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ORIGINAL

La actividad física en la enfermedad de Parkinson:


identificación de los responsables de su prescripción,
hábitos e impacto en la calidad de vida,
y de la gravedad de la enfermedad
David Suárez-Iglesias, José C. Diz, Iraia Bidaurrazaga-Letona, Carlos Ayán

Introducción. Escasas investigaciones han explorado la influencia de la calidad de vida (CV) y la gravedad de la enferme- Grupo de investigación VALFIS.
Facultad de Ciencias de la Actividad
dad en la actividad física (AF) en pacientes con enfermedad de Parkinson (EP), así como las fuentes de prescripción de AF Física y del Deporte. Universidad
y consejos para esta población. Este estudio tiene como objetivo ampliar el conocimiento científico sobre estos temas. de León. León (D. Suárez-Iglesias).
Grupo de Investigación sobre el
Pacientes y métodos. Se entrevistó personalmente a 211 pacientes con EP para recopilar datos sobre los niveles de AF con Bienestar. Instituto de Investigación
el International Physical Activity Questionnaire-Short Form y la CV con el Parkinson’s Disease Questionnaire-8. Un cuestio- Sanitaria Galicia Sur, SERGAS-UVIGO
(J.C. Diz, C. Ayán). Departamento
nario ad hoc recopiló información sobre la gravedad de la enfermedad (etapas de Hoehn y Yahr), los comportamientos de de Biología Funcional y Ciencias de
AF y las recomendaciones de AF. la Salud. Universidad de Vigo.
Vigo (J.C. Diz). Departamento de
Resultados. Se encontraron asociaciones débiles, pero significativas, entre los niveles de AF, la gravedad de la enferme- Didácticas Especiales. Facultad
dad (r = –0,218; p = 0,004) y la CV (r = –0,244; p = 0,001). La mayoría de los participantes (85%) recibió asesoramiento de Ciencias de la Educación y el
Deporte. Universidad de Vigo.
sobre AF, principalmente de neurólogos, ya sea en el momento del diagnóstico (52%) o poco después (28%). Antes del Pontevedra (C. Ayán).
inicio de la EP, ~86% participaba en AF, lo que disminuyó al 66% después del diagnóstico. Aproximadamente el 78% in- Departamento de Psicología.
Facultad de Medicina y Enfermería.
formó sobre cambios en la AF, incluida una reducción en la frecuencia (18,4%) y la duración (32,8%), y la caminata era la Universidad del País Vasco. Vizcaya
actividad principal. (I. Bidaurrazaga-Letona). Red de
Investigación de Personas con
Conclusiones. La gravedad de la enfermedad y la CV afectan significativamente a los niveles de AF en pacientes con EP. El Discapacidad: Ejercicio, Actividad
diagnóstico se asocia con una disminución en la frecuencia y la duración de la AF, y la caminata es la actividad preferida. Física y Deporte Inclusivo. Consejo
Superior de Deportes. León, Vigo,
Los neurólogos aconsejan principalmente sobre AF a las personas con EP. Vizcaya, España (D. Suárez-Iglesias,
I. Bidaurrazaga-Letona, C. Ayán).
Palabras clave. Asesoramiento en salud. Calidad de vida. Ejercicio. Pacientes neurológicos. Rehabilitación. Trastornos del
movimiento. Correspondencia:
Dra. Iraia Bidaurrazaga López de
Letona. Departamento de
Fisiología. Facultad de Medicina y
Enfermería. Universidad del País
Introducción rreras de la AF entre pacientes con EP; sin embargo, Vasco (UPV/EHU). Barrio Sarriena,
hay escasa investigación sobre otros factores rele- s/n. E-48940 Leioa, Bizkaia.

