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La tragedia obrera de Bajo Pisagua
La tragedia obrera de Bajo Pisagua
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Mauricio Osorio
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3
SIGLAS Y ABREVIATURAS 9
AGRADECIMIENTOS 11
PRÓLOGO 13
INTRODUCCIÓN 17
CAPÍTULO 1
ANTECEDENTES, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS
DE LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA EN LA
PRENSA DE LA ÉPOCA, 1904-1908 29
CAPÍTULO 2
¿CÓMO SE FORMÓ LA COMPAÑÍA EXPLOTADORA
DEL BAKER? UNA NUEVA EXPLICACIÓN 61
5
CAPÍTULO 3
LA TRAGEDIA OBRERA DE BAJO PISAGUA 103
CAPÍTULO 4
MEMORIA ESCRITA / MEMORIA ORAL EN LA
CONSTRUCCIÓN DEL RELATO SOBRE LA TRAGEDIA
OBRERA DE BAJO PISAGUA 155
6
APÉNDICE
CRONOLOGÍA COMPAÑÍA EXPLOTADORA DEL BAKER 185
Fuentes 279
Bibliografía 282
7
SIGLAS Y ABREVIATURAS
9
AGRADECIMIENTOS
11
PRÓLOGO
13
que la cuestión social se agudiza en Chile entre los años ochenta del siglo
XIX y treinta del siglo XX y que las sociedades ganaderas, ubicadas desde el
paralelo 42° lat. Sur, iniciaron sus actividades a partir de 1903 (de hecho la
Sociedad Industrial de Aysen trajo decenas de trabajadores a partir del año
siguiente), hay unas cuantas décadas que bien pueden ser el marco crono-
lógico para trabajar este aspecto de la historia social y con ello enriquecer la
historia social de nuestro país. Con el presente trabajo nos podemos percatar
que no es necesaria una larga duración para encontrar una coyuntura histó-
rica especial, en 1906 tenemos un suceso de capital importancia en la historia
económica y social, regional y nacional.
Por otro lado, la revisión del anexo con la mayor parte de las fuentes ana-
lizadas por el autor, confirma que una búsqueda cuidadosa ofrece la posibi-
lidad de hallazgos significativos como los que se transcriben íntegramente
en dichos anexos. Pero hay todavía más –nos advierte el mismo autor- pues
existen otras fuentes que no fueron consultadas por no haberlas ubicado en
los años que ha dedicado a esta investigación. Si esas otras fuentes son en-
contradas, permitirán estudiar nuevas aristas de la tragedia obrera de Bajo
Pisagua -nos dice Osorio-. Con ello el autor enriquece su obra y, en un gesto
que habla bien de su generosidad, las pone a disposición del lector y del es-
tudioso que no puede viajar a los grandes archivos del centro del país.
En 1903 Enrique Mac-Iver Rodríguez, líder del radicalismo doctrinario,
señaló: “La cuestión social no existe en Chile”. Pues bien, contamos ahora
con un trabajo que indica lo contrario. En aquel Aysén en formación encon-
tramos una expresión de la cuestión social, dramática, que involucró a varios
centenares de trabajadores y acabó con la vida de varias decenas de ellos. La
cuestión social no sólo se debe asociar a las salitreras, al mundo urbano del
centro del país, a las localidades mineras carboníferas de la región del Biobío,
a la sociedad campesina rural del centro sur, a las estancias magallánicas;
también estuvo presente en las nacientes sociedades de la antigua Trapa-
nanda y en especial entre los hacheros temporeros de Chiloé que llegaron a
entregar su fuerza de trabajo a la Sociedad Explotadora del Baker.
Aquellas palabras de Mac-Iver tuvieron crudo eco en las acciones y redac-
ciones del Ministerio del Interior de la época, cuyo titular era Javier Ángel
Figueroa Larraín. La respuesta de esta importantísima repartición pública
frente a la inquietud planteada por el intendente de Llanquihue es clara, en
relación a lo que está sucediendo en el Baker, “Su telegrama referente a tra-
bajadores Backer (sic) es de carácter esencialmente privado sobre cuyo con-
tenido nada puede hacer Ministerio”. Frente a la cuestión social, el gobierno
es solo un espectador. La problemática social no existe, en las relaciones entre
patrones y obreros, situaciones privadas, corresponde a ellos solucionarlas.
La oligarquía estaba sorda, ciega y muda.
La escasez de estudios en el contexto de la cuestión social aysenina, em-
pieza a ser parte del pasado, La tragedia obrera de Bajo Pisagua. Río Baker,
14
1906. Origen del cementerio Isla de los Muertos, comuna de Tortel, Patago-
nia Occidental es un trabajo de investigación principalmente archivístico,
con algunos aportes provenientes de la oralidad; una contribución funda-
mental para dilucidar los acontecimientos sucedidos y su conexión con la
historia nacional.
Una monografía histórica es un estudio específico, que intenta dar res-
puesta a las múltiples preguntas que nos hacemos sobre el pasado. Siendo
esta obra una pieza monográfica, es especial, pues apunta a contestar inte-
rrogantes referidas a un hecho acaecido en el litoral sur del actual Aysén,
un acontecimiento pretérito del cual se ha comentado mucho y se ha escrito
menos, pues el “suceso” estudiado en el presente trabajo ha sido más de
dominio oral entre los habitantes de Chiloé, Magallanes y Aysén, tradición
que se inicia con los familiares, vecinos y amigos de las víctimas, tanto de los
que partieron ese aciago invierno de 1906 como de los que sobrevivieron a
los diversos avatares. Unos y otros tan víctimas de la negligencia de quienes
debían velar por su retorno a la tierra desde la que habían salido en un viaje
de trabajo.
Uno de los grandes aportes de este trabajo lo constituye el abordaje de la
prensa escrita contemporánea a los hechos, estudio que no se había realiza-
do, pero que hoy está casi terminado. Además en la presente investigación
se incorpora la voz “oficial”: la documentación del Gobierno y del Congreso
correspondiente a la segunda mitad del año 1906, la que no produce tranqui-
lidad, la falta de seriedad de las autoridades que no se preocuparon de inves-
tigar lo sucedido, aumenta la desconfianza hacia los poderes establecidos. Si-
tuación que se mantiene hasta nuestros días y algo que necesariamente lleva
a pensar en intereses cruzados y manos “moras” que no se comprometen en
efectuar una investigación seria de lo sucedido.
Una tragedia obrera en los comienzos del siglo XX, ocurrida en los már-
genes de la República. Desafortunadamente esto no es algo extraño en la
historia nacional; desde el gobierno de Balmaceda tenemos noticas de ellas.
Y por desgracia la particular historia aysenina no es la excepción, también
cuenta con una, en la cual si hubo algún intento de reacción y movilización
de los afectados, fue mínimo y no tuvo como respuesta una fuerte represión
como sucedió en el norte, centro y posteriormente en el extremo austral del
territorio nacional. En Aysén no era posible emplear la represión legal para
aplastar a los trabajadores, por cuanto el Estado no estaba presente de modo
concreto. Fue entonces el abandono culpable de la empresa, la desatención
de parte de las autoridades de gobierno y la falta de una legislación que pro-
tegiera a los obreros, factores que finalmente condenaron a padecer y morir
a un grupo de obreros chilotes en la selva de la Patagonia Occidental.
La gente que falleció en el Baker y algunos que partieron poco más tar-
de, eran hasta hace poco personas anónimas, sin nombre conocido, estaban
condenadas al olvido. Pero hoy, gracias a esta investigación, “… comienzan
a recuperar su memoria”.
15
Tanto fue el misterio en torno a las cruces de la Isla de los Muertos que
incluso llegó a ser considerado un hecho casi legendario, cuyo misterio no
podría ser desentrañado. En este trabajo se logra aportar elementos funda-
mentales que permiten clarificar la mayor parte de lo allí acontecido.
En la época de los acontecimientos analizados en esta obra “el Aysen” era
una tierra aislada, en proceso de ocupación por parte de empresas de impor-
tantes capitales chilenos y extranjeros. Su delimitación fronteriza con tierras
argentinas, recién emergía con el siglo XX. Hubo entonces muchos ojos e
intereses observando lo que sucedía en ella, personas que pertenecían a cír-
culos poderosos vieron aquí un lugar donde multiplicar su patrimonio, en
algunos casos fácilmente. Algunos apellidos “bancosos”, al decir de Vicente
Huidobro, estuvieron por aquí intentando incrementar sus arcas de manera
fácil antes que honesta y esforzada. Quiera Dios que inversores contempo-
ráneos con fines parecidos a aquellos de principios de siglo no se acerquen
nuevamente a esta “isla” que hoy día vuelve a estar en ojos de muchos en
Chile y el mundo.
16
INTRODUCCIÓN
1
Docente del liceo público Josefina Aguirre Montenegro de la ciudad de Coyhaique, investi-
gador de la historia regional, con especialidad en historia eclesiástica.
2
Proyecto financiado por Fondart Regional, convocatoria 2013, región de Aysén. En este en-
lace se encuentran todos los radioteatros fruto de este proyecto: https://www.youtube.com/
playlist?list=PL6MKhXxpE6-ZYJ9wNE3TC97HLOzuhZh_E
17
los computadores disponibles. Hube de aprender rápido el procedimiento y
realicé las dos primeras solicitudes: los periódicos La Cruz del Sur de Ancud
y La Alianza Liberal de Puerto Montt, año 1906. Las referencias para iniciar
la búsqueda: mayo y octubre.
Revisar medios escritos es una tarea lenta, más aún en la modalidad mi-
crofilm ya que se trata de negativos fotográficos que se visualizan bajo una
máquina que parece un viejo televisor o computadora. Y sólo tiene dos “vis-
tas”, una general y otra de aumento. La general permite ver toda la página
de la publicación que se está revisando, pero las letras se ven muy pequeñas.
La vista de aumento acerca considerablemente la página que se revisa, pero
se pierde la totalidad. Entonces se debe ir combinando ambas vistas, la ge-
neral aguzando el ojo (que rápidamente se cansa) y la aumentada, si se cree
haber dado con un dato de lo que se está buscando. La lentitud es mayor si
no se tiene mucha experiencia en el uso de la máquina y se está poco entre-
nado el ojo para dar con información sensible al tema de interés.
Lo anterior significó que ese primer día la revisión de dos rollos de micro-
film me tomara toda la mañana y parte de la tarde; al salir de aquella jornada
pensé: “habrá que abandonar la noción de tiempo, caer en una especie de
trance, concentrar la vista, preparar el cuerpo para pasar horas de varios días
frente a estas pantallas”. Ese día de julio de 2013 iniciaba este camino, sin
imaginar su derrotero y las innumerables sorpresas que me deparaba.
Coloqué en la máquina el rollo correspondiente al periódico La Cruz del
Sur y comencé la revisión. No recordaba lo tedioso de este trabajo, hoja a
hoja, avanzaba sin encontrar el más mínimo dato. Noticias sobre el obispado
de Ancud, la viruela, las disputas políticas en Chiloé, algunos hechos de san-
gre, los vapores que iban y venían con carga y pasajeros, llenaban las páginas
del periódico. Para no perder interés, fijé mi atención en la estructura de
contenidos del medio: una primera página donde destacaban textos de con-
tenido religioso, la “Sección Municipal” con información del municipio de
Ancud (sección que a veces estaba en páginas interiores), a veces noticias del
extranjero y alguna publicidad. Una segunda página con “remitidos”, cada
cierto tiempo la “editorial” del periódico y una sección denominada “Cróni-
ca” que recogía las “noticias” de la Provincia, zonas aledañas y algunas veces
del país. Una tercera página donde se podía leer correspondencia, avisos
judiciales, notariales, notas telegráficas y muchas veces la continuación de la
sección “Crónica”; y la última página donde se concentraba la “publicidad”.
De este modo entendí que de haber información sobre el tema, estaría con
mayor probabilidad en la sección “Crónica”. Continué entonces la revisión
del periódico.
Llegué a septiembre de 1906. Específicamente a la edición del día 22. De
pronto leí con sorpresa absoluta el siguiente titular en la página tres: “COM-
PAÑÍA EXPLOTADORA DE RIO BAKER”. La sorpresa aumentó conforme
seguí leyendo: era una noticia sobre la tragedia de Bajo Pisagua. El primer
hallazgo de estos dos años de trabajo.
18
En dos jornadas posteriores logré encontrar varias notas, las más relevan-
tes publicadas en el periódico La Alianza Liberal. “Todo estaba en la prensa,
siempre estuvo en la prensa” fue el pensamiento que me cruzó en ese instan-
te. Mientras revisaba intentaba imaginar cómo habrían tomado estas noticias
quienes en aquella época acostumbraban leer los periódicos de Llanquihue
y Chiloé, pues parecía claro que tuvieron posibilidad de enterarse de la tra-
gedia, de comentarla y analizar las causas y consecuencias planteadas por
los medios.
Con todas las notas que hallé, las preguntas se multiplicaron. Por una
parte tenía material suficiente para escribir el relato que el proyecto Radio-
teatros demandaba, y por otra, un cúmulo de interrogantes se abrían paso,
configurando un proyecto de investigación que hoy muestra sus primeros
resultados.
Ya de regreso en Coyhaique, le comenté a Ignacio y al equipo de Ñire
Negro la importancia de los hallazgos, entre ellos la lista de 59 personas que
habrían sido sepultadas en el área donde ocurrió la tragedia. El conjunto de
antecedentes, inéditos hasta ese momento, pero que paradójicamente siem-
pre “estuvieron allí”, requería ser difundido. Así lo consideramos al inte-
rior de Ñire Negro, por lo que tomamos contacto con el Círculo de Hijos de
Chiloé, organización social-cultural de Coyhaique, la Ilustre Municipalidad
de Tortel y la Sociedad de Historia y Geografía de Aisén, para proponerles
realizar en Coyhaique y Tortel una charla histórico-artística. El 27 de sep-
tiembre de 2013, en la sede del Círculo de Hijos de Chiloé, por primera vez
se dieron a conocer los nombres de los obreros sepultados en la Isla de los
Muertos, además de otros antecedentes desconocidos sobre la tragedia. En
esta actividad contamos además con la participación del cantautor aysenino,
Richard Sepúlveda, quien interpretó su canción dedicada a conmemorar los
acontecimientos.
El 07 de octubre del mismo año, presentamos nuestro trabajo a la comuni-
dad de Caleta Tortel, en el Centro Cultural de la localidad, con gran asisten-
cia de público. En aquella oportunidad contamos con el apoyo de Rodolfo
Aedo Paredes, ilustrador de la novela gráfica Isla de los Muertos (2013) y el
Grupo Folklórico Tradicional de la Patagonia Raíces del Baker, de Tortel.
Durante 2014, los antecedentes de esta investigación -que iban en aumen-
to con nuevas visitas a los archivos- fueron compartidos por Ñire Negro en
el ciclo de Seminarios de Historia, Identidad y Patrimonio de Aysén realiza-
dos en seis localidades: Chile Chico, Puerto Aysén, Cochrane, Puerto Cisnes,
Coyhaique y La Junta.3 Y el 9 de septiembre de ese mismo año, fui invitado
3
Proyecto Seminario Historia, Identidad y Patrimonio de la región de Aysén, Nire Negro.
Fondart Regional, convocatoria 2014, CNCA.
19
a Castro por el Centro de Estudios y Difusión del Patrimonio Cultural de
Chiloé, para ofrecer una charla en la Biblioteca Pública de la ciudad. Aquel
evento resultó muy emotivo, pues algunos de los asistentes eran descendien-
tes de trabajadores sepultados en el Baker y pudieron enterarse del destino
de quienes consideraban como “desaparecidos” en la Patagonia.
Seguí adelante con la investigación, consultando archivos cada vez que
podía ir a Santiago, analizando luego la información para darme cuenta que
aún faltaban datos, que todavía podía volver a revisarse la prensa de la épo-
ca, que aún quedaban volúmenes de los Fondos de la Administración Públi-
ca y de Notarios que podían entregar algún antecedente adicional.
En este libro se presentan los resultados del trabajo. Lo he titulado “La
Tragedia Obrera de Bajo Pisagua. Río Baker, 1906”, porque lo acaecido afectó
a un conjunto de personas que al momento de los hechos estaban en situa-
ción de trabajadores asalariados, constituyendo una fuerza de trabajo más
o menos especializada o calificada (hacheros, camineros, carpinteros, pero
también peones, ayudantes de maestros, remeros, cocineros), contratada
bajo la modalidad salarial por una empresa determinada para desempeñar-
se en un territorio distinto al de su origen, bajo condiciones impuestas por el
contratante.
Si bien la condición original de la mayoría de estas personas era la de
agricultores (como varios de ellos lo declaraban en sus inscripciones de ma-
trimonio, registro de hijos nacidos o familiares fallecidos), implementaban
estrategias económicas ampliadas y abiertas, donde la venta de su fuerza
de trabajo por un lapso de tiempo específico, medido en “temporadas” de
trabajo, constituidas a su vez por lapsos de tiempo contabilizados en meses,
les permitía acceder a dinero en efectivo con el cual podían adquirir diversos
productos a su regreso. Es así que una vez terminada la temporada asalaria-
da, los trabajadores retornaban a la isla para retomar su condición de agri-
cultores por el resto del año.
He utilizado el nombre Bajo Pisagua como referencia territorial pues fue
aquel sitio donde se situó el campamento general de los trabajadores y en las
cercanías estaban los edificios de la administración. En ese lugar se produjo
el drama que llevó a la muerte y posterior sepultación a varios obreros en un
terreno algunos kilómetros aguas arriba del río Baker. Aquel sitio funerario,
claramente un cementerio, se originó a causa de las muertes de muchos obre-
ros que no pudieron resistir el deterioro de su salud en condiciones extre-
mas, con escasez de alimentos y bajo un invierno riguroso. Posiblemente fue
bautizado como “Isla de los Muertos” en los años ochenta del siglo pasado,
nombre que habría cristalizado esa misma década (Mena y Velásquez 2000).
En 2002, este sitio funerario fue declarado Monumento Histórico bajo la
ley 17.288 de Monumentos Nacionales. La comunidad de Tortel lo reivindica
como propio, pese a no tener relación aparente con los habitantes, ya que
no se ha sabido que haya deudos de aquellos difuntos residiendo en dicha
20
localidad. Sin embargo, los tortelinos sienten una responsabilidad ritual con
el cementerio; y por otro lado saben que es uno de los atractivos histórico
culturales más relevantes de su territorio por lo que forma parte de su oferta
turística.
4
Traducción del título en alemán de la 1ª edición, publicada en Suiza por Albert Muller Ed.
Este libro fue mayormente difundido bajo el título de su 1ª edición norteamericana This Way
Southward (1946) y posterior traducción al español en Argentina Por este camino hacia el Sur
(1946). Agradezco al profesor Wolf Staub por la información bibliográfica y la traducción del
capítulo referido a Bajo Pisagua.
21
La aproximación histórica a la tragedia habría comenzado con la publica-
ción de tres trabajos de circulación restringida durante la segunda mitad de
los años setenta del siglo pasado. El primero de ellos, titulado Dicen… Así
éramos nosotros (Panorama histórico social y cultural del Archipiélago de
Chiloé), pertenece a Antonio Soto Gallardo.5 Al referir las formas de despla-
zamiento migratorio de los chilotes de principios del siglo XX, menciona el
“enganche”, modalidad de contratación laboral de importantes contingentes
de trabajadores para faenas en diversas zonas del país; y presenta el caso
del “enganche a Río Baker” por su excepcionalidad y dramatismo, “lo más
insólito en esta manera de reclutar trabajadores ocurrió en el casi olvidado
enganche a Río Baker”, afirmaba Soto, pasando a describir lo que habría sido
aquel enganche, ocurrido según este autor a fines de 1905. Seguidamente, su
trabajo presenta la entrevista que él le habría hecho al “único sobreviviente
del enganche a Río Baker, que aún vivía en la isla Quinchao”, Emilio Zúñi-
ga. Los recuerdos del señor Zúñiga se pueden considerar como el primer
testimonio oral desde la perspectiva de los trabajadores que protagonizaron
los hechos de 1906. La motivación de Soto para indagar más sobre este en-
ganche había sido un supuesto reportaje publicado unos veinte años antes
de la fecha en que entrevistó al sobreviviente y en el que se daba a conocer el
hallazgo de un “cementerio indígena en Río Baker”.6
En 1977, el historiador magallánico Mateo Martinic publicó una docu-
mentada reseña histórica de la ocupación y poblamiento del territorio del
Baker.7 En ella, Martinic analizó la formación de la primera empresa gana-
dera que ocuparía los terrenos del Baker, la “Compañía Explotadora del
Baker”, su dificultoso accionar y posterior fracaso. Los sucesos trágicos de
1906 son mencionados de manera somera, sin referencia a fecha y basándose
en lo escrito por De Agostini en 1945.
El tercer trabajo publicado en esa década, corresponde a una crónica his-
tórica del periodista e investigador Baldo Araya Uribe, que apareció en El
Diario de Aysén en julio de 1978. Con un título sugerente -“Las 120 víctimas
del escorbuto”- el autor abordaba la tragedia ocurrida en el Baker, combi-
nando para ello los datos publicados por De Agostini (1945) y una conver-
sación que habría sostenido con un sobreviviente, en el sector rural de Llau
Llao, cercano a la ciudad de Castro, Chiloé. Si bien la crónica presentó inte-
resantes datos aportados por el sobreviviente anónimo, tampoco hizo luz
sobre el año en que habría ocurrido la tragedia. Antes se limitó a reproducir
5
Es un documento mecanografiado fechado en Concepción, agosto 1976. Del autor no se tie-
nen mayores antecedentes. La copia digital utilizada en este trabajo fue facilitada por el pro-
fesor José Mansilla Contreras.
6
Se ha intentado dar con este reportaje, pero la búsqueda ha resultado estéril hasta ahora.
7
Ocupación y colonización de la región septentrional del antiguo Territorio de Magallanes,
entre los paralelos 47º y 49º Sur. Anales del Instituto de la Patagonia, Vol. 8: 5-57.
22
los antecedentes escritos que se conocían. Cabe mencionar que hacia el final
de su crónica, Araya se refiere al lugar donde se ubicaba el cementerio como
“La Isla”.
A mediados de la década siguiente, el arquitecto Peter Hartmann efectuó
una nueva contribución al estudio de este episodio de la historia de Aysén, al
publicar un breve artículo en el que dio a conocer algunos datos de la entre-
vista que le hiciera en 1982 a Reinaldo Sandoval, antiguo poblador de Tortel.8
En 1986, el escritor magallánico Francisco Campos Menéndez publicó la
obra El Baker, un territorio bravío, una historia personal de dicha zona, en
la que le cupo al autor realizar labores como delegado del directorio de la
empresa ganadera Posadas, Hobbs y Cía., a fines de los años veinte del siglo
XX. En la breve reseña de la Compañía Explotadora del Baker, Campos sigue
el trabajo de Martinic (1977), pero al referir la fatal suerte de esta empresa su-
giere la ocurrencia de una huelga obrera, sin citar fecha, además del escorbu-
to como causa de la muerte de obreros en el Baker: “Además de las pérdidas
de ganado aludidas, huelga de obreros y la plaga de escorbuto que lamen-
tablemente provocó entre ellos cerca de un centenar de muertes, fue motivo
sobrado para que la Compañía entrara en franca crisis.” (Campos 1986: 81)
Si bien en esos años no se publicaron nuevos trabajos relativos al suceso,
creció el interés por el misterioso cementerio en la desembocadura del Baker
y al menos dos medios de comunicación nacional realizaron reportajes en la
zona,9 permitiendo que el cementerio y el misterio de su origen fuesen cono-
cidos en el resto del país.
En la segunda mitad de la década siguiente, el autor regional Félix Elías
Pérez publicó su relato “Dos versiones para una historia” en el nº 84 de la
revista Impactos de Magallanes (1996) y al año siguiente en su libro Acuare-
las del Baker,10 renovando el interés por el misterio sobre los sucesos de Bajo
Pisagua. El autor abre el relato con la fecha en que los hechos ocurrieron y
desarrolla literariamente las dos versiones más populares que explicaban los
acontecimientos: la primera, una mortandad producida por el abandono y
consecuente hambre debido a la falta de alimentos; la segunda, un envene-
namiento accidental ocasionado por la ingesta de harina contaminada con
un antisárnico de uso animal.
Pero además, Elías planteaba en dicho texto sus propias dudas respecto
a la primera versión y a otra considerada oficial, la del brote de escorbuto
8
“Tortel, una historia silenciada”. Revista Tierradentro, 1984.
9
Revista del Domingo, El Mercurio, 1985; Informe Especial, Televisión Nacional de Chile,
1986. Citadas en Expediente Técnico Declaratoria Monumento Nacional Isla de los Muertos,
s/f.
10
Obra que reúne artículos, crónicas, cuentos, poemas y vivencias del autor, oriundo de la
cuenca del lago General Carrera. Félix Elías Pérez falleció recientemente en la ciudad de Te-
muco.
23
como causa de la mortandad: “Siempre me había llamado la atención esa
triste historia de las ciento veinte cruces de Bajo Pisagua. Poco pude averi-
guar al respecto, salvo la información del Padre D’Agostini que, en perfecta
concordancia con las declaraciones de la Compañía Explotadora del Baker,
establece que la causa de la tragedia fue un violento y sorpresivo brote de
escorbuto.” Elías pensaba que era muy difícil sostener como causa el ham-
bre o el escorbuto “en un lugar donde había tantos recursos como la pesca
[y] tantos frutos silvestres ricos en vitamina C y sobre todo, alternativas de
alimentos que la naturaleza ofrece en gran variedad.” Con esta duda razo-
nable, el autor construye a partir de relatos orales que él habría escuchado,
la versión del envenenamiento accidental y plantea la idea de realizar una
exhumación para comprobar la versión oficial: “No con el ánimo de polemi-
zar, sino establecer la verdad de la historia, se podría exhumar un cadáver y
comprobar la aseveración de la Compañía Explotadora del Baker.”
En 1998 la Ilustre Municipalidad de Tortel contrató un equipo de arqueó-
logos para realizar una excavación en Isla de los Muertos con el fin de eva-
luar la evidencia material existente y a través de ella encontrar explicaciones
sobre la creación del cementerio. En noviembre de aquel año se efectuó el
trabajo arqueológico, cuyo diseño consideró un levantamiento y fotografía
del cementerio, la excavación de pozos de sondeo, toma de muestras de tie-
rra para análisis químico y la exhumación de una tumba. Los resultados fue-
ron publicados dos años después en un artículo científico en el que además
se presentó un análisis integrado de las fuentes escritas y orales conocidas a
la fecha (Mena y Velásquez 2000).11
El mismo año 2000, la historiadora regional Danka Ivanoff publicó su exi-
toso libro Caleta Tortel y su Isla de los Muertos, la primera obra que aborda-
ría el tema desde una perspectiva histórico narrativa basada en las publica-
ciones de Martinic y otros autores. Sin embargo, el aporte más relevante de
esta obra es la presentación de varias versiones de los hechos, siendo la más
contundente una traducción a la carta escrita por el inglés William Norris
desde el lugar de los sucesos y mientras éstos estaban ocurriendo. Ivanoff
escribe en su libro que Norris fue el primer administrador de las faenas en la
concesión de la Compañía Explotadora del Baker y debió sortear la tragedia,
asistiendo a los obreros postrados, intentando mantener en todo momento
una fortaleza digna de admiración. Dar a conocer dicho documento acercó al
público interesado en los hechos de Bajo Pisagua, de una manera profunda
y directa, pues se trataba de un relato in situ, escrito por un protagonista de
los hechos.
Una segunda edición del libro de Ivanoff, fue publicada en 2003. En ella
la autora incluyó un nuevo antecedente: la reproducción de la entrevista rea-
11
En 2004 el mismo equipo presentó una ponencia con el caso de Isla de los Muertos en un
simposio sobre Arqueología Histórica. Dicho trabajo fue publicado en Revista Chungará.
24
lizada por Antonio Soto a Emilio Zúñiga a la que ya se ha hecho referencia,
pero prescindiendo de la introducción que el autor realizara a la entrevista.
Esta nueva edición presentó también dos sugerentes fotografías tomadas en
la zona durante los años en que Norris fue el encargado, aportadas a la auto-
ra por los descendientes del administrador inglés.
Al año siguiente, el investigador argentino Ernesto Maggiori publicó su
obra Historias de Frontera, donde analizó hechos y procesos históricos pata-
gónicos desde una perspectiva transfronteriza. En un capítulo del libro, titu-
lado La Tragedia del Baker, en las crónicas y cartas del arriero Norris, intentó
analizar lo acontecido en Bajo Pisagua en 1906. Sin embargo, la combinación
de épocas (principios de siglo, sucesos de 1921, funcionamiento de otra em-
presa ganadera en Baker después de 1925), y testimonios sin citar fuentes,12
hace muy confuso el apartado y el autor no logra echar nueva luz sobre los
acontecimientos del Baker.
En 2008, Martinic publicó una comunicación en la revista científica Ma-
gallania (Punta Arenas) en la que presentó un nuevo antecedente sobre la
tragedia que refería al dudoso actuar de ciertos trabajadores para con sus
colegas enfermos. Se trataba de un relato publicado en 1908 por el ciudada-
no inglés Charles A. Milward en el periódico The Punta Arenas Mail, en el
que contaba pormenores de un viaje realizado al Aysen en 1907, siendo uno
de sus puntos de detención la zona de Bajo Pisagua donde el vapor en que
viajaba pasó a buscar carga y pasajeros, entre los que estaba el administrador
Norris. Milward se habría enterado en ese momento de lo ocurrido el año
anterior y de ciertos pormenores que hablaban de cobros por parte de tra-
bajadores sanos a aquellos enfermos, por concepto de atención alimenticia,
paliativa y religiosa. El autor del artículo presenta la información para luego
indicar que lo escrito por Milward debió provenir de dichos del administra-
dor Norris, otorgándole credibilidad, con lo que asevera se demostraba “un
rasgo de inhumanidad en los trabajadores” que así habrían actuado. Más
allá de la intencionalidad que pudo tener el autor del relato consignado en
la comunicación de Martinic, es claro que se constituye en una nueva fuente
de información escrita.
En 2011, aparece la tercera edición de Caleta Tortel y su Isla de los Muer-
tos, en la que se puede verificar la inclusión de nuevas fotografías tomadas
aquel fatídico año 1906, al parecer entre marzo y mayo. Una de ellas resulta
muy sugerente, pues muestra a dos personas vestidas con ropas alejadas
del contexto sociolaboral en el que fue tomada la imagen, se observa que las
vestimentas corresponden más bien al uso urbano de la época. ¿Habrá sido
uno de ellos el gerente de la empresa, Florencio Tornero?
12
Además, Maggiori publicó en ese texto una traducción al español de la carta de Norris, sin
citar fuente de origen, lo que la hace aparecer como aporte propio. Sin embargo, es sencillo
observar que dicha traducción es la misma publicada 4 años antes por Ivanoff, quien cita a la
traductora del documento.
25
Las explicaciones sobre las causas de la tragedia se han focalizado en
las muertes de los obreros, por constituir éste el evento más dramático de
los acontecimientos de 1906. A lo largo de los años se han levantado dos
líneas interpretativas de los hechos (Mena y Velásquez op.cit): 1) la que los
explica por causas “naturales”, no intencionales y 2) la que los considera
consecuencia de un asesinato masivo intencional. La primera afirma que el
grupo de trabajadores habría enfrentado un brote de escorbuto originado en
las deficientes condiciones de salubridad y falta de alimentos que debieron
soportar por la demora del buque que debió retirarlos del lugar hacia fines
de mayo o principios de junio de aquel año. El abandono habría sido el
principal detonante de la tragedia. La segunda sostiene que se trató de una
muerte producida intencionalmente, mediante envenenamiento, con el fin de
no pagar los sueldos a los obreros. En nota a pie Mena y Velásquez sugieren
que incluso podría haber una causalidad combinada, donde el abandono
por parte de la empresa generara condiciones extremas de hambruna y
aparición de enfermedades, brotes de amotinamiento aplacados mediante
un envenenamiento masivo; o simplemente se trató de una muerte masiva
por abandono y desidia de la empresa.
El libro está organizado en cuatro capítulos. En el primero se presenta
y analiza el rol de la prensa de la época, como agente comunicativo de los
procesos de ocupación del territorio del Aysen, desde 1904 en adelante, lo
que permite establecer un contexto general para comprender lo acaecido en
Baker en 1906 y sopesar la información entregada por los diversos medios
de prensa escrita que se ocuparon de la tragedia, así como aquellos que nada
mencionaron al respecto. Las crónicas de prensa han sido transcritas textual-
mente y se ha mantenido la grafía original y los errores de imprenta de los
textos.
El segundo capítulo está dedicado al estudio de la formación, desarrollo y
fracaso de la Compañía Explotadora del Baker, a la luz de los datos que fue-
ron surgiendo durante la investigación y que permiten establecer un origen
distinto al que hasta ahora se ha considerado en la literatura histórica que se
ha ocupado de esta empresa ganadera y los sucesos de Bajo Pisagua.
El capítulo tercero reconstruye los hechos que llevaron a la tragedia de
Bajo Pisagua y a la creación del cementerio Isla de los Muertos. Asimismo
entrega antecedentes sobre la actuación de la compañía ganadera y analiza
el rescate de más de 150 personas desde la concesión Baker a fines de sep-
tiembre de 1906.
El libro cierra con una nueva revisión de las fuentes escritas y orales ya
conocidas, buscando analizarlas en tanto fragmentos de un relato mayor al
que ahora se integran tres corpus documentales más: la prensa de la época,
la documentación oficial generada a partir de la reacción del Gobierno y el
Parlamento en ejercicio durante el segundo semestre de 1906 y las memorias
del autodenominado principal accionista de la empresa, Julio Subercaseaux
Browne.
26
Antes de iniciar el relato sobre la tragedia obrera de Bajo Pisagua se consi-
dera importante mencionar que las diez concesiones que seccionaron todo el
territorio que actualmente corresponde a la región de Aysén corrieron diver-
sa suerte, primando en todo caso el fracaso de los planes de explotación por
parte de los interesados en levantar negocios sobre estas entregas.13 Sólo dos
de ellas lograron ser transformadas en prósperas explotaciones ganaderas:
la concesión “Rodríguez & Allende” (Anglo Chilean Pastoral Co., posterior-
mente Estancia Río Cisnes) y la concesión “Aguirre” (Sociedad Industrial de
Aysén). La concesión “Contardi”, que dio origen a la Compañía Explotadora
del Baker y en cuyos límites se produjo la tragedia que será analizada en
este trabajo, fue caducada en 1911, siendo pocos años más tarde escenario de
nuevos intentos empresariales que tuvieron mejor suerte. Las tres concesio-
nes tienen un denominador común: fueron otorgadas bajo la modalidad de
permiso de ocupación.
13
Los decretos por medio de los cuales el Estado entregó las tierras de Patagonia Occidental
son los siguientes:
Decreto Nº 840 (16-06-1900), concedió a Roberto Christie costas de la península Tres Montes y
río San Tadeo, extremo sur de la península de Taitao. La concesión fue caducada por Decreto
Nº 771 (14-09-1908)
Decreto Nº 1068 (23-08-1901), concedió a Juan Tornero lotes de terrenos para colonización
entre los 42º y 52º Lat. Sur. Esta concesión se mantuvo “vigente” hasta los años veinte del
siglo pasado.
Decreto Nº 658 (19-05-1903), concedió a Juan B. Contardi el permiso de ocupación de terrenos
ubicados entre los siguientes límites: “Norte, 46º,30'; Sur, 47º,50'; Oriente, Línea divisoria con
Arjentina; Occidente, Río Baker y lago Buenos Aires”. La concesión fue caducada por Decreto
Nº 1852 (13-12-1911).
Decreto Nº 659 (19-05-1903), concedió a Luis Aguirre el permiso de ocupación de terrenos
ubicados en “Valles Collaique, Nirihuan, Manihuales en las proximidades del Aysen”. Esta
concesión perduró hasta 1928, año en que se modifica la relación contractual entre la empresa
y el Estado, pasando a ser arrendamiento.
Decreto Nº 687 (04-06-1903), concede a Joaquín Rodríguez Bravo y Antonio Allende el per-
miso de ocupación de los valles del río Cisnes. Concesión cancelada por Decreto Nº 1286 (23-
11-1918). Estos terrenos fueron nuevamente concedidos por Decreto Nº 1359 (30-10-1919) a la
sociedad Juan Dun y Cía., por 25 años.
Decreto Nº 763 (17-06-1903), concedió a Frank Lumley el permiso de ocupación de terrenos
ubicados dentro de los siguientes límites: “Norte, Río Palena; Sur, paralelo 44º,20’; Oriente,
Línea divisoria con Arjentina; Occidente, Canal Moraleda”. Concesión cancelada por Decreto
Nº 393 (23-03-1920).
Decreto Nº 764 (17-06-1903), concedió a Teodoro Freudenburg el permiso de ocupación de los
valles del río Bravo, río Pascua y Lago San Martín. Concesión caducada por Decreto Nº 877
(28-09-1917).
Decreto Nº 765 (05-06-1903), concedió a Olegario Bórquez el permiso de ocupación de los va-
lles del río Huemules. Es posible que se haya producido un error en los correlativos de decre-
tos o en la anotación de la fecha de este decreto, ya que el anterior (Concesión Freudenburg)
tiene fecha posterior. La concesión fue caducada por Decreto Nº 1906 (15-09-1913).
Decreto Nº 794 (25-06-1903), concedió a Antonio Asenjo y Alejandro Bate el permiso de ocu-
pación de los valles Blanco, Palos y Simpson. La concesión fue caducada por Decreto Nº 1170
(18-07-1914).
Decreto Nº 2157 (24-10-1904), concedió a Celestino Bousquet el permiso de ocupación de la
Isla Melchor en el archipiélago de los Chonos. La concesión perduró hasta los años veinte del
siglo pasado.
27
Portada periódico La Alianza Liberal, edición del 08 de octubre de 1906, en la que apareció la
primera crónica sobre la tragedia de Bajo Pisagua. BN-SPM.
28
CAPÍTULO 1
Periódico fundado en 1891 en Puerto Montt, se identificó con las ideas liberales y en la época
14
29
Esta crónica resultaba aún más inquietante que la primera. En primer
término se acusaba a la compañía de cesar unilateralmente el pago de la
“mesada” a las familias de los trabajadores puertomontinos que habían acor-
dado con la empresa este sistema de pago,15 para dejar a sus familias con un
ingreso seguro durante su prolongada ausencia, según se acostumbraba en
aquella época. De este modo, los obreros puertomontinos habrían asegurado
que el ingreso por su trabajo se concretara sobre sus familias directamente
y no sobre ellos en el lejano Baker o al final de la faena y posterior retorno a
sus hogares.
La cesación de pago preocupó a las familias, que de inmediato pensaron
en el cese de los trabajos y el despido sin más de los obreros. Pero más pre-
ocupante aún era la situación en la que se encontrarían éstos en la remota
región donde estaban. Esta inquietud fue hecha llegar al periódico y éste la
transmitía a sus lectores, preguntándose si los obreros tendrían alimentos
suficientes, si tendrían médico o “botica” para atender sus enfermedades.
Nada se sabía de ellos, por lo que el periódico especulaba sobre el abandono
en que los habría dejado la empresa en el sitio de faena. El redactor de la nota
se preguntaba al respecto: “¿O están simplemente abandonados en el campo
como los reses de la Sociedad?”
La crónica fue incluso más incisiva, exigiendo la intervención del gobier-
no para que obligase a la compañía a “cumplir sus obligaciones i sus deberes
humanitarios”.
Este perturbador texto continúa informando sobre un segundo telegrama
enviado esta vez por el gobernador de Quinchao al intendente de Llanqui-
hue, denunciando la situación. La crónica afirmaba que el intendente a su
vez, habría informado al ministro del Interior, reproduciendo los anteceden-
tes enviados por el gobernador de Quinchao quien habría indicado que pa-
saban de doscientos los trabajadores abandonados en Baker.
El redactor finalizaba dando a conocer los nombres de los trabajadores
puertomontinos contratados en aquella trágica faena de la Patagonia: Luis
Paredes, Jacinto Vidal, José Rojel, Lizandro Alvarado, José Baldomero Cova-
sich, Juan Pio Loaiza y Francisco Garai. Todos los demás, afirmaba el perió-
dico, eran de Achao y alrededores.
La voz de alarma había sido dada: Más de doscientos trabajadores aban-
donados en los canales australes. La única referencia geográfica era “el
Baker”, una región en extremo lejana, fuera del derrotero normal entre Puer-
to Montt o Chiloé con Punta Arenas. Una región marginal por tanto, sector
15
Según la crónica el pago se verificaba por intermedio de la Compañía Chile-Argentina a
solicitud de la Explotadora del Baker: “La espresada Cia. contrató aquí varios trabajadores,
i estos, ántes de irse, dejaron establecidas para subsistencia de sus familias, mesadas que la
Sociedad pagaba por intermedio de la Chile-Arjentina.”
30
que a duras penas se estaba incorporando al circuito comercial de los canales
desde los primeros meses de 1905 en que comenzó la instalación en el área de
la Compañía Explotadora del Baker, empresa que contaba con los derechos
de la concesión que Juan Bautista Contardi había obtenido en 1903, para tras-
pasarlos luego a Juan Tornero y su sobrino Florencio.
En aquellos años, Melinka, poblado ubicado en el extremo norte de los
canales australes, ostentaba cierto prestigio como enclave de bullente econo-
mía, pues era el centro neurálgico de la explotación del ciprés.16 Le seguía en
importancia la zona del fiordo y río Aysén y toda la extensión de territorio al
Este, donde –hacia 1904– había iniciado operaciones la Sociedad Industrial
de Aysen con una incipiente industria ganadera y sus derivados. Al oriente
de Puerto Montt, sobre el Estero Reloncaví, otra sociedad ganadera iniciaba
operaciones, la Sociedad Frigorífica y Ganadera Cochamó, abarcando un te-
rritorio hasta más allá de la frontera internacional. Ambos emprendimientos
revolucionaron el comercio puertomontino desde fines de 1904, contratando
trabajadores, comprando víveres, materiales, herramientas y todo lo reque-
rido para iniciar las faenas en sus respectivas concesiones.
El movimiento marítimo relacionado con la emergente actividad de las
nuevas empresas era crecido, como lo reportó La Alianza Liberal en su edi-
ción del 4 de noviembre:
“MOVIMIENTO MARITIMO.-
Estraordinario movimiento se ha notado en los últimos dias en nuestra
bahía. Ademas de las dos naves de guerra que han estado ancladas por
algun tiempo, i de los dos vapores de la carrera a Valparaiso i Chiloé,
el puerto ha recibido la visita de los siguientes vapores que se indican:
El ‘Cambronne’ procedente de Punta Arenas fondeó en la tarde del
domingo i regresó en la madrugada de anteayer.
El ‘Magallanes’ procedente del mismo puerto entró el lunes. Saldrá
el lunes para Aissen conduciendo los trabajadores contratados por la
Sociedad Ganadera de dicho lugar.
El ‘Elm Branch’ de Liverpool llegó en la tarde de ayer con un carga-
mento de maquinaria para la Sociedad Ganadera de Cochamó.
El ‘Reloncaví’ llegó ayer del lugar de su nombre.”
16
El rol de avalúos correspondiente a 1906 registró para el Distrito de Melinka, dependiente
de la comuna de Queilen, Provincia de Chiloé, los siguientes negocios: 2 tiendas de mercade-
rías surtidas, 7 baratillos, 1 despacho de licores y 1 barraca de maderas. Periódico La Justicia
de Ancud, edición del 25 de agosto de 1906. BN-SPM.
31
nos así lo percibían los habitantes y lo recogían las crónicas de prensa. Claro
ejemplo lo constituyó el gran enganche de obreros efectuado por la Sociedad
Industrial de Aysen a fines de 1904. En su edición del 9 de noviembre, La
Alianza liberal informaba de este modo:
Dos días después que zarparan las embarcaciones llevando al gran con-
tingente de trabajadores al Aysen, el mismo periódico publicó un relato de-
tallado de lo que se habría producido en el área cercana al muelle de Puerto
Montt durante el día del embarque y partida:
32
contingente crecido de trabajadores a tierras que se abrían promisoriamente
al mundo del trabajo y la producción de riqueza.
El Llanquihue, otro periódico de importante influencia en la ciudad,17 no
se quedaba atrás en el afán informativo de tan grande acontecimiento para
el poblado y el 14 de noviembre publicaba dos notas, la primera referida al
enganche de la Sociedad Industrial de Aysen y la segunda relacionada con la
Sociedad Ganadera y Frigorífica de Cochamó:
Por su parte, La Alianza Liberal llamaba la atención dos días después, so-
bre el aire especulativo que se notaba en el ambiente de la bolsa de Santiago
y sus efectos inmediatos:
17
Fundado en 1885, de filiación conservadora. Se autodenominaba “Periódico noticiero, polí-
tico y comercial”. BN-SPM
33
Las acciones de la Sociedad Chile Arjentina bajaron cien puntos en
quince dias i es la que mas ruinas ha causado.
Los Bancos estan tomando medidas enérjicas, para impedir la especu-
lacion con acciones.”
Ese año, las notas de prensa continuaron dando cuenta del movimiento
comercial hacia y desde los canales, producido por la actividad de las socie-
dades ganaderas y colonizadoras; analizábase desde distintas perspectivas
el impacto en la economía del territorio, los peligros de la especulación que
pudiese producirse, el futuro de los negocios de sociedades como la Chi-
le-Argentina, Cochamó, Yelcho-Palena, Cisnes, Aysén, Baker.
El mismo periódico El Llanquihue reprodujo dos semanas después de la
nota del 10 de marzo, un artículo publicado en El Mercurio del Sur de Val-
divia, en el que se reflexionaba sobre la cantidad de sociedades ganaderas
que se estaban formando. El autor planteaba que tal como en 1892 se verificó
la fiebre por la creación de Bancos, se podía hablar de una suerte de “fiebre
ganadera” y se preguntaba: “¿Hay base para el desarrollo de las numerosas
sociedades ganaderas? ¿Existe un campo de acción para el desarrollo de sus
operaciones?”
La respuesta que daba para la primera pregunta era afirmativa ya que era
claro que existían tierras para que estas empresas operaran. Sin embargo -es-
cribía el redactor-, no había lógica respecto a la cantidad potencial de carne
que se produciría con tal número de empresas ganaderas. Se aventuraba la
increíble cifra de 500 mil animales, ¿dónde se vendería esa carne?, si a lo más
la demanda interna alcanzaba a 100 mil cabezas de ganado. ¿Exportar?, im-
posible con la competencia de Australia y Argentina, continuaba el artículo.
Muchas empresas tenían asegurado el fracaso, se animaba a pronosticar el
texto. ¿Cuál podía ser entonces el objetivo de muchos de los que se sumaron
a esa fiebre empresarial? La especulación. Y allí se detenía el texto ya que:
“es fastidioso entrar en detalles de esta naturaleza, porque seguramente va á
herir los intereses de los grandes especuladores.”
En Llanquihue la actividad agrícola y mercantil registró un importante
incremento durante la segunda mitad de 1905. Las empresas ganaderas re-
querían mercaderías, herramientas e insumos y de este modo dinamizaron
abruptamente la actividad comercial en Puerto Montt y Chiloé. Así lo regis-
tra por ejemplo, una nota del periódico La Prensa de Puerto Montt,18 fechada
el 18 de junio de 1905:
“Sociedades Ganaderas
Desde que se han organizado las Sociedades ganaderas Chile-Arjenti-
BN-SPM.
34
na, Cochamó y Aysen, el comercio y la agricultura en Puerto Montt se
han desarrollado considerablemente.
Tanto los comerciantes como agricultores, ateniéndose a sus propios
intereses, manifiestan su entusiasmo y votos fervientes por el éxito
completo de estas sociedades.
Nosotros fijándonos por los grandes beneficios que las buenas espe-
culaciones de las Sociedades ganaderas, reportarán a la Provincia de
Llanquihue, nos adherimos cordialmente a los deseos del comercio é
industria.
Con la instalación definitiva de estas sociedades se afianzarán las fun-
dadas espectativas que los accionistas cifran en ellas.
La Chile-Arjentina que se estableció sobre la base de la casa comercial
de la acreditada firma S.S. Hube y Achelis, ha desarrollado en comercio
de un modo considerable, duplicando este año su esportacion é inter-
nación.
