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UNIVERSIDAD CRISTIANA EVANGELICA

NUEVO MILENIO

KAREN JULISSA MEJIA PORTILLO 122140042

CATEDRATICO:DAIRO JOSUE CASTRO


MOLINA

MACROECONOMIA

RESUMEN SOBRE LAS FUNCIONES


CONSUMO Y AHORRO KEYNESIANAS

SECCION: 2

VILLANUEVA CORTES

2024
LAS FUNCIONES CONSUMO Y AHORRO KEYNESIANAS

La tradición keynesiana afirma que el ahorro es un simple residuo de las decisiones de


inversión y que la acumulación deriva de la demanda efectiva. Esta no es la capacidad de
compra de los consumidores, sino el agregado de las decisiones de producción de los
empresarios.
John M. Keynes ha sido el economista más influyente del siglo XX y algunas de sus ideas
siguen determinando algunas de las políticas actuales. Su obra escrita es un capítulo
importante de la historia del pensamiento económico y algunos de sus libros son todavía
leídos por los estudiantes. Sin embargo, hay dos aspectos en los que es muy difícil estar de
acuerdo con él. Esos dos aspectos son los que dan título a este artículo.
Para Keynes el ahorro, en determinadas situaciones, puede ser un obstáculo en lugar de un
beneficio. Un incentivo al ahorro en un momento de crisis puede agravar la crisis, ya que
lleva a un menor consumo, a caída de precios, a una disminución de los beneficios
empresariales y, finalmente, a un incremento en el desempleo. Es cierto que su concepción
está referida al muy corto plazo pero, lamentablemente, el largo plazo está compuesto de
distintos cortos plazos. De él es la famosa expresión.

El consumo, junto con el ahorro y la inversión, tienen un papel fundamental en la evolución


económica de cualquier país . Un alto consumo en relación a la renta se traduce en poca
inversión y a bajas tasas de crecimiento futuras; un gran ahorro, por el contrario, suele
implicar un alto nivel de inversiones y elevadas tasas de crecimiento futuras. Las relaciones
del consumo y de la inversión con el nivel de producción son muy distintas según en qué
parte del ciclo económico nos encontremos . No es lo mismo hallarse en una contracción que
en una expansión. Si las condiciones económicas son favorables, el consumo y la inversión
crecen de forma rápida, el gasto total o la demanda agregada aumentará, la producción
subirá y el empleo a corto plazo se verá favorecido. En cambio, si los niveles de consumo y de
inversión disminuyen o no crecen, debido normalmente a una pérdida de confianza de los
consumidores, se tiende a reducir el gasto total, la producción y el empleo, siendo la antesala
de una recesión.
El consumo y el ahorro son dos variables macroeconómicas esenciales para entender tanto
el crecimiento a corto como a largo plazo . Recordar que uno de los conflictos entre los
objetivos de la política económica era precisamente el crecimiento a corto plazo frente al
crecimiento a largo plazo: a mayor consumo presente, menos ahorro y menos inversión hoy,
y menor consumo futuro . Para entender esta realidad económica lo interesante es ver los
elementos que están detrás de las decisiones de consumo o ahorro. Es decir ¿qué factores
influyen en las elecciones de consumo o inversión? Vamos a tratar, pues, de buscar los
condicionantes económicos que van más allá de las convicciones religiosas o morales. Por
ejemplo, está comprobado que una razón histórica y cultural por la que Alemania ha crecido
más que los países mayoritariamente católicos, como los del sur de Europa, es la defensa
que el protestantismo realiza de la austeridad y del ahorro. Sin embargo, nuestro fin no será
el análisis de este tipo de determinantes sino de las causas estrictamente económicas que
hacen que el consumo o el ahorro sean mayores o menores en cada momento.
La función de consumo keynesiana

En este curso vamos a estudiar la teoría más elemental del consumo , aquella introducida
y comprobada empíricamente por John M. Keynes en 1936 , y según la cual la renta
disponible corriente (es decir, la que se obtiene anualmente después de descontar los
impuestos) es el factor más importante para determinar el consumo de las personas en
ese año. El propio Keynes estableció una “ley psicológica” donde los individuos vinculan
estrechamente su gasto a su renta. La teoría keynesiana básica del consumo consiste en
afirmar que existe una relación estable, previsible y positiva (o directa) entre el consumo y
la renta disponible. Si las familias disponen de más renta disponible, desearán comprar
más bienes y servicios; en cambio, a menos renta disponible, menos deseos de consumir

Podemos representar la función consumo keynesiana de la siguiente manera: C= C+ cY


donde C y c son constantes positivas y, constituye la propensión marginal a consumir que
es positiva y menor que la unidad.

En el enfoque keynesiano se concibe al consumo como una variable que depende del nivel
de ingreso disponible corriente, mientras que ambas variables estarán relacionadas a
través de un concepto de manufactura típicamente keynesiana, la propensión marginal a
consumir, que juega un papel fundamental no solo en la determinación del consumo sino
en el multiplicador y, por lo tanto, en la determinación del nivel de ingreso. La observación
que hacía Keynes era la siguiente: "cuando aumenta la ocupación aumenta también el
ingreso global real de la comunidad; la psicología de ésta es tal que cuando el ingreso real
aumenta, el consumo total crece, pero no tanto como el ingreso" (Keynes, 1936) a esta ley
psicológica la llamó la propensión marginal a consumir, siendo una característica de esta
su estabilidad.

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