La actividad f ísica (AF) beneficia la salud de las vantes relacionados con el comportamiento de la E-mail:
personas con enfermedad de Parkinson (EP) a cor- AF. Por ejemplo, falta conocimiento sobre el com- iraia.bidaurrazaga@ehu.eus
to y largo plazo [1]. La evidencia destaca la impor- portamiento de la AF antes del diagnóstico en per- ORCID:
tancia de la AF como terapia coadyuvante en la EP, sonas con EP, lo cual puede ser útil para compren- 0000-0002-0111-1170 (I.B.L.).
y se aconseja a los profesionales de la salud que tra- der su participación en la AF [6]. De manera simi- Agradecimientos:
tan a pacientes recién diagnosticados informar so- lar, se necesitan estudios adicionales para investigar Queremos expresar nuestro
bre esos beneficios y fomentar la participación en la relación entre los niveles de AF y factores como la sincero agradecimiento a las
siguientes entidades: Observatorio
programas de ejercicio específicos para la EP [2]. calidad de vida (CV) o el nivel de deterioro [7,8]. Parkinson, Federación Española de
Las personas con EP muestran bajos niveles de AF Además, es interesante determinar quién pres- Párkinson; Asociación de Párkinson
de Bizkaia (ASPARBI), (Bilbao),
y comportamientos sedentarios prolongados [3,4], cribe AF a personas con EP y a quién pueden acudir Asociación de Párkinson de Araba
lo que puede afectar negativamente a la evolución para obtener asesoramiento sobre AF. Se espera (ASOPARA) (Vitoria-Gasteiz),
Asociación de Párkinson de
clínica de la enfermedad [5]. En consecuencia, es que los neurólogos proporcionen pautas personali- Gipuzkoa (ASPARGI), (Donostia,
fundamental identificar y desarrollar procedimien- zadas de AF para pacientes con EP después de 
tos específicos para aumentar los niveles de AF en identificar sus barreras y motivaciones [9]. No obs-
esta población. tante, los profesionales no neurólogos también
Para lograr este objetivo, la investigación científi- pueden ofrecer un diagnóstico, tratamiento inicial,
ca se ha centrado principalmente en identificar ba- y manejo regular y oportuno de la EP [10], especial-

