumenta la sensibilidad
detectar la bacteriuria. Existen cintas reactivas del examen a 0,95, mientras que la especificidad
para el reconocimiento de nitritos, cuya mayor sólo disminuye a 0,85. Por ello, en la actualidad
desventaja es la falta de sensibilidad; la orina se recomienda utilizar, en presencia de síntomas
debe ser incubada en la vejiga por al menos cua- de infección urinaria, un recuento de bacterias de
tro horas para alcanzar una adecuada reducción 10 3 ufc/mL como diagnóstico de cistitis (Rubin,
de los nitratos. En adición, algunos organismos, R y col., 1992; Warren, J y col., 1999).
tales como Candida, Pseudomonas, S. sapro- La determinación de la bacteriuria requiere
phyticus y enterococo, no reducen los nitratos. de un examen bacteriológico adecuado de la
La presencia de leucocitos en la orina puede ser orina. Para ello, su recolección se debe realizar
detectada por el test colorimétrico de actividad con la técnica del chorro medio. Esta consiste en
de esterasas. Este método detecta piuria, con colocar un tampón vaginal, realizar higiene de la
un nivel de 25 a 50 células blancas/mL. La sen- zona perineal con jabón común, sin utilizar anti-
sibilidad de las tiras reactivas combinadas, que sépticos ni alcohol, eliminar el primer chorro de
utilizan tanto el test de nitrito como de esterasa orina y recoger la siguiente porción de la micción
de leucocitos, oscila entre 70 y 95% con una en un frasco colector estéril. Algunos autores
especificidad del 65 al 85%. han propuesto que no es necesario realizar una
La leucocituria, con más de 10 leucocitos por higiene estricta, usar tampón vaginal ni utilizar
campo en el sedimento urinario, es virtualmente chorro medio en la recolección de la orina para
un acompañante universal en mujeres con cistitis cultivo, debido a que se ha observado la misma
aguda no complicada, contribuyendo a diferenciar incidencia de contaminación, cualquiera sea el
la colonización de la infección. La documentación método utilizado.
de la leucocituria soporta el diagnóstico y puede La muestra debe ser procesada en forma in-
ser útil en la evaluación de mujeres que se pre- mediata, o en su defecto conservarse en heladera
sentan con síntomas atípicos. El término piuria a 4°C, ya que las demoras pueden asociarse con
o presencia de piocitos en orina, comúnmente un desarrollo bacteriano en la orina de pequeñas
utilizado en referencia a la presencia de leucocitos cantidades de gérmenes que pudieran haber sido
con ciertas características morfológicas, no posee arrastradas desde la uretra distal, produciendo
valor en el diagnóstico de infección urinaria, por resultados falsos positivos en los recuentos de
lo que no se recomienda su evaluación de rutina colonias. En la Tabla 4.2 se indican las causas
en el examen de orina. La ausencia de piuria no de resultados falsos positivos y falsos negativos
excluye el diagnóstico de infección urinaria en de los urocultivos.
mujeres con síntomas característicos. En pacientes con infecciones urinarias no com-
plicadas, los urocultivos polimicrobianos deben

65
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 4.2: Causas de resultados falsos positivos y falsos negativos de los urocultivos
Falsos positivos
Contaminación con secreción vulvovaginal
Orina no refrigerada
Contaminación de los antisépticos utilizados
Errores de laboratorio
Falsos negativos
Tratamiento antibiótico previo
Obstrucción ureteral completa: litiasis u otras anomalías
Lesión renal localizada y no comunicada
Orinas con pH muy alto o muy bajo (pH  5 ó! 8,5)
Baja densidad urinaria
Microorganismos inusuales que requieren medios especiales
Insuficiente tiempo de retención en vejiga (menor a las 3 horas)

considerarse como el resultado de un error en la un recuento de 10 4 ufc/mL para el diagnóstico


toma de la muestra. Por el contrario, en pacientes de pielonefritis (sensibilidad 90 a 95%). Se debe
con infecciones complicadas, si se aíslan dos tener en cuenta que un tercio de las pacientes con
uropatógenos en recuento ≥ 10 3, ambos deben síntomas urinarios bajos exclusivamente tiene pie-
ser jerarquizados; pero si se aíslan tres o más la lonefritis oculta, lo que se debe considerar cuando
muestra debe descartarse considerándola como se establece el plan terapéutico. En efecto, los
una contaminación. En los casos en que se aís- estudios que comparan la localización de bac-
lan dos microorganismos y solo uno de ellos es terias por técnicas de laboratorio con los signos
un uropatógeno habitual, solo este debe jerar- y síntomas clínicos han demostrado una escasa
quizarse. En mujeres jóvenes y sanas, el aisla- correlación entre las manifestaciones clínicas y
miento de gérmenes Gram positivos, excepto S. los resultados de localización. Los hemoculti-
saprophyticus (S. aureus, difteroide, Gardenella, vos, cuando son positivos, presentan el mismo
Corynebacterium, lactobacilo, estreptococo) debe germen que el hallado en la orina en el 98% de
ser considerado como contaminante. los casos, no brindando información adicional
Algunos autores proponen que en toda mujer para el manejo clínico de la pielonefritis no com-
con signos de cistitis aguda se realice un uro- plicada, por lo que no deben ser solicitados en
cultivo, mientras que otros sugieren iniciar un forma rutinaria en esta situación. Por el contra-
tratamiento empírico y realizar cultivo sólo en rio, en mujeres que se encuentran severamente
caso de que no se obtenga respuesta. Sobre la enfermas, en quienes el diagnóstico es incierto,
base de un análisis de la relación costo/beneficio, o que presentan o se sospecha una anormali-
algunos grupos han propuesto guías clínicas para dad anatómica, se deben realizar hemocultivos.
la realización del urocultivo ante la sospecha de Esto es importante en particular en el caso de la
infección urinaria en la mujer. (Tabla 4.3) mujer embarazada, en la que el fracaso en iniciar
La pielonefritis aguda es un síndrome clíni- un tratamiento antimicrobiano apropiado puede
co caracterizado por dolor en el flanco, fiebre y tener efectos adversos para el feto.
escalofríos, y síntomas variables como disuria, Con mucho, el factor de riesgo más común
urgencia miccional o polaquiuria. La pielonefri- para la pielonefritis aguda es el embarazo (ver
tis aguda también puede simular un trastorno capítulo 6). En pacientes no embarazadas ni
gastrointestinal con dolor abdominal, náuseas, diabéticas que presentan pielonefritis aguda es
vómitos y diarrea. El diagnóstico se verifica por recomendable realizar una ecografía del apara-
la demostración de una bacteriuria significativa. to urinario para descartar obstrucción urinaria o
El Consenso Argentino define como significativo enfermedad litiásica.

66
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer

TABLA 4.3: Guías clínicas prácticas para la realización de urocultivo en la mujer con
sospecha de infección urinaria (GROUP HEALTH URINARY TRACT INFECTION)
Fiebre documentada ! 38º
Síntomas de disuria o urgencia miccional presentes por más de siete días
Síntomas de vaginitis (flujo vaginal o irritación)
Síntomas de dolor abdominal, náuseas o vómitos
Hematuria grosera en pacientes de más de 50 años
Presencia de inmunosupresión o uso de agentes quimioterápicos
Diabetes mellitus
Embarazo
Anormalidades renales o urológicas crónicas: enfermedad poliquística, vejiga neurogénica,
urolitiasis
Cateterización urinaria u otro procedimiento urológico dentro de las dos semanas
Alta del hospital dentro de las dos semanas
Tratamiento de una infección urinaria dentro de las dos semanas
Infección urinaria sintomática recurrente

Las anormalidades estructurales y funciona- si está presente una obstrucción. En los casos
les del tracto urinario pueden predisponer a las severos de pielonefritis se puede desarrollar un
mujeres a infecciones urinarias recurrentes, pero absceso perirrenal.
son infrecuentes. Por tal razón, la evaluación de
la mujer con infecciones recurrentes utilizando Diagnóstico por Imágenes
ecografía, urograma excretor o cistoscopia sólo
está indicada después de un examen clínico ex- En pacientes con cistitis no está indicada la
haustivo. Las mujeres con cirugía previa pueden realización de estudios de imágenes en forma
presentar cambios funcionales (inadecuado va- rutinaria, ya que en la mayoría de los casos no
ciamiento de la vejiga) o estructurales (suturas presentarán ningún hallazgo anormal. Es habi-
o cálculos) que producen infección recurrente. tual que el diagnóstico de pielonefritis aguda se
Las mujeres con hematuria persistente luego de realice en base al cuadro clínico y a los datos de
la resolución de la infección urinaria deben ser laboratorio, presentando una rápida respuesta al
investigadas con cistoscopia u otro método de tratamiento antibiótico (95% a las 48 horas y casi
diagnóstico por imágenes. el 100% a las 72 horas), por lo que los estudios
Recientemente se ha insistido en el estudio por imágenes resultan innecesarios. Sin embargo,
funcional de las pacientes con infecciones uri- existen algunas circunstancias en las que estos
narias recurrentes, para descartar el síndrome estudios están indicados, a saber: a) respuesta
de vaciamiento disfuncional, recomendándose al tratamiento antibiótico inadecuada luego de
para ello la realización de una electromiografía 72 horas, o cuando el cuadro clínico es atípico;
de flujo y una ecografía de la región perineal, b) en presencia de infecciones a repetición, para
seguidos en los casos adecuados de un estudio valorar condiciones predisponentes funcionales o
videourodinámico. estructurales (cálculos, obstrucción o anomalías
El riesgo de daño renal en la mayoría de los congénitas); c) existe un riesgo elevado de de-
pacientes con infecciones urinarias no complica- sarrollar complicaciones con riesgo de vida por
das es bajo, incluso en aquellos con pielonefritis patologías asociadas tales como diabetes melli-
no complicada. La pielonefritis crónica implica tus mal controlada, SIDA, trasplante de órganos
la presencia de infecciones renales recurrentes u otras condiciones de inmunosupresión; d) se
y puede asociarse con el desarrollo de áreas requiere caracterizar la severidad de la infección
de cicatrización renal y deterioro de la función para dirigir el tratamiento futuro o la intervención;

67
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

o e) se requiere valorar el daño orgánico produ-


cido por una infección aguda resuelta.
En la ecografía la vejiga repleccionada normal
es anecoica por el contenido líquido, con sombra
acústica posterior y paredes lisas y regulares. En
presencia de infección urinaria se puede obser-
var un engrosamiento parietal por edema de la
mucosa, habitualmente difuso aunque puede ser
focalizado, con características de pseudopólipo,
muy difícil de diferenciar de los tumores vesicales.
En el contenido se pueden reconocer ecos móvi-
les en relación con la presencia de detritus, que
en algunos casos pueden conformar con la orina
un nivel líquido-líquido, ocupando los detritus la
FIGURA 4.2: Ecografía vesical en corte
porción más declive. (Figura 4.2) transversal que muestra nivel líquido-líquido
En la tomografía computada la vejiga aparece que modifica de posición con los cambios de
como una estructura de densidad homogénea con decúbito. La porción más ecogénica e inferior
valor de atenuación en el rango de los líquidos. corresponde a sedimento urinario de mayor
En la fase excretora poscontraste, el material densidad que el contenido líquido urinario.
excretado ocupa la porción declive y la orina, la (Cortesía del Dr. N Sánchez)
porción superior. Esta relación puede invertirse
en pacientes con detritus infecciosos intravesi-
cales, debido a la densidad específica más alta
de la orina no opacificada. de los avances tecnológicos aportados por la
En la resonancia magnética el contenido líquido modalidad helicoidal y multidetectora, permitien-
vesical se visualiza con señal de intensidad ho- do esta última la adquisición en corto tiempo de
mogénea hipointensa en secuencias potenciadas imágenes submilimétricas isotrópicas con igual
en T1 e hiperintensa en secuencias potenciadas resolución en todos los planos ortogonales, que
en T2. La pared vesical se diferencia mínima- pueden ser reconstruidas posteriormente en forma
mente de la orina en las secuencias potenciadas multiplanar o volumétrica y obtener la UroTC, útil
en T1 pero se puede distinguir muy bien en las para el estudio de los riñones, sistema colector,
secuencias potenciadas en T2, debido a que la uréteres y vejiga, que ha reemplazado en la ac-
capa muscular parietal es muy hipointensa. En tualidad al UE.
los procesos inflamatorios se reconoce un engro- La radiografía directa renovesical o, eventual-
samiento parietal con señal de intensidad inter- mente, el scout view o topograma de la TC han
media o aumentada heterogénea en secuencias sido utilizados para detectar calcificaciones o
potenciadas en T1 y aumentada en secuencias presencia de gas en el tracto urinario. No obs-
potenciadas en T2. tante, dichos hallazgos son de muy difícil valo-
Cuando se utilizan métodos de diagnóstico ración dada la superposición con el contenido
por imágenes en el estudio de la pielonefritis gaseoso del intestino o bien con estructuras óseas
aguda, estos pueden demostrar la naturaleza, como las apófisis transversas de los cuerpos
extensión y complicaciones de la enfermedad. Los vertebrales.
métodos disponibles para el estudio del aparato El UE fue la primera metodología utilizada para
urinario incluyen la ecografía (US), el urograma el estudio del árbol urinario. Sin embargo, dada
excretor (UE), el centellograma renal cortical, la su baja sensibilidad y especificidad para detectar
resonancia magnética por imágenes (RMI) y la anormalidades parenquimatosas en los pacientes
tomografía computada (TC), siendo esta última afectados por infecciones renales agudas (75%
de elección por ser marcadamente superior para de resultados negativos), en la actualidad des-
reconocer anormalidades parenquimatosas cau- empeña un rol menor, siendo útil para demostrar
sadas por infecciones renales y para delimitar la obstrucción urinaria, ya que delimita la anatomía
extensión de la enfermedad, en particular luego del sistema pielocalicilar y provee un panorama

68
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer

general del sistema urotelial desde los riñones La ecografía (US) es utilizada en ocasiones
a la vejiga urinaria. Los hallazgos del UE en la como primera herramienta de estudio en pacien-
pielonefritis aguda incluyen agrandamiento renal, tes con síntomas de pielonefritis aguda, pero se
nefrograma retardado, estriado o persistente, debe tener presente que la nefritis intersticial
compresión del sistema colector por tumefacción no es bien caracterizada por este método, que
parenquimatosa focal, retraso en la eliminación ofrece muchos resultados negativos y reconoce
y disminución en la concentración del material anormalidades solo en el 20 al 24% de los ca-
de contraste intravenoso. Su indicación funda- sos. Cuando la US es positiva puede detectar
mental continúa siendo la búsqueda de necrosis anomalías congénitas, hidronefrosis secundaria
papilar en el contexto de un paciente diabéti- a obstrucción, aumento del tamaño renal –mayor
co con hematuria. En estos casos se objetiva a 15 cm de longitud o bien 1,5 cm mayor que su
pasaje del material de contraste a través del contralateral– (Figura 4.3), pérdida de la grasa
urotelio hacia una fisura medular. Este material del seno renal secundaria a edema, cambios en
de contraste extravasado se dispone paralelo al la ecogenicidad parenquimatosa como un área
eje mayor de la papila desde el fórnix. No obs- renal hipoecoica (por edema) y, en ocasiones,
tante, el hallazgo más característico es cuando hiperecoica (pielonefritis hemorrágica) con o sin
se evidencia cavitación de la papila, mostrando pérdida de la diferenciación corticomedular. Even-
el UE cavitaciones centrales o excéntricas que tualmente estas áreas tienen efecto de masa y
pueden ser delgadas o cortas y bullosas. Esta pueden simular patología tumoral pero, a diferen-
necrosis puede calcificar de una manera peri- cia de los tumores, suelen presentan contornos
férica con características patognomónicas. El bien definidos. En aquellos casos que cursan
patrón de sombra-anillo se debe al contenido de con hidronefrosis pueden observarse imágenes
material de contraste en la cavidad que rodea lineales a nivel piélico y ureteral en relación con
la papila necrosada. Cuando la papila se des- áreas de edema mucoso.
prende resulta en un caliz sacular y se manifiesta La US tiene menor sensibilidad y especificidad
como defecto de relleno ubicado a nivel calicilar, para demostrar signos de inflamación intersti-
piélico o incluso ureteral. Similares hallazgos cial que la TC y el centellograma. Se pueden
pueden valorarse por ultrasonido. La desven- adicionar técnicas como Doppler Power o co-
taja del UE es su incapacidad para caracterizar lor, mejorando su sensibilidad para determinar
masas renales, escaso detalle parenquimatoso la extensión del área hipoperfundida por la in-
y su dependencia de la función renal. fección, pero continúa siendo inferior que las
otras metodologías diagnósticas. Si se realiza el

FIGURA 4.3: Ecografía renal bilateral en cortes transversal y longitudinal, que muestra el riñón
izquierdo de mayor tamaño que su contralateral y con mayor ecogenicidad parenquimatosa
resultante del edema inflamatorio

69
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

estudio con técnica de armónica tisular aumenta Fase parenquimatosa nefrográfica generalizada
la sensibilidad y especificidad a un 97 y 80%, (45-120 seg luego de la inyección intravenosa);
respectivamente. La utilización de material de atenuación homogénea del refuerzo previo del
contraste por US promete mejorar la detección parénquima renal
de la pielonefritis aguda, pero su utilidad clínica Fase excretora (! 2 min luego de la inyección
todavía no está definida. intravenosa)
A pesar de las desventajas anteriores, hay que Las imágenes obtenidas entre los 50 a 90 se-
destacar que es la modalidad más accesible, la gundos posinyección del material de contraste
menos costosa, y de utilidad para el seguimiento permiten observar la fase nefrográfica o paren-
de las complicaciones y el estudio de pacientes quimatosa en la que el riñón normal presenta
embarazadas. Hay autores que consideran que realce homogéneo. En el 50% de los casos, la
frente a una US positiva con cuadro clínico y TC contrastada demuestra cambios en el pa-
datos de laboratorio concordantes con pielone- rénquima renal en los pacientes con pielonefritis
fritis aguda no es necesario realizar otro estudio. aguda. Los hallazgos más comunes son: riñones
Cuando se realiza una ecografía para el estudio aumentados de tamaño con lesiones hipodensas
de pacientes con infección del aparato urinario, de contornos definidos, que irradian desde la pa-
se debe completar el examen con la evaluación pila en la médula hasta la superficie cortical, con
del aparato urinario bajo, estudiando la vejiga, su o sin tumefacción focal o global, o bien bandas
espesor parietal, su contenido, el volumen resi- lineales hipodensas paralelas al plano tubular y al
dual posmiccional y, en el caso de los pacientes sistema colector, que se atribuyen a una menor
masculinos, la próstata. concentración del material de contraste debido
La TC sin contraste endovenoso es de utili- a túbulos obstruidos por células inflamatorias,
dad para el reconocimiento de cálculos (97% de detritus, vasoespasmo arterial y arteriolar y edema
sensibilidad), infecciones urinarias formadoras de intersticial. Estas áreas alternan con bandas hiper-
gas, hemorragia y obstrucción. En condiciones densas de parénquima normal y en la secuencia
normales, el riñón presenta densidad de partes tardía o fase excretora (3 a 6 horas poscontraste)
blandas (30 a 50 UH), es homogéneo y está ro- presentan refuerzo persistente secundario a la
deado por la fascia perirrenal o de Gerota, que acumulación del material de contraste que tran-
emite finos tabiques, que subdividen la grasa del sita lentamente por los túbulos comprometidos,
espacio perirrenal, conocidos como puentes fas- llevando al característico nefrograma estriado por
ciales. Por lo general, la TC sin contraste suele ser TC. (Figuras 4.4 y 4.5) El hecho de que el área
normal en pacientes con pielonefritis aguda, como hipodensa presente aumento de la densidad en
así también la TC luego de la administración de la fase excretora permite excluir el diagnóstico de
contraste endovenoso cuando el cuadro es leve absceso renal. La fase excretora es más exacta
y no complicado. En ocasiones puede demos- para demostrar la verdadera extensión de las
trar agrandamiento renal, áreas inflamatorias de lesiones de pielonefritis aguda que la fase nefro-
baja densidad en relación con edema o de alta gráfica. De acuerdo con la Society of Uroradiology
densidad en relación con hemorragia (pielonefritis de EEUU, todas las regiones de hipoatenuación
hemorrágica), aunque estos hallazgos son muy parenquimatosa en la TC deben ser considera-
poco frecuentes. das pielonefritis aguda, y la enfermedad debe ser
La utilización de contraste endovenoso es descrita específicamente en términos de uni o
esencial para completar la evaluación de la fun- bilateralidad, formas focal o difusa, presencia o
ción renal, detectando las alteraciones de per- no de tumefacción, agrandamiento o no del riñón.
fusión y de excreción. En la TC con contraste se Las zonas de menor densidad suelen resol-
deben reconocer las siguientes fases: verse con la respuesta inmune y el tratamiento
Fase vascular (10-15 seg después de la in- adecuados, y en los controles posteriores se vi-
yección intravenosa) sualiza una menor diferenciación entre las ban-
Fase cortical nefrográfica (unión corticomedular das hipo e hiperdensas, hasta que finalmente
(20-45 seg luego de la inyección intravenosa); se se homogeneizan por completo o evolucionan a
observa un nefrograma hiperdenso cortical con cicatrices que se presentan como una pérdida
diferenciación corticomedular del volumen parenquimatoso en el 50% de los

70
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer

FIGURA 4.4: TCMSL renal con contraste intravenoso y reconstrucciones coronales (A y B) y


coronales oblicuas (C y D). En las figuras A y C se evidencian bandas lineales hipodensas en la fase
nefrográfica (flechas negras) que se tornan hiperdensas en las figuras B y D en fase excretora
(flechas blancas).

pacientes. Otras veces, estas áreas hipodensas En ocasiones la pielonefritis aguda se presen-
pueden hacerse coalescentes y evolucionar a la ta con áreas hipodensas de menor realce que
formación de un absceso franco. pueden provocar efecto de masa y expandir el
Otros hallazgos tomográficos menos frecuentes contorno renal, por lo que puede confundirse
de la pielonefritis aguda incluyen engrosamiento con linfoma, leucemia o tumor renal primario o
de la pared pielocalicilar, obliteración del seno secundario, y puede requerirse la realización de
renal, alteración de los planos grasos perirrena- una punción aspiración percutánea con aguja
les (por engrosamiento de los puentes fasciales fina para confirmar el diagnóstico de infección y
secundario a aumento del flujo u obstrucción de descartar el de malignidad.
los vasos linfáticos) y engrosamiento de la fascia Es importante tener en cuenta que pueden
de Gerota. Además, pueden detectarse defectos persistir anormalidades nefrográficas residuales
de relleno en el sistema colector en relación con en la TC por semanas o meses, incluso después
necrosis papilar, detritus inflamatorios o coágu- de que los hallazgos clínicos y de Laboratorio se
los sanguíneos. hayan normalizado, a fin de no confundirlas con
infección activa u otras patologías como infarto
o masas tumorales.
El centellograma renal cortical con ácido dimer-
captosuccinoico marcado con tecnecio 99m (TC-
99m DMSA), radiomarcador excretado por secreción
tubular, es un estudio cuali-cuantitativo tan sensi-
ble o más que la TC para detectar anormalidades
focales en la pielonefritis aguda en pacientes de
cualquier edad, y sirve para diferenciar infección
urinaria alta de baja. A diferencia de su uso frecuen-
te en Pediatría, es inusual su utilización en adultos
porque aquellas áreas de menor captación del radio-
FIGURA 4.5: TC convencional con contraste fármaco, que se presentan en el 90% de los casos,
intravenoso, que muestra la hiperdensidad no son específicas de infección aguda y pueden
tardía de los túbulos colectores en la fase representar abscesos, infartos, quistes o tumores
excretora, produciendo el patrón conocido y, además, este estudio no permite demostrar la
como nefrograma rayado o atigrado extensión perinéfrica. El estudio puede realizarse

71
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

ocasionalmente con glóbulos blancos marcados altere el curso natural de la infección silente.
con Indio o con galio para localizar infecciones Una excepción recomendada por The American
renales, pero lleva tiempo ya que el resultado se College of Obstetricians and Gyecologists es la
obtiene luego de 24 horas de su administración. mujer diabética, aunque esta recomendación no
El uso de la RMI en adultos con pielonefritis agu- es compartida por la Infectious Diseases Society
da es todavía limitado. El estudio está indicado en of America (IDSA-2005). La IDSA recomienda el
aquellos pacientes que tienen contraindicaciones tratamiento de la bacteriuria asintomática en todas
para la realización de TC por el material de contraste las mujeres embarazadas, mujeres sometidas a
iodado (pacientes alérgicos), pacientes con dete- un procedimiento urológico en el que se anticipe
rioro de la función renal o pacientes embarazadas. sangrado de las mucosas, mujeres en las que una
En condiciones normales, los riñones presentan bacteriuria adquirida por cateterización persiste
señal de intensidad más baja que el parénquima 48 horas después del retiro del catéter, y bacte-
esplénico, hepático o el tejido muscular. Durante riuria producida por P. mirabilis, no recomendando
los procesos infecciosos esta señal disminuye aún tratamiento en mujeres con diabetes mellitus,
más debido a la presencia de edema e infiltración. pacientes ancianas institucionalizadas, pacien-
Los hallazgos son muy similares a los de la TC, in- tes con lesión de la médula espinal y pacientes
cluyendo edema, hemorragia, agrandamiento renal, cateterizadas. Durante el embarazo siempre se
abscesos y colecciones líquidas perirrenales. Las debe realizar la detección y tratamiento de la
lesiones inflamatorias o las colecciones líquidas bacteriuria asintomática (ver capítulo 6).
presentan señal de intensidad similar al agua, siendo
hipointensas en secuencias T1 e hiperintensas en Cistitis aguda
secuencias T2. Si se administra material de con- En mujeres con infección sintomática, se ha com-
traste, se objetiva el patrón estriado o áreas bien probado que los síntomas pueden persistir por
definidas de menor refuerzo que se intercalan con semanas si no se administran antibióticos, pero
parénquima renal normal. Debe tenerse en cuen- en algunas los síntomas se resuelven rápida-
ta que por RMI es casi imposible distinguir entre mente. El significado de la infección vesical no
cálculos, gas o flujo sanguíneo ya que todos apa- complicada en la mayoría de las mujeres parece
recen como áreas de vacío de señal. Un hecho a limitarse a la morbilidad de los síntomas causados
destacar es que, en el curso de los últimos años, por la infección. En otros casos, sin embargo, la
se ha reconocido un efecto nefrotóxico potencial infección baja puede progresar a una pielonefritis.
del gadolinio en pacientes con falla renal previa, Las guías para el manejo de la cistitis aguda
debiendo ser muy prudente con su indicación en proponen el tratamiento empírico con antibió-
estas circunstancias. ticos sin la realización de cultivos; sin embar-
go, con esta metodología hasta la mitad de las
Diagnóstico diferencial mujeres sintomáticas serán tratadas aunque en
realidad no tendrán una infección bacteriológi-
En la Tabla 4.4 se proponen los criterios para el camente documentable. Con el fin de lograr la
diagnóstico de una infección del tracto urinario, mejor aproximación terapéutica en este sentido,
de acuerdo a las recomendaciones de la Infec- se han propuesto tres recomendaciones: Stamm
tious Diseases Society of America (IDSA) y de la y Hooton han recomendado el tratamiento empí-
European Society of Clinical Microbiology and rico sin necesidad de cultivos en pacientes con
Infectious Diseases (ESCMID). síntomas típicos (disuria, polaquiuria y urgencia
miccional) y piuria, detectada microscópicamente
Tratamiento o por un test de esterasa leucocitaria. El Group
Health Cooperative of Puget Sound (Saint, S y
Bacteriuria asintomática col.) propone dos estrategias: tratamiento tele-
Debido a la tendencia a desarrollar en forma casi fónico sin examen de orina o visita al médico,
inevitable infecciones recurrentes, no es recomen- quien tratará a la paciente según su criterio. El
dable el tratamiento de la bacteriuria asintomá- Protocol Steering Commitee of the British Colum-
tica en la mujer no embarazada. Por otra parte, bia Medical Association (citado por McIsaac, W
existen pocas evidencias de que el tratamiento y col.) recomienda no realizar exámenes de orina

72
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer

TABLA 4.4: Criterios para el diagnóstico de las infecciones del tracto urinario
Categoría Descripción Hallazgos clínicos Investigaciones de
laboratorio en orina
1 Infección urinaria Disuria, urgencia miccional, ≥ 10 glóbulos blancos/mm 3
aguda no complicada polaquiuria, dolor suprapúbico, ≥ 10 3 ufc/mL en urocultivo
en la mujer; cistitis ausencia de síntomas urinarios
aguda no complicada en las cuatro semanas previas al
en la mujer episodio
2 Pielonefritis aguda no Fiebre, escalofríos, dolor lumbar, ≥ 10 glóbulos blancos/mm 3
complicada exclusión de otros diagnósticos, ≥ 10 4 ufc/mL en urocultivo
ausencia de evidencias de
anormalidades urológicas
3 Infección urinaria Cualquier combinación de ≥ 10 glóbulos blancos/mm 3
complicada síntomas de las categorías ≥ 10 5 ufc/mL en mujeres
1 y 2, además de uno o más ≥ 10 4 ufc/mL en varones, o en
factores asociados con infección mujeres con catéter vesical
complicada (ver el texto) (en urocultivo)
4 Bacteriuria Ausencia de síntomas urinarios ≥ 10 glóbulos blancos/mm 3
asintomática ≥ 10 5 ufc/mL en dos muestras
de cultivo consecutivas con
más de 24 horas de diferencia
en urocultivo
5 Infección urinaria Al menos tres episodios de ≥ 10 3 ufc/mL en urocultivo
recurrente infección no complicada,
documentada por cultivo en al
menos 12 meses: exclusivamente
en mujeres; ausencia de
anormalidades estructurales o
funcionales

en pacientes con síntomas clásicos de infección presenta cura clínica y bacteriológica luego de
urinaria mientras el médico planea la prescripción varias semanas (Ferry, S y colaboradores).
de antibióticos. En las tres estrategias, en caso de Para el tratamiento de la cistitis no complicada,
no realizarse tratamiento, se indicará un urocultivo se han propuesto tres esquemas terapéuticos:
para la toma definitiva de conducta. En nuestro de dosis única, de tres días de tratamiento o de
medio, la conducta propuesta es: “en pacientes más de tres días. A diferencia de la terapéutica
con alta sospecha clínica de infección urinaria no de dosis única, que no se considera recomen-
complicada, sin síntomas de infección alta, se dable, el tratamiento de tres días es equivalente
debe realizar tratamiento empírico sin efectuar en eficacia a los de más larga duración. Tanto las
exámenes de orina (sedimento o urocultivo). En guías de la Infectious Diseases Society of America
los casos complicados o con sospecha de pielo- (IDSA) como las de la European Union y las del
nefritis, tomar urocultivo y administrar tratamiento Consenso Argentino recomiendan como droga
empírico inicial. Si hay síntomas sugestivos aun- de primera línea el trimetoprima-sulfametoxazol
que no concluyentes, solicitar sedimento urinario –TMS-SMX– (800/160 mg 2 veces por día) du-
y, si es patológico, tratar sin urocultivo. Ante duda rante tres días, con la salvedad de que no debe
diagnóstica solicitar urocultivo, evaluación gine- utilizarse en comunidades con más del 20% de
cológica y seguimiento clínico sin tratamiento” resistencia en E. coli para dicho antimicrobiano.
(Bado y col.). Un hecho a tener en cuenta es, Un estudio internacional llevado a cabo en Europa
que aun sin tratamiento, el 24% de las cistitis (ECO-SENS Project) demostró una resistencia

73
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

para TMS-SMX del 14,1%. A resultados simila- bien no existen datos definitivos sobre el parti-
res se ha llegado en el estudio ARESC (Naber cular, la mayoría de los autores coinciden en que
y col., 2008). Se consideran factores de riesgo, debe oscilar entre tres y siete días.
que incrementan la posibilidad de infecciones por Para la evaluación postratamiento de la cis-
microorganismos resistentes, el uso de trimeto- titis es suficiente un análisis de orina con tiras
prima-sulfametoxazol en los meses previos, la reactivas. No está indicado realizar urocultivo
hospitalización reciente, la presencia de diabetes de rutina en las pacientes asintomáticas, de-
y el tratamiento con cualquier otro antibiótico. bido a que el beneficio de detectar y tratar la
En Argentina, el SIR (Sistema Informatizado de bacteriuria asintomática en la mujer sana sólo
Resistencia) informa un porcentaje de resistencia se ha demostrado en el embarazo y antes de
para TMS del 26%, mientras que el estudio Vigi- una instrumentación urológica o cirugía. En las
A/SADI, para el periodo 2002-2003, lo sitúa en mujeres cuyos síntomas no se resuelven al final
el 15%. En nuestra institución, el nivel de resis- del tratamiento y en aquellas en las que los sín-
tencia de E. coli a TMS es cercano al 50%, y a la tomas se resuelven pero recurren dentro de las
ampicilina al 70%, por lo que estas drogas no se dos semanas, se debe realizar cultivo de orina
consideran recomendables como de primera línea. y detección de susceptibilidad antimicrobiana.
Los regímenes alternativos incluyen norfloxacina En esta situación, se debe asumir que el agente
(400 mg dos veces por día), levofloxacina (500 causal no es susceptible al antibiótico utilizado
mg cada 24 horas) o ciprofloxacina (250-500 mg originalmente y se debe realizar un nuevo trata-
2 veces por día), todos durante tres días. Ni la miento con un régimen de siete días, y el empleo
gatifloxacina ni la moxifloxacina se consideran de otro agente antimicrobiano.
adecuadas para el tratamiento de las infecciones
urinarias. El tratamiento de tres días se considera Pielonefritis aguda
muy corto si se utiliza nitrofurantoína (50-100 mg Las mujeres con casos moderados de pielone-
4 veces por día, contraindicada en pacientes con fritis aguda, caracterizados por fiebre no muy
clearance de creatinina inferior a 60 mL/min), en elevada, recuento de glóbulos blancos normal o
cuyo caso se recomienda utilizar la droga por un discretamente elevado, sin náuseas ni vómitos,
mínimo de siete días. y con capacidad de cumplir con el tratamiento,
Es reconocido que los Elactámicos, tales como pueden ser tratadas con antimicrobianos por vía
las cefalosporinas de primera generación y la oral sin internación. Para el tratamiento empírico
amoxicilina, son menos efectivos en el tratamien- se recomienda el uso de ciprofloxacina (500 mg
to de la cistitis aguda no complicada que los cada 12 horas), levofloxacina (500 mg cada 24
antimicrobianos antes citados. Ello se debe al horas), o cefixima (400 mg una vez por día). Si se
aumento de la resistencia entre los uropatóge- conoce que el microorganismo es susceptible,
nos comunes, la rápida excreción por el tracto se puede utilizar trimetoprima-sulfametoxazol
urinario, y la incapacidad de eliminar completa- por vía oral. Si se identifica un organismo Gram
mente las cepas Gram negativas de la vagina, positivo en el extendido de Gram, es aceptable
aumentando el riesgo de recurrencia. Por otra iniciar tratamiento con amoxicilina o ampicilina/
parte, el efecto de un antimicrobiano sobre la sulbactama asociado o no con gentamicina. Los
flora fecal y vaginal también puede influenciar la cocos Gram positivos en racimos, probablemente
cura a largo tiempo, admitiéndose que los anti- Staphylococci, pueden ser tratados en un princi-
bióticos que tienen escaso efecto sobre la flora pio con cefalosporinas. En todos los otros casos,
anaerobia, pero erradican la flora aerobia Gram los Elactámicos no son recomendables. Una op-
negativa de las heces y de la flora vaginal, son ción útil en algunas pacientes es la admisión por
óptimos para proveer una cura a largo tiempo. Por 12 a 24 horas en observación, administrando un
último, aunque no se ha examinado en ensayos antibiótico parenteral y evaluando la respuesta
controlados, la cistitis causada por S. saprophyti- inicial; si la misma es favorable, se puede dar de
cus parece responder mejor a tratamientos más alta con tratamiento oral.
prolongados, por ejemplo de siete días. Se consideran indicaciones absolutas para
Se ha evaluado el tiempo de tratamiento de la la hospitalización de pacientes con pielonefri-
cistitis aguda en mujeres posmenopáusicas. Si tis aguda la intolerancia oral, la sospecha de

74
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer

sepsis, la falta de seguridad en el diagnóstico y estas drogas, habiéndose citado como factores
la obstrucción del tracto urinario. Por su parte, se independientes de riesgo para el desarrollo de
consideran indicaciones relativas la edad mayor dicha resistencia en E. coli la exposición previa a
de 60 años, la presencia de anormalidades en el ofloxacina o ciprofloxacina, la presencia de pro-
tracto urinario, los estados de inmunosupresión y cedimientos invasivos, las infecciones recurren-
la falta de adherencia al tratamiento ambulatorio. tes y las hospitalizaciones previas (Colodner, R
En estos casos, los antimicrobianos recomenda- y col.; Jonson, L y col.). Un hecho a destacar es
dos son ciprofloxacina (400 mg cada 12 horas), que la mayoría de los estudios de sensibilidad a
cefotaxima (1-2 g cada 8 horas), ceftriazona (1 los antibióticos se realiza en cultivos obtenidos
g cada 12-24 horas), ampicilina-sulbactam (1 g en pacientes hospitalizados, y dicha sensibilidad
cada 6 horas) o piperacilina-tazobactam (4,5 g puede variar en los pacientes comunitarios con
cada 6-8 horas), todos por vía intravenosa. Es infecciones no complicadas.
imprescindible realizar una resucitación rápida La realización de urocultivo al finalizar el tra-
y agresiva con fluidos, para evitar de este modo tamiento de la pielonefritis aguda en pacientes
el deterioro de la función renal. Aunque transi- adultas no embarazadas, que tuvieron buena res-
toria, la disfunción renal debe ser reconocida puesta y se mantienen asintomáticas, se consi-
para evitar el empleo de drogas nefrotóxicas. dera opcional. En cambio, se debe solicitar un
En caso de aparecer manifestaciones de injuria urocultivo de control una a dos semanas después
pulmonar aguda, la paciente debe ser asistida de finalizado el tratamiento en las mujeres emba-
en terapia intensiva. razadas, en niños, y en pacientes con infecciones
Una vez que la paciente se encuentra afebril recurrentes o infección complicada.
durante 24 horas, hecho que en general sucede
dentro de las 72 horas de iniciado el tratamiento, Profilaxis
y si la tolerancia oral es adecuada, se podrá pasar
a la vía oral, definiendo el esquema terapéutico Como se destacó, la recurrencia de los episodios
por el resultado del urocultivo. de infecciones urinarias constituye un fenómeno
El tiempo recomendado de tratamiento es de frecuente en la mujer, con una incidencia entre 20
dos semanas, ya que utilizando periodos más y 35%. En las mujeres con cistitis recurrente se
cortos se constata una alta incidencia de recaí- han propuesto distintos métodos de profilaxis. La
das. Algunos resultados recientes sugieren que profilaxis no debe iniciarse antes de comprobar
regímenes acortados de tratamiento (7 días) con la erradicación adecuada de la infección activa
drogas con concentración buena y prolongada mediante un urocultivo negativo, al menos una o
en la orina (ciprofloxacina) pueden ser eficaces dos semanas luego de discontinuar el tratamiento.
cuando el microorganismo productor de la pielo- La profilaxis continua, con una medicación to-
nefritis muestra sensibilidad in vitro. Sin embargo, mada una vez por día, es una opción en pacientes
existen aun escasas evidencias para establecer que presentan dos o más infecciones sintomáticas
una duración de siete días para el tratamiento durante un periodo de seis meses, o tres o más
de las pielonefritis no complicadas. La falta de infecciones durante un año. Estudios adecuados
respuesta clínica en 48 a 72 horas determina la han documentado que la profilaxis continua con
necesidad de realizar una ecografía renal, para una dosis diaria o cada dos días de nitrofurantoí-
descartar un factor de complicación. na (100 mg), trimetoprim-sulfametoxazol (80/400
En aquellas pacientes con infecciones recurren- mg), ciprofloxacina (125 mg) o norfloxacina (400
tes que presumiblemente representan recaídas, se mg) disminuye la recurrencia en un 95%. La pro-
ha recomendado el tratamiento por seis semanas. filaxis debe mantenerse por un mínimo de seis
Considerando la evolución continua de la re- meses, siendo el periodo más largo evaluado de
sistencia bacteriana, es necesario mantener pro- un año. El efecto persiste durante el periodo de
gramas de vigilancia para reconocer sus caracte- tratamiento activo. Son frecuentes los efectos
rísticas y recomendar regímenes de tratamiento colaterales, incluyendo desarrollo de candidiasis
empírico efectivos. En los últimos años, el uso oral y vaginal, rash cutáneo, náuseas y vómitos
creciente de las fluoroquinolonas se ha asociado aislados. En caso de utilizarse nitrofurantoína,
con un aumento progresivo de la resistencia a debe vigilarse la aparición de toxicidad pulmonar.

75
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

La profilaxis poscoito puede ser atractiva en vaginales preparados con cepas atenuadas por
mujeres que describen una relación clara entre calor de varias especies virulentas: E. coli, P. mi-
la relación sexual y la subsecuente cistitis. La rabilis, Klesiella pneumoniae, Morganella morganii
reducción en la frecuencia de las recurrencias y Enterococcus faecalis. El método consiste en
cuando se utiliza nitrofurantoina, trimetoprim- la administración, una vez por semana, de su-
sulfametoxazol o fluoroquinolonas luego del acto positorios vaginales que inducen una respuesta
sexual, es aproximadamente igual a la que se de inmunoglobulina G y A en el tracto urogenital,
obtiene con la profilaxis continua. reduciendo la potencial colonización de la vagina
Otra estrategia es el tratamiento intermitente y la vejiga con uropatógenos. Los resultados ob-
autoadministrado, más que la profilaxis. Muchas tenidos hasta el momento son muy alentadores.
mujeres pueden diagnosticar adecuadamente el Se ha comprobado que el tratamiento con
episodio de cistitis y pueden ser instruidas para estrógenos intravaginales disminuye la inci-
iniciar un curso de tres días de tratamiento an- dencia de infecciones recurrentes en mujeres
tibiótico al inicio de los síntomas. La frecuencia posmenopáusicas. El uso de estrógenos pare-
de uso de antibióticos con esta metodología es ce restaurar la flora vaginal normal y reducir el
similar a la del uso poscoito, y muchas mujeres lo riesgo de colonización vaginal con E. coli. La
prefieren. Si los síntomas no se resuelven en 48 dosis recomendada es de 0,5 mg de estriol en
a 72 horas después de completar el tratamiento, crema vaginal durante dos semanas, seguida de
es aconsejable la consulta médica. una aplicación nocturna dos veces a la semana
El jarabe y las cápsulas de arándanos, por su durante ocho meses; o el empleo de anillos de
contenido en antocianidinas/proantocianidinas, liberación retardada de estradiol. El empleo de
parecen inhibir la fijación de los patógenos al estrógenos vaginales, a pesar de las considera-
uroepitelio. Las propiedades antiadhesivas del ciones anteriores, aún no puede ser establecido
arándano probablemente ayuden a prevenir las como una recomendación universal. La restau-
infecciones urinarias de dos maneras: primero, ración de la flora vaginal con la administración
inhibiendo directamente la adherencia de la E. coli del probiótico Lactobacillus también tendría el
a las células del uroepitelio, y segundo, seleccio- potencial de prevenir las infecciones recurrentes
nando cepas bacterianas menos adherentes en en mujeres de alto riesgo.
la materia fecal. Algunos estudios sugieren que la El papel preventivo de los estrógenos por vía
ingesta diaria de 200 a 750 mL de este jugo pre- oral necesita de más estudios para establecer
viene la recurrencia sintomática hasta en un 50% sus indicaciones. Si bien algunos trabajos han
de las mismas. En un estudio reciente McMurdo mostrado la eficacia de pequeñas dosis de es-
y col. evaluaron en forma comparativa la ingesta triol en la profilaxis de las infecciones urinarias
de una cápsula de arándanos de 500 mg o un en las mujeres menopáusicas, otros apuntan su
comprimido de trimetoprima de 100 g en forma nula influencia sobre el control de las infecciones,
diaria para la prevención de la infección urinaria dado que en dos estudios diferentes las pacientes
en mujeres posmenopaúsicas, comprobando una que recibieron estrógenos presentaron un mayor
eficacia similar para ambos compuestos. En una índice de infecciones que el grupo control.
revisión de Jepson y col. (2008) se incluyeron En Europa se ha propuesto la profilaxis in-
cuatro estudios, que evaluaron derivados del arán- munoactiva, basada en la observación de que
dano versus placebo en diversas poblaciones, extractos bacterianos administrados por vía oral
y encontraron en todos ellos una disminución estimularían el sistema inmune innato. Existen da-
de la incidencia de infecciones urinarias con su tos sobre la utilidad de un producto (OM-89, Uro-
empleo. En nuestro país, el arándano se expende Vaxon; OM PHARMA) que contiene cinco tipos
en cápsulas de 400 y de 900 mg y en fórmulas diferentes de E. coli uropatogénica. Se ha com-
líquidas. La dosis recomendada es un comprimido probado que este producto reduce la recurrencia
por día después de la cena. de infecciones urinarias en aproximadamente el
Recientemente se han evaluado métodos de 36%, y que una de cinco pacientes permanece
vacunación local para reducir las infecciones libre de infección por al menos seis meses. No
urinarias recurrentes en la mujer. En este sen- se dispone de datos comparativos en relación
tido, varios estudios han utilizado supositorios con el tratamiento preventivo con antibióticos.

76
CAPÍTULO 4 : Infecciones urinarias en la mujer

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78
CAPÍTULO 5

Infecciones urogenitales
en el hombre
FABIO SÁNCHEZ MAZZAFERRI, CARLOS LOVESIO, JOSÉ M. CASELLAS

Las infecciones del tracto urinario constituyen una su uretra y la actividad antibacteriana del fluido
patología que afecta especialmente a la población prostático. Sin embargo, un número limitado de
femenina, constituyendo en forma predominante hombres entre los 15 y los 50 años de edad su-
o exclusiva el objeto de prácticamente todos los fre de una infección urinaria no complicada. La
estudios sobre este problema. En forma com- razón para la aparición de estas infecciones no
parativa, existe muy poca información respecto es clara, pero se han descrito algunos factores
de las infecciones del tracto urinario en la po- de riesgo tales como las relaciones sexuales con
blación masculina, aun cuando estas infeccio- un individuo infectado, el coito anal y la falta de
nes son bastante comunes. Estudios realizados circuncisión.
en los últimos 20 años, sin embargo, han ayu- Aproximadamente el 20% de todas las in-
dado a definir diferencias importantes entre las fecciones urinarias ocurren en el hombre. Entre
poblaciones femenina y masculina en cuanto a 1988 y 1994, la prevalencia de infección urinaria
la epidemiología, microbiología, características a través de toda la vida en hombres se estimó
clínicas, diagnóstico y tratamiento de las infec- en EEUU en 13 689 casos por 100 000 adultos.
ciones urinarias. En comparación, la estimación para mujeres fue
de 53 067 casos por 100 000 mujeres adultas
Cistitis y pielonefritis durante el mismo periodo de tiempo. Por otra
parte, datos provenientes del US Veterans Health
Epidemiología Administration del mismo país, establecen una
prevalencia de infección urinaria como diagnós-
En forma convencional se consideran todas las tico primario entre 1999 y 2001, en pacientes de
infecciones del tracto urinario en el hombre como cuidados externos, de 2,3 a 2,4 veces mayor en
complicadas, debido a que la mayoría de ellas mujeres que en hombres.
ocurren en el recién nacido, en infantes o en el
anciano, y se asocian con anormalidades uroló- Factores predisponentes
gicas, obstrucción del tracto de salida vesical o
instrumentación. Si bien la infección en adultos Las infecciones urinarias en los varones jóvenes
jóvenes entre 15 y 50 años es infrecuente en son raras, y habitualmente se deben a la intro-
extremo, a partir de los 65 años de edad la inci- ducción de bacterias en el tracto urinario por
dencia de infección es similar en ambos sexos. instrumentación, tal como la cateterización pe-
La gran diferencia en la prevalencia entre hom- rioperatoria. Luego de la edad media de la vida,
bres y mujeres se considera causada por una va- la incidencia de infecciones urinarias aumenta de
riedad de factores que incluyen la mayor distancia modo progresivo en el hombre, y a partir de los
entre el ano, fuente habitual de los uropatógenos, 65 años es similar a la de la mujer.
y el meato uretral; el ambiente seco que rodea a Una serie de factores de riesgo potenciales para
la uretra masculina así como la mayor longitud de el desarrollo de infecciones urinarias son exclusivos
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

del hombre. La obstrucción a la evacuación vesical una patogenia distinta. Puigvert, en Barcelona,
debida a la hiperplasia prostática benigna puede aso- sostenía que la vejiga es el rond point de la in-
ciarse con estasis urinario. Aun cuando resulta difícil fección urinaria en el adulto varón. En efecto, la
establecer una relación causal entre la obstrucción multiplicación bacteriana vesical casi siempre
crónica producida por la próstata y el desarrollo de deriva de la uretra posterior o de un reservorio
infecciones urinarias, es claro que lo ancianos con prostático; y eventualmente por vía descendente
hipertrofia prostática presentan una mayor incidencia a partir de una nefritis intersticial. Una situación
de tales infecciones. Por otra parte, la instrumenta- distinta plantea la infección urinaria asociada a
ción del tracto urinario puede conducir a infecciones la litiasis por estruvita (ver capítulo 13).
iatrogénicas, ya sea por la realización de cistoscopia,
biopsia prostática o cateterización, técnicas y méto- Vía ascendente
dos de evaluación comunes en hombres con sínto- La uretra habitualmente se encuentra colonizada
mas obstructivos. Las complicaciones pueden variar con bacterias. Los estudios que utilizan técnicas
entre una prostatitis y cistitis hasta infecciones más de punción suprapúbica han revelado la presencia
complejas, incluyendo pielonefritis o sepsis sistémica. ocasional de un pequeño número de microorga-
Otro factor importante puede ser la disminu- nismos en la orina de personas no infectadas. El
ción, relacionada con la edad, de la actividad masaje de la uretra y las relaciones sexuales en
antibacteriana de las secreciones prostáticas, la mujer pueden forzar bacterias hacia la vejiga.
con la consiguiente reducción de las defensas El empleo de preservativos puede aumentar este
orgánicas contra la infección. Un polipéptido que efecto traumático. Por otra parte, se ha compro-
contiene zinc, denominado factor prostático an- bado que aun una cateterización aislada de la
tibacteriano, es la sustancia antimicrobiana más vejiga se asocia con infección del tracto urinario
importante secretada por la próstata, habiéndose en alrededor del 1% de los pacientes ambula-
documentado que los pacientes con prostatitis torios, y la infección es habitual luego de tres
crónica bacteriana presentan niveles más bajos o cuatro días de la inserción de una sonda con
de zinc en su fluido prostático que los pacientes sistema de drenaje abierto.
sanos. Si una bacteria infecta la próstata, esta El hecho de que la infección del tracto urinario
se convertirá en un nido para la reinfección del sea mucho más frecuente en la mujer que en el
tracto urinario. Una vez que se desarrolla una hombre brinda soporte a la importancia de la vía
bacteriuria asintomática en estos hombres, tiende ascendente de infección. A ello se agrega la mayor
a persistir o a hacerse recurrente. frecuencia de infecciones urinarias en varones
No son frecuentes las anormalidades estruc- adultos o ancianos, en asociación con fenóme-
turales genitourinarias en esta población, pero la nos obstructivos del tracto urinario bajo, con el
bacteriuria es significativamente más común en consecuente estasis urinario. En este sentido,
hombres con confusión o demencia y en aquellos Truzzi y col. han comprobado que los adultos
con incontinencia de orina o de materia fecal. De clínicamente asintomáticos con un residuo vesical
los factores que pueden conducir a la adquisición de 180 mL se encuentran en riesgo elevado de
inicial de bacteriuria, el más frecuente es una en- desarrollar bacteriuria.
fermedad concurrente, como la neumonía. En un La evidencia clínica y experimental sugiere que
estudio reciente en ancianos se comprobó que la mayoría de los episodios de pielonefritis son
aquellos que presentaban bacteriuria era mucho causados por el ascenso retrógrado de bacte-
más probable que utilizaran una sonda vesical o rias desde la vejiga a través del uréter hacia la
un drenaje con condón, presentaran incontinencia pelvis renal y el parénquima. Aunque la cistitis
urinaria, o tuvieran una historia de infecciones por lo general queda restringida a la vejiga, en
previas del tracto urinario. alrededor del 50% de los casos existe una ulterior
extensión de la infección hacia el tracto urinario
Patogenia superior. Aunque es probable que no se requiera
un reflujo de orina para la infección ascendente,
Como se adelantó, la diferencia entre la frecuen- el edema asociado con la cistitis puede causar
cia de infecciones urinarias bajas entre la mujer y un cambio suficiente en la unión ureterovesical
el hombre es significativa, lo que se asocia con como para permitir el reflujo.

80
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre

Vía hematógena El análisis filogenético y de patotipos realizado


La infección del parénquima renal por organis- por Johnson, J y col., de cepas de E. coli aisladas
mos presentes en la sangre no es infrecuente. de hombres con infección urinaria febril mostró
Es habitual que se produzcan abscesos renales que, en comparación con los aislamientos de
en pacientes con bacteriemia o endocarditis por localización rectal, tales cepas presentan facto-
Staphylococcus aureus. Otro agente bacteriano res de virulencia específicos. Este hecho soporta
capaz de producir pielonefritis hematógena es la la hipótesis de que el hombre es naturalmente
Salmonella. La pielonefritis experimental se puede resistente al desarrollo de infecciones urinarias,
producir por la inyección intravenosa de diversas requiriendo una alta capacidad de virulencia de
especies bacterianas o de Candida. Es llamativo las cepas infectantes para su producción.
que las bacterias Gram negativas, que habitual-
mente producen infección urinaria, difícilmente Cuadro clínico y Diagnóstico
lo hagan cuando se inyectan por vía intravenosa.
En el hombre, los síntomas de infección urinaria
Vía linfática tradicionalmente se han dividido en aquellos que
Si bien se han demostrado conexiones linfáticas son irritativos –esto es disuria, frecuencia mic-
entre los uréteres y el riñón en animales y en el cional, urgencia y estranguria– y aquellos que
hombre, y que el aumento de la presión en la son obstructivos –micción imperiosa, nocturia,
vejiga puede producir un flujo linfático retrógra- chorro fino y babeo final. Estos últimos síntomas,
do hacia el riñón, no existen evidencias sobre cuando se desarrollan en forma aguda en aso-
un rol significativo de los linfáticos renales en la ciación con bacteriuria, se presume que reflejan
patogénesis de la pielonefritis. el edema prostático causado por la infección o
inflamación. Se debe tener en cuenta, sin em-
Etiología bargo, que la sintomatología anterior difícilmen-
te permite diferenciar a los pacientes con o sin
En los hombres, los bacilos Gram negativos son infección concomitante.
responsables de alrededor de tres cuartos de La disuria es común en la infección urinaria
las infecciones del tracto urinario, pero E. coli y en la uretritis. La uretritis puede ser descarta-
produce menos de la mitad de las infecciones da en hombres sexualmente activos mediante
en los niños, y sólo un cuarto en los hombres la realización de una tinción de Gram de un ex-
adultos. Otros bacilos Gram negativos, en par- tendido de secreción uretral o por el examen del
ticular las especies Proteus y en menor medida, primer chorro miccional. Una tinción de Gram
Klebsiella y Providencia, son responsables del que demuestre leucocitos y la predominancia de
resto de estas infecciones. Los organismos Gram gérmenes Gram negativos sugiere una uretritis
positivos, en especial enterococos y estafilococos por E. coli, que puede preceder o acompañar a
coagulasa negativos, son responsables de una la infección urinaria.
quinta parte de las infecciones, tanto en niños La mayoría de los adultos varones con una in-
como en adultos. fección urinaria febril, con o sin síntomas clínicos
Una especie que ha adquirido importancia de pielonefritis, presenta una infección concomi-
como productor de infección urinaria y eventual tante de la próstata, demostrable por el aumento
desarrollo de litiasis hemorrágica vesical es Cory- transitorio en el PSA sérico y en el volumen de
nebacterium urealyticum. Es más frecuente en el la próstata, con independencia de la existencia
adulto varón, se relaciona con antropozoonosis de malestar perineal.
(mascotas, caninos, felinos), y requiere para su La sintomatología de la pielonefritis no difiere
desarrollo de 48 a 72 horas en cultivo. de la de la mujer, con la aparición de fiebre, com-
La situación es diferente en adultos con pro- promiso del estado general y dolor en el flanco.
cesos obstructivos, institucionalizados, con bac- El establecer si un paciente bacteriúrico presenta
teriuria recurrente o sometidos a cateterización una infección urinaria alta o baja puede ser útil en
vesical, en los que surgen otros agentes pató- algunos casos para determinar el tipo y duración
genos tales como Klebsiella, Proteus mirabilis, P. del tratamiento, la necesidad de una evaluación
aeruginosa o Candida albicans (ver capítulo 8). diagnóstica más profunda, y el pronóstico a corto

81
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

y largo plazo de la infección. La opinión de los hombres con pielonefritis, infecciones recurrentes
autores es que tal distinción puede establecerse o cuando se presente cualquier factor compatible
mediante el empleo de métodos de diagnóstico con una complicación.
por imágenes, US o TC, que permiten recono-
cer el compromiso renal en los casos de duda Tratamiento
diagnóstica.
El diagnóstico de la infección urinaria se debe Como resultado de la poca frecuencia con la que
realizar mediante el examen directo de la orina y se presentan las infecciones urinarias no compli-
el urocultivo. En los ancianos no cateterizados, cadas en los varones jóvenes, no existen datos
es recomendable una evaluación de Laboratorio provenientes de estudios controlados de trata-
ante la sospecha de una infección urinaria sinto- miento. En este sentido, se recomienda el empleo
mática (fiebre, disuria, hematuria, incontinencia empírico de las drogas utilizadas en mujeres con
urinaria o sospecha de bacteriemia). En estos cistitis no complicada o pielonefritis. Cuando se
casos se puede realizar un examen directo de considera que el agente patógeno probable es el
orina (esterasa leucocitaria y nitritos), y un exten- enterococo, la ampicilina (250 mg cuatro veces
dido para reconocer la presencia de leucocitos. por día) es una buena opción. Si se presume la
Se debe tener presente que las pruebas citadas existencia de un germen Gram negativo, se reco-
se asocian en ocasiones con resultados falsos mienda la asociación trimetoprima-sulfametoxazol
negativos, por lo que siempre es recomendable (160-800 mg dos veces por día) o una quinolona
realizar un urocultivo. En pacientes con sonda fluorada (ciprofloxacina 500 mg dos veces por día).
vesical, es aconsejable el cambio de la sonda La nitrofurantoína probablemente no deba ser uti-
antes de realizar el urocultivo (ver capítulo 8). lizada en el hombre, debido a que no logra alcan-
El recuento bacteriano que se considera posi- zar niveles tisulares adecuados para el tratamiento
tivo en el urocultivo del hombre, cuando se trata de la prostatitis oculta o de la pielonefritis. En el
de un cultivo puro, es ! 10 4 ufc/mL (SADEBAC, caso de la pielonefritis aguda no complicada, es
CIU). Es muy importante establecer condiciones recomendable el uso de una fluoroquinolona como
adecuadas de toma de muestra, conservación y tratamiento empírico inicial. En presencia de una
transporte para asegurar un resultado confiable. pielonefritis con compromiso del estado general o
En este sentido es recomendable: a) realizar una intolerancia oral, se recurrirá a una quinolona por
adecuada higiene prepucial, y recolección de la vía intravenosa (ciprofloxacina 400 mg dos veces
orina con prepucio retraído; b) realizar la siembra por día) o una cefalosporina de tercera generación
dentro de los 60 minutos de la obtención de la (ceftriazona 1 g cada 12/24 horas).
muestra, ya que los enterococos, que forman Aunque es posible que los tratamientos cor-
parte de la biota normal de la uretra anterior, se tos sean efectivos en hombres con cistitis no
reproducen cada 30 minutos y pueden reprodu- complicada, no hay estudios que avalen esta
cirse aún a bajas temperaturas; resultados falsos práctica. Se recomienda, por tanto, que todas
positivos en estas condiciones pueden asociar- las infecciones urinarias en el hombre se traten
se con el empleo innecesario de antibióticos; c) con un régimen de al menos siete días, debido a
relacionar el pH de la orina con el resultado; un la mayor posibilidad de la existencia de un factor
cultivo de ! 50 000 ufc/mL de Proteus mirabilis complicante oculto, y debido a que el tratamiento
en un varón de cualquier edad en orina con un prolongado puede reducir la posibilidad de una
pH  6,0 es sin dudas un contaminante prepucial. infección prostática persistente.
El reconocimiento de gérmenes Gram positivos El mayor problema en el tratamiento de hom-
en el urocultivo, con excepción del enterococo, bres con infecciones urinarias es la bacteriuria
debe ser considerado como resultado de una recurrente que se manifiesta por infecciones
contaminación de la muestra. repetidas, habitualmente dentro del mes de un
No se ha determinado el valor de la evalua- tratamiento adecuado en apariencia. Estas recu-
ción urológica en un hombre que ha presentado rrencias por lo general son recaídas, esto es, son
una infección urinaria única no complicada. La causadas por un organismo idéntico. Se acepta
evaluación urológica, por otra parte, debe ser que la causa de este problema corresponde a
realizada en forma rutinaria en adolescentes y una infección crónica de la glándula prostática,

82
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre

en la que el curso estándar de tratamiento no presentan prostatitis; Rizzo y col. publican una
logra erradicar la infección. En otros casos, el prevalencia de diagnóstico de prostatitis sub-
tratamiento fracasa porque existen alteraciones clínica de 12,8% en las consultas urológicas en
anatómicas o funcionales del tracto urinario, en- Italia. Mehik observó una prevalencia del 14,2%
tonces se recomienda el empleo de tratamientos durante todo la vida en Finlandia.
prolongados, de hasta un mes, con la asociación Tradicionalmente se sostenía que la prostatitis
de trimetoprima-sulfametoxazol o una quinolona. era una patología de hombres jóvenes. Estudios
epidemiológicos confirman que afecta a todas
Prostatitis las edades. En un estudio epidemiológico reali-
El término prostatitis se utiliza para la descripción zado en China, que incluyó 3 000 pacientes con
clínica de un amplio grupo de pacientes con sin- prostatitis crónica, Chao-Zhao Llang constató un
tomatología referida al tracto urogenital y perineo. aumento de la incidencia en menores de 40 años.
Legneau fue el primero en definir la inflamación Este trabajo es consistente con uno de Nickel y
de la glándula prostática en 1815, pero Verdes en col. que sostiene que el aumento de prevalencia
1838 presenta una detallada descripción patológica de prostatitis crónica con la edad puede estar
de la prostatitis. Desde el comienzo del siglo XX, relacionado con hiperplasia prostática benigna,
muchos autores tuvieron una participación activa en frecuente en grupos etarios mayores.
la descripción clínica y patológica: Young, Fereghty Wenninger y col. afirman que los pacientes con
y Stevens en 1906 y en estudios bacteriológicos prostatitis crónica presentan serio deterioro en
Hitchens y Brown, Von Lackum y Nickel. su calidad de vida (QOL), comparable con el de
Los primeros procedimientos terapéuticos se aquellos que sufren infarto de miocardio, angina
basaban en el masaje prostático repetitivo hasta de pecho inestable o enfermedad de Crohn. Expe-
la introducción de las sulfonamidas en la década rimentan además diversos grados de depresión,
de 1930. El manejo actual de esta patología co- con pérdida de capacidad laboral y pensamientos
mienza en 1968 con la descripción de la prueba suicida en el 5% de los casos.
de los cuatro vasos para la localización bacte- El costo socioeconómico asociado con es-
riológica del tracto urinario inferior realizada por tudios diagnósticos, consultas médicas repeti-
Meares y Stamey. Este trabajo es la base para la tivas, tratamientos poco efectivos y pérdida de
nueva clasificación de prostatitis, distinguiendo productividad laboral quizá represente millones
aquellos pacientes con síntomas urinarios aso- de dólares anualmente en Estados Unidos.
ciados a bacteriuria de la gran mayoría que no
la presenta, racionalizando de esta manera la Factores de riesgo
administración de antibióticos.
Estudios recientes y casos anecdóticos han su-
Epidemiología gerido un número importante de variables que
pueden ser consideradas como factores de riesgo
El síndrome de dolor pélvico crónico/prostatitis para el desarrollo de una prostatitis, en particular
crónica es un problema multifactorial que afecta en su variedad crónica.
a hombres de todas las edades y demografías. Edad: tradicionalmente fue considerada una
Estudios recientes muestran que la prevalencia patología de gente joven. Sin embargo, aparece
de prostatitis es de alrededor del 2-10% entre afectando a hombres de todas las edades. En un
hombres no seleccionados en Estados Unidos, estudio realizado en los Estados Unidos entre 1990
Europa y Asia. Estos datos indican que la pros- y 1994, que incluye todos los tipos de prostatitis, se
tatitis crónica es un problema importante en los encontró un aumento significativo de la incidencia
diversos sistemas de salud. entre los 36 y 65 años, superior al del grupo de
La prostatitis crónica es una patología frecuen- 18 a 35 años. La incidencia de prostatitis crónica
te que insume entre el 5 y el 33% de las visitas aumenta en forma marcada entre la segunda y
urológicas. De 12 768 000 visitas urológicas en tercera década en conjunción con el aumento de
1991, el 5,3% (677 000) se realizaron por en- las enfermedades de transmisión sexual.
fermedad inflamatoria prostática. Krieger y col. En Finlandia, un estudio de Mehik y col. de-
informan que entre el 2 y 10% de los hombres terminó que el riesgo de presentar prostatitis

83
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

aumenta directamente con la edad; el riesgo es Otros factores asociados con prostatitis son:
1,7 veces mayor en el grupo 40-49 años que en vasectomía, historia familiar de cáncer de prósta-
el de 20-39 años y 3,1 veces mayor entre los ta, hiperplasia prostática benigna, procedimientos
50-59 años que en aquellos de 20-39 años. A diagnósticos como la colonoscopia y la presencia
pesar de estos datos, el rol exacto de la edad en de estrés. Todos requieren una validación clínica
el desarrollo de prostatitis permanece poco claro. de certeza.
Raza: no existe evidencia definitiva para aso- La mayoría de los resultados de estos estu-
ciar prostatitis crónica a condición racial algu- dios debe ser considerada preliminar debido
na. En el Health Professionals Follow up Study, al reducido tamaño de las muestras y la falta
la raza no fue considerada un factor de riesgo de rigor científico. La identificación y caracte-
para prostatitis. rización de los factores de riesgo puede ace-
Factores socioeconómicos: Mehik y col. sostie- lerar el desarrollo en cuanto a la prevención,
nen que ni el estatus socioeconómico ni el educa- diagnóstico y estrategias terapéuticas para el
cional influyen en la incidencia de esta patología. manejo de estos síndromes.
Obesidad: Collins y col. hallaron en el Health
Professionals Follow up Study un aumento leve Histopatología
pero significativo de la incidencia de prostatitis
cuando el índice de masa corporal es mayor de 27. Desde un punto de vista estrictamente patológico,
Dieta: No existe evidencia de que el aumento el término prostatitis es definido como un incre-
de consumo de picantes, alcohol, cafeína o ta- mento en el número de células inflamatorias en
baco sea un factor de riesgo para el desarrollo el parénquima prostático. El patrón más corriente
de prostatitis. A pesar de que estos elementos de inflamación es un infiltrado linfocitario en el
no jueguen un rol etiológico, podrían potenciar estroma inmediatamente adyacente a los acinos
los síntomas asociados a prostatitis una vez es- prostáticos. Los cuerpos amiláceos y cálculos
tablecida la enfermedad. prostáticos pueden contribuir a la inflamación
Actividad física: Un estudio desarrollado por prostática por obstrucción de los ductos impi-
Rabon comprobó que en algunos hombres, la diendo su drenaje y provocando nidos para el
prostatitis puede estar asociada con trauma repe- crecimiento bacteriano.
titivo del periné, que puede ocurrir en la práctica La prostatitis granulomatosa representa una
del ciclismo o en la conducción de determinados variante histológica inespecífica caracterizada por
vehículos. un infiltrado inflamatorio que incluye abundan-
Actividad sexual: se asoció a la infrecuente tes histiocitos, linfocitos y células plasmáticas.
actividad sexual con un aumento de incidencia de Este patrón se encuentra asociado con hallazgos
prostatitis, congestión prostática por obstrucción posquirúrgicos o terapia con bacilos Calmette-
de los ductos prostáticos por las secreciones Guerin, y se observa rara vez como consecuencia
prostáticas, incrementando también el riesgo de de tuberculosis sistémica.
recurrencias. Por el contrario, Collins y col. sos-
tienen que aquellos hombres que eyaculan con Clasificación clínica
más frecuencia tienen mayores posibilidades de
presentar historia de prostatitis. Se cree además El término prostatitis es utilizado para descri-
que las personas con comportamiento sexual bir una amplia variedad de desórdenes que van
promiscuo y aquellas que practican coito anal desde la infección bacteriana aguda o subaguda
presentan una incidencia aumentada. (NIH tipo I y II); síntomas de dolor pelviano sin
Enfermedades de transmisión sexual: Algu- una etiología clara (tipo III) hasta la inflamación
nos trabajos demuestran una asociación entre asintomática sólo demostrada por biopsia pros-
prostatitis y enfermedades de transmisión sexual. tática (tipo IV).
Collins observó un incremento de 1,8 veces en Es muy poco frecuente encontrar una infección
la incidencia de prostatitis en aquellos pacientes bacteriana de la glándula prostática bien docu-
con historia de enfermedad de transmisión sexual. mentada, sea esta aguda o crónica. La mayoría
Es necesaria una evidencia más significativa para de los pacientes con diagnóstico de prostati-
confirmar esta asociación. tis se presenta con dolor lumbar, perineal, del

84
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre

FIGURA 5.1: Test de los cuatro vasos para determinar el origen de las infecciones bajas en el hombre

hemiabdomen inferior, con síntomas miccionales o El valor de este test reside en la localización
eyaculatorios sin una historia previa de bacteriuria. de las bacterias en el tracto urinario inferior:
La clasificación tradicional de prostatitis se Vaso 1: representa biota uretral
basa en un trabajo de 1968 de Meares y Sta- Vaso 2: representa biota vesical
mey que describe el diagnóstico diferencial de Vaso 3 y 4: representan biota prostática. El
los distintos tipos de prostatitis. Drach y col., 10 vaso 4 es particularmente útil cuando no se ob-
años después, sugieren una clasificación basada tiene secreción luego del masaje prostático.
en este trabajo en la que los diferentes tipos de La clasificación estándar de prostatitis surgida
prostatitis se diferencian de acuerdo al número de este artículo (que incluye: prostatitis bacteriana
de leucocitos y cultivos positivos de los distintos aguda, prostatitis bacteriana crónica, prostatitis
vasos del test. (Figura 5.1) Esta es la clasifica- no bacteriana y prostatodinia) fue recientemente
ción de prostatitis más utilizada en tres décadas reemplazada, dada la poca aplicación clínica del
y aún está incluida en la última clasificación de test de localización de Meares y Stamey por la
enfermedades de OMS. En ella se detalla el Test clasificación del Instituto Nacional de Salud (NIH,
de los cuatro vasos de Meares y Stamey (Tabla National Institutes of Health –Tabla 5.2), que re-
5.1), que implica cultivos seriados para la loca- conoce la importancia de células inflamatorias
lización del segmento del tracto urinario inferior en algunos cuadros y define una nueva entidad:
masculino, que presenta componente inflama- prostatitis asintomática. Esta nueva clasificación
torio infeccioso. El mismo se lleva a cabo según surge de una reunión de consenso sobre pros-
el siguiente procedimiento: tatitis llevada a cabo en Bethesda, Maryland en
Vaso 1: cultivo de los 5 a 10 mL de orina ini- diciembre de 1995. (Tabla 5.3)
ciales del chorro Los pacientes se categorizan basados en la
Vaso 2: cultivo del chorro medio de orina clasificación NIH de prostatitis. (Tabla 5.3) Los
Vaso 3: cultivo de secreción obtenida luego tipos I y II incluyen pacientes con piuria o bac-
del masaje prostático teriuria en los análisis de orina. El tipo III com-
Vaso 4: cultivo de los 2-3 mL de orina iniciales prende pacientes que presentan por lo menos
luego del masaje prostático uno de los síntomas incluidos en el NIH Chronic

85
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 5.1: Interpretación de la posible localización de la infección urinaria en el varón en base al


número exponencial de unidades formadoras de colonias
1) Número de colonias en el primer vaso mayor que en los otros vasos
Interpretación: posible localización uretral, p. ej., vaso 1 > 103-10 4 UFC/mL, E. coli. Vaso 2, 3 y 4 no
desarrolla.
2) Número de colonias en el tercer vaso mayor que en el primero, segundo y cuarto
Interpretación: probable localización cisto-pélvico-renal, p. ej., primer vaso 102-10 4 ufc/mL, segundo
vaso 10 2 ufc/mL E. coli y tercer vaso > 10 5 ufc/mL E. coli. En este caso podría ocurrir que en el cuarto
vaso se encontrara una cantidad superior a la del primer vaso; son situaciones en que la próstata,
probablemente, también esté comprometida.
3) Número de colonias en el cuarto vaso mayor a los anteriores
Interpretación: probable localización prostática
Observación: el número de colonias, por convención, debe expresarse en forma de exponentes de 10
(expresiones como 56 000 colonias no tienen sentido alguno ni posibilidad de correlación práctica).