La Sociedad de Cochamó ha terminado sus edificios que le han de ser-
vir para la instalación del frigorífico y han hecho traer todas las maqui-
narias que requiere su negocio.
De modo que a principios de Setiembre, empezará, con toda activi-
dad, su movimiento comercial, haciendo traer grandes cantidades de
ganado vacuno de las haciendas argentinas y comprando partidas no
pequeñas del ganado del país.
Por su parte la de Aysen, ha terminado las reparaciones del camino, en
la última temporada de verano que la pone en comunicación fácil y rá-
pido con los campos feraces que existen al Este del estuario de Aysen.
Según opiniones de personas entendidas esta Sociedad, en poco tiem-
po mas, será una de las que produzcan mejor dividendo, por la razón
sencilla de que le cupo en suerte esplotar los mejores terrenos de toda
la región austral.
Luego dará ella comienzo a la construcción de un vapor, en su mismo
puerto, que utilizará la Sociedad para su servicio.
Estuvo entre nosotros el prestigioso caballero don Carlos Bianchi
acompañado de su hijo, quien ha sido nombrado Jerente de la Socie-
dad ‘Tres Valles’.
Tanto a esta Sociedad, como a las anteriores, deseamosle completo éxi-
to en sus especulaciones y negocios futuros.”
35
tierras por parte de dicha sociedad, con sede en el corazón de la provincia.
“La Rupanco” como se la denominaba coloquialmente, intentaba por diver-
sos medios legales y extralegales, despojar de sus tierras a colonos chilenos,
mapuche y extranjeros que se encontraban en los límites de la concesión que
les había sido otorgada por el Gobierno.
Por su parte, en la provincia de Chiloé, la pobreza arreciaba, la produc-
ción en los minifundios familiares no alcanzaba para alimentar a las crecidas
familias del territorio, los hombres en edad de trabajar –ya desde los 14 o
15 años aproximadamente- buscaban vender su fuerza de trabajo en otras
zonas del país: para faenas de cosecha agrícola en las provincias trigueras
al norte de Llanquihue; extracción de salitre en el extremo norte; esquila de
ganado o infraestructura urbana en el territorio de Magallanes; trabajos de
explotación de bosques o instalación de empresas ganaderas en el Aysen.
Con todo, a través de la prensa escrita se aprecia que entre 1904 y 1906,
las provincias de Llanquihue y Chiloé experimentaron una fuerte dinámica
económico-social, la primera en tanto región productora de alimentos, pla-
za de abasto de mercancías y mano de obra, requeridas por los nacientes
emprendimientos ganaderos y de colonización; la segunda, principalmente
como zona abastecedora de jornales para los duros trabajos en distintas zo-
nas, pero principalmente en su extremo sur.
De acuerdo con la información pesquisada en la prensa de la época, la So-
ciedad Industrial de Aysen habría sido una de las primeras en realizar gran-
des enganches de trabajadores para dar inicio a las faenas en su concesión de
las hoyas de los ríos Aysén y Coyhaique.
El 21 de octubre de 1904 La Alianza Liberal, medio que dos años después
se dará a la tarea de denunciar la tragedia obrera de Bajo Pisagua, informaba
sobre la febril actividad generada por esta compañía en Puerto Montt:
36
El señor Dun ha contratado un vapor de los Srs. Braun i Blanchard
para conducir la jente a Aissen.
Uno vez en este lugar los trabajadores seran destribuidos en cuadrillas,
unos para construir un camino desde Aissen a la estancia arjentina Ñi-
rihuao, los otros en roces i otros trabajos.
Se han contratado tambien treinta carpinteros, los cuales seran ocupa-
dos en levantar cien edificios para las familias de colonos que la socie-
dad se ha obligado instalar en el mencionado lugar.”
19
Camino abierto en 1901 por miembros de la Comisión de Límites chilena. Ver Osorio, 2014
p. 67-71.
20
El Independiente, Nº 19 (19-10-05); La Cruz del Sur, Nº 350 (21-10-05); La Justicia de Ancud,
Nº 13 (21-10-05); La Alianza Liberal, Nº 666 (22-10-1905); El Llanquihue, Nº 857 (27-10-05).
BN-SPM. La transcripción de estas notas se encuentra en Anexos.
37
La Alianza Liberal fue el primer medio de prensa escrita del país en in-
formar sobre lo que se estaba produciendo en el lejano territorio del Baker.
Su director y los cronistas que allí trabajaban tuvieron acceso directo a do-
cumentos oficiales emanados desde la isla de Quinchao a la Intendencia de
Llanquihue y de ésta a las autoridades nacionales. Sobre esta base comen-
zaron a seguir la noticia, publicando entre el 8 de septiembre y el 10 de no-
viembre de 1906, ocho crónicas. A continuación se revisarán éstas y todas
las noticias que los medios escritos de Llanquihue y Chiloé publicaron sobre
estos sucesos, para continuar luego analizando el tratamiento de esta noticia
en medios escritos de otras provincias del país.
21
Este periódico circulaba una vez por semana, los días sábado.
38
El Independiente,22 fue el primer medio que publicó los pormenores del
arribo del vapor que había traído a los sobrevivientes desde el Baker. En efec-
to, una breve nota apareció el 4 de octubre, bajo el título “IGONOMINIA”:
En esta nota sólo se mencionaba que dos personas habían muerto de es-
corbuto después de embarcarse en Baker, de entre cincuenta enfermos. Nada
dice respecto a fallecidos en el campamento de Bajo Pisagua.
La Cruz del Sur informó el desenlace el sábado 6 de octubre. La redac-
ción se lamentaba al confirmar que la noticia dada quince días antes, había
terminado con la muerte de cerca de 66 personas y la sobrevivencia de más
de un centenar, que habían logrado retornar a sus hogares en muy malas
condiciones:
22
Su director era Olegario Bórquez, conocido en la historia de Aysén como uno de los conce-
sionarios de tierras del área central del territorio, específicamente la zona del río Huemules
que desemboca en el Pacífico y hasta el valle del Ibáñez por el Este y el paralelo 46º 30’ por el
Sur, según Decreto Nº 765 citado en nota 13.
39
El párrafo transcrito, contiene una serie de antecedentes hasta ahora des-
conocidos acerca de la tragedia, otros que otorgan un dramatismo mayor a
los acontecimientos y algunos que llaman a cierta confusión.
En primer término consigna el nombre del vapor que embarcó a los so-
brevivientes y la fecha aproximada en que habrían arribado a Chiloé;23 en
segundo lugar, se lee que la empresa pidió a dicho vapor (en realidad a la
empresa naviera Braun y Blanchard, propietaria de la embarcación), pasar
por Baker a recoger trabajadores cuya cifra se presenta en la nota –siendo
la primera conocida desde que se ha escrito sobre los acontecimientos-; se
registra también una cifra de los muertos en el Baker, entre los que no sólo
habría hombres según el periódico, sino ¡mujeres y niños!; luego se informa
que las causas de la tragedia habrían sido dos: una epidemia de escorbuto
y otra de disentería, originadas en una deplorable alimentación y agua con-
taminada respectivamente; finalmente informaba que algunos trabajadores
murieron en el mismo vapor durante el viaje.
La tragedia adquirió una dimensión de horror a juzgar por lo expuesto
en el semanario ancuditano. ¿Habrán recogido la noticia los otros medios de
las provincias de Llanquihue, Chiloé y el Territorio de Magallanes?, ¿qué in-
formaron El Llanquihue y La Prensa de Puerto Montt; La Voz de Castro y La
Justicia de Ancud; El Magallanes y El Comercio, ambos de Punta Arenas?24
En Puerto Montt, El Llanquihue se limitó a publicar una sola crónica fe-
chada el 6 de octubre de 1906, reproduciendo sólo el primer párrafo de la
nota publicada el 22 de septiembre del mismo año por La Cruz del Sur, pero
sin citar a dicho periódico:
23
Martinic (2005, 2014) consigna el nombre del vapor, pero no cita la fuente, por lo que no
queda claro cómo conoce el autor dicha información. Por otra parte, éste indica que el vapor
habría llegado al Baker la primera quincena de septiembre, sin embargo la prensa que se ana-
liza aquí confirma que ello ocurrió a fines de dicho mes.
24
Todos estos periódicos fueron pesquisados en la BN-SPM.
40
Este párrafo agregado sugiere que dicho periódico conocía sobre los tele-
gramas enviados desde Llanquihue en septiembre, sin embargo habría de-
cidido no informar sobre estos hechos a sus lectores. No se explica de otro
modo que habiendo llegado ya a Chiloé los sobrevivientes, el medio publi-
cara una noticia que parecía haber sido redactada semanas antes, pues nada
informaba sobre el arribo del vapor Araucanía a Chiloé.
No se ha podido saber si el semanario La Prensa, que aparecía los días do-
mingo, hizo referencia a los sucesos, debido a que no existen en archivo los
ejemplares correspondientes al 30 de septiembre, 7 y 14 de octubre, fechas
clave en que la noticia fue consignada en los demás medios. En su edición
del 21 de octubre no hay referencia alguna a lo ocurrido en los canales aus-
trales, pero sí se puede leer cómo este medio continuaba librando una ácida
batalla contra el periódico La Alianza Liberal, acusándolo desde su editorial
por el liviano tratamiento que habría dado al otro gran caso de la época en
la provincia: los atropellos de la “Rupanco” contra pequeños propietarios:25
25
La Prensa defendía con fuerza a los colonos alemanes y chilenos que se habían visto ame-
nazados por el accionar de la Sociedad Rupanco. Detrás de todo esto se dejaba entrever una
lucha política entre conservadores y liberales. Al parecer, la Sociedad Rupanco era propiedad
de empresarios de filiación liberal y su accionar fue denunciado con fuerza por los periódicos
conservadores, llegando el caso a las altas esferas del poder.
26
Las ediciones de 1906 del periódico La Voz de Castro, no se encontraron en la Biblioteca
Nacional.
41
“‘La Alianza Liberal’ de Puerto Montt en repetidas ocasiones se ha ve-
nido ocupando de la inhumanidad sin nombre, por no decir criminal,
cometida por los concesionarios de los terrenos de Rio Backer al dejar
abandonados en aquel apartado lugar a dos centenares de trabajado-
res contratados, hace mas de un año, para efectuar las faenas de dicha
empresa colonizadora.
Noticias que hemos recogido hablan de numerosas víctimas, que al-
gunos hacen subir a un medio centenar, producidas por el escorbuto
entre los infelices trabajadores, que fueron contratados por un tiempo
determindo i despues quedaron abandonados i sin víveres frescos en
aquelos parajes de los cuales no podian salir por carencia de medios de
comunicación.
El escorbuto, enfermedad que empezó a desarrollarse habria conclui-
do con todos aquellos desgraciados, si no hubiese tocado a Rio Backer
el vapor ‘Araucania’ que recojió a todos aquellos condenados a muerte
por la criminal desidia de los concesionarios i que se encontraban en
un estado que inspiraba a la vez repugnancia conmiseracion. La mayor
parte de los trabajadores habian sido contratados en diferentes lugares
de esta provincia i como se trata de jente pobre i sin recursos veremos
que la desidia incalificable de los jefes de la empresa de Rio Backer
quedará sin el merecido castigo.
Haciéndonos eco del clamoreo jeneral de indignacion que lo sucedido
en Rio Backer ha despertado en todas partes, pedimos al Gobierno se
abra una severa investigacion para establecer a quien afecta la respon-
sabilidad de estos criminales sucesos.
Mientras nos ocupamos en recoger nuevas informaciones, que ojala
nos fueran proporcionadas por personas que hayan conversado con
aquellos infelices, nos limitamos por hoy a publicar a continuacion la
protesta levantada ante el notario de esta ciudad por el Capitan del
vapor ‘Araucania’.”
Como se ve, la crónica iniciaba con el reconocimiento del trabajo que es-
taba realizando el periódico La Alianza Liberal de Puerto Montt.27 Luego
afirmaba haber obtenido información de la tragedia en la que habrían falle-
cido muchos trabajadores, indicando que algunas fuentes elevaban a “medio
27
No es motivo de este trabajo profundizar en las disputas que libraban los medios de prensa
de Chiloé en aquella época, las que no eran menores. Sólo se mencionará que La Justicia de
Ancud y La Cruz del Sur se habían declarado “guerra” a juzgar por las notas y crónicas que
publicaban. El Independiente, de filiación conservadora, tampoco se llevaba bien con La Jus-
ticia de Ancud. En cambio, el trato dado por este último semanario ancuditano al periódico
de Puerto Montt era claramente amistoso y su reconocimiento se constituye en el único que
recibió La Alianza Liberal por su trabajo informativo respecto a los hechos del Baker.
42
centenar” los muertos. La causa de muerte habría sido el escorbuto, anotaba
el periódico ancuditano, pero con fuerza afirmaba que la tragedia se desató
por la “…inhumanidad sin nombre, por no decir criminal, cometida por los
concesionarios de los terrenos de Rio Backer al dejar abandonados en aquel
apartado lugar a dos centenares de trabajadores contratados, hace mas de un
año, para efectuar las faenas de dicha empresa colonizadora.”
La nota cerraba con la reproducción íntegra, de un documento notarial
firmado por el capitán del vapor Araucanía, Guillermo Titus, en el que de-
claraba las circunstancias que debió enfrentar en Baker y Chiloé. El texto se
inscribió como “Protesta” en la notaría de Ancud28 y su objetivo era justificar
el accionar y las decisiones que se vio obligado a tomar en atención a la situa-
ción que se le presentó con el traslado de los sobrevivientes del Baker.
Este documento corresponde al testimonio de un protagonista directo del
desenlace de la tragedia y a través de él es posible conocer cómo se sucedie-
ron los acontecimientos a partir del rescate de los trabajadores.
Titus declaró que zarpó desde Punta Arenas el 14 de septiembre con rum-
bo a Puerto Montt e intermedios. Luego indicó que debió “pasar a la colonia
de Río Baker a fin de buscar una cantidad de hombres que se encontraban ahí
desde hace mucho tiempo, trabajando en desmontes i fabricacion de cami-
nos.” Según sus palabras, allí embarcó 157 hombres de los cuales 50 estaban
gravemente enfermos. En el trayecto, determinó compartir los víveres de la
tripulación con los trabajadores, pese a que las raciones estaban ajustadas
sólo para los tripulantes y no tenía obligación de realizar esta redistribución.
Luego de dar otros detalles que serán revisados más adelante, dejó estable-
cido que las recaladas en los puertos menores de Achao y Dalcahue sólo fue-
ron motivadas por la necesidad de dar aviso a las autoridades de Quinchao
y dejar en tierra a los obreros enfermos.
En Punta Arenas, el diario El Magallanes29 publicó sólo dos referencias a
la tragedia, ambas en su sección “Telegramas del Norte”. En la edición del 6
de octubre de 1906 se lee el siguiente telegrama:
“Valparaiso, 6
Procedente de Punta Arenas, habiendo hecho escala en rio Baker, llegó
el vapor ‘Araucania’ ex ‘Cambronne’ conduciendo 143 pasajeros.
Sesenta de ellos vienen enfermos de escorbuto.
Dos han muerto al desembarcar.”
28
El original de esta protesta no ha sido hallado debido a que en ARNAD no se encuentran
copias de libros de la Notaría de Ancud para el año 1906.
29
Diario informativo, fundado en 1894 por Juan Bautista Contardi, Lautaro Navarro y Manuel
Señoret. (Rodríguez, 2013)
43
En la edición del 11 de octubre, se transcribió otro telegrama:
“Valparaiso, 11
Han fallecido a consecuencia de la enfermedad de escorbuto, sesenta
trabajadores de los llegados a bordo del vapor ‘Araucania’ embarcados
en rio Baker.
Hai otros sesenta enfermos.”
30
Fundado en 1900 por Juan Bautista Contardi.
44
La crónica da a entender que el destino de los obreros se manejó a nivel de
rumores por más de un mes, temiéndose lo peor en muchas oportunidades
y dudando de una fatalidad en tantas otras ocasiones. La llegada del vapor
con los sobrevivientes sólo vino a confirmar lo que ya muchas familias es-
peraban, un desenlace fatal. En Puerto Montt se conoció la tragedia con la
llegada de los obreros de esa ciudad en una embarcación que ellos mismos
debieron contratar en Chiloé después de desembarcar allí. Así lo expresaba
la noticia del periódico:
45
Portada periódico La Alianza Liberal, edición del 11 de octubre de 1906. El medio escrito pu-
blica una lista de los obreros muertos en río Baker. BN-SPM
46
Los enfermos i los muertos se sucedian diariamente.
No había donde recurrir.
La situacion se empeoraba mas i mas.
Un dia se trajo cuatro animales vacunos que fueron destinados a los
enfermos, i otro ocho huemules que algunos trabajadores cazaron en
las cercanías de su campamento.
A fines de Julio la harina se concluyó i con ello la situacion se hacía aun
mas angustiosa.
Las muertes de los trabajadores se redoblaron. Pocos eran ya los real-
mente sanos.
La llegada del vapor prometido era esperado con loca ansiedad.
Por fin, a mediados de Setiembre arribaba el vapor Araucanía i en el se
embarcaban los que lograron sobrevivir a esta verdadera hecatombe.
Quedaban sepultados a las orillas del Rio Baker cincuenta i nueve tra-
bajadores, víctimas del criminal abandono en que estuvieron relega-
dos.
El 1° de Octubre arribaban en el Araucanía, 170 personas muchas de
las cuales venian en un lastimoso estado de postracion.
De Achao se trasladó a Dalcahue una gran parte de los trabajadores,
entre éllos los de Puerto Montt.
En Dalcahue fallecieron 8 a consecuencia del escorbuto.
De ese puerto, las personas que pertenecian a nuestro pueblo, fletaron
una chalupa en la cual han vuelto a sus hogares.”
47
Entre tanto, ciudadanos chilenos morian como moscas, por el hambre i
por el escorbuto, víctimas de la avaricia de una Sociedad de opulentos.
Despues de tres largos meses de martirio, los sobrevivientes de la
hecatombe han llegado a sus hogares i sus narraciones nos horrorizan.
Hemos pedido una investigacion i el castigo de los culpables.
No tenemos noticia de que esa investigacion haya comenzado.
Es necesario que se sepa que no estamos dispuestos a dejar de mano
este asunto.
Necesitamos justicia completa.
---
Damos a continuacion la lista de los muertos con la fecha de la muerte.
Faltan los nombres de los
ocho que llegaron enfermos i murieron en Dalcahue.
Julio
7 Santiago Barrientos
11 Miguel Soto Ojeda
12 Gabriel Ojeda
14 Emilio Perez
27 Victor Yahuel
28 Isaias Barrientos
29 Hipólito Ojeda
30 Pedro Jil Oyarzo
Agosto
1 Pedro Guerrero
2 Clodomiro Barrientos, Melchor Navarro
3 Guillermo Millapel
7 Juan Ruiz
8 Santiago Torres
9 Francisco España
11Roman Diaz, Juan Pedro Triviño
14 Juan de Dios Ruiz
17 Antonio Barrientos
19 Juan Pedro Sanchez
21Rudecindo Aguilante
22 Francisco Diaz
23 Hermenejildo Aguilar
24 Manuel Telcan
25 Pedro Antonio Villegas
27 Enrique Diaz, José Ulloa, Francisco Ruiz, Enrique Cárdenas
28 Eusebio Barria
29 Casimiro Soto, Juan B. Agüero
30 Ramon Barrientos
48
Setiembre
1 Santiago Trujillo
2 Daniel Barrientos
4 Guillermo Navarro
6 Braulio Obando
7 Ignacio Paillante
8 José Rosas Tribiño
10 José Dolores Ampuero, Agustin Yahuel, Juan Vidal, Santiago
Millapel
12 Santiago Barrientos Barrientos
15 Manuel Ojeda
16 Juan de Dios Ampuero, Cirilo Aguilante, Olegario Vidal
18 Aureliano Runin, David Velasquez, Julian Toro, Santiago Alarcon
21 Ramon Millapel, Victoriano Caro
22 Prudencio Caro
25 Inocencio Anquintin, Juan Gallardo
26 Juan Antonio Muñoz, Pedro Borquez
31
Zúñiga le dice a Soto: “su tío Casimiro quedó allá”.
49
Justicia de Ancud el 6 del mismo mes, no sin antes manifestar duros concep-
tos contra la empresa ganadera:
“ASUNTO BAKER
EN PODER DE LA JUSTICIA
Dos días después, se daba cuenta que el Juzgado del crimen había inicia-
do una investigación:
“JUSTICIA
Asunto Baker
50
de aquella causa, donde de seguro se podrían conocer los testimonios de
protagonistas y testigos (trabajadores rescatados, administrador, familiares,
funcionarios del gobierno provincial) sobre lo ocurrido en Baker.
En Chiloé en tanto, la noticia no se mantuvo en los medios de prensa. Sin
embargo, una breve nota aparecida el 20 de octubre de 1906 en La Cruz del
Sur, da cuenta de la tensión vivida semanas después de la llegada de los tra-
bajadores sobrevivientes:
“Puerto Montt
(…)
La Intendencia ha denunciado al Juzgado la actitud criminal que la
Sociedad de Rio Baker ha observado con sus trabajadores.”
“Sobre Baker
Ha repercutido en el Senado de la República la conducta inhumana de
la Sociedad de Baker que dejó morir a sus trabajadores por haberlos
abandonado en los mas crudos meses del año.
El Senador señor Balmaceda ha pedido una investigación.
Se recordará que LA ALIANZA denunció esos hechos bochornosos i
pidió completo remedio.
Agradecemos al Senador de Tarapacá su jenerosa intervención en fa-
vor de los desvalidos tan mal tratados por los ajentes inescrupulosos
de la opulenta Sociedad.”
51
Salvajismo de Baker
SE PIDE INVESTIGACION
Hoy también en el Senado, don Elias Balmaceda senador de Tarapacá,
hizo presente al Gobierno el salvajismo de la Sociedad de Baker que
dejó morir cerca de la mitad de sus trabajadores, i pidió una investiga-
cion y severo castigo para la Sociedad responsable.”
Nada más se comentó en La Alianza Liberal sobre el caso el resto del año
1906, situación que llama mucho la atención, a juzgar por la fuerza con que
denunció lo sucedido durante septiembre y octubre. Tal vez la dirección del
periódico decidió confiar en la acción de la justicia o quizás recibió presiones
para poner fin a su campaña de denuncia.
En otras provincias del norte del país, la noticia tuvo cierto eco y varios
medios publicaron notas al respecto. En Valdivia fue difundida el 10 de octu-
bre por El Correo de Valdivia:
“Enfermos de escorbuto
El Gobernador Marítimo de Ancud ha comunicado a la Direccion del
Territorio Marítimo, que ha fondeado en ese puerto el vapor “Arau-
cania”, procedente de Punta Arenas, conduciendo 143 pasajeros que
embarcó en Rio Baker, de los cuales 60 venian enfermos de escorbuto.
Dos de ellos fallecieron al tiempo de ser desembarcados.
52
En Concepción, el diario El Sur informó sobre los hechos el día 10 de oc-
tubre citando como fuente a los periódicos de Ancud:
El Sur vuelve sobre el caso del Baker en sus ediciones del 14 de octu-
bre: “Fallecieron en Dalcahue ocho individuos de disenteria, traidos de Rio
Baker.”, información extraída de alguno de los medios escritos de Ancud que
no es citado; y del 18 del mismo mes: “El asunto de la Sociedad ‘Rio Baker’,
en donde murieron muchos a causa del hambre, está en poder de la justi-
cia.”, noticia recogida desde Puerto Montt, pero que tampoco cita fuentes.
La Unión, el otro diario que circulaba en dicha ciudad, publicó el 16 de
octubre bajo el título “Los abandonos en rio Baker.- Graves denuncios de un
diario”, una extensa nota citando al periódico La Cruz del Sur de Ancud:
53
vapor, todos los desgraciados que fueron recogidos en Baker tuvieron
que acomodarse en una estrecha bodega del buque, sin comodidad
alguna, enfermos y sanos.
El vapor arribó primero á Achao desde donde se puso en conocimiento
de las autoridades de Ancud lo que acabamos de relatar. Desde Achao,
siguio viaje á Dalcahue donde desembarcó á todas las personas que
había salvado de su angustiosa situación en Río Baker, pues la mayor
parte era de las inmediaciones de esta localidad. El mismo día de la
llegada á Dalcahue fallecieron otros cuatro enfermos.
De lo expuesto resulta que la Sociedad Explotadora de Río Baker, en
pocos meses, ha ocasionado una muerte prematura a 66 comprovincia-
nos nuestros, número que sin duda pasará de un centenar dentro de
pocos días…
Desde Dalcahue pasó el “Araucanía” á Ancud, y el capitán, que tan hu-
manitarios servicios prestó en esta ocasión á nuestra provincia, apro-
vechó las horas de la travesía para hacer lavar y desinfectar el vapor
de la mejor manera posible. En Ancud, se trasladó á bordo el médico
de ciudad Don Liborio Sánchez para constatar el estado sanitario de
la tripulación, que parece satisfactorio. El vapor sin embargo continua
incomunicado y se están practicando en él nuevas desinfecciones.
Como ya lo hemos anunciado anteriormente á nuestros lectores, el
Araucanía ha venido á este puerto con el fin de llevar trabajadores á
las diversas faenas de Punta Arenas y Territorio de Magallanes.”
“ANCUD. Octubre 8.- Los otros tres periodicos locales han condenado
enerjicamente la actitud de la sociedad de Rio Baker por abandono de
sus operarios; murieron 66, quedando atacados de escorbuto mas de
54.”
Días después, el domingo 14 se puede leer en la sección dedicada a
telegramas con noticias breves de las provincias: “ANCUD, Octubre
13.- (…) Fallecieron en Dalcahue 8 individuos de desinteria, traidos
del rio Baker.”
54
Finalmente, el día 18, en la misma sección telegramas de provincias el
diario consigna: “(…) El asunto de la Sociedad Rio Baker donde mu-
chos trabajadores murieron de hambre ha pasado a poder de la justi-
cia.”
33
El Diario Ilustrado, fundado el 31 de marzo de 1902 por Ricardo Salas Edwards, era de fi-
liación conservadora, en tanto que La Reforma, fundado por Luis Emilio Recabarren el 22 de
junio de 1906, era el órgano de prensa del Partido Demócrata en Santiago. BN-SPM.
55
Tabla 1: Fallecidos y sobrevivientes según los medios de prensa escrita de la época
56
Periódicos y diarios (por orden Muertos Total Sobrevivientes Enfermos Total
cronológico de la noticia) muertos embarcados en llegados a obreros
1. En Bajo 2. En vapor 3. En Chiloé Baker Chiloé
Pisagua Araucanía
El Independiente (04/10/1906) --- 2 --- 2 157 50 ---
La Cruz del Sur (06/10/1906) 60 2 4 66 149 60 209
(al salir de Baker) (60+149)
El Llanquihue (06/10/ 1906) --- --- --- --- --- + de 200
La Justicia de Ancud “un medio 157 (información 50 + de 200
(06/10/1906) centenar” del protesto de
G. Titus)
57
Como se puede apreciar, la noticia sobre lo ocurrido en 1906 al numeroso
contingente obrero que laboraba en las tierras de la “concesión Contardi”,
traspasada a la Compañía Explotadora del Baker, tuvo importante cobertura
en las dos provincias de la que eran oriundos los trabajadores. Pero sin duda
resalta la decisión y persistencia de La Alianza Liberal para seguir el caso,
denunciar a la empresa como culpable y pedir justicia para los obreros veja-
dos por medio del abandono y la falta de auxilio. De los periódicos chilotes,
La Cruz del Sur dedicó las notas más contundentes en cuanto a información
sobre lo acaecido, pero La Justicia de Ancud dio un golpe noticioso al publi-
car de manera íntegra la protesta notarial del capitán del vapor que rescató
a los sobrevivientes. El Independiente se limitó a condenar en una sola nota
lo ocurrido, sin hacer mención a los fallecidos en Baker guardando total si-
lencio luego.
En cuanto a los medios de las provincias al norte de Llanquihue, el trata-
miento fue desigual, siendo Concepción la ciudad donde se dio mayor eco a
lo ocurrido. En Valparaíso al parecer se optó por esquivar la noticia, en tanto
que en Santiago se le dio cabida en ciertos medios y en otros simplemente no
se la consideró. Al constatar que dichos medios publicaron noticias referidas
a las provincias del extremo austral de la República, la omisión de lo ocurri-
do en Baker resulta más inquietante.34
Esta omisión a lo ocurrido en Baker, parece haber tenido razones políti-
cas y sociales, pues los empresarios tras la Compañía Explotadora forma-
ban parte de la oligarquía chilena y sus redes se extendían a las altas esferas
del poder ejecutivo y legislativo. Pareciera ser que los medios de prensa de
mayor influencia en el centro del país, establecieron una suerte de cerco in-
formativo, anulando el impacto de lo informado por La Alianza Liberal. Se
ha visto cómo aquellos medios que decidieron informar sobre los hechos,
siempre prefirieron como fuente la prensa ancuditana y cuando algunos
mencionaron que el caso había llegado a la justicia, no citaron la fuente que
comprobadamente había anunciado el curso de las denuncias y la acción de
los tribunales de Puerto Montt: La Alianza Liberal.
Sin embargo, la denuncia de este periódico puertomontino logró llegar
al Senado de la República donde algunos legisladores sacaron a colación el
caso en dos sesiones consecutivas a principios de noviembre de 1906, como
se verá en el tercer capítulo. Después de aquellas encendidas alocuciones
registradas al interior del Congreso Nacional, el tema parece haber dejado de
interesar a los congresistas. En las sesiones siguientes nada se ha encontrado
respecto a los acontecimientos trágicos de Bajo Pisagua ni informes que den
cuenta de las acciones judiciales o administrativas que se pidieron y prome-
tieron en las sesiones que se presentan en este trabajo. ¿Se olvidó la tragedia
34
El Mercurio de Valparaíso y Santiago, Las Últimas Noticias, El Diario Ilustrado y La Refor-
ma de Santiago. BN-SPM.
58
en el ambiente político?, ¿se determinó silenciarla?, ¿o simplemente perdió
su relevancia ante otros problemas que ocuparon la agenda de los parlamen-
tarios acusadores?
En el extremo norte del país la noticia tampoco tuvo eco, suficiente infor-
mación había con la dinámica economía originada por la industria salitrera
y la creciente organización de los trabajadores asalariados.
Lo concreto es que la tragedia al parecer desapareció de la discusión po-
lítica en el centro del país… Pero el recuerdo de la misma retornó en 1908 y
de manera extrañamente coincidente. En dos medios escritos, alejados físi-
camente por cerca de mil kilómetros uno del otro, se publicaron textos que
trajeron de regreso el drama sufrido por obreros chilotes en tierras del Baker
hacía menos de dos años.
Uno de estos recuerdos forma parte de una carta enviada por A. y S. S.
el 26 de abril de aquel año a la dirección del diario El Mercurio de Santia-
go, cuya principal reflexión decía relación con el aislamiento de las regiones
situadas entre Chiloé y los canales autrales y la necesidad de aumentar la
oferta de líneas de vapores para comunicarlas con el resto del país evitando
que se originasen nuevamente “…acontecimientos mui dolorosos, tal como
pasó hace algun tiempo con la mortandad de trabajadores en el Baker, cuya
única y esclusiva causa fué la falta de alimentos, motivada por el abandono
culpable en que se dejó durante seis meses a esos pobres individuos, entrega-
dos inhumanamente a las crudezas e inclemencias de un invierno riguroso.”
El otro es directamente el fondo de una reflexión dolorosa enviada una
semana antes al periódico La Cruz del Sur de Ancud, bajo el título: “Indem-
nización. ¿No valen nada los chilotes?”. El autor –anónimo– recoge la noticia
sobre una sentencia judicial emanada del juzgado de Antofagasta, que or-
denaba a una empresa salitrera indemnizar con una fuerte suma de dinero
–veinte mil pesos de la época–, a la madre de un obrero muerto por falta de
seguridad en la faena. Y a partir de ella inicia su remembranza:
“Esta noticia nos hace recordar la reclamacion deducida hace dos años
contra la Sociedad Baker por las viudas y huérfanos de los operarios
chilotes (cerca de un centenar) que perecieron allá, a causa de un cul-
pable y criminal abandono.
En este último caso existe aún el antecedente explicito de un contrato,
según el cual la expresada Sociedad debia restituir en la Provincia de
Chiloé a los operarios en un plazo fijo. Lo que no hizo, como todo el
mundo sabe, dejándolos perecer en el mas cruel aislamiento, víctimas
del escorbuto y del hambre.
Hasta la fecha no tenemos noticia del estado de ese juicio, que ya pudo
haberse fallado. ¿Será que los hijos de Chiloé no valen ni siquiera tanto
como un guanaco de las pampas patagónicas? Si alguien, por negligen-
cia culpable, no hubiese impedido la destrucción de un rebaño de ca-
bras de la Sociedad Baker, debiendo impedirla, tiempo ha se habria im-
59
puesto la indemnización correspondiente. Pero parece que los chilotes
valen menos que los guanacos de las pampas y las cabras montaraces!
Ah! no: queremos resistirnos a dar pábulo a una idea semejante. Espe-
ramos que todavia el principio de justicia en Chile sea capaz de mante-
ner el rol que le corresponde, sosteniendo los derechos coculcados del
pobre contra las invasiones opresoras del rico.”
Es posible que existan en la prensa de las primeras décadas del siglo XX,
otros textos que refieran a la tragedia obrera de Bajo Pisagua; es posible que
alguno de ellos informe sobre el juicio seguido y su destino. Ante esta proba-
bilidad habrá que continuar revisando los medios escritos, con la esperanza
de aportar nuevos antecedentes que ayuden a comprender en su integrali-
dad estos luctuosos sucesos.
Por otra parte, es claro que la historia de lo ocurrido en Bajo Pisagua se
alojó fuertemente en la memoria oral popular, relatándose en fogones de
Chiloé y la Patagonia, en las casas de los deudos, los campamentos de traba-
jadores; y se cobijó también entre las historias que atesoraban los pobladores
que iban llegando al Aysen, sobre todo a las tierras del Baker. El relato se
sostuvo en el tiempo con diversas variaciones y énfasis, pero la estructu-
ra central que acusa como culpables de la muerte de los trabajadores a los
propietarios y gerentes de la empresa ganadera por haberlos abandonado,
se ha conservado. Este aspecto de la tradición oral parece validarse a par-
tir de la información de prensa analizada. Sin embargo, la versión sobre el
envenenamiento, que también forma parte de diversos relatos orales, se ve
contradicha por las dos causales consignadas en esa misma prensa: un brote
de escorbuto y el hambre, ambas generadas en un abandono culpable.
La historia de la tragedia también se comenzó a relatar literariamente. Es
así que en 1932, veintiseis años después de ocurridos los hechos, se publica-
ba el primer texto conocido donde se mencionaba al cementerio y a la viruela
como causante de la mortandad. La referencia es breve y forma parte de un
cuento escrito por el argentino Liborio Justo y publicado junto a otros relatos
en su libro La Tierra Maldita (Justo [1932] 2006).
Se iniciaba así otro proceso, la construcción social de la leyenda en torno
al cementerio en el que fueron enterrados los obreros y que a principios de
los ochenta del siglo pasado comenzó a denominarse “Isla de los Muertos”.35
35
El nombre “Isla de los Muertos” también refiere a otros dos sitios de inhumación. Se le lla-
ma así a Poveglia, pequeña isla situada entre Venecia y Lido, Italia, donde por siglos miles de
personas contagiadas de peste fueron dejadas para morir; en Chiloé la isletilla Aucar, ubicada
al sur de Quemchi recibe este nombre.
60
CAPÍTULO 2
61
5 años y 30 después, sin aclarar si éstas debían ser sajonas o nacionales y
$50.000 en mejoras al expirar el permiso.
El peticionario aseguraba en su escrito que contaba con la capacidad para
llevar adelante la empresa descrita y que sus compromisos no diferían mu-
cho de lo que se había exigido “en las concesiones al señor Christie en Taitao
i al señor Campelo en Palena i Yelcho.”36
La solicitud de Contardi fue informada positivamente cuatro días des-
pués, el lunes 22 de diciembre, por el inspector general de Tierras y Colo-
nización, Agustín Baeza Espiñeira.37 Este funcionario le indicó al ministro
que se trataba de una solicitud similar a las ya efectuadas por José Campelo
y Pablo Hoffmann (meses antes), pero que se veía más interesante para el
Fisco, porque ofrecía mejoras concretas por la suma de cincuenta mil pesos.
Los argumentos que le hicieron sugerir se aprobara la concesión fueron los
siguientes:
Baeza consideraba que por medio de las concesiones “las gentes” intere-
sadas harían inversiones que darían beneficios al Estado: conocimiento geo-
gráfico, vías de comunicación, colonización, explotación de recursos natura-
les y una vez ingresados los terrenos al conocimiento público, la venta de los
mismos a mayor valor y en favor del Fisco.
No deja de llamar la atención que el funcionario argumentara descono-
cimiento de la geografía del lugar, siendo que las autoridades estatales es-
taban ya informadas del trabajo de exploración y mejoras realizado por las
36
Campelo obtuvo permiso de ocupación por Decreto Supremo 1209 del 8 de octubre de 1902.
37
Oficio 1404. ARNAD, Fondo MinRel.
62
comisiones de límites, que reconocieron entre 1900 y 1902 el Baker, e incluso
desde antes, cuando Hans Steffen realizó la primera expedición exploratoria
chilena en el área.38 Llama también la atención que Baeza no mencionara con
claridad a la ganadería como actividad productiva potencial para la zona,
siendo que la misma comisión de límites había expresado su opinión respec-
to de la calidad de los terrenos. Y finalmente, resulta llamativo que indican-
do el beneficio de introducir trabajadores que “poblarán” el área, indique
que una vez incorporada la zona a la explotación de sus recursos, el Estado
podrá venderla, obteniendo ingresos por este concepto, sin aclarar qué desti-
no tendrán los colonos que fuesen instalados por el concesionario.
El informe del Inspector General de Tierras contiene además otros ele-
mentos de interés para comprender el contexto en el que se enajenaron las
tierras de Patagonia a principios de siglo. En efecto, el funcionario sostenía
su posición “...contra la opinion de otros funcionarios”, afirmación que su-
giere la existencia en la época de cierta oposición a la concesión de tierras
como mecanismo provechoso para el Estado.39 Más adelante, Baeza plantea-
ba que otros funcionarios combatían la legalidad del modelo de entrega de
tierras, pero que él consideraba que mientras no se transfiriera el dominio de
la tierra a los privados y sólo se otorgasen permisos de ocupación, el Fisco no
estaría en peligro de perder el control de la misma.40
Para finalizar el trámite de aprobación de la concesión, el beneficiario de-
bió rendir una fianza de $ 50.000 para asegurar que cumpliría con los tér-
minos del permiso. El fiador fue Guillermo Jones, sí, el mismo que a su vez
había pedido una concesión en el área del Yelcho.41 Y el mismo que muchos
años después (1917 para ser exactos), solicitaría permutar su concesión del
Yelcho por terrenos en la ex concesión Freudenburg ubicados en territorio de
la actual comuna de O’Higgins (Osorio 2013a).
La tramitación de la solicitud demoró algunos meses en las oficinas de la
Inspección General de Tierras y Colonización; luego se preparó el Decreto nº
658 y se elevó a la oficina del ministro para su firma el 19 de mayo de aquel
año.42
38
Descubriendo y bautizando el río Baker, además de fundar el puerto “Bajo Pisagua” justo
frente a la zona donde el vapor Pisagua había varado en unos bajos producidos en la desem-
bocadura del río. Ver Steffen [1944] 2007.
39
Se sabe que el otro mecanismo de otorgamiento de tierras a particulares era el arrendamien-
to. Este mecanismo había sido ya implementado en el territorio de Magallanes.
40
Baeza Espiñeira mismo probó suerte años después como estanciero arrendatario de tierras,
pero en el territorio del Chubut, Argentina, donde arrendaba al Fisco argentino 9.000 hás. En
1906, Baeza pierde el contrato de arrendamiento por no cancelar la segunda anualidad. Bole-
tín Oficial de la República Argentina, 15-06-06, p. 1189. http://www.archive.org.
41
Jones obtuvo permiso de ocupación en dicha zona por Decreto 1242 del 01 de octubre de
1903.
42
Con la misma fecha fue expedido el Decreto nº 659 que concedía permiso de ocupación a
Luis Aguirre en la cuenca del río Aysén, cuya solicitud ingresó al Ministerio de Relaciones
Exteriores en enero de 1903. ARNAD, MinRel, Vol 1092.
63
Las tierras del Baker en el interés de otros peticionarios
La solicitud de Contardi no fue la única que recayó sobre las tierras del
Baker. En abril de 1901 cinco ciudadanos ingresaron una petición al Minis-
terio de Relaciones Exteriores para establecer una “Colonia Agrícola” en un
terreno apto ubicado en la región comprendida entre los paralelos 47 y 49 La-
titud Sur. Se trataba de Luis Aguirre, Juan Antonio Orrego, Carlos R. Ovalle,
Emilio Orrego Luco y Alfredo Vergara G. En su solicitud expresaban estar re-
cabando antecedentes sobre dichas regiones “vecinas al lago Cochrane” e in-
dicaban haber conversado con miembros de la “Comisión de Límites”, quie-
nes con sus descripciones del área, los resolvieron a “…tentar una espedicion
i aprovechando uno de los viajes del transporte nacional ‘Casma’ enviamos
una espedicion esploradora con víveres i elementos de construccion; pero a
pesar del ausilio prestado mas tarde por la cañonera ‘Magallanes’ no nos fué
posible llegar al interior por falta de caminos o senderos practicables.”
Más adelante indicaban que sabían de la apertura de un camino desde río
Baker al interior, lo que facilitaría intentar una nueva expedición. Sin embar-
go, consideraban que era muy arriesgado realizarla “…sin tener la seguri-
dad que nuestros sacrificios sean compensados.”
Esos sacrificios consideraban que la nueva expedición a realizar debía pa-
sar a lo menos un invierno en el área para conocer cabalmente el comporta-
miento climático en el territorio. Como ello consideraba una fuerte inversión
de dinero, querían asegurar la concesión de los terrenos que descubriesen
“...o a lo menos un título provisorio que nos garantice la posecion de esos te-
rrenos hasta que el Supremo Gobierno esté en condiciones de otorgar Títulos
definitivos de arrendamiento o venta, tal como se ha hecho con los concecio-
narios del Territorio de Magallanes.”
Estos ciudadanos prometían formar una Sociedad de capitales “naciona-
les” de no menos de medio millón de pesos de capital “para establecer la
ganadería”; por ello pedían un derecho de ocupación provisorio sobre un
terreno que calculaban en algo menos de 500.000 hectáreas.
La petición fue analizada, se solicitó pronunciamiento al perito chileno
en el proceso de demarcación de límites y a la Inspección General de Tierras
y Colonización. El perito, de apellido Martínez, informó sobre la situación
y cabida de los terrenos en el proceso demarcatorio. El inspector de tierras,
Agustín Baeza Espiñeira, manifestó su aprobación en general a la idea, pero
planteó la existencia de trabas “administrativas” que impedían otorgar lo so-
licitado. Pero también sugirió soluciones para que la petición pudiese llegar
a buen puerto si se replanteaba su tenor. Con estos antecedentes, el ministro
instruyó se informara a los interesados. Luis Aguirre y sus compañeros no
persistieron en su solicitud.
Pocos meses despúes que Juan Contardi ingresara su petición, otros so-
licitantes de tierras elevaron sus peticiones. Entre ellos se encontraban An-
64
tonio Asenjo y Alejandro Bate,43 quienes en febrero de 1903 hacían llegar un
documento que fundamentaba su petición de tierras en la hoya hidrográfica
del río Baker.
Asenjo y Bate, conocidos en la historiografía regional como los concesio-
narios de los valles Simpson, Palos y Blanco (Pomar 1923; Araya 1978; Mar-
tinic 2005; Osorio 2014), habrían efectuado esta primera solicitud sobre las
tierras del Baker. Iniciaron su carta informando al ministro de Colonización
que les interesaba “establecer una industria ganadera i de pesqueria” y por
ello solicitaban “el uso y goce de los valles aptos para ganaderia situados en
las margenes del rio Baker y sus afluentes”. Para llevar adelante el proyecto
se proponían construir instalaciones para todo tipo de industrias derivadas:
pesquería, conservas, grasería, carnes congeladas y para la comunicación
interna de la concesión así como para el despacho de la producción: casas,
caminos, puentes, cierros, balseos, teléfonos, por lo cual solicitaban también
la autorización de parte del gobierno en calidad de ocupantes de tierra.
Asenjo y Bate le proponían al Estado el derecho de este último a introdu-
cir colonos, pero “sin perjudicar, los intereses de los concesionarios.” Esta
cláusula debe haber sido señalada en atención a que se conocía perfectamen-
te la concesión de colonización que ostentaba Juan Tornero desde 1901.
Los solicitantes sugirieron –como todas las demás solicitudes de la épo-
ca– el plazo de la concesión, 20 años, pero ofrecían al Estado que pasados los
primeros 10 años, éste podía establecer un cánon de arriendo basado en la
extensión de tierras ocupadas y en el valor de ellas calculado en la fecha de
su solicitud.
Sin embargo, Asenjo y Bate no persistieron en su petición, pues debie-
ron haber sido informados que Contardi tenía prioridad por haber elevado
solicitud dos meses antes que ellos. En cambio, iniciaron las gestiones para
solicitar una concesión en el valle Simpson (Osorio, Op. Cit.).
43
Del otro peticionario que figura en los antecedentes, sólo se menciona su apellido: Leiva. No
ha sido posible hallar pistas de su biografía.
44
Reducido a escritura pública por el Inspector General de Tierras y Colonización de la época
Ramón Briones Luco, el 01 de agosto de 1904 ante el notario Florencio Márquez de la Plata.
Cabe mencionar que en la escritura aparece la frase “apruébase incondicionalmente por aho-
ra” y más abajo aparece la condición de retener la fianza hasta la formación de la sociedad que
motivaba la transferencia. Esta escritura pública daba la legalidad completa a la transferencia
de la concesión Contardi a Juan y Florencio Tornero. ARNAD, NS.
65
claro en indicar que la aprobación de la transferencia era provisoria y que se
realizaba en el entendido que se debía “constituir una sociedad para la ex-
plotación de los terrenos comprendidos en la mencionada concesión.”
Tan condicional fue la aceptación de esta transferencia que la fianza de
$50.000 que Contardi debió cancelar por medio de Jones, quedó subsistente
mientras se tramitaba la autorización definitiva de la operación y sólo se re-
integraría una vez se formara la sociedad, momento en el que la fianza sería
reemplazada por otra de cargo de la empresa constituida.
Los Tornero –que eran tío y sobrino como se explicará más adelante– y
todos los accionistas invitados a embarcarse en la aventura empresarial, ha-
bían adelantado terreno ya que el 15 de julio de aquel año concurrieron a la
Notaría de Enrique Gana, domiciliada en Valparaíso, para reducir a Escritu-
ra Pública los Estatutos de la empresa en formación a la que denominaron
“Compañía Esplotadora del Baker”. Llevaban meses reuniendo información
y preparando documentación. Accedieron a copias de los informes del in-
geniero Ricardo Michell (1901, 1902) y a una copia del documento titulado
“Relación de la utilidad práctica de los terrenos que existen en los valles de
los ríos Baker, Bravo y Pascua”, entregado al árbitro inglés durante el proce-
so de delimitación con Argentina. Con estos y otros antecedentes encargaron
o tal vez prepararon ellos mismos un prospecto comercial45 que inicia afir-
mando que la empresa se formaba “sobre la base de la Concesión hecha por
el Supremo Gobierno al señor Juan B. Contardi el diezinueve de Mayo de
mil novecientos tres, en los valles tributarios del Rio Baker y en condiciones
análogas á las demás afectuadas en la misma zona.” Luego se transcribía ín-
tegramente el Decreto Nº 658, indicando que había sido reducido a escritura
pública el 15 de julio de 1903 y que la concesión fue transferida por Contardi
“á los señores Juan y Florencio Tornero según escritura de veintidos de Junio
de 1904, estendida en Santiago ante el Notario señor Melo Egaña.”
