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Juan Rafael Perdomo

REPERTORIO
DE
JURISPRUDENCIA

Tribunal Supremo de Justicia


Colección Doctrina Judicial No 11
Caracas / Venezuela / 2005
KHW1789
V458
Venezuela. Tribunal Supremo de Justicia,
Sala de Casación Social.
Repertorio de jurisprudencia 20002005 / Juan Rafael
Perdomo, compilador. – Caracas: Tribunal Supremo de
Justicia, 2005
488 pp. (Colección de Doctrina Judicial; N° 11)
ISSN 1856027X
1. Derecho Laboral. 2. Jurisprudencia laboral
3. Casación Venezuela

El Tribunal Supremo de Justicia no se hace responsable


por el contenido de los artículos firmados
© República Bolivariana de Venezuela
Tribunal Supremo de Justicia
Colección Doctrina Judicial N° 11
Fernando Parra Aranguren, Director
Juan Rafael Perdomo

REPERTORIO
DE JURISPRUDENCIA

Tribunal Supremo de Justicia


Colección Doctrina Judicial N° 11
Caracas/Venezuela 2005
TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA CONSTITUCIONAL SALA POLÍTICOADMINISTRATIVA

Dra. Luisa Estella Morales Lamuño Dra. Evelyn Margarita Marrero Ortiz
Primera Vicepresidenta del Tribunal Presidenta de la Sala
y Presidenta de la Sala Dra. Yolanda Jaimes Guerrero
Dr. Jesús Eduardo Cabrera Vicepresidenta de la Sala
Vicepresidente de la Sala Dr. Levis Ignacio Zerpa
Dr. Iván Rincón Urdaneta Dr. Hadel Mostafá Paolini
Dr. Antonio García García Dr. Emiro Antonio García Rosas
Dr. Pedro Rafael Rondón Haaz
Dr. Luis Vicencino Velázquez Alvaray
Dr. Francisco Antonio Carrasquero López

SALA ELECTORAL SALA DE CASACIÓN CIVIL

Dr. Juan José Núñez Calderón Dr. Carlos Oberto Vélez


Presidente de la Sala Segundo Vicepresidente del Tribunal
Dr. Fernando Ramón Vegas Torrealba y Presidente de la Sala
Vicepresidente de la Sala Dra. Yris Armenia Peña de Andueza
Dr. Luis Martínez Hernández Vicepresidenta de la Sala.
Dr. Rafael Arístides Rengifo Camacaro Dr. Antonio Ramírez Jiménez
Dr. Luis Alfredo Sucre Cubas Dr. Luis Antonio Ortiz Hernández
Dra. Isbelia Josefina Pérez de Caballero

SALA DE CASACIÓN SOCIAL SALA DE CASACIÓN PENAL

Dr. Omar Alfredo Mora Díaz Dr. Eladio Ramón Aponte Aponte
Presidente del Tribunal y de la Sala Presidente de la Sala
Dr. Luis Eduardo Franceschi Gutiérrez Dr. Héctor Manuel Coronado Flores
Vicepresidente de la Sala Vicepresidente de la Sala
Dr. Juan Rafael Perdomo Dr. Alejandro Angulo Fontiveros
Dr. Alfonso Rafael Valbuena Cordero Dra. Blanca Rosa Mármol de León
Dra. Carmen Elvigia Porras Escalante Dra. Deyanira Nieves Bastidas
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA
PRESIDENCIA

Palabras Preliminares
En este libro, el No. 11 de la Colección Doctrina Judicial, Repertorio de
Jurisprudencia, el Magistrado Juan Rafael Perdomo recopila la doctrina
contenida en las sentencias que, como ponente, presentó a la consideración
de los demás integrantes de la Sala de Casación Social de este Alto Tribunal,
en el período comprendido entre enero del 2000 y el mes mayo del presente
año.
Tal como señala el recopilador, el objeto perseguido “es orientar e ilustrar, de
alguna manera, a los estudiantes de derecho y abogados, sobre las nuevas
tendencias jurisprudenciales y al mismo tiempo, que represente un instrumento
de consulta, comenzando por citar la doctrina que se siguió durante mucho
tiempo basada en el proceso escrito y culminando con el sistema actual, que
es oral”.
Lugar de preferencia, entre los muchos sobre los cuales se ocupa, es, para
nombrar unos de ellos, el tema “relativo a la remuneración del trabajo. La
doctrina y la jurisprudencia han tratado insistentemente de establecer el
concepto, contenido y objeto del salario. En las relaciones laborales se observa
cómo, a pesar de las definiciones legales, no siempre lo que aporta el patrono
puede estimarse como salario. El examen de la jurisprudencia de esta Sala
revela una variedad de posiciones frente a la determinación del concepto de
salario. No ha sido posible que los litigantes, patronos y trabajadores, convengan
6 OMAR ALFREDO MORA DÍAZ

sobre la esencia de las remuneraciones que recibe el trabajador a cambio de


la labor realizada, no obstante lo previsto en el Convenio 95 de la Organización
Internacional del Trabajo, en la doctrina nacional y en las sentencias que
tratan el tema en forma impecable”.
Se refiere, asimismo, a otras materias, entre las cuales cabe mencionar los
fallos relacionados con los infortunios del trabajo, la interpretación y el
desarrollo de los principios del Derecho del Trabajo y su tutela judicial efectiva,
en un Estado de derecho y de justicia. En síntesis, tal como apunta el recopilador,
en esta obra “el lector encontrará la relación de los criterios relevantes de la
jurisprudencia de la Sala de Casación Social, que constituye un aporte de este
máximo Tribunal a la consolidación de la justicia laboral en Venezuela”.
Además de agradecerle al Magistrado Perdomo su labor, deseamos expresar,
como compañero de Sala durante el período analizado, la satisfacción que
nos embarga por la misión cumplida y la esperanza de que esta obra sea
recibida con beneplácito por la comunidad jurídica nacional a la que va dirigida.
Caracas, 31 de mayo de 2005

Omar Alfredo Mora Díaz


Contenido

Presentación, Magistrado Juan Rafael Perdomo ............................................... 23


Índice de Sentencias Consultadas ..................................................................... 29
Índice de Artículos ............................................................................................. 39
Abreviaturas ....................................................................................................... 56

CAPÍTULO I
ACCIDENTES Y ENFERMEDADES PROFESIONALES ......... 57
1. Enfermedad profesional. Concepto. Requisitos para que prospere
la demanda por este motivo ..................................................................... 57
2. Obligación del trabajador de probar el hecho ilícito y de indicar
el monto de la indemnización por daño material .................................... 60
3. Responsabilidad objetiva por guarda de cosas ........................................ 62
4. Accidente “en el trabajo” o “con ocasión del trabajo”. Casos
que pueden ser considerados como accidentes de trabajo in itinere
o accidentes en el trayecto ..................................................................... 63
5. Régimen de indemnizaciones por accidente de trabajo.
Subsidiaridad. Responsabilidad objetiva. Importancia de
demostrar el grado de incapacidad a los fines de cuantificar
el daño ...................................................................................................... 66
6. Hecho ilícito, abuso de derecho y daño moral. Conceptos ...................... 75
7. Beneficiarios de la indemnización por muerte del trabajador ............... 77
8. Procedencia de las indemnizaciones por terminación de la
relación laboral (muerte del trabajador). Obligación constitu-
cional y legal de asegurarle a los hijos menores de edad la
protección de sus derechos e intereses. Indemnizaciones a los
parientes del trabajador fallecido ........................................................... 82
9. Responsabilidades del supervisor de la empresa y del trabajador
en el accidente de trabajo. Casos en los que no procede el reclamo
por lucro cesante .................................................................................... 84
8 CONTENIDO

CAPÍTULO II
ACLARATORIAS Y AMPLIACIONES DEL FALLO ................ 86
1. Lapso para solicitar aclaratoria y ampliación del fallo. Cambio
de doctrina ................................................................................................ 86
2. Alcance de la aclaratoria del fallo ............................................................ 89

CAPÍTULO III
AJUSTES POR INFLACIÓN ....................................................... 92
1. Períodos excluidos en el cálculo de la indexación .................................... 92
2. El cálculo de la corrección monetaria debe hacerlo el juez de
ejecución. Determinación del tiempo a considerar para hacer el
ajuste ........................................................................................................ 93
3. Determinación del monto de la indexación. Exclusión de huelgas
y retardos. Indexación por pérdida de valor durante la ejecución
forzosa ...................................................................................................... 95
4. Ajuste por inflación. Circunstancias que deben tomarse en cuenta
para su determinación ............................................................................ 100
5. Oportunidad procesal para solicitar la indexación ................................ 101
6. Obligaciones de valor que asume el patrono frente al trabajador .......... 102
7. Nuevos cálculos relacionados con intereses de mora y corrección
monetaria cuando el ejecutado no cumple voluntariamente con la
sentencia. Interpretación del artículo 185 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo ............................................................................... 104

CAPÍTULO IV
AVOCAMIENTO ...................................................................................... 105
1. Régimen legal. Interpretación ............................................................... 105

CAPÍTULO V
CASACIÓN. PRESUPUESTOS
DE ADMISIBILIDAD DEL RECURSO ...................................... 113
1. Legitimación para recurrir ................................................................... 113
1.1. Cualidad de parte en el juicio en el que se intente recurso
extraordinario de casación ........................................................... 113
1.2. Legitimación ................................................................................ 114
1.3. Interés procesal ........................................................................... 114
2. Requisito de la cuantía ........................................................................... 115
2.1. Cuantía necesaria para la admisión del recurso de casación
conforme al Código de Procedimiento Civil ................................. 115
2.1.1. Principio de la perpetuatio iurisdictionis ......................... 115
CONTENIDO 9

2.1.2.
Acumulación subjetiva de pretensiones ......................... 116
2.1.3.
Exclusión del examen del requisito de la cuantía
para la admisibilidad del recurso de casación contra
la decisión de reenvío ...................................................... 117
2.2. Cuantía necesaria para la admisión del recurso de casación
conforme a la Ley Orgánica Procesal de Trabajo ......................... 118
2.2.1. Artículo 167 LOPT. Acumulación subjetiva de
pretensiones .................................................................... 118
2.2.2. Cuantía necesaria. Interposición maliciosa del
recurso de hecho ............................................................. 119
2.2.3. Cuantía aplicable a las sentencias dictadas con
anterioridad a la vigencia de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo ........................................................ 120
2.2.4. Cuantía para recurrir en casación. Cambio de
doctrina ........................................................................... 121
3. Sentencias definitivas e interlocutorias recurribles de inmediato
y las interlocutorias recurribles con la definitiva ............................... 122
3.1. Admisibilidad diferida .................................................................. 122
3.2. La decisión que declara inadmisible la queja se equipara a
la negativa de admisión de la demanda. a) Concepto de
recurso de casación; b) Revisión jurisprudencial sobre la
queja; c) Cambio de doctrina. ...................................................... 122
3.3. Admisibilidad del recurso de casación contra las sentencias
definitivas formales ...................................................................... 127
3.4. Inadmisibilidad del recurso de casación contra sentencias
de reposición ............................................................................... 128
3.5. Admisibilidad del recurso de casación ejercido contra las
sentencias de última instancia que pongan fin a los juicios
de disolución de los sindicatos ................................................... 128
4. Sentencias interlocutorias no recurribles conforme a la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo ............................................................ 129
4.1. Inadmisibilidad del recurso de casación contra autos
dictados en ejecución de sentencia ............................................. 129
4.2. Se niega la solicitud de nulidad y reposición de la causa
que se encuentra en estado de ejecución. Responsabilidad
de las partes ................................................................................. 131
5. Trámite del recurso ................................................................................ 133
5.1. Anuncio. Tempestividad del recurso de casación
anunciado después de pronunciado el fallo de la Alzada y
antes de concluir el lapso para decidir ......................................... 133
10 CONTENIDO

5.2.
Admisión del recurso de casación ............................................... 133
5.2.1. Recurso de Hecho. Diferencia entre los recursos
de hecho previstos en los artículos 305 y 316 del
Código de Procedimiento Civil ........................................ 133
5.2.2. Formalización cuando no hay pronunciamiento
oportuno sobre la admisión o negativa del recurso
de casación ..................................................................... 135
6. Fines esenciales del recurso de casación ............................................ 135

CAPÍTULO VI
CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMAS
PROCESALES EN MENOSCABO DEL DERECHO
A LA DEFENSA ......................................................................................... 139
1. Quebrantamiento del derecho a la defensa. Materia de orden
público .................................................................................................. 139
2. Falta de notificación a las partes sobre el avocamiento del juez,
no alegada oportunamente .................................................................... 140
3. Parte demandante representada o asistida por abogado. No
aplicabilidad del artículo 63 de la Ley Orgánica de Tribunales y
de Procedimiento del Trabajo. Obligaciones del demandante de
subsanar debidamente los defectos del libelo ....................................... 141
4. Reposición mal decretada. Indefensión ................................................ 144
5. Reposición mal decretada. Cuando el tribunal superior repone la
causa fundado en que el a quo declaró la prescripción ......................... 146

CAPÍTULO VII
CASACIÓN POR DEFECTOS DE FORMA
DE LA SENTENCIA ................................................................................ 148
1. Vicios de la sentencia ........................................................................... 148
1.1. Vicio de inmotivación en el Código de Procedimiento Civil ......... 148
1.1.1. En qué consiste la motivación e inmotivación de la
sentencia. Impedimento para que la Sala pueda ejercer el
control de la legalidad del fallo recurrido ..................................... 148
1.1.2. Carencia de motivos sobre la condena de daño
moral ............................................................................... 150
1.1.3. Omisión de valoración de pruebas por presunta
confesión ficta ................................................................. 151
1.1.4. Motivación acogida por el Juez de alzada. Criterio
de la Sala de Casación Social ........................................... 152
CONTENIDO 11

1.1.5. Causas que constituyen terminación de la relación


de trabajo. Contradicción en los motivos.
Inmotivación ................................................................... 154
1.1.6. Inmotivación por no examinar las pruebas
testimoniales. Principio de autosuficiencia del fallo .......... 155
1.2. Vicio de inmotivación en la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo ........................................................................................ 155
1.2.1. Motivación falsa. Concepto ............................................ 155
1.2.2. Inmotivación por examen parcial o distorsionado
de las pruebas. Sana crítica conforme al artículo 10
de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. Falta y
falsedad de los motivos ................................................... 156
1.2.3. Motivación para determinar la procedencia del
daño moral. Establecimiento de la indemnización
por la Sala ........................................................................ 160
1.2.4. Motivación e inmotivación en la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo. Concepto. Requisitos
para determinar y calificar el daño moral.
Responsabilidad jurídica. Establecimiento de la
indemnización por la Sala ................................................ 162
1.2.5. Errónea motivación como uno de los supuestos
del ordinal 3° del artículo 168 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo ........................................................ 167
1.2.6. Contradicción en los motivos como vicio de
inmotivación .................................................................... 168
1.2.7. Anulación del fallo de Alzada por inmotivación
respecto a la estimación del daño moral .......................... 169
1.2.8. Inmotivación por examen deficiente de apreciación
en la declaración de los testigos en casos de
accidentes de trabajo ...................................................... 172
1.2.9. Contradicción e ilogicidad en la motivación .................... 173
1.2.10. Falsedad o manifiesta ilogicidad en la motivación ........... 174
1.3. Silencio de prueba como motivo de casación por defectos
de forma de la sentencia .............................................................. 174
1.3.1. Carga del formalizante al denunciarlo .............................. 174
1.3.2. Requisitos para su procedencia conforme al criterio
de la Sala de Casación Social ........................................... 176
1.3.4. Carácter de orden público ................................................... 177
1.4. Incongruencia .............................................................................. 179
1.4.1. Cómo determinar si el fallo es congruente ....................... 179
1.4.2. La reformatio in peius no constituye ultrapetita .............. 179
12 CONTENIDO

1.4.3. Incongruencia. Concepto ................................................ 180


1.4.4. Incongruencia. Principio de exhaustividad del fallo ........ 181
1.5. Indeterminación objetiva ................................................................. 181
1.5.1. Indeterminación objetiva. Legitimación para
recurrir ............................................................................. 181
1.5.2. Toda sentencia debe contener la determinación de
la cosa u objeto sobre la cual recae la decisión.
Principio de autosuficiencia del fallo ............................... 182

CAPÍTULO VIII
CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE LEY ..................................... 184
1. Falsa aplicación. Concepto ................................................................... 184
2. Diferencia entre el error de interpretación y la falta de aplicación
de una norma legal. Conceptos ............................................................... 185
2.1. Falta de aplicación del artículo 61 de la Ley Orgánica del
Trabajo. El tribunal de alzada debe pronunciarse sobre la
defensa perentoria de prescripción. Apelación. Concepto ........... 186
3. A qué se refiere el error del juez por suposición falsa ........................ 189
4. Cómo denunciar la suposición falsa ..................................................... 190
5. Regla general de valoración de las pruebas. La sana crítica ............... 191
6. Máximas de experiencia. Concepto ...................................................... 192
7. Cómo se denuncia la violación de una máxima de experiencia ............. 193
8. Diferencias entre defectos de actividad y errores de juicio a los
fines de la casación .............................................................................. 193
9. El error en la apreciación de la prueba no puede ser denunciado
como quebrantamiento de formas. Valoración de prueba irregular ......... 197
10. Principio de la prohibición de la reformatio in peius. Falta de
interés .................................................................................................. 198

CAPÍTULO IX
CITACIÓN ................................................................................................... 200
1. Citación personal ................................................................................. 200
2. Interpretación del artículo 216 del Código de Procedimiento Civil.
Citación tácita ...................................................................................... 202
3. El efecto de la incomparecencia del demandado; a) El deber de
juramentación del defensor ad litem. Orden público ......................... 203
4. Deberes del defensor ad litem. Finalidad de la institución. Deberes
del juez ................................................................................................. 205
CONTENIDO 13

CAPÍTULO X
COMPETENCIA ....................................................................................... 211
1. La competencia por la materia es de orden público .............................. 211
2. La Sala competente para resolver los conflictos negativos entre
tribunales con competencia sobre diversas materias .......................... 213
3. La competencia para conocer de las decisiones emanadas de las
Inspectorías del Trabajo ......................................................................... 214
4. Incompetencia de la Sala de Casación Social cuando no existe
conflicto negativo ................................................................................. 219
5. Determinación de la jurisdicción y la competencia ............................. 220
6. Competencia de los tribunales laborales para conocer de la
demanda intentada por un trabajador contratado por una Alcaldía ........ 221
7. Cuando un trabajador que presta servicio a una Alcaldía, no es
un funcionario público ......................................................................... 222
8. Competencia de los tribunales laborales para conocer de la
demanda intentada por un trabajador contratado por un Instituto
Autónomo ............................................................................................. 223
9. Empleados contratados que prestan servicio a un ente público ............ 225
10. Trabajadores universitarios que se rigen por la LOT ......................... 226
11. Instancia a la cual pueden acceder los jubilados en demanda de
sus derechos ......................................................................................... 229
12. Competencia por el territorio .............................................................. 231

CAPÍTULO XI
CONDICIONES DE TRABAJO ......................................................... 232
1. Días hábiles para el trabajo. Lunes y martes de carnaval no son
días feriados ......................................................................................... 232
2. Días de descanso y feriados. Cálculo ................................................... 232
3. Salario correspondiente al período vacacional. Oportunidad de
pago ...................................................................................................... 233
4. De las vacaciones. Cálculo. Cuando el trabajador no disfrutó de
vacaciones durante la relación de trabajo ............................................ 235
5. Jornada efectiva de trabajo. Disponibilidad .......................................... 236

CAPÍTULO XII
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA CARGA
DE LA PRUEBA EN MATERIA LABORAL ................................. 238
1. Distribución de la carga de la prueba en materia laboral. Cambio
de doctrina. Modo de contestar la demanda ............................................ 238
14 CONTENIDO

2. Diferente tratamiento de los alegatos y rechazos contenidos en


la contestación. Amplía la doctrina ........................................................ 242
3. ¿Quién tiene la carga de probar la existencia de la prestación
personal del servicio? .......................................................................... 244
3.1. Le corresponde al patrono desvirtuar la existencia de la
relación de trabajo cuando el trabajador demuestre la
prestación del servicio ................................................................. 244
3.2. Carga de la prueba. Presunción iuris tantum ................................ 247
3.3. Cuándo corresponde la carga de la prueba al demandante .......... 248
4. Cuándo corresponde al patrono la carga de demostrar el salario ........ 249
5. Confesión ficta del demandado al no rechazar expresamente en
la contestación los hechos alegados en la demanda. Diferencia
con la confesión ficta prevista en el artículo 362 del Código de
Procedimiento Civil .............................................................................. 249
6. Carga de la prueba cuando se reclaman horas extras o días
feriados ................................................................................................. 251

CAPÍTULO XIII
CONTROL DE LA LEGALIDAD. PRESUPUESTOS DE
ADMISIBILIDAD DEL RECURSO ................................................. 253
1. PRESUPUESTOS OBJETIVOS. Sentencia o acto recurrible.
Cumplimiento de las condiciones formales de interposición:
modo, lugar y tiempo .............................................................................. 253
1.1. Sentencias recurribles y no recurribles ........................................ 253
1.1.1. Inadmisibilidad del recurso interpuesto contra
sentencias interlocutorias; a) Admisibilidad del
recurso contra fallos dictados en ejecución de
sentencia ......................................................................... 253
1.1.2. Admisibilidad del recurso contra fallos dictados
en los juicios de invalidación .......................................... 255
1.1.3. Inadmisibilidad del recurso interpuesto contra
sentencias que deciden regulación de la
competencia .................................................................... 256
1.1.4. El recurso sólo procede contra las decisiones que
infrinjan normas legales o sean contrarias a la
jurisprudencia de la Sala de Casación Social ................... 256
1.1.5. Incompatibilidad entre los recursos de casación y
de control de la legalidad ................................................. 258
1.1.6. Inadmisibilidad del recurso propuesto contra las
sentencias de los tribunales superiores laborales
que resuelvan acciones de amparo constitucional .......... 259
CONTENIDO 15

1.1.7. Poder discrecional de la Sala para admitir el recurso ........... 260


1.2.
Condiciones formales de interposición: modo, lugar y
tiempo .......................................................................................... 261
1.2.1. El recurso interpuesto después de declarado
inadmisible el recurso de casación .................................. 261
1.2.2. Principio de orden consecutivo legal con fases de
preclusión. Lo que debe hacer el Tribunal Superior
cuando se interpone el recurso ....................................... 262
2. PRESUPUESTOS SUBJETIVOS. Cualidad de parte y agravio ........... 264
2.1. Inadmisibilidad del recurso cuando el recurrente no es parte
en el juicio .................................................................................... 264
2.2. Legitimación especial para presentar el recurso ........................... 265

CAPÍTULO XIV
COSTAS PROCESALES ........................................................................ 267
1. Procedencia .......................................................................................... 267

CAPÍTULO XV
DEMANDA LABORAL ........................................................................... 267
1. Demanda verbal ante el juez del trabajo. Formalidades que deberán
cumplirse en tal caso ........................................................................... 269

CAPÍTULO XVI
ESTABILIDAD .......................................................................................... 273
1. Reenganche de un trabajador despedido injustificadamente.
Salarios dejados de percibir y prestaciones sociales. a)
Estabilidad laboral relativa; b) Cálculo de las indemnizaciones
cuando el patrono insiste en el despido ................................................ 273
2. Indemnización a favor del trabajador por despido injustificado.
Exclusión para el cálculo de los salarios dejados de percibir. El
patrono no puede alegar que la demora judicial es un caso fortuito
o fuerza mayor ...................................................................................... 275
3. Improcedencia de indemnizaciones por daños morales y lucro
cesante en casos de despido injustificado ............................................ 278
4. Reclamo de indemnización por despido injustificado pretendida
por un empleado de dirección ................................................................. 279

CAPÍTULO XVII
EXPERTICIA COMPLEMENTARIA DEL FALLO .................... 281
1. Límites ................................................................................................... 281
16 CONTENIDO

2. Lapso para impugnar la experticia. Necesidad de fundamentar la


impugnación ......................................................................................... 280
3. Reclamo contra el dictamen. La decisión del Juez sobre la
impugnación. Necesidad de motivación .................................................. 285
4. Preclusión de los motivos de impugnación de la experticia ................. 286

CAPÍTULO XVIII
HONORARIOS PROFESIONALES ................................................. 287
1. Procedimiento ...................................................................................... 287
2. Procedencia del derecho ...................................................................... 288

CAPÍTULO XIX
NORMAS FUNDAMENTALES ......................................................... 293
1. Principios y derechos constitucionales y legales .................................. 293
1.1. Derecho a la asistencia jurídica .................................................... 293
1.2. Principio in dubio pro operario y principio de primacía de la
realidad ........................................................................................ 294
1.3. Finalidad del principio in dubio pro operario ............................... 295
1.4. Irrenunciabilidad .......................................................................... 296
1.5. Principios constitucionales y legales ........................................... 298
1.6. Derechos de acceso a la justicia y a la tutela judicial efectiva.
Demandas contra entes administrativos ...................................... 299
1.7. Determinación del derecho aplicable ........................................... 305
1.8. Principios relativos a la protección del trabajo ............................ 306
1.9. Principio iura novit curia .............................................................. 308
1.10. Principio finalista ......................................................................... 308
1.11. Equidad en el Derecho del Trabajo .............................................. 309
1.12. Principio de autosuficiencia del fallo ........................................... 310
2. De las personas en el derecho del trabajo ............................................ 310
2.1. Empleada pública excluida del régimen establecido en la
Ley Orgánica del Trabajo ............................................................. 310
2.2. Empleado de dirección ................................................................. 312
2.2.1. Concepto. Improcedencia del pago por
indemnización a causa de despido injustificado .............. 312
3. Prescripción ........................................................................................ 314
3.1. La prescripción extintiva o liberatoria. Créditos derivados
de la relación de trabajo. Interrupción .......................................... 314
3.2. Régimen de prestaciones. Disposición transitoria ....................... 315
3.3. Lapso de prescripción de las obligaciones derivadas de la
relación de trabajo y accidentes o enfermedades
profesionales ............................................................................... 316
CONTENIDO 17

3.4.
Obligación laboral. Interrupción de la prescripción.
Interpretación de los artículos 61 y 64 literal “a” de la Ley
Orgánica del Trabajo. Diferencia entre citación y
notificación .................................................................................. 318
4. Lapso de caducidad legal y convencional ................................................ 322
5. Perención ............................................................................................... 323
5.1. Muerte del litigante durante el procedimiento de casación.
Necesidad de impulso procesal ................................................... 323
5.2. La perención de la instancia después de vista la causa.
Interpretación de los artículos 267 del Código de
Procedimiento Civil y 201 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo ........................................................................................ 324

CAPÍTULO XX
PROCEDIMIENTO EN INSTANCIA CONFORME
A LA LEY ORGÁNICA PROCESAL DEL TRABAJO ............... 329
1. Audiencia preliminar ........................................................................... 329
1.1. Menoscabo de normas de orden público por rigidez de
formalismos para comparecer a la audiencia preliminar ................ 329
1.2. Incomparecencia de la parte actora a la audiencia preliminar.
Solicitud de fijación para la celebración de una nueva
audiencia. Exigencias ................................................................... 331
1.3. Despacho saneador. Deber del juez ............................................. 333
2. Procedimiento en segunda instancia ..................................................... 337
2.1. Incomparecencia de la parte demandada a la audiencia oral
en primera y segunda instancia. Efectos. Pruebas
consignadas con el recurso de control de la legalidad.
Principios fundamentales ............................................................. 337
2.1.1. Incomparecencia de la parte apelante a la
celebración de la audiencia oral. Efectos ......................... 341
2.2. Facultades y deberes del juez como director del proceso ............ 342
2.3. Reposición inútil en casos contra una empresa del Estado ........... 343
2.4. Lapso para publicar las decisiones orales en instancia ................ 343

CAPÍTULO XXI
PROTECCIÓN LABORAL ................................................................... 347
1. Convenciones colectivas de trabajo. Normas aplicables a dichas
convenciones cuando involucren a Gobernaciones y cuando las
erogaciones causadas por el contrato colectivo no están previstas
en el presupuesto vigente ..................................................................... 347
2. Convención colectiva de trabajo. ¿Hechos o derecho? Cambio de
doctrina ................................................................................................ 354
18 CONTENIDO

3. Convención colectiva de trabajo como derecho .................................... 356


4. Falsa aplicación de una cláusula de la convención colectiva .................. 359
5. Maternidad ........................................................................................... 360

CAPÍTULO XXII
PRUEBAS .................................................................................................... 362
1. Requisitos de validez para su promoción ............................................. 362
2. Presunciones ....................................................................................... 364
3. Las máximas de experiencia no son pruebas ....................................... 364
4. Oportunidad para la consignación de documentos privados ................ 365
5. Documento privado emanado de un tercero .......................................... 366
6. Los recibos de pago presentados en copia simple, sin haber
solicitado su exhibición ....................................................................... 366
7. Informe por accidente de trabajo. Documento público
administrativo. Acta levantada por la Inspectoría del Trabajo e
informe levantado por los funcionarios del Cuerpo de Bomberos
del Distrito Federal. Facultades inquisitivas del juez .......................... 367
8. Libro de registro de horas extras .......................................................... 369
8.1. Solicitud de exhibición ................................................................. 369
8.2. Requisitos para la promoción de la prueba de exhibición.
Horas extras. Distribución de la carga de la prueba ..................... 373
9. Copias certificadas de las actas de declaraciones de testigos
rendidas en otro juicio. Promoción ...................................................... 374
10. Formalidades que debe cumplir un testigo para su validez en
juicio .................................................................................................... 375
11. Apreciación y valoración de la carta misiva ......................................... 376
12. Escritos presentados por las partes en un juicio no son pruebas ........ 379

CAPÍTULO XXIII
REGÍMENES ESPECIALES ................................................................ 380
1. Situación del aprendiz .......................................................................... 380

CAPÍTULO XXIV
RELACIÓN DE TRABAJO .................................................................. 382
1. Presunción de existencia de la relación de trabajo .............................. 382
1.1. La existencia de un contrato mercantil entre el patrono y
un tercero y la prestación accidental del servicio por otra
persona no desvirtúan la presunción laboral. Carga de la
prueba de los caracteres de la relación de trabajo,
subordinación .............................................................................. 382
CONTENIDO 19

1.2. Presunción de existencia de la relación de trabajo aplicable


a los productores de seguros ...................................................... 390
1.2.1. Las normas de la Ley de Empresas de Seguros y
Reaseguros no excluyen la existencia de la relación
laboral ............................................................................. 390
1.2.2. Es suficiente que demuestren la prestación
personal del servicio para que se presuma la
existencia de la relación de trabajo .................................. 391
1.3. Presunción de existencia de la relación de trabajo aplicable
a los profesionales. Contenido y alcance del artículo 65 de
la Ley Orgánica del Trabajo ......................................................... 393
1.4. Se desvirtuó la presunción de existencia de la relación de
trabajo ......................................................................................... 398
1.5. Gerente General considerado como trabajador. Presunción
de laboralidad .............................................................................. 403
2. Relación de trabajo ............................................................................... 406
2.1. La exclusividad ............................................................................ 406
2.2. Actos objetivos de comercio. El juez debe analizar si están
dados los elementos constitutivos de la relación de trabajo .......... 406
3. Contrato de trabajo ............................................................................... 408
3.1. Naturaleza jurídica del contrato laboral. a) Los contratos
laborales; b) Relatividad de los contratos; c) Presunción
de existencia de la relación de trabajo .......................................... 408
3.2. Territorialidad .............................................................................. 414
3.2.1 Territorialidad del contrato laboral; a) Aplicación
de derecho extranjero; b) La empresa venezolana
está excluida de responsabilidad por servicios
convenidos en otros países y con anterioridad a
su relación con el trabajador; c) Aceptación tácita
de la jurisdicción ............................................................. 414
4. Sustitución de patrono ......................................................................... 417
4.1. Concepto. Notificación al trabajador. Cuándo comienza el
lapso de prescripción ................................................................... 417
4.2. Doctrina de Sustitución de patrono en las relaciones de
empleo público. Casos de privatización ....................................... 419
4.3. Sustitución procesal del demandado ........................................... 425
5. Unidad económica ................................................................................. 428
5.1. Existencia de una unidad económica ............................................... 428
6. Terminación de la relación de trabajo .................................................. 431
6.1. Despido indirecto ........................................................................ 431
6.2. Retiro justificado. Efectos. Improcedencia de la petición
de indemnizaciones hechas por primera vez ante la Sala .............. 432
20 CONTENIDO

6.3. Disparidad entre carta de despido y participación del


despido ........................................................................................ 433
6.4. Garantía del derecho de igualdad al trabajador despedido.
Principios de prioridad de la realidad de los hechos y la
equidad ........................................................................................ 434
6.5. Preaviso. A quiénes se debe pagar .............................................. 438
6.6. Preaviso. Cuándo no procede ...................................................... 441
6.7. El preaviso omitido no debe adicionarse a la relación de
trabajo ......................................................................................... 443
6.8. Carácter alimentario de las prestaciones sociales ........................ 444
6.9. Pago de prestaciones sociales ..................................................... 447
6.9.1. Pago de intereses de mora. Excepción ................................ 447
6.10. Prestaciones Sociales. Prescripción ............................................ 448

CAPÍTULO XXV
REMUNERACIÓN .................................................................................. 451
1. Salario como derecho constitucional ................................................... 451
2. Naturaleza no salarial de los subsidios, Tickets, Vales o Cupones.
a) Interpretación del literal “b”, Parágrafo Único, artículo 133
LOT (1990); b) Interpretación del Parágrafo Primero, artículo
133 LOT (1997). Los cesta ticket no revisten carácter salarial;
c) Naturaleza salarial de los aportes del patrono al Plan de Ahorro ......... 454
3. Subsidios o facilidades que el patrono otorga al trabajador como
complemento del salario ....................................................................... 461
4. Facilidades que otorga el patrono al empleado que no tienen
carácter salarial; a) Planes de pensión; b) Incentivo para la
compra de acciones; c) Bono ejecutivo por cumplimiento de metas .......... 463
5. Beneficio por uso de vehículo ................................................................. 465
5.1. Cuando lo alegado como beneficio, provecho o ventaja
sirve exclusivamente para la realización de labores y cuando
se trata de un beneficio cuantificable en dinero ........................... 465
5.2. Conceptos que forman parte del salario y conceptos
excluidos del salario. Uso de vehículo como parte del
salario. Cómo calcular tal incremento ........................................... 466
6. Tipos de salario. El bono por compensación para cubrir el pago
de alquiler de vivienda y bono vacacional forman parte del salario ......... 470
7. Alícuota de utilidades legales. Cuándo puede ser considerada
como parte del salario .......................................................................... 472
8. Las comisiones que reciben los intermediarios de seguros .................. 473
CONTENIDO 21

CAPÍTULO XXVI
RESERVA LEGAL .................................................................................... 475
1. Jubilación. Reserva legal. La desaplicación por inconstitucional,
mediante control difuso, de un Reglamento de Protección Socio
Económico ............................................................................................ 475

CAPÍTULO XXVII
SISTEMA CAUTELAR .......................................................................... 477
1. Incompetencia de la Sala de Casación Social para dictar medidas
cautelares ............................................................................................. 477
2. Poder discrecional del juez para decretar medidas ............................. 478

CAPÍTULO XXVIII
TRANSACCIÓN LABORAL ............................................................... 480
1. La aplicación de normas previstas en el Código Civil y en el
Código de Procedimiento Civil en concordancia con la Ley
Orgánica del Trabajo ........................................................................... 480
2. Requisitos ............................................................................................ 481
3. Transacción homologada por la autoridad competente. Efectos.
Deberes del Juez del Trabajo ............................................................... 483
4. Transacción extrajudicial. Deberes del Inspector del Trabajo ............... 485
5. Validez de convenio celebrado entre la empresa y un empleado de
dirección .............................................................................................. 487

ÍNDICE SENTENCIAS CONSULTADAS .................................. 29


Sentencias año 2000 ..................................................................................... 29
Sentencias año 2001 ..................................................................................... 31
Sentencias año 2002 ..................................................................................... 32
Sentencias año 2003 ..................................................................................... 33
Sentencias año 2004 ..................................................................................... 35
Sentencias año 2005 ..................................................................................... 37
Presentación

En este texto el lector encontrará la recopilación de la jurisprudencia más


destacada de la Sala de Casación Social desde el año 2000 hasta mayo de
2005 y fundamentalmente, las sentencias bajo las cuales fui ponente. Considero
pertinente citar algunos antecedentes y referencias jurisprudenciales de la
doctrina establecida por los demás Magistrados de esta Sala y por otras Salas
del Tribunal Supremo de Justicia, relacionados con temas de derecho adjetivo
y sustantivo.
La intención de este trabajo es orientar e ilustrar, de alguna manera, a los
estudiantes de derecho y abogados, sobre las nuevas tendencias
jurisprudenciales y al mismo tiempo, que represente un instrumento de consulta,
comenzando por citar la doctrina que se siguió durante mucho tiempo basada
en el proceso escrito y culminando con el sistema actual, que es oral.
La Sala de Casación Social, en la constante búsqueda por mantener un criterio
equitativo, justo y uniforme, en pro de las partes, ha tomado en consideración
para el desarrollo de su jurisprudencia, la experiencia procesal aplicada al
sistema escrito y los conceptos que la doctrina nacional y extranjera han
aportado al Derecho. Conforme a ello se han resuelto muchos procesos y
dudas que han surgido en la implementación del procedimiento oral establecido
en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. Igualmente, la Sala en una función
pedagógica y a fin de garantizar el acceso a la justicia, el debido proceso y el
derecho a la defensa, se ha dirigido constantemente a las partes y sus
apoderados para guiarlos en el nuevo sistema oral. En las audiencias orales
han logrado resolver, a través de la conciliación, muchos conflictos. De igual
forma, la Sala ha establecido criterios sólidos dirigidos a los jueces de instancia,
básicamente para que decidan conforme a los principios previstos en la Ley,
24 MAGISTRADO JUAN RAFAEL PERDOMO

cumplan una función activa como verdaderos directores del proceso y apliquen
la institución procesal del despacho saneador para depurar el proceso, no
lograda la conciliación.
Uno de los asuntos que han preocupado y ocupan la atención de la Sala de
Casación Social es el relativo a la remuneración del trabajo. La doctrina y
la jurisprudencia han tratado insistentemente de establecer el concepto,
contenido y objeto del salario. En las relaciones laborales se observa cómo, a
pesar de las definiciones legales, no siempre lo que aporta el patrono puede
estimarse como salario. El examen de la jurisprudencia de esta Sala revela
una variedad de posiciones frente a la determinación del concepto de salario.
No ha sido posible que los litigantes, patronos y trabajadores, convengan sobre
la esencia de las remuneraciones que recibe el trabajador a cambio de la
labor realizada, no obstante lo previsto en el Convenio 95 de la Organización
Internacional del Trabajo, en la doctrina nacional y en las sentencias que
tratan el tema en forma impecable.
El 1° de julio de 1949, se celebró en Ginebra la Conferencia General de la
Organización Internacional del Trabajo, en la que se adoptó el Convenio 95
relativo a la protección del salario y se decidió que los Estados Partes de ese
organismo internacional, ratificarían dicho Convenio para que formara parte
de sus legislaciones nacionales. (Venezuela lo ratificó en 1981). Según este
instrumento, los salarios deben ser pagados en dinero efectivo, en moneda de
curso legal y deberá prohibirse otras modalidades de pago. Ahora bien, la
tendencia jurisprudencial de la Sala de Casación Social que se sigue, se apoya
en el artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo vigente.
Al respecto, se van a citar algunas sentencias que actualmente constituyen
jurisprudencia de esta Sala, todas ellas se inspiran en el citado artículo 133, o
bien en criterios jurisprudenciales de la antigua Corte Suprema de Justicia,
que han servido de base para la elaboración de algunos de los fallos de la
actual Sala de Casación Social. Aparte de ello, hemos creado algunos criterios
para reforzar la labor histórica realizada por la jurisdicción laboral. Esta se
reafirma con el carácter garantista de la Constitución vigente al establecer
que Venezuela se ha constituido en un Estado Democrático y Social de Derecho
y de Justicia, que entre otros valores propugna la igualdad, la solidaridad, la
responsabilidad social y los derechos humanos (artículo 2°).
También es de gran importancia resaltar el tema sobre enfermedades
profesionales y accidentes de trabajo. Para el conocimiento de este asunto, la
normativa venezolana tiene su fuente en los Convenios de la Organización
PRESENTACIÓN 25

Internacional del Trabajo, que han sido ratificados y, progresivamente el


legislador patrio ha incorporado a las leyes laborales.
La Ley Orgánica del Trabajo denomina el Título VIII “De los Infortunios en
el Trabajo”, lo cual no pareciera correcto cuando el Diccionario de la Lengua
Española, define el infortunio como suerte desdichada o fortuna adversa.
Los accidentes y enfermedades profesionales son una consecuencia inmediata
del trabajo que puede originar los eventos antes señalados. Es lamentable la
ocurrencia frecuente de accidentes de trabajo porque afectan moral, física y
económicamente al trabajador. La víctima de una enfermedad profesional o
un accidente de trabajo, en general, es quien mantiene una familia. La ausencia
de éste soporte crea una crisis social y económica. Las enfermedades
profesionales y los accidentes de trabajo suelen ocurrir por condiciones de
trabajo inseguras, cuya responsabilidad, en la mayoría de veces, es del
empleador. La entidad del riesgo profesional puede incrementarse por la omisión
de las normas de seguridad vigentes. Las estadísticas venezolanas demuestran
que tales hechos afectan principalmente a personas jóvenes en determinados
días y horas de trabajo. La fatiga originada por jornadas excesivas es un
factor de riesgo para el trabajador y la única manera de combatirla es con
horarios flexibles y eludir las jornadas extras para el mismo trabajador.
La jurisprudencia reiterada sobre los daños materiales y morales pretende
orientar la labor de los jueces y crear criterios uniformes en la interpretación
de las normas legales.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece un grupo
de normas relativas a la seguridad social que diseña el tema de los
discapacitados en los artículos 81, 83, 84. Precisamente, el artículo 86 prevé
el derecho que tiene toda persona a la seguridad social como servicio público
no lucrativo, que garantice la salud y asegure la protección en el caso de
enfermedades, invalidez, riesgos laborales. Este diseño convencional coloca
la responsabilidad en el Estado, que debe asegurar este derecho creando un
sistema de seguridad social universal, integral de financiamiento, solidario,
unitario, eficiente y participativo de contribuciones directa e indirecta.
La materia de los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales ha
sido incorporada en algunas convenciones colectivas de trabajo. Se pretende
crear mecanismos de prevención de accidentes, evaluación de riesgos y
condiciones inseguras en el trabajo, para evitar que efectivamente se produzca
la enfermedad o el accidente.
26 MAGISTRADO JUAN RAFAEL PERDOMO

El sistema de protección, sin embargo, no cubre la verdadera seguridad que


debe tener el trabajador en el centro laboral. Esta es la necesidad que impulsa
a los trabajadores a demandar ante los tribunales y pretender en ellas una
indemnización tanto por daño material como moral. Las decisiones dictadas
sobre este particular comprenden una diversidad de aspectos y sirven de
soporte en el perfeccionamiento de la jurisprudencia de la Sala de Casación
Social del Tribunal Supremo de Justicia.
Considero oportuno para el desarrollo de este análisis jurisprudencial, resaltar
además de los temas antes indicados: la estabilidad laboral; condiciones de
trabajo; la contestación de la demanda laboral y distribución de la carga de la
prueba; la protección laboral (convenciones colectivas de trabajo); regímenes
especiales, la relación de trabajo (presunción de existencia de la relación de
trabajo, contrato de trabajo, sustitución de patrono, unidad económica,
terminación de la relación de trabajo); la demanda laboral; principios y derechos
constitucionales y legales; las personas en el derecho del trabajo y la transacción
laboral. Igualmente, se citó parte de la jurisprudencia de la Sala relacionada
con el procedimiento oral tanto en instancia como en casación y temas relativos
al Derecho Procesal del Trabajo: aclaratorias y ampliaciones del fallo; ajustes
por inflación; avocamiento; presupuestos de admisibilidad del recurso de
casación; casación por quebrantamiento de formas procesales en menoscabo
del derecho a la defensa; casación por defectos de forma de la sentencia;
casación por infracción de ley; la citación; la competencia por la materia, por
el territorio y por la cuantía; presupuestos objetivos y subjetivos de admisibilidad
del recurso de control de la legalidad; las costas procesales, prescripción,
lapso de caducidad legal y convencional; la perención; experticia
complementaria del fallo; procedimiento en instancia conforme a la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo (audiencia preliminar, audiencia de juicio y
procedimiento en segunda instancia), pruebas y sistema cautelar.
Dentro de este marco constitucional y legal, y con fundamento en la doctrina
de juristas nacionales y extranjeros, la Sala de Casación Social ha ido
consolidando una valiosa jurisprudencia que interpreta y desarrolla los principios
del Derecho del Trabajo y su tutela judicial efectiva, en un Estado de derecho
y de justicia. Expresión de ese empeño es, en parte, recogido en este libro.
En las páginas que siguen, el lector encontrará la relación de los criterios
relevantes de la jurisprudencia de la Sala de Casación Social, que constituye
un aporte de este máximo Tribunal a la consolidación de la justicia laboral en
Venezuela.
PRESENTACIÓN 27

Por último, quiero expresar mi más sincero reconocimiento al equipo de trabajo


que me acompaña en esta delicada y hermosa función de administrar justicia
que me encomendó la República Bolivariana de Venezuela y especialmente a
los abogados Luis Aquiles Mejía Arnal, Enrique Dubuc Pineda, Jenny Abreu
Riera, Luis Santos Castillo, Víctor Durán, María Margarita Siblesz Lleras,
Teresa Fernandes de Celi, Marcela García Curcho, Omarly Andreína Uranga
e ingeniero Laly Bustamante.

Magistrado Juan Rafael Perdomo


Caracas, mayo de 2005
Índice de Sentencias Consultadas

Sentencias año 2000


Sentencia: N° 48 de 15-03-00. Exp. 99-638 ........................................ 86
Sentencia: N° 78 de 05-04-00. Exp. 99-170 ........................................ 92
Sentencia: Nº 301 de 27-07-00. Exp. 99-1054 ..................................... 93
Sentencia: N° 36 de 09-03-00. Exp. 98-313 ....................................... 113
Sentencia: N° 101 de 10-05-00. Exp. 99-646 .....................................114
Sentencia: N° 133 de 24-05-00. Exp. 99-547 .....................................114
Auto: N° 002 de 26-01-00- Exp. 00-004 .....................................115
Auto: N° 108 de 18-12-00. Exp. 00-098 .....................................116
Sentencia: N° 21 de 24-02-00. Exp. 99-821 ...................................... 122
Auto: N° 18 de 24-02-00. Exp. 00-014 ...................................... 135
Sentencia: N° 34 de 09-03-00. Exp. 99-677 ...................................... 139
Sentencia: N° 390 de 21-09-00. Exp. 99-078 .................................... 140
Sentencia: N° 429 de 25-10-00. Exp. 00-055 .................................... 148
Sentencia: N° 48 de 15-03-00. Exp. 99-638 ...................................... 181
Sentencia: N° 47 de 15-03-00. Exp. 99-835 ...................................... 184
Sentencia: N° 50 de 15-03-00. Exp. 99-633 ...................................... 189
30 ÍNDICE DE SENTENCIAS CONSULTADAS

Sentencia: N° 430 de 25-10-00. Exp. 00-132 .................................... 192


Sentencia: N° 265 de 13-07-00. Exp. 99-859 .................................... 198
Sentencia: N° 134 de 24-05-00. Exp. 99-1014 .................................. 200
Sentencia: N° 83 de 06-04-00. Exp. 99-268 ...................................... 202
Sentencia: N° 371 de 09-08-00. Exp. 99-817 .................................... 203
Sentencia: N° 431 de 25-10-00. Exp. 00-179 .................................... 220
Auto: N° 34 de 05-04-00. Exp. 99-132 ...................................... 229
Auto: N° 69 de 18-12-00. Exp. 00-034 ...................................... 231
Sentencia: N° 46 de 15-03-00. Exp. 95-123 ...................................... 232
Sentencia: N° 78 de 05-04-00. Exp. 99-170 ...................................... 233
Sentencia: N° 47 de 15-03-00. Exp. 99-835 ...................................... 238
Sentencia: N° 445 de 09-11-00. Exp. 99-469 ..................................... 242
Sentencia: N° 46 de 15-03-00. Exp. 95-123 ...................................... 244
Sentencia: N° 526 de 30-11-00. Exp. 99-636 ..................................... 249
Sentencia: N° 35 de 09-03-00. Exp. 99-042 ...................................... 269
Sentencia: N° 152 de 01-06-00. Exp. 99-502 .................................... 281
Sentencia: N° 392 de 21-09-00. Exp. 00-084 .................................... 288
Sentencia: N° 391 de 21-09-00. Exp. 00-050 .................................... 289
Sentencia: N° 50 de 15-03-00. Exp. 99-633 ...................................... 294
Sentencia: N° 61 de 16-03-00. Exp. 98-546 ...................................... 298
Sentencia: N° 51 de 15-03-00. Exp. 99-781 ...................................... 305
Sentencia: N° 393 de 21-09-00. Exp. 00-098 .................................... 308
Sentencia: Nº 425 de 25-10-00. Exp. 99-620 ..................................... 308
Sentencia: N° 429 de 25-10-00. Exp. 00-055 .................................... 309
Sentencia: N° 376 de 09-08-00. Exp. 99-640 .................................... 314
Sentencia: N° 475 de 16-11-00. Exp. 00-291 ..................................... 315
Sentencia: N° 529 de 14-12-00. Exp. 00-360 .................................... 316
ÍNDICE DE SENTENCIAS CONSULTADAS 31

Sentencia: N° 426 de 25-10-00. Exp. 99-944 .................................... 323


Sentencia: N° 94 de 03-05-00. Exp. 99-296 ...................................... 364
Sentencia: N° 102 de 10-05-00. Exp. 96-890 .................................... 365
Sentencia: N° 61 de 16-03-00. Exp. 98-546 ...................................... 382
Sentencia: N° 46 de 15-03-00. Exp. 95-123 ...................................... 390
Sentencia: N° 48 de 15-03-00. Exp. 99-638 ...................................... 391
Sentencia: N° 50 de 15-03-00. Exp. 99-633 ...................................... 408
Sentencia: N° 206 de 21-06-00. Exp. 98-776 .................................... 419
Sentencia: N° 542 de 18-12-00. Exp. 99-398 .................................... 444
Sentencia: N° 66 de 22-03-00. Exp. 99-755 ...................................... 465
Sentencia: N° 438 de 02-11-00. Exp. 00-065 ..................................... 470
Sentencia: N° 46 de 15-03-00. Exp. 95-123 ...................................... 473

Sentencias año 2001


Sentencia: N° 352 de 17-12-01. Exp. 01-449 ...................................... 57
Sentencia: N° 12 de 06-02-01. Exp. 99-515 ........................................ 95
Sentencia: N° 189 de 26-07-01. Exp. 01-183 .................................... 100
Auto: N° 42 de 26-07-01. Exp. 01-243 ...................................... 122
Sentencia: N° 184 de 26-07-01. Exp. 01-095 .................................... 141
Sentencia: N° 193 de 26-07-01. Exp. 01-249 .................................... 179
Sentencia: N° 12 de 06-02-01. Exp. 99-515 ...................................... 193
Sentencia: N° 184 de 26-07-01. Exp. 01-095 .................................... 193
Auto: N° 36 de 03-05-01. Exp. 01-089 ...................................... 219
Auto: N° 20 de 22-03-01. Exp. 00-045 ...................................... 221
Auto: N° 64 de 26-06-01. Exp. 01-242 ...................................... 222
Auto: N° 34 de 03-05-01. Exp. 01-029 ...................................... 223
Auto: N° 102 de 07-11-01. Exp. 01-313 ..................................... 225
Auto: N° 101 de 07-11-01. Exp. 01-297 ..................................... 226
32 ÍNDICE DE SENTENCIAS CONSULTADAS

Sentencia: N° 114 de 31-05-01. Exp. 01-054 ..................................... 247


Sentencia: N° 315 de 20-11-01. Exp. 01-379 ..................................... 273
Sentencia: Nº 72 de 03-05-01. Exp. 00-509 ....................................... 296
Sentencia: N° 36 de 08-03-01. Exp. 00-437 ...................................... 306
Sentencia: N° 314 de 20-11-01. Exp. 01-350 ..................................... 318
Sentencia: N° 194 de 26-07-01. Exp. 01-337 .................................... 347
Sentencia: N° 249 de 18-10-01. Exp. 01-219 .................................... 364
Sentencia: N° 313 de 20-11-01. Exp. 01-336 ..................................... 366
Sentencia: N° 294 de 13-11-01. Exp. 01-320 ..................................... 313
Sentencia: N° 72 de 03-05-01. Exp. 00-509 ...................................... 431
Sentencia: N° 220 de 09-08-01. Exp. 01-177 .................................... 472

Sentencias año 2002


Sentencia: N° 659 de 05-12-02. Exp. 02-189 .................................... 101
Auto: N° 279 de 02-05-02. Exp. 01-807 .....................................117
Auto: N° 280 de 02-05-02. Exp. 02-015 .................................... 127
Sentencia: N° 313 de 28-05-02. Exp. 02-054 .................................... 128
Auto: N° 451 de 18-07-02. Exp. 02-277 .................................... 128
Auto: N° 281 de 02-05-02. Exp. 02-088 .................................... 133
Sentencia: N° 419 de 04-07-02. Exp. 02-307 .................................... 137
Sentencia: N° 4 de 16-01-02. Exp. 99-515 ......................................... 150
Sentencia: N° 397 de 27-06-02. Exp. 02-070 .................................... 151
Sentencia: N° 398 de 27-06-02. Exp. 02-121 .................................... 152
Sentencia: N° 351 de 12-06-02. Exp. 01-644 .................................... 155
Sentencia: N° 352 de 12-06-02. Exp. 01-703 .................................... 179
Sentencia: N° 474 de 09-08-02. Exp. 02-208 .................................... 180
Sentencia: N° 659 de 05-12-02. Exp. 02-189 .................................... 181
Auto: N° 200 de 21-03-02. Exp. 01-614 .....................................211
ÍNDICE DE SENTENCIAS CONSULTADAS 33

Auto: N° 369 de 12-06-02. Exp. 02-196 .................................... 213


Auto: N° 206 de 21-03-02. Exp. 01-758 .................................... 214
Sentencia: N° 31 de 05-02-02. Exp. 01-424 ...................................... 235
Auto: N° 713 de 18-12-02. Exp. 02-635 .................................... 261
Sentencia: N° 261 de 25-04-02. Exp. 01-697 .................................... 282
Sentencia: N° 311 de 28-05-02. Exp. 01-819 ..................................... 287
Sentencia: N° 659 de 05-12-02. Exp. 02-189 .................................... 290
Sentencia: N° 287 de 16-05-02. Exp. 01-576 .................................... 366
Sentencia: N° 307 de 28-05-02. Exp. 01-686 .................................... 374
Sentencia: N° 472 de 09-08-02. Exp. 01-661 .................................... 376
Sentencia: N° 315 de 20-11-02. Exp. 01-379 ..................................... 438
Sentencia: N° 05 de 16-01-02. Exp. 01-469 ...................................... 475
Sentencia: N° 261 de 25-04-02. Exp. 01-697 .................................... 477
Sentencia: N° 473 de 09-08-02. Exp. 01-818 .................................... 478

Sentencias año 2003


Sentencia: N° 536 de 18-09-03. Exp. 02-589 ...................................... 60
Sentencia: N° 803 de 16-12-03. Exp. 03-382 ...................................... 62
Sentencia: N° 796 de 16-12-03. Exp. 02-623 ...................................... 77
Sentencia: N° 738 de 28-10-03. Exp. 03-290 ...................................... 89
Sentencia: Nº 535 de 18-09-03. Exp. 02-568 ..................................... 102
Sentencia: N° 58 de 13-02-03. Exp. 03-045 ...................................... 105
Sentencia: N° 796 de 16-12-03. Exp. 02-623 .................................... 137
Sentencia: N° 006 de 23-01-03. Exp. 02-266 .................................... 144
Sentencia: N° 123 de 06-03-03. Exp. 02-559 .................................... 182
Sentencia: N° 540 de 18-09-03. Exp. 02-659 .................................... 185
Sentencia: N° 795 de 16-12-03. Exp. 02-517 .................................... 232
Sentencia: N° 757 de 01-12-03. Exp. 03-094 .................................... 249
34 ÍNDICE DE SENTENCIAS CONSULTADAS

Sentencia: N° 797 de 16-12-03. Exp. 02-624 .................................... 251


Auto: N° 349 de 15-05-03. Exp. 03-160 .................................... 253
Auto: N° 74 de 01-03-05. Exp. 04-1747 .................................... 256
Auto: N° 294 de 29-04-03. Exp. 03-147 .................................... 260
Auto: N° 86 de 20-02-03. Exp. 02-647 ...................................... 262
Sentencia: N° 459 de 10-07-03. Exp. 03-160 .................................... 267
Sentencia: N° 459 de 10-07-03. Exp. 03-160 .................................... 275
Sentencia: N° 265 de 13-07-00. Exp. 99-859 .................................... 299
Sentencia: N° 796 de 16-12-03. Exp. 02-623 .................................... 322
Sentencia: Nº 4 de 23-01-03. Exp. 02-139 ......................................... 354
Sentencia: Nº 535 de 18-09-03. Exp. 02-568 ..................................... 356
Sentencia: Nº 535 de 18-09-03. Exp. 02-568 ..................................... 362
Sentencia: N° 803 de 16-12-03. Exp. 03-382 .................................... 367
Sentencia: N° 652 de 09-10-03. Exp. 03-202 .................................... 369
Sentencia: N° 803 de 16-12-03. Exp. 03-382 .................................... 375
Sentencia: N° 803 de 16-12-03. Exp. 03-382 .................................... 379
Sentencia: N° 264 de 29-04-03. Exp. 02-387 .................................... 393
Sentencia: N° 797 de 16-12-03. Exp. 02-624 .................................... 406
Sentencia: Nº 800 de 16-12-03. Exp. 03-074 ..................................... 406
Sentencia: N° 262 de 29-04-03. Exp. 02-211 ..................................... 417
Sentencia: N° 537 de 18-09-03. Exp. 02-603 .................................... 441
Sentencia: N° 631 de 02-10-03. Exp. 03-166 .................................... 447
Sentencia: N° 460 de 10-07-03. Exp. 03-287 .................................... 451
Sentencia: N° 489 de 30-07-03. Exp. 02-562 .................................... 454
Sentencia: N° 631 de 02-10-03. Exp. 03-166 .................................... 461
Sentencia: N° 265 de 13-07-00. Exp. 99-859 .................................... 480
Sentencia: N° 739 de 28-10-03. Exp. 03-402 .................................... 481
ÍNDICE DE SENTENCIAS CONSULTADAS 35

Sentencias año 2004


Sentencia: N° 396 de 13-05-04. Exp. 04-181 ...................................... 63
Sentencia: N° 722 de 02-07-04. Exp. 04-383 ...................................... 66
Sentencia: N° 731 de 13-07-04. Exp. 04-502 ...................................... 75
Sentencia: N° 833 de 21-07-04. Exp. 04-558 ...................................... 82
Sentencia: N° 1297 de 13-10-04. Exp. 04-883 .................................... 84
Sentencia: N° 423 de 18 -05- 04. Exp. 04-206 .................................... 118
Auto: N° 1550 de 02-12-04. Exp. 04-1319 ................................. 119
Auto: N° 1170 de 07-10-04. Exp. 04-869 ................................... 120
Auto: N° 1348 de 28-10-04. Exp. 04-960 .................................. 121
Sentencia: N° 460 de 24-05-04. Exp. 04-296 .................................... 129
Sentencia: N° 527 de 04-06-04. Exp. 04-177 .................................... 131
Sentencia: N° 1449 de 23-11-04. Exp. 04-1107 ................................. 146
Sentencia: N° 140 de 09-03-04. Exp. 03-617 .................................... 154
Sentencia: N° 226 de 11-03-04. Exp. 03-957 ..................................... 155
Sentencia: N° 665 de 17-06-04. Exp. 04-343 .................................... 156
Sentencia: N° 722 de 02-07-04. Exp. 04-383 .................................... 160
Sentencia: N° 731 de 13-07-04. Exp. 04-502 .................................... 162
Sentencia: N° 833 de 21-07-04. Exp. 04-558 .................................... 167
Sentencia: N° 1122 de 27-09-04. Exp. 04-783 ................................... 168
Sentencia: N° 1123 de 27-09-04. Exp. 04-823 ................................... 169
Sentencia: N° 1297 de 13-10-04. Exp. 04-883 .................................. 172
Sentencia: N° 1448 de 23-11-04. Exp. 04-1097 ................................ 173
Sentencia: N° 1565 de 09-12-04. Exp. 04-1162 ................................ 174
Sentencia: N° 226 de 11-03-04. Exp. 03-957 ..................................... 174
Sentencia: N° 1566 de 09-12-04. Exp. 04-1203 ................................ 176
Sentencia: N° 976 de 12-08-04. Exp. 04-663 .................................... 177
36 ÍNDICE DE SENTENCIAS CONSULTADAS

Sentencia: N° 226 de 11-03-04. Exp. 03-957 ..................................... 186


Sentencia: N° 832 de 21-07-04. Exp. 04-573 .................................... 190
Sentencia: N° 485 de 04-06-04. Exp. 03-117 ..................................... 191
Sentencia: N° 1002 de 18-08-04. Exp. 04-656 .................................. 197
Sentencia: N° 832 de 21-07-04. Exp. 04-573 .................................... 236
Auto: Nº 44 de 20-01-04. Exp. 03-865 ....................................... 256
Auto: N° 209 de 09-03-04. Exp. 04-067 .................................... 258
Auto: Nº 350 de 15-04-04. Exp. 04-099 ..................................... 259
Auto: N° 575 de 04-06-04. Exp. 04-200 .................................... 264
Auto: N° 592 de 04-06-04. Exp. 04-293 .................................... 265
Sentencia: Nº 116 de 17-02-04. Exp. 03-829 ..................................... 278
Sentencia: N° 1566 de 09-12-04. Exp. 04-1203 ................................ 279
Auto: N° 13 de 17-02-00. Exp. 99-125 ...................................... 293
Sentencia: N° 137 de 09-03-04. Exp. 03-357 .................................... 295
Sentencia: N° 832 de 21-07-04. Exp. 04-573 .................................... 310
Auto: N° 13 de 17-02-00. Exp. 99-125 ...................................... 310
Sentencia: N° 1566 de 09-12-04. Exp. 04-1203 ................................ 312
Sentencia: Nº 652 de 10-06-04. Exp. 03-911 ..................................... 329
Sentencia: Nº 1376 de 08-11-04. Exp. 04-1022 ................................. 331
Sentencia: Nº 421 de 13-05-04. Exp. 04-038 ..................................... 337
Sentencia: Nº 1032 de 03-09-04. Exp. 04-420 ................................... 341
Sentencia: N° 665 de 17-06-04. Exp. 04-343 .................................... 342
Sentencia: Nº 675 de 17-06-04. Exp. 04-126 ..................................... 343
Sentencia: Nº 1633 de 14-12-04. Exp. 04-1213 ................................ 359
Sentencia: Nº 116 de 17-02-04. Exp. 03-829 ..................................... 360
Sentencia: Nº 1149 de 07-10-04. Exp. 04-873 ................................... 373
Sentencia: Nº 1027 de 02-09-04. Exp. 04-158 ................................... 380
ÍNDICE DE SENTENCIAS CONSULTADAS 37

Sentencia: N° 1448 de 23-11-04. Exp. 04-1097 ................................ 398


Sentencia: Nº 1633 de 14-12-04. Exp. 04-1213 ................................ 414
Sentencia: N° 1462 de 02-12-04. Exp. 04-091 .................................. 425
Sentencia: N° 832 de 21-07-04. Exp. 04-573 .................................... 433
Sentencia: N° 1347 de 28-10-04. Exp. 04-1017 ................................ 434
Sentencia: N° 226 de 11-03-04. Exp. 03-957 ..................................... 448
Sentencia: Nº 1633 de 14-12-04. Exp. 04-1213 ................................ 463
Sentencia: N° 1566 de 09-12-04. Exp. 04-1203 ................................ 466
Sentencia: N° 226 de 11-03-04. Exp. 03-957 ..................................... 483
Sentencia: N° 493 de 04-06-04. Exp. 03-799 .................................... 485
Sentencia: N° 1377 de 08-11-04. Exp.04-1031........................................ 443

Sentencias año 2005


Sentencia: N° 59 de 01-03-05. Exp. 04-744 ...................................... 104
Sentencia: N° 212 de 07-04-05. Exp. 04-1512 .................................. 205
Sentencia: N° 318 de 22-04-05. Exp. 04-1212 .................................. 248
Auto: N° 239 de 07-04-05. Exp. 04-1520 .................................. 255
Sentencia: N° 75 de 01-03-05. Exp. 04-1027 .................................... 324
Sentencia: N° 248 de 12-04-05. Exp. 04-1322 .................................. 333
Sentencia: N° 248 de 12-04-05. Exp. 04-1322 .................................. 343
Sentencia: N° 119 de 31-03-05. Exp. 04-1110 ................................... 403
Sentencia: N° 110 de 11-03-05. Exp. 04-802 ..................................... 428
Sentencia: N° 202 de 05-04-05. Exp. 04-1331 .................................. 432
Sentencia: N° 192 de 17-03-05. Exp. 04-942 .................................... 487
Sentencia: N° 74 de 17-03-05. Exp. 04-17.................................................256
Índice de Artículos

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela:


Artículo 2: ................................................................ 141, 193
Artículo 26 .............................................................. 86, 141, 144, 193, 299,
325, 329
Artículo 46 .............................................................. 105, 211
Artículo 49 .............................................................. 193, 205, 269, 325, 329
Artículo 49 ordinal 1° .............................................. 86
Artículo 49 ordinal 3° .............................................. 86
Artículo 78 .............................................................. 105
Artículo 81 ordinal 1° .............................................. 434
Artículo 86 .............................................................. 298, 393
Artículo 87 .............................................................. 298, 393
Artículo 88 .............................................................. 298, 393
Artículo 89 .............................................................. 141, 193, 298, 299, 393
Artículo 90 .............................................................. 298, 298, 393
Artículo 91 .............................................................. 298, 393
Artículo 92 .............................................................. 95, 141, 186, 193, 298,
315, 393, 444, 448, 451
Artículo 93 .............................................................. 298, 360, 393
40 ÍNDICE DE ARTÍCULOS

Artículo 94 .............................................................. 294, 393


Artículo 95 .............................................................. 298, 393
Artículo 96 .............................................................. 298, 393
Artículo 97 .............................................................. 298, 393
Artículo 108 ............................................................. 105
Artículo 117 ............................................................. 105
Artículo 135 ............................................................. 105
Artículo 146 ............................................................. 223
Artículo 255 ............................................................. 123
Artículo 257 ............................................................. 123, 133, 141, 193, 269,
299, 308, 325, 329, 333
Artículo 262 ............................................................. 105
Artículo 266 ordinal 6° ............................................ 347
Artículo 334 ............................................................. 123, 475
Artículo 335 ............................................................. 211
Disposición Transitoria Cuarta, numeral 3° ............. 315

Constitución Nacional (1961):


Artículo 67 .............................................................. 269
Artículo 68 .............................................................. 269
Artículo 84 al 94 ...................................................... 298

Ley Orgánica Procesal del Trabajo:


Artículo 2 ................................................................ 331, 434
Artículo 5 ................................................................ 331
Artículo 6, Parágrafo Único .................................... 432
Artículo 10 .............................................................. 156
Artículo 11 ............................................................... 331, 342
Artículo 48 .............................................................. 131
ÍNDICE DE ARTÍCULOS 41

Artículo 49 .............................................................. 144, 262, 325


Artículo 54 .............................................................. 398
Artículo 59 .............................................................. 121
Artículo 69 .............................................................. 156
Artículo 72 .............................................................. 373
Artículo 77 .............................................................. 329
Artículo 79 .............................................................. 331
Artículo 82 .............................................................. 373
Artículo 111 ............................................................. 329
Artículo 119 ............................................................. 373
Artículo 124 ............................................................. 333
Artículo 129 ............................................................. 331
Artículo 130 ............................................................. 331
Artículo 131 ............................................................. 337, 343
Artículo 133 ............................................................. 329
Artículo 134 ............................................................. 333
Artículo 151 ............................................................. 343
Artículo 158 ............................................................. 343
Artículo 159 ............................................................. 82, 162, 167, 169, 172, 337
Artículo 163 ............................................................. 337
Artículo 164 ............................................................. 337, 341
Artículo 168 ordinal 1° ............................................ 146, 342
Artículo 168 ordinal 2° ............................................ 155, 190, 331, 443
Artículo 168 ordinal 3° ............................................ 66, 156, 160, 172, 174, 177
Artículo 167 ............................................................. 118, 119, 121, 129
Artículo 170 ............................................................. 119, 121
Artículo 173 ............................................................. 131, 253, 337
Artículo 174 ............................................................. 253
42 JUAN RAFAEL PERDOMO

Artículo 175 66, 82, 146, 156, 160,


162, 167, 177
Artículo 177 ............................................................. 82,137, 165, 167, 169
Artículo 178 ............................................................. 253, 255, 260, 261, 262,
264, 325
Artículo 179 ............................................................. 262, 325
Artículo 194 ............................................................. 325
Artículo 185 ............................................................. 104
Artículo 201 ............................................................. 325

Ley Orgánica del Trabajo:


Artículo 2 ................................................................ 487
Artículo 3, Parágrafo Único ....................................... 296, 298, 393, 431, 441, 487
480, 481, 483, 485
Artículo 5 ................................................................ 229
Artículo 8 ................................................................ 222, 293, 306, 310, 393,
419
Artículo 9 ................................................................ 223, 393
Artículo 10 .............................................................. 296, 298, 393, 431
Artículo 15 .............................................................. 298, 393, 419
Artículo 24 .............................................................. 82, 162, 167
Artículo 31 .............................................................. 249
Artículo 39 .............................................................. 382
Artículo 42 .............................................................. 279, 312
Artículo 50 .............................................................. 205
Artículo 55 .............................................................. 66, 160
Artículo 59 .............................................................. 298, 306, 366, 393, 441
Artículo 60 .............................................................. 57, 306
Artículo 60 literal “a” .............................................. 354
Artículo 60, literal “g” ............................................. 148, 309
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 43

Artículo 60, literal “e” ............................................. 295


Artículo 61 ................................................................ 186, 306, 314, 316, 318, 448
Artículo 62 .............................................................. 316
Artículo 63 .............................................................. 269
Artículo 64 literal “a” .............................................. 318
Artículo 65 .............................................................. 244, 248, 382, 393, 398,
403, 408
Artículo 66 .............................................................. 382, 393
Artículo 68 .............................................................. 296, 382
Artículo 73 .............................................................. 382
Artículo 74 .............................................................. 221
Artículo 75 .............................................................. 382
Artículo 88 .............................................................. 425
Artículo 90 .............................................................. 425
Artículo 91 .............................................................. 417
Artículo 98 .............................................................. 154
Artículo 101 ............................................................. 296, 431
Artículo 102 ............................................................. 434
Artículo 103 ............................................................. 431
Artículo 104 ............................................................. 438, 441
Artículo 104 literal “e” ............................................ 443
Artículo 107 ............................................................. 441
Artículo 108 ............................................................. 77, 103, 168, 198, 447
Artículo 108, Parágrafo Tercero ............................. 77
Artículo 112 .............................................................. 273, 279, 312, 438, 441, 466
Artículo 123 ............................................................. 129
Artículo 125 ............................................................. 273, 279, 312, 432, 434,
438, 466
Artículo 126 ............................................................. 275
44 JUAN RAFAEL PERDOMO

Artículo 129 ............................................................. 382


Artículo 132 ............................................................. 382, 451
Artículo 133 ............................................................. 235, 305, 451, 463, 466,
473
Artículo 133, Parágrafo Primero ............................. 461
Artículo 138 ............................................................. 75, 82, 162, 167
Artículo 145 ............................................................. 235
Artículo 146 ............................................................. 235, 305
Artículo 147 ............................................................. 451
Artículo 165 ............................................................. 75, 82, 162, 167
Artículo 180 ............................................................. 447
Artículo 189 ............................................................. 63, 236, 373
Artículo 195 ............................................................. 237
Artículo 209 ............................................................. 373
Artículo 212 ............................................................. 233
Artículo 222 ............................................................. 233
Artículo 224 ............................................................. 233
Artículo 225 ............................................................. 432
Artículo 226 ............................................................. 233
Artículo 236 ............................................................. 233
Artículo 267 ............................................................. 380
Artículo 268 ............................................................. 380
Artículo 269 ............................................................. 380
Artículo 384 ............................................................. 360
Artículo 462 ............................................................. 129
Artículo 507 ............................................................. 356, 359
Artículo 510 ............................................................. 279, 312, 466
Artículo 521 ............................................................. 507, 359
Artículo 527 ............................................................. 347
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 45

Artículo 560 ............................................................. 57, 66, 160


Artículo 561 ............................................................. 63
Artículo 562 ............................................................. 57
Artículo 563 ............................................................. 66, 160
Artículo 585 ............................................................. 66, 160
Artículo 567 ............................................................. 77
Artículo 568 ............................................................. 77
Artículo 569 ............................................................. 77
Artículo 570 ............................................................. 77, 322, 322
Artículo 629 ............................................................. 369
Artículo 655 ............................................................. 223, 655

Ley Orgánica del Trabajo (1990):


Artículo 3 ................................................................ 95
Artículo 108 ............................................................. 95, 198
Artículo 133 ............................................................. 454, 465, 470
Artículo 133, Parágrafo Único, literal “b” ............... 454, 461
Artículo 133, Parágrafo Único, literal “c” ............... 454
Artículo 144 ............................................................. 95
Artículo 145 ............................................................. 95
Artículo 146 ............................................................. 95, 470, 472
Artículo 174 ............................................................. 95
Artículo 219 ............................................................. 95
Artículo 225 ............................................................. 95
Artículo 647 ............................................................. 367
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo:
Artículo 4 ................................................................ 393
Artículo 8 ................................................................ 298
46 JUAN RAFAEL PERDOMO

Artículo 8 literal “c” ................................................ 434


Artículo 9 ................................................................ 481, 483, 485
Artículo 10 .............................................................. 481, 483, 485
Artículo 21 .............................................................. 428
Artículo 36 .............................................................. 425
Artículo 61 .............................................................. 275
Artículo 73 .............................................................. 454
Artículo 182 ............................................................. 347
Artículo 183 ............................................................. 347
Artículo 184 ............................................................. 347
Artículo 185 ............................................................. 347
Artículo 186 ............................................................. 347
Artículo 187 ............................................................. 347
Artículo 188 ............................................................. 347
Artículo 189 ............................................................. 347
Artículo 190 ............................................................. 347
Artículo 191 ............................................................. 347
Artículo 192 ............................................................. 347

Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo (derogado):


Artículo 409 ............................................................. 299

Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio


Ambiente de Trabajo:
Artículo 1 ................................................................ 66, 160
Artículo 28 .............................................................. 57
Artículo 29 .............................................................. 57
Artículo 31 .............................................................. 57
Artículo 33 .............................................................. 57, 66
Artículo 33, Parágrafo Segundo, ordinal 4° ............. 63, 160
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 47

Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo:


Artículo 1 ................................................................ 229
Artículo 31 .............................................................. 200
Artículo 32 .............................................................. 299
Artículo 50 .............................................................. 200, 205
Artículo 63 .............................................................. 141, 193, 269
Artículo 64 .............................................................. 141, 193, 269
Artículo 65 .............................................................. 141, 193
Artículo 68 141, 184, 193, 238, 242,
247, 248, 249

Ley del Seguro Social Obligatorio:


Artículo 2 ................................................................ 66, 160
Artículo 9 ................................................................ 66, 160
Artículo 10 .............................................................. 66, 160
Artículo 11 ............................................................... 66, 160
Artículo 12 .............................................................. 66, 160
Artículo 13 .............................................................. 66, 160
Artículo 14 .............................................................. 66, 160
Artículo 15 .............................................................. 66, 160
Artículo 16 .............................................................. 66, 160
Artículo 17 .............................................................. 66, 160
Artículo 18 .............................................................. 66, 160
Artículo 19 .............................................................. 66, 160
Artículo 20 .............................................................. 66, 160
Artículo 21 .............................................................. 66, 160
Artículo 22 .............................................................. 66, 160
Artículo 23 .............................................................. 66, 160
Artículo 24 .............................................................. 66, 160
48 JUAN RAFAEL PERDOMO

Artículo 25 .............................................................. 66, 160


Artículo 26 .............................................................. 66, 160

Código de Procedimiento Civil:


Artículo 1 ................................................................ 229
Artículo 3 ................................................................ 115, 220
Artículo 7 ................................................................ 299
Artículo 11 ............................................................... 123
Artículo 12 .............................................................. 89, 148, 193, 309, 331, 356
359, 364
Artículo 13 .............................................................. 148, 309
Artículo 14 .............................................................. 140
Artículo 15 .............................................................. 146, 205, 269, 331
Artículo 20 .............................................................. 186, 331, 448, 475
Artículo 22 .............................................................. 123
Artículo 23 .............................................................. 478
Artículo 28 .............................................................. 211
Artículo 31 .............................................................. 220
Artículo 32 .............................................................. 362
Artículo 33 .............................................................. 116
Artículo 47 .............................................................. 231
Artículo 60 .............................................................. 211
Artículo 70 .............................................................. 219
Artículo 71 .............................................................. 219
Artículo 82 .............................................................. 140
Artículo 90, Primer Aparte ...................................... 140
Artículo 104 ............................................................. 203
Artículo 107 ............................................................. 265
Artículo 118 ............................................................. 140
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 49

Artículo 146 ............................................................. 144


Artículo 187 ............................................................. 265
Arículo 198 .............................................................. 133
Artículo 206 ............................................................. 133, 205, 211, 269, 308
Artículo 208 ............................................................. 139, 146, 205, 211, 269
Artículo 211 ............................................................. 208
Artículo 212 ............................................................. 208
Artículo 216 ............................................................. 202
Artículo 218 ............................................................. 200
Artículo 223 ............................................................. 200
Artículo 231 ............................................................. 323
Artículo 233 ............................................................. 140
Artículo 243 ordinal 4° ............................................ 155
Artículo 243 ordinal 5° ............................................ 290, 322, 379
Artículo 243 ordinal 6° ............................................ 182
Artículo 249 ............................................................. 93, 281, 282, 287
Artículo 251 ............................................................. 140
Artículo 252 ............................................................. 86, 89
Artículo 254 ............................................................. 57
Artículo 257 ............................................................. 133
Artículo 267 ............................................................. 325
Artículo 270 ............................................................. 269
Artículo 271 ............................................................. 325
Artículo 272 ............................................................. 139
Artículo 274 ............................................................. 267
Artículo 286 ............................................................. 267
Artículo 291 ............................................................. 139
Artículo 305 ............................................................. 135
50 JUAN RAFAEL PERDOMO

Artículo 312 ............................................................. 123, 129


Artículo 313 ............................................................. 137
Artículo 313, ordinal 1° ........................................... 129, 141, 154, 193
Artículo 313, ordinal 2° ........................................... 89, 129, 242 , 308, 356,
359, 362, 364, 366, 366, 369 ,
417, 425, 438, 443
Artículo 316 ............................................................. 135
Artículo 320 ............................................................. 154, 417
Artículo 321 ............................................................. 86, 137
Artículo 322 ............................................................. 99
Artículo 331 ............................................................. 255
Artículo 337 ............................................................. 255
Artículo 339 ............................................................. 123
Artículo 341 ............................................................. 366
Artículo 346, ordinal 10°.......................................... 299, 322
Artículo 350 ............................................................. 141, 193
Artículo 352 ............................................................. 193
Artículo 362 ............................................................. 249, 329
Artículo 364 ............................................................. 299
Artículo 397 ............................................................. 362
Artículo 398 ............................................................. 362
Artículo 431 ............................................................. 366, 367, 382
Artículo 436 ............................................................. 369, 373
Artículo 451 ............................................................. 367
Artículo 486 ............................................................. 375
Artículo 477 ............................................................. 191
Artículo 480 ............................................................. 191
Artículo 501 ............................................................. 374
Artículo 505 ............................................................. 364
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 51

Artículo 506 ............................................................. 284, 238, 242, 382, 444


Artículo 507 ............................................................. 191, 329, 367
Artículo 508 ............................................................. 191
Artículo 509 ............................................................. 329
Artículo 514 ............................................................. 140
Artículo 521 ............................................................. 133, 140
Artículo 523 ............................................................. 93
Artículo 524 ............................................................. 95
Artículo 526 ............................................................. 95
Artículo 527 ............................................................. 93, 95
Artículo 532 ............................................................. 267
Artículo 534 ............................................................. 425
Artículo 585 ............................................................. 478
Artículo 588 ............................................................. 477, 478
Artículo 590 ............................................................. 478
Artículo 591 ............................................................. 478
Artículo 601 ............................................................. 478
Artículo 607 ............................................................. 299
Artículo 609 ............................................................. 289
Artículo 640 ............................................................. 289
Artículo 837 ............................................................. 123
Artículo 849 ............................................................. 123

Código Civil:
Artículo 2 ................................................................ 354, 356, 359
Artículo 4 ................................................................ 106, 215, 318
Artículo 1.133 .......................................................... 451
Artículo 1.159 .......................................................... 451
Artículo 1.160 .......................................................... 451
52 JUAN RAFAEL PERDOMO

Artículo 1.166 .......................................................... 382, 408


Artículo 1.183 .......................................................... 57
Artículo 1.184 .......................................................... 57
Artículo 1.185 .......................................................... 66, 75, 160
Artículo 1.191 .......................................................... 63
Artículo 1.193 .......................................................... 62, 63, 66, 160
Artículo 1.196 .......................................................... 57, 61, 66, 75, 160, 278
360
Artículo 1.277 .......................................................... 356, 359, 447
Artículo 1.363 .......................................................... 408
Artículo 1.354 .......................................................... 66, 160, 184, 238, 242, 356
359
Artículo 1.357 .......................................................... 408
Artículo 1.359 .......................................................... 367
Artículo 1.372 .......................................................... 376
Artículo 1.374 .......................................................... 376
Artículo 1.387 .......................................................... 408
Artículo 1.397 .......................................................... 382
Artículo 1.422 .......................................................... 367
Artículo 1.737 .......................................................... 102, 356, 359
Artículo 1.746 .......................................................... 447
Artículo 1.982, ordinal 2° ........................................ 306

Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia:


Artículo 42, numeral 29° ......................................... 105
Artículo 42 numeral 21° .......................................... 213
Artículo 181 ............................................................. 215
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 53

Artículo 185 ............................................................. 215


Artículo 194 ............................................................. 347

Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente:


Artículo 8 ................................................................ 106
Artículo 70 .............................................................. 106
Artículo 72 .............................................................. 106
Artículo 173 ............................................................. 106
Artículo 279 ............................................................. 106

Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República:


Artículo 30 .............................................................. 299
Artículo 31 .............................................................. 299
Artículo 32 .............................................................. 299
Artículo 33 .............................................................. 299
Artículo 34 .............................................................. 299
Artículo 35 .............................................................. 299
Artículo 36 .............................................................. 299
Artículo 94 .............................................................. 343
Artículo 95 .............................................................. 343
Artículo 96 .............................................................. 343

Ley de Abogados:
Artículo 22 .............................................................. 289
Artículo 23 .............................................................. 267

Ley de Carrera Administrativa:


Artículo 1 ................................................................ 296, 310, 419
Artículo 2 ................................................................ 223, 293, 310
Artículo 3 ................................................................ 223, 293, 310
54 JUAN RAFAEL PERDOMO

Reglamento General de la Ley de Carrera Administrativa:


Artículo 37 .............................................................. 419

Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros:


Artículo 136 ............................................................. 244
Artículo 137 ............................................................. 244
Artículo 140 ............................................................. 244
Artículo 142 ............................................................. 244
Artículo 143 ............................................................. 244
Artículo 176 ............................................................. 244
Artículo 177 ............................................................. 244
Artículo 178 ............................................................. 244

Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros


(8 de agosto de 1975):
Artículo 136 ............................................................. 391
Artículo 137 ............................................................. 391
Artículo 140 ............................................................. 391
Artículo 142 ............................................................. 391
Artículo 143 ............................................................. 391
Artículo 176 ............................................................. 391
Artículo 177 ............................................................. 391
Artículo 178 ............................................................. 391

Convención sobre los Derechos del Niño:


Artículo 17 .............................................................. 106

Reglamento Parcial sobre Transmisiones de Televisión:


Artículo 10 .............................................................. 106
Artículo 11 ............................................................... 106
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 55

Artículo 12 .............................................................. 106


Artículo 13 .............................................................. 106

Ley Orgánica de Telecomunicaciones:


Artículo 12 .............................................................. 106
Artículo 15 .............................................................. 106

Ley de Juramento:
Artículo 202 ............................................................. 223

Ley General de Bancos y Otras Instituciones Financieras:


Artículo 7 ................................................................ 203

Ley de Derecho Internacional Privado:


Artículo 1 ................................................................ 414
Artículo 40 ordinal 4° .............................................. 414

Decreto Presidencial N° 1029, Gaceta Oficial


N° 35.884 de 22 de enero de 1996.......................... 115, 121
Abreviaturas

CC: Código Civil


CIDIP: La Convención Interamericana sobre Normas
Generales de Derecho Internacional Privado
CN: Constitución Nacional (1961)
CPC: Código de Procedimiento Civil
CRBV: Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
LA: Ley de Abogados
LCA: Ley de Carrera Administrativa
LDIP: Ley de Derecho Internacional Privado
LESR: Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros
LESR: Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros del 8 de agosto
de 1975
LGB: Ley General de Bancos y otras Instituciones Financieras
LOCSJ: Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia
LPA: Ley Programa de Alimentación
LOPNA: Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente
LOPCYMAT: Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo
LOPRG: Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República
LOPT: Ley Orgánica Procesal del Trabajo
LOT: Ley Orgánica del Trabajo
LOTEL: Ley Orgánica de Telecomunicaciones
LOTPT: Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo
LSSO: Ley del Seguro Social Obligatorio
RGLCA: Reglamento General de la Ley de Carrera
Administrativa
RLOT: Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo
CAPÍTULO I
ACCIDENTES Y ENFERMEDADES PROFESIONALES

1. ENFERMEDAD PROFESIONAL. CONCEPTO. REQUISITOS


PARA QUE PROSPERE LA DEMANDA POR ESTE MOTIVO

Recurso de Casación
Partes: Carlos Domínguez Felizola contra las sociedades
mercantiles DHL Fletes Aéreos C.A., DHL
Operaciones C.A. y Vensecar Internacional C.A.
Sentencia: N° 352 de 17­12­01. Exp. 01­449
Motivo: Indemnización de daños y perjuicios derivados de
accidente de trabajo
(Ver referencias jurisprudenciales expuestas al
final, no citadas en el texto)
Normas citadas: LOT: artículos 60, 560 y 562; LOPCYMAT:
artículos 28, 29, 31 y 33; CC: artículos 1.183, 1.184
y 1.196; CPC: artículo 254
Dispone el artículo 560 de la Ley Orgánica del Trabajo:
“Los patronos, cuando no estén en los casos exceptuados por el
artículo 563, estarán obligados a pagar a los trabajadores y aprendices
ocupados por ellos, las indemnizaciones previstas en este Título por
los accidentes y por las enfermedades profesionales, ya provengan
del servicio mismo o con ocasión directa de él, exista o no culpa o
negligencia por parte de la empresa o por parte de los trabajadores o
aprendices”.
58 JUAN RAFAEL PERDOMO

El artículo 562 de la misma Ley establece:


“Se entiende por enfermedad profesional un estado patológico
contraído con ocasión del trabajo o por exposición al ambiente en que
el trabajador se encuentre obligado a trabajar; y el que pueda ser
originado por la acción de agentes físicos, químicos o biológicos,
condiciones ergológicas o meteorológicas, factores psicológicos o
emocionales, que se manifiesten por una lesión orgánica, trastornos
enzimáticos o bioquímicos, temporales o permanentes. El Ejecutivo
Nacional al reglamentar esta Ley o mediante Resolución especial podrá
ampliar esta enumeración”.
Por su parte el artículo 28 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo estatuye:
“Se entiende por enfermedades profesionales, a los efectos de esta
Ley, los estados patológicos contraídos con ocasión del trabajo o
exposición al medio en el que el trabajador se encuentre obligado a
trabajar; y aquellos estados patológicos imputables a la acción de
agentes físicos, condiciones ergonómicas, meteorológicas, agentes
químicos, agentes biológicos, factores psicológicos y emocionales,
que se manifiesten por una lesión orgánica, trastornos enzimáticos o
bioquímicos, trastornos funcionales o desequilibrio mental, temporales
o permanentes, contraídos en el medio ambiente de trabajo que señale
la reglamentación de la presente Ley, y en lo sucesivo se añadieren al
ser aprobada su inclusión por el organismo competente”.
Consagra el primero de los artículos citados la obligación de los patronos de
pagar a los trabajadores las indemnizaciones previstas en la Ley, por los
accidentes y por las enfermedades profesionales originadas por el servicio
mismo o con ocasión directa de él, con o sin culpa o negligencia de las partes
involucradas en el hecho.
Asimismo los artículos 562 de la Ley Orgánica del Trabajo y 28 de la Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, precisan
qué es una enfermedad profesional al establecer que es un estado patológico,
por una parte, contraído con ocasión del trabajo o por exposición al ambiente
en que el trabajador se encuentre obligado a trabajar, y por la otra, originado
por la acción de agentes físicos, químicos o biológicos, condiciones económicas
o meteorológicas, entre otras.
Para que una demanda por enfermedad profesional prospere, el actor debe
alegar y demostrar tanto la enfermedad como la relación existente entre el
estado patológico aducido y el trabajo desempeñado, no como una relación de
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 59

causalidad, es decir, de causa a efecto o de necesidad, como tradicionalmente


se interpretó la expresión “resultante del trabajo” consagrada en el artículo
142 de la Ley del Trabajo de 1936 derogada, sino como la producida en el
lugar y tiempo del trabajo, es decir, asociada en gran medida al servicio personal
prestado, que lleve al juez la convicción de que si el trabajador no hubiese
desarrollado la labor no habría contraído la afección, o no la habría desarrollado
en la misma medida, pues es esa la intención del legislador cuando reemplazó
la expresión señalada “resultante del trabajo”, por la de “con ocasión del
trabajo” o “por exposición al ambiente de trabajo”.

Enfermedad profesional alegada


En el caso de autos el Tribunal Superior examinó el material probatorio
producido por ambas partes en juicio y concluyó que quedó demostrado en
autos que el actor padece de Síndrome de Meniere y de Otomastoiditis,
enfermedades éstas que no tienen fases en común, ni provienen una de la
otra, pero no demostró en forma alguna la relación existente entre el
padecimiento aducido y el trabajo desempeñado y, como consecuencia de
ello, declaró sin lugar la demanda.
Ahora bien, el recurrente aduce la falta de aplicación de los artículos 560 y
562 de la Ley Orgánica del Trabajo y del artículo 28 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, normas éstas que
regulan el infortunio en el trabajo y más concretamente la enfermedad
profesional, pero obvia la trascendente circunstancia de no haber demostrado
la relación existente entre el mal que lo aqueja y la prestación personal del
servicio, con lo cual no debía el Tribunal Superior aplicar al caso de autos las
referidas normas, pues éstas sólo son aplicables cuando han sido demostrados
los hechos que constituyen el supuesto de hecho de las normas jurídicas
denunciadas, lo que no es el caso.
De considerar el formalizante que la sentencia impugnada incurrió en el error
de considerar no demostrado un hecho que consta de autos –falso supuesto
negativo– debió interponer la apropiada denuncia de silencio de prueba.
Por otra parte en relación con la violación de los artículos 29, 31 y 33 de la
Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo,
denunciados por falta de aplicación, esta Sala considera que la denuncia
formulada es también improcedente por la misma razón, en virtud de que los
mencionados artículos se refieren a la enfermedad profesional que como ya
se indicó, no fue demostrada.
60 JUAN RAFAEL PERDOMO

En cuanto a la denuncia de violación del artículo 60 de la Ley Orgánica del


Trabajo, también por falta de aplicación, y de los artículos 1.185 y 1.196 del
Código Civil, por falsa aplicación, sobre el particular no encuentra la Sala que
dichos artículos hayan sido infringidos en forma alguna, pues el primero
contiene el orden de las fuentes del derecho laboral y los dos restantes el
hecho ilícito y el daño moral, respectivamente, y, en el caso de autos, el juez
consideró que no debía aplicar las normas denunciadas como violadas por la
ausencia de pruebas que lo obligaban a fallar a favor de la parte demandada,
en conformidad con lo dispuesto en el artículo 254 del Código de Procedimiento
Civil, y en lo que respecta a los artículos 1.183 y 1.196 del Código Civil, si
tales normas fueron mencionadas en la sentencia, fue precisamente, para no
aplicarlas al caso de autos, y por ello no puede haber falsa aplicación, razón
por la cual la Sala considera que se debe desestimar la delación.

Referencias jurisprudenciales
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social que define la relación
de causalidad entre una enfermedad profesional y el servicio prestado.
(Sentencia N° 505 de 17 de mayo de 2005, expediente N° 04­1625. Ponencia
del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. Caso: Álvaro Avella Camargo
contra la sociedad mercantil Costa Norte Construcciones, C.A.)

2. OBLIGACIÓN DEL TRABAJADOR DE PROBAR EL HECHO


ILÍCITO Y DE INDICAR EL MONTO DE LA INDEMNIZA-
CIÓN POR DAÑO MATERIAL

Recurso de Casación
Partes: Juan Francisco Hermoso Aldana contra la sociedad
mercantil Corporación Venezolana de Televisión,
C.A. (VENEVISIÓN)
Sentencia: N° 536 de 18­09­03. Exp. 02­589
Motivo: Indemnización por enfermedad profesional y daño
moral y material
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 116 de 17 de
mayo de 2000, expediente N° 99­591. Ponencia
del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz (caso:
José Francisco Tesorero Yánez contra la empresa
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 61

Hilados Flexilón, S.A.), ratificada en sentencia N°


110 de 11 de marzo de 2005, expediente N° 04­802
(caso: Bernardo Walter Randich contra las
sociedades mercantiles Inversiones Gammiero
Murgano, C.A. y Diversiones Tolón, S.R.L.)
Norma citada: CC: artículo 1.196
El artículo 1.196 de Código Civil establece: “La obligación de reparación
se extiende a todo daño material o moral causado por el hecho ilícito.
El juez puede, especialmente, acordar una indemnización a la víctima
en caso de lesión corporal, de atentado a su honor, a su reputación, o a
los de su familia, a su libertad personal, como también en el caso de
violación de su domicilio o de un secreto concerniente a la parte
lesionada. El juez puede igualmente conceder una indemnización a los
parientes, afines, o cónyuge, como reparación del dolor sufrido en caso
de muerte de la víctima”.
Respecto a la reparación de los daños ocasionados por accidente o enfermedad
profesional, la Sala en sentencia de fecha 17 de mayo de 2000, señaló: “el
trabajador que sufra un accidente o enfermedad profesional, deberá
demandar las indemnizaciones que le correspondan por ante los
Tribunales del Trabajo, ya sea tanto por la responsabilidad objetiva
prevista en la Ley Orgánica del Trabajo, por daños materiales tarifados
y daño moral, como por la indemnización establecida en la Ley Orgánica
de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, así como
también, si logra probar los extremos que conforman el hecho ilícito, la
indemnización material que supera las indemnizaciones antes
mencionadas”.
De probar el trabajador la existencia del hecho ilícito, se puede acordar la
indemnización del daño material producido, por la diferencia entre la
indemnización por leyes especiales y lo demandado por daño emergente y
lucro cesante, así como la indemnización del daño moral ocasionado, analizando
los aspectos relevantes para la estimación de éste, cuidando los extremos de
no exceder el monto solicitado por el actor por este concepto, de conformidad
con el artículo 1.196 (...).
En el caso concreto, la recurrida explicó que no resolvería la procedencia de
la indemnización por daño moral puesto que ésta no fue acordada por el a
quo, conformándose el actor al no haber apelado de ella, y que en atención al
principio de prohibición de reformatio in peius sólo se pronunciaría sobre la
62 JUAN RAFAEL PERDOMO

indemnización por enfermedad laboral establecida en la Ley Orgánica de


Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo y sobre el daño
material.
La indemnización por daño material, a diferencia del daño moral, consiste en
la reparación del perjuicio patrimonial sufrido, en este caso, causado por hecho
ilícito.
En el caso de autos el Tribunal Superior tomando en consideración la
norma denunciada, rechazó el concepto de daños materiales alegando
que si bien el trabajador demostró los elementos que dan existencia al
hecho ilícito, no señaló el monto correspondiente al daño ocasionado a su
patrimonio que pretende sea reparado, por lo cual no puede el Tribunal
ordenar su reparación.

3. RESPONSABILIDAD OBJETIVA POR GUARDA DE COSAS

Recurso de Casación
Partes: Carlos Jesús Ramírez Sanoja contra la sociedad
mercantil Ziade Hermanos, C.A. (ZIHERCA)
Sentencia: N° 803 de 16­12­03. Exp. 03­382
Motivo: Indemnizaciones derivadas de accidente de trabajo
Norma citada: CC: artículo 1.193
Cuando el Juez de la recurrida establece que el montacargas estaba bajo la
guarda del patrono demandado, en el depósito donde el trabajador demandante
ejecutaba su labor como almacenista (Jefe de Almacén), no está estableciendo
un hecho con pruebas cuya inexactitud resultan de actas del expediente, está
concluyendo que al ser propietario del montacargas la empresa demandada,
tenía la guarda del mismo.
Esto es así porque la responsabilidad objetiva por guarda de las cosas prevista
en el artículo 1.193 del Código Civil, y fuente de la teoría de la responsabilidad
patronal por el accidente de trabajo, no considera como guardián de la cosa a
quien en un momento determinado la detente, o a quien la posea en nombre
de otro, sino al propietario o al poseedor legítimo, pues el dueño siempre
retiene los poderes de dirección de la cosa y por tanto siempre será su guardián
y responsable de su mantenimiento, salvo que pruebe que el trabajador actuó
con negligencia grave (dolo).
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 63

4. ACCIDENTE “EN EL TRABAJO” O “CON OCASIÓN DEL


TRABAJO”. CASOS QUE PUEDEN SER CONSIDERADOS
COMO ACCIDENTES DE TRABAJO IN ITINERE O
ACCIDENTES EN EL TRAYECTO

Recurso de Casación
Partes: Maribel Ricaurte Zuleta contra la sociedad
mercantil C.A. Cervecería Regional
Sentencia: N° 396 de 13­05­04. Exp. 04­181
Voto Salvado: Magistrado Alfonso Valbuena Cordero
Motivo: Indemnización por daños materiales y morales por
accidente de trabajo
Normas citadas: LOT: artículos 189 y 561; LOPCYMAT: artículo
33, Parágrafo Segundo, ordinal 4°; CC: artículos
1.191 y 1.193
El aspecto controvertido en el juicio y que está presente en el contenido de las
denuncias formuladas es determinar si el accidente sufrido por la ciudadana
Fabiola Guevara Ricaurte puede o no ser considerado como un accidente de
trabajo.
Resulta un hecho incontrovertido que al terminar su jornada de trabajo como
promotora de los productos elaborados y comercializados por la demandada,
a la una de la mañana (1:00 a.m.), la demandante abordó un vehículo conducido
por su superior jerárquico, el supervisor de ventas, para trasladarse del sitio
de trabajo a su residencia. Resulta incontrovertido que antes de llegar a su
casa la demandante y el ciudadano Jean Carlos Abreu, se dirigieron por solicitud
de éste a la Comandancia de la Policía del Municipio Naguanagua y
posteriormente a “comer hamburguesas”, y que posteriormente, a las tres y
media de la mañana (3:30 a.m.) ocurrió el accidente calificado como accidente
de trabajo por la sentencia recurrida.
Ahora bien, lo primero que hay que determinar es si el accidente se produjo
“en el trabajo” o “con ocasión del trabajo” para poder calificarlo como accidente
de trabajo. A este respecto debe indicarse que “en el trabajo” debe entenderse
no sólo el tiempo y la actividad realizada durante la jornada efectiva de trabajo,
sino también aquella en la cual el trabajador se encuentra bajo la responsabilidad
y ordenes del patrono.
64 JUAN RAFAEL PERDOMO

Si el patrono está obligado a brindar transporte a los trabajadores se debe


entender que mientras se está brindado este servicio de transporte,
independientemente de si el horario de trabajo culminó o no, el accidente que
ocurra debe ser considerado como ocurrido “en el trabajo”. Igual consideración
hay que hacer si el patrono no presta habitualmente el servicio de transporte,
pero por una orden o instrucción circunstancial de éste el trabajador debe
abordar el vehículo del patrono.
No obstante lo expuesto, en el presente caso no puede asumirse que el patrono
estaba obligado a brindar transporte a la demandante, pues ello no fue alegado
por ninguna de las partes en el juicio. Tampoco se alegó que el ciudadano
Jean Carlos Abreu, supervisor de ventas de la empresa demandada, superior
jerárquico de la accionante, y quien conducía el vehículo haya ordenado o
instruido a la demandante a abordarlo para ser transportada a su casa.
Entonces, debe concluirse que aunque el accidente sufrido por la accionante
se haya producido en un vehículo propiedad de la empresa demandada y que
éste era conducido por uno de sus dependientes o trabajadores, ello obedecía
a un acuerdo entre ambos, ajeno a la relación de trabajo.
Entonces no puede considerarse que el accidente se hubiera producido “en el
trabajo”.
Es pertinente entonces determinar si el accidente sufrido por la trabajadora lo
fue “con ocasión del trabajo”, y al respecto debe considerarse que el accidente
de trabajo no se produce únicamente mientras se efectúan las labores propias
del trabajo, sino también cuando el trabajo es la concausa, es decir, cuando
sin la ocurrencia de la prestación de servicio el accidente no se hubiere
producido.
En este sentido es pertinente señalar que se puede considerar como accidente
de trabajo aquel que se produce en el trayecto de la residencia del trabajador
a su sitio de labores y en el trayecto de regreso, antes y después de que haya
comenzado la jornada de trabajo e independientemente de que se encontrara
a disposición del patrono. Ello es lo que la doctrina ha denominado el accidente
“in itinere”, accidente en el trayecto.
Ahora bien, como quiera que el accidente de trabajo “in itinere” se produce
fuera del control directo del empleador, el mismo debe revestir ciertos requisitos
indispensables para poder calificarlo como tal y que son:
a) Que el recorrido habitual no haya sido interrumpido, es decir, haya
concordancia cronológica, y
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 65

b) Que el recorrido habitual no haya sido alterado por motivos particulares,


o sea, que exista “concordancia topográfica”.
En este sentido debe asentarse que por regla general el camino habitual debe
ser prudencialmente la ruta más directa, cómoda y corta.
En el caso bajo examen, debe considerarse que cuando la accionante se
traslada junto con el Supervisor de Ventas y otras promotoras a la Comandancia
de la Policía de Naguanagua y posteriormente a “comer hamburguesas” está
alterando voluntariamente y por razones personales el camino habitual del
trabajo a su residencia, por lo que el accidente ocurrido después de “comer
hamburguesas” al dirigirse hacia su residencia no puede considerase como
accidente “in itinere”, no puede considerase como un accidente con ocasión
del trabajo, no puede considerase como un accidente de trabajo.
Asentado lo anterior, debe concluirse que hubo una falsa aplicación de los
artículos 189 y 561 de la Ley Orgánica del Trabajo por parte de la Juez de la
recurrida al determinar la ocurrencia de un accidente de trabajo y una falsa
aplicación del artículo 33, Parágrafo Segundo, ordinal 4°, de la Ley Orgánica
de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo y 1.191 y 1193 al
determinar la responsabilidad del patrono en el accidente y fijar los montos de
la indemnización.
Por las razones antes expuestas se declara procedente la presente denuncia.

DECISIÓN SOBRE EL FONDO DE LA CONTROVERSIA


De conformidad con lo previsto en el artículo 175 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, al haberse encontrado procedente la denuncia planteada por la
demandada, la Sala debe pronunciarse sobre el fondo de la controversia.
En el caso concreto debe reiterar la Sala que el accidente sufrido por la
demandante en la madrugada del día 6 de marzo de 1999, no puede considerase
como un accidente de trabajo, por lo que no es exigible la reparación de daños
materiales y morales reclamados.
66 JUAN RAFAEL PERDOMO

5. RÉGIMEN DE INDEMNIZACIONES POR ACCIDENTE DE


TRABAJO. SUBSIDIARIDAD. RESPONSABILIDAD
OBJETIVA. IMPORTANCIA DE DEMOSTRAR EL GRADO DE
INCAPACIDAD A LOS FINES DE CUANTIFICAR EL DAÑO

Recurso de Casación
Partes: José Gregorio Quintero Hernández contra las
sociedades mercantiles Costa Norte Construcciones,
C.A. y Chevron Global Technology Services
Company
Sentencia: N° 722 de 02­07­04. Exp. 04­383
Motivo: Cobro de indemnización de daños materiales y
morales derivados de accidente de trabajo
Normas citadas: LOT: artículos 55, 560, 563 y 585; LOPT: artículos
168 ordinal 3° y 175; LOPCYMAT: artículos 1 y
33; LSSO: artículos 2 y 9 al 26; CC: artículos 1.185,
1.193, 1.196 y 1.354

Tipo de accidente de trabajo alegado


Sostiene el demandante que el día 6 de octubre de 1997, ocurrió un accidente
de trabajo, cuando, durante el proceso de instalación de transformadores
eléctricos, erró el golpe dirigido a una cabilla, descargando contra el suelo el
peso de la mandarria utilizada, produciéndole una lesión en el hombro derecho
consistente en una limitación de elevación del miembro superior derecho
por encima del hombro, limitación de abducción y limitación de
antepulsión del miembro superior derecho por encima del hombro,
incapacitándolo parcial y permanentemente. Indica el demandante que el
accidente ocurrió en la obra 271 de la empresa Costa Norte Construcciones,
C.A., empresa contratista de Chevron Global Technology Services Company.
Sostiene el demandante que el accidente se produjo como consecuencia del
incumplimiento de las obligaciones de seguridad en el trabajo previstas en la
Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, y
que en virtud de tal infortunio la empresa Costa Norte Construcciones, C.A.,
procedió a despedirlo el 3 de agosto de 1998, al cumplirse cincuenta y dos
semanas de suspensión de la relación de trabajo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 67

(…)
Analizadas las pruebas promovidas por las partes debe pronunciarse la Sala
sobre los hechos controvertidos y en primer término debe resolver el alegato
de falta de cualidad del demandante para accionar contra la empresa Chevron
Global Technology Services Company, y al respecto observa:
En tanto el ciudadano José Gregorio Quintero Hernández es un trabajador
que sufrió un accidente de trabajo, posee la cualidad para accionar contra su
patrono o contra quien resulte responsable, para obtener una indemnización
por accidente de trabajo, por lo que, si se consideraran únicamente los
deficientes términos en que fue expuesto, debe rechazarse el alegato de falta
de cualidad del demandante opuesta por Chevron Global Technology Services
Company.
Si la consideración de la codemandada es que no es responsable del accidente
de trabajo por no ser patrono y que no ha debido ser demandada, la defensa
o excepción que ha debido oponer, no es la falta de cualidad del demandante,
que es una falta de legitimidad activa, sino su falta de cualidad para ser llamada
a juicio, la falta de legitimidad pasiva. No obstante, y toda vez que la Sala
entiende que esta última fue la intención de la codemandada debe asentar:
De conformidad con lo previsto en el artículo 55 de la Ley Orgánica del
Trabajo, el dueño o beneficiario de la obra es solidariamente responsable con
la contratista que ejecute obras o servicios en su beneficio si esta obra o
servicio es inherente o conexa con las actividades que realiza habitualmente
presumiéndose la inherencia o la conexidad entre la actividad de las empresas
mineras y de hidrocarburos con las obras realizadas por la contratista.
La empresa Chevron Global Technology Services Company está dedicada a
la actividad de explotación y comercio de hidrocarburos, ello es un hecho
notorio que no requiere prueba, por lo que de conformidad con la Ley se
presume la conexidad de la obra realizada por Costa Norte Construcciones,
C.A., con su propia actividad. En virtud de tal presunción legal, resulta
irrelevante que el demandante no señalara hechos que permitieran establecer
tal conexidad para, consecuentemente, derivar la responsabilidad de la empresa
dueña de la obra.
Correspondía a Chevron Global Technology Services Company desvirtuar tal
presunción si quería eximirse de la responsabilidad derivada del accidente de
trabajo sufrido por el demandante, y de la lectura de su escrito de contestación
de la demanda y del análisis del material probatorio no se desprende que se
68 JUAN RAFAEL PERDOMO

haya formulado alguna alegación o aportado alguna prueba destinada a


desvirtuar la presunción legal de conexidad. Por lo que es forzoso concluir
que Chevron Global Technology Services Company es solidariamente
responsable con Costa Norte Construcciones, C.A., del accidente de trabajo
sufrido por José Gregorio Quintero y fue correcto y procedente su llamamiento
a juicio como codemandada.
Por otra parte, debe asentar la Sala que en la actualidad el régimen de
indemnizaciones por accidentes de trabajo está previsto, esencialmente, en
cuatro textos normativos distintos, que son: la Ley Orgánica del Trabajo, la
Ley del Seguro Social Obligatorio, la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones
y Medio Ambiente de Trabajo y el Código Civil.
Las disposiciones previstas en la Ley Orgánica del Trabajo en relación con
las indemnizaciones por accidente de trabajo están contenidas en el Título
VIII del citado texto legislativo, “De los infortunios en el trabajo”, y están
signadas por el régimen de la responsabilidad objetiva del empleador,
contemplada en el artículo 560 eiusdem, según el cual el patrono debe
responder e indemnizar al trabajador por los accidentes de trabajo o
enfermedades profesionales, provengan del servicio mismo o con ocasión de
él, aunque no haya imprudencia, negligencia, impericia o inobservancia de los
reglamentos por parte de la empresa o de los trabajadores. La propia Ley
Orgánica del Trabajo, establece el monto de las indemnizaciones que por
concepto de incapacidad debe recibir el trabajador o sus familiares en caso
de muerte de aquél.
Dispone el artículo 563 de la Ley Orgánica del Trabajo que el patrono
queda exceptuado del pago de las indemnizaciones al trabajador si: a) el
accidente hubiese sido provocado intencionalmente por la víctima, b) se
debiera a una causa extraña no imputable al trabajo, y no concurriere un
riesgo especial preexistente; c) cuando se trate de personas que ejecuten
trabajos ocasionales, ajenos a la empresa del patrono; d) en caso de los
trabajadores a domicilio, y e) cuando se trate de miembros de la familia
del empleador, que trabajen exclusivamente por cuenta del mismo y vivan
bajo el mismo techo.
Entonces, según las previsiones del artículo 560 de la Ley Orgánica del Trabajo,
y siempre que no concurra alguna de las circunstancias eximentes previstas
en el artículo 563 eiusdem, el patrono responderá ante la mera ocurrencia del
accidente de trabajo o del padecimiento de la enfermedad profesional, sin que
fuere relevante las condiciones en que se haya producido el mismo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 69

Importancia de demostrar el grado de incapacidad a los fines de


cuantificar el daño
Para que prospere una reclamación del trabajador en estos casos bastará que
se demuestre el acaecimiento del accidente del trabajo, o el padecimiento de
la enfermedad profesional, y la demostración del grado de incapacidad
sobrevenida será relevante a los fines de determinar el monto de la
indemnización.
Ahora bien, por disponerlo así el artículo 585 de la Ley Orgánica del Trabajo,
este régimen tiene una naturaleza meramente supletoria, respecto de lo no
previsto en las leyes de seguridad social, básicamente en la Ley del Seguro
Social Obligatorio, cuando el trabajador esté amparado por el mismo seguro
social obligatorio.
En caso que el trabajador que sufrió un accidente de trabajo o padece una
enfermedad profesional, esté cubierto por el seguro social obligatorio, conforme
a lo previsto en el artículo 2° de la Ley del Seguro Social Obligatorio quien
pagará las indemnizaciones debe ser el Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales, cuya responsabilidad está prevista en el Título III, de las Prestaciones
en Dinero, concretamente en los artículos 9° al 26 eiusdem.
Por su parte, la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente
de Trabajo tiene como objeto regular la parte preventiva de los riesgos laborales,
según se expresa en su artículo 1°, y a tal fin dispone en su artículo 33, un
grupo de sanciones patrimoniales, administrativas y penales para los casos en
que el accidente de trabajo o la enfermedad profesional se produzca por la no
corrección por parte del empleador, de una condición insegura previamente
advertida y conocida por el empleador.
Concretamente, en el caso de las sanciones patrimoniales dispone la Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, en los
Parágrafos Primero, Segundo y Tercero del artículo 33, que el empleador
debe indemnizar al trabajador por las incapacidades ocasionadas por
enfermedades profesionales o accidentes de trabajo, o a sus parientes en
caso de muerte del trabajador, cuando dichos infortunios se produzcan como
consecuencia del incumplimiento de las normas de prevención, sabiendo el
empleador que sus trabajadores corrían peligro en el desempeño de sus labores
y no corrigió las situaciones riesgosas.
En este caso, el empleador responde por haber actuado en forma culposa,
con negligencia, imprudencia o impericia, y siempre será preciso que en caso
70 JUAN RAFAEL PERDOMO

de reclamación de la indemnización correspondiente el trabajador demuestre


que el patrono conocía de las condiciones riesgosas.
En caso que el trabajador demuestre el extremo antes indicado, el patrono
sólo se puede eximir de la responsabilidad si comprueba que el accidente fue
provocado intencionalmente por la víctima o se debe a fuerza mayor extraña
al trabajo sin que hubiere ningún riesgo especial.
El trabajador también puede exigir al patrono la indemnización por daños
materiales prevista en el artículo 1.185 del Código Civil, siempre que compruebe
que el accidente de trabajo o la enfermedad profesional son producto del
hecho ilícito del empleador. En este supuesto el Sentenciador para decidir la
procedencia de dichas pretensiones, deberá aplicar la normativa del derecho
común.
Es decir, el trabajador que demande la indemnización de daños materiales
superiores a los establecidos en las leyes especiales, deberá probar de
conformidad con el artículo 1.354 del Código Civil, los extremos que conforman
el hecho ilícito que le imputa al patrón, la extensión del daño y la relación de
causalidad entre el hecho ilícito del patrono y el daño producido.
Finalmente, debe acotar la Sala que el trabajador que ha sufrido de algún
infortunio de trabajo puede reclamar la indemnización por daño moral y en
aplicación de la “teoría del riesgo profesional”, la responsabilidad patronal de
reparar dicho daño es objetiva, es decir, debe ser reparado por el patrono
aunque no haya habido culpa en la ocurrencia del infortunio de trabajo.
Las indemnizaciones antes indicadas, previstas en la Ley Orgánica del Trabajo,
cuando no sea aplicable la Ley del Seguro Social Obligatorio, en la Ley Orgánica
de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo y en el Código
Civil, pueden serle exigidas al patrono en forma conjunta, puesto que al
responder a supuestos de hechos distintos el ejercicio de una cualquiera de
ellas no implica la renuncia de las demás.
Asentado lo anterior y vistas las defensas opuestas por las codemandadas, la
Sala considera pertinente hacer los siguientes señalamientos:
La subsidiariedad del régimen de indemnizaciones por accidente de trabajo
previsto en la Ley Orgánica del Trabajo, para los casos en que el trabajador
no esté amparado por el seguro social obligatorio no significa que, en caso
que el trabajador haya sido debidamente inscrito en el sistema de seguridad
social, el Instituto Previsional sea el único competente para declarar una
incapacidad del trabajador que sufrió algún infortunio, como alegan las
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 71

codemandadas. La calificación de la incapacidad por parte del personal médico


adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales es obligatoria
únicamente para los fines de determinar la procedencia de pago de alguna
pensión o indemnización por parte del mismo, pero a cualquier otro efecto es
perfectamente válida la determinación que haga el personal médico legista
adscrito a la administración del trabajo, a las Inspectorías del Trabajo.
Como se expuso al analizar las pruebas, el establecimiento de la incapacidad
parcial y permanente del trabajador demandante deviene del examen pre
retiro que le hizo Costa Norte Construcciones, C.A., por lo que para determinar
la procedencia o no de las indemnizaciones demandadas no es preciso que tal
declaratoria la hubiera hecho el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales
como expusieron las codemandadas.
Respecto al alegato de las codemandas de que Costa Norte Construcciones,
C.A., no era la guardián de la mandarria con la que se produjo el accidente de
trabajo por lo que estaba excluida de cualquier responsabilidad, debe indicarse
que la responsabilidad objetiva por guarda de las cosas prevista en el artículo
1.193 del Código Civil, que es la fuente de la teoría de la responsabilidad
patronal por accidente de trabajo, no considera como guardián de la cosa a
quien en un momento determinado la detente, la opere, la manipule o a quien
la detente en nombre de otro, sino al propietario o al poseedor legítimo, pues
el dueño siempre retiene los poderes de dirección de la cosa y por tanto
siempre será su guardián y responsable de su mantenimiento y operación,
salvo que pruebe que el trabajador actuó con negligencia grave (dolo).
Hechas las consideraciones anteriores, debe la Sala pronunciarse respecto a
los pedimentos contenidos en la demanda y al respecto señala:
1) El actor reclama la cantidad de treinta y un millones quinientos treinta y
seis mil bolívares (Bs. 31.536.000,00), por concepto de la indemnización
prevista en el “Artículo 33 Literal Tercero y Parágrafo Tercero de la
Ley Orgánica de Prevención Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo”
(sic). Entiende la Sala que, en este particular el demandante pretende el
pago de la indemnización por daño moral previsto en el Parágrafo Tercero
de la norma bajo análisis, haciendo caso omiso de un evidente error
material al mencionar el “Literal Tercero”, equivalente al salario integral
de cinco años contados por días continuos.
Ahora bien, el actor no demostró, y ello constituía su carga, que el
accidente de trabajo ocurrido fuera resultado de una actitud negligente
del patrono por no cumplir con las disposiciones previstas en la Ley
72 JUAN RAFAEL PERDOMO

Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, o


por hacerlo prestar su labor en condiciones inseguras.
Siendo la culpa del patrono en la ocurrencia del accidente de trabajo o
de la enfermedad profesional el elemento determinante para la
procedencia de las distintas indemnizaciones previstas en el artículo
33 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente
de Trabajo, es forzoso para la Sala desestimar el reclamo ahora
examinado.
2) Por la misma razón antes expuesta debe la Sala desestimar el pago de la
cantidad de quince millones de bolívares (Bs. 15.000.000,00), por la
incapacidad parcial y permanente, resultado del accidente de trabajo,
prevista en el numeral 3 del Parágrafo Segundo del artículo 33 de la
referida Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente
de Trabajo.
3) Debe desestimarse el reclamo de la cantidad de cincuenta y tres millones
trescientos ochenta y cinco mil bolívares (Bs. 53.385.000,00), previstas
en las cláusulas 29, literal c), y 31, literal g), de la convención colectiva
de trabajo de la industria petrolera vigente entre 1997 y 1999, por cuanto
la indemnización prevista en la primera de las normas convencionales
referidas es procedente en dos supuestos que son:
a) Cuando el accidente de trabajo ocurra en zonas no cubiertas por el
Instituto Venezolano de los Seguros Sociales,
b) Cuando, aun habiendo acaecido en alguna zona cubierta por el
Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, el porcentaje de la
incapacidad sufrida no lo califique para recibir indemnización alguna
por parte del Instituto Previsional.
Es el caso que el demandante laboraba en el Municipio La Cañada de
Urdaneta del Estado Zulia y vivía en la ciudad de Maracaibo, ambas
zonas cubiertas por el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, lo
que lo excluye del primero de los supuestos de procedencia de la
indemnización convencional, y no aportó a los autos prueba alguna que
indicara que el porcentaje de incapacidad parcial y permanente de la
que adolece lo califica para recibir alguna indemnización o por el contrario
quedara excluido de tal posibilidad, en consecuencia no se puede
determinar si se encuentra comprendido en el segundo de los supuestos
para hacerlo acreedor de la pensión convencional.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 73

Por otra parte, la cláusula 31, literal g, de la referida convención colectiva


no establece ningún tipo de indemnización, sino obligaciones del patrono
en caso de terminar la relación de trabajo por no poder reinsertar en su
oficio a un trabajador que adolezca de una incapacidad parcial y
permanente como resultado del accidente de trabajo.
4) Respecto al reclamo de treinta millones de bolívares (Bs. 30.000.000,00),
por concepto de daño moral, la Sala observa que la obligación del patrono
de indemnizar a un trabajador que sufrió un accidente de trabajo deriva
de la responsabilidad objetiva del mismo como guardián de la cosa.
Ahora bien, para determinar el monto que en definitiva debe cancelar el
patrono por este concepto debe considerarse que: a) No hubo
responsabilidad directa e inmediata del patrono en la ocurrencia del
accidente pues el mismo fue resultado de haberse errado un golpe de
mandarria en una cabilla, la cual a su vez golpeó al trabajador; b) la
lesión sufrida se manifiesta en una limitación en la rotación interna del
hombro y consecuentemente en la posibilidad de alzar el brazo derecho,
aunque tiene amplitud articular para la abducción y la flexión lo que no
incapacita al trabajador para desempeñar su trabajo como electricista ni
para llevar una vida social y familiar normal; c) según manifiesta el
médico que lo asistió, el demandante prestó poca colaboración y fue
irregular en el tratamiento de rehabilitación, y d) el trabajador percibía
una remuneración diaria de ocho mil doscientos cincuenta y cuatro
bolívares (Bs. 8.254,00).
Con vista en las anteriores razones esta Sala considera prudencial fijar
en siete millones de bolívares (Bs. 7.000.000,00), el monto de la
indemnización por daño moral que deben pagar las codemandas al
demandante.
5) El demandante reclama también el pago de ochenta millones de bolívares
(Bs. 80.000.000,00), por concepto de lucro cesante y de cuarenta millones
de bolívares (Bs. 40.000.000,00), por concepto de daños y perjuicios y
aunque no señala en qué consisten los daños y perjuicios reclamados en
último término, debe concluirse que son daños y perjuicios distintos del
lucro cesante.
Ahora bien, la reparación de daños y perjuicios materiales que exceda
las indemnizaciones previstas en la Ley Orgánica del Trabajo, se
fundamenta en la obligación prevista en el artículo 1.185 del Código
Civil de reparación del daño causado por el hecho ilícito.
74 JUAN RAFAEL PERDOMO

Entonces, ha debido la parte actora probar que el accidente de trabajo


se debió a un hecho ilícito del patrono por haber actuado con negligencia,
imprudencia o impericia, la ocurrencia real del daño y que el monto
reclamado se corresponde verdaderamente con el daño causado, y la
relación de causalidad entre el hecho ilícito y el daño producido. Al no
haber demostrado tales extremos deben desestimarse tales reclamos.
6) El demandante reclama igualmente, el pago de tres millones quinientos
mil bolívares (Bs. 3.500.000,00), por concepto de diferencia de
prestaciones sociales, pero no señala en qué consiste tal diferencia, no
indica cuál es el monto por él devengado por conceptos de las distintas
prestaciones e indemnizaciones de naturaleza legal o convencional
devengadas durante la relación de trabajo ni cuánto fue lo pagado por el
patrono al terminar la relación de trabajo. Por tal razón es forzoso
desestimar la petición formulada.
7) Por último, el demandante reclama el pago de setenta y seis millones de
bolívares (Bs. 76.000.000,00), por concepto de honorarios profesionales,
los cuales deben ser desestimados, pues el accionado sólo está obligado
a pagar los honorarios profesionales del apoderado del demandante en
caso que se produzca una condena en costas en la sentencia definitiva,
por haber resultado totalmente vencido, pues la condena en costas es un
efecto del proceso y no forma parte de la pretensión, y el monto debe
ser determinado en procedimiento distinto de cobro de honorarios
profesionales judiciales en el cual el condenado en costas tiene derecho
a la retasa. (…). Por las razones antes expuestas, (…) declara: 1º CON
LUGAR el Recurso de Casación (…); y, 2º PARCIALMENTE CON
LUGAR la demanda (…).
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 75

6. HECHO ILÍCITO, ABUSO DE DERECHO Y DAÑO MORAL.


CONCEPTOS

Recurso de Casación
Partes: Carmen Catalina Medina Quijada contra la
sociedad mercantil Unifot II, S.A.
Sentencia: N° 731 de 13­07­04. Exp. 04­502
Motivo: Indemnización por daño moral
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 116 de 17
de mayo de 2000, expediente N° 99­591.
Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora
Díaz (caso: José Francisco Tesorero Yánez
contra la empresa Hilados Flexilón, S.A.),
ratificada en sentencia N° 110 de 11 de marzo
de 2005, expediente N° 04­802 (caso: Bernardo
Walter Randich contra las sociedades mercantiles
Inversiones Gammiero Murgano, C.A. y
Diversiones Tolón, S.R.L.)
Normas citadas: CC: artículos 1.185 y 1.196; LOT: artículos 138 y
165

Hecho ilícito. Concepto


El artículo 1.196 del Código Civil, prevé la obligación de reparar a quien haya
sufrido por daño material o moral causado por un acto ilícito. La Sala ha
precisado en relación con la citada disposición legal, que el juez tiene la potestad
discrecional de conceder una indemnización por daño moral, pero queda sujeta
a la prudencia de éste.
La doctrina y jurisprudencia venezolanas han sostenido que el hecho ilícito,
como cualquier acto contrario al ordenamiento jurídico vigente, es generado
por la intención, la imprudencia, la negligencia, la impericia, mala fe, abuso de
derecho e inobservancia del texto normativo por parte de una persona (agente),
que tiene por contrapartida una responsabilidad a favor de otra persona (víctima
o perjudicado), por una conducta contraria a derecho. Así pues, que lo
antijurídico es todo acto, hecho o conducta que es contraria o violatoria del
ordenamiento legal.
76 JUAN RAFAEL PERDOMO

Abuso de derecho. Concepto


Asimismo, la ley y la jurisprudencia han considerado como una conducta
antijurídica el abuso en el ejercicio de un derecho, sea objetivo o subjetivo,
mediante el cual se irrespeta el derecho de los demás, por excederse de los
límites y fronteras, consagrados normativamente, a veces, por el derecho, y
otras, por la fuentes del derecho, la costumbre, los principios generales,
derechos que han sido concedidos en interés del bien particular, en armonía
con el bien de todos. El abuso de derecho nace con el mal uso, o con el uso
equivocado del derecho subjetivo, o con el errado concepto de su uso. Se
reitera que cuando en el ejercicio legal de un derecho, la persona excede el
límite impuesto por el derecho objetivo, traspasando o invadiendo la esfera de
otros derechos subjetivos, hay un abuso o exceso de derecho. Todo derecho
subjetivo tiene un límite que termina en la existencia del derecho subjetivo de
los demás. Ese acto excesivo o conducta ilícita produce un daño que puede
legalmente dar lugar a una indemnización.

