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OPERA, No 11

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¿Existe alguna relación


entre la corrupción política
y la democracia? Breve reflexión
teórica dirigida a establecer
sus posibles articulaciones
Nicolás Javier Jaramillo Gabanzo1

Introducción mayor participación ciudadana sería un gran


mecanismo para frenar las manifestaciones de
Al iniciar la pasada jornada electoral para aquel fenómeno.
la escogencia de las autoridades departamen- El propósito del presente escrito es inda-
tales, municipales y locales, el presidente de gar sobre la posible existencia de dicha rela-
Colombia Juan Manuel Santos exhortó a los ción. Se sugiere de forma preliminar que esta
ciudadanos a acudir masivamente a las urnas podría ubicarse alrededor de las normas que
para “derrotar a los violentos y derrotar la co- permiten diferenciar lo público y los principios
rrupción” (efe, 2011). Este llamado recuerda que han de ser hechos vigentes para considerar
que la corrupción política no siempre alude que un régimen político se estructura bajo el
directamente a usos indebidos de los cargos “autogobierno”. Como se podrá apreciar en las
público-administrativos o al manejo indebido páginas que siguen los conceptos de corrup-
de recursos económicos estatales para favorecer ción y democracia son debatibles, es decir, no
empresas privadas. Igualmente deja sobre la existe un gran acuerdo compartido por los es-
mesa la discusión relativa a las posibles relacio- pecialistas y los ciudadanos del común acerca
nes entre corrupción política y participación de los rasgos distintivos que los caracterizan.
electoral. En la afirmación presidencial se su- Por ello, a partir de la revisión de las discusio-
giere una relación entre estos dos fenómenos: nes alrededor del contenido de dichos concep-
a mayor participación electoral menor corrup- tos se pretende brindar posibles herramientas
ción. Siguiendo la línea de análisis sugerida analíticas que faciliten, en el desarrollo de
por el presidente, se podría conjeturar que una futuros trabajos, estudios sobre las relaciones

1
Politólogo y Maestro en Sociología de la Universidad Nacional de Colombia; docente universitario en las uni-
versidades La Gran Colombia y Nacional de Colombia; miembro de los grupos de investigación Teoría Política Con-
temporánea y Teoría del Derecho, la Justicia y la Política. njjaramillog@unal.edu.co y nicolas.jaramillo@ugc.edu.co.

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entre las formas que los ciudadanos tienen de instancias señaladas para tal fin. Por este ca-
comprender la corrupción y la democracia. mino el autor sostiene que se le da una nueva
fuerza normativa al concepto de corrupción,
Posibles relaciones entre ya que este no ha tendido a estar referido a los
corrupción y democracia procesos democráticos. Así, el fomento de la
participación ciudadana y vinculante en ins-
Algunos investigadores que han estudiado tancias propias de la sociedad civil se constitu-
la relación entre estos dos fenómenos (Wa- ye, para el autor, en un buen antídoto contra
rren, 2005; Bohara, Mitchel y Mitten- la corrupción (Warren, 2005, p. 111-114)2.
dorff, 2004) consideran que la relación entre Sin embargo, la comparación entre algu-
corrupción y democracia es de causalidad: a nos datos estadísticos pone en duda la exis-
mayor democracia se reducen las percepciones tencia de esta relación. Comparando los datos
de corrupción. Esto debido a que los regíme- del Índice de Percepción sobre la Corrupción
nes democráticos incrementan los costos en (Transparencia Internacional) y el grado de
que tienen que incurrir los actores propensos percepción de la democracia percibido en un
a adelantar acciones y relaciones corruptas. En país (Corporación Latinobarómetro) se puede
particular, una alta participación ciudadana y apreciar que no existe tal relación de forma
una competencia real, ambas continuadas e evidente (tabla 1). A partir del cálculo del
interesadas en prevenir los abusos por parte promedio de los puntajes obtenidos por cada
de los políticos y los funcionarios administra- país incluido en el Latinobarómetro, desde
tivos se observan como buenos mecanismos el 2005 hasta el 2010, para los dos grupos de
de control (Bohara et al., 2004, pp. 484-485, datos se puede apreciar claramente que para
490, 497). los ciudadanos encuestados mayor democracia
Mark Warren adelanta una propuesta no implica necesariamente menor corrupción.
en esta línea. El autor entiende la democracia Como se constata, solo tres países reciben
como un proceso que incluye dinámicas de una valoración superior a 4,59 en el Índice
participación y deliberación; cada ciudadano elaborado por Transparencia, aunque la per-
posee el mismo valor moral para tomar parte cepción sobre el grado de democracia vigente
en el autogobierno y beneficiarse de los resul- abarca valoraciones más distribuidas en la es-
tados. Por ello la corrupción de la democracia cala. Al contrastar los dos conjuntos de datos
adquiere un nuevo sentido: se excluye a aque- solo Uruguay y Chile son percibidos como me-
llos que tienen el derecho a participar en la nos corruptos y más democráticos, mientras
toma deliberativa de decisiones, ya que se ven que Paraguay y Guatemala se señalan como
directamente afectados por las consecuencias los más corruptos y los menos democráticos.
de las disposiciones que se van a tomar en las Casos como los de Venezuela y República Do-

2
En otros documentos el autor desarrolla teóricamente esta noción de corrupción en términos de poder y justifi-
cación y su expresión concreta en diversos ámbitos estatales y en la sociedad civil (Warren, 2004 y 2006).