Los autores del prospecto calculaban que la extensión total de la conce-
sión alcanzaba aproximadamente “un millon cuatrocientas mil hectareas”,
pero que sólo una pequeña proporción de ella se prestaba para la crianza de
lanares y vacunos, unas 135.000 hás., de acuerdo al cálculo que había hecho
años antes el ingeniero Michell. Descartaban de entrada el área cercana a
la costa: “Constituye ella la zona de los inmensos bosques vírjenes y de las
copiosas lluvias. La humedad es su caracteristica.” En cambio evaluaban po-
sitivamente la zona montañosa intermedia, que tenía valles de cierta cabida,
convirtiéndola en “igualmente apropiada para la crianza de vacunos como
para la de ovejas, así como para la agricultura.” Otra característica positiva
estaba en los cursos de agua y zonas de pantanos que podían ser usados
como “cercos naturales”, abaratando así el costo de levantar alambrados.
45
“Sociedad Ganadera del Baker”. Copia mecanografiada, autor desconocido, s/f. Presumi-
blemente elaborado a fines de julio o principios de agosto de 1904. Archivo Sociedad de His-
toria y Geografía de Aisén, SOHIGEO.
66
Una tercera zona era la que hoy se denomina como de transición bosque-es-
tepa, más seca, con vegetación más abierta, terreno más firme, “reune todas
las condiciones requeridas para a crianza del ganado lanar.”
Una vez efectuada la descripción general del territorio concesionado, el
prospecto avanzaba en definir el objetivo de la empresa:
67
Buenos Aires. Hasta el lago Cochrane eran otras doce horas de viaje, pero a
caballo. El recorrido total desde el Pacífico al “centro de los terrenos”, demo-
raba treinta y un horas aseguraban los autores. El camino podía mejorarse
para el servicio de transportes pesados; el río también para hacer más segura
la navegación, pero ello significaría una importante inversión, $ 30.000 para
el camino y otros $ 30.000 para los trabajos en el río.
Esta reseña se basaba totalmente en tres informes del ingeniero Michell, el
primero analizaba las vías de comunicación del territorio del Baker y estaba
fechado en noviembre de 1901. El segundo, de junio 1902, efectuaba una rela-
ción de las construcciones dejadas por la comisión de límites en el territorio.
El tercero correspondía a un breve informe sobre la “utilidad práctica” de
los terrenos. Todos estos documentos se anexaban al prospecto que debió
hacerse llegar a los accionistas.
La empresa se formó con un capital de dos millones de pesos dividido en
20.000 acciones con un valor nominal de $100 cada una. En total fueron 129
los accionistas fundadores de esta empresa (ver anexo documental), inclu-
yendo a Juan y Florencio Tornero que cedían la concesión a la nueva compa-
ñía recibiendo en conjunto 4.000 acciones liberadas como pago.
Se trata de una gran cantidad de accionistas, sin embargo, la mayoría (71)
suscribían entre 10 y 200 acciones. Solo un pequeño grupo de ocho accionis-
tas sobresalía por la cantidad de papeles suscritos. Ya se ha mencionado a
Juan y Florencio Tornero que recibieron acciones liberadas como pago por la
concesión. Pero estaban también Ernesto Makin, corredor de bolsa, que sus-
cribió como propias un total de 1.352 acciones al mismo valor nominal; este
corredor suscribió además, como apoderado de 50 accionistas santiaguinos,
un total de 7.180 acciones;46 Jorge Herrera con 700 acciones; Alberto Browne
Vicuña,47 Carlos Subercaseaux Browne48 y Manuel Pérez López,49 con 500 ac-
ciones cada uno; Ottorino Zanelli50 con 250 acciones.
46
Entre sus representados figuraban Con 1.000 acciones, Carlos Concha Subercaseaux (impor-
tante abogado de Santiago, hijo de Melchor de Santiago Concha y Toro, el fundador de la viña
Concha y Toro. Fue alcalde de Santiago y congresista. Embajador en Argentina entre 1900 y
1903. En la época de fundación de la Compañía Explotadora del Baker era diputado conserva-
dor por Santiago. Estaba emparentado con Julio Subercaseaux por el lado materno en calidad
de tío). Con 500 acciones, Luis Claro Solar (abogado integrante del Consejo de Defensa Fiscal
en la época. Posteriormente fue senador) y José Valenzuela Day. Con 300 acciones cada uno,
Darío Sánchez y Julio Subercaseaux Browne. Los demás con 200 y 100 acciones.
47
Primo por línea materna de Julio Subercaseaux Browne (ver: http://www.genealog.cl).
48
Hermano de Julio Subercaseaux Browne. (ver: http://www.genealog.cl).
49
Pariente político de Alberto Browne Vicuña, casado con su prima paterna Virginia Browne
Sarraeta. Miembro de la familia Pérez Rosales, sobrino-nieto de Vicente Pérez Rosales. (ver:
www.genealog.cl).
50
Magnate salitrero en aquella época y accionista en la Sociedad Industrial de Aysen con 600
acciones nominales. Estatutos SIA, 1903. Archivo SIA, Sohigeo.
68
La estructura de la empresa se componía de un Consejo Directivo forma-
do por cinco accionistas propietarios y 2 suplentes, quienes ostentarían sus
cargos por dos años, pudiendo ser reelegidos. Recibirían un pago de dos li-
bras esterlinas por cada sesión de directorio a la que concurriesen.51 Además
los estatutos estipularon dos cargos de confianza para el funcionamiento del
negocio. El primero, llamado “administrador”, debía velar por la marcha de
la empresa en terreno, quedando responsable de representar a la empresa
en el Territorio de Magallanes, la contratación de trabajadores, la fijación de
sueldos, impartir órdenes operativas a los empleados de la compañía, ad-
ministración de la concesión y el ganado que se adquiriese, firma de todo
documento de la empresa, despacho de correspondencia y supervisión de
la contabilidad de la misma. Por otra parte, en Valparaíso operaría otro em-
pleado denominado “secretario gerente” a cargo de “la dirección superior de
la oficina de la Sociedad en el lugar de su domicilio y la ejecución de todos
los acuerdos del Consejo directivo bajo su inmediata y exclusiva dependen-
cia.52 Por último la empresa constituyó una comisión revisora que debía ser
integrada por dos accionistas propietarios cuya tarea sería revisar la marcha
de la misma.
El primer directorio quedó compuesto por los siguientes accionistas: San-
tiago Lyon,53 Ramón Nieto,54 Víctor Gana,55 Carlos Subercaseaux Browne y
Osvaldo Prieto Goñi56 como directores propietarios, más Ernesto Makin y
Víctor Vergara Salvá como suplentes. Este directorio hubo de lidiar con la
tragedia de Bajo Pisagua y las denuncias de la prensa de Llanquihue y Chi-
loé.
Los estatutos estipulaban que Florencio Tornero fuese comisionado para
realizar todas las gestiones tendientes a obtener la aprobación de los mismos.
De tal modo que el administrador Tornero concurrió al Ministerio de Ha-
cienda la primera semana de agosto de 1904 con una carta de presentación y
toda la documentación para solicitar dicha aprobación.
El secretario del ministro revisó los documentos e instruyó –a nombre de
la autoridad– al Consejo de Defensa Fiscal para que evacuara un informe
sobre el cumplimiento de lo prescrito en las leyes. El informe del Consejo de
51
En 1904 1 libra esterlina equivalía a $14,66. http://www.economia.puc.cl/cliolab/BD.
52
Estatutos Compañía Explotadora del Baker, Títulos IV y V. Antecedentes Decreto Nº 2857
Ministerio de Hacienda. ARNAD.
53
También miembro del primer directorio de la Sociedad Industrial de Aysen en la época.
Estatutos SIA, Título XII, artículo 45. Archivo SIA, Sohigeo.
54
Empresario salitrero de origen español, oriundo de Lavadores, municipio cercano a la ciu-
dad de Vigo, Galicia. También fundó el Banco Español y dos compañías de seguros. Su obra
benéfica fue mandar construir un conjunto de escuelas en su tierra natal, las escuelas Nieto.
A su muerte, toda su fortuna fue donada a esta obra benéfica. http://www.cronicasdelaemi-
gracion.com/articulo/galicia/ramon-nieto-de-lavadores-a-iquique/19700101010000046996.
html
55
Posiblemente era Víctor Gana Edwards, agricultor, corredor de la Bolsa de Valparaíso. (ver:
http://www.genealog.cl)
56
Político conservador, gerente del Banco Santiago.
69
Defensa Fiscal fue remitido al Ministerio el 16 de Agosto y este organismo
emitió el 23 de agosto el Decreto Nº 2857 aprobando los Estatutos y, siguien-
do las recomendaciones del Consejo de Defensa Fiscal, le fijó a la empresa
un plazo de tres meses para que enterara el 16% del capital social (incluidas
las acciones liberadas) por un valor de $320.000 pesos con el fin de iniciar
formalmente sus operaciones, entre otras condiciones.
La tramitación administrativa estaba completa. La Compañía Explotado-
ra del Baker ya era una realidad y de este modo se solicitó a los socios enterar
los aportes para completar el valor fijado por Hacienda y calculado en los
mismos estatutos que definían que en un máximo de tres meses, es decir
noviembre de 1904, debían contar con el 20% del capital total efectivo (des-
contando las acciones liberadas), o sea los mismos $ 320.000.
Siguió entonces la puesta en marcha de la empresa, comenzando así la
historia que desembocaría en la tragedia obrera de Bajo Pisagua, que se ana-
lizará paso a paso en el capítulo siguiente.
Respecto al proceso de formación de esta empresa, la reseña más antigua
que se conoce, posterior a la creación de la entidad, es la de Lautaro Navarro
Avaria, persona que tuvo a su cargo la dirección del Censo General del Te-
rritorio de Magallanes efectuado el 8 de septiembre de 1907 y en dicha cali-
dad firmó como autor del informe consolidado del mismo, publicado en dos
tomos entre 1907 y 1908. En el tomo de 1908, Navarro expresó lo siguiente
respecto a la empresa analizada:
Navarro A., Lautaro 1908. Censo Jeneral del Territorio de Magallanes, Tomo II: 81 (http://
57
www.memoriachilena.cl)
70
En 1919, casi una década después de la quiebra de la Compañía Explota-
dora del Baker, la sociedad Díaz, Contardi & Cía. publicó el trabajo titulado
“Ganadería, Industria y Comercio de Magallanes”, de autor desconocido y
en el que se afirmaba primeramente que aquella empresa ganadera se habría
formado, junto con otras sociedades anónimas, a raíz del remate de tierras
magallánicas efectuado el 20 de marzo de 1903, el que junto al remate de 01
de octubre del mismo año se constituían en “los primeros de enajenación
definitiva del suelo”. La fecha de formación dada por los autores del escrito
era el 23 de agosto de 1904.
Sin embargo, algunas páginas más adelante, se indicaba otro origen para
la misma empresa:
71
72
Detalle Concesiones Contardi (línea anaranjada) y Tornero (línea azul). Plano Jeneral de las Concesiones, 1920. Nótese que al río Baker se lo
considera como límite entre ambas concesiones.
autores indican que la Explotadora del Baker quebró, plantean que a raíz de
ello los campos pasan a manos de Vicuña Subercaseaux quien los transfiere
a Posadas. Todo habría sido un solo proceso, cuyo objetivo central era la ex-
plotación ganadera y maderera del área.
En definitiva se puede afirmar que la Compañía Explotadora del Baker se
formó sobre la concesión Contardi –como sus mismos estatutos lo indican– y
no sobre la concesión Tornero de 1901;58 por otra parte, la revisión de la lista
de accionistas fundadores (publicada como anexo en este trabajo) no arrojó
la presencia de Mauricio Braun ni Juan Blanchard, ni familiares de ambos.
Tampoco se verifica su participación en un listado de accionistas que apa-
reció publicado el 31 de marzo de 1906 en la sección “Avisos de Sociedades
Anónimas” de El Mercurio de Santiago.
Lo anterior permite sugerir que los capitales magallánicos no estuvieron
involucrados en la constitución de esta empresa ganadera, ni con su desem-
peño y fracaso. Dichos intereses, si bien participaron de lo que se podría defi-
nir como la “disputa” inicial por el control de las tierras australes, perdieron
la primera partida y sólo pudieron acceder al control del área septentrional
del antiguo Territorio de Magallanes una vez se concretó la caducidad de la
concesión Contardi y dichas tierras fueron rematadas por el Fisco.
58
Esta última concesión habría sido la que dio origen a la Compañía Explotadora del Baker,
según la tesis planteada por Martinic en todos sus escritos referidos a la historia empresarial
del área y ha sido reproducida por otros autores. Sin embargo, esta investigación la ha des-
cartado, sobre la base del estudio de los estatutos de la empresa y otros documentos oficiales
relacionados que son presentados en este trabajo.
73
Aviso publicado por la Compañía Explotadora del Baker el 31 de marzo de 1906 en el
diario El Mercurio de Santiago. Informa la nómina de accionistas de la empresa al día
06 del mismo mes.
74
Reseña biográfica de los participantes en la solicitud de tierras y posterior
formación de la Compañía Explotadora del Baker
Juan Tornero Olmos de Aguilera era hijo de José Santos Tornero,60 quien
se afincó en la ciudad de Valparaíso donde tuvo una destacada actividad
59
Y de hecho en julio de ese año, Contardi se embarcó rumbo a Europa junto a su familia, para
disfrutar de un periodo de vacaciones. Diario El Magallanes, 12 de julio 1906. BN-SPM.
60
José Santos Tornero Montero fue un inmigrante español, oriundo del poblado Viniegra de
Abajo, provincia de Logroño, llegado a Chile en 1834, a los 26 años. Editor, librero y dueño de
“El Mercurio” de Valparaíso. Se casó en aquella ciudad con Carmen Olmos Orrego y tuvieron
13 hijos, de los cuales sobrevivieron 7: Orestes (fallecido a los 43 años en 1881), Recaredo, Ma-
tilde, Isabel, Enrique, Juan y Carlos Tornero Olmos. José Santos Tornero, 1889. Reminiscencias
de un viejo editor. (consultado 03 de agosto 2014. http://www.memoriachilena.cl)
75
como editor. Su madre fue Carmen Olmos Orrego. Según algunos registros
genealógicos casó con Práxedes Bravo.61 No registra descendencia.
Médico de profesión, a principios del s. XX ejercía en Punta Arenas. Se ha
hecho conocido en la historia regional por la enorme concesión de coloni-
zación que obtuvo, en conjunto con otros solicitantes, para introducir 1.000
familias de colonos de origen sajón en el territorio comprendido entre los 42°
y 52° Latitud Sur, concesión que fuera sancionada por decreto 1068 de 23 de
agosto de 1901.62
La “concesión Tornero” desató gran polémica en su época por lo desco-
munal de su cabida. Pero también porque en algunos casos se sobrepuso
a la pequeña propiedad de inmigrantes europeos llegados al Llanquihue y
colonos chilenos del mismo sector.63
Juan Tornero nunca logró establecer colonos y al parecer no fue esa su real
intención. Más bien se interesó en realizar negocios financieros a partir de la
misma concesión. Vendió derechos sobre secciones del territorio que debía
colonizar.64 Su accionar fue recurrentemente citado incluso en el Parlamento
de la época, donde parlamentarios denunciaban el descaro de la especula-
ción de las concesiones ganaderas en el extremo sur del país.
Juan Tornero Olmos emigró de Chile en fecha desconocida, radicándose
en Italia.65
Florencio Agustín Tornero Echeverría nació el 5 de septiembre de 1871,
hijo de Orestes León Tornero Olmos (hermano de Juan Tornero) y Ana Rosa
Echeverría.66 No se sabe mucho de su juventud, pero al momento de realizar
el negocio de formación de la Compañía Explotadora del Baker contaba con
33 años. En 1899 incribió en Santiago a su hijo Florencio Alfredo, habido con
Adela Baeza, su esposa.67
En enero de 1909, Florencio Tornero residía y trabajaba en Arica, al pare-
cer en la administración pública. En diciembre del año anterior se le había
nombrado como Subinspector del Impuesto sobre Alcoholes para dicha ciu-
dad, pero debió renunciar al nombramiento por no estar en condiciones de
retirarse del empleo en el que estaba para asumir en la fecha que el Ministe-
rio de Hacienda requería.68 En octubre de 1909 fue nombrado agente general
61
www.genealog.cl (consultado en diciembre 2013)
62
Ver nota 13.
63
Al respecto la prensa de la época publicó varias crónicas entre 1904 y 1907.
64
ARNAD, MinRel.
65
Figueroa, V., 1931. Diccionario Histórico Biográfico y Bibliográfico de Chile, Tomos IV y V,
p. 901.
66
"Chile, bautismos, 1585-1932," index, FamilySearch (https://familysearch.org/pal:/
MM9.1.1/FJ8H-VY8 : accessed 03 Aug 2014), Florencio Agustin Tornero, ; citing , reference ;
FHL microfilm 798167.
67
Registro Civil, circunscripción Portales, Santiago. https://familysearch.org.
68
MinHac., Decreto 1909. Vol 4066.
76
de la Aduana de Arica.69 Hacia 1931 habría ejercido como gobernador de la
Provincia de San Felipe.
69
MinHac., Decreto 1909. Vol 4069
70
Figueroa, V., Op. cit.
71
Claudio Vicuña Guerrero fue senador y uno de los políticos más cercanos a José Manuel Bal-
maceda, lo que le costó el exilio un par de años. Fue candidato a la presidencia. En las luchas
intestinas del liberalismo, perdió poder ante los hermanos Sanfuentes, quienes finalmente se
impusieron en la coducción del partido y sus facciones.
72
Ley s/n promulgada el 07 de febrero de 1893 y publicada en el Diario Oficial el 11 del mismo
mes. Dicha ley facultaba al Presidente de la República para arrendar los terrenos que el Estado
poseía en el territorio magallánico, Tierra del Fuego e islas australes de la República, arren-
damiento que debía hacerse en pública subasta y en conformidad al reglamento que dictó al
efecto el Presidente de la República. http://www.leychile.cl
77
intentó sin éxito quedarse con los terrenos del lago Buenos Aires. También
actuó como representante de la Sociedad Ganadera de Magallanes en algu-
nas solicitudes ante el Ministerio de Relaciones Exteriores.73
En noviembre de 1923 asumió la presidencia de la Comisión de Construc-
ción del Hospital de San Antonio, obra que formaba parte de la beneficencia
de su madre Lucía quien había donado la suma de $ 200.000 para iniciar la
obra. Vicuña Subercaseaux estuvo al frente de este proyecto hasta la inaugu-
ración de la primera etapa del hospital, en 1930.74
Muchos años después, en 1945, Julio Vicuña Subercaseaux fue menciona-
do por De Agostini como protagonista en la gestión de la Compañía Explo-
tadora del Baker entre 1904 y 1908.
Y ya en 1982 el poblador Reinaldo Sandoval refiere nuevamente a la rela-
ción directa de Vicuña Subercaseaux y la Compañía Explotadora del Baker,
en entrevista concedida al arquitecto Peter Hartmann. Más adelante se entre-
gan antecedentes que confirman la presencia y relación de Vicuña Suberca-
seaux con el negocio de la Compañía Explotadora del Baker.
73
ARNAD, MinRel.
74
http://www.bibliotecaminsal.cl/wp/wp-content/uploads/2011/09/Historia-Hospi-
tal-Claudio-Vicuna-Guerrero-de-San-Antonio.pdf (consultado: agosto 2015)
75
Registrada en el sitio web www.biografias.bcn.cl (consultado: diciembre 2013)
78
Fue presidente de la Sociedad de Criadores de Caballos de Carrera
de Fina Sangre. Fue presidente del Club Hípico de Santiago, 1904-1908.
Fue miembro de la Junta de Beneficencia de Santiago. Presidente de la
Asociación de Embotelladores de Leche.
Socio del Club de La Unión de Santiago; del Prince of Walles Coun-
try Club; del Jockey Club Argentino.
Falleció en París, el 6 de julio de 1951.”
Este breve párrafo nos sitúa de inmediato en el área de estudio. Y una de-
claración inicial golpea por su claridad y transparencia: Subercaseaux que-
76
Frase del autor, parte del prólogo del libro.
77
Titulado “Juventud Dorada”.
79
ría hacer fortuna personal con un negocio ganadero situado en el Baker. La
explicación posible de este interés por hacer su propia fortuna, es que hasta
aquel momento su fortuna en realidad era la de su padre. Él sólo administra-
ba los negocios de su progenitor, Francisco Subercaseaux, dueño del Banco
Mobiliario, relacionado desde fines del siglo XIX con la explotación del sali-
tre en el norte del país, posterior a la Guerra del Pacífico.
Julio Subercaseaux continúa su relato explicando que el negocio se basaba
en una concesión de doscientas mil hectáreas. Posiblemente es esta la famo-
sa concesión que la historiografía regional atribuye a Julio Vicuña Suberca-
seaux.78
El autor recordaba en su escrito que una vez obtenida la concesión habría
reunido “algún capital” para formar una sociedad que le tocó presidir y de
la que además era el “principal accionista”. Esta sociedad fue la Compañía
Explotadora del Baker, como se ha descrito más atrás.
Pero esto no es todo. El relato de Subercaseaux entrega más antecedentes:
78
Martinic 2005.
80
“El caso es que perdimos las cuarenta mil ovejas en el paso del río
Negro. El capital se había concluido y el Banco reclamaba el pago de la
deuda. Hubo que realizar el ganado vacuno para cancelarlo quedán-
donos con el fundo pelado, teniendo que anular al mismo tiempo el
pedido de maquinarias para un aserradero que pensábamos instalar.
No teniendo, pues, cómo cumplir nuestras obligaciones con el Fisco,
dueño de las tierras, tuvimos que liquidar en pésimas condiciones.”
81
Pero el otrora poderoso Banco Mobiliario, entró en crisis el año 1906, de-
bido a su participación en la especulación financiera con contratos a futuro
del salitre y quebró a fines del siguiente, llevándose con él las esperanzas de
hacer fortuna que Subercaseaux habría depositado en el negocio del Baker.
¿Por qué? Pues porque el Banco Mobiliario era a principios de 1906 el prin-
cipal accionista de la Compañía Explotadora del Baker. Según la nómina de
accionistas publicada por la empresa en el diario El Mercurio el 31 de marzo
de dicho año (ver imagen en p. 74), este Banco poseía 3.570 acciones (22,3%
de la empresa). Los dos accionistas que lo seguían eran Julio Pizarro Espoz
con 525 (3,28%) y José Luis Riesco con 500 (3,18%). Julio Subercaseaux era
dueño de 300 acciones en calidad de particular. Ernesto Makin, el principal
suscriptor de acciones al momento de la fundación de la empresa ganade-
ra, aparecía con ¡2 acciones! ¿Cómo y por qué este corredor se deshizo del
99,86% de las acciones que habría suscrito como particular al constituirse la
empresa en 1904? Cabe especular al respecto…
Es de destacar –por lo que se analizará más adelante en este trabajo– que
entre los accionistas aparece también William Norris, uno de los protago-
nistas de la tragedia, en tanto se mantuvo junto a los trabajadores todo el
invierno de 1906.79 Norris poseía 100 acciones de la empresa.
La predominancia del Banco Mobiliario en la propiedad de la empresa
ganadera, hace pensar que Subercaseaux intentó controlar la sociedad desde
dentro de la entidad financiera, de la que era gerente y que pasaría a conver-
tirse en uno de los principales alimentadores financieros de ésta, lo que ex-
plica que al momento de la declaración de insolvencia haya sido uno de los
más fuertes acreedores, como se verá más adelante, pese a que había entrado
ella misma en quiebra.
¿Cómo se hizo de tal cantidad de acciones el Banco Mobiliario? Analizan-
do las pizarras de la Bolsa de Santiago y Valparaíso, que eran publicadas en
los medios de prensa de ambas ciudades, se puede observar que el precio de
las acciones de la Explotadora del Baker se mantuvo relativamente estable
durante 1905,80 al menos hasta fines de septiembre en que se cotizaban en
$19. En octubre el precio bajó a $17. Pero en noviembre las acciones experi-
mentaron una drástica caída en el transcurso de unas pocas semanas, $12 las
primeras dos semanas, $10 la tercera; para terminar en $8 a fines de dicho
mes.
Para la primera semana de diciembre, el precio volvió a subir a $10 y la
segunda semana de ese mes mostró una nueva alza: $19. El precio cerró en
$23 el año 1905 y durante el primer semestre de 1906 se mantuvo estable
entre los $21 y $19.
79
Ivanoff 2003, 2011.
80
Se consultó la información de las pizarras publicadas en la sección “Comercio” de los Dia-
rios El Mercurio de Valparaíso y El Mercurio de Santiago. BN-SPM.
82
Entonces es posible que Subercaseaux, a través del Banco Mobiliario haya
aprovechado la caída del precio en noviembre para adquirir una gran canti-
dad de acciones y así lograr el control indirecto y financieramente seguro de
la empresa.
Instalación y desarrollo de la empresa: 1904-1907
81
Norris, William. Memories, 1939. Inédito. Una traducción del relato sobre la experiencia del
Baker ha sido publicada por Ivanoff en su libro Caleta Tortel y su Isla de los Muertos. En el
presente trabajo se ha preferido utilizar la versión en inglés, publicada en Campbell & Grace:
http://patlibros.org/ficha.php?thm=ranc&fun=wn&lan=eng (consultado: 2014, 2015)
83
viaje hasta el Baker. Una vez que dejó allí el ganado, arrendando talaje hasta
fines de 1906, se trasladó rápidamente más al Sur, a la zona de Tecka para
adquirir un gran lote de ganado “criollo”, que le habrían ofrecido y que por
sus características sí sería capaz de aguantar el duro viaje. El 14 de febrero de
1906, inició el arreo al sur, llegando al Baker en mayo del mismo año con más
de 2.000 cabezas de ganado en muy buenas condiciones.
A su llegada, esperaba encontrar las instalaciones de la sección ganadería
(en el sector La Colonia) en óptimas condiciones y las faenas forestales fina-
lizadas, con los obreros esperando el buque que los llevaría de regreso a sus
lugares de origen.
Lo primero ocurrió sin inconvenientes, el ganado fue instalado en el área
y los peones que estarían a cargo recibieron las instrucciones correspondien-
tes. Norris bajó entonces hasta la desembocadura del Baker, donde se encon-
tró con la desagradable sorpresa de que no se tenía certeza de la fecha en que
llegaría el vapor a recoger a los trabajadores. También encontró al gerente
Tornero, que para la sorpresa del administrador seguía en el Baker, creído de
tener tiempo suficiente para recorrer la concesión y luego salir a buscar un
vapor para retirar a los trabajadores.
Al llegar el mes de junio, Tornero y una persona que lo acompañaba de-
cidieron salir de Bajo Pisagua –ningún vapor había llegado a buscarles–, di-
rigiéndose en bote a una isla 50 millas al oeste, en cuya costa, frente al canal
Messier se ubicaba la pequeña Caleta Hale, punto utilizado desde antes para
esperar buques en carrera al sur o al norte. Allí estuvieron casi tres semanas
hasta que un buque con rumbo sur los recogió. En Bajo Pisagua, Norris que-
dó obligadamente a cargo del campamento, pues constató que la situación
era muy delicada. La idea original del administrador inglés era verificar la
salida del contingente obrero emplazado en Bajo Pisagua para luego retornar
al casco de la estancia en La Colonia. Así lo expresó en su carta de 1906 como
se verá en el capítulo siguiente. El gerente Tornero al parecer se habría ido
sabiendo que la situación era anormal y se podía complicar, pues algunos
trabajadores habían caído enfermos.
A principios de julio, mientras Tornero llegaba a Punta Arenas, en Bajo
Pisagua aumentaron los obreros enfermos, los alimentos disminuyeron rá-
pidamente y se habría presentado un brote de escorbuto que comenzó a
enfermar a decenas de trabajadores. Norris intentaba controlar la situación,
administrar medicamentos a discresión y buscaba soluciones para proveerse
de carne y racionar el poco alimento que iba quedando. Al iniciar agosto y ya
con 8 obreros muertos, Norris instruyó a un empleado de confianza para que
abordara un vapor y fuese a buscar ayuda a Chiloé o Punta Arenas. Intentó
también subir a La Colonia para buscar alimentos allá, pero no logró reunir
obreros que lo acompañaran, todos estaban muy asustados y ansiosos ante la
expectativa de la aparición del vapor que los sacararía de allí.
84
El contingente de obreros y el grupo de empleados cercanos a Norris,
debieron soportar los rigores del invierno durante los meses de julio, agosto
y septiembre, tiempo en que cincuenta y nueve trabajadores fallecieron y
fueron sepultados por sus compañeros. Un importante grupo de hombres
(entre sesenta y ochenta) debió aguantar la enfermedad hasta la llegada del
vapor Araucanía a fines de septiembre de 1906, contratado en Punta Arenas
para hacer una detención en río Baker y recoger a los trabajadores. En dicho
vapor se habrían embarcado todos los sobrevivientes, unas 157 personas en
total, llegando a Chiloé el 01 de octubre. William Norris debió quedarse va-
rios días en Chiloé para dar cuenta a las autoridades de lo sucedido en Bajo
Pisagua, hacerse cargo del vapor que la empresa había enviado construir a
Valdivia y que se encontraba en Puerto Montt desde el 04 de dicho mes y
al parecer liquidar los pagos pendientes a los trabajadores que regresaron a
Chiloé. Luego regresó al Baker con un nuevo aunque más reducido grupo de
trabajadores. En dicho vapor debió llevar también víveres y herramientas,
con el fin de continuar las faenas… había que seguir trabajando, el ganado se
encontraba en buenas condiciones y el directorio pretendía introducir ovejas
durante la temporada de 1907.
Los trabajadores fueron dejados en Baker y Norris continuó viaje a Punta
Arenas, para recibir las 20.000 ovejas que había comprado a los dueños de la
Estancia Cóndor. También debía buscar a alguien que llevara aquel ganado
al Baker, vía territorio argentino. Por otra parte, la madera cortada en la fatí-
dica temporada de 1906, aún permanecía en el área, pero se debía cortar más.
Las actividades en la concesión del Baker continuaron durante todo 1907.
En mayo de ese año llegaba el arreo de vacunos Shorton sin novedad. Las
ovejas también habían llegado, pero muy mermadas.
En Santiago y Valparaíso se produjeron algunos cambios y asumieron la
gerencia otras personas. Hacia fines de 1907 ejercía dicho cargo el accionista
José Luis Riesco. Hacia fines de aquel año o principios de 1908 Norris decidió
retirarse de su cargo, pues la empresa le debía muchos meses de sueldo, pese
a haber cumplido a cabalidad con su trabajo. Es posible que él, quien -como
se ha dicho- también se había convertido en accionista entre 1905 y 1906, su-
piera que la empresa se encontraba en una delicada situación financiera que
la llevaría a la insolvencia. Por ello decidió alejarse y a raíz de la deuda por
salarios impagos que la empresa tenía con él, pasó a formar parte de la junta
de acreedores de la misma. Durante los primeros meses de 1908, Norris se ra-
dicó en Puerto Montt, donde realizó algunas actividades como representante
de otras empresas ganaderas para la compraventa de activos.82
Según el propio testimonio de Norris,83 en el Baker quedaron más de cinco
mil vacunos, diez mil ovinos y más de ciento cincuenta mil pesos en postes
de ciprés:
82
Notaría Puerto Montt, 1er Semestre 1908. ARNAD, FN.
83
Campbell & Grace: http://patlibros.org/ficha.php?thm=ranc&fun=wn&lan=eng (consul-
tado: 2014, 2015)
85
“After 3 years' work, early in 1908, we had in the Baker over 5,000
head of breeding cattle, 10,000 sheep and more than 150,000 pesos'
worth of cypress poles piled up on the rocks at the mouth of the river,
waiting for a steamer to take them away.”
“Construcciones
En el puerto Bajo Pisagua:
1. Una casa de 12 x 9 metros, con 4 piezas, pasadizo, corredor, subterrá-
neo i con segundo i tercer piso; toda de madera aserrada.
2. Una casa-bodega de 8 x 6 metros, con dos piezas i dos pisos.
3. Una de 9 x 5,5 metros, con techo i paredes de paja i un segundo piso
de tablones.
4. Una casa-cocina, de 8 x 6 metros, con techo de paja i paredes de
quincha.
5 i 6. Dos casa-galpones de 9,5 x 5 metros, de paja, para chalupas.
7. Una cocina de 3,5 x 3,5 metros, con techo i paredes tinglados de ma-
dera.
Un muelle de 18 metros de largo por 3,20 metros de ancho, reforzado
con pernos en la roca i montado en dos caballetes dobles empernados,
con su respectiva baranda i escalera.
Además unos 120 metros de envaralados, colgados sobre pilotes de 2 a
3 metros de ancho, para comunicarse entre las casas i el muelle.
Debo hacer presente que todo el puerto es artificial, teniendo que traer
todo i principalmente la madera de mui léjos.
8. Una casita de 5 x 4 metros, de raja parada i techo de paja, en el cam-
pamento ‘Animales’ a los 10 kilómetros de la boca del rio.
9. A los 35 kilómetros, en Punta Huillin, una casa de madera de 7,5 x 4
metros, con dos piezas i un segundo piso.
84
En Risopatrón 1905: 175-181.
86
10. A los 50 kilómetros, en el Papal, una casa igual a la anterior
11 i 12. A los 56 i 57 kilómetros, en la Llanada, dos casas iguales a las
anteriores.
13. A los 68 kilómetros, en la Quema, una casa igual a las anteriores.
14 i 15. A los 73 kilómetros, en San Cárlos, una casa igual a las anterio-
res, i una de raja de 4 x 3 metros.
16, 17 i 18. A los 85 kilómetros, en Caña Brava i en el balseo del rio de
los Ñadis, dos casas iguales a las anteriores i a 2 kilómetros una de otra,
i una tercera de 3,5 x 3 metros, de raja, con techo de tabla tinglada.
19. A los 115 kilómetros, en la Isla, una casa igual a las anteriores.
20. A los 120 kilómetros, Colonia, una casa igual a las anteriores.
21. A los 132 kilómetros, una casa de 5 x 4 metros i dos pisos, en el
puente del rio del Salto.
22. En el campamento del Gallo, estremo sur de la laguna Esmeralda,
una casa de 7,5 x 4 metros i dos pisos.
23. A los 140 kilómetros, en el Traro, una igual a la anterior.
24 i 25. En el estremo norte de la laguna Esmeralda, dos casas iguales
a las anteriores.
26. En el desagüe del lago Cochrane i remate del camino, una casa
igual a las anteriores.
27. En el puerto Herradura del lago Cochrane, una casa de 5 x 4 metros
i dos pisos.
28. En el desagüe del lago Buenos Aires en el lago Bertrand, una casa
de 5 x 4, igual a la anterior.
Todas estas casas son de madera aserrada, con pisos de tablones de
0,03 metros, paredes tingladas de 0,02 metros i techo de tejuela de 0,
0125 metros, de tres ramales; tienen dos piezas en el primer piso, un
segundo piso con su respectiva escalera i un corredor volado de 1,20
metros.”
Instalaciones en sector La
Colonia, 1906. (Imagen pu-
blicada por la empresa en
revista Zig-Zag, octubre
1906)
87
Insolvencia de la compañía, proceso de liquidación
y nuevos intentos privados por concesionar el área
85
El aviso aparecido en El Mercurio de Valparaíso, publicado los días 24 al 30 de octubre de
1906 decía: “COMPAÑÍA EXPLOTADORA DEL BAKER. En conformidad al artículo 27 de
los estatutos, se cita a junta general ordinaria de accionistas para el 31 de los corrientes, a las
5 P. M., en los altos del Banco Mobiliario. Santiago, octubre 22 de 1906. EL PRESIDENTE.”
BN-SPM. El artículo 27 de los estatutos estipulaban que estas reuniones de accionistas tenían
como objetivo central la renovación del directorio, específicamente los directores que hubie-
sen cumplido su periodo. También podían tratarse otros asuntos relativos a la marcha de la
empresa, por lo que se cree que los hechos ocurridos en Baker debieron ser analizados en
dicho encuentro.
86
Sección “Comercio”, El Mercurio de Valparaíso, 04 de noviembre 1906. BN-SPM.
87
En los meses posteriores a la tragedia, las acciones de la empresa desaparecen de las tablas
que se publicaban en la prensa santiaguina.
88
Según la memoria de Quiebra del Banco Mobiliario, éste contaba con 4.800 acciones nomi-
nales y 750 liberadas de la Compañía Explotadora del Baker, 1.500 acciones más que las que
poseía en marzo de 1906. Riesco G. 1914. Cuenta que presenta al Cuarto Juzgado en lo Civil
de Santiago.
88
“El ofrecimiento que me hiciera [el presidente Pedro Montt] por
intermedio de don Oscar Viel, y que mencionara anteriormente,89 lo
atribuí como un desagravio de su parte. Desgraciadamente había en-
trado yo en negociaciones con un negocio ganadero en Río Baker y la
construcción de una Fábrica de Sacos en LlayLlay…”
89
Montt le ofreció a Julio Subercaseaux la legación en España durante su mandato. Riesco le
había ofrecido anteriormente, ser intendente de Santiago.
90
La Real Academia Española define el “Concurso de acreedores” como: Juicio universal para
aplicar los haberes de un deudor no comerciante al pago de sus acreedores. El concurso re-
mite a una situación especial de una persona natural o jurídica en la que no puede pagar sus
deudas pese a tener activos que se lo permitirían si pudieran transformarse en dinero efectivo.
Al parecer era esta la situación de la Explotadora del Baker, ya que tenía ganado, madera, in-
fraestructura, embarcaciones, herramientas y otros, pero se había quedado sin liquidez. Pudo
haber ocurrido también que el directorio haya visualizado la quiebra debido a que los activos
e ingresos proyectados hayan sido menores a las deudas acumuladas para fines de 1907, pero
se decidiera por pedir un concurso de acreedores para “matizar” la grave situación financiera
y no generar un pánico mayor entre los accionistas.
91
En la publicación del 30 de marzo de 1906, Langlois aparece con 200 acciones en la nómina
de accionistas de la empresa ganadera.
89
experiencia en administración ganadera en Magallanes. También fue con-
tratado el marino mercante Guillermo Titus como capitán del vapor Baker.
El mismo que había protagonizado el rescate de los obreros en el Baker en
septiembre de 1906 como capitán del vapor Araucanía. Otros trabajadores se
mantenían en la faena del Baker desde 1907, trabajando sin salario.
Casi al mismo tiempo de declararse el concurso de acreedores, varios tra-
bajadores intentaron cobrar lo que se les adeudaba. Se generaron de este
modo una serie de protestos en notarías de Santiago92 contra la Compañía
Explotadora del Baker, por letras de cambio fechadas tanto en las mismas
instalaciones de la empresa en Bajo Pisagua, como en Castro, Calbuco y Val-
divia. A modo de ejemplo se transcribe una cuya emisión original ocurrió en
Bajo Pisagua, llamada en la época “Puerto Baker”:
92
ARNAD, NS, Primer semestre 1908.
90
Tabla 2: Lista de trabajadores con protestos contra la Compañía Explotadora del
Baker, 1908.
93
Skottsberg, C. 1911 p. 86.
91
Mientras Langlois comenzaba con el proceso liquidatorio de la empre-
sa, recibiendo notificaciones de los acreedores, inventariando los activos de
la empresa, pensando una estrategia para venderlos y así resarcir deudas,
los trabajadores se mantenían sin sueldos y en condiciones cada vez más
precarias. Para no repetir la tragedia de 1906, Santiago Steele debió haber
establecido un sistema de autoabastecimiento usando el vapor para buscar
alimentos, racionando lo que aún quedaba en las bodegas y eventualmente
consumiendo carne del mismo ganado que pastaba desde La Colonia al valle
Chacabuco.
En cuanto a la situación de endeudamiento de la Compañía, se ha logrado
pesquisar dos créditos del año 1907, protestados a inicios de 1908. El más
antiguo era una letra en libras esterlinas a nombre de W.H. Crossmann &
Co. emitida el 18 de septiembre de 1907 en Nueva York (£ 1.434,17.2). El otro
corresponde a una letra de cambio de la Compañía Braun y Blanchard, por
poco más de treinta mil pesos de la época, emitida el 21 de noviembre de
1907.94 Hubo un tercer crédito fechado a principios de 1908 (11 de enero) por
la suma de $ 1.210,30 a nombre de la firma comercial Martens Roepke y Cía
de la ciudad de Valdivia.
Por otra parte, la Compañía Explotadora del Baker también intentó cobrar
deudas que terceros tenían con ella. Es así que el 29 de enero de 1908 se pro-
testaba una letra de cambio contra el ciudadano Florencio Echeverría, por
un monto de $ 1.640, la que no pudo ser cobrada por el notario al no ubicar
al deudor.
94
El 21 de noviembre Braun y Blanchard emitió en Punta Arenas una letra de cambio del
Banco Anglo-Sudamericano, por la suma de $30.083,57 a pagar en un plazo de 30 días. La Ex-
plotadora del Baker la aceptó el 5 de diciembre, pero no pudo pagarla a tiempo, por lo que la
empresa magallánica la protestó ante el notario Larrazábal de Santiago el 7 de enero de 1908.
92
Tabla 3: Acreedores del concurso de la Compañía Explotadora del Baker, 04 de agosto 1908.
Oro 18
Nº Nombre acreedor Residencia Representante Profesión Monto $ Libras Chelines Peniques
peniques
1 Banco Mobiliario Santiago Luis Alberto Villegas Abogado 132000, 66
2 Banco Anglo Sud Roberto Arriagada Agente judicial
16350,93 4051 314
Americano
3 46375,67
4 1219
5 Braun y Blanchard Punta Arenas Santiago Mckensie Comerciante 23717,87
6 Pedro Vergara Santiago Carlos Edwards Abogado 9106,8
7 Santiago Edwards Santiago Carlos Edwards Abogado 2000
8 Santiago Victor León Comerciante 13459,41
9 Ignacio García Abogado 1263,55
10 17570
11 Banco de Chile Santiago Emilio Espinoza Agente judicial 288,5
12 Ramón Henriquez Abogado 1974,67
13 Pablo Horning Comerciante 1457,75
14 Guillermo Werthe Comerciante 109,09
15 Williamson Balfour Bernardino Leiva Abogado 2400
16 William Norris Carlos Alberto Novoa Abogado 1788 11 10
17 Tomas Slaughter Santiago Mckensie Comerciante 318 8 4
18 Morrison y Cía Enrique Donoso Abogado 1350,11
1350,11
19 Granton P Jones Santiago Comerciante 100
20 Timmermann y Cía Santiago Alberto Koch Comerciante 4648,75
93
(Elaboración propia a partir de Escritura notarial 1908)
La deuda total que reclamaban los acreedores concurrentes en el concurso
de la Compañía Explotadora del Baker ascendía a $ 330.594,7 pesos chile-
nos de la época.95 A esto habría que sumar los $ 3.503,12 reclamados por los
trabajadores y lo adeudado al administrador en faena Santiago Steele y al
capitán del vapor Baker, Guillermo Titus.96
El principal acreedor era el Banco Anglo Sudamericano97 por créditos en
pesos chilenos y libras esterlinas, sumando un total de $194.634,7. Le seguía
el Banco Mobiliario con un crédito por $132.000,66. El tercer acreedor era
nada menos que William Norris, accionista minoritario y administrador de
la faena del Baker hasta 1907. La deuda que reclamaba estaba en libras es-
terlinas, que convertidas a pesos chilenos ascendía a $44.753,64. El cuarto
mayor acreedor era la firma magallánica Braun y Blanchard, con un crédito
por $23.717,87.
El origen de las deudas de la Explotadora del Baker era diverso, siendo
las financieras (dinero para inversión) las más crecidas. Habían acreedores
como Norris que al parecer exigían el pago de sus remuneraciones. También
estaban las deudas comerciales con firmas y comerciantes particulares. Lla-
ma la atención el acreedor Tomas Slaughter. Posiblemente se trataba de otro
empleado de la Compañía del que no se tienen mayores antecedentes.98 Su
crédito contra la empresa estaba en libras esterlinas como el de Norris, que
convertido a moneda nacional de la época sumaba $ 7.959,74.
Con los créditos verificados, la labor del Síndico Langlois era repartir de
la mejor manera el dinero que pudiese rescatarse con la venta de los activos
de la empresa, todos situados en la concesión misma. Había que reunir el
ganado existente y arrearlo a algún punto para su venta. Había que intentar
vender las piezas de madera, además de las embarcaciones, desde el vapor
Baker hasta los botes a remo usados para navegar el río.
95
La conversión de libras esterlinas a pesos se realizó sobre la base de £1/$25,03, valor de
cambio de 1908, en tanto que para el peso oro de 18 peniques, la relación fue 9,6d/$1.
96
Estas cifras no han podido ser determinadas. El administrador Steele se cobró con la venta
del vapor Baker como se verá más adelante, en tanto Guillermo Titus solicitó por intermedio
del comprador del vapor Baker, Carlos Oelckers el pago de su salario ante el Síndico Langlois.
ARNAD, NPM, segundo semestre 1908, primer semestre 1909.
97
Este Banco no era otro que el antiguo Banco de Tarapacá y Londres, fundado por John North
en 1889 para controlar la financiación del negocio salitrero.
98
En la web http://patbrit.org, se registra una lista de nombres que aparecen en el libro Pa-
tagonian Panorama del inglés Tom P. Jones. Entre ellos está el de Tom Slaugter, cuyo oficio
según Jones había sido el de administrador de granja de ovejas. Ver http://patbrit.org/bil/
ranchers/tpjnames.htm#firms.
94
El vapor Baker es vendido por el administrador
de la concesión sin informar a la empresa
“Marítima
Vaporcito “Baker”
Pronto saldrá en busca de este vaporcito, uno de los escampavias, para
dar cumplimiento a órdenes Superiores de la Armada. Parece que este
vapor ha sido vendido fraudulentamente, por lo cual la Justicia ha to-
mado tambien carta en el asunto.
El Baker trae a remolque una goleta cargada de mercaderías, desde el
estuario del mismo nombre i hasta la fecha nada se sabe, de la suerte
que puede haberle cabido, en los procelosos mares del golfo de Penas i
Tres Montes, donde se desarrollan temporales tremendos, en todas las
estaciones del año.”
99
Los libros de esta notaría no se encuentran en el Fondo Notarías de ARNAD. La información
se ha obtenido de una escritura de protesta del capitán Titus, realizada en la notaría de Puerto
Montt.
95
Dos días después La Alianza Liberal informaba:
“Marítima
El vaporcito “Backer”
Una verdadera odisea – El Toro zarpa en su busca
96
Conviene tambien saber que este vapor no habia salido ocultamente
de Backer como se creía al principio sino habia sido vendido por el
administrador de la sociedad en liquidación a don Carlos Oelkers de
Calbuco.
Para recibirse de esta compra fué allá un empleado del señor Oelkers,
quien ayer en compañía del capitan señor Titus formularon la corres-
pondiente protesta ante el Notario.
Hai, pues, una cuestion judicial de por medio en que se ha anulado,
por motivos que no es de nuestra inconbeniencia apreciar, la venta he-
cha por el administrador de Backer.
Marítima
La captura del ‘Baker’
Anteayer en la tarde entró el Toro trayendo en secuestre al vaporcito
Baker i una Goleta, cuya odisea narramos en otras columnas.”
“Down at the river Santa Cruz, the outlet of the Lakes Argentino
and Viedma, we met two others parties wainting to cross with their
tropillas. One of them was the inspector of police at Lago Argentino,
the other a man from the Baker Company on his way to Punta Arenas
with the last peons. Through Captain Steele he had heard about us and
now brought news from him. A Steamer had called in Baker, Steele
and the other men has gone away in her, and the farm was now empty,
cattle and sheep running wild.” (p. 264)
Por esa misma época o a principios de 1909, Luis Larraín Bulnes a quien
el síndico Langlois había autorizado para retirar ganado desde Baker con el
fin de venderlo, habría realizado un rodeo de 3.500 animales, según informó
posteriormente al mismo síndico.101
Antecedentes Decreto Nº 3055, liberación derechos de internación Carlos F. von Flach. AR-
101
97
El vapor Baker es formalmente vendido a Carlos Oelckers
ANH.
98
El remate del ganado existente en la concesión
103
Acta de Remate ganado Cía. Explotadora del Baker, proceso de liquidación. Antecedentes
Decreto Nº 3055, liberación derechos de internación Carlos F. von Flach. ARNAD, MinHac,
Vol. 4246, 1911.