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D. Suárez-Iglesias, et al

San Sebastián), Asociación de mente en el ámbito del ejercicio clínico, en el que Comportamiento de la actividad física
Párkinson del Bajo Deba-Eibar las pautas de AF para poblaciones con EP carecen
(DEPARKEL) (Eibar), Asociación de
Párkinson de La Rioja (Logroño), de consenso en cuanto a conceptualización y desa- Tres investigadores desarrollaron una encuesta ad
Asociación de Párkinson de rrollo [2]. hoc basada en su experiencia previa en investiga-
Cantabria (Torrelavega),
Asociación de Párkinson de Finalmente, es crucial investigar las creencias ción sobre la EP. Se les preguntó a los participantes
Asturias (Oviedo, Avilés y de las personas con EP con respecto a los benefi- sobre la modalidad de su AF antes del inicio de la
Langreo), Asociación de Párkinson
de Corvera, Asociación de
cios de la AF y los programas de ejercicio, así como EP, los cambios en el comportamiento de la AF des-
Párkinson Pravia, Asociación las calificaciones de quienes prescriben o supervi- pués del diagnóstico y las razones de estos cambios.
de Párkinson de León (León),
Asociación de Párkinson del
san el entrenamiento, ya que estos factores pueden También proporcionaron información sobre cuán-
Bierzo (Ponferrada), Asociación afectar significativamente a la participación en la do se les aconsejó participar en AF y qué profesio-
de Párkinson Babia-Laciana (León), AF [11]. nal los alentó.
así como a los profesionales y
voluntarios que trabajan en ellas Considerando estas razones, este estudio tuvo
y a sus pacientes, por su como objetivo principal investigar el comporta- Prevalencia de la actividad física
participación esencial en esta
investigación. Su dedicación y miento de la AF en personas con EP y, posterior-
colaboración han enriquecido mente, evaluar la influencia de la gravedad de la en- Se utilizó el Physical Activity Questionnaire-Short
considerablemente los resultados
de este estudio. También
fermedad, la CV y las creencias sobre la AF en la Form para evaluar los niveles de AF entre los pa-
extendemos nuestro prevalencia de la AF. Además, buscó identificar a cientes con EP. El cuestionario consta de siete pre-
agradecimiento a Galicia Sur los profesionales de la salud que proporcionan in- guntas sobre la frecuencia y duración de la activi-
Health Research Institute, así
como a los miembros del equipo formación sobre la AF y desarrollan prescripciones dad vigorosa, la actividad moderada, la caminata y
de investigación (Claudia Martínez de AF para pacientes con EP. el tiempo sentado. Los participantes se clasifica-
Lupiáñez y Francisco Sandoval
Martín) que visitaron las ron como activos o inactivos según el nivel de AF
asociaciones para la recopilación establecido por la Organización Mundial de la Sa-
de datos.
Pacientes y métodos lud. Se estableció un punto de corte (tiempo senta-
Aceptado tras revisión externa: do ≥ 360 minutos/día) para evaluar el comporta-
23.02.24.
La muestra consistió en pacientes con EP recluta- miento sedentario [12]. Este cuestionario ha mos-
Conflicto de intereses: dos por dos miembros del personal de investiga- trado niveles aceptables de validez y fiabilidad en la
No existen. ción que contactaron con 11 asociaciones de EP en evaluación de la AF entre adultos mayores en la po-
Cómo citar este artículo: el norte de España: País Vasco y las provincias de blación española [13].
Suárez-Iglesias D, Diz JC, La Rioja, Asturias, Cantabria y León, ya sea por te-
Bidaurrazaga-Letona I, Ayán C. La
actividad física en la enfermedad léfono o visitas en persona. Tras aceptar participar, Calidad de vida
de Parkinson: identificación de los se llevaron a cabo una o dos reuniones para proce-
responsables de su prescripción,
hábitos e impacto en la calidad de
der con la firma de los consentimientos informa- Se utilizó la versión en español del Parkinson’s Di-
vida, y de la gravedad de la dos y la cumplimentación de los cuestionarios. sease Questionnaire-8 (PDQ-8) para evaluar la CV
enfermedad. Rev Neurol 2024; Para ser incluidos en el estudio, los pacientes de- de los participantes [14]. Este cuestionario consta de
78: 139-46. doi: 10.33588/
rn.7806.2023211. bían: a) tener un diagnóstico clínico de EP confir- ocho ítems puntuados del 0 al 4. El índice resumen
mado por la asociación; y b) ser fluidos en español. de todos los ítems se estandariza en una escala de 0
English version available
at www.neurologia.com Se excluyó a pacientes con deterioro cognitivo o a 100, y los índices más bajos son indicativos de una
falta de disposición para participar. El comité de mejor CV. Este cuestionario se utiliza ampliamente
© 2024 Revista de Neurología
ética de la Universidad de León aprobó el estudio en el contexto de la EP, y ha demostrado su acepta-
(ETICA-ULE-030-2020) y todos los participantes bilidad, facilidad de uso, validez y fiabilidad como
proporcionaron consentimiento informado por es- un instrumento efectivo para evaluar la CV en per-
crito. sonas afectadas por la EP [14,15].
Durante las reuniones programadas, el personal
de investigación llevó a cabo entrevistas individua- Análisis estadístico
les o en pequeños grupos utilizando un cuestiona-
rio integral que abarcaba los siguientes resultados. Después de evaluar la distribución normal con la
prueba de Kolmogorov-Smirnov, representamos las
Datos demográficos y clínicos variables cuantitativas como media (desviación es-
tándar) o mediana (rango intercuartílico), y las va-
El sexo, la edad, el tiempo transcurrido desde el riables cualitativas como n (%). Dividimos a los pa-
diagnóstico de la EP, la edad en el momento del diag- cientes en tres grupos según su etapa de H-Y (1-1,5,
nóstico de la EP y la gravedad de la EP, según las 2-2,5 y 3-5 etapas). También dividimos a los pa-
etapas de Hoehn y Yahr (H-Y), se extrajeron de los cientes en terciles según su puntuación en el
registros clínicos de los participantes. Parkinson’s Disease Questionnaire-8 (0-13, 16-28 y

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La actividad física en la enfermedad de Parkinson

31-81). Comparamos las diferencias entre grupos


de variables continuas con la prueba de Kruskal- Tabla I. Características demográficas, clínicas y de actividad física de la
muestra.
Wallis. Utilizamos el coeficiente de correlación de
Pearson para analizar la asociación entre variables.
Características
Se calcularon tablas de contingencia para detectar
asociaciones sistemáticas de las variables evalua- Hombres, individuos –n (%)– 122 (57,3)
das. Todas las variables se analizaron utilizando
una prueba de χ2. Un valor de p de dos colas infe- Edad, años –media (DE)– 72 (7)
rior a 0,05 indicó significancia estadística. Todos
los análisis se realizaron utilizando el software SPSS Tiempo desde el diagnóstico de EP, años –media (DE)– 8 (7)
(IBM Corp., Armonk, N.Y., USA).
Edad de diagnóstico de EP, años –media (DE)– 64 (9)

PDQ-8, puntuación –media (DE)– 24 (17)


