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En sus conversaciones con Jung, Sabina revela haber tenido una infancia
plagada de humillaciones y palizas que le infligía un padre autoritario.
Sabina era la hija mayor de un matrimonio con 5 hijos. El padre era un hombre
violento que golpeaba a su hija de una forma particular, ella debía entrar a uno
de los cuartos y quitarse parte de su ropa para ser castigada.
Considerando que Sabina vivía en el año 1900, la sexualidad aún era un tema
tabú y mal visto. Cuando entró en la adolescencia y su libido surgió, ella debía
reprimir sus deseos sexuales que fueron despertados por su padre debido a la
forma en que la golpeaba.
Con las sesiones que tuvo con Sabrina, Jung logró ayudarla a curar su
enfermedad y aconsejarla de estudiar medicina ya que es una mujer inteligente.
Con las sesiones que tuvo con Sabrina, Jung logró ayudarla a curar su
enfermedad y aconsejarla de estudiar medicina ya que es una mujer inteligente.
Ella repetía sentimientos, deseos y fantasías de su pasado que correspondían a
las figuras representativas de su vida y las transferían al analista en este caso
Jung. Los sentimientos de amor que Sabina sentía y le atribuía a Jung debían
ser interpretados en la transferencia, ya que esto era inconsciente para ella.
Freud cumple un papel importante como mediador en cierto punto donde logró
que ellos se separaran, así también se da un conflicto entre Freud y Jung por
aquella situación donde Jung se defendió ante Freud diciendo que eran las ideas
de Otto Gross que lo habían influido, ya que predicaba la cura de la transferencia
a través del sexo.
Para Freud, toda actividad creativa positiva era una sublimación, sobre todo de
*la pulsión sexual, por lo contrario, Jung pensaba que no todo era en relación
con la sexualidad, incluso pensaba que las histéricas, antes de necesitar sexo,
necesitaban amor, claro que esto no se ve muy claro en la película.