Prostatitis Symptom Index (CPSI). El tipo IV abarca Desde el punto de vista patológico, la pros-
aquellos pacientes con diagnóstico de prostatitis tatitis aguda bacteriana se caracteriza por infla-
basado sólo en biopsia prostática que muestra mación de la glándula con infiltrado de polimor-
inflamación. fonucleares, edema, hiperemia y formación de
microabscesos.
Tipo I: prostatitis aguda bacteriana El cuadro se caracteriza por presencia de
Es una entidad infecciosa del tracto urinario dolor perineal, suprapúbico y disconfort en ge-
que presenta baja frecuencia (0,02% de todos nitales externos, síntomas miccionales obstruc-
los pacientes con prostatitis) pero trascenden- tivos, disminución del calibre del chorro, mic-
te por sus implicancias clínicas y sus posibles ción entrecortada, estranguria, hasta retención
complicaciones. aguda de orina, disuria, aumento de frecuencia
Los patógenos más frecuentes son bacterias miccional, asociados a manifestaciones sisté-
Gram negativas de origen entérico, en particular micas, tales como fiebre, escalofríos, náuseas,
la E. coli. En pacientes con abscesos prostáti- vómitos o sepsis con hipotensión. Al tacto rectal
cos se han aislado E. coli, Staphylococcus sp, y la próstata se presenta aumentada de tamaño
con menor frecuencia Mycobacterium tuberculo- y temperatura y fluctuante. Se puede presentar
sis, actinomices, Bacteroides fragilis y Klebsiella con complicaciones como bacteriemia, sepsis,
pneumonia. La N. gonorrhoeae, como causante abscesos prostáticos, epididimitis, vesiculitis y
de prostatitis aguda, presentaba una incidencia pielonefritis.
elevada en la era preantibiótica, en la actualidad El fluido prostático contiene polimorfonucleares
es ocasional. y bacterias. El masaje prostático, sin embargo,

TABLA 5.2: THE NATIONAL INSTITUTES OF HEALTH PROSTATITIS CLASSIFICATION SYSTEM


Categoría Tipo inflamatorio
I Prostatitis aguda bacteriana
II Prostatitis crónica bacteriana
III Síndrome de dolor pélvico crónico (prostatitis crónica no bacteriana)
IIIA Inflamatoria
IIIB No inflamatoria
IV Prostatitis inflamatoria asintomática

86
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre

TABLA 5.3: SISTEMAS DE CLASIFICACIÓN PARA LOS SÍNDROMES PROSTÁTICOS


Tradicional NIH (National Descripción
Institutes of
Health)
Prostatitis aguda Categoría I Infección aguda de la glándula
bacteriana
Prostatitis crónica Categoría II Infección crónica de la glándula
bacteriana
No aplicable Categoría III. Síndrome Dolor crónico genitourinario en ausencia de bacterias
de dolor crónico pelviano uropatogénicas localizadas en la próstata con la
metodología estándar
Prostatitis no Categoría IIIA. Síndrome Número significativo de glóbulos blancos en la
bacteriana de dolor crónico pelviano secreción prostática pos masaje prostático, en la orina
inflamatorio o en el semen
Prostatodinia Categoría IIIB. Síndrome Número no significativo de glóbulos blancos en la
de dolor crónico pelviano secreción prostática pos masaje prostático, en la orina
no inflamatorio o en el semen
No aplicable Categoría IV. Prostatitis Glóbulos blancos y o bacterias en la secreción
inflamatoria asintomática prostática post masaje prostático, en el sedimento
urinario, o cambios histológicos en la glándula

puede producir una bacteriemia y debe ser evita- Tipo II: prostatitis crónica bacteriana
do. La bacteriuria es frecuente y el urocultivo es La prostatitis crónica bacteriana es una causa
un método confiable para aislar el microorganismo importante de infecciones recurrentes del tracto
patógeno. Los hemocultivos suelen ser positivos. urinario inferior, constituyendo la afección uro-
En la Tabla 5.4 se indican los diagnósticos dife- lógica más frecuente en pacientes menores de
renciales entre diversas formas de infecciones 50 años, con prevalencia en el grupo de 30 a 50
urogenitales en el hombre. años. Entre el 25 y 43% de los pacientes tiene
Los abscesos prostáticos constituyen una rara antecedente de infecciones urinarias recurrentes.
complicación. La mayoría se producen en pacien- En el estudio histológico de próstatas extirpadas
tes con diabetes, en inmunocomprometidos, y debido a carcinoma o hipertrofia prostática be-
en pacientes que no han recibido un tratamiento nigna, se reconocen signos de prostatitis hasta
antibacteriano adecuado para la prostatitis aguda. en el 50% de los casos.
Otros factores predisponentes son la presencia Los factores de riesgo propuestos como cau-
de cuerpos extraños y obstrucción del tracto santes de colonización bacteriana prostática inclu-
urinario. En el pasado, la N. gonorrhoeae era un yen: reflujo a los conductos prostáticos, fimosis,
patógeno común, pero en la actualidad la mayo- penetración anal sin protección, infección urinaria,
ría de los casos son causados por uropatógenos epididimitis aguda, sondas uretrales, cirugía transu-
comunes. Los pacientes habitualmente se pre- retral, alteración en la composición de la secreción
sentan febriles con signos irritativos y obstructi- prostática (disminución de los niveles de fructuosa,
vos, y pueden tener signos de sepsis sistémica. ácido cítrico, fosfatasa ácida, zinc y magnesio).
El absceso se presenta como un área fluctuante Los pacientes se pueden presentar asintomá-
en la próstata a la palpación. En pacientes con ticos con episodios de reagudización del cuadro
sospecha de absceso prostático, la realización o con manifestaciones de síndrome de dolor pel-
de una tomografía o un examen de ultrasonidos viano crónico (dolor perineal, polaquiuria, disuria,
transrectal luego de la iniciación del tratamiento dolor lumbar).
antibiótico puede ayudar al diagnóstico sin au- Los patógenos implicados con mayor fre-
mentar el riesgo de urosepsis. cuencia son las bacterias Gram negativas (E.

87
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Tabla 5.4: Manifestaciones clínicas comunes de las infecciones prostáticas en comparación con las
infecciones del tracto urinario en el hombre
Manifestaciones Prostatitis Prostatitis Cistitis Pielonefritis
clínicas aguda crónica
bacteriana bacteriana
Disuria + +/- + +
Polaquiuria + +/- + +
Retención urinaria + +/- - -
Cambios en el olor y + - + +
aspecto de la orina
Dolor suprapúbico - - + +/-
Dolor perineal + - - -
Dolor en el flanco - - - +
Próstata agrandada y + +/- - -
dolorosa
Fiebre + - - +
Escalofríos + - - +
Hipotensión + - - +
PMNs en EPS + + - +
PSA > 4 ug/mL + + - -

coli 80%, Klebsiella, Proteus mirabilis y ente- o Corynebacterium spp, los métodos de obten-
robacterias). Dos estudios recientes han de- ción de las muestras deben ser cuidadosamente
mostrado que las cepas de E. coli asociadas evaluados. En la experiencia de los autores, más
con prostatitis bacteriana presentan un grado del 50% de las consultas por hallazgos de estas
mayor de formación de biofilms que las cepas bacterias revelaron que se trataba de contami-
asociadas con cistitis y pielonefritis, lo que po- nantes de la uretra anterior y/o del surco balano-
dría explicar la tendencia de E. coli a persistir prepucial (Casellas, J y colaboradores).
dentro de la próstata. Los hallazgos histológicos en la prostatitis bac-
La participación de las mal llamadas bacterias teriana crónica se caracterizan por la presencia
atípicas, tales como U. urealyticum y C. trachomatis de inflamación no aguda y focal.
es indudable. Los bacilos Gram negativos no fer- La sintomatología clásica incluye dolores pel-
mentadores, tales como Pseudomonas aeruginosa vianos inespecíficos y eventualmente dificulta-
o Acinetobacter spp, y ciertas enterobacterias como des al orinar. El examen físico y los estudios por
Providencia spp, constituyen causa de prostatitis imágenes no aportan datos patognomónicos.
crónica casi exclusivamente en pacientes con ins- La próstata es normal al tacto, en oposición a la
trumentación de las vías urinarias o cirugía previa. prostatitis aguda en la que está dura y caliente.
Se han implicado patógenos poco frecuentes como El hallazgo de leucocitos en el fluido prostático
Candida albicans, Blastomyces dermatitidis, Histo- no es específico de prostatitis bacteriana. La ma-
plasma capsulatum, Mycobacterium tuberculosis yoría de los autores coincide en que más de 15
y Cryptococcus neoformans. leucocitos por campo de aumento representan
La participación de los estafilococos coagu- un número elevado. Si en forma simultánea no
lasa negativos en la inflamación crónica de la se identifica piuria en los especímenes de chorro
próstata es motivo de controversia. Si bien en medio y uretral, esto es indicativo de inflama-
algunos casos se ha demostrado su participa- ción prostática, cualquiera sea la causa. Para
ción, es necesario insistir en que si se aíslan un adecuado diagnóstico de prostatitis crónica
estafilococos coagulasa negativos, enterococos bacteriana (NIH categoría II), es esencial el cultivo

88
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre

cuantitativo, segmentado, de localización descrito La persistencia bacteriana en la glándula pros-


por Meares y Stamey. tática puede indicar falla en el tratamiento antibió-
Por el test de Meares y Stamey, si está tico, pobre difusión de drogas en el parénquima
presente una prostatitis bacteriana crónica, prostático, cambios en el pH del fluido prostático
el número de bacterias en la secreción luego asociado a la infección, cálculos infectados como
del masaje prostático o en el eyaculado debe focos de persistencia bacteriana. Por estas cau-
ser 10 veces mayor al encontrado en el cul- sas, la prostatitis crónica bacteriana puede ser
tivo del primero y segundo chorro miccional. muy difícil de curar.
Si no se puede obtener secreción prostática La mayoría de los pacientes con persistencia
o eyaculado, el recuento bacteriano del vaso bacteriana pueden ser mantenidos asintomáticos
4 (orina pos masaje prostático) debe ser por por largos períodos de tiempo con terapia profilác-
lo menos 10 veces mayor que los cultivos del tica supresiva. Este tratamiento tendería a prevenir
primer chorro y chorro medio. Este estudio se los episodios de reagudización a pesar de la perma-
considera el estándar de oro para evaluar la nencia bacteriana dentro de la glándula prostática.
bacteriología y características inflamatorias de
pacientes con diagnóstico clínico de prosta- Tipo III: prostatitis crónica / síndrome de dolor
titis bacteriana crónica; ha sido criticado por pelviano crónico
las dificultades relacionadas con su costo y el Este tipo de prostatitis es el más comúnmente
tiempo necesario para efectuarlo. hallado en la práctica clínica, siendo el respon-
Un método más simple y menos costoso es sable de alrededor del 90% de los casos. A su
el PPMT/two glasses (Curtis Nickel J, y col.) que vez, es el menos comprendido desde el punto
compara la orina antes del masaje prostático con de vista etiopatogénico.
la que se obtiene con posterioridad al mismo, y Se puede presentar con dolor perineal, tes-
también requiere una diferencia de 2 log 10 entre ticular, peniano, suprapúbico, disuria, tenesmo
ambas muestras. vesical, polaquiuria, sensación de vaciado vesical
En ambos métodos se requiere el masaje pros- incompleto, trastornos eyaculatorios, disfunción
tático, que debe ser efectuado en consultorio por eréctil. Se torna un cuadro de difícil resolución que
el urólogo, que debe, además, tomar a su cargo causa una importante morbilidad y compromete
la recolección en forma aséptica y el trasporte la calidad de vida del paciente. Por lo general
de las muestras al laboratorio, lo que dificulta el no se acompaña de sintomatología sistémica.
procedimiento en laboratorios que no se encuen- El examen físico no aporta datos de relevancia.
tran en entidades cerradas. La prostatitis crónica/síndrome de dolor pelvia-
A fin de facilitar el estudio por laboratorios no crónico se puede dividir en: Tipo III A (subtipo
privados, Casellas y Farinati en nuestro medio inflamatorio, llamada prostatitis crónica abac-
propusieron un método basado en la recolec- teriana) que presenta leucocitos en secreción
ción, previa higiene balano prepucial, de la pri- prostática, orina posmasaje prostático o semen
mera porción de orina, luego de una muestra y Tipo III B (subtipo no inflamatorio, denominado
del chorro medio y finalmente de esperma ob- prostatodinia) donde no se evidencia componente
tenido por masturbación, considerándose una inflamatorio.
mayor cantidad de ufc/mL en el esperma como Las causas de este cuadro no están determi-
característica de infección prostática o de las nadas. Si bien estos pacientes no tienen historia
vías espermáticas. Las muestras recolectadas de bacteriuria y no se encuentra evidencia de
deben ser refrigeradas y trasportadas en estas bacterias en las secreciones prostáticas, algunos
condiciones para no modificar el recuento de autores involucran como agentes etiológicos a
colonias en forma artificial. Neisseria gonorrhoeae, Tricomonas vaginalis, Ure-
El impacto clínico de la prostatitis bacteriana aplasma urealyticum, Mycoplasma hominis, Can-
sobre la fertilidad no está aún determinado. Die- dida albicans, bacterias anaerobias, Chlamydia
mer y col. demostraron en un estudio in vitro que trachomatis y virus. Otros autores sostienen que
espermatozoides incubados con granulocitos y la prostatitis crónica no es una enfermedad infec-
E. coli presentaban una alteración significativa ciosa, avalando como factores etiológicos al au-
de la motilidad. mento de prostaglandinas, aspectos autoinmunes,

89
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Endocrino
Alteración de receptores
androgénicos

Bajo nivel de testosterona


.Aumento inflamación local
. Respuesta autoinmune
La testosterona inhibe los
Inflamación local efectos del NGF
Inhibición síntesis
de testosterona

Respuesta inmune
. Disbalance de citoquinas
. Aumento de mediadores
proinflamatorios y Sistema nervioso
disminución de factores . Inflamación neurogénica con NGF
antiinflamatorios . Nivel local bajo de endorfinas
Proceso autoinmune

Degranulación de las células


cebadas inducida por el estrés
Reducción del estrés
disminuye los niveles
de IL-6 e IL-10

Factores psicológicos

FIGURA 5.2: Interacción de diversos factores involucrados en el desarrollo de la prostatitis crónica/


síndrome de dolor pelviano crónico

psicológicos, disfunción neuromuscular del dia- sexuales. Se ha observado en modelos de ratas


fragma urogenital, espasmos del piso pelviano, un proceso de inflamación espontánea autoin-
alérgicos, todos ellos con un discutible soporte mune de la porción lateral de la próstata con la
científico. (Figura 5.2) edad, que es hormono-dependiente. Se ha su-
Cualquiera que fuere el evento iniciador, la gerido en este sentido un rol de la testosterona
respuesta inmunológica parece desempeñar un sobre la próstata, independiente de su conversión
rol importante en el desarrollo de prostatitis en a DHT. Dados los efectos protectores de la tes-
aquellos pacientes que se presentan con infla- tosterona sobre la inflamación prostática, se ha
mación prostática. propuesto un posible beneficio clínico con el uso
Un factor importante en el desarrollo de pros- de finasteride en el síndrome de dolor pelviano
tatitis podría ser un desequilibrio en las hormonas crónico, ya que inhibe la transformación de la

90
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre

testosterona en DHT, incrementando los niveles característicamente alcalino, con un pH de 7,4 en


locales de la primera. la prostatitis bacteriana crónica, de modo que los
Por último, el reflujo de orina y bacterias hacia antibióticos que son también bases tienen una mala
los conductos prostáticos ha sido postulado como penetración tisular. Las fluoroquinolonas son los
uno de los mecanismos más importantes en la antibióticos con la mejor penetración en el tejido
patogénesis de la inflamación prostática crónica prostático. Puesto que estas drogas existen en
bacteriana y no bacteriana. Blacklock determinó su forma zwitterion, con un pKa tanto en el medio
que por disposición anatómica los conductos que ácido como alcalino, penetran y alcanzan niveles
drenan la región periférica de la próstata son los en el fluido prostático que son similares a los del
más pasibles de presentar reflujo. La presencia plasma, con una relación que varía entre 0,12 y
de cálculos prostáticos compuestos por sustan- 0,48. La concentración de la ciprofloxacina en
cias que se hallan en orina y no en secreciones el fluido seminal alcalino se ha demostrado que
prostáticas avala la existencia de reflujo. Ludwig, excede la del plasma. Otros antibióticos que pe-
empleando ecografía transrectal, demostró que netran bien en la próstata y en el fluido seminal
los hombres con prostatitis crónica inflamato- son los macrólidos, trimetoprima-sulfametoxazol
ria presentaban un aumento de la frecuencia de y la tigeciclina. (Tabla 5.5)
cálculos prostáticos con respecto a los que no La selección de un tratamiento empírico efec-
presentaban inflamación prostática. tivo para la prostatitis aguda o crónica también
es complicada por el aumento creciente de la
Tipo IV: prostatitis inflamatoria asintomática resistencia a los antibióticos de los uropatógenos.
Incluye a pacientes con diagnóstico de prostatitis Es necesario, por lo tanto, conocer la patente de
por biopsia sin síntomas del tracto genitourina- resistencia de los uropatógenos específicos en
rio. La inflamación de la glándula prostática se un lugar determinado para establecer la elección
encuentra en el 33% de los pacientes sometidos inicial del régimen más efectivo. En nuestro medio,
a punción biopsia prostática por elevación del la resistencia de los mismos a la combinación
antígeno prostático específico para descartar trimetoprima-sulfametoxazol alcanza al 25-30%.
adenocarcinoma de próstata. En adición, las cepas de E. coli aisladas de los
También se encuentran evidencias histológicas cultivos de orina son resistentes a los Elactámi-
de prostatitis en la remoción de tejido prostático cos en un 40-60%, lo que hace que la droga de
en pacientes sometidos a prostatectomía radical elección habitual sea la ciprofloxacina o la levo-
por cáncer de próstata o en aquellos con hiper- floxacina. Se debe tener en cuenta, sin embar-
plasia prostática benigna, como tratamiento de go, que las fluoroquinolonas no tienen actividad
obstrucción infravesical. significativa sobre los patógenos Gram positivos
El consenso actual es no indicar tratamiento que pueden causar prostatitis, incluyendo ente-
antibiótico en estos pacientes asintomáticos con rococo y estafilococos coagulasa negativos. Si
diagnóstico de prostatitis. el paciente presenta síntomas de bacteriemia
(fiebre, escalofríos) y o signos clínicos de descom-
Tratamiento pensación hemodinámica, deberá ser ingresado
al hospital y deberán administrarse antibióticos
Tanto la prostatitis bacteriana aguda como crónica parenterales. En la experiencia de los autores,
constituyen por definición infecciones complicadas ha resultado muy eficaz en esta circunstancia el
del tracto urinario, debido a la naturaleza com- empleo de piperacilina-tazobactam, a pesar de
partimental de la glándula prostática que hace que su penetración a la próstata no es óptima.
que la mayoría de las drogas tengan una pobre Los pacientes con prostatitis bacteriana aguda
penetración al lugar. Es importante la selección deben recibir un curso prolongado de antibióti-
de un agente antimicrobiano apropiado que pre- cos debido a que la infección se encuentra en
sente una farmacocinética óptima para el tejido un sitio tisular secuestrado. Se recomienda un
prostático para evitar los fallos de tratamiento. La curso mínimo de 14 días de terapéutica. Si el
difusión del antibacteriano a la próstata depen- paciente continúa sintomático o si el germen es
de de la solubilidad lipídica, del tamaño molecu- de difícil erradicación, se recomienda extender
lar y del pKa del agente. El fluido prostático es el tratamiento por dos o cuatro semanas más.

91
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 5.5: Tratamiento empírico inicial de la prostatitis aguda infecciosa


Diagnóstico Etiología Régimen Agentes Otras
microbiológica empírico alternativos consideraciones
típica primario
Prostatitis aguda Enterobacteriaceae Ciprofloxacina TMP-SMX forte Tratar durante 14 días
bacteriana (≥ 35 (coliformes) 500 mg cada una dosis diaria La terapéutica inicial
años) 12 horas o debe ser modificada en
No complicada, levofloxacina base a los resultados
sin riesgo de 750 mg cada 24 de exámenes
patógenos horas bacteriológicos.
resistentes Si el paciente continúa
síntomático luego de 14
días de tratamiento, se
debe extender el mismo
a 4 semanas. Realizar
cultivos de control de 2
a 4 semanas luego de
terminar el tratamiento
Prostatitis aguda Neisseria Ceftriazona No son
bacteriana (≤ 35 gonorrhoeae, 250 mg IM o recomendables
años) Chlamydia cefixima 400 mg las
No complicada, trachomatis oral x 1 dosis + fluoroquinolonas
con riesgo de doxiciclina 100 para el
patógenos mg oral cada 12 tratamiento de
resistentes horas x 14 días o las infecciones
azitromicina 500 gonocócicas
mg oral x 14 días
Prostatitis aguda Enterobacteriaceae Ciprofloxacina Ceftriaxona 1-2 Se deben realizar cultivos
bacteriana (coliformes) 400 mg IV g IV c/24 hs. + de orina, semen y sangre
complicada con c/12 hs. o Levofloxacina así como exámenes
bacteriemia y/o levofloxacina 500 500-750 mg radiológicos (US o CT de
sospecha de mg IV c/24 hs. oral por día o la glándula prostática).
absceso prostático piperacilina El cambio de terapéutica
tazobactam intravenosa a oral se
3,375 gm IV c/6 debe realizar cuando
hs. el paciente presente
mejoría clínica y se
conozcan los resultados
bacteriológicos y de
susceptibilidad.
Tratar por cuatro
semanas en base
a la resolución de
los síntomas y a la
esterilización de los
cultivos de sangre y orina

92
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre

Los abscesos prostáticos son infrecuentes tratamiento de la prostatitis bacteriana crónica,


pero graves en potencia, y requieren un pronto si bien se debe tener presente que se trata de
tratamiento. Los pacientes con abscesos prostá- una infección con alta tasa de recidivas, por lo
ticos habitualmente son inmunocomprometidos que se requieren controles periódicos.
o diabéticos y presentan en forma característica Una situación particular plantean las infeccio-
un cuadro séptico significativo. El tratamiento nes por gérmenes multirresistentes, tales como
recomendado incluye el empleo de antibióticos P. aeruginosa y Acinetobacter. En estos casos
de amplio espectro y en muchos casos el drenaje puede ser necesario recurrir a antibióticos espe-
del absceso. Hoy se prefiere el drenaje transrectal cíficos tales como carbapenemes o colistina. No
orientado por ultrasonidos. es aconsejable el empleo de cefalosporinas. En
La ciprofloxacina y la levofloxacina son las tales casos siempre es recomendable la consulta
quinolonas más utilizadas en el tratamiento de la con un infectólogo.
prostatitis bacteriana crónica. Aunque la cipro- Otros antibióticos, tales como la doxiciclina
floxacina tiene una concentración relativamente y los macrólidos, se consideran drogas de se-
baja en el fluido seminal en comparación con gunda línea. Un antimicrobiano que llegó a ser
otras quinolonas, la concentración en el fluido tratamiento estándar, la trimetoprima-sulfame-
prostático es alta, lo que justifica su eficacia ra- toxazol, resultó inefectivo en algunos casos, ya
zonable. La levofloxacina tiene algunas ventajas que su supuesta eficacia se basó en considerar
sobre la ciprofloxacina, en particular por lograr el pH del líquido prostático canino en modelos
mayor concentración en el fluido prostático, pero experimentales, que es más bajo que el pH del
no en el líquido eyaculado ni en el fluido seminal. líquido prostático humano, con lo que los resul-
Un problema creciente con el empleo de las tados terapéuticos no son satisfactorios. La du-
fluoroquinolonas es el desarrollo de resistencia ración recomendada de la terapéutica antibiótica
bacteriana. La droga ha sido utilizada como tra- en la prostatitis crónica infecciosa es materia de
tamiento empírico en múltiples infecciones del debate, pero se sugiere un curso no mayor de
tracto urinario, en posología no adecuada con cuatro semanas.
dosis subóptimas que facilitan el surgimiento de La terapéutica con Dbloqueantes es una me-
cepas mutantes. En nuestro país, la mediana para dida importante en el tratamiento del síndrome
resistencia en E. coli alcanza al 25-30% (Programa de prostatitis crónica no bacteriana, en particular
SIR de la Sociedad Argentina de Bacteriología para la mejoría de los síntomas crónicos y de la
Clínica-2007). Es de destacar que su empleo en calidad de vida. Se ha comprobado que el uso de
estas condiciones no sólo aumenta la resistencia tamsulosina, terazosina o alfuzosina produce una
para las propias quinolonas, sino que también se significativa disminución de los síntomas urinarios
induce el desarrollo de otros tipos de resistencia bajos o del dolor/disconfort que acompañan a
(Elactamasas de espectro extendido, carbape- la enfermedad.
nemasas). En caso de utilizarse estas drogas, En la actualidad es muy frecuente la realización
deben administrarse en las dosis más elevadas de biopsias trasrectales múltiples de próstata para
tolerables y por el menor tiempo posible. el reconocimiento precoz del cáncer de la glándula.
Recientemente, Naber y col. realizaron un es- Una de las complicaciones más serias de la técni-
tudio multicéntrico prospectivo en 21 centros ca es el desarrollo de una prostatitis posbiopsia y
de ocho países europeos con diagnóstico de septicemia. La bacteriemia es común luego de la
prostatitis bacteriana crónica, corroborado por biopsia de próstata, pero con una adecuada pro-
el método de Meares y Stamey o el método de filaxis antibiótica –en general con una dosis única
los dos vasos. Los pacientes fueron tratados con de fluoroquinolona– las complicaciones infecciosas
500 mg de levofloxacina una vez por día por vía sólo se presentan en el 1 a 2% de los pacientes
oral por 28 días. En el 54% de los pacientes, la sometidos a biopsia transrectal. En estos casos,
bacteria responsable fue E. coli. La eficacia fue es habitual que se presenten gérmenes resistentes
del 92% a los 12 días postratamiento y del 77% que escapan a la terapéutica habitual con quinolo-
al mes, con una tasa de erradicación bacterioló- nas, siendo recomendable utilizar como tratamiento
gica del 84% al mes de finalizado el tratamiento. antibióticos de amplio espectro tales como pipe-
La droga parece ser segura y efectiva para el racilina-tazobactam, ampicilina más gentamicina

93
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

o un carbapenem, todos ellos por vía intravenosa, determinado patógeno, restos celulares o conte-
hasta superar el episodio séptico. nido prostático fuera de los conductos prostáticos
provocarían una reacción inflamatoria, agrupán-
Prostatitis ganulomatosa dose histiocitos y células gigantes que constitu-
La prostatitis granulomatosa fue descrita por pri- yen un infiltrado inflamatorio de características
mera vez por Tanner y Mac Donald en 1943. Es crónicas, formando granulomas inespecíficos.
un proceso inflamatorio de la próstata, de escasa La clínica de la prostatitis granulomatosa no
frecuencia, que puede ser ocasionado por dife- difiere de un síndrome prostático. El PSA pue-
rentes agentes infecciosos o en el seno de una de encontrarse en cifras normales o levemente
enfermedad alérgica sistémica, pero, en la ma- elevado. El tratamiento es el mismo que en caso
yoría de los casos, su origen es inespecífico. Su de hipertrofia prostática, siendo controvertido el
presentación clínica, tratamiento y evolución son uso de dosis bajas de corticoides.
similares a la hipertrofia prostática benigna, sien-
do, en muchos casos, distinguible del carcinoma Uretritis
prostático únicamente por estudio histológico.
Este proceso inflamatorio de la próstata se Etiología
caracteriza por la formación de granulomas como
respuesta a un agente, en muchos casos desco- La uretritis se caracteriza por la inflamación ure-
nocido, que se comporta como un cuerpo extraño. tral, habitualmente asociada con una descarga
La clasificación más aceptada es la de Epstein purulenta en hombres y con disuria en las mujeres.
y Hutchins, que diferencia a la prostatitis granu- La uretritis puede resultar de causas infeccio-
lomatosa en específica, inespecífica, alérgica, sas y no infecciosas. La uretritis postraumática
secundaria a cirugía y otras causas. se produce en 2 al 20% de los individuos que
La específica hace referencia a un origen infec- practican cateterización intermitente. Alrededor
cioso conocido, bacteriano (tuberculosis, instila- del 50% de los hombres con síndrome de pros-
ciones vesicales con BCG, sífilis, brucelosis), viral tatitis no bacteriana/dolor pelviano crónico tie-
(herpes zoster), micótico (criptococo, blastomi- nen evidencia de inflamación uretral sin ningún
cosis) o parasitario (esquistosoma, equinococo). patógeno identificable.
La causa específica más frecuente es la originada La uretritis gonocócica es responsable del 20
por el M. tuberculosis, que aumentó su frecuencia al 45% de las uretritis de causa infecciosa, mien-
desde el uso de las instilaciones vesicales con tras que la uretritis no gonocócica es responsa-
BCG como tratamiento de neoplasias uroteliales. ble del 60 al 80% restante. Dentro de los casos
Dentro de las alérgicas se destacan la enfer- de uretritis no gonocócica, aproximadamente
medad de Churg-Strauss y la granulomatosis de el 14 al 50% son producidas por Ureaplasma
Wegener, siendo la próstata uno de los órganos urealyticum (Biovar 2), 20 a 30% por Chlamydia
afectados por granulomas dentro de la patología trachomatis, 5 a 10% por Mycoplasma hominis
sistémica, aunque es raro que la primera mani- y menos del 5% por Trichomonas vaginalis. Se
festación sea prostática. debe tener presente que muchos individuos con
Existe un incremento notable de prostatitis uretritis gonocócica también están infectados por
granulomatosa secundaria a biopsia transrectal o otros agentes bacterianos. La mayor incidencia de
resección transuretral de próstata, debido a una infecciones por clamidia se encuentra en jóvenes
mayor demanda de estudio y tratamiento prostá- activos sexualmente, y debe tenerse en cuenta
ticos. Dentro de otras causas, se destaca como que hasta el 60% de las infecciones por clami-
enfermedad sistémica a la sarcoidosis. La forma dias son asintomáticas. El virus herpes simplex,
más frecuente es la inespecífica, en la que se reco- la Candida albicans y los adenovirus son causas
nocen hallazgos en el estudio histológico del tejido raras de uretritis no gonocócica.
prostático, sin conocerse la etiología del proceso.
Se han postulado diferentes teorías respecto Cuadro clínico
de la patogenia de la prostatitis granulomato-
sa; la opinión más aceptada es la existencia de La mayoría de las infecciones uretrales causa-
una reacción inflamatoria de cuerpo extraño. Un das por N. gonorrhoeae en el hombre producen

94
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre

síntomas que conducen a la consulta, lo que la doxiciclina 100 mg dos veces por día durante
permite el tratamiento inmediato y la prevención siete días; por Micoplasma hominis la azitromicina
de secuelas serias, pero el tratamiento puede no 1 g oral única dosis y por Trichomonas vaginalis
ser realizado tan precozmente como para prevenir el metronidazol 2 g oral única dosis. (Figura 5.3)
la transmisión a otros. La N. gonorrhoeae en for- En la actualidad no se recomienda el empleo
ma característica tiene un periodo de incubación de quinolonas para el tratamiento de la uretritis
más corto que las uretritis no gonocócicas. Los gonocócica debido a la alta tasa de resistencia
hombres con uretritis gonocócica presentan por a estos antibióticos de N. gonorrhoeae.
lo general un comienzo abrupto de disuria con
o sin descarga purulenta. La mayoría desarrolla Epididimitis
síntomas dentro de los cuatro días del contagio. La epididimitis aguda es un cuadro clínico que
El periodo de incubación para la uretritis no go- consiste en dolor, aumento de tamaño e inflama-
nocócica es mucho más variable, lo usual está ción del epidídimo de menos de seis semanas
entre 7 y 14 días. de evolución. La epididimitis crónica implica un
Los síntomas más frecuentes de la uretritis cuadro de larga evolución con dolor sin compo-
son la disuria y la descarga uretral. La frecuencia nente flogósico.
y urgencia miccional están ausentes. Si están Al comenzar el cuadro puede constatarse do-
presentes, deben sugerir la existencia de pros- lor, aumento de tamaño y eritema localizados en
tatitis o cistitis. Es muy raro que existan síntomas una porción del epidídimo, luego puede afectarse
generales, como fiebre, escalofríos, sudoración o el testículo homolateral causando un cuadro de
trastornos digestivos. Si están presentes, estos epidídimo-orquitis que hace difícil distinguir el
síntomas sugieren una gonococia diseminada, testículo del epidídimo dentro de la masa infla-
pielonefritis, orquitis u otra infección sistémica. matoria. Con frecuencia se puede encontrar un
La presencia de hematuria o sangre en el eya- hidrocele reaccional. La descarga uretral puede
culado es infrecuente en la uretritis. ser aparente a la inspección o aparecer luego de
Todos los pacientes que son evaluados para la compresión de la uretra.
gonorrea deben ser también examinados para La mayoría de los casos de epididimitis en
otras enfermedades de trasmisión sexual, inclu- niños y hombres adultos es causada por los pa-
yendo clamidia, sífilis y VIH. Los pacientes deben tógenos urinarios más frecuentes, mientras que
ser examinados dos horas después de orinar, los hombres menores de 35 años sexualmente
ya que la micción produce un lavado uretral y activos presentan como causa más frecuente
disminuye la posibilidad de obtener resultados gérmenes de transmisión sexual. Los patógenos
positivos. El diagnóstico de uretritis debe ser llegan al epidídimo luego de infectar la uretra o
confirmado por uno de los siguientes hallazgos: la vejiga. Se debe prestar especial atención a la
descarga purulenta con más de cinco glóbulos presencia de secreción uretral, exposición sexual,
blancos, o tinción de Gram positiva de un exudado instrumentación del tracto urinario y presencia de
uretral; o la presencia de esterasa leucocitaria en uropatías. En niños, este cuadro es poco frecuen-
los primeros 10 a 15 mL de orina; o la presencia te y se produce como consecuencia de bacteriuria
de más de 10 glóbulos blancos en el primer chorro provocada por gérmenes coliformes.
miccional. La demostración de diplococos Gram En hombres jóvenes heterosexuales, las epidi-
negativos en un exudado uretral, en un hombre dimitis son producidas por gérmenes que causan
con síntomas, es suficiente para establecer el uretritis (N. gonorrohoeae y C. trachomatis), y la
diagnóstico de infección por N. gonorrhoeae. bacteriuria es poco frecuente. En los casos de
epididimitis de difusión sexual, las anomalías del
Tratamiento tracto urinario son poco frecuentes, no siendo
necesaria su evaluación. Los pacientes deben
El tratamiento preferido de la uretritis por N. go- ser evaluados para descartar otra patología de
norrhoeae es la ceftriaxona en única dosis de 125 transmisión sexual y sus parejas deben ser trata-
mg IM; por Ureaplasma urealyticum la azitromicina das en forma simultánea. En pacientes de edad
1 g oral en única dosis; por Chlamydia tracho- avanzada los cuadros de epididimitis son secun-
matis la azitromicina 1 g oral en única dosis o darios a bacteriuria causada por patología urinaria

95
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

El paciente ha tenido contacto con un Sí Tratar en función


individuo con infección de trasmisión de diagnóstico
sexual conocida
Considerar referir para examen
No
No
No
Examen disponible Síntomas de uretritis

Sí Sí

Examen de Gram de exudado uretral Sí Tratar para gonococo y clamidia


Demuestra diplococos Gram negativos

No

Examen de exudado muestra Sí


> 5 glóbulos blancos Tratar para clamidia

No

Esperar resultados de
exámenes de gonorrea y clamidia

FIGURA 5.3: Aproximación inicial a un paciente varón con uretritis

obstructiva. Causas menos frecuentes de epidi- hombres jóvenes, en quienes pueden encontrar-
dimitis incluyen enfermedades sistémicas tales se ambas patologías. La ecografía Doppler color
como tuberculosis, brucelosis y blastomicosis. es un método importante en el diagnóstico dife-
Estas etiologías son más frecuentes en pacien- rencial entre epididimitis y torsión. Wilbert y col.
tes inmunosuprimidos. Se debe tener presente determinaron que este método tiene una sensibi-
que la epididimitis tuberculosa es la manifesta- lidad del 82% y una especificidad del 100% en el
ción más común de la tuberculosis genital en el diagnóstico de torsión del cordón espermático.
hombre, así como la orquitis y la prostatitis son El tratamiento de la epididimitis no difiere del
las menos comunes. de la uretritis, cistitis o pielonefritis, de acuerdo al
Una causa no infecciosa de epididimitis es la origen de la infección. En la Tabla 5.6 se indican
provocada por tratamientos antiarrítmicos con las recomendaciones del CDC para el manejo de
amiodarona. Estos cuadros son por lo general pacientes con epididimitis.
limitados a la cabeza del epidídimo, no respon-
den al tratamiento antibiótico y se deberían a una Orquitis
acumulación selectiva de la droga a este nivel. La orquitis presenta una incidencia significati-
Las complicaciones de la epididimitis aguda vamente menor que los cuadros de prostatitis y
pueden ser: infarto testicular, piocele, absceso epididimitis, diferenciándose de las mismas en
escrotal, dolor crónico y trastornos de fertilidad. dos aspectos: la ruta hematógena es la vía ha-
Debe realizarse diagnóstico diferencial entre bitual de diseminación y los virus son patógenos
epididimitis y torsión de cordón espermático en importantes.

96
CAPÍTULO 5 : Infecciones urogenitales en el hombre

TABLA 5.6: Guías del CENTERS FOR DISEASE CONTROL 2006 para el manejo de la epididimitis
Pacientes menores de 35 años
Realizar una tinción de Gram del exudado uretral para diagnóstico de uretritis (! 5 glóbulos blancos) o
un test de esterasa leucocitaria o examen microscópico de primer chorro urinario que demuestre 10 o
más glóbulos blancos
Cultivo o examen de amplificación de ácidos nucleicos de un exudado uretral o de orina
Tratamiento empírico para cobertura de N. gonorrheae y C. trachomatis: ceftriazona 250 mg IM única
dosis y azitromicina 1 g oral única dosis o doxiciclina 100 mg dos veces por día durante 10 días. No
utilizar fluoroquinolonas si se sospecha N. gonorrheae
Pacientes mayores de 35 años
Examen de esterasa leucocitaria o examen microscópico del sedimento del primer chorro de orina que
demuestre más de 10 glóbulos blancos
Cultivo y tinción de orina
Tratamiento empírico para cubrir bacterias coliformes: levofloxacina 500 mg día durante 10 días u
ofloxacina 300 mg dos veces por día durante 10 días

Las infecciones virales se deben sobre todo estado general, náuseas y vómitos. Las compli-
al virus de la parotiditis urliana, y afectan ocasio- caciones de las orquitis bacterianas incluyen el
nalmente a niños en etapa prepuberal. El dolor e infarto testicular, los abscesos y el piocele, que
inflamación testicular en general comienzan entre son de resolución quirúrgica.
uno y seis días luego del compromiso parotídeo, La brucelosis es una patología poco frecuen-
pero pueden presentarse sin síntomas de la glán- te, cuya incidencia ha disminuido mucho en los
dula parótida. Este es un cuadro unilateral en el últimos años debido a las medidas preventivas
70% de los casos. La clínica es variable, desde de las enfermedades de transmisión animal. Se
disconfort testicular hasta dolor testicular intenso trata de una antropozoonosis de carácter sisté-
con aumento del tamaño, flogosis local, y sínto- mico, producida por un microorganismo del gé-
mas sistémicos, náuseas, vómitos, fiebre y mal nero Brucella, siendo su especie más frecuente
estado general. En torno al 50% de los casos los la Brucella melitensis. Su reservorio se encuen-
testículos presentan como secuela algún grado tra en el ganado (ovino, vacuno, caprino) y su
de atrofia, pudiendo acompañarse de trastornos transmisión al hombre es a través de contagio
de la fertilidad. Otros virus que pueden causar directo (inoculación, inhalación) o por ingestión
orquitis son el Coxsackie B, y el de la coriome- de productos contaminados. La manifestación
ningitis linfocitaria benigna. clínica más habitual es un síndrome febril con
Las orquitis bacterianas en general ocurren afectación de diferentes sistemas (esquelético,
como propagación por contigüidad de un proce- nervioso, pulmonar, hepatobiliar, hematológico y
so inflamatorio epididimario (epidídimo-orquitis) genitourinario). La orquiepididimitis como forma de
siendo excepcional el compromiso único del debut de esta enfermedad es poco frecuente, sin
testículo. Los gérmenes a menudo involucrados embargo, la afectación genitourinaria representa
son E. coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomona la segunda localización más frecuente (2-20%).
aeruginosa, Staphylococcus y Streptococcus. Es importante la anamnesis de los pacientes
La siembra metastásica del microorganismo se que consultan por orquitis (contacto animal, lugar
observa en las orquitis causadas por Brucella. de residencia, profesión), sobre todo ante una
Los procesos causados por blastomycosis y M. evolución insidiosa y refractaria al tratamiento
tuberculosis son por extensión de un cuadro con antibiótico habitual. En estos casos es de ayuda
origen en el epidídimo. la utilización de la serología para el diagnóstico
El cuadro clínico se caracteriza por la presencia de orquiepididimitis brucelar, utilizando la Prue-
de aumento del tamaño testicular, flogosis escro- ba de Rosa de Bengala, la seroaglutinación de
tal, dolor que se irradia hacia la región inguinal y Wright y el test de Coombs antibrucella. Con
síntomas sistémicos como fiebre, alteración del respecto al tratamiento, la pauta más aceptada

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Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

s Hitchens A, C Brown. “The bacteriology of chronic prostatitis”. Am


es la combinación de tetraciclinas (doxiciclina 100 J Public Health 1913; 3:884.
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99
CAPÍTULO 6

Infecciones urinarias durante el


embarazo
CARLOS LOVESIO, LUIS SABATTINI

Epidemiología Patogénesis y factores de riesgo

Las del tracto urinario son las infecciones bacte- Aunque la incidencia de bacteriuria en la mujer
rianas más comunes durante el embarazo. Las embarazada es similar a la de la mujer no emba-
infecciones urinarias se caracterizan por la pre- razada, la incidencia de pielonefritis en la mujer
sencia de una cantidad significativa de bacterias embarazada con bacteriuria está significativamen-
en cualquier lugar del tracto urinario, siendo cla- te aumentada, en comparación con la mujer no
sificadas por el sitio de infección en infecciones grávida. Los cambios anatómicos y fisiológicos
bajas (bacteriuria asintomática y cistitis) y altas en el tracto urinario durante el embarazo pue-
o del riñón (pielonefritis). den causar que la mujer con bacteriuria presente
Aunque la prevalencia de cistitis y bacteriuria una susceptibilidad aumentada al desarrollo de
asintomática es similar en la mujer embaraza- pielonefritis. Estos cambios involucran todo el
da y no embarazada, las infecciones del tracto tracto urinario, incluyendo los riñones, sistema
urinario inferior representan un factor de riesgo colector, uréteres y vejiga.
significativo para el desarrollo de pielonefritis en La mujer embarazada presenta una dilatación
estas pacientes. Este aumento del riesgo de pie- ureteral que comienza en la sexta semana de ges-
lonefritis es secundario a los cambios anatómicos tación y se prolonga hasta dos meses después
y fisiológicos que ocurren durante el embarazo. del parto. Esto se debe al aumento de los niveles
La incidencia de bacteriuria asintomática y cis- de progesterona y a la obstrucción mecánica pro-
titis aguda durante el embarazo es de 5 al 10%, ducida por el útero grávido. La disminución del
y del 1 al 4%, respectivamente. Entre el 20 y el tono ureteral se acompaña de una disminución
40% de las pacientes embarazadas con bacte- del tono de la vejiga, lo que contribuye a la estasis
riuria asintomática desarrollan eventualmente una urinaria y al reflujo vesicoureteral. El estasis uri-
pielonefritis durante el embarazo, mientras que nario, a su vez, puede resultar de la compresión
sólo el 1,8% de las pacientes, cuya orina es es- mecánica de los uréteres y de la vejiga por el
téril al comienzo del embarazo, desarrollarán una útero aumentado de tamaño. En estudios urodi-
infección aguda (Whalley, P). La pielonefritis es la námicos efectuados durante el embarazo se ha
infección bacteriana severa más común durante detectado incontinencia de esfuerzo en el 12%
el embarazo, pudiendo producir complicaciones y detrusor inestable en el 23% de las pacientes.
maternas y perinatales. La pielonefritis afecta al Los cambios hormonales pueden ser respon-
0,5 al 2% de las mujeres embarazadas, en par- sables de la disminución de la capacidad de con-
ticular durante el final del segundo y el comienzo centración del riñón durante el embarazo y de una
del tercer trimestre. En un estudio se comprobó disminución en la actividad antibacteriana normal
que el 67% de los casos de pielonefritis se pro- de la orina. Otros cambios relacionados con el
ducen durante el segundo y el tercer trimestre, embarazo incluyen glucosuria y aminoaciduria,
el 8% intraparto y el 19% en el periodo posparto que contribuyen a la bacteriuria brindando un
(Giltrab L. y colaboradores). excelente medio para la proliferación bacteriana.
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

La presencia de anormalidades del tracto urina- tipo Dr adhesinas se asocian con una alta tasa
rio y de diabetes mellitus, incluyendo la diabetes de parto prematuro en ratas.
gestacional, aumenta el riesgo de infecciones
durante la gestación. La incidencia (26,5%) y la Microbiología
tasa de recurrencia (19%) de infección urinaria
en la mujer diabética es elevada. La diabetes mal Las bacterias productoras de infección urinaria
controlada durante la gestación aumenta sig- son similares en la mujer embarazada y no emba-
nificativamente la incidencia de pielonefritis en razada. Las Enterobacteriaceae son responsables
comparación con la diabetes bien controlada. En del 90% de las infecciones urinarias durante el
pacientes diabéticas se ha observado una inci- embarazo. El patógeno más común es la Esche-
dencia más elevada de infecciones por gérmenes richia coli, con una incidencia reportada del 80
Gram positivos, estafilococo y enterococo. al 90% para la infección inicial y 70% para las
Una historia de infecciones urinarias antes del infecciones recurrentes. Las cepas más virulen-
embarazo y la presencia de anemia de células tas de E. coli poseen toxinas y adhesinas, pilis o
falciformes son predictores de bacteriuria asinto- fimbrias que permiten la adherencia al uroepitelio.
mática, que puede ser determinada en la primera Ello protege a las bacterias del flujo urinario y
visita prenatal. Si no se trata de forma adecuada, permiten la multiplicación bacteriana y la invasión
la bacteriuria asintomática puede evolucionar ha- del tejido renal. Serotipos O específicos de E. coli
cia la pielonefritis. Las mujeres de nivel socioe- se han relacionado epidemiológicamente con la
conómico bajo tienen una incidencia cinco veces producción de pielonefritis aguda, infección recu-
mayor de infecciones urinarias. Otros factores de rrente, daño parenquimatoso e insuficiencia renal.
riesgo se indican en la Tabla 6.1. Recientemente, la clase de adhesinas Dr se ha
La severidad de la infección depende de los asociado con pielonefritis en el embarazo, y una
mecanismos de defensa del huésped y de facto- elevada incidencia de parto pretérmino en ratas.
res de virulencia bacteriana (ver capítulo 2). Las Otras bacterias Gram negativas incluyen Pro-
bacterias que pueden fijarse a las superficies teus mirabilis, Klebsiella, Enterobacter, Pseu-
tienen una capacidad aumentada de colonizar domonas y Citrobacter. Los organismos Gram
la uretra y la vagina y ascender al tracto urinario positivos, tales como el Streptococcus grupo
para causar infección, en especial en ausencia B (GBS) y el Staphylococcus saprophyticus, en
de cepas protectoras como el Lactobacillus spp. ocasiones son aislados, siendo mayor su inci-
Estructuras especializadas, tales como los pili dencia en pacientes diabéticas. La Gardenella
o fimbrias, median la adhesión de las bacterias vaginalis, Chlamydia trachomatis y el Ureaplasma
al tracto urinario. En efecto, el 50 al 90% de urealyticum se han reportado en la orina en el 10
las cepas uropatogénicas de E. coli presentan al 15% de las mujeres embarazadas, sin que se
fimbrias P, que se asocian con pielonefritis en conozca su significado clínico.
la mujer adulta. En un informe reciente se ha El estreptococo grupo B o Streptococcus
destacado que las cepas de E. coli con fimbrias agalactiae (GBS) produce infección urinaria en

TABLA 6.1: Factores de riesgo para el desarrollo de infecciones del tracto urinario durante
el embarazo
Bacteriuria asintomática Problemas neurológicos
Diabetes mellitus Vejiga neurogénica
Historia de infección por Chlamydia trachomatis Lesión de la médula espinal
Historia de infecciones del tracto urinario Actividad sexual
Empleo de drogas ilícitas Anemia y enfermedad de células falciformes
Edad avanzada (! 30 años) Anomalías del tracto urinario
Multiparidad (! 4 embarazos) Litiasis renal
Bajo nivel socioeconómico

102
CAPÍTULO 6: Infecciones urinarias durante el embarazo

alrededor del 5% de las mujeres embarazadas. el embarazo no aumenta el riesgo de desarrollo


Entre el 15 al 40% de las mujeres embarazadas de pielonefritis.
están colonizadas con GBS en algún momento La pielonefritis aguda complica del 1 al 2% de
del embarazo, lo habitual es que no manifiesten todos los embarazos. Las infecciones del tracto
ningún síntoma, y 20% de ellas tienen cultivos urinario superior son poco frecuentes en el inicio
positivos intraparto (Tunbaga y col.). Los fac- del embarazo, excepto en las mujeres diabéticas.
tores que aumentan el riesgo de portación de De 80 a 90% de los casos ocurren a finales del se-
GBS incluyen la diabetes, edad menor de 20 gundo trimestre o en el puerperio. La pielonefritis
años y, en EEUU, la raza afroamericana. La bac- se asocia con síntomas sistémicos que incluyen
teriuria por GBS se puede asociar con ruptura fiebre, dolor en la zona lumbar, náuseas, vómitos,
precoz de membranas, nacimiento prematuro, escalofríos, leucocitosis y, con menos frecuencia,
y sepsis neonatal temprana. Más adelante se signos de cistitis. Los síntomas más comunes de
indicará la conducta terapéutica adecuada en pielonefritis son la fiebre y el dolor en la zona cos-
esta circunstancia. tovertebral, siendo más frecuente la afectación
del riñón derecho, tal vez debido a la obstrucción
Cuadro clínico producida por la dextrorrotación del útero. El diag-
nóstico se confirma con el cultivo de orina. Para
Los signos y síntomas de las infecciones urinarias el consenso IDSA, la pielonefritis se define por la
varían con el tipo de infección. La bacteriuria asin- identificación de al menos 104 ufc/mL de un uro-
tomática se define por la presencia de un recuento patógeno único en una muestra de orina de chorro
significativo de bacterias en la orina sin síntomas medio. Signos adicionales incluyen la presencia de
de infección. La complicación más significativa piuria o cilindros leucocitarios. Aunque a menudo
de la bacteriuria asintomática es el desarrollo de se obtienen hemocultivos en la evaluación inicial,
pielonefritis. Aproximadamente el 20 al 40% de su utilidad en el tratamiento de la pielonefritis es
las pacientes con bacteriuria asintomática, en limitada. Los patógenos bacterianos que se aíslan
especial si no son tratadas o no responden a la en los hemocultivos rara vez difieren de los hallados
terapéutica, desarrollan pielonefritis. En contraste, en la muestra de orina. La realización de rutina de
la incidencia de pielonefritis aguda en pacientes una ecografía renovesical es de limitado beneficio
sin bacteriuria asintomática en la primera etapa clínico y debe ser reservada para mujeres que no
del embarazo es menor del 1%. El tratamiento responden al tratamiento inicial.
efectivo de la bacteriuria asintomática es crucial, La pielonefritis en la embarazada se puede aso-
puesto que ello disminuye de manera significa- ciar con preeclampsia, hipertensión gestacional,
tiva la incidencia de pielonefritis y previene sus anemia, trombocitopenia, insuficiencia renal transi-
complicaciones. toria y endometritis posparto. Las manifestaciones
La cistitis complica el 1 al 4% de todos los más graves asociadas con la pielonefritis incluyen
embarazos. Los signos y síntomas clínicos de sepsis, coagulación intravascular diseminada, y
cistitis son la urgencia miccional, polaquiuria, síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA).
disuria, hematuria, piuria y falta de evidencia de El SDRA es mediado por endotoxinas que dañan
enfermedad sistémica. Algunos de estos sínto- la membrana alvéolo capilar del pulmón. Se ha
mas, como la polaquiuria y la urgencia miccional, reportado una incidencia de SDRA en mujeres
son frecuentes en la mujer embarazada, aun en embarazadas con pielonefritis del 1 al 8%, en par-
ausencia de infección. El diagnóstico, aunque ticular si el agente causal es la Klebsiella spp. Las
es fundamentalmente clínico, incluye un cultivo pacientes con SDRA se presentan con disnea,
positivo de orina con al menos 10 5 ufc/mL de taquipnea, hipoxemia, e infiltrados difusos en la
un uropatógeno único. Aunque los cultivos de radiografía de tórax, durante las primeras 48 ho-
rutina durante el periodo prenatal son efectivos ras de la enfermedad. Los factores predictivos de
para reconocer la bacteriuria, ello no tiene efec- injuria pulmonar incluyen taquicardia, hipertermia
to sobre la incidencia de cistitis, lo que sugiere mayor de 39°C en las primeras 24 horas, gestación
que la mayoría de las infecciones aparecen sin ! 20 semanas, sobrecarga hídrica ! 3 litros, uso
una bacteriuria previa. A diferencia de la bacte- de ampicilina, y empleo de tocolíticos Eagonistas
riuria asintomática, el diagnóstico de cistitis en en el parto prematuro.

103
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Una de cada 3 000 mujeres que presentan pie- epidemiológico llevado a cabo en Suecia (Wing
lonefritis en el embarazo desarrolla insuficiencia D. y colaboradores).
renal; el embarazo constituye una de las condi- La bacteriuria asintomática se caracteriza por
ciones más frecuentes en las que una pielonefritis la presencia de bacteriuria significativa (definida
aislada la desencadena. Por ello, es necesario como ≥ 105 ufc/mL en dos muestras consecutivas
el seguimiento a largo plazo de estas pacientes. de chorro medio de orina) sin manifestaciones
Hasta un 23% de embarazadas puede pre- clínicas de infección. Sin embargo, en pacientes
sentar recurrencias de la pielonefritis durante el sintomáticas con un patógeno identificado, en
mismo embarazo. El riesgo de episodios repeti- particular E. coli o S. saprophyticus, un nivel de
dos de pielonefritis es el desarrollo de daño renal ≥ 10 2 ó 10 3 ufc/mL puede ser un indicador más
permanente. El control con cultivos frecuentes de realista de infección que el valor estándar de 10 5
orina luego del primer tratamiento y el empleo de ufc/mL. El consenso de la Infectious Diseases
tratamientos de supresión son importantes para Society of America define la cistitis por la pre-
prevenir las recurrencias. sencia de ≥ 10 2 ufc/mL y la pielonefritis de ≥ 10 3
El desarrollo de infección urinaria durante la ufc/mL de orina.
gestación puede asociarse con complicaciones Es importante destacar que hasta el 30% de
fetales y neonatales. Los riesgos de parto pre- los especímenes de orina pueden estar conta-
maturo (antes de las 37 semanas de gestación), minados, en especial cuando la técnica es rea-
infantes con bajo peso al nacer ( 2 500 g), y lizada en forma incorrecta por el paciente, sien-
mortalidad fetal son elevados en presencia de do habitual en estos casos el hallazgo de flora
pielonefritis. Un estudio informa una incidencia polimicrobiana o Lactobacillus. Una desventaja
del 15% de nacidos con peso inferior a 2 500 g del cultivo de orina es que demora 24-48 horas
en embarazadas con pielonefritis aguda. Otros en brindar resultados. Se han propuesto como
estudios comprueban la asociación entre la infec- alternativas para el urocultivo una serie de exá-
ción urinaria en el embarazo y el retardo cognitivo menes rápidos, tales como las cintas reactivas
y enfatizan la importancia del rápido diagnóstico para nitritos o esterasa de leucocitos, análisis de
y tratamiento. El uso de agentes tocolíticos pue- orina, examen directo u otros tests enzimáticos.
de retardar los nacimientos de pretérmino, pero Sin embargo, son menos sensibles que el urocul-
debe considerarse el riesgo de edema pulmonar tivo puesto que requieren una alta concentración
cuando se elige este tipo de terapéutica. de bacterias y tienen por ende un menor valor
predictivo positivo, y además los resultados de
Diagnóstico estos tests rápidos siempre deben ser confirma-
dos con un urocultivo.
La bacteriuria asintomática es la infección más La presencia de fiebre y dolor lumbar acompa-
común encontrada en el embarazo y afecta al ñado por un cultivo positivo de orina y piuria o ci-
2-7% de las gestantes. Su diagnóstico se basa lindros leucocitarios en la orina son indicativos de
en los exámenes de laboratorio. Puesto que el pielonefritis. En este caso es conveniente realizar
tratamiento adecuado de la bacteriuria asintomá- un hemograma completo, dosaje de creatinina y
tica puede disminuir la incidencia de pielonefritis electrolitos séricos y una serie de hemocultivos.
y complicaciones relacionadas, el American Co- En general, la respuesta clínica más que el cultivo
llege of Obstetrics and Gynecology recomienda la establece el ajuste en la terapéutica antibiótica,
búsqueda de rutina de la bacteriuria mediante el por lo que la utilidad de los cultivos en la terapia
urocultivo en la primera visita prenatal y durante inicial es limitada. Sin embargo, la persistencia
el tercer trimestre. El US Preventive Services Task de la fiebre o el dolor pueden ser marcadores de
Force recomienda la evaluación para bacteriu- fallo terapéutico y, en estos casos,contar con la
ria con urocultivo para la mujer embarazada en sensibilidad a los antimicrobianos es importante.
las 12-16 semanas de gestación, lo que permite Se debe considerar la repetición del urocultivo
identificar al 80% de las mujeres que eventual- una o dos semanas luego de completar la tera-
mente desarrollarán bacteriuria asintomática. Esta péutica y mensualmente hasta el embarazo, para
recomendación está basada en un gran estudio confirmar la resolución de la bacteriuria.

104
CAPÍTULO 6: Infecciones urinarias durante el embarazo

Manejo terapéutico si existe resistencia bacteriana a las drogas de


primera línea. La mayoría de los regímenes in-
El manejo terapéutico de la infección urinaria en volucra el tratamiento oral por 10 a 14 días. Es
la mujer embarazada requiere un correcto cono- probable que la cefalexina sea la cefalosporina
cimiento de los agentes antimicrobianos, con el oral que más ha sido utilizada en el embarazo. Las
fin de optimizar la evolución materna y asegurar cefalosporinas de tercera generación, en particular
la seguridad del feto. En este sentido, se anali- la ceftriaxona, son efectivas para el tratamiento
zarán las siguientes situaciones: antibióticos a de la pielonefritis aguda. Sin embargo, su em-
utilizar en el embarazo, tratamiento de la bacte- pleo no es recomendable inmediatamente antes
riuria asintomática y de la cistitis, tratamiento de del parto por el riesgo potencial de kernicterus,
la pielonefritis y tratamiento de supresión. debido a su alto grado de unión a las proteínas.
En estos casos, la droga de elección por vía oral
Antibióticos a utilizar durante el embarazo sería la cefixima.
Durante el embarazo se produce un incremento Los aminoglucósidos alcanzan una alta con-
del volumen de agua total del organismo, del centración renal, lo que los convierte en muy efec-
volumen plasmático y del gasto cardiaco, lo que tivos para el tratamiento de la pielonefritis. Cruzan
implica un aumento del volumen de distribución la placenta y, en teoría, pueden ser ototóxicos
de los antimicrobianos hidrosolubles a expensas y probablemente nefrotóxicos para el feto. En
del espacio extracelular. Además, el aumento caso de requerirse su empleo, se sugiere utilizar
generalizado de la grasa corporal provoca una gentamicina y realizar control de las concentra-
disminución de las concentraciones de los fár- ciones séricas en la madre.
macos lipofílicos por depósito en la grasa. Por La combinación trimetoprima-sulfametoxazol
otra parte, el embarazo se asocia con un au- ha sido muy utilizada para el tratamiento de las
mento fisiológico (≥ 50%) de la tasa de filtración infecciones urinarias en general, pero en el mo-
glomerular, con un aumento en la magnitud de mento actual la tasa de resistencia de E. coli es
eliminación de las drogas excretadas por el riñón. elevada, por lo que se ha limitado su empleo. Las
Ello, asociado a la frecuente poliuria existente en preparaciones con trimetoprim no deben ser utili-
el embarazo, reduce el tiempo durante el cual una zadas en el primer trimestre del embarazo debido
droga está presente en la orina y hace necesario a que la droga inhibe el metabolismo del folato
incrementar la dosis de ciertas drogas hidrofílicas y, al disminuir su concentración en las células
para asegurar la eficacia. rojas, se aumenta el riesgo de defectos del tubo
Los antibióticos Elactámicos, en particular la neural y del aparato cardiovascular. En el último
ampicilina y la amoxicilina, fueron durante mucho trimestre existe riesgo de kernicterus, sobre todo
tiempo los más utilizados para el tratamiento de en recién nacidos de pretérmino.
las infecciones urinarias en la mujer embarazada. Las quinolonas alcanzan alta concentración en
Se ha comprobado que la farmacocinética de cier- el tejido renal y se han utilizado como alternativa
tos antibióticos Elactámicos se encuentra alterada en la pielonefritis en presencia de resistencia a
durante el embarazo, con una eliminación renal los tratamientos de primera línea. En la actuali-
más rápida y menores concentraciones plasmáti- dad, en nuestro medio existe un alto grado de
cas de estas drogas, por lo que es recomendable resistencia a las quinolonas en E. coli, a lo que
aumentar su dosis en este periodo. El problema se agrega la dificultad de su empleo en el emba-
más importante en la actualidad, sin embargo, es razo, por lo que no son drogas recomendadas
la alta tasa de resistencia de E. coli a los mismos, en esta situación.
por lo que su empleo sólo es recomendable en La nitrofurantoína alcanza elevados niveles te-
presencia de exámenes de susceptibilidad. Con rapéuticos sólo en la orina, por lo que este agente
respecto al empleo de amoxicilina-sulbactam, si se debe utilizar únicamente para tratar infecciones
bien se realiza en el embarazo, existe una expe- del tracto urinario inferior. Aunque es muy activa
riencia limitada en cuanto a su seguridad. contra E. coli, la nitrofurantoína no lo es contra
Las cefalosporinas pueden ser utilizadas sin Proteus spp. El efecto colateral más importante
riesgo para el tratamiento de la pielonefritis du- de la nitrofurantoína es sobre el aparato diges-
rante el embarazo, siendo una buena alternativa tivo, produciendo náuseas, vómitos y anorexia.