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minicana llaman la atención al mostrar datos ni más ni menos corruptos sus regímenes po-
que indican gran presencia de corrupción, en líticos. Para los autores, otros factores explican
comparación con los demás países incluidos mejor las percepciones sobre el nivel de co-
en el Latinobarómetro, junto con la aprecia- rrupción, entre ellos el respaldo o la oposición
ción de vivir en un país muy democrático. Sin al gobierno: los partidarios de los grupos de
embargo, no se registra ningún país que ocupe gobierno tienden a ver sus regímenes como
lugares en la tabla que indiquen poca democra- menos corruptos y los de la oposición co-
cia y poca corrupción. Lo anterior indica que mo más corruptos (Anderson y Tverdova,
los ciudadanos no necesariamente identifican 2003, p. 101). Sin embargo, los efectos de la
más corrupción con menor democracia y vi- corrupción son vistos como negativos para el
ceversa, lo cual muestra que la relación entre respaldo del sistema político: a mayores niveles
estos fenómenos es más compleja. de corrupción se evalúa más negativamente
En esta dirección, Anderson y Tverdo- su funcionamiento (p. 99). Jürgen Meier
va (2003), a partir de un estudio comparado (2011) llega a una conclusión similar a partir
concluyen que la percepción que la gente tiene un estudio que tendió a medir el impacto que
sobre la corrupción no está relacionada con tienen los escándalos políticos sobre las percep-
el nivel de democracia registrado en un país. ciones de los ciudadanos. Este análisis arrojó
Según ellos, los ciudadanos de las democracias como resultado que estos escándalos inciden
más antiguas y sólidas no tendieron a juzgar negativamente en la imagen de los políticos

Tabla 1. Comparación entre percepciones de corrupción y democracia

Percepción corrupción

Valoración 7,1 - 5,85 4,59-5,85 3,33-4,59 2,07-3,33


Percepción democracia

7,47-6,77 Uruguay Costa Rica Venezuela

6,77-6,09 Chile Panamá, Colombia, Brasil República Dominicana

Argentina, Honduras, Ecuador.


6,09-5,41 El Salvador, México
Bolivia, Nicaragua

5,41-4,73 Perú Paraguay, Guatemala

Fuentes: Índice de Percepción sobre la Corrupción y Grado de Percepción de la democracia (Latinobarómetro)3.

3
Cada fuente utiliza una escala de 0 a 10, la escala de presentación de los datos ha sido ajustada según los arrojados
por cada país para cada medición. El Índice de percepción sobre la corrupción es el resultado del cómputo de varias
encuestas teniendo como definición de corrupción el mal uso de los cargos públicos para beneficio privado. Aquí 0
significa muy corrupto y 10 nada corrupto. El grado de percepción de la democracia mide lo que los encuestados res-
pondieron ante la siguiente pregunta: “P. Con una escala de 1 a 10, le pedimos evaluar cuán democrático es (país). El
“1” quiere decir que “(País) no es democrático” y el “10” quiere decir que “(País) es totalmente democrático” ¿Dónde
pondría Ud. a (país)…?” (Latinobarómetro).

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que se juzgan responsables por las acciones Conceptos debatibles


corruptas y sobre los partidos políticos; por y su manifestación histórica
el contrario, no dan lugar a una variación sig-
nificativa en la satisfacción con la democracia W. B. Gallie (1956) escribió unas líneas
como forma de gobierno (Meier, 2011, pp. a propósito de lo que él consideraba eran
286-287, 291). Seini O´Connor y Fisher conceptos esencialmente debatibles. Según
Ronald (2011) afirman a su vez que una el autor esto se presenta para aquellos en los
mayor democracia no necesariamente implica cuales no existe un acuerdo general sobre sus
un descenso en la corrupción política, aunque usos y características constitutivas, lo cual
sostienen que esta relación puede deberse a que imposibilita la construcción de una defini-
la competencia por acceder a cargos estatales a ción estándar, correcta y compartida: el uso
partir de elecciones libres y la participación no estándar del concepto incluye las discusiones
necesariamente sean las adecuadas para definir alrededor de su utilización apropiada. En es-
la democracia (pp. 6-7). tos casos los debates son válidos al igual que
Las diferencias en los resultados y las las justificaciones y los argumentos que los
propuestas arrojados por las observaciones alimentan. Un concepto es debatible cuando
precedentes pueden deberse a distintas formas las metas valoradas atribuibles a él son dife-
de entender la democracia y la corrupción. rentes según la apreciación de quien pretende
En efecto, los estudios no realzan los mismos definirlos. Estas metas –para quienes las sos-
factores para explicarlas y dar cuenta de sus tienen–, al ser constitutivas del concepto, se
relaciones. Por tanto, no es la validez de sus ob- entienden como un todo integral de manera
servaciones la que puede ser cuestionada, sino que a falta de alguno de sus rasgos distintivos
si efectivamente dichos indicadores contienen ya no se estaría en presencia del fenómeno
los rasgos característicos que conceptualizan que se quiere definir. Por ello, anterior a un
la corrupción y la democracia políticas. Este proceso experimental no existe nada absurdo
cuestionamiento ha sido recurrente en la histo- o contradictorio en descripciones rivales que
ria moderna ya que a diferencia de otros con- pretenden conceptualizar el fenómeno al que
ceptos estos son en esencia debatibles, es decir, se quiere hacer referencia. Esto permite que,
cualquier propuesta orientada a dar cuenta por ejemplo, frente a una noción N1 que pre-
de los rasgos distintivos de las relaciones so- tende dar cuenta de N, se le pueda oponer
ciales que pretenden definir será contestada una noción N2 igualmente válida debido a
y refutada. Por este motivo, se hace necesario que incluyen en el concepto rasgos diferentes
hacer un breve barrido histórico que considere del fenómeno. La meta o el logro al que alude
algunos factores que han incidido en la forma el concepto debe ser también de un tipo que
como los especialistas y los actores políticos se admita una modificación que se explica por
han referido a los hechos que catalogan como un cambio en las circunstancias donde tienen
democráticos o corruptos. lugar los hechos a los que se refiere y que no