Daño moral. Concepto


Se entiende como daño moral el sufrimiento o afección de tipo emocional,
psíquico o espiritual, no patrimonial, que experimenta una persona como
consecuencia de un hecho ilícito imputable a otra. Aquellos derechos inherentes
a la personalidad de un ser humano, como son el honor, la vida, entre otros,
son derechos subjetivos tutelados por la normativa vigente en el derecho
positivo. El daño moral afecta o lesiona esos derechos subjetivos. Del artículo
1.185 del Código Civil ­norma general y subsidiaria de toda la responsabilidad
consagrada en el Código Civil y en las leyes especiales­ se desprenden tres
elementos básicos que le dan existencia al hecho ilícito: el daño, la culpa y
la relación de causalidad entre la culpa y el daño; y el artículo 1.196
eiusdem, se reitera, establece la reparación del daño moral.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 77

7. BENEFICIARIOS DE LA INDEMNIZACIÓN POR MUERTE


DEL TRABAJADOR

Recurso de Casación
Partes: María Alcira Gutiérrez viuda de Durán contra la
sociedad mercantil Emegas C.A.
Sentencia: N° 796 de 16­12­03. Exp. 02­623
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOT: artículo 108, Parágrafo Tercero, artículos 567,
568, 569 y 570
El artículo 567 de la Ley Orgánica del Trabajo, establece que el patrono debe
pagar a determinados parientes o familiares del trabajador fallecido por un
infortunio de trabajo, ya sea un accidente de trabajo o una enfermedad
profesional, una indemnización igual al salario de dos (2) años. Por su parte,
en el artículo 568 eiusdem, enumera taxativamente los parientes del trabajador
fallecido que tendrán derecho a reclamar la indemnización referida, de la
siguiente manera:
“a) Los hijos menores de dieciocho (18) años, o mayores, cuando
padezcan de defectos físicos permanentes los incapaciten para
ganarse la vida;
b) La viuda o el viudo que no hubieren solicitado u obtenido la
separación de cuerpos, o la concubina o el concubino que hubiere
vivido en concubinato con el difunto hasta su fallecimiento.
c) Los ascendientes que hubieren estado a cargo del difunto para la
época de la muerte; y
d) Los nietos menores de dieciocho (18) años cuando sean huérfanos,
y cuando sin serlo, el padre o la madre de ellos no tengan derecho
a la indemnización y sean incapaces de subvenir a la subsistencia
de aquellos”.
Al considerar quienes son los parientes del trabajador que la ley constituye en
beneficiarios de la indemnización, cuando su muerte resulta de un infortunio
laboral, se puede concluir que el legislador quiso proteger a aquellos familiares
del trabajador fallecido que dependían económicamente de él. Es por ello,
que no se estableció ningún orden de prelación entre tales beneficiarios sino
que concedió a todos igual derecho, pues al depender todos del trabajador
fallecido para la satisfacción de sus necesidades básicas, todos tienen la misma
necesidad de recibir la indemnización prevista en la ley.
78 JUAN RAFAEL PERDOMO

Ahora bien, toda vez que el trabajador fallecido por un infortunio laboral nunca
fue beneficiario ni acreedor de la indemnización prevista en el artículo 567 de
la Ley Orgánica del Trabajo, la misma nunca entró en su patrimonio, por lo
que no se transmite por vía sucesoral a sus causahabientes.
Ha establecido esta Sala en fallo de fecha 29 de noviembre de 2001, que la
indemnización por muerte del trabajador prevista en el artículo 567 de la Ley
Orgánica del Trabajo, no constituye un bien perteneciente al patrimonio del
trabajador, por lo que los beneficiarios de tal indemnización no son por ello
titulares de ningún derecho hereditario, aunque eventualmente alguno de ellos
puedan tener tal carácter respecto de los bienes del trabajador fallecido.
Establecido lo anterior, se puede concluir que cuando el artículo 570 de la Ley
Orgánica del Trabajo, hace referencia al plazo en el cual el patrono del
trabajador fallecido es responsable de pagar la indemnización a todos los
parientes del mismo previstos en la norma bajo examen, se está refiriendo a
estos familiares en su condición de beneficiarios y no de herederos.
Entonces, no resulta acertada la afirmación de la parte recurrente sobre un
supuesto con idéntico significado que da la legislación laboral a los términos
“beneficiario” y “heredero”, ni da igual tratamiento a los beneficiarios de la
indemnización por muerte del trabajador, por accidente de trabajo o por
enfermedad profesional, y a los herederos o sucesores conforme a las normas
de derecho común.
(…) de conformidad con lo previsto en el ordinal 2° del artículo 313 del Código
de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del artículo 570 de la Ley
Orgánica del Trabajo, por falsa aplicación.
Señala la parte recurrente, que el presente juicio versa sobre el reclamo por
parte de la viuda del trabajador fallecido José Trinidad Durán Chacón, de las
prestaciones sociales devengadas por éste, siendo aplicable la norma prevista
en el artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo, y no la contemplada en el
artículo 570 del mismo texto legislativo, que está referido a la responsabilidad
del patrono frente a los beneficiarios de la indemnización por fallecimiento del
trabajador, por accidente de trabajo o enfermedad profesional.
Aduce quien formaliza que el caso bajo examen es diferente al supuesto
previsto en el artículo 570 de la Ley Orgánica del Trabajo, pues ninguno de
los beneficiarios o herederos del ciudadano José Trinidad Durán Chacón,
formuló a su patrono reclamo alguno dentro de los tres (3) meses siguientes a
la muerte de aquél, por lo que la empresa demandada no está liberada del
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 79

pago en relación con ninguno de los parientes, siendo inaplicable la caducidad


allí prevista.
En denuncia signada con el literal “D”, y de conformidad con lo previsto en el
ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la
infracción del artículo 570 de la Ley Orgánica del Trabajo, por falsa aplicación.
Alega la parte actora recurrente, que el Tribunal aplicó falsamente y yerra en
la interpretación en cuanto al contenido y alcance del artículo 570 de la Ley
Orgánica del Trabajo, al considerar que todos los beneficiarios o herederos
del trabajador fallecido debían reclamar sus derechos en un lapso no mayor
de tres (3) meses.
Para decidir, la Sala observa:
Inicialmente, debe precisarse que en el presente juicio no se debate el pago
de la indemnización por muerte del trabajador como resultado de un infortunio
laboral, prevista en el artículo 567 de la Ley Orgánica del Trabajo, sino el
reclamo de prestaciones devengadas por el trabajador durante su relación de
trabajo, entre ellas, la prestación de antigüedad.
Es necesario acotar que la prestación de antigüedad devengada por el
trabajador durante el tiempo que dure la relación de trabajo, tiene como
finalidad el ahorro obligatorio del trabajador, por tal razón, es que únicamente
está autorizado a retirar cantidades equivalentes hasta el setenta y cinco por
ciento (75%) de lo que tenga acreditado, y únicamente con la finalidad de
satisfacer determinadas necesidades del trabajador y de su familia, que el
legislador consideró esenciales.
Es por tal razón, que la intención del legislador en el Parágrafo Tercero del
artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo, fue que al fallecer el trabajador,
el capital devengado por prestación de antigüedad pase al patrimonio de
aquellos familiares del trabajador, que dependían económicamente de él y
que son determinados en el artículo 568 de la Ley Orgánica del Trabajo.
Esta prestación de antigüedad se debe pagar en los términos y condiciones
previstos en los artículos 569 y 570 eiusdem, que resultan aplicables por
remisión directa del mismo Parágrafo Tercero del artículo 108 de la Ley
Orgánica del Trabajo.
Por las razones antes expuestas, debe concluirse que en el presente caso, en
lo que respecta al reclamo sobre la prestación de antigüedad devengada por
el trabajador fallecido, sí resulta aplicable la previsión contenida en el artículo
570 de la Ley Orgánica del Trabajo.
80 JUAN RAFAEL PERDOMO

Sin embargo, las previsiones de los artículos 568, 569 y 570 de la Ley Orgánica
del Trabajo, sólo pueden ser aplicadas a los supuestos ya enunciados de muerte
del trabajador por infortunio laboral y del pago de prestación de antigüedad,
no siendo admisible su aplicación al reclamo de otros conceptos, y al respecto
ya ha establecido esta Sala en el referido fallo del 29 de noviembre de 2001,
que al fallecer el trabajador los derechos, prestaciones e indemnizaciones que
debe pagar el empleador, diferentes de la prestación de antigüedad se
transmiten a sus herederos aplicando el orden de suceder en los términos y
condiciones previstos en el Código Civil.
En la presente causa se reclama el pago de:
a) La cantidad de bolívares cuatro millones ciento treinta y seis mil
cuatrocientos veintiocho con diez céntimos (Bs. 4.136.428,10), por concepto
de indemnización de antigüedad prevista en la Ley Orgánica del Trabajo,
promulgada el 27 de noviembre de 1990 y derogada el 19 de junio de 1997,
y el pago por compensación por transferencia correspondiente;
b) La cantidad de bolívares siete millones trescientos cuarenta y seis mil
ochocientos sesenta con setenta céntimos (Bs. 7.346.860,70), por
concepto de bonificación de utilidades.
c) La cantidad de bolívares trece millones ochocientos noventa y cuatro
mil setecientos sesenta sin céntimos (Bs. 13.894.760,00), por concepto
de vacaciones vencidas y no pagadas y la bonificación vacacional
correspondiente; y
d) La cantidad de bolívares un millón novecientos once mil setecientos
noventa y ocho con setenta céntimos (Bs. 1.911.798,70), por concepto
de prestación de antigüedad devengada desde la entrada en vigencia de
la Ley Orgánica del Trabajo, reformada, hasta el fallecimiento del
trabajador.
Entonces, se puede advertir un primer error de la Sentenciadora de la recurrida,
cuando aplica las previsiones del artículo 570 de la Ley Orgánica del Trabajo,
a supuestos distintos al reclamo de la prestación de antigüedad y declara la
caducidad de la acción en su totalidad.
Se puede señalar que hubo una falsa aplicación del artículo 570 de la Ley
Orgánica del Trabajo, cuando la recurrida aplicó las consecuencias que en su
entender devienen de la aplicación del artículo 570 de la referida ley, a supuestos
de hecho no contemplados en dicha norma ni en el Parágrafo Tercero del
artículo 108 eiusdem.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 81

Por otra parte, en cuanto al denunciado error de interpretación del artículo


570 eiusdem, debe señalarse que el mismo no establece un lapso de caducidad
para que los beneficiarios de la indemnización por muerte del trabajador como
resultado de un infortunio laboral y, por aplicación del Parágrafo Tercero del
artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo, los beneficiarios de la prestación
de antigüedad del trabajador fallecido, formulen su reclamo dentro del lapso
preclusivo de tres (3) meses.
Por el contrario, es criterio de esta Sala que, en dicha norma se establece, en
protección del empleador, un plazo de tres (3) meses siguientes al fallecimiento
del trabajador, para que se traslade la responsabilidad de pagar los montos del
patrono que haya cumplido con sus obligaciones a los beneficiarios que hayan
recibido el pago.
Ello tiene su explicación en el hecho de que al no haber orden de prelación
entre los beneficiarios de los pagos previstos en el artículo 568 de la Ley
Orgánica del Trabajo, el patrono debe pagar por partes iguales la totalidad del
monto a todos los beneficiarios que reclamen tal cancelación. Sin embargo,
como el patrono no está al tanto de conocer a todos los parientes del trabajador
que pudieren ser acreedores de tales pagos, entonces, para evitar que el
empleador se vea sujeto a un indeterminado e indefinido número de reclamos,
se libera de tales obligaciones pagando los montos correspondientes a los
beneficiarios que reclamen dentro de un lapso de tres (3) meses siguientes al
fallecimiento del trabajador.
Como ya se asentó, con posterioridad al cumplimiento de dicho lapso, la
responsabilidad del pago a los beneficiarios que no hayan cobrado, se traslada
a los beneficiarios que efectivamente recibieron el pago, pues ya el empleador
pagó la totalidad de la deuda.
Debe resaltarse, que la liberación del patrono de su responsabilidad de pagar
la indemnización por muerte del trabajador resultado de un infortunio laboral,
o las cantidades devengadas por prestación de antigüedad, se produce sólo
con el pago que éste hace a los beneficiarios y no con la consumación del
lapso de tres (3) meses siguientes a la muerte del trabajador, por ello es que si
ningún beneficiario de tal indemnización reclama dicho pago dentro del lapso
de tres (3) meses, el patrono no queda liberado ni se produce la extinción del
derecho de los beneficiarios y herederos del trabajador fallecido.
Los beneficiarios de la indemnización por muerte del trabajador, como resultado
de un infortunio laboral o del pago de la prestación de antigüedad, pueden
reclamar al patrono el pago de dichos conceptos, inclusive después del
82 JUAN RAFAEL PERDOMO

vencimiento del lapso de tres (3) meses siguientes al fallecimiento del trabajador,
si tales pagos no se han producido dentro del referido lapso.
Entonces, en el caso examinado la recurrida erró en la interpretación del
contenido y alcance del artículo 570 de la Ley Orgánica del Trabajo, cuando
consideró que la misma contemplaba un lapso de caducidad que fue aplicado
de oficio a la totalidad de la demanda.

8. PROCEDENCIA DE LAS INDEMNIZACIONES POR


TERMINACIÓN DE LA RELACIÓN LABORAL (MUERTE
DEL TRABAJADOR). OBLIGACIÓN CONSTITUCIONAL Y
LEGAL DE ASEGURARLE A LOS HIJOS MENORES DE EDAD
LA PROTECCIÓN DE SUS DERECHOS E INTERESES.
INDEMNIZACIONES A LOS PARIENTES DEL TRABAJADOR
FALLECIDO

Recurso de Casación
Partes: Oneida Trespalacios Soraca y otros contra Baroid
de Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 833 de 21­07­04. Exp. 04­558
Motivo: Cobro de prestaciones sociales e indemnización por
accidente de trabajo
Normas citadas: LOPT: artículos 159, 175 y 177; LOT: artículos 24,
138 y 165
Se trata de un accidente de trabajo a consecuencia del cual falleció el
trabajador de la demandada, concubino de la demandante y padre de los
menores reconocidos por quienes ella también actúa, ocurrido en las
instalaciones de la empresa y en ejercicio de las labores para las que había
sido contratado.
El hecho en sí del accidente y las circunstancias señaladas de su acaecimiento
y muerte consecuencial, no se encuentra controvertido, de modo que queda
definitivamente establecido como tal queda igualmente establecida la
procedencia de las indemnizaciones por terminación de la relación laboral,
pues fueron admitidas por la representación de la demandada en la contestación
a la demanda, con la salvedad del monto del preaviso que se alegó en una
cifra menor pero respecto de la cual no aportó las pruebas correspondientes.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 83

Aun cuando en el escrito del recurso se adujo la ilegalidad de la condena al


respecto, la Sala establece que no es contrario a derecho que el empleador
convenga en pagar, como lo hizo, conceptos indemnizatorios o su equivalente,
que normalmente y según las circunstancias de hecho del caso, no se le podrían
exigir.
En cuanto al daño moral y el monto del reclamo al respecto, se observa que
además del hecho generador de responsabilidad objetiva arriba establecido,
no aparecen demostrados en autos otros elementos importantes y concurrentes
tales como algún eximente de culpa o de responsabilidad a favor del empleador,
o un agravante en su contra y una conducta culposa o negligente del trabajador;
en vista de lo cual, con atención a un atenuante a favor del patrono derivado
de las deposiciones de siete testigos que promovió, en cuanto resultaron
contestes en afirmar que la demandada mantenía programas de información
a los trabajadores en materia de seguridad y los proveía en general de los
implementos de trabajo y seguridad necesarios; y con vista del desenlace
fatal del accidente con su influencia evidente en el entorno familiar inmediato,
y de la condición de la víctima del mismo, en cuanto era un operador de
maquinaria riesgosa con una remuneración aproximada a cuatro salarios
mínimos; la Sala considera procedente fijar la indemnización por este concepto
en las cantidades que se indicarán en el dispositivo del fallo.
Establece igualmente la Sala que la indemnización por daño moral, así como
las prestaciones sociales que correspondían al trabajador fallecido, se
distribuirán en partes iguales entre la concubina y los cuatro hijos menores del
mismo, según la pauta al respecto que indica el artículo 569 de la Ley Orgánica
del Trabajo; en atención a lo cual y dada la obligación constitucional y legal de
proveer a la protección de los derechos e intereses de los menores, la Sala
establecerá en el dispositivo del fallo, con las especificaciones del caso, la
forma en que serán pagadas, percibidas y utilizadas las sumas de dinero
correspondientes.
84 JUAN RAFAEL PERDOMO

9. RESPONSABILIDADES DEL SUPERVISOR DE LA EMPRESA


Y DEL TRABAJADOR EN EL ACCIDENTE DE TRABAJO.
CASOS EN LOS QUE NO PROCEDE EL RECLAMO POR
LUCRO CESANTE

Recurso de Casación
Partes: Jhonny García Barrios contra la empresa
Constructora Hermanos Furlanetto, C.A.
(CONFURCA)
Sentencia: N° 1.297 de 13­10­04. Exp. 04­883
Motivo: Cobro de indemnizaciones provenientes de
accidente de trabajo
El actor afirma en el libelo que su ocupación era la de albañil de primera y que
manipuló la sierra de carpintería que le ocasionó el daño por habérselo ordenado
el Supervisor de Obra de su área en presencia del carpintero de la empresa,
quien tampoco le advirtió que en tal manipulación no podía utilizar guantes por
el peligro que en esa actividad conlleva el uso de los mismos, como
efectivamente se demostró en el caso, pues la sierra atrapó el guante y
seguidamente los dedos en su interior. La demandada, por su parte, rechazó
que el Supervisor hubiera dado tal orden y señaló que fue imprudencia del
actor ­hecho de la víctima­ manipular la sierra sin estar entrenado para ello y
utilizando guantes que extreman el riesgo.
Respecto a esas circunstancias en que se habría producido el daño, cuestión
central en la resolución del asunto, la única probanza aportada a los autos,
como se expresó anteriormente, son las deposiciones de los testigos Williams
Leal, Euclides López, Hugo Monagas, José Benítez, Efraín Rodríguez y Nelson
Gutiérrez, el primero y el segundo calificados de Supervisor y Carpintero,
respectivamente, únicos mencionados en el libelo como presenciales de la
indebida orden de manipular la sierra según lo alegado por el actor y claves,
por tanto, a los efectos de la decisión.
Ahora bien, conforme a lo declarado por los testigos Williams Leal y Euclides
López, cuyas deposiciones se aprecian por aparecer consistentes y razonables,
el primero se ausentó momentáneamente del área de trabajo sin haber dado
orden alguna al actor para que manipulase la sierra de carpintería, enterándose
del accidente luego de su ocurrencia; y el segundo manifestó que nunca en su
presencia el Supervisor Williams Leal ordenó al actor manipular la sierra
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 85

eléctrica de carpintería; de donde cabe concluir que hubo en la producción


del daño una concurrencia de responsabilidades del Supervisor de la empresa
y del actor, el primero por ausentarse en un momento en que se precisaban
directrices para la continuación del trabajo que se encontraba en curso, y el
segundo por el hecho imprudente de realizar una actividad que no le
correspondía, para la cual no estaba contratado ni entrenado y sin haber sido
constreñido indebidamente al efecto por el patrono. Así se declara.
Los restantes testigos mencionados, como ya se indicó, sólo declaran en relación
con la forma en que fue atendida la emergencia presentada a raíz del accidente
sufrido por el actor; con los recursos que la empresa demandada destina a la
atención de ese tipo de emergencias; y con lo insuficiente en algunos aspectos
de las instrucciones a sus trabajadores que la empresa demandada distribuye
y mantiene en materia de higiene y seguridad industrial; nada de lo cual puede
modificar la conclusión arriba declarada. Asimismo, el resto de las probanzas
aportadas a los autos por las partes, dado que no se contraen al citado tema
central de la culpa o hecho de la empresa o de la víctima, carecen de relevancia
a los efectos de la presente decisión.
En consecuencia, con vista de esa concurrencia de responsabilidades en el
hecho dañoso pero con un mayor grado en ello atribuible a la conducta de la
víctima, la Sala considera adecuado acordar una indemnización por daño moral
en monto de cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,00), sin que sea
necesario precisar los extremos que sustenten tal cantidad en relación con la
entidad del daño, dado que es notoriamente inferior a la que en otras
circunstancias cabría acordar.
En cuanto al reclamo por lucro cesante, la Sala ratifica su doctrina en el
sentido de que es improcedente cuando, quien pretenda ser indemnizado, no
ha demostrado que el daño ha sido producto o consecuencia de la conducta
imprudente, negligente, inobservante o imperita (hecho ilícito) del patrono; lo
cual, como se ha indicado, ocurre en el caso de autos. Así se declara.
CAPÍTULO II
ACLARATORIAS Y AMPLIACIONES DEL FALLO

1. LAPSO PARA SOLICITAR ACLARATORIA Y AMPLIACIÓN


DEL FALLO. CAMBIO DE DOCTRINA

Recurso de Casación
Partes: María Antonia Velasco Avellaneda contra la
empresa Compañía Anónima Venezolana Seguros
Caracas
Sentencia: N° 48 de 15­03­00. Exp. 99­638
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículos 252 y 321; CRBV: artículos 26 y 49
ordinal 1° y 3°
Referencias
jurisprudenciales: Doctrina establecida por la Sala de Casación Civil
en sentencias de 2 de julio de 1997 y de 25 de julio
de 1990, citadas por la Sala de Casación Social
El cumplimiento del requisito de mencionar el objeto sobre el cual recae la
decisión, tiene como finalidad permitir la ejecución y determinar el alcance de
la cosa juzgada que emana del fallo. En el caso de una decisión como la
presente, que declara con lugar la demanda, la finalidad se centra en posibilitar
la ejecución del fallo; en consecuencia, el demandado carece de interés procesal
y, por tanto, de legitimación para formular una denuncia de un error, que en el
supuesto de existir, sólo podría favorecerlo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 87

Ahora bien, los eventuales errores u omisiones que puedan obstaculizar o


impedir la ejecución, pueden ser corregidos por el mismo Sentenciador, previa
interposición por la parte interesada de una solicitud de aclaratoria o ampliación
del fallo.
En efecto, establece el artículo 252 del Código de Procedimiento Civil, lo
siguiente:
“Después de pronunciada la sentencia definitiva o la interlocutoria
sujeta a apelación, no podrá revocarla ni reformarla el Tribunal que la
haya pronunciado. Sin embargo, el Tribunal podrá, a solicitud de parte,
aclarar los puntos dudosos, salvar las omisiones y rectificar los errores
de copia, de referencias o de cálculos numéricos que aparecieren de
manifiesto en la misma sentencia, o dictar ampliaciones, dentro de tres
días, después de dictada la sentencia, con tal de que dichas aclaraciones
y ampliaciones las solicite alguna de las partes en el día de la publicación
o en el siguiente”.
Había sido criterio jurisprudencial, hasta el presente, que la facultad de aclarar
los puntos dudosos, salvar las omisiones y rectificar los errores de copia, de
referencias o de cálculos numéricos que aparecieren de manifiesto en la misma
sentencia, o dictar ampliaciones, no puede conducir a una nueva decisión,
prohibida por la ley; por tanto, no debe estar referida a la pretensión misma,
sino a pronunciamientos legalmente previstos, pero ajenos a lo solicitado por
las partes, como es el caso de la condena en costas, o, en las decisiones de
instancia, la fijación de los límites de una experticia complementarla del fallo.
(Ver sentencia 02­07­97. SCC­CSJ).
Sin embargo, tal conclusión no se sustenta en el texto de la disposición legal,
que sólo excluye la posibilidad de revocar o reformar la decisión, por tanto,
cualquier omisión o error cuya corrección no conduzca a una modificación de
lo decidido puede ser salvada por esta vía, evitando así dilaciones inútiles.
Entonces, el mismo Juez que pronunció la sentencia puede aclarar el
dispositivo, sin modificarlo, expresar cuál es el órgano que pronuncia el
fallo, incluir una precisión sobre el objeto sobre el cual recae la sentencia o
sobre los sujetos del proceso, e incluso, aclarar un pronunciamiento que
resulta inmotivado, por ejemplo, por no expresar las razones por las cuales
un testigo no merece fe.
Vista así la posibilidad de aclaratoria y ampliación del fallo, constituye un
verdadero recurso, y adquiere una relevancia fundamental en el proceso, lo
88 JUAN RAFAEL PERDOMO

cual conduce al examen del lapso para solicitar tales correcciones, aclaratorias
o ampliaciones, puesto que, de acuerdo con la disposición transcrita, la parte
interesada debe solicitarlo el mismo día de la publicación del fallo o el día
siguiente.
Ya la Sala de Casación Civil de la antigua Corte Suprema de Justicia había
decidido en una oportunidad que el plazo para pedir la aclaratoria o ampliación
corre cumplidos los lapsos para sentenciar (sentencia 25­07­90); sin embargo,
tal criterio no fue pacífico, y aun resulta insuficiente el lapso concedido por
la ley.
De acuerdo con el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso
los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con
prontitud la decisión correspondiente.
Este derecho resulta afectado si la decisión, que en definitiva se dicte, no es
susceptible de ejecución, pues no sería efectiva la tutela judicial si no se puede
satisfacer el interés protegido.
Por otra parte, el artículo 49 de la misma Carta Magna, al especificar las
diferentes facetas de la garantía al debido proceso, establece, en su numeral
1º, que toda persona tiene derecho a ser notificada de los cargos por los
cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de
los medios adecuados para ejercer su defensa, lo cual debe entenderse en
concordancia con el numeral 3º, que establece: “Toda persona tiene derecho
a ser oída en cualquier clase de proceso, con las debidas garantías y dentro
del plazo razonable determinado legalmente, por un tribunal competente,
independiente e imparcial establecido con anterioridad. Quien no hable
castellano o no pueda comunicarse de manera verbal, tiene derecho a un
intérprete”.
La precisión de la Constitución, al establecer el derecho de toda persona a
ser oída dentro de un “plazo razonable determinado legalmente” evidencia
que no se trata de cualquier plazo determinado legalmente, sino que éste debe
razonablemente garantizar la posibilidad de ser oído.
Por su brevedad, el lapso para solicitar la aclaratoria, no es razonable, dada la
importancia que adquiere este medio procesal con la interpretación que hace
la Sala, por tanto debe ser desaplicado, por su colisión con las reglas
constitucionales citadas.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 89

A partir de la publicación de esta sentencia, esta Corte considerará que el


lapso para solicitar aclaratoria o ampliación de la decisión que ponga fin al
proceso, es el mismo establecido para la apelación, si se trata de la aclaratoria
de la sentencia de primera instancia, o para la casación, en el supuesto de la
solicitud de aclaratoria o ampliación de la decisión de Alzada, sin que en
ningún caso la solicitud interrumpa el lapso para recurrir.
Sin embargo, debe el Juez, de ser solicitada una aclaratoria o ampliación,
postergar el pronunciamiento sobre la admisión del recurso de apelación o
casación, según sea el caso, hasta la decisión de la solicitud, pudiendo la parte
que considere ilegal la aclaratoria o ampliación, por haber excedido el Juez
los límites legales, recurrir contra ésta, en forma autónoma o acumulada al
eventual recurso interpuesto contra la definitiva.
De acuerdo con el artículo 321 del Código de Procedimiento Civil, los jueces de
instancia procurarán acoger la doctrina de casación establecida en el presente
caso, para defender la integridad de la legislación y la uniformidad de la
jurisprudencia, cuya observancia no es discrecional sino que constituye una
directriz de conducta. En efecto, tal como lo observa Ronald Dworkin (Los
derechos en serio), al lado de las normas existen directrices y principios que
también son derecho. “Las directrices hacen referencia a objetivos sociales
que se deben alcanzar y que se consideran socialmente beneficiosos”. Por
tanto, infringe el derecho el juez que no procure acatar las decisiones de casación.
Al carecer el formalizante de legitimidad para denunciar una violación que no
le produce gravamen, y que, además, no existe, pues el objeto de la decisión
es la suma condenada a pagar, se desecha la denuncia.

2. ALCANCE DE LA ACLARATORIA DEL FALLO

Recurso de Casación
Partes: Francisco Antonio Carrasco Araujo contra la C.A.,
Electricidad de Occidente (ELEOCCIDENTE)
Sentencia: N° 738 de 28­10­03. Exp. 03­290
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículos 12, 252 y 313 ordinal 2°
Ha sido criterio pacífico y reiterado de este Máximo Tribunal que la citada
norma, –artículo 252 del Código de Procedimiento Civil–, fundamento legal
90 JUAN RAFAEL PERDOMO

de la solicitud de aclaratoria, regula todo lo concerniente a las posibles


modificaciones que el Juez puede hacer a su sentencia, quedando comprendidas
dentro de éstas, no sólo la aclaratoria de puntos dudosos, sino también las
omisiones, rectificaciones de errores de copia, de referencias o de cálculos
numéricos que aparecieron de manifiesto en la sentencia, así como dictar las
ampliaciones a que haya lugar.
Así, el instituto de la aclaratoria del fallo persigue principalmente la
determinación precisa del alcance del dispositivo en aquél contenido, orientada
a su correcta ejecución. De ello se colige que, no puede pretenderse un
pronunciamiento distinto al thema decidendum que fue objeto del proceso ni
que procure una solución a problemas que puedan surgir en la futura ejecución
del fallo.
Por tanto, la aclaratoria que pronuncie el Juez no puede modificar la decisión
de fondo emitida, ni puede implicar un nuevo examen de los planteamientos
de una u otra parte. En conclusión, no puede servir para transformar, modificar
o alterar lo decidido. Es, sencillamente ­se insiste­ un mecanismo que permite
determinar el alcance exacto de la voluntad del órgano decisor, a los fines de
su correcta comprensión y ejecución, o para salvar omisiones, hacer
rectificaciones de errores de copia, de referencias o de cálculos numéricos
que aparecieron de manifiesto en la sentencia.
En el caso de autos, la Sala constató que, en efecto, la aclaratoria reformó la
sentencia definitiva al reducir “de oficio” y en perjuicio del solicitante de la
misma ­parte actora­ la suma que había sido acordada en la decisión del
Tribunal Superior a favor de aquél, que condenó a la parte demandada en un
principio a pagarle al trabajador la cantidad de once millones setenta y dos mil
ochocientos veintiún bolívares con cuarenta y cuatro céntimos (Bs.
11.072.821,44), que le corresponde al trabajador demandante por concepto
de antigüedad doble más preaviso y posteriormente, en la aclaratoria dicha
cantidad se redujo a nueve millones doscientos sesenta y siete mil setecientos
noventa con cuarenta y cuatro céntimos (Bs. 9.267.790,44), la cual no podía
modificarse a través de una solicitud de aclaratoria, y menos aún, de oficio
porque la parte condenada a pagar dicha cantidad, puede impugnar la decisión
mediante el correspondiente recurso extraordinario de casación.
En virtud de las precedentes consideraciones, la Sala aprecia que la recurrida
incurrió en la infracción, por error de interpretación, del artículo 252 del Código
de Procedimiento Civil, siendo determinante para el dispositivo del fallo, pues
el Tribunal Superior de no haber modificado la sentencia definitiva en la
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 91

aclaratoria solicitada, hubiera tomado en consideración ­se reitera­ la suma


de once millones setenta y dos mil ochocientos veintiún bolívares con cuarenta
y cuatro céntimos (Bs. 11.072.821,44), y no reducirla, como lo hizo a nueve
millones doscientos sesenta y siete mil setecientos noventa con cuarenta y
cuatro céntimos (Bs. 9.267.790,44).
CAPÍTULO III
AJUSTES POR INFLACIÓN

1. PERÍODOS EXCLUIDOS EN EL CÁLCULO DE LA


INDEXACIÓN

Recurso de Casación
Partes: Oscar José Villalobos Nava contra la empresa Aco
Barquisimeto C.A.
Sentencia: N° 78 de 05­04­00. Exp. 99­170
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
La pérdida del poder adquisitivo de la moneda es una máxima de experiencia
que pertenece al conocimiento privado del Juez, no es una norma que deba
aplicar, sino criterio que debe el Juez adminicular a normas específicas para
darles una interpretación completa.
Cuando el Juez excluye del lapso en el cual se debe calcular la indexación el
período en el cual la causa estuvo paralizada, no está supliendo defensas ni
proveyendo sobre algo no pedido. En su criterio la indexación de las cantidades
debidas, forma parte de las normas que regulan el cumplimento de las
obligaciones laborales, y los lapsos excluidos obedecen a una paralización no
imputable al demandado, quien, a su juicio no debe cargar con los riesgos y
pérdidas que ocasione la misma.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 93

2. EL CÁLCULO DE LA CORRECCIÓN MONETARIA DEBE


HACERLO EL JUEZ DE EJECUCIÓN. DETERMINACIÓN
DEL TIEMPO A CONSIDERAR PARA HACER EL AJUSTE

Recurso de Casación
Partes: Darío Salazar García contra la empresa Olympia
de Venezuela, C.A.
Sentencia: Nº 301 de 27­07­00. Exp. 99­1054
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros beneficios
derivados de la relación de trabajo
Normas citadas: CPC: artículos 249, 523 y 527
La determinación exacta del lapso que se debe considerar a los fines de
hacer la corrección monetaria ordenada en la sentencia y de los períodos que
deben excluirse de la misma, no pueden ser determinados por peritos expertos
como lo pretende la parte formalizante sino que, efectivamente, es labor del
Juez a quien corresponda la ejecución del fallo, como se ordenó en la recurrida,
y atendiendo a los límites fijados en ella.
En efecto, correspondiendo la indexación al lapso transcurrido entre la demanda
y la ejecución del fallo la concreción de dicho lapso no podía ser determinada
por el juez de la Alzada pues él sólo puede conocer uno de los términos, el de
la fecha en que se incoó la demanda, pero no el segundo de ellos, es decir, la
fecha en que se decrete la ejecución del fallo y se hagan las diligencias
necesarias para la liquidación de la deuda a cancelar, de conformidad con lo
previsto en los artículos 249 y 527 del Código de Procedimiento Civil. Por tal
razón, el Juez de la alzada no podía indicar concretamente el lapso que debía
ser considerado para el cálculo de la indexación, bastando que indicara que el
mismo comprendía el período transcurrido entre la demanda y la fecha de
ejecución.
Por la misma razón es que no se puede indicar en la recurrida los lapsos
concretos a excluirse del cálculo de indexación, pues desde la fecha de su
pronunciamiento, 30 de septiembre de 1999, hasta la fecha en que
definitivamente se decrete la ejecución podrían acaecer hechos fortuitos o de
fuerza mayor que impliquen una demora procesal o el aplazamiento voluntario
del proceso por acuerdo de las partes, y que conlleven nuevos lapsos de
exclusión del cálculo indexatorio.
94 JUAN RAFAEL PERDOMO

Por las razones expuestas y a los fines de la determinación del tiempo en el


cual debe calcularse la indexación, y los períodos que deben excluirse de la
misma, bastaba que el Juez indicara, como en efecto lo hizo, que la corrección
monetaria se debía hacer desde la fecha de la demanda y hasta la ejecución
de la sentencia, excluyendo los lapsos en que la causa se paralizara por acuerdo
de las partes, hechos fortuitos o fuerza mayor.
Ahora bien, determinar estos lapsos no requiere de conocimientos técnicos
especiales, sino que basta saber la fecha en que se decrete la ejecución de la
sentencia, para que el mismo Juez pueda determinar con vista a las actas del
expediente o del Libro Diario del Tribunal, los períodos que debe comprender
la indexación y qué lapsos deben excluirse.
Por otra parte, no hay violación del artículo 249 del Código de Procedimiento
Civil cuando la recurrida ordena que el cálculo de la corrección monetaria la
haga el mismo Juez de Primera Instancia, al que corresponde la ejecución del
fallo, previa solicitud de informe al Banco Central de Venezuela, del informe
sobre la inflación acaecida en el país, pues la experticia complementaria del
fallo procede cuando en la sentencia se condene a pagar frutos, intereses o
daños y “…el Juez no pudiere estimarlas según las pruebas.”
Ahora bien, debe considerarse que la imposibilidad de que el Juez pueda
hacer las determinaciones de lo que en definitiva corresponde pagar según
los términos establecidos en la sentencia, está referida a una posible
incapacidad técnica del Juez para hacer las estimaciones correspondientes,
por no tener los conocimientos o el equipo requerido para ello; no obstante, si
el Juez de la alzada ordena que dicha estimación la haga el propio Juez al que
le corresponda la ejecución de la sentencia, es porque está consciente que en
la actualidad todos los jueces laborales están en capacidad de hacer los cálculos
indexatorios, pues desde el 17 de marzo de 1993, dicho cálculo procede en
todos los juicios en los que se condene a pagar cantidades debidas a la
culminación de la relación de trabajo.
Si el Juez de la recurrida ordenó que el cálculo de la corrección monetaria la
hiciera el Juez a quo, no es porque fuera incapaz de hacer él mismo tal
cálculo o encontrara dificultades para ello; sino que, como ya se expuso,
procediendo el ajuste por inflación de las cantidades que se ordenan pagar,
desde la fecha de la demanda hasta la fecha de la ejecución, únicamente
después de decretada la ejecución es que es posible hacer tal cálculo, es
cuando se sabe hasta qué momento concreto debe calcularse la corrección
monetaria, requiriendo únicamente la información sobre la inflación acaecida
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 95

en el país y la cual debe solicitarla el propio juez al Banco Central de Venezuela,


lo cual no es nada extraordinario, porque lo mismo hacen los expertos en los
casos en los que se les designa para hacer la corrección monetaria.
Además, tal cálculo debe hacerlo precisamente el Juez de Primera Instancia
y no la Alzada, por corresponderle al Juzgado a quo la ejecución de la sentencia
y consecuentemente las diligencias para la liquidación de la deuda, de
conformidad con lo previsto en los artículos 523 y 527 del Código de
Procedimiento Civil.

3. DETERMINACIÓN DEL MONTO DE LA INDEXACIÓN.


EXCLUSIÓN DE HUELGAS Y RETARDOS. INDEXACIÓN
POR PÉRDIDA DE VALOR DURANTE LA EJECUCIÓN
FORZOSA

Recurso de Casación
Partes: José Benjamín Gallardo González contra la sociedad
mercantil Andy de Venezuela, C.A.
Sentencia: N° 12 de 06­02­01. Exp. 99­515
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida por la Sala de Casación Civil
en sentencias de 17 de marzo de 1993 (caso:
Camillius Lamorell contra Machinery Care y Omar
Celestino Martínez Puertas); de 30 de septiembre
de 1993 (caso: Inversiones Franklin y Paúl contra
Rómulo Osorio Montilla); y de 28 de noviembre de
1996 (caso: Mario González Sánchez contra Viajes
Venezuela, C.A.)
Ratificada en: Sentencias N° 313 de 20­11­01; y N° 287 de 16­
05­02
Normas citadas: CRBV: artículo 92; CPC: artículos 524, 526 y 527;
LOT (1990): artículos 3, 108, 144, 145, 146, 174,
219 y 225
(…) la Sala observa que en fallo de fecha 30 de septiembre de 1993
(Inversiones Franklin y Paúl contra Rómulo Osorio Montilla), la Sala de
Casación Civil de la entonces Corte Suprema de Justicia, dejó establecido
96 JUAN RAFAEL PERDOMO

que la pérdida en el poder adquisitivo de la moneda como producto de la


inflación, constituía una máxima de experiencia que debía ser considerada
por el Juez al decidir sobre las demandas que versaran sobre el cumplimiento
de obligaciones que debían ser pagadas en dinero.
En materia laboral dicho criterio fue ratificado por la propia Sala de Casación
Civil en fallo de fecha 17 de marzo de 1993 (Camillius Lamorell contra
Machinery Care y Omar Celestino Martínez Puertas), en el cual se
establecieron como máximas de experiencia: 1º) En los casos de trabajo
subordinado, la vida, la salud y el bienestar del trabajador dependen
directamente del tempestivo cumplimiento por parte del patrono de las
prestaciones legalmente debidas; y 2º) Los salarios y prestaciones del
trabajador sufren una lesión por la contingencia inflacionaria, que se traduce
en una ventaja para el deudor moroso y en daño del sujeto legalmente protegido,
con derecho a ellas. En virtud de tales razones, se consideró que la corrección
monetaria en los juicios laborales que tengan por objeto el pago de las
prestaciones sociales de los trabajadores es materia relacionada con el orden
público y debía ser acordada aun de oficio por los Tribunales.
En fallo de fecha 28 de noviembre de 1996 (Mario González Sánchez contra
Viajes Venezuela, C.A.) la Sala de Casación Civil estableció que la corrección
monetaria en los juicios laborales que tienen por objeto el pago de prestaciones
sociales y otros conceptos derivados de la relación de trabajo, debía ser
calculada desde la fecha de la admisión de la demanda hasta la oportunidad
de la ejecución del fallo, excluyendo sólo los lapsos de demora procesal por
hechos fortuitos o causas de fuerza mayor (como el fallecimiento del Juez
hasta su reemplazo y las huelgas de los trabajadores tribunalicios) y los
eventuales aplazamientos voluntarios del proceso por acuerdo de ambas partes,
debiéndose siempre tener presente que “...el riesgo de la demora judicial no
puede ser descargado sobre el trabajador vencedor de la causa, sino sobre el
patrono que no tuvo razones para incumplir su obligación, y que siempre pudo
poner fin al proceso en cualquier grado y estado del mismo.”
En el caso de la sentencia bajo examen, la recurrida, ordenó pagar al actor la
cantidad de cuatro millones doscientos tres mil ochocientos cuarenta y nueve
bolívares con treinta y cinco céntimos (Bs. 4.203.849,35), tal cantidad
corresponde a los siguientes conceptos: a) Prestación de antigüedad; b) Días
de descanso semanal; c) Feriados, previstos en el artículo 144; d) Participación
en los beneficios de la empresa, contemplada en los artículos 146 y 174; e)
Vacaciones vencidas y f) Vacaciones fraccionadas, establecidas en los artículos
145, 219 y 225. Todos los artículos mencionados corresponden a la Ley
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 97

Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre de 1990, vigente al


momento de la culminación de la relación de trabajo, el 30 de mayo de 1994,
y cuyo contenido es idéntico a los respectivos artículos de la Ley Orgánica
del Trabajo vigente, excepción hecha del artículo 108 que en la actualidad
contempla una forma de cálculo diferente de la prestación de antigüedad.
Igualmente, el fallo recurrido dispone que se debe realizar una experticia
complementaria del fallo para determinar el ajuste por inflación del monto
adeudado y condenado a pagar, desde la fecha de admisión de la demanda
(10 de agosto de 1994), hasta la fecha en que se decrete la ejecución del
fallo. Sin embargo, la sentencia recurrida ordena que en el lapso a considerar
para el cálculo indexatorio, no se computen los períodos en que la causa
estuvo paralizada en espera de que se dictara la sentencia del recurso de
casación ejercido contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior Segundo
en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo en fecha 13 de marzo de 1995,
y los lapsos correspondientes a los excedentes de “… 40 días subsiguientes
que tuvo cada uno de los magistrados que se avocaron a conocer el presente
caso, en su condición de jueces de reenvío, para sentenciar”.
Debe precisar la Sala que, el Juez de la recurrida quebrantó las máximas de
experiencia antes señaladas y los artículos 3º, 108, 144, 145, 146, 174, 219 y
225 de la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre de
1990, por errónea interpretación, cuando excluyó del cálculo de la corrección
monetaria los lapsos antes mencionados; pues al no estar referidos los lapsos
excluidos a demoras judiciales por hechos fortuitos o fuerza mayor ni a
suspensiones de la causa por acuerdo de las partes, hacer que el trabajador
corra con las consecuencias inflacionarias de los mismos significa que, en
virtud de la mora del patrono, el trabajador recibiría por concepto de
antigüedad, días de descanso semanal, horas extras, participación en los
beneficios de la empresa, vacaciones vencidas y vacaciones fraccionadas,
una cantidad de dinero menor, con poder adquisitivo disminuido, que la
legalmente devengada.
Profundizando en el criterio sostenido por la Sala de Casación Civil de la
Corte Suprema de Justicia en fecha 28 de noviembre de 1996 y acogiendo el
criterio expuesto por la doctrina patria, según el cual:
“…La indexación tiene su base en la reparación total del daño y si por
vía judicial se establece la responsabilidad del demandado, éste ha de
satisfacer plenamente la deuda.”
98 JUAN RAFAEL PERDOMO

“En efecto, si bien el problema de la lentitud de la administración de


justicia no debería recaer sobre el deudor, pues con mayor razón no
debe pesar sobre el acreedor. Y este último es quien resulta perjudicado
con esta nueva tendencia de la jurisprudencia. Excluir de la corrección
monetaria los períodos de inactividad procesal imputables a la lenta
administración de justicia, tales como las huelgas o el período de
sentencia el cual puede durar años, resulta a todas luces incompatible
con las ideas que inspiran la indexación; esta no es una sanción
susceptible de ser excluida según las circunstancias, es simplemente
un ajuste por inflación que debe tener lugar si la sentencia definitiva
declara con lugar el pago de la deuda. Desde el punto de vista sustancial,
el deudor está devolviendo la misma cantidad a la que estaba obligado
inicialmente.” (DOMÍNGUEZ G., María C. Consideraciones procesales
sobre la indexación laboral. Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas
y Políticas, Nro. 117, UCV, Caracas, 2000, pp. 246­247).
Es el caso que, reconocida la pertinencia de ordenar la indexación judicial de
las cantidades reclamadas por el trabajador y acordadas en el fallo, considera
la Sala que la misma debe calcularse desde la fecha de admisión de la demanda,
pues es imputable al trabajador la tardanza en ejercer el derecho a reclamar
por vía judicial.
Por otra parte, reconociendo la Sala que en muchas oportunidades el
pronunciamiento de la sentencia se dilata por causas ajenas a la voluntad de
las partes, inclusive por causas de fuerza mayor o por hechos fortuitos, se
presenta la circunstancia que el patrono sigue teniendo en su patrimonio un
dinero que le corresponde al trabajador, por lo que no es a este último al que
le corresponde cargar con las consecuencias de la pérdida del valor de la
moneda, según lo ya expuesto.
Por tal razón establece esta Sala que lo pertinente es que la indexación debe
ser calculada desde la admisión de la demanda hasta la fecha de la ejecución
de la sentencia, entendiéndose por esto último la oportunidad del pago efectivo
y no el mero auto mediante el cual el Tribunal decreta la ejecución de la
sentencia, pues entre ambos momentos puede transcurrir un período
considerable que redundaría en perjuicio del trabajador. Únicamente pueden
ser excluidos del cálculo indexatorio los períodos en los cuales la causa se
encuentra suspendida por acuerdo de ambas partes, pues en dicha suspensión
sí tiene responsabilidad el trabajador.
A fin de asegurar lo anterior, una vez que la sentencia definitiva haya quedado
firme y liquidado e indexado como sea el monto de la condena, el Tribunal, a
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 99

petición de parte interesada, decretará la ejecución y fijará el lapso para el


cumplimiento voluntario del fallo, en conformidad con lo establecido en el
artículo 524 del Código de Procedimiento Civil. Si el ejecutado no cumple
voluntariamente con la decisión, el Tribunal ordenará la ejecución forzada y, a
petición de parte, decretará medida ejecutiva de embargo sobre bienes
determinados o librará el respectivo mandamiento de ejecución, para que sea
practicada la medida sobre bienes del deudor, hasta por el doble del monto de
la condena más las costas procesales por las cuales se siga ejecución, en
conformidad con lo dispuesto en los artículos 526 y 527 eiusdem.
Una vez cobrado el monto inicialmente ordenado por el Tribunal, tendrá derecho
el trabajador a solicitar que el Tribunal de la ejecución, es decir aquél que fue
el Tribunal de la causa, calcule la pérdida de valor de la moneda durante el
procedimiento de ejecución forzosa de lo decidido y ordene pagar la suma
adicional que resulte, la cual asimismo será objeto de ejecución forzosa en
caso de falta de cumplimiento voluntario, pues sólo así puede el proceso
alcanzar su finalidad de garantizar una tutela jurídica efectiva.
De igual manera se procederá en cualquier procedimiento de índole laboral,
que implique el pago de cantidades de dinero, cada vez que el patrono no dé
cumplimiento voluntario a la decisión judicial.
El criterio expresado en este fallo halla su más alta fundamentación en el
artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que
establece la exigibilidad inmediata de los créditos laborales y expresamente
los considera deudas de valor.
Por cuanto con el presente examen no se modifica la apreciación de los
hechos realizada por el Tribunal de la recurrida, sino que se precisa cuál debe
ser la recta aplicación de los artículos 3º, 108, 144, 145, 146, 174, 219 y 225 de
la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre de 1990, cuando
existe mora del patrono en el pago de las obligaciones derivadas de la relación
de trabajo, en el dispositivo del presente fallo se casará de oficio y sin reenvío
la sentencia impugnada, de conformidad con lo previsto en los artículos 320 y
322 del Código de Procedimiento Civil, indicando al Juez de la causa, al que le
corresponde la ejecución de la sentencia, la forma en la cual se hará el ajuste
por inflación de las cantidades que se ordena pagar.
100 JUAN RAFAEL PERDOMO

4. AJUSTE POR INFLACIÓN. CIRCUNSTANCIAS QUE DEBEN


TOMARSE EN CUENTA PARA SU DETERMINACIÓN

Recurso de Casación
Partes: Armando Hernández Sanfelix contra la sociedad
mercantil La Venezolana de Seguros, C.A.
Sentencia: N° 189 de 26­07­01. Exp. 01­183
Motivo: Ejecución de la sentencia
Comparte esta Sala el criterio del Tribunal de la alzada en cuanto a que
habiéndose prestado la relación de trabajo en la ciudad de Caracas, y siendo
éste el domicilio de ambas partes, lo mas apropiado es que el ajuste por inflación
se hiciera tomando en cuenta la variación del índice de Precios al Consumidor
para el Área Metropolitana de Caracas, pues éste es el índice que
verdaderamente mide la pérdida del poder adquisitivo del actor; sin embargo,
ello debió ser establecido en la sentencia definitiva recaída sobre el mérito de
la causa y no en las decisiones recaídas en etapa de ejecución. Ha sido doctrina
reiterada de los Tribunales de la República que aunque la indexación debe ser
acordada de oficio, si no es prevista en el dispositivo de la sentencia firme no
puede acordarse en etapa de ejecución. El mismo razonamiento debe aplicarse
al caso bajo examen, el ajuste por inflación de las cantidades que se condena
al patrono a pagarle a un trabajador domiciliado en el Área Metropolitana de
Caracas debe ser calculado conforme al índice de Precios al Consumidor
para el Área Metropolitana de Caracas, pero si ello no se establece así en la
sentencia definitiva, sino que se considera el índice de inflación nacional, ello
no puede ser modificado en las decisiones dictadas en ejecución de la sentencia.
Entonces, lo procedente para ejecutar la sentencia definitiva recaída en el
presente juicio es que el Tribunal de la causa oficie a la Oficina Central de
Estadística e Informática solicitando los índices de inflación acaecidos entre
la fecha en que se interpuso la demanda y la fecha de ejecución del fallo
definitivamente firme.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 101

5. OPORTUNIDAD PROCESAL PARA SOLICITAR LA


INDEXACIÓN

Recurso de casación
Partes: Rosa Alzaibar B., y Olga Campos B., contra Meyer
Cohen Cohen
Sentencia: N° 659 de 05­12­02. Exp. 02­189
Motivo: Cobro de honorarios profesionales judiciales
(...) en relación con la oportunidad procesal en que la parte debe solicitar la
indexación o corrección monetaria, la antigua Corte Suprema de Justicia
estableció que la misma debe pedirse en la demanda.
Ese criterio ha sido acogido y reiterado por este Tribunal Supremo de
Justicia, conforme al cual en todas las causas donde se ventilen derechos
disponibles y de interés privado, la indexación o corrección monetaria ha
de ser requerida expresa y necesariamente por el actor en su demanda,
no pudiendo ser solicitada en otra oportunidad, a fin de evitar dejar a la
parte contraria en un estado de indefensión al no poder contradecir y
contraprobar oportunamente, con lo cual el Sentenciador queda eximido
de analizar tal alegación. Se ha entendido así, pues al no solicitarla el
actor, no la pretendió, renunció a la misma en su acción. Lo que no se
haya expresamente solicitado, se asume por no pretendido y ajeno a la
acción interpuesta.
Distinto es el caso de los derechos no disponibles e irrenunciables, es decir,
de los intereses de orden público. En estos asuntos, el Sentenciador sí puede
acordar de oficio la indexación, aun cuando no haya sido solicitada por el
actor en su libelo. Ejemplo de ello, son los derechos e intereses laborales y
los de familia, debido a que por mandato de la ley, es su deber tutelar los
mismos.
A tal efecto, su declaración de oficio, dependerá si se trata de materias de
orden público o no, es decir, si se trata de derechos indisponibles e irrenun­
ciables.
102 JUAN RAFAEL PERDOMO

6. OBLIGACIONES DE VALOR QUE ASUME EL PATRONO


FRENTE AL TRABAJADOR

Recurso de Casación
Partes: Mercedes Benguigui Bergel contra las empresas
Banco Mercantil C.A., S.A.C.A. y Arrendadora
Mercantil C.A.
Sentencia: Nº 535 de 18­09­03. Exp. 02­568
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 313 de 20 de
noviembre de 2001 (caso: Cristina Domínguez
Mikalauskas contra la sociedad mercantil Banco
Consolidado S.A.C.A.)
(Ver antecedente jurisprudencial establecido por
la Sala de Casación Social expuesto al final, no
citado en el texto)
Normas citadas: CPC: artículos 12, 313 ordinal 2° y 506; CC: 1.277,
1.354 y 1.737
La doctrina pacífica de la Sala que combate la formalización, fue reiterada en
fallo de la misma N° 313 de fecha 20 de noviembre de 2001, en los términos
siguientes:
“Por otra parte, ha sido constante y pacífica la doctrina patria y la
jurisprudencia de este Supremo Tribunal, así como la de la anterior Sala
de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, expresada en diversos
fallos desde el 17 de marzo de 1993, en determinar que las obligaciones
que asume el patrono para con el trabajador y que deben cancelarse en
dinero, antes que obligaciones pecuniarias son obligaciones de valor,
ya que revisten carácter alimentario toda vez que su finalidad es permitir
la subsistencia y la vida digna y decorosa del trabajador y de su familia”.
“La indexación de créditos laborales no obedece a una interpretación a
contrario del artículo 1.737 del Código Civil, sino de la naturaleza
alimentarias de las obligaciones con el trabajador, que para el patrono
derivan de la relación de trabajo.
En cuanto al argumento de falta de aplicación del artículo 1.277 del
Código Civil, que es la norma que regula la sanción al deudor por su
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 103

retardo en el cumplimiento de una obligación pecuniaria, este Supremo


Tribunal considera que la misma no es aplicable en los casos de la mora
del patrono en el cumplimiento de las obligaciones derivadas de la
relación de trabajo, pues como ya se ha expuesto, éstas no son
obligaciones pecuniarias o de dinero, sino de valor; por tanto, la
reparación del daño que ocasiona la mora no se resarce con el sólo
pago de intereses, ya sean convencionales o legales, sino mediante el
restablecimiento a plenitud del patrimonio del acreedor dañado por el
incumplimiento, teniendo en cuenta que el trabajador tiene el derecho
irrenunciable a una prestación no disminuida por la depreciación
monetaria”.

Antecedente jurisprudencial:
Véase doctrina anteriormente establecida por la Sala de Casación Social, no
citada en la sentencia referida, que desarrolla:
a) El interés moratorio causado por la tardanza culposa del patrono en el
pago de las prestaciones sociales; b) Las prestaciones sociales como
derechos adquiridos; c) Cuando el patrono no paga oportunamente las
prestaciones sociales, está en mora con el trabajador y debe pagar el
interés laboral establecido en el artículo 108 de la Ley Orgánica del
Trabajo; c) Períodos excluidos del tiempo computable para el cálculo de
indexación. (Sentencia N° 642 de 14 de noviembre de 2002, expediente
N° 00­449. Ponencia del Alfonso Valbuena Cordero. Caso: Roberto
Martínez Aboitiz contra la sociedad mercantil Insanova, S.A.)
104 JUAN RAFAEL PERDOMO

7. NUEVOS CÁLCULOS RELACIONADOS CON INTERESES DE


MORA Y CORRECCIÓN MONETARIA CUANDO EL EJECU-
TADO NO CUMPLE VOLUNTARIAMENTE CON LA
SENTENCIA. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 185 DE LA
LEY ORGÁNICA PROCESAL DEL TRABAJO

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Yuri Durán Piña contra la sociedad mercantil
Supertel, C.A.
Sentencia: N° 59 de 01­03­05. Exp. 04­744
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
laborales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 287 de 16 de
mayo de 2002 (caso: Yrineo Carrero contra la
empresa La Boutique del Sonido, C.A.)
Norma citada: LOPT: artículo 185
Se ordena la corrección monetaria de la cantidad de (…), más los intereses
que resulten de la experticia complementaria del fallo, para lo cual el Juez de
la causa deberá solicitar al Banco Central de Venezuela el índice inflacionario
acaecido en la ciudad de Caracas desde la fecha de admisión de la demanda
y hasta la fecha en la cual serán pagados estos conceptos, conforme a la
jurisprudencia pacífica y reiterada de esta Sala.
Por lo demás, la Sala quiere dejar sentado, respecto a la corrección monetaria
establecida en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, lo siguiente:
El artículo 185 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo dispone respecto a la
indexación que en caso de que el demandado no cumpliere voluntariamente
con la sentencia, procederá la indexación o corrección monetaria sobre las
cantidades condenadas, calculada desde la fecha del decreto de ejecución,
hasta la materialización de ésta, entendiéndose por esto último, la oportunidad
de pago efectivo.
Esta norma consagra el deber que tiene el juez de sustanciación, mediación y
ejecución de ordenar un nuevo ajuste por inflación en aquellos casos en que
liquidada la condena el ejecutado no cumpliera con la misma, lo cual es una
consagración legislativa de la evolución jurisprudencial del criterio de la Sala
sobre la corrección monetaria, especialmente del fallo N° 287 de 16 de mayo
de 2002.
CAPÍTULO IV
AVOCAMIENTO

1. RÉGIMEN LEGAL. INTERPRETACIÓN


Partes: Defensor del Pueblo
Sentencia: N° 58 de 13­02­03. Exp. 03­045
Motivo: Avocamiento de la acción de protección interpuesta
por el Defensor del Pueblo contra las personas
jurídicas denominadas Canal Metropolitano de
Caracas (CMT), Corporación Venezolana de
Televisión (VENEVISIÓN), Globovisión, Radio
Caracas Televisión (RCTV), Televen y Venezolana
de Televisión (VTV).
Reitera: Doctrina establecida por la Sala Político
Administrativa en sentencias de 13 de mayo de 1986;
de 14 de marzo de 1988; de 10 de agosto de 1989;
de 30 de julio de 1992; de 27 de agosto de 1993; de
3 de noviembre de 1994, de 14 de diciembre de
1994; de 14 de agosto de 1996; y de 13 de marzo
de 1997 y de 13 de abril de 2000 (caso: Fondo de
Inversiones de Venezuela); y por Sala
Constitucional en sentencia de 24 de abril de 2002
(caso: Sintracemento contra la sociedad mercantil
Corporación de Cemento Andino C.A.)
Normas citadas: LOCSJ: artículo 42, numeral 29; CRBV: artículos
262, 46, 78, 108, 117 y 135; Convención sobre los
106 JUAN RAFAEL PERDOMO

Derechos del Niño: artículo 17; LOPNA: artículos


8º, 70, 72, 173 y 279; Ley Orgánica de
Telecomunicaciones: artículos 12 y 15; Reglamento
Parcial sobre Transmisiones de Televisión: artículos
10, 11, 12 y 13; CC: artículo 4°
Dispone el artículo 42, ordinal 29 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia que:
“Es de la competencia de la Corte como más alto Tribunal de la
República:
29. Solicitar algún expediente que curse ante otro Tribunal, y avocarse
al conocimiento del asunto, cuando lo juzgue pertinente;...”.
El avocamiento es una facultad excepcional que permite a un superior atraer
para sí el examen y decisión de una causa cuyo conocimiento, conforme a las
reglas ordinarias de competencia corresponde a un inferior. En nuestro sistema
tal facultad corresponde ­como ya se indicó­ al Tribunal Supremo de Justicia
en la Sala de competencia afín con los derechos involucrados.
En relación con los requisitos de procedencia de la figura del avocamiento,
este Tribunal Supremo de Justicia en Sala Político­Administrativa, en sentencia
de 13 de abril de 2000, (caso: Fondo de Inversiones de Venezuela), señaló
que para que pudiese dicha Sala avocarse al conocimiento de alguna causa ­
criterio que acoge esta Sala­ debían concurrir los siguientes elementos:
“1) Que el objeto de la solicitud de avocamiento sea de aquellas
materias que estén atribuidas ordinariamente, por el legislador, al
conocimiento de los tribunales, aun cuando no sea strictu sensu
materia contencioso administrativa;
2) Que un asunto judicial curse ante algún otro Tribunal de la
República;
3) Debe tratarse de un caso de manifiesta injusticia o, cuando en
criterio de la Sala, existan razones de interés público o social que
justifiquen la medida o cuando sea necesario restablecer el orden
de algún proceso judicial que lo amerite en razón de su
trascendencia o importancia;
4) Que en el juicio cuya avocación se ha solicitado exista un desorden
procesal de tal magnitud que exija su intervención, si se advierte
que bajo los parámetros en que se desenvuelve no se garantiza a
las partes el debido equilibrio a sus pretensiones”.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 107

Previo a cualquier otro señalamiento es importante precisar, que para que la


Sala estime procedente hacer uso de la facultad excepcional de avocamiento,
es necesario que se den por lo menos tres requisitos. Los dos primeros
requisitos deben concurrir siempre, bien con uno de los supuestos alternativos
contenidos en el tercer requisito, o bien con el cuarto requisito.
El primero de los requisitos establecido por la jurisprudencia exige que el
objeto de la solicitud de avocamiento sea de aquellas materias que estén
atribuidas ordinariamente, al conocimiento de los Tribunales, aun cuando no
sea strictu sensu materia contencioso administrativa.
Este requisito ­ha dicho la jurisprudencia­ está directamente relacionado con
la interpretación que se la ha dado a la expresión “...cuando lo juzgue
pertinente...”, contenida en el artículo 42, ordinal 29 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia y sobre el particular se ha sostenido (Vid. Sentencias
de la Sala Político­Administrativa de 13 de mayo de 1986 y 14 de marzo de
1988, entre otros fallos) que por la gravedad del avocamiento la expresión
debe ser interpretada en sentido restringido y que por tanto no puede ser
meramente subjetiva, sin que la organización legal de las jurisdicciones sufra
un severo daño. Tal expresión ­se ha dicho­ sólo puede ser entendida en el
sentido de que la Corte decida sobre su propia competencia.
Ahora bien, en criterio de esta Sala, el avocamiento es una atribución
extraordinaria, que puede ser ejercida de oficio o a solicitud de parte (Vid.
Auto de la Sala Político­Administrativa de 8 de marzo de 1995, entre otros
fallos) y por ello la Sala estima que debe ser muy prudente en el ejercicio de
esta facultad, pero no porque se cause daño a la organización legal de las
jurisdicciones como lo asienta la jurisprudencia de la Sala Político­
Administrativa antes referida, alteración que siempre se produciría en el caso
de que la Sala resolviera avocarse al conocimiento de algún asunto, “...pues
el avocamiento representa una ruptura del principio de la instancia
natural, justamente para contribuir a fortalecer la garantía de defensa...”
(ORIHUELA GONZATTI, R. El Avocamiento de la Corte Suprema de
Justicia, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 1998, pp., 65), sino porque
la ley puede establecer una excepción a las normas generales atributivas de
competencia (Vid. Sentencia de la Sala Político­Administrativa 28 de junio de
1978, en particular voto salvado del Dr. Ramírez Borjes), y como toda norma
de excepción es de interpretación restrictiva.
Por ello el artículo 42, ordinal 29 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia cuando emplea la expresión “...cuando lo juzgue pertinente...”, en
108 JUAN RAFAEL PERDOMO

realidad se refiere a que la Sala tiene la potestad de asumir el conocimiento


del asunto cuando lo considere conveniente o adecuado, pero no quiere decir
que puede avocarse al conocimiento del asunto cuando sea competente.
Si la Sala de Casación Social estima que debe avocarse al conocimiento de
un asunto, no es porque tenga competencia en el sentido estricto de la palabra,
sino porque razones de conveniencia y oportunidad, indican que es menester
hacerlo y así como puede decidir avocarse, también puede en cualquier estado
de la causa revocar el avocamiento y ordenar la devolución del expediente al
Tribunal competente (Vid. Sentencia de la Sala Político­Administrativa de 10
de agosto de 1989, en particular el voto salvado de la Dra. Cecilia Sosa
Gómez). El que la Sala considere necesario examinar la competencia del
asunto cuyo avocamiento se solicita, para determinar si es un caso cuya
competencia es afín con la atribuida constitucional y legalmente a la Sala, es
una consecuencia de la necesidad de distribuir la competencia de la facultad
de avocamiento entre las diferentes Salas, porque de acuerdo con la
jurisprudencia vinculante de la Sala Constitucional de 24 de abril de 2002,
transcrita anteriormente, todas las Salas del Tribunal Supremo de Justicia
pueden conocer solicitudes de avocamiento en las área propias de su
competencia, lo cual nada tiene que ver con la interpretación que debe dársele
al artículo 42, ordinal 29 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia.
Así si el asunto objeto de avocamiento es afín con la materia cuya competencia
corresponde a la Sala de Casación Social, es decir, lo referente a las materias
agraria, laboral y de menores, en conformidad con lo dispuesto en el artículo
262 de la Carta Magna, estaría satisfecho el primer requisito para poder
avocarse al conocimiento y decisión del mismo, porque sólo la Sala que
normalmente conoce esa materia podría estar en condiciones de resolver
más adecuadamente la causa sobre la cual se avoca.
En el caso concreto el proceso cuyo avocamiento ha sido solicitado es una
acción de protección interpuesta por el Defensor del Pueblo contra las personas
jurídicas..., por la violación de los artículos 46, 78, 108, 117 y 135 de la
Constitución, el artículo 17 de la Convención sobre los Derechos del Niño, los
artículos 8º, 70 y 72 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente, los artículos 12 y 15 de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones,
y los artículos 10, 11, 12 y 13 del Reglamento Parcial sobre Transmisiones de
Televisión, para que se condene a las demandadas a que no transmitan en
horario infantil, programas ni promoción de programas, no destinados a la
atención de niños y adolescentes, pretensión ésta que es de la competencia
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 109

de los Tribunales de Protección del Niño y del Adolescente, en conformidad


con lo dispuesto en el artículo 173 y 279 de la Ley Orgánica para la Protección
del Niño y del Adolescente, cuya máxima autoridad en la organización judicial
es precisamente esta Sala de Casación Social, en conformidad con lo dispuesto
en el artículo 173 eiusdem, en concordancia con el artículo 262 de la
Constitución de la República, razón por la cual, esta Sala considera que está
cumplido el primer requisito para avocarse al conocimiento y decisión del
asunto.
El segundo de los requisitos establecido por la jurisprudencia exige que el
asunto cuyo avocamiento se solicita, curse ante algún otro Tribunal de la
República.
Este requisito está directamente relacionado con la interpretación que se la
ha dado a la expresión “...que curse ante otro Tribunal...”, contenida en el
artículo 42, ordinal 29 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia y
sobre el particular la jurisprudencia ha sostenido (Vid. Sentencias de la Sala
Político­Administrativa de 3 de noviembre de 1994 y 13 de marzo de 1997)
que se debe tratar de juicios no terminados, antes de que la sentencia definitiva
quede firme.
Sobre el particular a juicio de esta Sala de Casación Social, en conformidad
con lo dispuesto en el artículo 4º del Código Civil, la interpretación gramatical
de la expresión “...que curse ante otro Tribunal...”, quiere decir que la
causa esté pendiente, es decir, en trámite en sentido amplio y si el juicio
comienza con la interposición del libelo de demanda y concluye con la ejecución
total y definitiva de la condena establecida en la sentencia definitiva, esto
quiere decir que la Sala se puede avocar de un juicio, incluso después de que
la sentencia definitiva quede firme, esto es en fase de ejecución, pues en
Venezuela el juicio no concluye con la sentencia definitiva y firme.
Por otra parte no es suficiente que el proceso esté en curso, sino que además
debe estar en otro Tribunal de la República, esto es, ante un Tribunal distinto
e inferior desde el punto de vista jerárquico (Vid. Sentencias de la Sala Político­
Administrativa de 10 de agosto de 1989 y 15 de junio de 1993), pues estima
esta Sala que no es procedente avocarse al conocimiento de un asunto si se
encuentra en la misma Sala o en otra Sala del Tribunal Supremo.
Así si el asunto objeto del avocamiento está en curso ante otro Tribunal de la
República, estaría satisfecho el segundo requisito para poder avocarse al
conocimiento y decisión del mismo.
110 JUAN RAFAEL PERDOMO

En el caso concreto el proceso cuyo avocamiento ha sido solicitado se


encuentra en estado de citación y la solicitud fue presentada ante el Tribunal
de Protección del Niño y del Adolescente..., razón por la cual, esta Sala
considera que está cumplido el segundo requisito para avocarse al conocimiento
y decisión del asunto.
El tercero de los requisitos establecido por la jurisprudencia exige que el asunto
cuyo avocamiento se solicita, debe tratarse de un caso de manifiesta injusticia
o, cuando en criterio de la Sala, existan razones de interés público o social que
justifiquen la medida o cuando sea necesario restablecer el orden de algún
proceso judicial que lo amerite en razón de su trascendencia o importancia.
El tercer requisito de procedencia del avocamiento contiene varios supuestos
alternativos y basta que se verifique la existencia de uno de ellos para que la
Sala pueda considerar satisfecho el mismo.
Sobre el particular, la Sala debe insistir que cualquiera que sea el supuesto
invocado por el solicitante o examinado de oficio por la propia Sala, es menester
tener siempre como guía que el avocamiento es una facultad discrecional y
excepcional y que por tanto debe administrarse la misma con criterios de
extrema prudencia, con suma ponderación y cautela, examinando
exhaustivamente caso por caso (Vid. Sentencia de la Sala Político­
Administrativa de 30 de julio de 1992, entre otros fallos).
Ahora bien, cuando la jurisprudencia indica que para que proceda el
avocamiento de un asunto debe tratarse de un caso de manifiesta injusticia,
se trata de un supuesto en el cual el Tribunal adopta una decisión que sin duda
alguna es contraria a la ley, aunque también puede evidenciarse cuando el
Tribunal incurre en denegación de justicia, al omitir la decisión debida en un
tiempo razonable (Vid. Sentencia de la Sala Político­Administrativa de 14 de
agosto de 1996).
Por otra parte, cuando se establece que deben existir razones de interés público
o social que justifiquen la medida, se refiere a que el asunto objeto del
avocamiento debe rebasar el interés privado involucrado, lo que es bueno
aclarar, no necesariamente está relacionado con la cuantía del asunto. Se
refiere más bien a los casos que pueden crear confusión y desasosiego en la
colectividad, afectar la paz social, la seguridad jurídica, trabar el normal
desempeño de la actividad pública, o afectar de manera directa y ostensible
el orden público y el interés público y social (Vid. Sentencias de la Sala Político­
Administrativa de 27 de agosto de 1993, 14 de diciembre de 1994, y 13 de
marzo de 1997, entre otros numerosos fallos).
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 111

Asimismo, cuando se señala que procede el avocamiento, siempre que sea


necesario restablecer el orden de algún proceso judicial que lo amerite en
razón de su trascendencia o importancia, se debe entender, en primer lugar,
que es posible el avocamiento si estamos en presencia de irregularidades o
trastornos procesales graves; se trata de casos anómalos extraordinarios, en
los cuales incluso pueden llegar a verse afectados en forma flagrante, los
derechos procesales constitucionales de las partes, tales como: los derechos
de acceso a la justicia, al debido proceso, a la defensa, a ser oído, al juez
natural, a no ser juzgado dos veces por lo mismo, entre otros; y, en segundo
lugar, que el caso sea realmente trascendente e importante, pues no basta
que exista un trastorno procesal grave, es necesario que el asunto revista
particular relevancia, lo que sólo se da en forma excepcional cuando el alcance
de los efectos jurídicos de las decisiones que deban ser dictadas, influyen
sobre un considerable número de personas o afectan los más altos intereses
tutelados por el ordenamiento jurídico.
Así, si el asunto objeto del avocamiento se trata de un caso de manifiesta
injusticia, en los términos indicados o, cuando en criterio de la Sala, existan
razones de interés público que justifiquen la medida o, cuando sea necesario
restablecer el orden de algún proceso judicial que lo amerite en razón de su
trascendencia o importancia, estaría satisfecho el tercer requisito para poder
avocarse al conocimiento y decisión del mismo.
En el caso concreto se trata de una acción de protección interpuesta por el
Defensor del Pueblo contra las personas jurídicas..., por la violación de varios
derechos constitucionales y legales, en perjuicio de todos los niños y
adolescentes de la República, por lo que resulta evidente que se rebasa el
mero interés privado y las decisiones que deban dictarse pueden afectar de
manera directa y ostensible el interés público y ello justifica la medida, razón
por la cual, esta Sala considera que está cumplido el tercer requisito para
avocarse al conocimiento y decisión del asunto.
En relación con el alegato del solicitante de que el Tribunal de la causa habría
incurrido en denegación de justicia al no pronunciarse en el lapso legal sobre
la medida cautelar solicitada, encuentra la Sala después de haber requerido y
examinado el expediente, que ello no es así, porque la Juez dictó un auto el 20
de enero de 2003, en el cual negó la medida cautelar solicitada, razón por la
cual no incurrió en denegación de justicia.
El cuarto de los requisitos establecido por la jurisprudencia exige que en el
asunto cuyo avocamiento se solicita, exista un desorden procesal de tal
112 JUAN RAFAEL PERDOMO

magnitud que bajo los parámetros en que se desenvuelve no se garantiza a las


partes el debido equilibrio a sus pretensiones, requisito este que guarda estrecha
relación con el último supuesto alternativo contenido en el tercer requisito ya
explicado.
Ahora bien, cuando la jurisprudencia indica que para que proceda el
avocamiento de un asunto debe tratarse de un caso en el que exista un desorden
procesal de tal magnitud que no se garantiza a las partes el debido equilibrio a
sus pretensiones, se trata de un supuesto en el cual hay irregularidades
procesales graves, en los cuales incluso pueden llegar a verse afectados en
forma evidente, los derechos procesales constitucionales de las partes. Pero
se diferencia del último supuesto alternativo contenido en el tercer requisito,
antes explicado, en que el caso no tiene por qué ser particularmente
trascendente o importante, pues en este supuesto el avocamiento se justificaría
al garantizar los derechos y equilibrio procesales de las partes.
Así si en el asunto objeto del avocamiento existe un desorden procesal de tal
magnitud que no garantiza a las partes el debido equilibrio a sus pretensiones,
en los términos indicados, estaría satisfecho el cuarto requisito para poder
avocarse al conocimiento y decisión del mismo.
En el caso concreto el solicitante no fundamenta su petición en este supuesto,
razón por la cual, esta Sala considera que nada tiene que decidir al respecto.
Por los motivos anteriormente indicados, al estar cumplidos los requisitos
necesarios, considera la Sala que es procedente la solicitud de avocamiento
presentada.
CAPÍTULO V
CASACIÓN. PRESUPUESTOS
DE ADMISIBILIDAD DEL RECURSO

1. LEGITIMACIÓN PARA RECURRIR


1.1. Cualidad de parte en el juicio en el que se intente recurso extraordinario
de casación

Recurso de Casación
Partes: Gerardo Arsenen Rivas contra Enrique Ghio
Campofiorito
Sentencia: N° 36 de 09­03­00. Exp. 98­313
Motivo: Resolución de Contrato
La cualidad para poder hacer uso del recurso de casación la da únicamente,
la condición de ser parte en el juicio en el cual se intente el recurso; esta
cualidad, es pues, diferente a la que se exige para apelar, que no requiere ser
parte en el proceso, bastando tener interés inmediato en lo que sea objeto o
materia de juicio, ya porque resulta perjudicado por la decisión, bien porque
pueda hacerse ejecutoria contra el mismo, bien porque haga nugatorio su
derecho, lo menoscabe o desmejore.
114 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.2. Legitimación

Recurso de Casación
Partes: Rosa Amelia Betancourt contra la empresa
Agroinversiones La Encantada, C.A.
Sentencia: N° 101 de 10­05­00. Exp. 99­646
Motivo: Ejecución de hipoteca
Si bien la ley otorga recurso de casación tanto a la parte actora como a la
accionada, el mismo solo es admisible en los casos en que la decisión de la
recurrida ha afectado desfavorablemente a alguna de ellas, pues el litigante
que no ha sido lesionado no puede impugnar el fallo, aún cuando tenga
conciencia de que viola la ley. El interés individual de anulación sólo tiene
como base el perjuicio que se causa a la parte y no el interés público en la
correcta interpretación de la ley.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Sociales que señala cuáles
son los requisitos para litigar ante el cualquier Sala del Tribunal Supremo de
Justicia conforme al artículo 18 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia. (Sentencia N° 1305 de 25 de octubre de 2004, expediente N° 04­664.
Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. Caso: Carlos Ramón Díaz
contra la sociedad mercantil Operaciones de Producción y Exploración Nacionales
Open, S.A.), ratificada en sentencia N° 509 de 19 de mayo de 2005, expediente
N° 04­1198. Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. Caso: Alonzo
José Martínez contra la empresa Transporte Froilan Garcilazo, C.A.

1.3. Interés procesal

Recurso de casación
Partes: Cecilia Cano de De Majo
Sentencia: N° 133 de 24­05­00. Exp. 99­547
Motivo: Recurso de invalidación
Observa la Sala que es improcedente admitir el recurso de casación
anunciado por la parte que ha sido favorecida con el fallo que se impugna,
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 115

porque quien ha ganado una controversia carece de interés procesal para


alegar en casación presuntas infracciones que ningún agravio jurídico le
han causado, como en el caso de autos en que el Juzgador de la recurrida
acogió el alegato de la demandada, de caducidad de la acción, y desechó
el recurso de invalidación incoado. Ahora bien, si con la práctica de los
actos de ejecución de la sentencia no se notifica de la misma, expresa o
tácitamente, a quien puede ejercer el recurso de invalidación, no puede
iniciarse el cómputo del lapso de un mes para la interposición del recurso
de invalidación, a pesar que estos actos de ejecución hayan recaído sobre
bienes de su propiedad, pues la parte interesada en invalidar el fallo no
conoce aun de su existencia.

2. REQUISITO DE LA CUANTÍA
2.1. Cuantía necesaria para la admisión del recurso de casación conforme
al Código de Procedimiento Civil
2.1.1. Principio de la perpetuatio iurisdictionis

Recurso de Hecho
Partes: Concepción Elena Capecchi Granado contra
Petróleos de Venezuela S.A.
Auto: N° 002 de 26­01­00­ Exp. 00­004
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículo 3°; Decreto Presidencial Nº 1029,
publicado en la Gaceta Oficial de la República Nº
35.884 de 22 de enero de 1996
Considera la Sala que para fijar el interés del juicio, se debe tomar en cuenta
únicamente los elementos de cálculo contenidos en el propio libelo de demanda,
sin que se puedan considerar el posterior incremento del valor de la suma
demandada, por efecto de la inflación.
En tal sentido, establece el artículo 3º del Código de Procedimiento Civil:
“La jurisdicción y la competencia se determinan conforme a la situación
de hecho existente para el momento de la presentación de la demanda,
y no tienen efecto respecto de ellas los cambios posteriores de dicha
situación, salvo que la ley disponga otra cosa”.
116 JUAN RAFAEL PERDOMO

El aumento de valor de la suma demandada, o de los bienes objeto de la


pretensión, constituye un cambio en la situación de hecho existente para el
momento de la presentación de la demanda, y no un cambio en la situación de
derecho. Cuánto vale la moneda en una época determinada, es cuestión de
hecho; en tanto que es una cuestión de derecho la modificación de la cuantía
o, en el caso, de la suma necesaria para recurrir en casación.
En consecuencia, de acuerdo con el principio de la perpetuatio iurisdictionis,
expresado en la citada norma legal, el aumento de valor de la pretensión, por
efecto de la inflación sobrevenida a la presentación del libelo no debe tomarse
en consideración para determinar la cuantía necesaria para recurrir en casación.
En el caso bajo decisión, el monto de la demanda fue la cantidad de UN
MILLÓN SEISCIENTOS SESENTA Y CINCO MIL QUINIENTOS DIECINUEVE
BOLIVARES CON VEINTE CÉNTIMOS (Bs. 1.665.519,20), lo cual no excede
la cuantía de TRES MILLONES DE BOLIVARES (Bs. 3.000.000,00), prevista
en el Decreto Presidencial Nº 1029, publicado en la Gaceta Oficial de la
República Nº 35.884 del 22­01­96, para la admisibilidad del recurso en la
materia laboral.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala Plena en sentencia N° 9 de 5 de abril
de 2005 (caso: Universidad Nacional Abierta contra la providencia
administrativa emanada de la Inspectoría del Trabajo en los Municipios
Valencia, Libertador, San Diego, Naguanagua, Los Guayos y Carlos Arvelo
Del Estado Carabobo. Recurso de nulidad)

2.1.2. Acumulación subjetiva de pretensiones

Recurso de Hecho
Partes: Julio César Bolívar y otros contra el Banco
República C.A.
Auto: N° 108 de 18­12­00. Exp. 00­098
Motivo: Ajuste de pensiones
Norma citada: CPC: artículo 33
Es jurisprudencia de la casación que en el supuesto de acumulación subjetiva
de pretensiones de varios trabajadores contra un mismo patrono, no se suman
dichas pretensiones para obtener la cuantía de lo litigado.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 117

Ello resulta de la aplicación analógica del artículo 33 del Código de


Procedimiento Civil de acuerdo con el cual “Cuando una demanda contenga
varios puntos, se sumará el valor de todos ellos para determinar el de la
causa, si dependen del mismo título”.
Si ello es así, a pesar de tratarse del mismo demandante, con mayor razón no
pueden sumarse pretensiones de diferentes actores, que se fundamentan en
relaciones de trabajo y obligaciones derivadas de la jubilación, que son diferentes
en cada caso; es decir, la relación de trabajo y la jubilación de un actor, que
constituye el título de su pretensión, es diferente a la del otro.
Por otra parte, basta que alguna de las pretensiones exceda la suma de Bs.
3.000.000,00 para que sea admisible el recurso de casación interpuesto por
cualquiera de las partes, incluso por un trabajador cuya pretensión no exceda
dicho monto. En otras palabras, la existencia de cuantía en la pretensión de
uno de los trabajadores abre el acceso a la casación para todas las partes
involucradas, que resulten agraviadas con la decisión.

2.1.3. Exclusión del examen del requisito de la cuantía para la


admisibilidad del recurso de casación contra la decisión
de reenvío

Recurso de Hecho
Partes: Isaac Jacob Lugo contra la sociedad mercantil
Unilever de Venezuela S.A.
Auto: N° 279 de 02­05­02. Exp. 01­807
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
(...) el requisito de la cuantía para la admisibilidad del recurso de casación
sólo se debe examinar en la primera oportunidad en que se interpone tal
recurso, por lo que de presentarse la casación múltiple contra las decisiones
de reenvío, éstas quedan excluidas de la revisión de tal requisito.
118 JUAN RAFAEL PERDOMO

2.2. Cuantía necesaria para la admisión del recurso de casación conforme


a la Ley Orgánica Procesal de Trabajo

2.2.1. Artículo 167 LOPT. Acumulación subjetiva de pretensiones

Recurso de Casación
Partes: Cándido Jesús Abellonez Lormo y otros contra la
sociedad mercantil Manufacturera De Aparatos
Domésticos, S.A. (MADOSA)
Sentencia: N° 423 de 18 ­05­ 04. Exp. 04­206
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 263 de 25 de
abril de 2002 (caso: José Domingo López Acosta y
otros contra la sociedad mercantil C.A. De
Administración y Fomento Eléctrico [CADAFE]);
y en sentencia Nº 763 de 1º de diciembre de 2003
(caso: Yolanda Otero contra la empresa Arena de
Francia C.A.)
Norma citada: LOPT: artículo 167
El artículo 167 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo establece que:
“El Recurso de Casación puede proponerse: 1. Contra las sentencias
de segunda instancia que pongan fin al proceso, cuyo interés principal
exceda de tres mil unidades tributarias (3.000 U.T)...”.
Ha establecido esta Sala de Casación Social, en sentencia Nº 763 de 1º de
diciembre de 2003, que los juicios en los cuales se hubiere dictado sentencia
en segunda instancia con posterioridad a la implementación de la Nueva Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, se regirán por las disposiciones de la Nueva
Ley, razón por la cual, la cuantía para interponer el Recurso de Casación es la
establecida en el artículo antes trascrito.
Sobre la acumulación de pretensiones, este Tribunal Supremo de Justicia se
ha pronunciado de manera pacífica y reiterada, según sentencia N° 263, de
fecha 25 de abril de 2002, (caso: José Domingo López Acosta y otros contra
C.A. de Administración y Fomento Eléctrico, CADAFE), entre otros fallos,
estableciendo que deben ser consideradas dichas pretensiones individualmente,
a los fines de establecer la cuantía de la demanda.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 119

En el caso de autos, observa esta Sala que la decisión recurrida es una


sentencia definitiva en un juicio por cobro de prestaciones sociales con
acumulación de pretensiones, y se evidencia del contenido del libelo, que la
mayor de las pretensiones contenidas en el mismo, es por la cantidad de
treinta y cuatro millones quinientos dieciocho mil seiscientos setenta y cinco
bolívares con setenta y tres céntimos (Bs. 34.518.675,73), monto que no
alcanza la cantidad de tres mil (3.000) unidades tributarias que en la fecha
de la sentencia de segunda instancia era equivalente a cincuenta y ocho
millones doscientos mil bolívares (Bs. 58.200.000,00), que es el monto mínimo
requerido para su admisibilidad, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 167 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, por lo que el recurso
de casación es inadmisible.

2.2.2. Cuantía necesaria. Interposición maliciosa del recurso


de hecho

Recurso de Hecho
Partes: Aura Violeta Díaz De Mejías, Merlys Violeta
Mejías Díaz y Germán José Mejías Díaz contra la
sociedad mercantil Ven American de Oriente, C.A.
Auto: N° 1550 de 02­12­04. Exp. 04­1319
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida sentencia Nº 763 de 1º de
diciembre de 2003 (caso: Yolanda Otero contra la
empresa Arena de Francia C.A.). No citada en el
texto
Normas citadas: LOPT: artículos 167 y 170
(…) observa esta Sala que la decisión recurrida es una sentencia definitiva,
en un juicio cuya pretensión principal es de treinta y dos millones doscientos
ochenta y nueve mil tres bolívares con noventa y cinco céntimos (Bs.
32.289.003,95), tal y como se evidencia del libelo, monto que no alcanza la
cantidad de tres mil (3.000) unidades tributarias, setenta y cuatro millones
cien mil bolívares (Bs. 74.100.000,00), para la fecha en la que fue dictada la
sentencia definitiva de segunda instancia, que es el monto mínimo requerido
para su admisibilidad, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 167 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, por lo que el recurso de casación es
inadmisible e improcedente el de hecho.
120 JUAN RAFAEL PERDOMO

(…)
Dada la reiterada doctrina de esta Sala, se considera que en este caso se
configura uno de los supuestos contenidos en el último aparte del artículo 170
de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, es decir, la interposición maliciosa
del recurso. En consecuencia, se impone al recurrente multa de sesenta
unidades tributarias (60 U.T.). Se ordena al Tribunal de la causa expedir la
correspondiente planilla de liquidación, para ser pagada en una Oficina
Receptora de Fondos Nacionales, dependiente del Ministerio de Finanzas.

2.2.3. Cuantía aplicable a las sentencias dictadas con anteriori-


dad a la vigencia de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo

Recurso de Hecho
Partes: Marixa Fajardo De Tovar y Marinel Tovar Fajardo
contra la empresa CORPOVEN
Auto: N° 1170 de 07­10­04. Exp. 04­869
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia Nº 763 de 1º de
diciembre de 2003 (caso: Yolanda Otero contra la
empresa Arena de Francia C.A.)
Norma citada: Decreto Presidencial Nº 1029, publicado en la
Gaceta Oficial de la República Nº 35.884 del 22 de
enero de 1996
De conformidad con la sentencia proferida por esta Sala de Casación Social Nº
763 de fecha 1º de diciembre de 2003, aquellos juicios en los cuales se hubiere
dictado sentencia en segunda instancia con anterioridad a la implementación de
la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, se tramitarán de conformidad con lo
establecido en el Código de Procedimiento Civil, y las que sean dictadas con
posterioridad a esa fecha, se regirán por las disposiciones de la Nueva Ley,
todo ello en aras de la seguridad jurídica de las partes en litigio.
En el caso examinado, la sentencia fue dictada el 31 de mayo de 2000, anterior
a la implementación de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, realizada el 13
de octubre de 2003, en la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, razón por la cual, es necesario examinar los requisitos de admisibilidad
del recurso de casación de conformidad con lo establecido en el Código de
Procedimiento Civil.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 121

La demanda fue estimada en la cantidad de nueve millones setecientos setenta


y cuatro mil quinientos sesenta y cinco bolívares con veinte céntimos (Bs.
9.774.565,20), monto que excede la cantidad de tres millones de bolívares
(Bs. 3.000.000,00), que es la cuantía mínima requerida para la admisibilidad
del recurso de casación en los juicios laborales, en conformidad con lo dispuesto
en el Decreto Nº 1.029 de 22 de enero de 1996, por lo que el recurso de
casación es admisible y, en consecuencia, procedente el recurso de hecho
presentado, y así se declara.

2.2.4. Cuantía para recurrir en casación. Cambio de doctrina

Recurso de Hecho
Partes: Sigifredo Candelo Hidrovo contra la sociedad
mercantil Productora Mazatlán C.A.
Auto: N° 1348 de 28­10­04. Exp. 04­960
Motivo: Indemnización derivada de accidente de trabajo
Normas citadas: LOPT: artículos 59, 167 y 170; Decreto Nº 1.029
de 22 de enero de 1996
En el caso examinado, la sentencia fue dictada el 28 de mayo de 2004, anterior
a la implementación de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo realizada el 18 de
agosto de 2004, en la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, razón por la
cual, es necesario examinar los requisitos de admisibilidad del recurso de casación
de conformidad con lo establecido en el Código de Procedimiento Civil.
En su demanda la actora pretende el pago de un millón treinta y dos mil
trescientos bolívares (Bs. 1.032.300,00), monto inferior a la cuantía mínima
establecida en la ley, de tres millones de bolívares (Bs. 3.000.000,00); sin
embargo, la sentencia condenó a pagar la cantidad de ocho millones de
bolívares (Bs. 8.000.000,00), por daño moral, cinco millones setecientos
cuarenta y dos mil bolívares (Bs. 5.742.000,00), por lucro cesante, y un millón
seiscientos veinte mil bolívares (Bs. 1.620.000,00), por indemnización prevista
en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo,
suma que sí excede la cantidad de tres millones de bolívares (Bs. 3.000.000,00),
que es la cuantía mínima requerida para la admisibilidad del recurso de casación
en los juicios laborales, en conformidad con lo dispuesto en el Decreto Nº
1.029 de 22 de enero de 1996, por lo que siendo la condena ­sin tomar en
cuenta la indexación judicial­ mayor que la cuantía mínima, esta Sala estima
que ésta última es la que debe tomarse en cuenta para decidir si está o no
122 JUAN RAFAEL PERDOMO

satisfecho este requisito, con lo cual modifica su criterio acerca de que el


interés principal del juicio, a los efectos del recurso de casación, se determina
únicamente por los conceptos incluidos en la demanda, pues la tesis tradicional,
en casos como el examinado, se traduciría en una gran injusticia que la Sala
debe evitar, razón por la cual, en este caso está satisfecho el presupuesto
objetivo de la cuantía, el recurso de casación es admisible y, en consecuencia,
procedente el recurso de hecho presentado, y así se declara.

3. SENTENCIAS DEFINITIVAS E INTERLOCUTORIAS RECU-


RRIBLES DE INMEDIATO Y LAS INTERLOCUTORIAS
RECURRIBLES CON LA DEFINITIVA

3.1. Admisibilidad diferida

Recurso de Casación
Partes: Pedro Rodríguez Ortega contra la empresa
Compañía Anónima Venezolana Seguros Caracas
Sentencia: N° 21 de 24­02­00. Exp. 99­821
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
(…) ha quedado establecido que en la oportunidad de la decisión del recurso
de casación contra la sentencia definitiva, deben ser decididas las
impugnaciones contra esta última y contra las interlocutorias, dado que si la
definitiva repara el gravamen causado por aquéllas, habrá desaparecido el
interés procesal para recurrir. En consecuencia, el recurso anunciado resulta
inadmisible en esta etapa del proceso.

3.2. La decisión que declara inadmisible la queja se equipara a la negativa


de admisión de la demanda. a) Concepto de recurso de casación; b)
Revisión jurisprudencial sobre la queja; c) Cambio de doctrina.

Recurso de Hecho
Partes: Amable Urbina Ramírez contra el ciudadano
Victoriano Rodríguez Méndez
Auto: N° 42 de 26­07­01. Exp. 01­243
Motivo: Acción de queja
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 123

Normas citadas: CPC: artículos 11, 22, 312, 339, 341, 837 y 849;
CRBV: artículos 255, 257 y 334
(...) en cuanto a la admisibilidad del recurso de casación en este tipo de
procedimientos, el artículo 849 del Código de Procedimiento Civil, establece
en su único aparte que: “En el juicio de queja se admitirá el Recurso de
Casación si hubiere lugar a él, sólo cuando no hubiere intervenido la
Corte Suprema de Justicia”.
(…)
Conforme al reiterado criterio jurisprudencial, la queja tiene dos fases; una
previa, de carácter no contenciosa, y otra contenciosa. La primera, se inicia
con el libelo y termina con un decreto motivado en donde se declarará si hay
o no mérito suficiente para someter a juicio al funcionario contra quien obre la
acción por responsabilidad civil. En este sentido, la Sala de Casación Civil
sostiene que en esta etapa del proceso no ha comenzado la contención entre
las partes, por lo que no hay propiamente un juicio, requisito fundamental para
que pueda admitirse el Recurso de Casación en conformidad con lo establecido
en el artículo 312 del Código de Procedimiento Civil. En virtud de ello, sólo
pueden ser revisadas mediante dicho recurso, las sentencias dictadas en la
segunda fase de carácter contradictorio.
(…)
A los fines de decidir el presente recurso de hecho, la Sala considera
conveniente citar las siguientes normas constitucionales y conceptos
doctrinales:
El artículo 257 de la nueva Constitución, establece el derecho de justicia y
proceso, a saber: “El proceso constituye un instrumento fundamental para la
realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación,
uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve,
oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no
esenciales”.
La norma anteriormente citada, se complementa con el artículo 26 de la
Carta Magna, al establecer que toda persona tiene derecho de acceso a la
justicia para hacer valer sus derechos e intereses. Conforme al referido
artículo, el Estado debe garantizar “una justicia gratuita, accesible,
imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable,
equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o
reposiciones inútiles”, dentro de un marco ajustado a las normas
124 JUAN RAFAEL PERDOMO

establecidas en la Constitución y las leyes, y con las garantías de un debido


proceso (artículo 49).
El último aparte del artículo 255 de la Constitución de 1999, prevé la
responsabilidad de los jueces, en el siguiente sentido: “Los jueces o juezas
son personalmente responsables, en los términos que determine la ley,
por error, retardo u omisiones injustificadas, por la inobservancia
sustancial de las normas procesales, por denegación, parcialidad, y por
los delitos de cohecho y prevaricación en que incurran en el desempeño
de sus funciones”.
La obligatoriedad que tienen todos los jueces o juezas de la República, de
asegurar en el ámbito de sus competencias, la integridad de la Constitución
(artículo 334).
En la Constitución se establece el acceso a la justicia como un derecho y por
ello, la interpretación debe ser extensiva y no restrictiva en relación con los
recursos que pueda interponer la parte que se vea afectada en sus intereses.
La jurisprudencia le ha negado recurso extraordinario de casación al decreto
que declara la inadmisibilidad de la queja, porque: “La fase previa de la queja
tiene carácter no contencioso”, y para que pueda ejercerse el Recurso de
Casación “es imprescindible de la pre­existencia de un juicio.” (Sentencia de
la Sala de Casación Civil de fecha 30­11­88).
No puede dejar de mencionarse, que en el sistema venezolano rige el principio
dispositivo, que se manifiesta en el proceso civil, de variada forma y en distintos
artículos, entre otros, en el artículo 11 del Código de Procedimiento Civil, se
establece que el juez no puede iniciar el proceso, y en el caso concreto, relativo
a la responsabilidad civil de los funcionarios, sino previa demanda de parte,
quien hace valer su pretensión, entendida ésta como la afirmación de un sujeto
de derecho de merecer la tutela jurídica, con la aspiración que ésta se haga
efectiva.
El artículo 837 del Código de Procedimiento Civil, establece que la queja se
inicia con el libelo, el cual, deberá cumplir con determinados requisitos formales.
Dicho artículo dispone textualmente que: “El libelo en que se proponga la
queja deberá contener el nombre, apellido y domicilio del actor; el
nombre, apellido, domicilio o residencia del Juez contra quien se dirija,
y su calidad; la explicación del exceso o falta que le atribuya, con
indicación de los instrumentos con los cuales deberá acompañarse el
libelo para justificar la queja”.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 125

Por otra parte, el artículo 22 del citado Código, prevé lo siguiente: “Las
disposiciones y los procedimientos especiales del presente Código se
observarán con preferencia a los generales del mismo, en todo cuando
constituya la especialidad; sin que por eso dejen de observarse en lo demás
las disposiciones generales aplicables al caso.” Por tanto, en aquello no
previsto, las normas de los procedimientos especiales son suplidas por las
del procedimiento ordinario.
En el Libro Segundo, Título I, Capítulo I, del Código de Procedimiento Civil,
relativo al procedimiento ordinario, se establece en el artículo 339, que el
juicio se inicia con la demanda, al disponer: “El procedimiento ordinario
comenzará por demanda, que se propondrá por escrito en cualquier
día y hora, ante el Secretario del Tribunal o ante el Juez”.
Para Luis Loreto, “el juicio comienza con el libelo, sigue por las
exposiciones de las partes y termina por la sentencia, por lo cual el
término juicio allí empleado debe tomarse en el sentido de proceso”.
(Ensayos Jurídicos. Editorial Jurídica Venezolana. Caracas. p.47). Es pues, la
demanda, la única forma de iniciar el proceso y el instrumento que materializa
la pretensión.
En relación con el proceso judicial, Eduardo J. Couture lo define como:
“una secuencia o serie de actos que se desenvuelven progresivamente,
con el objeto de resolver, mediante un juicio de la autoridad, el conflicto
sometido a su decisión.” (Fundamentos del Derecho Procesal Civil.
Ediciones Depalma. Tercera Edición. Buenos Aires. 1981. pp. 121,122).
En este sentido, expresa el autor citado, que lo que caracteriza al proceso
es su fin, la decisión del conflicto a través de una sentencia que adquiere
autoridad de cosa juzgada. Así, proceso equivale a “causa, pleito, litigio,
juicio”. (ob. cit).
La Sala comparte la doctrina aquí examinada y observa que la contención
entre las partes viene dada por la naturaleza de la pretensión ejercida y no por
el evento procesal de la admisión de la demanda.
En virtud de las consideraciones anteriores, se concluye que la demanda de
queja contiene una pretensión que se deduce contra el juez, para que éste
indemnice los daños sufridos. Por tanto, es claro que existe contención en
ambas fases del procedimiento de queja.
La demanda para hacer efectiva la responsabilidad de los jueces, o juicio de
queja, es un procedimiento de una sóla instancia y cuya decisión está en
126 JUAN RAFAEL PERDOMO

manos de un tribunal de superior jerarquía al juez demandado y es susceptible


de ser impugnada en casación, en conformidad con lo establecido en el
último aparte del artículo 849 del Código de Procedimiento Civil, siempre
que en el trámite no hayan intervenido Magistrados del Tribunal Supremo
de Justicia.

a) Concepto de recurso de casación


Se entiende que el Recurso de Casación es una petición extraordinaria de
impugnación que da inicio a un proceso incidental, con procedimiento propio,
dirigido a establecer la nulidad de una decisión judicial contraria a derecho.
Se caracteriza por ser de interés público, de carácter extraordinario, limitado
y rigurosamente formal. Dos de las finalidades de la interposición de tal recurso,
son precisamente el control de legalidad del fallo recurrido y la unificación de
la jurisprudencia como garantía de seguridad jurídica.

b) Revisión jurisprudencial sobre la queja


Con fundamento en los principios de rango constitucional y de carácter legal,
la Sala se ve en la necesidad de revisar la jurisprudencia sobre la materia y
considerar que la decisión en la cual se declara la inadmisibilidad de una
demanda por responsabilidad civil de un juez, equivale a una negativa de
admisión de la demanda, la cual, en el procedimiento ordinario, en conformidad
con el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, es recurrible mediante
el recurso ordinario de apelación, que debe ser oído de inmediato y en ambos
efectos, y tiene casación, siempre que cumpla con los requisitos de ley.
Al respecto, la Sala de Casación Civil en sentencia de fecha 16 de marzo de
1988, se pronunció en los siguientes términos: “... si la demanda no es
admitida, el gravamen será definitivo, y el recurso deberá oírse libremente,
tal como lo prescribe el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil,
lo cual hace igualmente admisible de inmediato el Recurso extraordinario
de Casación”.

c) Cambio de doctrina
Ahora bien, como la queja se tramita en única instancia, la decisión que inadmite
la demanda no tiene apelación, quedando abierta, como única vía de
impugnación, la casación.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 127

En consecuencia de lo anteriormente expuesto, la decisión que declare


inadmisible la queja, se equipara a la negativa de admisión de la demanda. Si
bien es cierto que cuando se admita la acción de queja no tiene recurso de
inmediato, la declaratoria de inadmisibilidad de dicha pretensión constituye
una decisión interlocutoria que pone fin al procedimiento, con carácter de
cosa juzgada, por tanto, la decisión puede ser impugnada de inmediato por el
querellante, a quien le perjudica, a través del recurso extraordinario de casación,
si hubiere lugar a ello, conforme a lo establecido en el artículo 312 del Código
de Procedimiento Civil.
Con esta decisión, la Sala de Casación Social se aparta del criterio seguido
por la Sala de Casación Civil, en relación con este asunto y queda así
interpretado el único aparte del artículo 849 del Código de Procedimiento
Civil, acorde con los principios constitucionales que rigen el debido proceso.
Por todos los argumentos anteriormente expuestos y en aplicación del artículo
312 del Código de Procedimiento Civil en concordancia con el único aparte
del artículo 849 eiusdem, contra el fallo recurrido es admisible el recurso de
casación y, en consecuencia, el recurso de hecho interpuesto es procedente y
así se declara.

3.3. Admisibilidad del recurso de casación contra las sentencias definitivas


formales

Recurso de Hecho
Partes: Ubaldo Fidel González Blanco contra Panasonic
Corporación Venezolana S.A.
Auto: N° 280 de 02­05­02. Exp. 02­015
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
La doctrina vigente de la Sala, admite el anuncio inmediato del recurso de
casación contra las interlocutorias denominadas “definitivas formales”,
entendiendo por tales las que son dictadas en la oportunidad de la definitiva
de la última instancia, ya sustanciado el proceso en su conjunto y que no
deciden la controversia, sino que reponen la causa anulando la sentencia de
fondo dictada en el primer grado.
En el caso, aunque no es exacto afirmar que la decisión recurrida ha sido
dictada en la oportunidad de la definitiva, porque conforme al efecto de la
128 JUAN RAFAEL PERDOMO

decisión que casó la interlocutoria anterior, el Superior del reenvío resolvió


únicamente lo relativo a la incidencia, concluyendo en la citada orden de
reposición, la situación se asimila ciertamente a aquella, y dado que tiene la
consecuencia de anular el fallo de fondo dictado en la primera instancia,
concurre aquí la misma ratio iuris para la admisibilidad en esta oportunidad
del recurso de casación, como será ordenado en el dispositivo de este fallo.
Así se decide.

3.4. Inadmisibilidad del recurso de casación contra sentencias de


reposición

Recurso de Casación
Partes: Jesús Alberto Martínez Navarro contra la Alcaldía
del Municipio Andrés Mata del Estado Sucre
Sentencia: N° 313 de 28­05­02. Exp. 02­054
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros beneficios
derivados de la relación de trabajo
La jurisprudencia patria ha considerado que es admisible en forma inmediata
el recurso de casación propuesto contra las sentencias definitivas formales,
es decir, contra el fallo dictado por el Tribunal de alzada al momento de decidir
sobre el fondo de la controversia y mediante la cual acuerda la reposición de
la causa. Sin embargo, si la sentencia del Tribunal Superior confirma la
sentencia dictada por el Juzgado a­quo que repuso el juicio al estado de que
se realice nuevamente un acto de procedimiento, es inadmisible en forma
inmediata el recurso de casación.

3.5. Admisibilidad del recurso de casación ejercido contra las sentencias


de última instancia que pongan fin a los juicios de disolución de los
sindicatos

Recurso de Hecho
Partes: Aeropostal Alas de Venezuela C.A., contra la
Organización Sindical Línea Aérea Aeropostal
(O.S.L.A.A.)
Auto: N° 451 de 18­07­02. Exp. 02­277
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 129

Motivo: Disolución de sindicato


Normas citadas: LOT: artículos 123 y 462; CPC: artículo 312,
ordinal 2°
No puede considerarse que por establecer el artículo 462 de la Ley Orgánica
del Trabajo que la proposición de la solicitud de disolución de sindicatos se
hace ante el Tribunal de Primera Instancia del Trabajo y que dicha decisión
es apelable ante el Juzgado Superior, sin hacer mención alguna del ejercicio
del Recurso de Casación, el legislador laboral negó el ejercicio de tal recurso
extraordinario en los procedimientos de disolución de organizaciones sindicales;
pues tal limitación debe ser expresa, tal y como es prevista respecto de los
juicios de calificación de despido, en los cuales el artículo 123 de la Ley
Orgánica del Trabajo establece que contra las decisiones dictadas por el
Tribunal Superior del Trabajo en materia de calificación de despido no se
concederá Recurso de Casación. Entonces, por argumento a contrario sensu
debe concluirse que es admisible el Recurso de Casación ejercido contra las
sentencias de última instancia que pongan fin a los juicios de disolución de
sindicato si estuviesen estimados en más de tres millones de bolívares (Bs.
3.000.000,00), no sólo porque no está prohibida expresamente su interposición
sino porque tales sentencias están comprendidas en el supuesto previsto en el
artículo 312, numeral 2° del Código de Procedimiento Civil.

