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ADMINISTRANDO LA UNCIÓN

Debemos tener presente:


Hechos 2:32-34:
Somos Testigos de la resurrección de Cristo. El poder del Espíritu que levantó a
Jesús entre los muertos (Romanos 1:4) y ese mismo poder de la resurrección
actúa en nosotros (Efesios 1:19-20 Romanos 8:11), Por lo tanto, ese poder
actuando en nosotros nos hace testigos de su resurrección (Hechos 1:8)

Hechos 10:19, 44:


Debemos seguir la dirección del Espíritu, y no Él a nosotros. Pedro fue guiado
por el Espíritu hasta donde Él quería derramarse.

Hechos 1:8:
El poder o la unción de Dios viene cuando el Espíritu está sobre nosotros. El
espíritu no es un poder, Él es quien da poder a aquellos que pueden guiar y
testifican de Jesús.

Hechos 8:18-23:
Debemos guardar nuestro corazón para tener una actitud correcta delante del
poder de Dios. Debemos entender que Cristo sea exaltado y predicado, no
nosotros.

¿CÓMO SE ADMINISTRA?
 Con la imposición de manos (Hechos 2:1-4)
 Durante una prédica o culto, sin imposición de manos ( Hechos 11:15)
 Durante la oración (Hechos 2:1-4)
 Al oír con fe (Gálatas 3:5)
 Por medio de la profecía (1ª. Juan 4:14)

LA FE Y EL PODER:

 Efesios 1:9. La grandeza de su poder actúa en los que creemos


 Romanos 10:17, la fe viene por oir la Palabra. Hay que levantar la fe por
medio de su Palabra.
 Marcos 5: 21:43, el ejemplo de la mujer con flujo de sangre. Jesús sintió
que poder salía de Él. Cuando alguien lo tocó con fe, esto produjo el
milagro.
 Lucas 5:17-26, El poder para sanar estaba en Jesús. Él encontró a unos
con fe y salvó y sanó al paralítico.
 Hechos 14:8-10, Pablo al estar predicando vio la fe en el cojo y le dijo
delante de todos que se levantara y sano.
 Marcos 6:16, el poder no opera en medio de la incredulidad

ADMINISTRANDO EL PODER: 1ª. Pedro 4:10-11:

 Cada uno según el don que ha recibido: Saber el don que Dios me ha
dado y quien soy en Cristo. Todos tenemos algún don de Él (1ª. Corintios
12:7). Se ministra según el don que tengo y no según el que otro tiene.
Los dones se reciben por profecía e imposición de manos y hay que
cuidarlos y avivarlos (1ª. Timoteo 4:14, 2 Timoteo 1:6).
 Minístrelo a otros. El poder es para servir a otros y no para servirse de
él. (hechos 1:8)
 Como buenos administradores de la gracia de Dios: administramos la
gracia en nosotros a través nuestro y la unción no es algo que
obtenemos por obras o dignidad, sino por misericordia. Pero aún en esa
gracia debemos ser fieles, como buenos administradores (1ª. Corintios
4:2). Debemos ser constantes en la oración, ayuno y búsqueda de Dios,
en el estudio de la Palabra y en la consagración.
 Debemos hablar según las Palabras que Dios dice. Escuchar a Dios es
básico para enseñar (Juan 8:38)
 Debemos ministrar según su poder. No podemos ministrar sin poder,
sino esperar en El para administrarlo.
 Debemos Recordar que el Espíritu es como un viento (Juan 3:8). No lo
vemos ni oímos, pero si podemos ver y oír las manifestaciones del
viento en las personas (Hechos 2:33). Debemos ir detrás de Él,
ministrando en sociedad con Él, y veremos la gloria de Dios manifiesta
en su pueblo

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