ABC/póg.
30- :TRIBUNA
,AMON Serrano
R CONTESTACIÓN AMISTOSA A SERRANO SUÑER
en su «Réplica
a Vegas Lata-
pie» (ABC, 28-2-84)
contesta a mi artículo
«Entierro de Alfonso
XIII». Desde la indignación, pero con cordiali-
dad. También con cordialidad, pero sin indig-
nación, quiero hacerle algunas puntuaíizacío-
nes y darle, de alguna manera, cierta
satisfacción.
Los hechos son los hechos y es inútil ir
contra ellos. En la persecución monárquica
que por aquel entonces estaba de moda y de
la que la prohibición de la salida de Mallorca
es sólo un pequeño ejemplo, el Gobierno tuvo
intervención directísima. Y en el Gobierno de
Franco era persona omnipotente el entonces
ministro de Asuntos Exteriores y creo que jefe
de la Junta Política de FET y de las JONS, el
cuñado del caudillo, Ramón Serrano Suñer.
El y su cohorte de jóvenes falangistas «par-
venus»: Ridruejo, Laín, Tovar, Torrente Ba-
llester, Hoyos, Mayalde, Neville y otros dieron
un aire al nuevo Estado, que nada tenía que
ver con los carlistas; con lo que habíamos
postulado desde Acción Española, con los
numerosísimos afiliados a la CEDA que se
unieron a\ alzamiento con Renovación Espa-
ñola y hasta con los falangistas que siguieron
a Hedilla.
Era pura y simplemente un remedo de los
Estados fascistas e ideológicamente apenas
había otra cosa que un desaforado culto a la
personalidad del jefe del Estado. Casi todos,
en el correr de los años, han sufrido un abso-
luto cambio político casi incomprensible en
quienes habían desempeñado funciones tan
elevadas en el franquismo falangista. En esto,
la trayectoria de Serrano Suñer ofrece plausi-
ble contraste.
Serrano dice que no prohibió él personal-
mente la salida del barco. Todos creíamos,
por sus actitudes y por el enorme peso que
ejercía en la política española, que había sido
él. Caso de no haberlo hecho, lo que me pa-
rece indudable es que alguna autoridad su-
balterna lo prohibió, así como la posterior sa-
lida de los autobuses, creyendo interpretar lo
que hubiera gustado al ministro. No estaban
L
OS vascos segui-
mos de moda en
Madrid y segui-
mos siendo objeto de
LAS ELECCIONES VASCAS, «IN SITU»
los más espantosos de-
senfoques.
La Prensa de Madrid ha reflejado de ma-
nera muy diferente el resultado de las elec-
ciones. Por otra parte, para los protagonistas
de las elecciones no ha habido perdedores.
Para unos, las elecciones han supuesto «un
barrido de la oposición»; para otros, «un au-
mento considerable sobre resultados anterio-
res»; para otros, «un aumento de escaños, y
para otros, cuando menos, «una consolida-
ción de resultados». Pero, ¿qué ha pasado
en realidad? La verdad es clara. Ha ganado
el nacionalismo, mírense como se miren los
resultados.
El PNV tiene ahora cuatro años para seguir
configurando políticamente y sobre todo so-
ciológicamente al País Vasco. La experiencia
de los cuatro años anteriores nos hace temer
to peor sobre su actuación, que va a seguir
ABIERTAE -DOMINGO 4-3-84
Por su parte, Alfonso
García Valdecasas es
testigo de excepción de
Por Eugenio VEGAS LATAPIE las amenazas de Orba-
neja. Era entonces pre-
sidente del Instituto de
entonces los tiempos como para atreverse a Estudios Políticos y fue citado a comparecer
contradecirle, hasta pudú haber sido objeto ante el jefe superior de Policía. El cual le
de deliberación en- el Consejo de Ministros. Y amenazó con la cuneta.