4. SENTENCIAS INTERLOCUTORIAS NO RECURRIBLES


CONFORME A LA LEY ORGÁNICA PROCESAL DEL TRABAJO

4.1. Inadmisibilidad del recurso de casación contra autos dictados en


ejecución de sentencia

Recurso de Casación
Partes: Ángel Leopoldo Rodríguez Ochoa y otros contra
Hoteles Neospartanos, C.A. (Hotel Margarita
Concorde)
Sentencia: N° 460 de 24­05­04. Exp. 04­296
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
laborales
Normas citadas: LOPT: artículo 167; CPC: artículo 312 ordinal 3º
130 JUAN RAFAEL PERDOMO

La Sala de Casación Social en ejercicio de la facultad para dictaminar en


definitiva sobre la admisibilidad del recurso de casación, observa:
En el caso de autos, la decisión contra la cual se anunció y formalizó
oportunamente recurso extraordinario de casación, se trata de un auto dictado
en ejecución de sentencia.
En relación con las decisiones en materia laboral recurribles en casación, la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en su artículo 167, dispone que:
“El Recurso de Casación puede proponerse:
1. Contra las sentencias de segunda instancia que pongan fin al
proceso, cuyo interés principal exceda de tres mil unidades
tributarias (3.000 U.T.).
2. Contra los laudos arbitrales, cuando el interés principal de la
controversia exceda de tres mil unidades tributarias (3.000 U.T.).
Al proponerse el recurso contra la sentencia que puso fin al juicio,
quedan comprendidas en él las interlocutorias que hubieren producido
un gravamen no reparado por ella”.
Se desprende de la citada norma, que el legislador se aparta del contenido del
ordinal 3º del artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, que establece
que el recurso de casación puede proponerse contra los autos dictados en
ejecución de sentencia, pero sólo en dos casos excepcionales: a) cuando
resuelvan puntos esenciales no controvertidos en el juicio ni decididos en él,
o; b) cuando provean contra lo ejecutoriado o lo modifican de manera sustancial.
En el caso bajo decisión, la Sala de Casación Social conoce de los recursos de
casación propuestos contra el fallo dictado por el Juzgado Primero Superior del
Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Nueva Esparta, en fecha 25
de febrero de 2004, que declaró sin lugar el recurso de apelación interpuesto
por el perito valuador designado en la presente causa, ciudadano César Arturo
Domínguez Moreno, a la cual se adhirió la parte actora, el cual modificó, en
parte, primero, el auto dictado por el Juzgado de Primera Instancia Agrario, del
Tránsito y del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Nueva Esparta,
en fecha 4 de junio de 1997, que estableció que el Tribunal de la causa debió
fijar la forma de pago de los honorarios del referido perito, y no dejarlo a su
arbitrio, para que una vez cumplido su trabajo, la parte interesada consignara
los derechos previamente establecidos por el Juez, por constituir un gasto de
procedimiento establecido judicialmente, desechando el razonamiento del Tribunal
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 131

de Primera Instancia que expresó que los emolumentos de los peritos corren
por cuenta del Estado; y segundo, se modificó el aparte octavo de la decisión
dictada el 15 de febrero de 1996, por el Juzgado Segundo de Primera Instancia
en lo Civil, Mercantil, Agrario, del Tránsito y del Trabajo de la citada
Circunscripción Judicial, porque la parte demandada había cumplido
completamente con el pago de lo condenado, ambos autos dictados en etapa de
ejecución de sentencia, dentro del juicio seguido por los ciudadanos Ángel
Leopoldo Rodríguez Ochoa, Andrés Jesús Carrasquero Gómez y José Alejandro
Castro, contra Hoteles Neospartanos, C.A., (Hotel Margarita Concorde), por
cobro de prestaciones sociales y otros conceptos laborales, que fue conocido y
decidido por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil,
Agrario, del Tránsito y del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado
Nueva Esparta, y confirmada la sentencia definitiva por el Tribunal Superior del
Trabajo de la citada Circunscripción Judicial, la cual quedó firme.
En consecuencia, al no estar prevista expresamente en el artículo 167 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, la petición extraordinaria de impugnación
contra los autos dictados en ejecución de sentencia, resulta inadmisible el
recurso de casación presentado. Así se decide.

4.2. Se niega la solicitud de nulidad y reposición de la causa que se


encuentra en estado de ejecución. Responsabilidad de las partes

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: José Antonio Carreras Ortiz contra la sociedad
mercantil Televisión de Margarita, C.A.
(Telecaribe)
Sentencia: N° 527 de 04­06­04. Exp. 04­177
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
laborales
Normas citadas: LOPT: artículos 48 y 173
Vista la diligencia presentada en fecha 4 de mayo de 2004 por la representación
de la parte demandada en el procedimiento que por cobro de prestaciones
sociales y otros conceptos laborales sigue el ciudadano JOSÉ ANTONIO
CARRERAS ORTIZ, contra la sociedad mercantil TELEVISIÓN DE
MARGARITA, C.A. (TELECARIBE), en la cual después de su
132 JUAN RAFAEL PERDOMO

incomparecencia a la audiencia oral, pública y contradictoria solicita la


reposición de la causa al estado de notificar a la Procuraduría General de la
República, esta Sala ratifica que de conformidad con lo previsto en el artículo
173 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y el contenido del Acta de fecha
27 de abril de 2004, se declaró desistido el recurso de casación interpuesto
contra la sentencia de fecha 9 de febrero de 2004, dictada por el Juzgado
Primero Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Nueva
Esparta.
En el caso concreto el recurso fue admitido y formalizado y en la oportunidad
legal la Sala de Casación Social declaró desistido el recurso, razón por la cual
la sentencia de segunda instancia quedó firme. La recurrente, después de
declarado desistido el recurso en el acta levantada en la oportunidad de la
celebración de la audiencia oral y pública, formula su solicitud de reposición,
la cual es manifiestamente inadmisible por extemporánea, porque el juicio ya
se encontraba en estado de ejecución, y es pacífica la doctrina de esta Sala
que niega la nulidad y reposición de la causa que se encuentra en ejecución al
estado o fase anterior de cognición, porque tal decisión afectaría la cosa
juzgada que emana de la sentencia.
Por los motivos anteriormente indicados, resulta necesario concluir que, de
acuerdo con la doctrina de esta Sala, es inadmisible la solicitud de reposición
interpuesta, y así se declara.
Se le recuerda a los recurrentes que el artículo 48 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, establece que las partes, sus apoderados o terceros que actúen
en el proceso con temeridad o mala fe, son responsables por los daños y
perjuicios que causaren, lo cual puede ser apreciado y sancionado de oficio
por el Juez.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 133

5. TRÁMITE DEL RECURSO

5.1. Anuncio. Tempestividad del recurso de casación anunciado después


de pronunciado el fallo de la Alzada y antes de concluir el lapso para
decidir

Recurso de Hecho
Partes: Rafael Aníbal Rivas Estaba contra la sociedad
mercantil Compañía Anónima para el Desarrollo
de la Zona Turística De Oriente (CAZTOR)
Auto: N° 281 de 02­05­02. Exp. 02­088
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 160 de 1° de
junio de 2000 (caso: Jesús Ramón Valero Ibarra
contra los ciudadanos Jesús Javier Valero Viloria,
Gladys Pérez Ramírez, Hernán Pérez Ramírez,
Pedro Pérez Ramírez y el Instituto Agrario
Nacional)
Normas citadas: CPC: artículos 198, 206, 257 y 521; CRBV: artículo
257
Considera la Sala que a los fines de la justicia es más cercana la posición
sostenida por parte de la doctrina patria, que considera válido el recurso ejercido
después de pronunciado el fallo y con antelación al inicio del lapso para recurrir.
En este sentido ha expuesto el Dr. Arístides Rengel­Romberg:
“Si bien el término comienza a contarse al día siguiente de la publicación
de la sentencia, se admite que pueda proponerse la apelación el mismo
día, inmediatamente después del fallo (apelación inmediata), sin que
pueda considerarse en este caso que hay apelación anticipada, pues
ésta es la que se interpone antes de haberse pronunciado la decisión,
para el caso de que el Juez no resuelva favora­blemente; la cual
evidentemente no tiene valor alguno”. (Tratado de Derecho Procesal
Civil Venezolano. Tomo II. Ex Libris. Caracas 1991. p. 403).
Similar posición sostiene el Dr. Ricardo Henríquez La Roche, al comentar en el
artículo 198 del Código Adjetivo en el tomo II de su obra Código de Procedimiento
134 JUAN RAFAEL PERDOMO

Civil, fundamentando la posibilidad de ejercer los recursos después de la


publicación del fallo y antes de iniciarse el término del recurso, en la naturaleza
meramente instrumental de las normas procesales, naturaleza instrumental que
en el ordenamiento venezolano ha sido establecida en el artículo 206 del Código
de Procedimiento Civil vigente, que señala que aún cuando existan faltas que
vicien cualquier acto procesal, en ningún caso se declarará la nulidad si el
acto ha alcanzado el fin al cual estaba destinado.
Este carácter finalista de las normas procesales adquiere carácter
constitucional con la promulgación de la Constitución ­artículo 257­ (...) “El
proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia.
Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia
de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público. No se
sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales”.
Finalmente, argumenta el autor citado, el ejercicio de la apelación no es
desnaturalizado cuando se ejerza con antelación al inicio del lapso, pues se
está manifestando claramente la intención de la parte de alzarse contra el
fallo impugnado.
Entonces, si el gravamen a la parte es causado por la sentencia, su interés de
impugnarla surge con la publicación de la misma, o con el conocimiento que
tiene de ella al serle notificada, y por tanto resulta válido que a partir de dicho
momento manifieste su intención de recurrir, y ello no causa ningún perjuicio
a la contraparte y no puede ser declarada la nulidad de ningún acto si este no
ha causado ningún perjuicio, debiéndose evitar la reposición inútil.
La exigencia del Código de Procedimiento Civil de que antes de comenzar el
cómputo del término para el ejercicio de los recursos de apelación y de
casación, debe dejarse transcurrir íntegramente el lapso que otorga la ley al
Juez para sentenciar, aunque se haya decidido dentro del lapso respectivo
(artículos 515 y 521), y notificarse a ambas partes del fallo si este fuere
pronunciado después de vencido el lapso de la ley para dictar la sentencia
(artículo 251), no tiene como finalidad impedir o diferir el ejercicio de los
recursos hasta que se cumplan con dichos extremos, sino otorgar una garantía
de seguridad a las partes, impidiendo que el Juez admita o niegue el recurso
ejercido antes del vencimiento del lapso para sentenciar o de notificación, en
perjuicio y sorpresa de la otra parte.
Estableció esta Sala en fallo de fecha 1º de junio de 2000:
“Siendo así, estima esta Sala de Casación Social que cuando el referido
medio ordinario se interpone inmediatamente después de pronun­ciada
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 135

la decisión que se quiere atacar a través de dicho medio de impugnación,


debe resultar tempestivo, aún y cuando habiéndose dictado la referida
sentencia no haya fenecido el lapso para sentenciar o cuando la misma
sea dictada fuera del lapso legal o de su único auto de diferimiento y no
se hayan notificado a todas las partes del juicio, ello en razón de que
con dicha actuación la parte está manifestando su desacuerdo y tal
manifestación es posible únicamente a través de dicho medio de
impugnación”.
(…). “Este criterio resulta también aplicable al recurso extraordinario
de casación, ello, como antes se estableció en resguardo del derecho a
la defensa de las partes en el proceso”.
Asentado lo anterior, la Sala observa que el lapso de diez (10) días para ejercer
el recurso de casación contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior (...),
de acuerdo con lo previsto en el artículo 314 del Código de Procedimiento Civil,
se inició el 8 de enero de 2002; sin embargo, y de conformidad con lo ya
expuesto, es válido el anuncio del recurso de casación hecho por la parte
demandada el 5 de diciembre de 2001, fecha posterior al 4 de diciembre en que
se produjo el pronunciamiento del fallo por el Tribunal de la alzada.

5.2. Admisión del recurso de casación


5.2.1. Recurso de Hecho. Diferencia entre los recursos de
hecho previstos en los artículos 305 y 316 del Código
de Procedimiento Civil

Recurso de Hecho
Partes: Luisa Magaly Zapata Colina contra la sociedad
mercantil Construcciones Soares Da Costa y
Asociados (SOLUSO), S.A.
Auto: N° 18 de 24­02­00. Exp. 00­014
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículos 305 y 316
En nuestro ordenamiento jurídico existen dos categorías de recurso de hecho,
el establecido en el artículo 305 del Código de Procedimiento Civil y por otra
parte, el que dispone el artículo 316 del citado Código.
A este respecto, señala el artículo 305 eiusdem, lo siguiente:
136 JUAN RAFAEL PERDOMO

“Negada la apelación, o admitida en un solo efecto, la parte podrá


recurrir de hecho, dentro de cinco días, más el término de la distancia,
al Tribunal de alzada, solicitando que se ordene oír la apelación o que
se la admita en ambos efectos y acompañará copia de las actas del
expediente que crea conducentes y de las que indique el Juez si éste
lo dispone así. También se acompañará copia de los documentos o
actas que indique la parte contraria, costeándolos ella misma. El auto
que niegue la apelación o la admita en un solo efecto, fijará el término
de la distancia, si fuere procedente, a los efectos del recurso de
hecho”.
De acuerdo con lo establecido en el Código de Procedimiento Civil, el recurso
de hecho constituye el medio o garantía del derecho a la defensa, que tiene el
interesado para impugnar el auto del Tribunal, con el fin de dejarlo sin efecto,
al haber ejercido el recurso de apelación (artículo 305) o de casación (artículo
316), el cual, en el primero de los casos, es contra el auto que declaró
inadmisible la apelación o la admitió sólo en el efecto devolutivo. El apelante
interpondrá dicho recurso ante el juez de alzada, solicitando que se ordene oír
la apelación o admita en ambos efectos, de conformidad con el artículo 305
del Código antes citado.
En el caso de autos, no corresponde a esta Sala conocer sobre el recurso de
hecho propuesto por la demandante, contra la falta de pronunciamiento del
Juez de Primera Instancia en relación con la apelación y la inhibición
interpuesta, sino que, por expresa aplicación del artículo 305 eiusdem, deberá
conocer y decidir el presente recurso, el Juez Superior de la referida
Circunscripción Judicial.
Considera esta Sala, que debe tenerse como fecha de presentación del recurso
de hecho, aquella en que fue recibido por esta Sala, todo ello, para proteger el
derecho a la defensa de la parte.
Por los razonamientos anteriormente expuestos, se ordena remitir el presente
expediente al Juzgado Superior Distribuidor del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, a los fines que resuelva el recurso
de hecho aquí planteado. Así se decide.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 137

5.2.2. Formalización cuando no hay pronunciamiento oportuno


sobre la admisión o negativa del recurso de casación

Recurso de Casación
Partes: Ramón Puinche Lobo y otros contra la sociedad
mercantil C.A. Embotelladora Caracas
Sentencia: N° 419 de 04­07­02. Exp. 02­307
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
El recurrente ante la omisión de pronunciamiento del referido Juzgado, tenía
la carga procesal de comparecer directamente ante este alto Tribunal para
presentar el escrito de formalización y pedirle a la Sala que requiriese el
expediente, se pronunciara sobre la admisibilidad o no del recurso e impusiera
la multa de Ley, pero no lo hizo y si bien es cierto que el Tribunal de alzada no
se pronunció oportunamente sobre el anuncio interpuesto, no es menos cierto
que esa irregularidad no le cercenó la posibilidad de formalizar el recurso y
por ello no puede esta Sala examinar la formalización presentada, porque el
plazo se computa a partir del vencimiento de los diez días que se dan para el
anuncio y no a partir de la admisión y nada le impedía presentar su
formalización directamente ante este máximo Tribunal.

6. FINES ESENCIALES DEL RECURSO DE CASACIÓN

Recurso de Casación
Partes: María Alcira Gutiérrez viuda de Durán contra la
sociedad mercantil Emegas C.A.
Sentencia: N° 796 de 16­12­03. Exp. 02­623
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOPT: artículo 177; CPC: artículos 313 y 321
Los fines esenciales del recurso de casación son mantener la uniformidad de
la jurisprudencia y la integridad de la legislación, en conformidad con lo
dispuesto en el artículo 321 del Código de Procedimiento Civil, que establece
que los jueces deben procurar acoger la doctrina establecida por la Sala de
Casación, en tanto sea aplicable a casos análogos, lo cual no resulta obligatorio,
en el régimen anterior, pues en lo sucesivo los jueces tendrán el deber de
138 JUAN RAFAEL PERDOMO

acoger la doctrina de casación establecida en casos análogos, en conformidad


con lo dispuesto en el artículo 177 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.
Por tal razón, es que el no seguir el criterio asentado por las Salas de este
Tribunal Supremo de Justicia, en casos distintos a aquellos en que recaen
directamente las sentencias, no es considerado entre los supuestos de
procedencia del recurso de casación previstos en los dos ordinales del artículo
313 del Código de Procedimiento Civil.
CAPÍTULO VI
CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMAS
PROCESALES EN MENOSCABO DEL DERECHO
A LA DEFENSA

1. QUEBRANTAMIENTO DEL DERECHO A LA DEFENSA.


MATERIA DE ORDEN PÚBLICO

Recurso de Casación
Partes: Francisco Rodríguez Dos Santos contra la sociedad
mercantil Bar Restaurant Azul S.R.L.
Sentencia: N° 34 de 09­03­00. Exp. 99­677
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
Normas citadas: CPC: artículos 208, 272 y 291
El Tribunal de alzada cometió un grave error de procedimiento al decidir por
segunda vez la apelación interpuesta, contra la sentencia interlocutoria del
Tribunal de Primera Instancia que declaró extinguido el juicio por falta de
corrección de los defectos señalados en el libelo, en lugar de advertir cuál era
el auto apelado y que la demandada había hecho valer nuevamente la apelación
de la sentencia interlocutoria junto con la apelación de la sentencia definitiva,
por lo que debía producirse la acumulación de las dos para que una misma
sentencia abrazara ambos recursos. La Alzada ha debido declarar la nulidad
y reposición de la causa al estado en que el Tribunal de Primera Instancia, se
pronunciara sobre la admisibilidad o no de la apelación interpuesta contra la
sentencia definitiva, porque la falta de apelación de ésta extingue la apelación
140 JUAN RAFAEL PERDOMO

de la interlocutoria no decidida y haría inoficioso cualquier decisión al respecto


y, en el otro supuesto, la admisión de la apelación contra la definitiva, si es el
caso, hace tramitar acumulada la apelación de la interlocutoria, para que el
mismo pronunciamiento ­como ya se explicó­ comprenda ambos recursos, en
aplicación de los artículos 208 y 291 del Código de Procedimiento Civil.
Por los motivos anteriormente indicados, considera la Sala que el Tribunal
Superior al dictar su decisión menoscabó el derecho a la defensa del recurrente,
por infracción de los artículos 208, 272 y 291 del Código de Procedimiento
Civil, razón por la cual casa de oficio la sentencia impugnada.

2. FALTA DE NOTIFICACIÓN A LAS PARTES SOBRE EL


AVOCAMIENTO DEL JUEZ, NO ALEGADA OPORTU-
NAMENTE

Recurso de Casación
Partes: Emperatriz Rey Cárdenas y otros contra Gerson
Alí Contreras Pabón y otros
Sentencia: N° 390 de 21­09­00. Exp. 99­078
Motivo: Partición
Norma citada: CPC: artículos 14, 82, 90, primer aparte, 118, 233,
251, 514 y 521
Respecto a la falta de notificación al propio recurrente del avocamiento del
Juez accidental en el Tribunal Superior, la Sala observa que, de una interpretación
concatenada de los artículos 14, 233 y 251 del Código de Procedimiento Civil,
se desprende que cuando la causa se encuentra paralizada en estado de dictar
la sentencia correspondiente y por cualquier motivo ocurre la falta absoluta,
temporal o accidental del Juez ante quien las partes presentaron los informes,
o cuando se constituyan Tribunales Accidentales para conocer y decidir veinte
(20) causas, el nuevo Juez debe notificar a las partes del evento procesal de
su avocamiento al conocimiento del asunto.
Cumplida dicha notificación comenzarán a correr los lapsos para que las partes
ejerzan su derecho de recusar al nuevo Juez o de solicitar la constitución del
Tribunal con Jueces asociados, de conformidad con las disposiciones
contempladas en el artículo 90, primer aparte, y 118, ambos del Código de
Procedimiento Civil. Igualmente, a partir de la notificación a las partes del
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 141

avocamiento del nuevo Juez comienza a correr el lapso para que el sentenciador
dicte un auto para mejor proveer, si lo considera pertinente, y pronuncie la
sentencia correspondiente, conforme a las reglas previstas en los artículos
514 y 521 eiusdem.
Si bien es reprobable la conducta del Juez accidental que se avocó al
conocimiento y decisión de la causa y sin haber notificado a todas las partes
de tal circunstancia dictó la sentencia definitiva, la misma no puede conllevar
la declaratoria de nulidad del fallo recurrido por haberse violentado el derecho
a la defensa del formalizante; pues, éste no manifestó en ningún momento, ni
ante el Juzgado Superior ni al formalizar el recurso de casación, que hubiera
operado alguna de las causales previstas en el artículo 82 del Código de
Procedimiento Civil, y que implicara la posibilidad de recusación del
sentenciador. Tampoco precisó la parte formalizante que hubiera tenido la
intención de constituir el Tribunal con Asociados en la Alzada.
Entonces, si no se le violentó a la parte codemandada­formalizante su derecho
a recusar al Juez que se avocó a dictar la sentencia, ni su derecho de constituir
el Tribunal con Asociados, es forzoso para esta Sala de Casación Social
desestimar la presente denuncia.

3. PARTE DEMANDANTE REPRESENTADA O ASISTIDA POR


ABOGADO. NO APLICABILIDAD DEL ARTÍCULO 63 DE LA
LEY ORGÁNICA DE TRIBUNALES Y DE PROCEDIMIENTO
DEL TRABAJO. OBLIGACIONES DEL DEMANDANTE DE
SUBSANAR DEBIDAMENTE LOS DEFECTOS DEL LIBELO

Recurso de Casación
Partes: Omar Enrique Petit Da Costa contra la empresa
Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima
(PDVSA)
Sentencia: N° 184 de 26­07­01. Exp. 01­095
Motivo: Cobro de diferencia en prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: 313 ordinal 1°, 350 y 352; LOTPT: artículos
63, 64, 65 y 68; CRBV: artículos 2, 26, 49, 89, 92 y
257
(…) Sustenta el formalizante su imputación en la infracción del artículo 63 de
la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo que dispone:
142 JUAN RAFAEL PERDOMO

Tanto si la demanda es escrita, como si es oral, pero siempre que el actor no


esté asesorado o representado por Abogado o Procurador, el Juez, sin avanzar
opinión, debe interrogar al demandante para completar la demanda, si ello
fuere necesario con el objeto de que la demanda contenga todos los datos
necesarios, conforme a lo dispuesto en los artículos 57 y 58 de la presente ley.
A pesar de la opinión del recurrente, considera la Sala que no puede aplicarse
por analogía dicha regla al supuesto de que un demandante, representado o
asistido por abogado presente la demanda, entre otros motivos, por dos
fundamentales:
En primer término, la razón de ser de la norma es proporcionar ayuda jurídica
al trabajador que no puede contratar los servicios de un profesional del derecho,
lo cual queda descartado cuando la presencia del abogado, asegura, o debería
asegurar la correcta defensa del trabajador. Pensar lo contrario no sólo conduce
a interpretar erradamente la norma, sino que se dirige a asignarle al juez
deberes no establecidos por la ley que resultarían en detrimento del
cumplimiento de sus verdaderas obligaciones.
Segundo, los artículos 64 y 65 de la Ley Orgánica de Tribunales y de
Procedimiento del Trabajo se refieren a las excepciones dilatorias y de
inadmisibilidad, que corresponden hoy a las cuestiones previas del artículo
346 del Código de Procedimiento Civil, y es carga del demandado oponer
cualquier defecto de forma que observe en la demanda, que no puede asumir
el juez del trabajo sin subvertir el orden procesal.
Por consiguiente, el supuesto del artículo 63 de la Ley Orgánica de Tribunales
y de Procedimiento del Trabajo, en virtud del cual el Juez de la causa debe
corregir la demanda presentada, no es aplicable al caso de autos, en el cual el
trabajador estaba adecuadamente representado por abogados.
Al respecto sostuvo el recurrente que la disposición legal exime de este deber
al Juez cuando el actor esté asesorado por abogado o procurador, y que esta
excepción es nula por inconstitucional porque está en contradicción con el
derecho al debido proceso, consagrado por la Constitución en el artículo 49,
cuyo numeral 1° incluye entre los requisitos para que haya un proceso debido,
la asistencia jurídica llamada por la doctrina “defensa técnica” o “asistencia
de letrado”. En consecuencia el juez está obligado a exigir la existencia de
abogado en la presentación de la demanda y, estando él presente, proceder al
interrogatorio, si fuere necesario para completar la demanda.
La obligación constitucional del Juez se centra en exigir la “asistencia de
letrado”, término de rancia prosapia, que resultó cumplido a plenitud en el
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 143

presente juicio, no obstante que luego de opuestas las cuestiones previas,


éstas no hubiesen sido correctamente subsanadas.

Obligaciones del demandante de subsanar debidamente los defectos


del libelo
(…) en su correcta caracterización de imputación de quebrantamiento de
formas procesales de rango constitucional, lo planteado afecta el orden público,
por lo cual a pesar del error en el encuadramiento como infracción de ley,
pasa la Sala a examinar lo denunciado:
Subraya el formalizante, entre otros argumentos, que la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela concibe el proceso como un mero
instrumento para la realización de la justicia. Establece el artículo 257 del
texto constitucional:
“El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización
de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación,
uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento
breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de
formalidades no esenciales”.
En realidad, no se trata de un “mero instrumento” para la realización de la
justicia, sino del “instrumento esencial”. Es el instrumento esencial porque
de la bilateralidad del proceso debe surgir la justa resolución de la controversia
sometida a la jurisdicción. Por esto el artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela garantiza el debido proceso legal a ambas
partes en conflicto; de ahí las limitaciones a las actuaciones de las partes, los
lapsos preclusivos, dirigidos a garantizar la igualdad de oportunidades, es decir,
el equilibrio procesal.
El demandante tiene dos oportunidades para subsanar las cuestiones previas
opuestas, una voluntaria, y la segunda obligatoria, cuya omisión es sancionada
con la extinción del proceso, pues así como el demandante tiene el derecho a
exponer su petición, de existir errores en el documento que la contiene, que
puedan limitar las oportunidades de defensa, el demandado tiene el derecho a
que sean corregidos en esa oportunidad, no como pretende el formalizante,
en cualquier oportunidad posterior, incluso luego de pronunciada la sentencia
definitiva, con una experticia complementaria del fallo.
Por otra parte, si se permite que en esa oportunidad de la subsanación voluntaria,
o forzada por haberse declarado procedente la cuestión previa de defecto de
144 JUAN RAFAEL PERDOMO

forma de la demanda, el demandante reforme el escrito en otros puntos o


cuestiones diferentes a aquellos que el Juez ordenó rectificar, se estarían
limitando las oportunidades de defensa del demandado, pues a esa nueva
demanda no podría oponerle cuestiones previas, y sólo tendría cinco días para
preparar su defensa de fondo a la nueva demanda, en lugar de los veinte que
se otorgan para la contestación, sin necesidad de nueva citación, en el caso
de la reforma voluntaria del libelo antes de la contestación.
En conclusión, es correcta la decisión de Alzada, al declarar la extinción del
proceso, por haber reformado el demandante la demanda, en la cuantía de
sus pretensiones, en lugar de limitarse a cumplir con la orden del Juez, de
subsanar los defectos de forma de la demanda.

4. REPOSICIÓN MAL DECRETADA. INDEFENSIÓN

Recurso de Casación
Partes: José Antonio Ibarra y otros contra el Instituto de
Aseo Urbano para el Área Metropolitana de
Caracas (IMAU)
Sentencia: N° 006 de 23­01­03. Exp. 02­266
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Normas citadas: LOPT: artículo 49; CPC: artículo 146; CRBV:
artículo 26
En conformidad con el artículo 4º del Código Civil, a la ley debe atribuírsele el
sentido que aparece evidente del significado propio de las palabras, según la
conexión de ellas entre sí y la intención del legislador, y de la interpretación
gramatical del artículo 49 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, resulta
que dos o más personas pueden litigar en un mismo proceso, activa o
pasivamente, siempre que sus pretensiones sean conexas, o cuando la
sentencia a dictar pudiera afectar a la otra. Además, también establece el
artículo que varios trabajadores pueden demandar sus derechos y prestaciones
sociales, en un mismo libelo y a un mismo patrono, porque la Ley ­acogiendo
la solución jurisprudencial­ expresamente lo autoriza y la intención del legislador,
conforme con el sentido de justicia de la Constitución, es garantizar el acceso
a la justicia del trabajador como débil jurídico en la relación obrero­patronal.
En este sentido hay que precisar que el régimen sobre conexión de
pretensiones en la Nueva Ley Orgánica Procesal del Trabajo es diferente
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 145

al de Derecho común y ahora se permite expresamente que varios


trabajadores puedan demandar sus derechos y prestaciones sociales, en un
mismo libelo y a un mismo patrono, lo que sin duda alguna es una norma
especial y cuando la Ley especial tiene una previsión legal concreta para
regular el supuesto de hecho examinado, esa es la norma jurídica aplicable.
Sólo ante la ausencia absoluta de previsión legal en la legislación especial
sobre un supuesto concreto, se puede aplicar el Derecho común que está
excluido en este caso por las normas especiales del proceso laboral. Además
son principios generales relativos a la aplicación de la ley que la ley especial
excluye a la ley general, que la ley posterior excluye a la anterior, que la ley
orgánica excluye a la ordinaria y, en materia procesal laboral, la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo es especial, posterior y orgánica, de forma tal que la
existencia de una norma jurídica concreta en la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo sobre conexión de pretensiones, excluye la aplicación de la norma
general sobre conexión de pretensiones contenida en el artículo 146 del
Código de Procedimiento Civil.
En todo caso siempre queda a salvo el derecho de la parte demandada, si
consideraba que no había conexidad laboral, de oponer la correspondiente
cuestión previa por inepta acumulación de pretensiones, con fundamento
en el artículo 346 ordinal 6º del Código de Procedimiento Civil, so pena de
preclusión, y al no hacerlo la causa debe continuar su curso con las
pretensiones acumuladas hasta sentencia definitiva, en tanto entra en vigencia
plena la Ley, pues una vez vigente, tal incidente será resuelto en la audiencia
preliminar, por los Tribunales de Sustanciación, Mediación y Ejecución del
Trabajo.
Por todo ello la nulidad y reposición decretada por el ad quem deviene en
una reposición inútil, expresamente prohibida por el artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, porque el Juzgado
a quo tendría necesariamente que aplicar el artículo 49 de la Nueva Ley
y admitir otra vez las pretensiones acumuladas por los codemandantes, y
tal circunstancia lleva a este alto Tribunal a estimar que no debe declararse
la nulidad y reposición de la causa fundada en este motivo y debe el Tribunal
de alzada dictar la sentencia definitiva a que haya lugar, razón por la cual
la Sala considera que la decisión impugnada se traduce hoy en un
menoscabo al derecho a la defensa del recurrente, con infracción del
artículo 49 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y de los artículos 15
y 208 del Código de Procedimiento Civil y por ello casa de oficio la sentencia
impugnada.
146 JUAN RAFAEL PERDOMO

5. REPOSICIÓN MAL DECRETADA. CUANDO EL TRIBUNAL


SUPERIOR REPONE LA CAUSA FUNDADO EN QUE EL A QUO
DECLARÓ LA PRESCRIPCIÓN

Recurso de Casación
Partes: Fernando Alonzo Pérez Quintero contra las
sociedades mercantiles Compañía Anónima
Electricidad de Occidente (ELEOCCIDENTE,
C.A.) y Compañía Anónima De Administración y
Fomento Eléctrico (CADAFE)
Sentencia: N° 1449 de 23­11­04. Exp. 04­1107
Motivo: Cobro de indemnización por daño moral, daño
emergente y lucro cesante derivado de accidente
de trabajo
Normas citadas: LOPT: artículos 168 ordinal 1° y 175; CPC:
artículos 15 y 208
En ejercicio de la facultad que confiere el artículo 175 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo de casar de oficio el fallo recurrido con base en las
infracciones de orden público y constitucionales que en ella encontrase, aunque
no se las haya denunciado, la Sala pasa a decidir, sobre la base de las siguientes
consideraciones:
En el caso examinado, el Tribunal de alzada conociendo en apelación de la
sentencia que declaró prescrita la acción y en consecuencia, sin lugar la
demanda, resolvió a fin de “...salvaguardar el principio de la doble
instancia...”, declarar con lugar la apelación de la parte actora, sin lugar la
prescripción y ordenó al Tribunal de Primera Instancia que resulte competente
que decida el fondo del juicio.
La Sala observa que el Tribunal ad quem cometió un grave error al no
pronunciarse sobre las demás cuestiones debatidas en el presente proceso, y
ordenar la reposición de la causa al estado en que el Tribunal a quo decidiera
el mérito del asunto, pero sin advertir que el error cometido por la primera
instancia es una violación de normas sustanciales y su infracción no tenía que
ver con el orden del proceso sino con la resolución de la controversia, por lo
que la Alzada al dictar su decisión debía corregir el error de juzgamiento que
sólo constituía una cuestión de previo pronunciamiento y que lo obligaba también
a resolver en la sentencia, el fondo de la controversia.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 147

En consecuencia, la Sala considera que cuando el Tribunal Superior en la


sentencia recurrida anuló la decisión apelada y repuso la causa a primera
instancia, menoscabó el derecho a la defensa de las partes, en contravención
con lo establecido en los artículos 15 y 208 del Código de Procedimiento Civil,
e incurrió en la infracción contenida en el ordinal 1° del artículo 168 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo.
CAPÍTULO VII
CASACIÓN POR DEFECTOS DE FORMA
DE LA SENTENCIA

1. VICIOS DE LA SENTENCIA
1.1. Vicio de inmotivación en el Código de Procedimiento Civil
1.1.1. En qué consiste la motivación e inmotivación de la
sentencia. Impedimento para que la Sala pueda ejercer
el control de la legalidad del fallo recurrido

Recurso de Casación
Partes: Adolfo Antonio Acosta Moreno, contra la sociedad
mercantil Banco Construcción C.A.
Sentencia: N° 429 de 25­10­00. Exp. 00­055
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
Normas citadas: LOT: artículo 60, literal “g”; CPC: artículos 12
y 13

En qué consiste la motivación e inmotivación de la sentencia


La motivación, ha dicho el Tribunal Supremo, debe estar constituida por las
razones de hecho y de derecho que dan los jueces como fundamento del
dispositivo. Las primeras están formadas por el establecimiento de los hechos
con ajustamiento a las pruebas que los demuestran; y las segundas, la aplicación
a éstas de los preceptos legales y los principios doctrinarios atinentes.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 149

La inmotivación, por el contrario, es el vicio que provoca la omisión de uno de


los requisitos esenciales de la sentencia, que impone el artículo 243 ordinal 4º
del Código de Procedimiento Civil, cuando ordena que todo fallo debe contener
los motivos de hecho y de derecho de la decisión.
Igualmente ha establecido este Tribunal, conforme a su doctrina pacífica y
reiterada, por lo menos desde 1906, que la inmotivación consiste en la falta
absoluta de fundamentos; que los motivos exiguos o escasos, o la motivación
errada no configura el vicio de falta de motivación.
En el caso de autos, la Sala examinó el fallo impugnado y encontró que el
sentenciador de Alzada estableció lo siguiente:
“Sin embargo, el hecho de que el BANCO DE LA CONSTRUCCIÓN
C.A. no aparezca en la sentencia dictada por la Superioridad Penal
como causante de Hecho Ilícito alguno, ello no impide, por vía de
equidad, el que varios de los derechos laborales reclamados, para no
caer en ultrapetita, se deban reconocer hasta la fecha de la Sentencia
que dictó el Sobreseimiento de la Causa, puesto que ese lapso si debe
considerarse, como ya se dijo en esta Sentencia, un impedimento real
para el beneficiario de accionar en procura de la cancelación de sus
derechos laborales. ASí SE DECLARA”.
Como se evidencia de la transcripción anterior y de un examen detenido de la
sentencia impugnada, el sentenciador de Alzada no expresa en su sentencia
materialmente ningún razonamiento de hecho y de derecho que le permita
resolver la controversia planteada de acuerdo con la equidad, entendida ésta
como forma de resolver el conflicto sin atenerse a las normas de derecho en
aplicación del sentido de justicia del juzgador, en conformidad con lo dispuesto
en el artículo 60, literal g) de la Ley Orgánica del Trabajo, en concordancia
con los artículos 12 y 13 del Código de Procedimiento Civil, pues la otra
acepción de equidad, la que le impone al juez el deber de escoger entre varias
interpretaciones posibles, aquella que va orientada por la justicia del caso
concreto, el juez siempre está obligado a emplearla al interpretar la ley.
Tampoco encuentra la Sala que el juez haya expresado en autos los motivos
que sustentan la condena de la demandada al pago de las utilidades y sueldos
causados y no percibidos por el actor desde el 15 de julio de 1985 hasta el 20
de octubre de 1992, ni las razones que soporten la determinación del salario
con base en el cual se deben realizar tales cálculos, mediante experticia
complementaria del fallo y ello impide a la Sala ejercer el control sobre la
legalidad del fallo cuestionado que es la función principal de la Corte de
150 JUAN RAFAEL PERDOMO

Casación, razón por la cual se considera procedente la denuncia presentada,


al incurrir la sentencia impugnada en el vicio de inmotivación, y así se decide.

1.1.2. Carencia de motivos sobre la condena de daño moral

Recurso de Casación
Partes: Pedro Luis Hurtado Maraima y Luisa De Los
Remedios Guillén de Hurtado contra la sociedad
mercantil A. Arreaza Calatrava Sucesor, C.A.
Sentencia: N° 4 de 16­01­02. Exp. 99­515
Motivo: Daños materiales y morales derivados de accidente
de trabajo
En general, la doctrina y jurisprudencia patria han señalado que se debe dejar
al Juez amplias facultades para la apreciación y estimación del daño moral.
Pertenece a la discreción y prudencia del Juez la calificación, extensión y
cuantía de los daños morales.
Igualmente se ha asentado que el Juez para fijar la cuantía de los daños
morales debe tomar en cuenta el grado de educación y cultura del reclamante,
su posición social y económica, así como la participación de la víctima en el
accidente o acto ilícito que causó el daño.
Entonces, la fijación de la cuantía del daño moral por parte del Juez no puede
ser arbitraria, sino que se debe producir atendiendo a las consideraciones
expuestas. Como consecuencia de lo anterior y a los fines de controlar la
legalidad de la fijación hecha por el Juez, éste debe exponer las razones que
justifican su estimación.
De la lectura minuciosa del fallo recurrido no se desprenden las razones que
tuvo el Juez de la alzada para declarar procedente la condena por daño moral,
ni por qué consideró pertinente modificar la sentencia del Tribunal de la causa
fijando en sesenta millones de bolívares (Bs. 60.000.000,00) la indemnización
por daño moral que debe pagar la empresa demandada.
Ahora bien, ha sido reiterada la jurisprudencia que ha indicado que aunque el
Juez no tiene que dar la razón de cada razón expuesta en el fallo, si tiene que
indicar cuales son los motivos en que basa su decisión, pues la sentencia debe
contener en sí misma la prueba de su legalidad, por lo que al no contener la
decisión impugnada motivo alguno que justifique por qué condenó a la
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 151

demandada al pago de sesenta millones de bolívares (Bs. 60.000.000,00) por


concepto de daño moral, debe ser declarada con lugar la presente denuncia.

1.1.3. Omisión de valoración de pruebas por presunta


confesión ficta

Recurso de Casación
Partes: José Loureiro Fernández contra la sociedad
mercantil Materiales Santa Fe C.A.
Sentencia: N° 397 de 27­06­02. Exp. 02­070
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
El sentenciador de Alzada no señala en forma alguna cuál es el salario que
consta de las planillas de liquidación de prestaciones sociales correspondientes
a los años 1994, 1995 y 1996, producidas por la parte demandada y firmadas
por el actor, pese a que declaró conferirles pleno valor probatorio. Por el
contrario, fundado en una presunta confesión ficta estableció que el salario
semanal y diario del actor es el que había alegado éste y no el que consta de
los referidos comprobantes de pago, siendo que la confesión ficta no es una
razón jurídica que exima al sentenciador de su labor de valorar todas cuantas
pruebas se hayan producido, por lo que no expresa su sentencia materialmente
ningún razonamiento que le permita resolver la controversia planteada, al no
dejar establecido cuál es el salario que quedó demostrado con las pruebas
promovidas en el juicio, pues la sentencia impugnada no valoró las referidas
pruebas documentales producidas por la parte demandada y todo ello impide
a la Sala ejercer el control sobre la legalidad del fallo.
152 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.1.4. Motivación acogida por el Juez de alzada. Criterio de


la Sala de Casación Social

Recurso de Casación
Partes: Miguel Antonio Cabeza contra la sociedad mercantil
Servicios Petroleros Flint, C.A.
Sentencia: N° 398 de 27­06­02. Exp. 02­121
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros beneficios
derivados de la relación de trabajo
Doctrina ampliada: Sentencia N° 117 de 17 de febrero de 2004, (caso:
Consolación Del Carmen Roa Niño contra la
Compañía Anónima Nacional Teléfonos de
Venezuela [C.A.N.T.V.])
De una lectura minuciosa del fallo recurrido se aprecia que, efectivamente,
éste carece de la exposición de las razones de hecho y de derecho que le
permiten al Juez concluir que las cantidades pagadas por concepto de bono y
de viáticos deben ser considerados como salario. La transcripción parcial que
de la sentencia de primera instancia hace el Tribunal de la alzada, no permite
apreciar cual fue la motivación de aquella y que se acoge.
Al acoger la motivación del fallo apelado debe forzosamente indicarse cuales
son los razonamientos del Tribunal de la causa que motivan el dispositivo del
fallo. No puede considerarse que se cumple con el extremo de motivar una
sentencia cuando el sentenciador de la alzada se limita indicar la conclusión a
la que llegó el Tribunal de la causa.
En el caso bajo examen la parte demandante alega que los viáticos y el bono
de cien mil bolívares (Bs. 100.000,00), que se le pagaba tenían carácter salarial
y ello conlleva un recálculo de lo pagado al culminar la relación de trabajo.
Toda vez que la parte demandada si bien no negó tales pagos, cuestionó que
pudiesen ser considerados como salario, el objeto de la decisión era determinar
la naturaleza de tales montos devengados por el trabajador por lo que era
necesario que el tribunal de la Alzada expusiera con claridad las razones que
tuvo para llegar a la conclusión que asumió, y si acoge la motivación del
Tribunal de la instancia ha debido transcribirla.
Al no haber procedido el Sentenciador de la recurrida de la forma antes
indicada impide que la Sala controle la legalidad de su decisión y resulta por
ello forzoso declarar con lugar la presente denuncia.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 153

Motivación acogida. Criterio de la Sala de Casación Social


En relación con el deber del sentenciador de indicar cuáles son sus
razonamientos aun cuando acoja la motivación de otro fallo, la Sala de Casación
Social, con ponencia del Magistrado Alfonso Rafael Valbuena Cordero en
sentencia N° 117 de 17 de febrero de 2004, [caso: Consolación Del Carmen
Roa Niño contra la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela
(C.A.N.T.V.)], consideró que:
“(…) el pronunciamiento por parte del sentenciador superior que se
limite a transcribir totalmente la sentencias dictadas por los tribunales
de primera instancia y hacerlas suyas como decisiones de alzada, sin
contener sus propias consideraciones respecto a los motivos que
soportan la decisión, como lo asentó la Sala de Casación Civil,
incumplen lo preceptuado en el ordinal 4° del artículo 243 del Código
de Procedimiento Civil, como lo es que toda sentencia debe contener
los motivos de hecho y de derecho de la decisión. Por tanto, si bien
considera este alto Tribunal que los sentenciadores de alzada pueden
realizar dichas transcripciones, deben expresar necesariamente sus
propias razones de hecho y de derecho para sustentar la decisión, por
cuanto es obligación de todo sentenciador, como antes se indicó,
expresar las razones por las cuales confirma o revoca la decisión objeto
de su conocimiento.
Establecido lo anterior, esta Sala de Casación Social abandona el criterio
sobre la suficiencia de la motivación acogida hasta ahora manejada y
en consecuencia, a partir de la publicación de este fallo incluyendo el
caso examinado cambia el criterio al respecto, teniéndose como
debidamente motivada la sentencia de alzada que contenga sus propias
razones de hecho y de derecho respecto a lo decidido”.
154 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.1.5. Causas que constituyen terminación de la relación de


trabajo. Contradicción en los motivos. Inmotivación

Recurso de Casación
Partes: Antonio Rodríguez contra las empresas Conpiedra,
C.A., Maquimor, C.A., Sociedad de Construcciones
Somor, C.A. y Servicios Industriales y Maquinaria
Pesada, C.A.
Sentencia: N° 140 de 09­03­04. Exp. 03­617
Motivo: Concepto de diferencia en el pago de prestaciones
sociales y otros conceptos laborales
Normas citadas: LOT: artículo 98; CPC: artículos 313 ordinal 1°
y 320
Es pertinente señalar que en sí mismo un infortunio laboral, ya sea un accidente
de trabajo o una enfermedad profesional, no constituyen una causa de
terminación de la relación de trabajo. Lo que puede determinar la culminación
del vínculo laboral, es la incapacidad que puede producirse en el trabajador
como consecuencia del infortunio de trabajo acaecido, y en este caso, la
relación de trabajo terminaría por una causa ajena a la voluntad de las partes,
que es una de las formas de terminación previstas en el artículo 98 de la Ley
Orgánica del Trabajo.
Entonces, debe entender la Sala, que cuando la sentenciadora de la Alzada
señala que la relación de trabajo termina por el accidente de trabajo, está
señalando que la causa de terminación es ajena a la voluntad de las partes, lo
que resulta evidentemente contradictorio con la posterior indicación que la
causa de terminación fue un despido injustificado que eso significa que el
vínculo laboral terminó por voluntad de una de las partes, por voluntad del
empleador.
Esta contradicción grave e inconciliable hace que los motivos en que se apoya
el fallo recurrido se destruyan a si mismos, generando una situación equiparable
a la falta de motivos del fallo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 155

1.1.6. Inmotivación por no examinar las pruebas testimoniales.


Principio de autosuficiencia del fallo

Recurso de Casación
Partes: José Ramón Calderón Escalona contra la empresa
Contactos Industriales C.A. (CONINCA)
Sentencia: N° 351 de 12­06­02. Exp. 01­644
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros beneficios
derivados de la relación de trabajo
Norma citada: CPC: artículo 243 ordinal 4°
El no precisar, ni siquiera en forma resumida, como contestaron los testigos al
interrogatorio formulado por las partes vicia de inmotivación el fallo, pues no
permite el control de la legalidad del mismo. No se puede revisar, sin tener
que recurrir a otras actas del expediente, la apreciación de las declaraciones
de los testigos, violentando de esta forma el artículo 243, ordinal 4º, del Código
de Procedimiento Civil y el principio de “autosuficiencia de la sentencia”.

1.2. Vicio de inmotivación en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo


1.2.1. Motivación falsa. Concepto

Recurso de Casación
Partes: Oscar Alfonso Guanda contra la sociedad mercantil
Panamco de Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 226 de 11­03­04. Exp. 03­957
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Norma citada: LOPT: artículo 168 numeral 2°
(…) la Sala considera necesario precisar que como motivación falsa debe
considerarse el vicio de la sentencia que se presenta cuando sólo hay una
apariencia de motivación, cuando las razones expresadas por el Sentenciador
para fundamentar su decisión son tan vagas, generales, absurdas o inocuas
que impiden conocer el criterio jurídico real que siguió el juez para dictar su
decisión.
156 JUAN RAFAEL PERDOMO

Consecuentemente con lo expuesto debe indicarse que cuando se señala que


el Juez dio por probado un hecho con pruebas que no aparecen en los autos
no se puede encuadrar tal denuncia en una delación de inmotivación por
motivación falsa, sino en el de un error de juzgamiento y lo pertinente es
formular la denuncia con fundamento en el numeral 2° del artículo 168 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

1.2.2. Inmotivación por examen parcial o distorsionado de las


pruebas. Sana crítica conforme al artículo 10 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo. Falta y falsedad de los
motivos

Recurso de Casación
Partes: Willians Eduardo Affanis Cachutt contra la
sociedad mercantil Distribuidora de Publicaciones
Capriles, C.A. (DIPUCA)
Sentencia: N° 665 de 17­06­04. Exp. 04­343
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOPT: artículos 10, 69, 168 ordinal 3° y 175
(...) Con apoyo en el ordinal 3° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, en concordancia con el 175, eiusdem, se denuncia inmotivación
en la recurrida producto del examen parcial o distorsionado de los elementos
probatorios, en contravención a lo dispuesto en el artículo 69 de esa misma
Ley, señalando al respecto lo siguiente:
“Si un hecho, alegado por una de las partes, está soportado en una
prueba, la recurrida debe establecerlo necesariamente, y al no hacerlo
provoca la falsedad sancionada con nulidad conforme lo prevé el ordinal
3° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. En el caso
de marras, tenemos que la recurrida deja establecidos hechos falsos, al
examinar la prueba de testigos promovida y evacuada por esta
representación, así:
Es falso que el demandante prestara servicios en forma personal para
la demandada; que recibía órdenes de dicha empresa cubriendo la ruta
Caracas­Valle de la Pascua, y, que obtenía el pago a través de la
demandada. Por el contrario, la prueba testimonial arroja
contundentemente a los autos que el demandante prestaba servicios
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 157

por cuenta propia, que era propietario de los medios de producción,


que estaban a su cargo todos los gastos de ejecución del transporte,
que contrataba a personas que realizaban el servicio por él
(sustituyéndolo en algunos casos totalmente). Lo anterior pone en
evidencia que no existe en este caso relación laboral, por no estar
cubiertos los extremos que la configuran como contrato realidad”.
La recurrida, por su parte, expone al respecto:
“En cuanto al alegato señalado por la representación de la
demandada, respecto a que la recurrida desnaturaliza la declaración
testimonial hecha por ocho (8) trabajadores, dado que el actor se
hacía asistir y sustituir usualmente de ayudantes motivo por el cual
se evidencia la falta de subordinación, esta Alzada una vez analizado
el video que contiene la audiencia celebrada el 21 de enero de 2004,
encuentra que los testigos Luis Valeron, Antonio Colmenares, Pablo
González, Mario Durando, María de Vitoria, Alfredo Moreno, Andrés
Villasana y Juan Suárez, son contestes en que el ciudadano Willians
Eduardo Affanis Cachutt, prestaba sus servicios en forma personal
para la empresa Distribuidora de Publicaciones Capriles C.A.
(DIPUCA), que igualmente les consta recibía ordenes de la empresa
cubriendo la ruta Caracas­Valle de la Pascua, y que obtenía el pago
por sus servicios a través de la demandada, hasta que dichos pagos
los hacía la Distribuidora de Libros, Revistas y Periódicos Hermanos
Suárez por instrucciones de la empresa. Este Tribunal considera
que los testigos promovidos por la parte demandada son hábiles y
no incurren en contradicciones y sus deposiciones concuerdan
entre sí, razón por la cual se aprecian en todo su valor probatorio.
Así se establece”.
La Sala observa:

Sana crítica conforme al artículo 10 de la Ley Orgánica Procesal del


Trabajo
La sana crítica en la apreciación de las pruebas, a que se refiere el artículo 10
de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, conforme a la opinión unánime de la
doctrina, implica su examen y valoración razonada en forma lógica y
atenida a las máximas de la experiencia, en atención a las circunstancias
específicas de cada situación y a la concordancia entre sí de los diversos
medios probatorios aportados a los autos, de modo que puedan producir
la certeza en el Juez respecto de los puntos controvertidos, como señala
el artículo 69 de esa misma Ley.
158 JUAN RAFAEL PERDOMO

No encuentra la Sala que la recurrida aplique realmente en el caso, como lo


manifiesta, esa regla de la sana crítica, porque no incluye en absoluto en sus
apreciaciones de lo declarado por los testigos citados, las consideraciones,
esenciales, de que se trata, por una parte, de una actividad cuyos elementos
de hecho pueden estar presentes cuando es de orden laboral y también cuando
es mercantil, como lo es el transporte de bienes o mercancías efectuado con
vehículos propios del transportista y por su cuenta y riesgo; y por la otra, de
demostrar y así se lo declara en definitiva con apoyo en ello, la prestación de
un servicio de naturaleza laboral, ininterrumpido durante veintidós años
consecutivos, sin un solo día de descanso, ni siquiera en días feriados, y sin
vacación alguna en todo ese largo tiempo, lo cual es inadmisible por contrario
a toda lógica y posibilidad incluso física.

Falta y falsedad de los motivos


Con apoyo en el ordinal 2° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, se acusa la infracción de los artículos 72, por falsa aplicación, y 69,
por falta de aplicación, ambos eiusdem.
Señalan los recurrentes que el artículo 72 citado prevé la presunción de
existencia de la relación de trabajo, que debe ser destruida por la parte que la
rechaza, en cuya consideración el Juzgador debe ser exhaustivo al momento
de examinar las pruebas de la parte contra quien obra la presunción, pues, de
lo contrario, podría aplicarla libremente valiéndose simplemente de omisiones
en tal examen o falseamiento de los contenidos respectivos.
(…) lo que alegan en realidad los formalizantes es la ausencia y falsedad de
las razones que expone la recurrida al valorar las pruebas aportadas por la
demandada, esto es, falta y falsedad en los motivos de la decisión, lo cual
aparece entonces inadecuadamente planteado con base en el ordinal 2° del
artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.
No obstante, con vista de ello, la Sala examinará lo planteado como vicio de
inmotivación, conforme a lo previsto en el ordinal 3° de dicha norma; y al
respecto, observa:
Conforme se expresó en relación con la denuncia anterior, las circunstancias
particulares del caso concreto, tanto por tratarse de una actividad de
transporte de bienes o mercancías efectuada con vehículos propios del
transportista y por su cuenta y riesgo, cuyos elementos de hecho pueden
estar igualmente presentes en lo laboral y en lo mercantil, como por tratarse
de la demostración y declaratoria de existencia de una prestación de servicios
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 159

que se alega efectivamente realizada en todos y cada uno de los días corridos
a lo largo de veintidos años, ameritaban incluir y exponer, en el examen y
valoración de las pruebas, la consideración de esos aspectos esenciales.
Por cuanto la recurrida omite esa consideración y la exposición
correspondiente, incurre en el vicio de inmotivación contemplado en el
citado ordinal 3° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.
Así se declara.

DECISIÓN SOBRE EL FONDO DE LA CONTROVERSIA


(...) quedó reconocida la prestación de servicios personales de transporte de
publicaciones, para la demandada y por el demandante, aunque no con el
carácter exclusivamente personal que éste alega, debiendo entonces en primer
lugar, examinarse el contenido integral de los autos para determinar si puede
y debe considerarse destruida la presunción de existencia de relación laboral
prevista en el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, en el entendido que
recae sobre la demandada el riesgo que la demostración respectiva no aparezca
aportada a los mismos.
(...)
En conclusión, aprecia la Sala que las circunstancias de realizarse la actividad
de transporte del demandante en las condiciones particulares del caso que se
han dejado expuestas, desvirtúan la presunción de existencia de relación laboral,
en cuanto la realizó con medios propios y corriendo por su cuenta y riesgo la
ejecución y los gastos y costos de la misma, lo cual, además, implica que no
puede considerarse que la remuneración que percibía por los viajes o
transportes efectuados, finalmente en un alegado monto promedio mensual
de dos millones doscientos ochenta mil bolívares (Bs. 2.280.000,00), pueda
tenerse como salario base de prestaciones, puesto que esa remuneración
cubría dichos gastos y costos; conforme a cuyas consideraciones, resulta
improcedente la demanda. Así se decide.
160 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.2.3. Motivación para determinar la procedencia del daño


moral. Establecimiento de la indemnización por la Sala

Recurso de Casación
Partes: José Gregorio Quintero Hernández contra las
sociedades mercantiles Costa Norte
Construcciones, C.A. y Chevron Global
Technology Services Company
Sentencia: N° 722 de 02­07­04. Exp. 04­383
Motivo: Cobro de indemnización de daños materiales y
morales derivados de accidente de trabajo
Normas citadas: LOT: artículos 55, 560, 563 y 585; LOPT: artículos
168 ordinal 3° y 175; LOPCYMAT: artículos 1 y
33; LSSO: artículos 2 y 9 al 26; CC: artículos 1.185,
1.193, 1.196 y 1.354
De conformidad con el artículo 168, numeral 3º de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, se denuncia que la sentencia recurrida incurrió en el vicio de falta
de motivación, quebrantando igualmente el artículo 1.196 del Código Civil.
Afirma la recurrente que el Tribunal de alzada condenó a la codemandada
Costa Norte Construcciones, C.A., al pago de una indemnización por daño
moral, sin acotar cuáles fueron los elementos que consideró para condenar a
pagar dicha indemnización, incurriendo en el vicio de inmotivación.
Para decidir, la Sala observa:
La jurisprudencia de esta Sala de Casación Social ha sido consecuente en
señalar que si bien el Juez tiene amplias facultades para la apreciación y
estimación del daño moral, pues pertenece a la discreción y prudencia del
Juez la calificación, extensión y cuantía de los daños morales, para fijar tal
cuantía el Sentenciador debe tomar en cuenta el grado de educación y cultura
del reclamante, su posición social y económica, así como la participación de
la víctima en el accidente o acto ilícito que causó el daño y la escala de
sufrimientos, todo, para obtener una proyección pecuniaria razonable a
indemnizar.
Entonces, la fijación de la cuantía del daño moral por parte del Juez no puede
ser arbitraria, sino que se debe producir atendiendo a las consideraciones
expuestas. Como consecuencia de lo anterior y a los fines de controlar la
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 161

legalidad de la fijación hecha por el Juez, éste debe exponer las razones que
justifican su estimación.
De la lectura minuciosa del fallo recurrido no se desprenden las razones que
tuvo el Juez de alzada, por las que consideró pertinente fijar en la cantidad de
treinta millones de bolívares (Bs. 30.000.000,00), la indemnización por “daños
materiales y morales por precepto del artículo 1.196 del Código Civil”.
Igualmente, de la lectura del fallo impugnado, advierte la Sala que la
sentenciadora señala que la indemnización por lucro cesante y daño emergente
que se demandaron estaban comprendidas en el monto condenado a pagar
por “daños materiales y morales”, pero no distingue cuánto de dicho monto
corresponde a la indemnización por daño moral, cuánto a la indemnización
por daño emergente y cuánto a la indemnización por lucro cesante.
Ha sido reiterada la jurisprudencia que ha indicado que aunque el Juez no
tiene que fundamentar cada razón expuesta en el fallo, sí tiene que indicar
cuáles son los motivos en que basa su decisión, pues la sentencia debe contener
en sí misma la prueba de su legalidad, por lo que al no contener la decisión
impugnada motivo alguno que justifique el por qué se fija la indemnización por
“daños materiales y morales” en treinta millones de bolívares (Bs.
30.000.000,00), debe ser declarada con lugar la presente denuncia.
Habiendo sido declarada con lugar la presente denuncia por falta de motivación
del fallo, la Sala se abstiene de analizar las restantes denuncias que estructuran
el escrito de formalización.

DECISIÓN SOBRE EL FONDO DE LA CONTROVERSIA


De conformidad con lo dispuesto en el aparte segundo del artículo 175 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, la Sala pasa a resolver el fondo del asunto
y a tal efecto, observa:
(...) 4) Respecto al reclamo de treinta millones de bolívares (Bs. 30.000.000,00),
por concepto de daño moral, la Sala observa que la obligación del patrono de
indemnizar a un trabajador que sufrió un accidente de trabajo deriva de la
responsabilidad objetiva del mismo como guardián de la cosa.
Ahora bien, para determinar el monto que en definitiva debe cancelar el
patrono por este concepto debe considerarse que: a) No hubo responsabilidad
directa e inmediata del patrono en la ocurrencia del accidente pues el mismo
fue resultado de haberse errado un golpe de mandarria en una cabilla, la
cual a su vez golpeó al trabajador; b) la lesión sufrida se manifiesta en una
162 JUAN RAFAEL PERDOMO

limitación en la rotación interna del hombro y consecuentemente en la


posibilidad de alzar el brazo derecho, aunque tiene amplitud articular para la
abducción y la flexión lo que no incapacita al trabajador para desempeñar
su trabajo como electricista ni para llevar una vida social y familiar normal;
c) según manifiesta el médico que lo asistió, el demandante prestó poca
colaboración y fue irregular en el tratamiento de rehabilitación, y d) el
trabajador percibía una remuneración diaria de ocho mil doscientos cincuenta
y cuatro bolívares (Bs. 8.254,00).
Con vista en las anteriores razones esta Sala considera prudencial fijar en
siete millones de bolívares (Bs. 7.000.000,00), el monto de la indemnización
por daño moral que deben pagar las codemandas al demandante (...).

1.2.4. Motivación e inmotivación en la Ley Orgánica Procesal


del Trabajo. Concepto. Requisitos para determinar y
calificar el daño moral. Responsabilidad jurídica.
Establecimiento de la indemnización por la Sala

Recurso de Casación
Partes: Carmen Catalina Medina Quijada contra la
sociedad mercantil Unifot II, S.A.
Sentencia: N° 731 de 13­07­04. Exp. 04­502
Motivo: Indemnización por daño moral
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 144 de 7 de
marzo de 2002, expediente N°01­654. Ponencia
del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz (caso:
José Francisco Tesorero Yánez contra la empresa
Hilados Flexilón, S.A.)
Normas citadas: LOPT: artículos 159, 175 y 177; LOT: artículos 24,
138 y 165

Motivación e inmotivación en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.


Concepto
Se ha sostenido en múltiples fallos que la motivación de la sentencia debe
estar constituida por las razones de hecho y de derecho que dan los jueces
como fundamento del dispositivo. Las primeras están formadas por el
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 163

establecimiento de los hechos con ajustamiento a las pruebas que los


demuestran; y las segundas, la aplicación a éstas de los preceptos legales y
los principios doctrinarios atinentes.
La inmotivación, por el contrario, es el vicio que provoca la omisión de uno de
los requisitos esenciales de la sentencia que impone el artículo 159 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, cuando ordena que el juez deberá expresar
en términos claros, precisos y lacónicos, los motivos de hecho y de derecho
de la decisión.
Por su parte, el artículo 177 eiusdem, dispone que los jueces de instancia
deberán acoger la doctrina de casación establecida en casos análogos, para
defender la integridad de la legislación y la uniformidad de la jurisprudencia.

Requisitos para determinar y calificar el daño moral


(...) en el caso examinado el recurrente señala que no se verificó por parte
del Sentenciador de alzada, la capacidad económica del causante del daño ni
la intencionalidad del hecho.
Sobre el particular, la Sala observa que la sentencia recurrida hace un análisis
de los supuestos fácticos contenidos en la demanda y establece la
procedencia del daño moral, al determinar que con la actitud de la empresa
demandada se le infirió a la demandante un daño que deberá resarcirse,
que el patrono cuando retiene a la trabajadora, de manera ilegal, hasta las
6:30 de la tarde, sin permitirle almorzar, la sometió a un estado de “angustia,
incertidumbre y desesperación”, agravado por sus malos tratos, conducta
que la Alzada consideró contraria a la ley, y al respecto señaló que no podía
un empleador “someter a un trabajador a vejámenes y tratos contrarios
al orden legal establecido, reteniendo a un laborante, endilgándole
hechos que lo afectan en lo físico y psíquico (diferentes a enfermedades
profesionales o enfermedades psíquicas, que tienen otro tratamiento),
lo que indubitablemente originan un daño moral, que debe ser
resarcido”.
A tal efecto, el Tribunal de alzada después de cumplir con el proceso lógico
de establecer el conjunto de circunstancias de hecho (llamado “hecho
generador del daño moral”), para determinar y calificar la procedencia del
daño y llegar a través de esta a la aplicación de la Ley, fundamenta sus
razonamientos en el criterio asentado por la Sala en la sentencia N° 144 del
07 de marzo de 2002 (caso: José Francisco Tesorero Yánez, contra la empresa
Hilados Flexilón, S.A.), (...).
164 JUAN RAFAEL PERDOMO

Con apoyo en el citado criterio jurisprudencial, y que hoy se reitera, el Tribunal


ad quem concluye que el daño realmente ocurrió, no obstante, no era suficiente
para “entender que el daño moral es de tal envergadura que exige una
reparación por el monto ´sugerido al juez´ en el libelo” (ciento cincuenta
millones de bolívares [Bs.150.000.000,00), por lo que el Tribunal Superior
para decidir, por una parte, advirtió que el demandado era “culpable” de los
hechos sobre los cuales se fundamentaba la pretensión, porque no había sido
demostrada la participación de la trabajadora­demandante en los hechos o
circunstancias que conformaban el daño moral, y por la otra, consideró “el
grado de instrucción, la posición social y económica de la trabajadora,
reflejada en el cargo que desempeñaba y en la remuneración que recibía
por su desempeño; ausencia de atenuantes a favor del demandado y de
que la trabajadora estuvo sometida al daño moral por un tiempo menor
-menos de un día-” .
Expuesto lo anterior, la Sala considera oportuno hacer las siguientes
consideraciones:
Aunque la sentencia recurrida hace un análisis de los hechos que originaron
el daño y se refiere al criterio asentado por este Máximo Tribunal en la
sentencia N° 144 del 07 de marzo de 2002, la Sala no considera suficiente los
motivos de hecho y de derecho en que se fundamenta la decisión para estimar
la cuantía del daño moral, porque sólo menciona, a manera de cita, los supuestos
objetivos contenidos en la jurisprudencia, importantes para motivar la fijación
del quantum, como son: el grado de educación y cultura de la reclamante,
quien alegó que era una trabajadora humilde, que laboraba para mantenerse
ella y a sus dos menores hijos, y que se veía indefensa frente al patrono.
Asimismo, la sentencia recurrida hace referencia a la posición social y
económica de la demandante; pero no menciona la realidad narrada en el
libelo, que se trataba de una persona que necesitaba su trabajo para satisfacer
las necesidades básicas de vivienda, alimentación, vestido, transporte y las
propias de cada persona.
La Alzada tampoco se pronunció sobre la capacidad económica de la parte
accionada indicada por la actora en la demanda, quien señaló que el patrimonio
de la empresa era superior a un millardo de bolívares (Bs. 1.000.000.000,00),
y que el capital pagado era de setecientos tres millones trescientos once mil
bolívares (Bs. 703.311.000,00), hecho que fue admitido por la empresa
demandada al haber quedado confesa, referencias pecuniarias que la recurrida
omitió y que la Sala considera imprescindibles para cuantificar la indemnización
por daño moral, el cual por no poder ser realmente cuantificable ni tarifado
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 165

por ley, queda a la libre estimación del sentenciador, no obstante, dicha


indemnización debe ser equitativa y justa.
Por las razones que anteceden, la Sala aprecia que la sentencia recurrida
impide el control de la legalidad del fallo al estar inmotivada, contrariando la
jurisprudencia de la Sala, e igualmente, incurre en la infracción de los artículos
159 y 177 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Responsabilidad jurídica
En conformidad con lo previsto en el artículo 175 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, la Sala anula la sentencia recurrida y procede a decidir el fondo
de la controversia, con base en las siguientes consideraciones:
(...) En el caso de autos, operó la confesión ficta y por consiguiente, la empresa
demanda admitió los siguientes hechos: imponerle a la trabajadora, con base
en acusaciones falsas, que renunciara a su trabajo en contra de su voluntad;
haberle atribuido a la trabajadora el hurto de un material de la demandada, lo
cual nunca se comprobó; cuando le retuvo ilegalmente su salario, derecho de
naturaleza alimentaria, personal y familiar, el cual sólo puede ser retenido
parcialmente en los casos de deudas por parte del trabajador al patrono (artículo
165 de la Ley Orgánica del Trabajo); cuando en repetidas oportunidades la
llamó delincuente sin tener pruebas suficientes que demostraran su culpabilidad,
cuestión que fue humillante por habérsele maltratado y vejado frente a los
demás trabajadores, tratando de colocarlos a ellos en su contra y exigiéndoseles
que rindieran declaración ante la policía para acusarla de un hecho delictual.
La Sala considera que esa conducta por parte de la empresa demandada
derivada de su posición ventajista por su condición de patrono frente a la
trabajadora ­ahora demandante­ es ilícita, antijurídica, intencional y excesiva,
lo que origina responsabilidades o consecuencias jurídicas al patrono, quien
por cometer hechos abusivos, contrarios a derecho ­se insiste­ lesionando
determinados derechos subjetivos de la trabajadora, tales como: el derecho a
percibir un salario suficiente (artículo 138 de la Ley Orgánica del Trabajo), al
habérsele retenido ilegalmente su remuneración, por un tiempo determinado,
situación que como se expresó anteriormente, fue restituida mediante un amparo
constitucional, no obstante, produjo en la víctima demandante, en su momento,
un estado de incertidumbre, de ansiedad, aunado a los malos tratos que recibió
por todas las acusaciones del patrono en su contra, hechos que evidentemente
afectaron a la actora en su estado emocional, por haber atentado a su honor
y reputación, conducta que la Sala censura por ser contrarios a la ley, porque
166 JUAN RAFAEL PERDOMO

no puede ningún patrono aprovecharse de su condición de ventaja para


maltratar física o psicológicamente a sus empleados, humillarlos, como sucedió
en el presente caso; con lo cual también infringió el patrono el derecho al
trabajo (artículo 24 de la Ley Orgánica del Trabajo), todo ser humano necesita,
para vivir y desenvolverse a plenitud, ejercer habitualmente en forma
subordinada o dependiente, una ocupación remunerada.

Establecimiento de la indemnización por la Sala


Por las razones anteriormente expuestas, la Sala declara procedente la
indemnización por daño moral y a tal efecto, pasa a cuantificar la misma.
La parte demandante estimó el daño moral en la cantidad de ciento cincuenta
millones de bolívares (Bs.150.000.000,00). Ahora bien, considerando todos
las alegaciones expresadas por la parte actora, las cuales fueron admitidas
por la parte demandada por haber quedado confesa y precisadas por la Sala
anteriormente, como son, la entidad del daño, el grado de culpabilidad de la
víctima en el acto ilícito que causó el daño, la cual no tuvo responsabilidad
alguna al no haberse demostrado su culpabilidad en el supuesto hecho delictivo
que ocasionó el daño; la conducta de la víctima, el grado de educación y
cultura del reclamante; la posición social y económica del reclamante, una
persona humilde, con dos hijos menores de edad, que necesita de su trabajo
para satisfacer sus necesidades básicas; la capacidad económica de la parte
accionada, cuyo capital es superior a la cantidad de setecientos millones de
bolívares, y la inexistencia de atenuantes a favor del responsable; la Sala
estima conveniente fijar el monto para resarcir el daño moral, en la cantidad
de veinticinco millones de bolívares (Bs. 25.000.000,00), indemnización que
considera equitativa y justa para el caso concreto.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 167

1.2.5. Errónea motivación como uno de los supuestos del


ordinal 3° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo

Recurso de Casación
Partes: Oneida Trespalacios Soraca y otros contra Baroid
de Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 833 de 21­07­04. Exp. 04­558
Motivo: Cobro de prestaciones sociales e indemnización por
accidente de trabajo
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 144 de 7 de
marzo de 2002, expediente N° 01­654. Ponencia
del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz (caso:
José Francisco Tesorero Yánez contra la empresa
Hilados Flexilón, S.A.)
Normas citadas: LOPT: artículos 159, 175 y 177; LOT: artículos 24,
138 y 165
Con fundamento en el ordinal 3° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, se denuncia motivación errónea en la recurrida e infracción del
artículo 159 de la Ley Orgánica del Trabajo, en razón de que se acuerda una
indemnización por daño moral cuyo monto se establece partiendo de la edad
del trabajador fallecido y de su posible actividad productiva durante treinta
(30) años, durante los cuales habría podido prever económicamente al
mantenimiento de su familia, lo cual es característico del “lucro cesante” y no
del denominado “precio del dolor”.
La Sala observa:
Aun cuando no se explica qué papel tendría en la denuncia el artículo 159
de la Ley Orgánica del Trabajo, que no lo tiene en absoluto a juicio de la
Sala, pues esa norma se contrae a los privilegios de las indemnizaciones
laborales, aprecia la misma que existe efectivamente una errónea motivación
en la recurrida, sancionable bajo uno de los supuestos del ordinal 3° del
artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en cuanto como factor
determinante y en realidad único para el establecimiento del monto a que
condena por daño moral, toma en cuenta las mencionadas circunstancias
de productividad siendo que la doctrina del Tribunal Supremo sobre el
168 JUAN RAFAEL PERDOMO

“pretium doloris”, señala que una vez establecido el hecho generador, la


cuantía de la indemnización queda remitida a la discreción y prudencia del
Juez, quien debe proceder aplicando la ley y la equidad, analizando la
importancia del daño, el grado de culpabilidad del autor, la conducta de la
víctima, el grado de educación y cultura del reclamante, su posición
económica y la llamada escala de los sufrimientos morales, sin que
corresponda en ello otorgar preeminencia fundamental a los datos sobre
eventual productividad de la víctima a lo largo del tiempo que falte para lo
que pueda considerarse el promedio de vida de la misma.

1.2.6. Contradicción en los motivos como vicio de inmotivación

Recurso de Casación
Partes: Alejandro González contra la sociedad mercantil
Cerámica Carabobo, C.A.
Sentencia: N° 1122 de 27­09­04. Exp. 04­783
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos laborales
Norma citada: LOT: artículo 108
(...) ha establecido este Tribunal, conforme a su doctrina pacífica y reiterada,
que existe contradicción en los motivos, cuando las razones del fallo se
destruyen entre sí.
En el caso concreto, la recurrida señala que por cuanto el actor recibió una
bonificación especial, la cual debió impactar el salario para el cálculo de la
antigüedad prevista en el artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo, se le
adeuda al trabajador lo correspondiente al año 1997 y 2000.
Posteriormente expresa la recurrida que el depósito de la antigüedad debe
hacerse con base en lo devengado por el actor en el mes respectivo y se le
adiciona la alícuota de utilidades y de bono vacacional y este resultado es el
que se va a tomar en consideración para la acreditación respectiva. Para
finalizar concluye que sólo se observa una diferencia en los años 1997 y
2000; y que, para el año 2001 no percibió este beneficio que se otorgaba
generalmente en el mes de diciembre, por lo que habiendo finalizado la relación
en el mes de julio, lo que prospera es una fracción del mismo no acreditable a
la antigüedad.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 169

Como se evidencia, el sentenciador de alzada primero establece que la


bonificación especial, el bono vacacional y las utilidades deben considerarse
para el cálculo de la prestación de antigüedad prevista en el artículo 108 de la
Ley Orgánica del Trabajo; que sólo se evidencia diferencia en el cálculo de
este concepto para los años 1997 y 2000, sin explicar por qué no procede
para los años 1998 y 1999; y luego, inexplicablemente considera que al trabajador
le corresponde una fracción proporcional del bono en el año 2001, pero que
éste no es acreditable a la antigüedad, lo cual es una grave contradicción
entre las razones dadas por el juez para su decisión, que deja sin motivación
alguna su conclusión mediante la cual establece el monto de la condena por
concepto de antigüedad.

1.2.7. Anulación del fallo de Alzada por inmotivación respecto


a la estimación del daño moral

Recurso de Casación
Partes: Francisco Antonio Carrasco contra la sociedad
mercantil Transporte Er Pincio, C.A.
Sentencia: N° 1123 de 27­09­04. Exp. 04­823
Motivo: Indemnización por daño moral y lucro cesante
derivado de accidente de trabajo
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 144 de 7 de
marzo de 2002, expediente N° 01­654. Ponencia
del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz (caso:
José Francisco Tesorero Yánez contra la empresa
Hilados Flexilón, S.A.)
Normas citadas: LOPT: artículos 159 y 177
Con base en la casación prevista en el ordinal 3° del artículo 168 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, el formalizante alega que el Tribunal de alzada
consideró procedente las indemnizaciones por daño moral y lucro cesante
reclamadas, sin fundamentarlas en alguna disposición legal, y agregó en relación
con el daño moral, que la Alzada omitió, además, los argumentos de hecho en
los cuales basó su decisión, por lo que incurrió en el vicio de inmotivación.
La Sala observa:
(...)
170 JUAN RAFAEL PERDOMO

En el caso de autos, el Tribunal ad quem luego de transcribir el criterio


establecido por la Sala sobre el daño moral, citó parte de la motivación de la
sentencia dictada por el Tribunal de la causa, y sin más fundamentos, confirmó
el monto de la indemnización por daño moral en la cantidad de cincuenta
millones de bolívares (Bs. 50.000.000,00), con la siguiente conclusión:
“El accionado cuenta actualmente para la fecha de la decisión con 51
años, siendo el promedio de vida del hombre Zuliano de 70 años,
probablemente su futuridad de vida oscile en 34 años más (sic) y como
la indemnización del daño moral es actualizada para el momento de la
decisión, entonces, se deberá indemnizar al trabajador... por el resto de
sus años restantes de posible vida, lo cual considera este Tribunal,
luego de operación aritmética, la cantidad de CINCUENTA MILLONES
DE BOLÍVARES (Bs. 50.000.000,00), tomando en cuenta el salario mínimo
actual y así se decide”. (...)
En sentencia N° 144 del 7 de marzo de 2002 (caso: José Francisco Tesorero
Yánez, contra la empresa Hilados Flexilón, S.A.), que hoy se reitera, la
Sala estableció que el juez debe indicar y analizar en su decisión los aspectos
objetivos señalados por la jurisprudencia, que permita a la Sala controlar la
legalidad del quantum del daño moral fijado por el juez, tales como: la entidad
del daño, tanto físico como psíquico; el grado de culpabilidad del accionado o
su participación en el accidente o acto ilícito que causó el daño (según sea
responsabilidad objetiva o subjetiva); la conducta de la víctima y la escala de
sufrimientos; la posición social, económica, el grado de educación y cultura
del reclamante; la capacidad económica de la parte accionada, los posibles
atenuantes a favor del responsable; el tipo de retribución satisfactoria que
necesitaría la víctima para ocupar una situación similar a la anterior al accidente
o enfermedad, todo, para obtener una proyección pecuniaria razonable a
indemnizar.
Por tanto, la fijación de la cuantía del daño moral por parte del juez no puede
ser arbitraria, sino que se debe producir atendiendo a las consideraciones
expuestas, con las razones que justifican la estimación, a los fines de controlar
su legalidad.
La Sala reconoce la dificultad en la apreciación de una reparación equivalente
matemáticamente al daño. Se entiende que evaluar en dinero el dolor, no es
sencillo. Hay indemnizaciones por daño moral, que la doctrina ha denominado
daños morales objetivados, legales, cuando se puede inferir del accidente o
enfermedad sufridos y que causa trastornos a la personalidad, resultados
económicos. Por ejemplo, la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 171

Medio Ambiente de Trabajo, establece un límite para la indemnización. En


tanto que, cuando el impacto psicológico no pueda traducirse en valores
económicos, se trata de daño moral subjetivo.
Lo que pretende la Sala es que la indemnización derivada de infortunios en el
trabajo, sea, sino perfectamente exacta, al menos racional y en proporción al
mal causado.
Ahora bien, la Sala observa que los motivos de hecho y de derecho del Tribunal
de alzada para fijar el monto de la indemnización por daño moral en la cantidad
de cincuenta millones de bolívares (Bs. 50.000.000,00), son insuficientes,
porque solamente citó los supuestos objetivos contenidos en la citada
jurisprudencia respecto al examen que debe hacer el sentenciador para declarar
la procedencia del daño, (sentencia N° 144 del 7 de marzo de 2002), sin
analizar en el caso examinado, ninguno de esos supuestos, al menos, como
indicativos que argumentaran el criterio que utilizó para estimar la cuantía del
daño moral que ordenó que le pagara la empresa demandada al trabajador.
En consecuencia, la Sala considera que aún cuando el daño moral queda
sujeto a la libre estimación por parte del sentenciador, por no poder ser realmente
cuantificable ni tarifado por ley, no obstante, dicha indemnización ­se insiste­
debe ser equitativa y justa, cuestión que no se aprecia en el presente caso,
porque la decisión recurrida una vez que declara la procedencia del daño
moral, no contiene motivo alguno que justifique el por qué fijó la indemnización
en la cantidad antes mencionada. (...). Por las razones que anteceden, la
sentencia recurrida carece de la motivación de hecho y de derecho sobre lo
aquí planteado, indispensable para fijar los montos que ordenó pagar a la
empresa demandada tanto por daño moral como por lucro cesante, por lo que
impide el control de la legalidad del fallo al estar inmotivada y ser contraria,
igualmente, la jurisprudencia de la Sala.
172 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.2.8. Inmotivación por examen deficiente de apreciación en


la declaración de los testigos en casos de accidentes de
trabajo

Recurso de Casación
Partes: Jhonny García Barrios contra la empresa
Constructora Hermanos Furlanetto, C.A.
(CONFURCA)
Sentencia: N° 1297 de 13­10­04. Exp. 04­883
Motivo: Cobro de indemnizaciones provenientes de
accidente de trabajo
Normas citadas: LOPT: artículos 159, 168 ordinal 3° y 177
Con base en el ordinal 3º del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, se denuncia falta de motivación en la recurrida, en relación con las
declaraciones de cuatro testigos promovidos por la parte demandada, en razón
de que manifiesta apreciarlos en todo su valor pero no indica cuál sea ese
valor ni qué es lo que queda concretamente demostrado con sus dichos, lo
cual, a juicio del formalizante, es la circunstancia de que el actor ­albañil­
sufrió el accidente del caso por hecho propio, al asumir una actividad y con
ella un riesgo reservado a los carpinteros, sin que ello le hubiere sido ordenado,
como alega, por el supervisor respectivo.
Se advierte que la parte actora, en su recurso, incluye similar denuncia de
inmotivación en relación con las declaraciones de esos testigos, pero señalando
que de haberlas valorado cabal y correctamente, el Sentenciador habría
concluido en que la demandada incurrió en hecho ilícito por incumplimiento
en las normas de higiene y seguridad industrial que estaba obligada a observar.
La Sala observa:
Existe ciertamente la inmotivación alegada por ambas partes, pues nada o
muy poca cosa expresa la recurrida respecto de las respuestas de los testigos
a las preguntas y repreguntas que les fueron formuladas, de quienes afirma
son hábiles y no haber incurrido en contradicciones, pero sin examinarlas
cabalmente ni exponer una precisa y concreta valoración de sus dichos, en el
entendido de que son puntos de primera importancia en el asunto, la
determinación de si hubo culpa de la víctima por realizar una actividad peligrosa
que no le correspondía como albañil, en la cual utilizó guantes contraindicados
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 173

en el manejo de una sierra de carpintería, como alegó la demandada en su


descargo; o si esa actividad le fue indebidamente ordenada por el supervisor
de la empresa, la que además incumplía la normativa sobre seguridad industrial,
como alegó el actor; cuestiones sobre las cuales, particularmente la primera,
no hay otra probanza que las deposiciones en referencia.

1.2.9. Contradicción e ilogicidad en la motivación

Recurso de Casación
Partes: Rafael Agustín Varela Rodríguez contra las
empresas Distribuidora Polar, S.A. (DIPOSA) y
Distribuidora Polar Metropolitana, S.A.
(DIPOMESA), fusionadas a los efectos de este
juicio, por absorción de ellas, en la empresa
Cervecería Polar, C.A.
Sentencia: N° 1448 de 23­11­04. Exp. 04­1097
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
(...) se denuncia contradicción e ilogicidad en la motivación, porque la recurrida
establece que aun cuando el demandante dejaba sustitutos para la prestación
de los servicios durante lapsos variados, y debe entenderse que los mismos
corresponderían a los períodos de descanso o vacaciones anuales a que tenía
derecho; condena en definitiva a la demandada al pago de las vacaciones no
disfrutadas ni pagadas que se demandan por todos los años de la alegada
relación laboral.
La Sala observa:
Efectivamente, ante la defensa de la demandada en el sentido de no ser
laboral la relación alegada por el actor con fundamento en sus servicios como
conductor­vendedor de productos Polar, entre otras cosas porque el
demandante tenía la facultad, que ejerció siempre, de dejar sustitutos en la
prestación de los servicios durante lapsos diversos, la recurrida declara que
esa circunstancia no contradice la laboralidad de aquellos, porque debe
interpretarse que se trataba de tomar las vacaciones correspondientes. Pero,
no obstante que ello implicaría que el actor tomó regularmente las vacaciones,
se condena luego al pago de las mismas como si hubiera trabajado
efectivamente en los períodos respectivos, con lo cual resulta severamente
afectada la motivación del fallo según lo planteado en el recurso.
174 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.2.10.Falsedad o manifiesta ilogicidad en la motivación

Recurso de Casación
Partes: Edalfo Lanfranchi Chiodini e Ismael Delgado Yánez
contra la sociedad mercantil INEMAKA, S.A.
Sentencia: N° 1565 de 09­12­04. Exp. 04­1162
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos laborales
Reitera: Criterio establecido por la Sala sentencia Nº 133
de 05 de marzo de 2004, expediente N° 03­961.
Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero
(caso: César Augusto Villarreal Cardozo contra la
sociedad mercantil Panamco de Venezuela, S.A.)
Ha establecido la Sala (…), respecto a la inmotivación en la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, que cuando la misma señala como vicio de la sentencia
la falsedad o manifiesta ilogicidad de la motivación, ésta se presenta cuando
los motivos son tan vagos, generales, inocuos o absurdos que se desconoce el
criterio jurídico que siguió el juez para dictar su decisión.

1.3. Silencio de prueba como motivo de casación por defectos de forma


de la sentencia

1.3.1. Carga del formalizante al denunciarlo

Recurso de Casación
Partes: Oscar Alfonso Guanda contra la sociedad mercantil
Panamco de Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 226 de 11­03­04. Exp. 03­957
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Norma citada: LOPT: artículo 168 ordinal 3°
Inicialmente debe indicársele al apoderado de la recurrente que al formular la
denuncia de inmotivación por el vicio de silencio de prueba, debe ser lo
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 175

suficientemente preciso al señalar qué prueba fue silenciada, en qué parte del
expediente se encuentra y a qué folio del expediente cursa; pues, la Sala debe
verificar la existencia de tal probanza antes de considerar si se omitió su
consideración o análisis por el Tribunal de alzada.
Debe indicarse también que según reiterada jurisprudencia de la entonces
Corte Suprema de Justicia y de este Tribunal Supremo de Justicia, se presenta
el vicio de inmotivación del fallo por silencio de prueba cuando el Juez omite
toda mención de la existencia de un acta probatoria o cuando, aun señalando
su existencia, se abstiene de analizarla y señalar el valor probatorio que le
asigna.
En este sentido, y de la lectura de las actas del expediente, se constata que no
existe documental alguna constituida por una participación del demandante a
un Tribunal, es decir, no existe la primera de las documentales señaladas por
el recurrente, por lo que mal puede haber incurrido el Tribunal de la recurrida
en el vicio de silencio de prueba.
En cuanto a los señalados contratos de concesión, de comodato y de compra­
venta de ruta, que el recurrente indica que fueron silenciados, esta Sala observa
que los mismos sí fueron considerados por el Tribunal y desechados (…)
(…) aunque el texto del fallo no es muy claro en su redacción, es manifiesta
la disposición del Sentenciador de desechar las pruebas referidas por considerar
que no es posible detenerse en “las formas contractuales”, sino que debe
investigar si quedó probada alguna circunstancia que desvirtuara la presunción
de la relación de trabajo en los casos de prestación personal de servicios.
Por dicha razón debe desecharse la denuncia de silencio de pruebas respecto
de los contratos de concesión, de comodato y de compra­venta de ruta
referidos.
Finalmente, aprecia la Sala que ciertamente el Tribunal de alzada omitió
cualquier mención y análisis de la comunicación dirigida por el ciudadano
Oscar Guanda a la causante de la demandada mediante la cual la autorizaba
a contratar personal en su nombre (folio 102) y del informe remitido por la
sociedad mercantil Suministro Industriales, S.A. (SUMICA) al Tribunal (folio
164) lo que en principio configura inmotivación por silencio de prueba.
Ahora bien, el formalizante no acusa la influencia determinante que el defecto
formal que alega pudo tener en el dispositivo de la sentencia, requisito ese
que viene exigiendo la doctrina de la Sala para que un quebrantamiento de
esa especie pueda dar lugar a la anulación del fallo, atendiendo con ello los
176 JUAN RAFAEL PERDOMO

postulados de la Constitución de 1999, en el sentido de no declarar la nulidad


de la sentencia recurrida si la deficiencia concreta que la afecta no impide
determinar el alcance subjetivo u objetivo de la cosa juzgada, no hace imposible
su eventual ejecución, o no viola el derecho de las partes a una justa resolución
de la controversia, y en esto, si la violación es capaz de alterar lo decidido por
la Alzada, impide el control de la legalidad del fallo o afecta al derecho de
defensa.

1.3.2. Requisitos para su procedencia conforme al criterio de


la Sala de Casación Social

Recurso de Casación
Partes: Luis Alejandro Silva Brea contra la sociedad
mercantil Inversiones Sabenpe, C.A.
Sentencia: N° 1566 de 09­12­04. Exp. 04­1203
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
La sentencia es inmotivada por haberse incurrido en silencio de prueba cuando
el juez omite cualquier mención sobre una prueba promovida y evacuada por
las partes que consta en las actas del expediente y cuando a pesar de haberse
mencionado su promoción y evacuación, el juez se abstiene de analizar su
contenido y señalar el valor que le confiere a la misma o las razones para
desestimarla, siendo importante, además, que las pruebas promovidas y
evacuadas por la parte en la oportunidad legal correspondiente, de ser
silenciadas parcialmente en la sentencia recurrida, para que sea declarado
con lugar el vicio por silencio de la prueba, la o las mismas deben ser relevantes
para la resolución de la controversia, con base en disposiciones constitucionales,
por aplicación del principio finalista y en acatamiento a la orden de evitar
reposiciones inútiles, no se declarará la nulidad de la sentencia recurrida si la
deficiencia concreta que la afecta no impide determinar el alcance subjetivo
u objetivo de la cosa juzgada, o no hace imposible su eventual ejecución.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 177

1.3.4. Carácter de orden público

Recurso de Casación
Partes: Luciano Teófilo Velásquez Sánchez contra la
sociedad mercantil Siderúrgica Del Orinoco
(SIDOR), C.A.
Sentencia: N° 976 de 12­08­04. Exp. 04­663
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
laborales
Normas citadas: LOPT: artículos 168 ordinal 3° y 175
El vicio de silencio de prueba ha expresado la Sala que configura uno de los
supuestos de inmotivación, y como tal debe denunciarse de conformidad con
el ordinal 3º del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, pero no
obstante esto, siendo la motivación materia de orden público, la Sala procederá
a examinar la denuncia.
Según reiterada jurisprudencia de la entonces Corte Suprema de Justicia y de
este Tribunal Supremo de Justicia, se presenta el vicio de inmotivación del
fallo por silencio de prueba cuando el Juez omite toda mención de la existencia
de un acta probatoria o cuando, aun señalando su existencia, se abstiene de
analizarla y señalar el valor probatorio que le asigna.
Aprecia la Sala que el Tribunal de alzada omitió la mención y análisis de las
pruebas promovidas y evacuadas, limitándose a interpretar el contenido y razón
del Programa de Estrategia Laboral del cual surge la Liquidación Atractiva
pretendida por el actor, lo que configura el vicio de silencio de prueba.
Ahora bien, el formalizante no acusa la influencia determinante que el defecto
formal que alega pudo tener en el dispositivo de la sentencia, requisito que
viene exigiendo la doctrina de la Sala para que un quebrantamiento de esa
especie pueda dar lugar a la anulación del fallo, atendiendo con ello los
postulados de la Constitución de 1999, en el sentido de no declarar la nulidad
de la sentencia recurrida si la deficiencia concreta que la afecta no impide
determinar el alcance subjetivo u objetivo de la cosa juzgada, no hace imposible
su eventual ejecución, o no viola el derecho de las partes a una justa resolución
de la controversia, y en esto, si la violación es capaz de alterar lo decidido por
la Alzada, impide el control de la legalidad del fallo o afecta al derecho de
defensa.
178 JUAN RAFAEL PERDOMO

Sin embargo, de conformidad con la facultad otorgada a la Sala de Casación


Social de extenderse al fondo de la controversia, al establecimiento y
apreciación de los hechos que hayan efectuado los tribunales de instancia,
establecida en el artículo 175 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, la
Sala observa que de la apreciación del Programa de Estrategia Laboral,
consignado por ambas partes se desprende que el objetivo de este programa
es garantizar a los trabajadores que sean desincorporados de la empresa por
motivos injustificados durante los dos años siguientes a la venta de las acciones,
una protección adicional a la prevista por la Ley Orgánica del Trabajo, que
consiste en un plan de reentrenamiento y reinserción o el otorgamiento de
jubilaciones tempranas o de liquidaciones atractivas y adicionalmente, otorgar
facilidades para la constitución de microempresas como alternativa de empleo
independiente. El supuesto de aplicación del programa descrito es la
desincorporación del trabajo, durante los dos años siguientes a la venta de las
acciones de la empresa por motivos injustificados.
De las comunicaciones y experticia referidas por el formalizante, se establece
que el trabajador manifestó a la empresa su decisión de retiro voluntario y su
pretensión de que se le cancelara la liquidación atractiva prevista en el Programa
de Estrategia Laboral, ante lo cual la empresa solicitó se prolongara la relación
laboral hasta diciembre y posteriormente, informó que no aceptaba su decisión
de retiro y ordenó su reintegro a las actividades.
De las copias certificadas del procedimiento de estabilidad intentado por el
actor en julio de 1999 declarado con lugar en marzo de 2001, resulta la
reincorporación del trabajador a su puesto, lo que en concordancia con los
recibos de pago consignados por ambas partes correspondientes a los pagos
desde diciembre de 1998 hasta julio de 2002, y con los informes presentados
por el Banco Mercantil, proveen el suficiente convencimiento a esta Sala de
que el trabajador continuaba prestando sus servicios a la empresa cuando
intentó la demanda en junio de 2001.
Por las pruebas arriba descritas queda demostrado que el Programa de
Estrategia Laboral sólo se aplica a los trabajadores que sean desincorporados
durante los dos años siguientes a la venta de las acciones de Sidor por motivos
injustificados, que el trabajador no fue desincorporado y por el contrario
prestaba servicios personales a la empresa cuando solicitó la aplicación del
Programa de Estrategia Laboral, y cuando demandó el pago de las
Liquidaciones Atractivas previstas en el programa mencionado, razón por la
cual, la valoración de las pruebas consignadas no habría modificado la decisión
y por tanto considera la Sala que la infracción denunciada no es determinante
del dispositivo del fallo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 179

1.4. Incongruencia
1.4.1. Cómo determinar si el fallo es congruente

Recurso de Casación
Partes: Victalia Coromoto León de Di Giacinto y otros
contra Emilia Facciabene de Di Giacinto y otros
Sentencia: N° 193 de 26­07­01. Exp. 01­249
Motivo: Nulidad de contrato
Para determinar si el fallo es congruente con la pretensión deducida y las
excepciones y defensas opuestas, no basta examinar el dispositivo, sino que
es necesario confrontar las razones que sustentan la decisión con las
alegaciones de las partes.

1.4.2. La reformatio in peius no constituye ultrapetita

Recurso de Casación
Partes: Ramón Porte contra la empresa Constructora
Hermanos Vitale, C.A. (HERVICA)
Sentencia: N° 352 de 12­06­02. Exp. 01­703
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros beneficios
derivados de la relación de trabajo
El vicio de ultrapetita objetiva, que es una modalidad de la incongruencia de la
sentencia, se configura cuando el Juez concede en la sentencia más de lo
pedido o se pronuncia sobre cosa no demandada, pero no en los casos en que
el sentenciador infringe la prohibición de hacer peor la condición del apelante,
favoreciendo a quien no hizo uso del recurso de apelación. En el vicio de
ultrapetita pueden incurrir tanto el Juez de la alzada como el de primera
instancia, en tanto que la prohibición de desmejorar la condición del apelante
se impone únicamente a los jueces de la alzada, quienes deben ceñirse
rigurosamente a lo que es el tema del recurso de apelación.
180 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.4.3. Incongruencia. Concepto

Recurso de Casación
Partes: Desiderio Antonio Lugo Hernández y Evelio
Guzmán Ramírez contra la Alcaldía de Caracas,
Municipio Libertador
Sentencia: N° 474 de 09­08­02. Exp. 02­208
Motivo: Cobro de conceptos derivados de prestaciones
sociales
Normas citadas: CPC: artículos 12 y 243 ordinal 5°
(...) el ordinal 5° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, dispone
que toda sentencia debe contener: “Decisión expresa, positiva y precisa
con arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas
opuestas, sin que en ningún caso pueda absolverse de la instancia”.
De acuerdo con la doctrina pacífica y reiterada de este Máximo Tribunal,
toda sentencia debe cumplir con el principio de exhaustividad que le impone
al juez el deber de resolver sólo sobre lo alegado, pues al resolver lo no pedido,
incurre en el vicio de incongruencia positiva. Asimismo, el juez debe resolver
sobre todo lo alegado en el libelo y la contestación y excepcionalmente en
otra oportunidad procesal como los informes, a riesgo que si no resuelve lo
pedido, incurrirá en el vicio de incongruencia negativa.
De manera que, una sentencia es congruente cuando guarda relación con los
pedimentos del libelo de demanda y los términos en que el demandado dio su
contestación.
Este requisito de la congruencia, tiene por finalidad asegurar un adecuado
cumplimiento del principio dispositivo, que implica el deber del juez de atenerse
a lo alegado y probado en autos, sin poder sacar elementos de convicción
fuera de éstos, ni suplir excepciones o argumentos de hecho no alegados ni
probados, expresado en el artículo 12 eiusdem.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social que establece que
no hay incongruencia cuando el sentenciador incorpora al salario promedio
las utilidades, sin haberlo solicitado el actor en el libelo. (Sentencia N° 73 de
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 181

29 de marzo de 2000, expediente N° 99­907. Ponencia del Magistrado Alberto


Martini Urdaneta. (Caso: Virgilio Alejandro Carmona contra Biotech
Laboratorios, C.A.)

1.4.4. Incongruencia. Principio de exhaustividad del fallo

Recurso de Casación
Partes: Rosa Alzaibar B., y Olga Campos B. contra Meyer
Cohen Cohen
Sentencia: N° 659 de 05­12­02. Exp. 02­189
Motivo: Cobro de honorarios profesionales judiciales
(…) toda decisión que se dicte debe cumplir con el principio de exhaustividad
que le impone al Juez el deber de resolver sólo sobre lo alegado y sobre todo
lo alegado en el libelo y la contestación y excepcionalmente, en otra oportunidad
procesal como los informes, si en el transcurso del procedimiento sobreviene
un motivo que por ser posterior no ha podido ser alegado por las partes en las
oportunidades procesales indicadas. Además, también debe resolver sólo y
sobre todos los alegatos formulados por las partes cuando surge una incidencia
en el juicio.

1.5. Indeterminación objetiva

1.5.1. Indeterminación objetiva. Legitimación para recurrir

Recurso de Casación
Partes: María Antonia Velasco Avellaneda contra la
empresa Compañía Anónima Venezolana Seguros
Caracas
Sentencia: N° 48 de 15­03­00. Exp. 99­638
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
El cumplimiento del requisito de mencionar el objeto sobre el cual recae la
decisión, tiene como finalidad permitir la ejecución y determinar el alcance de
la cosa juzgada que emana del fallo. En el caso de una decisión como la
presente, que declara con lugar la demanda, la finalidad se centra en posibilitar
182 JUAN RAFAEL PERDOMO

la ejecución del fallo; en consecuencia, el demandado carece de interés procesal


y, por tanto, de legitimación para formular una denuncia de un error, que en el
supuesto de existir, sólo podría favorecerlo.

1.5.2. Toda sentencia debe contener la determinación de la


cosa u objeto sobre la cual recae la decisión. Principio
de autosuficiencia del fallo

Recurso de Casación
Partes: George Nelson Erwin Méndez contra el Fondo de
Desarrollo Agroalimentario del Estado Bolívar
(FONDAGRO BOLÍVAR), asumido por el Fondo
para el Desarrollo Económico del Estado Bolívar
FONDO BOLIVAR
Sentencia: N° 123 de 06­03­03. Exp. 02­559
Motivo: Cobro de obligaciones laborales
Norma citada: CPC: artículo 243 ordinal 6°
El artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, en su ordinal 6º, establece
que toda sentencia debe contener la determinación de la cosa u objeto sobre
que recaiga la decisión. Este requisito es esencial para permitir la ejecución
del fallo y establecer el alcance de la cosa juzgada que de éste emana.
Por el principio de la unidad del fallo, la determinación de la cosa puede estar
expresada en cualquier parte de la decisión, pero debe ser posible su precisión
sin necesidad de recurrir a otras actas o instrumentos del expediente ­principio
de autosuficiencia­. Su omisión conlleva a la nulidad de la sentencia por el
vicio de indeterminación objetiva.
(…)
En efecto, la recurrida ordenó la realización de una experticia complementaria
del fallo en la que se debía determinar el número de días que le corresponden
al trabajador por los conceptos laborales antes referidos, delegando así en los
peritos una facultad esencialmente jurisdiccional, pues los expertos no juzgan
ni deciden, sino que avalúan el monto de los frutos, intereses o indemnización
objeto de la condena, en conformidad con las reglas y formalidades establecidas
en el artículo 556 y siguientes del Código de Procedimiento Civil. La labor de
los expertos debe estar limitada a una cuantificación monetaria de esos
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 183

derechos, los cuales deben estar establecidos en la propia sentencia, de lo


contrario se puede producir alguna extralimitación en la experticia, o generar
derechos nuevos no consagrados en el fallo. Tales lineamientos se desprenden
de lo regulado en el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, que prevé
en su primer aparte, lo siguiente: “En todo caso de condenatoria según
este artículo, se determinará en la sentencia de modo preciso, en qué
consisten los perjuicios probados que deban estimarse y los diversos
puntos que deban servir de base a los expertos”.
Por tanto, al no señalarse en ninguna parte de la sentencia de Alzada los días
que sirven de base a los peritos para el cálculo de las prestaciones sociales
que se le deben al trabajador por bono vacacional, vacaciones vencidas,
vacaciones fraccionadas, antigüedad, preaviso, bonificación de fin de año, la
recurrida quebrantó el ordinal 6°, artículo 243 del Código de Procedimiento
Civil, incurriendo en el vicio de indeterminación objetiva.
En consecuencia, la Sala casa de oficio la sentencia impugnada, al no cumplir
con la finalidad de resolver la controversia con suficientes garantías para las
partes, en cuanto al control de su legalidad.
CAPÍTULO VIII
CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE LEY

1. FALSA APLICACIÓN. CONCEPTO

Recurso de Casación
Partes: Ennio Jose Zapata contra la sociedad mercantil
Banco de Venezuela, S.A.C.A.
Sentencia: N° 47 de 15­03­00. Exp. 99­835
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOTPT: artículo 68; CPC: artículo 506; CC: artículo
1.354
(…) la doctrina ha entendido la falsa aplicación como:
“La falsa aplicación de la ley viene a ser una violación que consiste en
una incorrecta elección de la norma jurídica aplicable, lo cual se traduce
normalmente en una preterición y omisión de la norma jurídica que
debió ser aplicada.
Para Calamandrei, la falsa aplicación de la ley constituye un error sobre
la relación que tiene lugar entre el caso particular concreto y la norma
jurídica: se verifica en todos aquellos casos en que el juez yerra al
establecer la relación de semejanza o de diferencia que existe entre el
caso particular concreto jurídicamente cualificado y el hecho específico
hipotetizado por la norma. Esta infracción se denomina también, con la
terminología alemana, como “error de subsunción del caso particular
bajo la norma.” (José Gabriel Sarmiento Nuñez. Casación Civil).
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 185

Según la doctrina anteriormente expuesta, que esta Sala acoge, la falsa


aplicación de una norma existe cuando al supuesto de hecho no se le aplica la
norma que debería aplicarse, de aquí que la falsa aplicación de la ley consiste
en una incorrecta elección de la norma jurídica aplicable, lo que normalmente
se traduce en una preterición u omisión de la norma jurídica que debió ser
aplicada.
En el caso de autos, se observa que el juez de la recurrida fundamentó su
decisión en el hecho de haberse admitido por parte del demandado la relación
laboral existente entre él y el trabajador, la duración de este último y el monto
de su salario. Igualmente, agrega el juez superior, que no fue suficiente con
que el demandado negara simplemente que debía ciertas cantidades de dinero,
sino que era necesario que éste expresara por qué no adeudaba esas
cantidades y al no hacerlo, el Tribunal decidió a favor del trabajador, con
fundamento en lo establecido en el último aparte del artículo 68 de la Ley
Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo; “Se tendrán por
admitidos aquellos hechos indicados en el libelo respecto de los cuales,
al contestarse la demanda no se hubiere hecho la requerida
determinación ni aparecieren desvirtuados por ninguno de los elementos
del proceso”, norma que fue correctamente aplicada al caso de autos.

2. DIFERENCIA ENTRE EL ERROR DE INTERPRETACIÓN Y


LA FALTA DE APLICACIÓN DE UNA NORMA LEGAL.
CONCEPTOS

Recurso de Casación
Partes: Juan Pastor Linarez contra la sociedad mercantil
Panamco de Venezuela, S.A. (Coca­Cola y Hit de
Venezuela, S.A.)
Sentencia: N° 540 de 18­09­03. Exp. 02­659
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
El error en la interpretación de la ley ocurre cuando el juez aun reconociendo
la existencia y validez de la norma que ha seleccionado apropiadamente, yerra
en la determinación de su verdadero alcance general y abstracto, haciéndose
derivar de ella consecuencias que no resultan de su contenido.
En cambio la falta de aplicación de una norma, tiene lugar cuando el
sentenciador niega la aplicación de una disposición legal que esté vigente o
186 JUAN RAFAEL PERDOMO

aplica una norma no vigente, a una determinada relación jurídica que está
bajo su alcance. Al respecto, el Dr. Gabriel Sarmiento Nuñez, en su obra
“Casación Civil”, publicada por la Biblioteca de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales, Serie Estudios, Caracas 1993, al explicar los motivos de
casación de fondo, expresó respecto a la falta de aplicación de una norma
jurídica que: “… Se trata de una falta de aplicación de la norma legal,
que configura un error sobre la existencia o validez en el tiempo y en el
espacio, de una norma. Es la negación o el desconocimiento del precepto,
o mejor, de la voluntad abstracta de la ley (...)”.

2.1. Falta de aplicación del artículo 61 de la Ley Orgánica del Trabajo. El


tribunal de alzada debe pronunciarse sobre la defensa perentoria de
prescripción. Apelación. Concepto

Recurso de Casación
Partes: Oscar Alfonso Guanda contra la sociedad mercantil
Panamco de Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 226 de 11­03­04. Exp. 03­957
Voto concurrente: Magistrado Alfonso Valbuena Cordero
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Normas citadas: LOT: artículo 61; CBRV: artículo 92; CPC: artículo
20

Apelación. Concepto
Puede definirse la apelación como el recurso por medio del cual la parte o un
tercero, perjudicados por un fallo dictado por el Juez que conoció y decidió la
causa en primer grado de jurisdicción, insta un nuevo examen de la causa por
parte de un Juez superior jerárquicamente o de segundo grado de jurisdicción
y, consecuentemente, el pronunciamiento de una nueva decisión.
Como puede desprenderse del concepto enunciado, para que alguna de las
partes en el juicio pueda ejercer el recurso apelatorio, es necesario que la
sentencia a impugnar le haya causado algún perjuicio o gravamen, pues la
revisión de la sentencia debe responder a un interés preciso y no meramente
a la procura de la correcta interpretación de la ley. Es por dicha circunstancia
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 187

que el artículo 297 del Código de Procedimiento Civil establece que no puede
apelar de una decisión aquella parte a quien se le hubiere concedido todo lo
pedido.
Encuentra la Sala que el fallo definitivo dictado por el Tribunal de la causa,
Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario, del
Tránsito y del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Trujillo, el 27
de marzo de 2003, se declaró sin lugar la demanda, condenándose en costas
al demandante, y debe entenderse que a la parte demandada se le ha concedido
todo lo pedido cuando se declara sin lugar la demanda, independientemente
de los argumentos que sirven de fundamento a la sentencia y de que se
desestimen una o varias de las defensas opuestas, pues su interés último es la
desestimación total de la demanda.
En consecuencia, Panamco de Venezuela, S.A., no podía apelar de la decisión
del Tribunal de la causa por haber desestimado la defensa de prescripción
pues pese a ello se declaró sin lugar la demanda.
Con el ejercicio del recurso de apelación por parte del demandante el Tribunal
Superior adquiría plena jurisdicción y debía conocer y decidir todos los alegatos
formulados en la demanda y todas las excepciones y defensas opuestas por
la demandada, aunque esta no hubiese apelado.
El Juez de apelación sólo tiene jurisdicción restringida en los casos en que el
propio apelante la limita a ciertos motivos de agravio en su diligencia o escrito
de apelación.
Entonces, debe concluirse que el Juez de la recurrida incurrió en un error al
desestimar la prescripción fundado en que “...el silencio se entendió como
aceptación del criterio del juez a quo respecto a la desestimación de la
defensa perentoria de prescripción de la acción laboral...”, por no haber
habido apelación de la demandada, quien ­resalta la Sala­ había resultado
totalmente victoriosa en primera instancia.
Asentado lo anterior, debe la Sala considerar los motivos expuestos por el
Tribunal de la causa y aceptados por la Alzada en relación con la desaplicación
del artículo 61 de la Ley Orgánica del Trabajo, por encontrarse en contradicción
con lo dispuesto en el artículo 92 del texto constitucional.
En este sentido, observa la Sala, que el hecho que el constituyente asentara
en el artículo 92 constitucional que los trabajadores tienen derecho a
prestaciones sociales que les recompensen la antigüedad en el servicio y los
amparen en caso de cesantía, señalando que son créditos de exigibilidad
188 JUAN RAFAEL PERDOMO

inmediata, no permite en modo alguno derivar que tales prestaciones sociales


son de naturaleza imprescriptible y cuyo pago puede reclamarse en cualquier
momento luego de terminada la relación de trabajo.
Por el contrario, la aseveración del Juez de la causa, aceptada por el Tribunal
de alzada implica una lectura parcial de la Constitución vigente, pues la misma,
en su disposición transitoria cuarta establece:
“Dentro del primer año, contado a partir de su instalación, la Asamblea
Nacional aprobará:
3. Mediante la reforma de la Ley Orgánica del Trabajo, un nuevo
régimen para el derecho a prestaciones sociales consagrado en
el artículo 92 de esa Constitución, el cual integrará el pago de
este derecho de forma proporcional al tiempo de servicio y
calculado de conformidad con el último salario devengado,
estableciendo un lapso, mientras entre en vigencia la reforma de
la ley seguirá aplicándose de forma transitoria el régimen de la
prestación de antigüedad establecido en la Ley Orgánica del
Trabajo vigente. Asimismo, contemplará un conjunto de normas
integrales que regulen la jornada laboral y propendan a su
disminución progresiva, en los términos previstos en los
acuerdos y convenios de la Organización Internacional del
Trabajo suscritos por la República”.
Es decir, la Asamblea Constituyente determinó que los créditos que tiene el
trabajador contra su patrono en virtud de la terminación de la relación de
trabajo son prescriptibles, así como la vigencia del actual régimen de
prescripción establecido en los artículos 61 y siguientes de la Ley Orgánica
del Trabajo, hasta tanto se dicte la ley correspondiente que establezca un
plazo de prescripción de diez años, no aplicable aún.
Como se observa, la Constitución dio especial relevancia al aspecto tratado,
al punto de imponer a la Asamblea Nacional la obligación de legislar casi
inmediatamente sobre la materia, concediéndole un breve plazo de seis meses,
el cual ha sido superado con creces, al igual que ha sucedido en muchas otras
áreas.
Ahora bien, aunque la redacción de la citada Disposición Transitoria permite
concluir que el Constituyente pretendió ampliar el lapso para que los
trabajadores reclamen los derechos patrimoniales derivados de la terminación
de la relación de trabajo, lo cierto es que a la vez legitimó, así sea con carácter
temporal, el régimen de prescripción previsto en la Ley Orgánica del Trabajo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 189

El Constituyente reconoce la vigencia temporal y consiguiente aplicabilidad


en la Ley Orgánica del Trabajo. Por ello, las normas referidas a la prescripción
cuentan con un respaldo constitucional, que hace imposible su desaplicación
mediante un control difuso de la constitucionalidad. El Constituyente previó
un cambio en el régimen de la prescripción, pero prefirió mantener el
ordenamiento vigente durante un tiempo.
Lo expuesto hace que a un tribunal de instancia le esté prohibido desconocer
el régimen actual de prescripción de las prestaciones sociales previsto en la
Ley Orgánica del Trabajo.
En resumen, al dictar su fallo el Tribunal de alzada ha debido considerar como
un aspecto a decidir la defensa perentoria de prescripción opuesta por la
demandada, y en consecuencia, determinar que según las previsiones del
artículo 61 de la Ley Orgánica del Trabajo, la acción intentada por el ciudadano
Oscar Alfonso Guanda se encontraba prescrita, pues transcurrió ampliamente
el plazo de prescripción de un (1) año desde la fecha de la terminación de la
alegada relación de trabajo, el 6 de agosto de 1998, y la interposición de la
demanda, el 8 de enero de 2001; concretamente transcurrió un lapso de
aproximadamente dos (2) años y seis (6) meses.
Al no haber procedido de tal forma el Tribunal de alzada, la Sala está obligada
a declarar que la recurrida infringió el artículo 61 de la Ley Orgánica del
Trabajo al negarle aplicación y vigencia, y el artículo 20 del Código de
Procedimiento Civil por falsa aplicación.

3. A QUÉ SE REFIERE EL ERROR DEL JUEZ POR SUPOSICIÓN


FALSA

Recurso de Casación
Partes: Octavio Antonio Monsalve contra la empresa
Manufacturas Metalmecánicas S.A.
Sentencia: N° 50 de 15­03­00. Exp. 99­633
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados del contrato de trabajo
La suposición falsa tiene que referirse forzosamente a un hecho positivo y
concreto que el Juez establece falsa e inexactamente en su sentencia a causa
de un error de percepción, entre otras razones, porque no existan las menciones
190 JUAN RAFAEL PERDOMO

que equivocadamente atribuyó a un acta del expediente. Ahora bien, como el


mencionado vicio sólo puede someterse en relación con un hecho establecido
en el fallo, quedan fuera del concepto de suposición falsa las conclusiones del
Juez con respecto a las consecuencias jurídicas del hecho, porque en tal
hipótesis se trataría de una conclusión de orden intelectual que aunque errónea,
no configuraría lo que la ley y la doctrina entienden por suposición falsa.
La calificación de trabajador de una persona determinada surge luego de
aplicar el derecho a los hechos alegados y probados, por tanto se trata de una
conclusión del Juez y no de un hecho que pueda ser combatido mediante una
denuncia de suposición falsa.

4. CÓMO DENUNCIAR LA SUPOSICIÓN FALSA

Recurso de Casación
Partes: Fernando Llorente Maldonado contra la sociedad
mercantil Aeropostal Alas de Venezuela, C.A.
Sentencia: N° 832 de 21­07­04. Exp. 04­573
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos derivados de la relación de trabajo
Norma citada: LOPT: artículo 168 ordinal 2°
Entonces, si el Juez establece un hecho falso, que constituye el supuesto de
hecho abstracto de la norma, este error sólo puede conducir a que se aplique
dicha norma a unos hechos concretos a los cuales no es aplicable, lo cual
constituiría falsa aplicación de la norma. Por tanto, cuando se alega que el
Juez incurrió en una falsa suposición debe denunciarse como un error de
juzgamiento, fundamentado en el ordinal 2° del artículo 168 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, acusando la infracción de la norma respectiva por falsa
aplicación, y no como una denuncia de inmotivación fundada en el ordinal 3°
de la ley adjetiva laboral, como en el caso bajo examen.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 191

5. REGLA GENERAL DE VALORACIÓN DE LAS PRUEBAS. LA


SANA CRÍTICA

Recurso de casación
Partes: Salvador Montero contra la sociedad mercantil
Panamco de Venezuela, S.A. (Coca­Cola y Hit de
Venezuela, S.A.)
Sentencia: N° 485 de 04­06­04. Exp. 03­117
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículos 477, 480, 507 y 508
Se denuncia la infracción por parte del Tribunal de alzada de los artículos 12,
507 y 508 del Código de Procedimiento Civil, al desestimar, “por inhábil, los
testimonios de los testigos promovidos por la parte actora­recurrente.
En relación con la valoración de las pruebas, la doctrina y jurisprudencia
nacional han considerado como reglas de valoración todas aquellas que sin
establecer una tarifa determinada, señalan al sentenciador cómo debe proceder
para apreciarlas. Así, se introduce una regla general: la sana crítica. El artículo
507 del citado Código, impone al juez el deber de apreciar la prueba, a menos
que exista una regla legal expresa para valorar su mérito, según las reglas de
la sana crítica, que son reglas del correcto entendimiento humano, eventuales
y variables en relación con la experiencia, el tiempo y el lugar, las cuales no
pueden desentenderse de los principios fundamentales de la lógica, que son
verdades inmutables, estables y permanentes, anteriores a toda experiencia,
y que constituyen la base de toda sentencia. Por tanto, se debe combinar este
orden lógico con las conclusiones del juez luego de observar lo que ocurriría
normalmente.
Por su parte, el artículo 508 eiusdem, indica algunas reglas de la sana crítica
en materia de apreciación de la prueba testimonial, que guían al juez en la
mejor apreciación de dicha prueba.
En el caso examinado, la Sala constata del mismo escrito de formalización, que
no es cierto que el Tribunal ad quem desestima por inhábil la declaración de los
testigos ciudadanos Gilberto Antonio Gudiño y José Luis Arrieta, sino que los
desecha porque se evidencia de sus declaraciones que los testigos tienen interés
en las resultas del juicio, razón por la que no le merecen fe, y en aplicación del
artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, desestima la prueba.
192 JUAN RAFAEL PERDOMO

En el supuesto que fuera cierto lo denunciado, el recurrente ha debido indicar


el error de juzgamiento en que incurrió el juez, respecto de las normas que la
regulan ­artículos 477 y 480 eiusdem­, pero no lo hizo.
En relación con los ciudadanos Amilcar Segundo Rodríguez Medina, y Jhonny
Pérez Colmenarez, concluye que sus respuestas son “sugestivas”, razón por
la que no le merecen fe sus dichos y en consecuencia, desecha igualmente la
prueba.
Sobre el particular, la Sala advierte que la apreciación en cuanto a la credibilidad
que le merece el testigo y a la existencia de razones para desechar su testimonio,
es de la soberanía de los jueces de instancia y escapa al control de la casación,
a menos que se denuncie uno de los supuestos de suposición falsa, siempre
que el recurrente cumpla con los requisitos que hacen procedente una denuncia
de este tipo, lo cual no es el caso.