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pueden ser predecibles de antemano. Estas necesario construir herramientas conceptuales


características hacen del concepto debatible que permitan identificar los cambios de inter-
uno que tiende a ser vago e impreciso, habi- pretación frente a los datos existentes. Tras un
da cuenta de que su uso puede ser apropiado breve rastreo histórico de las discusiones que
para definir algunas situaciones pero no otras. han alimentado la construcción de algunas de
Quienes sostienen su validez reconocen que las democracias modernas y los parámetros
existen razones para otorgarle por lo menos normativos para distinguir lo que es corrupto
algún grado de reconocimiento a los que dis- en la arena política, se pueden identificar algu-
crepan de su entendimiento del fenómeno, lo nas de las prácticas y las instancias particulares
cual se explica porque cada defensor de una a las que se alude con estos conceptos, a fin de
definición utiliza modelos distintos que, según indagar las posibles relaciones entre algunos
ellos, ejemplifican en situaciones concretas la de los rasgos que se han tendido a reconocer
real existencia de lo que se pretende definir. como distintivos de cada uno de ellos. A con-
Finalmente, lo debatible del concepto también tinuación, y solo a manera de síntesis muy
se basa en que se tiene la esperanza de lograr el general, se señalarán algunos puntos de la
reconocimiento de su validez por parte de los historia contemporánea de la democracia y la
contradictores, es decir, de quienes lo concep- corrupción con el fin de determinar los rasgos
tualizan de forma diferente. Las características distintivos involucrados en la construcción de
de un concepto debatible dan lugar, entonces, estos dos conceptos en algunos países europeos
a la existencia de actores en competencia que y latinoamericanos.
sostienen diversas definiciones que pretenden
ganar partidarios que los respalden a partir de Algunos datos históricos
la defensa de metas que consideran son más relevantes
relevantes que las que sostienen sus adversarios
(Gallie, 1956, pp. 168-172, 177, 180). La democracia, por lo menos a partir
Las discusiones a propósito de los rasgos de finales del siglo xviii, ha tendido a estar
distintivos de un concepto debatible involu- definida de forma muy general como un ré-
cran argumentos orientados a establecer, por gimen cuya autoridad política emana de la
parte de quienes participan en los debates, la voluntad popular (Coppedge et al., 2011, p.
validez lógica del concepto propuesto y, ade- 248; Dahl, 2001, p. 3405; Sheehan, 2001,
más, a ilustrar sus manifestaciones empíricas. p. 3408)4. Sin embargo, detrás de este aparente
Debido a que las nociones de corrupción y acuerdo general han surgido las discusiones
democracia han variado históricamente y, alrededor de cómo realmente se hace vigente
dependiendo de los lugares concretos donde o cómo se constata empíricamente la presen-
se han manifestado las discusiones, se hace cia de dicho régimen. Lo que comúnmente

4
Buena parte de lo mencionado en esta sección del documento recoge lo enunciado en estas tres fuentes.

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se conoce como la historia de las prácticas de presentantes y a considerar su voz como la voz
las democracias modernas se reafirma con el del pueblo (o de la nación), para los artesanos,
cuestionamiento de lo que se ha denominado campesinos y demás integrantes de los sectores
en la literatura política como el ancien régime. populares la democracia aludía no solo a ello
El autogobierno de los pueblos como precep- sino a su participación directa en el gobierno
to orientador de las libertades individuales y y a la garantía de igualdades no solo jurídicas,
la igualdad ante la ley fueron las bases sobre sino políticas y económicas.
las cuales se tendieron a adelantar las primeras Desde el siglo xix hasta el xx buena parte
revoluciones democráticas modernas (Estados de los países de Europa y América tendieron
Unidos, Inglaterra y Francia principalmente) y a adoptar como principio democrático la
buena parte de las colonias españolas en Amé- elección de los gobernantes por parte de los
rica Latina. Sin embargo, la expresión mani- ciudadanos, lo cual estuvo acompañado, en-
fiesta “de los pueblos” revistió una discusión tre otras, de un proceso de descolonización
alrededor de su contenido: ¿quién era el pue- política. Este mecanismo de selección de go-
blo? Esta discusión giró en torno a lo que en bernantes estuvo de la mano de la formación
la literatura se conoce como las expresiones de de partidos políticos que competían (y en
democracia representativa y democracia direc- varios países aún compiten) por el acceso a los
ta. La primera, para quienes defendían esta no- cargos de representación popular. Lo caracte-
ción, era la prueba manifiesta de la existencia rístico de este proceso es que los mecanismos
del nuevo régimen ya que los representantes de representación no mostraron, para algunos,
de los ciudadanos que actuaban en los cargos ser suficientes para reivindicar la existencia de
ejecutivos y en los cuerpos legislativos eran la las llamadas democracias en aquel entonces.
expresión del autogobierno del pueblo. Por el Como lo muestran los regímenes fascistas y
contrario, aquellos que compartían las tesis comunistas, los autoritarismos y totalitaris-
expuestas por Jean Jaques Rousseau y poste- mos pueden estar anclados bajo dinámicas de
riormente por Carlos Marx durante el siglo xix elección popular. Igualmente, algunas dicta-
solo concebían como real democracia aquella duras latinoamericanas usualmente recurrían
en la que los ciudadanos tuviesen participación al llamado a las urnas para mostrar a sus ciu-
directa en las labores de gobierno. Los repre- dadanos y los demás países del orbe que sus
sentantes no eran más que la expresión de la regímenes eran efectivamente democráticos.
voz de algunos pocos propietarios a expensas Con el propósito de desvirtuar esta concepción
de la voluntad de gran parte del pueblo. Por de democracia, los críticos de estos regímenes
esta época, como lo señalan Mario Aguilera reivindicaron la necesidad de garantizar no
y Renán Vega (1991), en Colombia tuvieron solo la libre elección, sino la preservación de
lugar discusiones políticas sobre los mismos los derechos a la libre expresión y asociación,
asuntos. Mientras que para los integrantes de exigiendo la existencia efectiva de partidos y
las élites dirigentes la democracia aludía a res- organizaciones plurales que pudiesen hacer
petar los procesos relativos a la elección de re- oposición sostenida a los gobiernos de turno