104
Carlos Flach comenzó a usar en Chile la partícula “von” en su apellido, como signo de
“distinción”. Ver Osorio, M. 2014. Antiguas Historias del Valle Simpson. Región de Aysén.
105
Antecedentes Decreto 1852 del 13 de diciembre de 1911. ARNAD, MinRel, Vol. 1556, 1911.
99
de dicha concesión con el objeto de instalar un negocio ganadero basado en
la crianza de ovejas y vacunos, proponiendo además establecer una grasería
a vapor o fábrica de carne en conserva y al menos un aserradero.
La solicitud planteaba un esfuerzo de inversión mínimo de cien mil pesos
y la oferta de dejar mejoras por “más de sesenta mil pesos” a la vuelta de
20 años “de posesión”. Díaz ofrecía obligarse a otras compensaciones a be-
neficio fiscal: proporcionar maderas al costo para necesidades de la marina;
dar trabajo en los establecimientos industriales que se proponía instalar, a
colonos que llegasen a Magallanes bajo contrato con el gobierno; establecer
línea de navegación mensual “si el Supremo Gobierno me lo exige”, entre el
canal Baker y cualquier otro puerto del Estrecho de Magallanes, para com-
binar con vapores “que hacen la carrera a Valparaiso suvbencionados por el
fisco”, edificar inmuebles a razón de diez mil pesos de inversión por año y
desde el primer año de posesión, también se comprometía a no destruir nada
que estuviera ya construido y a dar otros beneficios al fisco sobre ganado en
pie, charqui o carne en conserva a precio rebajado y destinado al ejército o
la marina.
Como se ve, la estrategia de Díaz era conseguir la concesión sobre la base
de una resolución de hecho del contrato por parte del Fisco, ya que la Explo-
tadora del Baker había abandonado totalmente el área concesionada, retiran-
do incluso sus máquinas e instalaciones. Ofrecía a cambio hacerse cargo per-
sonalmente de la empresa que describía, confiado en el criterio del ministro
por “fomentar i ayudar a la industria nacional…”
La solicitud fue recepcionada el 23 de julio de 1909, dando comienzo a
una larga tramitación burocrática que culminará en la caducación de la Con-
cesión Contardi, el 13 de diciembre de 1911.
El primer informe al ministro, evacuado desde la Oficina General de Men-
sura de Tierras sugería no conceder lo solicitado, pues antes se debía realizar
un exhaustivo estudio sobre el asunto y no se contaba con tiempo para ello
(27 de julio 1909). El ministro solicitó entonces informe al gobernador de
Magallanes, Sr. Chagneau (30 de julio), quien a su vez instruyó al agrimensor
del Territorio para que se pronunciara al respecto. Dicho funcionario respon-
dió al gobernador (30 de agosto) con un breve informe en el que indica que
en julio su oficina recibió y tramitó la solicitud de Díaz; y que según era sa-
bido en Magallanes, la Explotadora del Baker que se había formado para ex-
plotar los campos concesionados a Contardi, había quebrado y debido a las
dificultades enfrentadas por la empresa, los campos fueron abandonados.
Finalizaba el agrimensor Hugo Pietrogrande, afirmando que no le constaba
en absoluto si la Sociedad Explotadora habría cumplido alguna de las cláu-
sulas del artículo 2º del decreto de concesión de 1903.
Al día siguiente, el gobernador redactó su respuesta al ministro de Tierras
y Colonización, la que resulta totalmente favorable a la petición de Santiago
Díaz en todos sus términos, indicando solamente que el Gobierno debía esta-
blecer una fianza al solicitante con el fin de que éste garantizara su petición.
100
Este informe fue recibido en Santiago el 22 de septiembre y al día siguiente
se pidió nuevamente pronunciamiento al Consejo de Defensa Fiscal, orga-
nismo que a su vez pidió antecedentes al abogado jefe de Colonización (28
de septiembre).
Este funcionario de Colonización no se apartó en nada de su primer infor-
me, afirmando que “…es inaceptable por ahora la solicitud del señor Díaz”.
Pero esta vez agregó más información para el Consejo. Indicó que la sección
de Colonización tuvo conocimiento de la denuncia por incumplimiento de
la totalidad de las cláusulas del permiso de ocupación por parte de la “Socie-
dad del Backer”, sugiriendo investigar la veracidad de la situación y en caso
de ser efectiva, propuso que el Gobierno recuperase los terrenos para luego
“venderlos en remate ó darlos en arrendamiento en licitación pública.”
Con estos antecedentes, el Consejo de Defensa Fiscal emitió su informe
(12 de febrero 1910) al ministro, refrendando totalmente lo propuesto por el
abogado de colonización. De este modo, el ministro instruyó a la Inspección
General de Colonización tomar las acciones que sugería el Consejo. El jefe
de la Inspección señor Borgoño Dávila, solicitó a su vez al interventor fiscal
de colonias Otto Rehren, investigar el denuncio y elaborar con urgencia un
informe.
Rehren respondió a su superior el 28 de abril de 1910. Su informe confir-
maba lo denunciado: la Explotadora del Baker no introdujo ningún colono
de origen sajón, estando obligada a hacerlo por el decreto de 1903 cedido
por Contardi para la formación de la empresa. Ni siquiera introdujo las pri-
meras diez familias antes del 15 de julio de 1908, fecha en que expiraban los
primeros cinco años de plazo para este compromiso. Si bien el vapor de pro-
piedad de la empresa realizó el servicio entre Baker y Punta Arenas, lo hizo
por corto tiempo y fue vendido en 1908 –informaba Rehren–. Los animales
vacunos fueron retirados el mismo año y llevados a “Teca” e incluso más al
norte, proseguía el interventor de colonias. Finalmente mencionaba que “los
trabajadores contratados en Chiloé abandonaron sus faenas.”
Para el funcionario estaba claro que la empresa no cumplió los compro-
misos y por tanto debía dejarse sin efecto la concesión. Con este informe,
el inspector general de colonización Temístocles Urrutia, emitió su informe
definitivo al ministro (6 de mayo 1910), en el que refrendaba lo dicho por Re-
hren, y sólo aclaraba las fechas de expiración para la introducción de colonos
y para el establecimiento del servicio de vapor.
El ministro generó una nueva providencia (16 de mayo), instruyendo a la
Oficina de Mensura de Tierras emitir su pronunciamiento. Luis Risopatrón
firmará dicho documento el 27 de mayo de 1910, indicando no haber incon-
veniente en caducar la concesión Contardi y destinar los terrenos involucra-
dos a una subasta pública de arrendamiento.
Con todos estos antecedentes, el ministro volvió a pedir al Consejo de
Defensa Fiscal (31 de mayo) que se pronunciara al respecto. Este órgano del
Estado, vuelve a refrendar el informe anterior y de este modo, el Ministerio
101
inició la gestión interna para declarar caducada la concesión Contardi, cuyo
decreto fue emitido recién a fines de 1911.
Se cerraba de este modo, el ciclo trágico de la Compañía Explotadora del
Baker. Y comenzaría un nuevo proceso, iniciado por las peticiones eleva-
das por Carlos Flach, Roberto Unwin y Julio Vicuña Subercaseaux, primo
del principal financista de la fracasada empresa, Julio Subercaseaux Browne.
Pero también Ernesto Hobbs, quien apadrinó a Flach y también incentivó a
otros para obtener el permiso de ocupación de las tierras del Baker y de este
modo lograr la instalación de una empresa ganadera, objetivo que al cabo de
cinco años lograría.
102
CAPÍTULO 3
“El ‘ARICA’.- Por telegrama recibido sabemos que este vapor salió de
Valparaiso el Miércoles último. Si no sufre algún otro atraso lo tendre-
mos en ésta el lúnes.
Trae los siguientes pasajeros de Valparaiso, para Ancud i Puerto Montt:
familia Lynch, Santos Tornero, Teniente E. Costa, P.G. Relin, I. Oyar-
zún, A. Sepúlveda, A. Araya y M. Sepúlveda.”
En dicha ciudad Tornero permaneció hasta fines del mismo mes realizan-
do diversas gestiones para la empresa. La Alianza Liberal informaba sobre
su presencia y actividades el 23 de octubre:
106
Osorio y Hartmann 2009. Expediente declaratoria Monumento Histórico Paso San Carlos;
Michell 1900, 1901 Bitácoras de viaje al Baker; Michell 1902. Informe técnico.
103
“SOCIEDAD GANADERA.- Se encuentra en esta el administrador Je-
neral de Sociedad Esplotadora del Becker, que tiene una concesion de
un millon de hectareas i emprenderá el miércoles viaje a la Arjentina,
via Nahuelhuapi a fin de introducir en la concesion las primeras parti-
das de ganado lanar, a cuya crianza se destinara el terreno cedido. Esta
sociedad tiene muy buenas espectativas de éxito.”
Aníbal Santos Tornero Echeverría también era accionista, aunque minoritario de la Compa-
107
ñía. Al fundarse la empresa suscribió 20 acciones, que mantenía en 1906, según el registro de
marzo de aquel año. Ver Anexo Accionistas.
104
de la empresa y del interés que el gerente tenía en contratar un administra-
dor. Tornero lo contrató de inmediato.108
Las primeras instrucciones dadas a Norris fueron viajar a puerto Santa
Cruz, contratar allá personal, comprar caballos, víveres y equipamiento para
realizar una expedición de reconocimiento al Baker. El mismo Norris relatará
en sus memorias109 que por toda orientación se le facilitó un mapa del sector
y dos o tres indicaciones geográficas. También se le había informado que
a su llegada al territorio de la concesión, lo estaría esperando un grupo de
trabajadores contratados en Chiloé para iniciar faenas de exploración, cons-
trucción de infraestructura y aprovisionamiento del propio grupo al mando
de Norris. Dicha partida estaba bajo la dirección de un explorador con expe-
riencia de apellido Bórquez.110
El flamante empleado inglés, contratado como administrador de la con-
cesión, emprendió viaje junto a su equipo compuesto de 5 hombres, el 12 de
febrero de 1905. Las escasas referencias sobre el punto donde debía internar-
se al suroeste los hizo recorrer en vano por varios días, pese a que contaron
con el apoyo de un joven peón que había formado parte de una comisión de
límites argentina y recordaba el sitio del último campamento donde dicha
comisión estuvo.
Pocos días después de haber dado con el río Baker y seguir orillándolo
corriente abajo, Norris se encontró con Bórquez y su gente que habían lle-
gado al sector a mediados de marzo a bordo del vapor Patagonia.111 Junto
a Bórquez recorrió y evaluó las condiciones de los distintos sectores de la
concesión, comprobando la calidad de los terrenos para la crianza de gana-
do. Cuando Norris llegó al sector de La Colonia, instruyó a cuatro de sus
hombres para que iniciaran la construcción de viviendas y bodegas que per-
mitieran recibir más trabajadores el año siguiente.
Él en tanto, continuó viaje a Bajo Pisagua reconociendo en el trayecto la
calidad y potencial de la madera existente en el área inferior de la cuenca
fluvial. Desde la desembocadura del Baker se trasladó a la pequeña Caleta
108
No resulta muy claro cómo Tornero se encuentra con Norris. Ivanoff (2000, 2003) indica
que la contratación ocurre en Argentina. Martinic (2005, p.146), indica que Norris contactó a
la gerencia situada en Punta Arenas, lo que parece estar errado a la luz de los antecedentes
expuestos.
109
Campbell & Grace: http://patlibros.org/ficha.php?thm=ranc&fun=wn&lan=eng (consul-
tado: 2014, 2015)
110
Norris relata en sus memorias que este empleado había estado antes en el área con ingenie-
ros chilenos: “The Baker Company had sent from northern Chile a man that had been in the
Baker country with the Chilean engineers (…)”
111
El vapor Patagonia pertenecía a la empresa naviera Braun y Blanchard. El 18 de febrero
de 1905, La Cruz del Sur informaba que el Patagonia venía desde Punta Arenas y recalaría
en esas semanas en Ancud, para continuar de inmediato “viaje á Puerto Montt y rio Aysen,
llevando pasajeros.” BN-SPM.
105
Hale, sitio desde el cual era posible avistar los vapores que realizaban la
carrera Punta Arenas-Norte del país y viceversa. Luego de nueve días de
espera, avistaron un vapor con rumbo al norte y le hicieron señales de humo
para que se detuviera. Bórquez le indicó que era el Patagonia que volvía des-
de Punta Arenas, luego de dejar allá carga y pasajeros. En su viaje al sur, este
vapor había hecho escala también en el río Aysén para dejar trabajadores y
víveres, aprovechando de cargar seis mil piezas de madera que serían vendi-
das en Punta Arenas.112 Antes de embarcarse junto a uno de los trabajadores
que lo acompañaba, Norris instruyó a Bórquez que continuara con las faenas
de despeje, apertura de sendas y construcción de viviendas a la espera de la
llegada de otros trabajadores para la temporada siguiente y del ganado antes
del invierno de 1906.
Los trabajadores volvieron a remontar el canal Martínez hacia el Baker
y continuaron su labor. Ya entrado el invierno de 1905, la tragedia se hizo
presente en la concesión. El grupo de obreros al mando de Bórquez sufrió un
trágico accidente:113 tres o cuatro de ellos perdieron la vida, ahogados en las
aguas del gran río. La lamentable noticia llegó a Chiloé a fines de junio –tal
vez con el regreso de los sobrevivientes– y fue recogida por los periódicos
de Ancud. El Independiente, en su última edición de aquel mes publicó lo
siguiente:
“AHOGADOS
Hace poco, murieron ahogados en la exploracion del Rio Baker, Her-
menegildo Millapel, Enrique Bahamonde y otro de apellido Sanchez,
cuyo nombre no recordamos.
Andaban bajo las órdenes del conocido explorador D. Enrique Borque
M., de Dalcahue.”
112
El Magallanes informaba el 30 de marzo de 1905 la llegada del Patagonia y el desembarque
de las piezas de madera traídas desde el Aysen. BN-SDyR.
113
Era el primer año de actividad concreta en el área y el sino de la tragedia se instalaba en el
territorio. Acerca de este fatal accidente no se tenía conocimiento. Ni siquiera Norris lo men-
cionó en sus escritos de 1906 y 1939.
106
Norris llegó a Puerto Montt a mediados de abril de 1905. Desde allí em-
prendió viaje a Valparaíso donde sostuvo reuniones con el directorio de la
Compañía Explotadora del Baker para entregar su informe y compartir ideas
en relación con la implantación de ganado. El relato de Norris sobre el po-
tencial ganadero de los valles centrales y maderero de los bosques del curso
inferior del río, coincidía con los informes que los gestores de la empresa ma-
nejaban a principios de 1904. Con los antecedentes que aportó y sus propias
sugerencias acerca de cómo operar en adelante, el directorio le encomendó
un nuevo viaje con el objetivo de supervisar la compra de ganado vacuno
en la zona de Buenos Aires (Argentina). La adquisición de ganado se realizó
en la primavera de 1905, 3000 cabezas de fino ganado Shorton que fue tras-
ladado en tren hasta Río Negro y de allí arreado por Norris y sus hombres
un poco más al sur, hasta las tierras de la ASLCo. Norris consideró que este
ganado, acostumbrado a vivir en campos suaves y bajo un clima húmedo
y cálido, no resistiría la travesía directa al sur, debía antes “aclimatarse” al
territorio. Es así que le fue ofrecido talaje por parte del administrador de la
ASLCo, ofrecimiento al que accedió gustoso. Al cuidado de los animales No-
rris dejó al capataz Lino Jirado, de toda su confianza. Dicho trabajador quedó
con la instrucción de arrear el ganado en la primavera de 1906.
La idea de los directores era llevar los vacunos al valle Colonia, dejando
los campos más secos y cercanos a la frontera (el sector conocido como valle
Chacabuco) para la implantación de ovinos durante la temporada de 1907.
Norris estaba en desacuerdo con la colocación de ganado ovino, consideraba
que era necesario concentrarse en la crianza de vacunos primero.
Por otra parte, el directorio acordó también iniciar en la temporada 1905-
1906 la explotación de Ciprés de las Guaitecas en el área de la desemboca-
dura del río y sectores aledaños, además de la habilitación de la senda que
comunicaba con el interior. Para ello era menester la contratación de trabaja-
dores chilotes, conocidos por su experiencia en la tala de maderas y trabajos
rudos en los bosques australes.114
En esta visita a las oficinas centrales de la compañía es posible que Norris
haya aprovechado la oportunidad para adquirir algunas acciones de la em-
presa o dejar a alguien de confianza el encargo de adquirirlas, en el convenci-
miento que el negocio daría ganancias en el mediano plazo, máxime si era él
quien llevaría adelante las labores de implantación de ganado, organización
de la explotación forestal y administración de la mano de obra. Es así que se
hizo de 100 acciones.115
114
Desde las expediciones de Hans Steffen, quien se admira del valor del obrero chilote para
trabajar en ambientes boscosos, hasta los comentarios de los empresarios madereros de la
época.
115
Norris figura como accionista en la lista publicada por la empresa en marzo de 1906 en el
diario El Mercurio. BN-PM.
107
El “enganche grande” de obreros en Chiloé se habría efectuado durante
el segundo semestre de 1905 según todas las versiones que hasta ahora se
conocen. Sin embargo, no podría haber sido Norris quien lo organizara, ya
que al salir del Baker en abril de aquel año, su destino era Valparaíso como se
ha descrito. Tal vez instruyó al trabajador que lo acompañó en ese viaje para
que pasara a Puerto Montt y Chiloé a realizar gestiones con el fin de con-
tratar la mano de obra para la temporada 1905-1906, pero ello no puede ser
asegurado. Por otro lado, en la primavera de aquel año, Norris se encontraba
trasladando al sur el ganado adquirido en Buenos Aires. En rigor la gestión
debió estar a cargo del gerente administrador Florencio Tornero, pues era
una de sus tareas en tanto ejercía ese cargo dentro de la empresa como se
ha visto en el capítulo anterior. Y si así fue, con toda probabilidad consideró
replicar la exitosa fórmula de enganche implementada por la Sociedad In-
dustrial de Aysen desde la temporada 1904-1905.
Como se demostró en el primer capítulo, desde dicha temporada la de-
manda y contratación de trabajadores en Puerto Montt y Chiloé para faenas
en el Aysen y Magallanes, era de cierta importancia. A fines de 1905, la de-
manda de fuerza de trabajo se había acrecentado ya que desde Magallanes se
pedían obreros, pues se había aprobado la construcción del alcantarillado en
la ciudad de Punta Arenas. En diciembre llegaban a aquella ciudad cerca de
300 trabajadores a bordo del vapor Córcega y en enero de 1906, serían cerca
de 150 los trasladados a dicha región en el vapor Maipo.116
Pero los periódicos de Chiloé y Puerto Montt no registraron en sus cróni-
cas de octubre, noviembre o diciembre de 1905, ni en las de enero y febrero
de 1906, un enganche de trabajadores al Baker.117 El 6 de octubre de 1905 El
Llanquihue informó sobre movimientos de la Sociedad Industrial de Aysen,
a cargo del gerente de la misma, John Dun:
108
“El Córcega. Entró en nuestra bahía el sábado 18 del presente mes, pro-
cedente de Valparaíso, después de 7 dias de navegación. En el mismo
dia siguió viaje para la Argentina, con escala en varios puertos, llevan-
do carga y varios pasajeros.”
118
El Mercurio de Valparaíso, 11 de noviembre 1905. BN-SPM.
119
El Mercurio de Santiago, 4 de enero de 1906. BN-SPM.
120
En El Mercurio de Santiago del 19 de abril de 1906 se anunciaba viaje del Córcega a los
puertos de Coquimbo, Caldera, Taltal, Antofagasta, Tocopilla e Iquique. BN-SPM.
121
La empresa de navegación la inició el capitán francés Jorge Croisé d’Ancourt con los va-
pores Tronador y Córcega, comprados en Europa. El 7 de mayo de dicho año, el periódico La
Prensa informaba: “Este vapor de la Compañía Magellan salió de Buenos Aires (Arjentina) el
30 de abril ppdo. Ricibirá carga para Talcahuano i Valparaiso. Los ajentes en esta ciudad es
Chile-Arjentina.” BN-SPM.
109
y Punta Arenas.122 No se han hallado registros sobre detenciones en puertos
menores o fuera del itinerario de navegación. Esta falta de información hace
difícil asegurar que los obreros hayan viajado en dicho vapor. El Maipo tam-
bién podría haber dejado obreros en Baker en enero de 1906 durante su viaje
a Punta Arenas, como se ha visto.
Tal vez fue más de una partida de obreros los que viajaron, en un periodo
de tiempo más amplio del que hasta ahora se ha considerado, completando
recién en abril del año 1906 los más de 200 trabajadores en faena. Esta posibi-
lidad se ve apoyada por una crónica aparecida ese mes en La Alianza Liberal
de Puerto Montt donde se denunciaba el vejamen sufrido por un trabajador
conocido de la ciudad que había sido contratado junto a otros compañeros
por “una empresa ganadera”, a bordo de un vapor que había partido al sur.
El vapor referido era el Chile que había zarpado de Valparaíso “con rum-
bo al Sur” el 29 de marzo.123 Durante la recalada hecha en Puerto Montt, su-
bieron al vapor varios trabajadores. Uno de ellos, Lisandro Alvarado prota-
gonizó un altercado a bordo de la embarcación, motivado por su “temeraria”
acción de subir a la cubierta siendo pasajero de 2ª clase. Esto habría provo-
cado la ira de un marinero de origen inglés, quien lo golpeó e increpó para
que volviera a su sitio. Alvarado se defendió, pero fue detenido y amarrado.
Logró zafarse y se escondió en un bote de auxilio, pero fue nuevamente agre-
dido por el marinero y sus compañeros, ante lo cual varios pasajeros recla-
maron y de no mediar la intervención de la persona que lo había contratado,
la paliza hubiese sido mayor. Parece ser que el trabajador Alvarado, víctima
de los marineros del vapor Chile según la crónica de La Alianza Liberal,124
era el mismo Alvarado registrado el 11 de septiembre por el mismo periódico
en la lista de siete trabajadores puertomontinos contratados por la Explota-
dora del Baker, que se hallaban entre los obreros abandonados:
122
El 23 de junio de 1905 apareció en El Llanquihue una nota sobre este vapor, informando
que “…llegó á este puerto á principio de la presente semana. Anteayer salió nuevamente con
rumbo al norte.” Los servicios del vapor Córcega se fueron consolidando de tal modo que en
agosto se organizó una sociedad anónima de ciento diez mil libras esterlinas de capital, de la
que el principal accionista era el capitán Croisé D’Ancourt, según informó La Cruz del Sur el
2 de septiembre 1905). BN-SPM.
123
El Mercurio de Santiago, 30 de marzo 1906; El Mercurio de Valparaíso, 30 de marzo de 1906.
BN-SPM.
124
9 de abril de 1906. BN-SPM.
110
Lizandro Alvarado
José Baldomero Covasich
Juan Pio Loaiza
Francisco Garai (…)”
“(…) En la tarde del sábado arribó a nuestro puerto una chalupa pro-
cedente de Chiloé tripulada por Lisandro Alvarado, Francisco Garai,
Juan Pio Loaiza, Jacinto Vidal, José Baldomero Covasich, José Rojel y
Luis Paredes, trabajadores todos de las faenas de Rio Baker.
Estos trabajadores tienen sus familias en este pueblo i han soportado
con felicidad las crueles privaciones que han causado la muerte a mu-
chos de sus compañeros de trabajo.
----
Hemos tenido la oportunidad de conversar con todos estos trabajado-
res i todos ellos nos han pintado en su sencillo lenguaje los horrores de
las espantosas privaciones del abandono en que estuvieron sumidos
durante tres largos i rigurosos meses de invierno.” (9 de octubre 1906)
111
una infraestructura mucho más desarrollada, dejada también por la comi-
sión de límites, aunque probablemente en condiciones de abandono: Una
casa de madera aserrada, de 12 x 9 metros, con 4 piezas, pasadizo, corredor,
subterráneo y tres pisos; una casa-bodega de 8 x 6 metros, con dos piezas y
segundo piso; una de 9 x 5,5 metros, con techo, paredes de paja y segundo
piso de tablones; una casa-cocina, de 8 x 6 metros, techo de paja y paredes
de quincha; dos casa-galpones de 9,5 x 5 metros, de paja, para chalupas; una
cocina de 3,5 x 3,5 metros, techo y paredes tinglados de madera; y muelle de
18 metros de largo por 3,20 metros de ancho. Michell indicó que también se
dejaron 120 metros de envaralados, colgados sobre pilotes de 2 a 3 metros de
ancho, para comunicarse entre las casas y el muelle.
Algunas de estas construcciones se pueden observar en las fotografías
del sector Bajo Pisagua tomadas por Norris en 1906 (Ivanoff 2003, 2011). Los
trabajadores que arribaron en 1905, debieron dedicar tiempo a la habilitación
de los espacios, que llevaban al menos tres años sin uso.
El grupo humano que se instaló en Bajo Pisagua estuvo constituido por
el contingente obrero mismo y los empleados a cargo de la administración,
dos ingleses. Los obreros rápidamente se debieron organizar en cuadrillas de
acuerdo a las faenas que debían desarrollar. Los más jóvenes debieron que-
dar bajo el mando de los más experimentados. Cuadrillas de hacheros, ca-
mineros y carpinteros. Es posible que también se hayan formado cuadrillas
de remeros a cargo de las embarcaciones y la movilización entre los diversos
puntos de actividad del campamento, pese a que probablemente la mayoría
de los trabajadores sabía maniobrar embarcaciones. Debió existir también
cocinero (muy probablemente con uno o más ayudantes) y encargado de
bodega. Según el testimonio del administrador Norris, a cargo de las faenas
había quedado un hombre de su total confianza que no parece haber sido
ninguno de los dos empleados ingleses. No es claro que este trabajador haya
supervisado ambas secciones de la concesión, pero parece ser lo más pro-
bable, aunque las fuentes no entregan datos sobre un contacto fluido entre
ambos campamentos, con personal dedicado a faenas totalmente diferentes:
en La Colonia el cuidado de ganado vacuno; en Bajo Pisagua la explotación
maderera y apertura de sendas.
En relación con la paga de los obreros y de acuerdo a referencias salaria-
les de la época, se ha calculado que el salario mensual de la mayor parte de
los trabajadores podría haber alcanzado un mínimo de $30 y un máximo de
$60.125 Dicha cifra se basa en que en aquella época se pagaban jornales de $1
y $2 diarios para faenas agrícolas. Mucho menos que para las labores de ma-
nejo ganadero, donde los expertos eran pocos y muy requeridos, por lo tanto
125
Soto (1976) indica que de acuerdo a los relatos de antiguos obreros, el salario ofrecido por
la Explotadora del Baker era de $24 al mes: “Se ofrecía una incitante paga de veinticuatro pe-
sos mensuales, o sea 8 reales diarios. ¡Caramba! ocho reales en ese tiempo era una cosa muy
seria.” En la época, 8 reales (correspondiente a una moneda colonial cuyo uso simbólico debe
haberse mantenido en Chiloé) equivalían a $1, moneda corriente.
112
se hacían pagar bien. El promedio oscilaba en $4 diarios. En casos excepcio-
nales el pago era muy superior, como de hecho ocurrió con los arrieros que
llevaron el ganado criollo a la frontera frente a la concesión. Norris escribió
en su carta de 1906 que le costó conseguir hombres para el arreo. Comenzó
pagando $6 diarios al salir de Tecka y en Río Mayo los arrieros decidieron
retornar, pese a que les ofreciera $10 diarios. Fue ese jornal el que tuvo que
pagar a un grupo liderado por un “chileno”, que aceptó acompañarlo hasta
las cercanías de la concesión.
Respecto al régimen de trabajo de los obreros contratados para la faena
maderera y de caminos, no hay antecedentes: si se respetaban o no días de
descanso, si la jornada laboral consideraba una cantidad específica de horas
o algún sistema de turnos. En cuanto a la alimentación se puede especular
que al menos contaban con dos comidas al día, desayuno y almuerzo, no se
sabe si éstas eran descontadas o no del salario.
En cuanto a la forma de pago de los salarios, es posible que se pactara
cancelarla al término de la temporada en la mayor parte de los casos, des-
contando gastos incurridos en faena. Lo anterior se ha deducido del breve
comunicado aparecido en La Cruz del Sur a fines de octubre de 1906 en el
que se indicaba que el encargado de la empresa estaba pagando sólo una
parte de los sueldos.
En el caso de los obreros de Puerto Montt, que viajaron en abril al Baker,
se cuenta con el antecedente entregado por La Alianza Liberal en su crónica
del 11 de septiembre de 1906 en la que aseguraba que ellos habrían acordado
con la empresa que su salario fuese entregado mensualmente a sus familias
en dicha ciudad.
El contrato también habría estipu-
lado que la faena correspondía a una
temporada calculada en meses corri-
dos, entre diciembre de 1905 y mayo
de 1906 o enero y junio de 1906. La
llegada de obreros en abril de 1906 re-
sulta extraña, aunque tal vez la idea
de la empresa era que estos trabaja-
dores realizaran una suerte de reem-
plazo de mano de obra o se trataba
quizás de obreros calificados, contra-
tados para efectuar labores específi-
cas o incluso para asumir la estadía
invernal en el campamento.
113
El gerente Tornero y su viaje al Baker: llegada, acompañante, salida
intempestiva y una posible explicación sobre la demora del vapor que
habría contratado para sacar a los obreros
“A MAGALLANES
En la presente semana, se dirijirán a Magallanes, los señores Florencio
Tornero E. y Julio Vicuña Subercaseaux.”
126
Una traducción de este documento clave para la comprensión de los hechos ocurridos
en Bajo Pisagua, fue publicada por Danka Ivanoff en su libro Caleta Tortel y su Isla de los
Muertos. En este trabajo se ha utilizado la transcripción realizada por Campbell & Grace de
la versión original en inglés, disponible en http://patlibros.org/wn/letter.php. La versión
original fue facilitada a los autores de la transcripción por Ivanoff.
114
“(…) They right to have gone from here by the 15th of June at the
latest, but the Board of Directors and the Gerente, Florencio Tornero,
who promised to see to it during my absence have made an awful mess
of it and the steamer is not here yet. Tornero was here when I arrived
from outside with the cattle, like a fool he didn´t arrange with a stea-
mer to came here and fetch the men before he left civilization – he got
here early in april thinking he would have plenty of time to have a
look round and get away again in time to send a steamer.” (W. Norris,
Letter, 1906. El destacado es nuestro)
“He only left here on 12th of June for the island where I waited
twice for a steamer. He had bad luck and had to wait 3 weeks before a
steamer passed…”
Ubicación de Caleta Hale sobre la margen occidental de isla Orlebar, frente al canal Messier.
115
Como se ve, recién el 12 de junio Tornero y Vicuña Subercaseaux aborda-
ron un bote cuya tripulación los llevó a “la isla” para esperar allá la aparición
de un vapor. Con toda seguridad Norris se refería al sitio donde se empla-
zaba Caleta Hale, lugar conocido por él mismo pues en dos oportunidades
tuvo que esperar la pasada de un vapor. Una de ellas fue en abril de 1905,
como ya se ha comentado anteriormente.
Caleta Hale es una pequeña bahía en la isla Orlebar, del grupo conocido
como islas Baker, ubicado a la salida del canal Baker, con vista hacia la boca
norte del canal Messier, principal vía de navegación para entrar al golfo de
Penas desde el sur. Esta caleta era la que utilizaban los operarios de la faena
del Baker para otear la aparición de vapores desde el sur o norte. Estaba a 50
millas marinas (80 km.) al suroeste de Bajo Pisagua.
Tornero y Vicuña Subercaseaux debieron esperar tres semanas la pasada
de un barco, tiempo que no debió ser nada glamoroso para ellos, acostum-
brados a la vida citadina. Pero probablemente estuvieron acompañados todo
ese tiempo por la tripulación que los llevó al lugar… y debieron alimentarse
también todo ese tiempo. Esto debe hacer reflexionar, como ya lo sugirie-
ra Ivanoff (2011) para el caso de Tornero, en torno a la disponibilidad de
alimentos en el lugar o al traslado de los mismos desde Bajo Pisagua para
mantener a estos “ejecutivos” durante esas tres semanas.
Recién a principios de julio lograron abandonar del todo el sector del
Baker a bordo del vapor inglés Samara, procedente de Taltal y que se detuvo
ante las señales provenientes de la caleta. El 10 de julio ambos desembarca-
ron en Punta Arenas, hecho que fue informado por el diario El Magallanes
de aquella ciudad:
116
a todos los obreros, sería dable pensar) a más tardar la primera quincena
de junio? O al contrario, ¿sí contrató un buque, el que no cumplió con su
compromiso?
Hay una posible respuesta a este –hasta ahora– poco atendido comporta-
miento del “gerente”.
Tomando como base una frase redactada por el mismo William Norris en
el texto de su carta fechado el 27 de septiembre, se construye esta posibili-
dad. La frase es la siguiente:
Norris escribió que un vapor de nombre “Valdivia” era el que debió ha-
berlos sacado del Baker en Junio. Esto, habría que suponer, debió ser infor-
mado al administrador por el mismo Tornero o el directorio. Sin embargo,
Norris no hace alusión a ello en la parte en que se queja de la negligencia del
gerente y directorio. La noticia que traían los tripulantes del Araucanía indi-
caba que dicho vapor habría naufragado “después de dejar Punta Arenas”.
El vapor referido por Norris, que al parecer tenía matrícula uruguaya
(siendo su agente en Chile la Compañía Braun y Blanchard),127 128 efectiva-
mente naufragó, pero muy lejos de Punta Arenas… y muy lejos también del
Baker. El buque se perdió completamente frente a las costas de Lebu, en las
cercanías de la Isla Mocha durante la noche del 24-25 de junio de 1906. El dia-
rio santiaguino El Porvenir, publicó una crónica detallada –basada en el tes-
timonio de tres pasajeros sobrevivientes– el 9 de julio, por medio de la cual es
posible conocer la propia tragedia que protagonizó este vapor, su tripulación
y pasajeros, entre el 18 de abril y el 25 de junio. El zarpe desde el Atlántico
debió ser el 11 de abril, pero el buque estaba en tan malas condiciones –sus
máquinas fallaban a cada momento– que recién partió desde Buenos Aires el
18 de ese mes. Pasó a Montevideo donde debió fondear 14 días por repara-
ciones. Salió el 4 de mayo rumbo al sur y llegó el 9 a Bahía Blanca, en tan ma-
las condiciones que estuvo allí detenido 35 días, según afirmaba la crónica
del diario. Después de un día de viaje, recaló en Punta Arenas el 14 de junio,
donde estuvo dos días más, reanudando la marcha el 16. Ocho días después:
127
Diario El Comercio, 21 de abril 1906. BN-SPM.
128
Diario El Magallanes, 3 de julio 1906. BN-SPM.
117
“En la noche (…) á la 1 y 3 minutos de la mañana se despertaron al
ruido siniestro de los preparativos de salvamento.
El buque comenzaba á hundirse en la costa del islote de Quechal, á dos
o tres millas de la isla Mocha.
El capitán fué de los primeros en ganar la tierra firme y desde allí diri-
gió las operaciones de salvamento.
Gracias á que el vapor duró algunas horas sin hundirse, sólo perecieron
ahogados un pasajero de primera, un piloto segundo y un ingeniero.
De la carga salvaron unas cuantas pipas con sebo que el mar ha arroja-
do á la playa y otras mercaderías.”
Se trata del mismo vapor al que hace referencia Norris, cuyo naufragio
dejó como resultado tres ahogados y casi la totalidad de la carga perdida.
Si el vapor hubiese seguido un itinerario normal, habría pasado por la
zona del Baker durante el mes de mayo, como tranquilamente esperaba Tor-
nero que ocurriera. Pero nunca apareció, lo que habría puesto en alerta al
gerente y su acompañante, quienes entraron en franca desesperación hacia
principios de junio, viendo que sus opciones de abandonar la zona se habían
esfumado. Entonces decidieron salir a como diera lugar y la opción era que
los llevaran en bote hasta “la isla” para esperar allí el paso de un vapor, ha-
cerle señas y una vez se detuviera, abordarlo con autorización del capitán.
El vapor Valdivia recién salió de Punta Arenas el 16 de junio, por lo que
debió haber pasado frente a Caleta Hale –donde Tornero y Vicuña Suberca-
seaux esperaban–, entre el 20 y 22 de dicho mes, lo que permite especular
que los ejecutivos debieron haberlo visto o al menos sentido pasar si hubiese
corrido de noche o madrugada.
Las condiciones que llevaba el vapor debieron ser muy graves ya que los
náufragos entrevistados por El Porvenir indicaron que las fallas frecuentes
de las máquinas “y la noticia de que el buque podía naufragar en cualquier
momento habían infundido un pánico extraordinario en la tripulación y en-
tre los pasajeros.” Ello pudo influir en que –si era cierto que la Compañía
Explotadora del Baker contrató los servicios de dicho vapor– la tripulación
desestimara por completo una detención en Baker para recoger pasajeros, lo
que hubiese agregado un factor de riesgo más a la ya dramática situación, al
verse aumentada la cantidad de personas a bordo.
Ahora bien, considerando las circunstancias, cabe preguntarse por qué el
gerente Tornero no adoptó otro camino cuando se dio cuenta que el vapor
que “habría contratado” no llegaría: organizar por ejemplo una evacuación
de emergencia junto al administrador Norris.
Pero sigue inquietando la seguridad con que William Norris emitió un
duro juicio contra Tornero al catalogarlo de “necio” por no haber coordinado
la ida de un vapor a buscar a los trabajadores. Entonces, ¿habrá sido real-
mente efectivo que ese vapor fue contratado a Braun y Blanchard para tal fin
118
y simplemente no cumplió? O por el contrario, Tornero utilizó la noticia del
naufragio para elaborar una excusa que tapara su negligencia por no haber
contratado vapor alguno para el retiro de los obreros?
Recuérdese que Tornero y Vicuña Subercaseaux llegaron a Punta Arenas
el 10 de julio. La noticia del naufragio del Valdivia fue publicada en la prensa
magallánica siete días antes, el 3 de julio:129
Tornero debió enterarse en dicha ciudad sobre los hechos. Pudo enton-
ces –en un acto ciertamente reprochable– decidir utilizar dicha información
a su beneficio, asegurando a quien le preguntara que él había contratado la
carrera, pero el naufragio de la embarcación impidió que pasara a buscar a
los obreros. De este modo podía explicar la demora del vapor y tenía tiempo
para resolver el lío provocado por no haber contratado un vapor que pasara
al Baker.
Que la contratación del Valdivia fuese efectiva y no fructificó por lo ya
expuesto, o sólo se trató de una coartada de Tornero, resulta difícil de probar.
Lo que sí parece haber ocurrido es la gestión de este ejecutivo o tal vez al-
gún otro representante de la sociedad ganadera desde Santiago, para lograr
la contratación con Braun y Blanchard de un vapor que en carrera al norte
pasara a Baker a recoger a los obreros. Más adelante se analizará este punto.
129
El Magallanes, 03 de julio 1906. BN-SPM.
119
Los tres meses de la tragedia: enfermedad, desesperación,
muertes e intentos de buscar salida a la crisis
“On the 1st of August I sent the man I brought from B. A. [Buenos
Aires] the first trip and who has been in charge here all the time I have
been away, to the island [Caleta Hale] to get outside and see why the
steamer didn’t came and hurry them up. He had a little better luck
and got a steamer on 13th going north so it can’t possibly be long now
before the steamer arrive.”
Este empleado contó con mejor suerte que Tornero ya que debió esperar
sólo 12 días por un vapor que, proveniente de Punta Arenas, lo llevó hasta
Chiloé131 donde a fines de agosto dio la voz de alarma sobre lo que acontecía
en Baker.
Para desgracia del emisario y de todos los trabajadores abandonados en
Baker, un terremoto de grandes proporciones había azotado el centro del
130
La traducción publicada en Ivanoff sugiere que este empleado sólo habría entregado un
mensaje al vapor que pasó y divisó su presencia en la “isla” (2011, p. 67)
131
El 2 de agosto de 1906 dos vapores salieron de Punta Arenas con destino a Valparaíso, el
Pentaur y el Ramses. El primero venía desde Hamburgo, el segundo partía desde Punta Are-
nas. Es posible que haya sido este último el que abordó el emisario de Norris. Periódico El
Magallanes, agosto 1906. BN-SPM.
120
país el 16 de agosto, destruyendo pueblos y ciudades, entre ellas Valparaíso.
Las autoridades nacionales debieron enfrentar las consecuencias de la catás-
trofe y en las provincias rápidamente la noticia corrió y copó el interés de
autoridades y ciudadanía.
Norris había comenzado a redactar su carta ese mismo día 16. En ella
empezó contándole a su tío la travesía de tres meses que realizó con el ga-
nado traído desde Tecka, cerca de 1600 km. al nororiente de la concesión. El
administrador había encontrado un tiempo de relativa tranquilidad, ya que
desde el 14 de agosto no habían habido fallecimientos entre los trabajadores.
Aquel día habían completado 18 obreros sepultados, ya que 10 más habían
muerto desde el primer día de dicho mes. Pero los enfermos seguían siendo
decenas, todos postrados en el galpón dormitorio; se cumplían ya dos meses
desde que todo había iniciado y Norris le escribió a su tío que primero había
pensado que el reumatismo atacó a los obreros, producto de alguna fuerte
gripe. Pero después de los primeros muertos y la verificación de presencia
de gusanos intestinales, se dio cuenta que la situación era en extremo grave.
La tranquilidad aparente, se rompió abruptamente el 17 de agosto cuando
la muerte volvió a presentarse y su presencia no se detuvo hasta el día del
rescate. Norris abandonó la carta para atender a los enfermos, administrar
medicinas a los obreros que aceptaban tomarlas, intentar comprender a los
que las rechazaban y entraban en estado de agonía; y además buscar fórmu-
las para proveer de carne al campamento, como la intención de subir a La
Colonia para traer carne fresca, lo que no resultó porque no pudo conseguir
obreros para remar, ya que éstos estaban realmente al pendiente del vapor.
También se organizaron partidas para cazar huemules. De tres incursiones
realizadas, se logró resultados sólo en las dos últimas, lo que permitió contar
con carne por algo más de 10 días.
En su carta Norris le asegura al tío que debió lidiar prácticamente solo
con todo lo que estaba aconteciendo, pues los otros dos empleados ingleses
que al parecer vivían con él en dependencias distintas a las de los obreros,
poco aportaban, uno por ser un muchacho sin experiencia y el otro por con-
siderarlo un inepto ya que no habría tomado medidas de cuidado y habría
terminado enfermando:
“I was all by myself really. There were two Englishmen with me,
one a youngster of 21, not much use, and the bookkeeper, a perfect
fool: in fact, I think he would have died if I had not made him wear
the "wet bandage" around his waist. He was getting very sick when I
made him put it on and also pumped a little spirit into him. He started
to pick up at once, and in 10 days was quite well; and he says himself
he is now in better health than he has been for 2 or 3 years”
121
sobreviviente Emilio Zúñiga donde se puede encontrar información en este
sentido:
En la situación crítica que debieron soportar todos los habitantes del cam-
pamento de Bajo Pisagua, la organización social establecida al momento de
la llegada e instalación de la faena, se vio fuertemente tensionada. El grupo
de los empleados superiores, con Norris a la cabeza, sufrió un quiebre de-
bido a que fue incapaz de confrontar en tanto grupo, el escenario de crisis
social y de salubridad.
En cuanto al grupo social de los trabajadores, la reacción a la crisis parece
haber reforzado las relaciones de parentesco, lo que probablemente atomizó
la organización y cohesión del grupo en tanto trabajadores, generando sub-
grupos de parentesco cuyos miembros se apoyaban entre sí. Es posible que
dos o más grupos de parentesco se hayan apoyado en función de relaciones
sociales más abiertas como parentesco político, vecindad entre familias en el
territorio de origen o relaciones de amistad cultivadas los meses anteriores
en el mismo campamento. No obstante ello, cabe la posibilidad que la atomi-
zación del grupo haya contribuido a una propagación mayor de la enferme-
dad, debido a que surgieron diversas explicaciones sobre el origen del mal
que arreciaba y por tanto se adoptaron distintas fórmulas para combatirlo,
aunque sin éxito. El señor Zúñiga afirmó en su entrevista que se formaron
“corrillos” en los que se discutía lo que ocurría y cada grupo adoptaba y
defendía sus propias explicaciones, unos afirmando ser “mal de brujos”,
otros “peste” de origen indeterminado, los menos al parecer, entre los que se
contaba el mismo Zúñiga, apoyaban la idea que se trataba del “mal del ma-
rinero” (escorbuto). Esta divergencia debió imposibilitar al grupo en su con-
junto enfrentar de manera cohesionada la situación. Habría que considerar
aún otro grupo al interior de los trabajadores: aquel formado por los obreros
puertomontinos, quienes debieron haber cerrado filas frente a la mayoría
122
cuyo origen era chilote y de este modo pudieron enfrentar la crisis unidos,
situación que mantuvieron hasta su regreso definitivo a Puerto Montt.
El 27 de agosto Norris retomó la redacción de su carta, anotando que la
cifra de muertos se elevaba a 28 trabajadores, que las medicinas se agotaban
irremediablemente, que después de fracasar su segundo intento de subir a
La Colonia, por haberse arrepentido el grupo de 10 obreros que le habían
asegurado acompañarlo, estaba pensando que tendría que embarcarse junto
a los trabajadores cuando llegara el vapor a sacarlos, dejando abandonado el
campamento. Terminó esta sección de su carta diciendo a su tío que retoma-
ría la redacción una vez llegara el vapor a buscarlos. Un mes completo sin
escribir, sólo atendiendo la crisis sanitaria, conteniendo el intento de algunos
obreros sanos por escapar del lugar e intentando mantenerse en las mejores
condiciones posibles dado que a él también se le agotaban las provisiones.
Mientras tanto, en Chiloé la noticia sobre el abandono de los trabajadores
corría de casa en casa. El emisario de Norris, junto a familiares de los aban-
donados dieron cuenta a las autoridades de Quinchao y muy probablemente
a las familias de los trabajadores oriundos de esa isla.
A nivel oficial no fue hasta el 4 de septiembre, que la voz de alarma sobre
la tragedia del Baker logró llegar a Puerto Montt. El gobernador de Quin-
chao, Antonio Morales,132 telegrafió al intendente de Llanquihue, dándole la
trágica noticia:133
“Gobernacion
Achao, setiembre 4 de 1906
Intendente Puerto Montt
Morales”
132
Ratificado en el cargo en agosto de 1906. Telegramas Ministerio del Interior ARNAD Mi-
nInt, 1906.
133
ANH, Fondo Gobernaciones, Gobernación Quinchao, Vol 86.
123
Telegrama del gobernador Morales dirigido al
intendente de Llanquihue. Fechado el 04 de sep-
tiembre de1906. ANH.
124
denunciando los hechos del Baker, llegaron a oídos de los redactores del pe-
riódico La Alianza Liberal quienes prepararon la primera crónica para que
saliera impresa en la edición del 8 de septiembre. Mientras el intendente de
Llanquihue preparaba un escrito informando a Santiago y pidiendo instruc-
ciones, La Alianza Liberal recababa información y volvía a arremeter contra
la empresa en otra crónica fechada el 11 de septiembre de 1906.
En el Baker la muerte seguía llevándose trabajadores, uno cada día, aun-
que aquel mes de septiembre hubo al menos tres días en que murieron tres y
hasta cuatro obreros de una vez.
En Puerto Montt el intendente suplente de la provincia, Germán Oelckers,
quien había recibido el telegrama del gobernador de Quinchao, no quiso o
no tuvo la osadía de tomar una decisión autónoma, como contratar un va-
por que fuera en rescate de los obreros. Prefirió informar al Ministerio del
Interior y esperar una respuesta, que sería respaldo para las acciones que en
adelante se tomaran. La respuesta llegó a fines de septiembre en un escueto
y frío telegrama:134
“27 Set 6
Intendente Puerto Montt
Su telegrama referente trabajadores Backer es de carácter esencial-
mente privado sobre cuyo contenido nada puede hacer Ministerio.
Figueroa”
134
ARNAD, MinInt, Vol. 3178.