105
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 6.2: Tratamiento de las infecciones urinarias en la mujer embarazada


Droga Dosis unitaria Intervalo de dosis
Cefalosporinas orales 500 mg 6-8 horas
Cefalotina IV 1g 6 horas
Aminopenicilinas 500-1 000 mg 6 horas
Aminopenicilina-clavulanato 875/125 mg 8 horas
Nitrofurantoína (excepto último mes) 100 mg 8-12 horas
Ceftriazona IV o IM 1 000 mg 12-24 horas
Cefixima 400 mg 24 horas
Gentamicina IV 5 mg/kg 24 horas
Piperacilina tazobactam 3 g/375 mg 6 horas
Trimetoprima-sulfametoxazol 160 mg/800 mg 12 horas

La nitrofurantoína puede producir neumonitis o para el organismo específico una vez que se dis-
reacciones pulmonares, y anemia hemolítica en ponga de los cultivos y sensibilidad. A fin de lograr
pacientes con deficiencia de glucosa 6 fosfato la adherencia y tolerancia por parte de la pacien-
dehidrogenasa. La droga se considera un agente te, recientemente se han propuesto tratamientos
seguro para el tratamiento de la bacteriuria en cortos. Para ello se han comparado tratamientos
el embarazo. unidosis, de tres y de diez días. El curso más cor-
En la Tabla 6.2 se indican los antimicrobianos, to de tratamiento que parece ser satisfactorio en
dosis e intervalo de dosis recomendados para la mujer no embarazada es el de tres días para la
el tratamiento de las infecciones urinarias en la infección inicial. Sin embargo, durante el embarazo
mujer embarazada. es recomendable utilizar tratamientos convencio-
nales de 7 a 10 días de duración para asegurar
Tratamiento de la bacteriuria asintomática la erradicación y prevenir la recurrencia. Se debe
y de la cistitis realizar un cultivo 10 días después de completar
La bacteriuria asintomática no es considerada clí- el tratamiento para asegurar la curación clínica. La
nicamente significativa en la mayoría de los casos; reinfección o la recaída deben ser tratadas duran-
sin embargo, esta no es la situación en la mujer te tiempos más largos, utilizando además terapia
embarazada. Como se adelantó, si la bacteriuria continua de supresión (ver más adelante).
asintomática no es tratada, se asocia con pielo- El manejo de la cistitis es similar al de la bacte-
nefritis aguda, nacidos de bajo peso, nacimientos riuria asintomática. El tratamiento inicial es em-
prematuros, preeclampsia, hipertensión, anemia pírico, y el ajuste subsecuente se debe basar
y endometritis posparto. El tratamiento adecuado en el resultado del urocultivo y de la prueba de
de la bacteriuria asintomática es fundamental sensibilidad. La duración de la terapéutica debe
para disminuir el riesgo de complicaciones ma- ser de 7 a 10 días, puesto que el riesgo de recu-
ternas y fetales. El tratamiento antimicrobiano de rrencia puede ser elevado con tratamientos más
la bacteriuria asintomática durante el embarazo cortos. (Figura 6.1)
disminuye el riesgo de subsecuente pielonefritis Un tema en revisión en la actualidad es el re-
del 20-30% a un 1-4%, y la incidencia de bac- ferido a la actitud diagnóstica y profiláctica ante
teriuria persistente del 86 al 11%. En el metaa- el hallazgo de Streptococcus agalactiae en em-
nálisis de Smaill (Cochrane Review) se demostró barazadas. En este sentido, la estrategia preco-
que el tratamiento de la bacteriuria asintomática nizada indica:
disminuye de un 15 a un 10% la incidencia de 1) Realizar pesquisa de SGB a las 35-37 se-
infantes nacidos con bajo peso. manas mediante el cultivo de la zona va-
La droga de elección debe brindar cobertura para ginal y anal.
E. coli, debiendo conocerse la patente de sensi- 2) Realizar profilaxis intraparto en: niño previo
bilidad para el lugar. La terapia debe ser ajustada con SGB, bacteriuria durante el embarazo,

106
CAPÍTULO 6: Infecciones urinarias durante el embarazo

Detección de bacteriuria (12-16 semanas)

Positivo (3-7%) Negativo (93-97%)

Confirmar con recultivo Cuidado antenatal


o tratar si es sintomática rutinario

Evaluar creatinina Repetir detección en


sérica tercer trimestre

Nitrofurantoína 100 mg/8 horas


por 7-10 días u otro
antimicrobiano apropiado

No recurrencia (60%) Recurrencia (40%)

Repetir urocultivo Ampicilina 500 mg/8 hs. x 2 semanas o


mensualmente Nitrofurantoína 100 mg/8 hs. x 2 semanas

Recurrencia (50%) No recurrencia (50%)

Ampicilina o nitrofurantoína Urocultivo mensual


Durante 6 semanas
Terapéutica de supresión
hasta final del embarazo
FIGURA 6.1: Algoritmo. Conducta de evaluación y tratamiento de la bacteriuria asintomática y de la
cistitis en la mujer embarazada

cultivo positivo (salvo cesárea planificada en de que el cultivo sea positivo, cultivo anal
ausencia de trabajo de parto o ruptura de y vaginal negativos en la última parte del
membrana), desconocimiento de la situación embarazo actual, con independencia de
(cultivo no realizado o no conocido), y cual- los factores de riesgo.
quiera de los siguientes eventos: nacimiento En caso de realizarse profilaxis antibiótica in-
< 37 semanas, rotura de membrana ≥ 18 traparto, los esquemas propuestos son:
horas o fiebre intraparto ≥ 38ºC. 1. Penicilina G: dosis inicial 5 millones UI, IV.
3) No está indicada profilaxis intraparto en Luego 2,5 millones IV cada 4 horas hasta
nacimiento previo con cultivo positivo en el el parto, o
tamizaje, salvo que el actual sea positivo; 2. Ampicilina: dosis inicial 2 g IV. Luego 1 g IV
cesárea planificada en ausencia de traba- cada 4 horas hasta el parto.
jo de parto o rotura de membrana a pesar En pacientes alérgicas a la penicilina:

107
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

1. Bajo riesgo de anafilaxia o anafilaxia leve: Si no se obtiene una respuesta clínica adecua-
cefazolina dosis inicial 2 g IV. Luego 1 g IV da, se debe realizar una evaluación para resisten-
cada 8 horas hasta el parto. cia bacteriana, presencia de urolitiasis, formación
2. Alto riesgo de anafilaxia o anafilaxia severa: de abscesos perinéfricos, o presencia de anor-
clindamicina, 900 mg IV cada 8 horas hasta malidades del tracto urinario. La ultrasonografía
el parto o eritromicina 500 mg IV cada 6 renal se debe utilizar para descartar una eventual
horas hasta el parto. anormalidad estructural.
3. Cepas resistentes a la clindamicina y eritro- Se ha demostrado que la presencia de in-
micina: vancomicina 1 g IV cada 12 horas fecciones cervicovaginales y el aumento de la
hasta el parto. inflamación a este nivel están relacionados con
el fracaso del tratamiento antibiótico en la erra-
Tratamiento de la pielonefritis dicación de las bacterias del tracto urinario en
La tendencia de la pielonefritis a progresar du- la pielonefritis aguda durante el embarazo. La E.
rante el embarazo a complicaciones maternas y coli uropatogénica se encuentra presente como
neonatales hace necesario instalar un pronto y parte componente de la infección cervicovagi-
agresivo tratamiento. Debido a que la mayoría nal en el 65% de las pacientes. La existencia
de las pacientes con pielonefritis se encuentran de grupos de E. coli de mayor virulencia y el re-
deshidratadas, el manejo inicial debe incluir una servorio vaginal de la misma explican el fracaso
adecuada hidratación intravenosa y un estrecho del tratamiento antibiótico en algunos casos de
control del volumen urinario. Se deben utilizar pielonefritis aguda tratados por 14 días. En estos
antipiréticos para aliviar la fiebre. El estándar co- casos se recomienda tratamiento más prolongado
rriente de cuidado incluye la hospitalización y el y la realización ulterior de tratamiento supresivo
inicio de terapéutica antimicrobiana parenteral. (ver más adelante).
La mayoría de los ensayos clínicos ha estudia- Las pacientes con evidencia de urolitiasis, pero
do antibióticos parenterales que incluyen cefazo- sin evidencia de infección urinaria deben ser tra-
lina, ceftriazona y la combinación de ampicilina o tadas en forma conservadora con hidratación y
cefazolina con gentamicina. Un estudio reciente narcóticos. Si existen signos de infección se debe
de Cochrane Review demuestra que los distintos realizar la admisión al hospital, iniciar tratamiento
tratamientos parenterales son igualmente efec- con antimicrobianos de amplio espectro, y rea-
tivos, considerando la incidencia de cura clínica lizar una descompresión de urgencia del tracto
o microbiológica, recurrencia, nacimientos de urinario, ya sea por cistoscopia y colocación de
pretérmino, ruptura prematura de membranas, un tubo doble J en el uréter o, en casos excep-
admisión a terapia intensiva neonatal, cambio de cionales, realizar una nefrostomía percutánea.
antibióticos y tiempo de hospitalización. Las pacientes deben ser controladas, iniciando
Se sugiere comenzar con terapéutica antimicro- tratamiento antimicrobiano oral cuando están afe-
biana intravenosa de forma empírica, y continuar briles y estables. La remoción de los cálculos
hasta que la paciente esté afebril por 48 horas con debe ser demorada hasta después del parto si
la resolución de otros síntomas. Se puede pasar es posible. No existen recomendaciones respec-
a antibioticoterapia oral para completar un curso to de la posibilidad de la realización de litotricia
de 10 a 14 días de tratamiento. La hospitalización extracorpórea durante el embarazo, aunque en
durante los primeros días puede prevenir compli- general no es recomendable su práctica.
caciones serias tales como SDRA, shock séptico,
parto de pretérmino y recurrencias, con la posi- Terapéutica de supresión
bilidad de daño renal permanente. Es importante El empleo de terapéutica de supresión es impor-
mantener una adecuada hidratación intravenosa tante para prevenir la reinfección o recaída. En
para asegurar un buen volumen urinario. En pa- efecto, en una revisión retrospectiva, una inci-
cientes con riesgo de SDRA, se recomienda utili- dencia de recurrencia del 60% sin supresión fue
zar una doble terapéutica, por ejemplo cefazolina reducida al 2,7% con el tratamiento supresivo
más gentamicina. En nuestra experiencia ha sido diario (Harris R. y col). Smaill y col. realizaron un
muy satisfactorio el empleo de ceftriazona o la metanálisis en el que se sintetizaron los resulta-
combinación piperacilina-tazobactam. dos de 11 estudios randomizados que comparan

108
CAPÍTULO 6: Infecciones urinarias durante el embarazo

s Dwyer P, M Reilly. “Recurrent urinary tract infection in the female”.


la profilaxis con antibióticos versus placebo en Curr Opin Obstet Gynecol 2002; 14:537.
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antibióticos profilácticos se constató una reduc- s Farinati, A. “Actitud diagnóstica y profiláctica ante el hallazgo
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de completar el tratamiento primario. Se deben
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7-Day nitrofurantoin for asymptomatic bacteriuria in pregnancy:
mujer. La reducción del riesgo es de aproximada- A randomized controlled trial”. Obstetrical & Gynecological
mente 12 a 20%. El componente proantocianidina Survey-2009; 64:359
del jugo de arándanos inhibe la adherencia de s Macejko A, A Schaeffer. “Asymptomatic bacteriuria and
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109
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

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bacteriuria in adults: US Preventive Services Task Force

110
CAPÍTULO 7

Infecciones urinarias en pacientes con


insuficiencia renal crónica y luego del
trasplante renal
CARLOS LOVESIO

La infección urinaria en la la mayor cantidad de pacientes con pielonefritis


aguda. Este organismo virulento puede producir
insuficiencia renal crónica injuria celular directa, habitualmente luego de
colonizar la pelvis renal. El daño puede también
Introducción ocurrir en forma indirecta por los efectos de los
En la medida en que las infecciones urinarias mediadores inflamatorios. La infección metastá-
pueden estar presentes en pacientes con insu- sica rara vez produce infección renal, presentán-
ficiencia renal, es obvio que surgirán problemas dose como abscesos corticales y por lo general
relacionados con el tratamiento de la infección sólo en individuos susceptibles (diabéticos, inmu-
y con el manejo de la enfermedad renal. En tal nosuprimidos, pacientes con sondaje crónico),
caso, es importante considerar la causa, la sus- siendo producida por gérmenes específicos (S.
ceptibilidad especial, los efectos y las complica- aureus, C. albicans, Salmonella).
ciones de la infección del parénquima renal en La infección urinaria puede inducir fiebre y
esta población particular. una elevación de los reactantes de fase aguda,
Para el análisis del presente apartado se abor- tales como la proteína C reactiva y la velocidad
darán tres aspectos principales: de eritrosedimentación. La infección bacteriana
1. Cuáles son los efectos agudos de la infección también desencadena la liberación de citoquinas,
urinaria sobre el riñón y en qué medida estas tales como la interleukina 6 y la interleukina 8, y la
lesiones pueden evolucionar a la cronicidad. inmunoglobulina A. El daño tisular queda reflejado
2. Posibilidad de progresión de la insuficiencia por la secreción en la orina de proteínas tubula-
renal crónica en función de la presencia de res y enzimas, tales como la E2-macroglobulina,
infección y qué enfermedad renal en parti- E2-microglobulina y N-acetil-D-glucosamina. En
cular predispone a la infección. términos funcionales, se constata una pérdida del
3. Cuáles son las modalidades de tratamien- poder de concentración de la orina que puede
to antibiótico recomendables en pacientes persistir por largo tiempo.
con infección urinaria e insuficiencia renal Existen muchos factores identificables rela-
crónica, en particular en cuanto al ajuste cionados con la virulencia de las bacterias y con
de dosis de los antibióticos en función del su capacidad de adherirse a la mucosa previo
grado de insuficiencia renal. a la invasión. Los pilis tipo 1 ó fimbrias pueden
combinarse con receptores de manosa de la
Efectos agudos de la infección mucosa uroepitelial, que son parte de la lámina
de mucopolisacárido producida por este tipo de
urinaria en el riñón normal células. Los pilis tipo 2 ó fimbrias P se unen a
Los efectos agudos de la infección urinaria en el los glicolípidos de las sustancias de los grupos
riñón normal son complejos. La Escherichia coli sanguíneos que son secretadas por el urotelio.
es el organismo Gram negativo que se aísla en En términos prácticos, la E. coli uropatogénica
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

para el riñón parece expresar fimbrias específi- En conclusión, con el empleo de modernas
cas asociadas con la pielonefritis, al menos en técnicas por imágenes se pueden demostrar le-
niños, entre quienes el 90% de los individuos siones parenquimatosas de fibrosis, resultantes
con pielonefritis aguda presentan este tipo par- de pielonefritis no obstructiva. Sin embargo, es-
ticular de microorganismos, en comparación con tos pacientes no desarrollan insuficiencia renal
una proporción mucho menor de aquellos que crónica y la escara es una lesión distinta de la
presentan exclusivamente cistitis o bacteriuria típica lesión de la nefropatía por reflujo. Esto
asintomática. se desprende de la experiencia clínica, pues si
La adhesión bacteriana puede ser de be- bien en la pielonefritis aguda se pueden obser-
neficio variable para el microorganismo, faci- var cambios dramáticos en la tomografía o en la
litando la fijación y la posibilidad de evitar los ecografía, en la mayoría de los casos estos se
mecanismos de defensa del huésped. Varias resuelven sin dejar secuela.
citoquinas son responsables de la inducción de En el futuro, la rara ocurrencia de daño renal
migración leucocitaria, facilitando la conversión producido aparentemente por una infección
de una colonización bacteriana asintomática en urinaria aguda o recurrente podrá ser prevista
una infección clínica. En forma paradójica, la estableciendo un tratamiento de largo tiempo
reducción de la adhesividad puede facilitar la en poblaciones seleccionadas. Estos pacientes
penetración silenciosa en el parénquima renal. deberán ser identificados como portadores de
En un estudio reciente, se comprobó que en un defecto genético intrínseco en la respuesta
pacientes que sufrieron una infección urinaria a la liberación de citoquinas por la infección.
aguda, la mayoría desarrolló una reducción del Estos defectos genéticos obviamente serán más
poder de concentración, aunque una proporción importantes en pacientes que a su vez presen-
significativa (40%) no alcanzó a desarrollar una tan anormalidades estructurales causantes de
infección sintomática. En la mayoría de estos infección urinaria complicada, tales como dia-
pacientes, la bacteria responsable presentó béticos, pacientes portadores de obstrucción
una reducida capacidad de adhesión, lo que de la vía urinaria o de enfermedad poliquística
facilitó su penetración en el parénquima renal renal del adulto. La situación particular de los
y un mayor daño funcional y estructural. niños con reflujo vésico-ureteral se analiza en
Es controvertido que la infección urinaria pue- el capítulo relacionado con infecciones en la
da desarrollar lesión estructural bajo la forma de infancia.
fibrosis, en ausencia de reflujo, obstrucción o
patología litiásica. Es de destacar que se puede Enfermedad renal crónica
demostrar una reducción dramática de la per- e infección urinaria
fusión renal y de la excreción en forma aguda,
dando origen a la denominada nefronía lobar, con Existen una serie de razones por las cuales los
los nuevos métodos de imágenes, tales como la pacientes con insuficiencia renal crónica tienen
tomografía computada y el centellograma con una susceptibilidad aumentada al desarrollo de
ácido dimercaptosuccínico, pero no con la uro- infecciones urinarias. Las propiedades antibac-
grafía convencional. Un estudio ha mostrado que terianas de la orina normal, dependientes de la
el 55% de los pacientes sin lesión renal preexis- presencia de urea, un pH bajo y una osmolali-
tente desarrolla lesiones parenquimatosas agudas dad elevada, se pierden. A ello se debe agregar
durante un episodio de pielonefritis aguda. Estas el reducido volumen urinario, que disminuye el
lesiones persisten por tres a seis meses cuando se efecto de arrastre producido por la micción. Los
realizan estudios de seguimiento en el 77% de los pacientes urémicos también presentan un cier-
pacientes. Meiland y col., en un estudio reciente to grado de inmunosupresión, y además se en-
que involucró más de 500 pacientes, comproba- cuentra inhibida la formación del mucus protector
ron que la bacteriuria por Escherichia coli no se uroepitelial. A pesar de estas consideraciones,
asocia con una declinación de la función renal es escasa la evidencia existente sobre la presen-
ni con el desarrollo de insuficiencia renal crónica cia de una relación causal entre la insuficiencia
en una población de mujeres jóvenes durante un renal crónica y la persistencia de la infección
periodo de seguimiento de 12 a 14 años. urinaria. Tampoco existen datos definitivos sobre

112
CAPÍTULO 7: Infecciones urinarias en pacientes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal

la influencia de las infecciones urinarias sobre la La infección urinaria es la más común en los
progresión de la enfermedad renal. Sin embargo, recipientes de trasplante renal, variando su inci-
existen algunas excepciones que deben ser con- dencia entre 6 y 86%, representando alrededor
sideradas, en particular los pacientes portadores del 50% de todas las complicaciones infecciosas.
de enfermedad poliquística dominante del adulto, Por otra parte, los recipientes de trasplante renal
diabetes y litiasis renal persistente. La situación desarrollan infecciones urinarias con mayor fre-
particular de las infecciones urinarias en el dia- cuencia que la población general. La frecuencia
bético se analiza en el Capítulo 9. de infecciones urinarias depende de múltiples fac-
Las infecciones urinarias son una complicación tores tales como la edad y el sexo del recipiente,
prominente de la enfermedad poliquística renal, la función renal y comorbilidades, protocolo de
constituyendo el hallazgo de presentación de la inmunosupresión y tiempo de evaluación. Takai
enfermedad en el 23 al 42% de los pacientes, y col. reportan que el 26% de 363 pacientes con
que habitualmente son mujeres. En el estado trasplante renal desarrolló una infección urinaria
avanzado de la enfermedad, es dificultoso obte- en un periodo medio de cuatro años, mientras
ner un cultivo positivo de orina, aunque la piuria que Martínez Marcos y col. hallaron que el 63%
es habitual. La pielonefritis aguda es común y de 50 trasplantados consecutivos seguidos por
puede originarse en una infección de los quistes. un periodo de un año desarrollaron una infección
La eficacia del tratamiento antibiótico en estos urinaria. La considerable variación en la incidencia
casos depende de la medida en la que los quis- reportada de infección urinaria postrasplante pue-
tes están relacionados con el sistema excretor de deberse a brotes locales, diferente incidencia
y de la liposolubilidad del agente utilizado. Las de resistencia, estrategia antibiótica específica,
cefalosporinas, aminoglucósidos y ampicilina, pero también a las variadas definiciones y crite-
que son tratamientos estándar de la pielonefritis y rios diagnósticos.
requieren un transporte activo, por lo general son La mayoría de las infecciones urinarias (74%)
inefectivos. Los agentes más efectivos son las se producen durante el primer año luego del
quinolonas. En los pacientes trasplantados con trasplante, en particular dentro de los primeros
riñones poliquísticos, la persistencia o reiteración meses luego de la cirugía. Durante el segundo
de las infecciones urinarias puede hacer necesaria año la proporción de infecciones urinarias dismi-
la ablación de los riñones propios. nuye al 35%, y al 21% en el cuarto año ulterior
La nefrolitiasis, en particular por cálculos de al trasplante.
estruvita, uropatía obstructiva o reflujo grosero, Los estudios realizados en los inicios de la era
claramente predispone a la infección. En el Ca- del trasplante informaban una elevada prevalencia
pítulo 13 se analiza la situación particular creada de bacteriuria asintomática en los recipientes de
por la infección en pacientes con nefrolitiasis. trasplante renal, en especial en los primeros seis
meses tras el mismo. La evolución en el manejo
La infección urinaria en el del trasplante ha introducido la profilaxis perio-
peratoria de rutina, la minimización en el uso de
trasplante renal catéteres uretrales, y la profilaxis antimicrobiana
prolongada para prevenir la neumonía y otras
Epidemiología infecciones. Estas intervenciones también pre-
La infección bacteriana más frecuente luego del vienen la bacteriuria asintomática y las infeccio-
trasplante renal es la que afecta al aparato uri- nes urinarias sintomáticas. Las guías recientes
nario. Se produce habitualmente en el periodo no recomiendan la realización de exámenes de
posoperatorio inmediato, y es fácil de reconocer rutina en busca de bacteriuria en los pacientes
cuando el paciente está internado. Las infecciones asintomáticos con trasplante renal.
tardías, en cambio, pueden ser de diagnóstico
más dificultoso, siendo más probable que se de- Ruta de infección
sarrolle una pielonefritis o una urosepsis asocia-
da. La infección urinaria luego del trasplante se Las bacterias se introducen principalmente a tra-
puede presentar como bacteriuria, piuria, cistitis vés del catéter urinario, en particular en el pe-
aguda, pielonefritis o urosepsis. riodo inmediato al trasplante. Aun en sujetos no

113
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

inmunocomprometidos, la incidencia de bacteriu- TABLA 7.1: Factores que predisponen a infección


ria aumenta en un 5% por día de cateterización, lo del tracto urinario luego del trasplante renal
que se asocia con un aumento en la incidencia de Factores preoperatorios
morbilidad y mortalidad. Warren y col. informaron Sexo femenino
una incidencia de bacteriuria de 5-10% por día
Diabetes mellitus
mientras el catéter permanece colocado en los
Enfermedades sistémicas tratadas con
recipientes de trasplante. La remoción precoz del
corticoides
catéter, entre las 36 y 48 horas del trasplante, se
Anormalidades del tracto urinario
asocia con una menor incidencia de infección,
Diálisis prolongada
sin aumento de las complicaciones urológicas.
Casi todos los trasplantes renales son hetero- Factores intraoperatorios
tópicos, con el injerto colocado habitualmente en Riñones de donantes cadavéricos
la fosa ilíaca. El uréter trasplantado, por lo gene- Órganos infectados
ral, es anastomosado a la vejiga por una técnica Utilización de tubos doble J
extravesical. Aunque este tipo de anastomosis Retrasplante
tiene un túnel antirreflujo corto, la mayoría de las Factores posoperatorios
anastomosis vésico-ureterales en los pacientes Prolongada cateterización urinaria
trasplantados presentan reflujo, lo que constituye
Excesiva inmunosupresión
un factor primordial en el origen de las infeccio-
Disfunción del injerto y rechazo
nes ascendentes.
Infección del tracto urinario nativo
Existe el riesgo de diseminación hematógena
Instrumentación del tracto urinario
de una infección a distancia, con compromiso
del implante, debido a la inmunosupresión y a su Reflujo vésico-ureteral
vulnerabilidad luego de la manipulación quirúrgica.
La contaminación del riñón cadavérico antes
del trasplante, producida por una infección uri-
naria u otra complicación séptica en el donante previas al trasplante también se asocia con un
o por la contaminación del líquido de perfusión, aumento de la incidencia de infección.
también se ha descrito. En varias series se ha constatado una mayor
incidencia de infecciones en pacientes que reci-
Factores predisponentes ben un riñón cadavérico en relación con aquellos
que reciben un riñón de donante vivo. Los riñones
Una serie de factores se asocian con un riesgo de donantes vivos están expuestos a periodos
aumentado de invasión bacteriana del aparato más cortos de isquemia caliente, menor injuria
urinario en pacientes sometidos a trasplante por isquemia reperfusión, y se asocian con una
renal (Tabla 7.1), incluyendo un periodo pro- menor incidencia de disfunción del injerto que
longado de hemodiálisis antes del trasplante, los riñones de donantes cadavéricos.
sexo femenino, duración de la cateterización, Existe una correlación significativa entre la
una historia de infecciones urinarias previas al dosis acumulativa de tratamiento antirrechazo,
trasplante, presencia de reflujo vésico-ureteral, uremia crónica e incidencia de infección. Si bien
enfermedad poliquística renal con historia de en los últimos años se han introducido diver-
infecciones recurrentes del tracto urinario sin sos regímenes antirrechazo, no existe evidencia
binefrectomía previa al trasplante, diabetes me- respecto de su influencia relativa sobre la inci-
llitus, infección viral crónica, problemas aso- dencia de infecciones urinarias. En un estudio
ciados con la anastomosis ureteral y aumento randomizado prospectivo de tacrolimus luego
de la excreción de aluminio en pacientes con del trasplante renal, Shapiro y col. no hallaron
sobrecarga previa del catión. Dos subpobla- diferencia con respecto a otros regímenes en
ciones, las mujeres y los ancianos, presentan cuanto a la incidencia de infecciones. Dantas y
un riesgo aumentado de desarrollar urosepsis col. comprobaron que un cambio en el régimen
como resultado de una infección urinaria. La de inmunosupresión es un factor de riesgo in-
presencia de malformaciones de la vía urinaria dependiente para el desarrollo de infecciones

114
CAPÍTULO 7: Infecciones urinarias en pacientes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal

urinarias, dicho cambio se debe sobre todo a la una injuria del injerto definida por un aumento de
presencia de episodios de rechazo (70,4%), lo la creatinina ≥ 20%. En adición, el 62% de las ce-
que requiere un aumento del tratamiento. pas de E. coli que expresan fimbrias P se asocian
Van der Weide y col. sugieren que la disfun- con una injuria del implante con la posibilidad de
ción evacuatoria puede predisponer a los niños invadir el uroepitelio, facilitando el desarrollo de
recipientes de trasplante a infecciones urinarias. islas de patogenicidad dentro del tracto urinario.
Específicamente, la remoción posoperatoria del En los últimos años se ha comprobado un
catéter puede producir una disfunción vesicoure- aumento de las infecciones urinarias de origen
tral con disminución de la sensación miccional y micótico luego del trasplante de órganos. Mientras
la consecuente sobredistensión y estasis. que la invasión por Candida del tracto urinario
es bien conocida en el trasplante renal, en espe-
Etiología cial en pacientes diabéticos, la infección aislada
por Aspergillus no es común. Safdar y col., en
Un amplio espectro de patógenos puede producir un estudio destinado a evaluar la incidencia de
infección urinaria en los recipientes de trasplan- candiduria en pacientes con trasplante renal, ob-
te renal. Si bien la E. coli es el microorganismo servaron que el 11% de todos los recipientes de
más común, su incidencia con respecto a la po- este tipo de trasplante desarrollaron al menos un
blación normal (29 al 60% vs. 80%) así como episodio de candiduria. Esta incidencia es similar
su patente de resistencia son muy distintos. El a la reportada en pacientes hospitalizados que
Proteus mirabilis y la Klebsiella pneumoniae son no han recibido un trasplante. Llamativamente, la
responsables de hasta un 30% de infecciones, C. glabrata fue responsable de más de la mitad
y los cocos Gram positivos se presentan en un (53%) de los episodios, seguida por C. albicans
20%. En pacientes que han recibido diversos (35%) y C. parapsilosis (4%). Matignon y col. han
regímenes antibióticos, es habitual aislar Pseu- descrito una serie de pacientes con infección por
domonas aeruginosa, Serratia, Acinetobacter y Candida sp secundaria a la contaminación del
Citrobacter. En el estudio de Dantas y col., el fluido de preservación.
Enterobacter cloacae fue responsable del 30% Las infecciones urinarias causadas por As-
de las infecciones urinarias postrasplante, con pergillus habitualmente son parte de una disemi-
resistencia a múltiples antibióticos. Estos mi- nación hematógena, en particular en pacientes
croorganismos son con frecuencia resistentes inmunosuprimidos. Las infecciones micóticas son
al trimetoprima-sulfametoxazol, explicando por graves, debido a que afectan el riñón implan-
qué la profilaxis con este quimioterápico para el tado y pueden dar origen a sepsis sistémica.
Pneumocystis jirovecii no previene las infecciones En ocasiones pueden producir una bola fúngica
urinarias en los primeros seis meses que siguen obstruyendo la unión ureterovesical.
al trasplante renal. Las infecciones aisladas de origen viral del
En la experiencia de Chuang y col., el entero- tracto urinario por citomegalovirus o por virus
coco fue el segundo agente en orden de frecuen- BK se producen habitualmente en pacientes so-
cia, asociándose en muchos casos con sepsis metidos a dosis elevadas de inmunosupresión,
sistémica. Se debe tener en cuenta que algunas y pueden dar origen a una obstrucción ureteral
especies bacterianas, tales como el Staphylo- o a una nefritis intersticial. El diagnóstico puede
coccus saprophyticus, tienen un largo periodo ser establecido por biopsia renal o por detección
de generación. Es por lo tanto habitual encontrar por PCR en la orina.
recuentos de colonias entre 10 2 y 10 3 ufc/mL,
siendo estos valores patogénicos. Manifestaciones clínicas
Rice y col. confirmaron la asociación entre las
infecciones urinarias altas por cepas virulentas de Las infecciones urinarias son muy comunes en
E. coli y la injuria del injerto. Los aislamientos de el periodo inmediato al trasplante. Esto es cau-
E. coli de la orina de estos pacientes a menudo sado por la elevada inmunosupresión en las pri-
expresan fimbrias P. La pielonefritis aguda ocurre meras semanas luego del implante, la presencia
en el 40% de los recipientes de trasplante renal del catéter urinario y la cirugía en sí. El tiempo
con infección urinaria, 82% de ellos presentan medio de adquisición y manifestación de estas

115
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

infecciones es entre cuatro y siete días luego del causadas por una excesiva inmunosupresión, o
trasplante, prolongando de modo significativo ser resistentes a la profilaxis estándar.
el tiempo de internación. El 80% de las infec- Existen datos conflictivos respecto de las
ciones se localizan en el tracto urinario inferior. infecciones urinarias que ocurren tardíamente
Es frecuente que los recipientes de trasplante luego del trasplante renal. En general se consi-
renal con infección urinaria se encuentren asin- deran benignas, aunque otros estudios sugieren
tomáticos en comparación con los pacientes no que muchos pacientes con infecciones tardías
inmunocomprometidos, ya que no desarrollan la se presentan con infecciones avanzadas. Datos
típica respuesta inflamatoria a la infección como retrospectivos obtenidos del United States Renal
consecuencia de la inmunosupresión. Por otra Data System, de 28 942 pacientes en EEUU, de-
parte, es frecuente que las infecciones urinarias muestran que las infecciones tardías se asocian
se asocien con pielonefritis y bacteriemia, progre- en forma independiente con un riesgo aumentado
sando en ocasiones a una urosepsis, en particular de muerte del recipiente o pérdida del implante.
durante el periodo inmediato postrasplante. Las Es frecuente la presencia de bacteriuria asinto-
infecciones urinarias son la causa más frecuente mática en pacientes con trasplante renal. Existe
de bacteriemia en estos pacientes. una correlación directa entre la concentración
Las infecciones durante el primer mes luego bacteriana, la diuresis y la función renal. Si se
del trasplante renal con frecuencia se asocian con logra aumentar el volumen urinario, el recuen-
pielonefritis, bacteriemia, y una elevada incidencia to bacteriano disminuye. Aunque la bacteriuria
de recaídas, cuando son tratadas con un curso asintomática tiene un buen pronóstico cuando
convencional de antibióticos. La pielonefritis del no se trata en la población normal, la terapéutica
implante es una complicación seria y puede ser antimicrobiana es recomendable en pacientes
completamente indolora, debido a que el órgano con trasplante renal.
pierde sus conexiones nerviosas. Algunos estu-
dios han mostrado que el tracto urinario es la Pronóstico
fuente de urosepsis en un número elevado de
recipientes de trasplante, y hasta el 7% de las Las infecciones urinarias en los pacientes con
infecciones urinarias se complican con una sepsis. trasplante renal tienen dos impactos posibles.
Se ha comprobado que las mujeres trasplanta- Primero, la morbilidad y la mortalidad causadas
das presentan un riesgo aumentado de sepsis, por la infección por sí, y segundo, el posible
lo que se ha atribuido a la mayor vulnerabilidad efecto de la infección en la activación del pro-
al desarrollo de infecciones del tracto urinario. ceso de rechazo y en la eventual destrucción
El rechazo del injerto y la infección pueden progresiva del órgano implantado. Los antígenos
presentarse en forma similar y sincrónica. Si microbianos pueden estimular la secreción de
los síntomas clínicos indican la coexistencia TNF-D, interferon-J e interleuquina-8, citoquinas
de rechazo e infección, el paciente debe ser que pueden estar involucradas en el proceso de
investigado para ambos. El mejor examen para rechazo crónico.
el reconocimiento y diferenciación de estas pa- Existe un considerable debate sobre el impacto
tologías es la biopsia renal. El procedimiento de las infecciones urinarias sobre la sobrevida a
involucra un pequeño riesgo, que incluye san- largo tiempo del implante. Mientras varios estudios
grado e infección. no validan una asociación entre las infecciones
El 60% de las infecciones urinarias en pacien- del tracto urinario bajo y la sobrevida del injerto y
tes trasplantados son reinfecciones causadas por del paciente, un análisis retrospectivo importante
diferentes organismos. Se recomienda realizar indica que las infecciones urinarias, que ocurren
investigaciones adicionales en pacientes que pre- al menos seis meses después del trasplante re-
sentan infecciones recurrentes, pero es importante nal, se asocian con una menor sobrevida a largo
tener en cuenta la posibilidad de producir más in- tiempo de los pacientes (Abbott, K; 2004). En el
fecciones a través de la instrumentación. También estudio de Pellé y col., el 18,7% de los recipien-
es importante revisar la medicación del paciente, tes de trasplante renal con infecciones urinarias
ya que las infecciones recurrentes pueden ser desarrollaron una pielonefritis aguda, lo que se
considera un factor independiente de riesgo para

116
CAPÍTULO 7: Infecciones urinarias en pacientes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal

el deterioro de la función renal. Los factores de presencia de infecciones recurrentes y recaídas


riesgo para el desarrollo de pielonefritis en el luego del trasplante causen un daño inflamatorio
implante fueron el sexo femenino, la presencia acumulativo, que sólo se haría aparente cuando
de infecciones recurrentes y los episodios de la función renal haya sido suficientemente dete-
rechazo agudo. Los valores de creatinina sérica riorada como para causar una disfunción clínica
fueron significativamente más elevados un año del injerto. La evidencia es conflictiva, por cuanto
luego del trasplante renal en pacientes con pielo- existen estudios que comprueban que la función
nefritis que en aquellos sin infección. Cuatro años del injerto no es preservada por el tratamiento
después del trasplante, el clearance de creatinina de la bacteriuria asintomática.
en pacientes con pielonefritis fue de alrededor
del 50% menor que el hallado en pacientes que Profilaxis de las infecciones urinarias
no desarrollaron infección o en pacientes que
presentaron infecciones bajas no complicadas. Como consecuencia del riesgo de infecciones en
Se ha propuesto que las infecciones desen- el periodo inmediato al trasplante, se recomienda
cadenan el rechazo del implante renal. Las in- la administración de antibióticos profilácticos en
fecciones pueden activar el sistema inmune por el periodo perioperatorio. Los regímenes propues-
la liberación de citoquinas, y además pueden tos han sido variados, incluyendo amoxicilina,
desencadenar respuestas específicas dentro del piperacilina y diferentes cefalosporinas.
implante. Otra posibilidad es la destrucción di- Luego del periodo inmediato al trasplante,
recta de tejido en el curso de la infección, por muchos grupos utilizan, tras el retiro del catéter
ejemplo, como consecuencia de una pielonefritis vesical y en forma crónica, trimetoprima-sulfi-
aguda, lo que puede llevar a la disminución de la metoxazol. Ello reduce en significativa medida
masa funcional renal e hiperfiltración de los ne- el número de infecciones urinarias, además de
frones restantes. La hiperfiltración contribuye a la prevenir el desarrollo de otras infecciones como
glomeruloesclerosis y mayor destrucción tisular. la toxoplasmosis y las infecciones por P. jiroveci
Si bien algunos autores consideran que las y Listeria monocytogenes. Las infecciones que
infecciones urinarias tardías son normalmente ocurren en pacientes sin profilaxis son por lo
benignas y en general asociadas con anormali- común sintomáticas, mientras que los pacien-
dades estructurales, otros comprueban que se tes que reciben TMP-SMZ una vez por día, en
pueden asociar con la formación de lesiones general presentan una bacteriuria asintomática,
progresivas del parénquima renal, con la consi- fácilmente tratable con un curso convencional
guiente disminución de la función renal (Dupont de antibióticos durante 10 a 14 días. Se debe
y colaboradores). tener en cuenta, sin embargo, que las infecciones
Witzke y col., en un estudio prospectivo con- que se desarrollan en estos pacientes suelen ser
trolado, comprobaron que los episodios de in- resistentes al TMP-SMZ.
fección se correlacionan con un mal pronóstico Cuando se emplean en forma conjunta TMP-
a largo tiempo en pacientes con trasplante renal, SMZ e inhibidores de la calcineurina, se produce
sugiriendo que estos deben recibir un tratamiento un aumento de los niveles de creatinina, debido
inmediato de las complicaciones infecciosas y a la inhibición de la excreción de creatinina por
el empleo de medidas profilácticas tales como el TMP-SMZ en presencia de las otras drogas.
la vacunación. Este efecto es reversible, y el nivel de creatinina
Existe evidencia de que la bacteriuria asinto- disminuye a lo normal cuando se suspende el
mática puede producir daño subclínico del tracto antibiótico. Se han reportado algunos desórdenes
urinario, a partir de un estudio que demuestra hematológicos aislados con el empleo conjunto
que los niveles de interleuquina-8 son más ele- de TMP-SMZ y azatioprina.
vados en la orina de pacientes con bacteriuria Muchos centros de trasplante son reacios al
asintomática trasplantados que en los controles. empleo de TMP-SMZ. La ciprofloxacina también
Los investigadores proponen que el aumento de ha probado ser efectiva para prevenir las infec-
la concentración de IL-8 refleja un proceso infla- ciones urinarias, aunque su empleo no previene
matorio que en ocasiones conduce a un marca- otras infecciones severas tales como las causadas
do daño del injerto. También es posible que la por P. jiroveci, Nocardia o Listeria.

117
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 7.2: Dosaje de agentes antimicrobianos en pacientes adultos con insuficiencia renal
Antimicrobiano Vida Dosis con Ajuste para insuficiencia renal
media función
normal renal
(horas) normal
> 50-90 10-50 < 10
Amikacina 1,4-2,3 15 mg/kg/24 12 mg/kg/24 hs. 7,5 mg/kg/24 hs. 4 mg/kg/48 hs.
hs.
Gentamicina 2-3 5 mg/kg/24 3 mg/kg/24 hs. 3,5 mg/kg/24 hs. 2,5 mg/kg/24 hs.
hs.
Doripenem 1 500 mg /8 500 mg/8 hs. 250 mg/8-12 hs. Sin datos
hs.
Ertapenem 4 1 g/24 hs. 1 g/24 hs. 500 mg/24 hs. 500 mg/24 hs.
Imipenem 1 500 mg/6 250-500 mg/6 250 mg/6-12 hs. 125-250 mg/12 hs.
hs. hs.
Meropenem 1 1 g/8 hs. 1 g/8 hs. 1 g/12 hs. 500 mg/24 hs.
Cefazolina 1,9 1-3 g/8 hs. 1-2 g/8 hs. 1 g/12 hs. 1 g/24 hs.
Cefepime 2,2 2 g/8 hs. 2 g/8 hs. 2 g/12-24 hs. 1 g/24 hs.
Cefotaxima 1,7 2 g/8 hs. 2 g/8-12 hs. 2 g/12-24 hs. 2 g/24 hs.
Ceftazidima 1,2 2 g/8 hs. 2 g/8-12 hs. 2 g/12-24 hs. 2 g/24-48 hs.
Ciprofloxacina 3,6 400 mg 100% 400 mg/24 hs. 400 mg/24 hs.
IV/12 hs.
500 mg
VO/12 hs.
Levofloxacina 6-8 750 mg/24 750 mg/24 hs. 750 mg/48 hs. 750 mg, luego 500
hs. mg/48 hs.
Claritromicina 5 0,5-1 g/12 100% 75% 50-75%
hs.
Colistin 6 80-160 160 mg/12 hs. 160 mg/24 hs. 160 mg/36 hs.
mg/8 hs.
Daptomicina 9,4 4,6 mg/ 4,6 mg/kg/24 hs. 4,6 mg/kg/48 hs. 4,6 mg/kg/48 hs.
kg/24 hs.
Linezolida 5-6 600 mg/12 600 mg/12 hs. 600 mg/12 hs. 600 mg/12 hs.
hs.
Metronidazol 6-14 7,5 mg/kg/6 100% 100% 100%
hs.
Nitrofurantoina 0,5 50-100 100% Evitar Evitar
mg/12 hs.
Sulfametoxazole 10 1 g/8 hs. 1 g/12 hs. 1 g/18 hs. 1 g/24 hs.
Teicoplanina 45 6 mg/kg/24 6 mg/kg/24 hs. 6 mg/kg/48 hs. 6 mg/kg/48 hs.
hs.
Trimetoprim 11 100-200 100% 100% 100-200 mg/24 hs
mg/12 hs.
Vancomicina 6 1 g/12 hs. 1 g/12 hs. 1 g/24-96 hs. 1 g/4-7 días
Amoxicilina 1 250-500 250-500 mg/8 250-500 mg/8- 250-500 mg/24 hs.
mg/8 hs. hs. 12 hs.
Antimicrobiano Vida Dosis con Ajuste para insuficiencia renal
media función
normal renal
(horas) normal
118
CAPÍTULO 7: Infecciones urinarias en pacientes con insuficiencia renal crónica y luego del trasplante renal

Ampicilina 1 250 mg-2 100% 250 mg-2 g/6-12 250 mg-2 g/12-
g/6 hs. hs. 24 hs.
Ampicilina- 1/9 2 g AM + 1 g 2 g AM + 1 g 2 g AM + 1 g 2 g AM + 1 g
sulbactam SB/6 hs. SB/6 hs. SB/8-12 hs. SB/24 hs.
Piperacilina- 0,71 3,375-4,5 100% 2,25 g/6 hs. 2,25 g/8 hs.
tazobactam g/6-8 hs.
Anfotericina 24 hs. 0,4-1 mg/ 100% 100% 100%
kg/día
Fluconazol 37 100-400 100% 50% 50%
mg/24 hs.
Itraconazol 21 200 mg/12 200 mg/12 hs. Evitar Evitar
hs.
Fuente: Gilbert D, Moellering R, Eliopoulos G. The Sanford Guide to Antimicrobial Therapy 2009. Sperryville (VA): Antimicrobial Therapy, Inc,
2009.

En contraste con la población general, no exis- de mucosa; las fluoroquinolonas parecen ser par-
ten guías relativas al tratamiento de la bacteriuria ticularmente efectivas. Se debe tener presente
asintomática, en especial como consecuencia de que en muchos casos estos pacientes presentan
que se desconocen sus efectos sobre el riesgo infecciones por gérmenes multirresistentes, de-
potencial de subsecuentes infecciones o sobre la biendo recurrirse a tratamientos con antibióticos
función del injerto. Sin embargo, la evidencia ob- de amplio espectro, en particular carbapenemes.
servacional indica que la bacteriuria asintomática En recipientes de trasplante renal con infec-
podría asociarse con un aumento de la creatinina ciones urinarias recurrentes, se debe descartar
y un deterioro de la función renal, por lo que algu- una anormalidad funcional o anatómica (litiasis,
nos autores recomiendan su tratamiento (Ciszek, uropatía obstructiva, disfunción vesical, o des-
M y col.; Muñoz, P). La profilaxis está aceptada órdenes urodinámicos subsecuentes a compli-
en presencia de organismos que desdoblan la caciones de la anastomosis ureterovesical). Los
urea (P. mirabilis), asociada a la investigación hallazgos más comunes incluyen reflujo ureteral,
de la presencia de cálculos del tracto urinario. estrecheces en la unión ureterovesical, y vejiga
También se debe realizar profilaxis en pacientes neurogénica. Exámenes complementarios útiles
con candiduria asintomática, ya que los mismos son la ultrasonografia del riñón implantado y de
pueden desarrollar complicaciones graves. los riñones nativos, tomografía axial computada
o medicina nuclear utilizando marcadores de in-
Tratamiento fección. Si no se detectan causas funcionales o
anatómicas, se recomienda en estos casos cursos
Excepto que otra fuente de fiebre sea evidente, largos de tratamiento, de hasta seis semanas,
todo paciente con trasplante renal que desarro- seguidos por terapia supresiva crónica.
lle fiebre, con un deterioro abrupto de la función No existen recomendaciones generales con
renal, debe ser tratado con terapia antibacteriana respecto al tiempo de tratamiento de las infeccio-
empírica luego de obtener los cultivos respectivos, nes urinarias postrasplante. Se ha propuesto que
con una droga efectiva contra gérmenes Gram las infecciones precoces deben ser tratadas por
negativos, incluyendo Pseudomonas aeruginosa. 10-14 días y, si existe un stent ureteral, debe ser
La elección del antibiótico debe ser establecida retirado y examinado por cultivo. Se ha recomen-
por la necesidad especial de penetración en el dado que las infecciones tardías sean tratadas por
parénquima renal más que un antibiótico exclusivo 5-7 días. Las infecciones que presentan signos

119
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

s Dupont P, Psimenou E, Lord R. “Late recurrent urinary tract


clínicos de pielonefritis, sin embargo, deben ser infections may produce renal allograft scarring even in the
tratadas por al menos 10-14 días y, en pacien- abscense of symptoms or vesicoureteric reflux”. Transplantation
tes con urosepsis, al menos por 14-21 días. Las 2007; 84:351.
s Fishman, J. “Infection in solid organ transplant recipients”. N Engl
infecciones recurrentes y las recaídas deben ser
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En pacientes con infecciones fúngicas se re- the management of urinary and male genital tract infections”.
quiere la remoción de los catéteres y stents y la European Association of Urology 2008.
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Las infecciones por el virus BK deben ser tra-
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tadas mediante la reducción de la inmunosu- of infectious death in older renal transplant recipients”. Kidney Int
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120
CAPÍTULO 8

La infección urinaria en pacientes


con sonda vesical y catéteres doble J
ureterales
CARLOS LOVESIO

La infección urinaria en pacientes con sonda ve- En definitiva, la cateterización perioperatoria es


sical (IUSV) es un problema común con consi- ubicua, constituye un factor de riesgo mayor de
derable impacto en la morbilidad, mortalidad y infección nosocomial, y está relacionada, aunque
en los costos económicos. Se puede tener una probablemente no sea un factor causal directo,
idea de la magnitud del problema asumiendo con una disminuida posibilidad de alta y un au-
que en EEUU, en el año 2001, se estimaba que mento de la mortalidad a 30 días. A pesar de
se insertaban más de 30 000 000 de catéteres toda esta información, de acuerdo con el Reu-
vesicales por año, con una incidencia de infec- ters Health Information, en EEUU, una encuesta
ción del 10 al 30% (Darouiche, R). La causa de llevada a cabo en 719 hospitales demostró que
la IUSV es la formación de un biofilm patogénico la mayoría de ellos no controla qué pacientes
en la superficie del catéter, no existiendo en la tienen catéteres, cuánto tiempo están colocados,
actualidad estrategias efectivas que impidan por o cuándo deben ser removidos.
completo este proceso. La morbilidad atribuible a un episodio aislado
Un análisis reciente del Nacional Surgical In- de cateterización es limitada, pero la elevada
fection Prevention Project en EEUU revela que frecuencia de uso de sondas en pacientes hos-
el 86% de los pacientes sometidos a cirugía ma- pitalizados hace que el riesgo acumulativo de las
yor presentan un catéter urinario en el periodo IUSV sea sustancial. El riesgo de bacteriemia y
perioperatorio, y la mitad de ellos permanece sepsis es escaso, pero su evolución puede ser
cateterizada por más de dos días. La cateteriza- fatal. El empleo de catéteres también se asocia
ción por más de dos días es un factor de riesgo con otros efectos negativos, incluyendo la infla-
significativo para el desarrollo de infección del mación no bacteriana de la uretra, las estrecheces
tracto urinario (9,4 versus 4,5%; P=.004). La cate- uretrales y el trauma mecánico.
terización prolongada también se asocia con una La incidencia de bacteriuria en los pacientes
disminuida posibilidad de alta al hogar, y con un cateterizados varía entre el 3 y el 8% por día de
aumento de la mortalidad a 30 días. El National cateterización. De los pacientes con bacteriuria,
Health Safety Network, un proyecto del CDC, 10 a 25% desarrollan síntomas de infección lo-
también investigó el empleo del catéter urinario cal, mientras que entre 1 y 4% puede desarrollar
y la infección relacionada con él como parte de bacteriemia. La bacteriuria relacionada con el
sus actividades de vigilancia. En 2006, informan catéter vesical se consideró asociada con un
un índice de uso de catéteres en pacientes qui- aumento de la mortalidad, aunque la adquisición
rúrgicos en terapia intensiva. Este índice, que es de la bacteriuria puede ser solo un indicador de
la relación de días de cateterización urinaria en la severidad de la enfermedad en pacientes con
función de los días de pacientes internados, varía sondaje vesical, más que un predictor indepen-
entre 0,69 y 0,91. En estas unidades, existe una diente de muerte. En este sentido, si bien existen
incidencia de 4,0 a 7,5 infecciones asociadas a datos que sugieren que las IUSV se asocian con
catéter por 1 000 días de cateterizacion urinaria. un aumento en el riesgo de muerte, aun cuando
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

se analicen otros factores comórbidos, recien- Los datos son insuficientes para recomendar
temente Clec´h y col., en una población de pa- un recuento cuantitativo específico para definir la
cientes críticos, no pudieron hallar una asociación IUSV en hombres sintomáticos cuando los espe-
entre el exceso de mortalidad y el desarrollo de címenes son colectados de un condón.
infección asociada a catéter vesical. Además de 2. La BA no debe ser investigada, excepto con
la morbilidad médica asociada con los catéteres el objeto de diseñar intervenciones para reducir la
intravesicales, las IUSV se asocian con un sus- incidencia de BA o IUS, o en situaciones clínicas
tancial incremento en los costos de salud. seleccionadas tales como la mujer embarazada.
Los stents ureterales o catéteres doble J se a. La BA en pacientes con catéter uretral,
utilizan luego de diversos procedimientos uroló- catéter suprapúbico o cateterización in-
gicos, que incluyen la obstrucción ureteral por termitente es definida por la presencia de
cálculos, cólicos renales persistentes, trasplantes ≥ 105 ufc/mL o ≥ 1 especie bacteriana en
renales y cualquier causa que obstruya el flujo un espécimen único de orina obtenida
urinario. La complicación más frecuente de los del catéter en un paciente sin síntomas
stents ureterales es la infección del tracto urinario. compatibles con infección urinaria.
b. La BA en un hombre con un condón se
Definiciones define por la presencia de ≥ 10 5 ufc/mL
o ≥ 1 especie bacteriana en una muestra
Aunque la definición precisa de IUSV varía en dis- única de orina obtenida de un condón
tintas publicaciones, los términos bacteriuria e recientemente colocado en un paciente
infección urinaria por lo general se han utilizado sin síntomas compatibles con infección
como similares. Sin embargo, para el caso particular urinaria.
de las IUSV conviene distinguir con claridad entre 3. Los signos y síntomas compatibles con IUSV
ambos términos. La presencia de bacterias en la incluyen comienzo o agravación de fiebre, esca-
vejiga, un sitio normalmente estéril, desencadena lofríos, alteración del estado mental, mal estado
una respuesta inflamatoria. Sin embargo, más del general o letargia sin otras causas identificables;
90% de los casos de bacteriuria asociada con ca- dolor en el flanco; pesadez en el ángulo costo-
téteres son asintomáticos, o presentan infecciones vertebral; hematuria aguda; disconfort pelviano;
subclínicas. La presencia de bacterias en la orina de y en aquellos cuyo catéter ha sido retirado, di-
una persona asintomática se denomina bacteriuria suria, urgencia miccional o polaquiuria, o dolor
asintomática (BA) y debe distinguirse de la infección suprapúbico.
urinaria sintomática (IUS) por la ausencia de sínto- En pacientes con lesión vertebral, el aumento
mas atribuibles a la infección en el tracto urinario. de la espasticidad, la disreflexia autonómica, o
Puesto que la mayoría de los casos de bacteriuria la sensación de malestar también son compati-
asintomática no progresan a una infección urinaria, bles con IUSV.
la distinción es significativa. 4. En pacientes cateterizados, la piuria no es
En las guías recientes de la Infectious Diseases diagnóstica de bacteriuria ni de infección aso-
Society of America (Hooton, T y col.) se establece ciada con el catéter.
la siguiente metodología para el diagnóstico de 5. En los pacientes cateterizados, la presencia
la BA y de la IUS: o ausencia de olor o turbidez en la orina no debe
1. La IUSV en pacientes con catéter ureteral, ser utilizada para diferenciar la BA de la IUS o
catéter suprapúbico, o cateterización intermitente como indicador de la necesidad de un cultivo de
es definida por la presencia de síntomas o signos orina o de tratamiento antibacteriano.
compatibles con infección urinaria sin otra fuente
identificada de infección, conjuntamente con un
recuento de colonias de ≥ 103 ufc/mL o ≥ 1 espe- Epidemiología
cie bacteriana en un espécimen de orina obtenida
del catéter, o en un espécimen de chorro medio Aunque como ya se adelantó no existe una de-
en un paciente cuyo catéter uretral, suprapúbico finición universalmente aceptada de infección
o condón, haya sido removido dentro de las 48 sintomática asociada con el sondaje vesical, sí
horas previas. existe la posibilidad de establecer una incidencia

122
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales

de tales infecciones en un determinado centro, Escherichia coli. Otros organismos incluyen ente-
aceptando una definición preestablecida. Para rococo, Pseudomonas, Klebsiella, Enterobacter,
ello es conveniente utilizar definiciones precisas Staphylococcus epidermidis, Staphylococcus au-
a fin de establecer la tasa a definir. reus y Serratia. La mayoría de los organismos in-
1. Tasa de IUSV sintomática estratificada por fectantes son parte de la flora endógena intestinal,
factores de riesgo (edad, sexo, lugar en pero la contaminación también se puede originar
el hospital y número de días con catéter) en fuentes exógenas, tales como otros pacientes,
a. Numerador: número de IUSV sintomáti- personal del hospital, soluciones contaminadas
cas en el lugar monitorizado e instrumentos no estériles. Los gérmenes que
b. Denominador: número total de días con pueden sugerir una fuente exógena incluyen es-
catéter urinario, para todos los pacientes tafilococos, Serratia marcescens, Burkholderia
en el lugar monitorizado, que presentan cepacia y Stenotrophomonas maltophilia.
un catéter urinario Iannini y col., evaluando infecciones urinarias
c. Multiplicar por 1 000 para expresar la me- adquiridas en el hospital, y habitualmente en re-
dida en casos por 1 000 catéteres/días lación con pacientes sondados, hallaron que la
2. Tasa de bacteriemia atribuible a IUSV E. coli era responsable de sólo el 17,5% de las
a. Utilizar una definición aceptada de infec- infecciones, mientras que Candida albicans se
ción del torrente circulatorio confirmada aislaba en el 16%, Enterococcus sp 14%, Pseu-
por laboratorio domonas aeruginosa 11%, Enterobacter sp 5%,
b. Numerador: número de episodios de in- y Staphylococcus sp hasta en el 30% de las
fecciones del torrente circulatorio atri- infecciones.
buibles a IUSV La cateterización de larga duración es co-
c. Denominador: número total de días con mún en los pacientes internados en guarderías
catéter urinario para todos los pacientes o áreas de cuidados crónicos. La incidencia de
en el lugar monitorizado que presentan bacteriuria en estos pacientes es de 8 a 10% por
un catéter urinario día, y la prevalencia de bacteriuria es próxima al
d. Multiplicar por 1 000 para expresar la me- 100% al cabo de un mes. La bacteriuria en estos
dida en casos por 1 000 catéteres/días pacientes tiende a ser polimicrobiana. Los uropa-
tógenos comunes incluyen E. coli, Pseudomonas
Microbiología aeruginosa, Proteus mirabilis y menos a menu-
do, Providencia stuartii, Morganella morganii y
Se deben distinguir dos situaciones al considerar Acinetobacter baumanni. Una vez establecidas,
los gérmenes implicados en las infecciones urina- muchas de estas cepas son persistentes, lo cual
rias asociadas a sondas vesicales: pacientes con es una consecuencia posible de su adherencia a
sondajes vesicales de corta duración y pacientes la superficie de los catéteres (ver patogénesis).
con sondajes de larga duración, estableciendo El P. mirabilis no es un colonizante habitual del
la diferencia un límite de tiempo de 30 días. Los tracto urinario de los pacientes cateterizados,
sondajes vesicales de corta duración se efectúan por lo que no suele encontrárselo en pacientes
en pacientes internados en centros de agudos, con cateterización de corta duración. A medida
en los que la colocación de la sonda se relaciona que el catéter permanece colocado, sin embar-
con la realización de procedimientos quirúrgi- go, es más probable que este germen se aísle
cos, control de diuresis o presencia de retención en la orina. En pacientes con cateterización de
aguda de orina. Los sondajes vesicales de larga larga duración, el P. mirabilis se ha aislado en
duración se llevan a cabo en pacientes con en- hasta el 40% de las muestras de orina. Estos
fermedades crónicas o neurológicas, siendo las hallazgos indican que cuanto más prolongada
indicaciones más frecuentes la incontinencia o es la cateterización y en la medida en que el ca-
la retención urinaria. téter presenta incrustaciones en su pared, más
La bacteriuria que se produce durante la ca- probable es la adquisición de P. mirabilis de la
teterización de corta duración habitualmente es propia flora fecal. Estas cepas en ocasiones pro-
monomicrobiana, aunque puede ser polimicrobia- ducen colonización crónica de la orina, catéteres
na. El patógeno aislado con mayor frecuencia es y cálculos vesicales. El Corynebacterium grupo

123
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

D2 se ha identificado como agente etiológico intensiva, donde la frecuencia se aproxima al 100%.