Resultados
Escala Hoehn y Yahr, puntuación –media (DE)– 2,32 (0,87)
Participaron en el estudio 211 pacientes con EP. Sus
Escala Hoehn y Yahr, estadios –n (%)–:
características se muestran en la tabla I. La camina-
ta fue el principal tipo de AF realizada. Los datos 1: afectación exclusivamente unilateral 30 (14,2)
analizados indicaron que alrededor del 58% de los
participantes eran f ísicamente inactivos y el 43,2% 1,5: afectación unilateral y axial 22 (10,4)
mostraba un tiempo prolongado de estar sentado.
La tabla II muestra los datos sobre el comporta- 2: afectación bilateral sin alteración del equilibrio 50 (23,7)
miento de la AF. Antes del inicio de la EP, ~86% de
2,5: afectación bilateral leve con recuperación postural
los participantes se involucraban en AF, y la camina- en el pull test
44 (20,9)
ta (87,8%), la natación (22,8%) y el ciclismo (21,8%)
eran las actividades más comunes. La mayoría (70%) 3: afectación bilateral y axial moderada; aparición de
47 (22,3)
practicaba AF sin supervisión. Después del inicio de inestabilidad postural; físicamente independiente
la EP, el 66% continuó con la AF y el 19% intentó 4: discapacidad grave; todavía capaz de andar o
mantenerse activo durante algún tiempo. Cerca del 15 (7,1)
estar de pie sin ayuda
78% de los participantes informaron de cambios en
la AF, incluyendo reducciones en la frecuencia 5: totalmente dependiente en fase de
3 (1,4)
encamamiento o silla de ruedas
(18,4%) y la duración (32,8%). Aproximadamente el
65% modificó sus preferencias de AF y más de un IPAQ-SF: actividad física, minutos/semana–1 –mediana (RIC)–:
tercio practicaba AF sin supervisión. Las principales
barreras identificadas para la AF fueron la falta de Caminar (n = 177) 360 (155-615)
energía (51,1%) y el miedo a caer (44,3%).
La mayoría de los participantes (85%) recibió Moderada (n = 176) 120 (0-240)
asesoramiento sobre AF, ya sea en el momento del
Vigorosa (n = 183) 0 (0-40)
diagnóstico de la EP (52%) o poco después (28%). La
principal fuente de consejo sobre AF fue el neurólo- EP: enfermedad de Parkinson; IPAQ-SF: Physical Activity Questionnaire-Short
go (74,7%), aunque en algunos casos también otros Form; PDQ-8: Parkinson’s Disease Questionnaire-8; RIC: rango intercuartílico.
profesionales de la salud, pacientes y empleados de
la asociación brindaron orientación (Tabla III).
Se observaron asociaciones débilmente signifi- < 0,001). Los resultados también indicaron que eta-
cativas entre la cantidad de AF realizada, la etapa pas más altas de H-Y se asociaron con niveles más
de H-Y (r: –0,218; p = 0,004) y la CV (r: –0,244; p = bajos de CV (p = 0,004) (Figura).
0,001). Se encontró una relación directa significati- Niveles bajos de CV se asociaron con cambios
va de baja magnitud entre el tiempo sentado, la eta- en la AF, que implicaron principalmente activida-
pa de H-Y (r: 0,25; p = 0,002) y la CV (r: 0,201; p = des menos frecuentes y de menor duración. Las ba-
0,015). La etapa de H-Y también demostró una aso- rreras para el ejercicio, como la falta de energía y el
ciación significativa con la CV (r: 0,331; p = 0). miedo a caer, también se vieron significativamente
El análisis estadístico mostró que el tiempo dedi- afectadas por los niveles de CV. Notablemente, no
cado a caminar estuvo notablemente afectado por se observaron asociaciones al analizar la gravedad
la etapa de H-Y (p = 0,004) y también por la CV (p de la enfermedad, evaluada por H-Y, en los com-

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D. Suárez-Iglesias, et al

Tabla II. Comportamiento de la actividad física (AF), supervisión del ejercicio, y barreras antes y después del diagnóstico de la enfermedad de
Parkinson.