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e incluso al régimen vigente. Esta demanda crática se hicieron más visibles los cuestiona-
estuvo de la mano con la de ampliar el derecho mientos sobre los órdenes políticos allí vigen-
al sufragio pasando de las restricciones censi- tes. Retomando puntos que no habían estado
tarias, de educación y de sexo, a exigir solo un ausentes en sus propias historias políticas, se
límite de edad para elegir y ser elegido. No reafirmaron voces que demandaban una ma-
obstante, en el siglo xx también comenzó a yor participación en escenarios extraestatales y
cuestionarse la interpretación de la democracia una labor más activa en el control realizado a
como régimen exclusivo de las mayorías. La quienes ocupaban cargos de elección popular.
participación política y social que exigieron Lo anterior como muestra de la deslegitima-
las mujeres, los diferentes grupos étnicos y ción que para algunos tenían y siguen teniendo
raciales en los mecanismos de autogobierno los regímenes democráticos existentes, llegan-
llevaron a plantear la necesidad de incluir en do a plantear incluso la necesidad de democra-
el devenir político de los regímenes democrá- tizar la democracia, tal cual lo expresan los de-
ticos la inclusión de las minorías. Por tanto, fensores de la hoy en día llamada democracia
para algunos actores un régimen democrático radical (Blokker, 2009, p. 312), o enfatizar
no se reducía a garantizar elecciones libres con en la participación ciudadana como criterio
partidos políticos en competencia que repre- sine qua non del concepto como se expresa en
sentaban a los gobiernos y sus opositores, sino los defensores de la democracia participativa y
que era menester garantizar los derechos de deliberativa (Bühlmann, 2008, p. 6).
participación de las minorías. La historia que va desde el siglo xix hasta
Durante los años ochenta y noventa se hoy en día en lo relativo a lo que se concibe
asistió al cambio de buena parte de los regí- como corrupto políticamente también se ha
menes llamados comunistas y dictatoriales caracterizado por la presencia de debates polí-
por la instauración (o para algunos intentos de ticos importantes. Un primer espacio y quizá el
instauración) de democracias que particular- más señalado hasta nuestros días ha tendido a
mente intentaron emular las que se habían ins- identificar la corrupción política con las accio-
taurado con anterioridad. En particular, con el nes inapropiadas ejercidas por quienes ocupan
acontecimiento de la caída del muro de Berlín o pretenden ocupar cargos estatales, incluyen-
emergió nuevamente el modelo de democracia do los procesos electorales y los criterios para
representativa liberal como el que había que nombrar funcionarios administrativos. Hasta
seguir para garantizar la vigencia del imperio mediados del siglo xix se consideraba en al-
de la ley y el respeto de los derechos funda- gunos países que el ofrecimiento de cargos en
mentales (Blokker, 2009, pp. 307-308). el Estado, de dinero o de bienes y servicios a
Sin embargo, junto a este proceso también se cambio de respaldo electoral no tenía por qué
hicieron más visibles las críticas y los descon- ser considerado ilegal ni corrupto. Algunos
tentos frente al modelo que se quería imitar. políticos en Inglaterra y Estados Unidos, por
Dentro de los Estados que se hicieron llamar ejemplo, recurrían a este tipo de prácticas para
democracias avanzadas o de tradición demo- lograr ser elegidos en los cargos representativos