único en infecciones urinarias nosocomiales, en Si bien en general su empleo está correctamente
particular en pacientes sondados. Este organis- indicado, en ocasiones su uso es inapropiado y más
mo es un productor de ureasa y puede asociarse aún, la persistencia del catéter en plaza muchas
con infección persistente, cálculos en la vejiga veces no tiene ninguna justificación.
y en el riñón, pielonefritis y bacteriemia. Es un El factor de riesgo más importante para el
germen de crecimiento lento y puede perderse desarrollo de bacteriuria es la duración de la ca-
si los cultivos de rutina son descartados luego teterización. Por ello, es que la incidencia de
de 24 horas. bacteriuria en pacientes cateterizados varía en
En nuestro país, los datos provenientes de in- los estudios publicados de acuerdo a la duración
formes de API 2007 y SADEBAC 2006, en relación de la cateterización y a cuanta frecuencia se han
con pacientes con cateterización prolongada, realizado cultivos. Al mes, prácticamente todos
establecen una incidencia de agentes bacterianos los pacientes cateterizados están bacteriúricos.
del 20-30% para E. coli, 10-15% para Proteus Se ha comprobado que la falta de empleo
mirabilis; 15-20% para Klebsiella spp, 5-10% de agentes antimicrobianos sistémicos también
para P. aeruginosa, 10-15% para otros Proteae, aumenta el riesgo de bacteriuria relacionada con
5-10% para Enterococcus spp, 5-10% para otras catéter, en particular si la cateterización es de
enterobacteriaceas, 1-3% para Candida spp, y corta duración. Esto de ningún modo implica
hasta un 10% para otras bacterias. que deben prescribirse antibióticos en forma pre-
Un cultivo de orina obtenido de un paciente ventiva. En efecto, en pacientes con sondajes
cuyo catéter presenta un biofilm puede no reflejar de corta duración no se ha demostrado que la
adecuadamente la bacteriología de la orina de la antibioticoterapia sea una intervención costo-
vejiga. La concentración de organismos aumenta efectiva, y en los casos de larga duración, no solo
a medida que un catéter permanece en plaza, la administración de antibióticos es inefectiva,
y disminuye en medida significativa cuando se sino que selecciona gérmenes multirresistentes.
inserta un nuevo catéter. En pacientes con cate- Si bien el uso de antibióticos disminuye el riesgo
terización prolongada, los cultivos de orina obte- de bacteriuria, sólo lo hace en los primeros días
nidos antes y después del reemplazo del catéter de cateterización, a partir de los cuales aumenta
muestran que la concentración de P. mirabilis, la presión de selección y el riesgo de aparición
P. stuartii, M. morganii, P. aeruginosa y enteroco de bacterias multirresistentes.
es más de 10 veces superior en el catéter ori- Muchos estudios indican que las mujeres
ginal que en el catéter nuevo, mientras que las presentan un riesgo aumentado de bacteriuria
concentraciones de E. coli y K. pneumoniae son en comparación con el hombre. Otros factores
similares en los dos especímenes. Estos datos de riesgo posibles incluyen las violaciones en el
sugieren que el catéter es muy importante para cuidado de los catéteres, la presencia de una en-
la persistencia en el tracto urinario del primer fermedad rápidamente fatal, la edad avanzada, la
grupo de uropatógenos. presencia de diabetes mellitus o de insuficiencia
En el caso particular de los stents ureterales, renal en el momento de la cateterización.
los gérmenes que los colonizan varían según En un estudio llevado a cabo en pacientes
los estudios, aunque en general se trata de los internados en terapia intensiva, Leone y col.
microorganismos habituales del tracto urinario, comprobaron que los factores asociados con
siendo la E. coli y el Enterococcus spp los más un aumento del riesgo de bacteriuria asociada
frecuentes. En pacientes internados, a menudo con catéter vesical fueron el sexo femenino, el
está involucrada la Pseudomonas aeruginosa. tiempo de estadía en terapia intensiva, el uso
previo de antibióticos, el escore de severidad a
Factores de riesgo la admisión, y la duración de la cateterización.
De estos factores independientes, la única va-
Se debe tener en cuenta que entre el 12 y el 20% riable que el médico puede alterar es el tiempo
de los pacientes internados presentan un catéter de duración de la cateterización.
urinario en algún momento de su estadía hospita- En pacientes con cateterización prolongada
laria. El uso aumenta en los pacientes en terapia se producen cambios en la vejiga que incluyen

124
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales

metaplasia escamosa, engrosamiento y fibrosis se encuentra en alrededor del 34% de los casos
de la pared, formación de divertículos y cálculos, de infecciones relacionadas con catéteres.
presencia de múltiples microorganismos produc- El conocimiento de la patogénesis de la bac-
tores de ureasa, fístulas peneanas y escrotales, teriuria asociada con el empleo de catéteres ve-
abscesos y epididimitis, todo lo cual contribuye sicales o de otros dispositivos protésicos, tales
al desarrollo y persistencia de la colonización y como los stents ureterales o catéteres doble J,
eventual infección. es esencial para diseñar y evaluar estrategias
Aunque los factores de riesgo para bacteriu- preventivas. Un cuerpo extraño en un ambiente
ria han sido razonablemente bien elucidados, húmedo, como es el catéter urinario en la vejiga,
los factores de riesgo para la bacteriemia rela- o el stent en el uréter, inevitablemente se coloniza
cionada con catéter están definidos con mucha con microorganismos sésiles que viven en una
menor claridad. comunidad productora de un biofilm.
Las adhesinas bacterianas inician la fijación
Patogénesis mediante el reconocimiento de receptores locali-
zados en las células del huésped o en la superficie
Los organismos capaces de infectar el tracto de los catéteres. Las adhesinas inician la adheren-
urinario durante la cateterización utilizan, para cia superando la repulsión electrostática existente
establecer la infección, mecanismos similares a entre las membranas de las células bacterianas y
los utilizados por los microorganismos que pro- las superficies precedentes, permitiendo que se
ducen infecciones urinarias no complicadas. Sin produzca una íntima interacción. Estos factores
embargo, debido a la introducción de un cuerpo se expresan en forma diferencial durante el curso
extraño, los organismos que producen IUSV re- de la infección, y no solo permiten la adhesión
quieren menos factores de virulencia para colo- bacteriana sino que facilitan que las bacterias
nizar y establecer la infección que los requeridos evadan los mecanismos de respuesta inmune
por patógenos que infectan un tracto urinario del huésped. Los uropatógenos Gram negati-
funcionalmente indemne. vos producen una serie de adhesinas, incluyendo
Las infecciones del tracto urinario en los pa- las fimbrias o pilis, así como adhesinas fijadas
cientes cateterizados se pueden producir por directamente a las membranas bacterianas, co-
distintas vías. Primero, los organismos pueden nocidas como adhesinas no fibrilares. Una vez
ascender por el lado extraluminal por inocula- fijadas con firmeza a la superficie del catéter o
ción directa en el momento de la inserción o al uroepitelio, las bacterias comienzan a cambiar
por migración en el espacio mucoso que rodea fenotípicamente, produciendo exopolisacáridos
a la superficie externa del catéter. Los organis- que las aglutinan y protegen. Estas bacterias se
mos extraluminales son en principio endógenos, replican y forman microcolonias que en ocasiones
originarios del tracto gastrointestinal. Estos or- maduran en biofilms.
ganismos colonizan el perineo y ascienden a Una definición formal de un biofilm incluye tres
través de la uretra luego de la cateterización. componentes: 1) adherencia de los microorga-
Alrededor del 70% de los episodios de bacte- nismos, ya sea a una superficie o entre sí; 2) un
riuria en las mujeres cateterizadas se admite cambio en la expresión génica resultando en un
que ocurren a través de la entrada extraluminal fenotipo diferente del estado planctónico; y 3)
del organismo. una matriz extracelular compuesta de compo-
Los microorganismos también pueden entrar nentes del huésped y productos secretados por
al catéter por la vía intraluminal, lo que ocurre las bacterias. Una definición funcional de biofilm
cuando el organismo gana acceso a la luz interna también incluye el hecho de que resulta en infec-
del catéter a través de una maniobra que viola ciones crónicas y persistentes que son difíciles
el sistema de drenaje cerrado, o se contamina de erradicar con la terapéutica antimicrobiana.
la bolsa colectora. Estos organismos suelen ser El crecimiento dentro del biofilm es una estra-
introducidos desde fuentes exógenas, y son el re- tegia básica de supervivencia desarrollada por
sultado de la transmisión cruzada de organismos las bacterias en un amplio rango de ambientes
presentes en las manos del personal de cuidado. industriales y clínicos de naturaleza acuática. Las
La contaminación intraluminal del sistema colector células bacterianas tienen una alta preferencia

125
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

por vivir en superficies más que en suspensión existencia de expresiones genéticas que modifican
planctónica. Estas células tienen una serie de la sensibilidad a los antimicrobianos. En este sen-
adhesinas en sus paredes celulares que permiten tido, se ha comprobado que las proteínas de la
que colonicen distintos tipos de sustratos y, en membrana celular de P. aeruginosa difieren en un
contacto con una superficie, secretan exopoli- 30-40%, comparando los fenotipos planctónicos
sacáridos que aseguran su fijación. La bacteria y de los biofilms. Esta sería una de las razones
luego se multiplica para formar microcolonias por las que las bacterias pueden sobrevivir en
que de modo subsecuente se expanden sobre el biofilm al uso de agentes esterilizantes o anti-
la superficie, formando poblaciones inmersas en bióticos en concentraciones 1 000-1 500 veces
una matriz gelatinosa similar a un polisacárido. más altas que las concentraciones que destruyen
En estos biofilms las células están protegidas a las células planctónicas de la misma especie.
del estrés ambiental, y esta protección presenta Recientemente se ha descrito una nueva propie-
ventajas particulares para las bacterias presentes dad de las bacterias que se desarrollan en los
en biofilms que se desarrollan in vivo. biofilms, conocida como quorum sensing (QS).
El primer paso en la formación del biofilm en El QS se define como la capacidad de pequeñas
un catéter urinario es la deposición de un film moléculas extracelulares para detectar señales
constituido por compuestos de la orina, inclu- y alterar la expresión genética en respuesta a la
yendo proteínas, electrolitos y otras moléculas densidad de población bacteriana. Los elemen-
orgánicas. Este film puede transformar la super- tos del aparato de QS de las bacterias sirven a
ficie del catéter y neutralizar sus propiedades una amplia variedad de funciones además de
antiadhesivas. La adhesión de microorganismos estimar la densidad bacteriana. Las bacterias
a materiales del catéter es dependiente de la usan las señales QS para coordinar la expresión
hidrofobicidad del organismo y de la superficie génica dentro de su propio reino. Además, es-
del catéter; los catéteres con regiones hidrofó- tas mismas señales son utilizadas para inhibir
bicas e hidrofílicas permiten la colonización con o activar programas transcripcionales entre ce-
una amplia variedad de organismos. En adición, pas de bacterias competitivas y otras especies
también son importantes factores del agente mi- existentes dentro del mismo microambiente. La
crobiano para la fijación. Tanto la E. coli como la comunicación puede incluso cruzar los límites
Pseudomonas aeruginosa presentan flagelos y de reino, y moléculas bacterianas del QS pueden
una motilidad que son importantes para la fijación alterar los programas transcripcionales de las
a las superficies para la iniciación de la formación células epiteliales eucarióticas y de las células
del biofilm. Una vez que los microorganismos efectoras del sistema inmune.
se fijan y se multiplican, su resultante actividad La formación de un biofilm es un proceso en
secreta una matriz extracelular de glicocálices. múltiples etapas, que comienza con la fijación
Los microorganismos se comportan en el bio- microbiana a una superficie, la agregación y la
film muy diferente de las bacterias que crecen proliferación célula a célula, la producción de una
libremente dentro de la orina (bacterias planctó- matriz de exopolisacáridos, el crecimiento, madu-
nicas). (Tabla 8.1) Las bacterias dentro del biofilm ración y por fin, el desprendimiento del biofilm o
crecen mucho más lentamente que las planctóni- su degradación. Los sistemas QS parecen estar
cas, tal vez debido a la falta de nutrientes y a la involucrados en todas las fases de la formación

TABLA 8.1: Diferencias entre las bacterias planctónicas y las asociadas al biofilm
Fase de crecimiento Bacterias planctónicas Bacterias en biofilm
Localización Ubicua Ubicua
Fenotipo Plactónico Sesil
Prevalencia  0,1% de microbios acuáticos Predominante
Crecimiento Rápido Lento
Sensibilidad a los antimicrobianos Elevada Baja
Función de sobrevida Diseminada Cooperativa

126
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales

del biofilm. Regulan la densidad de población y urinario. En la medida en que la orina se hace
la actividad metabólica dentro del biofilm maduro alcalina, los cristales de magnesio y de fosfato
para controlar las demandas nutricionales y los cálcico precipitan. La acumulación continua de un
recursos disponibles. El sistema QS regula la biofilm bacteriano cristalino termina bloqueando
motilidad y promueve la expresión de adhesión el flujo de orina a través del catéter. Las espe-
en la formación de biofilms en las fases precoces cies tales como M. morganni, K. pneumoniae y
de las infecciones por E. coli uropatogénicas. P. aeruginosa no producen orina alcalina y por
La migración del biofilm sobre la superficie tanto no producen incrustaciones apreciables
interna de los catéteres se produce en uno a tres en los catéteres, habiéndose comprobado que
días, siendo más rápida en presencia de algunos las únicas especies capaces de producir orinas
organismos tales como el Proteus mirabilis. Aun alcalinas y causar incrustaciones extensas son
en presencia de tratamiento antibiótico, el bio- el P. mirabilis, P. vulgaris y Providencia rettgeri.
film se desarrolla y asciende en la superficie del Como estas últimas especies sólo se hallan en el
catéter a una velocidad aproximada de 0,2-0,3 5 a 10% de los biofilms, la evidencia epidemio-
cm/hora. Los biofilms presentan una profundi- lógica y experimental indica que el P.mirabilis es
dad de 3 a 490 Pm y bacterias visibles hasta una el responsable principal de la formación de los
profundidad de 400 células, pudiendo contener biofilms cristalinos en los catéteres.
hasta 5 x 10 9 células viables por centímetro. Si Muchas especies, en adición al P. mirabilis,
bien en algunos casos existe una especie única forman biofilms extensos en los catéteres urina-
en el biofilm, la mayoría de ellos contienen co- rios. Si bien estos biofilms no generan forma-
munidades bacterianas mixtas de hasta cinco ciones cristalinas, no por ello carecen de interés
especies. Las especies más comunes presentes clínico. La P. aeruginosa y la K. pneumoniae, por
en estas poblaciones mixtas son E. faecalis, P. ejemplo, producen cantidades copiosas de un
aeruginosa, E. coli y P. mirabilis. En pacientes que exopolisacárido y forman biofilms mucoides que
presentan bacteriuria durante una cateterización pueden ocluir la luz del catéter. (Figura 8.1) En
de corta duración, los biofilms formados son por algunos pacientes, los catéteres se bloquean por
lo general muy finos, y como el catéter es remo- completo por un material mucoide más que por
vido en pocos días, causa pocos problemas. En incrustaciones.
contraste, los catéteres de larga duración están El biofilm provee un medio protector para los
colonizados por biofilms extensos, que pueden microorganismos, que facilita la evasión de la
afectar la salud del paciente. Los biofilms más actividad de los agentes antimicrobianos. Prime-
riesgosos son aquellos de naturaleza cristalina, ro, la matriz extracelular previene la penetración
que pueden formarse en la superficie externa del de los antimicrobianos en el biofilm. Tanto la ci-
catéter alrededor del balón y de su extremo, y profloxacina como los aminoglucósidos, drogas
pueden causar trauma en la vejiga. utilizadas habitualmente para el tratamiento de
Los depósitos cristalinos en los catéteres las infecciones relacionadas con catéteres uri-
tienen una composición similar a los cálculos narios, presentan poca difusión dentro de los
renales y vesicales inducidos por infección. Los biofilms. Segundo, algunas de las células en el
componentes cristalinos principales son la es- biofilm presentan una limitación al acceso a los
truvita (fosfato amónico magnésico) y una forma nutrientes y por ello existen en una fase de cre-
poco cristalina de apatita (fosfato cálcico hidro- cimiento lento, en el que no son susceptibles a
xilado). Los estudios de microscopía electrónica muchos agentes antimicrobianos. Por último, las
han demostrado que un gran número de bacilos señales para el crecimiento bacteriano dentro
forma parte de estos cristales. Las técnicas de del biofilm parecen regular genes que alteran
cultivo han confirmado la persistencia de bac- los sitios blanco de los antimicrobianos. Estos
terias. Las especies asociadas en particular con mecanismos presentan implicancias importantes
la cristalización son aquellas que producen la para el desarrollo de resistencia antimicrobiana
enzima ureasa, el elemento fundamental para en los organismos que crecen dentro del biofilm.
desencadenar la cristalización. A través de la Debido a que el biofilm inhibe la actividad
hidrólisis de la urea, se produce la formación de antimicrobiana, los organismos dentro de él
amonio y iones carbonato y un aumento en el pH no pueden ser erradicados por la terapéutica

127
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

de la vejiga del ratón. Esta es la primera des-


cripción de la formación de un biofilm dentro de
células eucarióticas. Si esto se confirma, este
biofilm intracelular podría explicar la persistencia
de patógenos en la mucosa dañada de pacientes
con catéteres a permanencia.

Diagnóstico
Como ya se adelantó, la mayoría de las infec-
ciones asociadas con catéteres vesicales son
asintomáticas, constituyendo las denominadas
bacteriurias asintomáticas. Sin embargo, cuan-
do un episodio de IUSV se hace sintomática, la
FIGURA 8.1: Microfotografía de diversos tipos de secuela resultante puede variar desde moderada
biofilms. A: cepas de P. AERUGINOSA en cultivo líquido. (fiebre, uretritis y cistitis) a severa (pielonefritis
B: cepas de PSEUDOMONAS SP TM7-1. C y D: detalles aguda, fibrosis renal, formación de cálculos y
de una matriz amorfa dentro de una estructura de bacteriemia). Si no se tratan, estas infecciones
biofilms (tomado de Schaudinn, C y col.) pueden terminar en una urosepsis y muerte. Lo
habitual es que estas infecciones complicadas se
hagan recurrentes y resulten en una morbilidad
antimicrobiana exclusivamente. Un estudio re- prolongada debido a la presencia de incrustacio-
ciente evaluó la necesidad del reemplazo de los nes y bloqueo del catéter por biofilms cristalinos
catéteres urinarios durante el tratamiento de la que aumentan la resistencia a los mecanismos
bacteriuria (Raz y col.). Los pacientes con infec- inmunes del huésped y a los antibióticos.
ciones sintomáticas que eran sometidos a reem- Se debe tener en cuenta que los pacientes
plazo del catéter antes del inicio de la terapéutica cateterizados con IUSV habitualmente no ma-
antibiótica presentaban una importante disminu- nifiestan los síntomas clásicos de disuria, pola-
ción de la bacteriuria y una mejoría significativa quiuria y urgencia miccional, aunque tales sín-
del estado clínico en relación con los pacientes tomas pueden ocurrir luego de la remoción del
en quienes no se procedía al cambio del catéter. catéter. En pacientes con lesiones medulares y
La presencia del catéter urinario no sólo fa- vejiga neurogénica se deberá considerar como
cilita la formación de biofilms, sino que impide sugestiva de infección urinaria la aparición de
muchos de los mecanismos normales de defensa diaforesis, letargia, aumento de la espasticidad o
de la vejiga. Publicaciones recientes han hecho pérdidas de orina entre cateterismos, cuando se
referencia al desarrollo de biofilms dentro de la utiliza la cateterización intermitente. La mayoría
propia vejiga. Sabbuba y col., utilizando epidemio- de los pacientes con IUSV no presenta síntomas
logía molecular, estudiaron el comportamiento del referibles al aparato urinario.
Proteus mirabilis en la flora urinaria de pacientes Los episodios febriles se asocian más común-
cateterizados. Se comprobó que la misma cepa mente con la cateterización de larga duración,
de Proteus colonizó a un paciente durante 121 pero su incidencia es baja. La causa más común
días a pesar de distintos cambios de catéteres, de fiebre es la pielonefritis, pero otras causas
cursos de antibióticos, e incluso periodos sin de origen local también se pueden asociar con
catéter. Los hallazgos sugieren que los uropató- fiebre, incluyendo uretritis, prostatitis y epididi-
genos pueden persistir en un reservorio dentro mitis. Cuando se desarrolla fiebre en un paciente
del tracto urinario por sí, más que reentrando cateterizado, es muy importante descartar estas
desde el aparato digestivo. Otro estudio sugiere causas, ya que en estos casos es conveniente
que este reservorio se podría encontrar dentro remover el catéter uretral e iniciar un sistema de
del tejido de la vejiga. Anderson y col. hallaron drenaje suprapúbico.
que aislamientos clínicos de E. coli uropatogénica No existe una definición estándar para la bac-
forman un biofilm rígido en las células epiteliales teriuria significativa en pacientes cateterizados.

128
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales

El National Institute on Disability and Rehabili- la presencia de valores de 10 3 colonias/mL o


tation Research (NIDRR) Consensus Statement más, ante la evidencia de que un germen por
ha definido la bacteriuria significativa en pacien- mL en un paciente sondado se multiplica hasta
tes parapléjicos, a partir de la orina obtenida valores de 10 5 a 10 6 en 72 horas, si no se utiliza
del catéter vesical o del aspirado suprapúbico tratamiento antimicrobiano. Ya se destacó en el
como cualquier concentración detectable; ≥10 2 ítem de definiciones las variables a considerar
ufc/mL en un espécimen de orina obtenida por para la evaluación clínica de la bacteriuria.
cateterización en un paciente con cateterización Existe evidencia de que en pacientes sonda-
intermitente; y ≥ 10 4 ufc/mL en un espécimen dos crónicamente la remoción del catéter previa
obtenido al acecho en un hombre con un dispo- a la toma del urocultivo, al inicio del tratamiento
sitivo de colección sin cateterización. El NIDRR en un episodio febril, disminuye el número de
Consensus Statement ha definido la infección cultivos polimicrobianos, los días de fiebre y el
urinaria como la bacteriuria con invasión tisular hallazgo de bacteriuria en las primeras 72 horas
y la resultante respuesta tisular con signos y/o de tratamiento. Algunos autores han demostra-
síntomas. Si no se administran antimicrobianos do diferencias en el germen que se obtiene si la
a un paciente con un catéter vesical que pre- muestra es tomada por punción de la sonda o
senta un recuento de colonias ≥10 2 ufc/mL, o por punción suprapúbica. Debido a estos hallaz-
aun menor, el nivel de bacteriuria o candiduria gos, quizá relacionados con la adherencia de las
siempre aumenta hasta ≥ 10 5 ufc/mL dentro de bacterias en el biofilm, se recomienda el cambio
las 24/48 horas si el paciente continúa catete- de sonda antes de la toma de la muestra. Algu-
rizado. Se asume que un recuento de colonias nos datos, además, sugieren que el cambio de
de ≥ 10 2 ufc/mL refleja una bacteriuria vesical la sonda tendría cierto efecto terapéutico ya que
verdadera en una persona cateterizada con un mejoraría la evolución clínica (ver más adelante).
catéter recientemente colocado.
Un recuento cuantitativo ≥ 10 3 ufc/mL en un Complicaciones
espécimen obtenido de un paciente cateterizado
con síntomas de infección se considera repre- Las complicaciones de la cateterización prolon-
sentativo de una bacteriuria significativa, debido gada (! 30 días) incluyen, en adición a una bac-
a que este umbral es un compromiso razonable teriuria prácticamente universal, infección urinaria
entre la sensibilidad para detectar una IUSV y la sintomática alta y baja, bacteriemia, episodios
posibilidad del laboratorio de microbiología para febriles frecuentes, obstrucción del catéter, for-
cuantificar organismos. mación de cálculos en el riñón y en la vejiga aso-
Los estudios por imágenes pueden ser útiles ciados con uropatógenos productores de ureasa,
para reconocer la presencia de factores aso- infecciones locales, formación de fístulas, incon-
ciados, tales como obstrucción, colecciones o tinencia y cáncer de vejiga.
litiasis. Si bien se ha reportado que la bacteriemia es
El hallazgo de piuria en el sedimento urinario una complicación importante de la IUSV, siendo
contribuye al diagnóstico de infección urinaria en el tracto urinario el origen de aproximadamente el
pacientes no sondados, pero en los pacientes con 15% de las bacteriemias nosocomiales, Tambyah
catéter vesical tendría importancia en aquellos y otros autores, en estudios prospectivos que
con infecciones producidas por bacilos Gram obtenían cultivos de orina diarios para detectar
negativos, mientras que en el caso de levaduras, en forma fehaciente todas las infecciones, de-
enterococo o estafilococo, la asociación entre mostraron una incidencia baja (1 a 4%) de bacte-
piuria e infección urinaria es poco significativa. Por riemias secundarias en pacientes con IUSV. Los
otra parte, en los pacientes con sonda a perma- pacientes con bacteriemia pueden presentarse
nencia, la presencia de piuria se asocia en forma con confusión, fiebre, escalofríos e hipotensión.
variable con la existencia de infección urinaria. Se debe tener en cuenta, sin embargo, que el
La toma del urocultivo en pacientes con sonda diagnóstico clínico de la infección urinaria asocia-
vesical se debe realizar a través de punción de la da a catéter vesical es inespecífico, no habiendo
misma, sin pinzado previo. El CDC toma como sido posible relacionar la presencia de fiebre o
valores representativos en cultivos cuantitativos síntomas urinarios con dicha infección. La sonda

129
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

per se puede producir síntomas, y, a su vez, su que no resulta necesario. La recomendación es


presencia puede ocultar síntomas habituales de restringir el empleo de catéteres urinarios sólo
infección urinaria, tales como urgencia miccional a aquellos pacientes que realmente requieran
desencadenada por la repleción vesical o disuria una cateterización, de acuerdo a las recomen-
por irritación uretral. daciones establecidas en la Tabla 8.3 (Hooton y
La cateterización prolongada se asocia con col.). Por otra parte, estos dispositivos deben ser
un aumento de la incidencia de inflamación del retirados rápidamente luego de que su empleo
tracto urinario superior en la autopsia, se presu- no sea imprescindible, para así reducir el riesgo
me que debido a la bacteriuria persistente. Un de infección.
estudio de autopsia de pacientes provenientes Las medidas preventivas destinadas a evitar
de una guardería informó que la inflamación agu- o acortar el tiempo de permanencia de dichos
da del parénquima renal se presentó en 38% de catéteres se indican en la Tabla 8.4.
pacientes con un catéter urinario en plaza a la En el año 2008, por su parte, se establecie-
muerte contra 5% en pacientes no cateterizados. ron guías simples europeas y asiáticas (Tenke y
La bacteriuria asintomática asociada a catéter col.), destinadas a la prevención del desarrollo
vesical constituye un gran reservorio de organis- de infecciones relacionadas con el catéter. (Tabla
mos con resistencia a los antimicrobianos, en 8.5) Las recomendaciones tipo A se basan en es-
particular en las unidades de cuidados críticos, tudios clínicos de buena calidad y consistencia,
y puede ser la fuente de infección cruzada. Un que incluyen al menos un estudio randomizado;
estudio informó que el 15% de los episodios de las recomendaciones B se basan en estudios
bacteriuria adquiridos en el hospital ocurrían en clínicos bien conducidos, pero sin ensayos ran-
brotes, y estos en general involucraban organis- domizados; y las recomendaciones C surgen de
mos altamente resistentes. La evaluación genética paneles de expertos.
de uropatógenos aislados de muestras de orina
de 144 pacientes cateterizados con bacteriuria Cuidado del catéter y del sistema de drenaje
reveló una alta relación clonal entre los uropató- La inserción aséptica del catéter es de particular
genos en una unidad urológica. importancia. El área periuretral debe ser limpiada
de forma adecuada, de manera estéril, con una
Medidas de prevención solución yodada.
Una vez que el catéter ha sido conectado al
En el año 1981, el Center for Disease Control sistema de drenaje, se debe evitar su desco-
and Prevention de EEUU (CDC) publicó una serie nexión inadvertida a la bolsa de recolección, o
de guías para la prevención de las infecciones la contaminación de esta. Si la unión del catéter
urinarias asociadas con la cateterización vesical. al sistema de drenaje debe ser desconectada,
Estas guías establecen recomendaciones para el esto debe realizarse utilizando una técnica es-
uso, inserción y cuidado de los catéteres, loca- téril. La bolsa de drenaje debe ser mantenida
lización de los pacientes cateterizados y control en una posición dependiente con respecto al
bacteriológico. En el año 2001, por su parte, el paciente, y alejada del piso para evitar la conta-
Departamento de Salud de Gran Bretaña publicó minación con bacterias del ámbito hospitalario.
nuevas guías para la inserción y mantenimiento de Se deben utilizar vasos de recolección sepa-
los catéteres de corta duración en cuidado agudo, rados para cada paciente, a fin de minimizar
que fueron actualizadas en el 2007. (Tabla 8.2) la contaminación cruzada.

Reducción del uso de catéteres vesicales a Cuidado del meato


permanencia Debido a que las bacterias que se encuentran en
El empleo selectivo y limitado de catéteres es el meato uretral pueden migrar hacia la vejiga de
crítico para reducir el número de pacientes en los pacientes cateterizados, se ha propuesto la
riesgo de desarrollar una IUSV. Una de las cau- aplicación de antimicrobianos tópicos en el meato
sas de sobreuso es el caso de los denominados o en la uretra. Sin embargo, no existe ninguna
catéteres olvidados, en los que los médicos y el evidencia de que esta medida produzca efectos
personal de salud no remueven el catéter una vez beneficiosos. La única medida recomendable es

130
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales

TABLA 8.2: GUÍAS DE RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN DE INFECCIONES ASOCIADAS CON CATÉTERES
URETRALES DE CORTA DURACIÓN

Recomendación CDC NHS NHS Epic


(1981) Epic Project
Project (2007)
(2001)
Asegurar la documentación para la inserción de catéteres ND Y Y
Asegurar que un personal entrenado inserte el catéter Y Y Y
Entrenar al paciente y a la familia ND ND Y
Prácticas de higiene de manos Y Y Y
Evaluar la necesidad de cateterización Y Y Y
Evaluar métodos alternativos Y Y Y
Seleccionar el material de los catéteres ND U U
Utilizar los catéteres más finos posibles Y Y Y
Utilizar técnica aséptica y equipo estéril Y Y Y
Utilizar barreras de precaución para la inserción Y ND ND
Realizar lavado aséptico del meato Y N N
Utilizar sistema de drenaje cerrado Y Y Y
Obtener muestras de orina en forma aséptica Y Y Y
Reemplazar el sistema si se rompe la asepsia Y ND ND
No cambiar el catéter de rutina Y Y Y
Realizar higiene de rutina del meato Y Y Y
Evitar la irrigación Y Y Y
Formar cohortes de pacientes Y ND ND
Asegurar la compliance con el entrenamiento ND ND ND
Asegurar la compliance con las medidas de control ND ND ND
Monitorizar la tasa de IUSV y de bacteriemia ND ND ND
Y: recomendado; U: no resuelto; N: no recomendado; ND: no discutido

TABLA 8.3: Indicaciones aceptables para el uso de catéteres vesicales


Indicación Comentario
Retención urinaria clínicamente Solución temporaria o drenaje prolongado si la terapéutica médica
significativa no es efectiva y la corrección quirúrgica no está indicada
Incontinencia urinaria Para confort en un paciente crítico terminal, si medidas menos
invasivas fracasan y los sistemas de colección externa no son una
alternativa aceptable
Requerimiento de una medición Necesidad de control frecuente o urgente, como en el caso de
adecuada del volumen urinario pacientes críticos
Pacientes incapaces de orinar o Durante procedimientos quirúrgicos prolongados con anestesia
de colectar orina general o espinal, procedimientos urológicos o ginecológicos
seleccionados en el periodo perioperatorio

131
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 8.4: Métodos para evitar el empleo de catéteres vesicales a permanencia


Población Métodos
Paciente posoperatorio No sobrehidratar
Evitar el empleo de drogas anticolinérgicas
Mantener un orinal próximo al paciente
Permitir orinar en privado
Aplicar presión tibia suprapúbica
Considerar el empleo de drogas que estimulen el músculo detrusor
y relajen el esfínter
Considerar un cateterismo aislado si no se produce la micción 4 a 6
horas después de superada la anestesia
Paciente en cuidados intensivos Retirar el catéter cuando el paciente esté estable
Practicar cateterismo intermitente si es posible
Utilizar dispositivos externos tipo condón en hombres
Paciente oligúrico Evitar o retirar el catéter al reconocer la oliguria
Paciente anciano incontinente Usar toallas perineales absorbentes
Usar catéteres tipo condón en el hombre
Paciente con vejiga neurogénica Practicar cateterismo intermitente
Practicar esfinterotomía y utilizar catéter tipo condón, si es
necesario
Utilizar catéteres suprapúbicos para evitar epididimitis

mantener limpio el orificio uretral con un lavado los catéteres permanentes. La cateterización in-
adecuado durante el baño diario del paciente. termitente parece ser una alternativa razonable
en ciertos grupos poblacionales que requieren
Sistema de drenaje urinario sondaje crónico.
La mejoría en los sistemas de drenaje urinario ha
tenido los mayores efectos en la reducción de Empleo de cateterización suprapúbica
la bacteriuria asociada con catéteres. La utiliza- Si bien algunos estudios han informado una tasa
ción de sistemas de drenaje estériles cerrados menor de complicaciones con el uso de catéte-
ha permitido mantener estéril la orina en el 50% res suprapúbicos, el procedimiento quirúrgico
de los pacientes varones y mujeres cateterizados requerido para su inserción se puede asociar con
por 13,5 y 11,0 días, respectivamente. El empleo riesgos adicionales. La evidencia corriente no es
de desinfectantes o antimicrobianos dentro del suficiente para soportar el uso de rutina de un ca-
sistema de drenaje, en cambio, no ha demos- téter suprapúbico para la cateterización de corta
trado ser eficiente para reducir la frecuencia de duración, con objeto de prevenir las infecciones
adquisición de bacteriuria en estas circunstancias. urinarias sintomáticas u otras complicaciones.

Cateterización intermitente Empleo de agentes antimicrobianos sistémicos


La cateterización intermitente, realizada por el No ha sido comprobada la eficacia del empleo
propio paciente o un asistente, es un método de antimicrobianos sistémicos profilácticos en
muy utilizado en pacientes con lesiones medu- pacientes cateterizados. En muchos estudios, el
lares. La cateterización intermitente limpia puede empleo concurrente de antimicrobianos no reduce
reducir el riesgo de bacteriuria en comparación la incidencia de bacteriuria y con frecuencia se
con la cateterización permanente. Muchos estu- asocia con la emergencia de cepas resistentes.
dios observacionales han concluido que la cate- Sin embargo, otros han observado que cuando
terización intermitente durante largos períodos los pacientes reciben antimicrobianos sistémicos,
de tiempo se asocia con una disminución del la incidencia de bacteriuria se reduce durante
riesgo de infección urinaria en comparación con los primeros cuatro días de cateterización y la

132
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales

adquisición de bacterias se retarda en pacientes TABLA 8.5: Guías europeas y asiáticas para la
con cateterización prolongada. La administración prevención de infecciones urinarias relacionadas
de antimicrobianos con el solo propósito de pre- con catéteres
venir la infección urinaria durante periodos cortos El sistema del catéter debe permanecer
de drenaje vesical parece reducir la incidencia de cerrado. (A)
infección; sin embargo, Leone y col., en un estu- La duración de la cateterizacion debe ser
dio reciente, han comprobado que el tratamiento mínima. (A)
de un cultivo positivo de orina, en un paciente No es recomendable la aplicación de antisépticos
asintomático con un catéter vesical, no reduce tópicos o antibióticos en el catéter, uretra o
la incidencia de urosepsis en terapia intensiva. meato. (A)
Las Guías recientes de la Infectious Diseases No se han establecido beneficios con el uso de
Society of America (Hooton y col.) establecen: antibióticos o antisépticos profilácticos, por lo
1. “La profilaxis antimicrobiana sistémica no que no son recomendados. (A)
debe ser utilizada de rutina en pacientes con Es beneficiosa la remoción inmediata de
cateterización de corto ni de largo tiempo, los catéteres vesicales luego de cirugías no
incluyendo pacientes que son sometidos urológicas. (B)
a procedimientos quirúrgicos, para reducir Los catéteres de larga duración deben ser
la bacteriuria asintomática o la infección cambiados a intervalos adaptados al paciente
urinaria asociada a catéter vesical, debido individual, pero es recomendable el cambio antes
a los riesgos de selección de resistencia de que se obstruyan. (B)
antimicrobiana”. No es recomendable el empleo de tratamiento
2. “Los antimicrobianos profilácticos, por vía supresivo crónico con antibióticos. (A)
sistémica o por irrigación vesical, no deben
ser administrados de rutina en el momen-
to de la colocación o del retiro del catéter
vesical”. dejados en su lugar por el menor tiempo posi-
El riesgo potencial de reacciones adversas a ble. El catéter debe ser colocado sólo por per-
drogas, selección de organismos resistentes y sonal entrenado utilizando técnicas asépticas. La
el aumento de los costos se oponen al uso ru- bolsa de drenaje debe dejarse en una posición
tinario de antimicrobianos para la profilaxis de dependiente y alejada del piso para prevenir la
la infección urinaria en pacientes críticos con contaminación bacteriana de los dispositivos de
bajo riesgo de complicaciones por infecciones drenaje. El catéter urinario y el sistema de dre-
del tracto urinario y en pacientes de alto riesgo naje sólo deben ser desconectados cuando está
que requieren cateterización prolongada. específicamente indicado para irrigación vesical
o estudios cistométricos. Se deben obtener las
Recomendaciones para el cuidado de los muestras de orina a través del sitio de aspiración,
catéteres urinarios utilizando técnica aséptica. El meato uretral debe
Teniendo en cuenta los conocimientos actuales ser limpiado a diario con agua y jabón para evitar
sobre epidemiología, patogénesis y medidas de incrustaciones. Si es posible, deben ser separa-
prevención disponibles para la bacteriuria asocia- dos los pacientes bacteriúricos de los no bacte-
da con catéteres urinarios, se han realizado una riúricos. El catéter no debe ser cambiado, excepto
serie de recomendaciones que incluyen la pro- por obstrucción u otros trastornos funcionales.
visión e implementación de guías escritas sobre El asegurar un flujo no limitado de orina es una
el uso así como la inserción y el mantenimiento de las medidas más efectivas para prevenir la
de dichos catéteres. La implementación de pro- IUSV. Un estudio reciente, en personas con lesión
tocolos adecuados para la inserción y manteni- medular utilizando la cateterización intermitente,
miento de los catéteres urinarios se asocia con confirma que el riesgo de infección aumenta con
una disminución en el número de infecciones la cantidad de orina residual en la vejiga. En forma
(Gorman, D). similar, una investigación llevada a cabo en un
Los catéteres urinarios deben ser utilizados sistema de asistencia domiciliaria demostró que
sólo cuando son absolutamente necesarios y el bloqueo del catéter y el flujo urinario escaso

133
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

se asociaron en significativa medida con la IUSV. impregnar los catéteres urinarios, incluyendo la
El concepto de que la obstrucción del catéter clorhexidina y la nitrofuroxona. En la actualidad,
conduce a la retención de orina y a la sobredis- lo recomendable es utilizar un catéter conforta-
tensión de la vejiga, y ello se asocia con infección ble para el paciente, en particular con cobertu-
urinaria, debe ser considerado para evitar esta ra siliconada para reducir la irritación friccional
situación de riesgo. sobre la uretra.

Empleo de cultivos de vigilancia Interferencia bacteriana


No se ha recomendado la realización de cultivos La interferencia bacteriana, o el uso de bacterias
de vigilancia para reducir la bacteriuria asintomá- benignas para prevenir la colonización y la infec-
tica o las infecciones urinarias en pacientes con ción sintomática con organismos patogénicos,
catéteres uretrales de corta o larga permanencia. evitaría el uso de agentes antimicrobianos con
Las únicas excepciones serían las mujeres emba- los problemas potenciales de resistencia. La
razadas y los pacientes que serán sometidos a colonización vaginal deliberada con Lactobaci-
procedimientos urológicos en los que se anticipe llus, en mujeres que presentan infección urina-
un sangrado visible de la mucosa. ria recurrente no asociada con catéter vesical,
reduce la prevalencia de coliformes vaginales
Empleo de catéteres especiales y la infección urinaria sintomática. Sin embar-
Puesto que la presencia del biofilm en el catéter go, el Lactobacillus coloniza el tracto genital
urinario es el factor central en la patogénesis de femenino pero no la vejiga, y por ello no es un
la IUSV, muchos expertos intentaron alterar la agente ideal para prevenir la IUSV. Por otro
superficie del catéter con el fin de inhibir la forma- lado, la E. coli 83972, una cepa no patógena,
ción del biofilm. Ninguna superficie puede resistir puede colonizar el tracto urinario anormal de
la formación del biofilm en forma indefinida en el personas con vejiga neurogénica. La inoculación
tracto urinario, pero el retardo en su formación deliberada en la vejiga de personas con lesión
puede ser conveniente si el catéter permanece medular con esta cepa reduce la incidencia de
por corto tiempo. infección urinaria sintomática. A su vez, datos
El tipo de catéter que se ha estudiado más in vitro sugieren que catéteres vesicales recu-
es el impregnado con un agente antimicrobiano, biertos con la E. coli 83972 no son colonizados
en particular con plata. En 2004, la Cochrane por uropatógenos. Se está llevando a cabo un
Database of Systemic Reviews publicó una eva- ensayo prospectivo con la inoculación directa en
luación de los catéteres impregnados utilizados la vejiga de esta cepa bacteriana en pacientes
por corto tiempo en adultos hospitalizados. Ocho con lesiones medulares.
estudios compararon los catéteres estándar con
aquellos impregnados con plata. Los resultados Acidificación de la orina
indican que el riesgo de bacteriuria asintomática Se ha demostrado in vitro que es posible disolver
fue reducido de forma significativa en el grupo las incrustaciones en los catéteres urinarios con
que utilizó catéteres con plata, al menos hasta el empleo de pequeños volúmenes de soluciones
la semana de cateterización y, en menor grado, ácidas de lavado vesical. Se ha observado, sin
luego de la primera semana. El riesgo de infec- embargo, que la disminución transitoria del pH
ción urinaria sintomática también fue menor en el con estas soluciones es seguida por una rápida
grupo de pacientes que fueron cateterizados con alcalinización de la orina a pesar del manteni-
catéteres recubiertos. Ninguno de los estudios miento de las técnicas de acidificación. Esto se
evaluó la emergencia de resistencia a la plata. explicaría por un aumento de la actividad de la
A pesar de los estudios precedentes, el uso de ureasa en pH ácido, de modo que se convierte
catéteres recubiertos más costosos, para prevenir mayor cantidad de urea en amonio. A partir de
las IUSV no parece estar soportado por datos estas consideraciones, es que no se recomien-
de calidad, y la resistencia a la plata es proba- da el uso rutinario de técnicas de acidificación
ble que se convierta en un problema con su uso urinaria para prevenir la incrustación de los ca-
indiscriminado. Estas consideraciones también téteres, al menos hasta que se realicen estudios
son aplicables a otros agentes utilizados para controlados de dicha metodología.

134
CAPÍTULO 8: La infección urinaria en pacientes con sonda vesical y catéteres doble J ureterales

van a ser sometidos a cirugía urológica deben


Tratamiento ser tratados para reducir el riesgo de bacteriemia
Muchos pacientes con bacteriuria asintomática posoperatoria. Debido a que la infección urinaria
no deben recibir tratamiento antimicrobiano. Las posoperatoria es muy común en los pacientes
razones para esta recomendación incluyen: 1) el con trasplante renal y es causa frecuente de
riesgo de complicaciones de la bacteriuria asin- bacteriemia, la bacteriuria asintomática debe
tomática es bajo; 2) el tratamiento no previene ser tratada en pacientes con trasplante renal
que se produzcan recurrencias; y 3) el tratamiento reciente. Hoy se ha agregado la recomendación
puede conducir al desarrollo de bacterias resis- de tratar a aquellos pacientes con gérmenes que
tentes a los antimicrobianos que son difíciles de tienen alta posibilidad de producir bacteriemias
tratar. A pesar de la recomendación precedente, (p. ej., S. marcescens).
Cope y col., en un estudio de tres meses en un Otro grupo de pacientes con bacteriuria que
hospital universitario de EEUU, comprobaron que debe ser tratado es el de aquellos que desarrollan
sobre 164 episodios de bacteriuria asintomática síntomas de infección urinaria o bacteriemia. Es
relacionada con catéteres vesicales, 53 (32%) recomendable el cultivo de sangre y orina antes
habían recibido antibióticos en forma innecesaria. de la administración de antibióticos, debido a
A fin de evitar esta conducta, los autores reco- que permite la elección del antibiótico apropiado
miendan no realizar urocultivo en pacientes con para la terapéutica definitiva, a pesar de que es
sospecha de bacteriuria asintomática, excepto necesario comenzar con un tratamiento empírico
en las situaciones particulares que se destacan hasta la obtención de los cultivos. La elección del
a continuación. antimicrobiano depende del organismo probable,
Aunque el empleo de antibióticos sistémicos la patente de infecciones previas del paciente, y la
no es recomendable en general en pacientes resistencia antimicrobiana en el medio en el que
con bacteriuria asintomática, en ciertas cir- se encuentra el paciente. La Tabla 8.6 presenta
cunstancias este tratamiento debe realizarse. una síntesis de las posibles elecciones. Una vez
El tratamiento de la bacteriuria asintomática es obtenidos los cultivos y la susceptibilidad anti-
recomendado en mujeres embarazadas, debi- microbiana, la terapéutica debe ser dirigida al
do a que la incidencia de parto de pretérmino, patógeno específico utilizando el antibiótico con
infección urinaria sintomática y pielonefritis es menor espectro posible.
más elevada en estas pacientes, aunque no es Aunque no existen estudios clínicos adecuados
claro si el tratamiento de la bacteriuria mejora que establezcan la duración de la terapéutica
el pronóstico. Los hombres con bacteriuria que de la infección relacionada con catéter, en la

TABLA 8.6: Terapéutica antimicrobiana empírica para infecciones urinarias asociadas a catéter
Tipo de infección Agente antimicrobiano Ruta Duración Comentario
Infección sintomática Ciprofloxacina (500 mg cada 12 hs.) Oral 7-10 días En áreas con
sin sospecha de Levofloxacina (750 mg una vez por resistencia
bacteriemia día) significativa
TMP-SMX 160/800 mg (una tableta a TMP-
cada 12 hs.) SMX utilizar
quinolonas
Sospecha de Ampicilina (2 g cada 6 hs.) asociada IV 7 a 14 días Pasar a
bacteriemia a gentamicina (5-7,5 mg/kg/día) quinolona vía
relacionada con Piperacilina/tazobactam (3,37 g oral luego de
catéter urinario cada 6 hs.) 48-72 horas de
Ciprofloxacina (400 mg cada 12 hs.) paciente afebril
Ampicilina/sulbactam (3 g cada 6
hs.)
Ceftriazona 1-2 g/día

135
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

actualidad se recomienda realizar un tratamiento


de siete días de duración en pacientes con IUSV
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137
CAPÍTULO 9

Infecciones urinarias en pacientes


diabéticos
CARLOS LOVESIO, LUCAS RISTA

Epidemiología el riesgo de infección aumenta a medida que la


duración de la diabetes es mayor o surgen com-
Las infecciones urinarias constituyen un proble- plicaciones tales como la neuropatía periférica y
ma significativo en los pacientes con diabetes la proteinuria. Bonadio y col., por su parte, com-
mellitus, debido a los múltiples efectos de esta probaron que en pacientes con diabetes tipo 2,
enfermedad sobre el tracto urinario y sobre la sólo se demostraba un aumento en la incidencia
respuesta inmune del huésped. de infecciones urinarias cuando el control de la
La bacteriuria y las infecciones del tracto urina- diabetes, evaluado por el dosaje de HbA1c, no
rio son más frecuentes en las mujeres diabéticas era adecuado.
en comparación con las no diabéticas. Aunque En el caso de los hombres, no se ha demostra-
algunos estudios antiguos mostraron una simili- do una diferencia en la prevalencia de bacteriuria
tud de frecuencia en pacientes con diabetes en entre diabéticos y no diabéticos. La diabetes tam-
comparación con controles, estudios más re- bién es un factor de riesgo significativo para la
cientes han documentado un aumento en dos adquisición de infecciones urinarias nosocomiales.
a tres veces en este problema en las mujeres Aunque el lugar de la infección del tracto uri-
diabéticas. Kass y col. documentaron una inci- nario en poblaciones no seleccionadas habitual-
dencia de bacteriuria en mujeres diabéticas del mente demuestra una distribución similar entre
16 al 19%, en comparación con una incidencia las infecciones bajas y altas, en el caso de los
del 5 al 8% en mujeres no diabéticas. Boyko y pacientes diabéticos son más comunes las infec-
col., por su parte, estudiando mujeres diabéticas ciones altas. Utilizando técnica de lavado vesical,
posmenopáusicas, comprobaron una incidencia Ooi y col. mostraron que el 63% de 24 mujeres
de 13,1% de infecciones urinarias, en compara- diabéticas con bacteriuria presentaba infección
ción con 6,8% en pacientes no diabéticas. Los renal. Estudios de autopsia han documentado
factores asociados con esta mayor incidencia una incidencia cuatro a cinco veces mayor de
fueron la actividad sexual, el control de la diabe- pielonefritis aguda en diabéticos en comparación
tes, la historia de infecciones urinarias previas y con no diabéticos. Nicolle y col. comprobaron
la presencia de incontinencia de orina. que la diabetes aumentaba la probabilidad de
Un estudio reciente de Czaja y col., en pacien- pielonefritis que requiere internación en 20-30
tes mujeres con diabetes tipo 1 que participaron veces por debajo de la edad de 44 años y en
en un estudio de control estricto de la glucemia, 4-5 veces, tanto en hombres como en mujeres,
permitió comprobar que en esta población en de 45 años o más.
particular la incidencia de infección urinaria era El tracto urinario es una fuente común de bac-
similar a la de las pacientes no diabéticas y que, teriemia en los diabéticos en comparación con
en ambos casos, la actividad sexual era el fac- las causas de bacteriemia en pacientes no dia-
tor de riesgo más importante para el desarrollo béticos, y por esta razón, es más probable que
de infección del tracto urinario. Sin embargo, los diabéticos reciban un tratamiento empírico
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

inapropiado en caso de bacteriemias adquiridas actividad refleja del músculo detrusor causadas
en la comunidad. por la neuropatía que afecta las vías aferentes
Las infecciones del tracto urinario complicadas simpática y parasimpática. El deterioro en la sen-
asociadas con la diabetes incluyen el absceso sación vesical resulta en una distensión vesical
renal y perirrenal, las infecciones formadoras de y un aumento progresivo del volumen de orina
gas, tales como la pielonefritis enfisematosa y la residual. Los efectos a largo tiempo incluyen la
cistitis enfisematosa, las infecciones micóticas, aparición de un reflujo vesicoureteral e infeccio-
la pielonefritis xantogranulomatosa y la necrosis nes urinarias recurrentes.
papilar renal. En algunos casos, este tipo de infec- En mujeres diabéticas se ha constatado una
ciones se produce exclusivamente en diabéticos. alta incidencia de anormalidades estructurales sig-
Por otra parte, en los pacientes diabéticos con nificativas, tales como cistocele, cistoureterocele
bacteriemia existe un riesgo doble de desarro- o rectocele, en comparación con pacientes no
llar insuficiencia renal aguda en relación con la diabéticas. La presencia de estas anormalidades
población no diabética. también aumenta la posibilidad de instrumentación
En la mayoría de los pacientes con complica- del tracto urinario, lo que incrementa el riesgo
ciones metastásicas en presencia de bacteriemia de una infección secundaria. Con independencia
por gérmenes Gram negativos, la infección se de la manera en que estas alteraciones están
origina en el tracto urinario y la diabetes es un asociadas con la diabetes, las mismas resultan
factor contribuyente en al menos el 50%. La en- en una alteración del vaciamiento de la vejiga,
doftalmitis, osteomielitis, en particular vertebral, obstrucción de salida, incontinencia urinaria y
la artritis séptica y la neumonía bacteriémica por aumento del volumen residual; todo ello se asocia
gérmenes Gram negativos son las complicacio- con un riesgo incrementado de infección urinaria.
nes metastásicas más comunes a partir de una Otro factor contribuyente que se ha sugerido
infección urinaria. es la vaginitis recurrente.
Se ha comprobado que la adherencia de las
Patogénesis fimbrias tipo 1 de la E. coli a las células uroepite-
liales de las mujeres diabéticas está aumentada,
Los efectos crónicos de la diabetes mellitus sobre en comparación con la adherencia en mujeres no
el sistema genitourinario incluyen la cistopatía dia- diabéticas. Se acepta que este aumento de la
bética, la nefropatía diabética, la necrosis papilar adherencia desempeña un rol importante en la
renal y la estenosis de la arteria renal. Aunque patogénesis de la infección urinaria en mujeres
factores tales como la edad, grado de glucosuria con diabetes mellitus.
e instrumentación se han sugerido como factores Como parte de la respuesta inmune, la infec-
de riesgo para el aumento de la incidencia de ción y la adherencia de las bacterias a las células
infección del tracto urinario superior en mujeres uroepiteliales estimula la secreción de citoquinas
diabéticas, no se ha confirmado que constituyan y quemoquinas, así como la exfoliación de las
contribuyentes mayores. células superficiales. Recientes estudios en ra-
Hoepelman y col., realizando estudios in vitro, tas han mostrado que las cepas de E. coli con
han demostrado que la glucosuria aumenta el fimbrias tipo 1 no sólo pueden producir exfolia-
crecimiento de diferentes cepas de E. coli. Sin ción, sino que también invaden el uroepitelio,
embargo, esto no pudo ser confirmado en es- se replican y forman reservorios intracelulares
tudios in vivo que fracasaron en demostrar una quiescentes que pueden servir como fuentes de
mayor prevalencia de bacteriuria en pacientes recurrencia. Debido a que en las mujeres diabéti-
diabéticos con glucosuria en comparación con cas se reconoce un nivel disminuido de citoqui-
pacientes sin glucosuria. nas urinarias, se ha postulado que en ellas las
El factor predisponente más importante para bacterias pueden invadir el uroepitelio con mayor
el desarrollo de infección urinaria en pacientes facilidad y, en asociación con la disminución de
diabéticos es la disfunción vesical resultante de la respuesta inflamatoria, evadir los mecanismos
la neuropatía y cistopatía diabéticas. La cisto- de defensa innatos. Por otra parte, la proteína
patía diabética comienza como una disminución de Tamm-Horsfall, que previene la adherencia y
de la sensación vesical y una disminución de la entrada celular de las bacterias al uroepitelio, se

140
CAPÍTULO 9: Infecciones urinarias en pacientes diabéticos

encuentra marcadamente reducida en algunos del tracto urinario inferior hasta la cistitis clínica,
pacientes con diabetes. Esto podría explicar por- cistitis enfisematosa, pielonefritis y abscesos re-
que se producen tantas recaídas de infecciones nales y perirrenales.
urinarias en esta población. Las infecciones invasoras por estafilococos no
Otros aspectos de la inmunidad están altera- son infrecuentes en los pacientes diabéticos, y el
dos en pacientes con diabetes. La función de los S. aureus debe ser considerado como un agente
leucocitos polimorfonucleares está deprimida, etiológico de la sepsis de origen urinario en los
en particular en presencia de acidosis. La adhe- diabéticos, en particular en las infecciones altas
rencia leucocitaria, la quimiotaxis y la fagocitosis en las que se detecta un absceso renal.
también pueden estar afectadas. Los sistemas Debido a la frecuencia de infecciones del trac-
antioxidantes involucrados en la actividad bac- to urinario superior, la presencia de infecciones
tericida pueden estar deteriorados. Por último, potencialmente complicadas y la frecuencia de
aunque el grado de glucosuria no se ha implicado infecciones recurrentes, en los pacientes dia-
en forma directa en los estudios clínicos, se ha béticos siempre se debe obtener un cultivo de
comprobado que los niveles elevados de glu- orina antes de iniciar el tratamiento. En adición,
cosa en la orina deterioran la función fagocítica se recomienda realizar un cultivo luego de com-
de los leucocitos. Es probable que todos estos pletar el tratamiento antimicrobiano, para detec-
factores contribuyan a explicar el aumento de la tar aquellos en los que no se ha logrado la cura
prevalencia y de la severidad de las infecciones bacteriológica.
del tracto urinario en pacientes diabéticos.
Cuadro clínico
Etiología
La bacteriuria es común en las mujeres diabéti-
La causa bacteriana más común de infección cas, siendo habitualmente asintomática. Se de-
del tracto urinario en pacientes diabéticos con- fine como la presencia de al menos 10 5 ufc/mL
tinúa siendo la Escherichia coli, aunque otros del mismo patógeno urinario en dos muestras
gérmenes entéricos, tales como la Klebsiella consecutivas de orina tomada de chorro medio.
pneumoniae y el Proteus mirabilis, también son Aunque los datos son limitados, algunos expertos
comunes. La Klebsiella pneumoniae, en particu- recomiendan tratar la bacteriuria asintomática
lar, es más común en las personas diabéticas en en las pacientes diabéticas cuando se detecta,
comparación con controles no diabéticos, tanto debido a la frecuencia y severidad del compro-
en las infecciones adquiridas en la comunidad miso del tracto urinario superior asociado con la
como en las nosocomiales. En adición, es más bacteriuria en estas pacientes. Sin embargo, se
probable que los pacientes diabéticos presenten debe tener presente que la bacteriuria es dificul-
un patógeno con resistencia antibiótica como tosa de erradicar en pacientes con anormalidades
causal de una infección urinaria nosocomial. En anatómicas de la vejiga o del perineo, en cuyo
pacientes diabéticos que han estado hospita- caso, el tratamiento debe reservarse para los
lizados, han tenido procedimientos urológicos episodios sintomáticos. Un hecho importante,
recientes, o presentan infecciones recurrentes comprobado por Hoepelman y col., es que en
luego de terapia antibiótica, también se pue- pacientes con bacteriuria asintomática, el segui-
den aislar Enterobacter sp, Enterococcus sp y miento a largo tiempo demuestra una asociación
Pseudomonas aeruginosa. El enterococo y la con la nefropatía diabética.
P. aeruginosa también deben ser considerados La presentación de una infección urinaria baja
en pacientes de la comunidad que han recibido puede acompañarse de los síntomas clásicos
tratamiento antimicrobiano reciente. de disuria, frecuencia y urgencia miccional, he-
La diabetes es un factor predisponente para maturia y/o disconfort abdominal. Se debe te-
infecciones causadas por hongos, en particular ner en cuenta que los mismos síntomas pueden
de la especie Candida. Alrededor del 5% de los ser producidos por la inflamación de la uretra o
pacientes con candiduria puede tener dos o más por agentes tales como Chlamydia trachomatis,
especies de manera simultánea. La extensión herpes simples o por una vaginitis por Candida
del compromiso varía entre la mera colonización albicans, que es muy frecuente en mujeres con

141
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

diabetes mellitus. Por ello, es que en esta pobla- aguda en pacientes diabéticos con pielonefritis.
ción se recomienda la realización de un examen (Figura 9.1)
de orina con urocultivo previo a la instalación del Azoulay y col. comprobaron que las infec-
tratamiento antibiótico. ciones urinarias son una causa importante de
La pielonefritis aguda es más común en pa- descompensación de la diabetes, incluyendo el
cientes diabéticos que en controles no diabéti- desarrollo de cetoacidosis. Si bien los hallazgos
cos. Un estudio ha documentado una incidencia de laboratorio no son específicos, es habitual
de pielonefritis tan elevada como cinco veces que exista leucocitosis con desviación a la iz-
más que en pacientes no diabéticos. Es probable quierda y piuria. Como ya se adelantó, siempre
que esto se relacione con la alta incidencia de es recomendable obtener un urocultivo previo al
bacteriuria en estos pacientes y la presencia de inicio del tratamiento, y en pacientes con enfer-
factores locales propios en el riñón. medad severa –fiebre alta, náuseas y vómitos,
La pielonefritis se produce como resultado deshidratación– o con comorbilidades –diabetes
de una infección ascendente en el tracto urina- mal controlada, edad avanzada, inmunosupre-
rio, por lo que la E. coli y otros uropatógenos sión– se recomienda obtener hemocultivos en
Gram negativos comunes son la causa habitual forma asociada.
de infección. La pielonefritis es más frecuente en La necrosis papilar es una complicación rara
mujeres, y el compromiso bilateral, más común de las infecciones renales y la mitad de los casos
en pacientes diabéticos. En un estudio de Nicolle ocurren en pacientes diabéticos. El diagnóstico
y col., la diabetes aumentó la probabilidad de es sugerido por la presencia de dolor en el flanco
pielonefritis aguda que requirió hospitalización y en el abdomen, fiebre persistente y el desarrollo
en 20 a 30 veces en los pacientes de hasta 44 de insuficiencia renal aguda. El método de diag-
años de edad, y en 3 a 5 veces en hombres y nóstico de elección es la pielografía retrógrada.
mujeres mayores de 45 años. Los pacientes diabéticos están predispues-
El síndrome clínico de pielonefritis aguda in- tos a presentar formas complicadas de infección
volucra síntomas de infección del tracto urinario del tracto urinario superior, incluyendo abscesos
superior –fiebre y escalofríos, náuseas y vómitos, renales y pararrenales, pielonefritis enfisemato-
dolor lumbar–, habitualmente en combinación con sa, pielonefritis xantogranulomatosa y necrosis
síntomas del tracto urinario inferior –disuria, fre- papilar renal que, por sus características, serán
cuencia y urgencia miccional. Algunos pacientes, analizadas en un capítulo individual. Una ma-
sin embargo, solo se presentan con síntomas de nifestación inusual de la infección urinaria por
infección urinaria baja, pero tienen un compromi- hongos, la formación de la bola fúngica en el
so renal (pielonefritis subclínica). Los pacientes sistema colector renal, parece ser más común en
diabéticos están más expuestos a presentar for- pacientes diabéticos. En los casos precedentes,
mas graves de infección, con evolución a sepsis es de particular interés el empleo de técnicas de
sistémica y shock séptico. No es infrecuente el diagnóstico por imágenes, incluyendo la radio-
desarrollo de un síndrome de dificultad respiratoria grafía directa de abdomen, el urograma excretor,

FIGURA 9.1: Severa pielonefritis a predominio en riñón izquierdo en paciente diabética. Se constata la
presencia de síndrome de dificultad respiratoria aguda. Requirió ablación del riñón para superar la
sepsis grave.

142
CAPÍTULO 9: Infecciones urinarias en pacientes diabéticos

la ultrasonografia y la tomografía computada con es necesario dicho tratamiento en el caso de pa-


contraste. cientes sintomáticos. Debido a la alta incidencia
La TC multicortes es eficiente y costo efectiva de infección del tracto urinario superior, en estos
para excluir la obstrucción e identificar cálculos. casos se recomienda el tratamiento durante 7 a
También permite una excelente visión de los riño- 14 días, a diferencia de la cistitis no complicada
nes y puede identificar el edema y la presencia en pacientes no diabéticos, en particular mujeres,
de aire en el parénquima renal. La administración en quienes el tratamiento recomendado es de tres
de contraste es útil para una mejor identificación días. A pesar de realizar un tratamiento adecuado,
de aire y pus en los tejidos con alta sensibilidad la infección recurrente del tracto urinario afecta
y especificidad, y caracterizar la infección renal hasta el 70% de los pacientes en un periodo de
como focal o difusa. Sin embargo, el uso de dos a tres años. La mayoría de las recurrencias
material de contraste es un dilema en pacientes son reinfecciones con un organismo diferente del
con diabetes ya que puede producir una pérdida que produjo la infección original.
transitoria, y en ocasiones permanente, de la Con respecto a la droga a utilizar para el trata-
función renal. Sin embargo, con un manejo fluido miento empírico, existen las mismas recomenda-
adecuado, la mayoría de los pacientes diabéticos ciones que para el caso de pacientes no diabéti-
puede tolerar los modernos contrastes iónicos cos. La elección inicial del tratamiento empírico
de baja densidad. debe ser guiada por la tinción de Gram de la orina
y por los resultados de cultivos recientes de orina,
Tratamiento si el paciente presenta infecciones recurrentes. Se
debe sospechar infección micótica, en especial si
Las infecciones urinarias en pacientes con diabe- ha ocurrido antes, el paciente presenta sondaje
tes se consideran tradicionalmente como infeccio- vesical o ha estado recientemente hospitalizado
nes complicadas. Por definición, los pacientes con o tratado con antibióticos de amplio espectro.
infecciones complicadas tienen mayor posibilidad Si la incidencia de resistencia a trimetoprim/
de presentar como agente causal un organismo sulfametoxazol (TMP/SMZ) es baja en la población
resistente a los antimicrobianos y/o un microor- estudiada, el tratamiento con este quimioterápico
ganismo inusual, y también tienen mayor riesgo en dos dosis diarias (160 mg/800 mg) durante
de fallo de tratamiento. En adición, es más pro- 7 a 14 días es la terapéutica de elección para
bable que los pacientes con diabetes presenten infecciones no complicadas. En pacientes que
compromiso del tracto urinario superior. Como reciben antidiabéticos orales, se debe tener en
se adelantó, formas no habituales de infecciones cuenta que la asociación con TMP/SMZ puede
urinarias y sus complicaciones, tales como obs- producir episodios de hipoglucemia. En el caso
trucción del tracto urinario, son más frecuentes de que la incidencia de resistencia en la pobla-
en pacientes con diabetes. Las entidades clínicas ción supere el 15-20%, se deberá recurrir a otra
como la pielonefritis o cistitis enfisematosa y la droga; la más utilizada en nuestro medio es la
pielonefritis xantogranulomatosa se describen casi ciprofloxacina. Considerando la incidencia elevada
en exclusiva en esta población. Todo ello hace de pielonefritis subclínica en los pacientes diabé-
necesario un manejo muy orientado en pacientes ticos, no estaría recomendado el empleo empí-
diabéticos con infección urinaria asociada. rico de nitrofurantoína. Se debe tener en cuenta
Ooi y col. y Raz R en estudios destinados a que con frecuencia estos pacientes requieren
evaluar el manejo de la bacteriuria asintomática hospitalización, ya sea por intolerancia a drogas
en pacientes con diabetes mellitus, concluyen que orales como por la gravedad del cuadro clínico.
no es recomendable el tratamiento antimicrobiano En los pacientes diabéticos tratados con los
en estas circunstancias. A conclusiones similares antibióticos precedentes no es infrecuente que
llegan Harding y col., en un estudio reciente lle- se produzcan superinfecciones con enterococo.
vado a cabo en EEUU. La opinión generalizada, En estos casos, la amoxicilina o la ampicilina
en el momento actual, es que no es recomenda- constituyen las drogas de elección cuando el
ble realizar estudios de detección de bacteriuria organismo es susceptible. En pacientes alérgicos
asintomática en pacientes diabéticos y, en caso a la penicilina, las alternativas por vía oral inclu-
de reconocerse, no debe ser tratada. En cambio, yen nitrofurantoína, tetraciclina o doxiciclina. Las

143
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

infecciones urinarias complicadas por enterococo completar la evaluación con exámenes de diag-
no responden a estas alternativas, requiriendo tra- nóstico por imágenes para descartar complica-
tamiento intravenoso con ampicilina-gentamicina ciones tales como el absceso renal o perirrenal,
o vancomicina. la pielonefritis xantogranulomatosa, la pielonefritis
La terapéutica empírica de pacientes diabéticos enfisematosa u otra complicación similar, habi-
con infecciones complicadas del tracto urinario tuales en pacientes diabéticos.
es similar a la de los pacientes con pielonefritis
aguda, debido a que los patógenos causales son Profilaxis
habitualmente los mismos. El momento de inicia-
ción de la terapéutica apropiada con agentes por Son escasos los estudios destinados a evaluar el
vía intravenosa es crítica para la recuperación y rol de la terapéutica supresiva para evitar la re-
para evitar potenciales complicaciones. En estos currencia de la bacteriuria en mujeres diabéticas.
casos las drogas recomendadas son la cipro- Forland demostró la efectividad del régimen de
floxacina, las cefalosporinas de tercera genera- baja dosis de TMP/SMX (40 mg/200 mg) una vez
ción o los Elactámicos de espectro extendido. al día para prevenir las infecciones recurrentes.
Si se requiere cobertura contra P. aeruginosa es Aunque no se constató una resistencia al TMP/
recomendable el empleo de ceftazidima, cipro- SMX, la bacteriuria recurrió en todas las pacien-
floxacina, piperacilina o carbapenem. En caso de tes siete semanas después de que la supresión
infecciones por enterococo, se debe recurrir al antibiótica fuera discontinuada. La nitrofurantoína
empleo de ampicilina o vancomicina en combina- es un agente comúnmente utilizado para la supre-
ción con gentamicina. La terapéutica intravenosa sión; sin embargo, se ha comprobado la aparición
es recomendable hasta que se resuelvan la fiebre de infecciones recurrentes con gérmenes resis-
y la sintomatología, lo que se produce entre dos tentes en mujeres diabéticas bajo supresión con
y tres días después de iniciar la terapéutica apro- esta droga. Otras medidas recomendadas son la
piada. Luego se puede continuar con un régimen ingesta de extracto de arándanos, la administra-
por vía oral en función de los resultados de los ción oral o vaginal de lactobacilo y el empleo de
exámenes de susceptibilidad antibiótica, hasta estrógenos vaginales en mujeres posmenopáu-
completar al menos 14 días de tratamiento an- sicas (ver capítulo 4). Se debe destacar que las
tibiótico. Es recomendable realizar un cultivo de estrategias precedentes han sido estudiadas en
control dos a cuatro semanas después de com- poblaciones de mujeres no diabéticas.
pletado el tratamiento, para detectar las recaídas En este grupo particular de pacientes es muy
tempranas y debido a la elevada frecuencia de recomendable mantener un buen control meta-
fracaso del tratamiento. bólico (HbA1c  7 mg) y mantener un perfil de
En las infecciones del tracto urinario superior euglucemia en situaciones de estrés tales como
en las que no se resuelve la sintomatología lue- los procedimientos quirúrgicos. En la Tabla 9.1
go de tres o cuatro días de tratamiento, se debe se indica una serie de sugerencias para prevenir

TABLA 9.1: Sugerencias para prevenir las infecciones del tracto urinario y sus complicaciones en
pacientes diabéticos
Manejo óptimo de la diabetes con mantenimiento de un nivel de HbA1c  7 mg, para prevenir el
desarrollo de neuropatía y vejiga neurogénica
Limitar el uso de catéteres vesicales, utilizando además una óptima técnica de control de infecciones en
caso de ser indispensable su empleo
Profilaxis antimicrobiana para prevenir las infecciones en mujeres sexualmente activas que presentan
dos o más episodios por año
Administración de estrógenos vaginales para prevenir la recurrencia de infecciones urinarias en mujeres
posmenopáusicas
Mantenimiento de un estado de euglucemia durante los procedimientos quirúrgicos
Evaluar y tratar las infecciones asintomáticas (¿)

144
CAPÍTULO 9: Infecciones urinarias en pacientes diabéticos

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145
CAPÍTULO 10

La infección urinaria por Candida


CARLOS LOVESIO

Concepto
Candida. La incidencia de aislamientos positivos
La candiduria habitualmente se observa en pa- para hongos en orina ha aumentado en EEUU del
cientes hospitalizados. “La candiduria no es un 9,0 al 20,5 por 10 000 pacientes hospitalizados
síntoma ni un signo, y claramente no es una en- entre 1980 y 1990.
fermedad” (C. Kauffman). El hallazgo de especies La mayoría de los estudios de candiduria han
de Candida en la orina puede significar que el reportado a la Candida albicans como el orga-
paciente sea portador de una cistitis o pielonefritis nismo causal predominante, reconocido en más
fúngica. También puede ser consecuencia de la del 51% de los casos, seguido por la C. glabrata
diseminación hematógena hacia la corteza renal (16%) y la C. tropicalis.
y la ulterior eliminación del hongo por la orina, en En nuestro país, Mujica y col., en un estudio
el curso de una candidiasis diseminada. Por fin observacional de tres años (1999-2001) sobre
y más habitualmente, la presencia de una can- un total de 145 aislamientos de Candida en ori-
diduria sólo refleja la colonización de la vejiga, el na, constataron que el 47,7% correspondían a
perineo o un catéter urinario. La mayoría de los C. albicans, el 24,8% a C. glabrata y el 20% a
pacientes con candiduria no presenta síntomas C. tropicalis. Del total de las muestras, el 75,2%
sugestivos de la existencia de una infección del provenía de pacientes hospitalizados.
tracto urinario.
Factores de riesgo
Epidemiología
Diabetes mellitus
La candiduria es un hallazgo relativamente raro Los pacientes con diabetes se encuentran en
en pacientes sanos. Guze y Harley encontraron riesgo aumentado de infecciones urinarias, in-
candiduria en sólo 15 de 1 500 pacientes; la ma- cluyendo aquellas producidas por hongos. La
yoría de ellos presentaba diabetes mellitus y había diabetes predispone a los pacientes a la candi-
recibido antibióticos. En contraste, la incidencia duria, facilitando la colonización por Candida del
de infecciones micóticas urinarias, y en especial área vulvovestibular en la mujer, aumentando el
candiduria, aumenta en medida significativa en los crecimiento fúngico en presencia de glucosuria,
pacientes hospitalizados, en particular en aquellos disminuyendo la resistencia del huésped a la in-
con catéteres vesicales internados en unidades vasión micótica como consecuencia del deterioro
de terapia intensiva quirúrgicas o portadores de de la actividad fagocítica, y promoviendo la estasis
leucemia o trasplante de médula ósea. de orina en una vejiga neurogénica. Por último, los
Rivett y col. hallaron que el 2% de los especí- pacientes con diabetes están más predispuestos
menes de orina evaluados en un laboratorio hospi- a sufrir instrumentaciones del tracto urinario y a
talario fueron positivos para hongos, mientras que recibir antibióticos.
el 11% de las muestras obtenidas de pacientes
en la unidad de leucemia y trasplante de médula Empleo de antibióticos
en el mismo hospital presentaron funguria. La Las especies Candida colonizan el tracto gas-
prevalencia de candiduria también es elevada en trointestinal en alrededor del 30% de los adultos
pacientes en unidades de cuidados intensivos. Al normales. En pacientes que reciben antibióticos,
presente, el 10 al 15% de las infecciones urinarias esta colonización alcanza al 100% de los indivi-
nosocomiales son producidas por especies de duos expuestos. Es posible que los antibióticos
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

contribuyan a la colonización por especies de consecuencia de la contaminación del líquido