6. MÁXIMAS DE EXPERIENCIA. CONCEPTO

Recurso de Casación
Partes: José Alfredo Torrealba Moreno contra la sociedad
mercantil Compañía Anónima Electricidad de
Occidente (ELEOCCIDENTE)
Sentencia: N° 430 de 25­10­00. Exp. 00­132
Motivo: Cobro de indemnización por accidente de trabajo
(...) las máximas de experiencia son juicios hipotéticos de contenido general,
sacados de la experiencia, sean leyes tomadas de las distintas ramas de la
ciencia, o de simples observaciones de la vida cotidiana, son reglas de la vida
y de la cultura general formadas por inducción. Estas máximas de experiencia
no precisan ser probadas por ser un conocimiento común de lo que
generalmente acontece, y por tanto el juez tiene la facultad de integrarlas, al
ser parte de su experiencia de vida, a las normas jurídicas adecuadas para
resolver la controversia.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 193

7. CÓMO SE DENUNCIA LA VIOLACIÓN DE UNA MÁXIMA


DE EXPERIENCIA

Recurso de Casación
Partes: José Benjamín Gallardo González contra la sociedad
mercantil Andy de Venezuela, C.A.
Sentencia: N° 12 de 06­02­01. Exp. 99­515
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Norma citada: CPC: artículo 12
(…) cuando se alega la violación de una máxima de experiencia ­conocimiento
privado del Juez­ que le debe resultar idónea al sentenciador para lograr la
integración del concepto jurídico indeterminado previsto en el supuesto
normativo, debe invocarse la violación del artículo 12 del Código de
Procedimiento Civil, que faculta al Juez para fundar su decisión en máximas
de experiencia, igualmente debe indicarse cuál es la máxima de experiencia
infringida y la norma a la cual se adminicula la misma, e indicarse la respectiva
falta o falsa aplicación de la ley o la errónea interpretación.

8. DIFERENCIAS ENTRE DEFECTOS DE ACTIVIDAD Y


ERRORES DE JUICIO A LOS FINES DE LA CASACIÓN

Recurso de Casación
Partes: Omar Enrique Petit Da Costa contra la empresa
Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima
(PDVSA)
Sentencia: N° 184 de 26­07­01. Exp. 01­095
Motivo: Cobro de diferencia en prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: 313 ordinal 1°, 350 y 352; LOTPT: artículos
63, 64, 65 y 68; CRBV: artículos 2, 26, 49, 89, 92 y
257
(…) Es criterio reiterado de esta Sala que las cuestiones de fondo son aquéllas
que se refieren a la justa decisión de la controversia. Todas las determinaciones
que el Juez toma para declarar, como es el caso, la extinción del proceso, de
ser erróneas constituirían quebrantamiento de formas procesales, cuyo
194 JUAN RAFAEL PERDOMO

resultado es la máxima indefensión, al negar indebidamente ­como


consecuencia del error­ el acceso a la justicia. Ello es cierto aun cuando
detrás de la equivocación pueda estar una errónea interpretación de la ley,
como se denuncia.
La doctrina de la casación venezolana se sustenta en las precisiones de
Carnelutti, sobre la profunda diferencia entre las cuestiones relativas al orden
del proceso, cuyos errores constituyen defecto de actividad, y las referentes
a la decisión de la controversia, cuyas deficiencias tiene la naturaleza de
infracción de ley.
Al respecto, la Sala de Casación Civil de la antigua Corte Suprema de Justicia,
expresó en sentencia de fecha 2 de marzo de 1994, ratificada entre otras
oportunidades, en 23 de septiembre de 1998, lo siguiente:
“En relación a la distinción entre el error in procedendo y el error in
iudicando, Carnelutti explica:
“Hasta ahora se pensó que la diferencia entre el error en el juicio y error
en el procedimiento estaba únicamente en que el primero se refería a la
causa y el segundo al efecto de la equivocación cometida por el juez:
habría falsos juicios, que bastarían por sí solos para consentir la
rescisión de la sentencia, independientemente de su repercusión sobre
el acto que determinaron; habría, por otra parte, ciertos actos cuyo
cumplimiento en forma diversa de la querida por la ley constituiría
motivo de casación por sí sola, independientemente de la naturaleza
del juicio que los hubiera engendrado; según esta línea divisoria, si los
errores (en la solución de una cuestión) de fondo eran tratados como
errores de juicio, los errores de orden podían referirse tanto al procedere
como al iudicare; por ejemplo, que hubiera decidido un juez
incompetente, se consideraba no tanto un error in procedendo cuanto
un error in iudicando si la equivocación había ocurrido en solución de
una cuestión de derecho referente a la competencia”.
Este modo de plantear la distinción no apreciaba la verdadera razón de
ella, que no está sino en la profunda diferencia entre el orden y el
fondo, esto es, entre la conducción del proceso y la decisión de la litis
o la administración del negocio, y estos dos momentos de la actividad
del juez están en relación de medio a fin: para las cuestiones de orden,
lo que importa a los fines de la rescisión no es tanto el porqué cuanto
el si se ha seguido o no el iter señalado por la ley como el más idóneo
para llegar al fin; en cuanto a las cuestiones de fondo, no se puede
pretender lo mismo, es decir, que sólo la obtención o la no obtención
de fin sea relevante, debiéndose indagar igualmente si la decisión ha
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 195

sido justa... Es exacto, por tanto distinguir los errores in iudicando


como errores de juicio de los errores in procedendo, como errores de
actividad, pero es hora de agregar que los segundos atañen sólo al
orden y los primeros sólo al fondo...”. (Instituciones del Proceso Civil.
Volumen II. Págs. 249­250).
La opinión transcrita resulta de mayor exactitud, a juicio de la Sala, que
la posición de Calamandrei, para quien se tratará de un error de actividad
si se comete al aplicar las normas procesales, y de un error de juicio, si
se comete al aplicar la ley sustantiva ­”inejecución de un precepto
procesal (error in procedendo) y el error sobre la voluntad abstracta de
una ley relativa a la relación controvertida”­ pues al resolver el fondo
de la controversia puede infringir el juez una regla de derecho procesal,
y en nuestro sistema las violaciones de reglas de procedimiento que
no se traduzcan en quebrantamiento u omisión de formas procesales
en infracción del derecho de defensa, o puedan ser catalogadas como
omisión de los requisitos del artículo 243 o vicios de la sentencia, de
los enumerados en el artículo 244 del Código de Procedimiento Civil,
pueden dar lugar el recurso por infracción de ley.
El autor citado en último término, también percibe la esencia de la
cuestión al expresar:
“La profunda diferencia del criterio seguido por nuestra ley en los dos
casos es evidente: en el recurso dado por error in iudicando se trata de
defender la exacta interpretación de cualquier norma jurídica; en el
recurso dado por error in procedendo se trata no de asegurar la
ejecución de cualquier precepto procesal, puesto que la mayor parte
de las inejecuciones de estos preceptos no dan lugar a casación, sino
de garantizar el provechoso desarrollo del proceso...”. (La Casación
Civil. Tomo II, págs. 259­260)
En ocasiones se ha caracterizado el error in procedendo, como el
ocurrido en el camino que conduce a la sentencia recurrida, y el error
de juicio, como aquel cometido en la sentencia misma, pero ello sólo es
estadísticamente correcto, pues si bien la mayor parte de los
quebrantamientos de formas procesales se cometen en el curso del
proceso, antes de la sentencia, aun en ese caso existirá una deficiencia
en la sentencia misma ­la falta de reposición­, y en ocasiones la
indefensión es ocasionada por la propia recurrida. Ejemplos de este
último supuesto lo constituyen la sentencia interlocutoria que resuelve
una cuestión procesal, contra la cual se puede formalizar en la
oportunidad del recurso contra la definitiva, y la llamada sentencia
definitiva formal, que constituye el caso bajo análisis, la cual no resuelve
196 JUAN RAFAEL PERDOMO

sobre el fondo de la controversia, sino sobre una cuestión


procedimental, o de orden, en palabras de Carnelutti.
Nuestro Código de Procedimiento Civil regula los efectos de la sentencia
de casación en ambos supuestos. En relación con el recurso por defecto
de actividad, el artículo 320 establece que si al decidir el recurso la
Corte Suprema de Justicia encontrare una infracción de las descritas
en el ordinal 1° del artículo 313, se abstendrá de conocer las otras
denuncias de infracción formuladas, y decretará la nulidad y reposición
de la causa al estado que considere necesario para restablecer el orden
jurídico infringido, y de acuerdo al artículo 322, esta Corte remitirá el
expediente directamente al Tribunal que deba sustanciar de nuevo el
juicio. Respecto a la casación por error de juicio, la disposición citada
en último término establece, que si el recurso fuere declarado con lugar
por las infracciones descritas en el ordinal 2° del artículo 313, el juez de
reenvío se limitará a dictar nueva sentencia sometiéndose completamente
a lo decidido por la Corte Suprema de Justicia.
Un ejemplo de la diferencia entre ambos recursos, en cuanto a los
efectos de la sentencia que el recurrente solicita al formalizar el recurso,
lo tenemos en el supuesto de error en el cómputo de los días para la
promoción de pruebas. En cualquier caso se tratará de una infracción
de reglas de procedimiento, pero si quien recurre alega que no se
admitieron ilegalmente sus pruebas, se tratará de un recurso por defecto
de actividad, cuyo efecto, de ser procedente, consistirá en la reposición
de la causa al estado de que se admitan y de ser necesario, se evacuen
las pruebas; en tanto que, de ser el fundamento del recurso la
apreciación de pruebas promovidas o evacuadas extemporáneamente,
se tratará de un recurso por infracción de ley, y el efecto será el de
reenvío, para que el Superior resuelva de nuevo el fondo de la causa,
sin tomar en consideración las pruebas irregulares.
Este planteamiento es compatible con la posición de Carnelutti, pues el
error en la aplicación de las normas procesales, en el segundo de los
casos, fue cometido al resolver la cuestión de fondo, tomando en cuenta
para su resolución pruebas irregulares.
El Juez, al examinar los actos procesales realizados en primera instancia
no está resolviendo la controversia planteada, sino examinando el orden
del proceso, por lo cual de existir algún error, éste fue cometido in
procedendo, dando lugar a un recurso por defecto de actividad”.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 197

9. EL ERROR EN LA APRECIACIÓN DE LA PRUEBA NO PUEDE


SER DENUNCIADO COMO QUEBRANTAMIENTO DE
FORMAS. VALORACIÓN DE PRUEBA IRREGULAR

Recurso de Casación
Partes: Manuel Enrique Vera Gudiño contra las sociedades
mercantiles Transporte Man Rodri, C.A.,
Transporte Rodríguez & M. C.A., Servi Transporte
Rodríguez C.A., y Transporte de Gandolas
Rodríguez C.A.
Sentencia: N° 1002 de 18­08­04. Exp. 04­656
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
laborales
La presente denuncia estuvo orientada a señalar el quebrantamiento de las
formas procesales con menoscabo al derecho de defensa por parte de la
Alzada al haber apreciado unos instrumentos privados emanados de un tercero
quien no los ratificó mediante la prueba testimonial. Lo denunciado es, en
consecuencia, la valoración de una prueba irregular, no una indefensión,
cuestión que debe fundamentarse con base en un motivo de casación por
infracción de ley, indicándose, por lo menos, cuáles son las normas jurídicas
infringidas y el motivo del error, si es falta de aplicación, falsa aplicación o
errónea interpretación de una norma jurídica, sin lo cual la Sala se encuentra
impedida de examinar la delación.
198 JUAN RAFAEL PERDOMO

10. PRINCIPIO DE LA PROHIBICIÓN DE LA REFORMATIO IN


PEIUS. FALTA DE INTERÉS

Recurso de Casación
Partes: Edgar Coromoto David Sánchez Acevedo y Hugo
Gislan Briceño Dávila contra el Instituto de Aseo
Urbano para el Área Metropolitana de Caracas
(I.M.A.U.)
Sentencia: N° 265 de 13­07­00. Exp. 99­859
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOT (1990): artículo 108; LOT (1997): artículo 108
Cuando sólo el demandado apela del fallo de Primera Instancia y la parte
demandante no apela, el juez de la Alzada sólo tiene jurisdicción para conocer
si procede o no la condena del accionado, toda vez que la parte actora, al no
apelar se conformó con la decisión. El Tribunal Superior no puede conocer
así del gravamen de la parte accionante, no sometido a apelación, de tal modo
que la sentencia de alzada no podría empeorar la condición del apelante.
En nuestro ordenamiento jurídico rige el principio llamado de la “prohibición
de la reformatio in peius”, la cual constituye una limitación del poder del juez
de la Alzada y se quebranta cuando el sentenciador desmejora la condición
del único apelante mejorando la del apelado, es decir, de la parte que se
conformó con la decisión, sin alzarse contra ella.
Como lo expone la propia parte formalizante, en la sentencia dictada por el
Juzgado Quinto de Primera Instancia del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas en fecha 5 de diciembre de
1994, no se condenó a la parte demandada al pago de los intereses que
sobre las cantidades devengadas por la prestación de antigüedad, se causaren
hasta la definitiva cancelación de la deuda, de conformidad con lo previsto
en el artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de
noviembre de 1990 (vigente al terminar la relación de trabajo y al presentarse
la demanda), y de la vigente Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 19 de
junio de 1997.
Contra dicho fallo del Juzgado a quo no apeló la parte actora, conformándose
con su dispositivo, y por tanto estaba fuera de los límites de la controversia
sometida al Sentenciador de la Alzada condenar a la parte accionada al pago
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 199

de los intereses de la prestación de antigüedad que se causen hasta la definitiva


cancelación de la obligación.
Entonces, la circunstancia de que en la Alzada no se haya condenado al
demandado al pago de los intereses causados por las cantidades devengadas
por la prestación de antigüedad, no constituye un perjuicio para la parte
accionante, que aceptó tal exclusión por parte del Tribunal a quo. Por lo
expuesto, debe considerarse que la actora carece de legitimidad para plantear
la presente denuncia, la cual debe desestimarse.
En efecto, si bien la Ley le otorga recurso de casación tanto a la parte
demandante como a la demandada, eso tiene lugar sólo para la parte a quien
la decisión le haya causado un agravio jurídico, porque el litigante que no ha
sido perjudicado no puede impugnar el fallo, aún cuando tenga conciencia de
que viola la ley, pues el interés individual de anulación sólo tiene como base el
perjuicio que se causa, y no el interés público en la correcta interpretación de
la ley.
CAPÍTULO IX
CITACIÓN

1. CITACIÓN PERSONAL

Recurso de Casación
Partes: Panadería, Pastelería y Charcutería Los Llanos
S.R.L., contra Rosa María Ferrao Días de
Fernández
Sentencia: N° 134 de 24­05­00. Exp. 99­1014
Motivo: Invalidación
Normas citadas: CPC: artículos 218 y 223; LOTPT: artículos 31
y 50
El artículo 50 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo
debe interpretarse concordadamente con el artículo 218 del Código de
Procedimiento Civil, por disposición del artículo 31 de la Ley Orgánica de
Tribunales y de Procedimiento del Trabajo y por ello, se puede hacer la citación
personal en la morada o habitación, o en la oficina o en el lugar donde ejerce
la industria o el comercio o en el lugar donde se la encuentre, dentro de los
límites territoriales de la jurisdicción del Tribunal y cuando no hubiese sido
posible la citación personal, se procederá a la citación por carteles, en
conformidad con lo dispuesto en la segunda parte del artículo 50 eiusdem, en
concordancia con el artículo 223 del Código de Procedimiento Civil, que
establece la fijación en la morada, oficina o negocio del demandado y en las
puertas del Tribunal de sendos carteles emplazándolo para que ocurra a darse
por citado en el término de ley.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 201

La finalidad de la citación es hacer saber al demandado la existencia de una


acción en su contra, para que comparezca en el término establecido a dar
contestación a la demanda, y la adecuada interpretación de las dos normas en
cuestión lleva a esta Sala a considerar que la citación personal se puede
tramitar en la morada o habitación, o en la oficina o en el lugar donde ejerce
la industria o el comercio o en el lugar donde se la encuentre y ello es así no
sólo porque en forma alternativa el artículo 218 así lo autoriza, sino porque el
sentido común indica que el patrono normalmente acude a su lugar de trabajo
diariamente y por ello, es más probable lograr su citación personal.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social que define la
notificación en la LOPT. La compulsa no constituye una formalidad exigida
por la LOPT. Cuándo la notificación de la demandada sea dirigida a una
agencia o sucursal. (Sentencia N° 1299 de 15 de octubre de 2004, expediente
N° 04­685. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. Caso: Daniel
Herrera Zubillaga contra la empresa mercantil Metalúrgica Star, C.A.). Reitera
la sentencia N° 663 de 14 de junio de 2004, expediente N° 04­329. Ponencia
del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. Caso: Rubby José Suárez contra
la sociedad mercantil Editorial Santillana, S.A.
Véase igualmente doctrina de la Sala Constitucional que resuelve, a través de
una acción de amparo constitucional, un juicio que adolece de innumerables
vicios procesales y especialmente, en la citación. Por tanto, la Sala
Constitucional anula las actuaciones de primera instancia a partir de los carteles
y repone la causa al estado de nueva citación del demandado en la primera
instancia. Establece la obligación que tiene el defensor ad litem de contestar
la demanda. (Sentencia N° 33 de 26 de enero de 2004, expediente N° 02­
1212. Ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero. Caso: Luis
Manuel Díaz Fajardo)
202 JUAN RAFAEL PERDOMO

2. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 216 DEL CÓDIGO DE


PROCEDIMIENTO CIVIL. CITACIÓN TÁCITA

Recurso de Nulidad y de Casación


Partes: Agropecuaria Josfra C.A. contra Sergio Fernández
Quirch, Agustín Seco Rasillo y José Alvarez
Santamaría
Sentencia: N° 83 de 06­04­00. Exp. 99­268
Motivo: Cumplimiento de contrato de levante y ceba de
ganado vacuno e indemnización por daños y
perjuicios
Reitera: Criterio establecido por la Corte en Pleno de la
Corte Suprema de Justicia en sentencia de 29 de
junio de 1999
Norma citada: CPC: artículo 216
En decisión de la Corte en Pleno de 29 de junio de 1999 se indicó la
interpretación correcta, a juicio de la Corte, de la segunda norma jurídica
contenida en el artículo 216 único aparte del indicado Código, la cual consagra
que siempre que resulte de autos que la parte o su apoderado, antes de la
citación, han estado presentes en un acto del proceso se entenderá citada la
parte desde entonces para la contestación de la demanda, sin más formalidad,
en los siguientes términos:
“(…) debe interpretarse por los diversos operadores jurídicos con un
significado y alcance tales que siempre se excluya del específico ámbito
de aplicación de su supuesto de hecho, aquellos singulares casos en
que el demandado en forma involuntaria ­no deliberada­ intempestiva
e incluso en ocasiones sin la debida ‘asistencia de letrado’ ha resultado
pasible de una actuación procesal”.
El codemandado contra quien obran las medidas quedó citado
tácitamente, sin más formalidad, por intervenir voluntariamente, asistido
de abogado, al comenzar a ser ejecutadas las mismas, conforme al
artículo 216 del Código de Procedimiento Civil y la jurisprudencia de la
Corte en Pleno, antes indicada, y de inmediato comenzó a computarse
el lapso para oponerse al decreto, porque no es cierto, como lo señala
el Tribunal de alzada, que el codemandado tuviera que esperar que
constara en autos del cuaderno principal, la citación del último de los
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 203

demandados, y, además, las resultas de la ejecución de las medidas,


pues el lapso de oposición a las medidas es sólo para el afectado por
ellas y contra el decreto, no contra la ejecución de éste, de manera que
no es necesario esperar que se terminen de ejecutar las medidas para
que se abra el lapso de oposición, cuando la parte perjudicada por la
cautela queda citada tácitamente al principiar la ejecución y, por estos
motivos, ningún lapso adicional a los ya indicados, tiene que esperar
el agraviado para defender sus derechos.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social respecto a la citación
presunta o tácita (Sentencia N° 1367 de 29 de octubre de 2004, expediente
N° 04­1108. Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. Caso:
Ramón Alonso Montoya contra la sociedad mercantil Servicios Halliburton
de Venezuela, S.R.L.)

3. EL EFECTO DE LA INCOMPARECENCIA DEL DEMAN-


DADO; A) EL DEBER DE JURAMENTACIÓN DEL DEFENSOR
AD LITEM. ORDEN PÚBLICO

Recurso de Casación
Partes: Néstor Pérez Castillo contra Atlantis Venezolana,
C.A.
Sentencia: N° 371 de 09­08­00. Exp. 99­817
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida por la Sala de Casación Civil
de la Corte Suprema de Justicia en sentencias de
11 de mayo de 1966, de 8 de febrero de 1995 y de
23 de octubre de 1996
Normas citadas: CPC: artículo 104; LJ: artículo 7

El efecto de la incomparecencia del demandado


El efecto de la incomparecencia del demandado por sí o por medio de su
apoderado en el término señalado para darse por citado, es el nombramiento
del defensor ad litem. Así, la persona que ocupa este cargo juega el rol de
204 JUAN RAFAEL PERDOMO

representante del ausente o no presente, según sea el caso, con la diferencia


que su mandato proviene de la ley. Por tanto, mediante el nombramiento y
aceptación de éste, se hace efectiva la garantía constitucional de la defensa
del demandado.

a) El deber de juramentación del defensor ad litem. Orden público


“(...) el defensor ad litem tiene el deber de juramentarse ante el Juez que lo
haya convocado, tal como lo establece el artículo 7º de la Ley de Juramento,
que en su único aparte, dispone: “Los jueces y demás funcionarios judiciales
accidentales, prestarán juramento ante el Juez o Tribunal que los haya
convocado”. Tal como prevé la norma transcrita supra, el defensor ad
litem como funcionario judicial accidental que es, debe prestar juramento
ante el Juez y no ante el Secretario solamente (...)”.
En consecuencia, no hay dudas para la Sala, que las disposiciones legales
antes citadas, son de eminente orden público, y (no orden público secundario,
como desatinadamente lo califica la recurrida), dada la solemnidad con que el
legislador ha rodeado la aceptación de los funcionarios auxiliares, tanto
permanentes como accidentales del Poder Judicial (...). De acuerdo con la
doctrina imperante en este máximo Tribunal, la juramentación del defensor
ad litem es materia relacionada con el orden público, por lo que su omisión
vicia de nulidad el juramento del referido funcionario.
En el caso de autos, se aprecia que la defensora judicial consignó diligencia
suscrita por ella y la Secretaria, aceptando el cargo y jurando cumplirlo
fielmente, sin acatar lo dispuesto en los artículos 7º de la Ley de Juramento y
104 del Código de Procedimiento Civil.
(...) hay menoscabo del derecho de defensa, “cuando se niegan o cercenan
a las partes los medios legales con que pueden hacer valer sus derechos”,
(...) la indefensión debe ser imputable al Juez para que pueda conformarse
una violación del precepto respectivo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 205

4. DEBERES DEL DEFENSOR AD LITEM. FINALIDAD DE LA


INSTITUCIÓN. DEBERES DEL JUEZ

Recurso de Casación
Partes: John Steven Sladic Nasr contra la sociedad
mercantil National Oilwell de Venezuela C.A.
Sentencia: N° 212 de 07­04­05. Exp. 04­1512
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Reitera: Doctrina establecida por la Sala Constitucional en
sentencia N° 33 de 26 de enero de 2004 (caso:
Luis Manuel Díaz Fajardo contra Guillermo Antonio
Martínez Socorro. Acción de amparo)
Normas citadas: LOTPT: artículo 50; CPC: artículos 15, 206, 208,
211 y 212; y CRBV: artículo 49
En el caso concreto admitida la demanda se emplazó al demandado y se
realizaron algunas gestiones para agotar su citación personal, la cual al no
poderse lograr se tramitó mediante carteles; luego se designó, juramentó y
citó el defensor ad litem, quien contestó la demanda, no promovió pruebas y
presentó informes, luego de lo cual el a quo dictó sentencia definitiva en la
cual declaró con lugar la demanda y apelada la decisión por el defensor, la
Alzada confirmó el fallo.
La Sala observa:
El artículo 50 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo,
vigente para la época, dispone:
“El Alguacil encargado de practicar la citación, entregará dentro
de tres días la orden de comparecencia expedida por el Tribunal en
la forma determinada para cada caso, a la persona o personas
demandadas, en la morada de ellas o en el lugar donde las halle, si
no las encontrare en aquélla, a menos que estén en el ejercicio de
alguna función pública o en el templo y les exigirá recibo que se
agregará al expediente, el cual, en todo caso, podrá suplirse con la
declaración del Alguacil y de un testigo, por lo menos, que haya
presenciado la entrega, conozca a la persona citada y determine el
día, hora y lugar de la citación.
206 JUAN RAFAEL PERDOMO

Si no pudiere practicarse personalmente la citación del demandado, en


el término fijado en el párrafo anterior, se procederá a fijar en la morada
de éste y en las puertas del Tribunal, sendos carteles de emplazamiento
para que el demandado ocurra a darse por citado en el término de tres
días contados desde la fijación. Dichos carteles, que contendrán la
advertencia de que si no compareciere el demandado se le nombrará
defensor con quien se entenderá la citación, serán fijados por el Alguacil,
en conformidad con las instrucciones del Secretario del Tribunal,
dejándose constancia en el expediente de todas las actuaciones
practicadas.”

En relación con el carácter del defensor ad litem CUENCA señala:


“El defensor ad litem participa de una doble cualidad, como funcionario
público accidental y como apoderado del citado mediante carteles o
por edictos. Como funcionario público debe aceptar el nombramiento
y prestar la promesa legal, conforme al artículo 7º de la Ley de
Juramento, todo lo cual debe constar en el expediente. La omisión de
la aceptación y del juramento es capaz de viciar las actuaciones
posteriores en que haya participado. Su nombramiento no es hecho
por las partes sino por el tribunal y esto lo inviste de una función
pública, de carácter accidental. Como funcionario público está sometido
a todas las responsabilidades civiles, penales y disciplinarias de éstos
(n. 107). Pero por cuanto representa a una parte en el proceso, se
identifica con ésta y por ello no puede ser recusado.
El defensor desempeña varias funciones en nuestro proceso: es un
auxiliar de justicia, un defensor del no presente e impide el estado de
indefensión de éste. La casación a dicho que colabora en la
administración de justicia e impide la detención procesal mediante la
desaparición ad hoc del demandado.” (Subrayado de la Sala) (CUENCA,
Humberto. Derecho Procesal Civil, Tomo II, UCV, Ediciones de la
Biblioteca, Tercera Edición, Caracas, 1979, pp. 365).

Por su parte RENGEL­ROMBERG sobre el defensor ad litem indica:


“El defensor es un verdadero representante del demandado en el
juicio, equiparable a un apoderado judicial, con la diferencia de
que su investidura no deriva de la voluntad del mandante, como en
la representación voluntaria, sino directamente de la ley. Su
designación es aplicación del principio de bilateralidad del proceso,
que le imprime una estructura dialéctica y realización de la garantía
constitucional de la defensa en juicio, que es un derecho inviolable.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 207

Por su origen, el defensor queda investido de una función pública de


carácter accidental y colabora con la administración de justicia;...”
(Subrayado de la Sala) (RENGEL­ROMBERG, Arístides. Tratado de
Derecho Procesal Civil Venezolano, Tomo II, Editorial Arte, Caracas,
1992, pp. 255­256).
Sobre el particular la Sala Constitucional en sentencia Nº 33 de 26 de enero
de 2004, estableció:
“El derecho de defensa en el proceso, contemplado como derecho
fundamental en el artículo 49 constitucional, se desarrolla legalmente
mediante varias instituciones, siendo dos de ellas la de la defensoría y
la de la necesidad de la doble instancia (la cual admite excepciones).
La institución de la defensoría se divide en pública, destinada a otorgar
asistencia técnica integral a los imputados en el proceso penal que no
contraten defensores particulares; y en privada, la cual opera en el
proceso de naturaleza civil, bajo diversas figuras como la del defensor
de quien goza de la declaratoria de justicia gratuita, o como la del
defensor ad litem.
Esta última clase de defensoría (ad litem) persigue un doble propósito:
1) Que el demandado que no puede ser citado personalmente, sea
emplazado, formándose así la relación jurídica procesal que permite
el proceso válido. Desde esta vertiente, la defensa obra incluso en
beneficio del actor, ya que permite que el proceso pueda avanzar y
se dicte la sentencia de fondo.
2) Que el demandado que no ha sido emplazado o citado, se defienda,
así no lo haga personalmente.
Debido a ese doble fin, el defensor no obra como un mandatario del
demandado, sino como un especial auxiliar de justicia, que por no
pertenecer a la defensa pública, debe percibir del demandado sus
honorarios, así como las litis expensas, tal como lo señala el artículo
226 del vigente Código de Procedimiento Civil. Sin embargo, como tal
función auxiliar no la presta el abogado defensor gratuitamente (a
menos que la ley así lo ordene, como lo hace el artículo 180 del Código
de Procedimiento Civil), si éste no localizare al demandado para que le
facilite las litis expensas o sus honorarios, tales gastos los sufragará el
demandante ­quien se beneficia a su vez de la institución­ quien podrá
recuperarlos de los bienes del defendido, si éstos existen.
Ahora bien, la función del defensor ad litem, en beneficio del
demandado, es el de defenderlo, el que el accionado pueda ejercer su
derecho de defensa, lo cual supone que sea oído en su oportunidad
208 JUAN RAFAEL PERDOMO

legal. De allí, que no es admisible que el defensor ad litem no asista a


contestar la demanda, y que por ello se apliquen al demandado los
efectos del artículo 362 del Código de Procedimiento Civil. El defensor
ad litem ha sido previsto en la ley (Código de Procedimiento Civil),
para que defienda a quien no pudo ser emplazado, no para que desmejore
su derecho de defensa.
Pero debe la Sala, en aras a delinear las relaciones del derecho de
defensa y la función del defensor ad litem, proceder a analizar, como
debe encarar tal función el defensor, a fin de cumplir con ella cabalmente.
En este sentido, la Sala considera que es un deber del defensor ad
litem, de ser posible, contactar personalmente a su defendido, para
que éste le aporte las informaciones que le permitan defenderlo, así
como los medios de prueba con que cuente, y las observaciones sobre
la prueba documental producida por el demandante.
El que la defensa es plena y no una ficción, se deduce del propio texto
legal (artículo 226 del Código de Procedimiento Civil), que prevé el
suministro de las litis expensas para el defensor, lo que significa que él
no se va a limitar a contestar la demanda, sino que realizará otras
actuaciones necesarias (probatorias, etc.) a favor del demandado.
Lo expuesto denota que para que el defensor cumpla con su labor, es
necesario, que de ser posible, entre en contacto personal con el
defendido, a fin de preparar la defensa.
Para tal logro no basta que el defensor envíe telegramas al defendido,
participándole su nombramiento, sino que para cumplir con el deber
que juró cumplir fielmente, debe ir en su búsqueda, sobre todo si conoce
la dirección donde localizarlo.
“...OMISSIS...”
En el caso de autos, constaba en el expediente laboral la dirección del
demandado, antes de la fecha del nombramiento del defensor. Luego,
era impretermitible que el defensor acudiera a la dirección del defendido
a preparar la defensa, a menos que éste se negare, no bastando a ese
fin enviarle un telegrama notificándole el nombramiento. Si el defensor
no obra con tal diligencia, el demandado queda disminuido en su
defensa, por lo que la decisión impugnada, que no tomó en cuenta tal
situación, infringió el artículo 49 constitucional y así se declara.”
(Subrayado de la Sala).
La finalidad de la institución del defensor ad litem es la de garantizar en
forma eficaz el derecho a la defensa, no es una simple formalidad con el
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 209

objeto de generar la bilateralidad del juicio y permitir que éste continúe y se


pueda dictar sentencia. Para ello el defensor debe ponerse en contacto, de
ser posible, con su defendido sobre todo si se trata de una persona jurídica ­
sin que baste a tal efecto el solo envío de un telegrama­ para que éste le
facilite la información y pruebas necesarias para alcanzar tal cometido, así
como la indicación de los datos para controlar y contradecir las pruebas del
adversario.
Además el defensor ad litem debe dar contestación a la demanda y no es
admisible que no lo haga y como consecuencia de ello quede confeso, pues
en tal supuesto, a criterio de la Sala Constitucional y que esta Sala de Casación
Social acoge, el proceso es ilegal e inconstitucional por violación de los derechos
fundamentales de la defensa y del debido proceso, porque lejos de defender
los derechos e intereses que le han sido encomendados, desmejora y perjudica
los mismos.
En el caso de autos el a quo no realizó ninguna consideración sobre el particular
y dictó sentencia definitiva en la cual declaró con lugar la demanda, a pesar
de que el defensor ad litem no hizo ninguna gestión para contactar a su
defendido ­tratándose de una persona jurídica de la cual se sabía de antemano
su dirección, pues fue allí donde se gestionó su citación personal­ a fin de que
le facilitara la información necesaria para su mejor desempeño, así como las
pruebas y datos necesarios para controlar y contradecir las pruebas de la
contraparte. Apelada la decisión la Alzada nada dijo sobre ello y estimó
tácitamente que el defensor ad litem se desempeñó correctamente en el
ejercicio de su ministerio y desconoció el verdadero fin de la figura y su
trascendencia dentro del juicio, al no considerar que las graves omisiones del
defensor ad litem perjudicaban irremediablemente el derecho a la defensa
del demandado y ello le imponía el deber de declarar la nulidad y reposición
de la causa al estado en que el defensor pudiera contactar a su defendido
antes de la contestación de la demanda, para garantizar los derechos de defensa
y del debido proceso y al no hacerlo incurrió en un grave error de procedimiento
que produjo la violación del artículo 50 de la Ley Orgánica de Tribunales y de
Procedimiento del Trabajo que establece la figura del defensor ad litem; de
los artículos 15, 206, 208, 211 y 212 del Código de Procedimiento Civil, así
como del artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, pues consideró que la sola designación del defensor ad litem, sin
que éste contacte a su defendido ni despliegue una apropiada actividad a los
fines de garantizar el derecho a la defensa era suficiente para estimar válido
el juicio, razón por la cual, la Sala casa de oficio la sentencia impugnada,
210 JUAN RAFAEL PERDOMO

declara nulo todo lo actuado con posterioridad a la citación del defensor ad


litem y repone la causa al estado en que el Tribunal de Primera Instancia de
Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo de la Circunscripción Judicial
del Estado Zulia que resulte competente, fije oportunidad para el inicio de la
audiencia preliminar, sin necesidad de notificación alguna porque las partes
están a derecho.

Referencias Jurisprudenciales:
Véase doctrina de la Sala Constitucional en la que establece, a través de
recurso de revisión, el deber de los jueces de notificar a los defensores ad
litem del cargo sobre ellos recaídos, a los fines de que manifiesten su aceptación
o excusa. (Sentencia N° 1011 de 26 de abril de 2004, expediente N° 03­292.
Ponencia del Magistrado Antonio J. García García. Caso: Blancic Video, C.A.).
Reitera sentencia de la misma Sala N° 93 de 6 de febrero de 2001 (Caso:
Corpoturismo)
CAPÍTULO X
COMPETENCIA

1. LA COMPETENCIA POR LA MATERIA ES DE ORDEN


PÚBLICO

Recurso de Regulación de competencia


Partes: Banco Central de Venezuela contra la empresa
mercantil Agroindustrias Occidentales S.R.L., y los
ciudadanos Juan Francisco Landaeta Beltrán, Pedro
Herrera Armas y Ermelinda de Herrera
Auto: N° 200 de 21­03­02. Exp. 01­614
Motivo: Cobro de bolívares
Reitera: Doctrina establecida por la Sala de Casación Civil
de la Corte Suprema de Justicia en Sala sentencia
de 23 de marzo de 1994
Normas citadas: CPC: artículos 28, 60, 206 y 208; CRBV: artículos
26 y 335
La competencia atribuida por ley a los tribunales de la República en razón de
la materia, es de eminente orden público no convalidable bajo ningún otro
argumento.
Así lo ha establecido la doctrina y la jurisprudencia de este máximo Tribunal,
por tal motivo, la incompetencia material puede ser alegada por las partes y
aun declarada de oficio en cualquier estado e instancia del proceso, en
conformidad con el artículo 60 del Código de Procedimiento Civil.
212 JUAN RAFAEL PERDOMO

(...)
Según Piero Calamandrei (Estudios Sobre El Proceso Civil. Ediciones Jurídicas
Europa­América. Buenos Aires. Vol. I, p. 140.), los diversos medios de
garantía jurisdiccional reconocidos por un determinado ordenamiento positivo,
no tienen un valor absoluto e invariable; sino históricamente cambiable y
contingente. El mismo concepto de inobservancia del derecho va variando
conforme a la importancia social que en un determinado momento histórico
se atribuye a los intereses tutelados por una norma.
De ello se deriva y así lo ha establecido este máximo Tribunal en numerosos
fallos (Sentencia de la Sala de Casación Civil de fecha 23 de marzo de 1994),
criterio que esta Sala acoge, que el concepto de orden público tiene los
caracteres de “relatividad”, “variabilidad” y de “graduación”, que
inevitablemente colocan en manos del juez su definición concreta, teniendo
en consideración los acontecimientos que rodean la época de su emisión y los
intereses estadales o sociales que en dicha época sean los que merezcan
mayor garantía y protección jurisdiccionales. Por tanto, la relatividad y
variabilidad del concepto hacen que sus definiciones concretas queden
confiadas al criterio que exprese la jurisprudencia, y a las aplicaciones
específicas que de ella surjan. Así, del conjunto de decisiones de los tribunales,
puede concluirse que el concepto de orden público varía de acuerdo con la
rama del derecho en el cual se utilice. Sin embargo, al no haberse podido
abstraer una regla general de los casos concretos resueltos por los tribunales,
habrá siempre que acudir a la jurisprudencia para determinar si el cumplimiento
de una determinada forma afecta o no al orden público.
Por otra parte, el artículo 28 del Código de Procedimiento Civil, establece la
competencia material, a saber: “La competencia por la materia se determina
por la naturaleza de la cuestión que se discute, y por las disposiciones legales
que la regulan”.
(...) el artículo 335 del vigente Texto Constitucional establece que este Tribunal
Supremo de Justicia, es el órgano encargado de garantizar la efectividad de
las normas y principios constitucionales y ser vigilante de su uniforme
interpretación y aplicación.
Asimismo, el artículo 26 de la Carta Magna dispone: “Toda persona tiene
derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer
valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela
efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 213

El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea,


transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin
dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles”.
En conclusión, conforme establece el artículo 28 del Código de Procedimiento
Civil, la competencia por la materia se determina por la naturaleza de la cuestión
que se discute y por las disposiciones legales que la regulan, siendo ésta de
orden público.
(...) deberá el referido Tribunal Superior anular todo lo actuado en el presente
proceso y reponer la causa al estado de admisión de la demanda, en
conformidad con lo establecido en los artículos 206 y 208 del Código de
Procedimiento Civil. Todo ello, en virtud del carácter de orden público que
tiene la competencia por la materia y declinar la competencia al tribunal
declarado competente,..., para que conozca, sustancie y decida en primer
grado de la presente causa.

2. LA SALA COMPETENTE PARA RESOLVER LOS


CONFLICTOS NEGATIVOS ENTRE TRIBUNALES CON
COMPETENCIA SOBRE DIVERSAS MATERIAS

Recurso de Regulación de competencia


Partes: Brígida Del Carmen Molina Mendoza contra la
compañía anónima Expresos Los Llanos C.A.
Auto: N° 369 de 12­06­02. Exp. 02­196
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Norma citada: LOCSJ: artículo 42 numeral 21°
La Sala Plena de este alto Tribunal en decisión de fecha 25 de julio de 2001
(caso: José Valentín Soria, Pedro Emilio Rosario, Eduardo Maldonado Mora,
Luis Jesús Carmona Cedeño, Miguel Ángel Reffe y Jaime Darío Parra, contra
la Línea Unión San Diego, por daños y perjuicios), acogida por esta Sala de
Casación Social en reiteradas oportunidades, determinó que la Sala competente
para decidir un conflicto negativo de competencia surgido entre un tribunal
con competencia en lo civil y uno con competencia laboral, era la Sala de
Casación Civil, conforme al principio de especialidad y en aplicación directa e
inmediata del artículo 262 del vigente texto Constitucional.
214 JUAN RAFAEL PERDOMO

Al respecto, concluyó la Sala Plena que cuando se trate de conflictos entre


tribunales con competencia sobre diversas materias que corresponden también
a distintas Salas, deberá decidirlo la Sala de Casación Civil, pues fuera del
ámbito de una precisa materia jurisdiccional, el conflicto de competencia entre
los órganos del Poder Judicial se erige como un asunto fundamentalmente de
derecho adjetivo.
En el presente caso, al estar involucrado un Tribunal con competencia en
materia civil, Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, el cual a pesar
de la decisión dictada por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil, Mercantil,
del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la citada Circunscripción Judicial,
que resolvió una solicitud de regulación de la competencia interpuesta por la
parte demandante, en la cual le atribuyó la competencia a ese Tribunal para el
conocimiento del presente asunto, sin embargo se declaró incompetente,
declinando la competencia en un Juzgado con competencia en materia laboral.
Ahora bien, conforme al criterio de este máximo Tribunal, corresponde a la
Sala de Casación Civil resolver la solicitud de oficio planteada por el Juzgado
Segundo de Primera Instancia antes citado, razón por la cual esta Sala de
Casación Social, en aplicación del artículo 42 numeral 21° de la Ley Orgánica
de la Corte Suprema de Justicia, se declara incompetente y por tanto, declina
la competencia en la Sala de Casación Civil.

3. LA COMPETENCIA PARA CONOCER DE LAS DECISIONES


EMANADAS DE LAS INSPECTORÍAS DEL TRABAJO

Recurso de Regulación de la Competencia.


Partes: Complejo Siderúrgico de Guayana, C.A.
(COMSIGUA), contra el acto administrativo de
efectos particulares de fecha 6 de abril de 2001,
emanado de la Inspectoría del Trabajo de la Zona
del Hierro del Estado Bolívar.
Auto: N° 206 de 21­03­02. Exp. 01­758
Motivo: Conflicto negativo de competencia planteado dentro
del recurso contencioso administrativo de nulidad
por ilegalidad conjuntamente con acción de amparo
constitucional
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 215

Reitera: Doctrina establecida por la Sala Constitucional en


sentencia N° 1318 de 2 de agosto de 2001,
expediente Nº 01­213. Ponencia del Magistrado
Antonio J. García García. (Caso: Nicolás José
Alcalá Ruiz), que abandonó el criterio seguido por
la Sala Político Administrativa en sentencia de 13
de febrero de 1992 (caso: Corporación Bamundi,
C.A.)
(Ver doctrina establecida por la Sala Plena, en las
referencias jurisprudenciales expuestas al final, no
citadas en el texto. Criterio vigente)
Normas citadas: CC: artículo 4; LOCSJ: artículos 181 y 185

El Tribunal declinante fundamentó su incompetencia en el criterio


jurisprudencial sentado por la Sala Constitucional de este Tribunal Supremo
de Justicia en fecha 2 de agosto de 2001, citado anteriormente, el cual
estableció que al ser la Inspectoría del Trabajo un ente administrativo, sus
decisiones tienen el mismo carácter. Por tanto, señaló el referido Juzgado, los
recursos de nulidad contra las Providencias Administrativas dictadas por ella,
deben ser intentados ante la jurisdicción contencioso administrativa.
El Tribunal requerido, se declaró igualmente incompetente en virtud de que
en la comentada decisión de la Sala Constitucional de este máximo Tribunal,
no se especificaba cuál era el órgano competente de la jurisdicción
contencioso administrativo para conocer de estos juicios y por cuanto las
Inspectorías del Trabajo, constituyen órganos que pertenecen a la
administración pública nacional, los recursos administrativos de nulidad
intentados en contra de sus decisiones no pueden ser interpuestos ante los
juzgados superiores en lo contencioso administrativo, ya que iría en contra
de lo preceptuado en el artículo 181 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema
de Justicia, el cual le atribuye expresamente el conocimiento de los recursos
de nulidad contra los actos administrativos emanados de autoridades
administrativas estadales o municipales de su jurisdicción, cuando son
impugnados por razones de ilegalidad; determinando así, la competencia
residual que tiene la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, para
conocer de los recursos de nulidad contra decisiones que provengan de
autoridades administrativas nacionales cuya competencia no es atribuida a
otro Tribunal.
216 JUAN RAFAEL PERDOMO

En el caso de autos, a los fines de determinar cuál es el Tribunal competente


para la sustanciación y decisión en los casos de impugnación de actos
administrativos emanados de las Inspectorías del Trabajo, esta Sala de
Casación Social, en auto de fecha 13 de noviembre de 2001, acogió el criterio
jurisprudencial establecido por la Sala Constitucional, citado por ambos
tribunales en conflicto, en el cual se expresó que en la Ley Orgánica del
Trabajo, no está de manera expresa atribuida a la jurisdicción laboral, el
conocimiento de los recursos de nulidad intentados contra las resoluciones
emanadas de los órganos de la Administración del Trabajo y de la ejecución
de las mismas y siendo las Inspectorías del Trabajo órganos de carácter
administrativo, insertos en el Poder Ejecutivo, consecuente con el principio
constitucional del juez natural, los órganos jurisdiccionales competentes para
conocer y decidir este tipo de controversias es la jurisdicción contencioso
administrativa, abandonado el criterio sostenido en sentencia dictada por la
Sala Político Administrativa (caso: Corporación Bamundi, C.A, de fecha 13
de febrero de 1992), acogida por la Sala de Casación Civil y por esta Sala, en
la cual se establecía que la jurisdicción laboral conocía de los juicios de nulidad
de estas resoluciones.
En este orden de ideas, es conveniente agregar lo que concluyó la Sala
Constitucional en fallo de 2 de agosto de 2001, en este sentido:
“Finalmente, considera esta Sala Constitucional un deber advertir a los
jueces que ningún acto de la Administración Pública puede estar
excluido del control jurisdiccional, por tanto, no resulta posible declarar
la falta de jurisdicción frente a situaciones que, de no proveerse la
actuación judicial correspondiente, constituiría una denegación de
justicia, quedando una parte de la actividad administrativa al margen
de la revisión judicial implícita en toda actividad del Poder Público. En
tal virtud, los Juzgados del Trabajo cuando conozcan en lo sucesivo
de situaciones como la planteada en autos, deberán acatar la doctrina
contenida en el presente fallo en aras de una efectiva administración
de justicia, por tanto, el presente fallo tendrá efectos ex tunc a partir de
su publicación, pues las interpretaciones que establezca la Sala
Constitucional sobre el contenido o alcance de las normas y principios
constitucionales son vinculantes para las otras Salas del Tribunal
Supremo de Justicia y demás tribunales de la República.”
Asimismo, en reciente auto de fecha 5 de febrero de 2002, se confirmó el
criterio sentado en la citada sentencia, acogido por la Sala y a tal efecto se
expresó lo siguiente:
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 217

“En cuanto a la competencia residual de la Corte Primera en lo


Contencioso Administrativo, señalada por el Tribunal requerido, la
Sala Político Administrativa de este Alto Tribunal en decisiones de
fecha 28 de febrero de 2001 (Caso: José Manuel Azocar vs. Consejo
Legislativo del Estado Anzoátegui) y 5 de abril de 2001 (Caso: Sociedad
Mercantil Parceladora Oripoto vs Concejo del Municipio Autónomo el
Hatillo) precisó lo siguiente:
“Los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa son
competentes para anular los actos administrativos generales o
individuales contrarios a derecho, incluso por desviación de poder
(Artículo 259 de la Constitución Bolivariana de la República de
Venezuela); de lo cual puede deducirse que dichos Tribunales ejercen
control no sólo sobre infracciones de rango legal, sino también conocen
de la contravención a normas de rango constitucional, en los casos
que le son atribuidos en virtud de la ley.
De manera que el análisis de las disposiciones aludidas, atribuyéndole
a la ley ‘el sentido que aparece evidente del significado propio de las
palabras, según la conexión de ellas entre sí y la intención del legislador’
(Artículo 4 del Código Civil venezolano), lleva a concluir a esta Sala
Político Administrativa, como cúspide de la jurisdicción contencioso
administrativa, que la interpretación que debe darse a los artículos 181
y 185 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, debe ser lo
más restrictiva posible, es decir, que sólo cuando el fundamento del
recurso de anulación sean violaciones directas y exclusivas de normas
constitucionales corresponde el conocimiento a la Sala; de lo contrario,
cuando se alegue la transgresión de la ley, el tribunal contencioso
administrativo competente en virtud del criterio orgánico deberá decidir
el recurso, pronunciándose no sólo sobre el vicio de ilegalidad sino, en
general, sobre todas las violaciones de derecho denunciadas (...).
En consecuencia, encontrándonos en presencia de un recurso de
nulidad en contra de un acto administrativo de efectos particulares
emanado de una autoridad municipal, impugnado por razones de
ilegalidad e inconstitucionalidad, considera la Sala que la competencia
para conocer de la acción de nulidad intentada con amparo
cons­titucional, corresponde a los Juzgados Superiores en lo Civil y
Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial de la
Región Capital. Así se declara...”. (Resaltado de esta Sala)”.
Conforme al criterio establecido por este alto Tribunal y que en esta oportunidad
se reitera, al tratarse el presente caso de un recurso de nulidad contra un acto
administrativo de efectos particulares emanado de una Inspectoría del Trabajo,
218 JUAN RAFAEL PERDOMO

corresponde su conocimiento a la Corte Primera en lo Contencioso


Administrativo y así se declara.

Referencias Jurisprudenciales:
Véase doctrina de la Sala Plena que resolvió el conflicto negativo de
competencia planteado entre la Sala Constitucional y la Sala Político
Administrativa y estableció que en virtud de la inexistencia de una norma
legal expresa que atribuya a los Tribunales Laborales la competencia para
conocer de las providencias emanadas de las Inspectorías del Trabajo, dicha
competencia corresponde a los órganos contencioso administrativos
competentes. Es el criterio vigente. (Sentencia N° 9 de 5 de abril de 2005,
expediente N° 03­034. Ponencia del Magistrado Rafael Arístides Rengifo
Camacaro. Caso: Universidad Nacional Abierta contra la providencia
administrativa número 8 de 28 de febrero de 1998, emanada de la Inspectoría
del Trabajo en los Municipios Valencia, Libertador, San Diego, Naguanagua,
Los Guayos y Carlos Arvelo del Estado Carabobo)
La sentencia hace un análisis del criterio seguido por la Político Administrativa
que considera competentes a los tribunales laborales para conocer de estas
demandas (sentencia de esa Sala de 10 de enero de 1980. Caso: Miranda
Entidad de Ahorro y Préstamo); posteriormente, cita el criterio asentado en
sentencia N° 1482 de 9 de abril de 1992, bajo la ponencia del Dr. Ramón J.
Duque Corredor (Caso: Corporación Bamundi), que establece que los Juzgados
del Trabajo adquieren el carácter de tribunales especiales de lo contencioso
administrativo en materia laboral, cuando conocen de demandas de nulidad,
con excepción de los casos contemplados en los artículos 425, 465 y 519 de la
Ley Orgánica mencionada, los cuales son atribuidos exclusivamente a los
órganos de la jurisdicción contencioso administrativa, doctrina adoptada por
la Sala de Casación Civil, en fecha 2 de mayo de 1994 y luego por la Sala de
Casación Social. La Sala Constitucional a través de recurso de revisión, en
sentencia N° 1318, de 2 de agosto de 2001, con la ponencia del Dr. Antonio
José García García, estableció un nuevo criterio que remitió la competencia
para conocer de los recursos interpuestos contra las providencias
administrativas que dictan las Inspectorías del Trabajo a la jurisdicción
contencioso administrativa. Criterio que luego fue acogido tanto por la Sala
de Casación Civil como por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo
de Justicia.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 219

4. INCOMPETENCIA DE LA SALA DE CASACIÓN SOCIAL


CUANDO NO EXISTE CONFLICTO NEGATIVO

Recurso de Regulación de la competencia


Partes: Jesús Rafael Toro contra la República de
Venezuela, Ministerio de Educación, Dirección
General Sectorial de Educación Superior
Auto: N° 36 de 03­05­01. Exp. 01­089
Motivo: Cobro de salarios caídos y demás beneficios
laborales
Normas citadas: CPC: artículos 70 y 71
La presente solicitud de regulación de competencia fue interpuesta por la
parte actora como forma de impugnación, mediante escrito de fecha 14 de
febrero de 2000, y en consecuencia, el Juzgado de Primera Instancia del
Trabajo, anteriormente identificado, mediante auto de fecha 21 de febrero de
2000, ordenó remitir el expediente al Tribunal Supremo de Justicia, en
conformidad con el artículo 71 del Código de Procedimiento Civil.
Sin embargo, el artículo 71 del referido Código, dispone expresamente que la
solicitud de regulación de la competencia se propondrá ante el Juez que se
haya pronunciado sobre la competencia, aun en los casos de conexión, de
continencia o de litispendencia. Asimismo, continúa el referido artículo
ordenando al juez remitir inmediatamente copia de la solicitud al Tribunal
Superior de la Circunscripción para que éste decida la regulación.
Al respecto, en caso que la sentencia del Tribunal Superior declare
incompetente al juez que previno, en razón de la materia o por el territorio, en
los casos en que deba intervenir el Ministerio Público, si el juez o tribunal que
haya de suplirle, se considera a su vez incompetente, solicitará de oficio la
regulación de competencia, caso en el cual, las copias del expediente serán
remitidas al Tribunal Supremo de Justicia, si no hubiere un Tribunal Superior
común a ambos jueces de la circunscripción. De la misma manera procederá
si la incompetencia es declarada por un Tribunal Superior.
En el caso de autos, no es la Sala de Casación Social la llamada a conocer de
la presente regulación de competencia, sino el Juzgado Superior de la misma
Circunscripción, conforme a la norma anteriormente comentada. Así, el Juez
de la competencia, es decir, Juez Quinto de Primera Instancia del Trabajo de
220 JUAN RAFAEL PERDOMO

la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, ante el cual


se propuso la regulación, ha debido remitir inmediatamente copia de las
actuaciones pertinentes al Tribunal Superior de la misma Circunscripción
Judicial, para que decidiera la regulación, y no remitir el expediente a esta
Sala, pues no existe en el caso planteado un conflicto entre jueces respecto a
su competencia.
En tal sentido, se le advierte al tribunal de la causa el error en el que incurrió
al remitir el expediente a esta Sala, pues esa conducta sólo procede en los
casos del artículo 70 del mencionado Código, supuesto al cual ciertamente no
se refiere el presente asunto, porque no se ha configurado ni existe conflicto
alguno de competencia.
En consecuencia de lo anteriormente expuesto y en conformidad con lo
establecido en el artículo 71 del Código de Procedimiento Civil, el tribunal
facultado por la norma adjetiva para conocer y decidir la solicitud de regulación
de competencia, no es el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación
Social, sino el Juzgado Superior (Distribuidor) del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas. A tal efecto, se ordena remitir
inmediatamente el presente expediente a los fines legales consiguientes, y así
se decide.

5. DETERMINACIÓN DE LA JURISDICCIÓN Y LA
COMPETENCIA

Recurso de Casación
Partes: Juan María Prado Hurtado y Norely Manrique
Castillo contra el Banco Provincial, Banco
Universal S.A.
Sentencia: N° 431 de 25­10­00. Exp. 00­179
Motivo: Estimación e intimaron de honorarios profesionales
Normas citadas: CPC: artículos 3 y 31
(...) el artículo 3º del Código de Procedimiento Civil establece que la jurisdicción
y la competencia se determinan conforme a la situación de hecho existente
para el momento de la presentación de la demanda, y el artículo 31 eiusdem,
dispone que para determinar el valor de la demanda se sumarán (al capital)
los intereses vencidos, los gastos hechos en la cobranza y la estimación de los
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 221

daños y perjuicios anteriores a su presentación. Conforme a esas normas,


pues, el valor de la demanda en el caso concreto, quedó fijado al momento de
la presentación de la misma y con la sola inclusión –no habiéndose reclamado
otros daños y perjuicios– del capital demandado, ochocientos noventa y un
mil bolívares (Bs. 891.000,00), y de los intereses vencidos a esa fecha,
ochocientos mil quinientos cuarenta y seis bolívares con treinta y cuatro
céntimos (Bs. 800.546,34), de donde resulta evidente que la cuantía respectiva,
determinada por la sumatoria de ambas cifras, no es suficiente para llenar en
el punto los requisitos de admisibilidad del recurso de casación. Así se declara.

6. COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES LABORALES PARA


CONOCER DE LA DEMANDA INTENTADA POR UN
TRABAJADOR CONTRATADO POR UNA ALCALDÍA

Recurso de Regulación de la Competencia


Partes: Marco Antonio Velasco Nava contra la Alcaldía
del Municipio Barinas
Auto: N° 20 de 22­03­01. Exp. 00­045
Motivo: Calificación de despido, reenganche y pago de los
salarios caídos
Norma citada: LOT: artículo 74
En el caso de autos, esta Sala observa que la parte accionante, quien prestó
servicio a un órgano de la Administración Pública Municipal bajo la modalidad
de un contrato a tiempo determinado, independientemente que después hayan
pasado de ser contratos por tiempo determinado a indeterminado, en virtud
de las sucesivas renovaciones, conforme el artículo 74 de la Ley Orgánica
del Trabajo, el trabajador demandante queda excluido de la aplicación de las
normas contenidas en la Ley de Carrera Administrativa, por carecer de la
cualidad de funcionario público (...)...(omissis).... A tal efecto, atendiendo a
la naturaleza de trabajador ordinario del demandante, por la función que éste
desempeñó en la Alcaldía, es criterio de esta Sala que los tribunales de la
jurisdicción laboral son los competentes para conocer del presente proceso y,
específicamente, para conocer de la apelación interpuesta contra la sentencia
que declaró con lugar el reenganche y pago de los salarios caídos.
222 JUAN RAFAEL PERDOMO

7. CUANDO UN TRABAJADOR QUE PRESTA SERVICIO A UNA


ALCALDÍA, NO ES UN FUNCIONARIO PÚBLICO

Recurso de Regulación de la competencia


Partes: Antonio Huiza contra la Alcaldía del Municipio
Guaraque del Estado Mérida
Auto: N° 64 de 26­06­01. Exp. 01­242
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOT: artículo 8
En el presente caso se evidencia del libelo de demanda que el ciudadano
Antonio Huiza prestó sus servicios como ayudante de operador de maquinaria
pesada en la Alcaldía del Municipio Guaraque del Estado Mérida, desde el 15
de julio de 1996 hasta el 30 de abril de 2000.
Ahora bien, en un caso similar, esta Sala en decisión de fecha 17 de mayo de
2000, (caso: Leocadio Martínez, contra la Alcaldía del Municipio Autónomo
Paz Castillo del Estado Miranda), decidió en los siguientes términos:
“Ahora bien, de lo anterior se colige que el demandante, si bien es
cierto que desempeñaba un servicio en calidad de conductor en un
ente municipal, no es menos cierto, que la labor realizada por éste no
requiere esfuerzo intelectual, por lo tanto no se le puede calificar de
empleado, y siendo que lo relevante para determinar cual es el órgano
jurisdiccional competente debe ser la adecuada calificación del tipo de
prestación de servicio desempeñado, ya que ésta será la que regirá las
situaciones y relaciones jurídicas derivadas del hecho trabajo. Por tanto
se evidencia que la Ley Orgánica del Trabajo es el instrumento jurídico
válido para adecuar la actividad del trabajador que nos ocupa, que aún
cuando el ciudadano Leocadio Martínez, labora en la Alcaldía del
Municipio Autónomo Paz Castillo, que aún cuando aparezca vinculado
al sistema creado y mantenido por el Estado, su cargo, su función, su
actividad de chofer, no se encuentra excluida en modo alguno del
supuesto previsto en el artículo 8 de la Ley Orgánica del Trabajo, ya
que el artículo citado hace mención expresa del amparo de esta Ley a
los obreros al servicio de los entes públicos.
Por lo que, se concluye que la resolución del presente asunto debe ser
sometida al conocimiento del Juzgado Tercero de Primera Instancia del
Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda. Así se
declara.”
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 223

Conforme al criterio sostenido por esta Sala y que hoy se reitera, corresponde,
en aplicación de la Ley Orgánica del Trabajo, a los tribunales del trabajo el
conocimiento de la presente demanda, pues, aún cuando el trabajador
demandante haya prestado sus servicios en una Alcaldía, su función de ayudante
de operador de maquinaria pesada no se encuentra en modo alguno excluido
del supuesto previsto en el artículo 8° de la Ley Orgánica del Trabajo, sino
por el contrario, hace mención expresa del amparo de esta Ley a los obreros
al servicio de los entes públicos, por lo que en consecuencia, el Juzgado de
Primera Instancia del Trabajo, es el competente para el conocimiento del
presente juicio, y así se decide.

8. COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES LABORALES PARA


CONOCER DE LA DEMANDA INTENTADA POR UN TRABA-
JADOR CONTRATADO POR UN INSTITUTO AUTÓNOMO

Recurso de Regulación de la Competencia


Partes: Isaura Jaimes Blanco contra el Fondo de Garantía
de Depósitos y Protección Bancaria (FOGADE)
Auto: N° 34 de 03­05­01. Exp. 01­029
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOT: artículos 9 y 655; CRBV: artículo 146; LCA:
artículos 2 y 3; LGB: artículo 202
Consta de las actas del expediente, la existencia de diversos contratos de trabajo
por tiempo determinado, en los que se evidencia que la ciudadana Isaura Jaimes
Blanco, prestó sus servicios en la dependencia de Fogade (desde el 4 de julio de
1995 hasta el 4 de noviembre del mismo año, en el: “Plan para la Centralización
y Consolidación de la Información sobre los Activos de los Bancos
Intervinientes y Estatizados Cerrados, en el Banco Italo Venezolano, así
como toda otra función que le sea encomendada por la Presidencia de
“EL FONDO”). Asimismo, consta que trabajó en el Banco de los Trabajadores
de Venezuela C.A., Bancor (tal como se evidencia de los tres contratos de
honorarios profesionales consignados con duración de un mes, tres y seis meses
cada uno, desempeñándose como “ABOGADO DE LAS EMPRESAS
FILIALES Y RELACIONADAS”, específicamente en: “Asesoría Jurídica en
Derecho Mercantil, Civil, y sobre cualquier materia que se estime
conveniente en resguardo de los intereses de la Institución”, con un tiempo
total de servicios, según el libelo de demanda, de 2 años, 5 meses.
224 JUAN RAFAEL PERDOMO

Ahora bien, a los fines de la presente regulación de competencia, se hace


necesario precisar la condición en que la demandante prestó sus servicios,
pues dependiendo de ello, se determinará el Tribunal competente para conocer
de la presente controversia.
(...) la Sala en sentencia de fecha 17 de febrero de 2000, expresó lo siguiente:
“Así mismo se agrega, que la Ley no define al funcionario público, pero sí
establece expresamente, que el funcionario puede ser ‘de carrera o de libre
nombramiento o remoción’ (art. 2º L.C.A.), y determina que la categoría de
funcionarios de carrera implica el ingreso mediante nombramiento y el
desempeño de servicios con carácter permanente (art. 3º L.C.A.);
características éstas que son inherentes al estatuto del servidor (empleado o
funcionario) público”.
Ahora bien, en el presente juicio, se plantea la prestación de un servicio
profesional a un Instituto Autónomo como es Fogade, definido expresamente
en la Ley General de Bancos y otras Instituciones Financieras, en el Título
III, Capítulo I de las Disposiciones Preliminares, en el artículo 202, como:
“El Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria, creado por
Decreto Nº 540 de fecha 20 de marzo de 1985, es un instituto autónomo
con personalidad jurídica y patrimonio propio e independiente del Fisco
Nacional. Dicho Fondo está adscrito al Ministerio de Hacienda a los solos
efectos de la tutela administrativa y se regirá por las disposiciones contenidas
en este Título”.
En el caso de autos, se celebraron contratos por tiempo determinado con la
Administración Pública, bajo la modalidad del contrato de servicios a tiempo
determinado, sin que en este supuesto se cumplieran las reglas esenciales
establecidas para el ingreso a la Carrera o función pública establecidas en la
Ley. A este respecto, el vigente texto constitucional en su artículo 146 exceptúa
al personal contratado por las dependencias públicas de la función pública, al
disponer:
“Los cargos de los órganos de la Administración Pública son de carrera.
Se exceptúan los de elección popular, los de libre nombramiento y
remoción, los contratados y contratadas, obreros y obreras al servicio
de la Administración Pública y los demás que determine la Ley.
El ingreso de los funcionarios públicos y las funcionarias públicas a
los cargos de carrera será por el concurso público, fundamentado en
principios de honestidad, idoneidad y eficiencia (...)”. (Negrillas de la
Sala).
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 225

Por otra parte, el artículo 9° de la Ley Orgánica del Trabajo, prevé expresamente
que: “Los profesionales que presten servicios mediante una relación de trabajo
tendrán los derechos y obligaciones que determinen las respectivas leyes de
ejercicio profesional, pero estarán amparados por la legislación del Trabajo y
de la Seguridad social en todo aquello que los favorezca”.
En virtud de que el caso en especie no se rige por las normas de la Carrera
Administrativa, por cuanto no se trata de una relación de empleo público,
como ha quedado precedentemente establecido, el conocimiento sustanciación
y decisión de la presente causa dada la naturaleza del reclamo en cuestión, y
la condición de empleada contratada de la accionante, corresponde a los
tribunales del trabajo de conformidad con lo establecido en el artículo 655 de
la Ley Orgánica del Trabajo, que atribuye la competencia a estos órganos de
justicia cuando el caso no esté atribuido por la Ley a la conciliación o al
arbitraje, y así se decide.

9. EMPLEADOS CONTRATADOS QUE PRESTAN SERVICIO A


UN ENTE PÚBLICO

Recurso de Regulación de la competencia


Partes: Mariela Mantilla Mantilla contra Betty Sanguino
Pérez
Auto: N° 102 de 07­11­01. Exp. 01­313
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
En relación con los empleados contratados que prestan su servicio a un ente
público, esta Sala en un procedimiento por calificación de despido y cobro de
salarios caídos seguido por el ciudadano Carlos Alberto Jota Pérez, contra la
Alcaldía del Municipio Barinas, la Sala en auto de fecha 22 de marzo de 2001,
expresó que:
“(...), la doctrina patria ha coincidido en afirmar que la Administración
puede valerse de los contratos para obtener determinados servicios
que por la naturaleza de la acción requerida sea limitada en el tiempo y
circunscrita a determinadas tareas, caso en el cual no se le considera a
los trabajadores como funcionarios públicos y por tanto el régimen
aplicable es la Ley Orgánica del Trabajo y no el de carrera
administrativa”.
226 JUAN RAFAEL PERDOMO

Conforme a los fundamentos antes expuestos, resulta clara e inequívoca la


distinción entre las relaciones estatutarias y las contractuales. En virtud del
estatuto, el funcionario ingresa a la Administración mediante un nombramiento
y se incorpora a un régimen pre­existente, “de carácter general, objetivo e
impersonal”, dictado por el Estado para establecer las condiciones de ejercicio
de los diversos cargos de la administración. Por el contrario, las relaciones
contractuales son de carácter subjetivo y personal, bilateralmente establecidas,
con duración determinada entre el trabajador y el patrono, sea éste un particular
o un ente de carácter público.
En el caso de autos, existen tres contratos de trabajo entre la ciudadana
Mariela Mantilla Mantilla y la ciudadana Betty Sanguino Pérez, Registradora
Subalterna de los Municipios Panamericano, Samuel Darío Maldonado y Simón
Rodríguez del Estado Táchira, en el que está señalado expresamente que
debía desempeñar labores como “Escribiente de Registro I” determinándose
la vigencia del mismo “por un lapso de seis (6) meses” cada uno, una
remuneración correspondiente al “salario mínimo acordado por la Ley, del
cual le será deducido el valor que corresponda por Seguro Social”, por
tanto, la Sala aprecia que la relación referida es de naturaleza contractual, no
comprendida en el régimen estatutario de la Ley de Carrera Administrativa,
por lo que en consecuencia, la competencia para conocer de este asunto
corresponde a los tribunales del trabajo, y así se decide.

10. TRABAJADORES UNIVERSITARIOS QUE SE RIGEN POR LA


LOT

Recurso de Regulación de la Competencia


Partes: Ediccio José Ramírez Godoy contra la Junta
Directiva del Fondo de Jubilaciones y Pensiones
del Personal Académico de la Universidad Nacional
Experimental Francisco de Miranda
Auto: N° 101 de 07­11­01. Exp. 01­297
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
El Juez declinante fundamentó su incompetencia en el hecho que la demanda
fue intentada por un “funcionario docente”, contra el Fondo de Jubilaciones y
Pensiones del Personal Académico de la Universidad Nacional Experimental
Francisco de Miranda, el cual, a su entender, es una dependencia adscrita a la
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 227

estructura administrativa de la referida Universidad Nacional Experimental,


que debe ser regulada de manera idéntica a este tipo de Institutos al Servicio de
la Nación que forman parte de la Administración Pública Nacional y, en
consecuencia, el Tribunal Superior competente para el conocimiento del presente
recurso de apelación lo es la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo.
Ahora bien, corresponde a este máximo Tribunal pronunciarse acerca de la
competencia para conocer y decidir el juicio por cobro de prestaciones sociales
planteado. A tal efecto, observa lo siguiente:
Los distintos regímenes aplicables al personal directivo, académico, docente
y de investigación de las Universidades Nacionales (Autónomas), exceptuados
expresamente de la aplicación de la Ley de Carrera Administrativa (artículo
5 ordinal 5º eiusdem), se rigen por la Ley de Universidades y por los
Reglamentos dictados por los respectivos Consejos Universitarios. En este
sentido, la Sala de Casación Civil, en sentencia de fecha 2 de agosto de 1984
(caso: José Quintero vs. Universidad del Zulia), reiterada en diversas
oportunidades, estableció tres modalidades distintas, a saber:
“a) Como obrero: en tal caso estarán regidos en sus relaciones con la
Universidad por la Ley del Trabajo, tal y como lo dispone el ordinal
6º del artículo 5º de la Ley de Carrera Administrativa, que exceptúa
de su aplicación a los obreros contratados en tal carácter; y
b) El personal docente y de investigación: quienes se rigen en sus
relaciones con las Universidades por las normas contenidas en la
Ley de Universidades, y como lo dispone el artículo 5 de la Ley de
Carrera Administrativa... (omissis);
c) Los empleados administrativos: quienes rigen sus relaciones de
prestación de servicio por la Ley de Carrera Administrativa”.
En lo que respecta al personal de las Universidades Experimentales, se rige
por la Ley de Universidades, los reglamentos dictados por el Ejecutivo Nacional
y los Reglamentos dictados por los Consejos Rectores.
De tal manera que el Reglamento del Personal Académico de la Universidad
Nacional Experimental Francisco de Miranda, en su artículo 74, prevé la
creación de un Fondo de Jubilaciones y Pensiones del Personal Académico
de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, como a
continuación se transcribe:
“A los fines del cumplimiento de las obligaciones derivadas del
otorgamiento de los beneficios de jubilaciones y pensiones, la
228 JUAN RAFAEL PERDOMO

Universidad dispondrá la creación de un fondo de jubilaciones y


pensiones el cual se integrará mediante un aporte mensual obligatorio
derivado de los sueldos de todos y cada uno de los miembros del personal
académico, más un porcentaje igual que aportará la Universidad. El monto
de este aporte determinado por el Consejo Universitario”.
Asimismo, es conveniente citar lo que al respecto establece el artículo 37 del
Reglamento de Jubilaciones y Pensiones del Personal Académico de la
Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, Gaceta Oficial
N° 47, de fecha 14 de marzo de 1990, a saber:
“El Fondo de Jubilaciones y Pensiones contemplado en el artículo 74
del Reglamento del Personal Académico y creado por decisión del
Consejo Universitario en su sesión N° 158 del 27 de Mayo de 1981,
ratificada el 23 de enero de 1984 mediante la promulgación del
Reglamento del Fondo de Jubilaciones y Pensiones estará adscrito a la
estructura administrativa de la Universidad y será constituido como
una institución sin fines de lucro, con personalidad jurídica y patrimonio
propio, distinto al de la Universidad Nacional Experimental Francisco
de Miranda”.
En este sentido, el Acta Constitutiva Estatutaria del Fondo de Jubilaciones y
Pensiones del Personal Académico de la Universidad Nacional Experimental
Francisco de Miranda, registrada en la Oficina Subalterna de Registro de Distrito
Miranda del Estado Falcón, el 4 de septiembre de 1991, expresa lo siguiente:
“(...) Por cuanto el artículo 74 del Reglamento del Personal Académico
de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, prevé
la constitución de un Fondo de Jubilaciones y Pensiones para los
miembros del Personal Docente y de Investigación, mediante el presente
DOCUMENTO CONSTITUTIVO ESTATUTARIO, constituimos en
acatamiento de la disposición aludida y previa por el Consejo
Universitario en su sesión celebrada el 14 de Marzo de 1990, un
organismo de carácter civil, que se regirá por las cláusulas siguientes:
(...) CUARTA: El Fondo es una Institución Autónoma, con personalidad
jurídica, sin fines de lucro y con amplia y suficiente capacidad para
realizar todos los actos lícitos de naturaleza civil o mercantil que sean
necesarios para el cumplimiento de sus funciones.
(...)
NOVENA: Es incompatible el desempeño de los cargos del Rector,
Vice­rector o Secretario de la Universidad o de miembro de la Junta
Directiva de la Asociación de Profesores (APUNEFM) con la condición
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 229

de miembro de la Junta Administradora del Fondo de Jubilaciones y


Pensiones”.
Conforme se evidencia de la normativa anteriormente citada, el Fondo de
Jubilaciones y Pensiones está constituido como una institución sin fines de
lucro, con personalidad jurídica y patrimonio propio, distinto al de la Universidad
Nacional Experimental Francisco de Miranda.
En virtud de ello y en conformidad con la jurisprudencia de este máximo Tribunal,
en concordancia con el artículo 74 del Reglamento del Personal Académico de
la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, las cláusulas cuarta
y novena del Acta Constitutiva Estatutaria del Fondo de Jubilaciones y Pensiones
del Personal Académico de la Universidad Nacional Experimental Francisco
de Miranda y el artículo 37 del Reglamento de Jubilaciones y Pensiones del
Personal Académico de la Universidad Nacional Experimental Francisco de
Miranda, la Sala concluye que el Fondo de Jubilaciones y Pensiones del Personal
Académico de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, es
una organización de carácter civil, nacida de un proceso de descentralización
administrativa, creada mediante Reglamento y conforme al sistema establecido
en el Código Civil, por tanto, de derecho privado.
A tal efecto, teniendo el demandante la cualidad de trabajador ordinario, es
criterio de esta Sala que los tribunales de la jurisdicción laboral son los
competentes para conocer del presente juicio y así se declara.

11. INSTANCIA A LA CUAL PUEDEN ACCEDER LOS JUBILADOS


EN DEMANDA DE SUS DERECHOS

Recurso de Regulación de la Competencia


Partes: Justo Germán Bermúdez y otros contra la Alcaldía
del Municipio Autónomo Santiago Mariño del
Estado Nueva Esparta
Auto: N° 34 de 05­04­00. Exp. 99­132
Motivo: Recurso de nulidad
Normas citadas: LOTPT: artículo 1; LOT: artículos 5 y 655; CPC:
artículo 1
El artículo 1º de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo,
establece lo siguiente:
230 JUAN RAFAEL PERDOMO

“Los asuntos contenciosos del trabajo, que no correspondan a la


conciliación ni al arbitraje, y en todo caso, las cuestiones de carácter
contencioso que suscite la aplicación de las disposiciones legales y de
las estipulaciones de los contratos de trabajo, serán sustanciados y
decididos por los Tribunales del Trabajo que se indican en la presente
Ley.”
La norma transcrita supra establece imperativamente la competencia de los
tribunales del trabajo indicados en dicha ley, para sustanciar y decidir los
asuntos contenciosos del trabajo, que no correspondan a la conciliación ni al
arbitraje, que es el caso de autos, pues se demandó la nulidad de una cláusula
del contrato colectivo firmado entre la Alcaldía del Municipio Autónomo
Santiago Mariño y el Sindicato Único de Obreros Municipales de Margarita y
Coche.
Por otra parte, la Ley Orgánica del Trabajo consagra en su artículo 5º, primer
aparte, lo siguiente:
“La legislación procesal, la organización de los tribunales y la
jurisdicción especial del Trabajo se orientarán por el propósito de ofrecer
a los trabajadores y patronos la solución de los conflictos sobre
derechos individuales o colectivos que surjan entre ellos, mediante
una administración de justicia rápida, sencilla y gratuita.”
Esta disposición legal consagra la exclusividad y especialidad de la legislación
laboral para resolver los conflictos de intereses que surjan entre patronos y
trabajadores y que deban dilucidarse judicial o administrativamente.
Asimismo, dispone el artículo 655 de la citada Ley, en su primer aparte que:
“Los asuntos contenciosos del Trabajo cuyo conocimiento, sustanciación y
decisión no hayan sido atribuidos por esta Ley a la conciliación o al arbitraje
o a las Inspectorías del Trabajo continuarán su tramitación en los Tribunales
del Trabajo o Juzgados de Estabilidad Laboral previstos por esta Ley”.
En consecuencia de lo anteriormente expuesto, los trabajadores jubilados a la
única instancia donde podían ocurrir en demanda de sus derechos y así lo
hicieron, es ante el juzgado del trabajo, pues, el presente caso no corresponde,
en el estado en que se encuentra, ni a la conciliación ni al arbitraje; por tal
razón, de conformidad con los artículos 1º de la Ley Orgánica de Tribunales y
de Procedimiento del Trabajo y 1º del Código de Procedimiento Civil, el caso
aquí examinado debe ser sustanciado y decidido por un tribunal del trabajo, en
este caso, el Juzgado de Primera Instancia Agrario, del Tránsito y del Trabajo
de la Circunscripción Judicial del Estado Nueva Esparta. Así se decide.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 231

12. COMPETENCIA POR EL TERRITORIO

Recurso de Regulación de la Competencia


Partes: Andrés Josué Quintero y Ana Indhira Quintero
Camacaro contra Daniel Morí Llaca
Auto: N° 69 de 18­12­00. Exp. 00­034
Motivo: Resolución de contrato de arrendamiento agrario

Norma citada: CPC: artículo 47


(...) el artículo 47 del citado Código prevé que la competencia por el territorio
puede derogarse por convenio de las partes, salvo cuando se trate de causas
en las que deba intervenir el Ministerio Público, o cuando la ley así
expresamente lo determine.
Así, al desprenderse de las actas del expediente que las partes eligieron
expresamente como domicilio “especial y excluyente” la ciudad de Acarigua,
Estado Portuguesa, jurisdicción de cuyos tribunales declararon someterse en
caso de controversia.
En consecuencia de lo antes expuesto, el presente caso debe ser sustanciado
y decidido por el Juzgado de Primera Instancia del Trabajo y Agrario del
Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa, con
sede en Acarigua, por así convenirlo las partes expresamente, en aplicación
del artículo 47 del Código de Procedimiento Civil, y así se decide.
CAPÍTULO XI
CONDICIONES DE TRABAJO

1. DÍAS HÁBILES PARA EL TRABAJO. LUNES Y MARTES DE


CARNAVAL NO SON DÍAS FERIADOS

Recurso de Casación
Partes: Mario Medina contra la sociedad mercantil Seguros
Caracas de Liberty Mutual, C.A.
Sentencia: N° 795 de 16­12­03. Exp. 02­517
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
El lunes y martes de carnaval no se encuentran entre los días declarados
como feriados en la Ley Orgánica del Trabajo y en la Ley de Fiestas
Nacionales, y aunque es sabido que la gran mayoría de las empresas no
laboran en los mismos e incluso tampoco lo hace buena parte de los organismos
de la Administración Pública, ello no es suficiente, en ausencia de una
contratación colectiva o particular que así lo contemple, para asimilarlos pura
y simplemente a la categoría de días no laborables de pago obligatorio.

2. DÍAS DE DESCANSO Y FERIADOS. CÁLCULO

Recurso de Casación
Partes: Francisco Dávila Álvarez contra la empresa C.A.
Venezolana de Seguros
Sentencia: N° 46 de 15­03­00. Exp. 95­123
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 233

Motivo: Cobro de prestaciones sociales


Norma citada: LOT: artículo 212
La sentencia de Alzada fundamentó su decisión, en el punto señalado por el
formalizante, en que “todo el argumento de la parte demandada consistió en
la negación de la relación de trabajo, entre ellos la negativa de los distintos
montos y cálculos salariales alegados por el actor”, que incluye la negación
hecha de los distintos conceptos por la demandada.
Sin embargo, establecida la prestación de servicios, con la prueba examinada,
sólo resta aplicar el derecho, como lo hizo el Sentenciador, al afirmar que “por
cuanto no son contrarios a derecho los conceptos reclamados derivados todos
de una relación de trabajo; y los días de descanso y feriados procedentes al
tratarse de una remuneración variable a comisión, con excepción de los
reclamados días feriados regionales, por cuanto dicha categoría no aparece
prevista en el artículo 212 de la Ley Orgánica del Trabajo, y por lo que a este
respecto no procede dicho concepto por lo cual el monto de lo reclamado por
concepto de días feriados, los cuales deben ser excluidos, los días feriados
regionales deberá ser determinado por experticia complementaria en todos
los años de la relación laboral.

3. SALARIO CORRESPONDIENTE AL PERÍODO VACACIONAL.


OPORTUNIDAD DE PAGO

Recurso de Casación
Partes: Oscar José Villalobos Nava contra la empresa Aco
Barquisimeto C.A.
Sentencia: N° 78 de 05­04­00. Exp. 99­170
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Norma citada: LOT: artículos 222, 224, 226 y 236
El disfrute de las vacaciones al cumplirse cada año ininterrumpido de trabajo es
un derecho y un deber del trabajador y el patrono está obligado a vigilar que las
personas que trabajan bajo su dependencia disfruten efectivamente de sus
períodos vacacionales, obligación ésta comprendida dentro del deber general
que tienen los patronos de velar porque la labor se preste en condiciones de
higiene y seguridad que respondan a los requerimientos de salud del trabajador,
deber previsto en el artículo 236 de la Ley Orgánica del Trabajo.
234 JUAN RAFAEL PERDOMO

Ahora bien, establece el artículo 222 de la Ley Orgánica del Trabajo que el
salario correspondiente al período vacacional se debe pagar al inicio del mismo,
permitiéndose así que el trabajador tenga disponibilidad dineraria para disfrutar
de sus vacaciones sin mayores apremios.
Esta es la intención del legislador plasmada en el artículo 226 de la Ley
Orgánica del Trabajo, norma en la que establece:
“El trabajador deberá disfrutar de las vacaciones de manera efectiva.
Mientras exista la relación de trabajo, el convenio mediante el cual el
patrono paga la remuneración de las mismas sin conceder el tiempo
necesario para que el trabajador las disfrute, lo dejará obligado a
concedérselas con su respectiva remuneración, sin que pueda alegar
en su favor el hecho de haber cumplido anteriormente con el requisito
del pago”.
Estima esta Sala que la voluntad del legislador fue prever que cuando
finalmente el trabajador tome las vacaciones, que no disfrutó por acuerdo con
el patrono, pueda disponer de dinero para que este disfrute sea real y efectivo,
mientras exista relación de trabajo.
Considera la Sala que la disposición contenida en el artículo 226 de la Ley
Orgánica del Trabajo, no impide al trabajador demandar el pago de las
vacaciones anuales no disfrutadas, una vez extinguido el vínculo laboral. Lo
contrario sería premiar la conducta del empleador que no otorgó las vacaciones
como lo prevé la ley.
Este razonamiento halla su fundamento en la interpretación sistemática de las
normas que conforman el Capítulo V del Título IV de la Ley Orgánica del
Trabajo, referido al disfrute de las vacaciones.
Bajo la previsión del artículo 226 se estimula al trabajador para que disfrute
efectivamente las vacaciones, con el pago correspondiente, es decir, tiene
derecho a cobrar nuevamente las vacaciones no disfrutadas, calculadas esta
vez, al último sueldo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 235

4. DE LAS VACACIONES. CÁLCULO. CUANDO EL


TRABAJADOR NO DISFRUTÓ DE VACACIONES DURANTE
LA RELACIÓN DE TRABAJO

Recurso de Casación
Partes: Oswaldo José Díaz Lira contra el Banco de
Venezuela, S.A.C.A.
Sentencia: N° 31 de 05­02­02. Exp. 01­424
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Normas citadas: LOT: artículos 133 y 145
El artículo 145 de la Ley Orgánica del Trabajo es claro al establecer que el
salario base para el cálculo de lo que le corresponda al trabajador por concepto
de vacaciones será el salario normal devengado por él en el mes efectivo de
labores inmediatamente anterior al día en que nació el derecho a la vacación.
La jurisprudencia patria ha establecido que por razones de justicia y equidad
debe considerase que si el trabajador no ha disfrutado de algún período
vacacional durante la relación de trabajo al término de la misma éste debe ser
cancelado no con el salario normal devengado al momento en que nació el
derecho sino con el salario normal devengado al momento de terminación de
la relación laboral.
Entonces, es inadmisible cualquier interpretación de la norma antes referida
que permita considerar que para el cálculo de las vacaciones deba considerarse
el salario integral, ni siquiera cuando éstas se pagan al terminar la relación de
trabajo.
Con base en los razonamientos expuestos y no existiendo en el texto de la
sentencia razonamiento alguno que explique la motivación de la juzgadora
para ordenar el pago de las vacaciones vencidas al término de la relación de
trabajo calculándolas con base en el último salario integral, debe declararse
con lugar la presente denuncia de falsa aplicación del artículo 133 de la Ley
Orgánica del Trabajo.
Debe asentar la Sala que en su escrito libelar, la parte actora alega que era
costumbre del banco demandado permitir que los trabajadores acumularan
varios períodos vacacionales, de manera que no interrumpieran su trabajo ni
los procedimientos bancarios, y los cuales eran cancelados finalmente con el
último salario integral.
236 JUAN RAFAEL PERDOMO

Tal circunstancia fue negada por el banco demandado en su escrito de


contestación de la demanda y en la sentencia recurrida no hay mención alguna
sobre el establecimiento o verificación de tal hecho.

5. JORNADA EFECTIVA DE TRABAJO. DISPONIBILIDAD

Recurso de Casación
Partes: Fernando Llorente Maldonado y otros contra la
sociedad mercantil Aeropostal Alas de Venezuela,
C.A.
Sentencia: N° 832 de 21­07­04. Exp. 04­573
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos derivados de la relación de trabajo
(Ver referencias jurisprudenciales expuestas al
final, no citadas en el texto)
Norma citada: LOT: artículo 189

Jornada efectiva de trabajo


(...) de conformidad con lo dispuesto en el artículo 189 de la Ley Orgánica del
Trabajo, se entiende por jornada de trabajo efectiva el tiempo durante el
cual el personal está a disposición del patrono y no puede disponer libremente
de su tiempo y realizar sus actividades personales. La frase legal el trabajador
está a disposición del patrono debe interpretarse en el sentido de que el
trabajador debe estar en la oficina, taller, hospital o sitio donde normalmente
cumple su jornada ordinaria de trabajo. En este caso la hora de trabajo debe
remunerarse como se remunera la jornada efectiva de trabajo, y si está fuera
de los límites legales o convencionales de la jornada, debe remunerarse como
hora extraordinaria de trabajo.

Disponibilidad
(...) debe distinguirse el estar a disposición previsto en la norma ­189 de la
Ley Orgánica del Trabajo­ de la disponibilidad, ubicabilidad o
localizabilidad como situación fáctica, en la cual el trabajador puede disponer
de su tiempo libre, aunque debe estar presto para atender eventualidades que
se presenten y por las cuales puede ser llamado a prestar servicio, caso en el
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 237

cual tiene derecho a reclamar el pago como hora efectiva de trabajo, inclusive
como hora extraordinaria si está por encima de los límites legales o
convencionalmente establecidos, previa comprobación que realmente laboró
o prestó servicios.
En tanto durante este período en que el trabajador debe ser ubicable o está
disponible no hay prestación efectiva de servicios, el mismo no se remunera,
salvo por acuerdo entre el patrono y los trabajadores o por uso o práctica del
empleador, como en el caso bajo examen.
De conformidad con lo expuesto, debe considerarse que el tiempo en el cual
los pilotos demandantes cumplieron sus guardias en la base del aeropuerto de
Maiquetía debía remunerarse como horas efectivas de trabajo, inclusive como
horas extraordinarias si ocurrieron en los supuestos indicados, pues en dichos
momentos tenían una real y efectiva limitación de sus actividades; mientras
que, si la guardia la cumplían en sus casas estando a disponibilidad del
patrono para cualquier eventualidad, por no haber habido prestación de
servicios, la remuneración con base en cincuenta mil bolívares (Bs. 50.000,00)
está ajustada a Derecho, correspondiéndoles pago por jornada efectiva de
trabajo sólo si eran efectiva y ciertamente convocados a prestar servicio y así
lo hicieron.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala Constitucional que dispone el total de
horas laborables en la Jornada nocturna y horas semanales.
La Sala Constitucional anuló la frase contenida en la disposición del artículo
195 de la Ley Orgánica del Trabajo, que señala que la jornada nocturna no
excederá de “cuarenta (40) [horas] semanales”, debiendo aplicarse la jornada
semanal nocturna prevista en el artículo 90 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, hasta tanto sea dictada la nueva Ley Orgánica del
Trabajo, según el mandato del numeral 3° de la Disposición Transitoria Cuarta
eiusdem. (Sentencia N° 1183 de 3 de julio de 2001, expediente N° 00­486.
Ponencia del Magistrado Antonio J. García García. Caso: Rodrigo Pérez Bravo
y Cristian Wulkop Moller. Nulidad por inconstitucionalidad)
CAPÍTULO XII
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA CARGA DE LA PRUEBA
EN MATERIA LABORAL

1. DISTRIBUCIÓN DE LA CARGA DE LA PRUEBA EN


MATERIA LABORAL. CAMBIO DE DOCTRINA. MODO DE
CONTESTAR LA DEMANDA

Recurso de Casación
Partes: Ennio Jose Zapata contra la sociedad mercantil
Banco de Venezuela, S.A.C.A.
Sentencia: N° 47 de 15­03­00. Exp. 99­835
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Criterio establecido en sentencia de 27­07­94 (Sala
de Casación Civil)
Ratificada en: Sentencias: N° 35 de 5 de febrero del 2002; N°
444 de 10 de julio del 2003; N° 758 de 1° de
diciembre del 2003; N° 235 de 16 de marzo del
2004; y N° 318 de 22 de abril del 2005
Normas citadas: LOTPT: artículo 68; CPC: artículo 506; CC: artículo
1.354
Con respecto al contenido del artículo 68 de la citada Ley, la casación
venezolana en sentencia del 13 de junio de 1960, dejó sentado lo siguiente.
“El artículo 68 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del
Trabajo obliga al demandado a determinar con claridad, al contestar la
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 239

demanda, cuáles de los hechos invocados en el libelo admite como


ciertos o rechaza, con el único fin de aliviar la carga de la prueba que
incumbe al actor, pues si no fuera así se vería el trabajador enfrentado,
casi siempre, a poderosos intereses, en la ineludible circunstancia de
soportar muchas veces innecesariamente la carga de la prueba de cada
uno de los hechos alegados en el libelo”.
Posteriormente, se ha sostenido en la doctrina y jurisprudencia que el propósito
de la norma legal en cuestión es que en la contestación de la demanda no se
utilice pura y simplemente la frase “rechazo y contradigo la presente demanda
en todas y cada una de las partes”, sino que debe el demandado rechazar
punto por punto cada afirmación, sin la obligación del demandado de
complementar o fundamentar el rechazo o la negativa, porque tal requisito no
lo exige la ley.
En este sentido, se sostuvo que la disposición legal consagra un derecho para
el demandado de alegar los fundamentos de su defensa que considere
convenientes, derecho éste de ejercicio discrecional que la ley le otorga al
litigante en su beneficio, y en consecuencia, privarse de él no acarrea ningún
resultado irreparable para el demandado.

Distribución de la carga de la prueba en materia laboral. Cambio de


doctrina
Ahora bien, esta Sala se aparta del criterio jurisprudencial hasta ahora seguido
y retoma la antigua doctrina, por medio de la cual se obliga al demandado a
“determinar con claridad, al contestar la demanda, cuáles de los hechos
invocados en el libelo admite como ciertos o rechaza, con el único fin de
aliviar la carga de la prueba que incumbe al actor”.
En efecto, mediante sentencia de la Sala de Casación Civil de fecha 27 de
julio de 1994 (ANTONIO DAHDAH KHADO contra ASSAD DAHDAH KADAU),
y que hoy se reitera, se estableció el siguiente criterio:
“A tenor de lo dispuesto en el artículo 68 de la Ley Orgánica de
Tribunales y de Procedimiento del Trabajo, “el demandado o quien
ejerza su representación, deberá al contestar la demanda, determinar
con claridad cuáles de los hechos invocados en el libelo admite como
ciertos y cuáles niega o rechaza. Se tendrán admitidos aquellos hechos
indicados en el libelo respecto de los cuales, al contestar la demanda,
no se hubiere hecho la requerida determinación, es decir, la indicación
de los hechos que se admiten y los que se niegan o rechazan, ni
aparecieren desvirtuados por ninguno de los elementos del proceso”.
240 JUAN RAFAEL PERDOMO

“Esa disposición como lo expresó este Supremo Tribunal, tiene por


finalidad que los juicios de trabajo se basen en una posición honrada
y justa dentro de la desigualdad inherente a la situación real de cada
una de las partes; y va dirigida a lograr la lealtad procesal y a que las
pruebas puedan realizarse de una manera equitativa, justa y acomodada
a la realidad de este tipo de juicio, en el que al trabajador que
generalmente es actor, le es muy difícil hacer la prueba que pretende de
su demanda”. (Sentencias del 18­11­59, 07­10­70 y 03­04­73)”.
“Ello no entraña, sin embargo, que la contestación de la demanda en
los juicios de trabajo deba hacerse en tal forma y con tales
explicaciones y argumentos que hagan necesario para su examen
realizar un análisis exhaustivo. De ser así, resultaría poco menos que
imposible dar contestación a una demanda laboral. Lo que no quiso
el legislador fue que el demandado se limitara, como en los juicios
ordinarios, a decir: “contradigo la demanda en todas y cada una de
sus partes, tanto en los hechos como en el derecho”, sino que le
exigió algo más; concretar los hechos invocados en el libelo que
admite como ciertos y los que niega o rechaza bajo pena de incurrir
en confesión ficta si no lo hiciere”.
“Esta disposición tiene su origen en la reforma del artículo 82 de la Ley
Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo de 1940. La
modificación que se propuso en la Cámara de Diputados en el año de
1956, consistió en agregarle al citado artículo 68 lo siguiente: “en la
contestación de la demanda el demandado indicará los hechos en que
conviene, se tendrán como ciertos cada uno de los hechos expresados
en el libelo que el demandado no haya rechazado en forma determinada”.
En la Cámara del Senado, la antes transcrita adición se consideró que
podría llegar a lesionar principios jurídicos fundamentales del proceso,
por lo cual se creyó conveniente atemperar el citado texto, que fuera
beneficiosa y racional a la economía del proceso, no se extralimitara en
su sentido, armonizándose con la equidad como la mejor solución en
los conflictos que a diario se plantean en materia laboral; por tanto se
buscó una fórmula intermedia, redactándose el artículo 68 de la Ley
Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo vigente, en la
cual se puso énfasis a la frase de cuáles hechos de los indicados en el
libelo se deben tener por admitidos cuando al contestar la demanda no
se hubiere hecho la requerida determinación, ni aparecieren
desvirtuados por ninguno de los elementos del proceso”.
“Los conceptos anteriores demuestran claramente que la intención del
legislador fue “someter a cierta atemperación” la carga de la prueba de
los juicios civiles con la finalidad de que el juicio tenga su fundamento
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 241

en una posición justa en beneficio de la lealtad procesal en que las


pruebas puedan realizarse de una manera equitativa y justa y adaptada
a la realidad del proceso, ya que generalmente al trabajador, le es difícil
hacer la prueba de su acción”.
“En consecuencia, para el patrono es indispensable que complemente
su negativa en base a alguna circunstancia capaz de desvirtuar las
demandas del actor, es decir, que diga que no son ciertos los hechos
que se narra en la demanda, concretando los hechos que admite como
ciertos y aquéllos que niega o rechaza, bajo la pena de incurrir en
confesión ficta si no lo hiciere”. (Sentencia de fecha 26­07­89).
De este modo, se logra que la sustanciación del juicio laboral se realice dentro
de un marco jurídico justo, equitativo y acomodado a la realidad de este tipo
de juicio, en razón de la desigualdad existente en la relación laboral, no
imponiéndosele al trabajador que demuestre los hechos con pruebas, que en
la mayoría de los casos le es difícil, pues el patrono tiene en su poder los
documentos que demuestran los detalles y las condiciones en que el trabajador
prestó el servicio, (por ejemplo, las planillas de ingreso, pago de salarios,
remuneración, disfrute de vacaciones, retiros, despidos, intereses sobre
prestaciones sociales, entre otros), por lo que en consecuencia, se le exige al
patrono que al contestar la demanda y rechazarla, alegue los hechos ciertos
por los cuales la rechaza y los pruebe. Además, porque del contenido de la
norma legal bajo estudio se desprende que se establece un imperativo de
orden procesal, al señalar que el demandado o quien ejerza su representación
en el acto de contestación; “deberá” determinar cuáles de los hechos admite
y cuáles rechaza.
A tal efecto se observa, que si bien el régimen de distribución de la carga de
la prueba en materia laboral, conocido en la doctrina como “el principio de
la inversión de la carga de la prueba”, se distingue del principio procesal
civil ordinario establecido en los artículos 1.354 del Código Civil y 506 del
Código de Procedimiento Civil, respecto del cual, corresponde al demandante
alegar y probar los hechos constitutivos de su acción. Por otra parte, la
forma de establecer la carga de la prueba en los juicios laborales no infringe
de modo alguno el principio general, debido a que la finalidad principal es
proteger al trabajador de la desigualdad económica en que se encuentra
frente al patrono, pues, como se dijo, es éste quien dispone de todos los
elementos fundamentales que demuestran la prestación de servicio u otros
conceptos; de no ser así, se generaría en el trabajador accionante una
situación de indefensión.
242 JUAN RAFAEL PERDOMO

La mencionada disposición legal, confirma la carga procesal del demandado


de “determinar con claridad cuáles de los hechos invocados en el libelo admite
como ciertos y cuáles niega o rechaza”, cuyo incumplimiento, es decir, la
contestación de la demanda genérica o vaga, u omisión de la misma, trae
como consecuencia al patrono la confesión ficta. La finalidad de esta norma
es de alguna manera simplificar el debate probatorio, dando por admitidos los
hechos del demandante, que no hayan sido expresa y razonadamente
contradichos por el patrono.
Queda así correctamente interpretada la norma, de manera que se da
cumplimiento a los principios constitucionales de la protección al trabajo.

2. DIFERENTE TRATAMIENTO DE LOS ALEGATOS Y


RECHAZOS CONTENIDOS EN LA CONTESTACIÓN. AMPLÍA
LA DOCTRINA

Recurso de Casación
Partes: Manuel De Jesús Herrera Suárez contra el Banco
Italo Venezolano C.A.
Sentencia: N° 445 de 09­11­00. Exp. 99­469
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Ratificada en: Sentencias N° 287 de 16­05­02; N° 797 de 16­12­
03; N° 110 de 11­03­05; y N° 318 de 22­04­05
Normas citadas: LOTPT: artículo 68; CPC: artículos 313 ordinal 2°
y 506; Código Civil: artículo 1.354
Con apoyo en lo dispuesto por el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia la infracción por la recurrida de los artículos
506 eiusdem, 1.354 del Código Civil, y 68 de la Ley Orgánica de Tribunales y
de Procedimiento del Trabajo (...).
En fallo de fecha 15 de mayo de 2000, estableció esta Sala de Casación
Social en cuanto al entendimiento del artículo 68 de la Ley Orgánica del
Trabajo, lo siguiente:
“Es por lo expuesto en el párrafo anterior, que esta Sala de Casación
Social debe esclarecer que la contestación de la demanda en materia
laboral debe hacerse en forma clara y determinada, estableciendo cuáles
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 243

de los hechos alegados por el actor se admiten y cuáles se rechazan,


estando obligada la parte demandada a fundamentar el motivo del
rechazo o de la admisión de los hechos (...)”.
A lo anterior habría que añadir que no todos los alegatos y rechazos que se
expongan en la contestación, deberán recibir idéntico tratamiento, porque la
adecuada o suficiente precisión en el rechazo o en la exposición de las razones
y fundamentos de las defensas, en relación con la carga de la prueba o el
riesgo de no aportarla, dependerá de la naturaleza y circunstancias de cada
asunto y resultará del examen de las mismas que debe practicar el juzgador,
tarea en la cual hará uso de las presunciones establecidas a favor del trabajador
pero de la que no puede eximirse con el solo fundamento de indicar que por
efecto de declararse la existencia de la relación de trabajo alegada, se tendrán
por admitidos todos los hechos y pedimentos planteados con fundamento y
por derivación de ella, aún cuando se los hubiere rechazado expresa y
precisamente y se trate de rechazos o negativas que se agotan en sí mismas,
como son las opuestas a condiciones distintas o exorbitantes de las legales.
Así, por ejemplo, si se ha establecido que unas relaciones de carácter laboral,
con una remuneración y tiempo determinado y bajo condiciones legales, es
claro que el riesgo de no quedar demostrados los pagos que derivan de esos
supuestos no recae sobre el trabajador demandante, sino sobre el patrono
demandado, aunque éste haya rechazado punto por punto lo reclamado. Pero
no puede ser igual cuando se han alegado condiciones y acreencias distintas
o en exceso de las legales, como un preaviso en monto equivalente a cuatro o
seis meses de salario, o especiales, circunstancias de hecho como horas extras
o días feriados trabajados, pues a la negación de su procedencia y/u ocurrencia
en el mundo de lo convenido o llevado a cabo no hay, salvo algún caso especial,
otra fundamentación que dar; siendo necesario analizar y exponer las
demostraciones y razones de hecho y de derecho conforme a las cuales sean
o no procedentes los conceptos y montos correspondientes.
En la hipótesis de la recurrida, se observa que la parte demandada admitió
ciertos hechos, expuso algunas defensas particulares sobre otros aspectos, y
rechazó precisa y determinadamente los fundamentos y la procedencia, en
sus aspectos “cualitativos” y “cuantitativos”, de todos y cada uno de los
conceptos reclamados, entre ellos el pago de cinco millones ciento noventa y
nueve mil novecientos noventa y nueve bolívares con cuarenta y ocho céntimos
(Bs. 5.199.999,48) por días feriados y de descanso trabajados, no obstante lo
cual, sin verificar el necesario examen particular de los mismos, el fallo los
dio por admitidos conforme a su señalada y errada interpretación del artículo
244 JUAN RAFAEL PERDOMO

68 denunciado, el cual, en consecuencia, infringió, al darle un contenido y


alcance que no tiene.
Es procedente, en consecuencia, la presente denuncia, y así se declara, con
la advertencia al sentenciador del reenvío, que en la resolución de la
controversia deberá aplicar el artículo 68 de la Ley Orgánica de
Tribunales y de Procedimiento del Trabajo, bajo la interpretación del
mismo que se ha dejado expuesta.

3. ¿QUIÉN TIENE LA CARGA DE PROBAR LA EXISTENCIA DE


LA PRESTACIÓN PERSONAL DEL SERVICIO?
3.1. Le corresponde al patrono desvirtuar la existencia de la relación de
trabajo cuando el trabajador demuestre la prestación del servicio
Recurso de Casación
Partes: Francisco Dávila Álvarez contra la sociedad
mercantil Venezolana de Seguros
Sentencia: N° 46 de 15­03­00. Exp. 95­123
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Ratificada en: Sentencia N° 318 de 22 de abril de 2005 (caso:
José Camilo Mejías Medina y otros contra
Panayotis Andriopulos Kontaxi)
Normas citadas: LESR: artículos 136, 137, 140, 142, 143, 176, 177 y
178; LOT: artículo 65
El artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, establece lo siguiente:
“Se presumirá la existencia de una relación de trabajo entre quien preste
un servicio personal y quien lo reciba.
Se exceptuarán aquellos casos en los cuales, por razones de orden
ético o de interés social, se presten servicios a instituciones sin fines
de lucro con propósitos distintos de los de la relación laboral”.
El hecho generador de la presunción es la prestación personal de servicios a
un sujeto no comprendido dentro de las excepciones establecidas en el único
aparte de la regla transcrita. Demostrada dicha prestación, se produce la
consecuencia legal de establecimiento de la existencia de una relación de
trabajo, presunción iuris tantum que puede ser desvirtuada por el pretendido
patrono, siempre que en la contestación a la demanda no se limite a negar
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 245

cada hecho, sino que debe alegar y demostrar los hechos que desvirtúen la
presunción.
Cuando el patrono niega en forma pura y simple la relación laboral, si el
trabajador demuestra que prestó servicios al empleador, ello conducirá al
establecimiento de la relación de trabajo, con todas las consecuencias legales
que implica.
Además de la fundamentación transcrita en los puntos previos de la presente
decisión, la Alzada, en relación con lo ahora discutido, estableció lo siguiente:
“Para decidir la presente apelación considera fundamental este Tribunal
destacar lo siguiente: Aunque en la contestación de la demanda el
argumento central de la parte demandada fue negar la prestación de
servicios y la relación de trabajo, sin añadir ningún otro elemento
excepcionante, de conformidad con lo planteado en el libelo de la
demanda, la presente acción se refiere a la intermediación prestada en
empresas de seguros, lo que vuelve de nuevo a concretar el problema
ya reiterado de la actividad de quienes actúan como intermediarios de
seguros y a su vez se consideran trabajadores. Por ello en aras de una
mayor ilustración del caso que el juez debe hacer, es necesario reiterar
la doctrina asentada por la Sala de Casación Civil en sentencia
ampliamente conocida del año 1975, reiterada en forma muy amplia en
decisión de fecha 10 de diciembre de 1985, con ponencia del Magistrado
Dr. Carlos Trejo Padilla. En dicho fallo, la Corte hace un análisis detenido
de las diferentes leyes que han regido las operaciones de seguros, del
Código de Comercio y de la Ley del Trabajo derogada que era la vigente
para el momento de las actuaciones. Efectúa la Sala el análisis de las
disposiciones de la vigente Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros
del 8 de agosto de 1975, y concretamente de las disposiciones previstas
en los artículos 136 y siguientes sobre la intermediación de seguros.
Concluye la Sala en criterio de todos conocido, en que de acuerdo con
dichas disposiciones en modo alguno se puede excluir del derecho del
trabajo a aquellos productores de seguros que con motivo de sus
labores propias, acrediten los atributos de prestación de servicios,
salario y subordinación, esenciales de la relación de trabajo; ya que en
interpretación del Artículo 137 de dicha Ley, es perfectamente posible
pensar que con ocasión de las actividades de el productor o agente de
seguros que sea persona natural y que actúe en forma exclusiva para
determinada empresa, pueda configurarse una relación de trabajo,
siempre y cuando de la forma como se ejecuten tales actividades, se
encuentren los requisitos ya mencionados de la relación de trabajo. En
consecuencia de ello, estima la Corte, que las facultades de investigación
246 JUAN RAFAEL PERDOMO

y de inspección que atribuye la Ley a la Superintendencia de Seguros


no implica ni está relacionada a la calificación de la relación de un
productor de seguros, ya que dichas normas se establecen en beneficio
de la colectividad; y por ello los Artículos 140, 142, 176, 177 y 178 de la
Ley, no pueden interponerse como elementos que pueden descalificar
la existencia de una relación laboral; y la prohibición que el Artículo
143 eiusdem establece para actuar como productores de seguros, está
referida a los empleados internos de las empresas que allí se mencionan,
bancarias, de créditos, de seguros, entidades de ahorro y préstamo y
otras, pero no para quien no esté en dichos supuestos”. (CFR.
“Jurisprudencia de la Ley del Trabajo”, Cuarto fascículo 1985, Caracas,
págs. 212­218).
De conformidad con la doctrina de la Corte anteriormente referida,
resulta evidente que en todos los casos como el presente sobre la
actividad de intermediarios hay que determinar si independientemente
de las normas específicas para tal actividad establecidas por la Ley de
Seguros y Reaseguros, concurren los elementos propios de una
relación de trabajo; es decir, la investigación específica del caso, mucho
más hoy bajo la vigencia de la nueva Ley Orgánica del Trabajo, en
cuyo artículo 65 se presume la existencia de una relación de trabajo
entre quien preste un servicio personal y quien lo reciba; ya que la
demandada negó dicha prestación de servicios. Ello obliga al análisis
de las pruebas de autos, estableciendo, como lo señaló el Tribunal de
Primera Instancia, que la carga probatoria fundamental corresponde al
actor para demostrar la relación de trabajo”.
La Ley Orgánica del Trabajo entró en vigencia durante la duración de la
prestación de servicios. Al ser sus normas de orden público, se aplican a las
relaciones en curso y afectan los efectos futuros de los hechos pasados.
Entre estos efectos, se encuentra el establecimiento de los hechos que realiza
el juez, el cual se rige por la nueva ley, por tanto la norma aplicable al caso es
el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo.
Comparte esta Sala el criterio de que las normas de la Ley de Empresas de
Seguros y Reaseguros no excluyen la existencia de la relación laboral, pero
en cuanto a su demostración, en virtud de la presunción legal, basta que el
actor demuestre la prestación personal de servicios para que se presuma la
existencia de dicha relación, con todas sus características, tales como la
subordinación y la existencia de un salario, cuyo quantum puede ser establecido
por una experticia complementaria del fallo, siendo carga del demandado
alegar y demostrar la inexistencia de dicha relación, por no cumplirse alguna
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 247

de las condiciones de existencia, tales como la subordinación, o la existencia


de un salario.

3.2. Carga de la prueba. Presunción iuris tantum


Partes: Joao Silvio Andrade De Abreu Silva contra la
sociedad mercantil Inversiones El Junquito C.A.
Sentencia: N° 114 de 31­05­01. Exp. 01­054
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
Ratificada en: Sentencia N° 444 de 10 de julio de 2003 (caso:
Guzmán Jaime Granados Ramírez contra la
sociedad mercantil Aerotécnica, S.A.
[HELICÓPTEROS])
Norma citada: LOTPT: artículo 68
(…) el Tribunal Superior declaró sin lugar la demanda, porque consideró que
la parte actora tenía la carga de probar la existencia de la prestación personal
del servicio y no lo hizo, pues el actor alegó haber prestado un servicio personal
a la demandada y la parte demandada negó y rechazó que el actor le hubiese
prestado servicios personales, por lo cual no incurrió el Tribunal de alzada en
error de interpretación acerca del contenido y alcance del artículo 68 de la
Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo, pues en relación
con la alegación fundamental del trabajador de prestación de un servicio
personal, si el patrono niega y rechaza la misma, ello es suficiente para que se
mantenga inalterable la carga de la prueba en relación con tal alegación, sin
que sea necesario que el patrono aduzca algo más, razón por la cual, a juicio
de la Sala, el Tribunal Superior interpretó correctamente la norma y por ello
no puede prosperar la delación formulada.
248 JUAN RAFAEL PERDOMO

3.3. Cuándo corresponde la carga de la prueba al demandante


Partes: José Camilo Mejías Medina y otros contra el
ciudadano Panayotis Andriopulos Kontaxi
Sentencia: N° 318 de 22­04­05. Exp. 04­1212
Motivo: Estabilidad laboral
Ratificada en: Sentencia N° 444 de 10 de julio de 2003 (caso:
Guzmán Jaime Granados Ramírez contra la
sociedad mercantil Aerotécnica, S.A.
[HELICÓPTEROS])
Normas citadas: LOTPT: artículo 68; LOT: artículo 65
(...) conforme a lo previsto en el artículo 68 de Ley Orgánica de Tribunales y
de Procedimiento del Trabajo, que al demandante le correspondía la carga de
probar la prestación personal del servicio, con lo cual se derivaban
consecuencias jurídicas.
No obstante ello, el demandante no aportó al proceso alguna prueba que
hiciera presumir la existencia de una relación de trabajo entre los demandantes
y el demandado, en aplicación del artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo,
pues el demandado alegó la falta de cualidad e interés para sostener el presente
juicio por no ostentar la condición de patrono de los co­demandantes.
Es el caso que el actor sólo estará eximido de probar sus alegaciones cuando
en la contestación a la demanda, el demandado admita la prestación de un
servicio personal aun cuando el demandado no la califique como relación
laboral ­presunción iuris tantum ­ lo cual no ocurrió en el presente caso.
Siendo que la parte actora no demostró la prestación personal del servicio
que conllevara a presumir la existencia de la relación de trabajo entre ellos y
el demandado, la Sala declara improcedente la demanda.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 249

4. CUÁNDO CORRESPONDE AL PATRONO LA CARGA DE


DEMOSTRAR EL SALARIO

Recurso de Casación
Partes: Juana María Godoy Hernández contra la empresa
C.A., Electricidad de Occidente
(ELEOCCIDENTE)
Sentencia: N° 526 de 30­11­00. Exp. 99­636
Motivo: Reclamación de diferencias en pago de
prestaciones sociales y otros conceptos
Normas citadas: LOTPT: artículo 68
En efecto, la negación del monto del salario debe ser precisada por el patrono,
indicando cuál es el salario real, pues es él quien puede aportar la prueba; por
tanto, a él le corresponde la carga de tal demostración y al no hacerlo, el
Tribunal decidió a favor de la trabajadora, con fundamento en lo establecido
en el último aparte del artículo 68 de la Ley Orgánica de Tribunales y de
Procedimiento del Trabajo.

5. CONFESIÓN FICTA DEL DEMANDADO AL NO RECHAZAR


EXPRESAMENTE EN LA CONTESTACIÓN LOS HECHOS
ALEGADOS EN LA DEMANDA. DIFERENCIA CON LA
CONFESIÓN FICTA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 362 DEL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL

Recurso de Casación
Partes: Manuel Antonio Díaz Serra contra la sociedad
mercantil Tiendas Ruler C.A.
Sentencia: N° 757 de 01­12­03. Exp. 03­094
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículo 362; LOT: artículo 31; LOTPT:
artículo 68
En el caso examinado el recurrente aduce que la norma reguladora de la
confesión ficta en materia laboral es el artículo 68 de la referida Ley Orgánica
250 JUAN RAFAEL PERDOMO

de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo, y no el artículo el 362 del


Código de Procedimiento Civil.
Al respecto, la Sala considera pertinente analizar el alcance de la institución
de la confesión ficta en el ámbito de aplicación del artículo 68 de la Ley
Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo, y del artículo 362 del
Código de Procedimiento Civil.
Al respecto, prevé el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil, lo
siguiente:
“Si el demandado no diere contestación a la demanda dentro de los
plazos indicados en este Código, se le tendrá por confeso en cuanto
no sea contraria a derecho la petición del demandante, si nada probare
que le favorezca. En este caso, vencido el lapso de promoción de pruebas
sin que el demandado hubiese promovido alguna, el Tribunal procederá
a sentenciar la causa, sin más dilación, dentro de los ocho días siguientes
al vencimiento de aquel lapso, ateniéndose a la confesión del
demandado. (...)”.
Cuando el demandado no da oportuna contestación a la demanda, la citada
norma le concede una oportunidad para que promueva las contra­pruebas de
los hechos alegados en la demanda.
Sin embargo, es oportuno puntualizar, que el contumaz tiene una gran limitación
en la instancia probatoria, pues sólo podrá probar aquello que tienda a enervar
o paralizar la acción intentada, hacer como se dijo, la contra­prueba de los
hechos alegados por el actor, o demostrar que ellos son contrarios a derecho,
mas no aquellos constitutivos de excepciones que han debido hacerse valer
en la contestación a la demanda.
Ahora bien, establecidos los alcances de la confesión ficta en el marco del
artículo 362 eiusdem, corresponde por tanto analizar, el contenido del artículo
68 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo.
Sobre el particular, la Sala en reiterados fallos ha sostenido en relación con el
artículo 68 de la Ley Adjetiva del Trabajo, que se tendrán por admitidos aquellos
hechos alegados por la parte accionante en su libelo, que el respectivo
demandado no niegue o rechace expresamente en su contestación, o cuando
no haya fundamentado el motivo del rechazo, aunado al hecho de que tampoco
haya aportado a los autos en la oportunidad legal, alguna prueba capaz de
desvirtuar dichos alegatos del actor.
En otras palabras, la demandada tendrá la carga de desvirtuar en la fase
probatoria, aquellos hechos sobre los cuales no hubiese realizado en la
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 251

contestación el fundamentado rechazo, de lo contrario, el Sentenciador deberá


tenerlos como admitidos.
En efecto, el artículo 68 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento
del Trabajo, establece que: “(...) Se tendrán por admitidos aquellos hechos
indicados en el libelo respectivo de los cuales, al contestarse la demanda, no
se hubiere hecho la requerida determinación ni aparecieren desvirtuadas por
ninguno de los elementos del proceso”. (Resaltado de la Sala).
De tal manera, resulta evidente que en los procesos laborales de carácter
contencioso, la denominada admisión de hechos está contenida en el citado
artículo 68, sólo que ésta se constituye en aquellos casos en los cuales se
haya dado contestación a la demanda de manera oportuna, mas no cuando se
hubiere materializado la incomparecencia del demandado a dicho acto, o aun
dando contestación, lo hiciere de manera extemporánea.
Lo expuesto confirma de una manera categórica, que la disposición legal
comentada no hace referencia alguna a los supuestos en los cuales no se
diere contestación a la demanda, o se realice de forma intempestiva.
Concluye la Sala, por aplicación del artículo 31 de la Ley Adjetiva del Trabajo,
que en los asuntos de índole laboral en los cuales la parte demandada no dé
contestación a la demanda, bien porque no comparezca al juicio para ello, o
aun compareciendo lo haga de manera extemporánea, debe aplicarse de forma
supletoria el dispositivo contenido en el artículo 362 del Código de Procedimiento
Civil.