Antes del diagnóstico N n % Después del diagnóstico N n %

Realiza AF 211 Realiza AF 209

Sí 181 85,8 Sí, continué 138 66

No 26 12,3 Sí, por un tiempo 40 19,1

Quizás 4 1,9 No 31 14,8

Supervisión de la AF 197 Supervisión de la AF 176

Instructor individual 3 1,5 Instructor individual 22 12,5

Instructor de grupo 40 20,3 Instructor de grupo 99 56,3

Sin supervisión 139 70,6 Sin supervisión 55 31,3

NS/NC 15 7,6

Tipos de AF (sí/no)a Razones para no realizar AF (sí/no)a

Caminar 197 173 87,8 Falta de energía 176 90 51,1

Nadar 197 45 22,8 Miedo a caer 176 78 44,3

Bicicleta 197 43 21,8 Transporte 176 33 18,8

Correr 197 20 10,2 Creencia de que la AF no ayuda 176 11 6,3

Deportes de equipo 197 7 3,6 Falta de conocimiento de instructor 176 5 2,8

Otros 211 60 28,4 No está interesado 176 4 2,3

N: número total de respuestas para la pregunta; n: número de respuestas para cada opción de selección; NS/NC: no estoy seguro/no contesta. a Sólo se
reflejan las respuestas de ‘sí’ en las columnas n y %.

portamientos de AF. Finalmente, después del inicio Nuestros resultados revelaron que muchos par-
de la EP, se identificó una correlación directa nota- ticipantes participaban en AF antes del inicio de la
ble entre la edad y el miedo a caer (p = 0,008). Ade- EP. Después del diagnóstico, el 20% dejó de realizar
más, se observó que, a mayor edad, menor creencia AF, mientras que otros intentaron mantenerse acti-
en los beneficios de la AF (p = 0,027). vos temporalmente. Los que mantuvieron la AF
ocasionalmente experimentaron reducciones en la
frecuencia o duración, y un número sustancial de
Discusión pacientes modificó sus preferencias, lo que corro-
bora que los pacientes con EP tienden a volverse
En este estudio buscamos explorar los hábitos de menos activos con el tiempo [16]. Los cambios en
AF entre los pacientes con EP, teniendo en cuenta las preferencias de AF de los participantes podrían
la gravedad de la enfermedad y los niveles de CV. deberse a barreras para la AF, como la falta de ener-
Además, buscamos identificar a los profesionales gía y el miedo a caer, previamente informadas
responsables de recetar AF y brindar orientación. [17,18], llevándolos a elegir actividades más segu-
Estas áreas merecen investigación, debido a la limi- ras y menos exigentes, como caminar. Este resulta-
tada cantidad de investigaciones realizadas hasta la do coincide con estudios anteriores que destacan la
fecha. caminata como la AF predominante para esta po-

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La actividad física en la enfermedad de Parkinson