Candida suprimiendo la flora bacteriana endó- de preservación.
gena, primero en el intestino y en el tracto ge-
nital inferior y tal vez en las áreas superficiales Otros factores de riesgo para candiduria
adyacentes al meato uretral. Es frecuente que Incluyen los extremos de edad, el sexo femenino,
la candiduria sea precedida por una bacteriu- el uso de catéteres intravenosos, el empleo de
ria, aunque no se han identificado los factores inmunosupresores, la terapia radiante y la obs-
específicos que diferencian la colonización por trucción al flujo de orina. En el caso particular
bacterias y por hongos. de las infecciones por C. glabrata, es habitual el
uso previo de fluconazol.
Catéteres urinarios En un estudio de 50 pacientes con candiduria
Los catéteres colocados en la vejiga sirven como persistente, las infecciones fueron clasificadas
puerta de entrada de microorganismos. Todos como complejas (tracto urinario superior o di-
los catéteres se colonizan si permanecen en su seminada) y simples (confinada a la vejiga). La
sitio durante un tiempo suficiente. En general, incidencia de uropatía obstructiva (88 vs. 20%),
la colonización por Candida es concomitante o malnutrición (88 vs. 48%), neoplasia (56 vs. 16%),
precedida por la colonización bacteriana. insuficiencia renal (24 vs. 8%), y uso prolongado
de antibióticos (60 vs. 32%) fue significativamente
Atención en Terapia intensiva mayor en pacientes con infecciones complejas
Los pacientes admitidos a las unidades de te- (Wainstein, M y colaboradores).
rapia intensiva presentan un riesgo aumentado
de infecciones micóticas, no sólo por su inmu- Patogénesis
nosupresión y el uso frecuente de dispositivos
invasivos, sino también por el empleo más inten- Infección ascendente
sivo de antibióticos. En los pacientes en terapia La infección ascendente es con mucho la ruta
intensiva, las especies de Candida constituyen más común de infección del tracto urinario. Ello
en la actualidad la tercera causa de bacteriemia ocurre con mayor frecuencia en mujeres que en
nosocomial. Las especies de Candida represen- hombres, debido a que la uretra femenina es
tan el 31% de los microorganismos aislados de muy corta y a menudo existe colonización vulvo-
la orina en estos pacientes (Richards, M y col.). vestibular con Candida. La cateterización puede
Bougnoux y col., en un estudio reciente, com- producir infección introduciendo organismos du-
probaron una incidencia global de candiduria en rante el procedimiento o permitiendo su migra-
terapia intensiva de 27,4:1 000 admisiones y una ción hacia la vejiga a través de la superficie del
densidad de incidencia de 2,8:1 000 pacientes/ catéter. La infección ascendente que afecta a la
día. Es interesante destacar que en este estudio vejiga puede asociarse a la infección del tracto
el intervalo medio entre la admisión a la unidad y urinario superior, en especial si existe reflujo vesi-
la detección de candiduria fue de 17,2 r 1,1/día. coureteral u obstrucción del flujo urinario, puede
producir una pielonefritis aguda, y rara vez, una
Trasplante renal candidemia subsecuente.
Safdar y col., en un estudio destinado a evaluar Las infecciones ascendentes o descendentes
la incidencia de candiduria en pacientes con tras- pueden complicarse con la formación de la lla-
plante renal, observaron que el 11% de todos mada bola fúngica, que consiste en una masa de
los recipientes de este tipo de trasplante desa- hongos, hifas, células epiteliales e inflamatorias
rrolló al menos un episodio de candiduria. Esta y, en ocasiones, tejido medular secundario a una
incidencia es similar a la reportada en pacientes necrosis papilar. Esta complicación se produce en
hospitalizados que no han recibido un trasplante. particular en áreas dilatadas del tracto urinario, en
Es llamativo que la C. glabrata fuera responsa- especial en presencia de obstrucción o estasis.
ble de más de la mitad (53%) de los episodios,
seguida por C. albicans (35%) y C. parapsilosis Infección hematógena
(4%). Recientemente, se ha descrito la candidiasis La infección urinaria por Candida puede producir-
urinaria en pacientes con trasplante renal como se por vía hematógena. Esta situación difiere de

148
CAPÍTULO 10: La infección urinaria por Candida

la asociada con infecciones urinarias causadas friable por debajo. La hiperemia de la mucosa
por Escherichia coli uropatogénica, en la que la vesical es común.
patogénesis es casi siempre la infección ascen-
dente a partir de la vejiga. Infección urinaria alta
La patogénesis de la diseminación hematógena Los pacientes con infección alta del aparato uri-
de especies de Candida está bien establecida. En nario se pueden presentar con fiebre, leucocitosis
presencia de candidemia, las especies de Candida y dolor en el ángulo costovertebral. La pielone-
tienen un tropismo hacia el riñón; en un estudio fritis ascendente y la urosepsis por especies de
se comprobó que el 90% de los pacientes con Candida no son diferenciables de la pielonefritis
candidiasis diseminada que murieron presentaron bacteriana. La infección ascendente, de mane-
compromiso renal en la autopsia. En presencia de ra casi invariable, se produce en presencia de
una fungemia, se desarrollan múltiples abscesos obstrucción urinaria y estasis, en especial en pa-
en la corteza renal; el hongo penetra a través de cientes con diabetes o nefrolitiasis.
los glomérulos en los túbulos proximales y de La pielonefritis por Candida por lo general se
allí es liberado a la orina. Aunque los animales complica con una enfermedad supurativa local,
de experimentación sanos pueden en ocasiones resultando en pionefrosis y formación de abs-
eliminar la infección, los inmunosuprimidos no cesos focales, que pueden ser diagnosticados
lo hacen, y en este caso la presencia del hongo por ultrasonografía o tomografía computada. La
en la orina implica una diseminación a múltiples formación de una bola fúngica también puede ser
vísceras, condición que exige tratamiento anti- reconocida por ultrasonografía. En ocasiones se
micótico sistémico. produce un cólico renal típico como consecuencia
del pasaje de una porción de la bola fúngica; la
Manifestaciones clínicas mayoría son causados por Candida albicans y
algunos por Candida tropicalis. En estos casos
Candiduria asintomática también se ha descrito la aparición de una insu-
La candiduria asintomática suele ocurrir en pa- ficiencia renal aguda de origen obstructivo, en
cientes hospitalizados con catéteres vesicales. particular en pacientes con trasplante renal. La
Estos pacientes, a pesar de presentar recuentos necrosis papilar también ha sido descrita como
cuantitativos de colonias positivos en la orina, complicación de la infección urinaria alta por Can-
no presentan ninguno de los signos y síntomas dida en pacientes diabéticos.
asociados con infección urinaria.
Candidiasis renal hematógena
Infección baja o cistitis Los pacientes con diseminación hematógena de
La infección urinaria baja sintomática por Candida una infección por Candida pueden presentarse
es infrecuente y puede presentarse con signos con fiebre elevada, inestabilidad hemodinámi-
y síntomas de irritación vesical, incluyendo piu- ca y grados variables de insuficiencia renal. Los
ria, hematuria, frecuencia y urgencia miccional cultivos de sangre son positivos para Candida
y malestar suprapúbico. La cistitis por Candida en la mitad de estos pacientes. La diseminación
es rara en extremo en pacientes cateterizados, a piel o la visualización de lesiones en el fondo
teniendo en cuenta la frecuencia de candiduria, de ojo sugieren diseminación, pero en general
lo que implica que la vejiga es relativamente resis- la única clave de la candidiasis sistémica en un
tente a la invasión por las especies de Candida. paciente febril con elevado riesgo de candidiasis
La cistitis enfisematosa es una complicación muy sistémica es una candiduria o una declinación de
rara de esta infección, mientras que los abscesos la función renal.
prostáticos por Candida no son infrecuentes, en
particular en pacientes diabéticos. Se han descrito Diagnóstico
casos aislados de epidídimo-orquitis por Candida.
La cistoscopia, aunque rara vez indicada ex- Por desgracia, no existen estándares de referencia
cepto que se sospeche una bola fúngica o que para el diagnóstico de la infección urinaria por
se produzca una infección ascendente, revela especies de Candida. Aunque se han realizado
placas blanquecinas, blandas, con una mucosa múltiples intentos para clarificar esta situación,

149
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

constituye un verdadero desafío establecer si el renal probada por biopsia renal. En forma similar,
hallazgo de Candida en orina corresponde a una el número de hongos en la orina tiene escaso
contaminación con flora perineal normal, la co- valor en la localización del sitio anatómico de
lonización de la vejiga o de un catéter vesical, o infección. Rara vez se encuentran en orina ci-
una infección verdadera de la vejiga y/o el riñón. lindros granulares que contienen elementos en
La contaminación puede ser diferenciada, de hifas que permiten establecer la localización de
forma habitual, de la colonización o de la in- la infección en el parénquima renal. La mayoría
fección obteniendo un nuevo cultivo con otra de los autores recomienda la realización de un
muestra de orina, luego de realizar una higiene segundo urocultivo antes de tomar una decisión
perineal meticulosa y evaluar si persiste el hongo. terapéutica en pacientes con Candida en un cul-
En las mujeres ancianas es recomendable tomar tivo inicial de orina.
la muestra por sondaje vesical. En caso de sospecharse la presencia de una
La colonización hace referencia a la adheren- candidemia con eliminación del hongo por la ori-
cia asintomática y establecimiento del hongo, na, los cultivos de sangre constituyen el método
usualmente en los catéteres de drenaje u otros diagnóstico electivo, aunque su sensibilidad es
cuerpos extraños en el tracto urinario (tubos de de alrededor del 50%. Para optimizar el creci-
nefrostomía, catéteres doble J), y puede resul- miento, deben ser obtenidas dos o tres mues-
tar en una alta concentración de organismos en tras de sangre, debido a que el volumen total
el cultivo de orina. El hallazgo o el cultivo del de sangre es un determinante importante de la
organismo no implica significación clínica, con sensibilidad. Los cultivos negativos no excluyen
independencia de la concentración de organis- la posibilidad de una candidiasis diseminada y
mos presente. no deben influenciar la decisión sobre el uso de
El diagnóstico de la infección urinaria bacte- agentes antifúngicos sistémicos en un contexto
riana se basa en los hallazgos de bacteriuria y clínico adecuado.
leucocituria o piuria, habitualmente con un re- Exámenes no micológicos, tales como la detec-
cuento bacteriano específico, en pacientes con ción de 1,3-E-D glucano, reacción de polimerasa
síntomas sugerentes de infección. Sin embargo, en cadena en sangre o detección de antígenos
el diagnóstico de la infección urinaria por es- mannan de Candida pueden ser potencialmente
pecies de Candida es mucho más dificultoso. útiles, pero no están disponibles en la actualidad,
No existen estudios que establezcan en forma excepto con fines de investigación.
inequívoca la importancia de la piuria o de los En definitiva, no existe ningún examen diag-
cultivos cuantitativos de orina para Candida. La nóstico lo suficientemente sensible y específico
presencia de piuria es útil, pero sólo en pacientes como para utilizar en la práctica clínica. Este
que no presentan un catéter vesical a permanen- dilema diagnóstico afecta de manera directa la
cia. En estos casos, la cateterización se asocia decisión de tratar o no tratar a los pacientes
con un bajo grado de inflamación y la presencia con urocultivo positivo para Candida, y también
de glóbulos blancos en la orina. influye en la interpretación de los resultados de
Una observación inicial importante es que la estos tratamientos.
mayoría de los pacientes con candiduria son asin-
tomáticos; sólo el 4% en una larga serie multi- Tratamiento
céntrica y el 14% en otro estudio más pequeño
demostraron la presencia de síntomas sugestivos Considerando la dificultad existente para definir
de infección urinaria. con precisión el sitio y la fuente de la candiduria
Con respecto al recuento de colonias en los y en qué medida la presencia de hongos en la
especímenes de orina, podría tener algún valor orina refleja una contaminación, colonización o
en pacientes sin sonda vesical a permanencia. infección, es razonable que existan controversias
En estos casos, se ha documentado infección respecto del tratamiento apropiado de la candi-
renal con recuentos de 10 3-10 4 colonias/mL. Sin duria. El primer desafío es establecer la decisión
embargo, en presencia de catéteres uretrales a si una candiduria requiere alguna intervención
permanencia, no existe correlación entre el re- terapéutica. Si se considera que es necesario un
cuento de colonias y la presencia de infección tratamiento, se debe establecer si este involucra

150
CAPÍTULO 10: La infección urinaria por Candida

la simple remoción del catéter urinario o se debe los de otras poblaciones de pacientes. No se
administrar un agente antimicótico. Si se consi- ha resuelto la conducta a seguir en pacientes
dera que es necesario el empleo de un agente diabéticos que presentan candiduria asintomá-
antifúngico, las elecciones incluyen la irrigación tica, en pacientes en guarderías, y en pacientes
de la vejiga con anfotericina B, la administración internados en terapia intensiva. Se debe destacar
intravenosa de anfotericina, la administración oral que el grado de estas recomendaciones es IIIB, lo
o intravenosa de fluconazol, o el empleo de nue- que significa que existe sólo evidencia moderada
vos antimicóticos del tipo de las cancidas. y que está basada en la experiencia clínica, la
opinión de expertos, los estudios descriptivos,
Candiduria asintomática o el informe de comités de expertos.
El método más eficaz de manejar una candiduria A pesar de varios estudios que han fracasado
asintomática es intentar modificar los factores en demostrar el valor de la funguria como predictor
de riesgo. Esta aproximación incluye el control de infección micótica sistémica en muchos pacien-
de la diabetes y, si es posible, la remoción de tes, la funguria puede ser la manifestación única
catéteres y la discontinuación de los tratamien- o inicial de candidiasis invasiva en poblaciones
tos antibióticos. seleccionadas, y puede requerir tratamiento. Estos
En un estudio reciente, Sobel y col. hallaron pacientes pueden incluir los pacientes oncológi-
que la candiduria asintomática se resuelve con la cos, y tal vez, los pacientes quirúrgicos críticos
remoción del catéter en el 41% de los pacientes con signos y síntomas de sepsis en desarrollo.
hospitalizados y cateterizados. Luego de la inser- La funguria puede ser significativa en particular
ción de un nuevo catéter, la candiduria no tratada en pacientes oncológicos inmunocomprometidos
se resuelve en un 20% adicional de pacientes. En con infección por Candida tropicalis, puesto que
el estudio de Sobel, en pacientes que recibieron un estudio informó que el aislamiento de este pa-
tratamiento con fluconazol, se observó una alta tógeno en cultivos de vigilancia precedió a la di-
incidencia de erradicación de las especies de seminación ulterior de la enfermedad.
Candida de la orina en el periodo inmediato, pero
la incidencia de candiduria dos semanas después Cistitis por Candida
de discontinuar la terapéutica fue similar en los El fluconazol, en dosis de 200 mg por día por
grupos de fluconazol y de tratamiento placebo. vía oral durante 14 días, constituye el método
Considerando su naturaleza benigna, la infre- más efectivo disponible para el tratamiento de
cuencia de candidemia secundaria, y la frecuencia pacientes con cistitis sintomática. Ningún otro
de candiduria asintomática, los datos existentes azol es útil, debido a la mínima excreción de
establecen que el tratamiento no está indicado ni droga activa en la orina. Cuando el organismo
es efectivo en particular en el largo tiempo. Sin es resistente al fluconazol, se recomienda el em-
embargo, el tratamiento de la candiduria asinto- pleo de anfotericina B a dosis de 0,3-0,6 mg/
mática es sugerido para infantes de bajo peso y día durante 7 días. Aunque la administración de
pacientes que presentan neutropenia. En estos anfotericina B por irrigación urinaria (50 mg/L de
casos se deben utilizar los mismos regímenes agua estéril en irrigación continua por 72 horas
propuestos para el tratamiento de la candidiasis a una velocidad de infusión de 42 mL/h) se ha
invasiva (ver más adelante). demostrado altamente efectiva en la erradica-
En pacientes que serán sometidos a proce- ción de la cistitis invasiva por Candida, es muy
dimientos urológicos invasivos se recomienda el inconveniente insertar un catéter en un paciente
empleo de fluconazol, a una dosis de 200-400 no cateterizado, y un curso de cinco días de te-
mg/día, o anfotericina, a una dosis de 0,3/0,7 rapia local con anfotericina B requiere una alta
mg/kg/día, durante varios días antes y después actividad de enfermería. Es indiscutible que se
del procedimiento. obtienen altas tasas de curación, siendo necesaria
Aunque los recipientes de trasplante renal con esta terapéutica en pacientes con insuficiencia
funguria se han considerado en riesgo aumentado renal. Recientemente también se ha propuesto la
para la diseminación, un estudio reciente (Sadfar irrigación local de la vejiga con fluconazol, pero
y col.) sugiere que los factores de riesgo para esta modalidad terapéutica no ha sido evaluada
diseminación en esta población son similares a en grupos poblacionales adecuados.

151
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Prostatitis y orquiepididimitis Se debe insistir en que el aspecto más impor-


Estas localizaciones son raras. La mayoría de los tante del tratamiento es resolver la obstrucción
pacientes requerirá un drenaje quirúrgico de los y la realización de exámenes de imágenes para
abscesos u otro debridamiento quirúrgico, así identificar la presencia de complicaciones locales.
como el tratamiento antifúngico. El fluconazol es el
agente de elección, pero las recomendaciones de Candidiasis sistémica con compromiso renal
tratamiento están basadas en casos anecdóticos. En casos de sospecha de candidemia, debe
iniciarse tratamiento antifúngico empírico. Se
Pielonefritis ascendente prefiere el uso de equinocandinas por vía en-
Este síndrome infrecuente se observa habitual- dovenosa (caspofungina 70 mg y luego 50 mg
mente en pacientes hospitalizados con diabetes por día o anidalafungina, 200 mg al comienzo y
e insuficiencia renal, pacientes con necrosis pa- luego 100 mg por día) en pacientes con inesta-
pilar, y pacientes con uropatía obstructiva. Este bilidad hemodinámica, con antecedentes de uso
último componente se asocia con la presencia previo de azoles y en instituciones con alta tasa
de una bola fúngica localizada en una pelvis renal de rescate de Candida no albicans. En pacientes
obstruida y dilatada. No es infrecuente que estos clínicamente estables y sin estos antecedentes
pacientes también presenten tubos de nefros- puede administrarse fluconazol en dosis de 200-
tomía o de drenaje ureteral, que no pueden ser 400 mg/día. La duración óptima de la terapéutica
esterilizados del hongo colonizante. aún no ha sido establecida.
El tratamiento incluye el adecuado drenaje del
tracto urinario superior asociado a terapia antifún- Bibliografía
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153
CAPÍTULO 11

Sepsis de origen urinario: su


aprendizaje basado en problemas
HOMERO BAGNULO, MARIO GODINO, JUAN JUBÓN

Metodología de estudio en la resolución de un problema, en el caso del


ABP primero se presenta el problema, se identi-
Caso clínico fican las necesidades de aprendizaje, se busca
y expone la información necesaria y finalmente
Mujer de 45 años de edad, diabética insulino- se regresa al problema.
rrequiriente. Comienza hace una semana con
fiebre de hasta 39ºC sin foco claro, consulta en Identificación de las necesidades
forma ambulatoria indicándose tratamiento con
amoxicilina vía oral. A las 48 horas consulta en
de aprendizaje en sepsis de origen
emergencia por tendencia al sueño, síndrome urinario
febril y postración. En emergencia se constata
paciente con tendencia al sueño, deshidratada, Cuando se asiste a pacientes con sepsis urina-
hipotensión de 70/40 que no responde a cargas ria, se necesita conocer una serie de conceptos
de volumen, relleno capilar lento de 4 segundos. prácticos que son relevantes para poder diag-
Laboratorio: leucocitosis: 24 000; hemoglobina: nosticarla y guiar la toma de decisiones durante
8,5; plaquetas: 110 000; azoemia: 1,80; creati- su manejo, incluyendo:
ninemia: 2,20; pH: 7,1 con EB – 12 y lactato: 6; 1. Conocer su frecuencia y origen (epidemiología)
glucemia: 3,5 g/dL; cetonemia positiva. Se cons- 2. Conocer su forma de presentación y las
tatan orinas piúricas y fétidas luego de colocar condiciones predisponentes
sonda vesical. 3. Confirmación diagnóstica y valoración ana-
tómica del aparato urinario
La situación planteada es un claro ejemplo de 4. Conocer la microbiología, de importancia
los desafíos clínicos que presenta el diagnóstico para decidir un tratamiento empírico
y manejo de los pacientes con infecciones urina- 5. Reconocer la gravedad de la enfermedad
rias graves, con especial mención de la Sepsis y su evolución a la sepsis
de origen urinario. 6. Establecer una metodología terapéutica
Casos como el descrito son habituales, tanto
en las Unidades de cuidados intensivos como en Epidemiología
el Departamento de Emergencia. Por esta razón
se desarrollará este capítulo en base a una me- La sepsis urológica se define como la disemina-
todología de Aprendizaje Basado en Problemas ción hematógena sintomática de microorganis-
–ABP– (H. Barrows). mos o de sus toxinas, a partir de un foco situa-
Con esta metodología, el camino que toma el do en el tracto genitourinario: uretra, próstata,
proceso de aprendizaje convencional se invier- vejiga, uréter, riñón o estructuras que lo rodean.
te. Mientras por tradición primero se expone la Es una grave complicación que puede producir-
información y después se busca su aplicación se tanto a partir de una infección adquirida en
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

la comunidad (mayormente pielonefritis) o en predisponentes no urológicos y asociadas a pro-


el hospital; debido en este caso, con frecuen- cedimientos o complicaciones urológicas. (Tabla
cia, a manipulaciones de la vía urinaria. De su 11.1)
rápido reconocimiento y de la instauración de Es de utilidad clasificarlas en alguna de estas
un tratamiento adecuado dependerá el éxito categorías, ya que probablemente en las del pri-
de la actuación médica. mer grupo será suficiente con la terapia antimicro-
La frecuencia de presentación varía en la biblio- biana adecuada, mientras que en las infecciones
grafía internacional entre 8 y 12% de las sepsis urinarias asociadas a condicionantes urológicas
que ingresan a Unidades de cuidados intensivos pueden ser necesarias conductas invasivas.
(UCI). En las series de los autores representó el
8,3% de las sepsis en un estudio multicéntrico Factores predisponentes
de prevalencia de sepsis en las UCI de Uruguay
(Godino, M y col.). De ellas, el 54% se presentó Cateterización de la vía urinaria
desde la comunidad y el 46% se originó en el El paciente con la vía urinaria cateterizada por
hospital. Esto es lógico si se admite que la vía medio de sonda uretral, suprapúbica, nefros-
urinaria instrumentada es uno de los principales tomía u otras, presenta un riesgo aumentado
predisponentes de esta patología. En el estudio de infección. La primera condición para ello es
EPIC, la infección urinaria representó el 17,5% de que estos pacientes están expuestos, por su
las infecciones intrahospitalarias, estando en el condición, a tratamientos antibióticos en gene-
80% asociadas a cateterización de la vía urinaria ral prolongados y por lo tanto son propensos a
(Vincent, J y col., 1995). infecciones con microorganismos multirresis-
En una segunda serie nacional sobre 140 sep- tentes. La segunda razón es que en general
sis bacteriémicas, el foco urinario fue el origen en son colonizados crónicos.
el 8,5% de los casos (Bagnulo, H y col., 2006). Un factor muy importante en el desarrollo y
persistencia de las infecciones urinarias en estos
Formas de presentación casos es la presencia de biofilms (ver capítulo 8).
Estos no sólo se desarrollan en relación con la
Por la altura del aparato urinario en que asientan, presencia de cuerpos extraños como catéteres
las sepsis de origen urinario pueden ser clasifi- urinarios o stents, sino también en los cálculos
cadas en altas (riñón, estructuras perirrenales y
uréter); y bajas (vejiga, próstata, uretra y tejidos
TABLA 11.1: Clasificación de las infecciones
circundantes).
urinarias en UCI
Cuando se analizan las circunstancias de insta-
lación, todas ellas pueden ser incluidas en alguno Infecciones urinarias asociadas a
de los cuatro grupos siguientes: factores predisponentes no urológicos
1. Infección urinaria complicada, asociada con Diabetes mellitus
una variedad de anormalidades estructu- Insuficiencia renal
rales y funcionales del tracto urinario y del Inmunodeficiencia o inmunosupresión
riñón. Incluyen la instrumentación de las Pacientes con traumatismos
vías urinarias y la presencia de fenómenos Infecciones urinarias asociadas a
obstructivos: cálculos o tumores. procedimientos o complicaciones
2. Infección urinaria no complicada, sin una urológicas
razón anatómica o predisponente para la Cálculos urinarios o cuerpos extraños en el tracto
infección urinario
3. Infección urinaria nosocomial, por lo gene- Obstrucción de las vías urinarias
ral asociada a la presencia de un catéter Procedimientos relacionados con el tracto
urinario urogenital
4. Infección urinaria adquirida en la comunidad
Trasplante renal
A su vez, las infecciones urinarias que re-
Disfunción vesical neurogénica
quieren asistencia en UCI se pueden dividir en
dos grandes categorías: asociadas a factores

156
CAPÍTULO 11: Sepsis de origen urinario: su aprendizaje basado en problemas

urinarios, cicatrices o tejido necrótico. Para erra- Los efectos secundarios incluyen una reducción
dicar los agentes patógenos presentes en los de la respuesta inmune, tanto en el plano local
biofilms, se debe eliminar tanto el agente causal como sistémico.
como el factor condicionante, sea un catéter o
cálculos. Disfunción miccional
Los pacientes con disfunción miccional, inclu-
Presencia de obstrucción urinaria yendo aquellos con vejigas neurogénicas, son un
Cualquier lesión obstructiva, incluyendo malfor- grupo de riesgo de desarrollo de infección urinaria
maciones, estenosis, cálculos o tumores, puede complicada, debido a la frecuente presencia de
predisponer a una infección del tracto urinario orina residual y, por lo tanto, un mejor entorno
que conduzca a una sepsis. Los procedimientos para el crecimiento bacteriano, y la frecuente
invasivos destinados a descomprimir el sistema obstrucción vesical que conduce a un aumento
obstruido, tal como una nefrostomía percutánea, de la presión miccional, que contribuye al reflujo
pueden causar una bacteriemia que provoca una vesicoureteral.
respuesta sistémica. El riesgo de desarrollo de En cinco series analizadas de estudios na-
una respuesta inflamatoria sistémica en un estudio cionales, con 176 infecciones graves del trac-
de 189 pacientes con hidronefrosis fue de 26%, to urinario superior, las entidades nosológicas
con un 4% de progresión a la sepsis (Chistoph, se distribuyeron en: 111 (63,07%) pielonefritis,
F. y colaboradores). (51/111 obstructivas, 50/111 no obstructivas);
32 (18,18%) pionefrosis; 12 (6,82%) abscesos-
Sexo flemón perinefrítico; 11 abscesos renales (6,25%);
La mayoría de los clínicos sugiere que el sexo 4 hidronefrosis infectadas (2,27%); 3 urinomas
masculino es un criterio de infección urinaria infectados (1,70%); 2 abscesos del psoas (1,14%)
complicada. Esto sería cierto en particular en y un riñón poliquístico (0,57%). En el 86% de los
los mayores de 50 años, que probablemente pre- pacientes, existieron factores de riesgo o predis-
sentan algún elemento de hiperplasia benigna de ponentes, destacándose los antecedentes de
la próstata y, por lo tanto, se presume que una diabetes e infecciones urinarias previas (56%).
obstrucción del tracto urinario inferior.
Etiología y Patogenia
Diabetes
Una de las condiciones médicas más importan- La mayoría de las infecciones urinarias está pro-
te, favorecedora de infecciones urinarias, es la ducida por bacterias, aunque en ocasiones están
diabetes, que no sólo se ha demostrado como implicados hongos o virus. La infección es mo-
un factor propicio para infecciones urinarias, sino nomicrobiana en más del 95% de los casos, pero
como una enfermedad inmunodebilitante. En la puede ser polimicrobiana en pacientes que tienen
serie de los autores sobre todas las sepsis ingre- sonda vesical permanente, que han sufrido una
sadas durante dos meses a UCIs de Uruguay, la manipulación urológica reciente o que tienen una
diabetes se presentó como enfermedad de base vejiga neurógena o una fístula vésico-intestinal
en el 10,3%, siendo la comorbilidad más frecuen- o vésico-vaginal. En el resto de los casos, el
te. No sólo favorece la aparición de infecciones aislamiento de más de un microorganismo suele
urinarias, sino también de sus principales com- corresponder a una contaminación. La Escherichia
plicaciones, tales como abscesos perinefríticos, coli es el microorganismo causal más frecuente.
pielonefritis xantogranulomatosa y pielonefritis En las infecciones no complicadas es responsable
enfisematosa (ver capítulo 12). de más del 80% de los casos, y en las compli-
cadas, aunque el porcentaje desciende, sigue
Insuficiencia renal siendo el microorganismo más habitual.
Los pacientes con insuficiencia renal constituyen Para hombres y mujeres, el espectro de pa-
un grupo de alto riesgo y deben incluirse en el tógenos cambia cuando la infección se adquiere
de infecciones urinarias complicadas (ver capí- en el ambiente hospitalario. La E. coli (47%), es-
tulo 7). La razón para ello es la reducción del pecies de Enterococcus (13%), Klebsiella (11%),
flujo de orina que acompaña a esta enfermedad. Pseudomonas aeruginosa (8%), Proteus mirabilis

157
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

(9%), Enterobacter (4%) y Citrobactor (3%) repre- de orina. Es de vital importancia la toma de cul-
sentaron en conjunto el 91% de las infecciones tivos (hemocultivos, urocultivos) previo al inicio
urinarias adquiridas en el hospital en un estudio del tratamiento antibiótico empírico. Se comple-
mundial (Gordon, K y colaboradores). tará la evaluación mediante una rutina general
En las series de los autores, tanto en sepsis de laboratorio y la valoración de parénquimas
bacteriémicas como no bacteriémicas de origen en fallas si el paciente se presenta de inicio con
urológico que ingresaron a UCI, el germen que disfunción multiorgánica.
predominó fue E. coli, responsable de un 71% Por último, deben realizarse estudios de diag-
de las sepsis de origen comunitario y de un 50% nóstico por imágenes, para discernir si existen
de las sepsis de origen nosocomial (Godino, M y situaciones predisponentes o coexistentes con
col.; Bagnulo, H y col.). esta patología: patologías congénitas, malforma-
En el caso de las infecciones complicadas, la ciones, presencia de inmunodepresión, etcétera.
probabilidad de que E.coli sea resistente o que Hasta hace poco, la ecografía era el método
estén producidas por otros microorganismos mul- más solicitado debido a su bajo costo, accesibili-
tirresistentes es mayor. Dentro de este grupo, las dad, falta de exposición a la radiación y ausencia
más frecuentes son enterobacterias como Proteus de complicaciones vinculadas al contraste. En la
spp o Klebsiella spp, Pseudomonas aeruginosa y actualidad, la tomografía computarizada se ha
Acinetobacter. El hongo que produce infecciones constituido en el examen de valoración image-
urinarias de forma más habitual es Candida spp. nológica de elección.
El mecanismo habitual por el que los microor- El ultrasonido es un importante método de
ganismos alcanzan la vía urinaria es el ascenso a diagnóstico y su uso debe ser considerado con
través de la uretra. La invasión de los parénquimas frecuencia, para el diagnóstico y como guía para
de la vía urinaria (riñón y próstata) por disemina- el drenaje de colecciones. Una tomografía com-
ción hematógena es muy rara, pero característica putarizada del abdomen puede dar una mejor
del Staphylococcus aureus. delimitación de los procesos patológicos, en par-
Es importante en el momento de decidir el tra- ticular si se combina con contraste intravenoso.
tamiento antibiótico empírico inicial pensar en los En un paciente ingresado en la UCI, ello requiere
microorganismos más frecuentes, para disminuir de un traslado al departamento de diagnósti-
la terapia antibiótica inapropiada que aumenta co por imágenes, con las complicaciones que
la mortalidad en los pacientes con infecciones esto puede presentar en un paciente inestable.
graves. Para esto es importante tener en cuen- Por otra parte, estos pacientes también pueden
ta los factores que se asocian a la presencia de presentar una alteración de la función renal, con
microorganismos resistentes. mayor riesgo de desarrollar nefropatía inducida
Los dos elementos que más impactan en el por contraste. Estos factores deberían tenerse en
desarrollo de resistencia son las internaciones y cuenta al decidir qué procedimiento radiológico
el tratamiento antibiótico previo. Consideraciones es el más apropiado.
especiales merecen el paciente sondado crónico
y el proveniente de geriátricos, que en muchos La sepsis de origen urinario
casos pueden presentar de inicio un microorga-
nismo multirresistente como responsable de la Caso clínico
infección.
Paciente de 65 años, ex tabaquista. Comienza
Metodología diagnóstica con dolor lumbar tipo cólico. Múltiples consultas
en emergencia. Valorado por urólogo en varias
Una vez definido el grupo de pacientes con pre- oportunidades se indica ecografía ambulatoria
disposición para el desarrollo de infecciones uri- y consulta en policlínica. Cuarenta y ocho horas
narias de alto riesgo, es necesario realizar una después consulta nuevamente en emergencia
rápida valoración para la toma de decisiones. con fiebre, leucocitosis de 15 000, azoemia de
Sin duda que el primer paso es una adecuada 0,90 y creatininemia de 1,90. Ingresa a sala con
historia clínica y un correcto examen físico. En diagnóstico de pielonefritis obstructiva derecha,
segundo lugar, es obligatorio realizar un cultivo realizándose derivación percutánea, otorgándose

158
CAPÍTULO 11: Sepsis de origen urinario: su aprendizaje basado en problemas

alta con nefrostomía a domicilio. Luego de 10 días TABLA 11.2: Criterios diagnósticos de sepsis
ingresa para litotomía percutánea, destacándose urinaria
localización dificultosa del cálculo, no pudiéndo- Criterios de sepsis urinaria
se canalizar el uréter proximal. Se suspende el Presencia de al menos dos de las siguientes
procedimiento por escalofrío. Recibe ciprofloxa- manifestaciones en un paciente con infección de
cina desde el ingreso. Leucocitosis en ascenso la vía urinaria:
que llega a valores de 19 000 y fiebre. Se realiza Temperatura mayor de 38ºC o menor de 36ºC
TAC abdomino-pélvica que muestra catéter de
Frecuencia cardiaca mayor de 90 lpm
nefrostomía y litiasis en uréter proximal de 13
Taquipnea, definida por una frecuencia
mm. Leve dilatación de cavidades pielocaliciales
respiratoria mayor de 20 pm, o hiperventilación,
y del uréter proximal a la litiasis. Existe líquido y
definida por una PaCO 2 ≤ 32 mmHg
gas a nivel retroperitoneal y fuga del medio de
Alteración del recuento leucocitario: ! 12 000/
contraste desde el uréter al espacio periureteral.
mL;  4 000/mL o ! 10% en cayado
La imagen se interpreta como un gran absceso
retroperitoneal de fosa renal derecha que llega Criterios de sepsis urinaria grave
a la pelvis menor. Se cambia antibioticoterapia a Sepsis urinaria que se asocia a una de las
ceftriaxona más gentamicina. Insuficiencia renal siguientes manifestaciones:
mantenida. Se interviene quirúrgicamente con Disfunción orgánica
diagnóstico de peritonitis urinosa. Exploración Hipoperfusión: acidosis láctica, oliguria o
del retroperitoneo, se reconoce un absceso del alteración aguda del estado mental
psoas que se solidariza con el meso del intesti- Hipotensión inducida por la sepsis: presión
no delgado involucrándolo. Se drena. Sale pus arterial sistólica menor de 90 mmHg o
fétido. Riñón derecho mal perfundido, se palpa disminución de más de 40 mmHg de la habitual,
litiasis de uréter proximal. Se realiza nefrectomía, en ausencia de otras causas de hipotensión
con liberación dificultosa del riñón en toda su
extensión. El paciente ingresa a UCI cursando
una disfunción multiorgánica con shock séptico.
de origen urológico se comprueba que presen-
La sepsis urológica es la complicación más taron shock séptico en un 50% de los casos. En
grave que puede presentar la infección urinaria la sepsis bacteriémica la E. coli fue aislada en
complicada. Múltiples estudios y protocolos han 15 pacientes, presentando shock séptico 7 de
establecido que el diagnóstico precoz de la sep- ellos (56%) y siendo el Staphylococcus aureus
sis, que permite un tratamiento temprano, es uno el segundo germen en frecuencia.
de los factores más importantes para disminuir
la mortalidad. Para esto es importante estar fa- Conducta terapéutica
miliarizado con los signos precoces de infección
y el riesgo siempre presente de evolución a la A. Identificación del shock séptico y control de
sepsis. (Tabla 11.2) las funciones vitales
Existen pocos estudios específicos de infec- Desde el inicio de la campaña sobrevivir a la sepsis,
ción del tracto urinario en las poblaciones de se ha insistido en la aplicación de paquetes de me-
pacientes críticos que desarrollan sepsis. Lo que didas en las primeras seis horas y en las siguientes
sí se conoce es que la sepsis y fundamentalmen- 24, que tienen como objetivo fundamental el soporte
te la evolución al shock séptico presentan una hemodinámico que, junto con la antibioticoterapia
mortalidad mayor al 50%. Por esta razón, los precoz y adecuada, disminuyen la mortalidad de
esfuerzos deben dirigirse a un rápido diagnós- esta patología (Dellinger y col., 2008).
tico y tratamiento de la sepsis en sus primeras Estos conceptos básicos para el manejo de
etapas. (Tabla 11.3) En las series de los autores la sepsis deben ser implementados tanto en el
las sepsis que ingresaron a UCI se presentaron Departamento de Emergencia como en la Unidad
en más del 45% en la etapa de shock séptico, de cuidados intensivos. En la Tabla 11.4 se inclu-
por tanto se puede considerar que el ingreso a yen las recomendaciones actuales, surgidas de
UCI fue tardío. Cuando se analizan las sepsis la Campaña “Sobreviviendo a la sepsis”.

159
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 11.3: Manifestaciones clínicas según la


Los autores sugieren como imprescindible la
gravedad de la sepsis
implementación de las siguientes medidas:
Sepsis: cualquier infección 1º La identificación precoz de la sepsis es el
documentada o sospechada con uno o paso fundamental para iniciar las medidas tera-
más de los siguientes criterios péuticas. El mantener un alto índice de sospe-
s &IEBRE TEMPERATURA CENTRAL   ª# O cha en los pacientes presuntamente infectados,
hipotermia (temperatura central < 36°C) conjuntamente con el uso de instrumentos para
s 4AQUICARDIA   LATIDOSMINUTO clasificar la gravedad de la sepsis son los dos
s 4AQUIPNEA   RESPIRACIONESMINUTO pilares para la identificación y el adecuado ma-
s !LTERACIØN DE LA CONCIENCIA nejo precoz. Los paquetes de medidas para las
s %DEMA O BALANCE POSITIVO   M,KG EN  HS primeras seis horas en el hospital van dirigidos
s (IPERGLUCEMIA GLUCOSA PLASMÉTICA   MG a dos objetivos básicos: control del agente in-
dL) en ausencia de diabetes. feccioso y mantenimiento de la perfusión tisular.
s ,EUCOCITOSIS   MM 3) o leucopenia (< 4 2º. El uso de tratamiento antibiótico en las
000/mm 3) o recuento normal con > 10% formas dos primeras horas en los pacientes con sepsis
inmaduras. debe ser un objetivo terapéutico absolutamente
s 3VC/ 2 > 70% o Índice cardiaco > 3,5 L/min/m 2 prioritario.
3º. Los pacientes sépticos con hipotensión o
Sepsis grave: episodio de sepsis
signos de hipoperfusión tisular (lactato elevado,
asociado a disfunción orgánica,
ScvO2 < 70%, diuresis reducida) deben recibir car-
hipoperfusión o hipotensión atribuible
gas de volumen y comprobar su eficacia mediante
a la sepsis
monitorización de la respuesta. Los pacientes con
s (IPOXEMIA CON 0A/ 2/FIO 2 < 300 mmHg
falta de respuesta al aporte de volumen deben
s /LIGURIA DIURESIS    M,KGH DURANTE AL
ser tratados con agentes vasoactivos.
menos dos horas)
4º Los pacientes con sepsis grave/shock
s #REATININA INCREMENTO    MGD, O VALOR   séptico deben ser ubicados en áreas donde sea
mg/dL factible un correcto planteamiento diagnóstico
s 4RASTORNO DE LA COAGULACIØN ).2    Ø 440A y monitorización compleja (UCI); no obstante,
> 60 seg) esta ubicación final no debe ser un condicionante
s 4ROMBOCITOPENIA    MM 3 para no iniciar los paquetes de medidas, ya sea
s (IPERBILIRRUBINEMIA BILIRRUBINA    MGD, en las áreas de urgencias, o en las plantas de
s (IPERLACTACIDEMIA   MMOL, Ø  MGD, hospitalización convencional.
s (IPOTENSIØN ARTERIAL 4!3   MM(G 4!-   5º Es fundamental que, desde que se inicie la
ó descenso de la TAS > 40 mmHg). atención al paciente séptico a su llegada al de-
Shock séptico: hipotensión arterial persistente partamento de emergencia, se aplique la máxima
que no pueda ser explicada por otras causas prioridad y una atención consensuada y conti-
diferentes a la sepsis, y que no se recupera a nuada entre los servicios de Emergencia y UCI,
pesar de la resucitación con volumen adecuada. actuando con los mismos protocolos para mini-
mizar el tiempo de actuación.

B. Decidir un tratamiento antibiótico empírico


y precoz
La antibioticoterapia debe instaurarse de manera
A ello se deben agregar una serie de medidas precoz y efectiva. Los tratamientos inadecuados
que deben ser completadas dentro de las 24 o diferidos se correlacionan con una mayor mor-
horas en este mismo tipo de pacientes (Sepsis bimortalidad (Kumar y col.). El conocimiento del
management bundle) y que se indican en la Tabla foco y del perfil de resistencia de la flora local
12.5. Estas últimas, sin embargo, han sido mucho facilita la elección del antimicrobiano empírico.
menos aceptadas por la comunidad científica Se debe considerar que la terapia antimicrobiana
que las anteriores. debe incluir drogas que cubran microorganismos

160
CAPÍTULO 11: Sepsis de origen urinario: su aprendizaje basado en problemas

TABLA 11.4: La resucitación en la sepsis (SEPSIS RESUSCITATION BUNDLE)


Paso Detalle
1 Medición del lactato sérico
2 Obtener cultivos de sangre antes de administrar antibióticos
3 Al momento de la presentación, administrar antibióticos de amplio espectro dentro de las tres
horas de la admisión al servicio de emergencia y una hora en la UCI
4 En el evento de hipotensión y/o lactato ! 4 mmol/L ó 36 mg/dL:
- Administrar un bolo inicial mínimo de 20 mL/kg de cristaloides o coloides equivalentes
- Administrar vasopresores para la hipotensión que no responde a la administración inicial de
fluidos para mantener una presión arterial media ! 65 mmHg
5 En el evento de hipotensión persistente, a pesar de la resucitación con fluidos (shock séptico)
y/o un nivel de lactato ! 4 mmol/L ó 36 mg/dL
- Obtener una presión venosa central ! 8 mmHg
- Obtener una saturación de oxígeno en sangre venosa central (ScvO2) ≥ 70% o en sangre
venosa mezclada (SvO 2) ≥ 65%

multirresistentes en pacientes con los siguientes las series de los autores, la erradicación de los
factores de riesgo: haber recibido cuatro o más microorganismos en el 93% de los urocultivos de
ciclos de antimicrobianos en el último año; colo- control. En situaciones especiales (pacientes en
nización previa distante o local por patógeno mul- shock séptico sometidos a instrumentación) po-
tirresistente (esputo, úlcera, etc.); hospitalización drá adjuntarse un segundo antibiótico, pudiendo
reciente por un periodo mayor de cinco días; alta optar por un aminoglucósido, teniendo precaución
prevalencia local de microorganismos resisten- con su toxicidad renal. En este caso se prefiere
tes; tratamiento o enfermedad inmunosupresora; amicacina en dosis única de 15 mg/kg/día.
procedencia de geriátricos; tratamiento antibióti- Las quinolonas también pueden ser útiles,
co intravenoso previo; manipulaciones urológicas sobre todo las de mayor excreción urinaria, en
y/o cura de úlceras domiciliaria o diálisis en los particular la ciprofloxacina. Pero estos antibió-
últimos 30 días. ticos han sufrido un fenómeno particular. El uso
Con respecto a la antibioticoterapia a utilizar, indiscriminado, en particular a nivel comunita-
las opiniones son variadas, pero la preferencia de rio, ha determinado una importante presión de
los autores se inclina por el uso de cefalosporinas selección con desarrollo de microorganismos
de tercera generación. De elección ceftriaxona en resistentes, incluso en infecciones urinarias de
dosis de 2 g/día, o cefotaxima 6 g/día. Si se utiliza origen comunitario.
cefotaxima se debe ajustar la dosis a la función Cuando se sospeche la presencia de Pseu-
renal. Para la mayoría de los pacientes el empleo domonas aeruginosa, se utilizará ceftazidime,
de un único antimicrobiano será suficiente. Con 2 g intravenoso cada 8 horas, con ajuste de
el empleo de ceftriaxona se ha conseguido, en acuerdo a la función renal. Con los regímenes

TABLA 11.5: Medidas de manejo en la sepsis (SEPSIS MANAGEMENT BUNDLE)


Medida Detalle
1 Administrar bajas dosis de esteroides de acuerdo a la política estándar (en función de
los resultados del estudio CORTICUS esta medida ha sido modificada)
2 Administrar drotrecogin alfa (activado), de acuerdo con la política del hospital
3 Mantener un adecuado control de la glucemia, con niveles sanguíneos por debajo de
160 mg/dL
4 Prevenir una presión inspiratoria plateau excesiva

161
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

precedentes no se afectan los enterococos y la una mejoría inicial; c. Reagravación del paciente
Candida; cuando se aíslan estos gérmenes debe luego del drenaje percutáneo; d. En oportunida-
utilizarse ampicilina (8 a 12 g/día) para enteroco- des, el urólogo actuante decide la nefrectomía
co y equinocandinas o fluconazol para Candida durante la intervención quirúrgica, pese a no ser
(ver capítulo 10). esta la estrategia planteada, por el mal estado
del parénquima renal; e. En pacientes con muy
C. Tratamiento quirúrgico mal pronóstico, por compromiso de tres o más
En todo paciente con sepsis grave se debe evaluar sistemas fisiológicos mayores, la nefrectomía ha
la presencia de un foco de infección susceptible sido la única maniobra de salvataje realmente
de ser erradicado mediante maniobras de control efectiva.
del foco. En el caso de la sepsis urológica, la pre-
sencia de una infección con obstrucción de la vía Pronóstico
urinaria puede considerarse como un absceso sin
drenar, debiendo decidirse con la mayor premu- El pronóstico es fundamentalmente clínico, y una
ra si se requiere una conducta intervencionista. correcta evaluación del mismo es lo que permiti-
Con el tratamiento médico exclusivo, que in- rá tomar las medidas adecuadas en el momento
cluye el sostén de las funciones en fallas y una oportuno. Se debe destacar la gravedad que le
antibioticoterapia adecuada, se podrán presentar confiere la presencia de shock, aumentando de
tres posibles evoluciones: a) mejoría franca con manera significativa el riesgo de muerte. En las
recuperación; b) persistencia del cuadro mante- series de sepsis a nivel nacional, la mortalidad glo-
niendo la gravedad, sin conseguirse un retroceso bal de los pacientes con sepsis urinaria severa fue
satisfactorio; y c) agravación pese al tratamiento de 38%, siendo el foco con menor mortalidad. Es
realizado. En estas dos últimas circunstancias se importante destacar que casi el 50% se presentó
impone considerar conductas quirúrgicas guiadas en etapa de shock séptico. Otros factores de mal
por los estudios por imágenes. pronóstico son la presencia de tres o más sistemas
En todo paciente con sepsis grave se debe afectados, hipotermia < 35,5ºC, leucopenia per-
intentar la erradicación del foco causal mediante sistente, insuficiencia renal progresiva, hipoxemia
maniobras para su control: drenaje de abscesos, refractaria o presencia de comorbilidades.
debridamiento de tejidos necróticos infectados y En los últimos años se ha evidenciado una
retirada de dispositivos infectados. Con respecto mejoría en el pronóstico de las urosepsis, basado
al método de control del foco, se planteará aquel fundamentalmente en un mayor conocimiento de
que consiga evacuarlo totalmente con el mínimo la etiopatogenia y la fisiopatología, sumado a una
de traumatismo para el paciente. El drenaje per- mejor evaluación imagenológica y al empleo de
cutáneo guiado por eco/TAC puede ser electivo mejores antibióticos, asociados a una conducta
frente al drenaje quirúrgico, siempre que sea fac- intervencionista más oportuna. De todos modos,
tible. Las medidas de control del foco, una vez a nivel internacional no se han podido bajar las
identificado, deben iniciarse de inmediato tras la cifras históricas de mortalidad del 30% en las
resucitación inicial. urosepsis severas.
En la pielonefritis obstructiva se debe proceder
a una nefrostomía percutánea o a la colocación Bibliografía
de un catéter ureteral mediante cistoscopia. Si se
s Angus D, Linde-Zwirble W, Lidicker J. “Epidemiology of severe
ha complicado con un absceso renal o perirrenal
sepsis in the United States: analysis of incidence, outcome, and
se debe intentar drenar por vía percutánea. En associated costs of care”. Crit Care Med 2001; 29:1303.
caso de pielonefritis gangrenosa o pionefrosis s Bagnulo H, J Jubin. “Sepsis de origen urinario en medicina
puede ser necesario realizar una nefrectomía (ver intensiva”. Terceras Jornadas Rioplatenses de Medicina
Intensiva, Montevideo, 1989.
capítulo 12).
s Bagnulo H, J Jubin. “Sepsis de origen urinario”. En Lovesio,
La nefrectomía constituye una medida de salva- C (ed.). Patología Crítica Infectológica. Buenos Aires: Ed.
taje en las siguientes situaciones: a. Compromiso Profesional, 1997; 151.
multisistémico de inicio que no responde a las s Bagnulo H, G Godino. “Clinical and microbiological conditions
determining antibiotic failure in bacteriemic septic patients”.
medidas de reanimación, asociado a foco urinario
Intern J Infect Dis 2006; 10:S1:172.
alto; b. Reagravación del cuadro clínico luego de

162
CAPÍTULO 11: Sepsis de origen urinario: su aprendizaje basado en problemas

s Barrows, H. “Problem-Based learning in medicine and beyond: A Treatment and Prevention. New York: Web MD Professional
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163
CAPÍTULO 12

Procesos supurativos e infecciones


crónicas del aparato urinario
CARLOS LOVESIO, DANIELA STOISA, ESTEBAN C. NANNINI

Bajo la denominación de procesos supurativos de sepsis sistémica. La presentación clínica típica


del aparato urinario se describirán una serie de incluye fiebre, dolor lumbar, leucocitosis, piuria
patologías infecciosas del riñón, caracterizadas y bacteriuria. Más de la mitad de los pacientes
por su carácter localizado y supurativo. En ellas presentan bacteriemia, siendo el germen causal
se incluirán la nefritis bacteriana aguda focal o habitualmente un Gram negativo.
nefronía focal aguda, la nefritis bacteriana agu- El diagnóstico se realiza por el examen radioló-
da multifocal, las infecciones enfisematosas del gico. En el urograma excretor se puede reconocer
aparato urinario (pielonefritis enfisematosa, cistitis una masa, poco limitada y sugestiva de un abs-
enfisematosa), el absceso renal, el absceso peri- ceso renal o un tumor. La masa tiene un aspecto
rrenal, la hidronefrosis infectada y la pionefrosis, y menos denso en el nefrograma que el parénquima
la pielonefritis xantogranulomatosa. Como enfer- renal normal que la rodea. En la actualidad los
medades relacionadas se incluyen la tuberculosis exámenes de elección para el diagnóstico son
renal y la malacoplasia. la ecografía renal y la tomografía computada de
abdomen, siendo esta última más sensible. En
Nefritis bacteriana aguda la ecografía, la lesión presenta límites poco de-
finidos, es relativamente sonolucente, con ecos
focal y multifocal ocasionales de baja amplitud que interrumpen la
La nefritis bacteriana focal aguda o nefronia agu- unión corticomedular. (Figura 12.1)
da focal es una infección renal bacteriana aguda
localizada que se presenta como una masa infla-
matoria sin licuefacción. Este proceso fue des-
crito originalmente por Rosenfiel y col. en 1979,
considerándose como un punto intermedio en
el espectro de las infecciones del tracto urinario
superior, entre la pielonefritis no complicada y el
absceso intrarrenal. Debido a la naturaleza diná-
mica de la infección, la nefritis bacteriana focal
aguda puede progresar al absceso renal si no se
trata adecuadamente. La diferenciación entre la
nefritis focal y la pielonefritis no es simple en el
estadio inicial de la enfermedad. FIGURA 12.1: Ecografía renal en corte
La presentación clínica de los pacientes con longitudinal que muestra imagen quística de
nefritis bacteriana focal aguda es similar a la de contornos imprecisos en polo superior renal
los pacientes con pielonefritis aguda, pero por lo con ecos irregulares internos y refuerzo
general es más severa. La mitad de los pacientes posterior, en relación a nefronía (Cortesía del
son diabéticos y es frecuente que existan signos Dr. N. Sánchez)
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

FIGURA 12.2: TC convencional con contraste intravenoso y cortes en fases nefrográfica (A) y excretora
(B), que muestra área hipodensa corticomedular noduliforme con contenido líquido denso, mejor
demarcada en la fase excretora que no muestra realce, en relación a nefronía focal

En la TC contrastada se observan áreas trian- parénquima renal como del sistema pielocalici-
gulares de menor refuerzo o imágenes que si- lar) y, para describir el espectro de los hallazgos
mulan un absceso. No existe una pared lesional urológicos (excluyendo los abscesos), la clasifi-
evidente, y tampoco se reconoce licuefacción cación en uni o bilateral, focal (uni o multifocal)
franca. Por el contrario, los abscesos tienden a o difusa, con o sin tumefacción focal, y con o
tener un centro líquido, y habitualmente presen- sin agrandamiento renal. El término pielonefritis
tan un límite neto con el tejido sano adyacente. complicada incluye a los abscesos renal y extra-
En los pacientes con enfermedad multifocal, los rrenal, a la producción de gas y a la presencia
hallazgos son similares pero están involucrados de obstrucción.
múltiples lóbulos. (Figuras 12.2 y 12.3) La nefritis bacteriana focal aguda es probable
Los términos nefronía lobar aguda, pielonefritis que represente una fase precoz de la formación
focal aguda, preabsceso, celulitis, flemón renal, de un absceso. El tratamiento incluye una ade-
carbunco renal y otros han surgido en general de cuada hidratación y la administración de antimi-
las descripciones radiológicas, pero su correla- crobianos por vía intravenosa por al menos una
ción clínica no es sencilla, por lo que la Sociedad semana, seguido por otra semana de tratamien-
Americana de Urorradiología ha recomendado to oral. Los pacientes habitualmente responden
eliminar los términos previamente mencionados al tratamiento médico, y los estudios de segui-
del informe radiológico y utilizar únicamente el miento muestran una resolución de las áreas de
término pielonefritis aguda (inflamación tanto del menor densidad. Se debe destacar que si bien

FIGURA 13.3: TC convencional con contraste intravenoso y cortes en la fase excretora, que muestra
múltiples áreas hipodensas corticomedulares noduliformes con leve efecto de masa y contenido
líquido denso en el riñón izquierdo, sin evidencia de realce, en relación a nefronía multifocal

166
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

los pacientes con pielonefritis no complicada fermentación de la glucosa puede ser un factor,
están afebriles dentro de las primeras 72 horas la explicación no es suficiente en los raros casos
de tratamiento, los pacientes con nefritis focal de pielonefritis enfisematosa que se producen en
aguda habitualmente persisten febriles por más pacientes no diabéticos.
de tres días a pesar del tratamiento antibiótico. En adición a la diabetes, muchos pacientes
El fracaso en responder de forma adecuada al presentan una obstrucción urinaria asociada con
tratamiento exige realizar estudios destinados a cálculos urinarios o papilitis necrotizante y un de-
descartar una uropatía obstructiva, un absce- terioro significativo de la función renal. Parece más
so renal o perirrenal, o una trombosis aguda de razonable postular que el deterioro de la respuesta
la vena renal. El seguimiento a largo tiempo de inmune causada por factores locales, tales como la
pacientes con enfermedad multifocal demuestra obstrucción, o una condición sistémica, tal como la
una disminución en el tamaño renal y deformación diabetes, permita que gérmenes con la capacidad
calicilar sugestiva de necrosis papilar. de producir dióxido de carbono utilicen los tejidos
necróticos como sustrato para generar el gas in
Infecciones enfisematosas vivo. La pielonefritis enfisematosa debe conside-
rarse como una complicación de una pielonefritis
del tracto urinario severa más que como una entidad individualizada.
La pielonefritis enfisematosa se define como una
infección necrotizante aguda severa del parén- Etiología
quima renal y de los tejidos perirrenales, con la En la mayoría de los casos las infecciones enfi-
presencia resultante de gas en el parénquima sematosas del tracto urinario son causadas por
renal, sistema colector o tejidos perinéfricos. El organismos formadores de gas, incluyendo E.
primer caso fue descrito en 1898 por Kelly y coli, Klebsiella, Proteus y Citrobacter. También
MacCullum, habiendo sido denominada como se han descrito casos producidos por gérmenes
tal en 1962 por Schultz y Klorfein. no productores de gas, tales como el enterococo
Las infecciones enfisematosas constituyen y Candida sp. En estos casos se admite la po-
un pequeño porcentaje de todas las infecciones sibilidad de infecciones mixtas. Rara vez se han
bacterianas del aparato urinario. Estas infeccio- descrito casos producidos por Clostridium spp y
nes, en general, son rápidamente progresivas y otros gérmenes anaerobios formadores de gas.
en ocasiones fatales. Se consideran el resultado
de una inflamación necrotizante causada por or- Cuadro clínico y Diagnóstico por Imágenes
ganismos formadores de gas dentro del parén- Las infecciones enfisematosas del tracto urinario
quima renal (pielonefritis enfisematosa), sistema tienen una mayor incidencia en la mujer (relación
colector (pielitis enfisematosa) o vejiga urinaria 4:1), es probable que por su mayor susceptibilidad
(cistitis enfisematosa). Los pacientes diabéticos, para desarrollar infecciones urinarias, afectando
con vejiga neurogénica, uropatía obstructiva e habitualmente a pacientes entre la sexta y octava
infecciones urinarias recurrentes se encuentran década de la vida. La enfermedad se presenta
en riesgo aumentado para el desarrollo de esta como una complicación no habitual de la diabetes
enfermedad. Recientemente se han descrito casos mellitus, infecciones urinarias recurrentes, uro-
aislados de pielonefritis enfisematosa en riñones patía obstructiva, vejiga neurogénica o cirugía de
trasplantados. trasplante renal. Hasta el 87% de los pacientes
con pielonefritis enfisematosa son diabéticos.
Patogénesis La pielonefritis enfisematosa se ha caracteriza-
Se desconoce la patogénesis de las infecciones do en dos tipos: 1 y 2. La pielonefritis enfisema-
enfisematosas del tracto urinario. Debido a que tosa tipo 1 tiene un curso fulminante con necrosis
habitualmente se producen en pacientes diabé- diseminada, trombosis intravascular, formación
ticos, se ha postulado que el alto nivel tisular de de gas y microabscesos. La mortalidad es del
glucosa provee el sustrato para que microorga- 70 al 90% y en aquellos que sobreviven, el riñón
nismos tales como E. coli, que son capaces de habitualmente es no funcionante. El tipo 2 tiene
producir dióxido de carbono por la fermenta- un curso más indolente, con colecciones renales
ción del azúcar, generen la afección. Aunque la y perirrenales con gas loculado. La mortalidad

167
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

está en torno al 20%. Alrededor del 93% de los


pacientes con pielonefritis enfisematosa tienen
un compromiso unilateral del riñón, siendo el lado
izquierdo el más afectado. Cuando la enfermedad
es bilateral, la necesidad de diálisis durante largo
tiempo es inevitable.
El término pielitis enfisematosa hace referencia a
la formación de gas en forma restringida al sistema
colector, respetando el parénquima renal. Es más
frecuente en mujeres, asociándose con diabetes
u obstrucción del sistema excretor. La corrección
de la obstrucción urinaria y la terapéutica antimi-
crobiana habitualmente resuelven la infección, pero FIGURA 12.4: Radiografía focalizada en
la mortalidad persiste elevada, cercana al 20%, en topografía de celda renal derecha donde se
general por retardo en el diagnóstico. evidencia además del contenido gaseoso en
El diagnóstico se establece con estudios de el ángulo hepático del colon (asteriscos),
imágenes. El gas tisular presente en el parénqui- contenido gaseoso moteado que demarca el
ma puede aparecer en la radiografía directa de contorno renal homolateral en relación con
abdomen como sombras moteadas sobre el riñón pielonefritis enfisematosa (punta de flecha).
involucrado. (Figura 12.4) Este hallazgo es por (Cortesía Dr. R. Staffieri)
lo general malinterpretado como gas intestinal.
Una colección en media luna por encima del polo
superior del riñón es más característica. A medi- específica. Por otra parte, la ecografía no puede
da que la infección progresa, el gas se extiende categorizar las diferentes formas de pielonefritis
al espacio perinéfrico y a todo el retroperitoneo. enfisematosa que se describen por tomografía.
En los casos de pielitis enfisematosa, el gas está La TC es el procedimiento de elección para
limitado al sistema colector del riñón. definir la extensión del proceso enfisematoso y
El urograma excretor rara vez es de valor en guiar el tratamiento. En función de los hallazgos
la pielonefritis enfisematosa, debido a que el ri- tomográficos, Wan y col. clasificaron la pielo-
ñón afectado habitualmente está excluido o tiene nefritis enfisematosa en dos tipos. El tipo 1 se
una función excretora limitada. En ocasiones se caracteriza por la necrosis renal con ausencia
demuestra un nefrograma persistente del lado de contenido fluido o la presencia de imágenes
afectado secundario a la excreción retardada gaseosas dentro o alrededor del riñón; se aso-
del material de contraste. La sombra del psoas cia con la rápida destrucción del órgano y una
ipsilateral puede estar oscurecida y se pueden mortalidad del 50 al 60%. (Figura 12.5) El tipo 2,
identificar cálculos obstructivos en la radiografía por su parte, se caracteriza por la presencia de
directa. Debido al riesgo significativo del medio líquido renal o perirrenal, y la presencia de gas
de contraste en pacientes graves, deshidratados en forma loculada o exclusivamente en el sistema
y diabéticos con función renal anormal, no es colector; se asocia con una mortalidad inferior al
recomendable utilizar este método. 20%. (Figura 12.6)
Los hallazgos ecográficos típicos incluyen Huang y Tseng, por su parte, en una serie
áreas marcadamente ecogénicas dentro del pa- amplia que incluyó 48 pacientes, clasificaron las
rénquima renal o perirrenal, asociadas con som- manifestaciones tomográficas de la pielonefritis
bra acústica posterior llamada sucia o en cola de enfisematosa en cuatro categorías. La clase 1 se
cometa, producida por ecos de baja densidad y caracteriza por la presencia de gas exclusivamen-
reverberancias, pudiendo ser dificultosa la diferen- te en el sistema colector (pielitis enfisematosa);
ciación con un cálculo renal que se presenta con la clase 2 presenta gas en el parénquima renal
la sombra acústica posterior limpia. En ocasiones sin extensión al espacio extrarrenal; la clase 3A
el riñón se encuentra enmascarado por completo presenta extensión del gas o abscesos al espacio
por la presencia del gas acumulado en el espa- perinéfrico; la clase 3B presenta extensión del
cio perirrenal, brindando una información poco gas o absceso al espacio pararrenal, y la clase 4

168
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

se observa en el parénquima renal o en las venas


hepáticas. La mayoría de los pacientes presenta
síntomas de infección urinaria y en general son
inespecíficos, incluyendo fiebre, dolor lumbar,
hematuria y piuria. Sin embargo, la presentación
inicial puede incluir trombocitopenia, insuficiencia
renal aguda, trastornos de conciencia y shock,
en especial en los casos graves. Habitualmente
existe un retardo en el diagnóstico, quizá debi-
do a la rareza de la enfermedad y a la falta de
sospecha clínica.
La radiografía directa de abdomen en pacientes
con cistitis enfisematosa puede mostrar una línea
FIGURA 12.5: TC convencional que muestra radiolúcida alrededor de la pared vesical (Figu-
pielonefritis enfisematosa de tipo 1 con ra 12.7) que, si se asocia con aire intraluminal,
destrucción total del parénquima renal permite observar un aspecto empedrado de la
izquierdo (flechas), que se encuentra vejiga. También puede visualizarse una imagen
reemplazado por contenido gaseoso moteado aérea con forma de vejiga o bien un nivel aire-
(puntas de flecha). Nótese la ausencia de líquido, característico de esta afección. El examen
colecciones líquidas. (Cortesía Dr. R. Staffieri) ecográfico muestra la pared vesical difusamente
engrosada e irregular con focos ecogénicos, con
sombra acústica posterior sucia o con reverbe-
se caracteriza por una pielonefritis enfisematosa rancias. La tomografía computada es la que me-
bilateral o con compromiso en un riñón único. jor demuestra la presencia de gas intramural e
Esta clasificación tendría importancia para la toma intraluminal y ayuda a esclarecer su extensión y
de decisiones terapéuticas (ver más adelante). localización. (Figura 12.8) El diagnóstico diferen-
La cistitis enfisematosa es la formación es- cial incluye la presencia de gas rectal, vaginitis
pontánea de gas en la pared vesical por una enfisematosa, neumatosis intestinal, gangrena
infección bacteriana. Los factores predisponen- uterina, y gas intraluminal secundario a trauma,
tes son el sexo femenino, la diabetes mellitus, instrumentación del tracto urinario o fístula en-
infecciones urinarias crónicas, obstrucción a la terovesical, entre otros.
excreción vesical y vejiga neurogénica. El cuadro
clínico varía entre una infección asintomática a una Tratamiento
sepsis fulminante. La mortalidad reportada es de Para reducir el riesgo de morbilidad y mortalidad,
alrededor del 20%. El gas puede extenderse a la el diagnóstico temprano es esencial. El tratamien-
próstata, tejido periuretral y el escroto. Rara vez, to debe ser instaurado de inmediato después de

FIGURA 12.6: TC convencional con contraste intravenoso abdominal (A y B) y torácica (C). Las
figuras A y B muestran agrandamiento del riñón izquierdo con realce heterogéneo poscontraste,
con patrón atigrado y contenido gaseoso dentro del sistema colector. Nótese la colección liquida
perirrenal. La figura C muestra signos de síndrome de dificultad respiratoria en ambos parénquimas
pulmonares.