125
El “asunto esencialmente privado” para el ministro Figueroa, había ter-
minado con la vida de 59 obreros chilotes y de no haber llegado el vapor
Araucanía, habrían sido muchos más los muertos allá. La crudeza con que
la autoridad de gobierno decretaba no hacerse parte del drama que ocurría
en tierras australes, demuestra de modo llano, el escaso interés por las con-
diciones laborales de obreros que –se estimaba– estaban allí por voluntad
propia y debían resolver ellos solos el problema habido con su empleador.
Ahora bien, recuérdese que La Alianza Liberal acusó este desentendimiento
por parte del Gobierno en su crónica del 11 de octubre:
“Nº 78
Intendencia de Chiloé
Ancud, 6 de Octubre de 1906
126
Inmediatamente que tuve conocimiento de este hecho, ordené que
se tomaran las medidas necesarias que el caso requeria. En efecto, se
trasladó abordo el médico de ciudad de Achao. Como en dicho puerto
no hay Subdelegación Marítima y el capitán manifestaba que el térmi-
no de su viaje era Puerto-Montt, continuó su marcha hasta Dalcahue,
llevando siempre el médico abordo. Viendo que el capitán no obedecía
las órdenes del gobernador de Quinchao de trasladarse á esta, dirijime
por telégrafo al Subdelegado de Dalcahue, dándole instrucciones pre-
cisas para que obligara al capitán venirse á este puerto, no obstante,
como en aquel lugar no hay fuerza ninguna, no se pudo evitar que des-
embarcara allí, como ochenta enfermos en su mayor parte graves, de
los que murieron en la noche Rudecindo Muñoz, Serapio Barrientos,
Jerónimo Muñoz y Juan Diaz.
Despues el vapor se dirijió á este puerto, adonde llegó el cuatro del
presente. El infrascrito de acuerdo con la Gobernación Marítima toma-
ron las medidas necesarias, ordenando al Dr. Don Liborio Sanchez C.
que se trasladase abordo y certificase sobre la naturaleza de la enfer-
medad y las causas que la habian producido.
Del informe se desprende que el vapor “Araucania” recojió un cre-
cido número de personas en rio Baker, que se encontraban allí mas de
seis meses, trabajando á una empresa particular; dicha gente se en-
contraba sin los víveres suficientes y que á consecuencia de la mala
alimentacion, estenuados se produjo en ellos ‘desintería aguda epidé-
mica’ que por falta de cuidados, alimento y médico pudo ocasionar el
fallecimiento de muchos de esos infelices. Viendo el infrascrito que no
se trataba de una enfermedad infecciosa dejó en libre platica al vapor
“Araucania” con este puerto, permitiéndole después continuar su via-
je. Este vapor es pequeño, de 200 toneladas mas ó menos, y esa gente
enferma venia amontonada en las bodegas, por lo que hubo que hacer-
las desinfectar bajo la dirección del Dr. Sr. Sánchez.
Ahora bien, Señor Ministro, la empresa Baker es culpable del des-
graciado suceso ocurrido y viene á demostrar de una manera palmaria
la falta de dirección que tienen esas pequeñas Sociedades que se for-
man con fines aventurados y que producen hechos verdaderamente
anti-humanos. Por tal razón, ruego a US. que se sirva poner en co-
nocimiento del Supremo Gobierno este desgraciado suceso para que
se tomen las medidas necesarias que tiendan á evitar la repetición de
acontecimientos de tal naturaleza.
127
al mismo tiempo oficiar al ministro de Marina pidiendo que allí se aloje la
investigación sumaria sobre los hechos denunciados por el intendente Men-
chaca. Al tratarse de un vapor que incumple un itinerario preestablecido, es
responsabilidad de la Autoridad Marítima investigar lo sucedido. Y de paso,
lo ocurrido en Baker quedaba “en el aire”:
Una anotación al margen del oficio enviado por Menchaca es muy clara
respecto a la decisión de Interior. Allí se lee, “Trasc. a RR. EE.” [trascriba a
Relaciones Exteriores] y también “Trasc. a la D. J. de la A. [trascriba a Di-
rección Jeneral de la Armada] en que US. se sirva ordenar que la autoridad
marítima respectiva instruya un sumario sobre los sucesos enumerados en
el of. anterior.”
Sin embargo, las crónicas del periódico liberal-radical de Puerto Montt
eran demasiado fuertes para mantener el asunto acallado, obligando al in-
tendente titular de Llanquihue, Eduardo Wolleter135 a dirigir una nota al juz-
gado local el 13 de octubre de 1906, en la que pedía se investigara lo denun-
ciado por La Alianza Liberal, adjuntando al comunicado ejemplares de tres
ediciones del periódico. Dicho medio tuvo acceso a la información sobre esta
última gestión realizada por la Intendencia y lo publicaron tres días después,
el 16 de octubre:
“ASUNTO BAKER
EN PODER DE LA JUSTICIA
135
Nombrado intendente el 13 de febrero de 1905, en reemplazo de Jorge Prieto. Ejerció el
cargo por 10 años de manera ininterrumpida. http://portada.diariosregionales.cl/prontus_
blogs/site/artic/20101123/pags/20101123153122.html (consultado 04-08-13)
128
Ruego a US. se sirva proceder en la forma que estime conveniente. –Sa-
ludos a US.- E. Wolleter F.”
136
Diario El Mercurio de Santiago. Agosto, septiembre 1906. BN-SPM.
129
Página 13 de la revista Zig Zag, edición del 07 de octubre de 1906. BN-SPM
130
Entre las actuaciones durante el periodo en que ocurrieron los lamenta-
bles sucesos de Bajo Pisagua, debe consignarse asimismo la contratación del
vapor Araucanía para la recogida de los obreros. Si esta gestión fue realizada
a tiempo, pero por compromisos de cabotaje anteriores de los agentes, el
vapor no pudo viajar a fines de julio o durante agosto, es difícil aseverarlo.
Hay también otro hecho extraño que se relaciona con la actividad de la
empresa en el centro del país. Se trata de la publicación de 9 fotografías en
una revista de variedades que circulaba en la alta sociedad santiaguina, Zig-
Zag. En efecto, en la edición del 07 de octubre, la página 13 de la revista se
destina completamente a reproducir estas nueve “vistas” bajo el título “Des-
de el Sur de Chile”. Un título ambiguo, genérico, que no sitúa de inmediato
en el territorio que exhiben las imágenes.
Serán los textos que describen cada una de las 9 fotografías los que permi-
tirán situarse en la zona específica de ese “Sur” de Chile. Se trataba del Baker
y las imágenes establecen un relato en relación con cierta actividad produc-
tiva en esa remota y bucólica región, actividad que más parece un paseo
campestre, donde hay tiempo para capturar crías de guanaco, o posar en uno
de los hitos limítrofes, retratar a los esforzados trabajadores que remontan
el caudaloso río Baker o conducen enormes balsas de madera de ciprés. Da
la impresión que aquella página recogía una especie de mensaje publicitario
dirigido a los accionistas de la empresa, indicando que todo marchaba en
orden… pero la realidad en la concesión era totalmente distinta.
131
con Balbina Güenchur Güeicha en 1902. Ese mismo año nació su hija María
Inés y en 1904 su hijo Gabriel, que murió párvulo.
Manuel viajó junto con Guillermo Millapel Oyarzo de 46 años, hermano
de Hermenejildo Millapel Oyarzo que estaba casado con una hermana de
Manuel, Inés Talcan Oyarzo. Como se ha descrito, en 1905 Hermenejildo Mi-
llapel había integrado la partida de Enrique Bórquez al Baker y fue uno de
los que se ahogó en el accidente que sufrió aquel grupo entre mayo y junio
de ese año. Guillermo Millapel en tanto, se había casado en 1902 con María
Rosalía Ulloa Ampuero.
José Rosas Triviño (Tribiño en la lista), tenía unos 50 años cuando se en-
ganchó al Baker junto a su hijo Juan Pedro Triviño Villegas de 19 años, que
era el segundo de los cinco que tuvo con su esposa Rosario Villegas Barrien-
tos. Padre e hijo sucumbieron a la crisis sanitaria producida en el campamen-
to de Bajo Pisagua. Juan Pedro murió primero, el 11 de agosto. José Rosas
resistió hasta el 8 de septiembre. Provenían de Punahuel, localidad rural al
suroeste de Dalcahue y cercana a Pidpid. Tal vez también los acompañó el
menor de sus hijos, José del Carmen, que en 1906 sólo tenía 14 años de edad.
De haber sido así, el muchacho sobrevivió y volvió a Chiloé.
Durante la última década del siglo XIX José Rosas y su familia se trasla-
daron al sector de Astillero. La tragedia se les hizo habitual. Una hija párvula
murió de tisis en 1890. Su esposa falleció de fiebre en 1894, a los 35 años. El
hijo mayor murió de pulmonía al año siguiente. José debió criar solo a tres
hijos sobrevivientes. Con su muerte y la de Juan Pedro, la familia sólo que-
daría compuesta por José del Carmen y Rudecinda Triviño Villegas, que se
había casado con su primo Pedro Antonio Triviño Villegas.
Isaías Barrientos Torres era pariente lejano de José Rosas, ya que se había
casado en 1894 con una sobrina de éste, Rosa Triviño Villegas, hija de Ignacio
Triviño. Isaías tenía 28 años y su esposa 16. Con 40 años Isaías se enganchó
al Baker junto a varios parientes Barrientos y vecinos. Falleció el 28 de julio.
Otro caso de padre e hijo muertos en Baker es el de Victoriano o Victorino
Caro Leiva y su hijo José Prudencio Caro Díaz. En 1906 tenían 41 y 21 años
respectivamente. El padre falleció el 21 de septiembre, el hijo al día siguiente.
Eran oriundos de San José, al norte de Castro.
Aurelio Runin Muñoz (Aureliano en la lista) era oriundo de Dalcahue.
Nació en 1887. Sus padres eran Marcos Runin y María Mitilia Muñoz. Tenía
19 años cuando se enganchó al Baker. Falleció el 18 de septiembre.
Los hermanos José Rudecindo y José Cirilo Aguilante Coney, eran oriun-
dos de Huyar, un poblado rural al norte de Curaco de Vélez, en isla Quin-
chao. Se engancharon a la faena del Baker, seguramente con otros pobladores
más del sector. Tenían entre 30 y 40 años de edad al momento de su falleci-
miento. Rudecindo fue el primero en morir, el 21 de agosto. Cirilo falleció el
16 de septiembre junto a Olegario Vidal y Juan de Dios Ampuero.
En 1894 Rudecindo se había casado con María del Tránsito Mancilla Nai-
mañ en la iglesia Nuestra Señora de las Gracias de Achao. Dos años después,
132
cuando tenían 26 y 25 años respectivamente efectuaron la unión civil en la
oficina del Registro Civil de Achao. Rudencindo firmó la partida de matri-
monio. En 1901 tuvieron una hija de nombre Carmen Dolores.
Juan de Dios Ampuero era oriundo de Dalcahue y se había casado en
1888 a los 25 años con María Clorinda Barrientos Ojeda de 23 años. Ambos
estamparon su firma en la partida de matrimonio. Registraron cuatro hijos
entre 1891 y 1897.
Casimiro Soto Gallardo salió junto a otros vecinos y familiares de San
Javier, poblado rural ubicado en la costa norte de isla Quinchao, frente a
Dalcahue. Tenía 36 años y vivía con su esposa Candelaria Vidal y dos hijas:
Esperanza de 10 y María Filomena de 8 años. Falleció en Baker el 28 de agos-
to de 1906.
Julián Toro Vidal tenía 30 años cuando falleció, el 18 de septiembre de
1906. Era oriundo de Curaco de Vélez. En 1902 y con 26 años se había casado
con Vitalia Soto, vecina de San Javier de 25 años.
137
Braun y Blanchard lo reinscriben el 6 de marzo de 1906 en los registros de la Marina. La
transferencia definitiva se produce el 9 del mismo mes en el Registro general de la Marina
Mercante. Memoria Ministerio de Guerra y Marina, 1906. ANH.
138
El Magallanes, 14 de septiembre 1906. BN-SPM.
133
Vapor Araucanía en 1923. (Fotografía, gentileza Felipe Montiel V. Castro,
Chiloé)
cuya llegada a Ancud se anuncio de Punta Arenas para el 27 del actual, aun no ha llegado.”
134
ción. Al día siguiente y con el médico Liborio Sánchez C. a bordo, el vapor
recaló en Dalcahue donde desembarcaron los demás sobrevivientes, ochenta
enfermos según informaba el intendente de Chiloé al ministro del Interior.
Lamentablemente, durante la noche de aquel día y en los días siguientes,
fallecieron seis personas más de las cuales se ha podido conocer el nombre
de cuatro, por el oficio del intendente.
Luego de realizar gestiones en Dalcahue, el vapor zarpó con rumbo a la
ciudad de Ancud, donde recaló el 4 del mismo mes. Es aquí donde el capitán
Titus decidió estampar una “protesta” oficial en la notaría local, para denun-
ciar los hechos y explicar las decisiones que debió tomar ante la emergencia.
Titus sabía que se lo podía acusar de contrabando en puertos menores, por
lo que se cuidó formalmente ante esta posibilidad.
El mismo día 4 el Araucanía fue sometido a una exhaustiva desinfección.
Así lo informó La Cruz del Sur: 140
140
6 de octubre 1906. BN-SPM.
135
esperaban desde fines de septiembre la llegada de un vapor magallánico que
los llevaría a un trabajo seguro por una larga temporada. Como todos los
años, varios obreros esperaban cambiar el destino de pobreza que los mar-
caba. Otros sólo iban en busca de ahorrar algo para poder volver a la isla y
mejorar en algo la vida familiar. Y de seguro había también quienes empren-
dían un viaje sin retorno, pues se quedarían en la Patagonia para siempre.
Este embarque no fue corriente. En el puerto de Ancud se aglomeraron
más de 200 personas, muchas de ellas provenían del continente y habían sa-
lido en el vapor Arica rumbo a Ancud pues tenían la noticia que allá recalaría
un vapor que venía en busca de la mano de obra para Punta Arenas. El día 9
de octubre el Araucanía zarpó desde Ancud con destino a Punta Arenas con
sobrecarga de pasajeros, alrededor de 360 personas, algo totalmente temera-
rio dada la cabida de la embarcación que llegaba sólo a 150 pasajeros.
El 13 de octubre de 1906, La Justicia de Ancud consignaba en breve nota
el zarpe del Araucanía rumbo al Sur:
“El ‘Araucania’
Este vapor de la casa Braun i Blanchard de Punta Arenas zarpó el mier-
coles de este puerto con rumbo a los canales.
Aquí embarcó numerosa carga i mas de 200 personas que van en busca
de trabajo a Magallanes, debiendo tomar en Dalcahue i Achao otros
tantos.”
136
Al día siguiente una larga crónica en el mismo diario, criticaba la situa-
ción del Araucanía, tratándolo como barco ‘negrero’, pero en general dicho
diario celebraba la llegada de obreros, siempre tan necesarios para los cre-
cientes trabajos en la ciudad.141
Un día antes del oficio que enviara el intendente de Chiloé al ministro del
Interior, el gobernador marítimo de Chiloé informaba vía telégrafo la recala-
da del Araucanía a su superior, el director del Territorio Marítimo. Éste a su
vez ofició el mismo día al director de la Armada informando sobre el asunto,
quien transmitió el telegrama al ministro de Marina:
141
19 de octubre 1906. BN-SPM.
137
Procedente de Punta Arenas (Magallanes) i al mando del capitan don
Guillermo Titus, llegó al puerto de Achao, el primero del presente, el
vapor Araucanía conduciendo a bordo un crecido numero de trabaja-
dores procedentes de rio Baker, de los cuales fallecieron dos durante
el trayecto, según comunicó el capitán al Gobernador de Quinchao,
igualmente espuso que el resto se encontraban enfermos a bordo.
Inmediatamente que tuve conocimiento de este hecho, ordené que se
tomaran las medidas necesarias que el caso requería. En efecto, se tras-
ladó abordo el médico de ciudad de Achao. Como en dicho puerto no
hai Subdelegación Marítima y el capitán manifestaba que el término
de su viaje era Puerto Montt, continuó su marcha hasta Dalcahue, lle-
vando siempre el médico abordo. Viendo que el capitan no obedecía
las órdenes del Gobernador de Quinchao de trasladarse a ésta, dirijí-
me por telégrafo al Subdelegado de Dalcahue, dándole instrucciones
precisas para que obligara al capitan vebirse a este puerto, no obstan-
te, como en aquel lugar no hai fuerza ninguna, no se pudo evitar que
desembarcara allí, como ochenta enfermos en su mayor parte graves,
de los que murieron en la noche, Rudecindo Muñoz, Serapio Barrien-
tos, Jerónimo Muñoz y Juan Díaz. Después el vapor se dirijió a este
puerto, a donde llegó el 4 del presente. El infrascrito de acuerdo con la
Gobernación Marítima tomaron las medidas necesarias, ordenando al
Dr. don Liborio Sánchez C. que se trasladase abordo i sertificase sobre
la naturaleza de la enfermedad i las causas que la habían producido.
Del informe se desprende que el vapor Araucanía recojió un crecido
número de personas en rio Baker, que se encontraban allí mas de seis
meses, trabajando a una empresa particular; dicha jente se encontraba
sin los viveres suficientes i que a consecuencia de la mala alimentación,
estenuados se produjo en ellos ‘disentería aguda epidémica’ que por
falta de cuidados, alimento i médico pudo ocasionar el fallecimiento
de muchos de esos infelices. Viendo el infrascrito que no se trataba
de una enfermedad infecciosa dejó en libre plática el vapor Araucanía
con este puerto permitiendole despues continuar su viaje. Este vapor
es pequeño, de 200 toneladas mas ó menos, i esa jente enferma venía
amontonada en la bodegas, por lo que hubo que hacerlas desinfectar
bajo la dirección del Dr. señor Sanchez.
Ahora bien, señor Ministro, la empresa Baker es culpable del desgra-
ciado suceso ocurrido i viene a demostrar de una maneria palmaria la
falta de dirección que tienen esas pequeñas sociedades que se forman
con fines aventurados i que producen hechos verdaderamente anti-hu-
manos. Por tal razón, ruego a US que se sirva poner en conocimiento
del Supremo Gobierno este desgraciado suceso para que se tomen las
medidas necesarias que tiendan a evitar la repetición de acontecimien-
tos de tal naturaleza.
Lo que trascribo a US. para su conocimiento i a fin de que US. se sirva
138
ordenar que la autoridad marítima respectiva instruya un sumario so-
bre los sucesos enumerados en el oficio anterior.
Dios gue US.
(Fd) Belisario Prats B.”
Las notas oficiales consignaron los nombres de cuatro obreros que falle-
cieron luego de llegar al puerto de Dalcahue: Jerónimo Muñoz Pérez (50),
Juan Díaz Pérez (25), Rudecindo Muñoz (23) y Serapio Barrientos Villarroel
(28). Sus inscripciones de defunción son correlativas (Nº 70 a 73) y se reali-
zaron entre el 03 y 04 de octubre de 1906. En ellas se consignó que eran agri-
cultores, profesión de origen de casi la totalidad de los enganchados. En los
cuatro casos se estableció como causa de muerte “Reumatismo”, pese a que
los informes oficiales reproducen otra enfermedad diagnosticada por el mé-
dico Sánchez: “Desentería”. Fueron sepultados en el cementerio parroquial
de Dalcahue.
Jerónimo Muñoz estaba casado con Rosa Muñoz, Juan era viudo de Clo-
tilde Barría, Rudecindo era soltero y Serapio estaba casado desde 1904 con
Rosalía Alvarado. Este último agricultor-obrero era hermano de Daniel Ba-
rrientos Villarroel, que murió en Baker.
Sin embargo, es posible que otros hombres, fallecidos en Dalcahue y Cas-
tro, hayan sido parte de los enfermos que llegaron en el vapor Araucanía.
Es el caso de Clodomiro Pérez Barría de 26 años, que falleció en el sector de
Teguel (Teel en la inscripción) el 06 de octubre. Como causa del deceso se
consignó “fiebre”. Estaba casado con María Leonor Calisto. Fue sepultado en
el cementerio parroquial de Dalcahue.
En Castro en tanto, el 6 de octubre falleció el joven Fructuoso Sánchez
Navarro, de 23 años. No se registra causa de muerte. El 8 de octubre falle-
ció Germán Sánchez Pérez, de 25 años. Como causa del deceso se consignó
“reumatismo”, al igual que los fallecidos registrados en Dalcahue. Ambos
jóvenes registraban domicilio en San José.
139
Vista del muelle de Bajo Pisagua. Nótese los castillos de ciprés y la
balsa sobre la que se observan tres obreros cargando postes. Foto
publicada por la empresa en revista Zig Zag, 07 de octubre 1906. El
texto que corresponde a la imagen dice: “Seccion maderas, 50,000
piezas de ciprés a cargadero de cualquier vapor, por grande que
sea, en puerto Bajo Pisagua, a la desembocadura del rio Baker”.
140
habían muerto en el vapor de regreso. ¿Y qué había sido todo eso?, escorbuto
y gusanos, afirmaba Norris. La misma enfermedad que tenían los marineros
durante los largos viajes de navegación en que se quedaban sin carne ni ve-
getales, reflexionaba. Se congratulaba también de haber salvado la situación,
siendo que había comido sólo porotos y arroz y bebido té y café durante dos
meses. Norris le cuenta a su tío que si se les hubiese acabado la grasa habría
sido un gran problema para ellos.
Los porotos y el arroz habrían sido la principal fuente de alimento para
todo el campamento durante el periodo de escasez y consiguiente hambru-
na, pues el señor Zúñiga relató a su entrevistador Antonio Soto que era sólo
eso lo que comían: “La cantidad de alimentos se consideró escasa desde el
primer momento; siempre lo mismo: porotos con charqui, charqui con poro-
tos, sin ninguna posibilidad de cambio.”
Norris continúa su carta, contándole al tío que debió lidiar además con
un grupo de obreros que deseaba tomar los 7 botes que existían en el cam-
pamento y abandonar el lugar “dejando solos a los trabajadores enfermos”.
Habría logrado contener el alzamiento en ciernes, pese a que debió hacerlo
sólo ya que no podía contar con los otros dos empleados ingleses.
El administrador le decía a su tío que creía firmemente que de haberse
concretado el abandono por parte de los obreros alzados, las muertes ha-
brían aumentado al doble de las producidas, dejando entrever que temía un
naufragio por lo frágil de las naves para el mar abierto.
Según Norris, en Chiloé fallecieron 12 obreros más, en sus casas. Este dato
tiene cierta relación con el testimonio de Zúñiga que afirmó murieron en
Achao 11 personas y en Dalcahue otras 4.
El administrador inglés finaliza su carta indicando que debe recibir la em-
barcación que mandó construir en Valdivia y con ella volver al Baker. Tam-
bién le habla de una embarcación menor que habría sido enviada construir
a Inglaterra, para navegar el río y que en el Baker había cuarenta mil piezas
de ciprés, entre postes de cerco, durmientes para líneas férreas y postes de
telégrafo, esperando ser embarcadas.
Este último dato permite dimensionar el trabajo invertido en la faena pre-
via a la tragedia, en cuatro grandes fases: la tala de los árboles, su trozado y
clasificación, la construcción de balsas para su traslado al campamento y el
apilamiento en el mismo campamento.
Norris no comenta en su carta el intento de agresión que habría sufrido a
manos de familiares y vecinos de los trabajadores, estando en Dalcahue –y
que es relatado con detalle por Aimé Tschiffely–, ya que este hecho habría
ocurrido días después del 15 de octubre. Pero como se ha visto, ese intento
de agresión habría ocurrido ya que fue consignado en la prensa.
141
Tabla 4: Fallecidos y sobrevivientes según fuentes de la época
142
Fuente T o t a l Sobrevivientes E n f e r m o s T o t a l
Muertos
muertos embarcados en llegados a obreros
Baker Chiloé
1. En Bajo 2. En vapor 3. En Chiloé
Pisagua Araucanía
Declaración notarial 2 (en el vapor) 2 157 50 ----
Guillermo Titus (Ancud,
04 de octubre 1906)
Carta de William No- 57 2 (al salir de 12 71 ___ + de 200
rris, 1906 (Traducción en Baker)
Ivanoff, 2003 y original
inglés en www.patbrits.
org, 2013)
Oficio intendente Chiloé “muchos” 2 (en el viaje 4 --- “crecido número + de 80 + de 200
a ministro Interior (Nº de regreso) de trabajadores”
78, Ancud 06 de octubre
1906)
Oficio intendente Llan- --- --- 67 + de 200
quihue a Juzgado Puerto
Montt (Nº 408, 13 de oc-
tubre 1906. Reproducido
en La Alianza Liberal Nº
784)
Oficio Ministerio de Ma- “muchos” 2 4 “crecido número + de 80 ---
rina (Nº 841, Santiago 29 de trabajadores”
de octubre 1906. Repro-
duce oficio intendente
Chiloé)
142
Navarro, L. 1907. Censo Jeneral del Territorio de Magallanes, T. I: XLII y XLIII. http://
www.memoriachilena.cl
143
Navarro, L. 1908. Censo Jeneral del Territorio de Magallanes, T. II: 9. http://www.memo-
riachilena.cl
144
Un año después durante la realización del Censo General de la República, los datos del
Baker no llegaron y se consignó una población aproximada de cien habitantes. (Navarro, op.
cit: 250a)
143
¿Podría el Censo haber sido levantado en el Baker a fines de Septiembre?
Aunque es una pregunta muy difícil de responder, cabe especular que de
haber sido este el caso, el o los censistas debieron aprovechar el vapor Arau-
canía para dirigirse al Baker y de este modo contabilizar a los obreros sobre-
vivientes (157 según el capitán del vapor Araucanía), a la que se debió sumar
una cifra adicional correspondiente a aquellos que residían en La Colonia.
Pero más allá de esto, llama la atención que en uno u otro caso, no se
registrara la mortandad como un dato sensible o tal vez fuese omitida al mo-
mento de presentar los resultados censales, pese a que Navarro efectuó un
detallado registro respecto al origen de la empresa, sus instalaciones y masa
ganadera.145
145
Información citada por Martinic en sus trabajos de 1977 y 2005.
144
El Senado de la República tomó conocimiento de la tragedia en noviembre
146
www.historiapolitica.bcn.cl (consultada 28-07-2013)
147
Militante del partido Liberal Democrático. Hermano del Presidente José Manuel Balmace-
da.
148
Militante del partido Conservador.
149
Militante del partido Conservador.
145
sido tratado en la cámara por otro parlamentario, en este caso el senador por
Llanquihue.150 Lo segundo es que se hace referencia a una “colonia de Río
Baker”. Al parecer era un hecho conocido la instalación de una colonia en el
área o al menos se le reconocía esta calidad en tanto era uno de los objetivos
de los empresarios a cargo de la concesión.
En su alocución el senador Balmaceda fue más allá y denunció que los
abandonados correspondían a “centenares de familias”. Esto hace recordar
lo que publicó el periódico La Cruz del Sur el 6 de octubre: “Entre hombres,
mujeres y niños, ya habían muerto como 60 personas.”
Lo dicho por el senador confirma el hecho que la Sociedad del Baker dejó
abandonadas cientos de personas en dicha zona, “sumidos en la miseria”.
Ahora bien, la cifra de fallecidos que entregó el parlamentario denun-
ciante era de 25 personas, “pudiendo ser más”, se cuidó de agregar. Pero se
puede colegir que en este punto no estaba muy seguro el parlamentario.
A renglón seguido el senador Balmaceda afirmaba que su fuente de infor-
mación eran los periódicos del sur que habían publicado noticias al respecto.
Esto resulta relevante en tanto confirma que la prensa escrita de las provin-
cias del sur fue la que dio real importancia a la tragedia.
El parlamentario finalizó su intervención exigiendo la actuación del Go-
bierno y la justicia ordinaria por su intermedio, pues le parecía que los em-
presarios a cargo de la sociedad ganadera denunciada, no sólo tenían res-
ponsabilidad moral sino sobre todo “criminal”.
Al cerrar Balmaceda su intervención, el senador Rozas que había sido
aludido por el primero, le interrumpió respetuosamente para agregar lo si-
guiente:
150
Si esta primera intervención ocurrió, no ha sido posible encontrarla en las actas anteriores
de las sesiones del Senado.
146
loé, especialmente de La Alianza Liberal, a pesar de las contradicciones entre
unos y otros y de que al medio puertomontino se lo invisibilizó como fuente
de información.
Balmaceda cerró la ronda de intervenciones sobre la tragedia manifestan-
do:
“No he visto que desde entónces acá se hayan tomado medidas por
el Gobierno. Parece que ajentes administrativos ajitaron sus empeños
para hacer sobre todo aquello un silencio sepulcral.”
147
Segun una comunicacion que tengo a la mano del jerente de esa
colonia, señor Julio Subercaseaux, las desgracias acaecidas no fueron
consecuencia del abandono ni del hambre sino de una epidemia de
escorbuto i de haberse negado los enfermos a tomar remedios.
Las investigaciones, sin embargo, continuarán adelante hasta hacer
completa luz en este negocio, poniéndolo en manos de la justicia si
fuere necesario.
La comunicacion a que me he referido dice a este respecto:
“1. No es exacto que la jente se haya muerto de hambre; el jerente
de la Empresa don Florencio Tornero i don Julio Vicuña estuvieron en
la colonia hasta julio i dejaron víveres en abundancia.
El administrador Mr. William Norris, que se encuentra actualmente
en Chiloé contratando jente, dice que se desarrolló una epidemia de
escorbuto que cundió porque los chilotes se negaron a tomar remedios.
2. Que la Empresa hizo lo humanamente posible para sacar cuanto
ántes a dichos trabajadores, que estaban solos i no con familias, como
se ha dicho.”
Como se ve, lo sucedido se debe a casos fortuitos i a la imposibili-
dad en que se encontró la Empresa para proporcionarse buques.”
148
Finalmente y para dar mayor veracidad a lo que afirmaba verbalmente,
el ministro Salas leyó el documento de la empresa ante los senadores. Antes
de poner atención y evaluar el contenido de la nota leída por el ministro,
se debe tomar nota del primer nombre que mencionó en su alocución: Julio
Subercaseaux, a quien asignaba el rol de “gerente de la colonia”.
El documento que el ministro de Colonización presentó al Senado y con el
cual pretendía despejar dudas sobre la responsabilidad de la empresa frente
a lo acontecido, es valioso por varias razones. La primera de ellas es que fue
producido al interior de la empresa implicada en la tragedia. La segunda,
porque reconocía el hecho. En tercer término, el documento buscaba “escla-
recer” las causas de lo sucedido mediante una explicación somera y suma-
ria, de dos numerales. En cuarto lugar, porque mencionó a los protagonistas
relacionados con ella, y que son recordados también con distinto énfasis en
las diferentes versiones escritas y orales que se conocen actualmente en la
región de Aysén y que se revisarán en su momento. Finalmente, porque su-
giere serias contradicciones con estas mismas versiones.
El breve texto menciona en el primer numeral a Florencio Tornero ejer-
ciendo el rol de gerente de la empresa. Este antecedente, unido a la alusión
de Subercaseaux como gerente de la colonia cobra sentido en relación con los
estatutos de la compañía que definieron dos cargos de gerenciamiento como
se mencionó en el capítulo anterior.
Acompañando a Florencio Tornero, el gerente Subercaseaux menciona a
Julio Vicuña, lo que de inmediato sugiere que se trata de Julio Vicuña Suber-
caseaux. De ser así, es una confirmación más de la presencia y participación
de este personaje durante el desarrollo de los hechos. Es el mismo Vicuña
Subercaseaux tantas veces nombrado en la historia de las concesiones gana-
deras y especulación de tierras en Patagonia.
Pero luego se lee con inquietud, a la luz de lo que hasta ahora se conoce
de lo acontecido en Baker, la afirmación de que ambos representantes de la
Compañía Baker habrían estado hasta julio, mes en que se retiraron dejando
“víveres en abundancia”.
¿Mes de julio? Esto parece contradecir lo escrito por el administrador Wi-
lliam Norris en su carta, fechada en Bajo Pisagua, donde aseguraba que Tor-
nero abandonó el área en junio. Una cuidada lectura de la versión en inglés
de la carta, sugiere que ambas versiones no están tan alejadas, sino que difie-
ren en el énfasis. En efecto, Norris afirmaba que Tornero dejó Bajo Pisagua el
12 de junio para dirigirse a Caleta Hale donde debió esperar tres semanas el
paso de algún vapor.
La misma prensa de Punta Arenas, ha permitido tener certeza respecto a
la salida de Tornero desde Baker y su destino, como ha quedado demostrado.
¿Víveres en abundancia? Norris indicaba en su carta que Tornero se fue
sabiendo lo grave de la situación de escasez de alimentos en que se encontra-
ba el campamento en su conjunto. Si la aseveración del gerente Subercaseaux
149
fuese correcta, el administrador Norris habría faltado a la verdad respecto a
Tornero. ¿Por qué?, es la pregunta que surge instantáneamente. ¿Qué gana-
ba Norris con faltar a la verdad respecto a los alimentos?, ¿ocultar que estos
hubiesen enfermado a los obreros?
Si por otro lado se otorga credibilidad a Subercaseaux, cabe preguntarse
lo siguiente: ¿Habrá llevado el gerente Tornero víveres en abundancia en su
viaje de “inspección” a Bajo Pisagua? Si esto pudiese comprobarse, otorgaría
cierta base a las hipótesis que acusan envenenamiento en los alimentos.
Si al contrario, Norris estaba en lo correcto y había una grave situación en
desarrollo, la versión de Subercaseaux no era verdadera y entonces: ¿Inten-
taba el empresario que se descartara el abandono y hambruna consecuente
como origen y causa de las muertes? O tal vez los representantes de la em-
presa acordaron afirmar lo anterior para deslindar responsabilidades, ase-
gurando que hubo real preocupación por sostener a la población trabajadora
que debería entonces pasar allá el invierno a la espera de un vapor que los
recogiera.
En el párrafo siguiente de la nota escrita por Subercaseaux, se mencio-
naba a Norris, administrador en terreno de la empresa. Y se sugería que él
informó la causa de la tragedia: un brote de escorbuto. Pero el escrito va más
allá, indicando que la enfermedad se propaga por la negativa de “los chilo-
tes” a tomar medicamentos. En este punto hay coincidencias con el testimo-
nio de Norris que se quejaba de la negativa de varios trabajadores ante sus
intenciones de administrar los escasos medicamentos que poseía.
En el numeral dos, la empresa defendía su gestión. Indicaba Subercaseaux
que hicieron “lo humanamente posible” para recoger a los trabajadores de
Bajo Pisagua, pero no describía ninguna gestión en concreto. ¿Qué significa-
ba para la empresa “lo humanamente posible”?
Para cerrar su “informe” sobre lo acontecido, la nota indicaba que los
obreros estaban solos y no con familias (léase mujeres y niños); desmintien-
do así las versiones que corrían sobre la presencia de familias y de las que
el senador denunciante se había hecho eco como se ha podido colegir de las
actas parlamentarias.
Hasta aquí lo que se puede considerar como la versión “de la empresa”.
El ministro de Colonización se encargó de cerrar el asunto, o al menos de
intentar cerrarlo, manifestando que a partir de la escueta explicación que
recibió era posible inferir que lo sucedido había sido “fortuito” y se habría
complicado por las dificultades de la compañía para conseguir buques; últi-
ma afirmación que parece gratuita en relación con la nota que nada mencio-
na respecto a las gestiones para conseguir una embarcación.
Al respecto cabe destacar lo siguiente: al revisar las ediciones de junio y
julio de los diarios magallánicos, se identificaron los siguientes barcos cuyas
carreras los obligaba a pasar por el área del Baker: procedentes de Valparaí-
so, los vapores Orita, Edfu, Itauri y Victoria; procedendes de Punta Arenas
150
el vapor Panamá.151 Y entre ellos, como ya se ha descrito, el Valdivia en com-
plejas condiciones de navegación.
En la misma sesión, pero después de otras intervenciones referidas al Fe-
rrocarril de Arauco y el presupuesto de Justicia, el ministro Salas Edwards
vuelve a ser interpelado, esta vez por el senador Luis Devoto,152 que repara
con molestia en el modo que el funcionario había usado para expresarse res-
pecto a los trabajadores chilotes. Este senador, refrendó en primer término lo
planteado por el senador Balmaceda en cuanto a una mortandad producto
del hambre y refutó la versión del ministro en lo que refiere a la negativa de
los obreros a recibir medicamentos, argumentando: “A mí me parece estraño
que haya un solo hombre que no quiera tomar remedios cuando está enfer-
mo i prefiera morir.” Y continúa interpelando al ministro debido a que a su
juicio: “EI señor Ministro, al referirse a estos desgraciados, empleaba un tono
despreciativo llamándolos «chilotes»...”
El ministro Salas respondió de inmediato la acusación, asegurando no
haber usado el concepto de modo despreciativo, sino haberse “(…) limitado
simplemente a dar lectura a una comunicación de presidente de la Sociedad,
i he agregado que, en vista de estos denuncios, enviaré los antecedentes a
la justicia ordinaria para que se haga efectiva la responsabilidad dé quien
corresponda, si es que la hai”.
Devoto, se mostró satisfecho de escuchar que el ministro se comprometie-
se a tomar medidas, ya que consideraba inhumano “…dejar morir a setenta
personas, ya sea por falta de alimentos o por falta de remedios.”
El diálogo que se produjo a continuación es de gran interés y su transcrip-
ción es digna de presentarla completa:
151
En El Magallanes se anunciaba la recalada y el zarpe de vapores. El Orita, llegó el 03 de julio
y siguió luego rumbo a Buenos Aires. El Itauri recaló el 09. Al día siguiente zarpó el Panamá
rumbo a Valparaíso. El Edfu recaló el 12 de julio y el mismo día zarpó rumbo a Europa, en
tanto que el Victoria también recaló ese 12 de julio. BN-SPM.
152
Militante del partido Liberal Democrático. Senador por el Bio Bío al momento de elevar
su opinión en el asunto del Baker, discutiendo la información entregada por el ministro de
Relaciones Exteriores de la época.
151
¿Qué razon pudo haber para no suministrarles ningun ausilio i de-
jarlos morir abandonados?
El Gobierno debe tomar medidas inmediatas para investigar lo que
ha pasado, nombrando a un funcionario público que vaya a aquel pun-
to a tomar las informaciones correspondientes.
El señor SALAS EDWARDS (Ministro de Colonizacion ).-Repito que
el Gobierno ha tomado las medidas que le ha sido posible i que tomará
todas aquellas que conduzcan al esclarecimiento de este asunto, por-
que, como es fácil comprender, bien puede haber datos equivocados
en lo que se dice. Si de las investigaciones resultan exactas las informa-
ciones de los señores Senadores, se hará efectiva la responsabilidad de
quienes corresponda.
El señor DEVOTO.--No deben ser equivocadas ni exajeradas nues-
tras informaciones, puesto que el jerente de esa Compañía, señor
Subercaseaux, no niega el hecho de haber muerto el número de perso-
nas de que se habla.
El escorbuto, ademas, no se desarrolla sino en lugares desolados o
abandonados en los cuales no hai medios de combatirlo i tiene su orí-
jen justamente en la alimentacion escasa i malsana. Es enfermedad que
se produce comunmente entre los marineros, en las largas travesías,
por carencia de alimentos o por usar alimentos descompuestos.
Esto está probando la gravedad de las faltas cometidas por esta
Compañía al dejar abandonados a una multitud de individuos.
Rogaría al señor Ministro que cuando reciba noticias de estos suce-
sos, tenga a bien comunicarlas al Senado.
El Señor SALAS EDWARDS (Ministro de Colonizacion) -Perfecta-
mente, señor Senador; me haré un deber en comunicarlas a la Cámara.”
152
Corolario
153
El Mercurio de Valparaíso, 30 de julio 1906. BN-SPM.
153
lo que hace pensar que Tornero se quedó en Punta Arenas, probablemente
intentando resolver la situación.
Llama poderosamente la atención que el nombre de esta persona haya
quedado grabado en los relatos orales y también haya sido mencionado por
De Agostini como “gestor” de la iniciativa. Tal vez sea porque años después
protagonizó una serie de eventos que tensionaron e incluso violentaron las
relaciones sociales en la zona oriental del Baker. Estas interrogantes están
aún sin respuestas, pero todavía hay posibilidad de hallar más antecedentes
que permitan esclarecer si Vicuña Subercaseaux –más allá de las circunstan-
cias que lo sitúan como acompañante de Tornero en aquel viaje–, tuvo algu-
na actuación concreta en la tragedia de Bajo Pisagua.
Por otra parte, no puede seguir considerándose que el drama acaecido en
el invierno de 1906, haya motivado el fracaso de la Compañía Explotadora
del Baker. Al contrario, la tragedia se originó por una negligencia y los res-
ponsables fueron el gerente de la misma y el directorio en ejercicio aquel año.
La empresa fracasa como tal por un mal gerenciamiento, errores de inversión
y, aunque aún es difícil probarlo, por el afán especulador de los principales
accionistas de la misma. Los obreros chilotes enganchados en 1905-1906 tu-
vieron la desgracia de ser contratados por una compañía en manos de perso-
nas sin escrúpulos y claramente sin capacidad para enfrentar un desafío de
tamaña envergadura en territorio poco conocido. El arrojo del administrador
William Norris para enfrentar el trabajo que se le encomendara no bastó y,
pese a que logró enfrentar una crisis sanitaria de grandes proporciones, su
esfuerzo fue opacado por la negligencia demostrada por sus jefes.
Esa misma crisis sanitaria, nunca fue considerada como tal por el Gobier-
no de turno, que en primera instancia intentó desentenderse de la tragedia,
argumentando en palabras de su ministro de Interior, que se trataba de un
problema entre particulares. Cuando el escándalo era inminente, buscó la
salida burocrática, determinando que se efectuara un sumario administrati-
vo que estuvo a cargo de una repartición de la Armada de Chile, cuando es
evidente que debieron ser los Ministerios de Relaciones Exteriores e Interior
los encargados de investigar y sancionar administrativamente a la empresa,
ya que la sanción judicial seguía su propio camino.
154
CAPÍTULO 4
Memoria escrita
155
pobladores del valle Simpson ni por testimonios orales de funcionarios de
Colonización en Santiago. Cabe destacar que su reseña se corresponde en
todo con los documentos que forman parte de los antecedentes del Decreto
N° 1852 de 13 de diciembre de 1911, que canceló el permiso de ocupación
otorgado a Contardi.154
Ahora bien, considerando lo exhaustivo que Pomar fue respecto a diver-
sos acontecimientos y procesos acaecidos en el territorio, cuesta creer que de
haber sabido algo sobre lo sucedido, haya decidido omitirlo, pues son varios
los pasajes de su texto en que se permite por ejemplo, mencionar con cierta
elegancia en la redacción, abusos de la policía y de las mismas empresas
ganaderas en contra de pobladores libres (Osorio 2014); incluso efectúa un
resumen de gran interés sobre los hechos de violencia ocurridos en la ribera
sur del lago Buenos Aires en 1918.
Habiendo ocurrido en fecha tan cercana a la publicación del libro de este
ingeniero (17 años antes), ¿estaba tan oculto lo que ocurrió en Baker en 1906?
¿Lograron los implicados borrar toda referencia a lo allí sucedido, al punto
que no hubiese mención escrita ni registro oral en las instancias públicas cen-
trales del país, sobre aquella tragedia? En definitiva, ¿habrá estado en esos
años sepultado el episodio de Bajo Pisagua? La lectura de Pomar sugiere que
fue lo más probable.
154
Copia digital de dicho decreto. Archivo personal del autor.
156
Gobierno tiene que resolver, la Comisión tomó el acuerdo de dejar es-
crito en el Libro de Novedades del puesto de Carabineros respectivo, el
siguiente temperamento con fecha 10 de Marzo del presente año: La Co-
misión de Estudio y Censo de la región del rio Baker, estima que hay con-
veniencia en mantener la actual situación relacionada con la Compañia
Explotadora del Baker y los ocupantes, mientras el Supremo Gobierno no
solucione las cuestiones pendientes derivadas del actual arrendamiento
de esa Zona y las posesiones de los ocupantes. En consecuencia, reco-
mienda no permitir la entrada de nuevos ocupantes o pobladores en la
Zona que indica, ni actos por parte de la Estancia, Posadas, Hobbs & Cia.,
que signifiquen expulsión de ocupantes, salvo arreglos que entre éstos y
la Estancia se hubieren acordado con anterioridad a esta fecha.- (Fdos.) C.
Oportus M. – R. Jeria C.” (el destacado es nuestro)
157
últimos restos de los indios alacalufes que aún quedan, quienes en la más
miserable condición, vestidos con harapos que apenas cubren sus carnes,
lo mismo hombres y mujeres, las que aparecen muchas veces con sacos
masculinos o viceversa, van al encuentro de los buques que pasan, desde
los cuales se les arrojan víveres y tabaco.
De Río Baker, seguimos por los canales hasta salir al Pacífico en el golfo
de Penas, famoso por sus temporales, entrando luego al resguardo del ar-
chipiélago de los Chonos y de la gran isla de Chiloé, hasta llegar a Puerto
Montt, donde había resuelto quedarme.” (Prontuario, 2006: 147-148)
158
El narrador refiere a una mortandad producida por una epidemia de vi-
ruela, ocurrida 20 o 30 años atrás de la fecha en que efectúa su periplo. Si se
considera que el cuento fue escrito alrededor de 1931 o 32, podemos inferir
que la referencia temporal alude a una fecha entre 1912 y 1902. El narrador
habla de condiciones de aislamiento como escenario de la tragedia y de un
conjunto de tumbas de obreros, dispuestas en una extensión de alrededor
de “una cuadra”,155 sobre la margen derecha del río (referencia que sugiere
un desplazamiento del observador en ascención del curso fluvial). El escri-
tor no habla de isla, lo que podría deberse a que sólo se utilizaba el brazo
occidental del delta para navegar, por encontrarse más cercano al puerto de
Bajo Pisagua. Cabe mencionar finalmente que este autor recogió este último
topónimo para designar el lugar tanto en sus memorias como en el relato
ficcionado.
155
Una “cuadra” corresponde a 125 mts. lineales.
156
La más relevante sin duda fue la que efectuó desde Buenos Aires a Nueva York con dos
caballos criollos llamados Gato y Mancha.
157
La traducción del título es la siguiente: Viaje al final del mundo; 7000 millas por la Patagonia
y Tierra del Fuego. (Con 56 fotografías del autor y 40 impresiones artísticas). Editorial Albert
Müller, Zürich (Suiza), 1940, 1ª Edición.
159
día el único recuerdo de un emprendimiento, que ha sido descrito por
reconocidos exploradores andinos como increíble y realmente único
por su osadía.”158
158
Tschiffely, 1940: 189 y ss. Traducción Wolfgang Staub, 2013.
160
Continuemos con el relato de Tschiffely. Al leerlo se reconoce una estruc-
tura temporal ordenada cuyo inicio remonta muy atrás con la visita al Baker
entre la desembocadura del río y las estepas de un grupo de cateadores de
oro159 que identificaron recursos naturales de gran valor: maderas hacia la
boca del río y grandes valles con potencial ganadero hacia el Este. Esta in-
formación la habrían divulgado oportunamente y –escribe Tschiffely–: “A
raíz de estos relatos se fundó entonces la ‘Compañía Exploradora del Río
Baker’ en Valparaíso; a la cual el gobierno le entregó una concesión por vein-
te años, con la condición, de que esa llevara unas treinta familias a las tierras
concesionadas para su colonización.” La afirmación de Tschiffely –quien re-
producía un relato oído a su amigo Norris– otorga gran relevancia a los su-
puestos relatos de los cateadores como causantes de la organización de una
compañía ganadera, omitiendo una serie de acontecimientos que también
influyeron en la formación de la sociedad ganadera. Pero por otro lado, se ve
que se menciona a Valparaíso como sede de la naciente compañía, dato que
coincide con los documentos referidos a la formación de la sociedad. Ahora
bien, Tschiffely indica que una vez formada la empresa el gobierno le entre-
ga la concesión y la obligación de introducir 30 familias de colonos. Lo de la
concesión no ocurrió como lo indica el texto, pero la obligación de introducir
familias sí (40 indica el decreto), entre varias otras como ya se ha expuesto en
el segundo capítulo.
