Gén 4:3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la
tierra una ofrenda a Jehová.
Gén 4:4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda.
Lo que sucede en este escenario entre los dos hermanos, el Señor lo
resuelve dando una enseñanza diciendo.
Mat 5:23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de
que tu hermano tiene algo contra ti, Mat 5:24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
(Aquí se presenta un conflicto que es necesario resolver antes de
ofrecerse a Dios)
Caín ofrece una ofrenda muy atractiva siendo el labrador de la tierra
una canasta repleta de los mejores frutos debería de ser agradable, lo que pasa que esa ofrenda no la puede hacer un pecador sin arrepentimiento, por eso no es acepta a Dios mientras el no estuviera en paz con Dios, ¿Por qué? Simplemente porque ellos son fruto del pecado,
Rom 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un
hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
El pecado tiene unas consecuencias muy graves.
Rom 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Sin embargo Abel entiende su estado pecaminoso y necesita
reconciliarse con Dios ponerse a paces con Dios y por eso ofrece una víctima que lo sustituye que lleva la culpa de él quedando así el inocente, porque un inocente a muerto por el culpable, en definitiva Abel ofrece una ofrenda que refleja el arrepentimiento, mientras que la ofrenda de Caín no es expiatoria, como presentando una disculpa diciendo yo no le debo nada a Dios.