6. CARGA DE LA PRUEBA CUANDO SE RECLAMAN HORAS


EXTRAS O DÍAS FERIADOS

Recurso de Casación
Partes: Teresa De Jesús García viuda de Avendaño y otros
contra Teleplastic C.A.
Sentencia: N° 797 de 16­12­03. Exp. 02­624
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Ha establecido esta Sala, que cuando el trabajador reclama el pago de
acreencias distintas o en exceso de las legales o especiales, como horas extras
o feriados trabajados, la parte demandada no está obligada a exponer los
252 JUAN RAFAEL PERDOMO

fundamentos de su negativa de ocurrencia o procedencia. Es decir, no está


obligada a fundamentar una negativa pura y simple.
En dichos casos, para que pueda ser declarada procedente la reclamación,
corresponde a la parte demandante probar que verdaderamente trabajó en
condiciones de exceso o especiales, que ciertamente trabajó todos los domingos
durante los veintiún (21) años que aduce duró la relación de trabajo entre el
ciudadano José Inocencio Avendaño Ramírez y la demandada.
En el caso bajo examen, y habiendo reclamado el pago de 1.542 días sábados
y domingos trabajados, correspondía a la parte demandante probar que el
ciudadano José Inocencio Avendaño Ramírez laboró ciertamente los 771 días
domingos que reclama, no pudiendo declararse procedente el pago de los
mismos por el solo hecho de haber sido negada su labor en forma pura y
simple, pues siendo extraordinario el pago de domingos trabajados y no
especificándose concretamente a qué días se refería la parte demandante, no
podía la parte demandada dar otra contestación más allá de la negativa pura
y simple.
Por las razones antes expuestas, debe considerarse que la Alzada no podía
haber condenado al pago de domingos trabajados, basándose en el puro hecho
de que la demandada no fundamentó la negativa de que el demandado haya
trabajado tales días.
CAPÍTULO XIII
CONTROL DE LA LEGALIDAD. PRESUPUESTOS DE
ADMISIBILIDAD DEL RECURSO

1. PRESUPUESTOS OBJETIVOS. SENTENCIA O ACTO


RECURRIBLE. CUMPLIMIENTO DE LAS CONDICIONES
FORMALES DE INTERPOSICIÓN: MODO, LUGAR Y
TIEMPO
1.1. Sentencias recurribles y no recurribles
1.1.1. Inadmisibilidad del recurso interpuesto contra
sentencias interlocutorias; a) Admisibilidad del recurso
contra fallos dictados en ejecución de sentencia

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Henry Rafael Martínez Tomedes contra la sociedad
mercantil Distribuidora Polar del Sur, C.A.
(DIPOSURCA)
Auto: N° 349 de 15­05­03. Exp. 03­160
Motivo: Estabilidad laboral
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 87 de 20 de
febrero de 2003 (caso: Dimas Alberto Velasco
Sánchez contra la sociedad mercantil Molinos
Nacionales, C.A.)
Normas citadas: LOPT: artículos 173, 174 y 178
254 JUAN RAFAEL PERDOMO

Inadmisibilidad del recurso interpuesto contra sentencias


interlocutorias
(...) la mencionada sentencia Nº 87 del 20 de febrero de 2003 señala:
“... esta Sala de Casación Social deja sentado a partir de la publicación
de esta decisión que este medio de impugnación excepcional es
inadmisible cuando se solicite contra las sentencias interlocutorias
emanadas de los Juzgados Superiores laborales, todo ello además en
procura de la celeridad que cada caso amerita, pues de producirse
alguna violación con estos fallos interlocutorios, se puede reparar en
la sentencia definitiva, recurribles estas últimas ante esta Sala de
Casación Social a través de los medios de impugnación permitidos por
la Ley para ello”.

a) Admisibilidad del recurso contra fallos dictados en ejecución de


sentencia
En el caso concreto, la resolución del Tribunal Superior, tal como lo señala el
opositor, no es una sentencia definitiva, ni una interlocutoria sino un auto en
ejecución de sentencia cuyo eventual gravamen no puede ser reparado en la
definitiva, y que en los juicios de estabilidad no tiene Casación, por lo que sí se
dan los supuestos para la admisibilidad de conformidad con la jurisprudencia
citada.
Con vista de dicho recurso y de la disposición en que se lo fundamenta, por
cuanto se encuentra que se han cumplido los requisitos establecidos en la Ley
y que existen motivos racionales para interponerlo, se admite, en conformidad
con lo dispuesto en el artículo 178 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y
se ordena seguir el procedimiento previsto en los artículos 173 y 174 eiusdem,
aplicables por remisión de aquél.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social relacionada con la
aplicación extensiva del Código de Procedimiento Civil a los casos laborales.
Se debe garantizar la autonomía e intangibilidad de la cosa juzgada. (Auto N°
505 de 30 de julio de 2003, expediente N° 03­161. Ponencia del Magistrado
Alfonso Valbuena Cordero. Caso: Santos Auro Fuentes contra la sociedad
mercantil Representaciones Reto, C.A. [RETOCA])
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 255

1.1.2. Admisibilidad del recurso contra fallos dictados en los


juicios de invalidación

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: María Lugo Portillo contra José Seferino Rosales
Auto: N° 239 de 07­04­05. Exp. 04­1520
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
laborales
Normas citadas: LOPT: artículo 178; CPC: artículos 331 y 337
Las sentencias emanadas en un recurso de invalidación ponen fin al recurso
extraordinario y de conformidad con el artículo 337 del Código de
Procedimiento Civil tienen casación de inmediato, si cumplen con los requisitos
de admisibilidad. Al respecto, nada consagra la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, pues, el artículo 178 eiusdem establece que el recurso de control de
la legalidad puede solicitarse contra las sentencias dictadas por el Juzgado
Superior del Trabajo, que no sean recurribles en casación.
De una interpretación literal de la norma, en principio, el recurso de control de
la legalidad sólo puede intentarse contra las decisiones emanadas de los
Juzgados Superiores del Trabajo, lo cual no es del todo cierto, pues la intención
y voluntad del Legislador no fue la de limitar el ejercicio de dicho medio de
impugnación sólo a éstas decisiones, sino también permitirlo, contra las
decisiones de última instancia que pongan fin al proceso, aun cuando éstas no
emanen de un Tribunal Superior del Trabajo.
El caso bajo estudio se subsume en los supuestos mencionados, pues la
sentencia que decidió la cuestión previa opuesta en el recurso de invalidación,
se dictó en única y última instancia por el Juzgado de Juicio y la misma pone
fin al proceso, por lo que no siendo recurrible la invalidación mediante el
recurso de casación por la cuantía, considera la Sala que estas sentencias,
son susceptibles de ser recurribles por control de la legalidad, siempre que se
cumpla con los demás requisitos exigidos para ello en la Ley Adjetiva.
En el caso de autos la parte recurrente solicitó el control de la legalidad contra
la sentencia dictada por el Juzgado Superior, que declaró inadmisible el recurso
de apelación con fundamento en el artículo 337 del Código de Procedimiento
Civil, y no contra la decisión dictada por el Juzgado de Juicio que conoció en
única instancia del recurso de invalidación, en conformidad con el artículo
256 JUAN RAFAEL PERDOMO

331 eiusdem, motivo por el cual, al no intentarse el recurso contra dicha


decisión, es por lo que esta Sala en aplicación del artículo antes indicado,
declara inadmisible el recurso de control de la legalidad. Así se decide.

1.1.3. Inadmisibilidad del recurso interpuesto contra


sentencias que deciden regulación de la competencia

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Alfredo Hawallata González Castillo contra la
sociedad mercantil Pepsi­Cola Venezuela, C.A.
Auto: N° 74 de 01­03­05. Exp. 04­1747
Motivo: Estabilidad laboral
La Sala observa que el fallo recurrido es una sentencia interlocutoria emanada
del Juzgado Primero Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial del
Estado Miranda, que decidió la regulación de la competencia planteada.
Al respecto, ha sido criterio pacífico y reiterado de la Sala, que las decisiones
emanadas de los Juzgados Superiores que resuelven las regulaciones de la
competencia, no son objeto de recurso extraordinario alguno, pues la decisión
es atributiva de competencia y pone fin al conflicto surgido, causando cosa
juzgada formal en relación con la determinación del tribunal competente.

1.1.4. El recurso sólo procede contra las decisiones que


infrinjan normas legales o sean contrarias a la
jurisprudencia de la Sala de Casación Social

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Aimara Yaniret Guzmán Toro contra la sociedad
mercantil Interamerican Data Consulting, C.A.
Auto: Nº 44 de 20­01­04. Exp. 03­865
Motivo: Estabilidad laboral
(…) se refiere la Sala a que la admisibilidad del recurso se restringe a
situaciones donde la violación o amenaza son de tal entidad, que resulte
alterada la legalidad de la decisión o proceso sujeto a revisión. De allí, que se
trate entonces, de violaciones categóricas del orden legal establecido, que en
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 257

definitiva, transgredirían el Estado de Derecho, o de aquellas decisiones que


contravengan la reiterada doctrina jurisprudencial de esta Sala de Casación
Social, pues, ésta se contrae fundamentalmente entre otras, a preservar la
uniformidad de la jurisprudencia laboral.
En el caso concreto señala el recurrente en su solicitud, que la sentencia
recurrida violó normas de orden público contraviniendo lo establecido en los
artículos 21 ordinal 1º, 26 y 49 ordinales 1º y 3º de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, menoscabando los derechos
constitucionales al debido proceso, de igualdad ante la ley y a obtener una
justicia imparcial, idónea y transparente, al declarar ausente de la audiencia
preliminar a la parte demandada por llegar seis minutos tarde y aplicar la
consecuencia jurídica establecida en el artículo 131 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo.
Ha establecido la Sala en múltiples sentencias, los requisitos de admisibilidad
del recurso de control de la legalidad, haciendo especial énfasis en la importancia
de que se trate de violaciones categóricas del orden legal establecido, que en
definitiva, transgredirían el Estado de Derecho.
En el caso concreto, sostiene el recurrente que la recurrida incurrió en la
violación de normas constitucionales, lo cual luego de un examen exhaustivo,
considera esta Sala que no se trata de violaciones del orden legal establecido
que puedan ser resueltas mediante el recurso de control de la legalidad, sino
que en todo caso serían objeto de amparo constitucional.
Por las razones mencionadas, con base en los criterios que fundamentan la
presente decisión, se declara inadmisible el presente recurso de control de la
legalidad. Así se decide.
258 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.1.5. Incompatibilidad entre los recursos de casación y de


control de la legalidad

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Oslando Rincón López contra la sociedad mercantil
Protinal, C.A.
Auto: N° 209 de 09­03­04. Exp. 04­067
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 763 de 1° de
diciembre de 2003 (caso: Yolanda Otero contra la
empresa Arena de Francia C.A.)
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
De conformidad con la sentencia proferida por esta Sala de Casación Social Nº
763 de fecha 1º de diciembre de 2003, aquellos juicios en los cuales se hubiere
dictado sentencia en segunda instancia con anterioridad a la implementación de
la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, se tramitarán de conformidad con lo
establecido en el Código de Procedimiento Civil, y las que sean dictadas con
posterioridad a esa fecha, se regirán por las disposiciones de la Nueva Ley,
todo ello en aras de la seguridad jurídica de las partes en litigio.
En el caso examinado, la sentencia fue dictada el 3 de septiembre de 2003,
anterior a la implementación de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, realizada
el 13 de octubre de 2003, en la Circunscripción Judicial del Estado Zulia,
razón por la cual, es necesario examinar los requisitos de admisibilidad del
recurso de casación de conformidad con lo establecido en el Código de
Procedimiento Civil.
La demanda fue estimada en la cantidad de cuarenta millones cuatrocientos
noventa y tres mil ochocientos veintiséis bolívares con cincuenta y cuatro
céntimos (Bs. 40.493.826,54), monto que excede la cantidad de tres millones
de bolívares (Bs. 3.000.000,00), que es la cuantía mínima requerida para la
admisibilidad del recurso de casación en los juicios laborales, en conformidad
con lo dispuesto en el Decreto Nº 1.029 de 22 de enero de 1996, por lo que el
recurso de casación es admisible y, en consecuencia, procedente el recurso
de hecho presentado, y así se declara.
(...)
En el caso estudiado, en el capítulo anterior se declaró que es admisible el
recurso de casación, razón por la cual, no se cumple con el requisito de que la
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 259

sentencia no sea recurrible en casación, en consecuencia, se declara


inadmisible el presente recurso de control de la legalidad.

1.1.6. Inadmisibilidad del recurso propuesto contra las


sentencias de los tribunales superiores laborales que
resuelvan acciones de amparo constitucional

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: María Elodia Suárez contra la Dirección General
Sectorial de Educación del Estado Lara
Auto: Nº 350 de 15­04­04. Exp. 04­099
Motivo: Amparo constitucional
Reitera: Doctrina establecida en sentencia Nº 301 de 29 de
abril de 2003 (caso: Ortega León Santana, Edgar
Goncalves Da Conceicao y Luis Eladio Pérez
Alcalá contra la Mancomunidad Cuerpo de
Bomberos del Este, Alcaldía del Municipio Sucre,
Alcaldía del Municipio Baruta y Alcaldía del
Municipio Chacao, actuando como tercero
coadyuvante La Alcaldía Metropolitana de Caracas
y como tercero interesado el Cuerpo de Bomberos
del Distrito Metropolitano de Caracas)
Esta Sala de Casación Social en decisión Nº 301 de fecha 29 de abril de 2003,
expresó que:
“(...) aún cuando a través del recurso del control de la legalidad se abre
la posibilidad de denunciar, la violación o la amenaza de violación de
normas de orden público, necesariamente debe entenderse que las mismas
están referidas a normas de orden público legal y no constitucional, ello
en razón a que la ley prevé expresamente los recursos ejercibles y el
control de la constitucionalidad de las sentencias dictadas en los
procedimientos especiales de acción de amparo constitucional.
Siendo así y por las razones antes indicadas, esta Sala de Casación
Social deja sentado a partir de la publicación de este fallo que este
medio de impugnación excepcional es inadmisible cuando se solicite
contra las sentencias que resuelvan acciones de amparo constitucional
emanadas de los Juzgados Superiores laborales, pues en caso de
260 JUAN RAFAEL PERDOMO

producirse la violación de alguna norma constitucional con estos fallos,


las mismas son revisables a través de la Sala Constitucional de este
Supremo Tribunal”.
La Sala observa que el fallo recurrido es una sentencia emanada de un Juzgado
Superior Laboral en un procedimiento de amparo constitucional, en
consecuencia de conformidad con el criterio sostenido por esta Sala en
sentencia Nº 301 de fecha 29 de abril de 2003, parcialmente trascrita, sería
suficiente para declarar inadmisible el presente recurso de control de la
legalidad. Adicionalmente, el recurso de control de la legalidad tiene efectos
suspensivos sobre la decisión impugnada, lo que impediría la ejecución del
fallo, afectando los principios procesales que informan el amparo constitucional
e impidiendo el restablecimiento inmediato de la situación jurídica infringida,
lo que lleva a concluir que también por esta razón es inadmisible el recurso de
control de la legalidad contra las sentencias dictadas en los procedimientos de
amparo constitucional. Así se decide.

1.1.7. Poder discrecional de la Sala para admitir el recurso

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Zuimin Josefina Fernández Chirinos contra la
Escuela de Música Carlos Afanador Real
Auto: N° 294 de 29­04­03. Exp. 03­147
Motivo: Estabilidad
Norma citada: LOPT: artículo 178
Dispone el artículo 178 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, que el Tribunal
Supremo de Justicia en Sala de Casación Social podrá, a solicitud de parte,
conocer de aquellos casos emanados de los Tribunales Superiores del Trabajo,
que aun y cuando no fueran recurribles en casación, sin embargo, violenten o
amenacen con violentar las normas de orden público o cuando la sentencia
recurrida sea contraria a la reiterada doctrina jurisprudencial de dicha Sala de
Casación.
Esta Sala de Casación Social en decisión de fecha 18 de diciembre de 2002,
expresó que aun cuando los requisitos de admisibilidad se cumplan
“corresponde a esta Sala de Casación Social restringir, atendiendo a la
potestad discrecional conferida por el artículo 178 de la Ley Orgánica
Procesal Laboral, la admisibilidad de dicho recurso, cuando se hallen
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 261

violentadas o amenazadas disposiciones de orden público o la


jurisprudencia reiterada de la Sala”.
Por tanto, se refiere la Sala a que la admisibilidad del recurso se restringe a
situaciones donde la violación o amenaza son de tal entidad, que resulte
alterada la legalidad de la decisión o proceso sujeto a revisión. De allí, que se
trate entonces, de violaciones categóricas del orden legal establecido, que en
definitiva, transgredirían el Estado de Derecho, o de aquellas decisiones que
contravengan la reiterada doctrina jurisprudencial de esta Sala de Casación
Social, pues, ésta se contrae fundamentalmente entre otras, a preservar la
uniformidad de la jurisprudencia laboral.

1.2. Condiciones formales de interposición: modo, lugar y tiempo


1.2.1. El recurso interpuesto después de declarado inadmisible
el recurso de casación

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: María Emilia Figueredo contra la sociedad
mercantil Consorcio Uni C.A.
Auto: N° 713 de 18­12­02. Exp. 02­635
Motivo: Indemnización de daños y perjuicios derivados de
accidente de trabajo
Norma citada: LOPT: artículo 178
Dispone el artículo 178 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo que la parte
recurrente podrá, dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes a la publicación
del fallo ante el Tribunal Superior del Trabajo correspondiente, solicitar el
control de la legalidad del asunto, mediante escrito, que en ningún caso
excederá de tres (3) folios útiles y sus vueltos. En el caso concreto una vez
publicado el fallo el recurrente anunció recurso de casación, el cual fue
declarado inadmisible por la Alzada, fundado en no tener la cuantía de ley.
Luego con posterioridad a esa decisión, dentro del lapso para el ejercicio del
recurso de hecho, la parte actora interpuso el recurso de control de la legalidad,
obviamente después del vencimiento del lapso legal de cinco (5) días hábiles
siguientes a la publicación del fallo ante el Tribunal Superior, razón por la cual,
en aplicación del artículo antes mencionado, la interposición es extemporánea
y en consecuencia inadmisible el recurso de control de la legalidad interpuesto.
262 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.2.2. Principio de orden consecutivo legal con fases de


preclusión. Lo que debe hacer el Tribunal Superior
cuando se interpone el recurso

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Gleni José Reyes contra la sociedad mercantil C.A.
Venezolana de Televisión
Auto: N° 86 de 20­02­03. Exp. 02­647
Motivo: Estabilidad laboral
Normas citadas: LOPT: artículos 49, 178 y 179
Al publicarse la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en fecha 13 de agosto de
2002 (Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 37.504),
sólo entran en vigencia los artículos 49, 178 y 179 de la Ley, y se continúan
aplicando las normas referidas a los procedimientos en materia laboral, hasta
la entrada en vigencia del resto del articulado, de conformidad con lo
establecido en el artículo 194 eiusdem.
El artículo 178 dispone:
“El Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Social podrá, a
solicitud de parte, conocer de aquellos casos emanados de los
Tribunales Superiores del Trabajo, que aún y cuando no fueran
recurribles en casación, sin embargo, violenten o amenacen con
violentar las normas de orden público o cuando la sentencia recurrida
sea contraria a la reiterada doctrina jurisprudencial de dicha Sala de
Casación. En estos casos la parte recurrente podrá, dentro de los cinco
(5) días hábiles siguientes a la publicación del fallo ante el Tribunal
Superior del Trabajo correspondiente, solicitar el control de la legalidad
del asunto, mediante escrito, que en ningún caso excederá de tres (3)
folios útiles y sus vueltos. El Tribunal Superior del Trabajo deberá
remitir el expediente a la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo
de Justicia de manera inmediata; la cual, una vez recibido el expediente,
decidirá sumariamente con relación a dicha solicitud. En el supuesto
que el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Social decida
conocer del asunto, fijará la audiencia, siguiendo el procedimiento
establecido en el capítulo anterior. La declaración de inadmisibilidad
del recurso se hará constar en forma escrita por auto del Tribunal, sin
necesidad de motivar su decisión. De igual manera, estará sujeto a
multa el recurrente que interponga el recurso maliciosamente, hasta un
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 263

monto máximo equivalente a ciento veinticinco unidades tributarias


(125 U.T.). En este último caso, el auto será motivado. Si el recurrente
no pagare la multa dentro del lapso de tres (3) días, sufrirá arresto en
jefatura civil de quince (15) días”.
Conviene observar, que antes de la entrada en vigencia de los procedimientos
establecidos en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en los procesos judiciales
del trabajo que actualmente se encuentran en curso, se mantienen plenamente
vigentes los principios rectores del procedimiento que caracterizan la estructura
del proceso en Venezuela. Especialmente se ha de resaltar el principio de
orden consecutivo legal con fases de preclusión, el cual consagra que entre
un acto procesal y otro, pueden pasar largos intervalos de tiempo, y
adicionalmente, que cada acto particular debe realizarse dentro del término
que le corresponde pues de otra forma, no puede ejecutarse en absoluto.
Aplicando este principio y siendo que en los procesos mencionados, el lapso
para interponer los recursos comienza a partir de vencido el lapso establecido
para publicar la sentencia, y en el caso de que la sentencia sea publicada
fuera del lapso, a partir de la notificación a las partes, el lapso de cinco (5)
días hábiles para solicitar el Control de la Legalidad, mientras no entren en
vigencia los procedimientos establecidos en la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, comienza a correr a partir del vencimiento del lapso para sentenciar
o de la notificación de la sentencia.
En el caso bajo estudio la sentencia fue publicada fuera de lapso y no
habiéndose notificado a las partes, lo procedente es anular y reponer la causa
al estado en que el Superior competente notifique de la sentencia a las partes,
a fin de preservar el derecho de defensa y que comience a correr el lapso
para interponer los recursos.
Por otro lado, el Tribunal competente deberá hacer constar en el auto que
ordena la remisión del expediente, el día que comienza el lapso para interponer
el recurso y los días de despacho transcurridos para el ejercicio del recurso, a
fin de que esta Sala pueda constatar el cumplimiento del requisito de
admisibilidad referido a la oportunidad de la interposición, establecido en el
citado artículo 178 eiusdem.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social que declaró
improcedente la adhesión de alguna de las partes al recurso de control de la
legalidad. (Auto N° 130 de 17 de febrero de 2004, expediente N° 03­864.
264 JUAN RAFAEL PERDOMO

Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. Caso: Olga Del Carmen
Mogollón contra la empresa Farmacia Sanare, C.A.)

2. PRESUPUESTOS SUBJETIVOS. CUALIDAD DE PARTE Y


AGRAVIO
2.1. Inadmisibilidad del recurso cuando el recurrente no es parte en el
juicio

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Taydee Lilibet Chacín Coa de Martínez y Bartolo
Carreño Carmona contra la sociedad mercantil
Servicios Corod de Venezuela, S.A.
Auto: N° 575 de 04­06­04. Exp. 04­200
Motivo: Cobro de indemnización de daño moral por
accidente de trabajo
Norma citada: LOPT: artículo 178
Dispone el artículo 178 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, que el Tribunal
Supremo de Justicia en Sala de Casación Social podrá, a solicitud de parte,
conocer de aquellos casos emanados de los Tribunales Superiores del Trabajo,
que aun y cuando no fueran recurribles en casación, sin embargo, violenten o
amenacen con violentar las normas de orden público o cuando la sentencia
recurrida sea contraria a la reiterada doctrina jurisprudencial de dicha Sala de
Casación.
En el caso de autos el recurrente (sociedad mercantil Pride International,
C.A., representada judicialmente por los abogados Ramón Ramírez González,
Luis Natera e Ingrid Bellune,) que solicitó el control de la legalidad no es
parte en el juicio, razón por la cual esta Sala, en aplicación del artículo antes
indicado, declara inadmisible el presente recurso de control de la legalidad.
Así se decide.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social que establece los
requisitos para comparecer a las audiencias ante la Sala de Casación Social
como representante judicial. (Sentencia N° 509 de 19 de mayo de 2005,
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 265

expediente N° 04­1198. Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero.


Caso: Alonzo José Martínez contra la empresa Transporte Froilan Garcilazo,
C.A.). Reitera criterio asentado en sentencia N° 1305 de 25 de octubre de
2004. (Caso: Carlos Ramón Díaz contra la sociedad mercantil Operaciones
de Producción y Exploración Nacionales Open, S.A.)

2.2. Legitimación especial para presentar el recurso

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Supermercados Unicasa, C.A., contra la
Organización Sindicato Unión Bolivariana de
Trabajadores de Supermercados, Afines, Anexos
y Similares del Estado Miranda (UBTRASUPER­
MIR)
Auto: N° 592 de 04­06­04. Exp. 04­293
Motivo: Disolución de sindicato interpuesta conjuntamente
con el recurso contencioso administrativo de nulidad
contra acto administrativo y amparo constitucional
Normas citadas: CPC: artículos 107 y 187
(...) la Sala ha establecido en múltiples fallos, los requisitos de admisibilidad
del recurso de control de la legalidad, haciendo especial énfasis en la
importancia de que se trate de violaciones categóricas del orden legal
establecido, que en definitiva, transgredirían el Estado de Derecho. En el
caso concreto, sostiene el recurrente que la recurrida incurrió en la infracción
de normas constitucionales, lo cual luego de un examen exhaustivo, la Sala
considera que no se trata de quebrantamientos del orden legal establecido
que puedan ser resueltas mediante el recurso de control de la legalidad, sino
que en todo caso serían objeto de amparo constitucional.
El Libro Primero, Título IV, Capítulo I, del Código de Procedimiento Civi,
contempla la forma de los actos procesales, y específicamente el artículo 187
eiusdem, se refiere a la elaboración de diligencias y escritos, al disponer:
“Las partes harán sus solicitudes mediante diligencia escrita que
extenderán en el expediente de la causa en cualquier hora de las fijadas
en la tablilla o Cartel a que se refiere el artículo 192, y firmarán ante el
Secretario; o bien por escrito que presentarán en las mismas horas al
Secretario, firmado por la parte o sus apoderados”.
266 JUAN RAFAEL PERDOMO

Por su parte, el artículo 107 del citado Código, establece que: “El Secretario
recibirá los escritos y documentos que le presenten las partes, los agregará al
expediente de la causa respectiva, estampando en él su firma, la fecha de la
presentación y la hora, y dará cuenta inmediata al Juez”.
En el caso concreto se ha constatado que la abogada…, quien presentó el
recurso de control de la legalidad suscrito por los apoderados judiciales de la
parte actora, no tenía poder para actuar en el presente juicio, razón por la cual
el recurso interpuesto, aunque fue presentado en tiempo oportuno, carece de
validez, es inexistente y se tiene como no presentado. Así se decide.
CAPÍTULO XIV
COSTAS PROCESALES

1. PROCEDENCIA

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Henry Rafael Martínez Tomedes contra la sociedad
mercantil Distribuidora Polar Del Sur, C.A.
(DIPOSURCA)
Sentencia: N° 459 de 10­07­03. Exp. 03­160
Motivo: Estabilidad laboral
Normas citadas: CPC: artículos 274, 286 y 532; LA: artículo 23
Respecto a las costas procesales, el artículo 274 del Código de Procedimiento
Civil, establece que: “la parte que fuere vencida totalmente en un proceso
o en una incidencia, se la condenará al pago de las costas”.
Por otra parte, de conformidad con lo previsto en el artículo 23 de la Ley de
Abogados, “las costas pertenecen a la parte, quien pagará los honorarios a
sus apoderados, asistentes o defensores. Sin embargo, el abogado podrá estimar
sus honorarios y pedir la intimación al respectivo obligado, sin otras formalidades
que las establecidas en esta Ley”.
Así mismo, dispone el artículo 286 del Código de Procedimiento Civil, que
“las costas que debe pagar la parte vencida por honorarios del apoderado de
la parte contraria estarán sujetas a retasa. En ningún caso estos honorarios
excederán del treinta por ciento del valor de lo litigado (...)”.
268 JUAN RAFAEL PERDOMO

Del análisis concordado de estas disposiciones se concluye que la parte que


resultó totalmente vencida en el proceso, le corresponde pagar las costas, tal
como lo determinó la sentencia de fecha 26 de febrero de 2002, emitida por el
Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de Protección
del Niño y del Adolescente del Primer Circuito de la Circunscripción Judicial
del Estado Bolívar. Sin embargo, el tribunal en el procedimiento de ejecución,
sólo puede estimar ­por secretaría­ los gastos del proceso pues los honorarios
profesionales que forman parte de las costas, deben ser estimados por la
parte vencedora, y el Juez sólo podrá acordarlos sin excederse del treinta por
ciento del monto de la sentencia, dejando a salvo el derecho del vencido de
acogerse a la retasa, para no conculcarle su derecho a la defensa.
De esta forma, el Juzgado de Primera Instancia del Trabajo del Primer Circuito
de la misma Circunscripción Judicial, se excedió en su decisión al ordenar el
pago de las costas calculadas en el 30% de los salarios caídos dejados de
percibir, sin que éstas se hubieren estimado e intimado por la parte actora. En
consecuencia, esta Sala ratifica que le corresponde pagar las costas procesales
a la parte totalmente vencida en este proceso, una vez demandado y agotado
el procedimiento de cobro de honorarios profesionales previsto en la ley.
CAPÍTULO XV
DEMANDA LABORAL

1. DEMANDA VERBAL ANTE EL JUEZ DEL TRABAJO.


FORMALIDADES QUE DEBERÁN CUMPLIRSE EN TAL
CASO

Recurso de Casación
Partes: Fernando José Molina contra la empresa Corpoven,
S.A.
Sentencia: N° 35 de 09­03­00. Exp. 99­042
Normas citadas: LOT: artículo 63; LOTPT: artículos 63 y 64; CPC:
artículos 15, 206, 208 y 270; CN: artículos 67 y 68;
CRBV: artículos 49 y 257
La Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo prevé en su
artículo 63 que las demandas “pueden ser hechas por medio de escritos
dirigidos al Tribunal por el actor “y, cuando no esté asesorado por abogado
o procurador, puede “hacerla en forma verbal ante el propio Juez del
Trabajo, quien la reducirá a escrito en forma de acta, que pondrá como
cabeza del proceso”. En tales casos podrá hacerla en forma verbal, intentada
personalmente sin asistencia de abogado. Cada vez que esto ocurra el Juez,
sin avanzar opinión, debe interrogar al demandante para completar la demanda,
si ello fuere necesario, con el objeto que la demanda reúna los requisitos que
la ley exige.
En la citada disposición de la ley procesal del trabajo queda expreso el principio
de informalidad del proceso laboral, que incluso admite en el artículo 63 de la
270 JUAN RAFAEL PERDOMO

Ley Orgánica del Trabajo arriba mencionada, la fórmula descrita. Considera


esta Sala de Casación Social, que la actuación del apoderado actor es válida,
y por tanto, no susceptible de ser anulada, al proponer la demanda mediante
la diligencia estampada en los autos. Dada la inexistencia legal de formalidades
para proponer una demanda laboral, el apoderado actor aprovechó la existencia
material de un documento para manifestar que el contenido de la acción
planteada es el mismo que aparece reflejado en dicho texto libelar.
Por lo tanto, al anularse todas las actuaciones siguientes a la diligencia
presentada el 9 de diciembre de 1988, mediante la cual se propuso la demanda
y se reprodujo el contenido del libelo inicial, bajo el argumento que tal actuación
no era apta para producir los efectos iniciatorios de un procedimiento judicial,
pero afirmando que la parte actora para incoar la demanda debía introducir
un “libelo nuevo, aún cuando fuese idéntico en su contenido al extinto”, lo que
hace la recurrida es establecer formalidades del libelo de la demanda no
previstas en el artículo 63 citado.
Con tal actitud se quebranta además lo dispuesto en el artículo 15 del Código
de Procedimiento Civil, que obliga al Juez a mantener a las partes en los
derechos y facultades privativos de cada una según lo acuerde la ley y de
conforme a las diversas condiciones que tengan en el juicio, pues cuando el
Juez le impone ciertas formalidades al actor no previstas en la ley, está
quebrantando su derecho a la defensa.
En este orden de ideas, considera la Sala que es equivocada la apreciación de
la recurrida cuando señala que decretada la perención de la instancia, “…su
efecto extintivo se expande a todos los actos procesales anteriores a la fecha
en que se produjo”. La afirmación de la recurrida contraviene el dispositivo del
artículo 270 del Código de Procedimiento Civil, referido a los efectos de la
declaratoria de perención de la instancia, y que establece que declarada ésta, lo
único que se extingue es el proceso, pero no la pretensión, ni destruye las
decisiones dictadas, ni priva de su valor jurídico a las pruebas que resulten de
los autos. El artículo 270 del Código de Procedimiento Civil, recoge los efectos
de la perención, en el sentido de que se trata de una institución procesal, que
tiene su causa en la inactividad del demandante. Produce, como lo señala el
profesor A. Rengel Romberg: “...un efecto extintivo ex lege del proceso, que
tiene su causa en la inactividad prolongada, pero que no extingue la pretensión,
ni destruye las decisiones dictadas, ni priva de su valor jurídico a las pruebas
recogidas, las cuales, individualmente consideradas, tendrán valor en un proceso
futuro que origine el nuevo ejercicio de la demanda” (Tratado de Derecho
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 271

Procesal Civil Venezolano. Volumen II. Organización Gráfica Capriles C.A.


Caracas 1999. Código de Procedimiento Civil de 1987. Pág. 381).
Podemos agregar que cuando las partes no actúan procesalmente y
desatienden la posibilidad de impulsar la causa incoada, se produce una falta
de gestión que puede ocasionar la perención de la instancia, pero ello no
significa la clausura de la pretensión, pues en definitiva la instancia es una
sucesión de etapas en el juicio. Tampoco es censurable, en el presente caso,
la formalidad utilizada por el interesado, ya que el derecho del trabajo se
caracteriza por no ser formal. ASÍ SE DECLARA.
Por esa razón, las decisiones interlocutorias dictadas en un juicio en el que se
haya declarado la perención de la instancia (por ejemplo: validez de un poder
o la admisibilidad de una prueba), conservan sus efectos y pueden ser
consideradas como providencias con efecto de cosa juzgada en el nuevo
juicio. Igualmente, las pruebas evacuadas en el juicio perecido preservan su
eficacia probatoria y tendrán valor en el proceso que origine el ejercicio de la
nueva demanda, pudiendo ser apreciadas por el Juez como elementos de los
que se extraen argumentos de convicción, toda vez que han sido evacuados
en proceso judicial, entre las mismas partes y con la garantía del contradictorio.
Según lo dispuesto en el propio artículo 270 del Código de Procedimiento
Civil, la cosa juzgada como efecto de la declaratoria de perención no se
produce mas que cuando la instancia perimida es la Alzada y el fallo apelado,
que queda firme, es un fallo en el que ha habido pronunciamiento sobre el
fondo de la causa y no un mero fallo definitivo formal.
Por otra parte, en el supuesto de que el Tribunal Superior conozca en virtud
de consulta, no hay lugar a la perención de la instancia.
No escapa de la apreciación de este Alto Tribunal el hecho que ciertamente
en la sustanciación del expediente hay una irregularidad pero ésta no está
representada por el hecho que el actor proponga una demanda mediante
diligencia y de por reproducido en ella el contenido de un documento anterior;
sino el hecho que dicha diligencia se haya presentado y agregado a los autos
de un expediente contentivo de un procedimiento culminado. Ahora bien, la
responsabilidad de tal irregularidad debe atribuírsele al Juez A quo que permitió
que la nueva causa se iniciará en dichas condiciones.
Pese a existir una irregularidad en la sustanciación del expediente, la misma
no es lo suficientemente grave para acarrear la nulidad de todo lo actuado,
pues no afecta formas sustanciales del proceso, y el libelo cumplió su finalidad,
272 JUAN RAFAEL PERDOMO

al punto que la parte demandada contestó la pretensión, sin que en el tiempo


transcurrido, la accionada sufriera perjuicio o menoscabo en su derecho a la
defensa, tal como lo preceptua el artículo 15 del Código de Procedimiento
Civil. Por lo tanto, la reposición decretada por la Juez del reenvío implica una
violación del artículo 206 del Código de Procedimiento Civil.
Finalmente, debe asentar esta Sala que cuando la Juez de reenvío repuso la
causa a un estado anterior a la nueva proposición de la demanda,
concretamente al estado de archivar el expediente, está violentando el principio
del fin útil de la reposición, contenido en los artículos 206 y 208 del Código de
Procedimiento Civil, pues con dicha reposición no se cumplen los fines de
ordenar el proceso renovando los actos viciados, sino que se extingue el mismo,
negándole a la parte actora su derecho a obtener una sentencia judicial que
decida el fondo del conflicto planteado, violentó el derecho de accionar
judicialmente, previsto en los artículos 67 y 68 de la Constitución vigente para
el momento en que fue pronunciada la sentencia, y recogido en los artículos
49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Por las razones antes expuestas se casa de oficio la sentencia recurrida por
haber violado los artículos 64 de la Ley Orgánica de Tribunales y de
Procedimiento del Trabajo, los artículos 15, 206 y 208 del Código de
Procedimiento Civil, en concordancia con los artículos 67 y 68 de la Constitución
de la República de Venezuela, promulgado el 23 de enero de 1961 y vigente
para el momento en que se produjo la sentencia del Tribunal de Reenvío.
CAPÍTULO XVI
ESTABILIDAD

1. REENGANCHE DE UN TRABAJADOR DESPEDIDO


INJUSTIFICADAMENTE. SALARIOS DEJADOS DE
PERCIBIR Y PRESTACIONES SOCIALES. A) ESTABILIDAD
LABORAL RELATIVA; B) CÁLCULO DE LAS
INDEMNIZACIONES CUANDO EL PATRONO INSISTE EN EL
DESPIDO

Recurso de Casación
Partes: Ricardo Campos contra la sociedad mercantil
Banco de Venezuela, S.A.C.A.
Sentencia: N° 315 de 20­11­01. Exp. 01­379
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Ratificada en: Sentencia N° 287 de 16 de mayo de 2002,
expediente N° 01­576 (caso: Yrineo Carrero contra
la Boutique del Sonido, C.A.)
Normas citadas: LOT: artículos 112 y 125

Reenganche de un trabajador despedido injustificadamente. Salarios


dejados de percibir y prestaciones sociales
(...) en los juicios de estabilidad laboral, ordenado el reenganche de un trabajador
despedido injustificadamente, si bien el patrono que insiste en el despido debe
274 JUAN RAFAEL PERDOMO

pagar los salarios dejados de percibir (…), y las indemnizaciones por despido
injustificado y sustitutiva del preaviso, el pago de la antigüedad, vacaciones
fraccionadas y participación en los beneficios o utilidades fraccionadas, se
calcula hasta el momento en que el trabajador efectivamente dejó de prestar
servicios y no hasta el momento de la persistencia en el despido.

a) Estabilidad laboral relativa


La estabilidad laboral relativa prevista en la Ley contra Despidos Injustificados,
y desde 1991 en los artículos 112 y siguientes de la Ley Orgánica del Trabajo
no es absoluta, sino que el patrono que insista en el despido injustificado debe
pagar al trabajador las dos indemnizaciones previstas en el artículo 125 de la
Ley Orgánica del Trabajo: la indemnización por despido injustificado y la
indemnización sustitutiva del preaviso, siendo esta última de naturaleza distinta
al preaviso previsto para los trabajadores que carecen de estabilidad laboral.

b) Cálculo de las indemnizaciones cuando el patrono insiste en el


despido
Es por la razón antes expuesta que la jurisprudencia y la doctrina patria han
sido pacíficas en asentar que en los juicios de estabilidad laboral, ordenado el
reenganche de un trabajador despedido injustificadamente, si bien el patrono
que insiste en el despido debe pagar los salarios dejados de percibir (…), y las
indemnizaciones por despido injustificado y sustitutiva del preaviso, el pago
de la antigüedad, vacaciones fraccionadas y participación en los beneficios o
utilidades fraccionadas, se calcula hasta el momento en que el trabajador
efectivamente dejó de prestar servicios y no hasta el momento de la persistencia
en el despido.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala Constitucional, no citada en el texto,
que establece la inconstitucionalidad del artículo 59 del Reglamento de la Ley
Orgánica del Trabajo. (Sentencia N° 436 de 23 de mayo de 2000, expediente
N° 00­327. Ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero. Caso:
Foramer de Venezuela, C.A); reiterada posteriormente por la misma Sala en
sentencia N° 1324 de 2 de noviembre de 2000, expediente N° 00­789.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 275

2. INDEMNIZACIÓN A FAVOR DEL TRABAJADOR POR


DESPIDO INJUSTIFICADO. EXCLUSIÓN PARA EL
CÁLCULO DE LOS SALARIOS DEJADOS DE PERCIBIR. EL
PATRONO NO PUEDE ALEGAR QUE LA DEMORA
JUDICIAL ES UN CASO FORTUITO O FUERZA MAYOR

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Rafael Martínez Tomedes contra la sociedad
mercantil Distribuidora Polar Del Sur, C.A.
(DIPOSURCA)
Sentencia: N° 459 de 10­07­03. Exp. 03­160
Motivo: Estabilidad laboral
Reitera: Doctrina establecida en las sentencias Nº 315 de
20 de noviembre de 2001 (caso: Ricardo Campos
contra la sociedad mercantil Banco de Venezuela,
S.A.C.A.); y Nº 287 de 16 de mayo de 2002 (Caso:
Yrineo Carrero contra la empresa La Boutique del
Sonido, C.A.)
(Ver cambio de doctrina en las referencias
jurisprudenciales expuestas al final, no citadas en
el texto. Criterio actual de la Sala)
Normas citadas: LOT: artículo 125; RLOT: artículo 61
El procedimiento de estabilidad laboral persigue preservar los derechos del
trabajador que sólo debe ser despedido por causas legales o en su defecto,
debe recibir la indemnización prevista en el artículo 125 de la Ley Orgánica
del Trabajo.
Expresado de otro modo, el patrono mantiene su libertad de despedir a sus
trabajadores. Si es por causa legal, sólo pagará las prestaciones sociales que
por ley le corresponden al trabajador, pero si no es por causa legal, debe
pagar las prestaciones sociales y adicionalmente, la indemnización prevista
en el artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo.
Cuando el trabajador es despedido y ejerce su derecho de solicitar la calificación
de su despido, el patrono puede insistir en su propósito de despedir al trabajador,
pero en este caso debe pagar la indemnización mencionada y los salarios
caídos que se hayan generado durante el procedimiento. Es decir, el trabajador
276 JUAN RAFAEL PERDOMO

tiene derecho a percibir los salarios correspondientes al servicio personal que


ha podido seguir prestando, los cuales no pudo cumplir por un despido sin
causa legal que lo justifique y sin haber recibido la indemnización establecida
en la ley.
El procedimiento termina únicamente por sentencia definitiva o por la decisión
del patrono de insistir en el despido, pagando la indemnización correspondiente
y los salarios dejados de percibir hasta esta fecha.
El artículo 61 del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo establece:
“Exclusión para el Cálculo de los Salarios Caídos. El tiempo considerado para
el cálculo de los salarios dejados de percibir, excluirá el correspondiente a la
prolongación del proceso por causas de fuerza mayor, caso fortuito o inacción
del demandante”.
Impone este artículo que sólo se excluirá del tiempo para el cálculo de los
salarios caídos, la prolongación del proceso por dos causas: fuerza mayor o
caso fortuito, y la inacción del demandante.
El demandante tiene la carga de impulsar el proceso durante la sustanciación,
no así cuando ésta ha terminado y es deber del juez decidir la causa.
Por caso fortuito y fuerza mayor, se entiende, con sus sutiles diferencias,
aquellos hechos o actos que no pueden preverse o previstos no se pueden
evitar.
Todo proceso judicial tiene una etapa de sustanciación y una etapa para
decisión. En el procedimiento de estabilidad laboral, el patrono tiene la facultad
de terminar el proceso en cualquier momento mediante el pago de la
indemnización correspondiente y los salarios dejados de percibir hasta la fecha.
Por este motivo, el patrono no puede alegar que la demora judicial es un caso
fortuito o fuerza mayor, porque la prolongación del proceso en su caso es
evitable mediante los pagos mencionados.
Adicionalmente, como se mencionó anteriormente, la sentencia Nº 315 de
fecha 20 de noviembre de 2001, estableció un criterio que fue ratificado por
la sentencia Nº 287 de fecha 16 de mayo de 2002, a saber: “la jurisprudencia
y la doctrina patria han sido pacíficas en asentar que en los juicios de
estabilidad laboral, ordenado el reenganche de un trabajador despedido
injustificadamente, si bien el patrono que insiste en el despido debe
pagar los salarios dejados de percibir desde el momento del despido
hasta el momento en que insiste en el mismo (...), en el cual si bien diferencia
el lapso para el pago de los salarios caídos, de la fecha para el cálculo de las
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 277

indemnizaciones laborales previstas en la ley, también establece que el patrono


debe pagar los salarios caídos hasta el momento en que insiste en el despido.
Del mismo modo, si el patrono no insiste en el despido y decide cumplir la
sentencia que ordena el reenganche y el pago de los salarios caídos, deberá
pagar éstos, hasta el momento de la reincorporación definitiva del trabajador
a sus labores habituales.
Por las razones mencionadas, habiendo determinado que el retardo judicial en
dictar sentencia no configura uno de los supuestos previstos en el artículo 61
del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, se declara que el tiempo
para el cálculo de los salarios dejados de percibir comienza con la fecha de la
contestación de la demanda y termina con la fecha de la efectiva
reincorporación del trabajador a sus labores habituales. Así se decide.

Referencias jurisprudenciales:
Véase el criterio establecido por la Sala de Casación Social que establece el
tiempo que debe tomarse en cuenta para el cálculo en el pago de los salarios
dejados de percibir. Cambio de doctrina. (Sentencia N° 742 de 28 de octubre
de 2003, expediente N° 03­470. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora
Díaz. Caso José Ángel Barrientos contra la sociedad mercantil Cebra, S.A.).
Ratificada en sentencia N° 1371 de 2 de noviembre de 2004, expediente N°
04­416. Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. (Caso: José
Luis Márquez contra la empresa Transporte Herolca, C.A.)

Comentario:
El criterio de la Sala citado con anterioridad que consideró que en los juicios
de estabilidad laboral, ordenado el reenganche de un trabajador despedido
injustificadamente, si bien el patrono que insiste en el despido debe pagar los
salarios dejados de percibir desde el momento del despido hasta el momento
en que insiste en el mismo, al igual que si el patrono no insiste en el despido y
decide cumplir la sentencia que ordena el reenganche y el pago de los salarios
caídos, deberá pagar éstos, hasta el momento de la reincorporación definitiva
del trabajador a sus labores habituales, y declaró que el tiempo para el cálculo
de los salarios dejados de percibir comenzaba con la fecha de contestación
de la demanda y terminaba con la fecha de la efectiva reincorporación del
trabajador a sus labores habituales, cambió posteriormente y la Sala de Casación
Social, bajo la ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz estableció:
“que los salarios caídos deberán estimarse a partir de la fecha en la
278 JUAN RAFAEL PERDOMO

cual se verificó la citación de la parte demandada y hasta la fecha


efectiva de reincorporación del trabajador a sus labores habituales o
la oportunidad en que se insista en el despido”. (Sentencia N° 742 de 28
de octubre de 2003, expediente N° 03­470). Reiterada posteriormente en
sentencia N° 1371 de 02 de noviembre de 2004, expediente N° 04­416.
Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero). Criterio vigente en la
actualidad y solo deberá excluirse de dicho cálculo, el tiempo que la causa
estuvo paralizada por motivos no imputables a las partes, así como los lapsos
por inactividad procesal, tales como vacaciones judiciales o huelgas de
funcionarios tribunalicios.

3. IMPROCEDENCIA DE INDEMNIZACIONES POR DAÑOS


MORALES Y LUCRO CESANTE EN CASOS DE DESPIDO
INJUSTIFICADO

Recurso de Casación
Partes: María José Meneses Agostini de Matute contra la
sociedad mercantil Colegio Amanecer, C.A.
Sentencia: Nº 116 de 17­02­04. Exp. 03­829
Motivo: Cobro de prestaciones sociales, daño moral y lucro
cesante
Norma citada: CC: artículo 1.196
(…) en relación con la pretendida indemnización por lucro cesante y daño
moral, observa la Sala que el lucro cesante es el daño causado por ser privado
de recibir una suma de dinero a la cual se tenía derecho. En el caso concreto,
habiendo sido acordados los salarios dejados de percibir a causa del despido
injustificado, los cuales tienen carácter indemnizatorio, considera esta Sala
que no procede el lucro cesante pues persigue el mismo fin.
La obligación de reparar el daño moral causado por acto ilícito establecida en
el artículo 1.196 del Código Civil se extiende a la indemnización en caso de
atentado al honor y reputación de la víctima y su familia. En el caso concreto,
si bien quedó establecido que la actora ha tenido problemas económicos, no
fue probado el hecho ilícito de la demandada, y no puede considerarse que el
despido injustificado constituya un hecho ilícito, sino por el contrario, un
incumplimiento contractual, razón por la cual, se niega la indemnización por
concepto de daño moral.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 279

4. RECLAMO DE INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO


INJUSTIFICADO PRETENDIDA POR UN EMPLEADO DE
DIRECCIÓN

Recurso de Casación
Partes: Luis Alejandro Silva Brea contra la sociedad
mercantil Inversiones Sabenpe, C.A.
Sentencia: N° 1566 de 09­12­04. Exp. 04­1203
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOT: artículos 42, 112, 125 y 510
En el caso examinado, el Tribunal ad quem hizo un análisis y estudio
relacionado con el concepto de empleado de dirección establecido en la
doctrina y la jurisprudencia y estableció en cuanto al carácter de empleado o
no de dirección de la parte actora, que le correspondía a la parte demandada
probar ese hecho, por lo que al examinar la controversia expresó que la parte
actora “actuó como Representante del Patrono en todas las discusiones
que constan en las documentales, en su condición de Gerente de
Administración” de la empresa demandada y que, por tanto, era un empleado
de dirección, excluido de la protección especial del régimen de estabilidad
relativa y de los beneficios contractuales, en conformidad con los artículos
112 y 510 de la Ley Orgánica del Trabajo.
Igualmente, el Tribunal ad quem estimó que no se desvirtuó tal carácter con
las pruebas documentales indicadas por la parte actora, por lo que la sentencia
recurrida concluyó que: “el actor participó en la toma de decisiones y
representó al patrono por ante las autoridades administrativas en las
discusiones de convenciones colectivas elementos éstos que como expresó
el A quo ´se materializan en la convicción de esta Juzgadora, ...´ es más
palpable que los representantes de una empresa en las discusiones de
Convenciones Colectivas, intervienen directamente en la toma de
decisiones, y la representen ante las autoridades competentes,
obligándola ante ellos y ante los propios trabajadores, todo lo cual se
enmarca entre lo que la doctrina y la jurisprudencia ha denominado
grandes decisiones, lo que desarrolla la legislación sustantiva laboral,
específicamente en el artículo 42 de la Ley Orgánica del Trabajo”.
Con esa argumentación, la Alzada dio por demostrado el carácter de empleado
de dirección de la parte actora, por lo que declaró improcedente el pago de la
280 JUAN RAFAEL PERDOMO

indemnización por despido injustificado establecida en el artículo 125 de a


Ley Orgánica del Trabajo y de la aplicación del beneficio previsto en la
Cláusula 28 del Contrato Colectivo vigente para la fecha de culminación de la
relación laboral, criterio que la Sala comparte.
En consecuencia, se aprecia que el Juez de la sentencia recurrida interpretó
de manera acertada el contenido del artículo 42 de la Ley Orgánica del Trabajo
y por tanto, no incurrió en la infracción, por error de interpretación, de la
citada disposición legal, razón que la Sala considera suficiente para desestimar
la denuncia, por falta de aplicación, de los artículos 112 y 125 eiusdem. Así se
declara.

a) Decisión sobre el fondo de la controversia (artículo 175 de la LOPT)


(...) se da por demostrado el carácter de empleado de dirección que tuvo el
actor mientras trabajó para la empresa demandada, y por tanto, se declara
improcedente el reclamo del pago de la indemnización por despido injustificado
prevista en el artículo 125 de la citada Ley, e improcedente la pretensión
relativa a la aplicación del beneficio contemplado en la cláusula 28 del Contrato
Colectivo, vigente para la fecha de terminación de la relación laboral, en
conformidad con lo previsto en los artículos 112 y 510 de la Ley Orgánica del
Trabajo.
CAPÍTULO XVII
EXPERTICIA COMPLEMENTARIA DEL FALLO

1. LÍMITES

Recurso de Casación
Partes: Teodardo Adolfo Estrada Briceño contra la empresa
Distribuidora Venemotos C.A.
Sentencia: N° 152 de 01­06­00. Exp. 99­502
Motivo: Cobro de prestaciones laborales
Norma citada: CPC: artículo 249
Según lo dispuesto en el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, el
sentenciador debe dar a los expertos las instrucciones o directrices conforme
a las cuales habrían de realizar la experticia complementaria del fallo que les
encomienda, las cuales procurará ajustar a las posibilidades y exigencias de
las circunstancias particulares de cada caso.
282 JUAN RAFAEL PERDOMO

2. LAPSO PARA IMPUGNAR LA EXPERTICIA. NECESIDAD DE


FUNDAMENTAR LA IMPUGNACIÓN

Recurso de Casación
Partes: Teodardo Adolfo Estrada contra la empresa
Distribuidora Venemotos C.A.
Sentencia: N° 261 de 25­04­02. Exp. 01­697
Motivo: La parte demandada reclamó de una experticia
complementaria del fallo ante el Tribunal de la
ejecución
Reitera: Doctrina establecida en sentencias de 28 de julio
de 2000 (Sala de Casación Social) y en sentencia
de 26 de enero de 2001 (Sala Constitucional)
Norma citada: CPC: artículo 249
Establece el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil:
“En la sentencia en que se condene a pagar frutos, intereses o daños,
se determinará la cantidad de ellos, y si el Juez no pudiere estimarla
según las pruebas, dispondrá que esta estimación la hagan peritos,
con arreglo a lo establecido para el justiprecio de bienes en el Título
sobre ejecuciones del presente Código. Lo mismo se hará cuando la
sentencia ordene restitución de frutos o indemnización de cualquier
especie, si no pudiere hacer el Juez la estimación o liquidación, con
arreglo a lo que hayan justificado las partes en el pleito.
En todo caso de condenatoria, según este artículo, se determinará en la
sentencia de modo preciso, en qué consisten los perjuicios probados
que deban estimarse y los diversos puntos que deban servir de base a
los expertos. En estos casos la experticia se tendrá como complemento
del fallo ejecutoriado; pero si alguna de las partes reclamare contra la
decisión de los expertos, alegando que está fuera de los límites del
fallo, o que es inaceptable la estimación por excesiva o por mínima, el
Tribunal oirá a los asociados que hubieren concurrido a dictar la
sentencia en primera instancia, si tal hubiere sido el caso, y en su
defecto, a otros dos peritos de su elección, para decidir sobre lo
reclamado, con facultad de fijar definitivamente la estimación y de lo
determinado se admitirá apelación libremente”.
Respecto al único aparte de esta disposición legal, el cual establece el
modo de impugnación de la experticia complementaria del fallo, un sector
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 283

de la doctrina ha entendido que el juez sólo convocará a los expertos si ha


decidido con asociados en primera instancia y dichos asociados no pueden
por alguna razón participar en el examen del reclamo. Ello parece
desprenderse de la redacción de la norma que dice: “…el Tribunal oirá
a los asociados que hubieren concurrido a dictar la sentencia en
primera instancia, si tal hubiere sido el caso, y en su defecto, a otros
dos peritos de su elección”.
Sin embargo, la necesidad de convocar a los expertos no deriva de la anterior
constitución del tribunal con asociados, sino del carácter técnico de la revisión.
El Tribunal Supremo de Justicia, sin considerar especialmente el punto, ha
interpretado que en todo caso en que no se haya decidido con asociados en
primera instancia hay que convocar a los expertos:
“En torno a la experticia complementaria de fecha 6 de abril de 1999,
impugnada por las accionantes, esta Sala observa, que nuestro Código
de Procedimiento Civil, en su artículo 249 contempla un recurso
específico para impugnar las decisiones de los expertos, con el propósito
de que la experticia sea dictada fuera de los límites del fallo o que la
estimación fuera inaceptable por excesiva o por mínima, caso en el cual
el Tribunal oirá la opinión de otros dos peritos de su elección, para
decidir sobre lo reclamado y fijar definitivamente la estimación, decisión
que a su vez puede ser apelada libremente.” (Sentencia Sala
Constitucional 26­1­01).
En cuanto al lapso para el reclamo, expresó la Sala de Casación Social en
sentencia de 14 de junio de 2002, lo siguiente:
“No establece la regla transcrita el plazo para impugnar, por lo cual es
necesario aplicar por analogía el lapso de impugnación establecido en
el artículo 468 del mismo Código, referente a la impugnación de la
experticia probatoria, de acuerdo con el cual en el mismo día de su
presentación o dentro de los tres (3) siguientes, puede reclamarse contra
la decisión de los expertos.”
Por otra parte, en sentencia de esta Sala de Casación Social de fecha 28 de
julio de 2000, se decidió un Recurso de Casación contra una sentencia de
Alzada que expresó:
“El sólo hecho de que se haya realizado la impugnación de la experticia
complementaria del fallo, y así se haya considerado, no significa que el
juez de mérito le surta automáticamente la facultad para proceder a fijar
oportunidad para el nombramiento de dos expertos, sustentando tal
284 JUAN RAFAEL PERDOMO

actitud conforme a lo dispuesto en el último aparte del Artículo 249 del


Código de Procedimiento Civil, y tal como lo dejó asentado en el apelado
auto, dictado el 03/02/98.
Si se toma en consideración que el último aparte del referido artículo
249 deja establecido que “En estos casos la experticia se tendrá como
comple­mentaria del fallo ejecutoriado; pero si alguno de las partes
reclamare contra la decisión de los expertos, alegando que está fuera
de los límites del fallo, o que es inaceptable la estimación por excesiva
o por mínima, el Tribunal oirá a los asociados que hubieren concurrido
a dictar la sentencia en primera instancia, si tal hubiere sido el caso, y
en su defecto, a otros dos peritos de su elección, para decidir sobre
lo reclamado, con facultad de fijar definitivamente la estimación; y de
lo determinado se admitirá apelación libremente”, definitivamente mal
ha podido proceder el a quo en forma automática a fijar oportunidad
para el nombramiento de dos expertos, en razón de que, en criterio de
este sentenciador, ello no ha sido el espíritu y propósito del legislador.
En efecto, debe interpretarse que al realizarse la impugnación de la
experticia complementaria del fallo, si la misma es propuesta en forma
temporánea, el deber del juez de la causa ha debido ser el de analizar,
juzgar y calificar los extremos que conforman tal impugnación, y si
considera que los mismos surten efectos legales, es decir, que de su
examen surgen incuestionable­mente elementos de juicio para
considerar que la experticia adolece de irregularidades, que está fuera
de los límites del fallo, o que es inaceptable la estimación en ella
contenida por excesiva o por mínima, entonces debe proceder como
el mismo legislador le señala, o sea, hacerse asesorar de dos peritos
de su elección, con la facultad de fijar definitivamente la estimación,
siendo que, como sanidad jurídica y certeza en sus actuaciones, puede
fijar oportunidad para el nombramiento de dos expertos contables.
De procederse en forma contraria a como se ha dejado asentado
anteriormente, implicaría que con la simple impugnación de la
experticia, sin que la misma sea razonada y sustentada sobre bases
ciertas conforme a derecho, se descarte todo un complejo trabajo sin
fórmula de análisis y juzgamiento para dejarlo sin eficacia jurídica
alguna no obstante haber sido ordenado por el propio fallo que decidió
el fondo de la controversia como complemento del mismo, y sin que
se realice una debida revisión de sus extremos hacerlo desaparecer
del proceso, convertirlo en letra muerta, cuando debe inferirse que
esa no ha podido ser la intención del legislador al ordenar que se
elabore esa experticia para que forme parte integrante de la condena
contenida en la sentencia que la ordenó. Así se declara”.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 285

Al respecto la Sala, en esa oportunidad observó:


“En fallo de fecha 14 enero 1990, la Sala Civil de la Corte Suprema de
Justicia, estableció que en la experticia complementaria del fallo, el
dictamen de los expertos es vinculante para el Juez, a menos que alguna
de las partes reclame contra el mismo imputándole concreta y
determinantemente alguno de los vicios indicados en el artículo 249 de
la ley procesal, esto es estar fuera de los límites del fallo o ser inaceptable
por excesivo o por mínimo. De no alegarse alguna de estas causales el
Juez no podrá dar curso al reclamo. Adicionalmente, se estableció allí
que este reclamo es diferente a la impugnación fundamentada en la
invalidez del justiprecio debida a incumplimiento de los requisitos y
formalidades previstos en los artículos 558 y 559 del Código de
Procedimiento Civil, en cuanto le sean aplicables, en virtud de la remisión
que hace el artículo 249 eiusdem, circunstancia en la cual, la objeción
se tramitará y resolverá como incidencia, a tenor de lo previsto en el
artículo 607 de ese Código.
Conforme a esa doctrina, que se reitera, el Juez debe dar curso al reclamo
contra el informe del experto siempre que se alegue, como sucede en el
caso, que se han excedido los límites del fallo o que su estimación
resulta inaceptable por excesiva o por mínima, lo cual no implica según
los términos del artículo 249 citado, que el Juez deba pronunciarse de
inmediato sobre la procedencia o improcedencia del mismo. Por el
contrario, lo que dispone esa norma es que para decidir sobre el
contenido del reclamo, y luego fijar definitivamente la estimación del
caso, el Juez deberá oír a los asociados que hubieren concurrido a
dictar la sentencia en primera instancia, si tal hubiere sido el caso, o en
su defecto, a otros dos peritos de su elección. No se trata entonces,
como entiende la recurrida, de que al darse curso al reclamo queda
desechado del proceso y convertido en letra muerta el informe pericial
consignado por el experto, sino de que el Juez, con el asesoramiento
indicado, deberá examinarlo detenidamente, en los puntos objetados
por el reclamante, para luego, ahora sí, pronunciarse sobre la
procedencia o improcedencia de los mismos y fijar en definitiva la
estimación pertinente, en decisión que será apelable libremente y en su
caso, recurrible a casación.
De acuerdo con lo expuesto, infringió el Superior de la recurrida el
dispositivo del artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, al
disponer la interrupción del trámite dispuesto en su último aparte, sobre
designación de dos peritos para con su asesoramiento proceder el
Juez a fijar en definitiva la estimación pertinente, subvirtiendo el
286 JUAN RAFAEL PERDOMO

procedimiento respectivo en actuación contraria por ello a las


disposiciones de orden público que lo regulan, e infringió el artículo
208 eiusdem, al decretar indebidamente la reposición, con base en el
mismo. El efecto de este pronunciamiento se limitará a la anulación del
fallo recurrido, por cuanto lo dispuesto en el mismo se produjo
conociendo apelación oída en un sólo efecto, con lo cual sus efectos
quedaron suspendidos por el presente Recurso de Casación. Así se
declara”.
El caso antes decidido guarda analogía con lo ahora planteado, pues en esta
oportunidad la sentencia recurrida, sin nombrar expertos, rechazó el reclamo
porque el impugnante de la experticia “afirmó que la misma era excesiva,
ya que concedió más de lo que en derecho le correspondía al
demandante; que para el cálculo de los intereses tomó en cuenta ‘una
ficción’ y que el salario para el cálculo, a partir del año 1973, no es
real”, para concluir en que rechazaba el reclamo por sustentarse en frases
muy generales.
De acuerdo con la jurisprudencia transcrita, la parte interesada puede reclamar
ante el Juez de la ejecución la experticia complementaria del fallo en el mismo
día de su presentación o dentro de los tres (3) siguientes, por considerar que
se han excedido los límites del fallo o que su estimación resulta inaceptable
por excesiva o por mínima.
Presentado oportunamente el reclamo, si la causa no se ha decidido en primera
instancia con asociados, se procederá al nombramiento de los expertos, que
conjuntamente con el Juez, revisarán la experticia y decidirán sobre la
procedencia o improcedencia del reclamo.
Resulta entonces que la Alzada, al rechazar el reclamo sin designar a los
expertos quebrantó la forma procesal establecida en el artículo 249 del Código
de Procedimiento Civil; sin embargo ello no condujo a una violación del derecho
de defensa, pues los argumentos de la parte, antes analizados, no se dirigen a
impugnar la labor de los expertos sino la sentencia definitivamente firme que
decidió la controversia, siendo, por tanto, inútil que la Sala ordene la reposición
de la causa al estado de que se designen unos expertos que no podrán más
que respetar lo decidido en la sentencia, incurriéndose en pérdidas de tiempo
y dinero.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 287

3. RECLAMO CONTRA EL DICTAMEN. LA DECISIÓN DEL


JUEZ SOBRE LA IMPUGNACIÓN. NECESIDAD DE
MOTIVACIÓN

Recurso de Casación
Partes: Octavio Ríos Rosal contra las sociedades
mercantiles Benatarco C.A. y Servicios y
Repuestos Neberi C.A.
Sentencia: N° 311 de 28­05­02. Exp. 01­819
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Norma citada: CPC: artículo 249
El dictamen de la experticia complementaria del fallo es obligatorio; no
obstante, de conformidad con lo previsto en el artículo 249 del Código de
Procedimiento Civil, las partes pueden impugnarlo mediante el ejercicio de un
recurso de reclamo, cuando este se encuentre fuera de los límites del fallo, o
es inaceptable la estimación por excesiva o por mínima, supuesto en el cual el
Tribunal de Primera Instancia, oyendo a los asociados que hubieren concurrido
a dictar el fallo o, en su defecto, a otros dos expertos, fijará el monto definitivo.
La decisión del Juez sobre la impugnación del dictamen de la experticia
complementaria del fallo, y la consecuente fijación del monto que en definitiva
deben pagar las codemandadas es un pronunciamiento en el cual deben estar
expuestos con claridad los motivos del Juez para aceptar o desestimar los
términos en que fue hecha la experticia y el por qué acoge o desecha las
razones en los que se fundamenta el recurso de reclamo.
El que el Tribunal a quo declarara la validez del informe pericial por considerar
que está ajustado a derecho y que está dentro de los límites del fallo no
constituye una decisión motivada; pues habiendo sido ejercido el reclamo con
base en el argumento de que el dictamen estaba fuera de los límites fijados
por la sentencia, no bastaba que el Tribunal dijera que el mismo estaba dentro
de tales límites, sino que debía exponer las razones que le permitieron llegar a
dicha conclusión y a desestimar los argumentos de la parte impugnante.
La forma adoptada por el Tribunal a quo constituye un error de razonamiento
lógico denominado petición de principio, que consiste en dar por demostrado
lo que hay que demostrar.
288 JUAN RAFAEL PERDOMO

Habiendo sido inmotivado el fallo del Tribunal de Primera Instancia tal vicio
afecta también al fallo que ahora se recurre, en tanto el Tribunal de la alzada
acogió una aparente motivación del fallo apelado, cuando en realidad éste
último carecía de fundamento.
El vicio de inmotivación detectado afecta la validez del fallo recurrido y amerita
su nulidad por cuanto, careciendo de fundamentos la decisión del Tribunal de
dar validez a la experticia complementaria del fallo y fijar en doscientos noventa
y ocho millones ochocientos noventa y cuatro mil seiscientos noventa y tres
bolívares (Bs. 298.894.693,00) el monto que se adeudaba por concepto de
prestaciones sociales, no permite a la Sala controlar la legalidad de dicha
decisión.
Por las razones antes expuestas se declara con lugar la presente denuncia y
por cuanto se ha detectado una de las infracciones previstas en el artículo
313, ordinal 1º, del Código de Procedimiento Civil, la Sala se abstiene de
conocer las restantes delaciones formuladas.

4. PRECLUSIÓN DE LOS MOTIVOS DE IMPUGNACIÓN DE LA


EXPERTICIA

Recurso de Casación
Partes: Edgar Rafael Lugo Jiménez contra la empresa
Transportaciones López Abuin C.A.
(TRANSLACA)
Sentencia: N° 392 de 21­09­00. Exp. 00­084
Motivo: Cobro de prestaciones sociales, salarios caídos e
indemnización por enfermedad profesional
(…) el artículo 64 del Contrato Colectivo Petrolero establece, por acuerdo de
las partes contratantes, que “LOS ANILLOS AMPLIOS O CREPITACIONES
UMBILICALES NO SON HERNIAS”, no que una hernia umbilical no era
causal para mantener la relación laboral. Por su carácter técnico, tal discusión
no se puede plantear por primera vez en casación, puesto que se necesita del
dictamen de expertos para determinar si tal estipulación es contraria al derecho
a la salud y a la atención médica, como afirma el trabajador, sustentando su
denuncia, entre otras normas en una referencia a la Convención Americana
de Derechos Humanos (Pacto de San José), en un artículo que carece de
relación con lo discutido.
CAPÍTULO XVIII
HONORARIOS PROFESIONALES

1. PROCEDIMIENTO

Recurso de Casación
Partes: Joel Albornoz contra el Banco Ítalo Venezolano
C.A.
Sentencia: N° 391 de 21­09­00. Exp. 00­050
Motivo: Estimación e intimación de honorarios profesionales
Normas citadas: CPC: artículos 609 (386 CPC derogado) y 640;
LA: artículo 22
(…) ante la existencia de disposiciones legales que establecen las vías
procesales adecuadas para el cobro de honorarios causados en gestiones
judiciales, que consiste en la estimación e intimación de honorarios en el propio
expediente, tramitada como incidencia conforme a lo previsto en el artículo
607 del Código de Procedimiento Civil vigente, equivalente al artículo 386
derogado, al cual remite la regla legal transcrita, no cabe fijar un procedimiento
diferente, como hicieron los Jueces de la causa y de Alzada, al permitir la
acumulación de la reclamación de honorarios profesionales causados en
diferentes actuaciones judiciales, para luego tramitar el proceso mediante el
procedimiento por intimación. Al proceder así infringieron por falta de aplicación
el artículo 22 de la Ley de Abogados e incurrieron en falsa aplicación del
artículo 640 del Código de Procedimiento Civil.
290 JUAN RAFAEL PERDOMO

2. PROCEDENCIA DEL DERECHO

Recurso de casación
Partes: Rosa Alzaibar B., y Olga Campos B. contra Meyer
Cohen Cohen
Sentencia: N° 659 de 05­12­02. Exp. 02­189
Motivo: Cobro de honorarios profesionales judiciales
Norma citada: CPC: artículo 243 ordinal 5°
La Sala considera oportuno precisar en esta oportunidad que en los juicios de
cobro de honorarios judiciales existe, por una parte, una etapa declarativa, en
la cual el Tribunal declara la procedencia o no del derecho del abogado a
cobrar sus honorarios profesionales. Esta etapa puede dar lugar a múltiples
incidencias, las cuales podrán ser revisables mediante el recurso ordinario de
apelación y el de casación, si hubiere lugar a ello. Con la sentencia
definitivamente firme que declaró el derecho del abogado al cobro de honorarios
profesionales, comienza la etapa ejecutiva, constituida por la retasa. Asimismo,
puede darse comienzo a esta etapa cuando la parte demandada conviene en
la demanda o cuando ejerza el derecho de retasa. Las decisiones que se
dicten en la retasa, conforme a lo previsto en el artículo 28 in fine de la citada
Ley, son inapelables.
En el caso examinado, el formalizante señaló que la recurrida es incongruente
por haber omitido pronunciamiento sobre la indexación solicitada y la experticia
complementaria del fallo, ordenándole al Tribunal de Retasa pronunciarse al
respecto.
Sin embargo, la Sala al examinar las actas del expediente encontró que se
evidencia de las mismas el escrito consignado por la parte actora en fecha 6
de julio de 1999, posterior a la contestación de la demanda, mediante el cual
solicitó que fuera acordado por el Tribunal la indexación desde la fecha de la
demanda hasta el día en que sean pagados sus honorarios.
Acorde con el criterio de este Máximo Tribunal, en el juicio planteado no se
están tratando derechos indisponibles e irrenunciables por el abogado, en cuya
protección esté interesado el orden público, pues el establecimiento del monto
de los honorarios profesionales y la oportunidad de su pago, es cuestión de
interés de los abogados y su cliente, por lo que la corrección monetaria o
indexación debió ser solicitada por las abogadas actoras en su escrito de
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 291

demanda, pues como se expresó con anterioridad, luego de contestada la


misma, no cabe formular nuevas peticiones.
Sobre este punto, en la aclaratoria y ampliación del dispositivo de la sentencia
recurrida, la Corte Superior expresó lo que se cita a continuación:
“...en esta etapa del proceso SÓLO corresponde el pronunciamiento
sobre el DERECHO AL COBRO DE HONORARIOS intimados en el
libelo de la demanda, en el cual no se hizo dicha solicitud de
“Indexación” y no se produjo reforma alguna sobre la misma.
(...)
...esta Corte Superior considera procedente ampliar el dispositivo de la
sentencia, de la siguiente manera:
...declara que habiendo la intimada ejercido su derecho de retasa, el
proceso debe continuar de conformidad con el artículo 27 de la Ley de
Abogados, con la fijación de la oportunidad para nombrar jueces
retasadores y luego de cumplirse con los requisitos que esa disposición
señala, de conformidad con el artículo 28 eiusdem se constituirá el
Tribunal de Retasa”. (Negritas y subrayado de la Sala).
Conforme al texto anteriormente transcrito, la Sala ha constatado que la
recurrida sí decidió conforme a la pretensión deducida y a las defensas
opuestas, en aplicación del artículo 243, ordinal 5º del Código de Procedimiento
Civil, pues el legislador consagra un procedimiento para el cobro de honorarios
profesionales judiciales en el cual una vez presentado el libelo se intima al
demandado y se le emplaza para que pague o en su defecto alegue las defensas
que estime convenientes y el Juez está subordinado por lo alegado en el libelo
y en la contestación. Los demás alegatos formulados en otras oportunidades
distintas a las indicadas, no se encuentran acogidos por el principio de
exhaustividad del fallo si no son trascendentes para la decisión del juicio,
como sería una solicitud de confesión ficta o de nulidad y reposición de la
causa, lo cual no es el caso. En consecuencia, no está obligado el Juez a
pronunciarse sobre el mismo. Lo contrario llevaría a la idea de pensar que el
tribunal debe resolver en la sentencia definitiva cualquier petición formulada
por las partes, en todo momento, lo que sin duda alguna no es la intención del
legislador.
Así, en el caso de autos la recurrida declaró con lugar el derecho de la parte
actora a cobrar los honorarios profesionales judiciales, en la cual ­se insiste­
no se solicitó la indexación monetaria y tampoco se produjo reforma alguna
de la misma, haciendo alusión a que el demandado se acogió en la contestación
292 JUAN RAFAEL PERDOMO

al derecho de retasa que prevé el artículo 22 de la Ley de Abogados, por lo


que ordenó que el proceso continúe conforme establecen los artículos 27 y 28
eiusdem, razón por la cual no incurrió el Sentenciador en el vicio denunciado.
En consecuencia, la Sala no comparte el argumento del formalizante en el
sentido de que era obligación del Tribunal de alzada acordar la indexación y
consecuente experticia, porque el Sentenciador debe siempre atenerse a lo
alegado y probado en autos, sin poder sacar elementos de convicción fuera
de éstos, ni suplir excepciones o argumentos de hecho no alegados ni probados,
en conformidad con lo establecido en el artículo 12 del Código de Procedimiento
Civil.
CAPÍTULO XIX
NORMAS FUNDAMENTALES

1. PRINCIPIOS Y DERECHOS CONSTITUCIONALES Y LEGALES

1.1. Derecho a la asistencia jurídica

Recurso de Regulación de la Competencia


Partes: Lucía Briceño Bencomo contra el Instituto
Venezolano de los Seguros Sociales
Auto: N° 13 de 17­02­00. Exp. 99­125
Motivo: Calificación de despido, reenganche y pago de
salarios caídos
Normas citadas: LOT: artículo 8; LCA: artículos 1, 2 y 3
(...) el Tribunal Supremo observa que el numeral 1º del artículo 49 de la vigente
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece que el derecho
a la asistencia jurídica es inviolable en todo estado y grado del proceso.
Ahora bien, aunque es la primera vez que se establece expresamente en un
texto constitucional el derecho a la asistencia jurídica, éste es un derecho
inherente al ser humano que acude ante la jurisdicción, cuya protección estaba
consagrada en el artículo 50 de la Constitución derogada, vigente para el día
9 de abril de 1999, momento en que la parte actora presentó la solicitud de
calificación de despido, ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia del
Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo.
294 JUAN RAFAEL PERDOMO

En el caso de autos, el Juez Tercero de Primera Instancia del Trabajo de la


citada Circunscripción Judicial, ha debido interrogar al trabajador, toda vez
que del contenido de la solicitud de calificación de despido se desprende que
se presentó sin asistencia de abogado, a tal efecto el Juez, al percatarse de la
condición de funcionaria pública de la accionante, ha debido indicarle que la
acción procedente era el recurso de nulidad del acto administrativo de
remoción. Ahora bien, el Juez del Trabajo, al no indicarle al trabajador la vía
correcta por la que debía acudir impidió su derecho de ejercer la acción ante
el órgano jurisdiccional competente.
Advertida por la Sala la infracción de los derechos constitucionales de accionar
y de asistencia jurídica de la ciudadana Lucía Briceño Bencomo, por parte del
Juzgado Tercero de Primera Instancia del Trabajo de la Circunscripción Judicial
del Estado Carabobo, con sede en Valencia, corresponde al Tribunal de la Carrera
Administrativa, órgano jurisdiccional competente, dirimir la presente acción,
proveer lo conducente para el restablecimiento de la situación jurídica lesionada.
En este sentido, concluye esta Sala de Casación Social, que en todos los
casos en los que haya fenecido el lapso que tiene el funcionario público
removido para intentar el recurso de nulidad contra el acto administrativo, en
virtud de haberse incoado erróneamente un procedimiento de calificación de
despido, sin que el trabajador haya estado asistido por abogado ni haya sido
debidamente orientado por el Juez Laboral, corresponde al Tribunal de la
Carrera Administrativa, en el caso de los empleados públicos Nacionales,
proveer lo conducente para el restablecimiento de los derechos lesionados.

1.2. Principio in dubio pro operario y principio de primacía de la realidad

Recurso de Casación
Partes: Octavio Antonio Monsalve contra la empresa
Manufacturas Metalmecánicas S.A.
Sentencia: N° 50 de 15­03­00. Exp. 99­633
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados del contrato de trabajo
Norma citada: CRBV: artículo 94
(…) esta Sala estima pertinente la aplicación de los principios universalmente
admitidos por el Derecho del Trabajo, y específicamente el principio in dubio
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 295

pro operario, en atención al cual en caso de plantearse dudas razonables en


la interpretación de una norma, deberá adoptarse aquella que sea más favorable
al trabajador. Igualmente el principio de primacía de la realidad, que hace
referencia a la forma o apariencia de los actos derivados de la relación jurídico
laboral, por cuya razón el contrato de trabajo, es conocido como un contrato­
realidad, pues existe en virtud de que verdaderamente se prestó un servicio y
porque es el hecho mismo del trabajo el que le atribuye esa categoría. Sea
oportuno destacar, que en concordancia con estos principios, el artículo 94 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, al referirse a la
responsabilidad de la persona natural o jurídica, en cuyo provecho se presta el
servicio mediante intermediario o contratista, debe el Estado establecer la
misma y descartar la simulación o fraude que pretendan desvirtuar, desconocer
u obstaculizar la aplicación de la legislación laboral.

1.3. Finalidad del principio in dubio pro operario

Recurso de Casación
Partes: Miguel Ángel Cárdenas contra la sociedad
mercantil Banco Unión, S.A.C.A.
Sentencia: N° 137 de 09­03­04. Exp. 03­357
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Norma citada: LOT: artículo 60, literal “e”
El principio de favor o principio in dubio pro operario, concreta su finalidad
en tres aplicaciones: a) En caso de conflictos de leyes, deben prevalecer las
del trabajo, sustantivas o procedimentales; b) En caso de conflicto de normas,
ha de aplicarse la más favorable al trabajador; y c) En el supuesto de incerteza
entre dos declaraciones posibles derivadas de una misma norma, ha de
preferirse la interpretación que más beneficie al trabajador.
Aunque la parte recurrente no coincide con las conclusiones del Sentenciador,
aquél no señaló que se hubiera presentado alguno de los conflictos en la
aplicación de normas o en su interpretación por parte del Juez.
Ni siquiera se hizo la referencia en la recurrida a la “desconfianza” de
considerar como salario los cheques de gerencia librados por el Banco
demandado a nombre del accionante, por no haber sido librados en forma
permanente y porque el monto de los mismos no se equiparan a un salario o
296 JUAN RAFAEL PERDOMO

sueldo, puede considerarse una duda en la interpretación de la norma no el


mero señalamiento de las razones que tiene el Juez para desestimar la
demanda.
Debe precisar la Sala, que el artículo 60 de la Ley Orgánica del Trabajo,
establece la prelación de las fuentes del Derecho del Trabajo, y por tanto, el
literal “e” de dicha norma, se infringe cuando ante una laguna de la ley no se
aplican los principios universalmente admitidos del Derecho del Trabajo, pero
ello, no es lo denunciado por quien formaliza, por lo que debe indicarse que si
el demandante, ahora recurrente, consideraba que las conclusiones a las que
llegó el Juez eran erradas, ha debido denunciar la violación por error de
interpretación en cuanto al contenido y alcance de los artículos que regulan la
relación de trabajo y el salario.

Antecedente jurisprudencial:
Véase doctrina anteriormente establecida por la Sala Constitucional, no citada
en la decisión antes referida. (Sentencia N° 3242 de 18 de noviembre de
2003, expediente N° 03­923. Ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera
Romero. Recurso de revisión. (Caso: GRUNACOR “Grupo Nacional
Coordinador Pro Defensa del Orden Legal, la Seguridad Social y el Prestigio
de la Institución Armada”)

1.4. Irrenunciabilidad

Recurso de Casación
Partes: Rafael Liy Cusido contra la empresa C.V.G.
Bauxilum, C.A., antes C.V.G. Interamericana de
Alumina C.A., y C.V.G. Bauxita Venezolana C.A.
(BAUXIVEN)
Sentencia: Nº 72 de 03­05­01. Exp. 00­509
Motivo: Cobro de diferencia en el pago de prestaciones
sociales
Normas citadas: LOT: artículos 3, 10, 68 y 101
(…) la posibilidad de introducir cambios, convenidos o impuestos por el patrono,
en las condiciones de trabajo, que generalmente se dan mediante el
mejoramiento de algunas en desmedro de otras, pudiendo darse el caso de
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 297

que el conjunto resulte definitivamente desfavorable al trabajador, es una


hipótesis prevista y regulada en el ordenamiento laboral, sin que pueda
entenderse que la aceptación de los mismos constituya en sí una violación al
principio de irrenunciabilidad de las disposiciones y normas que favorecen a
los trabajadores, desarrollado en los artículos 3° y 10 de la Ley Orgánica del
Trabajo, salvo por supuesto, cuando las nuevas condiciones contraríen
disposiciones legales de orden público. En cuanto a esa regulación, el artículo
103 de dicha Ley califica como despido indirecto y como tal, causa justificada
del retiro del trabajador, la alteración en las condiciones de trabajo, y el 101
eiusdem, otorga al trabajador (y al patrono en su caso) el derecho a dar por
terminada la relación laboral invocando dentro de los 30 días continuos
siguientes esa causa de retiro, con los efectos patrimoniales de un despido
injustificado. Conforme a ello, pues, el trabajador tiene la opción, bien de
poner fin a la relación, en cuyo caso esos efectos patrimoniales se calcularán
con base al régimen anterior a los cambios no aceptados, o bien de continuar
prestando servicios bajo las nuevas condiciones, las que en consecuencia
determinarán los cálculos respectivos en la oportunidad en que se produzca la
finalización de las labores.
En el caso, no ha sido planteado que el demandante se acogiera a la opción de
considerarse despedido indirectamente y por efecto de ello a la aplicación del
citado “Reglamento Interno” de la empresa BAUXIVEN, ni tampoco que
las nuevas condiciones de trabajo resultaran violatorias de disposiciones legales
y por tanto inaplicables en sustitución del régimen anterior.
De acuerdo con las consideraciones anteriores, la recurrida infringió, como
se denuncia, los artículos 3, 101 y 68 de la Ley Orgánica del Trabajo. Así se
declara.

Referencia jurisprudencial:
Véase doctrina de la Sala Constitucional, no citada en la decisión antes referida,
que establece el derecho al trabajo y la irrenunciabilidad de los derechos del
trabajador. (Sentencia N° 1511 de 6 de diciembre de 2000, expediente N°
176. Ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero. Acción de
amparo constitucional contra sentencia. (Caso: José De Jesús Salazar
Hernández.)
298 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.5. Principios constitucionales y legales

Recurso de Casación
Partes: Félix Ramón Ramírez y otros contra la sociedad
mercantil Distribuidora Polar S.A. (DIPOSA)
Sentencia: N° 61 de 16­03­00. Exp. 98­546
Motivo: Pago de prestaciones sociales y otros conceptos
Normas citadas: CN (1961): artículos 84 al 94; CRBV: artículos
86 al 97; LOT: artículos 3, 10, 15 y 59; RLOT:
artículo 8
(…) los artículos 84 al 94 de la Constitución de 1961 derogada y los artículos
86 al 97 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establecen
los principios primarios o rectores en esta materia, siendo que la nueva
Constitución consagra, en particular, la obligación del Estado de garantizar la
igualdad y equidad de hombres y mujeres en el ejercicio de los derechos del
trabajo y considera el trabajo como un hecho social, protegido por el Estado y
regido por los principios de: intangibilidad, progresividad, primacía de la realidad,
irrenunciabilidad, indubio pro operario, entre otros.
Además dispone el artículo 94 de la Constitución de 1999 que:
“La ley determinará la responsabilidad que corresponda a la persona
natural o jurídica en cuyo provecho se presta el servicio mediante
intermediario o contratista, sin perjuicio de la responsabilidad solidaria
de éstos. El Estado establecerá, a través del órgano competente, la
responsabilidad que corresponda a los patronos o patronas en general,
en caso de simulación o fraude, con el propósito de desvirtuar,
desconocer u obstaculizar la aplicación de la legislación laboral”.
En cuanto a las normas de rango legal los artículos 3º, 10 y 15, disposiciones
fundamentales de la Ley Orgánica del Trabajo, ratifican el carácter
irrenunciable de las normas dictadas en protección de los trabajadores y la
obligatoria sujeción de cualquier relación de prestación de servicios personales
a las normas contenidas en la Ley Orgánica del Trabajo, cualquiera que fuere
la forma que adopte, salvo las excepciones establecidas en el texto de la
propia Ley.
El reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, contiene los siguientes principios
de indudable utilidad: el principio de la norma más favorable (o principio de
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 299

favor) y el principio de la conservación de la condición laboral más favorable


(art. 8° del Reglamento de la L.O.T.).
También es necesario referir que la Ley es imperativa al expresar que en
caso de conflicto de leyes, prevalecerán las normas del Trabajo, sustantivas o
de procedimiento y si hubiere dudas en la aplicación de varias normas vigentes,
o en la interpretación de una determinada norma, se aplicará la más favorable
al trabajador en su integridad, en conformidad con lo estatuido en el artículo
59 de la Ley Orgánica del Trabajo, norma ésta fundamental dentro de la
especialidad del Derecho del Trabajo.

1.6. Derechos de acceso a la justicia y a la tutela judicial efectiva.


Demandas contra entes administrativos

Recurso de Casación
Partes: Edgar Coromoto David Sánchez Acevedo y Hugo
Gislan Briceño Dávila contra el Instituto de Aseo
Urbano para el Área Metropolitana de Caracas
(I.M.A.U.)
Sentencia: N° 265 de 13­07­00. Exp. 99­859
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOTPT: artículo 32; RLOT (derogado): artículo
409; LOPGR: artículos 30, 31, 32, 33, 34, 35 y 36;
CRBV: artículos 26, 89 y 257; CPC: artículos 7,
364, 607 y 346 ordinal 10°
(...) establece el artículo 32 de la Ley Orgánica de Tribunales y de
Procedimiento del Trabajo, lo siguiente:
“En los juicios del trabajo contra personas morales de carácter público,
en su carácter de patronos, los Tribunales del Trabajo no darán curso
a la demanda sin previa comprobación de haberse gestionado la
respectiva reclamación por la vía administrativa”.
Al respecto, el Reglamento de la Ley del Trabajo, expresamente derogado
por el Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo de fecha 20 de enero de
1999, expresaba:
300 JUAN RAFAEL PERDOMO

“Artículo 409. Sin perjuicio del derecho de acudir a los Tribunales del
Trabajo, las reclamaciones contra las personas morales de carácter
público, en su condición de patronos se tramitarán en la forma siguiente:
1º Cuando la reclamación fuere hecha contra la República se seguirá
el procedimiento establecido en la Ley Orgánica de la Procuraduría
General de la República.
2º Cuando la reclamación fuere hecha contra los Estados, las
Municipalidades o cualesquiera otras personas morales de carácter
público, el Inspector del Trabajo formará un expediente del asunto
y hará la gestión administrativa que sea conducente por ante la
autoridad respectiva. Cuando no se llegare a un arreglo amistoso,
el Inspector lo manifestará así inmediatamente a los reclamantes,
expresándoles que el camino legal a seguir en caso de insistir en el
reclamo es acudir a los Tribunales del Trabajo de conformidad con
la Ley”.
Dicho Reglamento establecía un procedimiento diferente para las demandas
contra la República, el cual se rige por la Ley Orgánica de la Procuraduría
General de la República, que establece:
“Artículo 30.­ Quienes pretendan instaurar judicialmente alguna acción
en contra de la República deberán dirigirse previamente y por escrito,
al Ministerio al cual corresponda el asunto para exponer concretamente
sus pretensiones en el caso. De la presentación de este escrito se hará
recibo al interesado a menos que su remisión haya sido hecha por
conducto de un Juez o de un Notario. De la recepción del escrito se
dejará constancia en nota estampada al pie.
Cuando la acción tenga por objeto la reclamación de acreencias
previstas en presupuestos fenecidos se seguirá exclusivamente el
procedimiento establecido en la Ley Orgánica de la Hacienda Pública
Nacional. El procedimiento a que se refiere este Capítulo no menoscaba
la atribución que tiene la Contraloría General de la República de
conformidad con la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional”.
“Articulo 31.­ El Ministerio respectivo, dentro de los quince (15) días
hábiles siguientes a aquél en que haya recibido la representación
procederá a formar expediente del caso, agregándole todos los
elementos de juicio que por su parte considere necesarios y dentro de
este mismo plazo remitirá dicho expediente a la Procuraduría General de
la República”.
“Articulo 32.­ Dentro de los treinta días hábiles siguientes al del recibo
del expediente, la Procuraduría General de la República formulará por
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 301

escrito su dictamen y lo remitirá al Ministerio respectivo quien lo deberá


hacer de conocimiento del interesado dentro de los ocho (8) días
siguientes a aquél en que lo hubiere recibido.
Si el Ministerio se apartare del criterio sustentado por la Procuraduría
General de la República, llevará a conocimiento del interesado la opinión
que al efecto sustente, dentro del mismo plazo antes referido”.
“Articulo 33.­ El interesado responderá por escrito al Ministerio que
corresponda si se acoge o no al criterio comunicado. En caso afirmativo,
el asunto se solucionará con arreglo a dicho criterio, y si no fuere
aceptado, quedará plenamente facultado para acudir a la vía judicial.
El Ministerio deberá enviar copia de la respuesta del interesado a la
Procuraduría General de la República, dentro de los quince (15) días
hábiles siguientes a la fecha en que la haya recibido; y si el asunto no
hubiere quedado resuelto el Procurador General ejercerá la
representación de la República en el juicio correspondiente”.
“Articulo 34.­ Vencidos los lapsos previstos en los artículos anteriores,
contados desde la fecha de la presentación del escrito respectivo
conforme al artículo 31 de esta Ley, sin haberse notificado al reclamante
el resultado de su presentación, quedará éste facultado para acudir a la
vía judicial”.
“Articulo 35.­ Cuando el Procurador disienta del criterio sustentado
por el Despacho respectivo, procederá conforme a lo previsto en el
articulo 18.
Si se aceptare dicho criterio, ejercerá la defensa ampliamente, sin que
pueda invocarse como prueba en contrario, ninguno de los
antecedentes u opiniones que consten en la tramitación extrajudicial
del asunto, por cuanto éstos no tienen efecto vinculante”.
“Articulo 36.­ Los funcionarios judiciales no darán curso a ninguna
acción que se intente contra la República, sin que se acredite el
cumplimiento de las formalidades del procedimiento administrativo
previo a que se refieren los artículos anteriores, o el contemplado en la
Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional, según el caso”.
El antejuicio administrativo, requerido por la Ley Orgánica de la Procuraduría
General de la República, continúa vigente, en tanto que el procedimiento para
la reclamación laboral a los otros entes morales de carácter público diferentes
a la República, fue derogado, por lo cual en la actualidad, como gestión previa
a la demanda contra las otras personas jurídicas de derecho público, basta
que se acredite de alguna manera que se hizo saber al patrono la pretensión al
302 JUAN RAFAEL PERDOMO

cobro de los derechos reclamados, para dar oportunidad al ente público de


solucionar extrajudicialmente el litigio.
En tal situación, es necesario revisar el carácter de orden público que la
jurisprudencia ha tradicionalmente atribuido al cumplimiento de lo establecido
en el artículo 32 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del
Trabajo, pues el derecho de acceso a la justicia y la protección de los derechos
del trabajador tienen rango constitucional.
En efecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece:
“Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses,
incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a
obtener con prontitud la decisión correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea,
transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y
expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones
inútiles.”
“Artículo 89. El trabajo es un hecho social y gozará de la protección del
Estado. La ley dispondrá lo necesario para mejorar las condiciones
materiales, morales e intelec­tua­les de los trabajadores y trabajadoras.
Para el cumplimiento de esta obligación del Estado se establecen los
siguientes principios:
1. Ninguna ley podrá establecer disposiciones que alteren la
intangibilidad y progresividad de los derechos y beneficios
laborales. En las relaciones laborales prevalece la realidad sobre
las formas o apariencias.
2. Los derechos laborales son irrenunciables. Es nula toda acción,
acuerdo o convenio que implique renuncia o menoscabo de estos
derechos. Sólo es posible la transacción y convenimiento al término
de la relación laboral, de conformidad con los requisitos que
establezca la ley”.
“Artículo 257. El proceso constituye un instrumento fundamental para
la realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la
simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un
procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la
omisión de formalidades no esenciales”.
Al respecto, la exposición de motivos de la Constitución, esclarece que dicho
texto fundamental reconoce los derechos de acceso a la justicia y tutela judicial
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 303

efectiva, en virtud de los cuales toda persona puede acceder a los órganos de
administración de justicia para obtener la tutela judicial efectiva de sus derechos
e intereses; y en el campo laboral se reconocen los derechos individuales al
trabajo, a la estabilidad y a las vacaciones, así como los derechos colectivos
de sindicalización, contratación colectiva y derecho a la huelga por parte de
los trabajadores y trabajadoras:
“Todos estos derechos constituyen la base fundamental del nuevo
ordenamiento jurídico en el que la vida, la ética, la moral, la libertad, la
justicia, la dignidad, la igualdad, la solidaridad, el compromiso, los
deberes ciudadanos y la seguridad jurídica, son valores que concurren
en la acción transformadora del Estado, la Nación, el gobierno y la
sociedad, en un propósito de realización compartida para producir la
gobernabilidad corresponsable, la estabilidad política y la legitimidad
jurídica necesarias para el funcionamiento de la sociedad democrática”.
El peso del orden público recae en la defensa de los derechos del trabajador.
No puede, entonces, privar un simple trámite administrativo sobre los derechos
del trabajador, que resultarían conculcados, si no se advirtiera oportunamente
la necesidad de cumplir con el trámite administrativo en cuestión, lo cual
conduce a negar el carácter de orden público a la demostración del
cumplimiento del procedimiento administrativo previo a las demandas contra
los entes morales de carácter público diferentes a la República.
Ahora bien, la norma está dirigida al Juez, quien en acatamiento de la ley
negará la admisión de la demanda, pues de lo contrario le estaría dando curso
al proceso, en contra de la regla legal; pero, si el funcionario judicial, por error
de cualquier índole, la admite, la representación del ente demandado deberá
interponer como defensa de carácter procesal la falta de cumplimiento de la
condición de admisión de la demanda. Como dicha defensa implica una
alegación de hecho ­la falta de cumplimiento del trámite administrativo­ la
oportunidad para su interposición precluye con la contestación a la demanda.
En efecto, de acuerdo con lo establecido en el artículo 364 del Código de
Procedimiento Civil, terminada la contestación o precluido el lapso para
realizarla, no podrá ya advertirse la alegación de nuevos hechos.
No se trata de una prohibición de la ley de admitir la acción propuesta, contenido
de la cuestión previa del ordinal undécimo del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, pues no niega la disposición legal la acción, sino que
somete su ejercicio a una condición procesal, similar a la existencia de una
cuestión prejudicial que deba resolverse en un proceso distinto, pero no es
posible tampoco aplicar el ordinal 8º del referido artículo 346, pues su efecto
304 JUAN RAFAEL PERDOMO

consiste en la continuación del trámite procesal hasta el estado de sentencia,


lo cual, precisamente, está prohibido por el artículo 32 de la Ley Orgánica de
Tribunales y de Procedimiento del Trabajo.
Al no ser directamente aplicable al caso el procedimiento de las cuestiones
previas, se deberá tomar en consideración el artículo 7º del Código de
Procedimiento Civil, que establece:
“Los actos procesales se realizarán en la forma prevista en este Código
y en las leyes especiales. Cuando la ley no señale la forma para la
realización de algún acto, serán admitidas todas aquellas que el Juez
considere idóneas para lograr los fines del mismo”.
Alegado por el patrono en el acto de contestación a la demanda, que no se dio
cumplimiento al trámite administrativo previo, el Juez deberá abrir una
incidencia conforme al artículo 607 del mismo Código:
“Si por resistencia de una parte a alguna medida legal del Juez, por
abuso de algún funcionario, o por alguna necesidad del procedimiento,
una de las partes reclamare alguna providencia, el Juez ordenará en el
mismo día que la otra parte conteste en el siguiente, y hágalo ésta o no,
resolverá a más tardar dentro del tercer día, lo que considere justo; a
menos que haya necesidad de esclarecer algún hecho, caso en el cual
abrirá una articulación por ocho días sin término de distancia.
Si la resolución de la incidencia debiere influir en la decisión de la
causa, el Juez resolverá la articulación en la sentencia definitiva; en
caso contrario decidirá al noveno día”.
En la articulación probatoria podrá el trabajador demostrar que de alguna
manera se reclamó al ente demandado el cumplimiento de las obligaciones
laborales pretendidas, de lo contrario el Juez deberá suspender el curso de la
causa hasta que se acredite el cumplimiento de la respectiva reclamación por
la vía administrativa, y es en este sentido que debe entenderse la frase “(…)
no darán curso a la demanda (…)”. .
Por ser la suspensión de la causa imputable a la parte actora, dicho lapso de
suspensión no se considerará al ajustar el valor de la moneda, en caso de una
eventual condena al ente público demandado a pagar una cantidad de dinero
por concepto de prestaciones sociales.
La solución expuesta equilibra el derecho del trabajador, con la posibilidad de
la Administración de solucionar el conflicto con economía de tiempo y dinero
y es, por tanto, la adecuada para dar cumplimiento a la ley y a las normas
constitucionales antes citadas.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 305

En el caso bajo decisión, si bien para el momento de interposición de la demanda


se había creado una Fundación dirigida a facilitar la transferencia del servicio
de aseo urbano, la liquidación del demandado Instituto de Aseo Urbano para
el Área Metropolitana de Caracas (IMAU), se produjo con posterioridad al
inicio del proceso, por tanto no se demandó a la República y no era, por
consiguiente, aplicable el antejuicio administrativo previsto en la Ley Orgánica
de la Procuraduría General de la República.
Los sustitutos del Procurador General de la República alegaron la falta del
procedimiento administrativo previo ante la Alzada, por tanto dicha alegación
es extemporánea, conforme a lo antes establecido.

1.7. Determinación del derecho aplicable

Recurso de Casación
Partes: Rosario Vitermo Camacaro contra la empresa
C.A. Electricidad de Occidente
(ELEOCCIDENTE)
Sentencia: N° 51 de 15­03­00. Exp. 99­781
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Normas citadas: LOT: artículos 133 y 146
(…) expone la recurrida que la controversia se centró en determinar la norma
más favorable al trabajador a los fines de calcular el monto de las prestaciones
sociales, si la aplicada en la liquidación efectuada por la empresa, tomando
como base el salario integral definido en el artículo 133 de la Ley Orgánica
del Trabajo, y el promedio salarial de los últimos seis meses según lo dispuesto
en la contratación colectiva de la empresa y en el Laudo Arbitral suscrito en
relación con la liquidación de prestaciones sociales a sus trabajadores, o la
norma del artículo 146 de dicha Ley, cuyo texto vigente para la fecha de
terminación de la relación laboral del caso, establecía como base de cálculo el
salario normal devengado en el mes efectivo de labores inmediato anterior al
cese de la misma. Con vista de esas circunstancias la recurrida, luego de
establecer la improcedencia de la inclusión de un aumento del cuarenta por
ciento (40 %) decretado respecto de los sueldos pagados por la empresa, que
se entendería devengado en el último mes según los alegatos del libelo, operado
después del retiro del actor pero dentro del lapso en que habría corrido el
306 JUAN RAFAEL PERDOMO

preaviso, por no ser procedente éste a su vez, dado el “retiro concertado


entre actor y demandada”, admitido por ambas partes; a falta de otras pruebas
en que pudiera apoyarse lo contrario, y considerando que se tomaba en cuenta
el concepto más amplio de “salario integral” en lugar del “salario normal”,
concluyó estableciendo como más favorable al trabajador la aplicación de lo
primero y con fundamento en ello declaró sin lugar la demanda; fundamento
ese que no aparece desvirtuado en el recurso ni aparece evidentemente
incorrecto o improcedente de los términos del fallo objeto del mismo.

1.8. Principios relativos a la protección del trabajo

Recurso de Casación
Partes: Lolimar Colmenares Montiel contra sociedad
mercantil Daewoo Motor de Venezuela S.A.
Sentencia: N° 36 de 08­03­01. Exp. 00­437
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos
(Ver referencias jurisprudenciales establecidas por
la Sala de Casación Social, expuestas al final, no
citadas en el texto)
Normas citadas: LOT: artículos 8, 59, 60 y 61; CC: artículo 1.982,
ordinal 2°
(…) indica el recurrente que el Juez ad quem ha debido aplicar el artículo
1.982 ordinal 2º del Código Civil en su integridad, como lo manda el artículo
59 de la Ley Orgánica del Trabajo, y al desconocer las palabras derechos y
salarios, deja de aplicar el artículo en su integridad, según el artículo 59 eiusdem,
pues se ha obviado lo referente a los derechos del abogado­trabajador, que si
bien pueden ser múltiples, en el presente proceso se refieren específicamente
a los derechos económicos constituidos por la diferencia de salario reclamada
y la diferencia de prestaciones sociales. Igualmente, al momento de analizar
si el artículo 1.982 ordinal 2º del Código Civil debía aplicarse o no en el presente
caso, existen otras fuentes además de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, a las que el Juez ad quem debió acudir, especificadas
en el artículo 60 de la Ley Orgánica del Trabajo y que son: c) los principios
que inspiran la Legislación del Trabajo, contenidos en la jurisprudencia y
doctrina nacionales; e) los principios universalmente admitidos por el Derecho
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 307

del Trabajo, enunciados en el artículo 8º del Reglamento de la Ley Orgánica


del Trabajo, tales como: el principio in dubio pro operario, el principio de la
conservación de la condición laboral más favorable, la irrenunciabilidad de los
derechos de los trabajadores, entre otros; f) las normas o principios generales
del Derecho; y, g) La equidad.
(...)
La Sala observa:
En el caso examinado no hay, a juicio de esta Sala, falta de aplicación del
artículo 1.982 ordinal 2º del Código Civil, pues dicha norma no es aplicable al
caso de autos, porque las disposiciones legales antes indicadas señalan en
forma clara y precisa, sin lugar a posibles dudas, que los derechos y las
obligaciones de los patronos y trabajadores, con ocasión del trabajo, se rigen
por la legislación especial del trabajo, y cuando la Ley especial tiene una
previsión legal concreta para regular el supuesto de hecho examinado, esa es
la norma jurídica aplicable. Sólo ante la ausencia absoluta de previsión legal
en la legislación especial sobre un supuesto concreto, se puede aplicar el
Derecho común que está excluido en este caso por las normas especiales del
Trabajo. Además son principios generales relativos a la aplicación de la ley
que la ley especial excluye a la ley general, que la ley posterior excluye a la
anterior, que la ley orgánica excluye a la ordinaria y, en materia laboral, la Ley
Orgánica del Trabajo es especial, posterior y orgánica, de forma tal que la
existencia de una norma jurídica concreta en la Ley Orgánica del Trabajo
sobre prescripción, excluye la aplicación de la norma general sobre prescripción
breve contenida en el artículo 1.982 ordinal 2º del Código Civil.
Tampoco es aplicable al caso subiudice el artículo 59 de la Ley Orgánica del
Trabajo, porque tal previsión legal indica la solución que debe adoptarse en
caso de conflicto de leyes, de dudas en la aplicación de varias normas vigentes
o en la interpretación de una determinada norma, lo cual no es el caso, pues a
juicio de esta Sala no hay ningún conflicto de leyes, ni dudas en la aplicación
de varias normas o en la interpretación de determinada norma, porque se
trata de la prescripción de la acción para reclamar conceptos surgidos con
motivo de la extinción de un contrato de trabajo y la norma jurídica aplicable
es el artículo 61 de la Ley Orgánica del Trabajo, fuera de toda duda.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social que define el principio
de la realidad de los hechos sobre las formas o apariencias. (Sentencia N°
308 JUAN RAFAEL PERDOMO

489 de 13 de agosto de 2002, expediente N° 02­069. Ponencia del Magistrado


Omar Alfredo Mora Díaz. Caso: Mireya Beatriz Orta de Silva contra la
Federación Nacional de Profesionales de la Docencia­Colegio de Profesores
de Venezuela [FENAPRODO­CPV]). Ratificada posteriormente en sentencia
N° 1303 de 25 de octubre de 2004, expediente N° 04­955. Ponencia del
Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. Caso: Germán Ochoa Ojeda contra la
sociedad mercantil Cerámica Piemme, C.A.

1.9. Principio iura novit curia

Recurso de Casación
Partes: Antonio Enrique Guzmán contra el Municipio Juan
Germán Roscio del Estado Guárico
Sentencia: N° 393 de 21­09­00. Exp. 00­098
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
(...) la experticia sólo podrá realizarse sobre puntos de hecho, o sea que no se
puede convocar expertos para apreciar los hechos a la luz de la norma jurídica,
actividad que debe realizar el juez incluso al margen de las alegaciones de las
partes, en virtud del principio iura novit curia ­el juez conoce el derecho, el
juez aplica el derecho.

1.10. Principio finalista

Recurso de Casación
Partes: Elvin Jose Lugo, contra la empresa Maraven, S.A.
(hoy PDVSA Petróleo y Gas, S.A.)
Sentencia: Nº 425 de 25­10­00. Exp. 99­620
Motivo: Cobro de conceptos derivados de la relación laboral
y diferencia en el pago de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículos 206 y 313 ordinal 2°; CRBV: artículo
257
(...) declarar el perecimiento de un Recurso de Casación por omitir mencionar
que la denuncia por falsa aplicación de dos normas jurídicas se fundamenta
en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil constituye
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 309

un formalismo excesivo, contrario al principio finalista de los actos procesales


consagrado en el artículo 206 del Código de Procedimiento Civil y de la primacía
de la justicia sobre las formalidades no esenciales, previsto en el artículo 257
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

1.11. Equidad en el Derecho del Trabajo

Recurso de Casación
Caso: Adolfo Antonio Acosta Moreno, contra la sociedad
mercantil Banco Construcción C.A.
Sentencia: N° 429 de 25­10­00. Exp. 00­055
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
Normas citadas: LOT: artículo 60, literal “g”; CPC: artículos 12 y
13
(...) de un examen detenido de la sentencia impugnada, el sentenciador de
Alzada no expresa en su sentencia materialmente ningún razonamiento de
hecho y de derecho que le permita resolver la controversia planteada de
acuerdo con la equidad, entendida ésta como forma de resolver el conflicto
sin atenerse a las normas de derecho en aplicación del sentido de justicia del
juzgador, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 60, literal g) de la Ley
Orgánica del Trabajo, en concordancia con los artículos 12 y 13 del Código de
Procedimiento Civil, pues la otra acepción de equidad, la que le impone al juez
el deber de escoger entre varias interpretaciones posibles, aquella que va
orientada por la justicia del caso concreto, el juez siempre está obligado a
emplearla al interpretar la ley.
310 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.12.Principio de autosuficiencia del fallo

Recurso de Casación
Partes: Fernando Llorente Maldonado y otros contra la
sociedad mercantil Aeropostal Alas de Venezuela,
C.A.
Sentencia: N° 832 de 21­07­04. Exp. 04­573
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos derivados de la relación de trabajo
En efecto, la sentencia debe considerarse como una unidad y no como una
mera suma de diversas operaciones por parte del Juez; en consecuencia, la
indicación de los hechos que con una prueba da por demostrado quien sentencia
puede encontrarse en cualquier parte del fallo y no meramente en un capítulo
dedicado a la enunciación del material probatorio que corre a las actas del
expediente.

2. DE LAS PERSONAS EN EL DERECHO DEL TRABAJO


2.1. Empleada pública excluida del régimen establecido en la Ley
Orgánica del Trabajo

Recurso de Regulación de la Competencia


Partes: Lucía Briceño Bencomo contra el Instituto
Venezolano de los Seguros Sociales
Auto: N° 13 de 17­02­00. Exp. 99­125
Motivo: Calificación de despido, reenganche y pago de
salarios caídos
Normas citadas: LOT: artículo 8; LCA: artículos 1, 2 y 3
En el presente caso, se trata de lo que se ha denominado en la doctrina como
contencioso funcionarial, al referirse del régimen jurisdiccional al que deben
someterse las peticiones y en fin, las controversias planteadas con ocasión de
las relaciones entre empleados públicos nacionales, estadales y municipales y
los organismos públicos en los cuales los trabajadores desempeñen sus
actividades, es decir, la Nación, los Estados y los Municipios.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 311

Tal calificación se produce en virtud que la ciudadana Lucía Briceño Bencomo,


se desempeñaba como Secretaria Archivista I, desde el 22 de marzo de 1982
hasta el 23 de marzo de 1999, en la Dirección de Medicina del Trabajo,
Coordinación Región Central del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales,
situada en el Edificio Lecuna Esquina Altagracia, Caracas, Distrito Federal,
contra el que intenta la acción, según se evidencia de las actas del expediente,
por lo que se encuentra sometida a un régimen de derecho público y, en virtud
de su condición de empleada pública, queda excluida de la Ley Orgánica del
Trabajo, de conformidad con lo establecido en el artículo 8º eiusdem, que a
continuación se transcribe:
“Los funcionarios o empleados públicos Nacionales, Estatales o
Municipales se regirán por las normas sobre Carrera Administrativa
Nacionales, Estatales o Municipales, según sea el caso, en todo lo
relativo a su ingreso, ascenso, traslado, suspensión, sistemas de
remuneración, estabilidad y régimen jurisdiccional; y gozarán de los
beneficios acordados por esta Ley en todo lo no previsto en aquellos
ordenamientos.
Los funcionarios o empleados públicos que desempeñen cargos de
carrera, tendrán derecho a la negociación colectiva, a la solución pacífica
de los conflictos y a la huelga, de conformidad con lo previsto en el
Título VII de esta Ley, en cuanto sea compatible con la índole de los
servicios que prestan y con las exigencias de la Administración Pública.
Los obreros al servicio de los entes públicos estarán amparados con
las disposiciones de esta Ley”.
Se desprende del artículo anteriormente citado, que los empleados públicos
tienen un status especial, distinto a la aplicación de las normas comunes sobre
la materia laboral establecidas en la Ley Orgánica del Trabajo, atendiendo a la
especificidad de la función que realizan y a las características concurrentes en
la prestación de sus servicios, por lo que la Ley Orgánica del Trabajo remite
específicamente a las normas sobre Carrera Administrativa Nacionales,
Estadales y Municipales, los conflictos que nazcan en virtud de este tipo de
relación.
A este respecto, el artículo 1º establece lo siguiente:
“La presente Ley regula los derechos y deberes de los funcionarios
públicos en sus relaciones con la Administración Pública Nacional
mediante el establecimiento de un sistema de administración de personal
que permita estructurar técnicamente y sobre la base de méritos, todas
las normas y procedimientos relativos a las diversas situaciones
jurídicas y administrativas de los funcionarios públicos, con exclusión
312 JUAN RAFAEL PERDOMO

de toda discriminación fundada en motivos de carácter político, social,


religioso o de cualquier otra índole.
Parágrafo Único:
A los efectos de la presente Ley las expresiones funcionario público,
empleado público y servidor público tendrán un mismo y único
significado”.
Del artículo transcrito, se observa que la condición de empleada pública de la
parte actora, la coloca dentro de un cuadro normativo especial para regular
sus relaciones con la Administración Pública, para lo cual la misma ley ordena
la creación de Tribunales especiales (artículo 71 L.C.A).
A tal efecto, los derechos y deberes de los funcionarios públicos en sus relaciones
con la Administración Pública Nacional, están regulados por la Ley de Carrera
Administrativa (artículo 1º de la Ley de Carrera Administrativa). Asimismo se
agrega, que la ley no define al funcionario público, pero sí establece expresamente,
que el funcionario puede ser “de carrera o de libre nombramiento y remoción”
(art. 2º L.C.A.), y determina que la categoría de funcionarios de carrera, implica
el ingreso mediante nombramiento y el desempeño de servicios con carácter
permanente (art. 3º L.C.A.); características éstas que son inherentes al estatuto
del servidor (empleado o funcionario) público.

2.2. Empleado de dirección


2.2.1. Concepto. Improcedencia del pago por indemnización
a causa de despido injustificado

Recurso de Casación
Partes: Luis Alejandro Silva Brea contra la sociedad
mercantil Inversiones Sabenpe, C.A.
Sentencia: N° 1566 de 09­12­04. Exp. 04­1203
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
(Ver referencia jurisprudencial establecidas por la
Sala de Casación Social, expuesta al final, no citada
en el texto)
Normas citadas: LOT: artículos 42, 112, 125 y 510
En conformidad con el artículo 42 de la Ley Orgánica del Trabajo, el empleado
de dirección es aquel que interviene en la toma de decisiones u orientaciones
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 313

de la empresa, es decir, en la planificación de la estrategia de producción, en


la selección, contratación, salario o movimiento de personal, en la
representación de la empresa, en la realización de actos de disposición de su
patrimonio, así como el que tiene el carácter de representante del patrono
frente a otros trabajadores o terceros y puede sustituirlo, en todo o en parte,
en sus funciones. Prácticamente este tipo de empleados se identifican con la
persona del patrono.
Con base en el análisis probatorio, la Sala considera que no se desvirtúo el
carácter de empleado de dirección del demandante, pues las pruebas promovidas
por el actor, específicamente, las documentales suscritas por la ciudadana Trina
Carolina Santander, muchas de ellas referidas a la entrega de boletos de pasajes
aéreos e información sobre algunos beneficios adicionales que se concedían a
los trabajadores transferidos a la Sucursal Guayana, sólo evidencian la instrucción
de una cierta política de la empresa, pero quedó claro de las documentales
analizadas y de lo expuesto por ambas partes en la Audiencia Oral celebrada
ante este Alto Tribunal el 30 de noviembre de 2004, que el actor participó en la
toma de decisiones y representó al patrono ante las autoridades administrativas
en las discusiones de las convenciones colectivas, elementos éstos importantes
para la relación laboral de los trabajadores con la empresa, las estipulaciones
contractuales, en especial todos y cada uno de los beneficios socio­económicos
que integran los contratos de trabajo.
En consecuencia, se da por demostrado el carácter de empleado de dirección
que tuvo el ciudadano Luis Alejandro Silva Brea mientras trabajó para la
empresa demandada, y por tanto, se declara improcedente el reclamo del
pago de la indemnización por despido injustificado prevista en el artículo 125
de la citada Ley, e improcedente la pretensión relativa a la aplicación del
beneficio contemplado en la cláusula 28 del Contrato Colectivo, vigente para
la fecha de terminación de la relación laboral, en conformidad con lo previsto
en los artículos 112 y 510 de la Ley Orgánica del Trabajo.