Los propietarios –continuaba Tschiffely– decidieron realizar una expedi-
ción de toma de posesión de la concesión, llevando ganado y caballares. Al
no encontrar en Valparaíso quien pueda hacerse cargo de este trabajo, en-
vían a un agente a Buenos Aires para buscarlo allá. Norris se presenta y es
inmediatamente contratado con órdenes de viajar desde la capital argentina
al puerto de Santa Cruz, contratar trabajadores, comprar caballada e iniciar
un viaje de reconocimiento al Baker hasta su desembocadura donde lo esta-
ría esperando una partida de trabajadores con víveres y herramientas para
levantar campamentos en la zona.
Todo este relato se condice con el propio testimonio escrito de Norris, ya
analizado en otro capítulo, con una leve diferencia: Tschiffely menciona que
la llegada a Santa Cruz fue “en el verano de 1904”; Norris en sus memorias
habla que salió de Santa Cruz en febrero de 1905. Es posible que el aven-
turero suizo se refiriera a diciembre de 1904 al decir verano, lo que indica
que Norris estuvo al menos dos meses en Santa Cruz, preparando el viaje al
Baker.
La referencia a la partida de trabajadores que los esperaría en la concesión
es correcta: se trataba de Enrique Bórquez y sus hombres con los que Norris
se encontró aguas arriba del río Baker y no en la desembocadura.
159
Tal vez Tschiffely se refería a una expedición efectuada por un grupo de ingleses men-
cionado por Steffen que los encuentra en Bajo Palena a fines de 1893 y por Ap Iwan, que los
encuentra en las cercanías del lago Buenos Aires hacia 1894.
161
Tschiffely relata seguidamente que su amigo se retira del Baker con rum-
bo a Puerto Montt y desde allí Valparaíso para dar cuenta de la expedición
al directorio de la empresa. Una vez hecho esto viajará a Buenos Aires para
adquirir 3.000 cabezas de ganado de raza Shorton que trasladará al sur en
tren primero y luego de arreo hasta cierto punto donde decidió dejarlo para
invernar, a cargo de un arriero conocido, por darse cuenta que no podría
arrearlo al Baker antes del invierno de 1906. Más al sur comprará ganado
criollo y con él llegará al Baker en el tiempo prometido a los trabajadores que
dejó el año anterior. Todo ello es coherente con lo escrito por el propio Norris
(1906 y 1939).
El relato de Tschiffely continúa directamente con la explicación de la lle-
gada de obreros chilotes, “en viajes sucesivos” realizados por el vapor “Cor-
sega”, fletado por la Explotadora del Baker para trasladar gente y víveres y
traer madera desde Baker. Según el suizo, fueron 270 los obreros llevados
por dicho vapor. Este número lo repetirá al menos tres veces en su relato.
Según el aventurero, el mismo vapor debía sacar a los obreros desde el
Baker, pero se retrasaba y no llegaba nunca. Los víveres escasearon y se de-
sató la hambruna. Luego hizo su aparición el escorbuto y como grupos de
obreros habrían comido una harina enmohecida dejada por “agrimensores
chilenos” años antes, aparecieron en ellos gusanos intestinales. La muerte
no tardó en llegar y Norris debió lidiar con la tragedia, relata Tschiffely. Un
intento de motín hubo de ser aplacado por el administrador. Lo más cercano
en la carta de Norris a este supuesto motín fue su relato sobre un grupo de
obreros que quiso salir a cualquier precio y que él logró detener:
“Two or three times the sound men got a regular panic and wanted
to clear out in the 7 boats we have and leave the sickly ones to die;
and they would have done so if there had not happened to be someo-
ne near them strong enough to hold them. How I managed it, I don't
know. I was all by myself really.” (Norris, carta de 1906)
162
texto de tragedia. Lo que probablemente no sabía Tschiffely y tal vez tam-
poco Norris, era que los lazos de parentesco entre varios de los obreros eran
estrechos y es posible que una gran parte se reuniera en grupos mediados
por estos lazos (hermanos, tíos, sobrinos, yernos, “entenaos”). Entonces, lo
que ante los ojos del observador inglés –que relató al escritor suizo lo ocurri-
do–, aparecía como “quitar” pertenencias, pudo tratarse simplemente de la
recolección de ellas en tanto familiares o con el objeto de llevarlas de regreso
a Chiloé y entregarlas a los deudos, si es que lograban salir de aquel infierno.
La presencia de un trabajador oficiando como sacerdote se corresponde
con la posible existencia entre los obreros de uno o más “fiscales”, personas
preparadas en la fe y que podían impartir algunos ritos sagrados. Es intere-
sante la mención a una suerte de rito funebre sumario, pero respetando la
tradición de despedir al muerto antes de la sepultación.
En su relato Tschiffely elevaba a 60 los obreros sepultados en el área a los
que se habrían sumado 9 más, fallecidos en Chiloé.
La llegada del vapor permitió que muchos enfermos se salvaran sólo por
el consumo de alimentos y líquidos durante el viaje de regreso. Una vez en
Chiloé, Norris sufrió un intento de agresión, escribió Tschiffely, justo des-
pués que éste había pagado lo adeudado a los trabajadores: “El pago de los
sueldos fue llevado a cabo correctamente, pero una vez que el último hombre
había recibido su pago, apareció nuevamente una muchedumbre enfurecida
delante de la cabaña de Norris y lo amenazaron vociferando y con maldicio-
nes de grueso calibre hasta con la muerte, ya que él habría sido el culpable
de la horrible muerte de los sesenta y nueve”. Tschiffely cuenta con detalle
este intento de agresión y la forma en que su amigo habría salido airoso de él.
Dicha descripción puede tener relación con el clima de tensión que había
en Dalcahue hacia el 19 o 20 de octubre de 1906 y que fuera informado por La
Cruz del Sur el día 20, en una brevísima nota que daba cuenta de un telegra-
ma del subdelegado de Dalcahue a la Intendencia de Chiloé informando que
la población estaba sublevada y había intentado tomarse el vapor de la Ex-
plotadora, ya que “Jefe comisión no paga sueldos completos trabajadores”.
El hecho que Norris no hubiese consignado este intento de agresión en
la carta escrita a su tío, se explica porque el último día de redacción de la
misma fue el 15 de octubre y el altercado con los vecinos de Dalcahue habría
ocurrido días después.
El relato de Tschiffely finaliza reseñando el fracaso del intento empresa-
rial y el abandono de la concesión.
163
Steffen y luego a los reconocimientos de Michell, todo esto entre 1898 y 1902.
De Agostini consignó que Steffen habría emitido halagüeños juicios sobre la
colonización de la región del Baker, pues había terrenos para cultivo y abun-
dante pasto para criar ganado.
La referencia del sacerdote a las palabras del explorador retratan las tie-
rras orientales de la hoya del Baker, mas no las ubicadas en el bajo Baker.
Sin embargo, De Agostini planteaba que los juicios auspiciosos del geógrafo
alemán habrían incentivado en el gobierno la idea de ceder a privados la ex-
plotación de estas tierras mediante la modalidad del permiso de ocupación.
El sacerdote continuaba así su reseña:
164
un error del sacerdote, pero en esta investigación se ha demostrado que es
correcta en cuanto a que dicho personaje sí estuvo presente y sí tuvo relación
con el principal accionista de la empresa que le pidió colaboración para es-
tablecer el negocio.
De Agostini cierra su relato con la referencia a la tragedia, atribuyéndola
a un brote de escorbuto desatado entre los trabajadores a causa de falta de
alimentos y aislamiento, con la consecuente muerte de 120 de ellos. Por toda
emoción, De Agostini expresa “tan sensible revés”. La muerte de gran can-
tidad de hombres, un revés para los objetivos de una empresa ganadera. Su
relato cierra con dos hechos posteriores: el retiro de las actividades en 1908 y
el arreo de animales hacia Argentina. Ambas referencias son correctas como
ya se ha descrito. Los últimos trabajadores se retiran a fines de 1908 por or-
den del administrador Steele, algunos vía Argentina arreando ganado al Sur.
Otros junto a Steele, en el vapor Baker con rumbo a Calbuco.
Pero, ¿dónde habrá obtenido el autor la información sobre la cantidad de
fallecidos?, ¿la habrá recogido durante su viaje, de versiones orales? También
es posible que la haya recogido “en círculos eclesiásticos” de Magallanes, ba-
sados a su vez en las confusas y parciales noticias publicadas en la prensa
magallánica de 1906 y que por efecto de su relato y repetición terminaron
siendo aceptadas como verdad.
Pero a la luz de lo que se ha presentado en este trabajo, ¿será posible que
De Agostini haya cometido un error al indicar esta cifra como fallecidos?,
siendo ella en realidad una cifra aproximada de los sobrevivientes? Puede
ser también que la cifra tenga relación con un número global de ‘enfermos’,
pero no de muertos.
Cabe mencionar que esta fuente escrita fue considerada hasta fines del
siglo XX como la fuente valida para referir la cifra de muertos. Las razones
para ello tal vez radiquen en la investidura del autor: era un sacerdote.
En efecto, el relato escrito por De Agostini dio paso a una serie de repe-
ticiones escritas que consolidarán en el tiempo esta versión de los hechos,
tanto como un “acontecimiento misterioso” del que poco o nada se sabía,
cuanto como causante de la muerte de 120 personas.
La primera repetición de la versión “De Agostini” como se la denomina-
rá en adelante, se encuentra en el trabajo de Carlos Keller La región del hielo
continental de Aysén, publicado en 1949. Dicho autor relata lo acontecido con
la Explotadora del Baker, basándose totalmente en lo escrito por el sacerdote
salesiano, a quien por lo demás, cita en varias ocasiones en el mismo libro
para refrendar temas diversos. Keller no agrega ningún dato nuevo respecto
a lo allí acontecido.
165
del trabajo misional realizado por el autor en la zona austral (desde Puerto
Montt al lago O’Higgins) y en el extremo norte del país (altiplano y costa).
Los capítulos III y VI de esta obra contienen relatos referidos al traba-
jo misional en el territorio del río Baker. Es en el primero de ellos donde
Baeremaeker refiere una versión sobre lo que habría acontecido en la des-
embocadura del Baker y que diera origen al cementerio ubicado en el delta
del mismo. A fines de 1962 el sacerdote jesuita inicia un viaje misional a los
canales. Estando en Melinka consigue que un grupo de “gateros” (cazadores
de huillín) lo incorpore a su expedición al golfo de Penas. De este modo y
luego de un mes de viaje, Baeremaeker logra llegar a Caleta Tortel el 19 de
diciembre. Allí celebrará misa y el 22 remontará el río Baker para misionar
entre las pocas familias que habitaban el área. Bautizó niños y participó de
un asado: “Tuve tres bautizos, seguidos de un gran asado al aire libre; hubo
hermoso sol y sacamos varias fotos. Nos regalaron un cargamento de carne
de vacuno, que es lo que más abunda en la región.”
A media tarde se retiraron del lugar para iniciar el retorno a Caleta Tortel.
En este viaje toman el brazo norte del delta y orillan la Isla de los Muertos:
166
imagen del cementerio en 1962. Parece ser que el autor refiere la situación del
lugar a fines de los años noventa cuando escribe sus memorias.
Respecto al origen del cementerio, la versión que recoge el sacerdote je-
suita sigue la línea explicativa del envenenamiento accidental, pero con ele-
mentos nuevos y distintos a los que se conocían sobre esta hipótesis (conta-
minación de la harina con químico antisárnico, cfr Elías 1997).
El relato de Baeremaeker inicia reproduciendo lo que parece ser la versión
“oral” de lo sucedido, versión que debió haber escuchado de boca de alguno
de los pobladores que visitó durante su viaje: más de 60 personas muertas
por consumir alimentos descompuestos traídos por la empresa contratante.
La tragedia habría ocurrido en un periodo de 4 meses. El relato oral res-
ponsabilizaba a un administrador inglés. Pero el sacerdote afirma que hay
una “realidad histórica muy distinta” que explica el “envenenamiento” de
los trabajadores: debido a un retraso del barco con víveres, en las bodegas
del mismo los alimentos habrían sido lugar de cultivo para “hongos muy
venenosos”, que no habrían sido detectados por los trabajadores, que sólo
deseaban comer “algo distinto a la carne”. El relato cierra con la afirmación
de que la empresa habría tenido que indemnizar a las familias de los obreros
en Chiloé y que habría entregado la estancia a la familia Campos Menéndez.
Este relato tiene nuevamente fragmentos que son coherentes con otras
versiones, pero a la vez presenta otros elementos que son contradictorios.
La cifra de fallecidos es cercana a la aportada por Norris y posteriormente
por Tschiffely. La referencia a alimentos descompuestos se puede relacionar
con lo relatado por el aventurero suizo, sin embargo, la causa de la descom-
posición es muy distinta a la consignada por éste. La referencia al periodo
de tiempo en que ocurrieron las muertes es coherente con lo relatado por
Norris en su carta. La mención a un responsable de origen inglés en el relato
oral, puede referir a Norris o alguno de los otros dos ingleses presentes en el
campamento. Sin embargo, la mención de responsabilidad en otras muertes,
entremezcla la tragedia de 1906 con otros hechos de violencia ocurridos en
Baker en los años treinta del mismo siglo (Osorio 2012). Finalmente, es claro
que lo relatado por Baeremaeker es muy diferente de lo escrito por De Agos-
tini en 1945. El primero recoge como real la versión del envenenamiento,
considerándolo accidental, pero originado en un abandono también acciden-
tal; en tanto que el segundo recogió la versión de una muerte causada por
escorbuto, originada por condiciones de aislamiento en las que se habrían
encontrado los obreros (aunque sin explicar el por qué de ese aislamiento).
167
Tabla 5: Fallecidos y sobrevivientes según fuentes secundarias escritas.
168
Memoria oral
169
Luego de entrar en tensión con la empresa liderada por Lucas Bridges,
se reinstaló más al suroeste, después de vender sus mejoras a la sociedad
ganadera en 1928.
Reinaldo Sandoval testimonia en su entrevista que conoció la historia de
los obreros muertos en Bajo Pisagua por boca de sobrevivientes: “Hay un
hombre vivo de esos, pero está en… allá en la Argentina, tiene una estancia
allá, la estancia Los Machos…”
El relato del poblador Sandoval inicia afirmando que la empresa a cargo
de la concesión a la que llama “Compañía Vieja” (término usado por los
pobladores del Baker para diferenciarla de la compañía a cargo de Lucas
Bridges), estaba a cargo de Julio Vicuña Subercaseaux y que habría sido esta
persona la principal responsable de su quiebra:
“…antes hubo otra, una compañía vieja de Julio Vicuña Subercaseaux; ese
fue el que se fundió la Compañía vieja. Claro, no ve que en ese tiempo circu-
laba oro y por no pagar a la gente y todo lo que se debía la Compañía, él se
quedó con el oro y quebró la Compañía vieja. (…) Quedó todo desocupado
sin gente.”
“...en 1906 quebró la Compañía vieja ahí están las cruces donde están los
muertos
P: ¿Cómo murieron?
Dn.R: Unos dicen que murieron de hambre, otros dicen que escorbuto.”
Y aquí Reinaldo Sandoval relata que por los testimonios que él escuchó
de sobrevivientes:
“...según lo que conversan los que quedaron vivos dicen que no, que era
una mixtura que le hacían con la harina para que coman los chilotes y
mueran… Para quedarse Vicuña con el dinero, no ve que ahí está claro;
muriendo no se les pagaba nada a esos muertos… Ese que está vivo cuen-
ta bien la historia. Quedaron varios; yo conocí seis de esos…”
170
sin dolor; (…) Sí, es cierto. Dicen que de repente se quedaban tristes un
día, al otro día ya se les caían todos los dientes, los sacaban y no les dolía
ni una cosa, y de ahí ya venía la muerte… cuando venían a sepultar unos
allí en Pisagua, volvían y ya había uno o más muertos.”
A continuación Sandoval testimonia que no fue uno, sino que fueron dos
los sitios de inhumación erigidos en el sector:
“Así que al último se cabriaron de venir a una islita, ahí están; entonces
dispusieron sepulturas frente a Pisagua en la punta de la playa esa, ahí
habrían como 70. Ahora no hay ni uno, se los llevó el mar todo eso.”
Un primer sitio sería la actual Isla de los Muertos. El otro un sector ubica-
do más cerca del campamento el que habría desaparecido por la acción del
“mar”. La cifra de sepultados que indica Sandoval para este segundo sitio es
de cerca de 70 personas.
En este punto de la conversación se produce una intervención del hijo de
Reinaldo Sanvoval que acota: “No se lo llevó todo el mar”.
Cuando el entrevistador pregunta por la cantidad de sepultados en la isla,
Sandoval afirma: “Ahí donde están esos que se pueden contar todavía hay
30 y tantos…” para indicar que cuando el llegó y exploró el sector cercano al
mar “…habrían como 25 todavía”.
“No ve que antes del cementerio , cerca del cementerio verdadero cuando
él bajó ahora, frente de donde sale el río al mar, hay una punta del cerro
bajita y cerca hay una playa grande, ahí en toda esa playa estaba y ese es
el cementerio que cuenta él.”
171
Respecto a la cifra de tumbas que habrían existido en el cementerio de la
isla en la conversación se indica:
Esta breve conversación es la que inicia toda una confusión posterior res-
pecto a la cifra de muertos y sepultados en Bajo Pisagua. El hijo de Sandoval
indica que su padre ya no recuerda que él mismo ha mencionado 200 per-
sonas. Pero asume que esa cifra corresponde a fallecidos, cuando el mismo
poblador entrevistado menciona que eran unas 70 personas. Ante esto, es
posible interpretar que si Reinaldo Sandoval mencionó esa cifra, lo hizo con
referencia a la cantidad de obreros enganchados en las faenas del Baker y
no la cantidad de muertos. Es por ello que en este trabajo se considera que
el testimonio de Reinaldo Sandoval no se apartó de los datos ampliamente
conocidos y difundidos por la memoria oral y fue fiel a su reproducción
durante su vida, refiriendo tanto el número de obreros enganchados para la
faena (más de 200) como el de muertos (70).160
Se considera relevante aclarar esta información debido a que ha sido am-
pliamente difundido en la región de Aysén que habría sido Reinaldo San-
doval quien inició el relato de los 200 fallecidos, lo que está alejado de la
realidad como lo demuestra el análisis de la entrevista de 1982.
Sandoval se constituyó en un portador de la memoria oral sobre la
tragedia y conservó datos clave que a la luz de lo que se ha presentado en
este trabajo. Se confirman: la presencia de Julio Vicuña Subercaseaux en
160
Entrevista realizada en 1982 por Peter Hartmann.
172
Bajo Pisagua (aunque no su participación culposa) y una cifra de fallecidos
cercana a las que mencionan otras fuentes. Este testimonio además aporta
otros elementos que deben ser considerados para continuar con nuevas
líneas de investigación sobre la tragedia: el segundo cementerio, los cuerpos
que habrían sido llevados a norteamérica para ser estudiados.
173
Zúñiga indicó que el viaje demoró cinco días y cuatro noches, lo que es co-
herente con la demora que el vapor Araucanía tuvo entre río Baker y Chiloé
en septiembre-octubre de 1906. Habría sido un viaje tranquilo, incluso en el
golfo de Penas. Al llegar a destino comenzaron de inmediato a trabajar en el
desembarque de las provisiones para la temporada: porotos, charqui, harina,
arroz y chancaca. Estos productos habrían sido para la alimentación de los
trabajadores. Aquí el obrero Zúñiga recordó que dos empleados de origen
inglés iban como encargados y llevaban azúcar para su consumo, alimento
al que ellos no tuvieron acceso. Llevaban también a un trabajador como coci-
nero, mayordomo y cuidador del campamento en el que se instalaron ellos,
aparte del de los trabajadores.
Las jornadas de trabajo descritas por Zúñiga iniciaban en la mañana, pa-
raban dos horas a mediodía para preparar alimentos y almorzar y continua-
ban hasta el anochecer. Esto es indicativo de jornadas laborales de entre 12
y 14 horas si se considera por ejemplo el inicio de faenas a las 6 hrs. y el
término a las 22 hrs.
Los obreros trabajaron así por seis meses, afirmó el trabajador sobrevi-
viente. Si las faenas comenzaron en diciembre por ejemplo, en mayo con-
tinuaban trabajando, probablemente menos horas pues la noche llega más
temprano en esa época. Los víveres, que todos consideraron escasos desde
que salieron de Chiloé, empezaron a faltar y el hambre se hizo sentir mien-
tras continuaban en faena, según su testimonio. La bella imagen que obser-
varon al llegar a ese territorio virgen, se transformó en un infierno: “Cuando
recién llegamos esto nos parecía lo más lindo del mundo; en las islas no se
ven estos paisajes… Ahora le encontrábamos otro color. En las noches éra-
mos prisioneros de la obscuridad; algunos creían escuchar ruidos raros que
el eco hacía rebotar como aullidos de león o parecidos a sombras errantes.”
El vapor no llegaba y la desesperación comenzó a cundir entre los obre-
ros. Los “patrones” intentaban calmar la situación y pedían a los obreros
sanos que continuaran en faena, testimonió Zúñiga.
Cuando se desató la crisis sanitaria, muchos enfermaron y comenzaron
las muertes: “A medida que el tiempo corría el número [de enfermos] fue en
aumento; por término medio tres hombres caían [muertos] en cada noche.
Nadie conocía esta enfermedad, solo atinaban a creer que se trataba de una
‘peste maldita’ que terminaría con todos. Los más viejos, maduros en estas
peripecias del trabajo, no sentían tan directamente el impacto.”
El cálculo promedio de muertos consignado en el testimonio es exagera-
do, ya que el promedio que arroja la lista publicada en el periódico La Alian-
za Liberal es de 1,4 personas considerando el total de días en que ocurrieron
fallecimientos y 1,7 personas en septiembre, el mes en que más obreros fa-
llecieron. Pero resulta de interés la afirmación que los trabajadores de mayor
edad habrían soportado mejor la crisis.
Zuñiga recuerda también que entre los obreros se discutieron y analizaron
las posibles causas del drama. Se sopesaron causas sobrenaturales, asociadas
174
a la presencia de brujería o a la invocación de ésta por parte de aquellos
trabajadores que “…seguían talando el bosque sin otra pretensión que acu-
mular más días de trabajo y una buena cantidad de trozos amontonados.”
Algunos de los obreros sanos, habrían culpado a los propios trabajadores
que enfermaron, “porque cuando los víveres comenzaron a escasear se dedi-
caron a consumir chancaca sin medida.”.
Zuñiga relata que él adhería a una tercera línea explicativa del drama,
planteada por un señor Barrientos que había oído narraciones de antiguos
marineros: “El origen está en la vida miserable y el hambre que estamos so-
portando. Esta es la enfermedad del navegante, sostenía a veces Barrientos.”.
El sobreviviente recordaba que los demás trabajadores no le daban mucho
crédito a esta explicación.
Zuñiga testimonia también que trabajadores sanos comenzaron a ejercer
funciones urgentes en la situación de crisis y ejemplifica dos: la atención fu-
neraria y la paliativa.
Las tareas funerarias correspondieron a la confección de ataúdes para de-
positar a los obreros que fallecían: “Cirilo Ruiz, hombre de gran corazón,
desde un comienzo se había dado a la tarea de confeccionar los ataúdes.
Trabajaba de día y de noche hasta concluir con una faena que no terminaría
sino con el desenlace definitivo”. Es probable que el señor Ruiz contara con
ayudantes para este trabajo, obreros que prepararan y cargaran las tablas
hasta el sitio de confección, otros que ayudaran en la confección misma. La
madera debe haber estado disponible o tal vez los trabajadores desmontaron
alguna construcción en mal estado y usaron las tablas para los ataúdes.
Al mismo Zúñiga le habría tocado participar de tareas paliativas. El obre-
ro Barrientos, habría comenzado a atender a los trabajadores enfermos to-
mándolo de ayudante: “…me tomó como ayudante para atender a los en-
fermos, tratamos de combatir los primeros síntomas con pociones a base de
hierbas que ellos mismos recomendaban.”
En su testimonio Emilio Zúñiga dejó entrever que entre algunos traba-
jadores sanos se consideró la posibilidad de salir del campamento en las
chalupas diponibles. Esta información se acerca a lo relatado por Tschiffely
sobre el intento de escape o rebelión, con la diferencia que Zúñiga asegura
que un grupo de obreros, “apenas veintitrés”, logró salir en las chalupas y
alcanzaron la boca del canal Baker frente al golfo de Penas y que “…aquellos
que permanecían con vida y sabían de estos trajines estaban ciertos que las
chalupas se dirigían al golfo, para averiguar cuando recalaría el barco…”
Zúñiga fue uno de los obreros que se embarcaron en las chalupas con
rumbo al golfo. Al parecer la expedición consistió en búsqueda de comida
con la que recuperaron fuerzas y eventualmente habrían retornado al cam-
pamento. Esta expedición debió haberse realizado en los días previos a la
aparición del vapor Araucanía que rescató a todos los trabajadores, puesto
que Zúñiga indica que todos se embarcaron en dicho buque, logrando así
175
salir de aquel drama. Cuatro obreros habrían muerto durante el viaje según
testimonió el sobreviviente.
El testimonio de Emilio Zúñiga cierra con el relato de la llegada a Chiloé,
coincidiendo plenamente con las informaciones de prensa presentadas en
este trabajo:
161
En esa época Baldo Araya publicaba sus crónicas históricas en la sección “Buenos días,
pasados”
176
terminamos nadie se enfermaba. Después comimos puros mariscos y
pescados. Un amigo me dijo un día: ‘comamos los cueros a escondidas.
A lo mejor nos salvamos.’ Los alquilabamos como para aprovechar la
lana, pero a escondidas en la noche, los chamuscábamos en el fuego
y les poníamos un poco de agua de mar y los comíamos. No era una
comida muy sabrosa, pero así logramos sobrevivir. Un día llegó la em-
barcación con alimentos. ¡Ave María la alegría, caballero! Claro que la
cosa no era para hacer fiesta, porque al final quedábamos diez. Se pasó
lista. Los muertos fueron en total 120. Testigos mudos de esa tragedia
son las numerosas cruces que se levantan en la isla ‘Sola’, en la desem-
bocadura del río Baker.”
177
Tabla 6: Fallecidos y sobrevivientes según testimonios orales posteriores a la tragedia
178
Relato Fuente primaria Sepultados en Muertos en va- Muertos al llegar Total de muertos Sobrevivientes
Bajo Pisagua por Araucanía a Chiloé
al iniciar viaje
Reinaldo Sandoval (entre- Directa. Sobre- 37 (en Isla de los 25 (en otro 70 calcula en total. Varios. Conoció 6
vistado por P. Hartmann, vivientes que le Muertos). cementerio en de ellos.
1982). contaron la his- playa frente a
toria. Bajo Pisagua).
Emilio Zúñiga (entrevista- Directa. Él fue 79? 4 7 (desembarcados 79 Varios, pero sólo
do por A. Soto, 1976). un sobrevivien- en Achao). menciona a 7 por
te. 4 (desembarcados sus nombres.
en Dalcahue).
Sobreviviente anónimo Directa. Él fue 120 (No es una 120 10
que conversó con Baldo un sobrevivien- cifra entregada
Araya (1978). te. por el entrevista-
do. Es aportada
por el autor de
la crónica basa-
do en la versión
De Agostini).
Aimé Tschiffely (su escri- Directa. Repro- 60? 9? 69
to puede tomarse como duce lo que le
testimonio oral, pues es la contó Norris.
redacción “de lo que él le
contó a Bridges a partir de
lo que a él le contó Norris).
Fragmentos de historia oral: recuerdos de descendientes en Chiloé
A fines de marzo de 2014 fuimos a Chiloé para conversar con dos perso-
nas que nos esperaban para contar lo que sabían del enganche a río Baker. En
un sector cercano a Dalcahue estaba la señora Sabina Barría, de 87 años. El
contacto lo hicimos por intermedio de su nieto Francisco Hurtado, que nos
contactó vía internet, indicando que su abuela recordaba algo sobre el Baker.
En Castro en tanto, estaba don José Orlando Cárdenas Miranda, nieto de uno
de los obreros fallecidos en 1906. Nos contactamos con él también gracias a
internet, pues escribimos a su hijo Orlando, quien en un foro sobre la Isla
de los Muertos, consultaba detalles sobre los acontecimientos, ya que en su
familia había memoria fragmentada sobre los hechos.162
162
www.isladelosmuertos.blogspot.com
179
en invierno, un invierno riguroso y que hubo trabajadores que volvieron
vivos, pero enfermos.
El testimonio de la señora Sabina tiene un elemento que contrasta fuerte-
mente con lo que hasta ahora se ha esgrimido como explicaciones para las
muertes en el Baker: ella afirma que escuchó decir a sus mayores que la causa
de muerte fue la viruela, pues se llevó a varios de los que volvieron al sector
donde ella se crió.
Aunque esta causa parece no tener sustento al compararla con las demás
fuentes de la época donde son el hambre y el escorbuto las causas esgrimidas
para explicar la mortandad, es interesante analizarla en cuanto a su plausibi-
lidad. Chiloé como otras zonas de Chile sufrió importantes brotes epidémi-
cos de viruela a fines del siglo XIX y principios del XX. De hecho, es posible
leer crónicas de prensa fechadas en 1905, dando cuenta de brotes en distintos
sectores de la isla. La viruela era una enfermedad con clara presencia en la
época de la tragedia y a la cual se le temía sobremanera en Chiloé. Es posible
que los obreros que llegaron enfermos la contrajeran muy fácilmente debido
a su precario estado de salud y fallecieran por acción de dicha enfermedad,
a pesar de haber llegado con otra enfermedad, escorbuto o tal vez disentería,
desde Baker. Tampoco es descartable que obreros de enganches posteriores a
Baker (1906, 1907, 1908) hayan contraído la enfermedad y al retornar hayan
fallecido en sus hogares.
163
Reportaje “Isla de los Muertos”, Noticiero AhoraNoticias de Canal Mega. En este reportaje
se mostró la página del periódico La Alianza Liberal en la que se publicaba la lista de falleci-
dos y sepultados en Baker.
180
“Desde que mi abuela nos contaba sobre el abuelo, yo quedé con la
inquietud de saber un poco más. Yo ni siquiera sabía cómo se llamaba mi
abuelo, porque el abuelo que yo conocí era otro, un señor Caro. Porque mi
abuela ya cuando no le dieron más esperanza de que mi abuelo iba a vol-
ver y que estaba muerto po’, ya le habían avisado que quedó allá nomás,
no había modo de traerlo, no tenían plata, era gente humilde.
Después ya, creo que hicieron trámites para cobrar algo… nada, no le
pagaron ni una chaucha, dice que, ella siempre decía que no le avisaron
nada y no le pagaron nada, como a cualquier otro de esos que llevaron. Y
les dijeron nomás que habían muerto todos de hambre, porque se había
roto el barco, el barco que los llevó después ya no llegó. Así que cuando
llegaron allá con el barco con víveres otra vez ya estaban todos muertos.
Así que ahí ni una esperanza que vuelva, así que ahí se casó de nuevo mi
abuela, después yo conocí al otro abuelo que era de apellido Caro y ahí
empezaron los Caro-Cárcamo, los Cárdenas fueron dos nomás, mi tío Ra-
món y mi papá que se llamaba Enrique. Y mi abuelo también se llamaba
Enrique Cárdenas Cárcamo.
Mi abuela se llamaba Manuela Cárcamo y ella contaba que a su marido
lo vinieron a buscar de una empresa, ella no sabía decirnos de qué parte
era, pero que lo llevaron y que le iban a pagar muy bien… una empresa
inglesa parece que era. Y él se fue con su hacha, él era hachero. Y decía mi
abuelita que ya no volvió más po’. Y nunca más supo nada, porque no sé
si lo contrataron en Puerto Montt, lo llevaron de aquí parece, no sé si fue
de Castro o Chonchi. Él era de Putemún, una parte que le dicen Putemún,
cerquita aquí, de Llau Llao un poquito más allá. Mi papá en ese tiempo
tenía un año, cuando se fue mi abuelo. Según mi hijo Orlando, mi abuelo
tendría 27 años cuando se fue y mi papá tenía un año y mi otro tío que era
mayor tenía dos.”
En este testimonio don José Orlando aporta datos relevantes como que su
abuelo era del sector de Putemún; que era hachero y habría viajado “con su
hacha”; que fue una empresa inglesa la que lo contrató y que bien pudo via-
jar al sur desde Puerto Montt o haber abordado el barco en Castro o incluso
Chonchi. En el Baker habrían muerto de hambre debido a que el vapor con
alimentos no volvió a ir. La familia habría intentado cobrar el sueldo o al-
gún tipo de indemnización, pero la empresa no habría respondido. También
menciona que aunque hubiesen querido traer el cuerpo no podían porque
era una familia “humilde”, de escasos recursos económicos.
181
Nuevos fragmentos de memoria oral en la región de Aysén
182
Mi abuelo se llamaba Alejandrino Díaz Mansilla y su hermano se lla-
maba Santiago Díaz Mansilla. Con ellos fueron al Baker vecinos y amigos.
Fue impresionante cuando me contó mi hija y era como que tenía un
deber de ir allá, porque aparte yo llevo el nombre de mi abuelo y mi papá
vivió en el terreno de mi abuelo.
Mi abuelo después de lo del Baker parece que no salió más al sur, se
quedó en su tierra y salía pa’l norte sí. En su campo fue bien progresista
en sus trabajos, sembraba, tenía molino de esos de piedra, tenía sus cosi-
tas ahí. Lo otro que mi papá se acordaba era que cuando iba a trabajar a
Valparaíso, se bajaba en Osorno mi abuelo y se pasaba a comprar un ca-
ballo y se venía de a caballo hasta el canal de Chacao, porque en Osorno
habían caballos muy buenos. Traía uno o dos caballos con su plata que
ganaba por allá.
Tenía una historia bien particular mi abuelo porque, es que se había
casado a los 17 años y después enviudó porque su señora falleció en el
parto y después él se fue a trabajar para el norte y entre esas salidas pasó
a inscribirse al servicio militar y lo hizo por Temuco parece…”
En su testimonio don Héctor Díaz afirma que los obreros pasaron mucha
hambre en el Baker y que en una ocasión habrían consumido “sopaipillas”
que encontraron llenas de “pelos verdes” (¿hongos?). Don Héctor recuerda
también que el trabajo desempeñado en Baker era la extracción de madera,
entregando un dato muy interesante: “…bajaban balsas de trozos de ciprés
por el Baker.” Este antecedente es coherente con una fotografía que se ha
presentado en este trabajo, donde se aprecian balsas de ciprés y castillos de
de la misma madera en el muelle de Bajo Pisagua.
183
Enrique Víctor Cárdenas Cárcamo falleció el 27 de agosto de 1906, fue el
vigésimo séptimo obrero en sucumbir a la tragedia, según la lista publicada
en La Alianza Liberal de Puerto Montt el 11 de octubre de 1906.
Los obreros de apellido Barría y Muñoz fueron varios y algunos regre-
saron a Chiloé, falleciendo al poco tiempo como recuerda la señora Sabina
Barría.
Victoriano Caro y su hijo Prudencio fallecieron el 21 y 22 de septiembre,
pocos días antes de la llegada del vapor. En 2014 descendientes residentes en
Castro reconocieron sus nombres y pudieron así completar su propia historia
familiar.
Alejandrino y Santiago Díaz Mansilla salvaron sus vidas y regresaron a
Chiloé, pero un vecino que llegó agonizando a Dalcahue, falleció en la tarde
del 2 de octubre de 1906. Era Juan Díaz Pérez, cuya hermana, Rosa Díaz Pé-
rez se casó con Alejandrino Díaz diez años después, en 1916.
Todavía hay preguntas sin respuesta en esta investigación. Todavía que-
dan pistas por seguir. Resulta evidente y urgente dar continuidad a la reco-
pilación de testimonios orales en Chiloé y Aysén, que permitan constituir un
corpus oral amplio, donde sea posible fijar la mayor cantidad de fragmentos
de la historia sobre la tragedia y así reconstituirla desde una perspectiva que
se acerque a la mirada de quienes se vieron afectados por la desidia de la
empresa y enfrentaron la muerte o sobrevivencia en condiciones extremas.
También es necesario trabajar en las biografías de los obreros fallecidos,
quienes han dejado el anonimato al conocerse ahora sus nombres y en varios
casos las localidades de procedencia, pero merecen la reivindicación total
después de más de un siglo de ser sólo un conjunto de cruces.
En el ámbito documental debe continuar la búsqueda de los expedientes
que pueden arrojar luz sobre dos perspectivas de la verdad: la judicial y la
administrativa. De ninguna de ellas sabemos los resultados: ¿qué acciones
determinó la justicia de Llanquihue luego de las denuncias que se efectua-
ron?, ¿prestaron declaración los obreros sobrevivientes?, ¿cuántos de ellos
quisieron hablar?, ¿declaró ante la justicia William Norris?, ¿se dictaminó
alguna sanción contra la empresa o sus representantes, aunque ésta haya
finalmente quebrado?
Lejos de agotarse, la historia de la tragedia obrera de Bajo Pisagua y el
cementerio creado a raíz de ella, abre nuevos caminos de investigación. Pero
ahora se puede pesquisar teniendo en frente la identidad de las víctimas,
cuyas memorias parecían haberse diluido tras la falsa creencia de que el mis-
terio que envolvía las tumbas del Baker sería imposible de develar.
184
APÉNDICE
Referencias
1898 Acontecimiento (ver fuentes y
bibliografía)
27 de noviembre Zarpa de Puerto Montt una comisión Steffen, Hans 1898.
exploradora al mando de Hans Steffen En Risopatrón, Luis
con instrucciones de reconocer la zona 1905.
comprendida entre el paralelo 46º
y 49º Lat. Sur y buscar un paso para
atravesar de Oeste a Este el territorio.
20 de diciembre El vapor Pisagua vara en un banco de Steffen, Hans 1898.
arena justo frente a la ribera norte de En Risopatrón, Luis
la desembocadura de un río. La comi- 1905; Michell, Ri-
sión puede así explorar dicha entrada cardo 1898.
y descubren un gran río que el capitán
Rodríguez, de la Marina, había consi-
derado de pequeño tamaño años an-
tes. Lo bautizaron Baker y al sector del
varamiento le llamaron "Bajo Pisagua"
en recuerdo del accidente sufrido por
el vapor.
28 de diciembre Reunidos todos los exploradores des- Steffen, Hans 1898.
pués de recorrer los ríos Baker (32 km, En Risopatrón, Luis
explorados por Michell), Bravo (ex- 1905; Michell, Ri-
plorado por Hambleton) y de la Pas- cardo 1898.
cua (explorado por Steffen), la comi-
sión decidió remontar el Baker hasta
sus nacientes.
1900
8 al 18 de febrero Ricardo Michell remonta el Baker has- Michell, Ricardo
ta el Saltón, evaluando el terreno para 1900. En Risopatrón
abrir un camino. Luis 1905.
7 de octubre Michell inicia segunda expedición al Briceño, Carlos
Baker esta vez para abrir la senda has- 1901. En Risopatrón
ta el lago Buenos Aires. Luis 1905. Michell,
Ricardo 1901 (Bitá-
cora inédita).
185
1901 Acontecimiento Referencias
(ver fuentes y
bibliografía)
Abril Luis Aguirre, Juan Antonio Orrego, Solicitud Luis Agui-
Carlos R. Ovalle, Emilio Orrego Luco rre y otros, 1901.
y Alfredo Vergara G., solicitan las tie-
rras del Baker para organizar una "Co-
lonia Agrícola".
18 de septiembre Asume la presidencia de la República www.bcn.cl
el candidato electo Germán Riesco.
30 de diciembre Ricardo Michell inicia tercera expedi- Michell, Ricardo
ción al Baker, para concluir trabajos 1902 (Bitácora in-
iniciados en temporada anterior. édita).
1902
21 de abril Michell y sus trabajadores abandonan Michell, Ricardo
Bajo Pisagua en el vapor Pisagua. 1902 (Bitácora in-
édita).
20 de noviembre Se firma el laudo arbitral entre Chile y
Argentina.
18 de diciembre Juan Bautista Contardi ingresa solici- Decreto 658 con an-
tud sobre Baker. tecedentes.
22 de diciembre Agustín Baeza Espiñeira, Inspector Decreto 658 con an-
General de Colonización informa po- tecedentes.
sitivamente solicitud Contardi.
1903
Febrero Alejandro Bate y Antonio Asenjo in- Solicitud Asenjo y
gresan solicitud al Ministerio de Rela- Bate, 1903.
ciones Exteriores para ocupar tierras
en el Baker.
19 de mayo Decreto 658 RREE, otorga permiso de Decreto 658 con an-
ocupación a Juan B. Contardi. tecedentes.
2 de junio Toma de razón del Decreto 658 por Decreto 658 con an-
parte de Tribunal de Cuentas. tecedentes.
1904
15 de julio Reducción a escritura pública Estatu- Notaría Valparaíso.
tos de la Compañía Explotadora del
Baker.
20 de julio Decreto 1682 aprueba traspaso Con- Decreto 2857 con
tardi a Juan y Florencio Tornero. antecedentes.
186
23 de agosto Decreto 2857 Min. Hacienda, autoriza Decreto 2857 con
funcionamiento de la empresa. antecedentes.
23 de octubre Florencio Tornero se encuentra en Periódicos de
Puerto Montt. Puerto Montt y
Chiloé.
26 de octubre Florencio Tornero viaja junto a otros Periódicos de Puer-
empleados de la compañía a Argenti- to Montt y Chiloé.
na vía Nahuelhuapi.
30 de noviembre Se reduce a escritura pública Decreto Notaría Santiago.
2857 de Hacienda.
1905
14-15 de Febrero William Norris y 5 hombres salen de Norris, William
Santa Cruz rumbo al Baker para efec- 1939. Tschiffely,
tuar una exploración dentro de la con- Aimé 1940.
cesión.
Marzo Llegan al Baker Enrique Bórquez y su Norris, William
gente, enviados por la empresa desde 1939. Tschiffely,
Chiloé para esperar a Norris. Aimé 1940.
Norris llega a fines de marzo y se en- Norris, William
cuentra con Bórquez. 1906 y 1939.
Abril A mediados llega Norris a Puerto Norris, William
Montt. 1939.
Mayo o junio Tres o cuatro trabajadores mueren aho- Periódicos de Chi-
gados en el río Baker al darse vuelta la loé.
embarcación en la que navegaban.
1906
14 de febrero Norris deja río Negro para arrear el Carta Norris 1906.
ganado hasta Baker.
Antes del 14 de Norris llega al río Mayo. Carta Norris 1906.
marzo
27 de marzo Se anuncia viaje a Magallanes de Flo- Diario El Mercurio
rencio Tornero y Julio Vicuña Suberca- Valparaíso.
seaux.
9 de abril Florencio Tornero sale desde Puerto Periódico La Alian-
Montt en vapor Chile. za Liberal (referen-
cial).
Abril Tornero y Vicuña Subercaseaux llegan Carta Norris 1906.
al Baker.
187
15 de Mayo Norris llega a La Colonia para buscar Carta Norris 1906.
personal que ayude a los arrieros que
esperan con el ganado en la pampa.
17 de mayo Por la mañana sale Norris desde La Carta Norris 1906.
Colonia con 8 hombres para ir en bus-
ca de los otros arrieros rezagados.
21 de Mayo Norris encuentra a los arrieros y el ga- Carta Norris 1906.
nado detenidos por la nevazón.
12 de junio Tornero y su acompañante Vicuña Carta Norris 1906.
Subercaseaux salen de Bajo Pisagua
rumbo a Caleta Hale. Tornero asegura
que irá a gestionar un vapor para sa-
car a los obreros.
16 de junio El vapor Valdivia zarpa de Punta Are- Diario El Porvenir.
nas rumbo al norte, iba en malas con-
diciones.
16 de junio Habría comenzado el proceso de en- Carta Norris 1906.
fermedad de los trabajadores (el 16 de
agosto Norris escribe: "desde hace 2
meses están enfermos".
188
4 de septiembre Gobernador de Quinchao telegrafía Fondo Intendencias,
a intendente de Llanquihue dando la ANH.
noticia.
8 de septiembre Aparece la primera noticia sobre Bajo Periódico La Alian-
Pisagua en La Alianza Liberal za Liberal.
15 de septiembre Se termina el azúcar en el campamen- Carta Norris 1906.
to de Bajo Pisagua.
27 de septiembre Ministro del Interior responde a inten- Fondo MinInt, AR-
dente Llanquihue. NAD.
Norris retoma su carta comentando Carta Norris 1906.
que ha llegado el vapor a sacarlos.
2 de octubre Sale de Valdivia el vapor Baker rumbo Diario El Correo de
"a Punta Arenas". Valdivia.
4 de octubre Llega a Puerto Montt el vapor Baker. Periódico La Alian-
za Liberal.
6 de octubre Intendente de Chiloé telegrafía a mi- Fondo Minint, AR-
nistro del Interior. NAD.
15 de octubre Norris finaliza su carta en Dalcahue Carta Norris 1906.
dando los últimos antecedentes al tío
y probablemente la envía.
Norris recibe el vapor Baker. Carta Norris 1906.
Norris cierra trato por 20.000 ovejas Carta Norris 1906.
(¿vía telégrafo desde Chiloé?)
15 y 19 de Ministro del Interior oficia a RREE y Fondo MinInt, AR-
octubre a Marina, instruyendo que sea Marina NAD.
la que investigue lo ocurrido en Baker.
En Dalcahue, familiares y vecinos de Periódico La
obreros fallecidos y sobrevivientes ha- Cruz del Sur,
brían intentado atacar a Norris 19/10/1906.
Tschiffely, Aimé
1940.
19 o 20 de Norris retorna al Baker para dejar tra- Carta Norris 1906.
octubre bajadores y sigue rumbo a Punta Are-
nas para arreglar la entrega de ovejas
y contratar un capataz de ovejas.
17 de diciembre Norris se encuentra en Punta Arenas y Libro de visitas
visita el Club Inglés. Club Inglés de Pun-
ta Arenas. En www.
patlibros.org.
189
1907 Acontecimiento Referencias
(ver fuentes y
bibliografía)
1 de febrero Norris se encuentra nuevamente o to- Libro de visitas
davía en Punta Arenas y presenta en Club Inglés de Pun-
el Club Inglés a una visita. ta Arenas. En www.
patlibros.org.
Noviembre Charles Milward, cónsul británico en Martinic, Mateo
Punta Arenas visita Bajo Pisagua y allí 2008.
se entera, de boca del administrador Ivanoff, Danka
William Norris, sobre la tragedia ocu- 2011.
rrida el año anterior.
Noviembre, di- Gerente de la Cía. Baker es José Luis Notaría Santiago.
ciembre Riesco.
Diciembre Se declara la quiebra del Banco Mobi- Prensa chilena.
liario.
1908
7 de enero El notario Larrazábal recibe letra pro- Notaría Santiago.
testada a favor de Braun y Blanchard
por $ 30.083,57 contra Cía. Baker to-
mada el 27 de nov. 1907 en Banco An-
glo Sud Americano
15 de enero Charles Milward publica una crónica Martinic, Mateo
sobre el viaje que realizó a Aysén a fi- 2008.
nes del año anterior, en la que mencio-
na su recalada en Bajo Pisagua y relata
haber escuchado que durante la crisis
de 1906, los obreros sanos tuvieron un
comportamiento inhumano para con
los enfermos, cobrándoles por aten-
ción.
29 de enero El notario Abalos recibe letra protes- Notaría Santiago
tada a favor de la Cía. Baker y contra
Florencio Echeverría, tomada el 14 de
nov. 1907 en Banco de la República
por $1.640.
23 de abril Se publica Concurso de quiebra de la Diario El Mercurio
Cía. Explotadora del Baker y se nom- de Santiago.
bra síndico provisorio a Francisco
Langlois.
190
2 de mayo Francisco Langlois otorga poder a Notaría Valparaíso.
Walter Battle para representarlo en
Valparaíso.
10 de mayo El gerente de la época Walterio Battle Notaría Santiago.
-previa autorización del Síndico Lan-
glois- contrata a Guillermo Titus como
capitán del vapor Baker y la Goleta
Luisa situados en Bajo Pisagua.
26 de mayo Francisco Langlois otorga poder al Notaría Santiago.
Banco de Londres y Río de la Plata en
Argentina para cobrar deudas.
6 de junio Abogado Nazario Berrios, en repre- Archivo Judicial de
sentación de la Municipalidad de Santiago, ANH.
Santiago, demanda a la Cía. Baker por
deudas de contribuciones.