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(Anderson y Anderson, 1970; Gwyn, 1970; obstáculo a la realización del bienestar público,
Hoogenboom, 1970; Klaveren, 1970; Ru- que en últimas era el propósito del ejercicio de
binstein, 1983). Igualmente en Francia, aun- dichos cargos.
que la práctica ya comenzaba a ser cuestionada, A lo largo de los siglos xix y xx la segunda
los partidos en contienda optaron por moldear posición fue la que comenzó a ganar adeptos
las leyes relativas a los procesos electorales para y se materializó en reformas electorales, pero
incluir a sus partidarios y excluir a los opo- sobre todo en las iniciativas de instauración
sitores de dichos procesos (Kreuzer, 1996; de las llamadas burocracias modernas. Hasta
Zeldin, 1970). Una vez realizados los comi- mediados del siglo xx al debate sobre la co-
cios los candidatos que ganaban las elecciones rrupción se le añadió en los países de Europa
solían utilizar los recursos estatales para favo- occidental, y sobre todo en Estados Unidos,
recer a los funcionarios administrativos y a los la forma en la que debía ser valorado el clien-
electores que los habían respaldado, sin ver en telismo político (patronage). El intercambio
estas prácticas ejemplos de acciones indebidas de bienes y servicios a cambio de respaldo
en política. Los cargos administrativos y los electoral se justificó en algunos escenarios
recursos a disposición de quienes los ejercían, como una forma no corrupta de participar en
por tanto, eran utilizados por los gobernantes política. El argumento se basaba en principio
o partidos de gobierno, lo cual también hizo en que le permitía a sectores marginales de las
que para acceder a ellos, o mantenerse, fuese poblaciones acceder a protección y servicios
necesario respaldar al gobernante de turno o que de otra manera no podrían disfrutar. No
al candidato con mayores probabilidades de obstante, sin negar la permanencia de quienes
ser elegido. Prácticas similares se registraron sostienen esta tesis, la tendencia ha sido juzgar
en América Latina (Posada-Carbó, 2000) a gradualmente esta práctica como expresión
las que se sumó, igual que en el caso francés, de corrupción política, ya que los beneficios
la manipulación de los sufragantes el día de la recibidos por los clientes no debían ser con-
jornada electoral impidiendo votar a quienes siderados como favores sino como derechos
no respaldaran los candidatos preferidos por que debían ser reconocidos independiente-
quienes dirigían las mesas de votación. Lo mente de los bienes y servicios que quisieran
distintivo de estas prácticas, que en algunos ofrecer a los patrones. Desde los años sesenta
lugares siguen siendo recurrentes, no era su las discusiones sobre corrupción política ten-
realización sino la forma como se las juzgaba. dieron a involucrar, además de las dinámicas
Para algunos eran actividades legítimas dentro electorales y el ejercicio de los cargos estatales,
del ejercicio de la política, ya que consideraban los obstáculos al desarrollo político y econó-
que no era indebido recibir beneficios políti- mico. En particular se indagó si la corrupción
cos y económicos particulares a partir del uso incentivaba o no la acumulación indebida de
de los cargos y los ejercicios estatales. Por el capital, distorsiones a la inversión, la inestabi-
contrario, otros veían estas acciones como un lidad de los regímenes políticos, la inclusión de

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minorías, entre otros5. Finalmente, desde los directos a minorías étnicas o de género podría
años noventa la perspectiva de la corrupción haber sido catalogado como democrático en el
como fenómeno que conlleva consecuencias pasado pero seguramente no lo es en el presen-
negativas se ha impuesto sobre las perspecti- te. Algo similar sucede con la corrupción polí-
vas revisionistas (que no la ven como un mal tica. Las dinámicas de clientelismo, soborno y
en sí mismo) y funcionalistas (que le señalan utilización de los cargos estatales para recibir
efectos positivos) y ha tendido a girar alrede- beneficios personales no eran vistas general-
dor de su impacto sobre el funcionamiento del mente como corruptas en buena parte del siglo
modo de producción capitalista y el devenir xix. Sin embargo, estas prácticas, que antes y
de las democracias consolidadas o en proceso aun en algunos escenarios se perciben como
de construcción. No obstante, hoy en día no no indebidas, han tendido a señalarse con el
se registra un acuerdo alrededor de lo que ha pasar de los años como expresiones de corrup-
de considerarse corrupto políticamente. Las ción política. Esta tendencia permite observar
prácticas clientelistas (patronage), nepotistas que las percepciones sobre la corrupción y la
y los debidos procedimientos para nombrar democracia políticas no aluden a acciones y
funcionarios administrativos considerados relaciones políticas teniendo como referencia
indebidos por algunos actores políticos siguen el paso de una situación ideal en el pasado que
siendo reivindicados, por parte de otros acto- haya empeorado con el tiempo y que es me-
res, como formas usuales y no cuestionables nester volver a recuperar. No se trata de revivir,
éticamente para adelantar gestiones políticas6. por ejemplo, el modelo democrático del siglo
En esta muy apretada síntesis histórica xix o una situación política no corrupta que
que no pretende ser exhaustiva, se pueden haya tenido presencia en algún momento de
identificar ítems útiles para la relación entre la historia. En cambio, la tendencia ha sido la
la corrupción y la democracia durante los úl- de involucrar dentro de los rasgos distintivos
timos años. En primer lugar, como lo señaló y normativos de las prácticas que se quieren
Robert Dahl a propósito del devenir de las conceptualizar como democráticas o corrup-
democracias (2001, p. 3408), los criterios para tas nuevos criterios que hacen ver los que se
señalar un régimen político como democrático tenían anteriormente como insuficientes para
han sido cada vez más exigentes. Por ejemplo, dar cuenta de los fenómenos.
un régimen que solo garantice un proceso elec- En segundo lugar, para el análisis de estos
toral competitivo entre partidos políticos pero objetos de estudio esta tendencia no puede lle-
que no ofrezca mecanismos de participación var a una de dos posturas que obstaculizan el

5
Para mayor información a propósito de algunos puntos de este debate se puede consultar a J. S. Nye (1967) y las
fuentes bibliográficas por él sugeridas.
6
En este sentido se puede interpretar la intervención del exprimer ministro italiano Bettino Craxi ante la Cámara
de Diputados al defenderse de los cargos asociados a corrupción presentados en su contra (Della Porta y Vannuchi,
2002). Para un caso similar presentado en Nueva Gales del Sur (Australia) ver Philp (1997).

