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El Juego del Viento y el Sol: El viento y el sol estaban discutiendo sobre quién

era más poderoso. Para resolver su disputa, decidieron competir: el primero que
lograra hacer que un viajero se quitara su abrigo sería el ganador. El viento sopló
con fuerza, tratando de arrebatar el abrigo, pero solo logró que el viajero se
aferrara más fuerte. Entonces, el sol brilló con suavidad y calidez, y el viajero,
agradecido por el calor, se quitó voluntariamente el abrigo. El sol sonrió
triunfante, demostrando que la bondad y la amabilidad eran más poderosas que la
fuerza bruta.El Juego del Viento y el Sol: El viento y el sol estaban discutiendo
sobre quién era más poderoso. Para resolver su disputa, decidieron competir: el
primero que lograra hacer que un viajero se quitara su abrigo sería el ganador. El
viento sopló con fuerza, tratando de arrebatar el abrigo, pero solo logró que el
viajero se aferrara más fuerte. Entonces, el sol brilló con suavidad y calidez, y
el viajero, agradecido por el calor, se quitó voluntariamente el abrigo. El sol
sonrió triunfante, demostrando que la bondad y la amabilidad eran más poderosas que
la fuerza bruta.El Juego del Viento y el Sol: El viento y el sol estaban
discutiendo sobre quién era más poderoso. Para resolver su disputa, decidieron
competir: el primero que lograra hacer que un viajero se quitara su abrigo sería el
ganador. El viento sopló con fuerza, tratando de arrebatar el abrigo, pero solo
logró que el viajero se aferrara más fuerte. Entonces, el sol brilló con suavidad y
calidez, y el viajero, agradecido por el calor, se quitó voluntariamente el abrigo.
El sol sonrió triunfante, demostrando que la bondad y la amabilidad eran más
poderosas que la fuerza bruta.El Juego del Viento y el Sol: El viento y el sol
estaban discutiendo sobre quién era más poderoso. Para resolver su disputa,
decidieron competir: el primero que lograra hacer que un viajero se quitara su
abrigo sería el ganador. El viento sopló con fuerza, tratando de arrebatar el
abrigo, pero solo logró que el viajero se aferrara más fuerte. Entonces, el sol
brilló con suavidad y calidez, y el viajero, agradecido por el calor, se quitó
voluntariamente el abrigo. El sol sonrió triunfante, demostrando que la bondad y la
amabilidad eran más poderosas que la fuerza bruta.

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