blación [8,19]. Notablemente, los pacientes creían


en los efectos beneficiosos de la AF, lo que sirve Tabla III. Asesoramiento sobre la actividad física (AF) para participantes con enfermedad de Parkinson (EP).
como una motivación primaria para la práctica
[20]. También confiaban en la experiencia de los Preguntas N n %
instructores y la mayoría realizaba AF bajo supervi-
Asesoramiento en AF 211
sión, lo que subraya la importancia de que los ins-
tructores comprendan la EP y tengan la capacidad Sí 180 85,3
de desarrollar programas personalizados [18].
Los neurólogos representan el eje central para No 20 9,5
promover la AF entre los pacientes con EP, y la falta
Quizás 8 3,8
de información por parte de ellos constituye una ba-
rrera para el ejercicio [20]. Por otro lado, los pacien- No sabe/no contesta 3 1,4
tes tienen más probabilidades de hacer ejercicio
cuando son alentados por su neurólogo [9]. Nues- Momento de asesoramiento de la AF 192
tros resultados revelaron que la mayoría de los par-
ticipantes recibió asesoramiento sobre AF principal- En el momento de diagnóstico de la EP 100 52,1
mente de su neurólogo y se enteró de los beneficios
Poco después del diagnóstico de la EP 54 28,1
de la AF a menudo en el momento del diagnóstico de
la EP o poco después. Este hallazgo es relevante, ya Mucho después del diagnóstico 28 14,6
que la orientación temprana sobre el ejercicio es
esencial para una gestión efectiva de la enfermedad Fuente de asesoramiento de la AF (sí/no)a 194
[21]. Además, encontramos que otros profesionales
de la salud, empleados de asociaciones y compañe- Neurólogo 145 74,7
ros pacientes también brindaron orientación sobre Empleados de la asociación de Parkinson (por ejemplo, fisioterapeutas,
99 51
la AF, lo que destaca la importancia de la colabora- terapeutas ocupacionales, monitores, voluntarios, etc.)
ción interprofesional, los roles de los trabajadores
Otros profesionales de la salud 38 19,6
sociales y el valor de diversas fuentes de asesora-
miento para una mejor gestión de la EP [22]. Otras personas diagnosticadas de EP 35 18
Más de la mitad de los participantes en el estu-
dio (58%) no cumplieron con las pautas de AF y se Enfermero 9 4,6
consideran inactivos, lo que concuerda con los ha-
N: número total de respuestas para la pregunta; n: número de respuestas para cada opción de selección. a Sólo
llazgos de Mantri et al [23], quienes examinaron se reflejan las respuestas de ‘sí’ en las columnas n y %.
puntuaciones de actividad autodescrita en 383 su-
jetos con EP e informaron de que el 53% no alcan-
zaba las recomendaciones estándar de AF. Del mis-
mo modo, una investigación exploratoria de Zaman La gravedad de la enfermedad se ha considerado
et al [8] reveló que el 43% de 30 pacientes con EP un predictor de los niveles de AF [16]. Nuestro es-
no cumplía con las pautas de AF. También observa- tudio encontró una asociación significativa, aunque
mos que aproximadamente el 43% de los partici- débil, entre estos resultados. Diversos estudios han
pantes mostró un comportamiento sedentario, una arrojado resultados contradictorios sobre este tema.
ocurrencia común entre los pacientes con EP [3]. Por ejemplo, Lockwich et al [19] no observaron di-
Sin embargo, estudios que utilizan acelerómetros ferencias significativas en los niveles autoinforma-
han mostrado resultados diferentes, lo que sugiere dos de intensidad, duración y dosis de ejercicio en-
que la mayoría de los pacientes con EP no cumple tre pacientes con EP según la gravedad de la enfer-
con las recomendaciones diarias de actividad [24]. medad. En esta línea, Lord et al [24] descubrieron
Por ejemplo, Benka Wallén et al [4] analizaron da- pocas diferencias significativas en la cantidad de
tos de 95 pacientes e informaron de que el 73% era actividad ambulatoria (medida por acelerómetros)
f ísicamente inactivo. De manera similar, Ellingson entre pacientes con EP en las etapas 1, 2 y 3 de H-Y,
et al [25] detectaron que el 65,5% de los 45 partici- lo que sugiere que la gravedad de la enfermedad
pantes que completaron datos de acelerómetros tiene poco impacto en los niveles de actividad. Por
también se clasificó como f ísicamente inactivo. Es- el contrario, Nero et al [26] utilizaron acelerome-
tas discrepancias pueden surgir de la sobreestima- tría para informar de que los pacientes con EP en
ción de los niveles de AF observada al utilizar me- la etapa 2 acumularon más minutos de caminata
didas autodescritas [23]. enérgica que los que estaban en la etapa 3. Dontje

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D. Suárez-Iglesias, et al

Figura. Tiempo de caminar (a), tiempo sentado (c) y puntuación del Parkinson’s Disease Questionnaire-8 (PDQ-8) (d) agrupados por la escala de
Hoehn and Yahr (H-Y), y tiempo de caminata según el tercil del PDQ-8 (b). Las barras muestran la media y la desviación estándar por grupo, con
el valor de p basado en la prueba de Kruskal-Wallis.