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análisis. Como lo señala Thompson para el ca- de gobierno involucra sin excepción alguna
so de la corrupción política (1993, p. 370), la la identificación de la igualdad económica y
conceptualización puede dar lugar a establecer social. Cada una de las propuestas que preten-
criterios de identificación demasiado mínimos den dar cuenta de lo que es la democracia ha
de tal manera que cualquier régimen político emergido de procesos histórico-políticos es-
podría ser considerado no corrupto en ningu- pecíficos y se han presentado como conceptos
na circunstancia. Igualmente, como lo señala prospectivos. Una dinámica similar ha estado
el autor, se podría correr el riesgo contrario: presente al intentar dar cuenta de lo que se
establecer unos estándares del deber ser de la considera corrupto políticamente. Prácticas
acción política demasiado exigentes que, como habituales como el clientelismo (patronage) o
resultado, llevarían a concluir que toda prácti- el nepotismo, mientras son conceptualizadas
ca y todo régimen político es corrupto per se. para algunos como corrupción política, para
Algo similar puede también suceder al intentar otros actores son formas usuales y no cuestio-
construir conceptos que den cuenta de los re- nables normativamente para la construcción
gímenes democráticos contemporáneos. Así, de regímenes políticos contemporáneos.
se podría llegar a concluir, por ejemplo, que Debido a que no existe una sola forma
ningún régimen es o será democrático o, por de entender la democracia y la corrupción, es
el contrario, que todo régimen es y siempre comprensible que los intentos por discernir
será corrupto. las relaciones entre ellas aún no hayan llegado
Evitar los riesgos mencionados y reco- a tesis relativamente concluyentes. Los datos
nocer los factores que continuamente han ilustrados en la tabla 1 podrían explicarse por
enriquecido lo que se considera corrupto y las diferentes concepciones sobre corrupción
democrático hacen parte de procesos históri- y democracia sostenidas por los encuestados.
cos que ilustran las discusiones a propósito de Por tanto, es necesario construir esquemas
qué entender por uno y otro fenómeno, las conceptuales que permitan dar cuenta de las
cuales han tenido lugar en espacios académi- diversas nociones que los ciudadanos pueden
cos y los propios de la actividad política. La tener sobre la corrupción y la democracia y así,
persistencia de estos debates manifiesta, por posteriormente, identificar las posibles relacio-
lo menos desde inicios del siglo xix, el carác- nes entre los dos fenómenos para los actores.
ter debatible de estos conceptos (en el sentido
propuesto por Gallie). En efecto, mientras Tipos ideales y lecturas
que para algunos las características propias de contemporáneas
la democracia liberal decimonónica son las
distintivas de la democracia como régimen Una forma fructífera para trabajar con
de gobierno, para otros, lo distintivo de esta conceptos debatibles es brindar razones su-
se encuentra en la inclusión participativa de ficientes y evidencia empírica fuerte para
las minorías en la toma de decisiones, o para identificar los factores puntuales hacia donde
otros, lo que define una forma democrática gravitan las discusiones (Bohara et al., 2004,

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p. 489). A partir de la información brevemente rencia, libertad civil, rendición de cuentas,


suministrada en las páginas anteriores es posi- control a través de los mecanismos de pesos
ble reconocer algunos rasgos específicos desde y contrapesos y los derechos de las minorías.
los cuales se pueden organizar las discusiones Aquí se mide la democracia por los límites que
orientadas a definir la corrupción, la demo- se puedan poner al gobierno debido a que la
cracia y sus relaciones para los ciudadanos. concentración del poder político se considera
Esta labor puede ser adelantada siguiendo la como algo negativo. El tercero, denominado
metodología de construcción de tipos ideales de mayorías, realza como factor característico,
(Weber, 2001). Este método para la construc- a diferencia del tipo anterior, el valor de las de-
ción de conceptos tiene la ventaja de poder cisiones mayoritarias al concebir como meta la
incluir en un mismo esquema conceptual concentración del poder político en aquellos
características diversas que pueden distinguir que reflejen fielmente sus intereses y motiva-
a un fenómeno en una situación histórica con- ciones. El participativo entiende la democracia
creta7. Por ello se mencionarán de forma breve como la participación directa de la ciudadanía
dos conjuntos de tipos que permitirán abordar en la toma de decisiones, sugiriendo que deben
la literatura referida a los posibles nexos entre desarrollarse, por ejemplo, mecanismos para
las nociones que los ciudadanos tienen sobre asegurar asambleas de ciudadanos, la existencia
la corrupción y la democracia. de movimientos sociales fuertes y audiencias
Michel Coppedge et al. (2011) señalan públicas. El deliberativo subraya el proceso
que la noción de democracia ha estado orienta- razonado en la toma de decisiones incluyendo
da a incluir aspectos descriptivos y normativos. procesos de diálogo y de persuasión. El último,
Con el propósito de medir la existencia o no catalogado como igualitario, recalca el valor de
de la democracia en los regímenes políticos la igualdad en la participación, representación,
contemporáneos, sugiere tener en cuenta seis protección y asignación de recursos (Copped-
tipos ideales que podrían orientar el análisis. El ge et al., 2011, pp. 252-253). Sin ánimo de
primero que denomina tipo electoral (basado agotar la discusión sobre las características que
en el modelo shumpeteriano) la conceptualiza deben distinguir los regímenes democráticos,
como la competencia entre grupos que parti- los autores sostienen que con base en los de-
cipan en procesos electorales para acceder a sarrollos teóricos sobre el tema esta tipología
los cargos estatales, lo cual requiere la vigencia puede contribuir a ubicar los puntos especí-
de partidos y elecciones periódicas. El liberal ficos sobre los cuales subyace lo debatible del
o pluralista enfatiza los criterios de transpa- concepto de democracia8.

