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POR DIOS

Entre 1618 y 1648 ocurre la guerra de los treinta años donde mueren 8 millones de
personas debido a las diferencias entre dos vertientes de la misma religión, las bases de
este conflicto se deben a las diferencias entre la vertiente protestante y la católica cuando el
rey Fernando II puso fin a la tolerancia religiosa en el reino de Bohemia.

Desde hace años la religión ha promovido infinitas carnicerías al llamado de Dios para
justificar la invasión ,opresión y al asesinato de personas inocentes tachando a estas de
herejes cuando al clero le conviene silenciar vertientes distintas a la catolica como jardinero
podando las malas hierbas. Mismísimos reyes justifican la conquista de países con distinta
ideología religiosa con la idea de que están impartiendo la palabra del señor para que sus
pueblerinos les aplaudan y vitoreen al llegar victoriosos los soldados con las manos llenas
de sangre y los ojos vendados, mismos pueblerinos que al mínimo atisbo de libertad son
colgados en la plaza más conocida, para los católicos es un logro y para los plebeyos un
aviso de que la libertad no tiene cabida en la sociedad y solo les espera una vida de trabajo
y silencio eterno bajo la sombra de iglesias monumentales. Hasta la mera idea de disfrutar
nuestro tiempo en la tierra es prohibida y sustituida por un estilo de vida devoto e impartido
por la gran mano de la iglesia y si intentas lo contrario te invitaran a la que será
probablemente tu última confesión.

Cómo, cómo podemos permitir que la máquina de guerra y opresión siga funcionando con el
uso al gusto de la biblia como gasolina, como permitimos que la libertad en cualquiera de
sus formas esté prohibida como pecado capital, debemos quitarnos las vendas de los ojos y
comprender que la biblia y la religión no debe ser usada como herramienta de justificación a
la violencia.

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