169
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

FIGURA 12.7: Radiografía pelviana que muestra FIGURA 12.8: TC convencional con contraste
contenido gaseoso moteado, que demarca el intravenoso en fase excretora, que muestra
contorno vesical (puntas de flecha) en relación vejiga con material de contraste eliminado en
con cistitis enfisematosa (Cortesía Dr. N. su interior y con contenido gaseoso a nivel
Sánchez) parietal, más evidente en la pared lateral
derecha

establecer el diagnóstico. El tratamiento inicial


involucra la resucitación adecuada con fluidos, la renales eran atribuidos a la diseminación hemató-
terapéutica antibiótica, el control de la glucemia gena del Staphylococcus aureus, dando origen a
y la resolución del problema obstructivo en los los denominados abscesos corticales del riñón.
casos apropiados. En los últimos años, el uso difundido de antimi-
Aunque existen informes de casos tratados crobianos parece haber disminuido la tendencia
exclusivamente con antibióticos, la mortalidad al desarrollo de abscesos por gérmenes Gram
reportada en ellos es muy elevada. Originalmente positivos, siendo más frecuentes los abscesos
se postuló la nefrectomía para aquellos casos producidos por gérmenes Gram negativos que,
que no respondían con rapidez al tratamiento por su particular patogenia, tienden a localizarse
médico. En la actualidad se prefiere el drenaje en la unión corticomedular.
percutáneo, en especial guiado por tomografía,
para el tratamiento inicial de esta patología. En Etiopatogenia
presencia de obstrucción urinaria, la misma debe Los abscesos corticales del riñón (carbunco renal)
ser corregida; si es producida por una litiasis ure- son producidos habitualmente por Staphylococcus
teral, se recomienda la descompresión del riñón aureus y resultan de la diseminación metastásica a
y el drenaje de los abscesos acompañado por la partir de un foco primario de infección. Los focos
colocación de un catéter doble J. Sin embargo, si primarios tienden a ser cutáneos: forunculosis,
el paciente presenta una pielonefritis enfisematosa celulitis, paroniquia; con menos frecuencia el foco
tipo I, compromiso bilateral, falla multiorgánica, es una endocarditis bacteriana, una osteomieli-
o trombocitopenia, es recomendable recurrir a la tis o una infección del aparato respiratorio. Los
nefrectomía precoz. En la Figura 12.9 se muestran factores predisponentes que aumentan el riesgo
las distintas opciones terapéuticas en función del de bacteriemia y desarrollo de abscesos hema-
tipo clínico tomográfico, de acuerdo a la clasifi- tógenos son la hemodiálisis, la diabetes mellitus
cación de Huang y Tseng. y el empleo intravenoso de drogas.
En las últimas dos décadas la mortalidad re- La lesión primaria localiza en la corteza renal,
lacionada con la pielonefritis enfisematosa ha resultando en varios microabscesos que tienden
disminuido de modo significativo, sobre todo en a unirse entre sí, con progresión hasta consti-
la última década, luego del empleo generalizado tuir una masa fluida con una pared relativamente
del drenaje percutáneo. fina. Rara vez el proceso se extiende hasta la
corteza renal y se puede romper a través de la
Abscesos renales cápsula, dando origen a un absceso perirrenal.
La mayoría de estos abscesos son unilaterales,
El absceso renal es una colección de material únicos y afectan al riñón derecho. Debido a que
purulento confinada al parénquima renal. Antes el intervalo entre la infección estafilocócica ini-
de la era antimicrobiana, el 80% de los abscesos cial y el comienzo de los síntomas clínicos de un

170
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

Pielonefritis enfisematosa

1. Ecografía 2. Tomografía
renovesical abdominal

Clase Clase 3A y 3B Clase 4


1y2

Control de glucemia Bajo Alto DPC


Aporte de líquidos riesgo riesgo bilateral
Antibióticos y DPC

Fracaso

Mejoría Fracaso Cuidado intensivo + nefrectomía

Mejoría Fracaso

FIGURA 12.9: Opciones terapéuticas en la pielonefritis enfisematosa

absceso cortical puede variar entre pocos días y mellitus es dos veces mayor que en personas no
meses, con un promedio de siete semanas, es diabéticas. En contraste con el absceso cortical
habitual que el foco primario de infección esté renal de origen estafilocócico de causa hema-
resuelto y no se establezca la relación con la tógena, los abscesos por gérmenes Gram ne-
nueva infección. gativos a menudo producen una infección renal
Las bacterias entéricas Gram negativas, so- severa. Aunque las infecciones corticomedulares
bre todo Escherichia coli, Proteus spp, y con en general quedan confinadas al riñón, también
menos frecuencia Klebsiella spp, Enterobacter pueden perforar la cápsula renal y formar un abs-
spp y Pseudomonas spp son responsables de ceso perinefrítico, o extenderse a la pelvis renal
infecciones intrarrenales corticomedulares, en y drenar en el sistema colector. La etiología de la
asociación con reflujo vesicoureteral u otras anor- pielonefritis xantogranulomatosa (ver más ade-
malidades del tracto urinario. lante) es indefinida; sin embargo, parece estar
La nefritis aguda bacteriana focal y la nefritis relacionada con una combinación de infección
bacteriana aguda multifocal pueden desarrollar, crónica del tracto urinario y obstrucción renal.
si no se tratan adecuadamente, un absceso re-
nal. En estos casos, la infección se convierte Cuadro clínico y Diagnóstico por Imágenes
en absceso debido a que el riñón es incapaz de Los abscesos corticales renales son tres veces
eliminarla en presencia de reflujo, obstrucción más frecuentes en el hombre que en la mujer.
urinaria, lesión necrótica de la médula u otras La enfermedad ocurre en cualquier edad, pero
causas de obstrucción tubular. En los adultos, es más habitual entre la segunda y la cuarta dé-
dos tercios de los abscesos intrarrenales produ- cada de la vida. Los síntomas incluyen fiebre,
cidos por bacterias Gram negativas se asocian escalofríos, dolor abdominal o en el flanco, y en
con litiasis renal o riñón con daño previo, mien- ocasiones deterioro del estado general. En algu-
tras que en niños este proceso en general se nos casos existe una masa palpable dolorosa en
asocia con reflujo vesicoureteral. La incidencia el flanco. En ocasiones la historia clínica revela
de abscesos renales en pacientes con diabetes una infección por gérmenes Gram positivos una a

171
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

ocho semanas antes del comienzo de los síntomas abscesos crónicos, el hallazgo predominante es
urinarios. Se han descrito casos asociados con el de una masa renal, con distorsión o incluso
infecciones de piel y tejidos blandos, infecciones amputación de parte del sistema excretor.
en pacientes adictos intravenosos, y pacientes La ultrasonografía es un método rápido y poco
con endocarditis bacteriana. Los exámenes de costoso para demostrar la presencia de una
laboratorio demuestran una marcada leucocito- masa ocupante de espacio en el riñón. En el es-
sis; los hemocultivos con frecuencia son nega- tudio ecográfico, un absceso típico se presenta
tivos. La presencia de piuria y bacteriuria no es como una masa quística con refuerzo posterior,
evidente, excepto que el absceso se comunique aneocoica o hipoecoica, de contornos grue-
con el sistema colector, en cuyo caso también sos e irregulares aunque definidos cuando se
se puede aislar el germen causal. encuentra encapsulada. En su interior se pue-
Los abscesos renales corticomedulares afec- den visualizar ecos móviles con los cambios de
tan a hombres y mujeres con igual frecuencia. decúbito atribuibles a la presencia de detritus.
Aunque estas infecciones ocurren en todos los (Figura 12.10) En ocasiones estos ecos son muy
grupos etarios, la incidencia aumenta con la brillantes debido a la presencia de burbujas aé-
edad. En el caso de las infecciones por gér- reas en infecciones formadoras de gas. En el
menes Gram negativos, es habitual que exista ecoDoppler la masa carece de flujo interno. La
un factor obstructivo: litiasis renal, embarazo, extensión perinéfrica se visualiza como una zona
vejiga neurogénica; o diabetes mellitus como anecoica que rodea y desplaza al riñón, que
causa predisponente. puede estar limitada por la fascia de Gerota o
La sintomatología clínica incluye fiebre, esca- extenderse al músculo psoas homolateral. En
lofríos y dolor en el flanco o en región abdominal. muchos casos es difícil la diferenciación entre un
No necesariamente existe disuria, sin embargo, absceso, una pielonefritis focal, un tumor quísti-
dos tercios de los pacientes presentan náuseas co, un quiste hemorrágico o un quiste parasitario,
y vómitos, simulando un proceso abdominal. Son requiriéndose en estos casos la realización de
frecuentes en particular los signos inespecíficos una tomografía computada.
de mal estado general, fatiga y letargia. Existe La TC es el método diagnóstico de elección
leucocitosis y alteraciones urinarias tales como para el diagnóstico y el seguimiento, debido a
piuria, proteinuria, bacteriuria y en ocasiones he- que provee una excelente delimitación de los
maturia. La bacteriemia es frecuente en pacientes tejidos. La tomografía con equipo de multidetec-
con nefritis bacteriana focal aguda y multifocal. tores permite la visualización de los abscesos en
Cuando el absceso contiene gérmenes Gram ne- estadios precoces y aun cuando son de pequeño
gativos, el urocultivo por lo general demuestra el tamaño. El absceso habitualmente aparece como
mismo germen aislado del absceso. una masa bien definida de baja densidad (0 a 20
Los abscesos renales deben ser diferenciados UH, aunque puede ser mayor por la presencia de
de otras lesiones ocupantes de espacio del riñón, detritus). Con contraste se puede reconocer una
incluyendo tumores, quistes y abscesos perirre- pared fina e irregular o una pseudocápsula más
nales. Las técnicas de diagnóstico por imágenes gruesa, produciendo la clásica imagen en anillo.
son esenciales para diferenciar los abscesos re- (Figura 12.11) El líquido purulento no refuerza.
nales de las demás lesiones descritas. La presencia de densidad gaseosa en una masa
Los hallazgos en el urograma excretor de- quística llena de líquido sugiere con fuerza la pre-
penden de la naturaleza y de la duración de la sencia de un absceso. En este caso, la presencia
infección. En pacientes en quienes la formación de gas no se asocia con el grave pronóstico de
del absceso ha progresado de un episodio de la pielonefritis enfisematosa. El parénquima renal
nefritis aguda focal, o en aquellos en quienes el adyacente al absceso es hipodenso en la serie
riñón ha sido afectado por una infección exóge- poscontraste endovenoso y tiende a ser hiper-
na, el examen radiológico puede demostrar un denso en las series tardías.
aumento del volumen renal con distorsión del En ocasiones el absceso renal puede simular
contorno del lado afectado. También puede ha- una neoplasia necrotizante debido a que am-
ber un borramiento de los límites del psoas y bas lesiones pueden tener una porción necrótica
una escoliosis compensatoria por el dolor. En los central con paredes gruesas e irregulares que

172
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

FIGURA 12.10: Cortes ecográficos del riñón derecho que muestran una colección líquida bien
definida de paredes gruesas y contenido heterogéneo, con ecos internos móviles en relación con
absceso renal. (Cortesía Dr. N. Sánchez)

realzan luego de la administración de contraste realizar una evaluación por cistouretrografía mic-
endovenoso. Por otra parte, algunos carcinomas cional para descartar cualquier anomalía corre-
renales de gran tamaño pueden contener gas en gible del tracto urinario inferior.
su interior debido a un infarto isquémico, lo que
dificulta el diagnóstico diferencial. Tratamiento
En la mayoría de los pacientes, una combi- El tratamiento será médico quirúrgico. Si bien el
nación de técnicas por imágenes es suficiente tratamiento clásico de los abscesos consiste en
para distinguir la nefritis bacteriana focal de los la incisión y el drenaje, existen evidencias con-
abscesos y de los tumores, y permitir una tera- vincentes de que el empleo de antimicrobianos
péutica médica sin necesidad de confirmación exclusivamente puede ser suficiente en el caso
por biopsia con aguja. En aquellos casos en que de abscesos pequeños de menos de 3 cm de
el diagnóstico es dudoso, se puede realizar un diámetro.
examen por punción con aguja fina, con biopsia Cuando el absceso es cortical y se sospecha
y cultivo del material. la diseminación hematógena, el organismo pa-
En niños con abscesos corticomedulares pro- togénico más frecuente es el Staphylococcus
ducidos por gérmenes Gram negativos se debe aureus, en cuyo caso se utilizarán antibióticos
específicos, dependiendo de la sensibilidad: cefa-
losporinas de primera generación o vancomicina.
En general, la fiebre se resuelve en 5 a 6 días
luego de la institución de la terapéutica y el dolor
dentro de las 24 horas. Si el curso clínico no es
satisfactorio, se debe pensar en un diagnóstico
incorrecto o una infección no controlada, tal como
un absceso perinéfrico o una bacteria resistencia.
En estos casos se debe recurrir a la aspiración
percutánea y si no es suficiente, al drenaje qui-
rúrgico. El tiempo de tratamiento recomendable
es de alrededor de un mes.
En caso de abscesos corticomedulares en pa-
cientes con procesos obstructivos, el tratamiento
FIGURA 12.11: TC convencional con contraste debe realizarse con cefalosporinas de tercera
intravenoso en fase nefrográfica, que muestra generación, penicilinas antipseudomonadales o
colección de paredes gruesas con realce en ciprofloxacina combinados o no con aminoglu-
anillo y contenido denso en su interior a nivel cósidos, hasta disponer de la sensibilidad. La
del riñón izquierdo en relación con absceso. duración de la terapéutica no está específicamene
(Cortesía Dr. RL Staffieri) determinada y debe realizarse en forma individual,

173
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

aunque se recomienda prolongar el tratamiento absceso, pero en ocasiones pueden reconocer-


durante cuatro a seis semanas. En presencia se gérmenes diferentes. Entre el 20 y el 40% de
de abscesos de mayor tamaño o cuando no se los pacientes presentan hemocultivos positivos.
obtiene una respuesta terapéutica adecuada, se
debe realizar un drenaje y aspiración guiado por Patogenia
TC o ecografía. Los abscesos mayores de 5 cm El mecanismo más común de desarrollo de un
de diámetro pueden requerir drenaje quirúrgico. absceso perinéfrico por gérmenes Gram negativos
Si existe una uropatía obstructiva, es apropiado es la ruptura de un absceso renal corticomedular,
el drenaje precoz por nefrostomía percutánea o mientras que el mecanismo más común de de-
la colocación de un catéter doble J, hasta que sarrollo de un absceso perinéfrico estafilocócico
el paciente esté estable y afebril para realizar la es la ruptura de un absceso cortical renal en el
corrección definitiva de la lesión. espacio perirrenal. Otros eventos posibles son
Muchos autores coinciden en que la aspiración la diseminación hematógena o la diseminación
percutánea de los abscesos mayores de 3 cm de linfática regional a partir de una lesión de piel. Di-
diámetro permite una resolución más rápida del seminación desde otros sitios de infección incluye
proceso infeccioso. La ruta recomendada para hígado, vesícula, páncreas, próstata y aparato
la entrada de la aguja de aspiración es mediante genital femenino. Otros procesos inflamatorios
una aproximación oblicua posterolateral a través que pueden ser el foco primario de infección
de la línea de Brodel, localizada cerca de la línea incluyen apendicitis, diverticulitis, perforación
axilar posterior, unos 3 cm por debajo de la 12ª colónica, carcinoma, osteomielitis.
costilla. Este acceso evita los músculos espinales, Habitualmente el absceso está confinado al
el espacio pleural y el intestino. espacio perirrenal, pero puede extenderse a áreas
pararrenales, dependiendo de la anatomía de la
Absceso perirrenal fascia de Gerota. El absceso puede extenderse
al flanco o al músculo psoas e incluso puede
El absceso perirrenal o perinéfrico es una colec- presentarse con un sitio de drenaje a nivel del
ción de material supurativo en el espacio periné- triángulo de Petit.
frico, entre la cápsula renal y la fascia de Gerota. Las condiciones predisponentes para el de-
La mayoría de los abscesos perirrenales resultan sarrollo de un absceso perinéfrico son similares
de la ruptura de un absceso intrarrenal cortical o a las que se asocian con un absceso intrarre-
corticomedular en el espacio perinéfrico, de una nal. Muchos pacientes presentan anormalidades
pielonefritis crónica o recurrente, en particular en previas del aparato urinario, por lo general de
presencia de obstrucción, o de una pielonefritis naturaleza obstructiva. Los factores predispo-
xantogranulomatosa. nentes incluyen la litiasis renal, vejiga neurogé-
nica, estenosis ureteral, reflujo vesicoureteral,
Etiología obstrucción vesical, neoplasias, enfermedad
El absceso perirrenal puede ser causado por una poliquística renal, tuberculosis renal, trasplante
variedad amplia de miocroorganismos. Los agen- renal, trauma, empleo de esteroides y abuso de
tes causales comunes de abscesos intrarrenales drogas. Los pacientes con infecciones urinarias
–E. coli, Proteus spp, y S. aureus– también son crónicas o recurrentes, con o sin obstrucción
los agentes etiológicos más comunes de absce- renal, presentan un riesgo aumentado. Hasta el
sos perinéfricos. Otros bacilos Gram negativos 25% de los pacientes con abscesos perirrenales
asociados con esta entidad son la Klebsiella, son diabéticos. La instrumentación de la vía uri-
Enterobacter y Pseudomonas. En ocasiones se naria puede ser un antecedente de importancia.
han implicado especies tales como Serratia, Ci-
trobacter, Streptococcus pneumoniae, bacterias Cuadro clínico y Diagnóstico por Imágenes
anaerobias y especies de Actinomyces, Candida Los síntomas del absceso perirrenal son insi-
albicans y M. tuberculosis. En el 25% de los ca- diosos, haciendo muy dificultoso el diagnóstico
sos los abscesos perinéfricos son polimicrobia- en los periodos iniciales de la enfermedad. Los
nos. Los resultados del urocultivo en general se pacientes habitualmente están sintomáticos dos
correlacionan con los gérmenes obtenidos del o más semanas antes de la presentación. La

174
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

fiebre es el síntoma de presentación más co-


mún, apareciendo en virtualmente todos los pa-
cientes. El dolor lumbar unilateral está presente
en el 70 a 80% de los casos, y la disuria en un
40% de los pacientes. Otros síntomas incluyen
náuseas, vómitos y pérdida de peso. El hallazgo
físico más frecuente es el dolor en el flanco y en el
ángulo costovertebral. Alrededor del 60% de los
pacientes presenta dolor abdominal que puede
confundir el diagnóstico. No es infrecuente el FIGURA 12/12: Ecografía renal en corte
dolor sobre la columna vertebral y la dificultad a longitudinal que muestra colección con
la movilización pasiva. contenido heterogéneo adyacente al polo
Los hallazgos de laboratorio son inespecíficos, superior renal derecho en relación con absceso
existiendo por lo general leucocitosis, anemia perirrenal (Cortesía Dr. N. Sánchez)
(40%) y elevación de la uremia (25%). La piuria
y la proteinuria son frecuentes, pero hasta un
40% de los pacientes presentan orina estéril. Se la mortalidad es muy escasa. La terapéutica an-
reconoce bacteriemia en el 40% de los casos. tibiótica exclusiva no es suficiente en la mayoría
Los hallazgos en el urograma excretor inclu- de los casos, debiendo asociarse al drenaje per-
yen disminuida movilidad con la respiración o cutáneo realizado bajo tomografía o ecografía.
posición, disminución o ausencia de la función Cuando el drenaje percutáneo fracasa, se debe
renal, ectasia caliceal u otras anormalidades, y recurrir al drenaje quirúrgico. La terapéutica an-
desplazamiento del riñón o del uréter. En la ac- tibiótica empírica debe estar dirigida a los uropa-
tualidad, los métodos de diagnóstico definitivos tógenos Gram negativos y S. aureus. Cuando se
son la ecografía (Figura 12.12) o la TC abdomi- obtenga el resultado de los cultivos, se ajustará
nal. En la TC los abscesos perinéfricos aparecen la terapéutica según antibiograma.
como una colección de material encapsulado de
densidad líquida dentro del espacio perirrenal. En Hidronefrosis infectada y pionefrosis
ocasiones pueden involucrar el músculo psoas
y extenderse a la fosa ilíaca. En estos abscesos Si se produce una infección bacteriana en un
puede, en ocasiones, reconocerse la presencia riñón hidronefrótico, es característico que se
de gas. (Figuras 12.13 y 12.14) coleccione un exudado purulento en el sistema
colector renal. El término pionefrosis hace re-
Tratamiento ferencia a una hidronefrosis infectada asociada
El absceso perirrenal se asoció tradicionalmente con la destrucción supurativa del parénquima
con una elevada morbimortalidad, aunque en la renal, con pérdida total o casi total de la función
actualidad, con el reconocimiento temprano, el renal. En ocasiones es dificultoso diferenciar una
drenaje adecuado y el tratamiento antimicrobiano, hidronefrosis infectada de una pionefrosis. Los

FIGURA 12.13: TC multicortes con contraste intravenoso en fase excretora que muestra colección
heterogénea, que compromete la valva posterior del riñón izquierdo y se extiende al espacio
pararrenal posterior en relación con absceso posinstrumentación urológica

175
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

inflamatorios parenquimatosos o perirrenales, dila-


tación y obstrucción del sistema colector, con una
densidad mayor que el líquido dentro del sistema
colector. (Figura 12.16) La tomografía puede no
diferenciar de forma adecuada una pionefrosis de
una hidronefrosis simple sobre la base de las me-
didas de densidad del líquido intraductal. En la RM
puede reconocerse un nivel líquido-líquido debido a
la presencia de contenidos de diferentes densida-
des. (Figura 12.17) No obstante, en muchos casos,
aun utilizando los distintos métodos de diagnóstico
por imágenes, resulta dificultoso diferenciar una
FIGURA 12.14: TC convencional con contraste hidronefrosis no complicada de una pionefrosis.
intravenoso en fase excretora que muestra El tratamiento es médico quirúrgico. Se debe
una gran colección retroperitoneal izquierda realizar una terapéutica antimicrobiana intrave-
(punta de flecha) ocupando la celda renal nosa asociada a la nefrostomÍa percutánea o la
correspondiente con nivel hidroaéreo en su cateterización retrógrada ureteral para resolver
interior (flecha blanca) y paredes gruesas en la obstrucción. Cuando el paciente se estabiliza,
relación con absceso. (Cortesía Dr. RL Staffieri) y en ocasiones de urgencia, puede ser necesario
realizar una nefrectomía. Sin tratamiento adecua-
do, la mortalidad es elevada: 25% en presencia de
gérmenes involucrados con mayor frecuencia bacteriemia y 50% en presencia de shock séptico.
son las bacterias gram negativas, en particular
la Escherichia coli, pero se han descrito casos Quiste renal infectado
producidos por hongos o micobacterias.
La presentación clínica es variable, desde sig- En ocasiones un quiste renal simple puede infec-
nos y síntomas menores hasta una urosepsis. Sin tarse secundariamente, ya sea por vía hematóge-
embargo, la mayoría de los pacientes se presentan na, ascendente, manipulación quirúrgica o pos-
con fiebre, escalofríos y dolor y contractura en la punción. El diagnóstico clínico es muy difícultoso,
fosa lumbar. Es habitual una historia de obstruc-
ción renal por litiasis, malformaciones congénitas,
tumores, infecciones o cirugía previa. Si el uréter
está obstruido por completo no existe bacteriu-
ria. Algunos autores han destacado el valor de
la eritrosedimentación y del dosaje de proteína C
reactiva para diferenciar la hidronefrosis simple
de la forma con infección.
En la ecografía se demuestra la dilatación
del sistema pielocalicial, restos ecogénicos en
el sistema colector, la presencia de un nivel lí-
quido-líquido, y en ocasiones gas en el sistema
colector. (Figura 12.15) La presencia de restos
ecogénicos, es decir, la ausencia de un sistema FIGURA 12.15: Cortes ecográficos longitudinal
colector anecoico por completo, es el signo y transversal que muestran dilataciones
distintivo de la pionefrosis. Este signo presenta calicilares (asteriscos) secundaria a litiasis
una sensibilidad del 90%, una especificidad del piélica. Algunos de esos cálices presentan
97% y una exactitud del 96% en el diagnóstico contenido ecogénico interno que conforman
diferencial de pionefrosis de una hidronefrosis nivel líquido-líquido, correspondiendo la capa
no complicada. más declive a los detritus de mayor densidad,
La tomografía demuestra el engrosamiento de mejor visualizado en el corte transversal
la pared de la pelvis renal, la presencia de cambios (flechas blancas). (Cortesía Dr. N. Sánchez)

176
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

FIGURA 12.16: TC convencional con contraste


intravenoso en fase nefrográfica que muestra FIGURA 12.17: RM corte axial potenciado en
cálices izquierdos dilatados con contenido secuencia T2 que muestra importante dilatación
denso en su interior (asteriscos) en relación pielocalicilar izquierda con nivel líquido-
con pionefrosis. Se asocian a colección laminar líquido en su interior (flecha). Nótese la
en el espacio pararrenal anterior y Perirrenal marcada atrofia del parénquima renal.
y engrosamiento de la fascia correspondiente
(puntas de flechas).
además los tejidos perirrenales. En la mayoría
de los casos, la pielonefritis xantogranulomato-
debido a que los síntomas específicos y la piuria sa es unilateral, produciendo un agrandamiento
están por lo general ausentes, siendo además muy del riñón afectado y generando una nefropatía
dificultoso diferenciar el quiste infectado de un obstructiva secundaria a nefrolitiasis. Puede si-
verdadero absceso renal, tanto desde el punto de mular cualquier otra enfermedad inflamatoria del
vista clínico como imagenológico. Por otra parte, riñón, así como carcinoma renal en los exáme-
puede simular un quiste renal complicado con nes imagenológicos. En la anatomía patológica
hemorragia intraquística. En TC aparecen como puede confundirse con el carcinoma a células
lesiones quísticas de paredes gruesas que real- claras del riñón. El elemento característico es el
zan periféricamente luego de la administración macrófago cargado de grasa denominado célula
de material de contraste, asociadas a cambios xantomatosa. (Figura 12.18)
inflamatorios adyacentes. En su interior pueden El riñón aparece habitualmente agrandado en
visualizarse detritus y calcificaciones. forma global con un contorno conservado. En el
Puede requerirse aspiración y drenaje percutá- 80% de los casos la pielonefritis xantogranuloma-
neo bajo guía ecográfica o tomográfica, tanto para tosa es difusa, afectando a todo el riñón, mientras
diagnóstico como para tratamiento. En la actualidad que en la forma segmentaria, sólo se afecta el
pueden ser útiles los estudios con glóbulos blancos parénquima que rodea a uno o más cálices o el
marcados con indio o bien el 18 FDG- PET fusio- polo del riñón y suele asociarse con dobles siste-
nado con TC, para distinguir el quiste infectado de mas excretores. En el examen anatomopatológico,
una caliectasia distorsionada por quistes, pudiendo el riñón habitualmente presenta nefrolitiasis bajo
servir además de guía para la aspiración. forma de astas de ciervo y fibrosis peripélvica.
Los cálices están dilatados y rellenos con mate-
Pielonefritis xantogranulomatosa rial purulento. Las papilas, por lo general, están
destruidas por una papilitis necrotizante. En la
La pielonefritis xantogranulomatosa es una enfer- forma avanzada de la enfermedad se reconocen
medad inflamatoria crónica caracterizada por la múltiples abscesos parenquimatosos rellenos con
acumulación de macrófagos vacuolados cargados pus viscoso y tejido amarillento, con atrofia cor-
de grasa en las estructuras renales. Comienza tical. Es común la extensión del proceso al tejido
en la pelvis y cálices y de modo subsecuente se perinéfrico. En el examen microscópico el elemen-
extiende hacia el resto del parénquima renal, en to patognomónico es la presencia de histiocitos
un proceso destructivo que puede comprometer

177
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

al hospital por urosepsis, hipertensión, hematu-


ria o hepatomegalia. En la experiencia del autor,
una paciente debutó con una crisis hipertensiva
bajo forma de encefalopatía hipertensiva, des-
cubriéndose la pielonefritis xantogranulomatosa
en la evaluación ulterior.
En los exámenes de laboratorio se reconocen
anemia y leucocitosis. El 15% de los pacientes
son diabéticos. El 20% de los pacientes presenta
FIGURA 12.18: Anatomía patológica de un síndrome de disfunción hepática reversible.
pielonefritis xantogranulomatosa (Cortesía Dr. El análisis de orina demuestra proteinuria y piu-
J. Ferrer) ria, siendo positivos los urocultivos en alrededor
del 70% de los pacientes. La E. coli se cultiva
en el 40% de los especímenes, y el P. mirabilis
espumosos rellenos de lípidos, en medio de un en aproximadamente el 30%. Otros patógenos
exudado linfocitario. incluyen Klebsiella, Peudomonas y Bacteroides.
Los hallazgos radiológicos incluyen, en el 50
Etiopatogenia al 80% de los casos, la clásica tríada de riñón
Los factores primarios involucrados en la pato- agrandado unilateral, con escasa o nula función
génesis de la pielonefritis xantogranulomatosa y un gran cálculo en la pelvis renal. En ocasiones,
son la nefrolitiasis, la obstrucción y la infección. el agradamiento es localizado y simula un tumor.
Se ha demostrado experimentalmente que la La radiografía directa renovesical pone de ma-
obstrucción primaria seguida por la infección nifiesto la litiasis (Figura 12.19 a), aunque puede
con E. coli o Proteus mirabilis conduce a la des- estar ausente en el 10% de los casos. Además hay
trucción tisular y colección de material lipídico que considerar que este hallazgo no es específico
por los histiocitos. Las bacterias aparentan baja de la enfermedad y la presencia de un cálculo
virulencia debido a que rara vez se produce una coraliforme no siempre se asocia a un proceso
bacteriemia espontánea. Otros factores relacio- inflamatorio extensivo. Otros hallazgos pueden
nados incluyen la presencia de oclusión venosa incluir aumento del tamaño de la sombra renal y
y hemorragia, bloqueo linfático, incapacidad de borramiento de la sombra del músculo psoas. Si
los agentes antimicrobianos de acceder al tejido se realiza un urograma excretor demuestra, en el
infectado, alteración de la competencia inmuno- 85% de los casos, una función renal alterada sin
lógica e isquemia renal. eliminación del material de contraste administrado,
a pesar de la obtención de placas retardadas.
Cuadro clínico y Diagnóstico por Imágenes La ecografía demuestra en forma caracterís-
La pielonefritis xantogranulomatosa debe ser sos- tica un riñón agrandado con conservación de la
pechada en pacientes con infecciones del tracto morfología y con colecciones líquidas anecoicas o
urinario y presencia de un riñón agrandado y no hipoecoicas, con ecos internos que corresponden
funcionante, con una litiasis simple o coraliforme a dilataciones calicilares o áreas de destrucción
y una masa renal indistinguible de un tumor re- parenquimatosa, asociadas con ecogenicidad
nal. Aunque puede aparecer a cualquier edad, la central amorfa que corresponde a un cálculo co-
incidencia mayor es en la quinta y sexta década raliforme dentro de una pelvis renal contraída.
de la vida. Las mujeres son más afectadas que (Figura 12.20) En casos de enfermedad focalizada
los hombres. se ven afectados algunos sistemas calicilares
La mayoría de los pacientes presentan múlti- con similares características a las previamente
ples síntomas crónicos variables e inespecíficos. descritas y con mucha frecuencia asociados a la
Habitualmente consultan por dolor en el flanco, presencia de un doble sistema excretor. (Figura
fiebre o escalofríos, mal estado general, sínto- 12.21) La sombra acústica posterior del cálcu-
mas de cistitis, pérdida de peso, presencia de lo central es un hallazgo inconsistente ya que
urolitiasis e historia de infección recurrente del puede estar atenuada por la fibrosis peripiélica.
tracto urinario. Muchos pacientes son admitidos

178
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

FIGURA 12.20: Ecografía renal en corte


longitudinal que muestra litiasis coraliforme
en sistemas calicilares superior y medio con
FIGURA 12.19: Rx (a) y TCMSL con extensión a la pelvis renal (flecha blanca), con
reconstrucción coronal (b) que muestran litiasis la consecuente hidronefrosis suprayacente
coraliforme en riñón derecho (flechas finas). Se (asteriscos). (Cortesía Dr. N. Sánchez)
aprecia catéter doble J renal izquierdo (flechas
blancas) y litiasis en sistemas calicilares medio e
inferior homolaterales. hallazgos son similares a los de la TC. (Figuras
12.24, 12.25 y 12.26)
En ocasiones se encuentran formas atípicas
La extensión perirrenal se visualiza como masas de pielonefritis xantogranulomatosa, incluyendo la
hipoecoicas de contenido líquido. ausencia de litiasis asociada a una dilatación piélica
La tomografía computada es una técnica muy masiva que simula una hidronefrosis obstructiva
sensible para evaluar a estos pacientes, presen- o pionefrosis; o bien un riñón pequeño contraído
tando un riñón agrandado, con la pelvis renal con abundante grasa perirrenal con o sin cálculo
rodeando una calcificación coraliforme central. central. En estos casos, muy rara vez el diagnóstico
(Figura 12. 19 b) El parénquima renal está re- se hace antes del acto quirúrgico. Un diagnóstico
emplazado por masas de densidad líquida que diferencial particular es el del reemplazo lipoma-
representan cálices dilatados o cavidades abs- toso del seno renal con atrofia parenquimatosa
cedadas llenas con cantidades variables de pus secundario a infección, que en el 75% de los casos
y detritus, con un valor de atenuación de 10-15 se asocia a la presencia de litiasis.
UH. En ocasiones se reconocen calcificaciones
y áreas de baja atenuación atribuidas a tejido Tratamiento
rico en lípidos dentro de las cavidades. (Figura El manejo de la pielonefritis xantogranulomato-
12.22 y 12.23). En la tomografía con contraste sa es habitualmente quirúrgico. La terapéutica
se observa un refuerzo significativo de los bordes
de estas cavidades, (debido a la presencia de
tejido de granulación con abundante vasculari-
zación, sin refuerzo central, lo que lo diferencia
de los tumores bien vascularizados). La TC es
particularmente útil para demostrar la extensión
del proceso en el riñón y la posibilidad de com-
promiso de los tejidos adyacentes, siendo habi-
tual la presencia de cambios inflamatorios en la
grasa perirrenal, lo que es altamente sugestivo de
pielonefritis xantogranulomatosa. Otro hallazgo FIGURA 12.21: Ecografía renal en corte
es el de adenopatías reactivas que presentan un longitudinal en paciente con doble sistema
realce sutil con el contraste intravenoso. excretor (nótese la división del seno renal), con
El rol de la resonancia magnética aún no se ha litiasis en la pelvis del sistema excretor inferior
evaluado en adecuada medida en el diagnóstico (flecha blanca) que se encuentra retraída
de la pielonefritis xantogranulomatosa, pero sus con importante aumento del contenido graso
peripiélico (asteriscos).

179
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

FIGURAS 12.24: UroRM reconstrucción coronal


FIGURA 12.22: TC convencional con contraste que muestra defecto de relleno piélico en
intravenoso en fase nefrográfica, que muestra relación con litiasis (flecha fina) asociado a
cálculo coraliforme a nivel piélico (flechas colecciones líquidas suprayacentes (flechas
blancas) con retracción de la pelvis, aumento blancas).
del contenido adiposo peripiélico y áreas de
contenido de baja densidad debido a la presencia
de contenido rico en lípidos dentro de las
colecciones, en relación con pielonefritis
xantogranulomatosa. (Cortesía Dr. RL Staffieri)

FIGURA 12.25: RM convencional con contraste


intravenoso en planos coronal y sagital del
mismo paciente que en la Figura 12.22, donde se
evidencia realce periférico de las colecciones
líquidas.

FIGURA 12.23: TC convencional donde se observa


un agrandamiento significativo del riñón
izquierdo, con litiasis renal asociada. Mismo
caso de Figura 12.18.

antibiótica puede ser necesaria para estabilizar


al paciente en el preoperatorio; en ocasiones, la FIGURA 12.26: RM con contraste en corte
terapia prolongada puede erradicar la infección y transversal y sagital de grosera pielonefritis
restaurar la función renal. En la forma difusa de la xantogranulomatosa con hidronefrosis en riñón
enfermedad se debe realizar una nefrectomía. En la izquierdo. Mismo caso de Figura 12.18.
forma parcial se puede recurrir a una nefrectomía
localizada si el diagnóstico se puede establecer
en forma preoperatoria. Es importante remover las deficientes condiciones sociales, al aumento
toda la masa inflamatoria, dado que el 75% de de la infección por VIH y a la drogadicción, y a
los pacientes presenta infección en dicha área. la emergencia de cepas de micobacterias con
resistencia a la terapéutica estándar.
Tuberculosis urogenital El sitio extrapulmonar más común de tuber-
culosis, luego de los ganglios linfáticos, es el
Existe un aumento significativo de la tuberculosis tracto urinario, resultando la mayoría de los casos
en los países en desarrollo, debido en parte a de una diseminación hematógena. En los países

180
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

desarrollados, el 27% de los casos no pulmonares calcio, formación de estricturas, y puede contribuir
de tuberculosis afectan al aparato genitourinario, significativamente al deterioro de la función renal.
y el 8 al 15% de los pacientes con tuberculosis Los pacientes con tuberculosis renal no tratada
pulmonar desarrollan una infección en el sistema pueden perder por completo la función del riñón
genitourinario. A pesar de que la ruta presunta afectado, y la enfermedad puede extenderse a
de diseminación es desde el pulmón al riñón, todos los planos retroperitoneales, involucrando
menos del 50% de los pacientes con tuberculo- los tejidos adyacentes e incluyendo al colon. La
sis del tracto urinario presenta una tuberculosis tuberculosis puede producir insuficiencia renal
pulmonar activa. Alrededor del 25% de los pa- por dos mecanismos que involucran la infección
cientes con enfermedad genitourinaria presenta intrínseca por lesión parenquimatosa o la uropatía
una historia conocida de tuberculosis pulmonar, obstructiva. Los cambios inflamatorios causan
y un adicional 25-50% de pacientes presenta fibrosis del sistema colector y del uréter, lo que
evidencia radiográfica de una infección pulmo- puede inducir un cuadro clínico de uropatía obs-
nar previa subclínica. Sólo el 5 a 10% presenta tructiva que puede ser total o segmentaria. En
una enfermedad pulmonar cavitaria en actividad. la Tabla 12.1 se muestran las manifestaciones
Las personas en riesgo de activación de la urológicas de la tuberculosis.
infección a partir de un estado latente incluyen Con frecuencia la tuberculosis renal es sub-
aquellos que están inmunosuprimidos por el VIH, diagnosticada. Los síntomas son inespecíficos:
diabéticos, o pacientes con insuficiencia renal fiebre de poca magnitud, debilidad general, di-
crónica. Otros pacientes predispuestos a la pro- suria, nocturia, dolor suprapúbico, o síntomas
gresión de la enfermedad son los recipientes de urinarios de cistitis con hallazgos inespecíficos:
trasplante de órganos sólidos, en particular tras- hematuria, piuria con cultivos negativos. El com-
plante renal, portadores de neoplasias y adictos promiso crónico de la vejiga con la disminución
intravenosos. de su capacidad produce síntomas tales como
La tuberculosis renal resulta de la diseminación polaquiuria y urgencia miccional. Es habitual que
hematógena del M. tuberculosis en los capilares el paciente reciba varios tratamientos antibacteria-
glomerulares y peritubulares a partir de un sitio nos sin resolución de los síntomas. En el hombre
pulmonar de infección primaria. Se forman pe- es frecuente que coexistan la tuberculosis renal y
queños granulomas en la corteza renal en forma la genital. El epidídimo, seguido por la próstata,
bilateral, adyacentes a los glomérulos. Una alta es el sitio más involucrado.
tasa de perfusión y una tensión elevada de oxí- La tuberculosis genitourinaria se sospecha por
geno aumentan la posibilidad de proliferación del el hallazgo de orinas ácidas con piuria en ausencia
bacilo. En pacientes con una inmunidad celular de un agente microbiológico causal en la orina
intacta, se produce la inhibición de la duplicación (piuria estéril). La reacción de tuberculina o PPD
bacteriana con confinamiento del proceso a la habitualmente se hace positiva luego de 48-72 ho-
corteza. Múltiples granulomas corticales bilatera- ras de su realización. El cultivo para micobacteria
les pueden permanecer asintomáticos y estables de tres especímenes matinales de orina establece
por décadas. En algunos pacientes, el deterioro el diagnóstico en el 80 al 90% de los casos, pero
de los mecanismos de defensa conduce a la re- se requieren entre seis y ocho semanas para la
activación de los granulomas con agrandamiento positivización. La cistoscopia en ocasiones con-
y coalescencia. Los microorganismos pasan a tribuye al diagnóstico, observándose cambios in-
los túbulos renales con el desarrollo eventual flamatorios más marcados en la región del orificio
de granulomas caseosos y necrosis papilar. La ureteral que drena al riñón infectado. Los estudios
formación de granulomas, necrosis caseosa y la de PCR (reacción de la polimerasa en cadena) son
cavitación ulterior son estadios progresivos de la útiles para establecer el diagnóstico de la tuber-
infección, con la eventual destrucción del riñón. culosis extrapulmonar, habiéndose demostrado
La comunicación de los granulomas con el siste- sensibles y muy específicos. En algunos casos,
ma colector puede producir la diseminación del es necesario recurrir a una biopsia con aguja fina
bacilo en la pelvis renal, uréteres, vejiga urinaria y del riñón para certificar el diagnóstico.
órganos genitales accesorios. La respuesta cica- Debido a que la enfermedad tiende a presen-
trizal del huésped induce fibrosis, deposición de tarse en forma indolente, es frecuente que exista

181
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 12.1: Manifestaciones urológicas de la tuberculosis


Sitio orgánico Manifestaciones clínicas
Glándula suprarrenal Insuficiencia suprarrenal
Riñón Hematuria y piuria persistentes, cólicos, calcificaciones, ectasia, insuficiencia
renal
Uréteres Escaras, estenosis
Vejiga Estenosis del meato ureteral, síntomas del tracto urinario bajo, vejiga contraída
Próstata y uretra Uretritis con úlceras, estenosis uretral, prostatitis
Sistema reproductor Epididimitis, atrofia de vesículas seminales
Pene Úlceras peneanas por trasmisión sexual
Escroto Masas escrotales dolorosas con epididimitis granulomatosa
Perineo Abscesos, fístulas

una destrucción tisular avanzada antes de que se de baja atenuación, escaras y calcificaciones)
establezca el diagnóstico. Hay un amplio espec- pueden reconocerse en otras patologías, pero
tro de hallazgos imagenológicos de tuberculosis la combinación de tres o más de estos hallazgos
renal, dependiendo del estadio de la infección y es altamente sugestiva de tuberculosis.
de la respuesta inmune del paciente. Los estadios La ecografía es limitada para el estudio de la
precoces son mejor demostrados por el urograma tuberculosis renal. Dentro de sus hallazgos se
excretor (UE), en particular la necrosis papilar que describen masas renales focales pequeñas (de
puede no ser vista por TC. Los cálices afectados 0,5 a 1,5 cm), ecogénicas o hipoecoicas, con
por granulomas se muestran apolillados en este halo ecogénico periférico y las mayores a 1,5 cm
tipo de estudio. se presentan con ecogenicidad mixta de bordes
Las estricturas o estenosis pelvo-infundibula- mal definidos que pueden asociarse a áreas de
res pueden producir dilatación calicilar proximal necrosis y calcificaciones, engrosamiento muco-
(Figura 12.27) y, cuando son completas, el cáliz so piélico o ureteral, estricturas e hidronefrosis.
puede quedar aislado (cáliz fantasma) o generar Es frecuente la tuberculosis vesical secundaria
una hidronefrosis. El compromiso ureteral puede a la renal (33% de los pacientes), que es respon-
manifestarse en el UE con engrosamiento, ulcera- sable de la sintomatología. Se caracteriza por la
ción, irregularidades y fibrosis, que conlleva a la
formación de estricturas; o rigidez, dando lugar
al llamado uréter en mango de pipa.
En estadios avanzados pueden desarrollarse
cavidades secundarias a necrosis parenquimatosa
que comunican con el sistema excretor (Figu-
ra 12.28), grandes granulomas casificados que
pueden manifestarse en TC como masas corti-
cales hipodensas, cicatrices corticales focales
o difusas e incluso medulares, y calcificaciones
amorfas y distróficas que están presentes en el
40 a 70% de los casos. La combinación de tres
o más de estos hallazgos es altamente sugestiva FIGURA 12.27: Urograma excretor (A) y urograma
de tuberculosis renal. En estadios finales puede por RM (B) en plano coronal, que muestran
observarse un remanente renal no funcionante, estrictura piélica (flecha blanca) que se asocia
pequeño y calcificado, que representa una au- a dilatación y deformidad de todos los sistemas
tonefrectomía. (Figura 12.29) calicilares derechos. Se evidencia además
Los hallazgos descritos (estricturas pélvico- área de estrictura en tercio distal del uréter
infundibulares, necrosis papilar, masas corticales correspondiente (flecha gris).

182
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

FIGURA 12.28: Placa focalizada de urograma FIGURA 12.29: Radiografía directa renovesical
excretor que muestra grandes cavidades renales focalizada que muestra riñón izquierdo
izquierdas que conectan con el sistema excretor disminuido de tamaño con calcificación
(asteriscos) y dilatación y deformidad de todos parenquimatosa difusa en relación con
los sistemas calicilares derechos (cabezas autonefrectomía (Cortesía del Dr. M. Broguet)
de flecha). Obsérvese el relleno de aspecto
APOLILLADO del uréter izquierdo en relación con
granulomas (Cortesía del Dr. M. Broguet) por cuatro meses de tratamiento con rifampicina
e isoniacida. Algunos autores recomiendan un
mínimo de nueve meses de tratamiento con una
presencia de edema mucoso con ulceraciones, extensión de seis meses más si existe evidencia
pudiendo existir tuberculomas únicos o múltiples de una infección severa o persistente. En caso
que alcanzan gran tamaño. En US o en el UE se de infecciones por bacilos resistentes, se deberá
ven paredes vesicales difusamente engrosadas e recurrir a la opinión de un infectólogo especialista.
irregulares y trabeculadas, que pueden asociarse En ocasiones es necesario recurrir al trata-
a estructuras ureterales y a unión vésico-ureteral miento quirúrgico. Los procedimientos invasivos u
fija con el consecuente reflujo. Con el tiempo las operatorios se han categorizado en siete grupos
lesiones se fibrosan y calcifican, observándose (Wise y col.): 1) drenaje por hidronefrosis (stent
una vejiga pequeña simétrica de paredes engro- ureteral o nefrostomía percutánea); 2) drenaje
sadas, en raras ocasiones con calcificaciones por abscesos y colecciones; 3) tratamiento local
parietales moteadas o curvilíneas. definitivo de una tuberculosis renal (nefrectomía
Hemal y col. realizaron recientemente un estu- parcial); 4) reconstrucción del tracto urinario su-
dio comparativo sobre la utilidad de los diversos perior (calico-pielo-ureterostomía, ureterolisis,
métodos diagnósticos para el reconocimiento ureteroneocistostomía, reemplazo ureteral); 5)
de la tuberculosis genitourinaria. En un estudio aumento del tamaño vesical; 6) reconstrucción de
de 35 pacientes con tuberculosis probada, 33 la uretra; y 7) manejo de la tuberculosis genital.
(94%) presentaron una PCR positiva; 10 (29%), Algunos autores sostienen que la existencia de
una tinción positiva en la orina; 13 (37%), un un riñón muy dañado impide la respuesta a la qui-
cultivo positivo en la orina; y 32 (91%), hallazgos mioterapia y tiene la potencialidad de desarrollar
radiográficos anormales. Las biopsias de vejiga complicaciones tales como abscesos, fístulas e
fueron positivas en 11 (46%) de 24 pacientes. hipertensión arterial, recomendando su ablación.
Se han producido avances significativos en el
tratamiento de la tuberculosis urinaria, con una mor- Malacoplasia
talidad que ha disminuido del 80% en el año 1946
al 8% en el año 1969. Sin embargo, aún existe una La malacoplasia (placa blanda) es un proceso in-
elevada frecuencia de deterioro renal, y hasta el flamatorio raro, relacionado con una respuesta
18% de los pacientes infectados presenta un riñón anormal a la infección crónica. La condición afecta
no funcionante cuando se realiza el diagnóstico. en el 40% de los casos a la vejiga, pero cualquier
El tratamiento recomendado es una etapa ini- localización del aparato urinario puede estar in-
cial de dos meses con cuatro drogas: rifampicina, volucrada, observándose en ocasiones fuera del
isoniacida, pirazinamida y etambutol, seguido mismo, en particular en el tracto gastrointestinal y

183
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

la piel. La mujer en la edad media de la vida, que compromiso bilateral en alrededor de la mitad
constituye el grupo demográfico más susceptible de los casos. Informes recientes de imágenes
a la infección urinaria recurrente del tracto urinario, de RM de malacoplasia describen una patente
desarrolla malacoplasia con una incidencia tres relativamente específica de múltiples nódulos de
o cuatro veces la correspondiente al hombre. El 1-2 cm con baja señal de intensidad en T1 y T2
organismo más recuperado es la E. coli. y refuerzo retardado del estroma fibroso.
La malacoplasia es un proceso no neoplásico, Ante la sospecha clínica e imagenológica, se
ocupante de espacio, que resulta de una altera- sugiere la realización de una biopsia, debido a que
ción del procesamiento intracelular de los orga- puede evitar la cirugía, puesto que el tratamiento
nismos ingeridos por los histiocitos. Los primeros médico exclusivo es efectivo en más del 90% de
casos fueron descritos por Michaelis y Gutmann, los casos. Los antibióticos con alta penetrancia
en 1902, quienes identificaron cuerpos de inclu- intracelular, como el trimetoprim-sulfimetoxazol
sión intracelulares en los macrófagos (histiocitos y las quinolonas son particularmente efectivos.
de Hansemann) presentes en lesiones que simu- Además se aconseja la administración de ácido
laban tumores en el sistema genitourinario. Estas ascórbico y agonistas colinérgicos.
inclusiones representan elementos bacterianos
fagocitados, constituyendo el elemento distintivo Bibliografía
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184
Capítulo 12: Procesos supurativos e infecciones crónicas del aparato urinario

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185
CAPÍTULO 13

La infección urinaria
asociada a la urolitiasis
JULIO CÉSAR BRAGAGNOLO, OSCAR SANSÓ, DANIELA STOISA

presencia del hombre sobre el planeta; varios


Introducción
casos demostraron dicha patología en momias
La infección urinaria y la litiasis renal están inexo- egipcias de hace más de 7000 años (Wershub,
rablemente asociadas. Esta última puede provocar Wong). Sin embargo, se atribuye a Hipócrates
una obstrucción al flujo normal de la orina gene- (387 aC) el haber documentado la asociación en-
rando la dilatación de las vías urinarias proximales; tre la infección del aparato urinario y la urolitiasis.
en este terreno propicio pueden reproducirse y Debieron transcurrir 2000 años hasta que Marcet
crecer microorganismos. Por otra parte, la co- observó la combinación de los cálculos de fosfato
lonización bacteriana persistente y mantenida con la orina alcalina amoniacal y la putrefacción
del tracto urinario por gérmenes productores de (Griffith); pero recién en 1901 Brown propuso
ureasa, puede actuar como agente litogénico la teoría del desdoblamiento bacteriano de la
formador de concreciones infecciosas. urea como factor facilitador de la formación de
La colonización por gérmenes patógenos de cálculos, evidenciando la presencia del Proteus
la orina y la litiasis pueden actuar de manera si- mirabilis en los urocultivos de estos pacientes.
multánea: un cálculo puede mantener una infec- Un año después, Hagar y Magath sugirieron
ción urinaria, que exista antes de su formación, o que una proteína bacteriana, la ureasa, era la res-
esta aparecer con posterioridad a la generación ponsable de la hidrólisis de la urea, siendo Sum-
del mismo. mer quien aisló la enzima del haba Canavalia ensi-
El conocimiento del mecanismo de la formación formis. Por este descubrimiento fue galardonado
de cálculos y su relación con la infección urinaria, con el premio Nobel. Ulex, por su parte, identificó
como así también de su clínica, diagnóstico y en el año 1845 el mineral MgNH 4PO4.6H2O (fosfa-
prevención contribuyen al mejor tratamiento de to amónico-magnésico) y lo denominó estruvita,
estos pacientes, reduciendo en forma significa- en honor a su mentor, el barón H. von Struve,
tiva la morbilidad y el gasto sanitario asociado a diplomático y naturalista ruso.
dicha patología.
En este capítulo se tratan los dos aspectos Etiopatogenia de la litogénesis
fundamentales del tema: a) La infección urinaria infecciosa
como agente etiológico o formador de litiasis;
y b) La litiasis como factor desencadenante de Si bien clásicamente se asume que los cálculos
infección urinaria. infecciosos constituyen el 10 al 15% de las litiasis
urinarias, hay autores como Peacock y Robertson
La infección urinaria como que establecen valores entre el 7 y el 31% para
los países occidentales, siendo la prevalencia
agente etiológico de litiasis mayor en las mujeres que en los varones, en una
Historia proporción de 2:1 (Resnik).
Muchos son los sinónimos con que se designa
Es lógico suponer que la existencia de cálcu- a este tipo de litiasis: cálculos de estruvita, litiasis
los en las vías urinarias es tan antigua como la producida por la ureasa, cálculos de triple fosfato,
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 13.1: Microorganismos productores de ureasa (Lester P. Wang y col.)


Microorganismos Frecuentes Infrecuentes
Hongos Candida humicola
Cryptococcus
Rhodotorula
Sporobolmyces
Trichosporon cutaneum
Bacterias Gram Corynebacterium hofmani Especies de Bacillus
positivas Corynebacterium ovis Clostridium tetani
Corynebacterium renale Corynebaterium aqui
Corynebacterium uncerans Corynebacterium murium
Micrococcus various Peptoccocus asacharolyticus
Staphylococcus aureus
Bacterias Gram Bacteroides corrodens Aeromonas hydrophilia
negativas Bordetella pertussis Bordetella brochiseptica
Especies de Brucella Haemophilus parainfluenzae
Especies de Flavobacterium Klebsiella pneumoniae
Haemophilus influenzae Klebsiella ocytoca
Proteus mirabilis Especies de Pasteurella
Proteus morganni Pseudomonas aeruginosa
Proteus rettgeri Serratia marcescens
Proteus stuartii
Micoplasmas Micoplasma cepa T
Ureaplasma urealyticum

etc., pero todos ellos tienen una génesis que les de la urea también contribuye a la formación de
es común. Existen, como se mencionará más cálculos. El amonio también lesiona físicamente
adelante, factores predisponentes y desencade- a la capa protectora de glicosaminoglicanos del
nantes de esta patología, siendo el mecanismo urotelio. Los defectos en esta capa conducen a
molecular más aceptado el del desdoblamiento un daño ulterior del epitelio subyacente, al que se
de la urea por la enzima ureasa, producido por la pueden adherir los cristales y actuar como nidos
actividad de algunos gérmenes y hongos. para la formación de nuevos cálculos.
En la Figura 13.1 (Griffith, D; Osborne, C), se La ureasa está codificada por plásmidos y
establece el mecanismo de acción de la ureasa. puede ser trasmitida de un microorganismo a
La ureasa cataliza la hidrólisis de la urea a amo- otro (Grant, R y col.), por lo que si bien se ha
niaco y dióxido de carbono, y el amoniaco es señalado al Proteus mirabilis como responsable
subsecuentemente hidrolizado a amonio y iones de esta patología, existen múltiples gérmenes con
hidroxilo. Los iones amonio producen un aumento la capacidad de producir ureasa (Lester P. Wang,
del pH de la orina, facilitando la formación de io- Tabla 13.1). Sin embargo, el agente patógeno
nes de fosfato trivalentes (PO 43-) desde el fosfato más común productor de infecciones urinarias,
univalente, que se encuentra presente en la orina la Escherichia coli, rara vez produce ureasa.
normal. La combinación de fosfato trivalente y La formación de las litiasis de estruvita se pro-
la disponibilidad de iones amonio determinan la duce siguiendo los principios básicos de la forma-
cristalización del fosfato amónico-magnésico; ción de cálculos. La hipersaturación de los iones
la disponibilidad de iones de fosfato trivalente formadores de esta sal permite que precipiten en
permite la formación de carbonato de apatita. partículas, que se unen en cristales y por agrupa-
En adición a los componentes de fosfato amó- ción de los mismos se constituyen cálculos. Pero,
nico-magnésico y carbonato de apatita de los si bien este es el mecanismo fundamental, se debe
cálculos que son generados por estas reacciones tener en cuenta la alteración del flujo urinario en el
químicas, el amonio producido por la hidrólisis complejo mecanismo de la litogénesis.

188
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis

Bacterias
productoras
de ureasa

Riñón H 2NCONH 2
Cálculo (urea)
infectado Ureasa
Cálculo coraliforme
infectado
2NH 3+CO2
Daño por el (amonio)
amonio de los +H 2O
glicosaminoglicanos
del urotelio, 2NH4 ++OH-
lo que facilita
la adherencia
Uréter
de los cristales Aumento del
Vejiga pH urinario
Formación H 2PO4 -
continua de Cristales
cristales si
el pH es
HPO42- +H +
mayor de 7,2

Formación de +6H 2O + Mg ++NH4 +


cristales de PO43- +H +
fosfato de amonio y
MgNH4PO4 6H 2O x6
hidroxiapatita dentro
(estruvita) +CO32- + 10Ca 2+
y alrededor
Ca10 (PO4) 6CO3
de las bacterias infectantes
(carbonato apatita)
hidroxiapatita
FIGURA 13.1: Mecanismo de producción de cálculos infectados

Una característica que tiene este tipo de litia- dentro de ellos es inadecuada para su curación;
sis es la rapidez con que se forman y el tamaño en consecuencia, según Drach, la presencia de
que pueden alcanzar los cálculos, produciendo una litiasis infectada actúa como una fuente de
en ocasiones el llenado de las cavidades renales, infección urinaria continua.
dando lugar a la característica litiasis en asta
de ciervo o coraliforme, entendiendo como tal Factores de riesgo
aquellas litiasis que ocupan más de una porción
del sistema colector. Los pacientes en riesgo de formación de cálculos
Nemoy, Stamey, Thomson, Jennis y Mc Lean de estruvita son aquellos que presentan malfor-
han confirmado no sólo el origen bacteriano de maciones congénitas (patologías obstructivas,
estos cálculos, sino que constituyen una reserva riñón en herradura, etc.); las mujeres de mediana
de gérmenes dentro de su estructura. También edad; los ancianos; los pacientes con padecimien-
demostraron que la penetración de los antibióticos tos uroneurológicos, en particular los lesionados

189
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

medulares; los portadores de sondas a perma- A continuación se describen los métodos dispo-
nencia; los que presentan patologías obstructi- nibles y sus respectivas indicaciones.
vas adquiridas; los que tienen grandes pérdidas
de líquido e insuficiente reposición (quemados Tomografía computada (TC)
graves, trabajadores en altos hornos, cocineros, En el año 1995, Smith y col. demostraron la uti-
etc.); los sometidos a inmovilización prolongada; lidad de la TC sin contraste en el estudio de los
y todos aquellos con infecciones recidivantes o pacientes con sospecha de cólicos renales agu-
persistentes del sistema urinario. dos. Fue a partir de ese momento que muchos
centros médicos optaron por el estudio de TC en
Cuadro clínico lugar del urograma excretor (UE), en pacientes con
dolor agudo a nivel del flanco con sospecha de
Estos cálculos se caracterizan por su rápido cre- litiasis renal, siendo en la actualidad el estudio de
cimiento y por su desarrollo en forma asintomática elección. La TC ha evolucionado desde equipos
en la mayoría de los pacientes. Cuando presentan con una sola fila de detectores a equipos multi-
manifestaciones clínicas, pueden ponerse en evi- detectores con 64 canales o más (TCMS). Este
dencia mediante un cólico renal típico, con dolor avance ha tenido un impacto significativo en el
en la zona renal irradiado al flanco y genitales, o estudio del tracto urinario, surgiendo el término de
bien se pueden manifestar a través de infeccio- UroTC que incluye el estudio tanto del parénquima
nes urinarias recurrentes, una copiosa hematuria, renal como del sistema excretor. En la actualidad
dolores abdominales vagos, fiebre o urosepsis. es el método de elección para el estudio de la
En estos casos el análisis de orina mostrará un urolitiasis ya que es el de mayor sensibilidad (96
pH elevado (≥ 7), y con frecuencia se encontrarán al 100%) con una especificidad de 92 al 100%,
cristales de fosfatos amónico-magnésicos en el presentando mayor eficacia que la radiografía
sedimento urinario. El examen bacteriológico de directa renovesical asociada al estudio ecográfico
la orina es un predictor limitado de la coloniza- y ha reemplazado al UE haciéndolo obsoleto. La
ción microbiana del tracto urinario superior, en TCMSL brinda información anatómica detallada de
particular para predecir infección en presencia de cada porción mayor del sistema urinario: riñones,
obstrucción alta. Sin embargo, todos los pacien- sistema colector intrarrenal, uréteres y vejiga.
tes deben tener un cultivo de orina en el inicio de Permite la adquisición de imágenes isotrópicas
la evaluación, y cualquier infección activa debe a partir de las que se obtienen reconstrucciones
ser tratada con antibióticos apropiados. posteriores en los diferentes planos ortogonales
Las muestras de orina obtenidas de la pel- en 2 (MPR, MIP) y 3 (VR) dimensiones, con alta
vis renal en pacientes con cálculos altos que calidad diagnóstica y desplegando al sistema
son intervenidos quirúrgicamente son positivas excretor en su eje longitudinal. Las reconstruccio-
para infección en el 30-60% de los casos; por nes obtenidas de la fase excretora son similares
lo que se admite que la profilaxis antibacteriana a las imágenes del UE, aportando un estudio de
antes de la instrumentación es recomendable. formato familiar para el urólogo.
Sin embargo, existe una escasa correlación entre El estudio completo incluye la combinación
los resultados de cultivos de la orina obtenida de series sin y con contraste endovenoso, con
por micción y la orina de la pelvis renal. Por ello, fases nefrográfica y excretora. No se requiere la
aunque es recomendable obtener un urocultivo administración de material de contraste oral. La
preoperatorio, los resultados son poco confiables serie sin contraste es el estudio de elección en
para predecir la infección urinaria alta. pacientes con cuadro clínico de urolitiasis aguda
(dolor cólico agudo en flanco), urolitiasis crónica
Diagnóstico por Imágenes y en pacientes con hematuria. Muestra el núme-
ro, tamaño, localización (renal, piélica, ureteral,
En el curso de los últimos años las metodologías en unión vésico-ureteral o intravesical) y efecto
de diagnóstico por imágenes han alcanzado tales de los cálculos renoureterales sobre el sistema
progresos que su empleo es imprescindible para colector. (Figuras 13.2 a 13.7) Además permite
la adecuada evaluación de los pacientes porta- la evaluación de los cálculos radiolúcidos en el
dores de patología litiásica del aparato urinario. estudio por UE y el planeamiento terapéutico

190
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis

FIGURA 13.4: TCMSL sin contraste intravenoso


con reconstrucciones coronal (a), sagital (b) y
coronal oblicua (c) en diferentes pacientes con
litiasis ureterales en tercios proximal, medio y
distal, respectivamente (flechas).
FIGURA 13.2: TCMSL sin contraste intravenoso.
Reconstrucción coronal que muestra múltiples
imágenes litiásicas (por lo menos 5) proyectadas asocia con una elevada eficacia diagnóstica, in-
en sistema calicilar inferior derecho (flechas). dependientemente de la constitución del cálculo,
corto tiempo de estudio, posibilidad de detectar
litiasis sin la necesidad de administrar material de
para la remoción de la litiasis. En casos en que no contraste endovenoso y la capacidad de detectar
se evidencian cálculos puede demostrar signos etiología no urinaria de dolor de flanco agudo (en
indirectos de pasaje del mismo, como agranda- 10 a 16% de los casos), mientras que sus prin-
miento renal unilateral, hidronefrosis y alteración cipales desventajas son el alto costo de estudio
de los planos grasos perirrenales o periuretera- y la alta dosis de radiación que llega a ser 1,5
les. Entre las limitaciones de la realización de la o 2 veces mayor que la del UE, aunque puede
TCMSL sin contraste endovenoso se incluyen adecuarse optimizando el protocolo de estudio.
la dificultad para diferenciar en algunos casos
flebolitos pelvianos de litiasis ureterales distales Uro resonancia magnética (UroRM)
y la falta de información funcional renal. Se considera un estudio alternativo a la UroTC
Las principales ventajas de esta metodología en pacientes en los que debe evitarse el uso de
son la alta resolución temporo-espacial, que se radiación (embarazadas o pediátricos), en los que
se requieren exámenes urológicos seriados o en

FIGURA 13.3: TCMSL reconstrucciones coronales


con contraste intravenoso (a) y sin contraste FIGURA 13.5: TCMSL sin contraste intravenoso.
(b) en diferentes pacientes que presentan litiasis Plano axial (a y b) y reconstrucción coronal
piélica derecha (a) e izquierda (b) (flechas). oblicua (c) en diferentes pacientes que
Nótese la hidronefrosis suprayacente en el muestran microlitiasis proyectadas en uniones
paciente (a) (asteriscos) y una litiasis calicilar vesicoureterales izquierda en (a) y derechas en
inferior en el paciente (b) (flecha blanca). (b) y (c).

191
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

FIGURA 13.6: TCMSL corte axial sin contraste FIGURA 13.7: TCMSL sin contraste intravenoso
intravenoso que muestra microlitiasis múltiples con reconstrucción coronal oblicua, que
en el interior de la vejiga, en su sector lateral muestra litiasis obstructiva en tercio proximal
derecho (flechas). del uréter izquierdo (flecha) asociada a
importante hidronefrosis suprayacente
(asterisco). Nótese la marcada atrofia del
parénquima renal correspondiente.
los que no pueden recibir material de contraste
iodado endovenoso por antecedentes alérgicos,
insuficiencia renal o trasplante renal. El estudio alto costo con sensibilidad variable para detec-
puede realizarse de forma directa, con secuen- tar calcificaciones, por lo que muchas veces el
cias potenciadas en T2 que permiten visualizar diagnóstico de litiasis urinaria se hace mediante
de forma espontánea el líquido dentro del siste- signos secundarios de obstrucción (dilatación y
ma excretor, útil en casos de uronefrosis, o bien líquido perirrenal) y en ocasiones por la presen-
de forma indirecta luego de la administración de cia de un defecto de relleno persistente que se
gadolinio endovenoso que aporta además de la manifiesta como un área de vacío de señal no
información morfológica, información funcional realzante. (Figura 13.8 y 13.9) A pesar de ello, se
excretora y es útil en pacientes con sistemas ha reportado una sensibilidad de hasta el 90%
excretores no dilatados, permitiendo demostrar y especificidad del 100% en el diagnóstico de
nivel de obstrucción y su causa. Se deben utilizar
dosis reducidas de gadolinio en pacientes con
insuficiencia renal crónica dada su alta asociación
a la fibrosis sistémica nefrogénica y no debe ser
utilizado en pacientes embarazadas. El estudio
urográfico indirecto puede realizarse luego de la
administración de furosemida endovenosa, que
interactúa en forma positiva con el gadolinio pro-
duciendo mayor distensión del sistema excretor
y eliminación rápida y homogénea del material
de contraste dentro del mismo, lo que logra me-
jor detalle anatómico. Con independencia de la
metodología utilizada, las imágenes obtenidas
son reconstruidas en dos o tres dimensiones en
el plano coronal, con el fin de obtener imágenes FIGURA 13.8: UroRM directa (a) e indirecta (b)
similares a las del UE y para evitar superposición con reconstrucciones coronales de diferentes
de estructuras adyacentes que pueden degradar pacientes que muestran defectos de relleno
la calidad de imagen. Si bien es el estudio de piélicos (flechas) en relación con litiasis. Si
mayor caracterización tisular, sus resultados son bien se asocian con hidronefrosis suprayacente,
menos eficaces en cuanto a calidad diagnóstica se las considera obstructivas parciales
que los de la TCMSL, debido a su menor resolu- dado que logran visualizarse los uréteres
ción temporoespacial. Además, es un método de correspondientes.

