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PASOS
Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos
Dios, Padre Celestial.
Ten misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del Mundo.
Ten misericordia de nosotros
Dios, Espíritu Santo.
Ten misericordia de nosotros
Santa Trinidad, un solo Dios.
Ten misericordia de nosotros
Corazón de María.
Ruega por nosotros
Corazón de María, Inmaculado desde el primer instante de la
concepción
Ruega por nosotros
Corazón de María, lleno de gracia
Ruega por nosotros
Corazón de María, bendito entre todos los corazones
Ruega por nosotros
Corazón purísimo de María
Ruega por nosotros
Corazón humildísimo de María
Ruega por nosotros
Corazón amantísimo de María
Ruega por nosotros
Corazón misericordiosísimo de María
Ruega por nosotros
Corazón de María, santuario de la Santísima Trinidad
Ruega por nosotros
Corazón de María, Tabernáculo del Verbo Encarnado el día de la
Anunciación
Ruega por nosotros
Corazón de María, enriquecido con nuevas gracias el día de la
Visitación
Ruega por nosotros
Corazón de María, morada de Jesucristo durante nueve meses
Ruega por nosotros
Corazón de María, henchido de felicidad el día de la Natividad de
Jesucristo
Ruega por nosotros
Corazón de María, lleno de alegría y tristeza el día de la Presentación
Ruega por nosotros
Corazón de María, sobremanera consolado con el encuentro de
Jesús en el Templo
Ruega por nosotros
Corazón de María, anegado de tristeza con el corazón de Jesús triste
en el Huerto
Ruega por nosotros
Corazón de María, cruelmente atormentado en la Flagelación de
Jesús
Ruega por nosotros
Corazón de María, traspasado por interiores espinas en la
Coronación de Jesús
Ruega por nosotros
Corazón de María, oprimido por un peso inmenso con Jesús cargado
de la Cruz
Ruega por nosotros
Corazón de María, clavado en la Cruz con Jesús crucificado
Ruega por nosotros
Corazón de María, atormentado con los tormentos de Jesús
Ruega por nosotros
Corazón de María, sepultado de pena con la muerte de Cristo
Ruega por nosotros
Corazón de María, vuelto a nueva vida en la Resurrección de
Jesucristo
Ruega por nosotros
Corazón de María, dilatado de gozo en la Ascensión de Jesús
Ruega por nosotros
Corazón de María, de nuevo santificado con la venida del Espíritu
Santo
Ruega por nosotros
Corazón de María, exaltado sobre todos los bienaventurados el día
de su Asunción
Ruega por nosotros
Corazón de María, colocado a la derecha de Jesucristo en el Cielo
Ruega por nosotros
Corazón de María, consuelo de los afligidos
Ruega por nosotros
Corazón de María, refugio de los pecadores
Ruega por nosotros
Corazón de María, esperanza de los agonizantes
Ruega por nosotros
Corazón de María, imagen perfecta del Corazón de Jesús
Ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
Ten misericordia de nosotros
Oración:
Tú, que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una
digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir
siempre conformes a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por
Cristo tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.
Santísima Virgen.
Déjate abrazar por la llama de amor que arde en mi Inmaculado
Corazón; quiero hacer cenizas tus pecados, quiero acrecentar tu
amor por Mí.
Hijo mío, estás avanzando en tu caminar espiritual; veo que tienes el
firme propósito de dejarlo todo por el Señor, y a cambio de tu
entrega generosa recibirás raudal de gracia, raudal de bendición;
Jesús te pagará el ciento por uno.
Hoy, camina tomado de mis virginales manos; quiero llevarte al lugar
donde vive Jesús. Ya conociste el mundo, algunas veces tocaste
fondo, te dejaste engañar, seducir por los placeres fugaces y
efímeros; pero, el Señor tuvo misericordia de ti y ya le conoces.
Hijo mío, camina siempre en línea recta; no te dejes desviar ni a
derecha ni a izquierda.
El Señor ha puesto sus ojos en ti, el Señor lleva tatuado tu nombre
en las palmas de sus venerables manos.
Hoy siente gozo, paz; porque esta lección de amor ha de obrar en ti
una transfiguración espiritual. Por eso, ve al Tabor de los Sagrarios;
allí te encontrarás con Jesús, allí podrás llorar a sus pies tus pecados,
maldades e iniquidades; pero, Jesús en su infinito amor, te tratará
con bondad y dulzura, te perdonará, te alentará a caminar por el
camino de la cruz, de la renuncia diaria, de la mortificación y de la
penitencia.
Quiero enseñarte a descubrir la excelencia que trae para tu alma el
ayuno; ayuno que es arma mortal para derrotar y vencer a Satanás.
El ayuno fortalecerá tu corazón para la prueba.
El ayuno quitará de tus ojos algunas sombras, que impiden que veas
la luz de Cristo en todo su resplandor, en toda su potencia.
El ayuno es remedio, bálsamo eficaz para toda enfermedad
espiritual.
El ayuno te fortalece, de tal modo que Satanás ni siquiera podrá
acercarse a ti, no podrá rozar un ápice de tu piel.
El ayuno te embellecerá interiormente, quitará cadenas que te
aprisionaban y no podías caminar en libertad hacia Jesús.
El ayuno resplandecerá tu espíritu, te comportarás como si fueses un
ángel del cielo descendido a la tierra.
Durante esta preparación para la consagración a mi Inmaculado
Corazón, prívate del alimento material los días miércoles y viernes, y
ofrécemelos en reparación por tus pecados, ofrécemelos como un
gesto de gratitud a mis lecciones de amor.
La consagración a mi Inmaculado Corazón te pondrá sello como hijo
de Dios, resplandecerás como una luz en medio de las tinieblas.
Apóstol de María
Tus lecciones de amor me muestran un camino de rosas y espinas,
hoy me has recordado todas las veces que anduve por caminos
oscuros; el pecado había puesto una venda en mis ojos, caminaba
en tinieblas; el pecado había taponado mis oídos, no escuchaba tu
voz cuando me llamabas; el pecado me separó del Señor, me
sumergió en pozos de aguas putrefactas, casi caigo al abismo; pero,
un día el Señor tuvo misericordia de mí, envió a sus santos ángeles
para que me salvaran y me condujeran por el camino angosto y
pedregoso que me lleva al cielo.
Cuán ciego he sido, no percibía la luz de Dios que iluminaba mi
sendero, mi corazón no era un corazón de carne, era un corazón de
pedernal, insensible al amor de Jesús.
Tú saliste en la mitad de mi camino; como Madre, buscaste al hijo
que se había ausentado del hogar, me rescataste, me llevaste hacia
Jesús; y Él en su infinita misericordia, perdonó mis pecados, sanó mis
heridas, arrancó de mis pies cadenas de hierro que me impedían
caminar tras sus huellas imborrables de amor.
Ayúdame a mortificar mis sentidos; sé que el ayuno purifica mi
corazón, da brillo a mi alma; fortaléceme para adentrarme en el
camino de la penitencia y estar disponible para abrazar la cruz,
asemejarme a Jesús; porque Él me ha creado como su obra perfecta.
Cuán débil soy para el ayuno, con tu asistencia maternal dominaré
mi voluntad y responderé a tu llamada de amor; concédeme la gracia
del dominio propio, concédeme el auxilio divino que necesito para
ser tu esclavo de amor.
4. CORONILLA DE LAS VIRTUDES