Referencia jurisprudencial:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social referida a la
categorización de un trabajador como empleado de dirección o trabajador de
confianza. (Sentencia N° 294 de 13 de noviembre de 2001, expediente N°
01­320. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. Caso Juan Carlos
Hernández Gutiérrez contra las sociedades mercantiles Foster Wheeler Caribe
Corporation, C.A., y PDVSA Petróleo y GAS, S.A.)
314 JUAN RAFAEL PERDOMO

3. PRESCRIPCIÓN
3.1. La prescripción extintiva o liberatoria. Créditos derivados de la
relación de trabajo. Interrupción

Recurso de Casación
Partes: José Gámez Romero y otros contra las empresas
Vinilofilm C.A., Vinilofilm S.R.L. (DISENVIN) y
Plásticos Tevi S.A.
Sentencia: N° 376 de 09­08­00. Exp. 99­640
Motivo: Cobro de diferencias en el pago de prestaciones
sociales y otros beneficios derivados de la relación
de trabajo
Norma citada LOT: artículo 61

Extintiva o liberatoria
La prescripción extintiva o liberatoria es un medio de libertarse de una
obligación por el transcurso del tiempo y bajo las condiciones determinadas
por la ley. La prescripción supone la inercia del acreedor para exigir el
cumplimiento del crédito por parte del deudor. El artículo 61 de la Ley Orgánica
del Trabajo establece el lapso de un (1) año, contado a partir de la terminación
de la relación de trabajo, como el lapso de prescripción de las acciones
derivadas de la relación de trabajo.

Interrupción
(...) para interrumpir la prescripción de las acciones derivadas de la relación
de trabajo basta que el trabajador realice, dentro del lapso previsto en la ley,
un acto capaz de poner en mora al patrono, exigiéndole el cumplimiento de las
obligaciones derivadas de las leyes laborales.

Créditos derivados de la relación de trabajo


Para interrumpir la prescripción de los créditos derivados de la relación de
trabajo mediante la protocolización oportuna de la copia certificada de la
demanda con la orden de comparecencia, basta que en la demanda se indique
que el reclamo hecho por los trabajadores a las empresas empleadoras es por
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 315

conceptos derivados de la prestación de servicios, de la relación de trabajo,


pues, con ello se pone en mora a la parte patronal al hacérsele saber la voluntad
de el trabajador de exigir el cumplimiento de las obligaciones pendientes. La
necesidad de discriminar cada concepto reclamado sólo es necesaria para
determinar la procedencia de la demanda en la sentencia definitiva y no para
interrumpir la prescripción.

3.2. Régimen de prestaciones. Disposición transitoria

Recurso de Casación
Partes: José Abreu Campanario contra el Bar Restaurant
Las Ciencias S.R.L.
Sentencia: N° 475 de 16­11­00. Exp. 00­291
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: CRBV: artículo 92 y la Disposición Transitoria
Cuarta, numeral 3°
Las disposiciones de la Constitución son por regla general de aplicación
inmediata, aun a falta de ley que reglamente el ejercicio de los derechos y
garantías allí establecidos; sin embargo, el propio constituyente puede disponer
expresamente la forma y tiempo de entrada en vigor de una determinada
regla u orden constitucional. Tal es el caso de la Disposición Transitoria Cuarta,
numeral 3°, arriba transcrita, que expresamente dispone la vigencia del actual
régimen de prestaciones, durante el lapso de un año, mientras se dicta la
Nueva Ley del Trabajo, que en cumplimiento del mandato constitucional debe
establecer un lapso de prescripción de diez años; en efecto, dicha regla
constitucional se refiere al régimen de prestaciones sociales previsto en el
artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es
decir, al régimen de prestaciones en sentido amplio, en el cual está incluida la
prescripción, y a pesar de que luego se refiere exclusivamente a la prestación
de antigüedad, para mantener la vigencia de la Ley Orgánica del Trabajo, no
es razonable pensar que la intención del Constituyente fue mantener sólo el
régimen de antigüedad, sino todo el régimen de prestaciones sociales, hasta
tanto se dicte la Nueva Ley, en el plazo de un año.
316 JUAN RAFAEL PERDOMO

3.3. Lapso de prescripción de las obligaciones derivadas de la relación


de trabajo y accidentes o enfermedades profesionales

Recurso de casación
Partes: Carmen Alicia Romero contra la empresa
Corporación Venezolana de Televisión, C.A.
(VENEVISIÓN)
Sentencia: N° 529 de 14­12­00. Exp. 00­360
Motivo: Daños y perjuicios en relación laboral.
(Ver referencias jurisprudenciales expuestas al
final, no citadas en el texto)
Normas citadas: LOT: artículos 61 y 62
(...) es criterio de esta Sala expresado en sentencia de fecha 29 de mayo de
2000, que el lapso de prescripción de todas las acciones que se deriven de la
relación laboral es el establecido en las leyes laborales. En esa oportunidad,
refiriéndose a la prescripción de las acciones derivadas de un accidente de
trabajo, expresó la Sala:
“(...) esta Sala observa que cuando se acciona ante un Tribunal del
Trabajo, quien es el competente para conocer de las acciones por
indemnización de daños provenientes de infortunios laborales
(accidente o enfermedad profesional), ya provenga del servicio mismo
o con ocasión de él, regirá la prescripción establecida en la Ley Orgánica
del Trabajo, por su especialidad, es decir, “la Ley es imperativa al
expresar que en caso de conflictos de leyes, prevalecerán las normas
del Trabajo, sustantivas o de procedimiento” (Sentencia de la Sala de
Casación Social de fecha 16 de marzo de 2000).
En otras palabras, todas las acciones que el trabajador intente por
“indemnización de daños ocasionados por accidentes o enfermedades
profesionales”, prescribirán a los dos (2) años contados a partir de la
fecha del accidente, constatación de la enfermedad, o declaración de
incapacidad, todo de conformidad con el artículo 62 de la vigente Ley
Orgánica del Trabajo (artículo 288 de la derogada Ley del Trabajo). Así
se declara.
Ahora bien, ha sido criterio reiterado de la Sala de Casación Civil, que
con relación a las distintas acciones que por indemnización de daños
provenientes de accidente o enfermedad profesional, son competentes
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 317

los Tribunales del Trabajo “para acordar la reparación, por mandato de


los artículos 1.185 y 1.196 del Código Civil, de todo daño material o
moral causado por el hecho ilícito del patrono” (SCC, 3­6­87), es por
ello que esta Sala de Casación Social, debe señalar que los juicios
laborales difieren de los civiles por su naturaleza social, es decir, sus
fines sociales hacen que la jurisdicción se ejerza sin la rigidez que
impera en los demás procesos y de allí la especificidad de sus principios,
con una función niveladora debido a la diferente condición económica
y social de los litigantes, que genera desiguales condiciones para la
defensa y el ataque, lo cual, el derecho especial debió equilibrar.
Es por lo expuesto en el párrafo anterior que esta Sala observa, que los
Tribunales del Trabajo aplicando la normativa procesal del Trabajo,
buscan hacer efectivo el Derecho Sustantivo del Trabajo, el cual en
materia de infortunios laborales (accidentes o enfermedades
profesionales), posee una normativa específica, establecida tanto en la
Ley Orgánica del Trabajo como en Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, las cuales prevén
indemnizaciones correspondientes al trabajador accidentado.
Ahora bien, esta Sala observa que la acción de indemnización por
hecho ilícito del patrono, causante de un accidente o enfermedad
profesional del trabajador, debe tramitarse por ante el Tribunal del
Trabajo conjuntamente con las acciones previstas en las leyes
especiales en la materia, por cuanto el Tribunal del Trabajo es el
competente para conocer de esta materia tan especial como son los
infortunios laborales. Así se declara”.
Al aplicar los principios establecidos en el fallo citado a la pretensión de
indemnización de un hecho ilícito que se señala cometido en el curso de una
relación de trabajo, resulta que la prescripción que rige la cuestión debatida
es la prevista en la Ley Orgánica del Trabajo, que establece en su artículo 61:
“Todas las acciones provenientes de la relación de trabajo prescribirán al
cumplirse un (1) año contado desde la terminación de la prestación de los
servicios”.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social que establece que
el lapso de prescripción de la acción para demandar el pago de la jubilación es
de tres (3) años. (Sentencia N° 138 de 29 de mayo de 2000, expediente N°
00­033. Ponencia del Magistrado Alberto Martini Urdaneta. Caso: Carmen
Josefa Plaza De Muñóz contra la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de
318 JUAN RAFAEL PERDOMO

Venezuela, C.A. [C.A.N.T.V.]); reiterada posteriormente en sentencia N°


444 y en auto N° 88, ambos, del 9 de noviembre de 2000; en sentencia N° 499
de 23 de noviembre de 2000, entre otras.

3.4. Obligación laboral. Interrupción de la prescripción. Interpretación


de los artículos 61 y 64 literal “a” de la Ley Orgánica del Trabajo.
Diferencia entre citación y notificación

Recurso de Casación
Partes: Carmen Coromoto González de Benítez contra la
sociedad mercantil Banco Unión C.A.
Sentencia: N° 314 de 20­11­01. Exp. 01­350
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos
Normas citadas: LOT: artículos 61 y 64 literal “a”; CC: artículo 4
El artículo 61 de la Ley Orgánica del Trabajo estatuye:
“Todas las acciones provenientes de las relaciones de trabajo
prescribirán al cumplirse un (1) año contado desde la terminación de la
prestación de los servicios”.
Por su parte el artículo 64 literal a) de la Ley Orgánica del Trabajo dispone:
“La prescripción de las acciones provenientes de la relación de trabajo
se interrumpe:
a) Por la introducción de una demanda judicial, aunque se haga ante
un Juez incompetente, siempre que el demandado sea notificado o
citado antes de la expiración del lapso de prescripción o dentro de
los dos (2) meses siguientes”.
En relación con la interpretación de los artículos antes indicados, la Sala Civil
en sentencia de 24 de mayo de 1995, estableció su criterio sobre el particular,
que esta Sala de Casación Social acoge, en el que señaló:
“Revisando las actas procesales constata la Sala que la demanda fue
introducida el día 14 de enero de 1993 y el 29 de marzo de ese mismo
año fue colocado el cartel de notificación en la sede de la empresa
demandada y si bien, ella compareció a juicio a darse por citada el 26 de
noviembre de 1993, amén de que, previamente, le había sido designado
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 319

un defensor judicial, aquella notificación por cartel fijado en la sede de


la empresa, puede muy bien asimilarse a la notificación de que habla el
artículo 52 de la Ley Orgánica del Trabajo.
En efecto, la referida norma laboral no distingue entre notificación y
darse por notificado, sólo hace referencia a que el demandado sea
notificado o citado antes de que venza el lapso adicional de dos (2)
meses, una vez concluido el correspondiente a la prescripción anual.
Para Eduardo J. Couture, en su Vocabulario Jurídico, notificación es la
“acción y efecto de hacer saber a un litigante una resolución judicial u
otro acto de procedimiento. Constancia escrita puesta en los autos, de
haberse hecho saber a un litigante una resolución del Juez u otro acto
de procedimiento”.
Este mismo autor, formula las siguientes definiciones:
Notificación personal: “Dícese de aquella que se diligencia
personalmente con un litigante y, por extensión, la realizada en el
domicilio del mismo mediante cedulón”.
Notificación por cedulón: “Forma de notificación en la cual, en virtud
de no hallarse en su casa la persona que debe ser notificada, se le deja
un cedulón en el que se consigna la providencia judicial, valiendo esta
forma de comunicación como una notificación personal”.
Cedulón: “Documento emanado de la oficina actuaria, conteniendo la
fecha de la diligencia, el texto de una resolución judicial y la mención
de los autos en que ha sido dictada, que se deja en casa de un litigante
ausente de ella, a los efectos de notificarle”.
Pues bien, a este tipo de notificación puede equipararse la del cartel
colocado en la sede de la demandada, cuya finalidad era dar a conocer
a ésta el juicio laboral seguido en su contra.
Como quiera que la norma contenida en el artículo 64 de la Ley Orgánica
del Trabajo, no establece expresamente que el accionado se dé por
notificado con su comparecencia personal, sino que el demandado sea
notificado o citado, antes de que expire la prórroga del lapso de
prescripción, entiende la Sala que en el presente asunto, tal notificación
se produjo el día 29 de marzo de 1993, cuando fue colocado el cartel
respectivo en la morada de la empresa demandada, para cuya
oportunidad, no habían vencido los dos (2) meses adicionales de
que trata el artículo 64 de la Ley Orgánica del Trabajo, previsto para
el 31 de marzo de 1993, por cuanto la relación laboral concluyó el 31
de enero de 1992.
320 JUAN RAFAEL PERDOMO

Como quiera que el Sentenciador de la recurrida computó sólo el lapso


en el cual la empresa se dio por citada (26 de noviembre de 1993),
declarando prescrita la acción incoada, su conducta lo hizo incurrir en
la infracción del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, porque
no se atuvo a lo probado en autos y el artículo 64 de la Ley Orgánica
del Trabajo, al haber interpretado erróneamente su contenido y alcance,
infracciones que la Sala declara de oficio, en uso de la facultad que le
acuerda el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil”.
En el caso examinado se denuncia error de interpretación de los artículos
61 y 64 literal a) de la Ley Orgánica del Trabajo. Consagran los
prenombrados artículos el lapso de prescripción y una causal de interrupción
de la prescripción, respectivamente, que de acuerdo con la doctrina de la
Sala supone, la extinción de todas las acciones que derivan de la relación de
trabajo una vez que haya transcurrido un año contado a partir de la
terminación de la prestación del servicio, por una parte; y, por la otra, que la
prescripción se interrumpe si la parte actora presenta su demanda antes del
año, aun ante un Tribunal incompetente, siempre que notifique o cite al
demandado antes de que venza el lapso de prescripción o dentro de los dos
meses siguientes.
El error en la interpretación de la ley, supone que el juez ha seleccionado
apropiadamente la norma jurídica y yerra en la determinación del verdadero
sentido de la misma.
En el caso de autos el Tribunal Superior declaró sin lugar la demanda, fundado
en que la parte actora tenía que interponer su acción dentro del lapso legalmente
establecido y a pesar de que lo hizo, pues la prestación del servicio culminó el
5 de noviembre de 1998 y la demanda se interpuso el 6 de agosto de 1999, no
fue sino hasta el 14 de enero de 2000 cuando citó al demandado, en la persona
de su defensor ad litem, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 50 de
la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo.
Ahora bien, obvia el Tribunal de alzada la trascendental circunstancia que ya
el 30 de noviembre de 1999, se había fijado el cartel de citación en la sede de
la empresa lo que equivale a una notificación que interrumpió la prescripción,
de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 64 literal a) de la Ley Orgánica del
Trabajo y la doctrina de la Sala, y al no considerarlo así, el Ad quem incurrió
en error de interpretación del artículo 64 literal a) de la Ley Orgánica del
Trabajo, porque para que se interrumpa la prescripción basta con que se
interponga la demanda antes del año, contado a partir de la terminación de la
prestación del servicio, y se notifique o cite al demandado dentro del plazo o
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 321

dentro de los dos meses siguientes y en el presente caso, como ya se indicó,


el demandado fue notificado en dicho lapso legal.
En conformidad con el artículo 4º del Código Civil, a la Ley debe atribuírsele
el sentido que aparece evidente del significado propio de las palabras, según
la conexión de ellas entre sí y la intención del legislador, y de la interpretación
gramatical y concordada de los artículos 61 y 64 literal a) de la Ley Orgánica
del Trabajo, resulta que la prescripción puede interrumpirse, entre otras causas,
por la presentación de una demanda antes del año contado a partir de la
terminación de la prestación del servicio, siempre que el demandado sea
notificado o citado antes de la expiración del lapso de prescripción o dentro
de los dos meses siguientes, de allí que si el actor ha presentado su demanda
antes del año, puede optar por notificar o citar al demandado dentro del lapso
de prescripción o dentro de los dos meses siguientes, para que quede
interrumpida la prescripción, pues la intención del legislador es flexibilizar
todo lo posible la forma de darle aviso al adversario de la demanda interpuesta
en su contra, para interrumpir así la prescripción.
Además una interpretación lógica permite advertir la diferencia entre la citación
y la notificación, la primera supone una orden de comparecencia a un acto del
proceso, en tanto que la segunda comporta la simple participación de la
ocurrencia de algún acto de procedimiento, de manera que en ningún caso
pueden asimilarse dos actos procesales como estos que tienen un carácter
jurídico totalmente distinto, razón por la cual a juicio de esta Sala se puede
interrumpir la prescripción, indistintamente con la notificación o con la citación,
lo que confirma que la Alzada incurrió en un error de interpretación acerca
del contenido y alcance del artículo 64 literal a) de la Ley Orgánica del Trabajo.
322 JUAN RAFAEL PERDOMO

4. LAPSO DE CADUCIDAD LEGAL Y CONVENCIONAL

Recurso de casación
Partes: María Alcira Gutiérrez viuda de Durán contra la
sociedad mercantil Emegas C.A.
Sentencia: N° 796 de 16­12­03. Exp. 02­623
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOT: artículo 570; CPC: artículos 243 ordinal 5° y
346 ordinal 10°
Señala la parte formalizante, que la facultad que otorga la ley al Juzgador para
aplicar de oficio algunas disposiciones, como la caducidad prevista en el artículo
570 de la Ley Orgánica del Trabajo, no puede interpretarse como poder absoluto
del Juzgador, sino que debe ser atemperado con base en los hechos. Alega
igualmente, que la reclamación formulada no afectaba el orden público y por
tanto no debía proceder a la declaración de oficio de la caducidad de la acción.
(...)
En esta oportunidad la parte actora alega que el Tribunal de alzada incurrió en
el vicio de incongruencia, cuando declaró la caducidad de la acción sin que
esta hubiese sido alegada por la parte demandada al contestar la demanda.
La Sala observa:
Si bien es cierto, como señala la parte recurrente, no todos los casos de
caducidad pueden reputarse de orden público, por lo que es preciso que el
Juez distinga aquellas caducidades fundadas en el orden público de aquellas
que sólo atienden a la protección de un interés privado. La jurisprudencia y la
doctrina patria han estimado que los lapsos de caducidad de fuente legal
tienen siempre una razón de interés público, lo que hace que puedan ser
hechos valer en cualquier estado y grado de la causa y aun de oficio por el
Juez. Por otra parte, las caducidades de origen convencional deben alegarse
por el demandado como cuestión previa, de conformidad con lo previsto en el
ordinal 10 del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, o a más tardar
con la contestación de la demanda.
Señala el Doctor José Luis Aguilar Gorrondona:
“La norma legal que establece la caducidad de la acción obedece al
criterio del legislador de que, vencido el tiempo señalado por él, ha
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 323

cesado ya la necesidad de otorgar un derecho a la protección judicial y


de que, por tanto, la niega a partir de ese momento. En consecuencia, el
Estado por órgano del legislador fija sí un límite negativo a un derecho
público y al correlativo deber de actuación de sus órganos
jurisdiccionales, materias que son evidentemente de orden público”.
(Prescripción y Caducidad en Doctrina de la Procuraduría General de la
República, 1972, p. 46).
Entonces, si se parte del supuesto que el artículo 570 de la Ley Orgánica del
Trabajo, establece un lapso de caducidad, debe considerarse que este es de
naturaleza legal y por tanto de orden público, por lo que no puede considerarse
que la recurrida haya quebrantado la norma contenida en el ordinal 5° artículo
del 243 del Código de Procedimiento Civil, que la obliga a decidir todo lo
alegado por las partes y sólo lo alegado por las mismas, cuando considera que
en aplicación de la norma se verificó la caducidad de la acción incoada por la
parte actora y procedió a declararla de oficio.
Si la parte recurrente considera que no se podía declarar la caducidad prevista
en el artículo 570 de la Ley Orgánica del Trabajo, debía cuestionar, mediante
una denuncia por error de juzgamiento, que dicha norma estableciese un lapso
de caducidad o que la norma fuese aplicable al caso concreto.

5. PERENCIÓN
5.1. Muerte del litigante durante el procedimiento de casación. Necesidad
de impulso procesal

Recurso de Casación
Partes: Alberto Chapellín Chirinos contra Rafael Fonseca
Medina
Sentencia: N° 426 de 25­10­00. Exp. 99­944
Motivo: Querella interdictal restitutoria
Norma citada: CPC: artículo 231
En conclusión, de producirse la muerte de la parte durante el procedimiento
de casación, si los interesados no gestionan la continuación de la causa, ni dan
cumplimiento a las obligaciones que la ley les impone para proseguirla, se
producirá la extinción del proceso en casación, por perención de la instancia,
es decir, del necesario impulso de parte, y queda definitivamente firme la
324 JUAN RAFAEL PERDOMO

sentencia recurrida. En relación con el trámite que debe cumplir la parte


interesada para la continuación del juicio, es necesario exponer cuál es la
correcta interpretación del artículo 231 del Código de Procedimiento Civil.
Aplicando el criterio trascrito al caso bajo decisión, es necesario establecer
que la solicitud de citación de los herederos conocidos fue suficiente para
cumplir con los deberes que impone la ley para la continuación del proceso, y
establecida la gratuidad de la justicia por la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, no era exigible el pago de aranceles para continuar
con el trámite, y correspondía a este Supremo Tribunal proseguir el trámite
con la citación de los herederos conocidos del querellante A(...). Por
consiguiente, para la fecha en que el querellado desistió del Recurso de
Casación interpuesto no había perimido el impulso de parte en casación. Por
tanto, presentes en el proceso mediante apoderado los herederos conocidos
del querellante, sin que conste de autos la existencia de herederos desconocidos,
el procedimiento de casación se reanuda.

5.2. La perención de la instancia después de vista la causa. Interpretación


de los artículos 267 del Código de Procedimiento Civil y 201 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Tommaso Stolfa Montefinice contra Pasteur
Aragua, C.A.
Sentencia: N° 75 de 01­03­05. Exp. 04­1027
Ponente: Magistrado Alfonso Valbuena Cordero
Voto Salvado: Magistrado Juan Rafael Perdomo
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida por la Sala de Casación Social
en sentencia N° 141 de 9 de marzo de 2004,
expediente N° 03­619. Ponencia del Magistrado
Juan Rafael Perdomo (caso: Rafael Estrada
Álvarez contra la empresa Karrena, C.A.), y
adopta el criterio establecido por la Sala
Constitucional en sentencia N° 956 de 1° de junio
de 2001, expediente N° 00­1491. Ponencia del
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 325

Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero.


Acción de amparo constitucional (caso: Fran Valero
González y Milena Portillo Manosalva de Valero)
Normas citadas: CPC: artículos 267 y 271; CRBV: artículos 26, 49
y 257; LOPT: artículos 49, 178, 179, 194 y 201
Data venia del ilustre criterio de la mayoría sentenciadora, el Magistrado
Juan Rafael Perdomo salva su voto por las razones siguientes:
A juicio del suscrito, tanto la sentencia impugnada al decidir sobre la perención
de la instancia, como el fallo de la mayoría sentenciadora se fundamentaron
en el artículo 267 del Código de Procedimiento Civil y en la sentencia dictada
por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, N° 956 de fecha
1° de junio de 2001.
Al respecto, es importante señalar que la sentencia N° 956, de fecha 1° de
junio de 2001 de la Sala Constitucional, analizó la figura procesal de la perención
de la instancia a la luz de la norma prevista en el artículo 267 del Código de
Procedimiento Civil, estableciendo que la inactividad del Juez después de
vista la causa, no producirá la perención, pues tal disposición persigue sancionar
la inactividad de los litigantes, produciendo la extinción del procedimiento, con
lo cual el demandante no podrá proponer nuevamente su demanda antes de
que transcurran noventa (90) días después de su declaratoria, de conformidad
con lo previsto en el artículo 271 eiusdem, salvo que se trate de materias de
orden público.
No obstante, lo asentado sobre la inactividad procesal en estado de sentencia,
la Sala Constitucional estableció que esta inactividad de las partes en esa
fase procesal, tiene otro efecto que sí las perjudica y que está determinado
por el interés procesal, estableciendo dentro de las modalidades de extinción
de la acción, la pérdida de interés que tiene lugar cuando el accionante no
impulsa el proceso a estos fines. Esta falta de interés surge en el proceso en
dos oportunidades procesales, la primera, cuando habiéndose interpuesto la
demanda, el Juez no se pronuncia en un tiempo prudencial sobre su
admisibilidad, y la segunda, cuando la causa se paraliza en estado de sentencia.
En ese sentido estableció, que lo que sí puede aplicarse es la pérdida de
interés procesal que causa el decaimiento de la acción por no tener el
accionante interés en que se le sentencie, cuando la causa se encuentra en
estado de sentencia y se paraliza, por no haberse decidido dentro de los lapsos
legales previstos para ello, impidiéndose de esta manera que las partes estén
a derecho.
326 JUAN RAFAEL PERDOMO

En el fallo comentado, la Sala Constitucional interpretó el artículo 26


constitucional, en cuanto a lo que debe entenderse por justicia oportuna,
estableciendo que si la causa paralizada ha rebasado el término de la
prescripción del derecho controvertido, a partir de la última actuación de los
sujetos procesales, el Juez puede de oficio o a instancia de parte, declarar
extinguida la acción previa la notificación del actor, en las formas previstas
para ello en el Código de Procedimiento Civil, ponderando a los efectos de la
declaratoria de extinción, las razones o explicaciones dadas por el actor que
compareciere, o la incomparecencia de los notificados, de ser el caso.
En opinión de quien disiente, independientemente del fondo del asunto que se
discute, si el accionante es o no trabajador, si tiene o no derecho, la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, en los artículos 26, 49 y 257
establece un mecanismo de acceso a la justicia y de garantía y tutela de los
derechos de los ciudadanos. Con base en ello, estimo que la ley debe
interpretarse siempre de acuerdo con la Constitución.
Así pues, consecuente con el criterio asentado por la Sala Constitucional, no
deben entonces confundirse las figuras de la perención de la instancia con el
decaimiento de la acción, pues para su procedencia deben analizarse los
supuestos de hecho que la hacen aplicable en cada caso. La perención es una
institución clásica del Derecho Procesal Civil, establecida en el artículo 267
del Código de Procedimiento Civil, que censura la poca diligencia del
demandante cuando éste ha dejado transcurrir el tiempo ­un año­ y no impulsa
el proceso para que se mantenga viva la instancia, mientras que la extinción
de la acción por falta de interés procesal, que causa el decaimiento de la
acción, por inactividad de la parte en estado de sentencia, debe garantizar a
las partes el debido proceso y el derecho a la defensa como uno de los pilares
de la cultura jurídica, pues para su declaratoria debe previamente cumplirse
con la notificación de las partes en el juicio, a fin de que éstas demuestren que
su interés está vivo, y quieren que el Juez dicte sentencia en su causa.
En tal sentido, estimo que la decisión de la mayoría sentenciadora, debió ser
enfocada hacia el decaimiento de la acción como lo establece la Sala
Constitucional en la sentencia comentada, previa la notificación de las partes
como se indicó anteriormente. Quizás en el presente caso el criterio sostenido
por mis distinguidos colegas por encima de estas afirmaciones, lo sea la
vigencia e importancia de la Ley. Consecuente con lo expuesto considero que
no podía la recurrida aplicar al presente caso la perención de la instancia en
estado de sentencia con fundamento en dicha jurisprudencia.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 327

Dicho lo anterior esta Sala ha debido analizar la figura de la perención de la


instancia, a fin de establecer los supuestos para su procedencia, y su
aplicabilidad al caso de autos.
La figura procesal de la perención se encuentra prevista en la novísima Ley
Orgánica Procesal del Trabajo en el artículo 201. Dicha norma establece “
que toda instancia se extingue de pleno derecho por el transcurso de un
(1) año sin haberse ejecutado ningún acto de procedimiento por las
partes. Igualmente, en todas aquellas causas en donde haya transcurrido
más de un (1) año después de vista la causa, sin que hubiere actividad
alguna por las partes o el Juez, éste último deberá declarar la perención”.
El Capítulo I, del Título IX de la Vigencia y Régimen Procesal Transitorio,
establece en el artículo 194 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, que los
artículos 49, 178 y 179, referentes a las instituciones del Litisconsorcio y el
Control de la Legalidad entrarán en vigencia a partir de la publicación de la
Ley en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, esto es el
13 de agosto de 2002, y el resto del articulado, al año siguiente de dicha
publicación, 13 de agosto de 2003.
En cuanto a la vigencia de la Ley, el Parágrafo Único de la mencionada
norma dispone que la Comisión Judicial del Tribunal Supremo de Justicia podrá,
mediante resolución motivada, diferir la entrada en vigencia de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, en aquellos Circuitos Judiciales donde no estén dadas
las condiciones mínimas indispensables para su aplicación efectiva, siendo
que la Ley Adjetiva Procesal en la Circunscripción Judicial del Estado Aragua,
entró en vigencia en fecha el 13 de octubre de 2003, según Resolución 2003­
0257 del 13 de octubre del mismo año de Sala Plena, al no estar vigente dicha
Ley para el momento en que se dictó la sentencia que declaró la perención de
la instancia –21 de agosto de 2003­, resulta inaplicable la institución de la
perención prevista en el artículo 201 de la misma Ley.
En consecuencia, al no estar vigente la figura de la perención de la instancia
prevista en el artículo 201 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo para la
fecha en que fue tramitada, sustanciada y decidida la causa objeto del presente
recurso, la misma debió ser analizada en conformidad con lo previsto en el
artículo 267 del Código de Procedimiento Civil.
El artículo 267 del Código de Procedimiento Civil establece que “Toda
instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse ejecutado
ningún acto de procedimiento por las partes. La inactividad del Juez
después de vista la causa, no producirá la perención.” Es decir, la norma
328 JUAN RAFAEL PERDOMO

atribuye la carga de impulsar el proceso a las partes, y no al juez, pues de no


ejecutarse por éstas ningún acto de procedimiento en el tiempo establecido,
debe aplicarse la consecuencia jurídica prevista en dicha norma, como es la
extinción de la instancia, lo cual trae como consecuencia que la sentencia
apelada quede firme, si el juicio en que se verifica la perención se halla en
segunda instancia, o que el accionante no pueda presentar nuevamente la
demanda, sino vencidos que sean noventa (90) días continuos contados a
partir de la fecha de su declaratoria, si la causa está en primera instancia, de
conformidad con lo previsto en los artículos 267, 270 y 271 eiusdem.
Sobre la perención, esta Sala de Casación Social, en sentencia N° 141, de
fecha 9 de marzo de 2004, estableció lo siguiente: “...la doctrina de esta Sala
de Casación Social, de la Casación Civil y de la Sala Constitucional, continúa
manteniendo el criterio de que no corre perención cuando se encuentra
pendiente una decisión del Tribunal, por considerar que se está en el supuesto
de “inactividad del Juez” a que se refiere la parte final del encabezamiento
del citado artículo 267...” .
En el caso concreto, no podía el Juez de alzada, decretar la perención de la
instancia, pues como se dijo anteriormente, la actividad en esta fase del proceso
corresponde al Juez, el cual debe decidir el fondo del asunto que le fue sometido
a revisión a través del recurso de apelación ejercido por la parte actora. En
tal sentido, ha debido considerar la mayoría sentenciadora que la recurrida
violó el artículo 267 del Código de Procedimiento Civil, y en consecuencia
declarar procedente el recurso de control de la legalidad, anulando el fallo
recurrido y reponiendo la causa al estado en que el Juzgado Superior decida
la controversia, revisando como punto previo si están dados o no los supuestos
de extinción de la acción por falta de impulso procesal conforme a la sentencia
dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia antes
referida, previa notificación de las partes.
Queda así expresado el criterio del Magistrado que disiente.
CAPÍTULO XX
PROCEDIMIENTO EN INSTANCIA CONFORME A LA LEY
ORGÁNICA PROCESAL DEL TRABAJO

1. AUDIENCIA PRELIMINAR
1.1. Menoscabo de normas de orden público por rigidez de formalismos
para comparecer a la audiencia preliminar

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Gilberto José Valero Azuaje contra la sociedad
mercantil Club Social, Deportivo y Campestre El
Establo, C.A.
Sentencia: Nº 652 de 10­06­04. Exp. 03­911
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 115 de 17 de
febrero de 2004 (caso: Arnaldo Salazar Otamendi
contra la sociedad mercantil Publicidad Vepaco,
C.A.)
Normas citadas: LOPT: artículos 77, 111 y 133; CPC: artículos 362,
507 y 509; CRBV: artículos 26, 49 y 257
Señala el recurrente en su solicitud, que en la audiencia preliminar se acordó
realizar una inspección judicial en los Libros de Control de la empresa
demandada y luego de realizado esto, se fijó una nueva reunión para ese
mismo día a las 2:00 p.m., a la cual llegó con retraso de cinco minutos debido
330 JUAN RAFAEL PERDOMO

a una retención de su vehículo en una alcabala móvil. Ante ese leve retraso,
el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución levantó el acta dejando
constancia de la incomparecencia del demandado y dio por admitidos los
hechos sin considerar los puntos a los que se había llegado a acuerdo en las
reuniones anteriores.
Expone el recurrente que en el proceso se violaron normas de orden público
contraviniendo lo establecido en los artículos 111 y 133 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, al invadir el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución
la competencia del Juez de Juicio de Primera Instancia y no poner la mayor
diligencia en que las partes pongan fin a la controversia.
Adicionalmente señala que la recurrida violó otras normas de orden público
contraviniendo lo establecido en el artículo 362 del Código de Procedimiento
Civil, que permite al demandado desvirtuar los hechos alegados por el actor
aunque no se diere contestación a la demanda; los artículos 507 y 509 del
Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 77 y siguientes
de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo como reglas generales de apreciación
de pruebas, cuando no valoró las pruebas consignadas para demostrar que la
causa del retraso era justificada por caso fortuito o fuerza mayor; y, los artículos
26, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que
establecen los más fundamentales derechos a la defensa y al debido proceso.
(…)
La Sala observa:
Ha establecido esta Sala de Casación Social, en sentencia de 17 de febrero
de 2004 (caso: Publicidad Vepaco) que, como quiera que la incomparecencia
se realiza en un acto de prolongación de la audiencia preliminar, al cual acude
la representación judicial de la demandada con retardo aproximado de cinco
(5) minutos (evidenciándose con ello el “animus” de someterse a los procesos
alternos de resolución de conflictos que componen el fin estelar de la audiencia
preliminar), acreditándose por instrumental la retención del vehículo en una
alcabala móvil como causa presuntamente limitativa del incumplimiento; se
considera prudente y adecuado con los fines del proceso (instrumento para la
realización de la justicia), el flexibilizar el patrón de la causa extraña no
imputable no sólo a los supuestos de caso fortuito y fuerza mayor, sino, a
aquellas eventualidades del quehacer humano que siendo previsibles e incluso
evitables, impongan cargas complejas, irregulares (que escapan de las
previsiones ordinarias de un buen padre de familia) al deudor para cumplir
con la obligación adquirida.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 331

Naturalmente, tal extensión de las causas liberativas de la carga de


comparecencia a la audiencia preliminar sobrevienen como una excepción de
aplicación restrictiva, a criterio del Juzgador.
Por los motivos anteriormente indicados, considera la Sala que al no flexibilizar
los formalismos y las causas que limitan el cumplimiento de esta carga de
comparecer a la audiencia preliminar, la recurrida violó normas de orden público
quebrantándose el derecho a la defensa y el debido proceso de la parte
demandada, razón por la cual, esta Sala declara procedente el recurso de
control de la legalidad, anulándose por ende el fallo recurrido y ordenándose,
la reposición de la causa al estado procesal en que se continúe la audiencia
preliminar ante el Juzgado Cuarto de Primera Instancia de Sustanciación,
Mediación y Ejecución del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado
Trujillo.

1.2. Incomparecencia de la parte actora a la audiencia preliminar. Solicitud


de fijación para la celebración de una nueva audiencia. Exigencias

Recurso de Casación y Recurso de Control de la Legalidad


Partes: José Luis Moreno Torres contra la sociedad
mercantil Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA)
Sentencia: Nº 1376 de 08­11­04. Exp. 04­1022
Motivo: Cobro de prestaciones sociales.
Normas citadas: LOPT: artículos 2, 5, 11, 79, 168 ordinal 2°, 129 y
130; CPC: artículos 12, 15 y 20
(...) el Tribunal de alzada no ordenó la realización de una nueva audiencia
preliminar solicitada por el demandante en virtud de haber acontecido un
supuesto caso fortuito o fuerza mayor que le impidió su asistencia a la misma,
porque a juicio de la Alzada, la parte actora si bien fundamentó su inasistencia
a la audiencia por motivos de enfermedad, mediante la consignación de
certificado médico y factura, no cumplió con la carga de promover y evacuar
las pruebas que demostraran su autenticidad, por ser documentos emanados
de terceros que debieron ser ratificados por ellos mediante la prueba testimonial
en conformidad con el artículo 79 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.
El recurrente al motivar su denuncia, mezcla dos motivos de casación que se
excluyen mutuamente, como es el quebrantamiento de formas procesales por
332 JUAN RAFAEL PERDOMO

parte del Tribunal de alzada al no haber ordenado la celebración de una nueva


audiencia preliminar y desestimar una prueba instrumental ­certificación
médica­ de manera errada, argumento que el formalizante tiene la carga de
plantear de manera distinta y con base en la infracción del ordinal 2° del
citado artículo 168 eiusdem, como motivo de casación por infracción de ley,
debidamente fundamentada.
En todo caso, consta en autos que la parte actora al momento de la celebración
de la audiencia preliminar, estaba representada por tres (3) abogados,
identificados en la parte narrativa de la sentencia. Uno de ellos no asistió a la
audiencia preliminar por un supuesto problema de salud, el otro abogado estaba
supuestamente inhabilitado por haber aceptado en el transcurso del proceso
un cargo de funcionario público, que le impedía litigar. No obstante, pudo
asistir a dicha audiencia el ciudadano…, quien es el otro abogado que se
encuentra en el poder consignado junto con la demanda y a falta de éste,
podía asistir únicamente la parte actora, en conformidad con lo previsto en el
artículo 129 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.
Por las razones antes expuestas, la Sala considera que el Tribunal ad quem
no menoscabó el derecho de defensa de la parte actora, por haber decidido
conforme a lo establecido en el artículo 130 de la citada Ley y en consecuencia,
se desestima la denuncia de los artículos 2°, 5° y 11 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo; y 12, 15 y 20 del Código de Procedimiento Civil.
(…)

Solicitud de fijación para la celebración de una nueva audiencia.


Exigencias
El artículo 129 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, dispone que la
asistencia “de las partes o sus apoderados” a la audiencia preliminar es
obligatoria, por lo que ante la no comparecencia de la parte actora a dicho
acto, se considerara “desistido el procedimiento”, conforme a lo previsto en
el artículo 130 eiusdem. El Parágrafo Segundo de la citada disposición legal
dispone que, a criterio del tribunal superior, se podrá ordenar la realización de
una nueva audiencia preliminar cuando existieren fundados y justificados
motivos o razones de la incomparecencia de la parte demandante por caso
fortuito o fuerza mayor plenamente comprobables.
Conforme a las normas citadas, si bien no pudo comparecer uno de los abogados
que representa a la parte actora, pudo hacerlo otro representante legal o la
propia parte.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 333

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social que resuelve y
establece:
a) Discordancia entre el número de días de despacho transcurridos en el
circuito judicial correspondiente y los transcurridos en el tribunal de la
causa. (Sentencia N° 870 de 3 de agosto de 2004, expediente N° 04­
592. Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. Caso José
Rafael Rodríguez Mota contra Consorcio Dravica)
b) Cómputo de los días para la fijación de la celebración de la audiencia
preliminar. Ampliación de criterio. (Sentencia N° 1637 de 14 de diciembre
de 2004, expediente N° 04­602. Ponencia del Magistrado Alfonso
Valbuena Cordero. Caso Nehemía José Marcano Gil contra la empresa
Unifedo Interamericana, S.A.)
c) Cómo se deben computar los días de despacho en el nuevo sistema
laboral para garantizar el derecho al debido proceso de las partes. El
demandado no comparece a la audiencia preliminar por una causa no
imputable a él. (Sentencia N° 507 de 19 de mayo de 2005, expediente
N° 04­630. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. Caso
José Rafael Rodríguez Mota contra la sociedad mercantil Consorcio
Dravica)

1.3. Despacho saneador. Deber del juez

Recurso de casación
Partes: Hildemaro Vera Weeden contra la sociedad
mercantil Cervecería Polar, C.A.
Sentencia: N° 248 de 12­04­05. Exp. 04­1322
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Normas citadas: LOPT: artículos 124 y 134; CRBV: artículo 257
(…) el artículo 124 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, dispone que:
“Si el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo,
comprueba que el escrito libelar cumple con los requisitos exigidos en
el artículo anterior, procederá a la admisión de la demanda, dentro de
los dos (2) días hábiles siguientes a su recibo. En caso contrario,
334 JUAN RAFAEL PERDOMO

ordenará al solicitante, con apercibimiento de perención, que corrija


el libelo de la demanda, dentro del lapso de los dos (2) días hábiles
siguientes a la fecha de la notificación que a tal fin se le practique. En
todo caso, la demanda deberá ser admitida o declarada inadmisible
dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes al recibo del libelo por el
Tribunal que conocerá de la misma. La decisión sobre la inadmisibilidad
de la demanda deberá ser publicada el mismo día en que se verifique.
De la negativa de la admisión de la demanda se dará apelación, en
ambos efectos, por ante el Tribunal de Sustanciación, Mediación y
Ejecución del Trabajo y para ante el Tribunal Superior del Trabajo
competente, si se intenta dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes
al vencimiento del lapso establecido para la publicación de la sentencia
interlocutoria que decidió la inadmisibilidad de la demanda. Al siguiente
día de recibida la apelación, el Tribunal de Sustanciación, Mediación y
Ejecución del Trabajo remitirá el expediente al Tribunal Superior del
Trabajo competente”.
Asimismo, el artículo 134 eiusdem prevé que: “Si no fuera posible la
conciliación, el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución deberá,
a través del despacho saneador, resolver en forma oral todos los vicios
procesales que pudiere detectar, sea de oficio o a petición de parte,
todo lo cual reducirá en un acta”.
En relación con el despacho saneador consagrado en la nueva legislación,
específicamente, en las citadas normas, la Sala observa:
En las Jornadas Iberoamericanas de Derecho Procesal que constituyen un
prominente foro jurídico, se ha tratado, reiteradamente, el instituto del despacho
saneador, que tiene su antecedente en la audiencia preliminar del proceso
austriaco y que fue adoptado por la legislación portuguesa, desde comienzos
de 1990 e instaurado posteriormente en el derecho brasileño.
En términos generales el despacho saneador constituye una manifestación
contralora encomendada al juez competente, a través de la facultad de revisar
la demanda in limine litis, con el fin de obtener un claro debate procesal o
evitar la excesiva o innecesaria actividad jurisdiccional que pueda afectar el
proceso.
La naturaleza jurídica de esta institución puede ser establecida a partir del
objeto de la misma, que es, como se dijo, depurar el ulterior conocimiento de
una demanda cuando adolece de defectos en el libelo o vicios procesales. Por
ello se ha atribuido al juzgador, como director del proceso y no como espectador,
no sólo la facultad sino también la obligación, de controlar que la demanda y
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 335

la pretensión en ella contenida, sean adecuadas para obtener una sentencia


ajustada a Derecho. Comúnmente esta actividad contralora del juez es exigida
en la primera etapa del proceso, dependiendo del defecto que la motive.
En algunas legislaciones ha sido incluido el despacho saneador dentro del
ámbito de los presupuestos procesales y, concretamente, de los que tutelan
tanto el contenido como la forma, siendo considerado ineficaz el proceso
afectado por errores estructurales, derivados, por ejemplo, por una demanda
mal elaborada en cuanto a sus requerimientos legales. Respecto a los
contenidos, es decir, la pretensión, los presupuestos procesales permiten vigilar
la idoneidad de la demanda y sostienen toda la relación procesal, como son la
debida individualización de la pretensión (forma de la demanda), la acumulación
debida de pretensiones, la tutela concreta, la ausencia de cosa juzgada y
ausencia de litispendencia. Igualmente, en relación con los distintos
requerimientos que aseguran el debido proceso y cuya observancia conduciría
a la nulidad de lo actuado. Otros presupuestos que tutelan la forma del proceso
son los que se refieren a su trámite, al respeto a la bilateralidad de la audiencia
y al cumplimiento de los lapsos.
Cabe insistir en que el control sobre los presupuestos no debe darse en etapas
finales del juicio, sino que debe estar ligado al despacho saneador, como una
facultad y un deber del juez competente que permita terminar el proceso, u
ordenar su depuración, en cualquier momento en que constate la ausencia de
un presupuesto procesal o un requisito del derecho de acción que requiera de
su fenecimiento o que por medio de un auto de reposición que haga renovar,
en casos específicos, el acto al momento oportuno para aplicar el correctivo
formal del caso, sin esperar que el control sea requerido por el opositor de
una excepción. Todo ello con la finalidad de evitar que el juez, cumplidas las
etapas sustanciales, llegue a un pronunciamiento formal en el que constate la
existencia de obstáculos o impedimentos trascendentales para emitir una
sentencia de fondo, ya por invalidez o ineficacia, pero siempre buscando un
control para remediarlos. Es igualmente necesario advertir que no puede caerse
en una interpretación excesiva del principio de especificidad en materia de
nulidades toda vez que no siempre el legislador ha de tutelar todos los casos
posibles sancionables.
El artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
considera al proceso como instrumento fundamental para la realización
de la justicia. Para que el proceso pueda cumplir tal elevado cometido, debe
ofrecer garantías formales y sustanciales, cuya efectividad es atribuida a los
órganos judiciales. En tal sentido, los artículos 124 y 134 de la Ley Orgánica
336 JUAN RAFAEL PERDOMO

Procesal del Trabajo, consagran, como ya se dijo, la institución del despacho


saneador.
El derecho fundamental a la tutela judicial efectiva exige que los particulares
accedan a instrumentos procesales que sean aptos desde el punto de vista
formal para el procesamiento de la pretensión. No es suficiente la mera
comprobación de que hubo decisión en derecho, pues deben respetarse los
presupuestos que sean indispensables para conocer el fondo del proceso.
Una providencia de inadmisibilidad, debidamente fundamentada, satisface el
derecho a la tutela efectiva.
Es importante rescatar, al tratar sobre el despacho saneador, los planteamientos
elaborados por la doctrina extranjera desde principios del siglo pasado, en la
que se sostenía que no puede dejarse el control de estos defectos a las partes,
sino al juez, extendiendo tal prioridad a los presupuestos materiales para la
sentencia de fondo. El control del proceso ­decía Bulöw­ no puede confiarse
al opositor con prescindencia del juez. Permanecer arraigado a la teoría de
las excepciones procesales y mixtas, desconociendo el principio procesal del
juez competente para aplicar el despacho saneador, restringiendo los defectos
formales a la denuncia realizada por la parte opositoria, es relegar la eficacia
del proceso a la teoría de la nulidad procesal y las normas del Derecho Procesal
a una concepción privatista sobre el proceso contractual puro.
En nuestra legislación, tal como quedó previamente establecido, la institución
jurídica está contemplada en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, al establecer
la potestad y obligación de los jueces de Sustanciación, Mediación y Ejecución
del Trabajo de examinar, antes de admitir la demanda, si el libelo cumple con
los extremos exigidos en el artículo 123 de la citada Ley y de aplicar, en un
primer momento, el despacho saneador, cuando el juez ordena al demandante
“con apercibimiento de perención”, corregir la demanda por incumplir con
los requisitos establecidos en la Ley (artículo 124); y, en un segundo momento,
la Ley establece que cuando no fuera posible la conciliación, los jueces
deberán, a través del despacho saneador, corregir oralmente ­lo cual deberá
constar en acta­ los vicios formales que puedan obstaculizar el
desenvolvimiento pleno del proceso. La citada Ley los compromete, además,
con la responsabilidad de que el proceso sea realmente un instrumento de la
justicia en los términos del vigente Texto Constitucional.
Al respecto, se reitera lo dicho en la audiencia oral y en ejercicio de la función
pedagógica que la Sala ha asumido, se establece que el despacho saneador
es una herramienta indispensable para la humanización del proceso laboral,
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 337

por lo que se exhorta a los jueces aplicar el despacho saneador con probidad
y diligencia y no simplemente dejen de aplicarlo por falta de diligencia, lo cual
no debe caracterizar la conducta de nuestros jueces, pues la Sala encontró
que se desprende del libelo una inepta acumulación de pretensiones, las cuales
deben ser corregidas cuando se aplique el despacho saneado.
En conclusión, el despacho saneador debe entenderse como un instituto procesal
de ineludible cumplimiento, que impone al juez ­se insiste­ la depuración de la
demanda y de los actos relativos al proceso, conforme a los presupuestos
procesales y a los requisitos del derecho de acción, de modo que permita y
asegure al juez que ha de conocer y decidir sobre el fondo, dictar una sentencia
conforme al derecho y la justicia, sin ocuparse, como ha tenido que hacerlo la
Sala en este caso, de declaratorias de nulidad y reposiciones que pudieron evitarse
si el Juez competente hubiese tenido el cuidado de subsanar los errores formales
antes de proseguir a otra etapa del juicio.

2. PROCEDIMIENTO EN SEGUNDA INSTANCIA


2.1. Incomparecencia de la parte demandada a la audiencia oral en
primera y segunda instancia. Efectos. Pruebas consignadas con el
recurso de control de la legalidad. Principios fundamentales

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Fernando Javier Panela contra la sociedad
mercantil Servicios Halliburton de Venezuela, S.A.
Sentencia: Nº 421 de 13­05­04. Exp. 04­038
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
(Ver doctrina establecida por la Sala de Casación
Social y la Sala Constitucional, en las referencias
jurisprudenciales expuestas al final, no citadas en
el texto)
Normas citadas: LOPT: artículos 131, 159, 163, 164 y 173
Señala el recurrente en su solicitud, que en la audiencia preliminar celebrada
el 13 de noviembre de 2003, asistió el representante de la demandada,
consignó un escrito de alegatos y pruebas y ante la demora del tribunal en
preparar el acta correspondiente a la audiencia preliminar realizada, se
338 JUAN RAFAEL PERDOMO

ausentó temporalmente y al regresar al tribunal, el acta no contenía lo sucedido


en la audiencia sino que debido a su ausencia a la hora de firmar el acta,
declaró la admisión de los hechos de conformidad con el artículo 131 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo. Adicionalmente señala, que el tribunal
superior al recibir la causa para conocer de su apelación, fijó la audiencia
para el cuarto (4º) día hábil siguiente mediante auto incorporado al expediente,
de lo cual no pudo tener conocimiento la demandada apelante pues se le
negó el acceso al expediente por estarlo trabajando, y por la falta de
publicación del auto que fija la audiencia, por algún otro medio visible y
público del tribunal.
Por tanto alega que la sentencia recurrida violó normas de orden público
contraviniendo lo establecido en los artículos 131, 159 y 163 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, por cuanto el tribunal superior en lugar de tramitar la
apelación aplicando la norma que regula el procedimiento en segunda instancia,
fijó la audiencia dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes a su recepción
con fundamento en el artículo 131 eiusdem, cercenando los derechos
constitucionales a la defensa y al debido proceso.
La representación de la parte actora en su escrito de contestación alegó que
la audiencia de segunda instancia fue fijada de conformidad con lo establecido
en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, respetando el derecho a la defensa
y al debido proceso, y que la oportunidad fijada para su celebración se publicó
en el expediente y en la cartelera del tribunal, razón por la cual, la parte
actora sí tuvo conocimiento de ello y estuvo presente el día y hora de la
audiencia.
La parte actora, de conformidad con el procedimiento establecido en el artículo
173 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, para la sustanciación del recurso
consignó copias certificadas del Libro de Préstamos de Expedientes, para
demostrar que los representantes de la demandada no solicitaron el expediente
todos los días transcurridos hasta la fecha de la audiencia como lo alegan en
la solicitud de control de la legalidad.
La Sala observa:
Resulta controvertido en este caso el hecho de si la parte recurrente solicitó
todos los días el expediente y no tuvo acceso a él porque el Tribunal lo estaba
trabajando, con lo cual se le violó el derecho a la defensa y al debido proceso
al impedírsele tener conocimiento de la oportunidad fijada para la celebración
de la audiencia de apelación.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 339

Pruebas consignadas con el recurso de control de la legalidad.


Valoración por la Sala de Casación Social
A continuación se valorarán las pruebas consignadas en este recurso de control
de la legalidad, a los fines de establecer si los hechos controvertidos en el
recurso han sido demostrados.
La parte actora consignó copia certificada del Libro de Préstamos de
Expedientes desde el 15 de diciembre de 2003 hasta el 18 de diciembre del
mismo año, expedidas por la Coordinadora de Secretaría del Circuito Judicial
Laboral del Estado Zulia. El documento no fue impugnado. Sobre el particular
dicho documento, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, merece valor probatorio y esta Sala considera
que está demostrado que la parte recurrente no solicitó el expediente todos
los días hasta la celebración de la audiencia y que el expediente estuvo a
disposición del público al haber sido solicitado y devuelto por la parte actora.
En el Capítulo V Del Procedimiento de Segunda Instancia de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, el artículo 164 establece que: “En el día y hora
señalados por el Tribunal Superior del Trabajo para la realización de
la audiencia, se producirá la vista de la causa bajo la suprema y personal
dirección del Tribunal. En el supuesto que no compareciere a dicha
audiencia la parte apelante, se declarará desistida la apelación y el
expediente será remitido al Tribunal de Sustanciación, Mediación y
Ejecución correspondiente”.

Principios fundamentales
La exposición de motivos de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo explica los
principios que rigen el nuevo proceso laboral, constituyendo la oralidad, la
inmediación y la concentración tres de sus pilares fundamentales. Por aplicación
de estos principios, en el procedimiento de segunda instancia se estableció
una nueva carga procesal al recurrente, el cual debe comparecer a la audiencia
oral y de no hacerlo, se presume su conformidad con la decisión recurrida y
se declarará desistida la apelación, y quedará firme el fallo de primera
instancia.

Efectos de la no comparecencia de la parte demandada a la audiencia


En el caso concreto, la parte demandada apeló de la sentencia de primera
instancia, la cual declaró admitidos los hechos debido a que la representación
340 JUAN RAFAEL PERDOMO

de la parte demandada no firmó el acta de la audiencia. El Juzgado Superior


Segundo del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, fijó la
oportunidad para la celebración de la audiencia oral y en el acta
correspondiente dejó constancia de la incomparecencia de la parte apelante y
declaró desistida la apelación.
En el caso examinado considera la Sala que la recurrida no quebrantó formas
procesales que violaran el derecho a la defensa y al debido proceso de la
parte demandada recurrente, ni violó normas de orden público, que en definitiva
transgredirían el Estado de Derecho, razón por la cual es improcedente el
recurso de control de la legalidad.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida tanto por la Sala de Casación Social como por la
Sala Constitucional referida a la admisión de hechos por incomparecencia del
demandado a la audiencia preliminar
a) La Sala de Casación Social flexibiliza el carácter absoluto otorgado a la
confesión ficta. (Sentencia N° 1300 de 15 de octubre de 2004, expediente
N° 04­1022. Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. Caso
Ricardo Alí Pinto Gil contra la sociedad mercantil Coca­Cola Femsa de
Venezuela, S.A. [antes Panamco de Venezuela, S.A.]). Ratificada
posteriormente en sentencia N° 1307 de 25 de octubre de 2004,
expediente N° 04­1083. Ponencia del Magistrado Alfonso Valbuena
Cordero. Caso: Mario Guillermo Palencia Zambrano contra la sociedad
mercantil General Motors Venezolana C.A.; y comentada por la Sala
Constitucional.
b) La Sala Constitucional a través de una acción de amparo interpretó el
artículo 131 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. (Sentencia N°
771 de 6 de mayo de 2005, expediente N° 04­2969. Ponencia del
Magistrado Francisco Antonio Carrasquero López. Caso: Stalin Yépez
García, Presidente de la “Caja de Ahorros del Poder Judicial”, antes
denominada “Caja de Ahorros de Funcionarios, Empleados y Obreros
del Consejo de la Judicatura y Poder Judicial”). Reitera el criterio
establecido por la Sala de Casación Social en sentencia N° 1300 de 15
de octubre de 2004 y lo Amplía. (Caso: Ricardo Alí Pinto Gil)
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 341

2.1.1. Incomparecencia de la parte apelante a la celebración


de la audiencia oral. Efectos

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Domingo Antonio Gómez Rondón contra el Ince
Miranda Asociación Civil
Sentencia: Nº 1032 de 03­09­04. Exp. 04­420
Motivo: Estabilidad laboral
Norma citada: LOPT: artículo 164
Señala el recurrente en su solicitud, que en la audiencia celebrada el 16 de
marzo de 2004, no asistió el apelante, lo cual consta en el acta levantada por
el tribunal de la causa, y sin embargo no se declaró desistido el recurso de
conformidad con el artículo 164 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
declarando con lugar la apelación.
Expone el recurrente en su solicitud, que la sentencia recurrida violó normas
de orden público contraviniendo lo establecido en el artículo 164 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, por cuanto el Tribunal Superior en lugar de
declarar desistida la apelación, la declaró con lugar.
La Sala observa:
(…)
En el caso concreto, la parte demandada apeló de la sentencia proferida el 13
de noviembre de 2001 por el Juzgado de Primera Instancia, la cual declaró
con lugar la demanda. El Juzgado Superior fijó el 16 de marzo de 2004 la
celebración de la audiencia oral, se constituyó en esa fecha el Tribunal y en el
acta correspondiente dejó constancia de la incomparecencia del recurrente,
sin declarar desistida la apelación.
La incomparecencia de la parte apelante, como se explicó anteriormente,
constituye un incumplimiento de la carga que establece la disposición legal
trascrita, que trae como consecuencia la declaratoria de desistimiento de la
apelación, razón por la cual considera la Sala que al no declarar desistida la
apelación ante la incomparecencia de la parte recurrente, la recurrida violó
normas de orden público, y en consecuencia declara procedente el recurso
de control de la legalidad, anulándose por ende el fallo recurrido.
342 JUAN RAFAEL PERDOMO

Consta en el acta de fecha 16 de marzo de 2004, levantada con motivo de la


audiencia oral en el procedimiento de segunda instancia, que la parte apelante
no compareció, configurándose el supuesto previsto en el artículo 164 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, y como consecuencia de lo anterior debe
considerarse desistido el recurso de apelación.

2.2. Facultades y deberes del juez como director del proceso

Recurso de Casación
Partes: Wiilians Eduardo Affanis Cachutt contra la
sociedad mercantil Distribuidora de Publicaciones
Capriles, C.A. (DIPUCA)
Sentencia: N° 665 de 17­06­04. Exp. 04­343
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOPT: artículos 11 y 168 ordinal 1°
Con apoyo en el ordinal 1° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, se denuncia la violación del artículo 11 eiusdem, por haberse
quebrantado formas sustanciales de los actos que menoscaban el derecho de
defensa, al denegar el Juez Superior en la audiencia oral de la apelación, la
solicitud de la demandada en el sentido de concederle más tiempo de los diez
minutos fijados al efecto, lo cual le impidió exponer cabalmente los alegatos
que tenía previstos, entre otros, los relativos a la prescripción de la acción.
La Sala observa:
Es facultad y deber del Juez Superior dirigir personalmente la realización de
la audiencia, fijando el tiempo prudencial para las exposiciones de las partes
según las particularidades de cada situación procesal. Pero tratándose de la
vista de una causa en apelación, donde por consiguiente y en principio se
encuentran ya incorporados a los autos todos los elementos que componen la
litis, será adecuado y suficiente un tiempo breve de exposición como el fijado
por el Juez, salvo que circunstancias excepcionales o sobrevenidas apoyen
una mayor extensión, lo cual no se aprecia en el caso.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 343

2.3. Reposición inútil en casos contra una empresa del Estado

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Luzmila Campos Borboa contra la sociedad
mercantil Banco Industrial de Venezuela, C.A.
Sentencia: Nº 675 de 17­06­04. Exp. 04­126
Motivo: Estabilidad laboral
Normas citadas: LOPGR: artículos 94, 95 y 96; LOT: artículo 126;
CRBV: artículos 26 y 257
En el caso concreto, se observa en las actas que siendo la empresa demandada
una empresa del Estado, no se practicó notificación alguna al Procurador
General de la República, violando normas de orden público establecidas en
los artículos 94, 95 y 96 del Decreto con fuerza de Ley Orgánica de la
Procuraduría General de la República. Sin embargo, tratándose de un
procedimiento especial, en el cual la demandada decidió ponerle fin al proceso
consignando las cantidades debidas de conformidad con el artículo 126 de la
Ley Orgánica del Trabajo, la Sala considera, por aplicación de los artículos 26
y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que no es
procedente la reposición de la causa al estado de notificar al Procurador
General de la República por constituir una reposición inútil.

2.4. Lapso para publicar las decisiones orales en instancia

Recurso de casación
Partes: Hildemaro Vera Weeden contra la sociedad
mercantil Cervecería Polar, C.A.
Sentencia: N° 248 de 12­04­05. Exp. 04­1322
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Normas citadas: LOPT: artículos 131, 151, 158, 159 y 165
(…) el artículo 151 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, dispone que si el
demandado no compareciere a la audiencia de juicio se tendrá por confeso en
relación con los hechos alegados en la demanda, en cuanto sea procedente
en derecho la petición del demandante, sentenciando la causa en forma oral
344 JUAN RAFAEL PERDOMO

con base en dicha confesión; decisión que será reducida en forma escrita, en
la misma audiencia de juicio. El demandado podrá apelar la sentencia en
ambos efectos dentro del lapso de cinco días a partir de la publicación del
fallo.
El artículo 161 eiusdem, dispone que de la sentencia definitiva dictada por el
tribunal de juicio, se admitirá apelación dentro de los cinco días hábiles siguientes
al vencimiento del lapso para la publicación del fallo. Oída la apelación, el
tribunal de alzada, al quinto día hábil siguiente al recibo del expediente fijará
por auto expreso el día y la hora de la celebración de la audiencia oral, dentro
de un lapso no mayor a quince (15) días hábiles, contados a partir de dicha
determinación, según lo previsto en el artículo 163 de la citada Ley.
Se trata, a juicio de esta Sala, de dos situaciones procesales diferentes reguladas
por las normas anteriormente citadas: 1º. Cuando apela el demandado incurso
en confesión por no haber asistido a la audiencia de juicio, caso en el cual la
apelación se tramita en forma sumaria; 2º. Cuando se apela sobre el
pronunciamiento de fondo, por haber sido declarada con lugar o sin lugar la
demanda, en cuya hipótesis el tribunal de alzada debe conocer sobre las
cuestiones de hecho y de derecho.
Ahora bien, el artículo 159 de la citada Ley impone a los jueces el deber de
expresar en términos claros, precisos y lacónicos, los motivos de hecho y de
derecho de la decisión y el artículo 177 eiusdem, dispone que los jueces de
instancia deberán acoger la doctrina de casación establecida en casos análogos,
para defender la integridad de la legislación y la uniformidad de la
jurisprudencia.
Observa igualmente la Sala que el artículo 165 de la citada Ley, dispone que
en la audiencia oral ante el tribunal superior, concluido el debate oral, el juez
superior del trabajo deberá pronunciar su fallo en forma oral, debiendo
“reproducir” en todo caso, “de manera sucinta y breve la sentencia, dentro
de los cinco (5) días hábiles siguientes, sin formalismos innecesarios
dejando expresa constancia de su publicación”, para lo cual se deberá
dejar transcurrir íntegramente dicho lapso a los efectos del ejercicio de los
recursos a que hubiere lugar, salvo casos excepcionales, que por la complejidad
del asunto o por caso fortuito o fuerza mayor, se podrá diferir, por una sola
vez, la oportunidad para dictar sentencia, por un lapso que no excederá de
cinco (5) días hábiles, caso en el cual el tribunal superior deberá determinar,
por auto expreso, para cuándo fue diferido el acto para sentenciar a los fines
de la comparecencia “obligatoria del apelante”.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 345

En cuanto al problema práctico que suscita la “reproducción inmediata” de


la sentencia oral, la Sala considera oportuno hacer las siguientes apreciaciones:
Conforme a las normas de los artículos 131 y 151 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, cuando las decisiones de los jueces de sustanciación, mediación
y ejecución y los jueces de juicio se producen bajo el supuesto de admisión de
los hechos por incomparecencia del demandado a la audiencia preliminar o a
la audiencia de juicio, no gozan ellos del lapso de cinco (5) días para publicar
el “fallo completo”, como sí lo tiene el sentenciador de fondo según lo
establecido por los artículos 159 y 165 eiusdem.
Con vista en ello, la Sala considera oportuno establecer cuál será el lapso
para publicar o “reproducir” el contenido de la sentencia que contiene la
audiencia oral, dado que en múltiples casos, aunque haya admisión de hechos
por la incomparecencia del demandado bien sea en la oportunidad de
celebración de la audiencia preliminar o en la audiencia de juicio, los tribunales,
en la práctica, se han visto limitados, entre otras cuestiones, por el tiempo
invertido en la realización de varias audiencias en un mismo día, lo que implica
una seria reducción del tiempo necesario para publicar una sentencia que,
aunque sin formalismos, debe cumplir con los principios fundamentales
establecidos en la Ley, pues los jueces están obligados a revisar si la petición
no es contraria a derecho y decidir conforme a las normas legales y
constitucionales y con apego a la doctrina de esta Sala, de manera que el fallo
permita el control de su legalidad.
Por analogía y en interpretación de las citadas disposiciones legales, la Sala
establece que los tribunales de instancia podrán en la oportunidad de
“reproducir” el fallo que de manera oral e inmediata hubieren dictado en los
supuestos de incomparencia, publicar la sentencia dentro de los cinco (5) días
hábiles siguientes a la audiencia oral, en un texto que reúna los requisitos
formales y sustanciales de la sentencia y que permita ­se insiste­el control de
la legalidad de la misma, pudiendo también acogerse, excepcionalmente, a la
previsión sobre el diferimiento contemplado en los artículos 158 y 165 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, caso en el cual deberá dejar expresa
constancia de esa circunstancia, a fin de que las partes puedan, dentro de la
oportunidad procesal, interponer los recursos a que hubiere lugar.
346 JUAN RAFAEL PERDOMO

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina de la Sala Constitucional no citada en la antes sentencia
referida, que establece la posibilidad de diferimiento de la decisión. Oportunidad
para ejercer el recurso de apelación. (Sentencia N° 771 de 6 de mayo de
2005, expediente N° 04­2969. Ponencia del Magistrado Francisco Antonio
Carrasquero López. Acción de Amparo Constitucional. Caso: Stalin Yépez
García, Presidente de la “Caja de Ahorros del Poder Judicial”, antes
denominada “Caja de Ahorros de Funcionarios, Empleados y Obreros del
Consejo de la Judicatura y Poder Judicial”). Analiza el criterio establecido
por la Sala de Casación Social en sentencia N° 1300 de 15 de octubre de
2004 y lo amplía.
CAPÍTULO XXI
PROTECCIÓN LABORAL

1. CONVENCIONES COLECTIVAS DE TRABAJO. NORMAS


APLICABLES A DICHAS CONVENCIONES CUANDO
INVOLUCREN A GOBERNACIONES Y CUANDO LAS
EROGACIONES CAUSADAS POR EL CONTRATO
COLECTIVO NO ESTÁN PREVISTAS EN EL PRESUPUESTO
VIGENTE

Recurso de Interpretación
Partes: Liborio Guarulla
Sentencia: N° 194 de 26­07­01. Exp­01­337
Motivo: Recurso de interpretación sobre un contrato
colectivo de trabajo celebrado por el Gobernador
saliente, con las organizaciones sindicales que
representan a los educadores del Estado Amazonas
Normas citadas: CRBV: artículo 266 ordinal 6°, LOCSJ: artículo 194;
LOT: artículo 527; RLOT: artículos 182 al 192
Establece el ordinal 6º del artículo 266 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela la atribución del Tribunal Supremo de Justicia, para:
“Conocer de los recursos de interpretación sobre el contenido y alcance
de los textos legales, en los términos contemplados en la ley”.
Los términos contemplados en la ley no son otros que los establecidos en la
Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, todavía vigente en todo cuanto
348 JUAN RAFAEL PERDOMO

no colida con el texto constitucional. Dicha ley establece en su artículo 194 la


atribución de la Sala Plena de interpretar su sentido:
“La Corte, en Pleno, de oficio o a solicitud del Fiscal General de la
República, podrá resolver mediante acuerdo, las dudas que puedan
presentarse en casos concretos en cuanto a la inteligencia, al alcance
y aplicación de la presente Ley, siempre y cuando al hacerlo no adelante
opinión acerca de la materia debatida en el caso consultado”.
Para la jurisprudencia de la Sala Político Administrativa de la antigua Corte
Suprema de Justicia, esta norma, a pesar de referirse específicamente a la
interpretación de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, debe
servir de pauta para entender las características del recurso de interpretación.
En tal sentido, se expresó en sentencia de fecha 27 de septiembre de 1984:
“Allí está perfectamente precisado que su labor tiene que estar
exclusivamente limitada a resolver “las dudas que puedan presentarse
en casos concretos en cuanto a la inteligencia, al alcance y aplicación
de la Ley”. En modo alguno le está permitido adelantar opinión sobre la
cuestión discutida.
Diversas conclusiones se derivan entonces de esta norma esclarecedora
de su función interpretativa:
a) Que la conexión con un caso concreto tiene un doble propósito.
Por una parte, legitimar al recurrente, y por la otra, permitir a su vez
a la Corte apreciar objetivamente la existencia de la duda que se
alega como fundamento del recurso.
b) Que no se trata de una acción de condena, ni siquiera de una mera
declarativa, y por tanto, ningún pronunciamiento podría hacer la
Corte sobre el caso concreto.
c) Que su decisión se producirá como una opinión en abstracto sobre
la interpretación, como la que podría expresar cualquier doctrinario
del derecho, con la sola diferencia de la autoridad que le imprime el
órgano judicial de que emana y el respaldo de la norma legal
habilitante”.
Al respecto, es necesario precisar que la decisión que recae sobre un recurso
de interpretación no puede ser una sentencia mero declarativa sobre la
situación jurídica controvertida, no obstante que se trate ­tal como lo estableció
la Sala Constitucional en decisión citada por el recurrente­ de un fallo de
mera declaración de la correcta interpretación de la ley.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 349

Ahora bien, el petitorio del solicitante incluye cuestiones concretas, pero


involucra la interpretación de normas legales en cuyo correcto entendimiento
está interesado el orden público. Las reglas aplicables son las siguientes:
Ley Orgánica del Trabajo:
“Artículo 527.­ Cuando en virtud de una convención colectiva se llegue
a acuerdos que envuelvan erogaciones del sector público no previstas
en el presupuesto vigente, se entenderá que los incrementos acordados
se harán efectivos en el próximo ejercicio fiscal, a menos que se asegure
la disponibilidad de los fondos requeridos para su cumplimiento
inmediato.
La convención colectiva que envuelva erogaciones que afecten a otros
ejercicios presupuestarios además del vigente, deberá ser aprobada
por el Consejo de Ministros”.
Reglamento Ley Orgánica del Trabajo:
“Artículo 182.­ Ámbito de aplicación. Se someterá al régimen previsto
en la pre­sente Sección, la negociación colectiva en el ámbito de la
Administración Pública Nacional Centralizada y de los institutos
autónomos, fundaciones, asociaciones y empresas del Estado.
Las negociaciones colectivas que involucren a Gobernaciones o
Alcaldías, o a sus entes descentralizados, se someterán al régimen
previsto en la presente Sección, en cuanto fuere compatible y en los
términos previstos en el artículo 191 de este Reglamento.
Artículo 183.­ Criterios técnicos y financieros para la negociación. El
Presidente de la República, en Consejo de Ministros, establecerá los
criterios técnicos y financieros que deberán atender quienes
representen en las negociaciones colectivas a los entes indicados en
el artículo que antecede.
Parágrafo Único.­ Los acuerdos que se celebren en el sector público,
con ocasión de procesos conflictivos, se someterán igualmente a las
normas de la presente Sección destinadas a garantizar que las
obligaciones que se pretendan asumir no excedan los límites técnicos
y financieros establecidos por el Ejecutivo Nacional.
Artículo 184.­ Presentación del proyecto de convención colectiva. La
organización sindical o el colegio profesional que pretenda negociar y
celebrar una convención colectiva de trabajo en el sector público,
presentará por ante el Inspector del Trabajo competente el respectivo
proyecto de convención.
350 JUAN RAFAEL PERDOMO

Artículo 185.­ Remisión del proyecto. Recibido el proyecto de


convención colectiva, el Inspector del Trabajo remitirá copia del mismo
al ente empleador y le solicitará la remisión del estudio económico
comparativo, en un lapso de treinta (30) días, con base en las normas
fijadas por la Oficina Central de Coordinación y Planificación de la
Presidencia de la República, que evidencie los costos de las condiciones
de trabajo vigentes y de las previstas en el referido proyecto.
La Oficina Central de Coordinación y Planificación de la Presidencia de
la República rendirá el informe preceptivo en un plazo de treinta (30)
días contados desde la fecha de recibo del estudio económico
comparativo.
Artículo 186.­ Comisión negociadora. El Inspector del Trabajo solicitará
al ente empleador y a la organización sindical o al colegio profesional,
según fuere el caso, la designación de sus representantes, que no
excederán de siete (7) por cada parte.
Las negociaciones serán presididas por el Inspector del Trabajo y en
ellas participará un representante de la Procuraduría General de la
República. En todo caso, se remitirán a este organismo para su estudio,
las actas donde consten las negociaciones.
Artículo 187.­ Duración de las negociaciones. Una vez que le fuere
remitido el informe económico a que se refiere el artículo 185 del presente
Reglamento, el Inspector del Trabajo fijará la oportunidad para el inicio
de las negociaciones, que no excederán de ciento ochenta (180) días,
sin perjuicio de la facultad que le asiste de prorrogar dicho lapso hasta
por noventa (90) días.
Artículo 188.­ Celebración de la convención colectiva. El ente empleador
no podrá suscribir la convención colectiva hasta disponer del informe
emitido por la Oficina Central de Coordinación y Planificación de la
Presidencia de la República, donde conste que el compromiso que se
pretende asumir no excede los límites técnicos y financieros
establecidos por el Ejecutivo Nacional.
En caso de que la Oficina Central de Coordinación y Planificación de la
Presidencia de la República determine que el compromiso excede los
referidos límites, deberá pronunciarse sobre los ajustes necesarios y
devolver el texto del acuerdo al Inspector del Trabajo, a fin de que el
ente empleador negocie los ajustes de conformidad con lo observado.
Artículo 189.­ Responsabilidad de los representantes del ente empleador.
El incumplimiento, tanto de las instrucciones técnicas y financieras
que establezca el Ejecutivo Nacional como de las presentes
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 351

disposiciones, por parte de los representantes de los entes del sector


público involucrados, dará lugar al establecimiento de su
responsabilidad de conformidad con la Ley Orgánica de Salvaguarda
del Patrimonio Público, sin perjuicio de las responsabilidades
administrativas, penales y civiles a que hubiere lugar.
Artículo 190.­ Intangibilidad de la convención colectiva. No podrán
acordarse mo­dificaciones a las convenciones colectivas de trabajo en
vigencia, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 525 de la Ley
Orgánica del Trabajo (190).
Artículo 191.­ Negociación a nivel regional y local. En el ámbito de las
negociaciones colectivas que involucren a Gobernaciones y Alcaldías,
o a sus entes descentralizados, se observará lo siguiente:
a) Los criterios técnicos y financieras para la negociación serán fijados
por el Gobernador o el Alcalde, según fuere el caso;
b) Los estudios que correspondan a la Oficina Central de Coordinación
y Planificación de la Presidencia de la República, serán elaborados por
la unidad a la que corresponda ejercer funciones análogas en el ámbito
de la respectiva Gobernación o Alcaldía; y
c) Los intereses de la Gobernación o la Alcaldía, serán representados
por el Procurador del Estado o el Síndico Procurador, según fuere el
caso.
Artículo 192.­ Régimen supletorio. En cuanto no fuere incompatible
con lo dispuesto en la presente Sección, la negociación de
convenciones colectivas de trabajo en el sector público, así como el
régimen de éstas, se someterá a lo dispuesto en los Capítulos IV y V del
Título VII de la Ley Orgánica del Trabajo y en el presente Reglamento
(192).
Las negociaciones colectivas no destinadas a la celebración de
convenciones colectivas de trabajo, se regirán por las disposiciones
de esta sección, en cuanto resulten aplicables”.
El artículo 182 del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, de acuerdo
con el cual las negociaciones colectivas que involucren a Gobernaciones, se
someterán al régimen previsto para los órganos del Poder Nacional, en cuanto
fuere compatible y en los términos previstos en el artículo 191 de ese
Reglamento.
De acuerdo con dicho artículo 191, los criterios técnicos y financieros para la
negociación serán fijados por el Gobernador; los estudios que correspondan a
352 JUAN RAFAEL PERDOMO

la Oficina Central de Coordinación y Planificación de la Presidencia de la


República, serán elaborados por la unidad a la que corresponda ejercer
funciones análogas en el ámbito de la respectiva Gobernación; y los intereses
de la Gobernación serán representados por el Procurador del Estado.
El procedimiento comienza con la presentación por la organización sindical
del proyecto de convención colectiva, ante el Inspector del Trabajo competente,
quien remitirá copia a la Gobernación y solicitará la remisión del estudio
económico comparativo, con base en las normas fijadas por la Unidad de
Coordinación y Planificación de la Gobernación, que evidencie los costos de
las condiciones de trabajo establecidas y de las previstas en el proyecto.
El Inspector del trabajo solicitará a la Gobernación y a la organización sindical
la designación de sus representantes, quienes discutirán el convenio en
negociaciones presididas por el Inspector del Trabajo, y en ellas participará
un representante de la Procuraduría General del Estado, organismo al cual se
remitirán, en todo caso, las actas donde consten las negociaciones.
Una vez recibido el informe económico, el Inspector del Trabajo fijará la
oportunidad para el inicio de las negociaciones que no excederán de 180 días,
prorrogables por otros 90 días.
La Gobernación no podrá suscribir la convención colectiva hasta disponer del
informe emitido por la Unidad de Coordinación y Planificación de la
Gobernación, donde conste que el compromiso que se pretende asumir no
excede los límites técnicos y financieros establecidos por la Gobernación del
Estado. De exceder el proyecto esos límites, la Unidad en cuestión deberá
pronunciarse sobre los ajustes necesarios y devolver el proyecto al Inspector
del Trabajo, a fin de que la Gobernación negocie los ajustes, conforme a las
observaciones realizadas.
El incumplimiento de esta normativa dará lugar a la responsabilidad de los
funcionarios involucrados, de conformidad con la Ley Orgánica de Salvaguarda
del Patrimonio Público, que regula las responsabilidades administrativas, penales
y civiles en que puedan incurrir dichos funcionarios.
Por último, de acuerdo con el transcrito artículo 527 de la Ley Orgánica del
Trabajo, cuando las erogaciones causadas por el contrato no estén previstas
en el presupuesto vigente, se entenderá que los incrementos acordados se
harán efectivos en el próximo ejercicio fiscal, a menos que se asegure la
disponibilidad de los fondos requeridos para su cumplimiento inmediato, lo
cual podrá obtenerse mediante un crédito adicional al presupuesto.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 353

Ahora bien, la convención colectiva que envuelva erogaciones que afecten a


otros ejercicios presupuestarios además del vigente, deberá ser aprobada por
el Consejo de Ministros, pues los ingresos propios de las gobernaciones de
ordinario no serán suficientes para cubrir el costo de la contratación.
La respuesta a la mayoría de preguntas contenidas en el petitorio surge
directamente de las normas antes transcritas y comentadas, pues de ellas se
desprende que el Inspector del Trabajo, para dar inicio a las negociaciones y
luego para homologar la convención colectiva; y los funcionarios involucrados,
para contratar, deben contar con el informe del órgano que haga las veces de
Unidad de Coordinación y Planificación de la Gobernación donde conste que
el compromiso que se pretende asumir no excede los límites técnicos y
financieros establecidos por la Gobernación del Estado.
La situación respecto a la disponibilidad presupuestaria es diferente, pues de
no estar disponibles los fondos en el presupuesto que se esté ejecutando,
existen dos alternativas: puede tramitarse un crédito adicional o diferirse la
aplicación de las cláusulas económicas para el siguiente año fiscal.
Resulta obvio que no puede una Gobernación motu proprio crear
compromisos para el Gobierno Nacional o para las Municipalidades del Estado,
por el contrario, dada la dependencia financiera de estos entes, para
comprometerse a la futura ejecución del contrato colectivo deberá contar
con la aprobación del Consejo de Ministros, para la futura provisión de fondos
que no provengan de ingresos propios.
La última de las preguntas formuladas sólo puede responderse previo estudio
del caso concreto, pues nada obsta para que un dirigente sindical acceda
luego a un cargo en el cual represente a un ente público en una negociación
colectiva.
Estos pronunciamientos los hace la Sala para garantizar la tutela judicial efectiva
al margen de todo formalismo, pero el recurso de interpretación, como tal,
sólo recae sobre las normas cuyo alcance y correcto entendimiento estableció
la Sala en esta decisión.
354 JUAN RAFAEL PERDOMO

2. CONVENCIÓN COLECTIVA DE TRABAJO. ¿HECHOS O


DERECHO? CAMBIO DE DOCTRINA

Recurso de Casación
Partes: Ángel Luis Puerta Pinto contra el Ejecutivo del
Estado Guárico
Sentencia: Nº 4 de 23­01­03. Exp. 02­139
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
(Ver antecedentes jurisprudenciales expuestos al
final, no citados en el texto)
Normas citadas: LOT: artículo 60 literal “a”; CC: artículo 2
(...) es un principio general de la prueba judicial que el derecho no es objeto
de prueba, pues se encuentra comprendido dentro de la presunción legal iuris
et de iure establecida en el artículo 2º del Código Civil, según la cual: “La
ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento”, con fundamento en la
cual el derecho se presume conocido, sobre todo por el juez, lo que está
consagrado como el principio iura novit curia, el juez conoce el derecho, y
por tanto, las partes no tienen la carga de probarlo, ni el juez el deber de
examinar las pruebas que las partes hayan producido para la comprobación
de su existencia, porque el deber de analizar y juzgar todas cuantas pruebas
se hayan producido en juicio, en conformidad con lo dispuesto en el artículo
509 del Código de Procedimiento Civil, se refiere a las pruebas de los hechos
no del derecho.
No obstante ello, las partes pueden coadyuvar al juez en la demostración de
la existencia del derecho, cada vez que lo consideren conveniente cuando
han alegado la aplicación de una norma jurídica y sobre todo en supuestos
particulares como: el derecho cuya existencia es discutida o controvertida, el
derecho local: una ordenanza o ley estadal, el extranjero, la costumbre, entre
otros, salvo disposiciones expresas de ley que exijan su prueba. En todos
estos casos, salvo exigencia legal, la prueba promovida no es ya para que el
juez la examine y determine la existencia o no de la norma sino para que
decida sobre su aplicación o no al caso concreto.
Además por el principio iura novit curia, el juez conoce el derecho, antes
mencionado, basta que las partes aleguen el fundamento de hecho de su
pretensión para que el juez seleccione libremente la apropiada regla de derecho,
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 355

aun si las partes lo ignoran y la aplique a la solución del caso concreto, para lo
cual no tiene limitación alguna y para ello puede valerse de todos los medios
de los cuales disponga.
(...) de nuevo se refiere el recurrente a la convención colectiva como si se
tratara de una prueba silenciada, ahora denunciada como error de juzgamiento,
lo cual es errado –como ya quedó asentado en el capítulo anterior­ porque la
convención colectiva no es un medio de prueba sino una fuente del derecho
laboral, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 60 literal a) de la Ley
Orgánica del Trabajo, tal como lo tiene asentado la jurisprudencia pacífica y
reiterada de este alto Tribunal.

Antecedentes jurisprudenciales:
Véase doctrina anteriormente establecida por la Sala de Casación Social y la
Sala Constitucional, no citada en la decisión referida:
a) La convención colectiva, concepto. Prevalece sobre otra norma o
contrato cuando beneficie a los trabajadores.
b) (Sentencia N° 2361 de 3 de octubre de 2002, expediente N° 2002­025.
Ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero. Caso:
Municipio Iribarren del Estado Lara contra actuaciones emanadas del
Juez Primero de Primera Instancia del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Estado Lara. Acción de amparo constitucional)
356 JUAN RAFAEL PERDOMO

3. CONVENCIÓN COLECTIVA DE TRABAJO COMO


DERECHO

Recurso de Casación
Partes: Mercedes Benguigui Bergel contra las empresas
Banco Mercantil, C.A., S.A.C.A. y Arrendadora
Mercantil C.A.
Sentencia: Nº 535 de 18­09­03. Exp. 02­568 (Voto
concurrente)
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Criterio establecido en sentencia N° 4 de 23 de
enero de 2003 (caso: Ángel Luis Puerta Pinto contra
el Ejecutivo del Estado Guárico)
Normas citadas: CPC: artículos 12, 313 ordinal 2° y 506; CC:
artículos 2, 1.277, 1.354 y 1.737; LOT: artículos
507 y 521
(…) visto que la condición jurídica de la convención colectiva ha dado lugar a
diferentes interpretaciones tanto en los tribunales de instancia como en este
Tribunal Supremo, otorgándosele en ocasiones un carácter que lo asimila a un
acto normativo del Estado y como tal de conocimiento y aplicación por el
juzgador sin necesidad de su incorporación por las partes a los autos (Vid.
Sentencia de esta Sala de 23 de enero de 2003, caso Ángel Luis Puerta
Pinto contra el Ejecutivo del Estado Guárico, Nº 4), y en otras
considerándolo como instrumento público que debe traerse al expediente,
incluso hasta en los últimos informes (Vid. Sentencia de esta Sala de 26 de
junio de 2001, caso Rómulo Enrique Funes Tuárez contra Ingeniería y
Servicios Técnicos Newsca, S.A., Nº 156; y, Sentencia de esta Sala de
19 de septiembre de 2001, caso Robert Camerón Reagor contra
Compañía Occidental de Hidrocarburos, Inc. o Compañía Occidental
de Hidrocarburos (OXY), Nº 223), la Sala considera oportuno ratificar el
carácter normativo asentado en la sentencia de esta Sala de 23 de enero
de 2003 y abandonar expresamente la doctrina de la Sala vigente hasta
este cambio de criterio.
La convención colectiva de trabajo es celebrada entre uno o varios sindicatos
de trabajadores y patronos, con la finalidad de mejorar las condiciones de
prestación del servicio, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 507 de
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 357

la Ley Orgánica del Trabajo. En su tramitación el proyecto de convención


colectiva se presenta ante la Inspectoría del Trabajo, quien ordena la
tramitación de la misma y el inicio de las negociaciones y una vez aprobada la
convención colectiva se suscribe y deposita ante la Inspectoría del Trabajo,
que puede realizar las observaciones y recomendaciones que estime
convenientes, luego de lo cual surte plenos efectos jurídicos, en conformidad
con lo establecido en el artículo 521 eiusdem.
Es por esto que si bien es cierto que la convención colectiva tiene su origen
en un acuerdo de voluntades, también es cierto que una vez alcanzado el
mismo debe necesariamente suscribirse y depositarse ante un órgano con
competencia pública, concretamente ante el Inspector del Trabajo, quien no
sólo puede formular las observaciones y recomendaciones que considere
menester, sino que debe suscribir y depositar la convención colectiva sin lo
cual ésta no surte efecto legal alguno. Estos especiales requisitos en su
formación, incluyendo la suscripción y el depósito, con la intervención de un
funcionario público, le da a la convención colectiva de trabajo un carácter
jurídico distinto al resto de los contratos y permite asimilarla a un acto normativo
que ­se insiste­ debido a los requisitos que deben confluir para su formación y
vigencia, debe considerarse derecho y no simples hechos sujetos a las reglas
generales de la carga de alegación y prueba que rigen para el resto de los
hechos aducidos por las partes en juicio.
Desde luego que este carácter jurídico, el de derecho, tiene desde la perspectiva
procesal una gran importancia porque permite incluir a la convención colectiva
de trabajo dentro del principio general de la prueba judicial según el cual el
derecho no es objeto de prueba, pues se encuentra comprendido dentro de la
presunción legal iuris et de iure establecida en el artículo 2º del Código Civil,
según la cual: “La ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento”,
con fundamento en la cual el derecho se presume conocido, sobre todo por el
juez, lo que está consagrado como el principio iura novit curia, el juez conoce
el derecho, y por tanto, las partes no tienen la carga de alegarlo ni probarlo, ni
el juez el deber de examinar las pruebas que las partes hayan producido para
la comprobación de su existencia, porque el deber de analizar y juzgar todas
cuantas pruebas se hayan producido en juicio, en conformidad con lo dispuesto
en el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, se refiere a las pruebas
de los hechos no del derecho (Vid. Sentencia Nº 4 de esta Sala de 23 de
enero de 2003).
Además es importante destacar que si bien es cierto que en principio las
partes no tienen la carga de alegar y probar la existencia de la convención
358 JUAN RAFAEL PERDOMO

colectiva, si pueden coadyuvar al juez en la demostración de la existencia de


ésta, pero no porque tengan la carga de alegar y probar su existencia, sino
porque resulta favorable a sus intereses y a la justa resolución de la
controversia, prestar su concurso para facilitarle al juez el conocimiento de la
convención colectiva aplicable al caso concreto, a lo cual agrega la Sala ahora,
bastará con que la parte, aun sin tener la carga, alegue la existencia de la
convención para que el juez pueda, en cualquier estado y grado del proceso,
valiéndose de todos los medios a su alcance, conseguir dentro o fuera de
juicio la convención colectiva aplicable, pues siendo derecho ­se insiste­ desde
luego que no está sujeta a los limites preclusivos que para la presentación de
alegatos y pruebas establece la ley a las partes en juicio.
Por último es menester aclarar que aunque la ley laboral incluya a las
convenciones colectivas dentro de las fuentes del derecho del trabajo, en
conformidad con lo dispuesto en el artículo 60 literal a) de la Ley Orgánica
del Trabajo, no son iguales, porque la fuente es de donde emana el derecho y
la convención colectiva es el derecho mismo y ello es precisamente, lo que
dispensa a las partes de la carga de demostrarla, porque el juez puede de
manera fácil y sencilla, dentro o fuera de juicio, comprobar su existencia,
pues esta se encuentra suscrita y depositada ante la Inspectoría del Trabajo,
lo que no ocurre con el contrato individual de trabajo o con otras de las “fuentes
del derecho laboral” indicadas en el artículo 60 de Ley Orgánica del Trabajo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 359

4. FALSA APLICACIÓN DE UNA CLÁUSULA DE LA


CONVENCIÓN COLECTIVA

Recurso de Casación
Partes: Enrique Emilio Álvarez Centeno contra las
sociedades mercantiles Abbott Laboratories y
Abbott Laboratories C.A.
Sentencia: Nº 1633 de 14­12­04. Exp. 04­1213
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos laborales
Reitera: Criterio establecido en sentencia Nº 535 de 18 de
septiembre de 2003 (caso: Mercedes Benguigui
Bergel contra las empresas Banco Mercantil, C.A.,
S.A.C.A. y Arrendadora Mercantil C.A.)
Normas citadas: CPC: artículos 12, 313 ordinal 2°, 506; CC: artículos
2, 1.277, 1.354 y 1.737; LOT: artículos 507 y 521
Respecto al carácter jurídico de las convenciones colectivas, la Sala aclaró en
sentencia Nº 535 de 2003, que si bien es cierto que la convención colectiva
tiene su origen en un acuerdo de voluntades, también es cierto que una vez
alcanzado el mismo debe necesariamente suscribirse y depositarse ante un
órgano con competencia pública, concretamente ante el Inspector del Trabajo,
quien no sólo puede formular las observaciones y recomendaciones que considere
menester, sino que debe suscribir y depositar la convención colectiva sin lo cual
ésta no surte efecto legal alguno. Estos especiales requisitos, le dan a la
convención colectiva de trabajo un carácter jurídico distinto al resto de los
contratos y permite asimilarla a un acto normativo que debido a los requisitos
que deben confluir para su formación y vigencia, debe considerarse derecho y
no simples hechos sujetos a las reglas generales de la carga de alegación y
prueba que rigen para el resto de los hechos aducidos por las partes en juicio.
La Convención Colectiva en su Cláusula 2° SUJETOS establece: “Esta
Convención Colectiva obliga y beneficia: ...3. POR PARTE DE LOS
TRABAJADORES: A. A las personas naturales que presten sus servicios
personales para alguna de las Empresas indicadas en el numeral 1° de esta
Cláusula, con las siguientes excepciones: ...c) A la persona que ocupe o
desempeñe un cargo de dirección o de confianza, a cuyos efectos, se tendrá
360 JUAN RAFAEL PERDOMO

en cuenta la naturaleza real de las atribuciones y responsabilidades inherentes


al cargo y no el nombre con el que éste sea designado”.
En el caso concreto la recurrida establece, a partir del examen de las pruebas,
que el actor se desempeñaba como gerente general y como tal representaba
a la empresa y actuaba en su nombre, razón por la cual concluye que su
cargo y labores corresponden a un empleado de dirección.
En consecuencia, la recurrida al determinar que el actor es un empleado de
dirección debió aplicar la Cláusula 2° de la Convención Colectiva vigente
parcialmente trascrita y declarar que no es beneficiario de los derechos
acordados en la Convención Colectiva ajenos a aquellos incluidos en su contrato
individual.
Al dejar de aplicar la citada Cláusula 2°, la recurrida incurrió en falsa aplicación
de la Cláusula 63 de la Convención Colectiva referida al pago doble de las
prestaciones cuando el trabajador renuncia, por no percatarse que el actor está
excluido de los beneficios de la Convención y adicionalmente, porque el trabajador
no renunció, lo cual es el supuesto de hecho para adquirir este derecho.

5. MATERNIDAD

Recurso de Casación
Partes: María José Meneses Agostini de Matute contra el
Colegio Amanecer, C.A.
Sentencia: Nº 116 de 17­02­04. Exp. 03­829
Motivo: Cobro de prestaciones sociales, daño moral y lucro
cesante
(Ver referencias jurisprudenciales establecida por
la Sala Político Administrativa, expuestas al final,
no citadas en el texto)
Normas citadas: LOT: artículo 384; CRBV: artículo 93; CC: artículo
1.196
En conformidad con lo dispuesto en el artículo 93 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, la ley garantizará la estabilidad en el
trabajo y dispondrá lo conducente para limitar toda forma de despido no
justificado.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 361

El artículo 384 de la Ley Orgánica del Trabajo establece: “La mujer trabajadora
en estado de gravidez gozará de inamovilidad durante el embarazo y hasta un
(1) año después del parto. Cuando incurra en alguna de las causas establecidas
en el artículo 102 de este Ley, para su despido será necesaria la calificación
previa del Inspector del Trabajo mediante el procedimiento establecido en el
Capítulo II del Título VII (...)”.
En este caso, habiendo dado a luz la trabajadora en el mes de abril de 2000,
gozaba de inamovilidad laboral para el momento del despido de conformidad
con el artículo parcialmente trascrito, razón por la cual el despido fue
injustificado, tal como fue declarado por la providencia Nº 103 emanada de
la Inspectoría del Trabajo del Estado Lara, y el patrono deberá pagar los
salarios dejados de percibir durante el procedimiento y las indemnizaciones
adicionales contempladas en el artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo.
Así se declara.
Dado que el patrono no logró demostrar el reenganche ni el desistimiento de
este derecho por parte de la actora, ni tampoco demostró el pago del salario
correspondiente al mes de julio, se considera que éste deberá pagar los salarios
dejados de percibir correspondientes al mes de julio de 2000, hasta la fecha
de interposición de la demanda, es decir, hasta el 22 de enero de 2001. Así se
declara.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina de la Sala Político Administrativa, no citadas en el texto, que
establece:
a) La competencia para conocer de la demanda de despido por inamovilidad
de una trabajadora embarazada corresponde al Inspector del Trabajo
respectivo. Juicio de calificación de despido, reenganche y pago de
salarios caídos. Consulta de Jurisdicción. (Sentencia N° 1171 de 23 de
mayo de 2000, expediente N° 0317. Ponencia del Magistrado Carlos
Escarrá Malavé. (Caso: María Alejandra Soto Sánchez contra la Unidad
Educativa “Los Castores”)
b) Procedimiento a seguir cuando el trabajador despedido goza de
inamovilidad o fuero especial. Artículos 384, 449 al 458 de la Ley
Orgánica del Trabajo. (Sentencia N° 2143 de 14 de noviembre de 2000,
expediente N° 0990. Ponencia del Magistrado José Rafael Tinoco. (Caso:
Ennis Teresita Ferrer Escandela contra la Unidad Educativa Ali Primera)
CAPÍTULO XXII
PRUEBAS

1. REQUISITOS DE VALIDEZ PARA SU PROMOCIÓN

Recurso de Casación
Partes: Mercedes Benguigui Bergel contra las empresas
Banco Mercantil C.A., S.A.C.A. y Arrendadora
Mercantil C.A.
Sentencia: Nº 535 de 18­09­03. Exp. 02­568
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículos 32, 313 ordinal 2°, 397 y 398; CC:
1.277, 1.354 y 1.737
(…) Se denuncia la casación prevista en el ordinal 2° del artículo 313 del
Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el 32 eiusdem, por haber
infringido la recurrida el artículo 397 del mismo Código.
Con referencia a doctrina de la Sala de Casación Civil de este Tribunal
Supremo, sostenida en sentencia N° 363 de fecha 16 de noviembre de 2001,
así como recogida en fallo de la Sala Plena del mismo Tribunal de fecha 08 de
junio de 2001, los formalizantes argumentan del modo siguiente:
“Apoyados en tal doctrina, acusamos la ilegalidad de algunas pruebas
promovidas por la parte actora y valorada por la recurrida sin reparar
en dicha ilegalidad, a saber: los Contratos Colectivos de Trabajo del
Banco Mercantil correspondientes a los años 1983­85; 1986­88; 1989­
91 y 1992­94, 1995­1997, producidos en copia simple por la accionante
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 363

junto con su escrito de promoción de pruebas marcados con las letras


“C”, “D”, “E”, “F” y “G”.
En efecto, consta del escrito mediante el cual la parte actora promovió
pruebas, que en el capítulo II, numeral “segundo”, produjo
documentales marcadas “C”, “D”, “E”, “F” y “G”, constitutivas de
copias simples de los Contratos Colectivos de Trabajo del Banco
Mercantil correspondientes a los años 1983­85; 1986­88; 1989­91, 1992­
94 y 1995­1997, sin que fuera indicado el objeto de la promoción de
cada una de esas documentales en juicio, es decir, los hechos concretos
contenidos en las mismas que pretendían probarse con su producción
en autos.
Cabe advertir que la parte actora, al promover las referidas pruebas
documentales, no expresó cuál era la finalidad de las mismas, lo cual
incumplió con el requisito que exige el artículo 397 del Código de
Procedimiento Civil, en cuanto a la indicación individualizada de los
hechos que, con cada prueba, se pretende aportar al proceso. En efecto,
dicho artículo exige a las partes promovente expresar: “...alguno o
algunos de los hechos que trata de probar ... determinándolos con
claridad...”, de modo de que pueda surgir para la contraparte la
oportunidad de expresar si conviene o no en alguno o algunos de esos
hechos que trata de probar la contraparte.
A pesar de la legalidad que infectó a la promoción de dichas pruebas
documentales, la recurrida, las valoró es decir, no reparó en la ilegalidad
habida en la promoción de las mismas, en franco desconocimiento del
requisito exigido en el artículo 397 del Código de Procedimiento Civil”.
La Sala observa:
No comparte esa doctrina esta Sala de Casación Social, porque interpreta
que en ninguna parte se establece la indicación del objeto de la prueba como
requisito de validez de su promoción, y que el artículo 398 del Código de
Procedimiento Civil, sólo autoriza a inadmitir las pruebas que aparezcan
manifiestamente ilegales o impertinentes, lo cual no es cosa que pueda
considerarse derivada de la circunstancia de no indicarse en la promoción el
objeto de las mismas. Por lo demás, los hechos a que pueden referirse y
sobre los que pueden tener beligerancia las pruebas, quedan delimitados en el
libelo y la contestación, quedando para la sentencia definitiva el análisis y
apreciación integral de las mismas y de su congruencia con el planteamiento
del debate, en lo cual no estará el juzgador obligado por lo que el promovente
pueda señalar que es el objeto respectivo; a lo que cabe añadir que en la casi
totalidad de los casos el propio medio probatorio revelará claramente su objeto.
364 JUAN RAFAEL PERDOMO

2. PRESUNCIONES

Recurso de Casación
Partes: Toni Lino Di Bonaventura Di Teodoro
Sentencia: N° 94 de 03­05­00. Exp. 99­296
Motivo: Impugnación de reconocimiento
Norma citada: CPC: artículo 505
Cuando la evacuación de la prueba depende de la voluntad de la persona
sobre quien deba practicarse, no siendo posible forzarla al efecto, el Juez
está autorizado por la norma del artículo 505 del Código de Procedimiento
Civil, en caso de negativa de la misma a la evacuación, para sacar las
presunciones que su prudente arbitrio le aconseje. Ello quiere decir que
conforme a las circunstancias que rodeen la realización de la prueba y
que puedan llevar a considerar no justificada la negativa, el Juez presumirá
que el objetivo perseguido con la misma ha quedado demostrado, porque,
aún cuando no ha querido el legislador dar carácter definitivo o
determinante a esa presunción, no hay duda que a ello se propende como
finalidad del dispositivo citado, el cual de otra manera carecería de sentido
o efecto real.

3. LAS MÁXIMAS DE EXPERIENCIA NO SON PRUEBAS

Recurso de Casación
Partes: Ana Mercedes Celis de Guerrero contra la empresa
Impresiones Unipren C.A.
Sentencia: N° 249 de 18­10­01. Exp. 01­219
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículos 12 y 313 ordinal 2°
Las máximas de experiencia no son pruebas que en el sentido tradicional
puedan considerarse o analizarse como existentes o no en los autos ni,
por tanto, como subsumibles en la hipótesis de falsa suposición alegada,
esto es, cuando el Juez da por demostrado un hecho con base en declarar
también la presencia en el expediente de una prueba inexistente en realidad
en él.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 365

Son inferencias del juzgador aunque no de su libre arbitrio, pues deben


corresponder a lo que se deriva lógicamente de la experiencia común, como
dispone el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, que le permiten
establecer determinados hechos, aunque en el expediente como tal no haya
alguna prueba particular al respecto.
El error en su apreciación es, pues, un problema más bien relacionado con el
establecimiento de los hechos, contemplado expresamente como último
supuesto de violación de ley en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil; no es un problema de falsa suposición, como se ha
planteado, por lo cual, resulta improcedente la presente denuncia, y así se
declara.

4. OPORTUNIDAD PARA LA CONSIGNACIÓN DE


DOCUMENTOS PRIVADOS

Recurso de Casación
Partes: Juan Bravo, Luis José Castro Mujica y otros contra
la empresa Telares de Palo Grande S.A.I.C.A.,
S.A.C.A.
Sentencia: N° 102 de 10­05­00. Exp. 96­890
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
La oportunidad de presentar en juicio documentos privados, como lo son un
listado de efectos a pagar, o las actuaciones de parte en otro juicio, precluye
con la conclusión del lapso de promoción de prueba, por tanto, al ser
extemporáneas dichas probanzas, no pueden influir en lo decidido, y cualquier
omisión no impide al acto de sentenciar alcanzar el fin al cual estaba destinado.
Por otra parte, el listado de los efectos a pagar no subsana la falta de alegación
de los hechos que sustentan la demanda, pues sólo pueden ser objeto de
prueba los hechos oportunamente alegados por las partes. En el caso del
demandante, la oportunidad de alegación de los hechos constitutivos de la
pretensión es el libelo de demanda y, en todo caso, terminada la contestación
a la demanda precluye la oportunidad de alegar nuevos hechos relativos al
fondo de la controversia.
366 JUAN RAFAEL PERDOMO

5. DOCUMENTO PRIVADO EMANADO DE UN TERCERO

Recurso de Casación
Partes: Cristina Domínguez Mikalauskas contra la sociedad
mercantil Banco Consolidado S.A.C.A.
Sentencia: N° 313 de 20­11­01. Exp. 01­336
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Norma citada: CPC: artículo 431
(...) el hecho de que un documento privado en idioma distinto al castellano
sea acompañado a los autos junto con su traducción por intérprete público, no
cambia la naturaleza de tal documento convirtiéndolo en un documento privado
emanado de un tercero que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
431 del código procesal deba ser ratificado en juicio mediante prueba testimonial
por su autor.

6. LOS RECIBOS DE PAGO PRESENTADOS EN COPIA SIMPLE,


SIN HABER SOLICITADO SU EXHIBICIÓN

Recurso de Casación
Partes: Yrineo Carrero contra la Boutique del Sonido, C.A.
Sentencia: N° 287 de 16­05­02. Exp. 01­576
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 445 de 9 de
noviembre de 2000 (caso: Manuel De Jesús
Herrera Suárez contra la empresa Banco Italo
Venezolano C.A.)
Norma citada: CPC: artículo 313 ordinal 2°; LOT: artículo 59
De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se denuncia infracción del artículo 12 del mismo Código, por infracción
de una máxima de experiencia, y del artículo 59 de la Ley Orgánica del Trabajo,
por falta de aplicación.
La denuncia recae sobre la declaratoria de la sentencia recurrida referida a
una solicitud de exhibición de comprobantes de pago, que por auto de fecha
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 367

20 de enero de 2000 no fue admitida, con lo cual no fue apreciada la prueba


del pago del salario.
(...)
Para decidir, la Sala observa:
(...), si bien es cierto que es del conocimiento general que los recibos de pago
los firma el trabajador y que el patrono conserva los originales, ello no es
suficiente para que se admita como prueba una copia simple, o al carbón, de
dichos recibos, pues no están suscritos por el patrono y el modo de traerlos a
juicio es la solicitud de exhibición. Si como afirma el recurrente dicha solicitud
fue negada, debió el promovente recurrir contra esa decisión interlocutoria,
pues al no hacerlo no podrá acreditar la veracidad de sus afirmaciones.
No existen en las normas especiales del proceso laboral normas que
contradigan estas reglas generales del derecho probatorio, que puedan aplicarse
con preferencia, por consiguiente no procedía la apreciación por el Juez de
las copias en cuestión.

7. INFORME POR ACCIDENTE DE TRABAJO. DOCUMENTO


PÚBLICO ADMINISTRATIVO. ACTA LEVANTADA POR LA
INSPECTORÍA DEL TRABAJO E INFORME LEVANTADO
POR LOS FUNCIONARIOS DEL CUERPO DE BOMBEROS
DEL DISTRITO FEDERAL. FACULTADES INQUISITIVAS DEL
JUEZ

Recurso de Casación
Partes: Carlos Jesús Ramírez Sanoja contra la sociedad
mercantil Ziade Hermanos, C.A., (ZIHERCA)
Sentencia: N° 803 de 16­12­03. Exp. 03­382
Motivo: Cobro de indemnizaciones derivadas de accidente
de trabajo
Normas citadas: CPC: artículos 431, 451 y 507; LOT (1990): artículo
647; CC: artículos 1.359 y 1.422
Señala el Doctor Arístides Rengel­Romberg, que documentos administrativos
son: “...aquellos emanados de funcionarios de la Administración Pública, en
ejercicio de sus funciones y en las formas exigidas por la ley. (...) a) Están
368 JUAN RAFAEL PERDOMO

dotados de veracidad y legitimidad de lo declarado por el funcionario en


ejercicio de su funciones; presunción que corresponde desvirtuar al particular
involucrado en el acto. b) La presunción de veracidad y legitimidad puede ser
destruida por cualquier medio de prueba, ya verse el documento sobre
manifestaciones de voluntad del órgano administrativo, o bien verse sobre
manifestaciones de certeza o declaraciones de ciencia o conocimiento”.
(Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano, Tomo IV, 1997, Págs. 151­
153).
Por tanto, ni el informe levantado en la oportunidad del accidente de trabajo,
ni la constancia del contenido de tal informe acompañado a las actas del
expediente, constituyen documentos privados emanados de terceros, y por
tanto, no es necesario para su validez probatoria que sean ratificados en juicio
por quienes los suscriben, razón por la cual el Juez no infringió los artículos
431 y 507 del Código de Procedimiento Civil.
Igualmente, de acuerdo con la definición de documento administrativo que se
transcribió debe concluirse que el acta levantada por el funcionario del trabajo,
de conformidad con lo previsto en el artículo 647 de la Ley Orgánica del
Trabajo, antes que un documento público, como lo califica la parte formalizante,
también es un documento administrativo.
Por otra parte, no puede afirmarse que al valorar la constancia expedida por
el Cuerpo de Bomberos se haya violentado lo dispuesto en el artículo 647 de
la Ley Orgánica del Trabajo, pues si bien en el acta levantada el 22 de junio
de 1992, por la Inspectoría del Trabajo, se deja constancia que fueron corregidos
los aspectos deficientes señalados en la inspección primigenia, hecha el 30 de
abril de 1992, no se precisa en ningún momento que en dichas actas levantadas
por la Inspectoría del Trabajo, se hayan referido al mantenimiento del cable
de acero que sostenía el montacargas y cuya fatiga por el esfuerzo, es lo que
determinó el Cuerpo de Bomberos, produjo su rompimiento.
Es decir, entre el acta levantada por la Inspectoría del Trabajo el 22 de junio
de 1992, tres días antes del accidente de trabajo, y el informe del Cuerpo de
Bomberos del Distrito Federal del 25 de junio de 1992, al producirse el accidente
de trabajo, no hay contradicción ni oposición alguna, por lo que el haber valorado
el acta del Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal, no involucra la violación
del artículo 647 de la Ley Orgánica del Trabajo, ni de los artículos 1.359 del
Código Civil y 507 del Código de Procedimiento Civil.
Finalmente, debe señalar la Sala, que es un hecho notorio que una de las
funciones de los Cuerpos de Bomberos en todas partes es la investigación de
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 369

los accidentes y siniestros ocurridos, y que para ello dispone de personal


entrenado, especializado y altamente calificado, por lo que mal puede
argumentarse que el informe levantado el 25 de junio de 1992, no era válido
por no constar los conocimientos especiales de los funcionarios que intervinieron
en su elaboración.
Por último, debe señalar la Sala, que la posibilidad de que el Juez ordene de
oficio una experticia sobre algún hecho o circunstancia debatida es una potestad
del decisor, en uso de las facultades inquisitivas que le otorga la ley, pero no
está obligado a ello si considera que no hay hechos que deban ser probados
por experticia o que todos los hechos debatidos han sido debidamente
comprobados; por tanto es improcedente denunciar la violación de los artículos
1.422 del Código Civil, y 451 del Código de Procedimiento Civil, sobre la base
de que el Juez no ordenó de oficio una experticia.

8. LIBRO DE REGISTRO DE HORAS EXTRAS


8.1. Solicitud de exhibición

Recurso de casación
Partes: Honorio José Rivero contra Frigorífico Santa
Eduviges, C.A.
Sentencia: N° 652 de 09­10­03. Exp. 03­202
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Normas citadas: CPC: artículos 313 ordinal 2° y 436; LOT: artículo
629
Conforme a la casación prevista en el ordinal 2° del artículo 313 del Código
de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción, por error de interpretación,
del artículo 436 eiusdem.
Alega el formalizante que el Tribunal Superior desechó la prueba de exhibición
solicitada por la parte actora, de los libros de registro de horas extras que
debe llevar la empresa, por considerar que cuando fue solicitada dicha prueba,
no se llenaron los extremos del artículo 436 del citado Código Procesal.
Con base en lo anterior, el recurrente aduce que en materia laboral resulta
casi imposible que el trabajador tenga en su poder copia de los libros llevados
por la empresa, y menos aquellos que comprometen su responsabilidad frente
370 JUAN RAFAEL PERDOMO

a los trabajadores, por lo que antes de exigir tal extremo, la norma ­artículo
436 del Código de Procedimiento Civil­ prevé que se puede señalar los datos
que contienen los documentos cuya exhibición se solicita. Por cumplirse esto
último, alega el recurrente, se acordó la solicitud, pero la parte demandada al
comparecer al acto de exhibición no presentó los documentos requeridos (libro
de registro de horas extras llevados por la empresa demandada), por lo que el
recurrente concluye que deben producirse los efectos que dispone la citada
norma, es decir, en el caso concreto, el reconocimiento de la existencia de las
horas extras laboradas por el trabajador, y el pago de las mismas por parte del
demandado.
La Sala observa:
El artículo 436 del Código de Procedimiento Civil, dispone lo siguiente:
“La parte que pueda servirse de un documento que según su
manifestación, se halle en poder del adversario, podrá pedir su
exhibición.
A la solicitud de exhibición deberá acompañar una copia del documento,
o en su defecto, la afirmación de los datos que conozca el solicitante
acerca del contenido del mismo y un medio de prueba que constituya
por lo menos presunción grave de que el instrumento se halla o se ha
hallado en poder de su adversario.
El Tribunal intimará al adversario la exhibición o entrega del documento
dentro de un plazo que le señalará bajo apercibimiento.
Si el instrumento no fuere exhibido en el plazo indicado, y no apareciere
de autos prueba alguna de no hallarse en poder del adversario, se
tendrá como exacto el texto del documento, tal como aparece de la
copia presentada por el solicitante y en defecto de ésta, se tendrán
como ciertos los datos afirmados por el solicitante acerca del contenido
del documento...”. (Destacado de la Sala).
En el caso bajo examen, se aprecia de acuerdo con las alegaciones que se
desprenden de la presente delación, que el recurrente aun cuando denunció la
errónea interpretación de la norma, los motivos que fundamentaron la misma
conllevó a la Sala a entender que se trata de una denuncia por falta de aplicación
por parte de la sentencia recurrida y, específicamente, del último supuesto
establecido en el tercer aparte del artículo 436 del Código de Procedimiento
Civil, que prevé que si el instrumento no fuere exhibido, y no apareciere de
autos prueba alguna de no hallarse en poder del adversario, se tendrán como
ciertos los datos afirmados por el solicitante acerca del contenido del
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 371

documento, por lo que en consecuencia, la Sala entra a conocer la presente


denuncia con base en lo decidido por la recurrida.
En efecto, el Tribunal Superior transcribe parte del escrito de promoción de
pruebas consignado por la demandante, en el que se solicitó lo que es ahora
tema de discusión:
“...es necesario para los efectos de establecer el salario con las
incidencias de las horas extras diurnas y nocturnas reclamadas,
determinar el número efectivo de éstas y para ello, observamos al folio
49 del escrito de promoción de pruebas de la parte actora, el capítulo II,
Título Tercero, lo siguiente:
´...Tercero: Solicitamos que la accionada (...), EXHIBA las siguientes
documentales de conformidad con los Artículos 395 y 436
encabezamiento del Código de Procedimiento Civil y de carácter
obligatorio por parte de la accionada en materia laboral:
1) EL LIBRO DE REGISTRO AUTORIZADO por el Inspector del Trabajo
de esta Circunscripción Judicial, en donde la accionada FRIGORÍFICO
SANTA EDUVIGES, C.A., Inscrita por ante el Registro Mercantil
Pri­mero de esta Circunscripción Judicial, de fe­cha 20 de agosto de
1998, bajo el Número 35, Tomo 30 A Sgdo., debe asentar y llevar el
control de las Horas extras trabajadas por el personal de su Sociedad
Mercantil, de conformidad con el Artículo 209 de la Ley Orgánica del
Trabajo, así como también aquellas solicitudes de Autorización por
parte de la Inspectoría del Trabajo de esta Cir­cunscripción Judicial
para trabajar Horas Ex­tras de conformidad con lo previsto en el Ar­tículo
208 eiusdem, y se constate de acuerdo a la fecha de ingreso 22/03/99 y
egreso 19/10/00 de nuestro representado si la accionada cumplió con
lo establecido con esta disposición, toda vez que el Horario de Trabajo
de nuestro representado aparece indicado en el primer folio y nunca
fue contradicho por la accionada en su oportunidad en la causa N°
13631, solicitamos a este Tribunal una vez exhibida dicha documental
proceda a realizar la respectiva experticia sobre los puntos indicados
anteriormente de conformidad con lo que establece el artículo 451 del
Código de Procedimiento Civil”.
Según la sentencia recurrida, la citada solicitud carece de toda información
necesaria para determinar las horas extras que se pretenden demostrar, al
mismo tiempo que no se acompañó copia del documento cuyos datos se querían
hacer valer, por lo que el Tribunal Superior concluye que la omisión de los
requisitos a que se refiere el citado artículo 436 eiusdem, de parte del
promovente y la precaria evacuación de la prueba, no puede tener como
372 JUAN RAFAEL PERDOMO

consecuencia, la aceptación de las horas extras trabajadas, de la manera que


a continuación se transcribe:
“Si analizamos el escrito de promoción de pruebas del actor, mezcla la
prueba de exhibición de documentos con la experticia, lo que el Tribunal
de la instancia en una forma muy lacónica dio respuesta a ello: En el
texto del propio escrito, adolece de toda información necesaria para
determinar las horas extras que se pretende demostrar, amén de que no
se acompañó copia del documento cuyos datos se quieran valer. Es
muy claro que el Legislador cuando estableció: A la solicitud de
exhibición deberá acompañar una copia del documento, o en su defecto,
la afirmación de los datos que conozca el solicitante acerca del contenido
del mismo y un medio de prueba que constituya por lo menos
presunción grave de que el instrumento se halla o se ha hallado en
poder de su adversario.
La omisión de todos estos requisitos de parte del promovente y una
precaria evacuación de la prueba, no puede tener como consecuen­cia,
la aceptación de todas las horas trabajadas. En los artículos 207 al 210
de la Ley Orgánica del Trabajo, el cual regula lo de las horas extras, está
establecido que: ´...el patrono llevará un registro donde anotará las
horas extraordinarias utilizadas en su empresa, establecimiento,
explotación o faena; los trabajos efectuados en esas horas; los
trabajadores empleados en ellos; y la remuneración especial que haya
pagado a cada trabajador...´.
Si el patrono carece de este registro, los efectos del mismo serán los
establecidos en el artículo 629 de la Ley Orgánica del Trabajo, impuestos
en sede administrativa, pero nunca los efectos del artículo 436 del
Código de Procedimiento Civil”.
Sobre el particular, la Sala no comparte la interpretación que le dio la Alzada
al artículo 436 eiusdem, por ser extremadamente rígido, y por estar
involucrados conceptos laborales, más aún, cuando la recurrida expresó
posteriormente que: “Ya en la fase de evacuación de pruebas, en fecha
29 de marzo de 2001, se abrió el acto para la exhibición de documentos,
compareciendo las partes, donde del acta suscrita, inserta a los folios
99 y 100, se observa que la parte llamada a exhibir presenta unos libros,
que a juicio del promovente de la prueba, no coinciden con los solicitados
y que el tribunal EN NADA SE PRONUNCIA”.
Por lo anterior, la Sala considera que la recurrida incurrió en la infracción,
por falta de aplicación, del último supuesto establecido en el tercer aparte
del artículo 436 del Código de Procedimiento Civil, porque la parte
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 373

demandada, quien tiene la carga de llevar al Tribunal el documento


solicitado, en este caso, el libro de registro o control de las horas extras
trabajadas por los empleados de su empresa, que fue requerido por el
promovente para su exhibición, en ningún momento aquél alegó ni probó
que no llevaba tal libro o que no lo tenía en su poder. Por tanto, se presume
que el patrono debe tener ese libro y al no exhibirlo, la recurrida debía
haber aplicado el efecto establecido en el tercer aparte del artículo 436
eiusdem, es decir, que se tendrán como ciertos los datos afirmados por el
solicitante ­parte actora­ acerca del contenido del referido libro de registro
de horas extras llevados por la empresa demandada, siendo determinante
para el dispositivo del fallo, pues el Tribunal Superior de haber aplicado al
caso concreto el supuesto contenido en la norma tantas veces aludida,
hubiera tomado en consideración las horas extras reclamadas en el libelo
a los fines de calcular el monto que le adeuda la empresa demandada a la
parte actora.