192
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis

90%. Puede demostrar hidronefrosis secundaria


a obstrucción pero con frecuencia no muestra en
forma directa al cálculo responsable. Su sensibi-
lidad es similar en la detección de cálculos tanto
radioopacos como radiolúcidos, ya que más allá
de su composición, todos los tipos de cálculo
producen mayor atenuación del ultrasonido que
los tejidos adyacentes. Es así que todas las litiasis
aparecen como focos ecogénicos con sombra
acústica posterior, que debe ser definida para
evitar falsos positivos provocados por la interfase
entre el parénquima y el seno renal o con líquido
dentro del sistema colector. (Figura 13.10 y 13.11)
FIGURA 13.9: UroRM directa (a) e indirecta (b) Las ventajas de la US incluyen bajo costo,
con reconstrucciones coronales de diferentes amplia accesibilidad, no utilización de radiación y
pacientes que muestran defectos de relleno posibilidad de realizarla sin movilizar al paciente.
ureterales (círculos blancos) a derecha en (a) Es el estudio de elección en pacientes pediátricos
y a izquierda en (b), en relación con litiasis. Si y en embarazadas.
bien se asocian con hidronefrosis suprayacente, La principal desventaja de la US es su in-
se las considera obstructivas parciales, dado capacidad para demostrar el trayecto ureteral
que se logra visualizar la porción distal de los completo, con una sensibilidad de sólo 19% para
uréteres correspondientes. Nótese la presencia la detección de cálculos ureterales, ya sea por
de quistes corticoyuxtacorticales simples superposición gaseosa o por las características
renales izquierdos (flechas blancas) en el anatómicas del paciente, siendo muy dificulto-
paciente (a). so el estudio en pacientes obesos. Además, su
capacidad de detección depende del tamaño de
la litiasis ya que de ella depende la presencia de
cálculos ureterales en UroRM indirecta (poscon- sombra acústica posterior. Así, la sensibilidad de
traste endovenoso), pero esta sensibilidad es de- la US para detectar cálculos de 3 mm o menos
pendiente de la técnica utilizada para el estudio. es del 13%. El tamaño promedio para una ade-
Su eficacia diagnóstica es baja para el estudio cuada detección es de 7 mm. Otra desventaja
del sistema pielo calicilar, no sólo porque aporta del método es su limitación, tanto para estimar
menor información morfológica que el UE sino el verdadero tamaño del cálculo –lo que puede
porque además, pequeños defectos de relleno tener implicancias en la elección del tratamien-
producidos por litiasis pueden pasar inadvertidos. to– como para estimar la verdadera carga de
Además hay que tener en cuenta, a la hora del cálculos en pacientes con litiasis múltiple. En el
planeamiento terapéutico, que la UroRM indirecta
tiende a subestimar el tamaño de los cálculos
detectados y puede haber falsos positivos en
relación con artefactos que simulan vacíos de
señal producidos por el alto flujo urinario.

Ecografía (US)
Es útil en la detección de cálculos renales aunque
juega un rol secundario dado que su sensibilidad
es menor que la de la TC y variable, oscilando
en diferentes estudios entre 37 a 64% para la
detección de cálculos y 74 a 85% para la de- FIGURA 13.10: US corte longitudinal que muestra
tección de obstrucción aguda. No obstante, en imagen hiperecogénica con sombra acústica
el estudio de Middleton y col. se observó una posterior definida en relación con litiasis renal
sensibilidad del 95%. Su especificidad es del izquierda (flechas blancas)

193
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Urograma excretor (UE)


Fue el estudio de elección durante muchos años
para una amplia variedad de indicaciones urológi-
cas. Su utilidad clínica limitada y el desarrollo de
métodos por imágenes de cortes transversales
(US, TC y RM) hicieron que su indicación sea cada
vez menor. En el año 1999 se lo declaró mori-
bundo. Esto queda demostrado por los estudios
realizados en el Montifiore Medical Center, de
FIGURA 13.11: US cortes longitudinales del New York, con 323 UE realizados en 1999 y sólo
riñón izquierdo que muestra imagen compatible 17 en el año 2006 y en Brigham and Women´s
con litiasis ureteral proximal homolateral Hospital, de Boston, en el que no se ha realizado
(flecha) con la consecuente hidronefrosis ningún UE desde el año 2000 hasta la actualidad.
suprayacente Sus ventajas incluyen bajo costo, adecuada ac-
cesibilidad, proveer información fisiológica que
se usa para definir el grado de obstrucción y
estudio de Keir y col., la US identificó solamen- aportar información anatómica para los urólogos.
te el 39% de los pacientes con litiasis múltiple (Figura 13.12 y 13.13) Entre sus desventajas se
detectados por TC. destacan la baja sensibilidad para la detección
La US, si bien puede servir como guía de la de cálculos pequeños y que, en casos de UE
onda de litotricia, no se recomienda como mé- con resultados positivos, debe complementarse
todo de elección para el control poslitotricia ex- con otra metodología diagnóstica (de preferencia
tracorpórea ya que, por un lado, no es eficaz en UroTCMSL) para caracterizar los hallazgos, ha-
estimar el tamaño de la fragmentos residuales y, ciendo que esta elección sea más costosa que si
por otro, no permite diferenciar cálculos intactos la UroTCMSL hubiera sido el método de primera
de fragmentados ni cálculos muy cercanos como elección. Es un estudio que requiere una ade-
entidades independientes. Además, puede no cuada preparación gastrointestinal del paciente
identificar fragmentos muy pequeños. para evitar superposición gaseosa y de materia
Una forma de aumentar la sensibilidad de la fecal que pueda oscurecer pequeños cálculos
US es complementar el estudio con ecoDoppler renoureterales. Utiliza radiaciones ionizantes y
color para valorar los índices de resistencia de las
arterias arcuatas e interlobares y los jets uretera-
les. Un cambio en el índice de resistencia renal en
un riñón ectásico sin detección de litiasis, o en un
paciente con sintomatología de urolitiasis sin ec-
tasia, puede sugerir obstrucción, en el último caso
de corta evolución. Así, un índice de resistencia ≥
0,7 del lado afectado y una diferencia ≥ 0,1 entre
los índices de resistencia de ambos riñones, son
parámetros indicativos de obstrucción urinaria,
con una especificidad del 82 al 88% aunque con
una sensibilidad variable (44 a 92%), ya que se ve
influenciado por el tipo de obstrucción (parcial o
completa, respectivamente), el tratamiento anal-
gésico asociado al dolor cólico y la hidratación. Si FIGURA 13.12: Radiografía directa renovesical
bien un jet ureteral anormal es altamente sugestivo (DRV) (a) y UE (b) que muestran litiasis
de cálculo ureteral, la presencia de ambos jets ure- proyectada en sombra renal izquierda (flecha),
terales no descarta su existencia. Hay que tener en que produce defecto de relleno en la pelvis
cuenta que la combinación de esta tecnología con renal durante la eliminación del material de
la US convencional incrementa no sólo el tiempo contraste intravenoso (cabezas de flecha) e
de estudio sino también su costo. hidronefrosis suprayacente

194
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis

y en un 85% en los pacientes con restos litiási-


cos. Liberados a su historia natural, salvo raras
excepciones, estos cálculos llevan al deterioro
lento y progresivo de la función renal y a la insu-
ficiencia renal crónica.

Tratamiento médico
Como se ha mencionado, el objetivo terapéuti-
co será evitar que los cálculos ya constituidos
aumenten su tamaño, impedir la formación de
nuevas litiasis y, si es posible, lograr la disolu-
ción de los fragmentos residuales. El tratamiento
FIGURA 13.13: DRV (a) y UE (b) que muestran médico debe constituir un complemento del tra-
litiasis proyectada en tercio superior del tamiento quirúrgico más que establecerse como
uréter derecho con obstrucción total (falta de tratamiento inicial. Ello se logrará a través de una
visualización del uréter distal) e hidronefrosis buena hidratación y acidificando la orina, ya sea
suprayacente con tratamiento antimicrobiano, tratando de eli-
minar los gérmenes productores de ureasa; con
una dieta acidificante, por medio del bloqueo
material de contraste iodado endovenoso, con- competitivo de los receptores de la ureasa; o
traindicado en pacientes con antecedentes de por medio del agotamiento del sustrato fosfato.
reacciones alérgicas o de insuficiencia renal. Ade- Hidratación abundante
más, es un estudio que puede demandar mucho En general, la mayoría de los autores coinciden
tiempo, sobre todo en pacientes que presentan en que se debe beber la cantidad necesaria de
obstrucción urinaria de alto grado. líquido que mantenga una diuresis diaria entre
Su sensibilidad es incierta. En un estudio rea- los 2 000 y 3 000 mL. El sentido de la buena
lizado por Smith y col., en pacientes con obs- hidratación sería aumentar la diuresis con el ob-
trucción urinaria, el UE no detectó el 58% de jeto de disminuir la saturación de los cristales de
los cálculos demostrados por TC sin contraste fosfatos amónico-magnésicos.
intravenoso, estudio que alcanzó una sensibilidad Dieta
aproximada al 100%. Si bien la dieta no sería de gran utilidad para
el tratamiento del cálculo ya formado, sí con-
Medicina nuclear tribuiría a su prevención. Con ella se intenta la
Provee excelente información sobre la función reducción de la carga de fosfatos de amonio y
renal pero brinda un detalle anatómico limitado de magnesio, como así también la disminución
y caracterización tisular de escaso valor. Podría del pH urinario por debajo de 7,2; nivel en el que
ser de utilidad para la decisión en cuanto a la dejan de precipitar los cristales (Biechler, Eipper
magnitud del tratamiento quirúrgico (conservador y Naber). Hay que hacer notar que hay autores
o nefrectomía). como Hugosson, mencionado por Drach, que
refieren que por debajo de un pH de 6,8 la orina
Tratamiento se encuentra subsaturada de fosfatos, pudiendo
en esta circunstancia producirse la disolución de
Programar el tratamiento de los pacientes con las concreciones.
cálculos de origen infeccioso no es tarea fácil, Es obvio que los pacientes con infecciones
ya que cada caso requiere una solución perso- urinarias y con tendencia a la formación de cál-
nal, teniendo en cuenta que es tan importante culos de estruvita no deben ingerir medicamentos
la eliminación de la litiasis existente como las que contengan magnesio o fosfatos. La dieta
medidas de prevención, para evitar la formación recomendada (acidificante urinaria) incluye ali-
de nuevos cálculos. mentos de origen animal (excepto los lácteos),
Es de hacer notar que los cálculos de estruvita huevos, carnes animales de todo tipo (vacuna,
recidivan en un 10% tras su eliminación completa porcina, aves, pescados, mariscos); cereales y

195
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

sus derivados (pan, galletas de agua), fideos, Empleo de acidificantes urinarios


arroz; y frutas (arándanos, ciruela, pasas), frutos Si bien es clásico que se mencione al ácido ascór-
secos (maní y avellanas) y el chocolate. Además, bico como acidificante urinario, Mc Leod, Murphy
se aconseja restringir los alimentos que provocan y Wall coinciden en que esta acción no se ha ob-
alcalinización urinaria, tales como los lácteos, las servado en la clínica. También se ha intentado la
verduras, las legumbres (excepto las lentejas), los acidificación urinaria con cloruro de amonio, con
frutos secos (almendras, coco y castañas) y todas nitrato de amonio y sulfato de amonio en forma
las frutas (menos los arándanos y las ciruelas). conjunta, pero al igual que en el caso anterior, su
Tratamiento antimicrobiano uso en clínica no tiene gran aceptación.
Según Drach el objetivo de este tratamiento es Agotamiento del sustrato
mantener a la orina estéril y por lo tanto im- La administración de hidróxido de aluminio aso-
pedir la producción de ureasa y la saturación ciado a una dieta con bajo contenido en fósforo
de sales de estruvita. Algunos autores como podría prevenir la formación de cálculos; el hi-
Griffith, Healy y Ogan sostienen que de esta dróxido de aluminio se une al fosfato en el sistema
manera se podría disolver este tipo de cálculos, gastrointestinal formando fosfato alumínico solu-
mientras que otros como Wang refieren que los ble, con lo que se absorbe una menor cantidad
antibióticos son los mejores inhibidores de la de fosfato, disminuyendo los niveles de fosfato
formación litiásica. urinario. Se deben tener en cuenta los efectos
Es de destacar que habitualmente no se con- adversos que tiene sobre algunas personas esta
sigue la esterilidad total de la orina si persiste el medicación, incluyendo anorexia, apatía, dolores
cálculo o restos litiásicos. Esto se debería a que óseos e hipercalciuria. En razón de ello, Healy y
las bacterias que residen en los intersticios de las Ogan no recomiendan su uso.
litiasis no quedan expuestas a los antibacteria- Remoción de catéteres y cuerpos extraños
nos. Por otro lado, la acción de los antibióticos En lo posible, deben eliminarse todos los focos
como tratamiento de la infección del tracto uri- de infección, incluyendo el retiro de los catéteres
nario se ve notablemente dificultada por la baja a permanencia, debiendo ser reemplazados por
concentración que se obtiene en la orina, como cateterismo intermitente. De ser imprescindible
consecuencia de la obstrucción que dificulta el su uso, deben ser reemplazados por catéteres
filtrado glomerular y del deterioro funcional que de silicona o de látex siliconado, con el objeto
la infección y la obstrucción determinan sobre de disminuir el riesgo de infección y por ende
el parénquima renal. Por esta razón es que se de formación de litiasis de estruvita. En aquellos
insiste en el drenaje y desobstrucción de la orina casos en que la incrustación sea muy frecuente,
retenida antes de comenzar con la administración se pueden realizar lavados de los catéteres dos
de la terapia antibacteriana. veces por día con 20 a 50 mL de una solución
En general el antibiótico a elegir estará deter- de ácido acético al 0,25-0,50%.
minado por un examen bacteriológico de orina Inhibición de la ureasa
previo y deberá ser utilizado por largo plazo. La La inhibición de esta enzima actúa retrasando
dosis será terapéutica por una o dos semanas el crecimiento de las litiasis existentes y facili-
y luego se mantendrá como dosis profiláctica tando la prevención de la formación de nuevos
por tres a seis meses. La dosis profiláctica re- cálculos. Los inhibidores de la ureasa como los
comendada es la mitad o un cuarto de la dosis ácidos hidroxámicos y la fosfotriamida actúan en
terapéutica (Wang y colaboradores). forma paliativa y sinérgica con los antibióticos,
Luego de este período, si la orina permanece produciendo una disminución en la producción
estéril, se suspende el antibiótico y se efectúan de amonio.
urocultivos mensuales por tres meses y luego El agente más usado es el ácido acetohidro-
cuatrimestrales por un año. Se debe destacar la xámico (AHA), por ser el más potente y menos
importancia que tiene la monitorización periódica tóxico, pero a pesar de ello de un 20 a un 30%
de la orina y la evaluación ecográfica de estos de los pacientes no lo tolera debido a sus efec-
pacientes, ya que la recidiva litiásica en estos tos contralaterales. Este compuesto es utilizado
casos es mucho más frecuente que en los no en seres humanos desde el año 1964, siendo el
infectados. único aprobado en la actualidad por la FDA. Su

196
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis

mecanismo de acción es la unión irreversible con Para ello puede ser necesario el empleo de tra-
la ureasa y su efectividad depende de su gran tamientos combinados, por ejemplo una nefroli-
eliminación renal y de su facilidad para penetrar totomía percutánea o una pielolitotomía seguida
a través de la pared celular bacteriana. del empleo de una litotricia por onda de choque,
Su uso combinado con los antibióticos hace o complementar las ondas de choque con una
que se produzca una razonable acidificación uri- ureterolitotricia endoscópica.
naria, pero tiene como desventaja que un 20% Pielolitotomía y cirugía de la litiasis renal a cielo
de los pacientes debe suspender el tratamiento abierto
debido a los problemas neurológicos, hematoló- Desde que en 1879 Heinecke llevó a cabo la
gicos y dermatológicos que provoca. Los efectos primera pielolitotomía con éxito, muchas fueron
indeseables habituales son molestias gastrointes- las variantes de cirugía abierta utilizadas: pielo-
tinales, cefaleas, temblores, pérdida del gusto, litotomía ampliada, nefrolitotomía, nefrectomía
ansiedad y alucinaciones. Está contraindicado parcial, nefrolitotomía anatrófica; hasta llegar al
en pacientes con creatinina mayor de 2,00 y en injerto con autotrasplante renal.
mujeres embarazadas por su efecto teratogéni- La pielolitotomía consiste en la extracción a
co. La dosis inicial de administración es de 250 cielo abierto de la litiasis a través de una incisión
mg diarios por dos semanas, y luego se puede en la pelvis renal, ya sea convencional o amplia-
evaluar la posibilidad de aumentar la dosis a tres da, tratando de avanzar en el seno renal sobre
veces por día. el comienzo de los cálices. Fue muy utilizada en
el pasado pero solo lo es circunstancialmente en
Quimiolisis por lavado la actualidad debido a que, con el avance de la
La disolución de cálculos por técnicas de irriga- tecnología y con el empleo de las nuevas técnicas
ción de sustancias ácidas comenzó con Suby y quirúrgicas, sus indicaciones se han restringido
col. en 1942, pero recién en 1962 Mulvaney y de forma significativa.
Henning informaron acerca del uso con éxito de Nefrolitotomía anatrófica
la hemiacidrina al 10% para la disolución de los Este método fue popularizado por Smith y Boyce
cálculos urinarios de estruvita. Posteriormente se en el año 1968. Consiste en el abordaje del cálcu-
recomendó el empleo de una solución de ácido lo coraliforme a través de una gran incisión renal
acetohidroxámico. Debido a los inconvenientes a lo largo de la zona avascular que existe entre
que acarrea su empleo (larga internación, posi- la circulación anterior y posterior del órgano. Su
bles efectos tóxicos en pacientes con infección empleo se ha limitado en la actualidad. La prin-
residual), ha quedado limitado a aquellos pacien- cipal indicación, según las recomendaciones de
tes que presentan cálculos residuales luego del la AUA, son aquellos cálculos coraliformes cuya
tratamiento quirúrgico. estructura y tamaño hacen presumir que no van
a poder ser retirados en un razonable número de
Tratamiento quirúrgico tractos o sesiones de nefrolitotomía percutánea
En la actualidad se dispone de múltiples méto- o empleo de litotricia extracorpórea. Esto por lo
dos y dispositivos para realizar el tratamiento general ocurre cuando la superficie del cálculo
quirúrgico de las litiasis urinarias –cirugía a cielo supera los 2 500 mm2, como así también cuando
abierto, litotricia extracorpórea, nefrolitotomía se presentan en forma sincrónica anormalidades
percutánea, ureterolitotripsia endoscópica–, com- anatómicas, como por ejemplo una estenosis ure-
plementadas a su vez con ultrasonidos, Láser teropiélica. También está indicada en pacientes
o elementos electrohidráulicos, que varían en con obesidad mórbida.
calidad y potencia. La técnica a utilizar deberá Nefrolitotomía percutánea
adaptarse a cada paciente en particular, tenien- Este método, presentado en primera instancia por
do en cuenta los beneficios, riesgos y costos de Frenstrom y Johannson en el año 1976, consiste
cada una de ellas. en el acceso por punción percutánea a las cavi-
Si bien el objetivo es la extracción del cálcu- dades renales a través del cáliz inferior o medio,
lo, se debe destacar la importancia que tiene dejando luego de la dilatación correspondiente
su posible eliminación, ya que los fragmentos un tubo de Amplatz para permitir la introducción
litiásicos facilitan la perpetuación de la infección. de un nefroscopio y de los elementos de litotricia.

197
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Fue utilizado en un principio sólo para cálculos Ureterolitotricia endoscópica


pequeños, pero en la actualidad, con el adveni- Los avances de la tecnología urológica y la inclu-
miento de los nuevos sistemas de litotricia, se lo sión de técnicas intervencionistas endoscópicas
emplea también para el tratamiento de las litiasis han aumentado las opciones disponibles para el
coraliformes, ya sea como mono tratamiento o manejo de la litiasis ureteral. La ureterolitotricia
combinado con litotricia extracorpórea. En la ac- endoscópica se realiza mediante la dilatación del
tualidad, la nefrolitotomía percutánea se considera meato ureteral correspondiente, con el aborda-
el tratamiento de primera línea para los cálculos je del uréter por medio de un ureteroscopio y,
coraliformes, debido a su superior efectividad y una vez visualizada la litiasis, se procede a la
su baja morbilidad (Healy y Ogan). destrucción del cálculo con diferentes métodos
Litotricia extracorpórea por ondas de choque (ESWL) (ultrasónicos, neumáticos, electrohidráulicos, Lá-
La ESWL es un método que posibilita la frag- ser). Luego, utilizando la pinza o canastilla, se
mentación de los cálculos del aparato urinario, retiran los restos calculosos dejando de forma
mediante la aplicación extracorpórea de ondas transitoria un catéter doble jota que se retirará
de choque de alta energía. Estas son generadas oportunamente.
por una fuente y se focalizan en el punto donde Este método es considerado de elección en
se localiza la litiasis. Pueden atravesar siste- el tratamiento de los cálculos ureterales, sobre
mas biológicos en general, sin causar efectos todo de aquellos ubicados en el uréter inferior,
adversos. Se lo utiliza para cálculos renales, donde este procedimiento tiene una efectividad,
de preferencia los menores de 2 cm de diáme- de acuerdo a los diferentes autores, de entre 97-
tro. En los de mayor tamaño se colocará un 100%, acompañado de un bajo índice de com-
catéter doble jota para prevenir la uronefrosis plicaciones. De existir serían producto del daño
obstructiva. Para la focalización del cálculo se instrumental, pudiendo dividirse en tempranas
utilizan, en forma indistinta, la fluoroscopia o la –sangrado, perforación, falsa vía, avulsión, colec-
ecografía; esta última es muy útil en las litiasis ción periureteral, etc.– y tardías, como las este-
úricas. Como sistema de acoplamiento ya no nosis. Las contraindicaciones para su realización
se usa más la clásica bañera sino un balón con incluyen la presencia de una infección activa, un
agua en su interior. gran adenoma de próstata o la estenosis de la
La aplicación de ESWL no está exenta de com- uretra o del uréter.
plicaciones, que no sólo se deben a la propia apli-
cación –que incluye contusión renal, hematoma La litiasis como factor
subcapsular, hematuria, etc.– sino también a la
obstrucción producida durante la expulsión de
desencadenante de infección urinaria
los fragmentos litiásicos –cólico renal, dilatación, La obstrucción provocada por un cálculo tiende a
uronefrosis obstructiva–, complicados o no por producir estasis de la orina contenida en el seg-
infección urinaria. En los pacientes con cálculos mento proximal del árbol urinario. Ello implica un
infecciosos se aconseja el uso de antibióticos recambio incompleto de la orina allí contenida, lo
previos a la aplicación, que serán mantenidos por que predispone o facilita la proliferación de gér-
cuatro días después de la misma, en particular menes. Las endotoxinas producidas por estos
en pacientes diabéticos. gérmenes provocan una reducción de la actividad
En términos generales, la mayoría de los au- peristáltica de la capa muscular ureteral con el
tores coinciden en que dado que es fundamental consiguiente aumento de la presión intraluminal,
eliminar hasta el último fragmento de las litiasis lo que produce un aplanamiento de las papilas
coraliformes por los conceptos mencionados con renales con la entrada de orina a los túbulos co-
anterioridad, la terapia ideal sería la tipo sánd- lectores. Este reflujo intrarrenal en presencia de
wich, es decir, destruir todo lo que se pueda del infección pone en marcha una reacción defensiva
cálculo con nefrolitotomía percutánea y luego responsable, junto a la presión, de la destrucción
aplicar ESWL sobre los fragmentos residuales y, final del parénquima renal.
en el supuesto caso de que estos no pudieran La presencia de episodios previos, que ha-
ser eliminados en forma espontánea por la vía yan producido lesiones renales con cicatrización
excretora, hacer una nueva nefrolitotomía. posterior, añade a este círculo vicioso un nuevo

198
Capítulo 13: La infección urinaria asociada a la urolitiasis

componente de obstrucción intrarrenal que fa- tubular y glomerular. Esto no sólo generará una
vorece infecciones posteriores. La infección que alteración de la función renal sino también de la
se puede originar de esta manera evoluciona en peristalsis ureteral. Rose y col., en el año 1975,
fases, desde la pielonefritis a la pionefrosis litiá- establecieron que la presencia de infección uri-
sica, con perinefritis final, pudiendo en cualquier naria agregada deterioraba la función muscular
momento desarrollarse una sepsis sistémica. (Fi- ureteral. Esto fue postulado como la causa por
gura 13.14) la que es más difícil la expulsión de los cálculos
La infección urinaria añadida a la obstrucción retenidos en los pacientes infectados.
actúa como un efecto multiplicador sobre el de- Desde el punto de vista anatomopatológico
terioro de la función renal producido por esta la infección asociada a la obstrucción litiásica
última, provocando una destrucción acelerada provoca a nivel de la pelvis un engrosamiento,
del parénquima renal con atrofia, dejando pocas a menudo acompañado de abscesos miliares
posibilidades de recuperación funcional y llevan- en la corteza renal, que en un primer momento
do en forma lenta y progresiva a la insuficiencia se encuentra vascularizada e inflamada y por
renal crónica. acción de la infección se adelgaza. Además, se
Esta evolución puede ser rápida, por lo que obstruyen los infundíbulos calicilares observán-
ante esta situación debe descomprimirse sin de- dose zonas localizadas de pionefrosis a medida
mora la vía urinaria obstruida. Además, una vez que se dilatan los cálices. Es habitual que este
colonizado un cálculo por microorganismos, se proceso inflamatorio produzca una perinefritis,
perpetúa la infección, de manera que sólo podrá adhiriéndose el riñón a las superficies adyacentes.
solucionarse este problema con su eliminación. Cuando la infección renal entra en una etapa de
Litiasis, estasis e infección son tres factores cronicidad, el riñón se torna pequeño y pálido
que se potencian provocando los efectos antes debido a la proliferación del tejido fibroso.
mencionados. Una vez instalada la obstrucción Por todo lo descrito, la desobstrucción de la
por la impactación del cálculo en la vía urinaria, vía urinaria infectada es imperativa; según Drach,
se produce una rápida redistribución del flujo lo más precozmente posible. El riñón infectado y
sanguíneo renal desde los nefrones medulares obstruido puede ser drenado a través de la colo-
a las corticales, dando como resultado una dis- cación de un drenaje percutáneo o nefrostomía,
minución del Índice de filtrado glomerular (IFG) o a través de la inserción retrógrada de un stent
y del Flujo plasmático renal (FPR) lo que tiene ureteral. Yoshimura y col. no hallaron diferencia
como consecuencia una merma de la función en la evolución clínica entre los dos métodos,

Dilatación Infección + litiasis

Hidronefrosis Pielonefritis litiásica

Pionefrosis litiásica

Tratamiento adecuado No tratada

Curación Shock séptico Absceso perinefrítico


Fístula renocutánea

IRC Muerte

FIGURA 13.14: Secuencia evolutiva de la infección renal producida por fenómenos obstructivos

199
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

s Gleason M, Kobashi K, Griffith D. “Noncalcium nephrolitiasis”. En:


aunque el estudio es limitado debido a su carác- Coe F, M Favus (ed.). Disorders of bone and mineral metabolism.
ter retrospectivo. El trabajo ilustra que alrededor New York: Raven Press, 1992.
del 10% de las admisiones hospitalarias por un s Gleeson M., Griffith D.; Review: Struvite calculi. Br J Urol
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episodio de urolitiasis está complicado por una
s Griffith D, C Osborne. “Infection (urease) stones”. Miner Electrolite
infección que necesita drenaje. Como existen Metab 1987; 13:278.
pocos datos disponibles para soportar el uso de s Griffith D, Moskowitz P, Carlton C. “Adjunctive chemotherapy of
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debe o puede utilizar. staghorn calculi”. Urol Clin N Am 2007; 34:363.
Además de la pielonefritis simple, la presencia s Hugosson J, Grenabo L, Hedelin H. “Bacteriology of upper urinary
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de una obstrucción de la vía excretora renal se
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puede asociar con cuadros muy característicos bacteriological and biochemical features”. Br Jour Urol 1970;
tales como la pionefrosis litiásica, la pielonefritis 42:511.
enfisematosa y la pielonefritis xantogranuloma- s Joffe S, Servaes S, Okon S. “Multi-detector Row CT Urography in
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tosa. Por sus características particulares, estos
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procesos se describen por separado en el Ca- 2004; 24:S35.
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201
CAPÍTULO 14

Infecciones urinarias en pacientes


lesionados medulares
ESTEBAN C. NANNINI, JUAN C. CONTARDI, HORACIO DAMIANI

Fisiología de la continencia urinaria sistema simpático que regula la función del trac-
to urinario inferior se origina de neuronas en las
El término continencia hace referencia a la ca- vértebras décima torácica a segunda lumbar.
pacidad de almacenar orina hasta que ocurra Las señales eferentes son trasmitidas a través
una oportunidad aceptable para que se realice del nervio hipogástrico; las señales simpáticas
la micción. La función normal de la vejiga invo- promueven el almacenamiento de orina a través
lucra un ciclo de llenado, almacenamiento, y un de la relajación del detrusor y la contracción del
deseo consciente y la decisión de orinar. Este músculo liso en la uretra proximal. El principal
ciclo se basa en el control del músculo detrusor neutrotrasmisor para estos efectos es la norepi-
de la vejiga y la competencia de los mecanismos nefrina. Las señales parasimpáticas que regulan
esfinterianos. El deseo inicial de orinar ocurre la función del tracto urinario inferior se originan
cuando la vejiga está llena con una cantidad de de neuronas en el segundo, tercero y cuarto seg-
orina variable, entre 250 y 450 mL. A medida mento sacro. La activación de los nervios para-
que la vejiga se distiende, los nervios aferentes simpáticos resulta en la micción o evacuación
en la lámina propia de la submucosa trasmiten vesical a través de la estimulación directa del
mensajes a múltiples áreas modulatorias dentro músculo detrusor e indirectamente a través de
del cerebro. Estas áreas, en conjunto, inhiben la la apertura del mecanismo esfinteriano uretral.
micción hasta que el individuo toma una decisión El principal neurotransmisor que media la acti-
consciente de orinar. La protuberancia contiene un vidad parasimpática en el tracto urinario inferior
grupo especializado de neuronas conocido como es la acetilcolina. El sistema nervioso somático
el centro de la micción pontino, que coordina el inerva los músculos esqueléticos del organismo.
reflejo de la micción. Durante el lleno vesical, el Los nervios eferentes se originan de neuronas en
músculo detrusor permanece relajado y los mús- los segmentos espinales sacro dos a cuatro y, a
culos lisos y estriados del mecanismo esfinteriano través del nervio pudendo, inervan los músculos
de la uretra mantienen su tono, asegurando el estriados del mecanismo esfinteriano uretral, los
cierre de la salida de la vejiga. Cuando se produce músculos estriados periuretrales y los músculos
la micción, el músculo detrusor se contrae y los del piso de la pelvis.
esfínteres uretrales se relajan, asegurando una Las lesiones medulares afectan la función del
salida urinaria sin obstrucción. Las señales efe- músculo detrusor y del esfínter uretral, resultando
rentes desde los centros cerebrales y del tronco en una disfunción neurogénica de la vejiga. En
son trasmitidas a la vejiga a través del sistema minutos luego del insulto inicial, la médula espi-
nervioso autónomo. nal se edematiza, se altera el flujo sanguíneo y la
El sistema nervioso autónomo regula las fun- oxigenación y se dañan las células neurológicas
ciones autonómicas del organismo, incluyendo y los axones. Estos eventos producen una con-
la actividad del tracto urinario inferior; a través dición conocida como shock espinal, que dura
de los nervios simpáticos y parasimpáticos. El de algunas horas a varias semanas. Durante el
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

shock espinal, áreas no dañadas de la médula cateterización de la vejiga para obtener un ade-
sufren una alteración temporaria, causando in- cuado drenaje. El vaciamiento incompleto, la
hibición de todos los reflejos y funciones por de- elevación de la presión intravesical y el uso de
bajo del nivel de injuria, creando una situación no sondas contribuyen a un aumento del riesgo de
contráctil del detrusor. El retorno de la actividad infecciones sintomáticas del tracto urinario, y
refleja, tal como el reflejo bulbocavernoso, mar- constituyen una causa mayor de morbilidad en
ca el final del shock espinal y puede ser seguido los pacientes con injuria medular. La frecuente
de hiperreflexia, hipertonicidad e hiperactividad exposición a antibióticos aumenta el riesgo de
neurogénica del detrusor. La extensión y el tipo infección por agentes resistentes a ellos. Las
de daño al ciclo de vaciado vesical estarán deter- infecciones del tracto urinario interfieren con la
minados por la localización, magnitud y extensión rehabilitación y constituyen una causa de com-
vascular de la lesión. La extensión vascular hace plicaciones urológicas secundarias.
referencia al daño isquémico de la médula más Las infecciones nosocomiales del tracto uri-
allá del nivel ortopédico de injuria. Una lesión nario en pacientes lesionados medulares no son
completa produce pérdida sensitiva y motora; adecuadamente reportadas, aunque los datos de
con una lesión incompleta, el paciente puede los sistemas de cuidado crónico en EEUU indican
mantener la sensación. que la infección del tracto urinario es la compli-
Wein clasifica la disfunción evacuadora en cuatro cación médica más frecuente durante el periodo
grandes categorías: 1) fallo para almacenar debido agudo de rehabilitación en estos pacientes.
al mecanismo de salida; 2) fallo para almacenar En Estados Unidos existen más de dos mi-
debido al detrusor; 3) fallo para vaciar debido al llones de pacientes con lesión medular y veji-
mecanismo de salida; y 4) fallo para vaciar debido ga neurogénica, excluyendo aquellas de origen
al detrusor. En el contexto de la lesión medular, el congénito (mielomeningocele, disrafismo oculto,
fallo de almacenamiento es causado en forma ca- espinas bífidas, etc.), produciéndose alrededor
racterística por una hiperactividad neurogénica del de 11 000 casos nuevos por año. Estas lesiones
detrusor, definida como contracciones del detrusor medulares se deben en un 45% a accidentes de
que se producen durante el llenado vesical; ocurre tránsito, 22% a caídas, 16% a actos violentos
en forma característica en lesiones que afectan los traumáticos, y 13% a cánceres vertebrales y lesio-
segmentos espinales C2 a S1. El fallo para alma- nes deportivas (p. ej., zambullidas). Las lesiones
cenar debido al mecanismo de salida ocurre con medulares son más frecuentes en varones jóvenes
lesiones bajas que afectan las vértebras lumbo- (edad promedio: 31 años). Hasta mediados de los
sacras, los segmentos espinales S2-4. El fallo de 70, la insuficiencia renal y otras complicaciones
llenado debido al mecanismo de salida puede ser urológicas eran la principal causa de muerte en
causado por una disinergia detrusor esfinteriana. pacientes lesionados medulares; las infecciones
La disinergia detrusor esfinteriana se define como urinarias eran causa frecuente de bacteriemias,
una alteración de la coordinación entre la contrac- sepsis, e incluso muerte en pacientes con lesión
ción del músculo detrusor y la relajación del esfínter medular. En la actualidad, y fundamentalmente
estriado durante la micción. Como resultado, el debido a la mejoría en el manejo del sistema de
músculo detrusor y el esfínter estriado se contraen drenaje urinario, la prevalencia de injuria renal
al mismo tiempo, obstruyendo funcionalmente la ha disminuido de forma notoria. Sin embargo,
salida de la vejiga. Este problema se presenta en la infección del tracto urinario sigue siendo una
diferentes puntos luego de la lesión medular. En de las causas principales de morbimortalidad
función de las alteraciones precedentes, es obvio luego de una lesión medular con complicacio-
que los cambios en el manejo de la vejiga en estos nes importantes como pielonefritis, prostatitis,
pacientes deben ser evaluados en todos los mo- bacteriemias, litiasis renal e insuficiencia renal.
mentos de la rehabilitación. La interpretación y comparación de los estu-
dios existentes es dificultosa debido a que invo-
Epidemiología lucran varias definiciones y distintos factores de
riesgo. En un estudio descriptivo prospectivo de
Las lesiones medulares alteran la dinámica lesiones medulares y cateterización intermitente
de la micción y por lo general requieren de la o utilización de condón para el drenaje vesical,

204
Capítulo 14: Infecciones urinarias en pacientes lesionados medulares

Waites y col. observaron que la incidencia de 102 ufc/mL (ufc: unidades formadoras de colonia)
bacteriuria significativa, definida por al menos puede estar asociada con una infección urinaria
10 5 ufc/mL de orina, era de 18,4 episodios por sintomática; en pacientes sin sondaje vesical pero
persona por año, con una incidencia asociada con colector externo (condón) se sugiere como
con fiebre de 1,82 episodios por persona por año. valor significativo ≥ 10 4 ufc/mL, y cualquier creci-
Whiteneck y col., en forma retrospectiva, notaron miento en aquellos con catéteres permanentes o
una incidencia anual de 20% de infecciones del en aspirados suprapúbicos (National Institute on
tracto urinario en lesionados medulares. King y Disability and Rehabilitation Research). El hallaz-
col. compararon en forma prospectiva diversos go de más de un tipo de germen en el urocultivo
métodos de cateterización intermitente en pa- de pacientes con sondaje vesical crónico no es
cientes hospitalizados con lesiones medulares, infrecuente y puede ser problemático. El hallazgo
y reportaron una probabilidad diaria de infección de más de un tipo de germen en un urocultivo en
del tracto urinario del 0,0096 en el grupo de téc- la población general es considerado como conta-
nica estéril. Esclarin de Ruz y col., por último, minación, sin embargo, este hallazgo en pacientes
informan una incidencia total de bacteriuria de con vejiga neurogénica no debe descartarse. La
2,72/100 personas/día. La incidencia en pacien- coexistencia de varios uropatógenos en un mismo
tes con cateterización permanente fue más alta, paciente no es un evento raro; la presencia de
del 5/100 pacientes/día. Prácticamente todos bacteriemia concomitante en algunos casos de
los pacientes presentaron al menos un episodio infección urinaria alta destaca el valor patogéni-
de bacteriuria debido a la cateterización vesical. co de las cepas aisladas en orina, siendo difícil
Como consecuencia de lo descrito, el manejo, discernir en principio cuál juega el rol principal.
prevención y tratamiento de las infecciones urina- Por lo tanto, en pacientes con fiebre y sospe-
rias en pacientes lesionados medulares demanda cha de infección urinaria se recomienda tomar
una importante cantidad de recursos materiales muestras para hemocultivos con el fin de detectar
y humanos. una bacteriemia asociada que definirá la infección
urinaria como alta (pielonefritis).
Definición La presencia de bacteriuria no implica infección
sino que puede ser sólo colonización sin invasión.
La bacteriuria es casi universal en los pacientes La detección de piuria tampoco es confirmatoria
con lesión medular. Puede ser sólo una coloni- de infección dado que puede observarse en otras
zación bacteriana, llamada bacteriuria asintomá- entidades inflamatorias no infecciosas (presencia
tica, que sin embargo puede transformarse en de catéter endovesical, procedimientos uroló-
una infección invasiva, causando una infección gicos, litiasis, nefritis, etc.). En cambio, la falta
urinaria durante la hospitalización y la rehabili- de piuria sí podría ser un predictor razonable de
tación, pudiendo ser recurrente y estar presente ausencia de infección urinaria con cierto grado
prácticamente durante toda la vida del paciente. de certeza.
Al igual que en otras poblaciones de pacientes
que requieren cateterización vesical, la cuantifi- Factores predisponentes
cación de la bacteriuria en pacientes con lesión
medular no sirve para diferenciar entre coloniza- La mayoría de los pacientes con vejiga neuro-
ción e infección urinaria sintomática. Siempre es génica sufren episodios frecuentes de infección
recomendable que el cultivo sea obtenido luego urinaria. Los factores relacionados con la lesión
de cambiar el catéter, debiendo desecharse los medular que contribuyen a aumentar el riesgo de
especímenes obtenidos del catéter anterior. infecciones urinarias incluyen: 1) el vaciamiento
Es importante tener en cuenta el método de incompleto de la vejiga; 2) la baja compliance de
drenaje vesical utilizado en estos pacientes para la pared vesical; y 3) la inserción de un catéter
valorar el significado cuantitativo de la bacteriu- vesical.
ria. Así, a diferencia del valor de corte utilizado El vaciamiento incompleto de la vejiga durante
en pacientes con micción espontánea, en pa- la micción conduce a que la orina permanezca en
cientes dependientes de sondaje intermitente, la vejiga y actúe como un medio para el crecimien-
la presencia de crecimiento bacteriano de sólo to bacteriano. En pacientes con lesión medular, la

205
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

contracción de los músculos estriados del meca- permanente se ha descrito como el factor de
nismo esfinteriano crea una turbulencia durante la riesgo más importante para producir infección
micción haciendo que la orina se mueva, desde urinaria en pacientes con lesión medular. El ca-
la parte distal de la uretra colonizada a la uretra teterismo intermitente constituye el método más
proximal usualmente estéril, incrementando el utilizado de vaciado vesical, aunque con cierto
riesgo de colonización e infección. riesgo de trauma uretral en hombres; las técnicas
La baja compliance de la pared vesical predis- de percusión y la Credé manoeuvre pueden ser
pone al desarrollo de infecciones altas y urosepsis aceptables si el paciente es monitoreado. Por lo
creando una estasis que afecta a todo el tracto general se requiere el uso de condones externos
urinario. Este trastorno es causado por la obs- para el manejo de la incontinencia en el paciente
trucción crónica del mecanismo de salida con la con reflejo miccional; estos dispositivos se asocian
deposición de un exceso de colágeno en la pared a menor tasa de infección urinaria que el uso de
vesical, fibrosis de la pared vesical producida sonda permanente o cateterismo intermitente.
por las infecciones recurrentes o por inflamación Es interesante que un autor encontró disminu-
crónica, o hipertonicidad del detrusor durante el ción de la tasa de infecciones urinarias en pacien-
vaciamiento vesical. La baja compliance de la pa- tes con lesión medular hospitalizados, cuando se
red vesical resulta en una elevación sostenida de utilizaba un introductor uretral de 1,5 cm de largo
la presión del detrusor durante el mecanismo de en cada cateterización intermitente, evitando el
vaciado. Esto conduce a estasis o reflujo urinario, contacto de la sonda con la uretra distal conta-
dilatación de los uréteres y, en última instancia, minada con gérmenes en potencia patogénicos.
de la pelvis renal, produciendo una ureterohidro- Se ha comprobado que algunos factores de-
nefrosis con reflujo vésico-ureteral. Como resul- mográficos participan del riesgo de desarrollo
tado, las bacterias presentes en el tracto urinario de infecciones urinarias en esta población. Estos
inferior ascienden al tracto superior, desarrollando factores incluyen pacientes con una disminuida
pielonefritis e incluso urosepsis. Si esta situación independencia funcional o aquellos que requieren
persiste, se compromete la función renal debido una asistencia completa, y que habitualmente se
a la distensión e isquemia de la pared vesical y relacionan con un nivel alto de lesión medular.
reflujo a los uréteres, cronificando la situación. La dependencia de un grupo de asistencia y la
En cuanto a los pacientes con catéteres vesi- escasa higiene personal se han asociado con un
cales crónicos (transuretrales o suprapúbicos), aumento de la incidencia de infecciones urinarias,
la bacteriuria ocurre en casi el 100% de ellos es probable que debido a una mayor penetración
luego de 30 días. Confirmando esto, estudios de la flora entérica en la uretra y la vejiga.
prospectivos han observado que los indicadores En la serie de Esclarin de Ruz y col., los facto-
de riesgo de infección urinaria son la realización res de riesgo asociados con más de una infección
de procedimientos urológicos sin profilaxis anti- del tracto urinario fueron la presencia de lesión
bacteriana, la injuria medular a nivel cervical y el a nivel cervical, los procedimientos invasivos y
cateterismo crónico. la permanencia de la cateterización vesical por
Considerando que el objetivo final en estos más de 30 días. Los factores de riesgo asociados
pacientes es la preservación de la función renal, con infecciones urinarias a repetición fueron la
la elección del sistema de drenaje de la vejiga presencia de reflujo vésico-ureteral y la necesi-
constituye un factor importante para reducir la dad de asistencia completa o máxima para las
incidencia de infecciones urinarias. Si bien algu- actividades diarias.
nas técnicas de cateterización son más seguras
que otras, ninguna puede ser llevada a cabo sin Etiología
el riesgo potencial de introducir organismos en el
tracto urinario. De todas maneras, de ser posible, El desarrollo de una infección urinaria es el resul-
se prefiere la cateterización intermitente debido a tado de la interacción entre las defensas del hués-
que se ha demostrado que provoca menores tasas ped y la virulencia bacteriana. Los mecanismos de
de bacteriuria que la cateterización permanente, defensa incluyen el efecto de barrido mecánico
y prácticamente elimina las otras complicaciones urinario, la inmunidad celular, la producción de
asociadas al cateterismo crónico. El cateterismo anticuerpos locales y la capa mucosa superficial

206
Capítulo 14: Infecciones urinarias en pacientes lesionados medulares

de la vejiga. Cuando estos mecanismos están tratamiento antimicrobiano convencional. Estos


claramente afectados, cualquier microorganismo biofilms proporcionan un hábitat excelente para
que invada el tracto urinario puede dar lugar a la transferencia de información genética asociada
una infección urinaria. Así, las bacterias aisladas a resistencia bacteriana, favoreciendo la selec-
más comunes, en pacientes con vejiga neurogé- ción de cepas con capacidad de subsistir en su
nica e infecciones urinarias, incluyen Escherichia presencia (ver capítulo 8).
coli, Klebsiella spp., Proteus spp., Serratia spp., Se hipotetiza que los uropatógenos se adhie-
Enterococcus faecalis, Pseudomonas aeruginosa ren al urotelio de la vejiga, crecen y colonizan el
y estafilococos. En algunos centros se ha reco- huésped dando origen inicialmente a la bacteriuria
nocido una elevada prevalencia de Proteus sp, y luego, por diversos motivos, producen invasión
lo que podría estar relacionado con el uso más de los tejidos, induciendo signos y síntomas de
frecuente de catéteres vesicales a permanencia. infección urinaria. Es importante destacar que
En aquellos con sondaje permanente a largo plazo un paciente con lesión medular tiene alterada su
aumenta la incidencia de otros gérmenes Gram dinámica miccional, la que por sí misma es causa
negativos como Providencia stuartii y Morgane- de infección urinaria o de bacteriuria asintomática.
lla morgagni, y también pueden aislarse distin-
tas especies de Candida y de enterococos. Sin Cuadro clínico y diagnóstico
embargo, la prevalencia de cada germen puede
variar entre los distintos centros, sobre todo de La colonización asintomática de la vejiga puede
acuerdo a la flora local, a la presión antibiótica, y derivar en una infección urinaria sintomática, pero
a la forma de cateterismo vesical utilizado. a menudo no lo hace. Las manifestaciones típicas
de infección urinaria (incluyendo disuria, urgencia,
Patogenia frecuencia, molestia suprapúbica, dolor en ángulo
costovertebral) rara vez están presentes en pa-
La fisiopatología de las infecciones urinarias en cientes lesionados medulares. En lugar de estos
las mujeres se inicia con la colonización del in- síntomas, estos pacientes suelen tener otros indi-
troito vaginal y de la uretra por parte de microor- cios clínicos, tales como cambios en los hábitos
ganismos procedentes en su mayoría del tracto de vaciamiento, incontinencia urinaria, aumento
gastrointestinal; luego, estos ascienden hacia la del volumen residual de orina, empeoramiento
vejiga y pueden provocar reacción inflamatoria de la espasticidad muscular, y/o agravación de
local y síntomas. En hombres con lesión me- la disreflexia autonómica, con orinas turbias y de
dular, el camino hacia la infección urinaria es el mal olor. En dependencia de la localización de la
mismo, facilitándose el ascenso de microorga- infección urinaria, también pueden presentarse
nismos patógenos a través del sondaje vesical. fiebre, escalofríos, fatiga, decaimiento general y
Aparentemente, la frecuencia de factores de vi- anorexia. En los ancianos es frecuente la aparición
rulencia dentro de las cepas de E. coli es seme- de episodios de confusión mental. Debido a que
jante entre los aislamientos de niños con vejiga estos síntomas no son específicos de infección
neurogénica y los de niños sin esta patología. Sin urinaria, deben ser excluidas otras causas antes
embargo, recientemente Hull y col., comparando de diagnosticar una infección del tracto urinario.
28 cepas de E. coli de pacientes con infección En cuanto a los métodos de diagnóstico por
urinaria y lesión medular y 29 cepas de pacien- imágenes en pacientes con vejiga neurogénica,
tes con bacteriuria asintomática, comprobaron la ecografía podrá dar información a nivel renal
que la expresión de adhesinas resistentes a la sobre la presencia de ectasias, obstrucciones
manosa era más frecuente en el primer grupo, ureterales, litiasis, abscesos o colecciones, me-
sugiriendo que ciertos factores de virulencia tie- dición de la corteza renal, etc.; a nivel vesical
nen un mayor impacto en los pacientes debilita- podrá medir la capacidad vesical, el residuo
dos con lesión medular. Se ha descrito que las posmiccional, el grosor de la pared, descartar
bacterias uropatógenas, que causan infección la presencia de litiasis u otras lesiones en su
urinaria en pacientes con lesión medular, forman interior; en la próstata es importante evaluar su
películas o biofilms densos en la pared vesical, tamaño y describir sus características, así como
lo que dificulta aún más su erradicación con el evaluar la presencia de lesiones compatibles

207
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

con litiasis o abscesos. La radiografía directa col., por su parte, han destacado el valor de la
renovesical puede ayudar para visualizar el borde cateterización suprapúbica crónica.
renal, o litiasis radiopacas del tracto urinario y A pesar de lo anterior, la cateterización inter-
las estructuras óseas adyacentes. mitente también se asocia con una incidencia au-
La tomografía computada renovesical, en pa- mentada de bacteriuria, que puede ser influencia-
cientes con lesión medular e infección urinaria, da por la frecuencia de cateterización. A medida
puede ser muy útil ante la sospecha de coleccio- que el intervalo entre la cateterización aumenta,
nes en el espacio retroperitoneal (tumor o absce- la incidencia de infección puede aumentar. Los
so). La resonancia nuclear magnética urológica pacientes que son incapaces de realizar una ca-
puede ser sumamente informativa en el estudio teterización intermitente por sí mismos también
de alteraciones morfológicas del árbol urinario (p. presentan un mayor riesgo de infección.
ej., pacientes con vejiga neurogénica de origen Debido a que la bacteriuria asintomática
congénito con doble vía excretora, uréter ectó- puede progresar a infección sintomática y a la
pico, ureterocele, etcétera). limitada eficacia de las medidas tradicionales
En el manejo de los pacientes con vejiga neu- tendientes a disminuir la frecuencia de infec-
rogénica e infección urinaria, tiene especial im- ción urinaria en pacientes lesionados medulares,
portancia la realización de un estudio urodinámico diversos investigadores han estudiado nume-
completo, que evalúa el funcionamiento del tracto rosas intervenciones con resultados variables.
urinario con medición de presiones y flujos. Este Un estudio observacional prospectivo reciente,
estudio permite hacer un diagnóstico correcto no randomizado, demostró una menor tasa de
de la dinámica miccional y predecir el riesgo de infección urinaria en comparación con tasas pre-
deterioro del tracto urinario alto en pacientes vias a la intervención, en pacientes lesionados
con vejiga neurogénica; de esta forma es posible medulares con vejiga neurogénica, a quienes se
comenzar un tratamiento médico y/o quirúrgico les indicó tratamiento antibiótico oral (trimeto-
basado en las anormalidades encontradas. prima-sulfametoxazol, nitrofurantoína, cefixima,
amoxicilina o fosfomicina) una vez por semana en
Prevención forma cíclica y teniendo en cuenta la presencia
de gérmenes en urocultivos semanales (Salomón,
Las medidas principales para prevenir la infección J y col.). Sin embargo, dada la complejidad del
urinaria en pacientes con vejiga neurogénica in- diseño y el hecho de no tener un grupo control,
cluyen el lavado de manos, la higiene local, y la es difícil generalizar los hallazgos de dicho estu-
educación del paciente y del personal de salud dio, requiriéndose más estudios clínicos antes
involucrado. Los centros de atención de pacientes de recomendar el uso de antibióticos cíclicos
con lesión medular deben contar con un sistema en esta población. Por otra parte, este enfoque
activo de control de infecciones para evaluar, puede llevar el riesgo de seleccionar cepas resis-
entre otros aspectos, la transmisión horizontal tentes que luego serían de más difícil tratamiento
(de paciente a paciente o de trabajador de salud y, además, expone a los pacientes a los efectos
a paciente) de los uropatógenos que muchas adversos de los antibióticos. En ciertos casos,
veces poseen resistencia antibiótica. sin embargo, el tratamiento de estas bacteriurias
El uso de un sistema de drenaje urinario ce- puede justificarse para evitar complicaciones,
rrado desde hace casi medio siglo ha protegido como en pacientes embarazadas, en aquellos
dramáticamente contra las infecciones del tracto con litiasis urinarias asociadas a organismos
urinario. Optimizar el drenaje, cambiando siem- ureasa-positivos, o previo a la realización de
pre que sea posible de sondaje permanente a una instrumentación urológica.
cateterización intermitente o a condón externo, Un adecuado ingreso de fluidos es importante
sigue siendo parte importante en la prevención de para mantener el flujo urinario. La recomenda-
las infecciones urinarias. La incidencia de litiasis ción habitual es ingerir entre 1 500 y 2 000 mL
vesical, una condición asociada con infección diarios de líquidos. El excesivo ingreso de fluidos
urinaria, es también más baja en pacientes que puede producir distensión vesical y un ingreso
dependen de cateterización intermitente que en inadecuado aumenta la concentración urinaria e
aquellos con catéter permanente. Sugimura y irrita la pared vesical.

208
Capítulo 14: Infecciones urinarias en pacientes lesionados medulares

Es importante notar que, como podía esperar- entre la infección superior e inferior del tracto uri-
se, la mejoría de los parámetros urodinámicos (p. nario, no es clínicamente práctico. Además, no
ej., logrando mayor capacidad vesical con menor existe un análisis urinario (p. ej., detección de capa
presión) mediante el tratamiento con inyecciones de anticuerpos rodeando uropatógenos) capaz
de toxina botulínica A en el músculo detrusor, de localizar con eficacia el sitio del tracto urinario
en pacientes con hiperactividad neurogénica de afectado en pacientes con vejiga neurogénica. Es
este músculo, logró disminuir la incidencia de lógico sospechar pielonefritis en presencia de fiebre
infecciones urinarias sintomáticas en esta po- alta, escalofríos, toxicidad sistémica o leucocitosis.
blación (Game, X y col.). Se han estudiado otras La localización de la infección es importante para
intervenciones, como la instilación intravesical determinar la duración del tratamiento antibiótico.
de una cepa de E. coli no patogénica, que de- Hay que tener en cuenta que el tratamiento an-
mostró efectos beneficiosos en la prevención de tibiótico de solo tres días de duración, que sue-
infecciones urinarias; sin embargo, se necesitan le ser suficiente para infecciones urinarias bajas
otros ensayos clínicos que confirmen dichos ha- en individuos sin otras patologías, no puede ser
llazgos. Por otra parte, el uso de arándano (en extrapolado a pacientes con vejiga neurogénica.
forma de tabletas) no se ha asociado con una Las alteraciones anatómicas y funcionales hacen
disminución de la tasa de infecciones urinarias que se recomiende en estos pacientes un curso
en pacientes con vejiga neurogénica por lesión de antibióticos de 7 a 10 días, aunque esta con-
medular en un estudio doble ciego aleatorizado. ducta no ha sido evaluada en ensayos clínicos
Tampoco han demostrado ser efectivos en esta aleatorizados. En los pacientes con signos de in-
población el uso de antisépticos locales (p. ej., fección urinaria alta (pielonefritis) o presencia de
clorhexidina) en la zona perineal o uretral antes reflujo vésico-ureteral significativo, el tratamiento
de la cateterización vesical, la irrigación vesical antibiótico debe extenderse hasta dos semanas.
con antibióticos (neomicina/polimixina), o la aci- Un tratamiento más prolongado, de cuatro a seis
dificación de la orina por medio de las sales de semanas, es recomendable para pacientes con
metenamina. En aquellos pacientes con sondaje infección persistente, recaídas frecuentes, o pre-
vesical permanente, debido a que las infecciones sencia de foco infeccioso prostático. En pacientes
son causadas mayoritariamente por gérmenes con infección persistente, recaída documentada
formadores de biofilms, en ciertas circunstancias de la infección (por la misma cepa bacteriana), o
es recomendable cambiar la sonda vesical cada frecuentes reinfecciones (por organismos diferen-
una o dos semanas (Biering-Sorensen). tes), el tracto urinario debe ser investigado para
Hallazgos preliminares sugieren que la colo- detectar anormalidades anatómicas y funcionales
nización con cepas de E. coli 83972 (interfe- (incluyendo reflujo vésico-ureteral y volumen resi-
rencia bacteriana) puede reducir la frecuencia dual alto en la vejiga).
de infecciones urinarias en pacientes con vejiga El tratamiento empírico en pacientes con vejiga
neurogénica secundaria a una lesión medular. neurogénica y fiebre debe sustentarse en datos
epidemiológicos locales de cada centro. Dentro
Manejo y tratamiento de los esquemas habituales se incluyen las fluo-
roquinolonas, las cefalosporinas de segunda y de
En primer lugar, debe evitarse el tratamiento de la tercera generación, las cefalosporinas con activi-
bacteriuria asintomática en pacientes con vejiga dad antipseudomónica (ceftazidima, cefepime),
neurogénica, a menos que el paciente vaya a ser aminoglucósidos, carbapenemes, etc. Hay que
sometido a una instrumentación de la vía urinaria tener la historia previa del paciente con especial
o si es mujer, que esté embarazada; así se evitará referencia a los cultivos previos y a la sensibilidad
la selección de microorganismos resistentes a los antibiótica de los gérmenes aislados, y a los trata-
antibióticos de uso común. mientos antibióticos recibidos con anterioridad al
El manejo óptimo de la infección urinaria sinto- nuevo episodio. Una vez aislado el uropatógeno,
mática depende de la ubicación de la infección y el antibiótico debe ser adecuado de acuerdo a la
la condición del huésped. (Tabla 14.1) El análisis sensibilidad del mismo, prefiriendo la elección de
de muestras de orina obtenidas por cateterización aquel con menor espectro y mejor concentración
ureteral, el procedimiento definitivo para distinguir urinaria y/o renal.

