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La Tierra es un gran imán.

Los polos magnéticos terrestres son la zonas de la Tierra donde llegan los
campos magnéticos terrestres. El magnetismo de la Tierra se debe a que los
materiales del núcleo terrestre, el níquel y el hierro, hacen que nuestro planeta
se comporte como un inmenso imán, lo que explica el funcionamiento de las
brújulas. Debido a que los polos diferentes se sienten atraídos y los idénticos
se rechazan, la brújula se orienta al polo norte geográfico, que casi equivale al
polo sur magnético.

La Tierra posee un campo magnético, similar a un imán, que se invierte cada


cierto tiempo: lo que conocemos como el Polo Norte se transforma en el Polo
Sur, y viceversa. Este fenómeno ha tenido lugar diversas veces a lo largo de la
historia geológica, con una frecuencia aproximada de cada medio millón de
años. Es decir, la Tierra presenta dos nortes: el magnético y el geográfico

¿Pero cuánta diferencia hay entre el norte magnético y el norte geográfico?

El Polo Norte Geográfico de nuestro, o de cualquier otro, planeta, no es más que el


lugar donde todas las líneas imaginarias de longitud, denominadas
«meridianos», convergen en el norte.

Así que como vemos el Polo Norte Geográfico no es un elemento del planeta si no un
lugar imaginario o ficticio.

Por otro lado, el Polo Norte Magnético, si corresponde a un fenómeno


físico que ocurre en el núcleo del planeta tierra. Podríamos definirlo como el
lugar donde el campo magnético es perpendicular a la superficie del planeta,
por lo tanto, las agujas de nuestras brújulas apunta hacia éste, ya que se
alinean con el campo magnético de la Tierra.

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