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En la estación del metro se encontraba don puerco y doña culebra, don puerco estaba muy

cansado por su larga jornada en la oficina, solo quería llegar a casa para refrescarse en el
barro, mientras tanto, doña culebra también estaba muy cansada por llevar encima las
bolsas de las compras para alimentar a sus hijos, eran las cuatro de la tarde en el metro, el
momento en el que los animales se vuelven muy humanos.

En el vagón del metro había una vaca que quería cederle su puesto a doña culebra, pero
sin siquiera pensarlo don puerco se sentó rápido en el puesto que ofrecía la vaca,
enfurecida comienza a insultarlo para que se parara del puesto, lo cual no funcionó al
principio, hasta que la señora mariposa interrumpió a doña vaca y de manera respetuosa le
dijo que debía que ser empático, a doña culebra le costaba llevar muchas bolsas encima y
que merecía sentarse.

Don puerco reflexionó gracias a las amorosas palabras de doña mariposa y le cedió el
puesto a doña culebra, aprendiendo así a compartir y enseñándole a doña vaca que hay
que decir las cosas con decencia.

En la estación del metro se encontraba don puerco y doña culebra, don puerco estaba muy
cansado por su larga jornada en la oficina, solo quería llegar a casa para refrescarse en el
barro, mientras tanto, doña culebra también estaba muy cansada por llevar encima las
bolsas de las compras para alimentar a sus hijos, eran las cuatro de la tarde en el metro, el
momento en el que los animales se vuelven muy humanos.

En el vagón del metro había una vaca que quería cederle su puesto a doña culebra, pero
sin siquiera pensarlo don puerco se sentó rápido en el puesto que ofrecía la vaca,
enfurecida comienza a insultarlo para que se parara del puesto, lo cual no funcionó al
principio, hasta que la señora mariposa interrumpió a doña vaca y de manera respetuosa le
dijo que debía que ser empático, a doña culebra le costaba llevar muchas bolsas encima y
que merecía sentarse.

Sin embargo se quedó sentado las tres estaciones que le faltaban, haciendo reflexionar a
doña culebra que vive en un mundo cruel donde no se puede esperar nada de nadie, así
que decidió empezar un emprendimiento de pastelería en donde pudiera estar todo el dia en
casa, hasta que reunió la plata para comprarse un carro para andar cómoda sin importar
cuantas bolsas lleve.

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