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La minería en la selva central

Los diversos depósitos minerales metálicos y no metálicos de la Selva Central se


concentran principalmente en el Departmanto de Junín (véase el Mapa 1-1). En el mismo
se encuentra plata (Ag), zinc (Zn), plomo (Pb), cobre (Cu) y cantidades menores de oro, así
como depósitos de minerales no metálicos como arcillas y calizas. Muchos de esos
minerales se trabajan en la mina San Vicente, la más típica y más importante de la región.
Las operaciones de esta mina se examinarán más adelante como modelo de actividad
minera en la Selva Central.

La mina San Vicente está localizada a una altitud de 1500 m sobre el nivel del mar.
Descubierta en 1935, era accesible a través del río Puntayacu. Aunque diversos depósitos
de minerales se hallan expuestos a ambos lados del cañón formado por el Puntayacu,
recién en 1960 se constituyó la Compañía Minera San Vicente S.A. para realizar trabajos
de prospección y explotación en la zona, iniciándose la producción en 1970. La empresa
ha construido una red de carreteras para facilitar sus operaciones mineras, así como
laboratorios, oficinas administrativas, un centro médico y otras edificaciones. Para el
suministro de energía para estos servicios y para la mina propiamente dicha, la empresa
cuenta con 8 motores de combustión interna instalados en una estación eléctrica con una
potencia de 4 500 KW. Una planta hidroeléctrica permitirá incrementar este potencial.

Inicialmente, se identificaron diez depósitos de zinc-plomo y uno de zinc-plomo-cobre, en


una franja de aproximadamente 16 km. El sulfuro más común es la esfalerita o sulfuro de
zinc, seguido por la galena o sulfuro de plomo, que se encuentra en forma de cristales
finos. La Smithsonita, la cerusita, la anglesita y la calamina son minerales secundarios. Los
minerales de ganga están representados por calcita y dolomita. Los análisis químicos
previos del mineral determinaron la presencia de zinc en la forma de sulfuro de zinc en un
60.41 por ciento y óxido de zinc en un 5.83 por ciento. Los análisis químicos posteriores de
los minerales de la mina determinaron una proporción de 11.52 por ciento de zinc, 1.11
por ciento de plomo y 0.98 por ciento de hierro.

La reserva es tabular, o sea que los minerales se encuentran en las capas superficiales de
la roca. En 1980 las reservas se calcularon en 5 156 000 TM de depósitos probados y
probables (minerales de zinc y plomo). La pureza del mineral se determinó en un 13.6 por
ciento de sulfuro de zinc y un 0.8 por ciento de sulfuro de plomo.
Si se toma en cuenta que en 1980 la mina produjo 429 947 TM de minerales, la empresa
debería poder mantener una producción constante durante los próximos 12 años. Por lo
tanto, probablemente existan reservas de mineral probado y probable de 5 256 000 TM, y
es posible que los trabajos de exploración y desarrollo demuestren la existencia de
reservas adicionales.

Los minerales se extraen mediante el método de corte y relleno convencional, cámaras y


pilares y a cielo abierto. Se perfora una serie de túneles cortos entre la superficie y la veta
de mineral, donde se abren chimeneas con el objeto de facilitar la ventilación de las áreas
de trabajo. La infiltración de grandes volúmenes de agua requiere la utilización de bombas
y sistemas especiales de drenaje.

El mineral es transportado mediante carros mineros desde el interior de la mina,


utilizando líneas decauville. En la superficie, el mineral se carga en volquetes, que lo
transportan hasta la planta concentradora. El material concentrado es entonces llevado
en volquetes hasta el puerto del Callao, a 320 km, desde donde se exporta al mercado
internacional. Los camiones atraviesan un territorio accidentado y cruzan dos pasos de
más de 4 000 m de altura.

El proceso de concentración comprende el triturado y la pulverización del mineral y la


separación de los componentes por flotación y filtración. Para elevar la ley de los
minerales, la empresa utiliza una planta de concentración que emplea métodos basados
en flotación y gravedad y cuya capacidad teórica es de 2 500 TM por día. En 1980 se
procesaron 429 947 TM de mineral, que produjeron 75129 TM de concentrados de plomo
y zinc. El análisis químico de los concentrados de plomo determinó una proporción de
64.01 por ciento de plomo, 5.91 por ciento de zinc, y 1.14 por ciento de hierro. Los
concentrados de zinc mostraron una proporción de plomo de 1.28 por ciento, de 56.48
por ciento de zinc y de 1.94 por ciento de hierro. Después del procesamiento, se recupera
algo más del 72 por ciento del plomo y 0.64 por ciento del zinc en los concentrados de
plomo, y 20.17 por ciento de plomo y 85.85 por ciento de zinc en los concentrados de zinc.

El mineral no utilizado en el lavado de la planta procesadora se vierte en el río Puntayacu,


dándole una coloración blanco azulada hasta su confluencia con el río Tulumayo. Pasada la
confluencia del Tulumayo con el Tarma, el agua presenta características normales, aunque
se han observado algunos notables fenómenos relacionados con la presencia de desechos
minerales en estos ríos. Entre ellos pueden mencionarse ciertas afecciones de la piel en las
personas que utilizan sus aguas, la ausencia de actividad agropecuaria en sus márgenes, y
la ausencia de peces hasta la confluencia del río Chanchamayo con el Paucartambo. Las
propuestas presentadas para incrementar de 1 000 a 4 000 TM el procesamiento diario de
minerales aumentarían significativamente la contaminación de estos ríos.

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