8.2. Requisitos para la promoción de la prueba de exhibición. Horas extras.


Distribución de la carga de la prueba

Recurso de Casación
Partes: Douglas Wilfredo Díaz Amaro contra la sociedad
mercantil Daimlerchrysler Services Venezuela
L.L.C., C.A.
Sentencia: Nº 1149 de 07­10­04. Exp. 04­873
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Normas citadas: LOPT: artículos 72, 82 y 119; LOT: artículos 189 y
209; CPC: artículo 436
El artículo 209 de la Ley Orgánica del Trabajo establece un deber formal del
patrono de llevar el libro de registro de horas extras y cuál debe ser su
contenido.
Los artículos 82 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y 436 del Código de
Procedimiento Civil establecen los requisitos para la promoción de la prueba
de exhibición y como consecuencia jurídica ordenan considerar ciertos los
datos afirmados por el promovente, si el obligado no exhibiere los documentos
solicitados.
374 JUAN RAFAEL PERDOMO

En el caso concreto, el obligado no exhibió los documentos solicitados que por


mandato legal debe llevar, sin embargo al aplicar los artículos mencionados, el
juez se vio imposibilitado de declarar cierto el contenido del libro de registro
de horas extras porque la solicitud no suministró la información necesaria
para el cálculo de las horas extras y sólo indica los períodos sobre los cuales
versará la prueba, razón por la cual, no incurrió en falsa aplicación del artículo
82 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, ni en falta de aplicación del
artículo 436 del Código de Procedimiento Civil.
(...)

Horas extras. Distribución de la carga de la prueba


Las horas extras son circunstancias de hecho especiales que no se
corresponden con los supuestos del artículo 72 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo (Distribución de la carga de la prueba. Presunción iuris tantum),
razón por la cual no se puede imputar la consecuencia jurídica prevista en el
artículo mencionado cuando se determine la carga de la prueba.
Adicionalmente, no existe norma legal que establezca que cuando se trabaja
fuera del domicilio se presuma la existencia de horas extras trabajadas, razón
por la cual no resultan aplicables al caso concreto el artículo 119 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo y el artículo 189 de la Ley Orgánica del Trabajo.

9. COPIAS CERTIFICADAS DE LAS ACTAS DE DECLARA-


CIONES DE TESTIGOS RENDIDAS EN OTRO JUICIO.
PROMOCIÓN

Recurso de Casación
Partes: Franklin Dudamel Acurero contra Jorge Luis
Jiménez
Sentencia: N° 307 de 28­05­02. Exp. 01­686
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Norma citada: CPC: artículo 501
Las copias certificadas de las declaraciones rendidas en otro juicio por los
testigos con el fin de cuestionar su credibilidad deben ser asimiladas a los
documentos auténticos, en tanto están referidas a la fidelidad y exactitud
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 375

del texto original con relación al de la copia de que se trate y sólo sirven
para probar que fue lo declarado en aquel juicio y no la ocurrencia real de
los hechos sobre los cuales versan las declaraciones, pues en dicho caso la
expedición de copias certificadas no mutaría su naturaleza de prueba
testimonial. Considera la Sala que si la parte demandada pretendía cuestionar
la credibilidad de dichos testigos (...) las copias certificadas de las
declaraciones rendidas por dichos testigos en otro juicio han debido
promoverse dentro del lapso probatorio, que es, de conformidad con lo
previsto en el artículo 501 del Código de Procedimiento Civil, la oportunidad
de probar los motivos en que se fundamenta la tacha de testigos y siempre
y cuando la misma hubiese sido propuesta dentro de los cinco (5) días
siguientes a la admisión de la prueba.

10. FORMALIDADES QUE DEBE CUMPLIR UN TESTIGO PARA


SU VALIDEZ EN JUICIO

Recurso de Casación
Partes: Carlos Jesús Ramírez Sanoja contra la sociedad
mercantil Ziade Hermanos, C.A., (ZIHERCA)
Sentencia: N° 803 de 16­12­03. Exp. 03­382
Motivo: Cobro de indemnizaciones derivadas de accidente
de trabajo
Norma citada: CPC: artículo 486
El artículo 486 del Código de Procedimiento Civil, prevé que el testigo antes
de contestar debe estar juramentado, estableciendo una formalidad para la
validez del acto, y de cuyo cumplimiento se debe dejar constancia en el acta
de examen del testigo conforme lo ordena el ordinal 2° del artículo 492 eiusdem,
por lo que su omisión acarrea la nulidad del mismo, nulidad ésta que de
conformidad con doctrina de la Sala de Casación Civil, establecida en sentencia
de fecha 21 de diciembre de 2001, (caso VEDEMELCA contra R.M.
Construcciones, C.A.), y que esta Sala acoge, no puede ser subsanada o
convalidada por las partes.
Si un Juez omite juramentar al testigo antes que éste declare, no sólo deja de
observar el cumplimiento de una formalidad indispensable para la validez del
acto, con todas las consecuencias que ello acarrea al proceso, sino que infringe
disposiciones expresas de eminente orden público.
376 JUAN RAFAEL PERDOMO

Ciertamente no consta en el acta de la declaración testimonial rendida por el


ciudadano Yordis Velásquez, (folio 266 de la primera pieza del expediente),
que el mismo haya sido juramentado por el Tribunal al inicio de la declaración,
razón suficiente para que se declarara nula tal declaración testimonial y acotar
el error en que el Tribunal de alzada incurrió al valorar la misma. Ahora bien,
esta Sala no puede declarar la nulidad del fallo recurrido por la infracción
detectada, toda vez que en definitiva ella resulta irrelevante en el dispositivo
del fallo.
En efecto, señala el formalizante que con la declaración del ciudadano Yordis
Velásquez ­que no puede ser apreciada válidamente­ se dio por demostrado
que el testigo ingresó al montacargas, lo cual no es un hecho debatido, y que
el montacargas era el único medio de acceder a los distintos niveles del edificio
en el cual funciona la empresa demandada, por ser imposible el acceso por
las escaleras al estar bloqueadas por mercancía. Esto último sí es una
circunstancia controvertida y que determina la responsabilidad de la demandada,
pero ello quedó probado, tal y como lo asienta la sentencia recurrida, además
con la declaración de los ciudadanos Andrés Manuel Franco y Raúl Alberto
Mazutiel Escobar, por lo que la consideración de la declaración testimonial
inválida no afectó el resultado del juicio.

11. APRECIACIÓN Y VALORACIÓN DE LA CARTA MISIVA

Recurso de Casación
Partes: Gonzalo Franceschi contra el Banco de Venezuela
S.A.C.A.
Sentencia: N° 472 de 09­08­02. Exp. 01­661
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Reitera: Criterio establecido por la Sala de Casación Civil
en sentencia N° 253 de 3 de agosto de 2000 (caso:
Henry Bravo y Berman Pablo Velázquez contra la
sociedad mercantil Protinal, C.A.)
Normas citadas: CC: artículos 1.372 y 1.374
El tratamiento del instrumento privado calificado como carta misiva dirigida a
un tercero por alguno de los intervinientes en el litigio, se encuentra
reglamentado en los artículos 1.372 y 1.374 del Código Civil, de conformidad
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 377

con los cuales, se exige a los efectos de su valor probatorio, el consentimiento


del remitente y del destinatario para su presentación en juicio, y se ordena
desestimar las que se hayan presentado en contravención con la ley.
Constituye un presupuesto de hecho de esa clase de instrumentos, la
circunstancia de que por ley está admitido que emanan de una de las partes,
motivo por el cual no puede regularse su apreciación por las disposiciones sobre
reconocimiento, desconocimiento o tacha de documentos privados, declarativos
de voluntad o de obligaciones entre las partes, o de una frente a la otra, aplicables
cuando se debate sobre si los mismos han sido emitidos y suscritos, o no, por
aquél a quien se atribuyen u oponen, ya que su mérito como prueba está sometido
a las condiciones pautadas en las normas citadas, en una actividad de valoración
que corresponde realizar exclusivamente al juez.
Es necesario, por consiguiente, examinar el instrumento sobre el cual gira la
controversia, partiendo del hecho admitido de provenir el mismo de un personero
de la empresa demandada, porque de su calificación en el sentido arriba
indicado dependerá el valor probatorio que pueda atribuírsele y su correcta o
incorrecta valoración por el Sentenciador de la recurrida, examen para el
cual se encuentra habilitada la Sala en virtud de fundamentarse el recurso en
la situación de excepción prevista en el encabezamiento del artículo 320 del
Código de Procedimiento Civil; instrumento cuyo texto es el siguiente:
“Caracas, 22 de diciembre de 1.988
Al honorable Señor Cónsul de los Estados Unidos de Norteamérica
Su Despacho.
Honorable Señor Cónsul:
Nos es grato presentarle al Dr. Gonzalo Francheschi Ayala, C.I. No.
1.730.336, quien es Vicepresidente Director del Banco de Venezuela
S.A.I.C.A., y ha sido miembro de su Junta Directiva desde el año 1974.
Además desempeña el cargo de Presidente del Banco de Venezuela
Internacional desde 1986 y esta residenciado en Venezuela.
Su remuneración como Vicepresidente Director es de Bs. 2.860.000,00
al año.
El Banco de Venezuela S.A.I.C.A., vista la expansión de sus operaciones
internacionales, le ha solicitado al Dr. Franceschi fijar su residencia en
la ciudad de New York por un plazo que se estima en tres años. Durante
el primer año de su estadía devengará una remuneración de US$
180.000,00 anuales.
378 JUAN RAFAEL PERDOMO

Mucho le agradecería la ayuda que usted le pueda prestar a nuestro


Vicepresidente Director.
Atentamente,
Ángel Terán Armas
Vicepresidente Director”.
Como puede apreciarse de lo transcrito, no se trata de una comunicación
dirigida por una de las partes a la otra, ni declarativa de la voluntad de crear,
modificar, extinguir o hacer constar obligaciones entre ellas, pues el destinatario
de la misma es el Cónsul de los Estados Unidos de Norteamérica, al que se
solicita colaboración en lo que pudiera requerir el demandante para su viaje a
la ciudad de Nueva York, por lo que encuadra precisamente en la definición
de la denominada “carta misiva” por la doctrina, contemplada en el artículo
1.372 del Código Civil.
De otra parte, se aprecia igualmente del examen del instrumento y su
promoción, así como de la relación y análisis de la totalidad de las pruebas
promovidas y evacuadas expuestas en la recurrida, que no hubo el
consentimiento del remitente y el destinatario del mismo.
En sentencia de la Sala de Casación Civil de este Tribunal Supremo, N° 253
de fecha 3 de agosto de 2000 (…), se estableció sobre esta materia lo siguiente:
“De los párrafos citados de la sentencia recurrida en nulidad se evidencia
que el juzgador de reenvío valoró dicha misiva, en principio como
prueba testimonial y luego como indicio, cuando la falta de
consentimiento del autor le impedía a dicha misiva producir efectos
judiciales para traer ningún hecho al proceso”.
Con esa exposición ratificaba esa Sala su fallo de fecha 10 de agosto de
1998, dictado en el mismo juicio, en el cual se estableció:
“En consecuencia, se declara procedente la denuncia de infracción del
artículo 1.372 del Código Civil, el cual deberá ser aplicado correctamente
por el sentenciador del reenvío, en el sentido de no otorgarle carácter
de prueba documental a la carta misiva de fecha 30 de noviembre de
1987, dirigida por el intimante al Dr. Jesús Eduardo Cabrera.”
De acuerdo con esos postulados de nuestro sistema probatorio en materia
documental, que esta Sala ratifica, y con vista del señalado contenido del
instrumento, no puede otorgársele carácter de prueba de esa naturaleza a la
carta misiva en referencia, como lo hace la recurrida al tener por reconocido
lo expresado en ella y cierto su contenido, de conformidad con lo dispuesto en
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 379

el artículo 444 del Código de Procedimiento Civil, y extraer de la misma la


prueba de la existencia de una remuneración en dólares de los Estados Unidos
de Norteamérica, adicional a la pautada en bolívares, que percibiría el
demandante por sus servicios a la demandada, según alega el primero y rechaza
la segunda.
Con ese proceder, infringió la recurrida los artículos 1.372 y 1.374 del Código
Civil, en razón de lo cual, resulta procedente la presente denuncia. Así se
declara.

12. ESCRITOS PRESENTADOS POR LAS PARTES EN UN JUICIO


NO SON PRUEBAS

Recurso de Casación
Partes: Carlos Jesús Ramírez Sanoja contra la sociedad
mercantil Ziade Hermanos, C.A., (ZIHERCA)
Sentencia: N° 803 de 16­12­03. Exp. 03­382
Motivo: Cobro de indemnizaciones derivadas de accidente
de trabajo
Norma citada: CPC: artículo 243 ordinal 5°
Reiteradamente ha establecido la jurisprudencia patria que los escritos
presentados por las partes en un proceso judicial no constituyen actas
probatorias y, por tanto, lo expresado en los mismos como parte de los alegatos
o defensas de las partes no pueden ser considerados como confesiones.
Si en el escrito libelar o en el escrito de contestación de la demanda, o en los
escritos de informes, se hacen afirmaciones o señalamientos que pueden ser
determinantes en el resultado de la controversia, pero son obviados por el
Juez, antes que denunciarse el silencio de pruebas debe acusarse violación
del artículo 243 ordinal 5° el Código de Procedimiento Civil, es decir, la
incongruencia del fallo por no haberse pronunciado el Juez sobre todo lo alegado
por las partes.
CAPÍTULO XXIII
REGÍMENES ESPECIALES

1. SITUACIÓN DEL APRENDIZ

Recurso de Control de la Legalidad


Partes: Deglis Jorjan Romero Manaure contra la sociedad
mercantil Central El Palmar, S.A.
Sentencia: Nº 1027 de 02­09­04. Exp. 04­158
Motivo: Estabilidad laboral
Normas citadas: LOT: artículos 267, 268 y 269
La controversia se centra en determinar si el ciudadano Deglis Jorjan Romero
Manaure fue retirado de la sociedad mercantil Central El Palmar, S.A. por
culminación de su formación como aprendiz o por despido injustificado.
Del examen conjunto de las copias consignadas y de la prueba de informe
solicitada al INCE, concluye esta Sala que quedó demostrado que el ciudadano
Deglis Jorjan Romero Manaure culminó satisfactoriamente el Programa
Nacional de Adiestramiento del INCE en la empresa Central El Palmar, S.A.
en fecha 21 de marzo de 2001 y fue retirado en esta misma fecha del programa
de aprendizaje, razón por la cual, la recurrida debió aplicar los artículos 267,
268 y 269 de la Ley Orgánica del Trabajo, por tratarse del contrato de un
aprendiz.
Por los motivos anteriormente indicados, considera la Sala que al no aplicar
los artículos 267, 268 y 269 de la Ley Orgánica del Trabajo; y, 13 y 16 de la
Ley del INCE, la recurrida violó normas de orden público quebrantándose el
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 381

Estado de Derecho, razón por la cual, esta Sala declara procedente el recurso
de control de la legalidad.

DECISIÓN DE LA CONTROVERSIA
En el caso concreto, la controversia se limita a determinar si la relación es un
contrato de un menor como aprendiz o un contrato de trabajo a tiempo
indeterminado.
El artículo 268 de la Ley Orgánica del Trabajo establece que en los casos de
contratación de menores como aprendices, la relación de trabajo se mantendrá
por el tiempo de aprendizaje salvo que las partes decidan continuarla, caso en
el cual se convertirá en una relación de trabajo a tiempo determinado.
En el caso concreto quedó establecido que el ciudadano Deglis Jorjan Romero
Manaure participó en el Programa Nacional de Adiestramiento del INCE en
la empresa Central El Palmar, S.A. y fue retirado a su culminación el 21 de
marzo de 2001, lo cual demuestra que culminó el contrato como aprendiz y la
demandada decidió no continuar la relación laboral, como lo prevé el artículo
268 anteriormente señalado, razón por la cual, la relación entre las partes no
se convirtió en contrato de trabajo a tiempo indeterminado.
Adicionalmente considera la Sala conveniente precisar que no se puede
considerar que hubo despido injustificado, porque la relación de trabajo no era
un contrato de trabajo a tiempo indeterminado y la propia ley laboral dispone
como causa de terminación de la relación, la finalización del aprendizaje.
Como consecuencia de lo anterior es improcedente la demanda de calificación
de despido intentada por el ciudadano Deglis Jorjan Romero Manaure contra
la empresa Central El Palmar, S.A.
CAPÍTULO XXIV
RELACIÓN DE TRABAJO

1. PRESUNCIÓN DE EXISTENCIA DE LA RELACIÓN DE


TRABAJO
1.1. La existencia de un contrato mercantil entre el patrono y un tercero
y la prestación accidental del servicio por otra persona no desvirtúan
la presunción laboral. Carga de la prueba de los caracteres de la
relación de trabajo, subordinación

Recurso de Casación
Partes: Félix Ramón Ramírez y otros contra la sociedad
mercantil Distribuidora Polar S.A. (DIPOSA)
Sentencia: N° 61 de 16­03­00. Exp. 98­546
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
laborales
Ratificada en: Sentencia N° 318 de 22 de abril de 2005 (caso:
José Camilo Mejías Medina y otros contra
Panayotis Andriopulos Kontaxi)
Normas citadas: LOT: artículos 39, 65, 66, 68, 73, 75, 129 y 132;
CPC: artículos 397, 431 y 506; CC: artículos 1.166
y 1.397
(...) la existencia de un contrato de compra venta mercantil entre dos personas
jurídicas y la prestación del servicio personal por otra persona distinta a los
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 383

demandantes, de manera ocasional, no son suficientes para desvirtuar la


existencia de la relación de trabajo, pues de las pruebas examinadas por el
juez de Alzada se evidencia que no fueron destruidos los elementos
característicos de la relación de trabajo: prestación personal del servicio, labor
por cuenta ajena, subordinación y salario, pues no basta la existencia de un
contrato mercantil entre el patrono y un tercero y la prestación accidental del
servicio por otra persona, por aplicación de los principios de irrenunciabilidad
de los derechos del trabajo y de primacía de la realidad, (...) para desvirtuar la
presunción laboral, sino que debió el patrono demostrar con plena prueba que
la prestación personal del servicio se efectuó en condiciones de independencia
y autonomía, que permitieran al juez arribar a la absoluta convicción de que la
relación jurídica que los vincula es de una condición jurídica distinta.
En la sentencia impugnada el juez de Alzada estableció los límites de la
controversia al señalar que la parte actora alegó estar vinculada con la
demandada por una relación de trabajo y la demandada negó la cualidad de
trabajadores de los actores y alegó la existencia de una relación mercantil
entre su representada y unas sociedades mercantiles cuyos socios son los
actores, y atribuyó, en aplicación de las normas legales, la carga de la prueba
para cada una de las partes y, entonces expresó que: “Corresponde pues
determinar en que consistían tales relaciones a los fines de determinar
si efectivamente se configuró un vínculo laboral, aun cuando desde un
punto de vista meramente formal las partes puedan haber dado otra
calificación a tales relaciones…”.
A fin de determinar la existencia de una relación de trabajo el legislador
consideró que ante las dificultades probatorias que normalmente surgen en
los procesos laborales, era necesario establecer, por política procesal, un
conjunto de presunciones legales para proteger al trabajador, quien es el débil
jurídico en la relación obrero­patronal, en consideración, además del hecho
generalmente aceptado, de que es el patrón la persona que tiene en su poder
la posibilidad de probar muchos, sino todos los extremos que normalmente
deben concurrir para determinar la existencia de una relación de trabajo.
Entre este conjunto de presunciones legales se encuentran las establecidas
en los artículos 65, 66, 129 y 132 de la Ley Orgánica del Trabajo, entre otras,
y su finalidad es revertir dentro y fuera de juicio, la desigualdad económica
entre los sujetos de la relación.
Por estos motivos dispone el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo que:
“Se presumirá la existencia de una relación de trabajo entre quien preste un
384 JUAN RAFAEL PERDOMO

servicio personal y quien lo reciba. Se exceptuarán aquellos casos en los


cuales, por razones de orden ético o de interés social, se presten servicios a
instituciones sin fines de lucro con propósitos distintos de los de la relación
laboral”, presunción legal ésta que permite, partiendo de las consecuencias
de un hecho conocido, la prestación de un servicio personal, establecer un
hecho desconocido, la existencia de una relación de trabajo.
Es principio probatorio que sólo se prueban los hechos controvertidos, máxima
que se deduce de la interpretación concordada de los artículos 68 de la Ley
Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo y 397 del Código de
Procedimiento Civil, disposición ésta última de derecho procesal común que
resulta aplicable al caso de autos, no obstante su especialidad.
Por otra parte, de acuerdo con el artículo 506 del Código de Procedimiento
Civil, las partes tienen la carga de probar sus respectivas afirmaciones de
hecho, regla que tiene varias excepciones, una de las cuales exime de prueba
los hechos presumidos por la ley, pues la presunción legal dispensa de toda
prueba a quien la tiene a su favor, en conformidad con lo dispuesto en el
artículo 1.397 del Código Civil, porque una vez demostrado el hecho constitutivo
de la presunción, en el caso concreto la prestación de un servicio personal a
un sujeto no comprendido dentro de las excepciones establecidas en el único
aparte del citado artículo 65, se debe establecer la consecuencia que deriva
de la norma jurídica que consagra tal presunción, a saber, la existencia de una
relación de trabajo, la cual por mandato legal expreso, se tiene por plenamente
probada, salvo prueba plena en contrario, es decir, que el juez debe tener por
probado fuera de otra consideración la existencia de una relación de trabajo,
con todas sus características, tales como el desempeño de la labor por cuenta
ajena, la subordinación y el salario. Se trata de una presunción iuris tantum,
por consiguiente, admite prueba en contrario, y el pretendido patrono puede,
en el caso, alegar y demostrar la existencia de un hecho o conjunto de hechos
que permitan desvirtuar la existencia de la relación laboral, por no cumplirse
alguna de las condiciones de existencia, tales como la labor por cuenta ajena,
la subordinación o el salario y como consecuencia lógica, impedir su
aplicabilidad al caso concreto.
En el caso examinado el Juez de Alzada consideró, en forma preliminar, como
aplicables los artículos 39 y 65 de la Ley Orgánica del Trabajo. El primero de
ellos establece una definición legal de qué se debe entender por trabajador, a
tal efecto dice la norma que es la persona natural que realiza una labor de
cualquier clase, por cuenta ajena y bajo la dependencia de otra y debe ser
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 385

remunerada, y, el segundo, ya referido, consagra la presunción desvirtuable


de existencia de la relación de trabajo.
Con base en el artículo 39 de la Ley Orgánica del Trabajo el Sentenciador
superior señala que “Como consecuencia de ello, a fin de poder precisar si los
actores fueron trabajadores de la demandada, es necesario determinar si se
presentaron los requisitos legales para que se configure el carácter de
trabajador”, y acto seguido realiza la apreciación de las pruebas y establece
que los actores no son trabajadores, pues la actividad por ellos desplegada no
fue realizada por una persona natural, por cuenta ajena y bajo la dependencia
de otra, y concluye que al no ser trabajadores no existe contrato de trabajo y
considera improcedente la pretensión de la actora.

Carga de la prueba de los caracteres de la relación de trabajo,


subordinación
En relación con la carga de la prueba de los caracteres de la relación de
trabajo y concretamente de la subordinación, la Sala de Casación Civil, en
sentencia de 18 de marzo de 1982, fijó criterio al respecto que esta Sala de
Casación Social hace suyo. En la referida decisión se estableció:
“Pero en lo que sí no lo está, [se refiere el fallo al error de la sentencia de
última instancia censurada] es cuando afirma que para que la presunción que
emana del citado artículo 46 [hoy 65 de la Ley Orgánica del Trabajo], ampare
plenamente al trabajador, deberá éste demostrar al menos la subordinación,
cuando es lo cierto que conforme a la doctrina patria, en el caso del artículo
en referencia, “basta, pues, como elemento de hecho, la prestación de servicio,
siempre que ese servicio sea de carácter personal, para que la calificación de
la relación jurídica existente entre el que lo presta y el que lo recibe, se presuma
como un contrato de trabajo” (Rafael Caldera ­Derecho del Trabajo­ Pág.
268); y otra: “Al trabajador sólo le bastaría probar la prestación de sus servicios
para que obre, por efecto natural, todo amparo de la Ley” (Rafael Alfonzo
Guzmán ­Estudio Analítico de la Ley del Trabajo­ tomo I pág. 337).
Por lo demás, no otra cosa es lo que tiene también sustentado este Alto Tribunal,
así: “Probada la prestación del servicio, lo que la presunción establece, a falta
de otra prueba mejor que exista en autos, es la naturaleza laboral de la relación”
(Sentencia de la Corte Federal y de Casación, del 11­5­43 Memoria 1944­
tomo II, pág.82), lo que reiteró en otro fallo, diciendo: “Ante la claridad jurídica
y gramatical del artículo 30 (hoy 46) [hoy 65 de la Ley Orgánica del Trabajo],
los Jueces no tienen sino que aplicarlo, y presumir un contrato de trabajo en
386 JUAN RAFAEL PERDOMO

toda relación de servicio entre patrono y obrero, mejor dicho, entre quien
presta un servicio personal y quien lo recibe, a menos que haya prueba en
contrario” (Sentencia del 11­5­43).
De consiguiente, cuando el sentenciador de la recurrida, declaró sin lugar la
demanda, fundado en que “el demandante no ha acreditado, positivamente,
la prueba de la subordinación que debe haber en toda relación de
trabajo” es indudable que hizo una errónea aplicación del artículo 46 de la
Ley del Trabajo [hoy 65 de la Ley Orgánica del Trabajo], violando también en
concordancia el artículo 1.397 del Código Civil, por falta de aplicación, ya que
era a la persona beneficiada con la prestación del servicio a quien correspondía
demostrar la no subordinación, para destruir la presunción iuris tantum
que amparaba al demandante, ligándolo a la demandada con un
contrato de trabajo, pero que por ser presunto podía ser destruido en la
forma anotada por la doctrina y la jurisprudencia”.
Ahora bien, yerra el Juez de Alzada cuando establece como cuestión jurídica
previa la aplicación conjunta de los artículos 39 y 65 de la Ley Orgánica del
Trabajo, al señalar que “a fin de poder precisar si los actores fueron
trabajadores de la demandada, es necesario determinar si se presentaron
los requisitos legales para que se configure el carácter de trabajador”,
pues tal como ya fue indicado, el actor debe alegar y demostrar la prestación
de un servicio personal a un sujeto no comprendido dentro de las excepciones
establecidas en la norma, para que se presuma la existencia de la relación de
trabajo, es decir, para que se tenga como plenamente probada la relación de
trabajo entre quien presta el servicio personal y quien lo recibe, con todos los
requisitos de ley, excepción hecha de los alegatos y pruebas de la demandada
para desvirtuar la presunción. Pero en ningún caso el juez debe partir del
supuesto de que es al trabajador a quien le corresponde demostrar su condición
de tal y que ello debe concurrir con la comprobación de la prestación del
servicio personal, pues tal razonamiento y conclusión hace ilegalmente gravosa
la carga probatoria del trabajador y constituye una falta de aplicación del
artículo 1.397 del Código Civil, que niega la protección al trabajador que dimana
de la presunción legal y se traduce en un error de juicio que hace pasible al
fallo de ser anulado por esta Corte de Casación.
Tal consideración es suficiente para que esta Sala case de oficio la sentencia
impugnada, pero a fin de establecer si el juez, además del error en el que
incurrió en forma preliminar al examen del material probatorio y subsecuente
establecimiento de los hechos, considera necesario a fin de establecer la verdad
en este caso concreto, constatar si el juez aplicó o no el artículo 65 de la Ley
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 387

Orgánica del Trabajo al caso bajo estudio, lo cual pasa de seguidas a realizar
en la forma siguiente:
El artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo dispone:
“Se presumirá la existencia de una relación de trabajo entre quien preste
un servicio personal y quien lo reciba.
Se exceptuarán aquellos casos en los cuales, por razones de orden
ético o de interés social, se presten servicios a instituciones sin fines
de lucro con propósitos distintos de los de la relación laboral”.
(…)
Considera la Sala, luego de examinar la sentencia impugnada, considera que
estando debidamente probado que los actores prestaron un servicio personal
para la demandada pues la decisión señala que “...los actores adquirían
unos bienes y pagaban por ellos al contado” y que “...consta de las
declaraciones de ambas partes, que la actividad formal que la parte
actora considera constitutiva de una relación de trabajo, era la compra
de productos de cerveza y malta para ser revendida luego a terceros
dentro de una determinada zona geográfica”, con lo cual queda establecida
una prestación personal de servicios, y de acuerdo con la propia sentencia,
los actores afirmaron que se trataba de una relación laboral y que ese hecho
no quedó desvirtuado por los documentos constitutivos estatutarios de unas
sociedades mercantiles, ni por los contratos de compra venta mercantil
celebrados entre unas sociedades mercantiles y la demandada, porque, en
primer lugar, esas sociedades mercantiles no son parte en este juicio, en segundo
lugar, los contratos no tienen efecto sino entre las partes contratantes; no
dañan ni aprovechan a los terceros, excepto en los casos establecidos por la
ley (artículo 1.166 del Código Civil), y, en tercer lugar, en la realidad de los
hechos eran los actores quienes personalmente ejecutaban la labor de compra
venta de cerveza y malta, que realizaban en condiciones particulares, pues
los actores estaban obligados: a comprar los productos que la demandada
obtenía de Cervecería Polar C.A.; a revender dichos productos a los
comerciantes detallistas que figuraban en la cartera geográfica que forma
parte del contrato y a no vender ni negociar dichos productos fuera de la zona
de su exclusividad; a no vender ni negociar cerveza, malta o bebidas
refrescantes de otras empresas; a pintar los vehículos que utilice para la
reventa de cerveza y malta Polar; a pagar de contado a la demandada los
productos y a revenderlos a los precios que ésta indicara, razón por la cual, ha
debido el juez aplicar el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo.
388 JUAN RAFAEL PERDOMO

(…)
Incurre en error el Juez ad quem cuando aprecia que el hecho constitutivo de
la presunción laboral, la prestación de un servicio personal, había quedado
desvirtuado por los documentos constitutivos estatutarios de unas sociedades
mercantiles y por los contratos de compra venta mercantil celebrados entre
unas sociedades mercantiles y la demandada que demostraban la existencia
de una relación mercantil, pues tal como ya fue indicado, los contratos no
tienen efecto sino entre las partes contratantes; no dañan ni aprovechan a los
terceros, excepto en los casos establecidos por la ley, en conformidad con lo
dispuesto en el artículo 1.166 del Código Civil, y la doctrina nacional y extranjera
y la jurisprudencia patria, antes referidas, han señalado invariablemente, que
tales contratos no pueden hacer nacer ningún vínculo jurídico, ninguna
obligación en relación con los terceros ajenos a la relación contractual que se
pretende hacer valer en su contra. En otras palabras, la fuerza obligatoria de
los contratos no se puede hacer valer frente a los actores, que son personas
naturales, y como tales, distintas de las dos sociedades mercantiles que
suscribieron los mismos.
Sin embargo, a pesar de que las estipulaciones contractuales no obligan a los
demandantes, éstas pueden ser apreciadas como evidencia de los pagos
realizados por la demandada a un tercero, pues el salario puede ser entregado
a otra persona, con el consentimiento del trabajador.
Este error de juzgamiento constituye una falta de aplicación de la norma
jurídica al caso concreto, pues desconoce el principio de relatividad de los
contratos, consagrado en el artículo 1.166 del Código Civil que le impone al
juez, en el caso estudiado, la obligación de examinar los contratos presentados
y determinar, de acuerdo con los limites legales, qué alegatos fueron probados,
además de considerar como no extendible a los actores la relación mercantil
aducida por la demandada, con lo cual ha debido considerar como no
desvirtuada la presunción laboral y sostener su aplicabilidad al caso concreto,
así se decide.
Tampoco quedó desvirtuada la relación de trabajo por el siguiente hecho
establecido por la sentencia recurrida:
“De acuerdo a lo probado, las actividades de las Sociedades de
Responsabilidad eran ejecutadas por personas distintas a sus socios
y directores…”.
No puede desvirtuar las consecuencias de la presunción legal el hecho de que
la parte demandada haya producido en juicio los citados documentos privados,
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 389

en primer lugar, porque tales documentos emanan de unas personas jurídicas


que no son parte en el juicio y los documentos privados emanados de terceros
que no son parte en el juicio ni causantes de las mismas, deben ser ratificados
por el tercero mediante la prueba testimonial, sin lo cual son inadmisibles y
por ello carecen de todo valor probatorio, en conformidad con lo dispuesto en
el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil, y en segundo lugar, porque
el contrato de trabajo se considera celebrado por tiempo indeterminado cuando
no aparezca expresada la voluntad de las partes, en forma inequívoca, de
vincularse sólo con ocasión de una obra determinada o por tiempo determinado,
en conformidad con lo dispuesto en el artículo 73 de la Ley Orgánica del
Trabajo y por ello se entiende que si otras personas realizaron la labor,
circunstancialmente, fue con el consentimiento del patrono y la actividad por
ellos desplegada, siempre accidental o temporal, no puede desvirtuar la relación
de trabajo y, mucho menos puede afectar la consideración de que el contrato
de trabajo fue celebrado por tiempo indeterminado, pues si las partes reanudan
la prestación del servicio, debe entenderse que han querido obligarse, desde
el inicio de la relación, por tiempo indeterminado, en conformidad con lo
estatuido en el artículo 75 eiusdem, que consagra la presunción iuris tantum
de duración del contrato.
(…)
Por todo ello esta Sala considera que la existencia de un contrato de compra
venta mercantil entre dos personas jurídicas y la prestación del servicio personal
por otra persona distinta a los demandantes, de manera ocasional, no son
suficientes para desvirtuar la existencia de la relación de trabajo, pues de las
pruebas examinadas por el juez de Alzada se evidencia que no fueron destruidos
los elementos característicos de la relación de trabajo: prestación personal
del servicio, labor por cuenta ajena, subordinación y salario, pues no basta la
existencia de un contrato mercantil entre el patrono y un tercero y la prestación
accidental del servicio por otra persona, por aplicación de los principios de
irrenunciabilidad de los derechos del trabajo y de primacía de la realidad,
antes referidos, para desvirtuar la presunción laboral, sino que debió el patrono
demostrar con plena prueba que la prestación personal del servicio se efectuó
en condiciones de independencia y autonomía, que permitieran al juez arribar
a la absoluta convicción de que la relación jurídica que los vincula es de una
condición jurídica distinta, circunstancia esta última ausente en el caso
examinado, y, como se ha demostrado en el caso de autos, que los actores
prestaban un servicio personal a la demandada y que ésta no desvirtuó la
presunción legal, ha debido el Juez aplicar la norma al caso concreto, porque
390 JUAN RAFAEL PERDOMO

de no ser así evadirían fácilmente el cumplimiento de las normas en materia


de Derecho Laboral.
En conclusión, las faltas en que incurre el juez en la sentencia examinada, al
considerar que la relación existente entre los actores y la demandada era de
carácter mercantil, en violación de las normas antes indicadas, constituye un
error de juicio que se manifiesta en la falta de aplicación de los artículos 39 y
65 de la Ley Orgánica del Trabajo y de los artículos 1.166 y 1.397 del Código
Civil.
Por los motivos anteriormente indicados, esta Sala de Casación Social casa
de oficio la sentencia impugnada.

1.2. Presunción de existencia de la relación de trabajo aplicable a los


productores de seguros
1.2.1. Las normas de la Ley de Empresas de Seguros y
Reaseguros no excluyen la existencia de la relación
laboral

Recurso de Casación
Partes: Francisco Dávila Álvarez contra la empresa C.A.
Venezolana de Seguros
Sentencia: N° 46 de 15­03­00. Exp. 95­123
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Comparte esta Sala el criterio de que las normas de la Ley de Empresas de
Seguros y Reaseguros no excluyen la existencia de la relación laboral, pero
en cuanto a su demostración, en virtud de la presunción legal, basta que el
actor demuestre la prestación personal de servicios para que se presuma la
existencia de dicha relación, con todas sus características, tales como la
subordinación y la existencia de un salario, cuyo quantum puede ser establecido
por una experticia complementaria del fallo, siendo carga del demandado
alegar y demostrar la inexistencia de dicha relación, por no cumplirse alguna
de las condiciones de existencia, tales como la subordinación, o la existencia
de un salario.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 391

1.2.2. Es suficiente que demuestren la prestación personal del


servicio para que se presuma la existencia de la relación
de trabajo

Recurso de Casación
Partes: María Antonia Velasco Avellaneda contra la
empresa Compañía Anónima Venezolana Seguros
Caracas
Sentencia: N° 48 de 15­03­00. Exp. 99­638
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida por la Sala de Casación Civil
en sentencia de 10 de diciembre de 1985
Ratificada en: Sentencia N° 1447 de 23 de noviembre de 2004
(caso: José Miguel Millán Hidalgo contra la sociedad
mercantil Seguros La Seguridad, S.A.)
Normas citadas: LESR (8 de agosto de 1975): artículos 136, 137,
140, 142, 143, 176, 177 y 178
En criterio de esta Sala, las normas de la Ley de Empresas de Seguros y
Reaseguros no excluyen la existencia de la relación laboral, y en cuanto a la
demostración de esta relación, en virtud de la presunción legal, basta que el
actor demuestre la prestación personal de servicios para que se presuma la
existencia de dicha relación, con todas sus características, tales como la
subordinación y la existencia de un salario, cuyo quantum puede ser establecido
por una experticia complementaria del fallo, siendo carga del demandado
alegar y demostrar la inexistencia de dicha relación, por no cumplirse alguna
de las condiciones de existencia, tales como la subordinación, o la existencia
de un salario.
El formalizante niega la existencia de una subordinación y deriva la
demostración de su negativa de las normas de la Ley de Empresas de Seguros
y Reaseguros. Constituye un error confundir el ser con el deber ser, las
relaciones entre un concreto productor de seguros y la empresa para la cual
coloca los productos de manera exclusiva, con las disposiciones de la Ley de
Empresas de Seguros y Reaseguros. Es decir, aun cuando la ley ordene o
prohiba una determinada actividad, de ello no puede derivarse su existencia o
inexistencia. Por ejemplo, sería falaz el argumento de que un vehículo no
392 JUAN RAFAEL PERDOMO

circulaba a 120 Km. por hora, porque la ley lo prohibe, o determinar que se
presentó la declaración de impuesto, porque la ley lo ordena.
Por otra parte, fue criterio reiterado por la antigua Sala de Casación Civil de
la Corte Suprema de Justicia, en decisión de fecha 10 de diciembre de 1985,
con ponencia del Magistrado Dr. Carlos Trejo Padilla, el cual comparte esta
Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, que de las
disposiciones de la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros del 8 de agosto
de 1975, y concretamente de las disposiciones previstas en sus artículos 136
y siguientes sobre la intermediación de seguro, en modo alguno se puede
excluir del derecho del trabajo a aquellos productores de seguros que con
motivo de sus labores propias, acrediten los atributos de prestación de servicios,
salario y subordinación, esenciales de la relación de trabajo; ya que en
interpretación del artículo 137 de dicha Ley, es perfectamente posible pensar
que con ocasión de las actividades de un productor o agente de seguros que
sea persona natural y que actúe en forma exclusiva para determinada empresa,
pueda configurarse una relación de trabajo siempre y cuando de la forma
como se ejecuten tales actividades, se encuentran los requisitos ya
mencionados de la relación de trabajo. En consecuencia de ello, estimó la
Corte que las facultades de investigación y de inspección que atribuye la Ley
a la Superintendencia de Seguros no implican ni están relacionadas con la
calificación de la relación de un productor de seguros, ya que dichas normas
se establecen en beneficio de la colectividad; y por ello los artículos 140, 142,
176, 177 y 178 de la Ley, no pueden interponerse como elementos que pueden
descalificar la existencia de una relación laboral; y la prohibición que el artículo
143 ejusdem establece para actuar como productores de seguros, está referida
a los empleados internos de las empresas que allí se mencionan, bancarias, de
créditos, de seguros, entidades de ahorro y préstamos y otras, pero no para
quien no esté en dichos supuestos.
La única manera de desvirtuar la existencia de una relación de trabajo, una
vez demostrada la prestación personal de servicios, es alegar y probar que el
trabajo se realizó, en el caso concreto, no en las disposiciones de ley, de
manera no subordinada.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 393

1.3. Presunción de existencia de la relación de trabajo aplicable a los


profesionales. Contenido y alcance del artículo 65 de la Ley Orgánica
del Trabajo

Recurso de Casación
Partes: Edgar Clavier contra la sociedad mercantil Centro
Médico Camuribe (CAMURIBE, C.A.)
Sentencia: N° 264 de 29­04­03. Exp. 02­387
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
laborales
Normas citadas: LOT: artículos 3, 8, 9, 10, 15, 39, 59, 65 y 66; RLOT:
artículo 4; CRBV: artículos 86 al 97
El formalizante denunció la infracción por parte de la recurrida de los artículos
65 y 9° de la Ley Orgánica del Trabajo, en concordancia con el artículo 4° del
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, todos por errónea interpretación.
(…)
La citada disposición legal ­artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo­ contiene
una regla general: la presunción de existencia de la relación de trabajo; y una
excepción que como tal es de interpretación restringida cuya aplicación tiene
condiciones de dos órdenes: primero, el carácter de la institución que recibe
el servicio prestado, la cual no debe tener fines de lucro; y, segundo, las
características del servicio personal, que debe ser prestado por razones de
orden ético o de interés social, con un propósito distinto a la relación laboral.
Ambas condiciones deben concurrir para que no se aplique la presunción de
existencia de la relación laboral entre quien presta el servicio y quien lo recibe.
Ahora bien, la incorporación de principios básicos o fuentes directas del
Derecho del Trabajo a las constituciones es relativamente reciente y ha sido
de desarrollo progresivo. Se puede hablar incluso de un proceso de
constitucionalización del Derecho del Trabajo ­con antecedentes en la
Constitución francesa de 1848 o en la mexicana de 1917­ iniciada
simultáneamente con su Internacionalización, siendo, en tal sentido
emblemática, la Constitución alemana de 1919.
En nuestro ordenamiento jurídico actual, la Constitución vigente consagra
en los artículos 86 al 97, los principios rectores en esta materia, siendo
394 JUAN RAFAEL PERDOMO

obligación del Estado garantizar la igualdad y equidad de hombres y mujeres


en el ejercicio de los derechos del tra­bajo, considerando éste como un
hecho social, protegido por el Estado y regido por los principios de:
intangibilidad, progresividad, primacía de la realidad, irrenunciabilidad, in
dubio pro operario, entre otros.
Las disposiciones legales contenidas en los artículos 3°, 10 y 15 de la Ley
Orgánica del Trabajo, reiteran el carácter irrenunciable de las normas dictadas
en protección de los trabajadores y la obligatoria sujeción de cualquier relación
de prestaciones de servicios personales a la normas previstas en dicha Ley,
cualquiera que fuere la forma que adopte, con las excepciones previstas en
ella. Tanto la doctrina como la jurisprudencia, han desarrollado una amplia
protección a los derechos de los trabajadores, reconociendo consecuencias
jurídicas al solo hecho de la prestación del servicio personal mediante la
incorporación de la presunción legal a favor del mismo.
El Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, consagra el principio de la
norma más favorable (o principio de favor), y el principio de la conservación
de la condición laboral más favorable (artículo 8° eiusdem).
Al respecto, el artículo 59 de la Ley Orgánica del Trabajo, prevé que en caso
de conflicto entre leyes prevalecerán las normas del Trabajo, sustantivas o de
procedimiento y si hubiere dudas en la aplicación de varias normas vigentes,
o en la interpretación de una determinada norma, se aplicará la más favorable
al trabajador en su integridad. Esta norma es fundamental dentro de la
especialidad del Derecho del Trabajo.
Un claro ejemplo de protección amplia a los trabajadores, está consagrado en
el artículo 65 de la citada Ley Orgánica, el cual presume la existencia de una
relación de trabajo entre quien presta un servicio por cuenta y dentro del
ámbito de organización y dirección de otro y el que lo recibe, a cambio de una
remuneración a aquél.
Tal presunción, desplaza la carga de la prueba haciéndola recaer sobre aquella
persona a quien perjudica y que debe tratar con medios probatorios de
impugnarla. De este modo, tiene un efecto jurídico importante, invierte la
carga de la prueba dentro del proceso laboral, pues el trabajador ­quien es el
débil jurídico­ que alega derechos derivados del contrato de trabajo, está
eximido de la carga de demostrar la existencia del mismo, debiendo el patrono,
por ser la persona que tiene en su poder mayores posibilidades, a quien la ley
le atribuye la carga de la prueba.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 395

Alguna de las presunciones legales contenidas en la Ley Orgánica del Trabajo,


son las establecidas en los artículos 65 y 66, cuya finalidad es revertir dentro
y fuera del proceso, la desigualdad económica entre los sujetos de la relación.

Contenido y alcance del artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo


(…) el trabajador quien alega la presunción legal, debe demostrar el hecho
constitutivo de la presunción ­prestación personal del servicio­ para que el
tribunal establezca el hecho presumido por la Ley ­existencia de una relación
de trabajo­. Al tratarse de una presunción iuris tantum, admite prueba en
contrario, por lo que el pretendido patrono puede alegar en su contestación y,
posteriormente demostrar dentro del proceso la existencia de un hecho o
varios hechos que desvirtúen la existencia de la relación de trabajo, por no
cumplirse alguna de las condiciones para su existencia, como es: la labor por
cuenta ajena, la subordinación o dependencia y el salario o remuneración.
En el caso de autos, el Tribunal Superior examinó el material probatorio
producido por ambas partes en juicio y concluyó que para la aplicación de la
presunción legal ­artículo 65 eiusdem­ se requería la demostración no sólo de
la existencia de la prestación de servicio sino también la prueba de la
coexistencia tanto de la dependencia o subordinación y la ajenidad a que se
refiere el artículo 39 de la citada Ley. En consecuencia, la recurrida afirmó
que la parte actora no demostró en forma alguna, la prestación personal de
servicio entre su persona y la parte demandada y, por tanto, declaró sin lugar
la demanda.
Sin embargo, conforme al contenido y alcance del artículo 65 eiusdem, el
legislador busca precisamente desarrollar una protección al trabajador mediante
la incorporación de una presunción iuris tantum, a favor del mismo, a quien
la Ley Orgánica del Trabajo en su artículo 39, ha definido como la persona
natural que realiza una labor de cualquier clase, por cuenta ajena y bajo la
dependencia de otra, es decir, no lo hace para sí mismo, sino para otro, debiendo
ser remunerada por la prestación de sus servicios. De tal manera que sería
absurdo conceder protección para unos trabajadores sí y para otros no.
Por tanto, el Tribunal de alzada incurrió en error de interpretación del artículo
65 de la Ley Orgánica del Trabajo, con efectos determinantes para el dispositivo
del fallo, al expresar que para poder considerar aplicable la presunción de la
relación laboral prevista en la citada disposición legal, el trabajador debía
probar todos los elementos de esa relación laboral.
396 JUAN RAFAEL PERDOMO

Presunción de existencia de la relación de trabajo aplicable a los


profesionales
(...) el artículo 9° de la Ley Orgánica del Trabajo dispone:
“Los profesionales que presten servicios mediante una relación de
trabajo tendrán los derechos y obligaciones que determinen las
respectivas leyes de ejercicio profesional, pero estarán amparados por
la legislación del Trabajo y de la Seguridad Social en todo aquello que
los favorezca.
Los honorarios correspondientes a la actividad de dichos profesionales
se considerarán satisfechos por el pago de la remuneración y demás
beneficios derivados de la relación de trabajo, salvo convenio expreso
en contrario”.
Conforme a lo establecido por la citada disposición legal, un profesional, a
quien la doctrina dentro de un esquema clásico lo dejaba fuera de la protección
de las leyes laborales, porque el ejercicio de una profesión, de las consideradas
liberales, exceptuaba el elemento de subordinación, sin embargo, la
jurisprudencia venezolana ha venido afirmando que nada se opone a que los
trabajadores liberales fueran considerados trabajadores subordinados, aunque
presentara caracteres algo distintos, porque en aplicación de la presunción
legal del artículo 65 antes referido, siempre que se demuestre la prestación
personal de un servicio se presume la existencia de una relación de trabajo y
es al patrono a quien le corresponde desvirtuar la presunción alegando que no
hay dependencia al prestar sus servicios, razón por la cual el ser un profesional
liberal per se, no excluye la existencia de la relación de trabajo.
La norma en referencia dispone expresamente que esta clase de trabajadores
­profesionales­ que tienen los derechos y obligaciones que determine la ley
respectiva, igualmente, estarán amparados por la Ley Orgánica del Trabajo,
con ocasión de la relación jurídica objetiva que se crea entre el trabajador y el
patrono por la prestación de un servicio, aplicándosele la ley de ejercicio
profesional en lo que pudiera corresponder a otros aspectos inherentes al
ejercicio propiamente dicho, teniendo en cuenta que se aplicará con preferencia
aquella ley que ofrezca mejores beneficios para el trabajador ­principio de la
norma más favorable­.
No obstante, el Tribunal de alzada argumentó que para el caso de los
profesionales, existen disposiciones que exigen pruebas adicionales a la simple
demostración de la existencia de la prestación de servicio personal y su
recepción por parte de un tercero (tales como la dependencia y la ajenidad
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 397

prevista en el artículo 4° del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo). En


este sentido, el artículo 4° del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo,
prevé lo siguiente:
“Los profesionales que presten servicios personales bajo dependencia
y por cuenta ajena, estarán sometidos a la Ley Orgánica del Trabajo y
al presente Reglamento.
Lo establecido no les impedirá la celebración con sus patronos de
contratos mediante los cuales se obliguen a prestar servicios
profesionales en nombre y por cuenta propia. En este supuesto, el
contrato deberá celebrarse por escrito e indicar su duración y las
obligaciones fundamentales de las partes.
Si el contrato de servicios profesionales no fuere celebrado por escrito
y coexistiere con un contrato de trabajo celebrado entre las mismas
partes, se presumirá que la retribución percibida reviste naturaleza
salarial, salvo prueba en contrario”.
Aduce la recurrida, que sólo les es aplicable a los profesionales el artículo 9°
de la Ley Orgánica del Trabajo “en tanto y en cuanto haya sido demostrada la
existencia de la relación laboral “, no con la mera aplicación de la presunción
legal contenida en el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, es decir, sólo
después que esté probado que la prestación de servicios del profesional se
realiza mediante una relación de trabajo, podrá derivarse que tales personas
están amparadas por la legislación del trabajo y de la seguridad social,
manteniendo el criterio de que el profesional demandante pretendió valerse
de la presunción legal, sin tener razones suficientes para que se le concediera,
por ello requería que el interesado, para recibir los beneficios de la presunción
legal, “…demostrara otros hechos conocidos distintos a la prestación del
servicio en beneficio de la Clínica del que se hacía depender la existencia del
hecho desconocido: la relación laboral”.
Este error de interpretación de los artículos 9° de la Ley Orgánica del Trabajo,
y 4° del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, fueron determinantes
para el dispositivo del fallo, en virtud de que con fundamento en el mismo, se
consideró no demostrada la existencia de la relación de trabajo y por tanto, se
declaró sin lugar la demanda.
En consecuencia, es procedente la presente denuncia de violación de los
artículos 9° y 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, así como la del artículo 4°
del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, todos por errónea
interpretación.
398 JUAN RAFAEL PERDOMO

1.4. Se desvirtuó la presunción de existencia de la relación de trabajo

Recurso de Casación
Partes: Rafael Agustín Varela Rodríguez contra las
empresas Distribuidora Polar, S.A. (DIPOSA) y
Distribuidora Polar Metropolitana, S.A.
(DIPOMESA), fusionadas a los efectos de este
juicio, por absorción de ellas, en la empresa
Cervecería Polar, C.A.
Sentencia: N° 1448 de 23­11­04. Exp. 04­1097
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOT: artículo 65; LOPT: artículo 54
El actor alegó haber prestado servicios personales de carácter laboral a la
demandada a través de una contratación pretendida y simuladamente mercantil,
suscrita por él en representación de una sociedad de responsabilidad limitada
que se le exigió constituir a los fines de la simulación, consistentes los servicios
en distribuir sus productos a diversos clientes ubicados dentro de determinada
zona geográfica. Los servicios se prolongaron durante un lapso de quince
años y cuatro meses y concluyeron por despido verbal, sin que en el curso de
los mismos ni a su finalización se le pagaran los conceptos propios de una
relación de trabajo como la que, en realidad, existió.
La demandada, además de la negativa pormenorizada de los hechos y
pretensiones planteados y reclamadas, opuso como cuestión central que el
demandante no fue un trabajador dependiente de ella sino un comerciante
que realizaba la actividad de reventa y distribución de sus productos como
administrador de una sociedad mercantil que él representaba, denominada
Comercial Rafamiri, S.R.L., como se indica en los contratos de venta y
concesión suscritos entre ambas partes; que a través de esa mediación el
actor adquiría los productos en condiciones de contado y corría con los riesgos
de la mercancía, en garantía de lo cual se adhirió a un fideicomiso establecido
al efecto, y los revendía en las condiciones de contado o crédito que
considerara convenientes, corriendo también con los riesgos de esas formas
de pago; que fijaba sus horarios a su conveniencia y la de los clientes; que
podía ceder la cartera geográfica de clientes que tenía asignada o adquirir
otras; y que cubría totalmente sus gastos de operación tanto de personal
como del o los vehículos utilizados al efecto. En conexión con sus alegaciones,
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 399

la demandada solicitó la notificación de esa sociedad como tercero, según lo


dispuesto en el artículo 54 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo; solicitud
absolutamente improcedente e inocua en el caso, porque no se atribuye a la
misma condición de garante ni puede ella resultar afectada en modo alguno
por la decisión que aquí se dicte, puesto que el planteamiento de la demanda
por el actor nada pretende al respecto y sólo la menciona en cuanto elemento
utilizado para la simulación que alega.
También con fundamento en la existencia de esa sociedad y su mediación en
la relación del actor con la demandada, ésta alegó que la presunción legal del
artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, queda desvirtuada y aquél tiene la
carga de probarla; argumentación también improcedente, desde luego que es
cuestión a resolver si esa mediación “formal” es o no suficiente para que al
servicio personal prestado se le atribuya una naturaleza no laboral.
Conforme a esos planteamientos, por consiguiente, debe partirse de que se
trató de una actividad personal del demandante, aun cuando la ejecutara
formalmente en representación de una persona jurídica, por lo que funciona a
su favor, en principio, la presunción de laboralidad contemplada en el artículo
65 de la Ley Orgánica del Trabajo; de modo que es necesario determinar con
el examen y valoración de los elementos de autos, si se mantiene la presunción
o si quedó la misma desvirtuada; y al efecto, se observa:
El demandante promovió una serie de instrumentos relacionados con diversos
terceros, (…).
Con vista de ello, la Sala considera efectivamente demostrada esa
circunstancia, sin perjuicio de que en definitiva la calificación de laboral o no
de los servicios prestados por esas personas, dependerá de los distintos
aspectos en que, en la realidad de los hechos, se desarrollaron los mismos.
Promovió también el demandante, una serie de instrumentos relacionados
directamente con su persona y con la sociedad que constituyó, Comercial
Rafamiri, S.R.L., donde incluyó facturas­guías emitidas por DIPOSA que
reflejan pagos de la primera a la segunda por mercancías y cuotas de fideicomiso
(…), liquidación de póliza colectiva de seguro contratado por DIPOSA que
cubría al demandante y sus familiares, así como facturas médicas de éstos,
cubiertas por ese seguro (…), recibos de pago de giros por Comercial Rafamiri,
S.R.L. a DIPOSA respecto de cuotas de dicho seguro (…), recibo de
cancelación de crédito otorgado por DIPOSA a dicho Comercial (…), copias
parciales de documentación relativa al contrato de arrendamiento financiero
con la sociedad financiera FIVENEZ, del camión utilizado por el demandante
400 JUAN RAFAEL PERDOMO

para la venta y distribución de los productos y al “casillero” incorporado al


camión por cuenta de Polar (…), recibo… correspondiente a la venta de
dicho camión por Comercial Rafamiri, S.R.L., a DIPOSA (…), listas de precios
de los productos Polar (…), sendos diplomas otorgados al demandante como
representante de Comercial Rafamiri, S.R.L., por su participación en programas
de DIPOSA (…).
Promovió asimismo la exhibición de los “libros de vigilancia en donde se lleva
el control de la salida y entrada del personal (…)” para demostrar “lo
subordinado del horario de trabajo y la vigilancia total de la empresa”, acordada
la cual, en la oportunidad fijada la demandada presentó siete cuadernos de
“Reporte de Novedades” que fueron objetados por la representación del actor,
cuyo efecto probatorio en cuanto ajustado o no a la promoción, no es posible
establecer, dada la insuficiencia en la precisión de lo promovido y de lo que
quedaría demostrado con aquellos.
Y promovió también la declaración de los testigos…, quienes declararon en
concordancia con las circunstancias de la actividad ejecutada por el actor
conforme a lo expuesto en el libelo.
Tales probanzas reafirman una prestación de servicios susceptibles de dar
lugar a la presunción de relación de trabajo entre el actor y la demandada,
salvo demostración en contrario, pues todas en general, refieren circunstancias
de hecho que podrían encontrarse también presentes en una relación de tipo
contractual comercial, desde luego que los contratos envuelven actuaciones
o prestaciones obligantes y sujetas a reglamentación y supervisión según lo
convenido y la naturaleza de las mismas.
Promovió además el demandante, en copias, consulta evacuada por la
Administración Tributaria y solicitud de las demandadas a esa Administración
en cuanto a la autorización de formatos de facturas para la venta de licores,
alegando ante la instancia y ante la Sala, con base en ellas, que la Licencia de
Venta de Licores pertenecía siempre y en todo caso a las demandadas, por lo
que en realidad, no podía él ni la compañía que constituyó, efectuar las reventas
de los mismos pautadas en los contratos suscritos al respecto, lo que a su
juicio implica que su actividad era de mera distribución de los productos por
cuenta y orden de aquéllas, verdaderas vendedoras de los mismos, y, por
tanto, de orden laboral.
Ahora bien, considera y establece la Sala al respecto, que el estricto control
del Estado sobre la producción y venta de especies alcohólicas, que incluye la
rigurosidad en el otorgamiento de licencias para ello y la vigilancia de su uso
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 401

a través de terceros, empleados o no de los titulares respectivos, se restringe


al ámbito administrativo de todo el sistema fiscal instituido al efecto, y no
puede prevalecer, en cuanto a las relaciones de trabajo entre particulares se
refiere, sobre la realidad conforme a la cual se desarrolle la actividad
respectiva. No es por tanto la circunstancia alegada por el actor, la que definirá
la naturaleza laboral o no de los servicios que prestó a las demandadas. Así se
declara.
La demandada, por su parte, promovió los asientos de Registro Mercantil de
Comercial Rafamiri, S.R.L., (…), cuatro (4) contratos correspondientes a la
actividad contratada con la misma para la reventa y distribución de productos
Polar (…), documento de finalización de relaciones entre las partes con el
pago por DIPOMESA a Comercial Rafamiri, S.R.L. de determinada suma
por concepto de “litraje” pactado en los contratos (…), contrato de venta de
un camión, en 1990, por el actor, personalmente, a Distribuidora Polar, S.A,
(…), documentación relativa a contrato de arrendamiento financiero de un
camión para ser utilizado en comodato por Comercial Rafamiri, S.R.L. y
certificación de Registro del mismo a nombre de ella (…), documento de
adhesión de Comercial Rafamiri, S.R.L. al Fideicomiso de garantía previsto
en los contratos citados (…), comunicaciones del actor en nombre de
Comercial Rafamiri, S.R.L., autorizando actuaciones relacionadas con dicho
fideicomiso y descuentos de cuotas del mismo y del arrendamiento financiero
(…), comunicaciones del actor en nombre de Comercial Rafamiri, S.R.L.,
informando sobre la designación de diversos sustitutos para las actividades
contratadas con las demandadas, por distintos períodos (…), documentos de
cesión por terceros a Comercial Rafamiri, S.R.L., de “Litrajes” de productos
Polar (…), copias de certificado RIF, balances y declaraciones al impuesto
sobre la renta por Comercial Rafamiri, S.R.L. y de procedimiento de
investigación tributaria municipal a la misma (…).
Se recibió a instancias de su promoción, informe del Instituto Venezolano de
los Seguros Sociales conforme al cual el actor no aparece registrado como
empleado de las demandadas, y Comercial Rafamiri, S.R.L. tiene inscrito a
su cargo a un (1) trabajador; informe del Banco Provincial ratificando la
adhesión de esa compañía al fideicomiso antes mencionado.
Promovió y se evacuó una experticia contable practicada en sus listados y
copias de facturas­guías, de ingresos y declaraciones de Impuesto al Valor
Agregado, conforme a la cual, Comercial Rafamiri, S.R.L. compraba los
productos a DIPOSA y DIPOMESA y les pagaba el precio de los mismos,
sin que aparezcan pagos por éstas a aquélla.
402 JUAN RAFAEL PERDOMO

Promovió y se evacuó la declaración de los testigos, cuyas deposiciones en


concordancia con los alegatos de la demandada no pueden considerarse
relevantes dada su condición de empleados de la misma.
Con vista de esas probanzas, aparecen demostrados a juicio de la Sala
elementos que concordados entre sí enervan la pretensión de naturaleza laboral
de la relación que existió entre las partes, según las consideraciones siguientes:
Conforme a los contratos mencionados suscritos entre las demandadas y
Comercial Rafamiri, S.R.L., las facturas acompañadas y la experticia
evacuada, ésta adquiría generalmente de contado los productos y los revendía
a los clientes de la zona que tenía asignada, cuya actividad la realizaba con el
vehículo de su propiedad y con el personal que considerara necesario,
asumiendo los riesgos, responsabilidades y costos del transporte, siendo también
de su responsabilidad, con la que cumplía, las obligaciones fiscales y laborales
que corresponden a una sociedad. Pagaba efectivamente las cuotas por
concepto del fideicomiso previsto para garantizar sus obligaciones frente a
las demandadas y por concepto del seguro colectivo asumido con mediación
de las demandadas, así como pagó lo correspondiente al vehículo adquirido a
través del referido arrendamiento financiero, el cual pasó plenamente a su
propiedad en definitiva, al punto que lo vendió a una de las demandadas por la
cantidad de cuarenta millones de bolívares (Bs. 40.000.000,00) al finalizar la
relación, sin que la contratación implicase una obligación en ese sentido. Recibió
al finalizar la relación según lo previsto en los contratos, una remuneración
calculada con base en el movimiento de litros de productos Polar implicados
en la actividad, de veinte y nueve millones ochocientos cuarenta y nueve mil
trescientos veinticuatro bolívares con cuarenta y cinco céntimos (Bs.
29.849.324,45). Recibió en cesión de otras contratantes de las demandadas,
cupos de venta de productos. Todo ello desdibuja el aspecto salarial de una
relación de trabajo y las condiciones de subordinación, dependencia y ajenidad.
Especial mención requieren las participaciones del actor a las demandadas,
en nombre de Comercial Rafamiri, S.R.L., en el sentido de designar diversas
personas para sustituirlo al frente de la misma y en las actividades contratadas,
dado que para el año 2000 la sustitución se prolongó por el lapso de seis (6)
meses, en 1996 por tres (3) meses y en 1994 por dos (2), sin que ello
interrumpiera el curso contractual, circunstancias que ciertamente no son
compatibles con la dependencia y subordinación personal que se alega.
Observa adicionalmente la Sala, que las sumas percibidas por el actor por la
diferencia entre el precio de su adquisición de productos a las demandadas y
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 403

el precio obtenido de los clientes, cubrían los costos del vehículo y el personal
que utilizaba al efecto, de modo que no podrían en ningún caso aquellas
considerarse en su totalidad como un salario percibido personalmente.
De acuerdo, pues, con esos elementos y circunstancias, la Sala concluye en
que quedó desvirtuada la presunción de relación laboral de los servicios
alegados por el demandante, en virtud de lo cual, no podrá prosperar su
demanda. Así se declara.

1.5. Gerente General considerado como trabajador. Presunción de


laboralidad

Recurso de Casación
Partes: Carlos Anzola Delgado contra las sociedades
mercantiles Pinturas Termoplásticas Termopin,
C.A. y Horizontes de Vías y Señales, C.A.
Sentencia: N° 119 de 31­03­05. Exp. 04­1110
Ponente: Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz
Voto Salvado: Magistrado Juan Rafael Perdomo
Motivo: Cobro de beneficios laborales
Reitera: Doctrina establecida en las sentencias N° 61 de
16 de marzo de 2000 (caso: Diposa); N° 124 de 12
de junio de 2001 (caso: Inverbanco); N° 1633 de
14 de diciembre de 2004 (caso: Abbott
Laboratories); y N° 111 de 11 de marzo de 2005
(caso: IBM); N° 192 de 17­03­05 (caso: Universal
Music)
Norma citada: LOT: artículo 65
Data venia del ilustre criterio de la mayoría sentenciadora, el Magistrado
Juan Rafael Perdomo salva su voto por las razones siguientes:
A juicio del suscrito, el fallo de la mayoría sentenciadora se aparte de algunos
principios de Derecho del Trabajo y de la propia jurisprudencia de la Sala, al
asumirse el criterio respecto de lo que debemos entender por un trabajador
independiente. La verdad es que desde el punto de vista legal, trabajador
independiente es aquel que con sus propios medios presta un servicio personal
404 JUAN RAFAEL PERDOMO

y en este servicio que él realiza tiene toda la autonomía para desempeñar esa
labor. Los trabajadores independientes tal como fueron consagrados en la
Ley Orgánica del Trabajo, desde luego que están excluidos de la aplicación
de la Ley, porque en ellos están ausentes los tres elementos que caracterizan
al contrato de trabajo: subordinación, salario y el desempeño por cuenta ajena,
desde luego que el elemento descollante es la subordinación.
Por el contrario el trabajador dependiente es aquel que está subordinado a un
patrono y por muy elevada que sea su calificación profesional e intelectual, sin
embargo no forma parte de la estructura de la empresa sino que es un promotor
de riqueza. Sobre este particular, estimo, que las personas que tienen sueldos
elevados o reciben su salario en moneda extranjera, es porque ello está en
correspondencia con su calificación profesional, sin que ello sea un criterio
determinante para decidir si la persona es o no un trabajador dependiente, como
en el caso de autos, sobre lo cual no existe en la Ley Orgánica del Trabajo una
norma que regule supuestos tan particulares y desde luego sería deseable que
la Sala estableciera un criterio lo más adecuado posible.
Por otra parte es importante resaltar otros aspectos que subyacen en la solución
de los casos de los altos ejecutivos, desde la década de los ochenta se inicia a
nivel mundial la tendencia de privatizar las empresas en la que la peor parte la
llevan los trabajadores y de allí se creó la famosa tesis del trabajador lineal
versus el trabajador horizontal, con lo cual el tema de la subordinación quedó
diluido, tendencia que ha venido creciendo en los últimos años, flexibilizando
de tal manera la subordinación que ésta se ha convertido en un elemento
precario de las relaciones de trabajo. Desde luego que no solamente son las
políticas gubernamentales sobre el particular las que inciden en esta tendencia
sino que además está la globalización que considera que el mundo es una
aldea, gobernada por siete potencias que dominan e imponen sus reglas y los
demás países tienen que someterse a ellas, donde uno de los aspectos más
afectados es éste el de las relaciones de trabajo, sobre todo en Venezuela que
es un país que ha reconocido importantes derechos a los trabajadores. Por
ello es que además de la precariedad de las relaciones de trabajo, hay otros
aspectos relevantes como es el encubrimiento de éstas. Sobre el particular ya
la Sala en el caso DIPOSA, fijó su criterio al respecto y en el que se arribó a
la conclusión de que en cada caso concreto el juzgador tiene que examinar si
desmostrada como sea la prestación personal del servicio y aplicada la
presunción de laboralidad, ésta es posteriormente desvirtuada, criterio con el
cual se pretendía combatir esa tendencia universal de minimizar las relaciones
de trabajo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 405

Por otra parte es importante destacar que a nivel mundial se están atacando
la relaciones de trabajo y hoy en día, pese al esfuerzo de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), para tratar el tema, todavía persiste esta
tendencia, la cual tiene su expresión en Venezuela en casos como el de los
contratistas, medio a través del cual se precarizan las relaciones de trabajo,
excluyéndolos de la protección de la Ley. Además ha aumentado la tendencia
injustificada de clasificar por niveles a todos los trabajadores con la finalidad
de excluirlos de las convenciones colectivas.
En este asunto estimo que el demandante sí es un trabajador de la empresa
demandada y debió recibir los beneficios legales, porque no se dan en su
caso los elementos de exclusión antes aludidos y el criterio de la Sala
establecido en la muy conocida sentencia del caso INVERBANCO, la cual
comparto, no resulta aplicable al caso examinado, porque allí se trataba del
Presidente de la compañía, el cual no estaba sujeto por los estatutos a las
decisiones de la Junta Directiva del Banco, fijaba los sueldos de todo el
personal, con libertad casi ilimitada, con amplísima libertad en la toma de
decisiones de la empresa.
Por el contrario, similar a este caso es el caso de IBM y UNIVERSAL
MUSIC, recientemente decididos en los cuales al gerente general del más
alto nivel se le reconoce la relación de trabajo y se le pagan prestaciones
sociales. Igual ocurre en el caso de ABBOTT LABORATORIES, que es
una empresa norteamericana y cuyo gerente general del más alto nivel
radicado en Venezuela, también fue considerado trabajador, razones por las
cuales la Sala ha debido declarar con lugar la denuncia de infracción, por
falta de aplicación, del artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, al declarar
la Alzada que “...en autos no estaban demostrados los elementos que
constituyen la relación de trabajo...”, con lo cual soslaya el sentenciador
superior la aplicación al caso de autos de la presunción de laboralidad
contenida en el referido artículo y que le imponía al juez el deber de estimar,
en primer lugar, demostrada, salvo prueba en contrario, la relación de trabajo,
pero en lugar de ello le atribuyó al trabajador y no al patrono la carga de la
prueba de la relación de trabajo, en infracción del artículo denunciado; para
que, en segundo lugar, la Sala al descender al examen del mérito del asunto
y advirtiendo las diferencias existentes entre el caso examinado y la
jurisprudencia de la Sala estimara que no era aplicable el criterio del caso
INVERBANCO y que no se había desvirtuado la presunción y como
consecuencia de ello era procedente la pretensión del actor.
Queda así expresado el criterio del Magistrado que disiente.
406 JUAN RAFAEL PERDOMO

2. RELACIÓN DE TRABAJO

2.1. La exclusividad

Recurso de Casación
Partes: Teresa De Jesús García viuda de Avendaño contra
Teleplastic C.A.
Sentencia: N° 797 de 16­12­03. Exp. 02­624
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Aunque la exclusividad es un elemento frecuente en las relaciones de trabajo
no es un elemento definitorio de las mismas, por lo que puede resultar
perfectamente posible que un trabajador labore para dos empresas a la vez,
más aún cuando por la naturaleza misma de la función, como son las ventas
en distintos zonas del país, no está sometido a régimen, jornada, ni asistencia
a la sede de la empresa, sino que se ejerce el control de su actividad mediante
el control de los resultados de la misma.
Entonces, debe concluirse que el solo hecho que se estableciera en la sentencia
que el causante de las demandantes trabajaba para la empresa Fil­Pack, C.A.,
no significa que se desvirtuara la existencia de subordinación y dependencia
entre José Inocencio Avendaño Ramírez y la demandada, ni la presunción de
existencia de una relación de trabajo.

2.2. Actos objetivos de comercio. El juez debe analizar si están dados los
elementos constitutivos de la relación de trabajo

Recurso de Casación
Partes: Raúl Darío Colmenares Medina contra la sociedad
mercantil C.A. Embotelladora Táchira, hoy
Panamco de Venezuela, S.A.
Sentencia: Nº 800 de 16­12­03. Exp. 03­074
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
En materia laboral, atenido como está el Sentenciador a la consideración del
contrato realidad, el hecho de determinarse existentes una serie de actos o
actividades que puedan calificarse desde un punto de vista mercantil como
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 407

actos objetivos de comercio, no es suficiente para descartar que se trate en el


caso concreto de una relación de trabajo, pues, por encima de esa calificación,
siempre estará la apreciación que el Juez puede y debe hacer y exponer,
sobre la verdadera naturaleza, a su juicio, de la misma. En el caso, se está
frente a una cuestión de apreciación de una serie de elementos probatorios
que en criterio del Sentenciador revelan la existencia de los elementos
constitutivos de la relación de trabajo, cuya apreciación sólo podría ser
impugnada por la especial vía de la casación sobre los hechos o por falsa
suposición, no por infracción de ley como ha sido planteado.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social sobre el test de
laboralidad:
a) Se desvirtuó la presunción de existencia de la relación de trabajo de una
corredora de seguros. (Sentencia N° 489 de 13 de agosto de 2002,
expediente N° 02­069. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora
Díaz. Caso Mireya Beatriz Orta de Silva contra la Federación Nacional
de Profesionales de la Docencia­Colegio de Profesores de Venezuela
[FENAPRODO­CPV])
b) Desistimiento de la acción ante la Sala de Casación Social. El
encubrimiento. Concepto. (Sentencia N° 584 de 17 de octubre de 2002,
expediente N° 02­079. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora
Díaz. Caso: César Giral contra Distribuidora Polar, S.A. [DIPOSA], y
la Asociación de Vendedores de Cervezas, Maltas y Afines del Estado
Aragua [AVECMA]). Reitera doctrina establecida en sentencias de 16
de marzo de 2000. (Caso Félix Ramón Ramírez y otros contra
Distribuidora Polar S.A); de 9 de agosto de 2000. (Caso Harold Franco
Alvarado contra Aerobuses de Venezuela C.A); de 18 de diciembre de
2000. (Caso Nabil Saad contra Distribuidora de Productos Proderma
Cosmésticos S.R.L); y de 31 de mayo de 2001. (Caso Enrique José
Rondón y Jesús Ramos contra Distribuidora Polar S.A.)
408 JUAN RAFAEL PERDOMO

3. CONTRATO DE TRABAJO

3.1. Naturaleza jurídica del contrato laboral. a) Los contratos laborales;


b) Relatividad de los contratos; c) Presunción de existencia de la
relación de trabajo

Recurso de Casación
Partes: Octavio Antonio Monsalve contra la empresa
Manufacturas Metalmecánicas S.A.
Sentencia: N° 50 de 15­03­00. Exp. 99­633
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados del contrato de trabajo
Reitera: Criterio establecido en sentencia de 23 de abril de
1969 (Sala de Casación Civil, Mercantil y del
Trabajo)
Normas citadas: LOT: artículo 65; CC: artículos 1.166, 1.357, 1.363
y 1.387
En cuanto a la naturaleza jurídica del documento que contiene el contrato
celebrado entre LAGO MÉDICA, S.R.L. y MANUFACTURAS
HIDROMECÁNICAS, S.A., considera esta Sala precisar:
La Alzada establece que se trata de un contrato celebrado “por ante la
Notaría...”, lo cual no le otorga el carácter de documento público, aun cuando,
en un sentido diferente, tiene autenticidad, pues consta, por la declaración
ante el funcionario público, su autoría.
En efecto, establece el artículo 1.357 del Código Civil, que instrumento público
o auténtico es el que ha sido autorizado con las solemnidades legales por un
Registrador, por un Juez u otro funcionario o empleado público que tenga
facultad para darle fe pública, en el lugar donde el instrumento se haya
autorizado.
Los documentos autenticados o reconocidos ante un Notario no adquieren
carácter público, pues dicho funcionario no presencia el acto, ni tiene facultad
para darle fe pública al documento, sino que recibe la declaración del
otorgante sobre la autoría y luego lo declara autenticado, o reconocido,
según sea el caso. En este caso, lo único que tiene carácter público es la
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 409

declaración del funcionario, en el sentido de que recibió, a su vez la


manifestación del otorgante.
Establece el artículo 1.363 del mismo Código que el instrumento privado
reconocido o tenido legalmente por reconocido, tiene entre las partes y respecto
de terceros, la misma fuerza probatoria que el instrumento público en lo que
se refiere al hecho material de las declaraciones; hace fe, hasta prueba en
contrario, de la verdad de esas declaraciones.
Es decir que, a diferencia del documento público, puede probarse en contrario
de lo dicho en un documento privado; sin embargo, dicha prueba no puede
hacerse con testigos, por la prohibición del transcrito artículo 1.387 del Código
Civil.

a) Los contratos laborales


(…) es necesario distinguir el documento, que puede oponerse tanto entre
partes, como frente a terceros, del contrato contenido en el instrumento, el
cual, por el principio de relatividad de los contratos, expresado en el artículo
1.166 del Código Civil, no es oponible a terceros:
“Los contratos no tienen efecto sino entre las partes contratantes: no
dañan ni aprovechan a los terceros, excepto en los casos establecidos
por la Ley”.
Por aplicación de la regla transcrita, el contrato en cuestión no obliga a (…) el
demandante, quien es una persona jurídica diferente a la sociedad mercantil
(…); por tanto no puede considerarse que el Juez, al valorar los testigos para
establecer la existencia de una prestación personal de servicios, admitió el
testimonio para desvirtuar el contenido del documento en cuestión.

b) Relatividad de los contratos


Los contratos tienen efecto sólo entre las partes. Este principio, denominado
de “relatividad de los contratos” está instituido en nuestra legislación por, el
artículo 1.166 del Código Civil, el cual ordena: “Los contratos no tienen efecto
sino entre las partes contratantes: no dañan ni aprovechan a los terceros,
excepto en los casos establecidos por la Ley”.
Pretende la formalizante ­demandado­ que dicho contrato obliga no sólo a las
partes, las sociedades mercantiles (…), sino también al demandante, quien es
una persona natural.
410 JUAN RAFAEL PERDOMO

En relación con el principio de la relatividad de los contratos, consagrado en


el artículo 1.166 del Código Civil, OSCAR PALACIOS HERRERA, señala:
“El artículo 1.166 del Código Civil, uno de los principios más antiguos
y más repetidos de las obligaciones: es el que se ha llamado ‘de la
relatividad de los contratos”.
“Esta norma no sólo es aplicable al campo contractual sino también
a toda la teoría del acto jurídico. La doctrina moderna la estudia al
tratar del acto jurídico. Su fundamentación es muy sencilla: nadie
puede quedar afectado por un acto jurídico en el cual no ha
intervenido. Vimos que el contrato tiene fuerza de ley entre las partes,
pero la tiene en virtud de que nace de la voluntad de esas partes. En
consecuencia, el principio de la relatividad de los contratos
diferencia claramente la fuerza obligatoria del contrato de la fuerza
obligatoria de la ley. La ley rige para todos; el contrato tan solo rige
entre las partes”.
¿Qué quiere decir que el contrato tiene efecto relativo?
Quiere decir que sólo puede reclamar la acreencia quien es el acreedor
de la obligación contractual, y que sólo queda obligado a cumplir con
su obligación el que es deudor de la obligación contractual. Ni la
acreencia aprovecha a terceros, ni puede ser reclamada por terceros, ni
tampoco la obligación puede ser exigida a terceros”.
“No obstante, antes de explicar el principio de la relatividad, debemos
distinguir los efectos internos del contrato de los efectos externos del
mismo. El no haber separado ambos conceptos ha creado confusiones
en torno de este punto”.
“Los efectos internos del contrato son el producir obligaciones. Las
obligaciones sólo pueden ser exigidas por el acreedor contractual al
deudor contractual. Nadie puede por un contrato, en principio, obligar
a un tercero. Nadie puede por un contrato, en principio, hacer que un
tercero sea acreedor de la otra parte. Se aplica la regia: res inter alios
acta aliis prodesse nec nocere potesf’”.
Pero, sin embargo, junto a estos efectos internos del contrato,
encontramos otros efectos: sus efectos externos: la oponibilidad
del contrato. En lo que concierne a los efectos externos, la regla
aplicable es la opuesta: el contrato tiene efectos externos contra
todos.
Cuando decimos que el contrato tiene efectos externos contra todos,
no queremos expresar que obliga a los terceros. Con ello se quiere
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 411

expresar tan solo que los terceros tienen que reconocer el hecho
jurídico de que se ha celebrado un contrato. Por ejemplo: yo soy
propietario de un edificio: celebro un contrato de venta en virtud
del cual mi propiedad pasa al patrimonio del comprador; el contrato
ha cumplido todos los requisitos exigidos para su existencia, para
su validez y para su oponibilidad; por lo tanto, toda la sociedad
tiene que reconocer que aquel edificio que antes estaba en el
patrimonio mío ha sido traspasado al patrimonio del comprador.
Este es un efecto externo del contrato. Todos tenemos que admitir
que se ha operado la transferencia del derecho de propiedad. En
cambio, no es posible, en principio, que en este contrato diga el
comprador que el precio será pagado por un tercero, cargue la deuda
a un tercero. El tercero a quien demande el vendedor para que le
pague el precio, le dirá: ‘Yo no he sido parte en ese contrato; en
consecuencia, no estoy obligado’. Los efectos internos del contrato
sólo se aplican a las partes contratantes. Esta es, pues, la diferencia
fundamental entre efectos interno del contrato y efectos externos u
oponibilidad”.
“Ya sabemos que en determinados casos el contrato no produce los
efectos externos, no es oponible a terceros. Por ejemplo, cuando puede
ser impugnado por la acción pauliana o por la acción de simulación,
cuando no se han cumplido las formalidades establecidas en protección
a terceros: el registro, en materia de derecho inmobiliario; la posesión,
en lo que respecta a la titularidad de bienes muebles”. (PALACIOS
HERRERA, O. “Apuntes de Obligaciones”, Versión taquigráfica de
clases, UCV, 1950­51, Caja de Trabajo Penitenciario del Ministerio de
Justicia, Caracas, 1956, pp. 214­215, 218.).
También en relación con el principio de la relatividad de los contratos y más
concretamente con los efectos internos del mismo, CESAR CASAS RINCON,
explica:
“Cuando se habla de contrato que no perjudica ni favorece al que
permanece extraño al contrato, se habla del vínculo jurídico que nace
por efecto del contrato, y se afirma, por consiguiente, que dicho vínculo
no puede en modo alguno referirse al tercero. En efecto, el vínculo
nace de acuerdo a dos voluntades, y si el tercero no ha dado su
consentimiento no puede haberse acordado con el de los contratantes;
¿cómo, pues, podría extenderse al mismo el vínculo jurídico creado por
el concurso de otras voluntades?’. (CASAS RINCON, C. “Obligaciones
Civiles; elementos”, Tomo 1, Artes Gráficas S.C.R.A., Caracas, 1946,
pp. 141 y 142.).
412 JUAN RAFAEL PERDOMO

En relación con el efecto y oponibilidad de las obligaciones, los hermanos


MAZEAUD, señalan:
“El vínculo obligatorio no alcanza a los terceros, que no pueden ni
exigir el cumplimiento de la obligación ni quedar sujetos a cumplirla.
Pero la obligación existe con respecto a todos; para los terceros
constituye un hecho, que no tienen derecho a desconocer, como
tampoco el contrato o la ley que le haya dado regularmente nacimiento.
Al desconocer a sabiendas esa obligación, al conducirse como si no
existiera, al hacerse cómplice de su violación por el deudor, un tercero
incurriría en culpa delictual. En ese sentido, no es exagerado decir
que las obligaciones, los derechos personales, son oponibles a los
terceros con el mismo título que los derechos reales (cfr. Parte primera,
n. 166).
Así pues, hay que distinguir cuidadosamente el efecto y la oponibilidad
de la obligación: en principio, la obligación no sujeta a los terceros,
pero existe a su respecto. Distinción, por otra parte, delicada a veces”.
“Los verdaderos terceros, o ‘penitus extranei’, son ajenos a las
obligaciones de las partes. Esas obligaciones les son oponibles (cfr.
infra, n.761), pero no los compelen. Sin embargo, por excepción, pueden
convertirse en acreedores por un contrato al que han permanecido
ajenos (cfr. infra, ns. 766 y sigtes.); pero no pueden convertirse en
deudores contra su voluntad (cfr. infra, n. 767)”.
“Se han deducido dos principios que habrá que guardarse de confundir.
El primero, el del efecto relativo del vínculo obligatorio, establecido
por el artículo 1.165 del Código Civil, y que se expresa con el adagio:
´Res inter alios acta, aliis neque nocere, neque prodesse potest´. El
segundo, aquel en virtud del cual la existencia de las obligaciones es
oponible frente a todos”. (MAZEAUD, H., L. y J. “Lecciones de Derecho
Civil”, Parte Segunda, Volumen 111, Ediciones Jurídicas Europa América,
Buenos Aires, 1978, pp. 35, 48, 54.).
También en cuanto al principio de la relatividad de los contratos, la Sala de
Casación Civil, Mercantil y del Trabajo en sentencia de 23 de abril de 1969,
estableció:
“Conforme a los principios que se dejan sustentados (...), es indudable
que el demandado no podía aprovecharse de la defensa emanante del
convenio o transacción celebrado entre la libradora de las letras y el
tenedor de las mismas; para esa fecha el Banco (...), por no haber sido
parte, al tenor del artículo 1.166 del Código Civil.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 413

Extendió, pues, la recurrida los efectos de ese convenio al demandado


sin que hubiera sido parte en el mismo como ya se dijo y sin que
tampoco se diera el supuesto del artículo 425 del Código de Comercio,
con lo cual violó el artículo 1.166 del Código Civil”.
En aplicación de los conceptos transcritos, es necesario concluir que las
estipulaciones del contrato denominado de venta y cobranza mercantil no
obligan a Octavio Monsalve, el demandante, quien es una persona diferente a
la sociedad mercantil constituida ad hoc para eludir el efecto del contrato de
trabajo.

c) Presunción de existencia de la relación de trabajo


Por otra parte, la Alzada no declaró trabajador a la persona jurídica, sino a
una persona natural, el demandante. Demostrada la prestación personal de
servicios del actor opera la presunción de existencia de la relación de trabajo,
contenida en el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo:
Dicha presunción admite prueba en contrario, pero debió el patrono demostrar
que la prestación de servicios no tuvo carácter subordinado, para desvirtuar
la existencia de la relación de trabajo, sin que pueda, se insiste, hacer valer la
fuerza obligatoria de un contrato no celebrado por el actor.
414 JUAN RAFAEL PERDOMO

3.2. Territorialidad

3.2.1 Territorialidad del contrato laboral; a) Aplicación de


derecho extranjero; b) La empresa venezolana está
excluida de responsabilidad por servicios convenidos
en otros países y con anterioridad a su relación con el
trabajador; c) Aceptación tácita de la jurisdicción

Recurso de Casación
Partes: Enrique Emilio Álvarez Centeno contra las
sociedades mercantiles Abbott Laboratories y
Abbott Laboratories C.A.
Sentencia: Nº 1633 de 14­12­04. Exp. 04­1213
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos laborales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 223 de 19 de
septiembre de 2001 [caso Robert Camerón Reagor
contra la sociedad mercantil Compañía Occidental
de Hidrocarburos, INC. o Compañía Occidental
de Hidrocarburos (OXY)]
(Ver antecedentes jurisprudenciales establecidos
por la Sala de Casación Social, expuestos al final,
no citados en el texto)
Normas citadas: LDIP: artículos 1 y 40 ordinal 4°; CIDIP: artículo 7
Para el caso de trabajadores extranjeros ha establecido esta Sala en sentencia
N° 223 (Cameron vs OXI) de 19 de septiembre de 2001 que cuando éstos
hayan sido contratados en el exterior y posteriormente trasladados a
Venezuela, país donde finaliza la relación laboral; al realizarse el cálculo de
lo que corresponda al trabajador por concepto de prestaciones sociales,
deberá tomarse única y exclusivamente para dicho cálculo, el tiempo de
servicio efectivamente prestado en territorio nacional, sin poder en ningún
caso, hacerse extensivo al período o lapso de duración de la prestación de
servicio que haya realizado el trabajador en otro u otros países distintos a
Venezuela.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 415

a) Aplicación de derecho extranjero


Respecto a la relación laboral con el grupo económico ABBOTT
LABORATORIES, la Sala observa de las documentales consignadas por el
actor que ésta comenzó en Argentina el 13 de julio de 1967 y en septiembre
de 1978 fue trasladado a Guatemala para prestar servicios a la misma casa
matriz hasta el 1° de julio de 1980 cuando fue trasladado a prestar servicios
en Venezuela.
Determinado lo anterior, la Sala observa que la relación laboral de la cual
derivan presuntamente los derechos cuyo cumplimiento reclama la parte
actora, presenta claros elementos objetivos y subjetivos de extranjería que
imponen su consideración bajo la reglas del Derecho Internacional Privado.
Al no existir tratados internacionales suscritos por los Estados con los cuales
existen vínculos objetivos y subjetivos en esta relación laboral que permitan
establecer el derecho aplicable para la determinación de los derechos del
trabajador a la terminación de la relación laboral se hace indispensable acudir
a la jerarquía de las fuentes en materia de Derecho Internacional Privado en
Venezuela. En tal sentido, la Ley de Derecho Internacional Privado en su
artículo 1° establece: “Los supuestos de hecho relacionados con los
ordenamientos jurídicos extranjeros se regularán, por las normas de
Derecho Internacional Público sobre la materia, en particular, las
establecidas en los tratados internacionales vigentes en Venezuela; en
su defecto, se aplicarán las normas de Derecho Internacional Privado
venezolano; a falta de ellas, se utilizará la analogía y, finalmente, se
regirán por los principios de Derecho Internacional Privado
generalmente aceptados”.
La Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado, suscrita y ratificada por Venezuela, Argentina y
Guatemala establece en su artículo 7° que: “Las situaciones jurídicas
válidamente creadas en un Estado Parte, de acuerdo con todas las leyes
con las cuales tengan conexión al momento de su creación, serán
reconocidas en los demás Estados Partes, siempre que no sean contrarias
a los principios de su orden público”.
En conformidad con el artículo trascrito de la Convención Interamericana,
Venezuela puede reconocer los derechos del trabajador por los servicios
prestados en el exterior siempre que no sean contrarios a principios de orden
público.
416 JUAN RAFAEL PERDOMO

La legislación laboral de Argentina y de Guatemala establecen que a la


terminación de la relación laboral por decisión del trabajador o por causa
justificada, le corresponde al trabajador un mes de salario por cada año de
servicio.
Al respecto, la Sala aprecia que las mencionadas disposiciones no son
contrarias al orden público y se corresponden con los principios constitucionales
consagrados relacionados con el Derecho Laboral, razón por la cual son
reconocidos los derechos adquiridos por el trabajador por el tiempo de servicio
prestado en Argentina y en Guatemala.

b) La empresa venezolana está excluida de responsabilidad por


servicios convenidos en otros países y con anterioridad a su relación
con el trabajador
(…) la empresa nacional ABBOTT LABORATORIES, C.A., no puede ser
responsable por los conceptos generados por servicios prestados a otras
empresas relacionadas con el grupo económico ABBOTT, convenidos en
otros países y con anterioridad a su relación con el trabajador.

c) Aceptación tácita de la Jurisdicción


La sociedad ABBOTT LABORATORIES, constituida y domiciliada en
los Estados Unidos de América, al ser citada por carteles nombró
apoderados quienes la representaron en el proceso y no alegaron la falta
de jurisdicción, razón por la cual, la Sala considera, en conformidad con el
numeral 4° del artículo 40 de la Ley de Derecho Internacional Privado,
que se sometió a la jurisdicción de los tribunales venezolanos para conocer
del presente juicio.

Antecedentes jurisprudenciales:
Véase doctrina anteriormente establecida por la Sala de Casación Social, no
citada en la sentencia referida, que desarrolla:
a) Principio de la territorialidad de la ley venezolana. Cambio de doctrina.
Trabajadores extranjeros que hayan sido contratados en el exterior y
posteriormente trasladados a Venezuela, donde culmina la relación laboral.
Cómo deben calcularse sus prestaciones sociales. (Sentencia N° 223
de 19 de septiembre de 2001, expediente N° 01­176. Ponencia del
Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. (Caso: Robert Camerón Reagor
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 417

contra la sociedad mercantil Compañía Occidental de Hidrocarburos,


INC. o Compañía Occidental de Hidrocarburos [OXY])
b) Ley aplicable a los trabajadores expatriados que culminan su relación
laboral en Venezuela. (Sentencia N° 294 de 13 de noviembre de 2001,
expediente N° 01­320. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora
Díaz. (Caso: Juan Carlos Hernández Gutiérrez contra las sociedades
mercantiles Foster Wheeler Caribe Corporation, C.A., y PDVSA Petróleo
y GAS, S.A.). Reitera criterio asentado en sentencia N° 223 de 19 de
septiembre de 2001. (Caso Robert Camerón Reagor contra la sociedad
mercantil Compañía Occidental de Hidrocarburos, INC. o Compañía
Occidental de Hidrocarburos [OXY])

4. SUSTITUCIÓN DE PATRONO

4.1. Concepto. Notificación al trabajador. Cuándo comienza el lapso de


prescripción

Recurso de Casación
Partes: Guillermo García Finol contra las sociedades
mercantiles Inversiones La Cuarta, S.A. y
Proyectos Cervantes, C.A.
Sentencia: N° 262 de 29­04­03. Exp. 02­211
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros beneficios
derivados de la relación de trabajo
(Ver referencias jurisprudenciales expuestas al
final, no citadas en el texto)
Normas citadas: CPC: artículos 313 ordinal 2º y 320; LOT:
artículo 91
Existe sustitución de patrono, cuando el propietario o poseedor de una empresa,
establecimiento, explotación o faena, transmite sus derechos a otra persona,
natural o jurídica que continúa la misma actividad económica o, al menos, la
prosigue sin alteraciones esenciales.
Para que pueda considerarse que se ha perfeccionado la sustitución de patrono
no basta que se haya traspasado la titularidad de la empresa, sino que es
418 JUAN RAFAEL PERDOMO

preciso que la misma sea notificada al trabajador o que éste la haya aceptado
implícita o explícitamente.
A tenor de lo dispuesto en el artículo 91 de la Ley Orgánica del Trabajo, la
falta de notificación de la sustitución de patrono al trabajador no surte efecto
alguno en perjuicio de éste.
Entonces, si no se ha notificado de la sustitución al trabajador no puede
considerarse realizada tal sustitución respecto de éste, y por ende, como bien
lo afirma la recurrida, no comienza a contarse el lapso de prescripción que
libera al enajenante de la empresa de la responsabilidad solidaria, respecto de
las obligaciones laborales contraídas con anterioridad a la realización del
negocio jurídico.
Por tanto, es correcta la conclusión del Juez de alzada al señalar que no
constando que hubiese sido notificado el trabajador demandante de la
sustitución de patrono, no surtió efectos en su perjuicio, y por tanto debe
considerarse a Inversiones La Cuarta, C.A., solidariamente responsable con
Proyectos Cervantes, C.A., de las obligaciones asumidas con el trabajador y
que debe desestimarse la defensa de prescripción alegada por la primera de
las sociedades mercantiles señaladas.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala de Casación Social, no citada en la
sentencia antes referida que define:
a) Tipos de sustitución de patrono. (Sentencia N° 223 de 19 de septiembre
de 2001, expediente N° 01­176. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo
Mora Díaz. Caso: Robert Camerón Reagor contra la sociedad mercantil
Compañía Occidental de Hidrocarburos, INC. o Compañía Occidental
de Hidrocarburos [OXY])
b) Solidaridad laboral. Naturaleza jurídica. Efectos. (Sentencia N° 294 de
13 de noviembre de 2001, expediente N° 01­320. Ponencia del Magistrado
Omar Alfredo Mora Díaz. Caso: Juan Carlos Hernández Gutiérrez contra
las sociedades mercantiles Foster Wheeler Caribe Corporation, C.A., y
PDVSA Petróleo y GAS, S.A.)
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 419

4.2. Doctrina de Sustitución de patrono en las relaciones de empleo


público. Casos de privatización

Recurso de Casación
Partes: Rafael Eduardo Salaverría Villegas contra la
sociedad mercantil Petroquímica de Venezuela S.A.
(PEQUIVEN)
Sentencia: N° 206 de 21­06­00. Exp. 98­776
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos
Reitera: Criterio establecido por la Sala de Casación Civil
de la Corte Suprema de Justicia en sentencia de
20 de enero de 1998
Normas citadas: LOT: artículos 8 y 15; LCA: artículo 1; RGLCA:
artículo 37
El Tribunal de alzada decidió que el Instituto Venezolano de Petroquímica
tenía el carácter de Instituto Autónomo y por ende el personal de empleados
dependiente del mismo tenía y gozaba de las prerrogativas de un funcionario
público sujeto al régimen de la Ley de Carrera Administrativa y a partir de su
ingreso a la empresa PETROQUÍMICA DE VENEZUELA S.A.
(PEQUIVEN) estaba sujeto al régimen establecido en la Ley del Trabajo,
motivo por el cual no le es aplicable la figura de sustitución de patrono prevista
para las relaciones sujetas a otro ordenamiento jurídico.
(...)
Ahora bien del detenido examen realizado por la Sala de la decisión impugnada
y del conjunto de normas antes indicadas que tienen relación directa con la
solución legal de este caso, se evidencia que el Juez de Alzada estableció
como cierto el hecho que el demandante trabajó en el Instituto Venezolano de
Petroquímica (IVP) desde el 15 de noviembre de 1967 hasta el 1º de diciembre
de 1977 y que le pagaron sus prestaciones sociales.
Ahora bien el Instituto Venezolano de Petroquímica era un Instituto Autónomo,
es decir, una persona jurídica de Derecho Público, perteneciente a la
Administración Pública Nacional descentralizada funcionalmente, y las
personas que allí laboraron eran empleados, funcionarios o servidores públicos
420 JUAN RAFAEL PERDOMO

vinculados con el Estado por una relación de empleo público, que estuvo
regida por las normas sobre Carrera Administrativa Nacional, concretamente
por la Ley de Carrera Administrativa en todo lo relativo a su ingreso, ascenso,
traslado, suspensión, retiro, sistemas de remuneración y estabilidad y no por
la Ley Orgánica del Trabajo, la cual sólo es aplicable al caso de autos en lo
relativo a los beneficios acordados por ésta si no están previstos en la Ley de
Carrera Administrativa, y en lo relativo a la negociación colectiva, a la solución
pacífica de los conflictos y a la huelga, en cuanto sea compatible con la índole
de los servicios que prestan y con las exigencias de la Administración Pública,
por aplicación de lo dispuesto en los artículos 8º y 15 de la Ley Orgánica del
Trabajo y 1º de la Ley de Carrera Administrativa.
A juicio de esta Sala la relación de empleo público rigió hasta el 1º de diciembre
de 1977, a partir de cuya fecha nace una relación de empleo normada por la
Ley Orgánica del Trabajo.
Además el actor alegó en su libelo que el Instituto Venezolano de Petroquímica
le pagó sus prestaciones sociales correspondientes al período en que desempeñó
labores en el Instituto desde el 15 de noviembre de 1967 hasta el 1º de diciembre
de 1977, y por tanto, a los efectos de la determinación de sus prestaciones
sociales en PEQUIVEN, bajo ninguna circunstancia es computable el tiempo
de servicio del funcionario en organismos de los cuales hubiere percibido el
pago de sus prestaciones sociales, en conformidad con lo dispuesto en el
artículo 37 del Reglamento General de la Ley de Carrera Administrativa, en
concordancia con lo establecido en el artículo 4º de la Circular Nº 10043 que
contiene las Normas sobre el Retiro y Pago de Prestaciones Sociales y
Vacaciones no disfrutadas a los Funcionarios Públicos Nacionales.
En relación con la sustitución de patrono en los casos de los empleados públicos,
el Profesor OSCAR HERNÁNDEZ ÁLVAREZ expresa:
“De todo lo expuesto puede concluirse que para que exista una
sustitución de patronos es necesario que se produzca la transferencia
de la titularidad de una empresa sujeta a las normas del Derecho del
Trabajo, puesto que es éste el que establece esta peculiar institución,
diferente, como se ha dicho, de otras que regulan situaciones de
transferencias de derechos en los campos del Derecho Civil o Mercantil.
En el caso de los empleados de empresas que asumieron las actividades
de entes públicos privatizados y que con anterioridad sus servicios a
éstos entes, no es jurídicamente posible que se haya producido una
sustitución de patronos, ya que los mismos pasaron de un régimen de
Derecho Administrativo, como el que correspondía a los empleados de
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 421

dicho ente a un régimen de Derecho del Trabajo, conforme al cual


prestan sus servicios a empresas que asumieron sus actividades. Por
tanto, no puede haber sustitución de patronos porque el ente público
no era patrono, en el sentido del Derecho Laboral, ni los referidos
empleados tenían con dicho ente un contrato de trabajo. No habiendo
contrato de trabajo y no siendo el ente un patrono, mal pueden los
referidos empleados pretender que la compañía que asumió las
actividades sustituyó las obligaciones de un patrono inexistente en un
contrato de trabajo que tampoco existía.
El artículo 25 de la derogada Ley del Trabajo decía que “la sustitución
de patronos no afectará los contratos de trabajo existentes”. El artículo
90 de la Ley vigente dice que “la sustitución de patronos no afectará
las relaciones de trabajo existentes”. En uno y otro caso la norma
señala un requisito básico para su aplicación: la preexistencia de un
contrato o relación de trabajo. Entre el ente público y sus ex­funcionarios
que hoy prestan servicios a las empresas privadas que asumieron sus
actividades, no existió, ni podía existir por imperativo legal, un contrato
o relación de trabajo. Por tanto, no se produce la continuidad en la
vinculación jurídica entre las partes requerida para que se produzca la
sustitución de patronos y los efectos que de ella emanan de acuerdo
con la legislación laboral. No hay la continuidad del trabajador, en el
sentido que este concepto tiene en el Derecho Laboral, porque los
referidos antiguos funcionarios públicos de los entes públicos
privatizados asumieron la condición de “trabajadores” cuando
comenzaron a prestar servicios a las nuevas empresas privadas, pero
no la tenían cuando trabajaban para el ente público; entonces eran
“funcionarios públicos”, vinculados al Estado por una relación de
empleo público y no por una relación laboral o contrato de trabajo. Ello
significa que no existe continuidad en la relación de los ex­funcionarios
del ente público que continuaron trabajando en la empresa privada
que asumió sus actividades. Ellos concluyeron su relación con aquél ­
relación de Derecho Público, sujeta a la Ley de Carrera Administrativa­
y, posteriormente, dieron inicio a una relación de Derecho Privado,
sujeta a la legislación laboral, con la nueva empresa.
Por otra parte, ha quedado claramente establecido que la sustitución
de patronos opera en el ámbito de la empresa y se fundamenta en el
concepto de empresa. Para su procedencia, se requiere que el titular de
una empresa haya transmitido tal titularidad a otra persona. Y resulta
que en el caso de los entes públicos privatizados tal situación no
podría producirse, porque el ente público no puede ser considerado
como una “empresa”, ya que no reúne las características que conforman
422 JUAN RAFAEL PERDOMO

el concepto de “empresa” en nuestra legislación laboral, las cuales


están establecidas en el artículo 16 de la Ley Orgánica del Trabajo que
dice: “Para los fines de la legislación del Trabajo se entiende por empresa
la unidad de producción de bienes o servicios constituida para realizar
una actividad económica con fines de lucro”, siendo obvio que los
entes públicos no tienen este tipo de fines”. (HERNÁNDEZ ÁLVAREZ,
O. “La Sustitución de Patronos. Especial consideración a los casos de
privatización”, Revista de la Facultad de Derecho UCAB, Caracas)”.
En relación con la sustitución de patrono en las relaciones de empleo público,
RAFAEL ALFONZO GÚZMAN señala:
“Una frecuente confusión entre los dos órdenes de deberes que han
quedado señalados explica el error de pretender que la asunción por la
C.V.P., S.A., de la carga económica de pagar el pasivo de su predecesora
(nos referimos al Instituto Autónomo Corporación Venezolana del
Petróleo, ente de derecho público cuya organización y funcionamiento
se reguló por las normas legales dictadas por el Estado para regir su
actividad, y cuyas relaciones con los miembros de su personal quedaron
sujetas a las disposiciones del Reglamento de Administración de
Personal para los Servidores del Gobierno Nacional ­Decreto 394, del
14­11­60­ y, desde el 09­09­70, a los preceptos de la Ley de Carrera
Administrativa), equivale al deber jurídico de mantener y ejecutar los
contratos de trabajo…”.
La confusión a que hemos aludido antes proviene, con seguridad, de una
apariencia con poder de convicción, pero carente de una sólida fundamentación
técnica: “la sustitución de patronos se verificó al producirse la
transformación del instituto autónomo en sociedad mercantil de idéntico
objeto -que prosiguió desarrollándose normalmente-, y respetarse la
continuidad de los servicios del antiguo personal. Sin embargo, más de
cerca observada, puede advertirse una marcada diferencia, pues si en
el caso en estudio hubo continuidad de los servicios, no hubo en cambio
continuidad de contratos ni continuidad de la legislación aplicable”.
(ALFONZO GUZMAN, R. “Estudio Analítico de la Ley del Trabajo
Venezolana”, Tomo I, Contemporánea de Ediciones, 2ª Edición, Caracas, 1985,
pp. 543­544).
En relación con la sustitución de patrono en las relaciones de empleo público,
la Sala de Casación Civil en auto de 20 de enero de 1998 estableció:
“Del estudio de las actas que conforman el expediente, evidencia
esta Sala que el caso de autos trata de una demanda por cobro de
prestaciones sociales y otros conceptos, contra el Instituto Nacional
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 423

de Cooperación Educativa (INCE), dado que el actor se desempeñó


como profesor de contabilidad general desde 1975 hasta 1992, sin
embargo, en los dos últimos años prestó sus servicios para la
Asociación Civil Ince Miranda A.C., la cual está regida por el
Reglamento de la Ley sobre el Instituto Nacional de Cooperación
Educativa”.
Ahora bien, la Sala en reciente decisión estableció lo siguiente:
“En virtud de las razones expuestas, esta Sala abandona el criterio
sustentado hasta la presente fecha, y considera que no opera la
sustitución de patronos en el presente caso, en el cual el Instituto
Nacional de Cooperación Educativa (INCE), se transformó, en el Estado
Carabobo, en el INCE­Carabobo, A.C., modificando sustancialmente
su regulación jurídica y la naturaleza de las relaciones laborales con
sus empleados. Así se decide.
En el caso bajo estudio, el ente demandado lo es el Instituto Nacional
de Cooperación Educativa (INCE), y aun cuando el accionante prestó
sus servicios para la Asociación Civil Ince Miranda A.C., no es contra
este último que se dirige su acción.
Aunado a ello, cabe destacar que el Instituto Nacional de Cooperación
Educativa (INCE) es un Instituto Autónomo cuyos trabajadores se
encuentran tutelados por la Ley de Carrera Administrativa,
estableciéndose por tanto con el organismo demandado, una relación
de empleo público.
Siendo ello así, los trabajadores de este ente tienen el carácter de
funcionarios públicos, de lo que se infiere que dichos trabajadores se
rigen por la Ley de Carrera Administrativa”.
En el presente juicio y como ha quedado establecido, el actor trabajó para el
Instituto Autónomo, y por lo tanto era un empleado público regido por la Ley
de Carrera Administrativa, en conformidad con lo dispuesto en los artículos 8º
y 15 de la Ley Orgánica del Trabajo, en concordancia con el artículo 1º de la
Ley de Carrera Administrativa, razón por la cual al estar regulado por un
régimen laboral distinto, no son aplicables al caso de autos las normas sobre
sustitución de patrono contenidos en la Ley Orgánica del Trabajo.
La razón anterior por sí misma sería suficiente para declarar improcedente la
denuncia de falta de aplicación de las normas en cuestión, pero la Sala considera
importante agregar que a los funcionarios públicos no le son aplicables las
normas sobre sustitución de patrono, en ningún caso, porque para que obre
una sustitución de patrono deben darse dos requisitos, en conformidad con lo
424 JUAN RAFAEL PERDOMO

dispuesto en los artículos 88 y 89 de la Ley Orgánica del Trabajo, a saber: 1º


La enajenación de la empresa, por su titular, mediante un negocio jurídico, a
otra persona natural o jurídica distinta; y, 2º Que el nuevo patrono continúe el
ejercicio de la actividad anterior con el mismo personal e instalaciones
materiales, supuestos estos que no se cumplen en el caso de autos, porque se
trata de una relación de empleo público que no admite la sustitución de patrono,
y además, porque no se trasmitió la propiedad, titularidad o explotación de
una empresa o establecimiento de una persona natural o jurídica a otra distinta,
pues lo que ocurrió en realidad fue que en cumplimiento de la Ley de
Conversión del Instituto Venezolano de Petroquímica en Sociedad Anónima,
el Instituto Autónomo para el cual trabajaba el actor se transformó en Sociedad
Anónima, por lo cual no hubo ningún negocio jurídico: gratuito u oneroso; inter
vivos o mortis causa, mediante el cual se transfiriera la propiedad o titularidad
de una empresa, establecimiento, explotación o faena, en los términos
establecidos en el artículo 16 de la Ley Orgánica del Trabajo, de una persona
natural o jurídica a otra persona distinta, pues sólo convirtió el Instituto Autónomo
en Sociedad Mercantil.
Además el ente público no es un patrono en el sentido del Derecho Laboral;
el empleado no tenía con dicho ente un contrato de trabajo, en los términos de
la Ley Orgánica del Trabajo, pues antes era un empleado público y después
pasó a ser un trabajador y por ello, en el caso de autos, no hay continuidad en
la vinculación jurídica entre las partes, requerida para que se produzca la
sustitución de patrono, todo lo cual indica que el supuesto de hecho de las
normas sobre sustitución de patrono y el del caso concreto, son distintos y por
lo tanto no pueden ser aplicadas las referidas normas al caso de autos. No
obstante lo anterior, la situación en que no se aplicará lo expresado, será en la
excepcional circunstancia en la que pueda concluirse que hay continuidad en
el vínculo de dependencia, por cuanto las funciones del trabajador, en esta
situación fueron y continuaron siendo dirigidas y determinadas por las políticas
que en el área establezca el Ejecutivo Nacional. Es decir, la situación en la
cual las nuevas labores se sigan prestando bajo la dependencia y subordinación
a las directrices del Ejecutivo Nacional, impartidas al órgano competente en
el cual presta el servicio el trabajador.
Por último, tal como ya fue señalado, el Tribunal de alzada estableció que el
actor recibió el pago de las prestaciones sociales que le correspondían por el
período laborado en el Instituto Venezolano de Petroquímica y por cuanto no
está configurada la sustitución de patrono alegada, le es aplicable lo previsto
en los artículos 37 del Reglamento General de la Ley de Carrera Administrativa,
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 425

en concordancia con el artículo 4º de las Normas sobre el retiro y pago de


prestaciones sociales y vacaciones no disfrutadas a los Funcionarios Públicos
Nacionales.