a b

c d

et al [3] también observaron diferencias significati- resultados incongruentes. Cavanaugh et al [29] se-
vas en la AF diaria, determinada por acelerometría, ñalaron que, a medida que la enfermedad progresa-
y la gravedad de la enfermedad, según la puntua- ba, tanto la cantidad como la intensidad de la acti-
ción de H-Y. De manera similar, en el estudio de vidad ambulatoria disminuían; sin embargo, la CV
van Nimwegen et al [27], la duración autoinforma- no mostraba un patrón correspondiente. Por el con-
da de la AF diaria disminuyó con el aumento de la trario, Jones y Alexander [30] informaron de una
gravedad de la enfermedad, y la inactividad se co- asociación significativa entre la reducción de los
rrelacionó con un peor rendimiento al caminar y niveles de AF y el declive de la CV. Van Uem et al
una mayor gravedad de la enfermedad. En conjunto [7] observaron de manera similar que los pacientes
con la asociación significativa entre el tiempo dedi- con EP que tenían niveles más altos de AF mostra-
cado a caminar y la gravedad de la enfermedad re- ron niveles más altos de CV y se produjo un drásti-
velada en el presente estudio, este resultado refuer- co descenso en la CV a medida que la AF dismi-
za la idea de que el deterioro de la marcha debe te- nuía. Nuestros hallazgos respaldan esto último, lo
nerse en cuenta como un factor sustancial que in- que confirma una conexión significativa entre la AF
fluye en los niveles de AF [5]. y la CV en pacientes con EP. No obstante, no pode-
Se identificó una asociación significativa entre el mos descartar la causalidad inversa, ya que sigue
tiempo dedicado a estar sentado y la gravedad de la siendo incierto si niveles más altos de AF conducen
enfermedad; sin embargo, esta relación no fue uni- a una mejor CV o si los pacientes con una CV supe-
forme entre las etapas de H-Y, con disparidades no- rior se involucran en más actividad diaria. Sin em-
tables entre los pacientes en las etapas 2 y 3. Este bargo, encontramos que los niveles más bajos de
resultado puede deberse a observaciones previas CV se asociaron significativamente con cambios en
que sugieren que la transición de la etapa 2 a la eta- el comportamiento y las barreras de la AF, lo que
pa 3 de H-Y se corresponde con un marcado decli- sugiere que la CV predice el comportamiento de la
ve en la disfunción de la marcha y el equilibrio [28]. AF y respalda la idea de que una baja CV determina
Hasta la fecha, la escasa bibliograf ía sobre la re- la motivación para el ejercicio en pacientes con EP
lación entre los niveles de AF y CV ha producido [31]. La escasez de datos en esta área destaca la ne-

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La actividad física en la enfermedad de Parkinson

cesidad de investigaciones adicionales para com- tró la presencia o ausencia de la congelación de la