25 de junio Se realiza la primera junta de acree- Notaría Santiago.
dores del concurso de la Cía. Explota-
dora del Baker. Se ratifica a Francisco
Langlois como síndico.
4 de agosto Segunda junta de acreedores en San- Notaría Santiago.
tiago. Se levanta acta de verificación
de créditos contra Cía. Explotadora
del Baker.
9 de octubre Francisco Langlois otorga poder a Notaría Santiago.
Juan Shepard Carlile, comerciante de
Buenos Aires, para representar los in-
tereses del concurso.
5 de diciembre Guillermo Steele, administrador en Notaría Puerto
Bajo Pisagua vende por escritura pú- Montt.
blica en Calbuco el vapor Baker a Car-
los Oelckers.
28 de diciembre Guillermo Titus estampa un protesto Notaría Puerto
en Notaría de Puerto Montt por el se- Montt.
cuestre del vapor Baker.
31 de diciembre Titus estampa nueva protesta ante el Notaría Puerto
notario. Montt.
1909
11 de enero Guillermo Titus otorga poder a Carlos Notaría Puerto
Oelckers para que cobre lo que la Cía. Montt.
Explotadora del Baker le adeuda en
sueldos desde el 10 de mayo de 1908.
191
6 de abril Escritura pública de compraventa va- Notaría Santiago.
por Baker y goleta Luisa entre Cía. Ex-
plotadora del Baker y Carlos Oelckers.
30 de abril Carlos Oelckers se da por recibido a Notaría Puerto
satisfacción de las embarcaciones y to- Montt.
dos sus útiles según inventario de 30
de diciembre 1908.
23 de julio El Ministerio de Relaciones Exteriores Decreto 1852, 13 de
recibe la solicitud de Santiago Díaz de diciembre de 1911.
Punta Arenas, en la que pide se declare MinRel, ARNAD.
caducada de hecho la concesión Con-
tardi, debido al fracaso de la Cía. Ex-
plotadora del Baker y le entreguen a él
las tierras del Baker. En esta solicitud
se origina el proceso de caducación de
la concesión Contardi, que se verifica-
rá el 13 de diciembre de 1911.
192
ANEXO DOCUMENTAL
Nota: El presente anexo documental contiene la transcripción literal de todas
las fuentes de prensa escrita que fueron halladas y utilizadas en la presente
investigación. También se han transcrito literalmente los documentos produ-
cidos por organismos gubernamentales (oficios, telegramas) y las sesiones
del Senado de la República.
194
1. CRÓNICAS DE PRENSA, 1904-1908
SOCIEDADES GANADERAS
Como dato indagador para el estado financiero de nuestro pais los diarios
del norte toman nota de las sociedades ganaderas que se han organizado con
fuertes capitales en el curso del presente año.
Las sociedades que se han constituido hasta la fecha son las siguientes: Socie-
dad de Laguna Blanca, con 150,000 libras esterlinas de capital.
Sociedad Estancias Santa Cruz con 60,000 pesos;
Sociedad Chile i Arjentina con 625000 pesos;
Sociedad Ganadera de Bodudahue con 1,200,000 pesos;
Sociedad Lecka con 1000,000 i medio de pesos;
Sociedad Cerro Palique con 600,000 pesos;
Sociedad Backer con 2 000,000 de pesos;
Sociedad Rio Bueno con medio millon de pesos;
Sociedad Ganadera de Magallanes con 2.000 000 de pesos;
Sociedad Explotadora de la Riqueza de Llanquihue con 1,000 000 de pesos;
Sociedad Simpson con 1.000,000 de pesos;
Sociedad Cochamo con 3 000,000 de pesos;
Sociedad de Lanas i Graserias con 1 500,000
195
Consejeros: Franck Hgue; capitalista i gran corredor de lanas; Arnold Wethe-
red ganadero de Nueva Zelanda i hnombre mui estimado en estos negocios;
Andely Charlee Cosling, ex - Ministro de Inglaterra en Chile.
SOCIEDADES GANADERAS
Estraordinario movimiento ha tomado la poblacion con motivo del engan-
che de trabajadores para las estancias ganaderas que estableceran en Cocha-
mó, Aissen i otros puntos las sociedades recientemente constituidas en el
pais i en el estranjero.
Es de ver los grupos de individuos que se estacionan a las afueras de las
casas donde residen los ajentes, administradores o empleados de estas socie-
dades, para obtener una plaza de trabajador en las faenas ganaderas.
Con motivo de la orden recibida por el empleado de la Compañía Industrial
de Aissen señor Guillermo Müller para contratar trescientos trabajadores, la
afluencia de jente en la calle Quillota ha sido enorme. Para evitar aglome-
raciones i confusiones el señor Müller ha ido anotando a los individuos en
cuadrillas de a quince hombres.
Las plazas estan todas llenas i ahora se espera unicamente la llegada del je-
rente de la Compañía señor Yhon Dun, el cual ya debe estar en viaje de Punta
Arenas a este puerto.
El señor Dun ha contratado un vapor de los señores Braun i Blanchard para
conducir la jente a Aissen.
Uno vez en este lugar los trabajadores serán distribuidos en cuadrillas, unos
para construir un camino desde Aissen a la estancia arjentina Nirihuao, los
otros en roces i otros trabajos.
Se ha contratado tambien treinta carpinteros, los cuales seran ocupados en
levantar cien edificios para las familias de colonos que la sociedad se ha obli-
gado instalar en el mencionado lugar.
196
Año XII, Nº 578
4 de noviembre 1904
MOVIMIENTO MARITIMO.-
Estraordinario movimiento se ha notado en los últimos dias en nuestra ba-
hía. Ademas de las dos naves de guerra que han estado ancladas por algun
tiempo, i de los dos vapores de la carrera a Valparaiso i Chiloé, el puerto ha
recibido la visita de los siguientes vapores que se indican:
El “Cambronne” procedente de Punta Arenas fondeó en la tarde del domin-
go i regresó en la madrugada de anteayer.
El “Magallanes” procedente del mismo puerto entró el lunes. Saldrá el lunes
para Aissen conduciendo los trabajadores contratados por la Sociedad Gana-
dera de dicho lugar.
El “Elm Branch” de Liverpool llegó en la tarde de ayer con un cargamento de
maquinaria para la Sociedad Ganadera de Cochamó.
El “Reloncaví” llegó ayer del lugar de su nombre.
197
Los viajeros, en estremo alegres, seguido de un sequito de mujeres viejos
y chiquillos, se despedian en abrazos efusivos, adioses cariñosos, bajando
enseguida a los botes que los conducian a bordo. Las mujeres i los chiquillos
lloraban.
En uno de los botes se trabó un altercado que dejeneró en riña, pero luego se
volvió al contento.
A las 4 P.M. puede decirse, estaba toda la jente embarcada en la goleta la cual
hormigueaba su cubierta de personas i a las 6 el vapor hacia proa al sur.
Al muelle, malecon i la calle Portales acudieron numerosas personas a pre-
senciar la partida de los trabajadores de Aysen.
COLONOS
En el Quito que fondeó la tarde del viernes en este puerto llegaron doscien-
tas familias de colonos para Yelcho.
NAUFRAJIO
El vapor “chacao” de propiedad de los señores Oecklers Hermanos que sa-
lió de este puerto el cuatro del presente conduciendo trabajadores para la
sociedad Aysen, naufragó el dia siete, a causa de haber chocado con una
roca veinte millas al sur de Melinka.- A su bordo iba el jerente de la sociedad
Aysen señor Dun.
La tripulacion i jente se salvaron.
Se cree completamente imposible salvar el vapor.
198
Año XII, Nº 684
24 de diciembre 1905
GOLETA AYSEN
El jueves veintiuno llegó a este puerto la goleta “Aysen” procedente del
puerto del mismo nombre que fue construida por don Guillermo Müller.
La goleta “Aysen trae un cargamento de maderas para esta ciudad.
Aquí se le pondrá el caldero i las maquinarias para transformarla en vapor.
1906
AJENTE DE ADUANA
El jerente de la sociedad Industrial de Aysen don Juan Dun ha sido reconoci-
do como Ajente de Aduana en este puerto.
COCHAMÓ
Se nos informa que la mayor parte de la jente trabajadora contratada por la
sociedad Agrícola i Frigorífica de Cochamó, se esta retirándo debido al mal
trato que se les dá.
Si esto sigue, mui pronto veremos paralizados los trabajos en Cochamó por
falta de brazos.
A PUNTA ARENAS
A mas de doscientos subio el numero de personas que se embarcaron en el
“Arica” con destino a Punta Arenas.
La mayor parte de estas personas es jente trabajadora contratada en este pue-
blo para trabajar en el alcantarillado de esa ciudad.
Esta jente se quedará en Ancud, esperando la llegada del transporte “Mai-
po,” que debe llevarlos al lugar de su destino.
GOLETA AYSEN
Han quedado terminados los trabajos de instalacion de la maquinaria a va-
por de la goleta Aysen.
El domingo se hizo la primera prueba en el canal de Tenglo.
199
Año XIII, Nº 711
08 de abril 1906
EN EL VAPOR CHILE
ATROPELLOS INAUDITOS
En la noche del jueves ultimo se llevo a cabo a bordo del vapor ‘Chile’ un
atropello inaudito en la persona de un humilde jornalero.
La condicion de la victima y del autor de los desmanes de que vamos a dar
cuenta, harán que este acto sea duramente condenado por la opinion, i casti-
gado, como merece, por la justicia.
En calidad de pasajero de segunda clase, se habia embarcado en la noche
citada, en compañia de otros individuos que habia contratado una Sociedad
Ganadera, el conocido jornalero Lisandro Alvarado.
Por un deseo de curiosidad subió Alvarado a la cubierta, donde permanecia
paseándose por algunos instantes cuando un piloto de nacionalidad inglesa,
irritado sobre manera por su presencia, le dió un feroz golpe con un martillo
ordenándole a la vez que se retirara de este lugar.
Naturalmente, con este acto atropellado i violento Alvarado creyéndose
agredido, como en realidad lo estaba, tomó una actitud de defensa para re-
peler tan inesperado como cobarde ataque.
Viendose el gringo en situacion distinta a como se la habia imaginado co-
menzo a llamar a sus marineros los cuales acudieron en el acto i como lobos
hambrientos se lanzaron sobre Alvarado a quien derribaron al suelo a puñe-
tazos i punta-pies.
El piloto alentado por esta facil victoria golpeaba e insultaba a Alvarado al
mismo tiempo que ordenaba se le colocaran esposas.
Personas de esta localidad que se encontraban a bordo, indignados ante es-
tos actos de barbarie, quisieron interponerse, pero no se les permitió ni que
realizaran la menor protesta pues el piloto i sus marineros amenazaban a
todo el mundo.
Lo peligroso de tales circunstancias xxx.
Alvarado fue encadenado como al peor criminal i atado a una columna en la
cubierta de donde pocos momentos despues de verse libre de sus victimarios
logró escaparse i refujiarse en uno de los botes que se encontraban al costado
del vapor.
Impuesto de esto el piloto i sus esbirros sanguinarios, se precipitaron como
locos al bote, de donde subieron arrastrando i pisoteando a Alvarado i su
zaña habria llegado quiza donde si las protestas de las personas, especial-
mente el patron del infeliz jornalero no se hubieran redoblado en forma har-
to enérjica.
Hechos como los que narramos se suceden con cierta frecuencia en los va-
pores donde cualquier empleado se cree un Zar autorizado para vejar en la
200
forma que mejor le plazca, a los pasajeros o fleteros que tienen la verdadera
desgracia de pisar las cubiertas de sus buques.
Hoy mas que nunca nos hemos sentido irritados por este acto que debe ser
castigado por nuestras leyes, ya que el se ha desarrollado en la forma del mas
refinado salvajismo.
Denunciamos de una manera formal estos hechos a la Gobernacion Maríti-
ma, la cual esperamos, se apresurará a levantar el sumario correspondiente
para el castigo del culpable.
Reclamamos garantías para la jente de mar, para los comerciantes, en fin
para todo el mundo que tiene necesidad de frecuentar los vapores.
EN RIO BAKER
Jente abandonada
Pedimos investigacion
De Curaco se denuncia que la Sociedad Esplotadora del Rio Baker ha dejado
201
abandonados un cierto número de trabajadores que llevó a los terrenos de
su Concesion.
La denuncia ha sido dirijida por telégrafo a la Intendencia de Llanquihue,
solicitando amparo.
Se agrega al denuncio que varios de esos trajadores abandonado están mu-
riéndose enfermos sin recibir auxilio de ninguna clase.
Creemos necesario hacer una investigacion rápida, i poner el remedio.
No seria posible permitir un abandono como el que se denuncia.
Colonización
INMIGRANTES INGLESES
En el vapor Callao que pasó para Yelcho, vienen de Liverpool para instalarse
en los terrenos de la “Yelcho Palena” 21 familias de inmigrantes ingleses,
industriales i agricultores con un total de 80 personas.
ASUNTO BAKER
Reclamamos
202
Según el Gobernador de Quinchao, son más de doscientos los trabajadores
abandonados en Baker.
------
De este pueblo fueron contratados i llevados a Baker, los siguientes trabaja-
dores en su totalidad jefes de familias domiciliadas en Puerto Montt:
Luis Paredes
Jacinto Vidal
José Rojel
Lizandro Alvarado
José Baldomero Covasich
Juan Pio Loaiza
Francisco Garai
Los demás son de Achao i sus vecindades.
Marítima
Vapores
Hoy o mañana debe llegar a este puerto el vapor Araucanía que hace varios
días salió de Punta Arenas con rumbo a Puerto Montt.
Este vapor ha sido adquirido en Europa por la Sociedad Ganadera del Aysen.
Marítima
Una errónea información nos hizo decir en el número anterior que el vapor
Araucanía, que es esperado de un dia a otro en este puerto, habia sido adqui-
rido en Europa por la Sociedad de Aysen.
El nombrado vapor no es otro que el antiguo Cambronne de la casa Braun y
Blanchar de Punta Arenas.
Viene, ahora, a este puerto consignado a la Sociedad del Aysen con el objeto
de llevar a Magallanes un cargamento de madera.
Marítima
(…) Vapores i pasajeros
(…) En la mañana de hoi entró al puerto el vapor inglés Agophantum proce-
dente de la India.
Viene consignado a los SS Oecklers Hnos. para quienes trae un cargamento
de 1000 sacos de arroz.
203
También fondeó hoi en esta bahía el vaporcito Backer adquirido en Valdivia
por la sociedad del rio Baker.
EN RIO BAKER
Más de 200 trabajadores abandonados
67 personas mueren de hambre
PEDIMOS CASTIGO PARA LOS CULPABLES
Hemos estado casi a diario denunciando el rumor, cada vez más acentuado,
de que en el Rio Baker habian sido abandonados cerca de doscientos trabaja-
dores que allí llevó para sus faenas la Sociedad Ganadera del mismo nombre,
por cuya suerte se temió en mas de una vez.
El aislamiento completo, la falta de toda comunicación impedian tener datos
precisos de los hechos denunciados y muchas veces, dada la magnitud de
la gravedad, llegamos a dudar de la veracidad de las informaciones que al
respecto recibimos.
Desgraciadamente todo, i mas que todo esto, ha tenido fatal confirmacion.
En la tarde del sábado arribó a nuestro puerto una chalupa procedente de
Chiloé tripulada por Lisandro Alvarado, Francisco Garai, Juan Pio Loaiza,
Jacinto Vidal, José Baldomero Covasich, José Rojel y Luis Paredes, trabajado-
res todos de las faenas de Rio Baker.
Estos trabajadores tienen sus familias en este pueblo i han soportado con
felicidad las crueles privaciones que han causado la muerte a muchos de sus
compañeros de trabajo.
----
Hemos tenido la oportunidad de conversar con todos estos trabajadores i
todos ellos nos han pintado en su sencillo lenguaje los horrores de las es-
pantosas privaciones del abandono en que estuvieron sumidos durante tres
largos i rigurosos meses de invierno.
Es casi increible lo que ha pasado o mejor dicho lo que se ha dejado pasar en
Rio Baker.
Aquello fué incomparablemente horroroso.
Se dejó a doscientos trabajadores para que mueran de hambre como en los
tiempos de salvajismo que a los criminales se les hacia perecer en el mas
completo olvido.
Veamos como pasaron las cosas.
A mediados de abril arribaron a Baker los trabajadores contratados aquí i en
Chiloé.
Todo marchó bien hasta junio en que el jefe señor Florencio Tornero abando-
no Baker para tomar un buque que se dirijia a Punta Arenas, de donde, dijo,
enviaria un vapor para sacar a los trabajadores.
204
Las provisiones comenzaron a escasear i la situacion se angustiaba.
Solo harina, arroz i porotos constituian la comida.
La falta de carne comenzó a tener consecuencias. Muchos trabajadores en-
fermaron.
El escorbuto hacia su aparicion i bajo sus garras moría en la noche del 7 de
Julio la primera víctima.
Todos los trabajadores traen anotadas en sus libretas esta fecha fatídica que
marcó la iniciacion de nuevos i grandes martirios.
Los enfermos i los muertos se sucedian diariamente.
No había donde recurrir.
La situacion se empeoraba mas i mas.
Un dia se trajo cuatro animales vacunos que fueron destinados a los enfer-
mos, i otro ocho huemules que algunos trabajadores cazaron en las cercanías
de su campamento.
A fines de Julio la harina se concluyó i con ello la situacion se hacía aun mas
angustiosa.
Las muertes de los trabajadores se redoblaron. Pocos eran ya los realmente
sanos.
La llegada del vapor prometido era esperado con loca ansiedad.
Por fin, a mediados de Setiembre arribaba el vapor Araucanía i en el se em-
barcaban los que lograron sobrevivir a esta verdadera hecatombe.
Quedaban sepultados a las orillas del Río Baker cincuenta i nueve trabajado-
res, víctimas del criminal abandono en que estuvieron relegados.
El 1° de Octubre arribaban en el Araucanía, 170 personas muchas de las cua-
les venian en un lastimoso estado de postracion.
De Achao se trasladó a Dalcahue una gran parte de los trabajadores, entre
éllos los de Puerto Montt.
En Dalcahue fallecieron 8 a consecuencia del escorbuto.
De ese puerto, las personas que pertenecian a nuestro pueblo, fletaron una
chalupa en la cual han vuelto a sus hogares.
Reclamamos con enerjía en setiembre cuando supimos que la Cia Baker tenia
en abandono punible a doscientos trabajadores.
Cuando fue Intendente suplente don Jerman Oecklers, dirijió representacion
sobre este asunto al Ministerio, i éste contesto que “eso no era asunto del
Gobierno”.
205
Entre tanto, ciudadanos chilenos morian como moscas, por el hambre i por el
escorbuto, víctimas de la avaricia de una Sociedad de opulentos.
Despues de tres largos meses de martirio, los sobrevivientes de la hecatombe
han llegado a sus hogares i sus narraciones nos horrorizan.
Hemos pedido una investigacion i el castigo de los culpables.
No tenemos noticia de que esa investigacion haya comenzado.
Es necesario que se sepa que no estamos dispuestos a dejar de mano este
asunto.
Necesitamos justicia completa.
---
Damos a continuacion la lista de los muertos con la fecha de la muerte. Fal-
tan los nombres de los
ocho que llegaron enfermos i murieron en Dalcahue.
Julio
7 Santiago Barrientos
11 Miguel Soto Ojeda
12 Gabriel Ojeda
14 Emilio Perez
27 Victor Yahuel
28 Isaias Barrientos
29 Hipólito Ojeda
30 Pedro Jil Oyarzo
Agosto
1 Pedro Guerrero
2 Clodomiro Barrientos
2 Melchor Navarro Sánchez
3 Guillermo Millapel
7 Juan Ruiz
8 Santiago Torres
9 Francisco España
11 Roman Diaz
11 Juan Pedro Triviño
14 Juan de Dios Ruiz
17 Antonio Barrientos
19 Juan Pedro Sanchez
21 Rudecindo Aguilante
22 Francisco Diaz
23 Hermenejildo Aguilar
24 Manuel Telcan
25 Pedro Antonio Villegas
27 Enrique Diaz
José Ulloa
206
Francisco Ruiz
Enrique Cárdenas Cárcamo
28 Eusebio Barria
29 Casimiro Soto
Juan B. Agüero
30 Ramon Barrientos
Setiembre
1 Santiago Trujillo
2 (José?) Daniel Barrientos
4 Guillermo Navarro
6 Braulio Obando
7 Ignacio Paillante
8 José Rosas Tribiño
10 José Dolores Ampuero
Agustin Yahuel
Juan Vidal
Santiago Millapel
12 Santiago Barrientos Barrientos
15 Manuel Ojeda
16 Juan de Dios Ampuero
Cirilo Aguilante
Olegario Vidal
18 Aureliano Runin
David Velasquez
Julian Toro
Santiago Alarcon
21 Ramon Millapel
Victoriano Caro
22 Prudencio Caro Díaz
25 Inocencio Anquintin
Juan Gallardo
26 Juan Antonio Muñoz
Pedro Borquez
LO DE BAKER
Nuevas informaciones
207
Es la declaracion de un testigo intachable, que servirá para agregarla al pro-
ceso que deberá formarse a la criminal Sociedad de Baker por haber dejado
morir a sus trabajadores.
Hai que obedecer a la opinion pública que, representada por la prensa de
Chiloé, pide las mas severas penas para los delincuentes.
Protesta
En la ciudad de Ancud a 4 de Octubre de mil novecientos seis, ante Nota-
rio Público de este departamento i testigos cuyos nombres se espresarán a
la conclusion, compareció don Guillermo Titus capitan del vapor nacional
Araucanía, marino, mayor de edad a quien conozco i dijo: que venía en redu-
cir a escritura pública la siguiente protesta: Señor Notario Público. Guiller-
mo Titus capitan del vapor nacional Araucanía de la casa Braun i Blanchard
de Punta Arenas a Ud. respetuosamente digo: que se sirva insertar en el pro-
tocolo a su cargo la presente protesta por las causales que paso a esponer.
El 14 de Setiembre del presente año salimos de Punta Arenas con destino a
Puerto Montt e intermedios, debiendo pasar a la colonia de Río Baker a fin de
buscar una cantidad de hombres que se encontraban ahí desde hace mucho
tiempo, trabajando en desmontes i fabricacion de caminos. Llegamos a aque-
lla colonia i me encontré que debía embarcar ciento cincuenta i siete hombres
en miserable estado i de los cuales cincuenta estaban gravemente enfermos.
A poco de embarcarse i antes d’ salir de los canales se murieron dos. Encon-
trándose sin víveres de ninguna especie, i aun cuando no tenía obligacion de
darles víveres, dada la aflictiva situacion en que se encontraban, dispuse se
les proporcionasen de los víveres de abordo, previniendo que solo teníamos
los suficientes para la tripulacion hasta Puerto Montt.
Habiendome formado juicio en consejo de oficiales que no podría ir hasta
Ancud con los hombres en aquel miserable estado, resolví pasar a Achao
donde llegamos el primero del presente. Allí desembarcamos a los que iban a
ese destino i tomamos al doctor para que nos acompañase a cuidar a los que
debían desembarcarse en Dalcahue. Vuelvo a repetir Señor Notario que el
estado sanitario de los pasajeros era lastimoso i que, a pesar de los cuidados
i atenciones q’ se les prestaron abordo se murieron algunos mas. Por estas
consideraciones es lójico suponer la fuerza mayor que me obligo a recalar en
aquellos puertos, ya que al haber hecho el viaje directo a Ancud se habrian
muerto tal vez unos veinte.
Debo igualmente prevenir S. Notario, como puedo probarlo, que en aquellos
puertos no he desembarcado ni un solo bulto de modo que no hai ni puede
caber responsabilidad alguna a la nave de mi mando. En consecuencia i en
virtud de lo que dispone el Código de Comercio vengo en protestar cuantas
veces sean de derecho contra la fuerza mayor que me obligó a recalar en los
puertos inhabilitados de Achao i Dalcahue a fin de desembarcar la cantidad
de enfermos que traia. Por tanto suplico al Sr. Notario se sirva insertar en el
208
protocolo a su cargo la presente protesta i darme la correspondiente copia
para los fines que me convengan. –Guillermo Titus-. Conforme con su oriji-
nal que he tenido a la vista i que agrego al final bajo el numero sesenta. –Pre-
via lectura lo otorgó i firmó con los testigos don Manuel F. Maldonado i don
Arturo Rosas. –Doi fé. –Gmo. Titus-José M. Saavedra.
ASUNTO BAKER
EN PODER DE LA JUSTICIA
JUSTICIA
Asunto Baker
Sobre Baker
Ha repercutido en el Senado de la República la conducta inhumana de la So-
ciedad de Baker que dejó morir a sus trabajadores por haberlos abandonado
en los mas crudos meses del año.
El Senador señor Balmaceda ha pedido una investigación.
Se recordará que LA ALIANZA denunció esos hechos bochornosos i pidió
completo remedio.
209
Agradecemos al Senador de Tarapacá su jenerosa intervención en favor de
los desvalidos tan mal tratados por los ajentes inescrupulosos de la opulenta
Sociedad.
Salvajismo de Baker
SE PIDE INVESTIGACION
Hoy también en el Senado, don Elias Balmaceda senador de Tarapacá, hizo
presente al Gobierno el salvajismo de la Sociedad de Baker que dejó morir
cerca de la mitad de sus trabajadores, i pidió una investigacion y severo cas-
tigo para la Sociedad responsable.
1907
Marítima
NAUFRAJIO DE LA GOLETA “AYSEN”
A medio dia de anteayer recibio noticias el Jerente de la Sociedad del Rio
Aysen, don Juan Dun, de haberse perdido al Sur de Chiloé la goleta Aysen
que no ha mucho habia zarpado de este puerto al lugar del mismo nombre.
Según estas informaciones la Aysen naufragó en la madrugada del 2 de Fe-
brero cerca de la isla Garrao I, situada al Sur de Melinka.
La tripulacion i los pasajeros que allí iban se salvaron.
La goleta como la carga de mercaderías que llevaba se considera totalmente
perdida.
No se conocen mas detalles de este siniestro ocasionado por el temporal que
ese dia reinó en toda la rejion.
La Sociedad pierde varios miles de pesos, pues el seguro de quince mil pesos
que tenia la embarcacion no alcanza a cubrir el valor de la embarcacion i i el
de las mercaderias.
La goleta era completamente nueva. En 1905 fué construida completamente
en Aysen i poco despues se la dotó en este puerto de una maquinaria a vapor
que ayudaba eficazmente a la marcha de la embarcacion, cuando el viento
no le era favorable.
Marítima
Ayer salió el Cordillera para Maullín.
Hoi zarparon el Backer para Backer i el Reloncaví para Cochamó.
(…)
210
1908
Marítima
Vaporcito “Baker”
Pronto saldrá en busca de este vaporcito, uno de los escampavias, para dar
cumplimiento a órdenes Superiores de la Armada. Parece que este vapor ha
sido vendido fraudulentamente, por lo cual la Justicia ha tomado tambien
carta en el asunto.
El Baker trae a remolque una goleta cargada de mercaderías, desde el estua-
rio del mismo nombre i hasta la fecha nada se sabe, de la suerte que puede
haberle cabido, en los procelosos mares del golfo de Penas i Tres Montes,
donde se desarrollan temporales tremendos, en todas las estaciones del año.
Marítima
El vaporcito “Backer”
Una verdadera odisea – El Toro zarpa en su busca
211
Pero parece que el jefe de estos pseudo piratas ha sido informado de la ac-
cion judicial pues en Melinka manifestó deseos de regresar al Sur para diri-
jirse a la Arjentina.
Toma visos de odisea los descalabros de Baker especialmente de los tripulan-
tes del vapor que se han insurreccionado, por la necesidad.
Como lo anunciamos hace poco, zarpó de este puerto con rumbo al sur el es-
campavía Toro, llevando la comisión de tomar en secuestre al vapor Backer i
una goleta que navegaban al sur de Chiloé.
Un poco al sur de la isla grande encontró el Toro al buscado vapor i dió cum-
plimiento a la órden que llevaba trayéndolos en seguida a este puerto donde
fondearon en la tarde del domingo último.
Como ese dia no se encontraba en esta ciudad don Ricardo Hollstein, encar-
gado por la Justicia, depositario del secuestre, el Delegado del Territorio Ma-
rítimo dispuso que el vapor Backer i la goleta permaneciesen incomunicados
hasta la hora de la entrega que fué en la mañana del siguiente dia.
Hasta aquí la actuacion que han tenido los miembros de la Armada en este
bullado asunto. Ahora las cosas están en poder de la Justicia ante la cual se
ventila la liquidacion de la desgraciada Sociedad Backer.
---
Conviene tambien saber que este vapor no habia salido ocultamente de Bac-
ker como se creía al principio sino habia sido vendido por el administrador
de la sociedad en liquidación a don Carlos Oelkers de Calbuco.
Para recibirse de esta compra fué allá un empleado del señor Oelkers, quien
ayer en compañía del capitan señor Titus formularon la correspondiente pro-
testa ante el Notario.
Hai, pues, una cuestion judicial de por medio en que se ha anulado, por
motivos que no es de nuestra inconbeniencia apreciar, la venta hecha por el
administrador de Backer.
Marítima
212
Periódico El Llanquihue, Puerto Montt
1904
COMERCIO.- Con motivo del enganche de gente para los trabajos de las so-
cíedades de Aysen y Cochamó se ha notado mucho movimiento en el comer-
cio de los últimos dias. Los comerciantes deben estar de plácemes por ello.
1905
213
la base del ensanche del crédito personal, se han visto hechos análogos á los
que hoy se desarrollan en la Bolsa. Entónces muy luego vino el más comple-
to fracaso, un verdadero desastre y tres Bancos tuvieron que unirse para la
mutua salvación.
El problema presente debe plantearse en estos términos: ¿Hay base para el
desarrollo de las numerosas sociedades ganaderas? ¿Existe un campo de ac-
ción para el desarrollo de sus operaciones?
Respecto del primer punto se puede afirmar, sin equivocarse, que todo el
territorio del país, salvo aquellos valles inabordables, está á la disposición de
las sociedades.
Ahora bien, para que el negocio merezca el nombre de tal, entre todas ellas
deben beneficiar anualmente 500 mil cabezas de ganado.
Cabe preguntar ¿á quiénes se va á exprender esas carnes?
Las provincias centrales se bastan por sí mismas. Por lo tanto hay que recu-
rrir a la región del norte.
Calculemos el consumo de esas poblaciones, por lo demás ya conocido.Se
sabe que entre ellas tendrían apenas colocación 50 mil cabezas; pero ponga-
mos 100 mil, para no quedarnos cortos.
¿Qué se haría con las otras 400 mil?
¿Se esportarán?
Imposible entonces competir con las carnes de Australia y Argentina; pero
suponiéndonos en este camino ¿cuál sería el negocio?
Llegamos pues á la conclusión de que el verdadero negocio habría existido
para tres o cuatro sociedades; para veinte es absurdo imaginar éxito.
Y según se ve cada día se constituyen nuevas empresas, muchas de las cuales
sobre bases falsas, problemáticas.
Lo que en un principio se presentó con los mejores caracteres, ha sido brocea-
do por la obra de la especulación.
Es fastidioso entrar en detalles de esta naturaleza, porque seguramente van
á herir los intereses de los grandes especuladores.
214
Año XX, Nº 839
23 de junio 1905
Hundimiento del vapor “Chacao”.- Este vapor de la casa de los señores Oec-
klers y Compañía que hace 20 dias salió de Puerto Montt llevando como cien
215
trabajadores para la Compañía de Aysen, según noticias recibidas última-
mente, naufragó chocando en unas rocas cerca del lugar de su destino. Feliz-
mente no hubo desgracias que lamentar porque todos los pasajeros como la
tripulacion se salvaron.
Se calcula el valor del vapor en 50,000 pesos y se dice que no estaba asegu-
rado.
Sus dueños han fletado al “Primer Chilote” para que vaya en auxilio del
“Chacao” y trate de salvarlo si se puede.
[aviso publicitario]
Para Cochamó se necesitan trabajadores.
Se pagan buenos jornales
1906
216
compartir las ventajas que se obtengan con el producto de los terrenos que
poseen particulares en esta zona, pero también puede correr el riesgo de per-
der su prestigio por aquello de que “quien mucho abarca, poco aprieta”.
4 de noviembre 1906
Escasés de brazos
Los diarios se ocupan de la escasés de brazos que se nota en Llanquihue
Telegramas
La Rupanco ante el Senado
En la sesión que el Senado celebró el viernes, el honorable señor don Ramón
217
Ricardo Rozas denunció las violencias que cometen los concesionarios de
Rupanco y Coihueco con los colonos nacionales. Con este motivo el Sr Mi-
nistro de Colonización envió un oficio al Inspector de Tierras quien impartió
órdenes para hacer investigaciones.
1907
Jelcho-Palena
Durante la administración del presidente Riesco se hizo un sin número de
concesiónes á varios regeneradores con el fin de colonizar los territorios, con-
cesiónes que fueron los principios de la formación de diversas sociedades.
Entre ellas también figura la Jelcho-Palena.
Como los compromisos contraídos con el Gobierno exigen la introducción de
cierto número de colonos extranjeros, la Sociedad de Jelcho-Palena en Sep-
tiembre del año pasado hizo llegar, con mil promesas 25 familias inglesas.
No habiendo en aquellos lugares terrenos aptos para la colonización, se han
ocupado esos extranjeros en calidad de mozos de la sociedad, pagándoles un
sueldo más bajo del que se paga á la gente paisana.
Por la carestía de víveres y las demás necesidades de la vida; aquellos infe-
lices extranjeros al poco tiempo se vieron en la necesidad de reclamar para
que se les aumentara el sueldo, circunstancia que aprovecho la sociedad para
poner á más de la mitad de dicha gente al aire libre. Hoy, después de solo seis
meses, no quedan allí sino once familias, las cuales como se nos dice, pronto
recibirán su destitución.
218
CHILOÉ
Los trabajadores de Huafo
Hace tres ó cuatro meses, el Gobierno y un empresario enviaron á Huafo 50
hombres del departamento que deben haberse dedicado á trabajos en el faro
de aquella isla.
Según las últimas noticias llegadas de allá, el 12 de febrero quedaban víveres
para pocos días, dos vaquillas y dos quintales de harina para alimentar á
cincuenta hombre durante una semana; pues bien, se sabe que en la isla no
hay pescado ni marisco.
El viernes de la semana pasada zarpó desde Pto. Montt el remolcador “Yel-
cho” que lelvaba dos animales de carne, animales que fueron degollados
para tal fin unos cuatro días antes, y así se embarcó dicha carne en estado de
descomposición.
Sabe esto el Gobernador de Castro, pero no ha tomado medida alguna ni ha
intentado ningún socorro para salvar á esas víctimas de la incuria oficial.
Se obligó el Gobierno á mantener comunicación mensual con la isla, pero no
se ha cumplido el compromiso. Si por desgracia se ha consumado la muerte
de esos trabajadores, ¿Se hará efectiva la responsabilidad del Gobernador?
1904
Año II, Nº 89
30 de octubre 1904
219
Año II, Nº 90
6 de noviembre 1904
Sociedades industriales
La ciudad de Puerto Montt viene palpando de dia en dia los grandes be-
neficios que le reportan las instalaciones de las sociedades de “Cochamó”,
“Aysen” y otras.
En las calles se nota un extraordinario movimiento de gente que se apre-
suran a inscribirse en el numero de los muchos trabajadores que necesitan
las sociedades para sus labores, y como a todos ellos se les dan anticipos, el
comercio está de pláceme, por la gran salida de sus artículos, lo que significa
un verdadero progreso para la plaza.
Este desarrollo comercial tomará mayor y muy considerable incremento una
vez que la sociedad “Chile-Argentina”, empiece sus operaciones, pues ésta
cuenta con un poderoso capital y con negociaciones implantadas de un tiem-
po atrás, y con resultados conocidos como muy satisfactorios.
Debido a estas mismas sociedades, el movimiento marítimo ha aumentado:
por cuenta de la C.ª Aysen han llegado dos vapores el “Cambronne” y el
“Magallanes” para conducir a Aysen unos 400 y mas trabajadores.
La de “Cochamó” por su parte, tiene para su servicio el vapor “Reloncaví”;
y para traerle las poderosas maquinarias destinadas al frigorífico, el jueves
de esta semana fondeó el vapor “Elm Branch” de 2060 toneladas de registro.
El trasbordo de esas maquinarias y demas mercaderias se han efectuado en
este puerto.
Todo esto ha venido a contribuir al desarrollo comercial de Puerto Montt
dándole mayor vida y movimiento, por lo que hace a los agricultores, éstos
han duplicado sus sementeras en vista del buen precio que han alcanzado
sus productos.
Nosotros deseando a todas estas sociedades prosperidad y éxito en sus es-
peculaciones tanto por el bien de ellas, como por el interes general de la
Provincia.
1905
220
Año III, Nº 121
18 de junio 1905
Sociedades Ganaderas
Desde que se han organizado las Sociedades ganaderas Chile-Arjentina, Co-
chamó y Aysen, el comercio y la agricultura en Puerto Montt se han desarro-
llado considerablemente.
Tanto los comerciantes como agricultores, ateniéndose a sus propios intere-
ses, manifiestan su entusiasmo y votos fervientes por el éxito completo de
estas sociedades.
Nosotros fijándonos por los grandes beneficios que las buenas especulacio-
nes de las Sociedades ganaderas, reportarán a la Provincia de Llanquihue,
nos adherimos cordialmente a los deseos del comercio é industria.
Con la instalación definitiva de estas sociedades se afianzarán las fundadas
espectativas que los accionistas cifran en ellas.
La Chile-Arjentina que se estableció sobre la base de la casa comercial de
la acreditada firma S.S. Hube y Achelis, ha desarrollado en comercio de un
modo considerable, duplicando este año su esportacion é internación.
La Sociedad de Cochamó ha terminado sus edificios que le han de servir
para la instalación del frigorífico y han hecho traer todas las maquinarias que
requiere su negocio.
De modo que a principios de Setiembre, empezará, con toda actividad, su
movimiento comercial, haciendo traer grandes cantidades de ganado vacu-
no de las haciendas argentinas y comprando partidas no pequeñas del gana-
do del país.
Por su parte la de Aysen, ha terminado las reparaciones del camino, en la
última temporada de verano que la pone en comunicación fácil y rápido con
los campos feraces que existen al Este del estuario de Aysen.
Según opiniones de personas entendidas esta Sociedad, en poco tiempo mas,
será una de las que produzcan mejor dividendo, por la razón sencilla de que
le cupo en suerte esplotar los mejores terrenos de toda la región austral.
Luego dará ella comienzo a la construcción de un vapor, en su mismo puer-
to, que utilizará la Sociedad para su servicio.
Estuvo entre nosotros el prestigioso caballero don Carlos Bianchi acompaña-
do de su hijo, quien ha sido nombrado Jerente de la Sociedad “Tres Valles”.
Tanto a esta Sociedad, como a las anteriores, deseamosle completo éxito en
sus especulaciones y negocios futuros.
221
Periódico La Cruz del Sur, Obispado de Ancud (semanal, días sábado)
1904
El “ARICA”.- Por telegrama recibido sabemos que este vapor salió de Valpa-
raiso el Miércoles último. Si no sufre algún otro atraso lo tendremos en ésta
el lúnes.
Trae los siguientes pasajeros de Valparaiso, para Ancud i Puerto Montt: fa-
milia Lynch, Santos Tornero, Teniente E. Costa, P.G. Relin, I. Oyarzún, A.
Sepúlveda, A. Araya y M. Sepúlveda.
1905
AHOGADOS.- Hace pocos días, según noticias que tenemos, murieron aho-
gados en el Rio Backer Hermenegildo Millapel Enrique Bahamonde y dos
más, cuyos nombres no ha sido posible obtener.
222
Año VII, Nº 343
2 de septiembre 1905
EL “CHACAO”
.-Según noticias recibidas sabemos que este remolcador, perteneciente á los
señores Oelckers Hermanos, naufregó al sur de Melinka, salvándose la tri-
pulación.
El Chacao llevaba muchos pasageros para las sociedades industriales que se
han establecido últimamente en el sur.
1906
223
Año VIII, Nº 397
22 de Septiembre 1906
EL VAPOR ARAUCANÍA
Desde Punta Arenas se ha dado aviso que alrededor del 27 fondeará en An-
cud y que en este puerto admitirá pasajeros y carga para el Estrecho.
ESPERANDO VAPOR
Desde hace unos días se hallan en ésta como ciento veinte individuos ve-
nidos del interior de la Provincia, que por el primer vapor del Estrecho se
dirigirán á Punta Arenas en busca de trabajo.
224
individuos que el vapor tomó á su bordo, había 60 atacados de escorbuto y
disentería á consecuencia del mal alimento con que tuvieron que nutrirse y
que solo consistía en fréjoles, arroz y agua de mala calidad. Momentos des-
pués de haberse efectuado el embarque, murieron dos personas. A causa de
la estrechez del vapor, todos los desgraciados que fueron recogidos en Baker
tuvieron que acomodarse en una estrecha bodega del buque, sin comodidad
alguna, enfermos y sanos.
El vapor arribó primero á Achao desde donde se puso en conocimiento de
las autoridades de Ancud lo que acabamos de relatar. Desde Achao, siguio
viaje á Dalcahue donde desembarcó á todas las personas que había salvado
de su angustiosa situación en Río Baker, pues la mayor parte era de las inme-
diaciones de esta localidad. El mismo día de la llegada á Dalcahue fallecieron
otros cuatro enfermos.
De lo expuesto resalta que la Sociedad Explotadora de Río Baker, en pocos
meses, ha ocasionado una muerte prematura a 66 comprovincianos nuestros,
número que sin duda pasará de un centenar dentro de pocos días…
Desde Dalcahue pasó el “Araucanía” á Ancud, y el capitán, que tan huma-
nitarios servicios prestó en esta ocasión á nuestra provincia, aprovechó las
horas de la travesía para hacer lavar y desinfectar el vapor de la mejor mane-
ra posible. En Ancud, se trasladó á bordo el médico de ciudad Don Liborio
Sánchez para constatar el estado sanitario de la tripulación, que parece satis-
factorio. El vapor sin embargo continua incomunicado y se están practican-
do en él nuevas desinfecciones.
Como ya lo hemos anunciado anteriormente á nuestros lectores, el Arauca-
nía ha venido á este puerto con el fin de llevar trabajadores á las diversas
faenas de Punta Arenas y Territorio de Magallanes.
225
Varios pasajeros vapor Araucanía en Achao presentaronse Gobernación, ex-
poniendo serio peligro que corren sus vidas en travesía á Magallanes, debido
á que el capitán permitió embarcarse más de 360 pasajeros, habiendo espa-
cio solo para 150. –Ruego Usía darme instrucciones al respecto, pues vapor
hállase ya en viaje y no es posible comunicarle exceso pasajeros. En Punta
Arenas, Autoridad Marítima puede tomar medidas represivas. –Menchaca.
Puerto Montt
(…)
La Intendencia ha denunciado al Juzgado la actitud criminal que la Sociedad
de Rio Baker ha observado con sus trabajadores.
1907
226
Año IX, Nº 463
28 de diciembre 1907
El vapor Lircay.- Zarpó ayer de este puerto con rumbo á Melinka llevando
más de 130 pasajeros en cámara
Sabido es que este vapor apenas tiene comodidad para 30 personas, de modo
que en este último viaje ni aún siquiera todas las señoras han podido lograr
camarotes
Huelgan los comentarios.
1908
Año X, Nº 479
18 de abril 1908
INDEMNIZACION.
¿No valen nada los chilotes?
Dice un diario de Santiago que por el primer juzgado de Antofagasta, servi-
do accidentalmente por Don Delfin Alcaide, se acaba de fallar un importante
juicio, seguido por Doña Andrea Reyes en contra de la Compañía Salitrera
Lastenia, sobre indemnización, a consecuencia de la muerte de un hijo de la
demandante, que cayó en uno de los cachuchos de caliche hirviendo y que
no están provistos de rejas.
La sentencia manda pagar a la madre del muerto, á titulo de indemnización,
la suma de veinte mil pesos, y con ella queda consagrado una vez mas el
principio legal que establece la responsabilidad de los patrones que, por ne-
gligencia, no toman las precauciones necesarias para resguardar la vida de
los operarios que ocupan en trabajos peligrosos.
Esta noticia nos hace recordar la reclamacion deducida hace dos años contra
la Sociedad Baker por las viudas y huérfanos de los operarios chilotes (cerca
de un centenar) que perecieron allá, a causa de un culpable y criminal aban-
dono.
En este último caso existe aún el antecedente explicito de un contrato, se-
gún el cual la expresada Sociedad debia restituir en la Provincia de Chiloé
a los operarios en un plazo fijo. Lo que no hizo, como todo el mundo sabe,
dejándolos perecer en el mas cruel aislamiento, víctimas del escorbuto y del
hambre.
Hasta la fecha no tenemos noticia del estado de ese juicio, que ya pudo ha-
berse fallado. ¿Será que los hijos de Chiloé no valen ni siquiera tanto como
un guanaco de las pampas patagónicas? Si alguien, por negligencia culpable,
no hubiese impedido la destrucción de un rebaño de cabras de la Sociedad
Baker, debiendo impedirla, tiempo ha se habria impuesto la indemnización
correspondiente. Pero parece que los chilotes valen menos que los guanacos
de las pampas y las cabras montaraces!
227
Ah! no: queremos resistirnos a dar pábulo a una idea semejante. Esperamos
que todavia el principio de justicia en Chile sea capaz de mantener el rol que
le corresponde, sosteniendo los derechos coculcados del pobre contra las in-
vasiones opresoras del rico.
1905
Año I, Nº 2
29 de junio 1905
AHOGADOS
Hace poco, murieron ahogados en la exploracion del Rio Baker, Hermenegil-
do Millapel, Enrique Bahamonde y otro de apellido Sanchez, cuyo nombre
no recordamos.
Andaban bajo las órdenes del conocido explorador D. Enrique Borque M.,
de Dalcahue
Año I, Nº 14
28 de septiembre 1905
EL CÓRCEGA
Procedente de Valparaiso fondeó el martes. Dejó un cargamento de mercade-
rias surtidas y siguio viaje para los canales.
Año I, Nº 19
19 de octubre 1905
Año I, Nº 23
16 de noviembre 1905
EL CHILOTE
Ha sido vendido en $ 23.000 a la Sociedad de Aysen. Hoy salio para Puerto
Montt para ser entregado.
228
Año I, Nº 24
23 de noviembre 1905
EL CÓRCEGA
Entró en nuestra bahía el sábado 18 del presente mes procedente de Valpa-
raiso, después de 7 dias de navegación. En el mismo dia siguio viaje para la
Argentina, con escala en varios puertos, llevando carga y varios pasajeros.
1906
Año I, Nº 29
4 de enero 1906
TRABAJADORES
Con el objeto de iniciar los trabajos del alcantarillado de Punta Arenas, se
necesitan trescientos trabajadores a quienes se les abonará la suma de tres
pesos diarios dándoseles pasaje gratuito de ida y regreso, por cuenta de la
Junta de Alcaldes de Punta Arenas [Magallanes].
Además a los que llevasen familia se les dará habitación. Se aprovechará la
oportunidad del transporte Maipo que debe llegar en pocos dias mas a ésta.
Al mismo tiempo tendran mientras permanecen en Ancud, casa y alimentos.
Verse con el Agente en la Secretaria de la Intendencia.
Año I, Nº 32
25 de enero 1906
Año II, Nº 64
04 de octubre 1906
IGONOMINIA:
El vapor ‘Araucania’ procedente de punta Arenas en viaje a Puerto Montt
pasó a la colonia del Rio Backer y reebió 157 hombres que se encontraban
trabajando ahí desde mucho tiempo.
De ellos habian como 50 enfermos de ascorbuto, muriendo dos de ellos des-
pues de embarcados.
Por estas circunstancias el capitán Sr. Titus se vió obligado a recalar en Achao
y Dalcahue en busca de auxilios.
Se nos asegura ha levantado la protesta de estilo a fin de libertar a la nave de
los consiguientes perjuicios.
229
Nos hacemos un deber de llamar atencion del supremo Gobierno a fin de que
no se repítan en lo sucesivo actos tan inhumanos como el que narramos. Las
Compañias que obtienen concesiones fiscales de terrenos dejan en el abona-
do a los pobres trabajadores. Creemos que otro tanto pasa en Yelcho palena.