7
Como ejemplos se pueden traer a colación aquellos tipos que pretenden dar cuenta de la dominación legítima o
de las tensiones entre derecho formal y derecho material (Weber 2002, 2001).
8
Valga aclarar que por lo reciente de la propuesta aún no es posible constatar su utilidad en una observación empí-
rica. Sin embargo, se adopta como pertinente para el análisis debido a que considera las potencialidades y los límites
de otros intentos anteriores de medir y conceptualizar la democracia desde diversos factores explicativos.

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El concepto de corrupción política tam- cuando las leyes se diseñan para favorecer a
bién es susceptible de ser tipologizado9. Como unos grupos particulares, aunque formalmente
concepto base se puede entender el fenómeno el contenido normativo se pretenda presentar
como una acción o relación que beneficia ina- como expresión de lo impersonal. Por tanto,
propiadamente a algunos actores mediante la el Estado como organización se desvía del
amenaza de la realización de lo público soca- cumplimiento del deber, lo que se refleja en
vando el funcionamiento del Estado. Los dos que los políticos profesionales y los funcio-
tipos ideales difieren según el entendimiento narios administrativos desarrollan sus labores
de la categoría de lo público, el acceso y ejerci- para satisfacer sus intereses personales o los
cio a los cargos estatales y lo inapropiado de los de terceros que no son expresión de la norma
beneficios. El primero alude a lo público como impersonal.
expresión de una norma impersonal, es decir, El segundo tipo alude a lo público como
que se presenta como objetiva y universal en sí lo vinculante. La norma que se entiende como
misma, la cual es aplicable a cualquier persona expresión de lo público representa los valores
en cualquier situación concreta. Según esta y las metas que integran a un conglomerado
norma el Estado como organización está orien- social. A diferencia del primer tipo, lo relevan-
tado al cumplimiento del deber, palpable en la te aquí no es la defensa de una norma que se
realización de la norma impersonal y las que tiene como válida y universal en sí misma. Esta
de ella se derivan. Los políticos profesionales deberá ser dejada de lado si amenaza el vínculo
han de discutir en los espacios legislativos las colectivo (v. g. cuando una constitución polí-
mejores formas de interpretar y poner en vi- tica es derogada o reformada mediante vías no
gencia las normas impersonales de lo público, estipuladas por ella si esto ayuda al fin de un
mientras que los funcionarios administrativos conflicto armado). Por tanto, el Estado debe
se encargan de ejecutarlas siguiendo el mismo ser el organismo donde se expresen las metas
principio. Los bienes y servicios estatales han identificadas como comunes y aglutinadoras
de estar orientados hacia aquellos que son la del cuerpo político. La elaboración de las le-
expresión directa de dichas normas. La co- yes y las ejecuciones administrativas, en este
rrupción política en este tipo se hace presente tipo, han de estar encaminadas a abandonar
cuando se incumple la norma impersonal o subordinar las metas que tienden a dividir
para favorecer intereses personales. Esta se a los integrantes de dicho cuerpo y darle con-
abandona y el resultado en una situación de tenido práctico a las que se identifican como
corrupción sistemática es que los beneficiarios las garantes del vínculo político. Los políticos
tienden a ser las mismas personas. Incluso esta profesionales y los funcionarios administrati-
situación puede formalizarse jurídicamente vos no actúan como cumplidores de un deber

9
Para una reflexión más extensa sobre lo que se mencionará en las páginas siguientes se puede consultar a Jaramillo
(2010).