prender qué aspectos de la CV influyen más en el marcha y las fluctuaciones motoras. Muchos pa-
comportamiento de la AF. cientes con fluctuaciones motoras y/o congelación
Encontramos una asociación significativa y débil de la marcha reducen su AF debido al miedo a caer-
entre el tiempo dedicado a estar sentado y la CV. se, y, por lo tanto, los participantes podrían haberse
Investigaciones previas indican que el tiempo se- visto afectados al informar sobre su AF. En quinto
dentario se correlaciona consistentemente con la lugar, el tamaño muestral reducido para los grupos
CV en pacientes con EP [25] y predice una CV más de H-Y podría haber disminuido la potencia de al-
baja en esta población [7]. Nuestros resultados con- gunos análisis. Por último, excluir a pacientes con
firman que la inactividad afecta negativamente a la deterioro cognitivo implica que los hallazgos pue-
CV, lo que implica que el tiempo sedentario es un den no representar a toda la población de EP.
factor crucial que se debe abordar al promover la
CV en pacientes con EP, como se mencionó ante-
riormente [25]. Conclusión
Investigaciones limitadas han evaluado la rela-
ción entre la CV y la gravedad de la enfermedad en De acuerdo con nuestros hallazgos, el diagnóstico
la EP; sin embargo, el diseño de nuestro estudio de la EP provoca cambios en el comportamiento de
proporcionó datos al respecto. Consistentes con es- la AF, y la caminata es la modalidad preferida. Los
tudios previos, nuestros resultados sugieren que la neurólogos son quienes principalmente brindan
CV se deteriora con la progresión de la enfermedad asesoramiento sobre la AF, pero otros profesionales
[32]. Balash et al [33] también identificaron una re- de la salud también participan en la orientación.
lación directa entre la CV y la gravedad de la enfer- Tanto la gravedad de la enfermedad como la CV in-
medad, reconociendo que la relación entre estos fluyen significativamente en los niveles de AF y en el
resultados se debe principalmente a problemas de tiempo dedicado a estar sentado. Se requiere inves-
movilidad. Estos hallazgos subrayan la importancia tigación adicional para identificar qué aspectos de la
de promover la AF en pacientes con EP para mejo- CV y la gravedad de la enfermedad impactan más
rar la CV a través de una movilidad mejorada. En en el comportamiento de la AF en pacientes con EP.
una nota final, es destacable que la edad mostró
una asociación significativa tanto con el miedo a Bibliograf ía
caer como con la creencia en los beneficios de la
1. De Vries NM, Darweesh SKL, Bloem BR. Citius, fortius,
AF. Esta asociación sugiere posibles disminuciones altius-understanding which components drive exercise
en los niveles de AF a medida que las personas en- benefits in Parkinson disease. JAMA Neurol 2021; 78: 1443-5.
2. Bouça-Machado R, Rosário A, Caldeira D, Castro-Caldas A,
vejecen y enfatiza la importancia de desarrollar es- Guerreiro D, Venturelli M, et al. Physical activity, exercise,
trategias para promover la práctica de la AF entre and physiotherapy in Parkinson’s disease: defining the
los pacientes de edad avanzada. concepts. Mov Disord Clin Pract 2020; 7: 7-15.
3. Dontje ML, de Greef MHG, Speelman AD, van Nimwegen
Esta investigación ofrece información valiosa so- M, Krijnen WP, Stolk RP, et al. Quantifying daily physical
bre los factores que afectan el comportamiento de la activity and determinants in sedentary patients with
AF en pacientes con EP, contribuyendo a decisiones Parkinson’s disease. Parkinsonism Relat Disord 2013; 19:
878-82.
informadas en el ámbito de la atención médica y la 4. Benka Wallén M, Franzén E, Nero H, Hagströmer M. Levels
rehabilitación desde una perspectiva de práctica clí- and patterns of physical activity and sedentary behavior in
nica. Para interpretar mejor los resultados, es im- elderly people with mild to moderate Parkinson disease.
Phys Ther 2015; 95: 1135-41.
portante reconocer varias limitaciones, incluido el 5. Tsukita K, Sakamaki-Tsukita H, Takahashi R. Long-term effect
diseño transversal, que impide explorar si el com- of regular physical activity and exercise habits in patients
portamiento de la AF y las asociaciones observadas with early Parkinson disease. Neurology 2022; 98: E859-71.
6. Urell C, Zetterberg L, Hellström K, Anens E. Factors
con la CV y la gravedad de la enfermedad se mantie- explaining physical activity level in Parkinson´s disease: a
nen constantes con el tiempo. En segundo lugar, el gender focus. Physiother Theory Pract 2021; 37: 507-16.
uso del Physical Activity Questionnaire-Short Form 7. Van Uem JMT, Cerff B, Kampmeyer M, Prinzen J, Zuidema
M, Hobert MA, et al. The association between objectively
podría haber llevado a una sobreestimación de los measured physical activity, depression, cognition, and
niveles de AF e introducido sesgo de informe. En health-related quality of life in Parkinson’s disease.
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tercer lugar, no consideramos variables potenciales 8. Zaman A, Ellingson L, Sunken A, Gibson E, Stegemöller EL.
que podrían influir en la relación entre la CV, la gra- Determinants of exercise behaviour in persons with
vedad de la enfermedad y el comportamiento de la Parkinson’s disease. Disabil Rehabil 2021; 43: 696-702.
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Physical activity in Parkinson’s disease: examining prescription sources, patterns, and the influence of
quality of life and disease severity

Introduction. Limited research has explored the influence of quality of life (QoL) and disease severity on physical activity
(PA) in Parkinson’s disease (PD) patients, and the sources of PA prescription and advice for this population. This study
aims to expand scientific knowledge on these topics.
Patients and methods. Two-hundred eleven PD patients were personally interviewed to collect data on PA levels using the
International Physical Activity Questionnaire-Short Form and QoL using the Parkinson’s Disease Questionnaire-8. An ad hoc
questionnaire gathered information on disease severity (Hoehn and Yahr stages), PA behaviors, and PA recommendations.
Results. Weak but significant associations were found between PA levels, disease severity (r: –0.218; p = 0.004), and QoL
(r: –0.244; p = 0.001). Most participants (85%) received PA counselling, predominantly from neurologists, either at diagnosis
(52%) or shortly after (28%). Before PD onset, ~86% engaged in PA, decreasing to 66% post-diagnosis. Approximately
78% reported changes in PA, including reduced frequency (18.4%) and duration (32.8%), with walking as the primary
activity.
Conclusions. Disease severity and QoL significantly affect PA levels in PD patients. Diagnosis is associated with decreased
PA frequency and duration, and walking is the preferred activity. Neurologists primarily provide PA advice.
Key words. Exercise. Healthcare counselling. Movement disorders. Neurological patients. Quality of life. Rehabilitation.

146 www.neurologia.com Rev Neurol 2024; 78 (6): 139-146

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