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El Imperio Otomano fue un estado multiétnico y multirreligioso que se extendió a lo largo de

tres continentes (Europa, Asia y África) durante más de seis siglos, desde su fundación en 1299
hasta su disolución en 1923 tras la Primera Guerra Mundial. Fundado por los turcos otomanos
bajo la liderazgo de Osman I en el noroeste de Anatolia, el imperio alcanzó su apogeo bajo el
reinado de Solimán el Magnífico en el siglo XVI, cuando sus dominios abarcaban desde las
puertas de Viena hasta el norte de África y el Golfo Pérsico. A pesar de ser conocido por su
poder militar, el imperio también fue un crisol de culturas y se destacó por su administración
organizada y su contribución a las artes, la ciencia y la arquitectura. Su compleja estructura
administrativa y su legado cultural dejaron una huella indeleble en la historia de las regiones
que abarcó.

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