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impersonal sino como agentes negociadores tas. De esta forma es posible identificar si un
y facilitadores para la realización de metas ciudadano se acerca más a una interpretación
vinculantes. Los beneficiarios son aquellos electoral de la democracia (en los términos
actores que garantizan la integración de la or- expuestos) o a una deliberativa para recono-
ganización. La corrupción política se entiende cer un régimen político como democrático.
en este tipo cuando se privilegia la realización Igualmente, si se acerca más a una defensa de
de metas y objetivos que llevan a la desintegra- lo público en términos de lo vinculante o de lo
ción del cuerpo político. El favorecimiento de impersonal en el momento de juzgar un com-
intereses particulares lleva al detrimento de lo portamiento político como corrupto.
público-vinculante, dando lugar al surgimien- Las interpretaciones del principio de
to de facciones que pretenden beneficiarse a autogobierno como un valor impersonal o
expensas del bienestar de dicho cuerpo. El vinculante indican un camino fructífero para
Estado termina siendo instrumentalizado por poder explorar la relación entre los fenómenos
grupos particulares o por políticos profesiona- que han sido objeto de reflexión. Los nexos
les y funcionarios administrativos que socavan conceptuales entre los tipos ideales expuestos
la realización de la integración política. El brindan alternativas para comprender las po-
resultado es que los beneficiarios de los bienes sibles percepciones sobre las relaciones entre
y servicios estatales se favorecen a expensas de democracia y corrupción sostenidas por los
la organización política o de otras facciones ciudadanos. En primer lugar, la democracia
particulares10. puede ser entendida según el tipo electoral. En
Estos dos grupos de tipos ideales permi- este escenario la corrupción de este régimen se
ten comenzar a ubicar mejor las relaciones interpreta como la vulneración de la democra-
entre corrupción y democracia. Debido a que cia como principio impersonal, dando lugar
estamos en presencia de conceptos debatibles a la elección de representantes que solo velen
la consideración de aquellos permitirá inter- por intereses personales, o la amenaza a este
pretar de mejor manera cuáles son los criterios régimen como factor vinculante, expresada en
a los que los ciudadanos hacen referencia al la elección de representantes que impidan la
identificar su presencia en situaciones concre- integración del cuerpo político democrático al

10
Un ejemplo puede ilustrar mejor las diferencias entre la amenaza a la realización de lo impersonal o de lo vincu-
lante. Un soborno puede entenderse como corrupto políticamente debido a que la entrega de dinero puede atentar
contra la defensa de principios impersonales como la eficacia o la eficiencia en la realización de una política pública.
Sin embargo, también puede ser interpretado como amenaza a la realización de un valor que se considera aglutina al
cuerpo político vigente, v.g., distanciarse de la línea política que vincula a un partido en la aprobación de una ley en el
legislativo. Un caso ilustrado en la película La lista de Schlinder incluso permite mostrar que los valores impersonales
y vinculantes no siempre adquieren el mismo sentido. La oferta de un soborno para poder restablecerle la libertad
individual a presos judíos (valor impersonal), puede no ser entendida como una acción corrupta políticamente para
quienes defienden aquel valor. No obstante, para los nazis esta conducta sí lo era al atentar contra una de las políticas
que pretendieron vincular a los integrantes del régimen.

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favorecer los intereses de facciones que atentan que pretenda comprender estos vínculos y
contra la integración de aquel. La democra- eventualmente registrar algunas tendencias.
cia entendida como garantía del pluralismo Tomar en cuenta los factores que los acto-
puede ser debilitada por la restricción de los res políticos identifican como los decisorios en
mecanismos que evitan la concentración del sus percepciones sobre la democracia y la co-
poder político, ya sea por el abandono de la rrupción política permite facilitar el análisis de
fiscalización de los intereses personales de los las relaciones existentes entre los dos fenóme-
actores gubernamentales o por la defensa in- nos. Algunos de los estudios contemporáneos
debida de los intereses facciosos de grupos de no han llegado a conclusiones similares sobre
poder. El conjunto de ciudadanos que tienda este particular debido a que los conceptos que
a interpretar la democracia bajo el tipo mayo- utilizan como definitorios de las relaciones so-
ritario puede identificar su corrupción bajo la ciales que los caracterizan realzan aspectos que
presencia de defensores de intereses personales para otros no son los distintivos de lo que se
o facciosos minoritarios. La democracia pensa- pretende definir. La particularidad de ser con-
da como participación directa de la ciudadanía ceptos esencialmente debatibles invita a exa-
da lugar al reconocimiento de su corrupción minar cómo se han presentado históricamente
por restricciones en la toma de decisiones los fenómenos y las formas de entenderlos por
a favor de intereses de algunas personas en parte de los mencionados actores. A partir de
particular o de algunas facciones que no son allí, la construcción de tipos ideales que ex-
identificadas como parte del cuerpo político. cluyan lo menos posible los puntos sobre los
El tipo deliberativo puede ser socavado por cuales han girado las discusiones se presenta
la promoción de procesos no razonables de como un camino fructífero para clarificar las
decisión en búsqueda del favorecimiento de relaciones y perfilar tendencias más sólidas.
personas o facciones, y el tipo igualitario, por De este modo se puede sugerir para una
la promoción de acciones que conducen a la futura investigación empírica que en lugar de
inequidad en pro de favorecer, por lo menos, establecer en líneas generales las relaciones en-
a alguno de aquellos grupos. tre corrupción y democracia se rastreen las co-
nexiones empíricas entre formas de percibir la
Conclusiones corrupción y la democracia teniendo los tipos
ideales mencionados como marcos concep-
El reconocimiento conceptual de estas tuales orientadores. Así se podría indagar con
relaciones puede dar lugar a la identificación mayor precisión si entre estos dos fenómenos
concreta de los posibles lazos entre corrupción existen relaciones causales directas y en qué
y democracia, habida cuenta de las percepcio- aspectos, por ejemplo, si quienes tienden a
nes que los ciudadanos pueden tener sobre defender ciertos tipos de democracias pueden
estos dos fenómenos. De esta manera, los estar más propensos a juzgar la corrupción
tipos ideales mencionados pueden ser útiles política como producto del desconocimien-
para guiar una futura investigación empírica to de una norma impersonal más que una

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OPERA, No 11
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vinculante, o si ciertos tipos de percepción Barometer for Established Democracies. Cha-


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