209
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 14.1: Pautas generales sobre el manejo de pacientes lesionados medulares con infecciones del
tracto urinario
Pauta Comentario
No tratar la bacteriuria asintomática Excepto en embarazadas, antes de una
instrumentación urológica, o en pacientes con
urolitiasis y gérmenes ureasa-positivos
La presencia de piuria puede ayudar a considerar Debe realizarse ante la sospecha, pero no es
el diagnóstico. siempre indicativa de infección urinaria.
Tener en cuenta síntomas alternativos de Los síntomas habituales no están presentes.
infección urinaria como disreflexia, incotinencia,
etcétera
Realizar tratamiento prolongado (4 a 6 semanas) Debido a la existencia de probable foco séptico
en pacientes con infecciones persistentes o prostático
recurrentes
Intensificar prácticas de control de infecciones Esto ayudaría a evitar su transmisión nosocomial. La
en pacientes en centros de rehabilitación higiene y el lavado de manos son fundamentales.
con infecciones urinarias por gérmenes
multirresistentes
La infección urinaria febril (probable pielonefritis) Puede utilizarse la vía oral si el paciente presenta
debe ser tratada con 14 días de antibióticos. mejoría clínica a las 48-72 hs. y si hay un antibiótico
disponible.
No utilizar nitrofurantoína para infecciones Este antibiótico no alcanza concentraciones
urinarias febriles terapéuticas en parénquima renal.
Realización de estudios urodinámicos Permite medicar para mejorar la funcionalidad y
disminuir la frecuencia de infecciones urinarias.
Evaluación urológica por medio de ecografía Método útil no invasivo para descartar ectasias,
reno-vésico-prostática litiasis, abscesos perirenales y prostáticos, etcétera

En este sentido, dependiendo de la sensibilidad las quinolonas y la trimetoprima-sulfametoxazol


antibiótica, se prefiere trimetoprima-sulfametoxa- alcanzan niveles elevados en dicho tejido, con-
zol o quinolonas o nitrofurantoína para las infec- siguiendo tasas de curación aceptables luego
ciones sintomáticas pero sin repercusión sistémica de tratamientos prolongados (6 a 12 semanas)
(falta de fiebre, escalofríos, leucocitosis, etc.). Se en prostatitis crónicas. Para los pacientes con
debe tener en cuenta que la nitrofurantoína no probable infección urinaria alta se deberá iniciar
alcanza niveles en parénquima renal suficiente tratamiento parenteral y, si se observa una mejoría
como para ser efectiva en el tratamiento de una clínica luego de 48 a 72 horas de tratamiento, se
infección urinaria alta o pielonefritis. Otros agen- puede pasar a un agente oral si es factible según
tes potencialmente efectivos por vía oral son las la susceptibilidad antibiótica. Si no se observa
aminopenicilinas en combinación con inhibidores mejoría clínica en 24-48 horas de iniciado el tra-
de E-lactamasas (amoxicilina/clavulánico, ampici- tamiento antibiótico considerado adecuado de
lina/sulbactama) o las cefalosporinas de segunda acuerdo al antibiograma, se debe repetir el uro-
generación (p. ej., cefuroxima). Hay que tener en cultivo e investigar la presencia de obstrucción,
cuenta que, en pacientes con prostatitis crónica litiasis, u otra patología renal mediante ecografía
bacteriana, la falta de concentración adecua- o tomografía computada.
da del antibiótico en la próstata de los agentes La duración apropiada del tratamiento antimi-
E-lactámicos, aminoglucósidos, nitrofurantoína, crobiano para las infecciones urinarias agudas
glicopéptidos y tetraciclinas, es la causa de recidi- sintomáticas en pacientes con lesión medular
va luego de suspendido el antibiótico. En cambio, no se ha determinado. El tratamiento corto, de

210
Capítulo 14: Infecciones urinarias en pacientes lesionados medulares

s García Leoni M, A Esclarin De Ruz. “Management of urinary tract


tres días, es efectivo para la cistitis aguda no infection in patients with spinal cord injuries”. Clin Microbiol &
complicada, y se ha propuesto como un régimen Infect 2003; 9:780.
apropiado en pacientes con lesión medular que s Guidoni E, Dalpra V, Figueiredo P. “E. coli virulence factors in
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tienen síntomas de cistitis. El beneficio potencial
Pediatr Nephrol 2006; 21:376.
de las terapias cortas incluye la disminución de s High K, Bradley S, Gravenstein S. “Clinical practice guideline for
los efectos adversos, el evitar la resistencia an- the evaluation of fever and infection in older adult residents of
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estudio reciente de Dow y col. concluye que el
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como ya se ha mencionado, los pacientes con 163:872.
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alta presión vesical pueden beneficiarse de dro- s Lee B, Haran M, Hunt L. “Spinal injured neuropathic bladder
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parte, en aquellos que tengan aumento de la
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vesicales intermitentes por vía uretral más fre- Arch Phys Med Rehabil 2002; 83:129.
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detrusorial también está indicado para las vejigas s Ost M, B Lee. “Urolithiasis in patients with spinal cord injuries:
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211
CAPÍTULO 15

Empleo de antibióticos en Urología:


profilaxis y tratamiento
ESTEBAN C. NANNINI

antibiótica en procedimientos urológicos ha sido


Principios de utilización de motivo de debate; es claro que lo primordial es
antibióticos profilácticos disminuir el riesgo de infecciones urinarias febriles
Las infecciones relacionadas con los procedimien- como pielonefritis, prostatitis, epididimitis y uro-
tos urológicos están asociadas a una significa- sepsis. Sin embargo, numerosos estudios clínicos
tiva morbilidad. Las complicaciones infecciosas han utilizado otros objetivos, como la reducción
posteriores a procedimientos en urología incluyen de la frecuencia de bacteriuria posprocedimien-
las infecciones de las heridas (superficiales, pro- to, o la necesidad de hospitalización posterior al
fundas, abscesos abdominales o de pared), del procedimiento. La presencia de bacteriuria pue-
tracto urinario (bacteriuria, pielonefritis, absceso de ser importante porque ha estado asociada a
renal), de otros sitios urogenitales (orquiepididimi- una mayor tasa de complicaciones infecciosas
tis, prostatitis bacteriana aguda) y alejadas como urológicas y, de hecho, la bacteriuria posproce-
bacteriemia y sepsis. El objetivo de toda profilaxis dimiento ha sido utilizada como subrrogante de
antimicrobiana en cirugía es la prevención de las efectividad en los estudios clínicos, aunque en
complicaciones infecciosas que resultan de un muchas oportunidades estas bacteriurias desa-
procedimiento diagnóstico o terapéutico. Así, parecen espontáneamente.
la utilización de profilaxis antibiótica es uno de Existen factores de riesgo que deben conside-
los métodos orientados a disminuir la incidencia rarse en toda infección posquirúrgica o posterior
de estas complicaciones, pero no reemplaza a a procedimientos invasivos urológicos, que se
otros métodos igualmente importantes para pre- clasifican en dependientes del huésped, del pro-
venir tales complicaciones, como son el lavado cedimiento mismo y de la morbilidad asociada a la
de manos, la preparación del sitio quirúrgico, la infección. Así, dentro de los factores del huésped
utilización de una técnica estéril durante el pro- se incluyen la edad avanzada, la presencia de
cedimiento, y la preparación de la piel antes del anomalías del tracto urinario, la desnutrición, el
mismo, si fuera necesario. uso crónico de corticoides, la inmunodeficiencia,
Para los procedimientos quirúrgicos uroló- la presencia de catéteres externos y/o infección
gicos abiertos, se aplican las mismas reco- coexistente distante y la hospitalización prolon-
mendaciones existentes para las cirugías ab- gada. Dentro de los factores asociados al proce-
dominales; es decir, no es mandatorio realizar dimiento se encuentran, entre otros, las medidas
profilaxis en cirugías limpias, mientras que se de asepsia y la duración del mismo.
recomienda la administración de una o varias Los gérmenes más comúnmente aislados en
dosis (< 24 hs.) para aquellas cirugías limpias- las infecciones asociadas a los procedimien-
contaminadas, como lo son las que se realizan tos urológicos incluyen en orden de frecuencia
sobre el tracto urinario. Escherichia coli, Enterococcus spp., Klebsiella
A diferencia de otros procedimientos quirúr- spp., Proteus spp. y Pseudomonas spp. Se debe
gicos, el objetivo final (end point) de la profilaxis destacar que las tasas de resistencia de estos
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

gérmenes a los antibióticos utilizados pueden


tener variaciones regionales e incluso en cada Profilaxis según los procedimientos
institución. Si bien es obvio que se debe evitar el
uso indiscriminado de antibióticos, puesto que Cistografía, estudio urodinámico o
ello se asocia con un incremento de la resistencia cistouretroscopia simple
a los mismos; en el caso de su indicación para Es probable que la profilaxis antimicrobiana no
profilaxis, su uso adecuado está asociado a un sea necesaria antes de estos procedimientos si
menor consumo total de antibióticos, comparado el urocultivo ha sido negativo previo a la instru-
con pacientes que no reciben profilaxis. Es im- mentación. Sin embargo, se estima que la pro-
portante insistir en que antes del procedimiento filaxis antibiótica es beneficiosa si la posibilidad
urológico se realice un urocultivo y, en caso de ser de infección urinaria es mayor al 10% posterior al
positivo, se trate de forma adecuada la infección. procedimiento. Numerosos estudios aleatoriza-
El tiempo de administración elegido es un fac- dos han investigado si la profilaxis antibiótica es
tor muy importante en todo esquema de profilaxis efectiva o no en disminuir el riesgo de infección.
antibiótica (PAC); la dosis más importante de todo Algunos de ellos han determinado que su uso
esquema de PAC es la que se administra previa rutinario es beneficioso y otros no han detec-
al procedimiento, debido a que es la que logrará tado diferencia con respecto al grupo placebo;
que la concentración sea máxima en los tejidos estas discrepancias pueden ser secundarias a:
en el momento de la realización y por algún lapso 1. La falta de uniformidad de criterio para definir
posterior al procedimiento o acto quirúrgico. Así, el resultado final del estudio (end-point), como,
si el antibiótico se infunde por vía endovenosa, detección de bacteriuria realizando urocultivos
debe ser unos 30 a 60 minutos antes del proce- en tiempos variables determinados de forma ar-
dimiento, en forma habitual en el momento de bitraria luego del procedimiento (tercero o séptimo
la inducción anestésica. Si el antibiótico va a ser día o al mes) o el desarrollo de infección urinaria
administrado por vía oral, se estima que entre sintomática, sin aclarar el tiempo de seguimiento
una y dos horas antes es suficiente para alcanzar de los pacientes posterior al procedimiento; 2.
concentración elevada del antimicrobiano al inicio La población incluida en los distintos estudios
del procedimiento. En este sentido, los hallazgos puede haber variado significativamente, reflejado
de un estudio reciente (Lindstedt y col.) sugieren esto en especial en la llamativa diferencia en las
que una dosis de ciprofloxacina al momento del tasas de bacteriurias y/o infecciones en el grupo
procedimiento (en este caso, biopsia prostática asignado a recibir placebo (del 0,82 al 21%); 3.
transrectal) sería igual de efectiva que la misma Muchos de los estudios no han tenido poder es-
dosis administrada dos horas antes; se requieren tadístico suficiente para detectar diferencias entre
más estudios antes de recomendar esta práctica profilaxis y placebo debido a que, cuando la tasa
médica. En aquellos pacientes que pueden reci- de infecciones sin profilaxis antibiótica es relati-
bir antibióticos por vía oral y cuando se utilizan vamente baja, el número de pacientes necesarios
agentes con alta biodisponibilidad, se prefiere para mostrar su efectividad será muy elevado.
esta ruta de administración. Una sola dosis del Se ha demostrado un efecto beneficioso de
antibiótico elegido previa al procedimiento es por la profilaxis en un estudio comparativo entre ci-
lo general suficiente. profloxacina en única dosis versus placebo, in-
Son múltiples los antimicrobianos que se uti- cluyendo 192 pacientes con urocultivo negativo
lizan en estas circunstancias: fluoroquinolonas, sometidos a estudios urodinámicos; la tasa de
trimetoprima-sulfametoxazol, cefalosporinas de bacteriuria fue del 14% en el grupo placebo y del
segunda generación, aminoglucósidos, una ami- 1% en el grupo que recibió profilaxis; los facto-
nopenicilina (ampicilina o amoxicilina) en combi- res de riesgo para el desarrollo de bacteriuria
nación con un inhibidor de Elactamasa (sulbactam posprocedimiento fueron la falta de profilaxis,
o ácido clavulánico). Otros antibióticos deben la presencia de piuria previa al estudio, y haber
ser reservados para situaciones especiales y de recibido antibióticos en el mes anterior (Kartal,
acuerdo a cultivos previos del paciente y, en lo E y col.). Otros dos ensayos clínicos evaluaron
posible, con la consulta de un especialista en pacientes sometidos a estudios urodinámicos;
Infectología. uno utilizó trimetoprima-sulfametoxazol y otro

214
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento

nitrofurantoína, y aunque incluyeron un número aquellos en quienes no hay manipulación o inva-


relativamente bajo de pacientes, no encontraron sión de la mucosa. El uso de profilaxis antibiótica
disminución de la incidencia de bacteriuria en para este tipo de procedimientos está basado
relación con el grupo placebo. sobre todo en la evidencia obtenida en proce-
En cuanto a la cistouretroscopia, Rane y col. dimientos con resección prostática transuretral.
compararon una dosis única de gentamicina con Siempre existe riesgo de infección cuando se
placebo, encontrando una disminución significativa instrumenta la vía urinaria. Los procedimientos
en la tasa de urocultivo positivo poscistouretros- invasivos transuretrales pueden asociarse con
copia del 21 al 5% en 162 pacientes incluidos. dos complicaciones importantes: infección uri-
En otro estudio, incluyendo 2 083 pacientes so- naria y bacteriemia.
metidos a una cistoscopia (Jonson, M y col.) se Se postula que los microorganismos que cau-
encontró que, en aquellos que recibieron placebo, san infección durante el procedimiento transu-
trimetropina vía oral (200 mg), o ciprofloxacina oral retral provienen de la flora uretral, de bacterias
(500 mg), la tasa de bacteriuria al día quinto fue colonizando la próstata y los tumores vesicales,
de un 9, 5, y 3%, respectivamente, favoreciendo o por contaminación de fluidos de irrigación. Se
la estadística el uso de profilaxis antibiótica, en ha estimado que la bacteriuria posoperatoria
especial ciprofloxacina. Sin embargo, la frecuencia puede ocurrir en alrededor de un 10-32% de los
de infecciones sintomáticas no fue diferente entre pacientes sin bacteriuria preoperatoria.
los tres grupos. Otros estudios no han reportado Un estudio aleatorizado reciente, de 400 pa-
ningún beneficio de la profilaxis en cistografías y cientes sometidos a resección prostática transu-
cistoscopias; por ejemplo, en un grupo reducido retral (Wagenlehner, F y col.), comparó una dosis
de 88 pacientes sin piuria ni bacteriuria previas única de 500 mg de levofloxacina, o trimetoprima-
al procedimiento (Tsugawa, M y col.), no se en- sulfametoxazol (320/1600 mg) y placebo, reve-
contraron diferencias en la tasa de bacteriuria o lando un significativo mayor uso de antimicrobia-
infección urinaria febril entre el grupo que recibió nos en el grupo control; los dos regímenes de
una fluoroquinolona versus el que recibió placebo. antibiótico mostraron similar eficacia en cuanto
Finalmente, Wilson y col., tuvieron que concluir a la disminución de la bacteriuria posterior al
en forma temprana un estudio que comparaba procedimiento. Es interesante destacar que en
norfloxacina con placebo, debido a la baja tasa de este estudio, aquellos pacientes con bacteriuria
infecciones en el grupo placebo luego de haber tuvieron una mayor tasa de complicaciones que
incluido 234 pacientes a quienes se les realizó aquellos sin bacteriuria.
una cistouretroscopia; una sola infección urinaria En definitiva, en un metaanálisis de 32 estu-
sintomática fue descrita en cada grupo. dios aleatorizados que incluyeron 4 260 pacien-
Por lo tanto, si bien los antibióticos profilácticos tes, Berry y Barratt confirmaron que la profilaxis
pueden reducir la tasa de bacteriurias posterior a antimicrobiana previa a la resección prostática
la cistografía, cistouretroscopia o a los estudios transuretral disminuía significativamente el riesgo
urodinámicos, no se ha podido demostrar que de bacteriuria (del 26 al 9%) y de sepsis clínica
disminuyan la frecuencia de infecciones urinarias (del 4,4 al 0,7%), definida como fiebre, esca-
significativas. Es por ello, que la profilaxis con lofríos, aumento de proteína C reactiva con o
antibióticos para estas prácticas está recomen- sin hemocultivos positivos (Berry, A y col.). La
dada sólo cuando existe alguno de los siguientes mayoría de los estudios utilizaba una sola dosis
factores de riesgo: edad avanzada, presencia o cursos cortos de antibióticos previo al proce-
de anomalías del tracto urinario, desnutrición, dimiento, y la efectividad para reducir la bacte-
inmunodeficiencia (incluyendo el uso crónico de riuria fue observada, en orden decreciente, para
corticoides), cateteres externos y/o infección co- fluoroquinolonas, trimetoprima-sulfametoxazol,
existente distante y el antecedente de una hos- cefalosporinas y aminoglucósidos, no así para
pitalización prolongada (Wolf y colaboradores). penicilinas ni nitrofurantoína.
Otro metanálisis posterior, utilizando una me-
Cistouretroscopia con manipulación todología distinta, llegó a la misma conclusión,
La evidencia favoreciendo el uso de profilaxis con una tasa de bacteriuria del 26% sin profi-
en estos pacientes es mucho más clara que en laxis y 9% con profilaxis (Qiang, W y col.). Este

215
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

estudio demostró una disminución en la tasa de profilaxis para la BPT, un significativo número de
bacteriemia de un 4 a un 1%, con una reducción pacientes puede tener una infección urinaria se-
también significativa en el uso de antibióticos vera, y que esto probablemente esté relacionado
posterior al procedimiento. Se observaron más con la presencia cada vez más frecuente de cepas
efectos adversos en el grupo de pacientes que de E. coli resistentes a quinolonas.
recibieron profilaxis antibiótica (1,8 vs. 0,7%). La profilaxis antibiótica previa a la realización
No se han efectuado estudios aleatorizados para de la BPT se ha evaluado en numerosos estudios.
otros procedimientos cistoscópicos involucrando En uno de ellos, con diseño a doble ciego, multi-
manipulación transuretral (biopsia vesical, prosta- céntrico y controlado con placebo, la utilización
tectomía con láser, cateterización ureteral, etc.), de una dosis de ciprofloxacina (500 mg, 30 a 120
pero la similitud de estos procedimientos en cuanto minutos antes del procedimiento) redujo de modo
a invasividad y potencial trauma tisular sugiere que significativo la frecuencia de bacteriuria posterior
los datos publicados sobre la resección prostática hasta el día 15 después de la BPT. La mayoría
y de tumores vesicales por vía transuretral pueden de los pacientes habían recibido enema previo,
ser razonablemente extrapolados a estos procedi- y el promedio de biopsias obtenidas fue de 4 en
mientos cistoscópicos con manipulación. los 2 grupos. Aún así, 3% de los pacientes que
recibieron ciprofloxacina tuvieron bacteriuria y 3%,
Biopsia prostática transrectal infección urinaria (Kapoor, D y col.). Otro estudio
En el mundo se ha detectado un aumento del aleatorizado demostró que no había beneficios en
cáncer prostático, lo que ha llevado a un mar- administrar antibióticos por tres días consecutivos
cado incremento del procedimiento de elección (Aron, M y col.), aunque sin duda son necesarios
para su diagnóstico, la biopsia prostática trans- más estudios para confirmar estos hallazgos.
rectal (BPT). Asimismo, en los últimos años, ha Corroborando la importancia de la resisten-
aumentado de manera considerable el número cia antibiótica a las fluoroquinolonas, otro estu-
de biopsias prostáticas tomadas por cada pro- dio retrospectivo que incluyó 1 273 pacientes,
cedimiento, para disminuir las tasas de falsos a quienes se le hicieron BPT entre el año 2004
negativos asociadas con él. Desde el inicio del y el 2006 (Feliciano, J y col.), comprobó que un
uso de la BPT se han reportado complicacio- 2,4% de ellos se presentó dentro del mes con
nes infecciosas variadas, incluyendo no sólo in- síntomas de infección urinaria; la mayoría de los
fecciones urinarias complicadas sino también cultivos fueron positivos para E. coli y, de estos,
bacteriemias, shock séptico y focos sépticos el 90% era resistente a quinolonas. Estos autores
distantes por siembra hematógena. Un estudio han demostrado incluso un aumento progresivo
realizado a principios de los 90, estimó que, sin anual de la tasa de complicaciones infecciosas,
la administración de antibióticos profilácticos, asociado a un aumento de la resistencia a las
la tasa de bacteriuria, de infección sintomática fluoroquinolonas. Por lo tanto, se sugiere reali-
y de necesidad de hospitalización era del 8, 5, y zar un seguimiento bacteriológico estricto en los
2, respectivamente, tras la realización de la BPT. sitios donde se practica gran cantidad de estos
Estas tasas son altamente variables de acuerdo a procedimientos, para evaluar la eficacia de los
la población incluida y al lugar donde se realice el antibióticos utilizados como profilaxis.
estudio. Así, un estudio retrospectivo que analizó
207 pacientes con BPT por sospecha de cáncer, Braquiterapia prostática
en los años 2002-2003, demostró que un 6,5% No hay estudios aleatorizados que evalúen la
de los pacientes tuvieron una infección urinaria profilaxis en estas situaciones. Un solo estudio
febril que requirió internación, habiendo recibido reportó una infección urinaria sintomática en 125
todos ellos profilaxis con ciprofloxacina (Otrock, pacientes, a quienes se les practicó braquiterapia
Z y col.). En todos los casos donde hubo rescate prostática por vía perineal, utilizando una dosis
bacteriológico (10 de 13 pacientes), el germen de cefazolina preoperatoria endovenosa.
fue Escherichia coli resistente a ciprofloxacina,
tres de ellas eran productoras de Elactamasas de Litotricia extracorpórea
espectro extendido (BLEE). Esto demuestra que, Se estima que el riesgo de infección urinaria
aun con la administración de ciprofloxacina como poslitotricia es bajo si el urocultivo previo al

216
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento

procedimiento es negativo, y de hecho algunos sonda vesical, en comparación con placebo. Una
estudios no han podido detectar beneficios en revisión de los trabajos publicados concluye que
la utilización de antibióticos profilácticos. Sin hay limitada evidencia que demuestre que la ad-
embargo, un metanálisis de 8 estudios aleatori- ministración de antibióticos durante los primeros
zados demostró una reducción de la bacteriuria tres días del posoperatorio, o desde el segundo
posprocedimiento del 5,7 al 2,1%, aun con uro- día del posoperatorio hasta el retiro de la sonda,
cultivos previos negativos; además se observó reduce la posibilidad de infección en pacientes
una relación costo-efectividad positiva (Pearle, quirúrgicos con sondaje colocado por más de
M y col.). Con base en estos resultados, se ha 24 horas. Por ello, se recomienda la utilización
recomendado la utilización de profilaxis antes de de antibióticos al momento del retiro de la sonda
la realización de litotricia, aunque otros autores vesical en aquellos pacientes con los factores de
recomiendan su utilización solo ante la presencia riesgo descritos más atrás. Alternativamente, si
de factores de riesgo habituales, en particular se dispone de un urocultivo previo, se puede
diabetes y los mencionados más atrás. administrar un curso entero de antibióticos de
acuerdo a la bacteriuria documentada, u omitirlo
Nefrolitotomía en aquellos con urocultivo negativo.
No hay ningún estudio aleatorizado que evalúe En la Tabla 15.1 se refieren las indicaciones
la necesidad del uso de profilaxis en este pro- de profilaxis antibiótica en los procedimientos
cedimiento. Sin embargo, un estudio realizado anteriormente descritos.
en 1986 mostró tasas del 35% de infección uri-
naria posterior a una nefrolitotomía percutánea Profilaxis antibiótica
(urocultivos previos negativos). Otro estudio pos-
terior no aleatorizado demostró el beneficio de
en situaciones especiales
las fluoroquinolonas administradas como única Pacientes con prótesis de cadera o rodilla
dosis, sin beneficio en seguirlas hasta el retiro del Los pacientes con prótesis de cadera o rodilla
tubo de nefrostomía, si estuviera presente. Por lo tienen mayor probabilidad de siembra hematógena
tanto, se sugiere la administración de profilaxis en presencia de una bacteriemia determinada.
antibiótica a todos los pacientes sometidos a En estos, el riesgo parece ser mayor dentro de
este procedimiento, aunque el nivel de evidencia los dos años de que dicho material protésico
científica no sea el óptimo. haya sido colocado, o aquellos que sean inmuno-
comprometidos o hayan padecido una infección
Ureteroscopia protésica previa. A su vez, los procedimientos
En un estudio aleatorizado que incluyó 113 pa- que pueden estar asociados a bacteriemia, y por
cientes, a quienes se les realizó una ureteroscopia lo tanto producir un foco infeccioso en el mate-
para remoción de litiasis, el tratamiento profilácti- rial protésico, son: 1. Cualquier manipulación de
co con levofloxacina disminuyó significativamente litiasis urinaria; 2. Procedimiento endoscópico
la incidencia de bacteriuria en comparación con del aparato urinario alto; 3. BPT; y 4. Cualquier
el placebo (13 versus 2%). Otro estudio observó procedimiento que corte el tracto urinario o in-
similar incidencia de infecciones urinarias utili- volucre al intestino. También deberían incluirse
zando ciprofloxacina vía oral versus cefazolina pacientes con colonización de la vía urinaria con
endovenosa en 77 procedimientos de cirugía instrumentación de la misma (excepto cateteriza-
endourológica; por esto se indica profilaxis en ción uretral), como colocación de stent ureteral,
todos los pacientes a quienes se les realiza este retención urinaria, antecedentes de infecciones
procedimiento. urinarias recurrentes o prostatitis. En todas estas
circunstancias está indicada la administración de
Remoción de sonda vesical antibioticoterapia profiláctica.
Se encontró una menor tasa de complicaciones
posquirúrgicas y menor estadía hospitalaria en pa- Pacientes con riesgo de endocarditis infecciosa
cientes en posoperatorio de resección transuretral El enterococo puede causar infecciones urinarias,
de próstata que recibieron antibióticos (cefotaxi- en especial en adultos varones con hipertrofia
me endovenoso) al tiempo de la remoción de la prostática, uropatía obstructiva o prostatitis. Hay

217
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

TABLA 15.1: Profilaxis antibiótica en procedimientos urológicos


Procedimiento Profilaxis Antibiótico de elección Antibiótico alternativo
BPT Siempre Fluoroquinolona Aminoglucósido
Cefalosporina de 2ª ó 3ª + metronidazol o
clindamicina
Cistografía, estudio Si hay factores de Fluoroquinolona Aminoglucósido ±
urodinámico o riesgo TMP/SMZ ampicilina
cistouretroscopia Cefalosporina de 1ª ó 2ª
Amoxicilina/clavulánico
Cistouretroscopia con Siempre Fluoroquinolona Aminoglucósido ±
manipulación (incluye TMP/SMZ ampicilina
RPT) Cefalosporina de 1ª ó 2ª
Amoxicilina/clavulánico
Braquiterapia prostática No (2)
Incierto (1) Cefalosporina de 1ª Clindamicina
Remoción de sonda Si hay factores de Fluoroquinolona Aminoglucósido ±
vesical riesgo TMP/SMZ ampicilina
Cefalosporina de 1ª ó 2ª
Amoxicilina/clavulánico
Litotripcia extracorpórea Siempre (1) Fluoroquinolona Aminoglucósido ±
TMP/SMZ ampicilina
Cefalosporina de 1ª ó 2ª
Amoxicilina/clavulánico
Solo en presencia de Cefalosporina de 2ª ó 3ª
stent y/o factores de TMP/SMZ Ampicilina/
riesgo (2) sulbactam
Cirugía renal percutánea Siempre Cefalosporina de 1ª ó 2ª
(nefrolitotomía) Aminoglucósido
+ metronidazol o
clindamicina
Ureteroscopia Siempre (1) Fluoroquinolona Aminoglucósido ±
TMP/SMZ ampicilina
Cefalosporina de 1ª ó 2ª
Amoxicilina/clavulánico
Sólo en presencia de Fluoroquinolona
stent y/o factores de Cefalosporina de 2ª ó 3ª
riesgo en litiasis distal TMP/SMZ
no complicada (2) Amp/sulbactam
BPT: biopsia prostática transrectal; RPT: resección prostática transuretral; TMX: trimetoprima-sulfametoxazol; 1) Recomendaciones de
la Asociación Americana de Urología. 2) Guías de la Asociación Europea de Urología 2008, disponibles en: http://www.uroweb.org/nc/
professional-resources/guidelines/online/

numerosos procedimientos urológicos invasivos antibióticos profilácticos para prevenir endocardi-


que pueden causar bacteriemia transitoria y, si tis en pacientes con trastornos cardíacos, excepto
bien hay casos de endocarditis infecciosa por en aquellos con válvulas protésicas, endocarditis
enterococo posterior a los mismos, estos han infecciosa previa, ciertos tipos de cardiopatías
sido muy pocos y anecdóticos. Por lo tanto, las congénitas o receptores de trasplante cardiaco
últimas recomendaciones ya no sugieren el uso de (Wilson, W y colaboradores).

218
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento

En los pacientes que tienen los trastornos de complicaciones o de falla terapéutica. En un


cardíacos mencionados, las infecciones urina- grado inicial del espectro pueden incluirse a las
rias enterocócicas deben ser tratadas en forma que ocurren en varones sanos y, con compleji-
agresiva con agentes activos contra enterococo, dad creciente, a las infecciones diagnosticadas
como penicilina, ampicilina, piperacilina o vanco- en personas diabéticas, con vejiga neurogénica
micina, debido a la eventual presencia de bacte- o en aquellas con litiasis renal. Se puede sub-
riemia intermitente. En estos pacientes como en dividir a las infecciones complicadas de acuer-
aquellos con cardiopatía previa, se recomienda do al mecanismo subyacente, a saber: las que
la erradicación del enterococo de la orina antes ocurren en presencia de una alteración urológica
de cualquier manipulación de la vía urinaria; si no estructural o funcional, las que se producen en
puede corroborarse la ausencia de colonización presencia de sonda, stent ureteral o cateterización
urinaria por enterococo antes del procedimiento, intermitente, o aquellas con uropatía obstructi-
la elección de algún antibiótico con actividad va de cualquier etiología, reflujo vésico-ureteral
antienterocócica (amoxicilina o ampicilina) es ra- o cualquier otra anormalidad funcional, injuria
zonable. Si se constata infección o colonización química o por radiación, infección en el período
previa por enterococo resistente a la vancomicina, posoperatorio, o complicada por alteración en
se recomienda la consulta con un especialista en la inmunidad del huésped, incluyendo pacientes
enfermedades infecciosas. con insuficiencia renal, con trasplante renal, o
portadores de diabetes mellitus o algún otro tipo
Principios de utilización de de inmunodeficiencia.
Si bien los agentes etiológicos de las infeccio-
antibióticos terapéuticos nes urinarias pueden tener variación geográfica,
Introducción Escherichia coli es por lejos la bacteria más aisla-
Las infecciones del tracto urinario son una causa da en las infecciones agudas. En ocasiones tam-
común de consulta, asociándose en ocasiones bién pueden aislarse otras enterobacterias como
con una significativa morbimortalidad. Con el fin Proteus mirabilis, Enterobacter spp., Klebsiella
de establecer pautas terapéuticas eficaces, es- spp., y enterococo y estreptococo del grupo B.
tas se clasifican en complicadas y no complica- En las infecciones complicadas, en especial si
das. Aunque esta definición puede variar según ha habido uso previo de antibióticos, se observa
los autores, en general se define a una infec- un aumento en la frecuencia de otros gérmenes
ción urinaria no complicada como la presencia Gram negativos, por lo general más resistentes,
de cistitis o pielonefritis en una mujer joven no como Proteus, Citrobacter, Enterobacter y Pseu-
embarazada, sin anormalidades anatómicas o domonas, y Gram positivos, como enterococos
funcionales del tracto urinario. También se pue- y estafilococos. A su vez, estos microorganis-
den incluir en este grupo a las infecciones de mos superan en frecuencia a E. coli en el caso
las mujeres posmenopáusicas en buen estado de las infecciones de origen nosocomial. Por su
de salud. Las infecciones urinarias complicadas parte, el Staphylococcus saprophyticus causa el
(Tabla 15.2) son aquellas que están asociadas a 5-10% de las cistitis agudas no complicadas en
condiciones que pueden incrementar el riesgo la mujer. En el 95% de los casos, las infecciones

TABLA 15.2: Alteraciones asociadas a infecciones del tracto urinario complicadas


Dependientes del tracto urinario Dependientes del huésped
Vejiga neurogénica Varones sanos
Presencia de litiasis renal u otra uropatía Otros inmunodeprimidos (neutropénicos, tratamiento
obstructiva de cualquier origen con inmunosupresores, etc.)
Presencia de sonda vesical, stent ureteral o Insuficientes renales crónicos
caterización intermitente Trasplantados de riñón
Injuria epitelial (química o por radiación) Diabéticos
Reflujo vésico-ureteral

219
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

urinarias son monomicrobianas; sin embargo, en en sangre o sistémicos de los antibióticos. Sin
las infecciones asociadas a obstrucción del tracto embargo, en general, diversos estudios dedi-
urinario y en pacientes con vejiga neurogénica cados a la respuesta terapéutica basada en la
no es raro encontrar más de un uropatógeno. El definición de sensibilidad o resistencia, según
hallazgo de gérmenes anaerobios es una rareza. los niveles antibióticos sistémicos, han podido
Las infecciones causadas por hongos, en parti- correlacionar que puede diferenciar entre éxito
cular por Candida albicans y otras especies, se o falla terapéutica, aunque esto fuera demostra-
observan en pacientes con sonda vesical que do solo para trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-
reciben tratamiento antibiótico. Es importante SMZ). Si bien puede ser difícil diferenciar por los
determinar la especie de Candida aislada en la aspectos clínicos de una infección urinaria si es
orina de un paciente con infección confirmada, alta o baja, se debe tener en cuenta que aun-
debido a la diferente frecuencia de sensibilidad que la concentración antibiótica en sangre no es
a antifúngicos, especialmente azoles, observada esencial para la erradicación bacteriana en las
en ellas. El patrón de resistencia antibiótica ob- infecciones bajas, si es importante en pacientes
servado en las bacterias causantes de infección con infecciones altas, con posible bacteriemia
urinaria tiene importante variabilidad de acuerdo y/o enfermedad parenquimatosa. En efecto, para
a la región, y si la infección es de origen nosoco- erradicar los microorganismos del riñón se necesi-
mial, de acuerdo a la presión antibiótica existente tan concentraciones de antibióticos por arriba de
en la institución. la CIM del microorganismo infectante a nivel del
En la mayoría de las infecciones urinarias, parénquima renal. Estudios en modelos animales
cuando se utiliza cualquiera de los antibióticos de pielonefritis sugieren que la concentración
disponibles, se obtiene un resultado clínicamente antibiótica intramedular es más importante que
satisfactorio. El antibiótico elegido debe ser aquel los niveles séricos y urinarios en el tratamiento
con la menor probabilidad de afectar la flora nor- de las infecciones urinarias altas.
mal gastrointestinal o vaginal (espectro más redu- En general, la correlación farmacodinámica en
cido) y con la menor toxicidad. En este sentido, las infecciones urinarias se corresponde con el
no hay evidencia científica de que un antibiótico tipo de acción general de cada antibiótico. Así,
bactericida sea superior a uno bacteriostático en en las quinolonas y los aminoglucósidos que tie-
el manejo de las infecciones urinarias. Por el con- nen actividad antimicrobiana dependiente de la
trario, en el caso de las infecciones recurrentes, concentración, el patrón farmacodinámico que
la administración de antibióticos definidos como mejor se relaciona con la respuesta terapéutica
bactericidas tendría una ventaja teórica potencial. es la relación pico sobre CIM o área bajo la cur-
Es importante conocer las propiedades farma- va de 24 horas sobre CIM del microorganismo
cocinéticas de los antibióticos para su adecuada aislado, aunque los aminoglucósidos son difíciles
utilización. En las dosis usadas comúnmente, de evaluar por su alta concentración a nivel de
algunos antibióticos utilizados en el tratamiento la corteza renal. Por otra parte, en el caso de los
de las infecciones urinarias no alcanzan niveles Elactámicos, se ha demostrado que su actividad
sanguíneos por arriba de la concentración inhi- se relaciona con el tiempo que la concentración
bitoria mínima (CIM) de la mayoría de los pató- del antibiótico se encuentra por encima de la CIM
genos urinarios. Se ha descrito la falta de corre- de la bacteria, comprobándose que para la erradi-
lación entre la respuesta de la bacteriuria y los cación bacteriológica en las infecciones bajas no
niveles sanguíneos del antibiótico administrado; complicadas se requiere un tiempo aproximado
en cambio, la desaparición de la bacteriuria sí superior a las 30 horas para lograr un tasa de
se ha relacionado con la concentración urinaria cura del 80-90%.
del antimicrobiano. La explicación está en que El efecto del antibiótico elegido sobre la flo-
estos antibióticos son excretados activamente ra fecal y vaginal también podría influenciar el
en la orina, y obtienen así una concentración resultado a largo plazo del tratamiento de las
mayor en ella que la observada a nivel sérico. Se infecciones urinarias. Aquellos agentes que afec-
debe tener en cuenta que los valores de corte tan a bacilos Gram negativos y no tienen efecto
para sensibilidad antibiótica no son ajustados a o lo tienen mínimamente sobre los anaerobios
las concentraciones urinarias sino a los niveles fecales y los microaerófilos vaginales como el

220
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento

Lactobacillus spp. son quizá los que más posi- insuficiencia renal). Algunas veces la persistencia
bilidades tienen de lograr la cura a largo plazo del microorganismo en el urocultivo puede repre-
en el caso de las infecciones bajas. Ejemplos de sentar contaminación de uretra o vagina; la forma
estos son TMP-SMZ y fluoroquinolonas; por el más práctica de descartar el origen del tracto
contrario, las aminopenicilinas y las cefalosporinas urinario (persistencia del germen en parénquima
pueden inhibir la flora anaeróbica o microaerófila renal, próstata, o litiasis infectada) de esta bacte-
fecal y vaginal, favoreciendo la reinfección del riuria de bajo grado es repetir el urocultivo luego
tracto urinario posterior al tratamiento. de finalizado el tratamiento. Si la bacteriuria es del
En pacientes con insuficiencia renal se deben tracto urinario, se aislará el mismo germen, segu-
modificar las dosis de los agentes que se excretan ramente en alto recuento bacteriano. La recaída
en particular por riñón. En ellos, el riñón podría bacteriológica relacionada al episodio tratado de
no ser capaz de concentrar el antibiótico en la infección ocurre en una a dos semanas de haber
orina, dificultando la erradicación de la bacte- finalizado el antibiótico, se detecta crecimiento del
riuria. Este es un factor descrito, por ejemplo, mismo microorganismo, y suele estar relacionado
en la falla terapéutica observada en ocasiones con anomalías estructurales del tracto urinario o
con aminoglucósicos en el tratamiento de una con prostatitis crónica. La recaída tiene que ver
infección urinaria. Además, niveles elevados de con persistencia del microorganismo infectante
magnesio y calcio, así como un bajo pH urinario, en el tracto urinario durante el tratamiento. Al-
aumentan la CIM de los aminoglucósidos para gunas veces es difícil diferenciar una recaída de
los bacilos Gram negativos por encima de los una reinfección, aun habiendo aislado el mismo
niveles urinarios alcanzables en pacientes con microorganismo. Cuando la bacteriuria reapare-
falla renal. En general, penicilinas, cefalospori- ce dentro de la primera semana de concluido el
nas y fluoroquinolonas logran niveles adecuados tratamiento, se debe sobre todo a una recaída.
en orina a pesar de la disminución de la función Además del tratamiento de soporte que el
renal, y deben ser consideradas de elección en paciente con infección urinaria puede requerir
estas situaciones. de acuerdo a la severidad del cuadro y la admi-
La respuesta terapéutica en los pacientes que nistración de antibióticos, el control del proceso
reciben tratamiento para una infección urinaria infeccioso puede hacer necesario el drenaje del
puede ser clasificada en cuatro tipos: cura, per- foco en caso de existir una urosepsis, en pre-
sistencia, recaída y reinfección. El recuento bac- sencia de obstrucción de la vía urinaria (pione-
teriano cuantitativo en orina debe disminuir dentro frosis). Este drenaje puede hacerse por vía per-
de las 48 horas de iniciado el antibiótico. Si esto cutánea, por drenaje quirúrgico y eventualmente,
no sucede, se ha demostrado que el tratamiento por nefrectomía. También puede ser necesario
tendrá pocas posibilidades de ser exitoso. Sin em- indicar tratamiento quirúrgico en otros procesos
bargo, hay que recordar que muchas infecciones infecciosos renales como abscesos perinéfricos
urinarias son autolimitadas y que en ocasiones o intrarrenales, pielonefritis enfisematosa y pie-
desaparecen los síntomas sin haber efectuado lonefritis xantogranulomatosa.
un tratamiento efectivo. La cura bacteriológica
es definida como la presencia de un urocultivo Tratamiento antibiótico específico
negativo en el período de seguimiento (por lo El uso de monoterapia antibiótica es apropiado
general en una a dos semanas) y desaparición en las infecciones urinarias leves y moderadas.
de los síntomas. En cambio, la persistencia bac- Las opciones posibles incluyen TMP-SMZ, cipro-
teriológica es la presencia del mismo germen en floxacina, aminopenicilina/inhibidor de Elactamasa,
un urocultivo realizado más allá de las 48 horas algún aminoglucósido o aztreonam. Para poder
de tratamiento, aunque sea en un bajo recuen- elegir de manera adecuada se deben conocer las
to bacteriano. Esto ocurre cuando los niveles tasas locales de resistencia, en especial en refe-
del antimicrobiano están por debajo de la CIM rencia a las tres primeras opciones. En infecciones
del organismo; puede suceder por resistencia severas, sobre todo si hay signos de inestabilidad
bacteriana, o por menor concentración urinaria hemodinámica, se recomienda la administración
del agente (dosis insuficiente, pobre absorción de un Elactámico o ciprofloxacina en combina-
intestinal, o falta de excreción renal en el caso de ción con un aminoglucósido por vía parenteral.

221
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

Dentro de los Elactámicos se puede elegir entre hay que tener en cuenta que en un estudio, 13%
cefalosporinas de tercera o cuarta generación o de los pacientes admitidos con pielonefritis aguda
piperacilina/tazobactam, o bien el monobactam tuvieron fiebre más allá de las 72 horas, sin que
aztreonam o algunos de los carbapenemes de se pudieran detectar complicaciones subyacen-
amplio espectro (imipenem, meropenem y dori- tes (Behr y col.). En este estudio, el aumento
penem). Hay que tener en cuenta antes de elegir de los niveles de creatinina en forma basal se
el esquema de tratamiento, los factores de riesgo asoció con una mayor duración de la fiebre. Ade-
para padecer una infección urinaria complicada más, la presencia de bacteriemia en pacientes
o no, causada por gérmenes resistentes. Entre con infección urinaria se ha asociado a duración
estos factores se reconocen: a) adquisición de la más prolongada de la fiebre, mayor necesidad de
infección en el ámbito nosocomial; b) realización antibióticos endovenosos y prolongación de la
previa de una instrumentación del tracto urinario; hospitalización. Se ha comprobado que la tasa
c) uso previo de antibióticos; y d) presencia de de recurrencia de infección urinaria dentro de
sondaje vesical a largo plazo. En caso de elegir los seis meses se asocia con la presencia de
una cefalosporina, se debería indicar alguna con bacteriemia por enterobacterias no E. coli, hidro-
actividad antipseudomónica como ceftazidima o nefrosis, litiasis renal, menor duración de trata-
cefepime; si hay sospecha de infección entero- miento antibiótico, y sexo masculino (Hsi y col.).
cócica por la tinción de Gram del urocultivo o por En el tratamiento de las pielonefritis agudas que
cultivos previos del paciente, tener en cuenta que requieren antibióticos endovenosos, el cambio a
las cefalosporinas, las quinolonas y el aztreonam la vía oral ha sido estudiado en estudios clínicos
no son activos y que, de utilizarlos, debe agre- aleatorizados, la mayoría de ellos en niños. En
garse ampicilina o glicopéptidos (vancomicina o seis estudios analizados no se ha encontrado
teicoplanina) en pacientes alérgicos a Elactámicos. diferencias en cuanto a la incidencia de cicatrices
En general, piperacilina e imipenem tienen buena renales, erradicación microbiológica, ni a la cura
actividad contra Enterococcus faecalis y pueden clínica o tasa de reinfección cuando se sigue este
ser indicados cuando se aísla este germen en procedimiento (Voulomanou, E y colaboradores).
presencia de otros Gram negativos sensibles;
sin embargo, si la infección es monomicrobiana Agentes antibacterianos de uso
y la cepa aislada es sensible a la ampicilina, esta
será la droga de elección.
habitual en infecciones urinarias
La ventaja teórica asociada al agregado de
Aminopenicilinas y su combinación con
un aminoglucósido en las infecciones urinarias
inhibidores de Elactamasas
severas está relacionada a la ampliación del es-
pectro de actividad, a la reducción de la posibi- Las aminopenicilinas ampicilina y amoxicilina tie-
lidad de desarrollo de resistencia y a un posible nen espectro mayor de actividad que la penicilina.
sinergismo con Elactámicos, aunque en general Tienen actividad contra estreptotococos y entero-
esto no ha sido comprobado clínicamente. Por cocos, Haemophilus influenzae, H. parainfluenzae,
los mismos motivos, en presencia de una infec- Listeria, E. coli, P. mirabilis, Salmonella y Shigella
ción asociada a bacteriemia, la asociación de un spp. Sin embargo, un importante número de estos
aminoglucósido está quizá justificada. gérmenes se ha hecho resistente. Las aminopeni-
En la pielonefritis, la respuesta al tratamiento cilinas son muy sensibles a las Elactamasas, cada
con desaparición de la fiebre ocurre normalmente vez más comunes entre las enterobacterias. Este
dentro de las 72 horas. Si el paciente persis- mecanismo de resistencia se puede compensar
te febril deben realizarse estudios para descar- en algunas ocasiones con la combinación de la
tar causas que justifiquen la falta de respuesta aminopenicilina con el inhibidor de Elactamasa,
terapéutica. Entre estas hay que considerar la en los preparados comercialmente disponibles
presencia de obstrucción del tracto urinario, el amoxicilina/clavulánico y ampicilina/sulbactam.
desarrollo de abscesos intrarrenales o perirrena- Las penicilinas en general son excretadas en
les, o bien una concentración renal insuficiente la orina por las células tubulares renales; la dosis
del antibiótico en pacientes con disminución del debe modificarse sólo con clearance de creatinina
clearance de creatinina. Sin embargo, también menor de 20 mL/min. Las penicilinas alcanzan

222
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento

alta concentración en tejido renal, con niveles las infecciones urinarias no complicadas, aunque
mayores que los alcanzados en suero. Las con- son menos efectivas que TMX y fluoroquinolonas.
centraciones urinarias también son elevadas, aun Ceftriaxona ha demostrado ser efectiva en en-
en presencia de insuficiencia renal moderada, sayos clínicos de infecciones urinarias complica-
aunque con clearance de creatinina menor de das en adultos, aunque demostró ser menos efec-
10 mL/min los niveles en orina pueden ser me- tiva para enterobacterias productoras de BLEE
nores a los séricos. Por otra parte, como todo (E. coli, Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis)
E-lactámico, la penetración en tejido prostático que para aquellas causadas por no productoras
es mínima en ausencia de inflamación. También de BLEE. No deben administrarse cefalosporinas
se ha demostrado baja concentración prostática en el tratamiento de pielonefritis causadas por
para ampicilina/sulbactam. Dentro de las amino- cepas productoras de BLEE.
penicilinas, cuando se pueden administrar por vía Las cefalosporinas de primera generación por
oral, se prefiere a la amoxicilina (dosis de hasta 2 vía parenteral (cefalotina y cefazolina) son indi-
g/día, en dos o tres veces) por su mejor biodispo- cadas en particular para el tratamiento de infec-
nibilidad. La utilidad de estas drogas en el manejo ciones estafilocócicas. En Argentina, estas son
de las infecciones urinarias ha disminuido en los drogas de elección para infecciones causadas por
últimos años debido al aumento en las tasas de S. aureus meticilino-sensible, como pudiera ser un
resistencia en las enterobacterias. Sin embargo, absceso renal secundario a siembra hematógena.
continúan siendo las drogas de elección para Las cefalosporinas de segunda generación como
infecciones causadas por enterococos sensibles. cefuroxima presentan una marcada mejoría en su
actividad in vitro contra gérmenes Gram negativos
Ureidopenicilinas y mantienen su actividad contra estafilococos.
Las ureidopenicilinas como la piperacilina se uti- Las cefalosporinas de tercera generación tienen
lizan en infecciones urinarias por enterobacterias buena actividad contra Gram negativos sensibles
resistentes, en especial P. aeruginosa. Es de tener y menor actividad contra Gram positivos; dentro
en cuenta que la piperacilina tiene actividad anti- de este grupo se identifican aquellas con actividad
enterocócica similar a la ampicilina, a diferencia de contra Pseudomonas (ceftazidima o cefopera-
las carboxipenicilinas (p. ej., ticarcilina). Por otra zona). Las cefalosporinas de cuarta generación
parte, piperacilina no se comercializa en Argentina incluyen a cefepime y cefpirome, que a diferencia
sino en combinación con el inhibidor de Elacta- de las de tercera generación son más estables
masa tazobactam. Su dosis debe ser modifica- en presencia de cepas productoras de BLEE y
da en presencia de insuficiencia renal moderada tienen mejor actividad contra Gram positivos.
a severa. Estudios clínicos han demostrado su Estudios clínicos que utilizaron diversas ce-
eficacia en el tratamiento de infecciones com- falosporinas (cefadroxilo, ceftibuten), en pacien-
plicadas y es una droga con amplia experiencia tes con pielonefritis aguda, mostraron en general
clínica que puede ser utilizada empíricamente en tasas de curación similares al brazo compara-
cuadros de urosepsis. Su penetración en tejido dor (norfloxacina); sin embargo, varios de estos
prostático también es deficiente en ausencia de estudios mostraron una tasa significativamente
inflamación. mayor de recaídas durante el seguimiento. Debido
a su eficacia y datos de seguridad, las cefalos-
Cefalosporinas porinas son consideradas drogas de elección en
La mayoría de las cefalosporinas son eliminadas pacientes embarazadas con pielonefritis aguda
por el riñón, sobre todo por secreción tubular. que requieran tratamiento parenteral.
En presencia de distintos grados de insuficien-
cia renal se requiere reducción de la dosis y la Carbapenemes
prolongación de los intervalos para la mayoría de Los carbapenemes son antibióticos de amplio
ellas. Asimismo, las cefalosporinas eliminadas por espectro con actividad contra gérmenes Gram
vía renal también son removidas durante hemo- positivos y Gram negativos, incluyendo anae-
diálisis en un porcentaje variable (20-50%). Las robios. Se utilizan en el tratamiento de las in-
cefalosporinas de primera generación (cefalexina fecciones urinarias producidas por flora mixta o
y cefadroxilo) son efectivas en el tratamiento de por gérmenes resistentes, o en situaciones que

223
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

ponen en riesgo la vida, como urosepsis. Los beneficios comparados con estas drogas inclu-
carbapenemes disponibles en la actualidad son yen su menor tasa de convulsiones y una menor
imipenem, meropenem, doripenem y ertapenem; probabilidad de desarrollo de resistencia en P.
todos ellos son administrados por vía parenteral, aeruginosa. Ha demostrado su no inferioridad
los tres primeros sólo por vía endovenosa, mien- en un ensayo clínico aleatorizado y doble ciego,
tras que el último también puede administrarse con respecto a levofloxacina, en pacientes con
por vía intramuscular. Imipenem es coformulado infecciones complicadas del tracto urinario, in-
con cilastatin, que inhibe la dehidropeptidasa cluyendo pielonefritis.
renal-1, protegiendo al imipenem de su destruc-
ción y prolongando su vida media, manteniendo Aminoglucósidos
concentraciones urinarias terapéuticas adecuadas Actúan uniéndose a una región específica de la
y previniendo su nefrotoxicidad. Todos los car- subunidad 30S del ribosoma de células procario-
bapenemes son eliminados por riñón y su dosis tas, encargada de decodificar el ARN mensajero.
debe ajustarse en presencia de deterioro de la Esta unión es reversible e indispensable para la
función renal. El imipenem debe administrarse actividad antimicrobiana de los aminoglucósidos.
cada seis a ocho horas, mientras que merope- Al afectar la síntesis proteica, los aminoglucósidos
nem y doripenem se dosan cada ocho horas y deberían ser bacteriostáticos como otros que
ertapenem cada 24 horas. actúan de forma similar, sin embargo, un efecto
Los carbapenemes son importantes en el tra- permanente sobre la permeabilidad de la mem-
tamiento de las infecciones urinarias complicadas brana celular explicaría la actividad bactericida
causadas por bacilos Gram negativos resistentes; observada en ellos. El espectro de actividad de
estas drogas son estables en presencia de la ma- los aminoglucósidos incluye una gran variedad
yoría de las Elactamasas, incluyendo las AmpC y de bacilos Gram negativos aerobios, incluyendo
las de espectro extendido (BLEE). La resistencia enterobacterias, P. aeruginosa y Haemophillus
a carbapenemes puede ocurrir por alteración de influenzae; por sí solos no son activos contra
la PBP, por adquición de metalo-E-lactamasas o Gram positivos ni anaerobios.
cuando se altera la permeabilidad a los mismos La actividad de los aminoglucósidos es depen-
(pérdida de poros de membrana específicos). Es diente de la concentración (relación pico sobre
importante resaltar que el espectro de actividad CIM), lo que ha permitido comprobar su efectivi-
de ertapenem es más limitado que el de mero- dad al ser administrado en una única dosis diaria.
penem, imipenem y doripenem, dado que no es Con esta forma de administración se alcanzan
activo contra P. aeruginosa, Acinetobacter bau- altos niveles de concentración máxima de la dro-
manii y E. faecalis. Ninguno de los carbapenemes ga, lo qur ha estado asociado a una menor tasa
es activo contra S. aureus meticilino resistente, de nefrotoxicidad. En estos casos la droga debe
Enterococcus faecium, Stenotrophomonas mal- infundirse en 30 a 60 minutos. La concentración
tophilia y Burkholderia cepacia. Meropenem es urinaria alcanzada por los aminoglucósidos es sig-
ligeramente más activo que imipenem contra P. nificativamente superior a los niveles plasmáticos
aeruginosa, siendo este más eficaz contra gér- luego de la primera hora posterior a su adminis-
menes Gram positivos. tración, manteniendo altos niveles por varios días
Estudios clínicos aleatorizados y doble ciego debido a la absorción y posterior liberación a nivel
han demostrado la utilidad de imipenem/cilasta- tubular. La fase de eliminación de los aminoglu-
tin, meropenem y ertapenem en el tratamiento de cósidos depende de la tasa de filtración glome-
infecciones urinarias complicadas y/o pielonefri- rular, por lo que se debe monitorear la función
tis. Imipenem y meropenem han demostrado ser renal en forma frecuente. Si es indispensable su
eficaces en el tratamiento de infecciones severas administración, se deben modificar las dosis de
causadas por enterobacterias productoras de acuerdo al clearance de creatinina. La tasa de
BLEE y Elactamasa AmpC y son consideradas nefrotoxicidad ocasionada por aminoglucósidos
drogas de elección en estas infecciones. varía de un 5 a un 25% en la mayoría de los repor-
Doripenem es el último antibiótico aprobado tes; está significativamente influenciada por otros
de este grupo; su espectro de actividad es similar factores como la edad avanzada, el uso de otras
al de imipenem y meropenem. Sus potenciales drogas nefrotóxicas (furosemida, vancomicina,

224
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento

cefalosporinas, anfotericina B, etc.), depleción de grupo B. Por otra parte, cepas del género Proteus,
volumen e hipotensión, disfunción hepática, uso Providencia, Serratia, Morganella, Pseudomonas
de agentes de contraste endovenoso y enferme- y Acinetobacter son casi siempre resistentes. La
dad renal previa. Esta nefrotoxicidad también se dosis habitual es 100 mg cuatro veces por día, se
relaciona con la dosis, la frecuencia, y la duración elimina por riñón y sus niveles séricos son bajos
de la administración de los mismos. Si no existen o indetectables. Alcanza una alta concentración
otras noxas para el riñón, la nefrotoxicidad por urinaria pero no penetra adecuadamente en tejido
aminoglucósidos es reversible. ni secreciones prostáticas.
Los aminoglucósidos son de uso parenteral En general, la nitrofurantoína se utiliza en el
solamente y tienen una ventana terapéutica es- tratamiento de las infecciones bajas no compli-
trecha, por lo que su indicación debe ser precisa. cadas y como profilaxis de la infección urinaria
En la mayoría de las indicaciones se utilizan en baja recurrente. El uso de tratamiento de tres
combinación con otros antibióticos (en especial días con nitrofurantoína en las cistitis agudas
Elactámicos), excepto en las infecciones urinarias no complicadas fue menos eficaz que TMP-SMZ
en las que pueden administrarse solos. La estrep- en la tasa de cura, erradicación y recaída; por
tomicina es una de las primeras de esta clase y se lo tanto, en esta situación se recomienda su ad-
utiliza solo para el tratamiento de la tuberculosis ministración por siete días. La nitrofurantoína ha
o de brucelosis. Hay incremento preocupante en demostrado ser un agente atractivo como profi-
las tasas de resistencia de las enterobacterias laxis de cistitis recurrente, en especial en mujeres
para la mayoría de los aminoglucósidos, siendo la posmenopáusicas. Se administra en dosis de 50
droga más efectiva en la actualidad la amikacina. a 100 mg una vez por la noche; en general, los
El agregado de un aminoglucósido (tobramicina) niveles de resistencia no se han modificado de
a una cefalosporina de tercera generación (cefo- manera sustancial a través de los años. También
taxima) no mejoró las tasas de cura de la cefa- demostró ser efectiva en pacientes con infeccio-
losporina sola en estudios clínicos que incluyeron nes asociadas a las relaciones sexuales, en una
mujeres con pielonefritis aguda. única dosis luego de las mismas. En cambio, el
uso crónico de nitrofurantoína no demostró ningún
Tetraciclinas beneficio en pacientes con sondaje permanente o
Las tetraciclinas en general, con la posible ex- intermitente y no debe utilizarse por tiempo pro-
cepción de clortetraciclina y minociclina, pueden longado en esta población por seleccionar cepas
alcanzar niveles terapéuticos adecuados en ori- resistentes. Si bien es muy bien tolerado, no se
na como para tratar efectivamente infecciones puede administrar en presencia de insuficiencia
urinarias causadas por gérmenes sensibles. Las renal y, aunque raro, puede desencadenar un
tetraciclinas son consideradas drogas con po- cuadro grave de fibrosis pulmonar descamati-
bre distribución tisular, incluyendo el riñón. Sin va de presentación aguda, subaguda o crónica.
embargo minociclina, al ser más lipofílica tiene
excelente concentración prostática, a diferencia Trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-SMZ) o
de tetraciclina y doxiciclina. cotrimoxazol
El tratamiento de las infecciones urinarias es la
Nitrofurantoína principal indicación actual del TMP-SMZ, que
La actividad antibacteriana de la nitrofurantoí- también puede utilizarse para la profilaxis por
na está limitada al tracto urinario bajo por sus tiempo prolongado en casos de cistitis recu-
bajas concentraciones séricas. De hecho, los rrente. La tasa de resistencia local de cepas E.
valores de corte de susceptibilidad se basan en coli a TMP-SMZ varía de país a país e incluso
la concentración urinaria de esta droga y no en de región a región. Por lo tanto, se recomienda
la sérica. Nitrofurantoína es activa in vitro con- no utilizarlo en el tratamiento empírico de las
tra E. coli, Citrobacter spp. y una proporción cistitis o pielonefritis agudas cuando las tasas
variable de Klebsiella spp. y Enterobacter spp. de resistencia en esa área sea superior al 10-
También posee actividad contra cocos Gram po- 20% de las cepas aisladas. En las infecciones
sitivos como estafilococo, enterococo (incluyendo complicadas, este antibiótico sólo debe utilizarse
cepas vancomicino-resistentes) y estreptococo cuando se disponga del patrón de sensibilidad,

225
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

confirmando que la cepa infectante es sensible infecciones del tracto respiratorio; sin embargo,
a él. Hay que tener en cuenta que si bien TMP- debido a su alta excreción renal y a su buena
SMZ es en general bien tolerado, puede provocar concentración en tejido prostático, también puede
reacciones adversas severas como síndrome de utilizarse en las infecciones urinarias. Del grupo
Lyell o Stenvens-Johnson. 4 sólo se comercializa la moxifloxacina; la trova-
TMP-SMZ penetra en el tejido renal y 60-80% floxacina ha sido retirada del mercado debido a
de la droga aparece en orina a través de secreción efectos hepatotóxicos severos. La excreción uri-
tubular. La concentración urinaria de TMP-SMZ es naria de la moxifloxacina es de aproximadamente
por lo general mayor que la CIM de los patógenos un 20%, por lo que no debe utilizarse de rutina
urinarios. Debido a que TMP-SMZ se acumula en en el tratamiento de las infecciones urinarias. Las
las secreciones prostáticas alcanzando niveles fluoroquinolonas alcanzan altas concentraciones
dos a tres veces más altos que los de suero, es de droga en tejido prostático; por esto, se con-
un agente útil para el tratamiento de las prostatitis sideran drogas de primera elección para el tra-
agudas y crónicas. tamiento de las prostatitis agudas y crónicas. En
La dosis habitual en adultos es de una tableta estudios clínicos de prostatitis han logrado tasas
formulación fuerte (160/800 mg) vía oral cada 12 de erradicación entre un 60 y 86%, de acuerdo
horas. La dosis pediátrica es de 150-185 mg/m2 a la extensión del seguimiento de los pacientes.
de trimetoprima. Su dosis debe modificarse en Las fallas son más comunes en pacientes con
pacientes con clearance de creatinina menor a gérmenes menos sensibles como P. aeruginosa
30 mL/min: la mitad de dosis cuando el clearan- y enterococo.
ce es de 15 a 30 mL/min, y no se recomienda La norfloxacina no alcanza niveles séricos ade-
su administración cuando es menor de 15 mL/ cuados para tratar a la mayoría de los patógenos
min. El TMP-SMZ ha demostrado ser efectivo urinarios en caso de que estén causando bacte-
en la prevención de infecciones recurrentes en riemias. Si bien esta droga había mostrado cierta
adultos en dosis bajas (media a una tableta por efectividad en pacientes con pielonefritis aguda
noche o cada dos noches). Esta dosificación ha no complicada, un estudio aleatorizado demostró
sido utilizada en niños con reflujo vesicoureteral; que la norfloxacina fue inferior a aztreonam en el
también fue utilizada con éxito en forma poscoital. tratamiento de pielonefritis aguda. Por lo tanto, no
se recomienda la administración en pacientes con
Fluoroquinolonas pielonefritis aguda y/o infecciones complicadas.
Se clasifican en varios grupos de acuerdo a su ac- La levofloxacina es una opción en pacientes
tividad e indicaciones. En el grupo 1 se encuentra con infecciones urinarias. Recientemente, esta
la norfloxacina, sólo disponible en forma oral, con fluoroquinolona, en dosis de 750 mg por día, de-
indicaciones limitadas prácticamente a las infec- mostró en un ensayo clínico aleatorizado, doble
ciones urinarias bajas. Las del grupo 2 incluyen ciego de pacientes con infecciones complicadas o
aquellas con indicaciones de uso sistémico (cipro- pielonefritis aguda, que no es inferior comparado
floxacina y ofloxacina en Argentina; enoxacina y con ciprofloxacina, ambas administradas por 10
lomefloxacina también en otros países), exhibiendo días (Peterson, A y colaboradores).
buena actividad in vitro contra enterobacterias y Con respecto a la duración del tratamiento de
H. influenzae; su actividad contra P. aeruginosa las pielonefritis no complicadas hay una tendencia
es variable, siendo la ciprofloxacina la más activa a utilizar tratamientos más cortos con fluoroqui-
de este grupo. En el grupo 3 (levofloxacina) y el 4 nolonas. En el año 2000, Talan y col. demostraron
(moxifloxacina en Argentina, gatifloxacina también que un curso de siete días de tratamiento con
en otros países) se encuentran aquellas con ma- ciprofloxacina (500 mg vía oral cada 12 horas,
yor actividad contra Gram positivos y patógenos con o sin 400 mg IV inicialmente) fue superior
atípicos; las de este grupo tienen además activi- en cuanto a la tasa de cura clínica, a 14 días de
dad antianaeróbica. La principal diferencia en el TMP-SMZ (800/160 mg vía oral cada 12 horas,
espectro de actividad entre las del grupo 3 y del 4 con o sin 1 g de ceftriaxona IV inicialmente) en
se refiere a su actividad contra los gérmenes Gram mujeres con pielonefritis aguda no complicada,
positivos: estafilococo, enterococo y neumococo. aunque en el estudio, un importante porcentaje
La mayor indicación de la levofloxacina es para de cepas de E. coli aisladas eran resistentes a

226
Capítulo 15: Empleo de antibióticos en Urología: profilaxis y tratamiento

TMP-SMZ en este último brazo de tratamien- membrana celular de los gérmenes Gram po-
to. En la actualidad (año 2009), se lleva a cabo sitivos en un proceso dependiente de calcio,
un estudio aleatorizado de 7 versus 14 días de provocando la pérdida del potasio intracelular
tratamiento de pacientes de ambos sexos con y llevando a la despolarización de la membrana
infección urinaria febril (van Nieuwkoop, C y col). y muerte celular. Este antibiótico se administra
Hasta no tener los resultados de este y otros por vía endovenosa y tiene espectro similar a los
estudios, no se pueden recomendar aún trata- glicopéptidos, siendo activo contra la mayoría de
mientos de siete días para pielonefritis aguda en las bacterias con menor sensibilidad a los mismos,
forma rutinaria. incluyendo enterococos resistentes a la vanco-
La formulación de liberación prolongada de micina y cepas GISA y hGISA. Su dosis debe ser
ciprofloxacina (500 mg una vez por día) demos- ajustada en presencia de insuficiencia renal con
tró ser tan eficaz como la dosis habitual (250 mg clearance de creatinina menor a 30 mL/min. No
dos veces por día) administrada por tres días hay demasiada experiencia clínica con el uso de
en pacientes con cistitis agudas. Las guías de daptomicina para el tratamiento de infecciones
tratamiento recomiendan a las fluoroquinolonas urinarias; ha sido utilizado satisfactoriamente, sin
como primera opción si las tasas de resistencia a embargo, en pacientes con infecciones causadas
TMP-SMZ en E. coli son > 20% en la comunidad por enterococos resistentes a la vancomicina.
donde se trabaje. Para el tratamiento de las cistitis
agudas no complicadas, debido a su excreción Oxazolidinonas
urinaria (excepto las nombradas más arriba), las Este grupo incluye por el momento sólo a li-
dosis de las fluoroquinolonas suelen ser más bajas nezolida, que puede ser administrada por vía
que las comúnmente utilizadas para otras pato- parenteral u oral. Debido a su espectro limitado
logías. Estas drogas (norfloxacina, 200 mg por a gérmenes Gram positivos y a su elevado costo,
día, ofloxacina 100 mg por día y ciprofloxacina su utilización en las infecciones urinarias está
125 mg después del coito) también se han estu- prácticamente limitada a aquellas causadas por
diado en pacientes con infecciones recurrentes gérmenes multirresistentes, como enterococo
y demostraron ser efectivas como profilácticas. resistente a la vancomicina.
Sin embargo, se prefiere a TMP-SMZ o nitrofu-
rantoína para esta indicación dado el costo, la Bibliografía
selección de cepas de gérmenes resistentes y el
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227
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

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228
ÍNDICE

Symbols C
1,3-b-D glucano 150 calcitriol 18
cancidas 151
A Candida albicans 61, 81, 147, 220
Candida glabrata 148
absceso/s Candida parapsilosis 148
perirrenal 174 Candida trachomatis 88
prostáticos 93 candidemia 150
renales 142, 170 candiduria 147
ácido caspofungina 152
acetohidroxámico (AHA) 196 catéteres impregnados 134
ascórbico 196 cateterización intermitente 132, 206
clavulánico 214 cateterización suprapúbica 132
dimercaptosuccínico (DMSA) 46 cateterización vesical 42
Acinetobacter spp 27 cefaclor 47
actividad antibacteriana 28 cefadroxilo 47, 223
adherencia bacteriana 23 cefalexina 47, 223
adhesinas 26 cefalosporinas de segunda generación 214
adhesión bacteriana 112 cefalotina 223
aldosterona 17 cefazolina 223
alfuzosina 93 cefixime 47, 74
amikacina 225 cefotaxima 47, 75, 161
aminoglucósidos 214 ceftazidime 161
amoxicilina 214, 223 ceftibuten 223
ampicilina 82, 162, 214 ceftriaxona 47, 75, 161, 223
-sulbactam 75 célula xantomatosa 177
anidalafungina 152 centellograma renal 46, 71
arándanos 76, 109, 209 cepas uropatogénicas (UPEC) 23
asa de Henle 16 cetoacidosis 142
aztreonam 221 Chlamydia trachomatis 141
cicatrices renales 41
B cintas reactivas 65
ciprofloxacina 74, 75, 82, 93, 216, 226
bacteriuria 65
circuncisión 38
asintomática 23, 24, 37, 59, 72, 101, 122, 205
cistitis 21, 37, 60
significativa 37, 65
aguda 64, 72, 101
biofilm 38, 125
enfisematosa 167
biopsia prostática transrectal 216
recurrente 75
bola fúngica 142, 148
cistografía 214
braquiterapia prostática 216
cistopatía diabética 140
brucelosis 97
cistouretrografia
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

miccional 44, 51 gadolinio 72, 192


cistouretrografía Gardnerella vaginalis 61
radioisotópica 51 gatifloxacina 226
cistouretroscopia glicocálices 126
con manipulación 215 glicopéptidos 227
simple 214 glomérulo 15, 16
citomegalovirus 115
cloruro de amonio 196 H
comunidad bacteriana intracelular 25, 32, 63
Corynebacterium urealyticum 81, 88 hemolisina 26
hidronefrosis fetal 49
D hidronefrosis infectada 175
hidronefrosis prenatal 49
diabetes gestacional 102 hipertrofia prostática 80
diabetes mellitus 139, 157 hormona antidiurética 17
diagnóstico prenatal 43, 49 hormona paratiroidea 17
dilatación de la vía excretora 44
disfunción miccional 157 I
disreflexia autonómica 207
disuria 81 imipenem 222
doble vía excretora 55 infecciones urinarias 38, 63
doripenem 222 infección urinaria recurrente 37
infección urinaria sintomática 122
E inmunidad humoral 30
inmunidad mediada por células 30
eicosanoides 17 insuficiencia renal 111, 157
embarazo 62, 101 interferencia bacteriana 134
enfermedades de transmisión sexual 84 islas asociadas de patogenicidad (PAIs) 23
enfermedad poliquística renal 112
Enterobacter 60 K
Enterococcus faecalis 60, 62, 217
equinocandinas 162 Klebsiella pneumoniae 27, 60, 62, 81
eritropoyetina 18
Escherichia coli 21, 41, 60, 61, 209 L
espasticidad muscular 207
espermicidas 21, 62 Lactobacillus 39, 40, 62
estenosis de la unión pieloureteral 53 lactoferrina 29
esterasas de leucocitos 65 lesión medular 204
estrógenos intravaginales 76 leucocituria 65
estrógenos vaginales 144 levofloxacina 74, 93, 217, 226
extracto de arándanos 144 lipoglicopéptidos 227
Listeria monocytogenes 117
F litiasis renal 187
litotricia extracorpórea 194, 198, 216, 217
factores de virulencia 23
factor prostático antibacteriano 80 M
farmacocinética 220
farmacodinámica 220 Malacoplasia 183
fascia de Gerota 15 megauréter obstructivo 50, 54
fenotipos planctónicos 126 meropenem 222
filtración glomerular 17 moxifloxacina 226
fimbrias o pilis 23 mucopolisacárido (GAG) de superficie 29
fimbrias P 26 Mycoplasma hominis 61
finasteride 90
fluconazol 120, 151, 162 N
fluido prostático 91 necrosis papilar renal 69, 140, 142
fluoroquinolonas 214 nefritis bacteriana focal 165
fosfotriamida 196 nefritis intersticial 69
nefrolitotomía 217
G nefrolitotomía anatrófica 197

230
Índice analítico

nefrolitotomía percutánea 197 Q


nefrona 16
nefronia aguda focal 112, 165 quimiolisis por lavado 10, 197
nefropatía diabética 140 quinolonas 161
nefrostomía percutánea 162 quiste renal infectado 177
neoplasia necrotizante 172 quorum sensing (QS) 126
nitritos 65
nitrofurantoína 47, 48, 75, 82, 225 R
Nocardia 117
norfloxacina 74, 75 recaídas 60
recaídas o persistencia bacteriana 32
O receptor CD46 31
reflujo vesicoureteral 31, 39, 43, 50
ofloxacina 226 reinfecciones 32, 60
orquitis bacterianas 96, 97 renina 18
oxazolidinonas 227 resección prostática transuretral 215
resistencia antimicrobiana 22
P respuesta inflamatoria sistémica 157

papilitis necrotizante 167 S


patotipo 23
péptidos antimicrobianos naturales (AMPs) 30 Salmonella 22
persistencia bacteriana 60 secreciones prostáticas 80
pielografía endovenosa diurética 53 shock séptico 159
pielolitotomía 197 sideróforos 27
pielonefritis 21, 22, 30, 60, 101 síndrome de dificultad respiratoria aguda 103
aguda 38, 40, 41, 44, 46, 63, 66, 74 Staphylococcus
crónica 63, 67 aureus 22, 27, 61, 170
enfisematosa 142, 167 epidermidis 27
hemorrágica 70 saprophyticus 27, 60
xantogranulomatosa 142, 177 stents ureterales 122
pionefrosis 149, 175 Streptococcus
piperacilina-tazobactam 75, 222 agalactiae (GBS) 102
pirámides de Malpighi 15 grupo B 60
piuria estéril 181 sulbactam 214
Pneumocystis jiroveci 117
Pneumocystis mirabilis 27 T
PPMT/two glasses 89
preeclampsia 103 tamsulosina 93
presión oncótica 17 terapéutica de supresión 108
profilaxis terazosina 93
antibiótica 55, 214 test de los cuatro vasos 85
antimicrobiana 48 tetraciclinas 225
inmunoactiva 76 torsión de cordón espermático 96
poscoito 76, 109 toxina botulínica A 209
prostatitis 83 trasplante renal 113
aguda bacteriana 86 tratamiento
crónica 83 abreviado 47
crónica bacteriana 87 antirrechazo 114
crónica / síndrome de dolor pelviano crónico 89 trimetoprima-sulfametoxazol 47, 48, 73, 75, 82, 93,
granulomatosa 84, 94 117, 214
inflamatoria asintomática 91 tuberculosis
proteína de Tamm-Horsfall 28, 31 urogenital 180
Proteus mirabilis 60, 62, 81, 188 vesical 183
Providencia 81 túbulo contorneado proximal 16
Pseudomonas aeruginosa 27
punción suprapúbica 21, 42 U
pyelonephritis-associated pilus 26 Ureaplasma urealyticum 61
ureasa 127, 188
ureidopenicilinas 223

231
Infecciones urinarias CARLOS LOVESIO

ureterocele 55 V
ureterolitotricia endoscópica 198
ureteroscopia 217 vaciamiento disfuncional 67
uretritis 64, 94 vaginitis 64
gonocócica 94 vaginosis bacteriana 62
uropatogénicas 29 válvula de uretra posterior 50, 56
urorresonancia magnética 54 vejiga
U. urealyticum 88 neurogénica 39, 128, 204
no inhibida 39
virulencia bacteriana 38
virus BK 115

232

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