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e/ VVC UN NANuando los nifios del pueblo salian de la escuela,
tenian la costumbre de ir a jugar al jardin del
Gigante. .
Era un jardin grande y solitario, con un suave y
verde césped. Brillaban hermosas flores sobre el suelo,
y habia doce durazneros que en primavera se cubrian
con delicadas flores de color blanco rosado que en otofio
se convertian en jugosos frutos.
Los pajaros, posados sobre las ramas, cantaban tan
deliciosamente, que los nifios solian interrumpir sus
juegos para escucharlos.
—iQué bien lo pasamos aqui, amigos!—
comentaban los nifios entre sf. ,
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Escaneado con CamScannerEl Gigante que habia estado ausente de su casa durante
algunos afos, regresé un dia, inesperadamente.
Al llegar, vio a los nifios que jugaban en su jardin.
—éQué hacéis en mi jardin? iFueral!, iFuera de aqui!
Voy a construir una pared alrededor del jardin para que
nadie pueda entrar —dijo furioso—.
Entonces lo cercé con altas murallas y puso el siguiente
cartelon; “SE PROHIBE LA ENTRADA BAJO LAS PENAS LEGALES
CORRESPONDIENTES”.
Era un Gigante egoista.
Los pobres nifios no tenian ya sitio donde jugar.
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9 Entonces Ileg6 la primavera y el pais se Ilené de |#
| pajaros y florecillas.
8 SOlo en el jardin del Gigante egoista continuaba
®! siendo invierno.
9 El Gigante se dio cuenta que algo extrafio sucedia.
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“No lo comprendo —se dijo—. La primavera ha |*
llegado ya y en mi jardin sdlo hay nieve y arboles secos. |*
iOjalé cambie el tiempo!” , &
El otofio trajo frutos a todos los jardines pero no dio |#
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ninguno en el del Gigante.
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POCRRTRATRRARARRAARARARATRARRTA A
Escaneado con CamScanner—Es demasiado egoista— dijo la primavera.
Y seguia el invierno en casa del Gigante, y el granizo, el
hielo, y la nieve danzaban en medio de los arboles desnudos.
Una mafiana, el Gigante se asom6 al jardin y quedé asom-
brado.
Sobre cada arbol que alcanzaba a ver habia un nifio, y los
Arboles sentianse tan dichosos de sostener nuevamente a los
nifios, que se habian cubierto de hojas y de flores agitando
graciosamente sus brazos-ramas sobre las cabezas infantiles.
Los pajaros revoloteaban cantando con delicia, y las flores
refan irguiendo sus cabezas sobre el césped.
Era un cuadro precioso.
S6lo en un rincén, en el rincén mas apartado del jardin,
seguia siendo invierno.
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que no habia podido llegar a las ramas del arbol y se paseaba
a su alrededor llorando amargamente.
—Sube ya, muchachito— decia el arbol. Y le alargaba sus
ramas, inclinandose todo lo que podia, pero el nifio era
demasiado pequeii y no lo alcanzaba.
El corazén del Gigante se enternecié al mirar hacia afuera.
iQué egoista he sido!” — pensé — “Ya sé por qué la primavera
no ha querido llegar hasta aqui. Voy a colocar a ese pobre
pequefiuelo sobre la cima del arbol, luego echaré abajo el
muro, y mi jardin sera ya siempre el sitio de recreo de los nifios
del pueblo”.
Estaba muy arrepentido de lo que habia hecho.
Entonces bajo las escaleras, abrié nuevamente la puerta
y entro al jardin.
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Cuando los nifios le vieron, se aterrorizaron tanto
que, huyeron y el jardin se quedo otra vez invernal.
Unicamente el nifio pequefito no habia huido, porque
sus ojos estaban tan Ilenos de lagrimas que no le vio
venir.
EI Gigante se acercé a él, lo cogié carifiosamente en
sus grandes manos y lo deposité cuidadosamente sobre
el arbol.
Y el arbol inmediatamente florecié, los pajaros
vinieron a posarse y a cantar sobre él y el nifiito extendid
sus brazos, roded con ellos el cuello del Gigante y lo
besd.
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Escaneado con CamScannerLos otros nifios, viendo que ya no era malo el Gigante se
aproximaron.
—Desde ahora éste es vuestro jardin, pequefiuelos— dijo
el Gigante.
Y cogiendo un martillo, eché abajo el muro.
Cuando los campesinos al mediodia fueron al mercado,
vieron al Gigante jugando con los nifios en el jardin mas
hermoso que pueda imaginarse.
Jugaron todo el dia, y por la noche fueron a despedirse del
Gigante.
Pero édénde esta vuestro compafierito? —les pregunté—
éAquél pequefito que subi al arbol?
No sabemos —respondieron los nifios—, pensamos que se
ha ido. El Gigante quedé muy triste.
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» Al cabo de los afios, cuando el Gigante era ya viejo, |¢
8] muy viejo, volvié a encontrar en su jardin al pequeiio al |&
8) que queria tanto. @
» éQuién se ha atrevido a herirte? —preguntoé el |¢
%| Gigante— al ver en sus manos y piecesitos las sefiales |¢
| sangrientas de los clavos. Dimelo. Iré a coger mi espada |#
8) y le matare. a@
» iNo! —respondio el nifio—, estas son las heridas del |#
%| amor. Un dia me dejaste jugar en tu jardin; hoy vendras |*
4] conmigo a mi jardin que es el paraiso. &
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RRRERRRRRRRRRRARRRRARR RRR RHR A
Escaneado con CamScannerCuando aquella tarde Ilegaron los nifios al jardin encontraron
al Gigante tendido, muerto, bajo un arbol, todo cubierto de
flores blancas y con una gran sonrisa de paz y de felicidad.
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Escaneado con CamScanner