1905
Año I, Nº 13
21 de octubre 1905
Vapor perdido
Como a 25 millas al sur de Melinka el vapor Chacao, de propiedad de los
señores Oecklers Hnos. chocó contra una roca, perdiéndose totalmente.
La tripulación se ha salvado.
1906
Año II, Nº 56
29 de Septiembre 1906
Movimiento Marítimo
(…)
El vapor Araucanía cuya llegada a Ancud se anunció de Punta Arenas para
el 27 del actual, aún no ha llegado.
Año II, Nº 56
06 de octubre 1906
230
El escorbuto, enfermedad que empezó a desarrollarse habria concluido con
todos aquellos desgraciados, si no hubiese tocado a Rio Backer el vapor
‘Araucania’ que recojió a todos aquellos condenados a muerte por la cri-
minal desidia de los concesionarios i que se encontraban en un estado que
inspiraba a la vez repugnancia conmiseracion. La mayor parte de los trabaja-
dores habian sido contratados en diferentes lugares de esta provincia i como
se trata de jente pobre i sin recursos veremos que la desidia incalificable de
los jefes de la empresa de Rio Backer quedará sin el merecido castigo.
Haciéndonos eco del clamoreo jeneral de indignacion que lo sucedido en Rio
Backer ha despertado en todas partes, pedimos al Gobierno se abra una se-
vera investigacion para establecer a quien afecta la responsabilidad de estos
criminales sucesos.
Mientras nos ocupamos en recoger nuevas informaciones, que ojala nos fue-
ran proporcionadas por personas que hayan conversado con aquellos infe-
lices, nos limitamos por hoy a publicar a continuacion la protesta levantada
ante el notario de esta ciudad por el Capitan del vapor ‘Araucania’
PROTESTA
En la ciudad de Ancud a 4 de Octubre de mil novecientos seis, ante Nota-
rio Público de este departamento i testigos cuyos nombres se espresarán a
la conclusion, compareció don Guillermo Titus capitan del vapor nacional
Araucanía, marino, mayor de edad a quien conozco i dijo: que venía en redu-
cir a escritura pública la siguiente protesta: Señor Notario Público. Guiller-
mo Titus capitan del vapor nacional Araucanía de la casa Braun i Blanchard
de Punta Arenas a Ud. respetuosamente digo: que se sirva insertar en el pro-
tocolo a su cargo la presente protesta por las causales que paso a esponer.
El 14 de Setiembre del presente año salimos de Punta Arenas con destino a
Puerto Montt e intermedios, debiendo pasar a la colonia de Río Baker a fin de
buscar una cantidad de hombres que se encontraban ahí desde hace mucho
tiempo, trabajando en desmontes i fabricacion de caminos. Llegamos a aque-
lla colonia i me encontré que debía embarcar ciento cincuenta i siete hombres
en miserable estado i de los cuales cincuenta estaban gravemente enfermos.
A poco de embarcarse i antes d’ salir de los canales se murieron dos. Encon-
trándose sin víveres de ninguna especie, i aun cuando no tenía obligacion de
darles víveres, dada la aflictiva situacion en que se encontraban, dispuse se
les proporcionasen de los víveres de abordo, previniendo que solo teníamos
los suficientes para la tripulacion hasta Puerto Montt.
231
estado sanitario de los pasajeros era lastimoso i que, a pesar de los cuidados
i atenciones q’ se les prestaron abordo se murieron algunos mas. Por estas
consideraciones es lójico suponer la fuerza mayor que me obligo a recalar en
aquellos puertos, ya que al haber hecho el viaje directo a Ancud se habrian
muerto tal vez unos veinte.
Año II, Nº 57
13 de octubre 1906
El “Araucanía”
Este vapor de la casa Braun i blanchard de Punta Arenas zarpó el miércoles
de este puerto con rumbo a los canales.
Aquí embarcó numerosa carga i mas de 200 personas que van en busca de
trabajo a Magallanes, debiendo tomar en Dalcahue i Achao otros tantos.
Año II, Nº 61
10 de noviembre 1906
El “Araucania”
Según noticias llegadas al ajente, este vapor debe haber zarpado el 8 del pre-
sente de Punta Arenas con direccion a este puerto donde llegará en el curso
de la próxima semana.
Año II, Nº 64
1 de diciembre 1906
El “Araucania”
Procedente de Punta Arenas fondeó ayer en este puerto el vapor “Arauca-
nia” de la casa Braun i Blanchard.
232
Diario El Magallanes, Punta Arenas
1905
30 de marzo 1905
2 de diciembre 1905
1906
19 de enero 1906
233
El capitan Langren que lo mandaba, ante la imposibilidad de salvar el bu-
que, desembarcó los pasajeros, que pudieron llegar a Lebu.
Desgraciadamente uno de los pasajeros perdió la vida, muriendo ahogado.
Ese pasajero era el señor Arturo Conte, embarcado en Punta Arenas, donde
deja personas de su familia.
Según los telegramas del capitan, el ‘Valdivia’ se ha perdido totalmente.
Este buque desplazaba 1798 toneladas, i tenia 48 hombres de tripulacion.
Movimiento Marítimo
Entradas
El “Amadeo” de Tres Brazos, el “Serta” de Siuansen i el cutter “Dayman” del
Almirantazgo.
Salidas
El “Patagonia” para San Julian, el cutter “Magallanes” para Peket Harbour i
el “Araucania” para Puerto Montt.
Hoi saldrá el “Sur” para San Isidro i la goleta “Rápida” para Islas Australes.
234
Año XIII, Nº 2310
6 de octubre 1906
Valparaiso, 6
Procedente de Punta Arenas, habiendo hecho escala en rio Baker, llegó el
vapor ‘Araucania’ ex ‘Cambronne’ conduciendo 143 pasajeros.
Sesenta de ellos vienen enfermos de escorbuto.
Dos han muerto al desembarcar.
Valparaiso, 11
Han fallecido a consecuencia de la enfermedad de escorbuto, sesenta trabaja-
dores de los llegados a bordo del vapor ‘Araucania’ embarcados en rio Baker.
Hai otros sesenta enfermos.
El “Araucania”
Su regreso
A las 8 i media a.m. ha pasado por frente a San Isidro el vapor “Araucania”,
que regresa de Ancud.
En el vienen a esta como trescientos individuos contratados para las faenas
de estancia i minería.
El arribo del “Araucania” es una buena noticia para los industriales i propie-
tarios de campos ganaderos.
235
La impresión de los obreros que llegan es buena, jente jóven i apta para el
trabajo.
236
que solo consistía en fréjoles, arroz y agua de mala calidad. Momentos des-
pués de haberse efectuado el embarque, murieron dos personas. A causa de
la estrechez del vapor, todos los desgraciados que fueron recogidos en Baker
tuvieron que acomodarse en una estrecha bodega del buque, sin comodidad
alguna, enfermos y sanos.
El vapor arribó primero á Achao desde donde se puso en conocimiento de
las autoridades de Ancud lo que acabamos de relatar. Desde Achao, siguio
viaje á Dalcahue donde desembarcó á todas las personas que había salvado
de su angustiosa situación en Río Baker, pues la mayor parte era de las inme-
diaciones de esta localidad. El mismo día de la llegada á Dalcahue fallecieron
otros cuatro enfermos.
De lo expuesto resalta que la Sociedad Explotadora de Río Baker, en pocos
meses, ha ocasionado una muerte prematura a 66 comprovincianos nuestros,
número que sin duda pasará de un centenar dentro de pocos días…
Maritima
-El Baker, saldrá esta tarde de Valdivia con destino a Punta Arenas.
Enfermos de escorbuto
El Gobernador Marítimo de Ancud ha comunicado a la Direccion del Terri-
torio Marítimo, que ha fondeado en ese puerto el vapor “Araucania”, pro-
cedente de Punta Arenas, conduciendo 143 pasajeros que embarcó en Rio
Baker, de los cuales 60 venian enfermos de escorbuto.
Dos de ellos fallecieron al tiempo de ser desembarcados.
Bueno seria que en el vecino puerto de Corral se estableciera una escrupulo-
sa vijilancia sanitaria, para que no se introduzca alguna peste infecciosa, de
las muchas que suelen desarrollarse en la estación estival.
10 de octubre 1906
Ancud, octubre 9
Los tres periódicos locales condenan enérjicamente la actitud de la Sociedad
237
de Rio Baker por el abandono en que ha dejado a sus operarios, de los cuales
han muerto 66 y quedan atacados de escorbuto 54.
- En el primer vapor del Estrecho se embarcarán aquí 150 individuos que van
a trabajar en las faenas de Magallánes.
- “La Cruz del Sur” dedica un hermoso articulo a la memoria de don Carlos
Walker Martínez, con motivo del primer aniversario de su muerte.
Muertos de Escorbuto
Sesenta y seis operarios de la Sociedad de Rio Baker han muerto de escorbu-
to y quedan 54 enfermos.
Se culpa de la muerte de los operarios a la Sociedad, que dejó a los enfermos
en el abandono y sin ningun cuidado.
14 de octubre 1906
Ancud, octubre 13
El nombramiento del intendente.- Nota ridiculizada.- Muertos de disente-
ria.- Exceso de pasajeros en un vapor.
Los periodicos se limitan a dar noticias del nombramiento del intendente
señor prado Puelma, sin hacer comentarios.
- “La Justicia” ridiculiza la versión de “La Unión” de Valparaiso de que se
han descubierto en Chiloé yacimientos de petróleo que esplotaria el Banco
de Chiloé organizado por don Camilo Segundo Menchaca.
- Falleción doña María Hudson.
- Fallecieron en Dalcahue ocho individuos de disenteria, traidos de Rio Baker.
- “La Cruz del Sur” protesta del exceso de pasajeros llevados por el vapor
“Araucanía” a Magallánes. Eran tantos que tuvo que desembarcar cuarenta
en Achao perjudicando sus intereses.
18 de octubre 1906
Puerto Montt, octubre 17
El “Amazonas” zarpó hoi para Valparaiso y el “Lircai” para los canales de
Chiloé.
- La carestía de los víveres es alarmante. La carne ha subido a 70 centavos el
kilo, precio nunca visto.
- El asunto de la Sociedad “Rio Baker”, en donde murieron muchos a causa
del hambre, está en poder de la justicia.
- Los trabajos del edificio del Mercado están para terminarse.
- Se jestiona comunicar la línea telefónica de ésta con Osorno y Valdivia.
238
Diario El Porvenir, Santiago
239
M. Davonat se dirigia de Buenos Aires á Lima acompañado de su esposa
Mme. Eugenia Bernard é iba en el buque en calidad de carpintero. Pierde en
la catástrofe cerca de 4.000 francos en especies.
M. Muller era chauffeur del buque; Mr. G. T. Sutherland el otro de los náufra-
gos que nos han visitado dice que ha perdido cerca de 500 argentinos.
22 de julio 1906
Vida Social
Viajeros
Al sur se ha dirigido el señor don Jorge Lira O.
- A Concepción partió don Benjamín Errázuriz.
- Al mismo punto se ha dirigido el señor don Pedro Aníbal Ruiz.
- A Graneros se fue el señor don Rafael Tagle.
- De Quilpué siguió á Concepción el señor don Cárlos Fernández R.
- De Punta Arenas ha llegado el señor don Julio Vicuña S.
…
5 de octubre 1906
ANCUD
Octubre 4.- Vapor esperado.- Se espera la llegada del vapor “Araucanía”, de
Magallanes.
Contra un juez.- “La Voz de Castro” ataca rudamente al ex juez interino se-
ñor Pelegrin Mesa.
Llegada del “Cachapoal”.- Ayer fondeó el Cachapoal que trajo varios pasa-
jeros.
6 de octubre 1906
PUERTO MONTT
Vapores.- Octubre 5.- El “Cachapoal llegó anoche.
El vapor inglés “Agaphantos” procedente del Indostan, fondeó hoy.
Trae un cargamente de artículos de consumo para este puerto, Valparaíso y
otras ciudades.
En la navegación ha empleado cien días.
Fracaso.- Fracasó la formación de la sociedad de luz eléctrica.
240
PUNTA ARENAS
Octubre 5.- En honor de los argentinos.- Se prepara una entusiasta manifes-
tación en honor de la Delegación argentina, que regresa á su patria.
El Club Magallanes proyecta un gran baile, el Centro Municipal una comida,
y el Gobernador, el jefe del Apostadero Naval y la juventud, un pic-nic.
9 de octubre 1906
ANCUD
Octubre 8.- Esperando.- En el primer vapor del estrecho se embarcarán aquí
150 individuos de las faenas de Magallanes.
11 de octubre 1906
PUNTA ARENAS
Octubre 10.- Llegada del “25 de Mayo”.- A las 6 P.M. de ayer debió llegar
el crucero “25 de Mayo”. Se prepara un gran baile en honor de los marinos
argentinos, que se efectuará en el Teatro Municipal. Hay gran interés en dar
el mayor brillo posible á todas las fiestas.
1906
30 de marzo 1906
Sección avisos de Sociedades Anónimas
COMPAÑÍA ESPLOTADORA DEL BAKER
Se avisa a las personas que tengan traspasos pendientes de la Compañia, que
deben llevarlos a la oficina, altos Banco Mobiliario, antes del 15 del presente.
Despues de esa fecha no se aceptarán sin el timbre de la Compañía.
EL DIRECTORIO
241
LISTA DE ACCIONISTAS DE LA COMPAÑÍA ESPLOTADORA DEL BAKER
EN 6 DE MARZO DE 1906
Acciones Acciones
Allendes R. Antonio 250 Merino Policarpo 100
Baeza Infante Carlos 5 Marin Pedro A 300
Banco Santiago 100 Mathews Carlos 250
Banco Mobiliario 3570 Mazzini Rafael 100
Battle H. W. 300 Mena Marcelo A 100
Barros Agustín 50 Makin Ernesto 2
Bardeau Alfonso 200 Norris Williams 100
Boero Jerónimo 45 Nieto Ramon 100
Browne V. Eduardo 100 Parry Jones Felipe 25
Canessa Pablo 200 Podestá Juan 200
Caro Tagle Guillermo 20 Piza Alfredo 100
Carrasco B. Eduardo 100 Perez Lopez Manuel 50
Craugle Tomas 100 Podestá Cayetano 300
Croxatto Francisco 100 Portales Juan Santiago 50
Carvallo F. A. 100 Perez de Arce Roberto 100
Claro Solar Luis 150 Pizarro Espoz Julio 525
Chüden Jorge 100 Queirolo Julio 400
Contreras Aníbal 200 Riegel Eduardo 250
Chiarella Alberto 100 Renard Luis A 50
Carrasco B. Héctor 25 Rio Jorge del 50
Diaz Fuenzalida
Manuel 250 Riesco José Luis 500
Durand Jean 10 Sanfuentes Felix E 100
Echeverria L.Matilde 50 Somavia y Velarde 100
Echeverria L. Florenci 140 Sevuller Guillermo 100
Escobar Fernando 100 Subercaseaux Julio 300
Escobar Daniel 200 Squire Walter 100
Espic Juan Edwin 100 Subercaseaux Eujenio 50
Falco Bernardo 200 Surhoff Guillermo 350
Ferreira Jerman de S 10 Stowhas Carlos 50
Fernandez J. Adolfo 300 Solari Domingo 100
Gana Victor 113 Subercaseaux Guillermo 200
Guitard Ramon 5 Sottovia Antonio 100
Gonzalez A. Manuel 100 Silva Cortes Romualdo 25
Grühne Otto 200 Schacht W. 200
Guerin Leon 160 Tornero Florencio 50
Gomez Florentin 50 Tornero Santos 20
Heiremans Amadeo 200 Ugarte Ramon 100
Jones, Guillermo J 250 Valenzuela Leopoldo 100
242
Klughist Sofia 10 Valdes L. Jerman 150
Klughist Minna 10 Vergara Salvá Victor 100
Lambie Adam 100 Valencia José Francisco 270
Lyon Adolfo 100 Verdugo de C. Rita 50
Lyon Santiago 160 Wessel Carlos E 120
Langlois Francisco 200 Wiedmayer C 100
Morstadt Adolfo 50 Williams Héctor 300
Magnani Felipe 200 Zanetta Pablo 50
Mc Houl Alejandro 50
07 de abril 1906
Sección avisos de Sociedades Anónimas
1908
26 de abril 1908
(Carta al director)
Comunicaciones en Chiloé
Señor Director de “El Mercurio”:
Actualmente hai rejiones en el estremo sur de la República que pasan com-
pletamente aisladas meses enteros, sin poder comunicarse los habitantes de
esos parajes de manera alguna con el resto del pais.
Nos referimos a las pequeñas poblaciones diseminadas en todos los canales
y puntos australes de la provincia de Chiloé.
Esto, como se comprende, es un estado de cosas lamentablemente anormal, y
que puede dar oríjen nuevamente a acontecimientos mui dolorosos, tal como
pasó hace algun tiempo con la mortandad de trabajadores en el Baker, cuya
única y esclusiva causa fué la falta de alimentos, motivada por el abandono
culpable en que se dejó durante seis meses a esos pobres individuos, entrega-
dos inhumanamente a las crudezas e inclemencias de un invierno riguroso.
No se debe ni siquiera discutir la conveniencia que hai en que el servicio de
vapores en esas comarcas sea mejorado, aumentándose el número de los que
hasta la fecha hacen esos viajes.
La carrera mensual que hace la Compañía Sud- Americana de Vapores por
los canales de Chiloé hasta Melinka, no es suficiente, y ademas no se hace
con la regularidad que seria de desear.
Conocedor el Gobierno de estos hechos, ha querido mejorar el servicio de
243
vapores, por los canales, y al efecto, en el presupuesto de este año se con-
sulta una gruesa suma para subvencionar á otro vapor que haria la misma
carrera que hace, en la actualidad, el de la Compañía Sud-Americana, pero
en distintas fechas.
Se pidieron las propuestas, y no se presentó sino una, que, a pesar de ha-
ber sido aceptada por el Gobierno, parece que no tendrá efecto, por cuánto
resulta ahora que el proponente interesado exije mayor subvencion que la
acordada. De lo que se concluye que el nuevo servicio no se hará, y que los
habitantes de las rejiones australes quedarán en las mismas condiciones que
hasta ahora, es decir, completamente abandonados a su suerte.
Ciertos de que el señor Ministro del Interior abriga los mejores deseos para
servir a esa provincia, nos atrevemos a insinuarle la idea de que esa nueva
carrera sea servida por la Compañía Inglesa de Vapores. Quizás, si el señor
Ministro pusiera algun empeño en estudiar este asunto, llegaria a algun re-
sultado de provecho.
No costaria gran cosa ponerse al habla con el jerente de la P.S.N.C. y propo-
nerle que esa Compañía haga el servicio con alguno de sus vapores peque-
ños. Con esto prolongarian la carrera que hacen sus vapores, hasta los cana-
les de Chiloé, en iguales condiciones que la Compañía Sud-Americana, y de
este modo resultarian indiscutiblemente beneficiados todos los habitantes de
Chiloé, que asi tendrian cómo comunicarse con mas frecuencia con el resto
de sus compatriotas.
De usted, A. Y S. S.
28 de abril 1908
JUDICIALES
CONCURSO.- POR AUTO DE 23 DEL presente, del señor Juez del 4º juzga-
do civil, se ha declarado en concurso voluntario a la Compañía Esplotadora
del Baker; se ha nombrado síndico provisorio a don Francisco Langlois y se
ha señalado el 25 de junio próximo, a las 2 ½ P.M., para la primera junta de
acreedores.- El secretario.
M 29
10 de noviembre 1906
Congreso Nacional
CÁMARA DE SENADORES
Sesión de ayer
Presidencia del señor Sanfuentes
244
reemplazo de los señores Montt y Vial que la componian.
A los señores escobar y Puga Borne en la comision de Constitucion en reem-
plazo de los señores Sotomayor y MacIver.
El señor Rozas llama la atencion del señor Ministro de Relaciones Esteriores
a los atropellos de que son victima los colonos nacionales de Coihueco-Ru-
panco.
El señor Balmaceda, habla estensamente sobre los tropiezos habidos en el
proyecto de reconstruccion de Valparaiso, que atribuia al Primer Alcalde.
Si este funcionario no ha sido culpable, dice, deben serlo otras personas y se
hace necesario que esto termine.
Se aprueba el proyecto que autoriza la inversion de 10 mil libras para pagos
de billetes a la Compañía Norte-Americana de Billetes de Banco.
1905
24 de septiembre 1905
Sección avisos sociedades anónimas
Compañía Esplotadora del “Baker”
De conformidad con los Estatutos, cito a los señores accionistas a reunion
jeneral ordinaria para el sabado 30 del actual, a las 2 P.M., en la Bolsa Comer-
cial, Blanco número 180.
Queda cerrado el libro de transferencias de acciones desde mañana hasta el
30 del presente inclusive.
Valparaiso, setiembre 21 de 1905
El presidente
27 de octubre 1905
Sección avisos sociedades anónimas
Cia. Esplotadora del Baker
De conformidad con los Estatutos y acuerdo del Directorio, se ruega a los
señores accionistas se sirvan pagar la 3ª cuota de 10%, o sea $10 por accion,
desde el 2 hasta el 15 de noviembre próximo.
Los recibos correspondientes a los señores accionistas residentes en Santia-
go, se encontrarán en el Banco Mobiliario en ésa y los de Valparaíso en el
mismo Banco en ésta.
Efectuado el pago, se ruega a los señores accionistas se sirvan canjear el reci-
bo por la anotacion en el título correspondiente.
Queda cerrado el libro de transferencia desde la fecha al 2 de noviembre
próximo inclusive.
Valparaiso, octubre 25 de 1905
EL DIRECTORIO
245
1906
246
-El asunto de la Sociedad Rio Baker donde muchos trabajadores murieron de
hambre ha pasado a poder de la justicia.
-Los trabajos del nuevo edificio del mercado están por terminarse.
-Se jestiona la construccion de una línea telefónica que comunique a esta
ciudad con Valdivia y Osorno.
Diario La Unión, Santiago
9 de octubre 1906
ANCUD. Abandono de operarios.- Obreros á Magallanes
Octubre 8.- Los tres periódicos de la localidad publican una enérgica censura
contra la actitud de la Sociedad Rio Baker, por el abandono en que ha dejado
a sus operarios, de los cuales 66 murieron, y 54 han quedado enfermos de
escorbuto.
-En el primer vapor que pase para el Estrecho de Magallanes se embarcarán
150 individuos que han sido contratados para las faenas auríferas de ese
territorio.
14 de octubre 1906
ANCUD. No hay yacimientos de petróleo.- Se pide una caja de ahorros.-
Otras noticias.
Los periodicos se limitan a dar noticias del nombramiento del Intendente
señor Prado Puelma, sin hacer comentarios
- LA JUSTICIA dice que es inexacto que se hayan descubierto en Chiloé ya-
cimientos de petróleo que explotaría el Banco de Chiloé organizado por don
Camilo Segundo Menchaca.
- Falleció la señorita María Hudson.
- LA CRUZ DEL SUR dice que la adminsitración de fondos, por el Intendente
Menchaca, es digna de todo encomio por lo correcta, y publica un certificado
del Tesorero Fiscal y del Tribunal de Cuentas, el cual aprobó sin observación,
las cuentas presentadas.
El mismo periódico aboga porque el gobierno instale en Ancud una Caja de
Ahorros como en Valdivia y otras ciudades.
- Comentase desfavorablemente la debilidad del Gobernador de Quinchao,
que dio un certificado inexacto á favor del Director de la escuela Superior,
que se encuentra implicado en el desacato contra la iglesia de Quinchao.
- Fallecieron en Dalcahue 8 individuos de disenteria, que fueron traidos del
Río Baker.
- LA CRUZ DEL SUR protesta del exceso de pasajeros llevados en el “Arau-
canía”, para Magallanes. Desembarcaron 40 pasajeros en Achao, perjudican-
do sus intereses, porque no podían seguir viaje.
18 de octubre 1906
PUERTO MONTT. Partida de vapores.- Gran carestía de víveres.- El asunto
de “Río Baker”.- Proyecto de línea telefónica.
247
Octubre, 17.- El vapor Amazonas zarpó hoy para Valaparaíso y el Lircay para
los canales de Chiloé.
- Hay una carestía de víveres muy alarmante. La carne subió a 70 centavos
el kilo, cosa nunca vista. El precio de la mantequilla fresca es de 85 centavos
la libra.
- El asunto de la Sociedad “Rio Baker”, donde murieron muchas personas á
causa del hambre está en poder de la justicia.
- Se gestiona establecer una comunicación por línea telefónica, de esta ciu-
dad á Osorno y Valdivia.
Diario La Unión, Concepción
16 de octubre 1906
Provincias. ANCUD
LOS ABANDONOS EN RIO BAKER.- GRAVES DENUNCIOS DE UN DIA-
RIO.- Lo siguiente lo leemos en “La Cruz del Sur”.
Hace 15 días dimos cuenta de que en Río Baker se hallaban en completa mi-
seria como 200 trabajadroes, contratados por la Sociedad que explota aque-
llos parajes. En estos últimos días descraciadamente se ha confirmado de
una manera tristísima aquel denuncio.
El jueves arribó á nuestro puerto, al mando del capitán Titus, el vapor
“Araucanía” (ex “Cambronne”) procedente de Punta Arenas. A peticion de
la Sociedad de Río Baker, recaló al puerto de este nombre, donde embarcó
149 operarios chilotes, únicos sobrevivientes de más de 200 personas que
la citada compañía enganchó, hace poco, en Chiloé para sus faenas. Entre
hombres, mujeres y niños, ya habían muerto como 60 personas. De los 149
individuos que el vapor tomó á su bordo había 60 atacados de escorbuto y
disentería á consecuencia del mal alimento con que tuvieron que nutrirse y
que solo consistía en fréjoles, arroz y agua de mala calidad. Momentos des-
pués de haberse efectuado el embarque, murieron dos personas. A causa de
la estrechez del vapor, todos los desgraciados que fueron recogidos en Baker
tuvieron que acomodarse en una estrecha bodega del buque, sin comodidad
alguna, enfermos y sanos.
El vapor arribó primero á Achao desde donde se puso en conocimiento de
las autoridades de Ancud lo que acabamos de relatar. Desde Achao, siguio
viaje á Dalcahue donde desembarcó á todas las personas que había salvado
de su angustiosa situación en Río Baker, pues la mayor parte era de las inme-
diaciones de esta localidad. El mismo día de la llegada á Dalcahue fallecieron
otros cuatro enfermos.
De lo expuesto resulta que la Sociedad Explotadora de Río Baker, en pocos
meses, ha ocasionado una muerte prematura a 66 comprovincianos nuestros,
número que sin duda pasará de un centenar dentro de pocos días…
Desde Dalcahue pasó el “Araucanía” á Ancud, y el capitán, que tan huma-
248
nitarios servicios prestó en esta ocasión á nuestra provincia, aprovechó las
horas de la travesía para hacer lavar y desinfectar el vapor de la mejor mane-
ra posible. En Ancud, se trasladó á bordo el médico de ciudad Don Liborio
Sánchez para constatar el estado sanitario de la tripulación, que parece satis-
factorio. El vapor sin embargo continua incomunicado y se están practican-
do en él nuevas desinfecciones.
Como ya lo hemos anunciado anteriormente á nuestros lectores, el Arauca-
nía ha venido á este puerto con el fin de llevar trabajadores á las diversas
faenas de Punta Arenas y Territorio de Magallanes.
249
2. DOCUMENTOS OFICIALES DEL GOBIERNO
SEPTIEMBRE-NOVIEMBRE 1906
Telegramas
Gobernacion
Achao, Setiembre 4 1906
Intendente
Puerto Montt
Ha denunciado Lindor
Gallardo i otros á esta gober-
nacion que en Rio
Becker hai alrededor
de doscientos hombres
pereciendo de hambre
abandonados su propia
suerte por sociedad
contratante existente
ahí. Seria de desear
US. averigue hecho po-
niendo conocimiento
gobierno caso ser ver-
dad para advitrar
alguna medida de ausilio
inmediato.
Morales
251
muerto dos pasajeros habien
do ademas cuarenta enfer
mos á bordo para los cua
les proporcionósele médico
Hospital.
Sirvase V.S. de acuerdo
autoridad marítima, dar
me instrucciones si debo
ordenar cuarentena buque
y suspendida ésta (ilegible) quien
ordena zarpe.
Morales
En Dalcahue desembar_
có Araucania pasajeros
tomados Beker, mayor
parte enfermos graves
debido falta alimentacion
según informe médico
Bigtt, agregándome que
en Beker de doscientos
hombres contratados por
empresa murieron cin_
cuenta y nueve y dos na_
vegacion.
Como hecho es su_
mamente grave, no dudo
que V.S. pondrá conoci_
miento gobierno para
investigacion culpables.
Administrador Beker
desembarcóse Dalcahue
incluso empleados em_
presa.
Araucania surto en
Ésta.
Morales
252
Achao, Octubre 11 1906
Intendente
Ancud
Morales
Morales
253
Achao, Noviembre 13 1906
Intendente
Ancud
Morales
Telegrama
27 Set 6
Intendente Puerto Montt
Figueroa
Recibido: 15 Oct
Página: 28
Número: 32
254
Nº 78
Intendencia de Chiloé
Al señor Ministro
255
Dalcahue, llevando siempre el
médico abordo. Viendo que el
capitán no obedecía las órdenes del
Gobernador de Quinchao de tras-
ladarse á esta, dirijime por telé-
grafo al Subdelegado de Dalca-
hue, dándole instrucciones pre-
cisas para que obligara al capitán
venirse á este puerto, no obstante,
como en aquel lugar no hay fuerza
ninguna, no se pudo evitar que
desembarcara allí, como ochenta
enfermos en su mayor parte graves,
de los que murieron en la noche Ru-
decindo Muñoz, Serapio Barrientos,
Jerónimo Muñoz y Juan Diaz.
Despues el vapor se dirijió á este puer-
(Pág 3)
to, adonde llegó el cuatro del presen-
te. El infrascrito de acuerdo con
la Gobernación Marítima to-
maron las medidas necesarias,
ordenando al Dr. Don Liborio
Sanchez C. que se trasladase
abordo y certificase sobre la na-
turaleza de la enfermedad y las
causas que la habian producido.
Del informe se desprende que
el vapor “Araucania” recojió un
crecido número de personas en
rio Baker, que se encontraban
allí mas de seis meses, trabajando
á una empresa particular; dicha
gente se encontraba sin los víveres
suficientes y que á consecuencia
de la mala alimentacion, estenuados
se produjo en ellos ‘desintería agu-
da epidémica’ que por falta de
cuidados, alimento y médico pudo
ocasionar el fallecimiento de mu-
chos de esos infelices. Viendo el in-
frascrito que no se trataba de una
enfermedad infecciosa dejó en
256
(Pág 4)
libre platica al vapor “Araucania”
con este puerto, permitiéndole des-
pués continuar su viaje. Este va-
por es pequeño, de 200 toneladas
mas ó menos, y esa gente enferma
venia amontonada en las bode-
gas, por lo que hubo que hacerlas
desinfectar bajo la dirección del
Dr. Sr. Sánchez.
Ahora bien, Señor Ministro,
la empresa Baker es culpable
del desgraciado suceso ocurrido
y viene á demostrar de una manera
palmaria la falta de dirección que
tienen esas pequeñas Sociedades que
se forman con fines aventurados y que
producen hechos verdaderamente
anti-humanos. Por tal razón, ruego
a US. que se sirva poner en conoci-
miento del Supremo Gobierno este
desgraciado suceso para que se tomen
las medidas necesarias que tiendan
á evitar la repetición de aconte-
cimientos de tal naturaleza.
Menchaca
(Pág 4 vuelta)
//tiago, 15 de Agosto de 1906
Nº 5262 Pase al Ministerio
De Relaciones Esteriores,
Culto i Colonizacion
Anótese
Por el Ministro
Prieto
257
pase al Ministro de Marina
Anótese
Por el Ministro
Lastra
3. Armada Nacional
Oficio
Seccion 1ª Nº 3087
Valparaiso, 17 de octubre 1906.-
Señor Ministro:
Ministerio de Marina
258
Santiago, 29 de Octubre de 1906
259
este puerto, permitiendole despuer continuar su viaje. Este vapor
es pequeño, de 200 toneladas mas o menos, i esa jente enferma ve-
nía amontonada en las bodegas, por lo que hubo que hacerlas de-
sinfectar bajo la direccion del Dr. señor Sanchez.
Ahora bien, señor Ministro, la empresa Baker es cul-
pable del desgraciado suceso ocurrido i viene a demostrar de una
manera palmaria la falta de direccion que tienen esas pequeñas
sociedades que se forman con fines aventureros i que producen
hechos verdaderamente anti-humanos. Por tal razon, ruego a US.
que se sirva poner en conocimiento del Supremo Gobierno este des-
graciado suceso para que se tomen las medidas necesarias que tien-
dan a evitar la repeticion de acontecimientos de tal natu-
raleza.
Lo que trascribo a US. para su conocimiento i a fin
de que US. se sirva ordenar que la autoridad maritima respecti-
va instruya un sumario sobre los sucesos enumerados en el ofi-
cio anterior.
Dios gue a US.
(Fdo) Belisario Prats B.
260
nuó su marcha hacia Dalcahue, llevando siempre el médico abordo.
Viendo que el capitan no obedecía las órdenes del Gobernador de
de Quinchao de trasladarse a ésta, dirijime por telégrafo al Subde-
legado de Dalcahue, dándole instrucciones precisas para que obli-
gara al capitan venirse a este puerto, no obstante, como en aquel
lugar no hai fuerza ninguna, no se pudo evitar que desembarcara
allí, como ochenta enfermos en su mayor parte graves, de los que
murieron en la noche Rudecindo Muñoz, Serapio Barrientos, Jeró-
nimo Muñoz i Juan Diaz. Despues el vapor se dirijió a este puerto
a donde llegó el cuatro del presente. El infrascrito de acuerdo
con la Gobernacion Marítima tomaron las medidas necesarias, to-
mando las medidas necesarias, ordenando al Dr. señor Liborio
Sanchez C. que se trasladase abordo icertificase sobre la natu-
raleza de la enfermedad i las causas que la habian producido.
Del informe se desprende que el vapor “Araucania” re-
cojió un crecido número de personas en rio Baker, que se encon-
traban allí mas de seis meses, trabajando a una empresa particu-
lar; dicha jente se encontraba sin los víveres suficientes i que
a consecuencia de la mala alimentacion, estenuadas se produjo
en ellos “desinteria aguda epidémica” que por falta de cuidados
alimento i médico pudo ocasionar el fallecimiento de muchos de
esos infelices. Viendo el infrascrito que no se trataba de una
enfermedad infecciosa dejó en libre plática al vapor “Araucania”
con este puerto, permitiendole despuer continuar su viaje. Este
vapor es pequeño, de 200 toneladas mas o menos, i esa jente en-
ferma venía amontonada en las bodegas, por lo que hubo que ha-
cerlas desinfectar bajo la direccion del Dr. señor Sanchez.
Ahora bien, señor Ministro, la empresa Baker es cul-
pable del desgraciado suceso ocurrido i viene a demostrar de
una manera palmaria la falta de direccion que tienen esas peque-
ñas sociedades que se forman con fines aventureros i que producen
hechos verdaderamente anti-humanos. Por tal razon, ruego a US.
que se sirva poner en conocimiento del Supremo Gobierno este
desgraciado suceso para que se tomen las medidas necesarias que
tiendan a evitar la repeticion de acontecimientos de tal natura-
leza.
Lo que trascribo a US. para su conocimiento.
Dios gue a US.
(Fdo) belisario Prats B.
Al señor Ministro de Relaciones Esteriores.
Casanova
261
3. SESIONES DEL SENADO 1906
Sumario
(…)El señor Rozas llama la atencion del señor
Ministro de Colonizacion hácia los abusos de
que son víctimas los colonos nacionales de
Coihueco i de Rupanco.-Usan de la pala-
bra sobre esta materia los señores Salas Ed-
wards (Ministro de Colonizacion), Puga Bor-
ne, Devoto i Balmaceda. (…)
(pág. 209)
Colonos Nacionales
El señor ROZAS.-Me veo en el caso
bastante penoso, por cierto, de llamar una
vez mas la atencion del señor Ministro
de Colonizacion a los atentados que casi
dia por dia se están consumando con los
colonos nacionales establecidos en las islas
de Coihueco i Rupanco.
Hoi mismo, he recibido de uno de
aquellos ocupantes el telegrama que me
voi a permitir leer ante el Senado.
(…)
(pág. 210)
El señor BALMACEDA.- Ya que
se trata de esta materia, deseo recordar
al señor Ministro un suceso a que llamó la
atención en esta Cámara uno de mis ho
norables colegas, creo que el señor Se-
nador por Llanquihue.
Me refiero a lo que aconteció en la
colonia del Río Baker.
Se sostuvo que los concesionarios ha-
bian abandonado centenares de familias,
dejándolas sumidas en la mas completa
miseria, a consecuencia de lo cual falle-
cieron de hambre veiticinco personas o
mas.
Esto se ha publicado en periodicos del
262
sur que han llegado a mis manos. Me pa-
rece aquello tan enorme de suyo, i tan
perjudicial al país en el momento que mas
necesitamos promover la inmigracion, que
creo que el Gobierno se encuentra en el ca-
so de someter los antecedentes a la justicia
ordinaria. En los hechos, tal como se re-
latan, hai no solo la rasponsabilidad mo-
ral, sino que tambien está comprometida
la responsabilidad criminal de los empre-
sarios.
El señor ROZAS.- ¿Me permite e1
señor Senador?...
Fueron mas de doscientos los indivi-
duos abandonados, i los muertos de ham-
bre llegaron a setenta i siete. Tengo a la
vista los di'arios en que se publicaron los
datos de semejantes enormidades.
El señor BAMACEDA.- No he vis-
to que desde entónces acá se hayan to-
mado medidas por el Gobierno. Parece
que ajentes administrativos ajitaron sus
empeños para hacer sobre todo aquello
un silencio sepulcral.
(Pág. 229)
Acta
Se leyó i fué aprobada la siguiente: (…)
(Pág 230)
El señor Balmaceda espuso que habia
llégado a su noticia que en río Baker
habian sido abandonados, a su propia
suerte, un gran número de trabajadores
que allí llevó para sus faenas la sociedad
ganadera del mismo nombre, i que, como
esto era mui grave, esperaba que el Go-
bierno enviara a la justicia ordinaria los
antecedentes de este asunto a fin de que
se hiciera la investigacion correspon-
diente.
263
Sesión 10.ª en 12 de noviembre de 1906
Sumario
(…)
El señor Salas Edwards (Ministro de
Colonizacion) hace algunas observaciones
tendentes a esplicar la situacion en que se
encuentran los colonos nacionales en el sur.
-Usan de la palabra sobre la materia, los
señores Puga Borne, Devoto i Balmaceda
Colonos nacionales
264
raciones que he venido haciendo ante el
Senado i el Gobierno para contener a
esta Sociedad de Rupanco en sus desma-
nes, desde que ella inició sus operacio-
nes?
265
de aclarar han dejado mas vaga la forma
de la concesion.
266
El honorable Senador de Llanquihue,
cuyo buen corazon todos reconocemos,
acoje con benevolencia estas reclamacio-
nes que no son siempre fundadas.
267
Este juicio acaba de ser fallado i la
justicia solo le reconoce derecho a con
servar ciento cincuenta hectáreas.
268
cia al secretario de la Intendencia.
Por otra parte, el Senado se esplicará
fácilmente que, dada la dificultad de es-
clarecer bien los hechos a tanta distancia,
no haya podido obrarse inmediatamente
en el asunto a que se refirió el honorable
señor Balmaceda: a la muerte por abandono
i por hambre de setenta i tantos
colonos en Rio Backer.
269
encontró la Empresa para proporcionarse
buques.
270
Vuelvo a repetirlo, no he empleado
tono alguno; nadie desconoce las cuali-
dades esforzadas de los hijos de Chiloé.
271
ha sido posible i que tomará todas aque-
llas que conduzcan al esclarecimiento de
este asunto, porque, como es fácil com-
prender, bien puede haber datos equi-
vocados en lo que se dice. Si de las in-
vestigaciones resultan exactas las infor-
maciones de los señores Senadores, se
hará efectiva la responsabilidad de quie-
nes corresponda.
272
4. ACCIONISTAS DE LA COMPAÑÍA EXPLOTADORA DEL BAKER
Accionista Nº de acciones
Juan y Florencio Tornero 4.000 liberadas
Ramón Nieto, comerciante 100
Víctor Gana, corredor 113
Osvaldo Prieto Goñi, gerente de sociedad anónima 100
Carlos Subercaseaux, comerciante 500
Ernesto Makin, corredor (por sí) 1352
Ernesto Makin, corredor (por terceros de Stgo) 7180
Ottorino Zanelli, comerciante (magnate salitrero) 250
Eduardo Sonsa, comerciante 50
Jorge Bouchier, corredor 100
Víctor Vergara Salvá, comerciante 100
Julio Fabres, comerciante 200
Guillermo Snohoff, comerciante 100
Juan Widow, corredor 100
Pedro Cubillos, abogado 50
Carlos Schröeder, agente de aduana 100
Juan Martínez, corredor 100
Jorge del Río, gerente de sociedad anónima 50
Alfredo Gardechens, corredor 50
William Russel Young, corredor 50
Ramón Ugarte, gerente de sociedad anónima 100
Ramón González A, comerciante 100
Ernesto Edwards, comerciante 50
Antonio Mosca, comerciante 200
Andrés Ivol, comerciante 50
Antonio Mancilla, comerciante 100
273
Luis W. Rawson, médico 100
Guillermo Scouller, comerciante 50
Santiago de Arestizabal, comerciante importador 50
Juan Ewing Espic, médico 100
Guillermo Rivera, abogado 100
Luis Browne, empleado 100
Edmundo Belly, comerciante 50
Paulino Hernández, gerente de sociedad anónima 50
Alberto Browne, empleado 500
Carlos R. Bittencourt, corredor 100
Manuel Pérez López, corredor 500
Guillermo Gesswein G., comerciante 100
Gabriel Gómez Lobo, corredor 50
Gustavo Jullian, ingeniero 100
Fernando Edwards, comerciante 100
Jorge Edwards Ariztía, comerciante 100
Jorge Jonanne, corredor 100
Braulio Bittencourt, empleado 10
Carlos Tweedy, comerciante 100
Emilio Claro, abogado 100
Eduardo Cumming, corredor 50
Louis Guevin, comerciante 100
Enrique Jonve, comerciante 10
Isidoro de Lueja, comerciante 10
Santiago Devoto, comerciante 70
Alexander Edwards, empleado 50
Arturo Seddan, comerciante 50
Roberto Riddell, comerciante 50
Alfredo Sanvalle, comerciante 50
Arturo Sutherland, comerciante 10
Alejandro Latto, empleado 20
Sofía Klingkist, comerciante 10
Minna Klingkist, comerciante 10
274
Ramón Sánchez, comerciante 100
Víctor Bobillier, abogado 50
Federico Harper, empleado 50
Luis Despony, comerciante 20
Liborio Mayo, comerciante 60
Arturo Trevena, empleado 25
Víctor Medina, comerciante 10
Hugo Metz, comerciante 10
Anton Phillips, comerciante 50
Anibal Tornero Echeverría, comerciante 20
Enrique Balbontín, comerciante 40
Carlos Barnett, comerciante 100
Reginald Davis, empleado 25
Santiago Lyon, comerciante 100
Carlos Lyon, comerciante 100
Felipe Parry Jones, comerciante 25
Jorge Herrera, comerciante 700
Charles Thompson, empleado 20
Alejandro Greene, abogado 200
Miguel Gazitúa, comerciante 100
275
4.2 Accionistas al 06 de marzo 1906, según inserto publicado en diario El
Mercurio de Santiago.
Accionista Nº de acciones
Allendes R. Antonio 250
Baeza Infante Carlos 5
Banco Santiago 100
Banco Mobiliario 3570
Battle H. W. 300
Barros Agustín 50
Bardeau Alfonso 200
Boero Jerónimo 45
Browne V. Eduardo 100
Canessa Pablo 200
Caro Tagle Guillermo 20
Carrasco B. Eduardo 100
Craugle Tomas 100
Croxatto Francisco 100
Carvallo F. A. 100
Claro Solar Luis 150
Chüden Jorge 100
Contreras Aníbal 200
Chiarella Alberto 100
Carrasco B. Héctor 25
Diaz Fuenzalida Manuel 250
Durand Jean 10
Echeverria L.Matilde 50
Echeverria L. Florencio 140
Escobar Fernando 100
Escobar Daniel 200
Espic Juan Edwin 100
Falco Bernardo 200
Ferreira Jerman de S 10
276
Fernandez J. Adolfo 300
Gana Victor 113
Guitard Ramon 5
Gonzalez A. Manuel 100
Grühne Otto 200
Guerin Leon 160
Gomez Florentin 50
Heiremans Amadeo 200
Jones Guillermo J 250
Klughist Sofia 10
Klughist Minna 10
Lambie Adam 100
Lyon Adolfo 100
Lyon Santiago 160
Langlois Francisco 200
Morstadt Adolfo 50
Magnani Felipe 200
Mc Houl Alejandro 50
Merino Policarpo 100
Marin Pedro A 300
Mathews Carlos 250
Mazzini Rafael 100
Mena Marcelo A 100
Makin Ernesto 2
Norris Williams 100
Nieto Ramon 100
Parry Jones Felipe 25
Podestá Juan 200
Piza Alfredo 100
Perez Lopez Manuel 50
Podestá Cayetano 300
Portales Juan Santiago 50
Perez de Arce Roberto 100
277
Pizarro Espoz Julio 525
Queirolo Julio 400
Riegel Eduardo 250
Renard Luis A 50
Rio Jorge del 50
Riesco José Luis 500
Sanfuentes Felix E 100
Somavia y Velarde 100
Sevuller Guillermo 100
Subercaseaux Julio 300
Squire Walter 100
Subercaseaux Eujenio 50
Surhoff Guillermo 350
Stowhas Carlos 50
Solari Domingo 100
Subercaseaux Guillermo 200
Sottovia Antonio 100
Silva Cortes Romualdo 25
Schacht W. 200
Tornero Florencio 50
Tornero Santos 20
Ugarte Ramon 100
Valenzuela Leopoldo 100
Valdes L. Jerman 150
Vergara Salvá Victor 100
Valencia José Francisco 270
Verdugo de C. Rita 50
Wessel Carlos E 120
Wiedmayer C 100
Williams Héctor 300
Zanetta Pablo 50
278
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
Fuentes
1. Digitales
www.archive.org
www.biografias.bcn.cl
www.leychile.cl
Ley de 1893
www.memoriachilena.cl
2. Escritas
2.1.1 Diarios
279
El Ferrocarril, Santiago. 1906.
2.1.2 Periódicos
2.1.3 Revistas
280
2.2 Archivo Nacional de la Administración
3. Entrevistas
4. Informes inéditos
5. Traducciones inéditas
Staub, Wolfgang 2013. Aimé Félix Tschiffely, Viaje al final del mundo; 7000
millas por la Patagonia y Tierra del Fuego. Con 56 fotografías del autor y
40 impresiones artísticas. Editorial Albert Müller, Zürich (Suiza) 1940 (1.
Edición). P. 189 y siguientes, del Cap. 13
281
Bibliografía
FLORÍN, Cristóbal y Rodolfo AEDO 2013. Isla de los Muertos. Dos versiones
para una historia. Novela gráfica.
282
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Carretera Austral. Editorial Andrés Bello.
---- 2003. Caleta Tortel y su Isla de los Muertos. Ediciones Cruz del Sur de la
Trapananda/I. Municipalidad de Tortel. 2ª Edición.
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Disponible en: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pi-
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----- 2008b. Las muertes de Bajo Pisagua en 1906. Nuevo antecedente para
la comprensión de la tragedia. En: Actas III Seminario Un Encuentro con
Nuestra Historia, Sociedad de Historia y Geografía de Aisén. Coyhaique. Pp
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283
MENA, Francisco y Héctor VELÁSQUEZ 2000. Isla de los muertos: mito y
realidad. Anales del Instituto de la Patagonia, Serie Cs. Hs., volumen 28: 53-
72. Punta Arenas.
MINSAL 2009. Historia del Hospital “Claudio Vicuña Guerrero” de San Anto-
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