El Rímac -hablador, en quechua- nace en los Andes centrales y,
en su recorrido de 150 kilómetros rumbo al océano Pacífico, es bombardeado diariamente por 1185 focos contaminantes de diverso tipo. En su cuenca alta el río recibe relaves mineros y aguas ácidas de industrias minero-metalúrgicas; en su cuenca media la contaminación viene de la actividad agrícola, avalanchas por lluvias, materia orgánica, metales y polución microbiológica; mientras que, en su cuenca baja, básicamente urbana, el río recibe desagües, desperdicios y químicos de las industrias. “El río está enfermo, es muy preocupante porque cada vez se deteriora más la calidad del agua”. Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), descontaminar el Rímac tomaría 10 años y una inversión de mil millones de dólares, un plan elaborado con apoyo de Corea del Sur, y que contempla construir reservorios, plantas de tratamiento de aguas y hasta programas de reforestación, además de la eliminación de los vertederos de los desperdicios, que son los principales contaminadores.
El río Rímac de Lima agoniza por la contaminación y el cambio climático. (8 de
setiembre de 2017). Prensa Libre. Recuperado de http:/www.prensalibre.com/internacional/el-rio-rimac-de-lima-agoniza-por-la- contaminacion-y-el-cambio-climático