en él, ni el ministro de la Gobernación, don Prueba de que nunca creí en que corriera
Valentín Galarza, ni los militares que en él fi- el menor peligro de muerte es que aunque
guraban, todos monárquicos, hubieran propi- Areilza y algunos otros amigos me aconseja-
ciado tal medida. ron permaneciera unos días en Roma espe-
He de dar la razón a Serrano en un ex- rando a ver cómo se desarrollaban los acon-
tremo. Nunca creí que pensara matarme. Lo tecimientos,^ sin el menor temor regresé en el
que referí es que Orbaneja me dijo que la tren con todos los demás asistentes al entie-
orden de matarme se la había dado Serrano. rro del Rey. Mis discrepancias con Serrano
Y esto es absolutamente verdadero. Me lo era políticas y doctrinales, profundas y
dijo en un almuerzo en el Ritz. En una mesa graves, y de ellas quedará exacto relato en el
próxima se hallaban comiendo los generales segundo tomo de mis Memorias. He de recti-
Orgaz, alto comisario en Marruecos, y Kinde- ficarle un error aparecido en sus Memorias, y
lán, capitán general de Cataluña. que ahora repite en ABC. No me negué a
Una vez que me despedí de Orbaneja me prestar juramento de fidelidad a Franco. En
acerqué a saludar a los citados, y Orgaz me diciembre de 1937 asistí a la solemne cere-
dijo: «¿Cómo estaba comiendo usted con ese monia del juramento de los consejeros nacio-
indeseable?» Me quedé perplejo: si pensaban nales en el monasterio de Las Huelgas, de
que era un indeseable, ¿cómo habían tole-
Burgos. Y presté el juramento preceptivo
rado que desempeñara el cargo de goberna- como los demás cuarenta y ocho consejeros,
dor civil de Murcia y después el de jefe supe- pues el jefe tradicionalista, Manuel Fal
rior de Policía? Conde, se abstuvo de asistir al no aceptar tal
Esta perplejidad de entonces se me ha nombramiento. Pero a primeros de marzo del
confirmado ahora cuando Serrano en su «Ré- año siguiente fui destituido telegráficamente
plica» le tacha de «vesánico». Aquel era un de mi cargo, según puede verse en el «Bole-
Estado de locos o la responsabilidad de quie- tín Oficial del Estado» y en el telegrama origi-
nes tenían poder en aquellos tiempos era nal que conservo. Nunca se me dio explica-
muy grave. ción alguna de mi drástica destitución.
He hablado en estos días con Carmen Mi- En el correr de los años, por dos veces he
ralles de Gómez-Acebo, hermana de quienes sido invitado a almorzar en casa de los seño-
fueron mis entrañables amigos, Carlos, Luis y res de Serrano Suñer. Conservo muy grato
Manolo, muertos los tres en el frente, sobre recuerdo de aquellas comidas. No se aborda-
Orbaneja. Su padre, don Manuel Miralles, fue- ron temas políticos ni pretéritos ni futuros. En
ponente de la causa que se instruyó a Orba- estos últimos años hemos coincidido varias
neja en el Tribunal Supremo, y los datos que veces en el parque del Retiro. Siempre nos
me ha referido son realmente estremecedo- saludamos e incluso conversamos con gran
res. La muerte del médico de Librilla, las pre- cordialidad. De nuestras actuaciones políticas
siones ejercidas sobre su padre en favor del juzgará la historia, y de nuestras intenciones
procesado Orbaneja por ministros del Go- Dios. Ante el que ambos compareceremos
bierno, el sobreseimiento de la causa a la tarde o temprano. Sinceramente le pido para
muerte de don Manuel, las amenazas contra él, como para mí, que nos acoja en su infinita
su vida que había recibido... misericordia.
la desaparición del zoo
Por José Ignacio URUÑUELA
de la economía de su
espécimen esencial, el
empresario.
El pueblo vasco está
dormido por el opio del
estando impregnada en todo lo que respecto independentismo sin darse cuenta de que
a la configuración sociológica del país, de las cuando despierte, en lugar de encontrarse en
consecuencias de los complejos omnipresen- Luxemburgo, que es el sueño y el destino
tes en todas las políticas posfranquistas. Suá- también subliminal de «un pueblo en mar-
rez actuó en izquierda. González actúa en cha», es posible que se encuentre en Alba-
derecha y el PNV ha actuado en contra de nia. Y el viaje a Albania ya sabemos todos
sus esencias históricas, que son conservado- que es un viaje sin retorno.
ras.
El PNV tiene amplias, cuando no plenas, Lo que necesita el País Vasco es volver a
facultades sobre las competencias de más su ser natural. Nunca hemos sido una nación.
peso social: así, la educación, deporte, cul- Hemos sido y somos un pueblo peculiar den-
tura, urbanismo, sanidad. Domina grandes tro de la comunidad española a la que no
áreas de la política municipal, tan decisivas sólo contribuimos esencialmente a crear, sino
hoy en relación a la calidad de vida de los que ha sido testigo de nuestros Bderazgos
ciudadanos. Nepotiza las Diputaciones como posteriores. Hemos creado nuestra propia
si fueran Batzokis. Maneja la distribución de prosperidad y hemos contribuido a crear pros-
cientos de miles de millones. Tiene su propia peridades ajenas. Hemos gozado de unas
televisión. Sufrimos una ruina absoluta de las formas sociales armoniosas y envidiadas. Eso
actividades económicas, agudizada aquí por es lo que yo, vasco, quiero recuperar.