4.3. Sustitución procesal del demandado

Recurso de Casación
Partes: María Encarnación Vizcaíno contra la sociedad
mercantil Puerto Vigia Hotel Resort, y Giorgio
Giannone, opositor al embargo
Sentencia: N° 1462 de 02­12­04. Exp. 04­091
Motivo: Indemnización por daños materiales y morales
derivados de accidente de trabajo
Normas citadas: CPC: artículos 313 ordinal 2° y 534; LOT: artículos
88 y 90; RLOT: artículo 36
Es incuestionable que las instalaciones del “Puerto Vigía Hotel Resort”, son
en la actualidad, al igual que para el momento de practicarse el embargo
ejecutivo, propiedad del ciudadano Giorgio Giannone. Ahora bien, corresponde
determinar si ello constituye motivo para revocar el embargo practicado.
En este sentido, y atendiendo a una cuidadosa revisión del expediente, observa
la Sala que la demandante comenzó a laborar el 3 de marzo de 1994, para la
empresa Puerto Vigía Hotel Resort C.A., que operaba el complejo hotelero
vacacional “Puerto Vigía Hotel Resort”, propiedad de la sociedad mercantil
Desarrollos Puerto Vigía, C.A.
En fecha 15 de febrero de 1995, dicho inmueble pasa a ser propiedad de la
República en virtud de la resolución expropiatoria N° 2 del 11 de noviembre
de 1994, publicada en Gaceta Oficial N° 35.566, del 24 de noviembre de
1994, que la transfiere al Banco Latino, S.A.C.A., en fecha 15 de febrero de
1995, por documento protocolizado ante (...).
El 1° de octubre de 1997, la demandante sufre un accidente de trabajo en las
instalaciones del Hotel, y en fecha 2 de febrero de 1999, es despedida; y el 1°
de octubre del mismo año incoa la presente demanda.
En fecha 13 de noviembre de 2000, el Fondo de Garantía de Depósitos y
Protección Bancaria (FOGADE), actuando como liquidador del Banco Latino,
426 JUAN RAFAEL PERDOMO

C.A. S.A.C.A., vendió el “Puerto Vigía Hotel Resort”, al ciudadano Giorgio


Giannone, según consta de documento protocolizado (...).
Entonces, queda evidenciado que el hotel embargado propiedad del opositor
recurrente, es el mismo en el cual prestaba servicios la demandante y ello
constituye uno de los supuestos para considerar que ha habido una sustitución
de patrono.
El otro de los supuestos a considerar, es si se mantuvieron las labores hoteleras
sin solución de continuidad y ello debe responderse en forma afirmativa, pues
no se ha señalado que hubiera habido suspensión de tales actividades durante
los distintos traspasos de propiedad del “Puerto Vigía Hotel Resort”, por el
contrario cuando se despide a la trabajadora el Hotel sigue siendo operado
por Puerto Vigía Hotel Resort, C.A., (folio 8) y el propietario del mismo ya no
era Desarrollo Puerto Vigía sino el Banco Latino, C.A., S.A.C.A.
Determinado que hubo una sustitución de patrono en los términos previstos
en los artículos 88 de la Ley Orgánica del Trabajo, y 36 de su Reglamento, es
forzoso desestimar la denuncia de falsa aplicación del artículo 90 de la Ley
Orgánica del Trabajo, y debe establecerse ahora si es factible la ejecución de
la sentencia recaída en un juicio incoado contra el patrono sustituido, en los
bienes del patrono sustituto que no ha sido parte en el juicio.
Con una lectura del primer aparte del artículo 90 de la Ley Orgánica del
Trabajo, se puede contestar en forma afirmativa el planteamiento formulado,
pues del mismo se desprende que las sentencias incoadas en juicios anteriores
a la sustitución de patrono, al traspaso de los activos del Fondo de Comercio,
pueden ser ejecutadas en los bienes del patrono sustituto, en este caso del
ciudadano Giorgio Giannone.
Ahora bien, no es temerario el argumento del opositor de solicitar el
levantamiento del embargo por ejecutarse la sentencia en un juicio en el cual
no fue parte. Reconocidos autores patrios, entre quienes se puede mencionar
al Dr. Rafael Alfonso Guzmán (Nueva Didáctica del Derecho del Trabajo,
10ª Edición, Caracas, 1999, pp. 302), consideran que para que pueda ejecutarse
la sentencia definitivamente firme contra el patrono sustituto, es necesario
que éste haya intervenido o haya sido llamado a la causa pendiente entre el
trabajador y el patrono anterior, respecto del cual el sustituto es un tercero.
No obstante, tal posición doctrinaria parte del supuesto no aplicable al presente
caso, de considerar al patrono sustituto como un tercero ajeno a la controversia
judicial, cuando en realidad, en el juicio incoado por la ciudadana María
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 427

Encarnación Vizcaíno, contra Puerto Vigía Hotel Resort, C.A., operó en virtud
de la sustitución de patrono, una sustitución procesal del accionado y el
ciudadano Giorgio Giannone en dicho momento pasó a constituirse en
demandado en el presente juicio.
En efecto, cuando el ciudadano Giorgio Giannone, adquirió el “Puerto Vigía
Hotel Resort”, en diciembre de 2000, operó la sustitución de patrono antes de
que se dictara la sentencia definitiva en el presente juicio el 10 de octubre de
2001, y el ciudadano Giorgio Giannone, adquirió por acto entre vivos los
derechos y las obligaciones del demandado y su condición de accionado en el
presente juicio.
El hecho que el traspaso de los derechos litigiosos que se deriva de la adquisición
del inmueble en el cual trabajaba junto con la operación de la actividad hotelera,
no haya constado en el expediente no puede obrar en contra de la ex­
trabajadora, pues ello no era su carga procesal. Una vez operada la sustitución
de patrono, de adquirido el inmueble hotelero sin que se paralizara la actividad
desarrollada, el ciudadano Giorgio Giannone ha debido asistir al juicio y dejar
constancia de su condición y ejercer las defensas que considerara pertinentes.
El hecho de que no hubiera actuado de esta forma no puede ser la base de
una oposición al embargo alegando ser un tercero ajeno a la relación procesal.
En resumen, considera la Sala que si la sustitución de patrono opera, como en
el presente caso, con anterioridad al pronunciamiento de la sentencia definitiva,
el patrono sustituto adquiere la condición litigiosa pasiva, de demandado, y
por tanto la sentencia puede ser ejecutada en su contra sin que pueda alegarse
validamente que se trata de un tercero ajeno a la relación procesal.
Se reitera, el causante del ciudadano Giorgio Giannone fue citado a juicio y al
adquirir sus derechos y operar la sustitución de patrono, el ciudadano Giorgio
Giannone asume la condición de demandado.
Queda entendido que un eventual desconocimiento por parte del patrono
sustituto de la existencia de demandas que cursen en contra del patrono
sustituido al verificarse la sustitución, no puede ser alegada en perjuicio del
ex–trabajador demandante a los fines de enervar la ejecución de la sentencia.
Entonces, asentado que el ciudadano Giorgio Giannone no es un tercero ajeno
a la controversia, no resultaba procedente la oposición por él formulada, ni la
presente denuncia de infracción por falta de aplicación del artículo 534 del
Código de Procedimiento Civil. Por razones antes expuestas, se desestiman
las denuncias analizadas.
428 JUAN RAFAEL PERDOMO

5. UNIDAD ECONÓMICA

5.1. Existencia de una unidad económica

Recurso de Casación
Partes: Bernardo Walter Randich M., contra las sociedades
mercantiles Inversiones Gammiero Murgano, C.A.,
y Diversiones Tolón, S.R.L.
Sentencia: N° 110 de 11­03­05. Exp. 04­802
Motivo: Indemnización por accidente de trabajo y daño
moral
(Ver antecedentes jurisprudenciales establecidos
por la Sala de Casación Social, expuestos al final,
no citados en el texto)
Norma citada: RLOT: artículo 21
Sobre la existencia de una unidad económica entre las empresas codemandadas
Diversiones Tolón, S. R. L. e Inversiones Gammiero Murgano, C. A., y que
ambas para el momento del accidente hayan sido patrono del actor, la misma
quedó aceptada por las codemandadas en la contestación a la demanda, dada
la forma en que fue contestada la demanda, la cual ya se analizó anteriormente.
No obstante, esta Sala pasa a analizar los documentos constitutivos y estatutos
sociales de las sociedades mercantiles Diversiones Tolón S.R.L. e Inversiones
Gammmiero Murgano, C.A., promovidos en copias certificadas por la parte
demandante, a los fines de establecer la existencia de un grupo de empresas
entre las codemandadas, y la solidaridad entre ambas empresas codemandadas
de las obligaciones laborales, de conformidad con lo previsto en el artículo 21
del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo.
Existe un grupo de empresas cuando estas se encontraren sometidas a una
administración o control común y constituyan una unidad económica de carácter
permanente, con independencia de las diversas personas naturales o jurídicas
que tuvieren a su cargo la explotación de las mismas, cuya existencia se
presumirá cuando se esté en presencia de uno o varios de los siguientes
supuestos o circunstancias de hecho: a) cuando existiere relación de dominio
accionario de unas personas jurídicas sobre otras, o cuando los accionistas
con poder decisorio fueren comunes; b) las juntas administradoras u órganos
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 429

de dirección involucrados estuvieren conformados, en proporción significativa,


por las mismas personas; c) utilizaren una idéntica denominación, marca o
emblema; o, d) desarrollen en conjunto actividades que evidencien su
integración.
Respecto a la empresa Inversiones Gammiero Murgano, C.A., se desprende
de los estatutos sociales que el objeto de la misma lo constituye la importación
y exportación de artículos y maquinarias relacionadas con parques de
diversiones y cualquier otra actividad que guarde relación con su objeto
principal; que el capital de la compañía es de cien mil bolívares, totalmente
suscrito y pagado por sus accionistas, de la siguiente manera: Rosina Murgano
de Gammiero, 50 acciones, Lucía Antonieta Gammiero Murgano 25 acciones
y María Elena Gammiero 25 acciones, las cuales conforman e integran la
Junta Directiva en los cargos de Presidenta, Vice Presidenta y Director
Gerente, respectivamente, siendo registrada dicha empresa el 19 de junio de
1987.
En cuanto a la empresa Diversiones Tolón S.R.L., el objeto de la misma lo
constituye la explotación en todas sus fases del ramo del parque de diversiones,
y demás actividades conexas con el ramo; el capital de la sociedad es de cien
mil bolívares totalmente suscrito y pagado, de la siguiente manera: 50 cuotas
a Giusseppe Murgano Corona y 50 cuotas a Carlos Cannazzaro Forestiere,
Director Gerente y Sub Director Gerente, respectivamente. Asimismo cursa
en autos Acta de Asamblea Extraordinaria de Socios de fecha 25 de enero de
1987, mediante la cual el ciudadano Benigno Carlos Cannazaro F., vendió las
50 cuotas de participación pertenecientes a Diversiones Tolón S.R.L., a la
ciudadana Rosina Murgano de Gammiero, cuya propiedad fue traspasada a
la compradora, quedando conformada e integrada la Junta Directiva por los
señores Giuseppe Giammero y Giuseppe Murgano Corona, en los cargos de
Director Gerente y Subdirector Gerente, respectivamente, siendo registrada
dicha empresa el 15 de marzo de 1977.
Del análisis de los estatutos sociales de las empresas codemandadas se
evidencia la existencia del grupo de empresas, pues ambas desarrollan en
conjunto actividades que evidencian su integración, las cuales están
relacionadas con parques de diversiones y cualquier otro derivado de su objeto
principal, y por la otra, sus órganos de dirección están conformados en
proporción significativa por las mismas personas, pues la ciudadana Rosina
Murgano de Gammiero, posee el 50% por ciento de las acciones de la empresa
Inversiones Gammiero Murgano, C.A., y 50 cuotas de participación en la
430 JUAN RAFAEL PERDOMO

empresa Diversiones Tolón S.R.L., evidenciándose igualmente que los


accionistas con poder decisorio son comunes en ambas empresas.

Antecedentes jurisprudenciales:
Véase doctrina anteriormente establecida por la Sala de Casación Social, no
citada en la sentencia referida, que desarrolla:
a) Principio de unidad económica. Existencia de grupo de empresas.
Concepto. (Sentencia N° 242 de 10 de abril de 2003, expediente N° 02­
511. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. Caso: Rafael
Oscar Lara Rancel contra las sociedades mercantiles Distribuidora
Alaska, C.A., Fábrica de Aparatos de Aire Acondicionado, C.A.
[F.A.A.C.A.], Evaporadores Cúa, C.A., Soplados Plásticos Soplastic,
C.A., Metalmecánica Tuy, C.A., Componentes Delfa, C.A., Inversiones
Stelvio, C.A., Inversiones Brennero, C.A. e Inversiones Giripe, C.A.)
b) Implicaciones procesales del grupo económico. (Sentencia N° 1303 de
25 de octubre de 2004, expediente N° 04­955. Ponencia del Magistrado
Omar Alfredo Mora Díaz. Caso: Germán Ochoa Ojeda contra la sociedad
mercantil Cerámica Piemme, C.A.). Reitera criterio establecido en
sentencia N° 242 de 10 de abril de 2003. (Caso: Rafael Oscar Lara
Rancel). Adopta criterio establecido por la Sala Constitucional en sentencia
N° 903 de 14 de mayo de 2004, expediente N° 2003­796. Ponencia del
Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero. Acción de amparo
constitucional. (Caso: Transporte Saet, S.A.)
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 431

6. TERMINACIÓN DE LA RELACIÓN DE TRABAJO

6.1. Despido indirecto

Recurso de Casación
Partes: Rafael Liy Cusido contra la empresa C.V.G.
Bauxilum, C.A., antes C.V.G. Interamericana de
Alumina C.A., y C.V.G. Bauxita Venezolana C.A
(BAUXIVEN)
Sentencia: N° 72 de 03­05­01. Exp. 00­509
Motivo: Cobro de diferencia en el pago de prestaciones
sociales
Normas citadas: LOT: artículos 3, 10, 101 y 103
(...) la posibilidad de introducir cambios, convenidos o impuestos por el patrono,
en las condiciones de trabajo, que generalmente se dan mediante el
mejoramiento de algunas en desmedro de otras, pudiendo darse el caso de
que el conjunto resulte definitivamente desfavorable al trabajador, es una
hipótesis prevista y regulada en el ordenamiento laboral, sin que pueda
entenderse que la aceptación de los mismos constituya en sí una violación al
principio de irrenunciabilidad de las disposiciones y normas que favorecen a
los trabajadores, desarrollado en los artículos 3° y 10 de la Ley Orgánica del
Trabajo, salvo por supuesto, cuando las nuevas condiciones contraríen
disposiciones legales de orden público. En cuanto a esa regulación, el artículo
103 de dicha Ley califica como despido indirecto y como tal, causa justificada
del retiro del trabajador, la alteración en las condiciones de trabajo, y el 101
ejusdem, otorga al trabajador (y al patrono en su caso) el derecho a dar por
terminada la relación laboral invocando dentro de los 30 días continuos
siguientes esa causa de retiro, con los efectos patrimoniales de un despido
injustificado. Conforme a ello, pues, el trabajador tiene la opción, bien de
poner fin a la relación, en cuyo caso esos efectos patrimoniales se calcularán
con base al régimen anterior a los cambios no aceptados, o bien de continuar
prestando servicios bajo las nuevas condiciones, las que en consecuencia
determinarán los cálculos respectivos en la oportunidad en que se produzca la
finalización de las labores.
432 JUAN RAFAEL PERDOMO

6.2. Retiro justificado. Efectos. Improcedencia de la petición de


indemnizaciones hechas por primera vez ante la Sala

Recurso de Casación
Partes: Jose Rafael Guzmán Palacios contra la sociedad
mercantil Hospital Metopolitano Maturín, C.A.
Sentencia: N° 202 de 05­04­05. Exp. 04­1331
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Normas citadas: LOT: artículos 125 y 225; LOPT: artículo 6,
Parágrafo Único
El artículo 225 de la Ley Orgánica del Trabajo estatuye el pago fraccionado de
las remuneraciones causadas por concepto de las vacaciones anuales, cuando
la relación de trabajo termine por causa distinta al despido justificado antes de
cumplirse el año de servicios. No se excluye, por tanto, el supuesto del despido
indirecto o del retiro justificado, que se equipara en general al despido injustificado,
por lo cual, puesto que efectivamente el sentenciador establece lo contrario con
base en la norma en cuestión, incurre en violación de la misma por error de
interpretación acerca su contenido y alcance, como se alega en la denuncia,
resultando ésta, en consecuencia, procedente. Así se decide.
(...)
Observa por último la Sala que en el escrito de formalización del recurso
consignado por la parte actora, se solicita adicionalmente el pago de conceptos
y cantidades que no fueron incluidos en el libelo de la demanda, haciendo
valer al efecto la norma del Parágrafo Único del artículo 6º de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, en aplicación de la cual y en criterio de los recurrentes,
puede y debe condenarse a la demandada al pago de las indemnizaciones por
despido injustificado previstas en el artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo,
puesto que se trató en el caso de un retiro justificado, equiparable
patrimonialmente al despido injustificado.
Ahora bien, es improcedente esa petición a juicio de la Sala, pues considera
que la facultad a que se contrae el citado Parágrafo, sin duda de interpretación
y aplicación restrictivas, aparece conferida expresamente y en forma
potestativa al Juez de Juicio, siempre que se trate de prestaciones o
indemnizaciones discutidas en el proceso, además de encontrarse debidamente
demostradas, circunstancias esas que no concurren en el caso”.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 433

6.3. Disparidad entre carta de despido y participación del despido

Recurso de Casación
Partes: Fernando Llorente Maldonado y otros contra la
sociedad mercantil Aeropostal Alas de Venezuela,
C.A.
Sentencia: N° 832 de 21­07­04. Exp. 04­573
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos derivados de la relación de trabajo
Ciertamente, si en la notificación de despido entregada al trabajador se alegan
unos hechos como fundamento del mismo y en la participación que
posteriormente se hace al tribunal se señalan hechos distintos, debe tenerse
como mal formulada esta última; pues la ley veda la posibilidad de señalar
nuevos fundamentos, distintos de los mencionados a la notificación de despido.
No obstante, si en las notificaciones de despido no se hace ninguna mención
de los hechos que fundamentan el despido sino solamente se mencionan la
causales de ley, debe considerarse que tal notificación está hecha en forma
deficiente, pero la ley no otorga consecuencias a esta deficiencia, y ello no
impide que en la participación de despido sí se indiquen los hechos en que se
fundamenta el despido, y al ser la primera vez que se indican las causas del
despido no están circunscritas a la coincidencia con la notificación de despido.
434 JUAN RAFAEL PERDOMO

6.4. Garantía del derecho de igualdad al trabajador despedido. Principios


de prioridad de la realidad de los hechos y la equidad

Recurso de Casación
Partes: Enrique Antonio Mayorga Betancourt contra
Siderúrgica del Orinoco C.A. (SIDOR)
Sentencia: N° 1347 de 28­10­04. Exp. 04­1017
Ponente: Magistrado Alfonso Valbuena Cordero
Voto Salvado: Magistrado Juan Rafael Perdomo
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos laborales
Normas citadas: LOT: artículo 102 y 125; RLOT: artículo 8 literal
“c”; CRBV: artículo 81 numeral 1°; LOPT:
artículo 2
El Magistrado JUAN RAFAEL PERDOMO, consigna “voto salvado” al
contenido de la presente decisión, con base en las siguientes consideraciones:
Quien suscribe, no comparte la motivación expuesta en el fallo precedente
que anuló la sentencia recurrida por haber incurrido en contradicción en los
motivos, en virtud de las siguientes consideraciones :
El recurso de casación formalizado por la parte demandada presentó enormes
deficiencias y fallas desde el punto de vista técnico por su falta de claridad y
precisión, mezcla de denuncias por errores de actividad e infracción de ley. No
obstante, al analizar dicho escrito, consideré que aunque la sentencia recurrida
adolece de una contradicción en los motivos, la misma no es capaz de alterar lo
decidido por la Alzada ni impide el control de la legalidad del fallo, requisito
exigido por la doctrina de la Sala para que un quebrantamiento de esa especie
pueda dar lugar a la nulidad del fallo recurrido, por aplicación del principio finalista,
en el sentido de no declarar la nulidad de la sentencia impugnada si la deficiencia
concreta que la afecta no impide determinar el alcance subjetivo u objetivo de
la cosa juzgada, no hace imposible su eventual ejecución o no quebranta el
derecho de las partes a una justa resolución de la controversia.
En el presente juicio, el hecho controvertido era la causa que generó la
terminación de la relación de trabajo, y al respecto, la sentencia recurrida
estableció que al no haberse desvirtuado el hecho del despido injustificado,
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 435

alegado por la parte demandante, quedó admitido ese hecho y por tanto,
procedió a otorgar el beneficio establecido en la referida Cláusula.
El Tribunal ad quem declaró procedente el pago de las liquidaciones atractivas
contenidas en un documento privado que desestimó, no obstante, estimo que
el documento de compraventa de las acciones entre el Fondo de Inversiones
de Venezuela (FIV), la Corporación Venezolana de Guayana (C.V.G.), y el
Consorcio Siderúrgica Amazonia L.T.D., celebrado el 18 de diciembre de
1997, que establece las condiciones legales y contractuales de procedencia
de las “liquidaciones atractivas” reclamadas por el demandante, insertas
dentro del denominado “Programa de Estrategia Laboral (PEL)”, que indica
la forma de racionalización de la fuerza laboral y de ahí, el acceso a dichas
liquidaciones atractivas, fue agregado a los autos por ambas partes en el
proceso ­demanda y contestación­ como prueba de sus argumentaciones,
concretamente lo relacionado con la Cláusula VIII ordinal “F” (iii), anexo
“T”, que textualmente establece:
“…el Comprador hará que Sidor, durante el plazo de dos (2) años
establezca y mantenga un Programa de Estrategia Laboral para el caso
de desincorporaciones de personal en general e independientemente
de nómina a la que pertenezca el trabajador, El referido Programa deberá
contemplar beneficios adicionales a los legal y contractualmente
establecidos y, al menos, equivalentes a los presentados en el Anexo
T. Se exceptúan de la aplicación de este Programa, las desincorpo­
raciones de personal originadas por la aplicación del artículo 102 de la
Ley Orgánica del Trabajo”.
En el caso concreto, las partes reconocieron tácitamente el contenido y efectos
de la referida documental, y expresamente, la existencia de la Cláusula VIII
ordinal “F” (iii), anexo “T”, incluida en el Contrato del Compraventa de las
acciones de Sidor, antes aludido, por lo que el contenido de dicha Cláusula es
un hecho admitido y por tanto, la naturaleza del instrumento no es materia de
debate y en consecuencia, no tiene relevancia la calificación o naturaleza de
la documental porque no es un argumento que modifique la decisión del proceso,
contrario a lo establecido en la sentencia recurrida.
A juicio de los demás Magistrados, hubo una terminación de la relación de
trabajo por vía unilateral ­iniciativa del empleador­ por lo que procedía
únicamente la indemnización prevista en el artículo 125 de la Ley Orgánica
del Trabajo, porque no puede acumularse a una demanda por despido
injustificado, una reclamación de beneficios por mutuo consenso, por ser
contradictorias e incompatibles.
436 JUAN RAFAEL PERDOMO

Sobre el particular, difiero de ello y comparto el criterio establecido por el


Juez de la sentencia recurrida que acordó el pago de la indemnización prevista
en el artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo, y además, el adicional
convenido por la empresa con sus trabajadores, es decir, el monto de la
bonificación equivalente a dos (2) meses de salario en concepto de liquidación
atractiva, por las siguientes razones:
Todas las personas son iguales ante la ley, eso es un principio constitucional
que se debe respetar siempre y por encima de toda situación legal que se nos
presenta.
El contrato de compraventa establece en la Cláusula VIII relativo a las
Obligaciones del vendedor y del comprador después de la fecha de cierre,
numeral 8°, que el comprador haría que Sidor durante dos (2) años mantuviera
un programa que contemplara, en caso de desincorporaciones, beneficios
adicionales a los legal y contractualmente establecidos y garantizara, en
consecuencia, el pago de una bonificación adicional equivalente a “dos (2)
meses a salario integral por cada año de servicio en la empresa”, con
excepción de las desincorporaciones de personal originadas por aplicación
del artículo 102 de la Ley Orgánica del Trabajo, cuestión no prevista en el
caso examinado.
En virtud de ello, a todos los trabajadores elegidos por Sidor para
desincorporarlos, se les acordó dicho beneficio, porque había inamovilidad y
para despedir a un trabajador, el patrono tenía que recurrir a un proceso legal,
lo cual no sucedió en el presente caso, porque quedó establecido por el Tribunal
ad quem que la relación de trabajo terminó por voluntad de la empresa Sidor
el 15 de enero de 1999, es decir, por despido injustificado, al no haber
demostrado una causa por despido justificado, pues de acuerdo con la
argumentación del trabajador, contradicha por la empresa, se le impidió su
acceso a las instalaciones de la empresa y lo despojaron de todas sus
credenciales, lo cual hizo ­insisto­ que se extinguiera la relación. Por ello, si al
existir inamovilidad laboral la empresa tuvo que pagar una bonificación adicional
a los trabajadores que se retiraron, con mayor razón, debía pagarse tal beneficio
al trabajador demandante que fue despedido.
Ahora bien, conforme establece la vigente Constitución en su artículo 81,
numeral 1°, en las relaciones laborales prevalece la realidad sobre las formas
o apariencias “principio de prioridad de la realidad de los hechos”,
previsto en leyes nacionales en acatamiento con la Constitución y en convenios
y recomendaciones internaciones del trabajo (OIT).
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 437

El Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, en su artículo 8°, letra “c”,


dispone: “...la Primacía de la realidad o de los hechos, frente a la forma
o apariencia de los actos derivados de la relación jurídico laboral”.
La Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en el Título I, Capítulo I, contiene
entre las Disposiciones Generales, los principios que rigen el procedimiento
en materia laboral, entre los cuales se encuentran “la prioridad de la realidad
de los hechos y la equidad”, (artículo 2°).
Por tanto, no considero un trato equitativo, justo, que se le haya privado al
trabajador demandante, de recibir dicho beneficio por el hecho de no estar de
acuerdo con la forma de pago que se le ofreció, porque esas “liquidaciones
atractivas” le fueron acordadas a otros trabajadores que la empresa estimó
les correspondían, porque con ello se menoscabó el principio de orden público
legal y constitucional de que todos somos iguales, y no puede haber
discriminación de ninguna especie. Las empresas tienen que asumir con
claridad y equidad sus ejecutorias, mas cuando los trabajadores ­como era la
situación de quien demanda­ se encontraban en un período de inamovilidad
laboral.
La Sala de Casación Social tiene un criterio de justicia y equidad para todos
los trabajadores y también para los empresarios. No se quiere extinguir las
fuentes de trabajo, de empleo, todo lo contrario, la intención es siempre
preservarlas, pero sí pretendemos que se materialicen los principios de justicia
social que contiene la Constitución.
Por las razones antes expuestas, considera quien disiente que la denuncia
formulada por la parte demandada debió ser desestimada. Queda así expresado
el voto salvado del Magistrado que suscribe. En Caracas, fecha ut supra.
438 JUAN RAFAEL PERDOMO

6.5. Preaviso. A quiénes se debe pagar

Recurso de Casación
Partes: Ricardo Campos contra la sociedad mercantil
Banco de Venezuela, S.A.C.A.
Sentencia: N° 315 de 20­11­02. Exp. 01­379
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Normas citadas: LOT: artículos 104, 112 y 125; CPC: artículo 313
ordinal 2°
Con fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, la parte formalizante denuncia la violación por falsa aplicación del artículo
104 de la Ley Orgánica del Trabajo, y por errada interpretación en cuanto a
su contenido y alcance del artículo 125 eiusdem.
Argumenta la parte recurrente que el Tribunal de la alzada infringió las normas
antes mencionadas al condenar a la demandada al pago del preaviso, previsto
en el artículo 104 de la Ley Orgánica del Trabajo, y a la vez al pago de la
indemnización sustitutiva del preaviso prevista en el artículo 125 eiusdem, por
cuanto esta última es de naturaleza “sustitutiva” de la primera, quedando
vedado por la ley acordar el pago de ambas conjuntamente.
Para decidir, la Sala observa:
El artículo 104 de la Ley Orgánica del Trabajo, que consagra la institución del
preaviso, es una norma que se encuentra ubicada dentro del capítulo VI del
título I del mencionado texto legislativo, el cual está referido a la terminación
de la relación de trabajo. En su encabezamiento, la norma establece que el
trabajador tendrá derecho a un preaviso conforme a las reglas indicadas en la
misma, cuando la relación de trabajo por tiempo indeterminado culmine por
despido injustificado o basado en motivos económicos o tecnológicos.
Por su parte en el CAPÍTULO VII del mismo título de la Ley Orgánica del
Trabajo, y dentro del cual está contemplado el artículo 125, se prevé la
estabilidad en el trabajo. Concretamente, el artículo 112 eiusdem establece
que los trabajadores permanentes, que no sean de dirección y que tengan
más de tres meses al servicio de un patrono, no pueden ser despedidos sin
justa causa.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 439

Entonces, debe asentar esta Sala que, salvo la excepción de un despido


motivado en razones económicas o tecnológicas, la institución del preaviso no
es aplicable a los trabajadores que gozan de estabilidad laboral en los términos
previstos en el artículo 112 de la Ley Orgánica del Trabajo, pues si no pueden
ser despedidos sin justa causa por el patrono, éste no puede darles aviso
previo al despido, y por tanto no está obligado a cancelar monto alguno por
omitir un aviso que no puede dar.
La idea errada de que el preaviso se le paga a todo trabajador despedido
injustificadamente tiene su origen en el hecho de que bajo la vigencia de la
derogada Ley del Trabajo, y antes de la entrada en vigencia de la Ley contra
Despidos Injustificados en 1974, el patrono podía despedir injustificadamente
a cualquier trabajador con el mero cumplimiento del aviso previo respectivo,
o su pago en caso de omisión; sin embargo, con la entrada en vigencia de la
Ley contra Despidos Injustificados, aparece en la legislación venezolana una
nueva categoría de trabajadores que no pueden ser despedidos sin motivos
justificados, a esta categoría pertenecen los trabajadores que gozan de
estabilidad laboral relativa.
La estabilidad laboral relativa prevista en la Ley contra Despidos Injustificados,
y desde 1991 en los artículos 112 y siguientes de la Ley Orgánica del Trabajo
no es absoluta, sino que el patrono que insista en el despido injustificado debe
pagar al trabajador las dos indemnizaciones previstas en el artículo 125 de la
Ley Orgánica del Trabajo: la indemnización por despido injustificado y la
indemnización sustitutiva del preaviso, siendo esta última de naturaleza distinta
al preaviso previsto para los trabajadores que carecen de estabilidad laboral.
Es por la razón antes expuesta que la jurisprudencia y la doctrina patria han
sido pacíficas en asentar que en los juicios de estabilidad laboral, ordenado el
reenganche de un trabajador despedido injustificadamente, si bien el patrono
que insiste en el despido debe pagar los salarios dejados de percibir desde el
momento del despido hasta el momento en que insiste en el mismo o “salarios
caídos”, y las indemnizaciones por despido injustificado y sustitutiva del
preaviso, el pago de la antigüedad, vacaciones fraccionadas y participación
en los beneficios o utilidades fraccionadas, se calcula hasta el momento en
que el trabajador efectivamente dejó de prestar servicios y no hasta el momento
de la persistencia en el despido.
Al respecto, expone el Dr. Rafael Alfonzo Guzmán:
“Como obligación del patrono el preaviso establecido en el artículo
104 de la Ley Orgánica del Trabajo en vigor, es únicamente aplicable a
440 JUAN RAFAEL PERDOMO

los trabajadores privados de estabilidad relativa,...” (Nueva Didáctica


del Derecho del Trabajo. 11ª edición, Caracas, 2000. P 342).
Mayor claridad al respecto, aportó el reglamentista de la Ley Orgánica del
Trabajo, al especificar en el artículo 43 del Reglamento, que quienes disfrutarán
del preaviso son los trabajadores “excluidos del régimen de estabilidad en el
empleo”.
Entonces, siendo aplicable el preaviso a los trabajadores que carecen de
estabilidad laboral, y las indemnizaciones sustitutivas del preaviso y por despido
injustificado a los trabajadores amparados por el régimen de estabilidad, debe
concluir la Sala que la recurrida infringió por falsa aplicación el artículo 104
de la Ley Orgánica del Trabajo al acordar el pago del preaviso omitido a un
trabajador que gozaba de estabilidad.
Por otra parte, debe precisar la Sala que en la cláusula 66 de la convención
colectiva que regía las relaciones laborales entre el Banco de Venezuela y
sus trabajadores al momento del despido del actor, estaba prevista la
indemnización denominada “Preaviso Extra”. Esta indemnización pese a
contener en su denominación la palabra “preaviso”, que puede originar
confusión en cuanto a su naturaleza, es un pago convencional obligatorio
previsto para todos los trabajadores despedidos sin justa causa, tanto para los
trabajadores investidos de estabilidad laboral como para los que carecen de
ella, y cuya cancelación no puede ser evitada mediante un aviso anticipado de
despido.
Entonces, estando investido de estabilidad laboral el trabajador demandante,
lo pertinente era que el Tribunal de la recurrida ordenara el pago de las
indemnizaciones “por despido injustificado” y “sustitituva del preaviso”
previstas en el artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo y en la cláusula 66
de la convención colectiva, pero no el pago inclusive del preaviso previsto en
el artículo 104 de la Ley Orgánica del Trabajo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 441

6.6. Preaviso. Cuándo no procede

Recurso de Casación
Partes: Carmen Maritza Giménez Salas contra la sociedad
mercantil Manufacturera de Aparatos Domésticos,
S.A. (MADOSA)
Sentencia: N° 537 de 18­09­03. Exp. 02­603
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos derivados de la relación de trabajo
Reitera: Doctrina establecida en sentencia de 20 de
noviembre de 2001 (Caso: Ricardo Campos contra
el Banco de Venezuela, S.A.C.A.)
Normas citadas: LOT: artículos 3, 59, 112, 104 y 107
Reza el encabezamiento del artículo 104 de la Ley Orgánica del Trabajo:
“Cuando la relación de trabajo por tiempo indeterminado finalice por
despido injustificado o basado en motivos económicos o tecnológicos,
el trabajador tendrá derecho a un preaviso conforme a las reglas
siguientes: (…)”.
Igualmente dispone el encabezamiento del artículo 107 eiusdem:
“Cuando la relación de trabajo por tiempo indeterminado termine por
retiro voluntario del trabajador, sin que haya causa legal que lo justifique,
éste deberá dar al patrono un preaviso conforme a las reglas siguientes:
(...)”.
Con base en las normas anteriormente citadas y siguiendo la exposición del
Dr. Rafael Alfonzo Guzmán (Nueva Didáctica del Derecho del Trabajo,
7a. Edición, Caracas, 1994, pp. 297), puede definirse el preaviso como la
notificación que cada parte está en el deber de hacer a la otra, con la
anticipación prevista legal o convencionalmente de su voluntad de terminar el
contrato de trabajo concertado a tiempo indeterminado por causas no
justificadas según la ley.
Haciendo una interpretación concordada de los artículos 104 y 112 de la Ley
Orgánica del Trabajo, esta Sala de Casación Social estableció en fallo de
fecha 20 de noviembre de 2001, que:
“(...) salvo la excepción de un despido motivado en razones económicas
o tecnológicas, la institución del preaviso no es aplicable a los
442 JUAN RAFAEL PERDOMO

trabajadores que gozan de estabilidad laboral en los términos previstos


en el artículo 112 de la Ley Orgánica del Trabajo, pues si no pueden ser
despedidos sin justa causa por el patrono, éste no puede darles aviso
previo al despido, y por tanto no está obligado a cancelar monto alguno
por omitir un aviso que no puede dar”. (Ricardo Campos c/ Banco de
Venezuela, S.A.C.A.).
Entonces, puede asentarse que el patrono sólo está obligado a dar preaviso al
trabajador cuando la relación que los vincula termina por despido injustificado
y el trabajador no está investido de estabilidad laboral.
Expuesto lo anterior, debe concluirse que fue correcta la interpretación del
artículo 104 de la Ley Orgánica del Trabajo que hizo la Juez de la recurrida,
pues estableciendo que la relación de trabajo terminó por mutuo acuerdo de
las partes, y no por despido injustificado, aseveración no cuestionada por la
parte recurrente, el patrono no tenía que dar preaviso alguno a la trabajadora,
y en consecuencia no hay lapso alguno por concepto de preaviso omitido que
adicionar a la antigüedad de la trabajadora demandante.
Respecto a la denuncia de violación del artículo 59 de la Ley Orgánica del
Trabajo, debe esta Sala señalar que en aplicación del principio de favor o in
dubio pro operario se debe preferir la interpretación más favorable al
trabajador, cuando de una misma norma se planteen dos interpretaciones
posibles, lo cual no es el caso bajo examen, pues tal disyuntiva no se le planteó
ni a la juez de la Alzada ni a esta Sala.
Finalmente, debe señalar la Sala que el artículo 3° de la Ley Orgánica del
Trabajo, no establece un “principio protector”, como lo afirma la parte
formalizante, sino la irrenunciabilidad de los derechos del trabajador, lo cual
no es un asunto debatido.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 443

6.7. El preaviso omitido no debe adicionarse a la relación de trabajo

Recurso de Casación
Partes: Elix Numa Piña contra la sociedad mercantil Vicson,
S.A.
Sentencia: N° 1377 de 08­11­04. Exp. 04­1031
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 330 de 15 de
marzo de 2003 (caso: René José Tovar Sánchez
contra la compañía anónima Electricidad de
Occidente [ELEOCCIDENTE])
Normas citadas: LOPT: artículo 168 ordinal 2°; LOT: artículo 104
literal “e”; CPC: artículo 313 ordinal 2°
Con fundamento en lo dispuesto en el artículo 313 ordinal 2º del Código de
Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 168 ordinal 2º de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, el recurrente denuncia la infracción del
Parágrafo Único del artículo 104 de la Ley Orgánica del Trabajo, por falta de
aplicación.
Señala el formalizante que la recurrida no aplicó el Parágrafo Único del artículo
104 de la ley Orgánica del Trabajo que dispone que en caso de omitirse el
preaviso, el lapso correspondiente al mismo debe computarse en la antigüedad
del trabajador para todos los efectos legales.
Alega el recurrente que el lapso correspondiente al preaviso debe computarse
para todos los efectos legales, incluso para declarar la prescripción de la
acción, razón por la cual si la recurrida hubiera aplicado el contenido de esta
norma habría declarado interrumpida la prescripción y habría decidido el fondo
de la controversia.
La Sala observa:
Ha sido criterio establecido por esta Sala en sentencia N° 330 de fecha 15 de
mayo de 2003 que “según lo establecido en el Parágrafo Único del
artículo 104 de la Ley Orgánica del Trabajo en concordancia con el
literal “e” de dicho artículo, y en virtud de que no se concedió el preaviso
al demandante, esta Sala debe advertir que dicha norma establece una
adición en el cómputo de la antigüedad del trabajador, cuando se ha
444 JUAN RAFAEL PERDOMO

omitido el preaviso, más no establece que dicho período también deba


aumentarse a los efectos del cálculo que debe realizarse para determinar
cuándo prescriben las acciones provenientes de la relación de trabajo”.
Ahora bien, la recurrida establece que es improcedente adicionar el lapso
correspondiente al preaviso previsto en el artículo 104 de la Ley Orgánica del
Trabajo a los fines de computar el término de prescripción, razón por la cual,
considera esta Sala que la recurrida, no incurrió en falta de aplicación del
artículo denunciado y en consecuencia se declara improcedente esta denuncia.
(...) Se reitera el criterio sostenido por la Sala respecto a que el lapso
correspondiente al preaviso omitido no debe adicionarse a la fecha de
terminación de la prestación de servicios a los efectos del cálculo que debe
realizarse para determinar cuándo prescriben las acciones provenientes de la
relación de trabajo, razón por la cual, considera la Sala que la recurrida al
establecer la fecha de terminación de la prestación de servicios no incurrió en
errónea interpretación del artículo 61 de la Ley Orgánica del Trabajo y en
consecuencia se declara improcedente esta denuncia.

6.8. Carácter alimentario de las prestaciones sociales

Recurso de Casación
Partes: José Rafael Fernández Alfonso contra la sociedad
mercantil I.B.M. de Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 542 de 18­12­00. Exp. 99­398
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros beneficios
derivados de la relación de trabajo
Reitera: Doctrina establecida por la Sala de Casación Civil
de la Corte Suprema de Justicia en sentencia de
17 de marzo de 1993
Normas citadas: CRBV: artículo 92; CPC: artículo 506; CC: artículos
1.277 y 1.737
Argumenta la recurrente que la indexación o corrección monetaria es contraria
a derecho, no existiendo norma alguna que rectamente interpretada permita
que las obligaciones nominales se conviertan en obligaciones de valor, no
siendo posible que ello se desprenda de la interpretación a contrario del artículo
1.737 del Código Civil.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 445

Ahora bien, es un hecho aceptado por la doctrina y establecido en forma


expresa por la jurisprudencia (sentencia del 17 de marzo de 1993, Lamorel
contra Machinery Care y otro), que las prestaciones que percibe el trabajador
como resultado de su labor tienen carácter alimentario, pues la remuneración,
acreencia legal del trabajador, son el sustento indispensable para su vida y
bienestar y el de su familia.
También es un hecho aceptado por la doctrina y establecido por la desaparecida
Corte Suprema de Justicia en la sentencia supra citada, que las obligaciones
alimentarias, tanto de carácter familiar como de naturaleza laboral, son
obligaciones de valor; es decir, que sólo se cumplen fielmente cuando el deudor
satisface las necesidades que esa obligación está dirigida a cubrir: mantener,
educar, e instruir al alimentado, independientemente que la suma de dinero
indispensable para tal fin se haya incrementado por efecto de la disminución
del cambio de la moneda. “Sus características serían la fijeza de su objeto (un
hacer necesario para asegurar la vida de otro), y la variabilidad de su expresión
monetaria (que exige ajustar la pensión al valor real expresado por su poder
de compra) (MELICH ORSINI, J. El incumplimiento de las obligaciones
pecuniarias en el Derecho Venezolano, Revista de Derecho Mercantil. Año
II, Nro. 4, 1987, p 102).
Con base en dichos razonamientos, la Sala de Casación Civil de la Corte
Suprema de Justicia estableció que las cantidades de dinero que se ordenen
pagar en un fallo judicial recaído en el proceso en el que se reclama el pago
de prestaciones sociales y otros conceptos derivados de la relación de trabajo,
deben ser indexadas calculando la pérdida del poder adquisitivo del dinero,
desde la fecha en que se admitió la demanda hasta la ejecución del fallo, es
decir hasta la total y definitiva cancelación de la deuda y que ello obedece a
que, el retardo en el pago oportuno de las cantidades que debieron ser
canceladas al culminar la relación laboral representa para el deudor moroso
en época de inflación y de pérdida del valor real de la moneda, una ventaja
que la razón y la moral rechazan, tanto más, cuando como en caso del trabajo
subordinado, la vida, la salud y el bienestar del trabajador titular de la acreencia,
dependen del tempestivo cumplimiento del patrono de las prestaciones
legalmente debida.
Entonces, debe reiterar la Sala en esta oportunidad que, dado el carácter
alimentario de las acreencias de las cuales es titular el trabajador como resultado
de la prestación de servicios, las mismas son deudas de valor desde su
nacimiento y por tanto la procedencia del ajuste por inflación del monto que
se debe pagar de las mismas cuando el patrono se retarda en su cumplimiento
446 JUAN RAFAEL PERDOMO

es procedente y no resulta de una interpretación a contrario del artículo 1.737


del Código Civil como alega la recurrente.
La orden de practicar de oficio la indexación judicial de las cantidades que se
ordena pagar no constituye ultrapetita, por cuanto al tratarse de obligaciones
de valor se paga al trabajador exactamente lo solicitado en la demanda y
acordado en la sentencia.
En cuanto al argumento de falta de aplicación del artículo 1.277 del Código
Civil que es la norma que regula la sanción al deudor por su retardo en el
cumplimiento de una obligación pecuniaria, este Supremo Tribunal considera
que la misma no es aplicable en los casos de la mora del patrono en el
cumplimiento de las obligaciones derivadas de la relación de trabajo, pues
como ya se ha expuesto éstas no son obligaciones pecuniaria o de dinero sino
de valor; por tanto, la reparación del daño que ocasiona la mora no se resarce
con el pago de intereses, ya sean convencionales o legales, sino mediante el
restablecimiento a plenitud del patrimonio del acreedor dañado por el
incumplimiento, teniendo en cuenta que el trabajador tiene el derecho
irrenunciable una prestación no disminuida por la depreciación cambiaria.
En cuanto al planteamiento formulado por la recurrente sobre la necesidad de
probar el daño sufrido por la pérdida del valor de la moneda, debe la Sala
acotar que ello es inoficioso pues el daño sufrido por el retardo en el pago,
que puede inferir el Juez mediante la aplicación de una máxima de experiencia,
es producto de la inflación acaecida, y como ya lo ha determinado la
jurisprudencia, la inflación es un hecho notorio exento de prueba, según dispone
el artículo 506 del Código de Procedimiento Civil.
El criterio expresado en este fallo halla su más alta fundamentación en el
artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que
establece la exigibilidad inmediata de los créditos laborales y expresamente
los considera deudas de valor.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 447

6.9. Pago de prestaciones sociales


6.9.1. Pago de intereses de mora. Excepción

Recurso de Casación
Partes: Gustavo Toro Hardy contra la sociedad mercantil
Banco Hipotecario Consolidado, C.A., luego
CORP BANCA, C.A.
Sentencia: N° 631 de 02­10­03. Exp. 03­166
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en las sentencias Nº 249 de
18 de octubre de 2001 (caso: Ana Mercedes Celis
de Guerrero contra la empresa Impresiones
Unipren C.A.); Nº 355 de 21 de mayo de 2003
(caso: José Enrique Estrada Mirabal contra la
sociedad mercantil Bundy Venezolana, C.A.); y Nº
434 de 10 de julio de 2003 (caso: Ramón Enrique
Aguilar Mendoza contra la sociedad mercantil
Boehringer Ingelheim, C.A.)
Normas citadas: LOT: artículos 108 y 180; CC: artículos 1.277 y
1.746
En materia laboral, el pago de las prestaciones no está sujeto a plazo, pues
debe producirse de inmediato a la terminación de la relación de trabajo, tal
como lo establecen los diversos dispositivos que las acuerdan, con excepción
de la participación en los beneficios o utilidades, cuyo pago podrá posponerse
en el supuesto y según las pautas del artículo 180 de la Ley Orgánica del
Trabajo. En cuanto a los intereses, tiene pacíficamente resuelto esta Sala
(Vid. Sentencias de la Sala de 18 de octubre de 2001, Nº 249; 21 de
mayo de 2003, Nº 355; 10 de julio de 2003, Nº 434, entre otras) que,
cuando el patrono no paga oportunamente las prestaciones sociales, es decir,
cuando no las paga al finalizar la relación de trabajo, surge para el trabajador,
además del derecho a reclamar judicialmente tal pago, el derecho a cobrar
intereses de mora por el retardo en el pago, los que se calcularán a la tasa del
tres por ciento (3%) anual, en conformidad con lo dispuesto en los artículos
1.277 y 1.746 del Código Civil, si son causados antes de la entrada en vigencia
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; en tanto que se
448 JUAN RAFAEL PERDOMO

calcularán a las tasas fijadas por el Banco Central de Venezuela, en


conformidad con lo establecido en el artículo 108 de la Ley Orgánica del
Trabajo, si son causados después de la entrada en vigencia de la Carta Magna.

Antecedente jurisprudencial:
Véase doctrina anteriormente establecida por la Sala de Casación Social, no
citada en la sentencia referida, que desarrolla:
a) Interés moratorio causado por la tardanza culposa del patrono en el
pago de las prestaciones. Cambio de doctrina. (Sentencia N° 642 de 14
de noviembre de 2002, expediente N° 00­449. Ponencia del Magistrado
Alfonso Valbuena Cordero. Caso: Roberto Martínez Aboitiz contra la
sociedad mercantil Insanova, S.A.)

6.10. Prestaciones Sociales. Prescripción

Recurso de Casación
Partes: Oscar Alfonso Guanda contra la sociedad mercantil
Panamco de Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 226 de 11­03­04. Exp. 03­957
Voto concurrente: Magistrado Alfonso Valbuena Cordero
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Normas citadas: LOT: artículo 61; CBRV: artículo 92; CPC:
artículo 20
Entonces, debe concluirse que el Juez de la recurrida incurrió en un error al
desestimar la prescripción fundado en que “...el silencio se entendió como
aceptación del criterio del juez a quo respecto a la desestimación de la defensa
perentoria de prescripción de la acción laboral...”, por no haber habido
apelación de la demandada, quien ­resalta la Sala­ había resultado totalmente
victoriosa en primera instancia.
Asentado lo anterior, debe la Sala considerar los motivos expuestos por el
Tribunal de la causa y aceptados por la Alzada en relación con la desaplicación
del artículo 61 de la Ley Orgánica del Trabajo, por encontrarse en contradicción
con lo dispuesto en el artículo 92 del texto constitucional.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 449

En este sentido, observa la Sala, que el hecho que el constituyente asentara


en el artículo 92 constitucional que los trabajadores tienen derecho a
prestaciones sociales que les recompensen la antigüedad en el servicio y los
amparen en caso de cesantía, señalando que son créditos de exigibilidad
inmediata, no permite en modo alguno derivar que tales prestaciones sociales
son de naturaleza imprescriptible y cuyo pago puede reclamarse en cualquier
momento luego de terminada la relación de trabajo.
Por el contrario, la aseveración del Juez de la causa, aceptada por el Tribunal
de alzada implica una lectura parcial de la Constitución vigente, pues la misma,
en su disposición transitoria cuarta establece:
“Dentro del primer año, contado a partir de su instalación, la Asamblea
Nacional aprobará:
3. Mediante la reforma de la Ley Orgánica del Trabajo, un nuevo
régimen para el derecho a prestaciones sociales consagrado en
el artículo 92 de esa Constitución, el cual integrará el pago de
este derecho de forma proporcional al tiempo de servicio y
calculado de conformidad con el último salario devengado,
estableciendo un lapso, mientras entre en vigencia la reforma de
la ley seguirá aplicándose de forma transitoria el régimen de la
prestación de antigüedad establecido en la Ley Orgánica del
Trabajo vigente. Asimismo, contemplará un conjunto de normas
integrales que regulen la jornada laboral y propendan a su
disminución progresiva, en los términos previstos en los
acuerdos y convenios de la Organización Internacional del
Trabajo suscritos por la República”.
Es decir, la Asamblea Constituyente determinó que los créditos que tiene el
trabajador contra su patrono en virtud de la terminación de la relación de
trabajo son prescriptibles, así como la vigencia del actual régimen de
prescripción establecido en los artículos 61 y siguientes de la Ley Orgánica
del Trabajo, hasta tanto se dicte la ley correspondiente que establezca un
plazo de prescripción de diez años, no aplicable aún.
Como se observa, la Constitución dio especial relevancia al aspecto tratado,
al punto de imponer a la Asamblea Nacional la obligación de legislar casi
inmediatamente sobre la materia, concediéndole un breve plazo de seis meses,
el cual ha sido superado con creces, al igual que ha sucedido en muchas otras
áreas.
Ahora bien, aunque la redacción de la citada Disposición Transitoria permite
concluir que el Constituyente pretendió ampliar el lapso para que los
450 JUAN RAFAEL PERDOMO

trabajadores reclamen los derechos patrimoniales derivados de la terminación


de la relación de trabajo, lo cierto es que a la vez legitimó, así sea con carácter
temporal, el régimen de prescripción previsto en la Ley Orgánica del Trabajo.
El Constituyente reconoce la vigencia temporal y consiguiente aplicabilidad
en la Ley Orgánica del Trabajo. Por ello, las normas referidas a la prescripción
cuentan con un respaldo constitucional, que hace imposible su desaplicación
mediante un control difuso de la constitucionalidad. El Constituyente previó
un cambio en el régimen de la prescripción, pero prefirió mantener el
ordenamiento vigente durante un tiempo.
Lo expuesto hace que a un tribunal de instancia le esté prohibido desconocer
el régimen actual de prescripción de las prestaciones sociales previsto en la
Ley Orgánica del Trabajo.
En resumen, al dictar su fallo el Tribunal de alzada ha debido considerar como
un aspecto a decidir la defensa perentoria de prescripción opuesta por la
demandada, y en consecuencia, determinar que según las previsiones del
artículo 61 de la Ley Orgánica del Trabajo, la acción intentada por el ciudadano
Oscar Alfonso Guanda se encontraba prescrita, pues transcurrió ampliamente
el plazo de prescripción de un (1) año desde la fecha de la terminación de la
alegada relación de trabajo, el 6 de agosto de 1998, y la interposición de la
demanda, el 8 de enero de 2001; concretamente transcurrió un lapso de
aproximadamente dos (2) años y seis (6) meses.
Al no haber procedido de tal forma el Tribunal de alzada, la Sala está obligada
a declarar que la recurrida infringió el artículo 61 de la Ley Orgánica del
Trabajo al negarle aplicación y vigencia, y el artículo 20 del Código de
Procedimiento Civil por falsa aplicación.
CAPÍTULO XXV
REMUNERACIÓN

1. SALARIO COMO DERECHO CONSTITUCIONAL

Recurso de Casación
Partes: Amarilis Manzú Gascón contra la sociedad
mercantil Servicios de Emergencias Médicas de
Aragua, Sermedica, C.A.
Sentencia: N° 460 de 10­07­03. Exp. 03­287
Motivo: Cobro de salarios retenidos
Normas citadas: LOT: artículos 132, 133 y 147; CC: artículos 1.133,
1.159 y 1.160; CRBV: artículo 92
(...) en relación con el régimen legal aplicable, el artículo 91 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, establece el derecho al salario que
tiene todo trabajador, el cual será inembargable y pagado periódica y
oportunamente en moneda de curso legal.
El artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo define al salario como la
remuneración que corresponde al trabajador por la prestación de su servicio,
y en concordancia con los artículos 132 y 147 eiusdem, se confirma la
irrenunciabilidad y la forma de pago del mismo.
Adicionalmente, determinado el derecho al salario, el Código de Procedimiento
Civil establece los efectos de la sentencia y de la transacción como actos que
ponen fin al proceso. A tal efecto, el artículo 273 y 255 eiusdem, disponen
respectivamente que “la sentencia definitivamente firme es ley de las partes
452 JUAN RAFAEL PERDOMO

en los límites de la controversia decidida y es vinculante en todo proceso


futuro” y que “la transacción tiene entre las partes la misma fuerza que
la cosa juzgada”.
Respecto al acta suscrita por las partes, el Código Civil en materia de contratos
como fuente de obligaciones, en el artículo 1.133 define al contrato como una
convención entre dos o más personas para constituir, reglar, transmitir,
modificar o extinguir entre ellas un vínculo jurídico; y en cuanto a sus efectos,
los artículos 1.159 y 1.160 disponen que los contratos tienen fuerza de ley
entre las partes, deben ejecutarse de buena fe y obligan no sólo a cumplir lo
expresado en ellos, sino a todas las consecuencias que se derivan de ellos,
según la equidad, el uso o la ley.
Por las razones mencionadas, con base en los criterios que fundamentan la
presente decisión, se declara con lugar la demanda por pago de los salarios
retenidos correspondientes a cuatro días del mes de diciembre de 1998, y el
período que va desde el 28 de julio de 1999 hasta el 3 de noviembre de 1999,
fecha de la efectiva reincorporación de la trabajadora a sus labores habituales,
los cuales fueron reclamados mediante el procedimiento ordinario, en virtud
del incumplimiento de la demandada, de la transacción y del acta de
reconocimiento de estas obligaciones suscritas por las partes. Así se decide.
En conformidad con lo dispuesto en el artículo 92 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, el salario y las prestaciones sociales son
créditos laborales de exigibilidad inmediata. Toda mora en su pago genera
intereses, los cuales constituyen deudas de valor y gozarán de los mismos
privilegios y garantías de la deuda principal.
Es criterio de la Sala, expresado en sentencia del 27 de junio de 2002 (Jesús
Rivero Marcano contra Den Spie, S.A.), que la indexación o corrección
monetaria no sólo es aplicable respecto a las cantidades que se ordena pagar
por concepto de prestación de antigüedad. Por el contrario, como se ha
establecido en diversos fallos desde el 17 de marzo de 1993 (Camillus Lamorell
contra Machinery Care y otro), el carácter alimentario del salario y de las
prestaciones percibidas por el trabajador como contraprestación de sus
servicios adeudados al terminar la relación de trabajo, constituye el fundamento
de la corrección monetaria de dichos créditos, por lo que la pérdida de su
valor adquisitivo por la demora o reticencias en su pago por parte del patrono
no puede ir en perjuicio del trabajador, debiéndose reestablecer mediante la
indexación el poder adquisitivo de todas las cantidades debidas y no sólo de la
correspondiente a la prestación de antigüedad.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 453

El salario es una obligación de pago inmediato que surge por la prestación de


un servicio en virtud de un contrato de trabajo, o por mandato judicial. Su
carácter alimentario no se perjudica porque surja de un mandato judicial, pues
es la ratificación de un derecho laboral adquirido por el trabajador. Por este
motivo, la mora en su cumplimiento constituye el fundamento de la corrección
monetaria con la finalidad de restablecer el poder adquisitivo de las cantidades
debidas. En conformidad con el artículo 92 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, y siguiendo el criterio mantenido por la Sala en
esta materia, se declara procedente la indexación de las cantidades debidas,
la cual se calculará mediante experticia complementaria del fallo, realizado
por un experto contable, tomando en cuenta los índices de precios publicados
por el Banco Central de Venezuela. El período a considerar como inicio para
el cálculo de la indexación será la fecha en que se constituyó en mora el
patrono deudor, es decir, la fecha de la transacción (28 de julio de 1999) para
los salarios correspondientes a los cuatro días de diciembre de 1998, y el 3 de
noviembre de 1999, fecha efectiva de reincorporación, para los salarios
correspondientes al lapso desde el 28 de julio de 1999 hasta el 3 de noviembre
de ese mismo año, y terminará en la fecha efectiva de pago, tomando como
salario base la cantidad de SETECIENTOS MIL BOLÍVARES (Bs.
700.00,00) mensuales.
454 JUAN RAFAEL PERDOMO

2. NATURALEZA NO SALARIAL DE LOS SUBSIDIOS, TICKETS,


VALES O CUPONES. A) INTERPRETACIÓN DEL LITERAL
“B”, PARÁGRAFO ÚNICO, ARTÍCULO 133 LOT (1990); B)
INTERPRETACIÓN DEL PARÁGRAFO PRIMERO,
ARTÍCULO 133 LOT (1997). LOS CESTA TICKET NO
REVISTEN CARÁCTER SALARIAL; C) NATURALEZA
SALARIAL DE LOS APORTES DEL PATRONO AL PLAN DE
AHORRO

Recurso de Casación
Partes: Febe Briceño de Haddad contra el Banco Mercantil
C.A, S.A.C.A.
Sentencia: N° 489 de 30­07­03. Exp. 02­562
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos derivados de la relación de trabajo
(Ver antecedentes jurisprudenciales establecidos
por la Sala de Casación Social expuestos al final,
no citados en el texto)
Normas citadas: LOT (1990): artículo 133, Parágrafo Único, literales
“b” y “c”; LOT (1997): artículo 133, Parágrafo
Primero; Reglamento LOT: artículo 73

a) Interpretación del literal “b”, Parágrafo Único, artículo 133 LOT


(1990)
(…) los tickets, vales o cupones constituían una modalidad de subsidio de
iniciativa patronal excluido del salario cuando su costo total o parcial era
asumido por el patrono y tenía como finalidad asegurar a los trabajadores la
adquisición de bienes o servicios esenciales a menor precio del corriente.
Es importante destacar que resultaba irrelevante a los fines de la aplicación
de la norma en cuestión, que el precio de los bienes adquiridos fuese el mismo
mediante el pago de tickets o mediante el pago en moneda de curso legal, por
cuanto si el costo total o parcial de los tickets lo asumía el patrono ello constituía
efectivamente un subsidio.
En este sentido se debe señalar que el valor monetario del total de tickets
entregados al trabajador siempre debía guardar relación de proporcionalidad
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 455

con las necesidades del trabajador y su familia que se pretendían satisfacer;


pues si el valor de los tickets entregados resultaba exorbitante, o por lo
menos alto en relación con el salario devengado por el trabajador, quedaba
de manifiesto el ánimo del patrono de enriquecer al trabajador, de aumentar
su patrimonio, al margen de la ayuda a la satisfacción de las necesidades
esenciales, lo cual constituía el fin de la norma, y en virtud del principio de
primacía de la realidad que informa la aplicación e interpretación de la
legislación laboral, el monto de los tickets, vales o cupones entregados
debía ser considerado como salario al no encontrarse dentro de los
supuestos de hecho fijados por el Parágrafo Único, literal b), del artículo
133 de la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre de
1990.
Además, si los montos totales entregados por el patrono en tickets resultaban
altos en relación con el salario del trabajador, y ello debe determinarlo en
cada caso quien aplica la norma, quedaba evidenciado un fraude a la ley
mediante el cual el empleador, antes que subsidiar o conceder facilidades al
trabajador para la satisfacción de las necesidades, estaba proporcionando
aumentos salariales.
(…)
Establecido que la entrega de cestatickets constituía en el caso bajo examen
un subsidio otorgado por el patrono en beneficio de los trabajadores, resulta
inoficioso hacer consideraciones sobre las características salariales de los
mismos, pues el legislador de 1990 excluyó dicho subsidio del salario.
Por las razones antes expuestas debe concluirse que el Juez de alzada incurrió
en errónea interpretación del dispositivo del Parágrafo Único, literal b), del
artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre
de 1990.

b) Interpretación del Parágrafo Primero, artículo 133 LOT (1997).


Los cesta ticket no revisten carácter salarial
Por otra parte, el artículo 133, Parágrafo Primero, de la Ley Orgánica del
Trabajo vigente dispone que los subsidios o facilidades que el patrono otorgue
al trabajador con el propósito de que éste obtenga bienes y servicios que le
permitan mejorar su calidad de vida y la de su familia tienen carácter salarial.
Sin embargo, los subsidios son asignaciones que otorga el patrono, dentro del
ámbito del contrato de trabajo, y que poseen un esencial carácter de ayuda,
456 JUAN RAFAEL PERDOMO

otorgados no por la prestación del servicio sino por la existencia del contrato
de trabajo.
Sobre el particular estima la Sala de particular relevancia, a los fines de
esclarecer el sentido y alcance del artículo 133, Parágrafo Primero, de la Ley
Orgánica del Trabajo vigente del cual no sólo depende el carácter salarial o
no de los tickets sino de todas las asignaciones no salariales, analizarla
cuidadosamente tomando en consideración la definición de salario contenida
en la primera parte del artículo 133 eiusdem, según la cual “...se entiende
por salario la remuneración, provecho o ventaja, cualquiera fuere su
denominación o método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en
efectivo, que corresponda al trabajador por la prestación de su
servicio...”.
Al confrontar ambos preceptos se evidencia que entre ellos hay una antinomia,
toda vez que si los subsidios son una ayuda de carácter familiar que
complementa el salario, no pueden, a la vez ser salario, de donde se infiere
que el Parágrafo Primero del artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo
vigente, debe ser interpretado en el sentido de que los subsidios o facilidades
que el patrono otorga al trabajador con la finalidad de obtener bienes y servicios
para mejorar su vida y la de su familia no son salario, pues sería ilógico y
jurídicamente imposible que los subsidios y facilidades referidos sean, al mismo
tiempo, salario y complemento del salario.
Asimismo estima la Sala de la mayor importancia la conclusión antes dicha,
para determinar la naturaleza de los tickets, cupones o vales a los que se
refiere la Ley Programa de Alimentación para los Trabajadores, así como
aquellos sistemas de pago como el cesta tickets que son utilizados con apego
a la Ley Orgánica del Trabajo vigente, para otorgar al trabajador y a su familia
el beneficio establecido en el artículo 133, Parágrafo Primero de la citada
Ley.
En este sentido los tickets, vales o cupones que son utilizados, en conformidad
con lo dispuesto en el artículo 133, Parágrafo Primero, de la Ley Orgánica del
Trabajo vigente, son un instrumento para la materialización del beneficio
correspondiente y que por lo tanto no se confunde con el beneficio mismo, el
cual puede ser entregado lícitamente por otros medios, como el servicio de
comedores para el trabajador, por tal razón, los tickets, vales o cupones en las
disposiciones laborales vigentes no revisten carácter salarial. Sin embargo,
debe advertirse que tales tickets, vales o cupones deben satisfacer todas las
exigencias legales y reglamentarias a objeto de preservar su carácter no
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 457

salarial, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 73 del Reglamento de


la Ley Orgánica del Trabajo.

c) Naturaleza salarial de los aportes del patrono al Plan de Ahorro


El artículo 133, Parágrafo Único, literal c), de la Ley Orgánica del Trabajo
promulgada el 27 de noviembre de 1990, señalaba que “No se considerará
formando parte del salario (…) c) Los aportes del patrono para el ahorro del
trabajador en cajas de ahorro, en otras instituciones semejantes o mediante
planes acordados con este fin, salvo que el patrono y el trabajador acuerden
tomar en cuenta dicho aporte en el salario de base para el cálculo de lo que
corresponda al trabajador a consecuencia de la terminación de la relación de
trabajo”.
No es desconocido para quienes de alguna manera intervinieron o tuvieron
conocimiento del desarrollo de las relaciones de trabajo bajo la vigencia del
artículo 133, Parágrafo Único, literal c), de la Ley Orgánica del Trabajo
promulgada el 27 de noviembre de 1990, que bajo la figura de “aportes al
ahorro del trabajador” se solían encubrir aportes de naturaleza salarial, de
manera de evitar que los incrementos en la remuneración del trabajador
influyeran de alguna manera en el cálculo de los restantes beneficios,
prestaciones e indemnizaciones previstos en la legislación del trabajo.
Por las razones antes expuestas y, a pesar que en principio el artículo 133,
Parágrafo Único, literal c), de la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 27
de noviembre de 1990, excluía la naturaleza salarial de los aportes patronales
al ahorro del trabajador, al ser reformada la Ley Orgánica del Trabajo el 19
de junio de 1997 con la finalidad de recomponer el salario, se eliminó tal
exclusión salarial y en el dispositivo del artículo 671, bajo el título de
Disposiciones Transitorias, sólo se mantuvo la exclusión salarial a los aportes
patronales al ahorro del trabajador cuando estos estaban previstos en las
convenciones colectivas.
Entonces, no todo lo que el patrono entregaba al trabajador como aporte al
ahorro constituía verdaderamente tal aporte, pudiendo ser una mera forma de
simular entrega de cantidades salariales en fraude a la ley. Corresponde al
aplicador de la ley, escudriñar en la realidad de los hechos para determinar en
cada caso concreto cuándo se está verdaderamente en presencia de un aporte
al ahorro del trabajador.
La Sala debe precisar que se entiende por “ahorro”, y en este sentido recurre
al Diccionario de la Real Academia Española que señala “Ahorro: Acción
458 JUAN RAFAEL PERDOMO

de ahorrar, economizar (…). 3. Lo que se ahorra...” y “Ahorrar: Cercenar


y reservar alguna parte del gasto ordinario. 2. Guardar Dinero como
previsión de necesidades futuras”. (Real Academia Española, Tomo I,
Vigésima Primera Edición, Madrid, 1992, pag.71).
Entonces, si lo que el artículo 133, Parágrafo Único, literal c), de la Ley
Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre de 1990, excluía del
salario eran los aportes del patrono al ahorro del trabajador, debe considerarse
que quien debe guardar dinero en previsión de necesidades futuras,
cercenándolo o apartándolo de sus ingresos salariales, es el trabajador y toda
vez que el salario tiene naturaleza alimentaria y con el se satisfacen las
necesidades del trabajador y de su familia, se sabe por máximas de experiencia
que la posibilidad de ahorro del trabajador en cajas de ahorro, fondos de
ahorro y planes especiales de ahorro es de aproximadamente un 10% de su
salario. El sentenciador de la recurrida lo estableció entre el 5% y el 10% del
salario, lo que en cualquier caso implica una coincidencia en que el ahorro del
trabajador compromete una parte pequeña de la retribución salarial.
Establecido que quien debe ser consistente con el ahorro es el trabajador
debe señalarse igualmente que el aporte del patrono está dirigido a estimular
el ahorro por parte del trabajador y por ello los aportes del patrono a la cuenta
o al sistema de ahorros tienen esa finalidad. Por máxima de experiencia se
sabe que dichos aportes del patrono varían alrededor del 50% de los montos
aportados por el trabajador, quien, se reitera es quien aporta la mayor parte
de lo que constituye el capital ahorrado.
Que el mayor aporte del ahorro lo debe hacer el trabajador y que los aportes
del patrono tienen como finalidad el estimulo del mismo, se desprende igualmente
del artículo 671 de la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 19 de junio de
1997, cuando como disposición transitoria, mantuvo la exclusión salarial de
los aportes previstos en la convención colectiva como “fomento” al ahorro
del trabajador.
Cuando el patrono hace en mayo de 1997 un aporte al ahorro de la trabajadora
de bolívares, Seiscientos Cuarenta y Siete Mil Bs. 647.000,00, siendo el salario
de la misma bolívares, Quinientos Treinta y Ocho Mil, (Bs.538.000,00), resulta
evidente que tal asignación no era en realidad un aporte para el ahorro del
trabajador, quien no se ve estimulado a ahorrar parte de su salario si el patrono
le asigna una cantidad significativamente mayor, en un 120%, al mismo.
No puede dejar de considerar la Sala, la circunstancia de que no sólo el
patrono aporta una cantidad superior al salario de la trabajadora, sino que,
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 459

en el diseño del denominado Plan de Ahorro del Banco demandado, el


aporte del trabajador es, a su escogencia, del 1,5%, 5% ó 10% del aporte
del patrono y no de su salario. Pero es que además no se indica entre las
pautas del Plan de Ahorro cuál va a ser el aporte del patrono, lo que
desdice de la existencia de un verdadero Plan de Ahorro, pues los planes
de ahorro suponen al menos, un ahorro programado, y ello no se puede
conseguir en el caso bajo examen, puesto que el patrono no indicó
previamente cuál era su aporte.
Por máxima de experiencia puede precisar la Sala que al establecerse planes
de ahorro de naturaleza especial, o mediante aportes a cajas de ahorro o a
fondos de ahorro, se sabe desde el momento inicial cuales van a ser los aportes
del patrono y del trabajador.
Si el trabajador hace un aporte de su salario dependiendo de los aportes del
patrono, los cuales no conoce de antemano pero que son bastantes superiores
a su salario, en realidad no está ahorrando monto alguno porque el trabajador
no sabe cuánto va a apartar de su salario sino que en realidad está
autorizando al patrono para que deposite en una cuenta distinta, montos de
su salario.
Las consideraciones anteriores no constituyen una imposición de requisitos a
los aportes al ahorro del trabajador que el artículo 133, Parágrafo Único,
literal c), de la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre de
1990, no preveía; sino que son consecuencias que se derivan de los conceptos
mismos de ahorro y de plan de ahorro.
En relación con la disponibilidad del dinero ahorrado por parte del trabajador,
debe la Sala señalar que si ahorrar es guardar dinero como previsión de
necesidades futuras y las partes de una relación de trabajo establecen planes
de ahorro programado, para que el trabajador pueda tener cantidades de dinero
seguras en previsión de dichas necesidades futuras, resulta elemental que
dicha suma debe ir creciendo, salvo retiros por sobrevenir necesidades
especiales para las cuales se constituyó dicho plan de ahorro.
Tal aumento de los haberes del trabajador en las cuentas de su plan de ahorro
se logra acordando con el patrono una limitación a la disponibilidad de dicho
dinero por parte del trabajador. Usualmente, aunque no exclusivamente, está
limitación implica que el trabajador no puede retirar sus haberes de las cuentas
donde están depositados, hasta la terminación de la relación de trabajo y que
sólo ante necesidades específicas puede solicitar préstamos garantizando su
pago con los montos que tuviera depositados.
460 JUAN RAFAEL PERDOMO

En el diseño del Plan de Ahorro del Banco demandado se indica que el trabajador
puede pedir préstamos de hasta el 90% de lo depositado garantizando con sus
haberes, tales préstamos, y aunque no consta que no pudiera hacer retiros de
iguales montos, tal posibilidad resulta contraria a la idea misma del plan de
ahorro, por cuanto si el trabajador puede retirar dinero sin limitaciones no hay
ahorro ninguno y no tiene sentido un plan de ahorro que conlleve un ahorro
programado; además, si el trabajador puede retirar libremente las cantidades
depositadas, al final no tendría monto alguno con el cual garantizar el préstamo
que eventualmente requeriría de presentarse una necesidad imprevista.
Por tales razones acertó el Juez de alzada cuando consideró que los
denominados aportes del patrono al Plan de Ahorro son de naturaleza salarial,
por cuanto en realidad no van asignados a Plan de ahorro alguno.
Finalmente debe destacar la Sala en apoyo a la inexistencia del plan de ahorro
en el Banco demandado, por lo menos con respecto a la demandante, el
hecho de que la parte recurrente utiliza indistintamente en el escrito de
formalización los términos “caja de ahorro”, “fondos de ahorro” y “plan
de ahorro”. Los dos primeros términos, caja de ahorro y fondo de ahorro, los
utiliza en la primera denuncia que se analizó en el presente fallo y fondo de
ahorros y plan de ahorro los empleó en la denuncia bajo examen.
Empleo indistinto de términos a los cuales el artículo 133, Parágrafo Primero,
literal c), de la Ley Orgánica del Trabajo promulgada el 27 de noviembre de
1990, y el artículo 67 de la Ley General de Asociaciones Cooperativas, vigente
al momento de terminar la relación de trabajo y cuando se interpuso y contestó
la demanda, les dieron contenido distintos porque responden a realidades
también distintas.
Entonces, se puede llegar a la conclusión de la inexistencia en la realidad de
plan de ahorro alguno en la relación del Banco demandado y la demandante y
en consecuencia las asignaciones que con dicho título se hacían tienen
naturaleza salarial.
Si en los recibos de pago a la trabajadora se utilizan los dos términos en forma
separada pero la demandante los refiere al mismo concepto queda evidenciado
que no en realidad no existía ni caja de ahorro ni fondo de ahorros.

Antecedentes jurisprudenciales:
Véase doctrina anteriormente establecida por la Sala de Casación Social, no
citada en la sentencia referida, que desarrolla:
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 461

a) Salario normal. Concepto. Interpretación del artículo 133 de la LOT


(1990). Elementos que integran el salario para calcular las prestaciones
sociales. Naturaleza no salarial de los aportes del patrono a los fondos
de ahorro. (Sentencia N° 30 de 09 de marzo de 2000, expediente N° 99­
189. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. Caso: Humberto
Pérez Arvelo contra la sociedad mercantil Citibank, N.A.).
b) Cobro en dinero de beneficios de alimentación no satisfechos al culminar
la relación de trabajo. [Cesta ticket]. (Sentencia N° 322 de 28 de abril
de 2005, expediente N° 04­1050. Ponencia del Magistrado Omar Alfredo
Mora Díaz. Caso: Eddie Rafael Alizo Venero contra la Gobernación del
Estado Apure).

3. SUBSIDIOS O FACILIDADES QUE EL PATRONO OTORGA


AL TRABAJADOR COMO COMPLEMENTO DEL SALARIO

Recurso de Casación
Partes: Gustavo Toro Hardy contra el Banco Hipotecario
Consolidado, C.A., luego Corp Banca, C.A.
Sentencia: N° 631 de 02­10­03. Exp. 03­166
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 489 de 30 de
julio de 2003 (caso: Febe Briceño De Haddad contra
la sociedad mercantil Banco Mercantil C.A.,
S.A.C.A.)
Normas citadas: LOT (1990) artículo 133, Parágrafo Único, literal
“b”; LOT: artículo 133, Parágrafo Primero
(…), no puede dejar pasar por alto esta Sala debido a su importancia que
durante la vigencia del literal b), del Parágrafo Único del artículo 133 de la
Ley Orgánica del Trabajo de 1990, los créditos o avales para adquisición de
vivienda, para su ampliación o reparación, o para cancelación de hipotecas,
con intereses u otras condiciones preferenciales constituían una modalidad
de subsidio de iniciativa patronal excluido del salario cuando su costo total o
parcial era asumido por el patrono y tenía como finalidad asegurar a los
trabajadores la adquisición de bienes o servicios esenciales a menor precio
del corriente.
462 JUAN RAFAEL PERDOMO

Por otra parte, el artículo 133, Parágrafo Primero, de la Ley Orgánica del
Trabajo vigente dispone que los subsidios o facilidades que el patrono otorgue
al trabajador con el propósito de que éste obtenga bienes y servicios que le
permitan mejorar su calidad de vida y la de su familia tienen carácter salarial.
Sin embargo, los subsidios son asignaciones que otorga el patrono, dentro del
ámbito del contrato de trabajo, y que poseen un esencial carácter de ayuda,
otorgados no por la prestación del servicio sino por la existencia del contrato
de trabajo.
Sobre el particular estima la Sala de particular relevancia, a los fines de
esclarecer el sentido y alcance del artículo 133, Parágrafo Primero, de la Ley
Orgánica del Trabajo vigente del cual no sólo depende el carácter salarial o
no de los créditos o avales sino de todas las asignaciones no salariales, analizarla
cuidadosamente tomando en consideración la definición de salario contenida
en la primera parte del artículo 133 eiusdem, según la cual “...se entiende por
salario la remuneración, provecho o ventaja, cualquiera fuere su denominación
o método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en efectivo, que corresponda
al trabajador por la prestación de su servicio...”.
Al confrontar ambos preceptos se evidencia conforme la jurisprudencia de la
Sala (Vid. Sentencia de la Sala de 30 de julio de 2003, Nº 489) que entre ellos
hay una antinomia, toda vez que si los subsidios son una ayuda de carácter
familiar que complementa el salario y constituyen una liberalidad del patrono,
pues su otorgamiento no está consagrado como obligatorio en la legislación,
no pueden, a la vez ser salario, de donde se infiere que el Parágrafo Primero
del artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo vigente, debe ser interpretado
en el sentido de que los subsidios o facilidades que el patrono otorga al trabajador
con la finalidad de obtener bienes y servicios para mejorar su vida y la de su
familia no son salario, pues sería ilógico y jurídicamente imposible que los
subsidios y facilidades referidos sean, al mismo tiempo, salario y complemento
del salario.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 463

4. FACILIDADES QUE OTORGA EL PATRONO AL EMPLEADO


QUE NO TIENEN CARÁCTER SALARIAL; A) PLANES DE
PENSIÓN; B) INCENTIVO PARA LA COMPRA DE ACCIONES;
C) BONO EJECUTIVO POR CUMPLIMIENTO DE METAS

Recurso de Casación
Partes: Enrique Emilio Álvarez Centeno contra las
sociedades mercantiles Abbott Laboratories y
Abbott Laboratories C.A.
Sentencia: Nº 1633 de 14­12­04. Exp. 04­1213
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos laborales
Norma citada: LOT: artículo 133

Facilidades que le otorga el patrono al empleado que no tienen carácter


salarial
En el caso concreto, es necesario tomar en cuenta que el actor es de
nacionalidad Argentina y que para desempeñar el cargo de gerente general
de manera permanente requiere vivir en Caracas con su familia, por lo que el
pago de seguridad de su vivienda, del colegio de sus hijos, de los gastos y
cuota de mantenimiento de la acción del Club Valle Arriba Golf Club, de los
costos de los pasajes aéreos y traslado junto a su familia para ir a su país de
origen (Argentina) anualmente (home leave), el derecho de uso de un vehículo
asignado para su uso personal, el pago de los gastos de repatriación una vez
finalizada la relación laboral y el pago del seguro de vida y de hospitalización
para él y su familia, son facilidades que le otorga el patrono para mejorar el
nivel de vida de él y de su familia que se encuentran residenciados en un país
lejos de sus pertenencias y familiares, razón por la cual, son una ayuda de
carácter familiar que complementa el salario y no tienen, por tanto, carácter
salarial.

a) Planes de pensión
Los planes de pensiones se constituyen con el aporte del trabajador y del
patrono con la finalidad de acumular una cantidad que en el futuro, cuando se
cumplan las condiciones establecidas en el plan, represente un ingreso mensual
464 JUAN RAFAEL PERDOMO

para el trabajador producto de su ahorro. Por las características y finalidad


del plan de pensiones, la Sala considera que no reúne las condiciones requeridas
para tener carácter salarial, como son el representar un ingreso percibido por
el trabajador de manera habitual, es decir, en forma regular y permanente, y
que efectivamente ingrese a su patrimonio, brindándole una ventaja económica,
razón por la cual el plan de jubilación no forma parte del salario.

b) Incentivo para la compra de acciones


El incentivo para compra de acciones a un precio determinado (stock options)
es una oportunidad que la empresa brinda para comprar determinado número
de acciones de la compañía a un precio fijo dentro de un lapso establecido. Las
acciones de la compañía están inscritas en la Bolsa de Valores y fluctúan de
conformidad con las tendencias del mercado. La compra de las acciones se
realiza con el dinero del trabajador a voluntad de éste y forman parte de su
patrimonio como cualquier otro bien adquirido. Las acciones se pueden vender
en la Bolsa de Valores en cualquier momento, al precio que estén en el mercado,
y la venta depende de una decisión unilateral y autónoma del trabajador. La
ganancia en estas operaciones es un concepto aleatorio pues depende de que el
trabajador ejerza la opción, es decir, adquiera las acciones; que las acciones
estén en el mercado a un precio más bajo que el establecido en la opción del
trabajador; o que las acciones estén en el mercado en el momento de la venta
a un precio más alto que el precio al cual fueron adquiridas, razón por la cual,
este incentivo no reúne las condiciones requeridas para tener carácter salarial,
como son el representar un ingreso percibido por el trabajador de manera habitual,
es decir, en forma regular y permanente, y que efectivamente ingrese a su
patrimonio, brindándole una ventaja económica, razón por la cual el incentivo
para compra de acciones no forma parte del salario.

c) Bono ejecutivo por cumplimiento de metas


El bono ejecutivo por cumplimiento de metas de impacto (impact goals­
incentive plan), es un pago anual calculado con base en la evaluación de la
gestión gerencial del trabajador, para premiar por la eficiencia y la productividad
de su trabajo, razón por la cual está íntimamente relacionado con la prestación
del servicio lo que se corresponde con lo establecido en la primera parte del
artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo que define el salario, y en
consecuencia, la Sala considera que el bono incentivo por cumplimiento de
metas sí tiene carácter salarial y deberá tomarse en cuenta para calcular el
salario.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 465

5. BENEFICIO POR USO DE VEHÍCULO


5.1. Cuando lo alegado como beneficio, provecho o ventaja sirve
exclusivamente para la realización de labores y cuando se trata de
un beneficio cuantificable en dinero

Recurso de Casación
Partes: José Heli Domínguez Gil contra la empresa
Honeywell, C.A.
Sentencia: N° 66 de 22­03­00. Exp. 99­755
Motivo: Cobro de diferencias en el pago de prestaciones
sociales
Norma citada: LOT (1990): artículo 133
(…) se alega la violación del artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo
vigente ratione temporis, por errónea interpretación de su contenido y alcances
en cuanto a lo que debe entenderse por salario, pues no incluyó como parte
del mismo la asignación de vehículo para uso personal del actor, sin limitación
alguna, admitida y reconocida por ambas partes (…).
Cuando lo alegado como beneficio, provecho o ventaja sirve
exclusivamente para la realización de labores, no forma parte del
salario.
Cuando se trata de un beneficio por el hecho de prestar servicio,
cuantificable en dinero, forma parte del salario.
El dispositivo denunciado del artículo 133 de la reformada Ley Orgánica del
Trabajo, contiene una amplia descripción de lo que debe incluirse como salario,
extendiéndose como allí se expresa, a cualquier ingreso, provecho o ventaja
percibido como contraprestación a las labores realizadas por el trabajador, o
“por causa de su labor”, como señala el sentenciador de la recurrida
recogiendo la expresión legal; pero quien, no obstante esa declaración, a renglón
seguido interpreta erróneamente que ello se refiere a que el beneficio o
provecho respectivo, para conformar parte del salario, tendría que estar
destinado exclusivamente para la realización de esa labor, lo cual es erróneo.
Por el contrario, de determinarse que el elemento alegado como beneficio,
provecho o ventaja ­en el caso el uso de un vehículo­ sólo servirá,
exclusivamente, para la realización de las labores, no podría catalogárselo
466 JUAN RAFAEL PERDOMO

como salario, porque no sería algo percibido por el trabajador en su provecho,


en su enriquecimiento, sino un instrumento de trabajo necesario para llevarlo
a cabo, como lo son todos los artefactos que se utilizan en los distintos tipos
de faenas y que no pueden calificarse como integrantes del salario. Debe
tratarse, pues, no de un elemento o instrumento “para” prestar el servicio,
como entiende el fallo impugnado, sino de un beneficio cuantificable en dinero
que se recibe “por” el hecho de prestar el servicio.
De acuerdo con esos razonamientos, interpretó erróneamente la recurrida e
infringió, en el sentido indicado, el artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo,
vigente para el 21 julio 1993, fecha de finalización de la relación laboral de
autos.

5.2. Conceptos que forman parte del salario y conceptos excluidos del
salario. Uso de vehículo como parte del salario. Cómo calcular tal
incremento

Recurso de Casación
Partes: Luis Alejandro Silva Brea contra la sociedad
mercantil Inversiones Sabenpe, C.A.
Sentencia: N° 1566 de 09­12­04. Exp. 04­1203
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 106 de 10 de
mayo de 2000, expediente N° 99­970 (caso: Luis
Rafael Scharbay Rodríguez contra la sociedad
mercantil Gaseosas Orientales, S.A.)
Normas citadas: LOT: artículos 112, 125, 133 y 510
El artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo, dispone lo siguiente:
“Se entiende por salario la remuneración, provecho o ventaja, cualquiera
fuere su denominación o método de cálculo, siempre que pueda
evaluarse en efectivo, que corresponda al trabajador por la prestación
de su servicio y, entre otros, comprende las comisiones, primas,
gratificaciones, participación en los beneficios o utilidades,
sobresueldos, bono vacacional, así como recargos por días feriados,
horas extras o trabajo nocturno, alimentación y vivienda.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 467

PARÁGRAFO PRIMERO.­ Los subsidios o facilidades que el patrono


otorgue al trabajador con el propósito de que éste obtenga bienes y
servicios que le permitan mejorar su calidad de vida y la de su familia
tienen carácter salarial. (...),
PARÁGRAFO SEGUNDO.­ A los fines de esta Ley se entiende por
salario normal, la remuneración devengada por el trabajador en forma
regular y permanente por la prestación de su servicio. Quedan por
tanto excluidos del mismo las percepciones de carácter accidental, las
derivadas de la prestación de antigüedad y las que esta Ley considere
que no tienen carácter salarial.
Para la estimación del salario normal ninguno de los conceptos que lo
integran producirá efectos sobre si mismo.
(...)”.
La citada disposición legal contiene una amplia descripción de lo que
debe incluirse como salario, extendiéndose a cualquier ingreso, provecho
o ventaja percibido como contraprestación a las labores realizadas por el
trabajador. Sin embargo, no todas las cantidades, beneficios y conceptos
que un patrono pague a un empleado durante la relación de trabajo, tendrán
naturaleza salarial. Por el contrario, de determinarse que el elemento
alegado como beneficio, provecho o ventaja sólo sirve, exclusivamente,
para la realización de las labores, no podría catalogárselo como salario,
porque no sería algo percibido por el trabajador en su provecho, en su
enriquecimiento, sino un instrumento de trabajo necesario para llevarlo a
cabo, como lo son, por ejemplo, todos los artefactos que se utilizan en los
distintos tipos de faenas y que no pueden calificarse como integrantes del
salario.
En sentencia de fecha 10 de mayo de 2000 (caso Luis Rafael Scharbay
Rodríguez contra Gaseosas Orientales, S.A.), y que hoy se reitera, la Sala
desarrolló el concepto de salario, en el que tomó en consideración la reforma
legal de los artículos 133, 134, 138 y 146 de la Ley Orgánica del Trabajo de
1990, y estableció, entre otros argumentos, que: “Salario significa la
remuneración o ganancia, sea cual fuere su denominación o método de
cálculo, siempre que pueda evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o
por legislación nacional, y debida por un empleador a un trabajador
en virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el trabajo que
éste último haya efectuado o deba efectuar o por servicios que haya
prestado o deba prestar”.
468 JUAN RAFAEL PERDOMO

En relación con los conceptos o elementos excluidos de la noción de salario,


la doctrina ha sostenido lo siguiente:
“(...) La nueva redacción ­del Primer Parágrafo del artículo 133 de la Ley
Orgánica del Trabajo­ no le da carácter salarial a aquellas prestaciones
‘necesarias para la ejecución del servicio o realización de la labor’,
pues centra el concepto de salario en la ‘remuneración que corresponde
al trabajador’ y que constituye para él una remuneración, provecho o
ventaja’concatenando estas expresiones con las empleadas al
establecer los principios generales del salario (...), podemos afirmar
que éste es un activo que se incorpora al patrimonio del trabajador, el
cual le es pagado directamente (artículo 148), y del cual tiene derecho
a disponer (artículo 131). Esta concepción del salario como remuneración
patrimonial que se hace al trabajador con ocasión de la relación de
trabajo, excede de la tradicional idea según la cual el contrato de trabajo
se limita a establecer un intercambio de prestaciones: la ejecución del
servicio a cargo del trabajador y el pago del salario a cargo del patrono.
De este modo, el salario se reducía a ser un valor de intercambio que
estaba constituido por aquello que el patrono pagaba al trabajador ‘a
cambio de su labor’, con lo cual podían considerarse salario los pagos
hechos al trabajador pero que no lo beneficiaban directamente.
(Omissis)
Este concepto de salario permite, además, excluir del mismo, aun cuando
la Ley no lo haga expresamente, aquellos pagos que están destinados
a permitir o facilitar al trabajador el cumplimiento de las labores
encomendadas, pero que no constituyen activos que ingresan a su
patrimonio. (...). Es en este sentido que la doctrina ha distinguido entre
prestaciones pagadas por el trabajo, que forman parte del salario y
prestaciones pagadas para el trabajo, es decir, como medio de permitir
o facilitar la ejecución del mismo, las cuales tienen naturaleza extra
salarial (José Martins Catharino, Tratado jurídico do Salario, 1951, p.
175)”. (Oscar Hernández Álvarez, Comentarios a la Ley Orgánica del
Trabajo, 1999).
En el caso examinado, el Tribunal ad quem expresó que el punto controvertido
era el monto del valor del uso del vehículo asignado al empleado, lo cual
impedía determinar su salario a fin de calcular los conceptos laborales
reclamados y a tal efecto, declaró en la parte pertinente del dispositivo de la
sentencia recurrida, que:
“TERCERO: En cuanto al valor en Bolívares del beneficio del uso del
vehículo por parte del actor, el cual será adicionado al salario que ha
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 469

quedado establecido como ingreso normal del extrabajador ­previa


adición del monto del valor del vehículo al salario normal (salario básico,
vivienda y pasaje aéreo­ se ordena efectuar una experticia
complementaria del fallo (...). Para dicho cálculo el experto deberá excluir
los montos por gastos operativos del vehículo y ganancias obtenidas
por las referidas agencias de alquiler para cuya estimación deberá tomar
en cuenta la declaración del impuesto sobre la renta que las empresas
seleccionadas hubiesen realizado ante el Seniat, debiendo expedirse la
autorización correspondiente al experto que resulte designado por el
Juzgado a quien competa la ejecución; y una vez determinado dicho
valor éste será adicionado al salario mensual mes por mes, que quedará
establecido en la parte motiva del presente fallo, y así se obtendrá el
salario normal real devengado por el actor, a los fines de recalcular las
prestaciones sociales acordadas”.
De acuerdo con la doctrina y la jurisprudencia, que hoy se reiteran, y conforme
a los hechos establecidos por la sentencia recurrida, la Sala aprecia que los
conceptos reclamados por el actor “gasolina, servicios, póliza de seguro,
reparaciones, mantenimiento, etc.”, no poseen naturaleza salarial, pues
adolecen de la intención retributiva del trabajo, por lo que la Sala concluye
que, contrario a lo alegado por el recurrente, el Tribunal ad quem sí aplicó el
artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo.
(...) el uso de un vehículo por parte de un trabajador o empleado obedece a
esas razones que se derivan de la propia actividad laboral, pero no puede
pretenderse que la utilización de ese medio de transporte incremente en más
del cien por ciento su salario. En tal sentido, no procede tomar en cuenta
como punto de referencia el valor que por concepto de alquiler de vehículo
cobran los entes mercantiles dedicados a la explotación de tal actividad
económica y tampoco la aplicación del método de la depreciación en línea
recta previsto en la Ley de Impuesto sobre la Renta.
(...) el Tribunal ad quem ordenó correctamente la experticia complementaria
del fallo a los fines de determinar el monto que representa la utilización del
vehículo y su incidencia en el salario.
Al respecto, la Sala estima que no se pueden computar la totalidad de las
veinticuatro (24) horas del día para calcular el monto por concepto de beneficio
salarial por uso de vehículo, cuando parte del tiempo el mismo estaba asignado
al empleado durante la jornada de trabajo.
En este sentido, la Sala aclara que para calcular el monto del derecho a usar
el vehículo, el experto deberá excluir el tiempo transcurrido durante la jornada
470 JUAN RAFAEL PERDOMO

de trabajo y limitar las horas restantes del día en que el empleado podía utilizarlo,
hasta un máximo de ocho (8) horas, las cuales serán las que deberán
computarse cuando se realice la experticia complementaria del fallo a los
fines de determinar el monto en bolívares que representa la utilización de tal
vehículo y que va a tener incidencia en el salario para el cálculo de las
prestaciones sociales reclamadas por el demandante. Así se declara.

6. TIPOS DE SALARIO. EL BONO POR COMPENSACIÓN PARA


CUBRIR EL PAGO DE ALQUILER DE VIVIENDA Y BONO
VACACIONAL FORMAN PARTE DEL SALARIO

Recurso de Casación
Partes: Aurelio Rafael Correa Santamaría contra la
empresa Petroquímica de Venezuela S.A.,
(PEQUIVEN)
Sentencia: N° 438 de 02­11­00. Exp. 00­065
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos
Normas ciadas: LOT (1990): artículos 133 y 146
Para la fecha en que finalizó la relación laboral de autos, se encontraba en
vigencia la Ley Orgánica del Trabajo de 1990, cuyo artículo 146 establecía
que el salario de base para el cálculo de lo que corresponda al trabajador a
consecuencia de la terminación de la relación de trabajo, será el salario normal
devengado por él en el mes efectivo de labores inmediatamente anterior al
día en que nació el derecho. Se encontraba así mismo en vigencia el
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo Sobre la Remuneración, conforme
a cuyo artículo 1º se entendería como salario normal la remuneración
devengada por el trabajador en forma regular y permanente, durante su jornada
ordinaria de trabajo como retribución por la labor prestada.
Tanto en la Ley de 1990 como en su reforma de 1997 vigente, el artículo 133
contempló el denominado salario integral, conformado por todos los beneficios
y remuneraciones recibidos por el trabajador y no expresamente excluidos a
sus efectos, comprendidos allí por consiguiente, las percepciones
correspondientes a las jornadas tanto ordinarias como extraordinarias; concepto
ese diferente por más amplio al de salario normal, tal como estableció la Sala
Civil de la Corte Suprema de Justicia en fallo del 22 junio 1998.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 471

Para la recurrida, que no distingue entre uno y otro, el concepto de salario


aplicable a los fines de calcular las prestaciones con ocasión de la terminación
de la relación de trabajo, aunque lo califica de normal, es el concepto más
amplio del artículo 133 citado, en base al cual, establece la procedencia de
incluir como parte del salario normal a esos efectos, los tres renglones a que
se refiere la denuncia, esto es, un bono por costo de servicio mensual o de
gratificación por el alto costo de los servicios públicos en la zona respectiva,
un bono por pago del alquiler mensual de la vivienda y el bono vacacional.
Ahora bien, todo lo que perciba el trabajador de manera habitual con motivo
de los servicios prestados, en su respectiva jornada personal, no sujeto a una
calificación especial prevista en la Ley que permita afirmar lo contrario, debe
entenderse que corresponde a retribución de su trabajo ordinario, y en tal
sentido, formará parte tanto del salario integral como del salario normal. En
ese orden de ideas, se observa que al referido bono por compensación del
alto costo de los servicios públicos, ni al bono para cubrir el pago del alquiler
de la vivienda, les corresponde alguna calificación particular que permita
asignarles un origen distinto al de retribución por el trabajo ordinario. Mas no
así por lo que respecta al bono vacacional, el cual, conforme a lo establecido
por la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia en su citado
fallo de fecha 22 Julio 1998, a diferencia del pago por vacaciones, no forma
parte del salario normal a incluir en el cálculo de las prestaciones por
terminación de la relación de trabajo ­en el supuesto de la Ley de 1990­ por
no ser devengado como retribución de la labor prestada durante la jornada
ordinaria, sino como una remuneración adicional o extraordinaria dirigida a
incrementar las posibilidades del mejor disfrute del descanso vacacional
dispuesto en la Ley.
En consecuencia de lo indicado, aplicó falsamente la recurrida e infringió el
artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo, en lo que respeta a la inclusión
del bono vacacional para el cálculo de las prestaciones correspondientes por
terminación de la relación de trabajo del actor con la demandada.
472 JUAN RAFAEL PERDOMO

7. ALÍCUOTA DE UTILIDADES LEGALES. CUÁNDO PUEDE


SER CONSIDERADA COMO PARTE DEL SALARIO

Recurso de Casación
Partes: Efraín Octavio Luque Castillo contra la sociedad
mercantil Azucarera Guanare, C.A.
(A.G.U.A.C.A.)
Sentencia: N° 220 de 09­08­01. Exp. 01­177
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Norma citada: LOT (1990): artículo 146
(...) la alícuota de utilidades legales, es decir, las que se pagan conforme a las
previsiones de ley y no por preverlo la convención colectiva de trabajo o un
convenio particular, sólo puede considerarse como parte del salario del
trabajador y, en consecuencia, tomarse en cuenta para el cálculo de las
prestaciones causadas por el tiempo servido a partir del 1º de enero de 1991,
por disponerlo así el artículo 146 de la Ley Orgánica del Trabajo derogada,
pero vigente el 27 de mayo de 1997, cuando terminó la relación de trabajo.
Esta previsión legal tiene su razón de ser en el hecho de que bajo la vigencia
de la Ley del Trabajo, sólo eran consideradas parte del salario del trabajador
las utilidades convencionales, es decir, aquellas pactadas en la convención
colectiva o en los contratos individuales de trabajo, y fue la Ley Orgánica del
Trabajo promulgada en 1990 la que estableció que incluso las utilidades legales
debían ser consideradas parte del salario a la finalización del contrato; pero
que tal previsión debía hacerse sólo con respecto a las prestaciones e
indemnizaciones causadas desde el 1º de enero de 1991.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 473

8. LAS COMISIONES QUE RECIBEN LOS INTERMEDIARIOS


DE SEGUROS

Recurso de Casación
Partes: Francisco Dávila Álvarez contra la empresa C.A.
Venezolana de Seguros
Sentencia: N° 46 de 15­03­00. Exp. 95­123
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Norma citada: LOT: artículo 133
(…), en la contestación de la demanda expresó la empresa demandada
lo siguiente:
“Rechazamos y contradecimos por incierto que el actor haya prestado
servicio bajo las órdenes y subordinación de nuestra representada
Compañía Anónima Venezolana Seguros Caracas. También rechazamos
que el actor haya tenido para con nuestra representada una
remuneración que lo califique de trabajador de la demandada y mucho
menos que haya pagado un salario variable consistente en comisiones,
según el tipo de pólizas...”.
La Alzada consideró demostrada la existencia de comisiones, las cuales
considero salario, calificación que fue adversada por la empresa al formalizar
la presente denuncia, cuestión de derecho que debe ser decidida por la
Sala.
Establece el artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo, lo siguiente:
“Para los efectos legales se entiende por salario la remuneración que
corresponde al trabajador por la prestación de sus servicios y
comprende tanto lo estipulado por unidad de tiempo, por unidad de
obra, por piezas o a destajo, como las comisiones, primas,
gratificaciones, participación en los beneficios o utilidades,
sobresueldos, bono vacacional, así como los recargos legales o
convencionales por días feriados, horas extras o trabajo nocturno,
alimentación o vivienda, si fuere el caso, y cualquier otro ingreso,
provecho o ventaja que perciba por causa de su labor”.
Son elementos comunes de los conceptos que la ley considera salario, el
carácter de contraprestación por la labor efectuada y la regularidad de la
percepción.
474 JUAN RAFAEL PERDOMO

Adujo el formalizante que faltaba el elemento primordial y fundamental: un


salario estipulado que compensara el esfuerzo, realizado, pues lo que había
era simple porcentaje variable, aleatorio e imponderable, al depender de cuánto
podía lograr el demandante en su labor de búsqueda de asegurados, actividad
que no cae dentro de la presunción y, por el contrario, demuestra la inexistencia
de algún salario convenido y realmente devengado.
Pero es el caso que dicho porcentaje constituye comisión, siempre que sea
regularmente percibido, y es salario, por estar comprendido en la regla
transcrita, por tanto carece de fundamento legal lo afirmado por el recurrente.
CAPÍTULO XXVI
RESERVA LEGAL

1. JUBILACIÓN. RESERVA LEGAL. LA DESAPLICACIÓN POR


INCONSTITUCIONAL, MEDIANTE CONTROL DIFUSO, DE
UN REGLAMENTO DE PROTECCIÓN SOCIO-ECONÓMICO

Recurso de Casación
Partes: José Antonio Carrasquel, Sofía Colón Bello y otros
contra la Asamblea Legislativa del Estado
Anzoátegui
Sentencia: N° 05 de 16­01­02. Exp. 01­469
Motivo: Cobro de incremento de pensiones de jubilación
Normas citadas: CRBV: artículo 334; CPC: artículo 20
La demanda se fundamenta en la falta de pago a los demandantes del
incremento de 20 % anual sobre sus respectivas pensiones de jubilación, que
les correspondería por aplicación de lo dispuesto en el artículo 44 del
Reglamento de Protección Socio­Económico de los Empleados de la Asamblea
Legislativa, Procuraduría y Contraloría General del Estado Anzoátegui,
sancionado por esa Asamblea en fecha 19 de mayo de 1993 y publicado en la
Gaceta Oficial del Estado Anzoátegui, Nº 146 Extraordinario de fecha 28 de
septiembre de 1993.
(…) el régimen de seguridad social, jubilaciones y pensiones de los funcionarios
y empleados de la Administración Pública Nacional, Estadal y Municipal, es
materia reservada a la competencia del Poder Legislativo Nacional, conforme
476 JUAN RAFAEL PERDOMO

lo ha establecido la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal en relación


con reglamentos similares emanados de autoridades regionales, entre otros,
en fallo de 27 de julio de 2000 (…) con vista de la nulidad absoluta que
impone la aplicación de la doctrina citada de la Sala Constitucional, que aquí
se acoge, y que afecta en consecuencia al mencionado Reglamento dictado
por la Asamblea Legislativa del Estado Anzoátegui; en ejercicio del control
difuso de la Constitución, según lo dispuesto en los artículos 334 de la misma
y 20 del Código de Procedimiento Civil, la Sala considera procedente en el
presente caso, desaplicar las disposiciones de dicho Reglamento, dada su
colisión con las normas constitucionales que atribuyen la competencia para
legislar en la materia objeto de esta controversia, al Poder Legislativo Nacional.
Y por cuanto la aplicación de ese Reglamento constituye el fundamento único
de la reclamación, descartada aquella según lo aquí decidido, resulta innecesario
un nuevo pronunciamiento al respecto, por lo cual se dispondrá en el dispositivo
del presente fallo la declaratoria sin lugar de la demanda.
CAPÍTULO XXVII
SISTEMA CAUTELAR

1. INCOMPETENCIA DE LA SALA DE CASACIÓN SOCIAL


PARA DICTAR MEDIDAS CAUTELARES

Recurso de Casación
Partes: Teodardo Adolfo Estrada contra la empresa
Distribuidora Venemotos C.A
Sentencia: N° 261 de 25­04­02. Exp. 01­697
Motivo: La parte demandada reclamó de una experticia
complementaria del fallo ante el Tribunal de la
ejecución
Norma citada: CPC: artículo 588
Carece de competencia la Sala para dictar medidas cautelares, en general,
pues al establecer el artículo 588 del Código de Procedimiento Civil que el
Tribunal puede decretar, en cualquier estado y grado de la causa, las
providencias cautelares allí referidas, está atribuyendo a los jueces de instancia
­no a las Salas de Casación, que son Tribunales de derecho­ una facultad que
puede ser ejercida antes de la sentencia definitiva y no durante la fase de
ejecución del fallo, en la cual sólo cabe proceder a la ejecución.
478 JUAN RAFAEL PERDOMO

2. PODER DISCRECIONAL DEL JUEZ PARA DECRETAR


MEDIDAS

Recurso de Casación
Partes: Luis Felipe Sfeir Younis contra la sociedad mercantil
Racimec Venezolana, C.A.
Sentencia: N° 473 de 09­08­02. Exp. 01­818
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros
conceptos
Normas citadas: CPC: artículos 23, 585, 588, 590, 591 y 601
Observa la Sala que en los artículos 588, 590 y 591 del Código de
Procedimiento Civil, el legislador utiliza la expresión “podrá”, que el artículo
23 eiusdem conceptúa como autorización al juez “para obrar según su
prudente arbitrio, consultando lo más equitativo o racional, en obsequio
de la justicia y la imparcialidad.” Si bien tal regla para la actividad del juez
encuentra la más variada aplicación, especialmente en las situaciones en que
la rigidez de la norma escrita cede a la justicia en un caso concreto, no es
sostenible la tesis de que depende del arbitrio decretar o no una medida cautelar
solicitada.
El significado de la expresión “puede” o “podrá” establecido en dichas normas,
no es el que genéricamente le confiere el citado artículo 23 del Código de
Procedimiento Civil.
El artículo 588 del Código de Procedimiento Civil, si bien, interpretado
aisladamente pudiera considerarse como una “facultad del juez”, debe ser
concatenado con el artículo 601 eiusdem, e igualmente dentro del contexto
de las garantías del proceso, (en este caso, garantía del demandante de poder
recurrir a una tutela efectiva de su derecho a la justicia).
El artículo 601 del citado Código, ordena al tribunal cómo proceder en los
casos del artículo 585 y 588 eiusdem, es decir, le da instrucciones al tribunal
cuando puede o cuando no, acordar las medidas preventivas solicitadas.
Así, conforme al artículo 601 eiusdem, antes referido, cuando el tribunal hallare
deficiente la prueba producida para la solicitud de las medidas preventivas,
“mandará a ampliarla sobre el punto de la insuficiencia”. Si por el contrario,
el tribunal encontrase “bastante la prueba, decretará la medida solicitada
y procederá a su ejecución.”
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 479

Por tanto, si demostrados los requisitos que hacen procedente alguna o algunas
de las medidas cautelares, el juez ateniéndose a la interpretación literal y
genérica de un poder discrecional, negara, sin motivo justificado las medidas
solicitadas, incurrirá en arbitrariedad. Una interpretación distinta haría
inexplicable la facultad del juez de ordenar la ampliación de la prueba para
establecer los requisitos de procedencia de la medida solicitada, conforme
con el artículo 601 eiusdem.
Uno de los principios fundamentales del proceso es la igualdad de las partes,
que el tribunal debe asegurar en todo estado y grado de la causa. Negar
caprichosamente o discrecionalmente la medida preventiva, colocaría
generalmente al demandante en una situación de desventaja frente al
demandado, quien podrá ocultar sus bienes o recurrir a cualquiera otro medio
para impedir la ejecución el fallo.
A tal efecto, se insiste, si la prueba es insuficiente debe el tribunal ordenar su
ampliación y sólo podrá negar la medida cuando no hayan quedado establecidas
las presunciones del artículo 585 del Código de Procedimiento Civil.
CAPÍTULO XXVIII
TRANSACCIÓN LABORAL

1. LA APLICACIÓN DE NORMAS PREVISTAS EN EL CÓDIGO


CIVIL Y EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL EN
CONCORDANCIA CON LA LEY ORGÁNICA DEL TRABAJO

Recurso de Casación
Partes: Edgar Coromoto David Sánchez Acevedo y Hugo
Gislan Briceño Dávila contra el Instituto de Aseo
Urbano para el Área Metropolitana de Caracas
(I.M.A.U.)
Sentencia: N° 265 de 13­07­00. Exp. 99­859
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Norma citada: LOT: artículo 3, Parágrafo Único
Debe precisar esta Sala que la transacción en materia laboral esta prevista
en el Parágrafo Único del artículo 3º de la Ley Orgánica del Trabajo, por
tanto la aplicación de las normas del Código Civil y del Código de Procedimiento
Civil en los casos de transacción de derechos de trabajadores debe hacerse
siempre en concordancia con la citada norma sustantiva laboral.
El Parágrafo Único del artículo 3º de la Ley Orgánica del Trabajo establece
como requisitos esenciales de validez de la transacción laboral, que la misma
sea hecha por escrito y con una relación detallada de los hechos que la motiven
y de los derechos en ella comprendidos. Establece la misma norma que para
que la transacción pueda tener efectos de cosa juzgada, la misma debe ser
celebrada por ante un funcionario del Trabajo.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 481

2. REQUISITOS

Recurso de Casación
Partes: Francisco Antonio Santaella y otros contra las
empresas PDVSA Petróleo y Gas S.A., Baker
Hughes, S.R.L. y Unión Pacific Resources
Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 739 de 28­10­03. Exp. 03­402
Motivo: Indemnización por incapacidad
Normas citadas: LOT: artículo 3, Parágrafo Único; RLOT: artículos
9 y 10
(...) debe precisarse que si las partes de un conflicto laboral, patrono y
trabajador, suscriben un acuerdo transaccional, mediante el cual pretenden
finalizar con el mismo, el Juez que conoce la causa o el funcionario del trabajo
competente, debe verificar si en la misma se llenan los requisitos establecidos
en los artículos 3° de la Ley Orgánica del Trabajo, y, 9° y 10° de su Reglamento.
Entonces, no puede considerarse que haya falsa aplicación de las normas
señaladas si se somete a consideración del Sentenciador una transacción,
pues tales normas son aplicables a dichos supuestos de hecho. Si el Juez de la
recurrida se abstuvo de verificar si en el texto de dichos acuerdos se cumplieron
los requisitos de ley, antes que una falsa aplicación de los artículos 3° de la
Ley Orgánica del Trabajo, y, 9° y 10° de su Reglamento, la parte recurrente
ha debido denunciar la falta de aplicación de tales normas.
Las razones antes expuestas, son consideradas por la Sala suficientes para
desestimar las únicas denuncias que se formularon en los escritos de
formalización de los recursos de casación que se deciden.
No obstante, debe señalarse que, tal y como se ha establecido en reiterada
jurisprudencia, el requisito de que se exprese en el texto del documento en el
cual se refleja el acuerdo entre patrono y trabajador, los derechos que
corresponden a este último comprendidos en la transacción, tiene como
finalidad que éste pueda apreciar las ventajas o desventajas que la transacción
produce y estimar si los beneficios obtenidos justifican el sacrificio de alguna
de las prestaciones previstas en la legislación o en los contratos de trabajo.
Ahora bien, el cumplimiento de tal requisito resulta riguroso cuando se trata
de una transacción extrajudicial, en la cual el Inspector del Trabajo, que
482 JUAN RAFAEL PERDOMO

inicialmente es totalmente ajeno al conflicto habido entre las partes de la


relación de trabajo, debe tanto verificar la legalidad de un acuerdo que en un
sólo y único acto se le presenta, como velar porque el trabajador tenga pleno
conocimiento y conciencia de su proceder, pues la mayoría de las veces no ha
sido asistido jurídicamente.
Por ello es, que la norma contenida en el Parágrafo Segundo del artículo 10
del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, ordena al Inspector del Trabajo
la necesaria revisión de la transacción celebrada en su presencia, y no permite
que la misma sea homologada inmediatamente sino que debe hacerlo dentro
de los tres (3) días hábiles siguientes a su presentación.
No obstante, los supuestos de hecho en que se plantea una transacción recaída
en un procedimiento judicial, en el cual se reclaman derechos del trabajador,
permite una flexibilidad en cuanto al cumplimiento del requisito de señalar
detalladamente los derechos comprendidos en el acuerdo, y ello no significa
una merma en la protección del trabajador.
En efecto, los derechos reclamados por el trabajador y su contraposición por
parte del patrono quedan expresados en el escrito libelar y en el escrito de
contestación de la demanda, además el trabajador ha contado con asistencia
técnico jurídica desde el principio de la controversia, proporcionada por el
profesional del derecho que lo representa o que lo asiste judicialmente, y
quien en un cabal y honesto ejercicio de su ministerio, debe señalar al trabajador
los aspectos favorables y desfavorables del acuerdo propuesto.
Finalmente, debe considerarse que el hecho de que las reclamaciones del
trabajador y las respuestas del patrono estén asentadas en escritos que corren
al expediente judicial, permite que el Juez pueda conocer mediante documentos
anteriores al acuerdo transaccional, cuáles han sido las posiciones de ambas
partes y las recíprocas concesiones, así como verificar la legalidad del acuerdo.
Posibilidades éstas que no tiene el Inspector del Trabajo como se ha expuesto.
En el caso de las transacciones bajo examen, la Sala observa que si bien en el
acuerdo transaccional no se señalaron específicamente los derechos que la
misma comprendía, en el texto de las mismas se remite al contenido del libelo
de la demanda, el cual es conocido por ambas partes y por el Juez. Además,
en los respectivos escritos de formalización la apoderada de los formalizantes
señala, que ella misma explicó a los trabajadores los términos en los cuales se
celebraba el acuerdo manifestándoles su posición contraria al mismo, pese a
lo cual los trabajadores optaron por suscribir los acuerdos.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 483

Entonces, debe considerar la Sala que, aun de manera heterodoxa, se cumplió


con el requisito de que los trabajadores conocieran cuales son los derechos
comprendidos en la transacción antes de suscribirla y pudieran evaluar su
conveniencia, que como se ha expuesto ha sido la intención del legislador y
del reglamentista.

Referencias jurisprudenciales:
Véase doctrina establecida por la Sala Constitucional referida al acuerdo
entre patrono y trabajador. (Sentencia N° 1482 de 28 de junio de 2002,
expediente N° 01­906. Ponencia del Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz.
Acción de amparo constitucional. (Caso: José Guillermo Báez); reitera
sentencia N° 2762 de 20 de noviembre de 2001, Sala Político Administrativa.

3. TRANSACCIÓN HOMOLOGADA POR LA AUTORIDAD


COMPETENTE. EFECTOS. DEBERES DEL JUEZ DEL
TRABAJO

Recurso de Casación
Partes: Oscar Alfonso Guanda contra la sociedad mercantil
Panamco de Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 226 de 11­03­04. Exp. 03­957
Motivo: Cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo
Doctrina reiterada: En sentencia N° 1128 de 4 de octubre de 2004
(caso: Henrris Rafael Espinoza contra la sociedad
mercantil Weatherford Latin America, S.A.)
Motivo: Cobro de diferencia de prestaciones sociales
(Ver referencia jurisprudencial establecida por la
Sala de Casación Social, expuesta al final, no citada
en el texto)
Normas citadas: LOT: artículo 3, Parágrafo Único; RLOT: artículos
9 y 10
(...) de conformidad con lo previsto en el artículo 3°, Parágrafo Único, de la
Ley Orgánica del Trabajo, en concordancia con los artículos 9º y 10 de su
484 JUAN RAFAEL PERDOMO

Reglamento, cuando se lleva a cabo una transacción laboral que es homologada


por la autoridad competente del trabajo, vale decir, Juez o Inspector del Trabajo,
la misma adquiere la eficacia de cosa juzgada referida en el citado Parágrafo
Único del artículo 3° de la Ley Orgánica del Trabajo, porque al ser presentada
ante cualquiera de las autoridades del trabajo ya indicadas, éstas verificarán
si la misma cumple o no con los requerimientos para que tenga validez y
carácter de cosa juzgada.
Si bien es cierto que en el Parágrafo Primero del artículo 10 del Reglamento
de la Ley Orgánica del Trabajo se establece que al ser presentada una
transacción al Inspector del Trabajo, éste debe verificar si se cumplen con
los requisitos de ley y constatar que el trabajador actúa libre de
constreñimiento, hay que precisar que ni dicha norma ni ninguna otra
establece que, como formalidad esencial, el auto de homologación impartido
a la transacción debe contener la indicación expresa de haberse cumplido
tal requisito, y el hecho que tal extremo no se indique expresamente en el
auto de homologación no permite concluir que el funcionario del trabajo no
cumplió con el mismo, menos aún cuando ni siquiera la parte accionante
alega tal circunstancia.
Establecer que una transacción homologada por la Inspectoría del Trabajo no
está investida del efecto de cosa juzgada por no haberse indicado en el auto
de homologación que el trabajador actuó libre de constreñimiento es una
conclusión contraria a derecho y que violenta el principio de presunción de
legalidad del acto administrativo, según el cual los actos administrativos se
consideran válidos y realizados conforme a la ley, en tanto no se declare lo
contrario por el órgano jurisdiccional competente.
En virtud del efecto de cosa juzgada de la cual está investida, conforme al
artículo 3°, Parágrafo Único, de la Ley Orgánica del Trabajo, una transacción
homologada por el Inspector del Trabajo constituye ley entre las partes en los
límites de lo acordado y vinculante en todo proceso futuro (cosa juzgada
material).
Cuando, al decidir un juicio por cobro de prestaciones sociales y otros conceptos
derivados de la relación de trabajo, el juez encuentra que se ha alegado y
probado la celebración de una transacción ante la Inspectoría del Trabajo y
que la misma ha sido debidamente homologada, lo que debe hacer es
determinar si todos los conceptos demandados se encuentran comprendidos
en la transacción celebrada, pues sólo a estos alcanza el efecto de cosa juzgada,
extremo que no cumplió el Tribunal de la causa.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 485

Referencia jurisprudencial:
Véase doctrina asentada por la Sala de Casación Social que establece el
procedimiento en caso de ejecución de una transacción laboral. (Sentencia
N° 193 de 17 de marzo de 2005, expediente N° 04­1153. Ponencia del
Magistrado Alfonso Valbuena Cordero. (Caso: George Kastner contra Arthur
D. Little de Venezuela, C.A.)

4. TRANSACCIÓN EXTRAJUDICIAL. DEBERES DEL


INSPECTOR DEL TRABAJO

Recurso de Casación
Partes: Octavio Marín Hernández contra la sociedad
mercantil Mantenimiento Y Montajes Industriales
Masa, S.A., y solidariamente contra la empresa
C.V.G. Electrificación del Caroní, C.A. (EDELCA)
Sentencia: N° 493 de 04­06­04. Exp. 03­799
Motivo: Cobro de indemnización por daños materiales y
morales derivados de enfermedad profesional
Normas citadas: LOT: artículo 3, Parágrafo Único; RLOT: artículos
9 y 10
Debe señalarse, tal y como se ha establecido en reiterada jurisprudencia,
que el requisito de que se exprese en el texto del documento en el cual se
refleja el acuerdo entre patrono y trabajador, los derechos que
corresponden a este último comprendidos en la transacción, tiene como
finalidad que éste pueda apreciar las ventajas o desventajas que la
transacción produce, y estimar si los beneficios obtenidos justifican el
sacrificio de alguna de las prestaciones previstas en la legislación o en los
contratos de trabajo.
Ahora bien, el cumplimiento de tal requisito resulta riguroso cuando se trata
de una transacción extrajudicial, en la cual el Inspector del Trabajo, que
inicialmente es totalmente ajeno al conflicto habido entre las partes de la
relación de trabajo, debe tanto verificar la legalidad de un acuerdo que en un
sólo y único acto se le presenta, así como velar porque el trabajador tenga
pleno conocimiento y conciencia de su proceder, pues la mayoría de las veces
no ha sido asistido jurídicamente.
486 JUAN RAFAEL PERDOMO

Por ello es que la norma contenida en el Parágrafo Segundo del artículo 10


del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, ordena al Inspector del Trabajo
la necesaria revisión de la transacción celebrada en su presencia, y no permite
que la misma sea homologada inmediatamente sino que debe hacerlo dentro
de los tres (3) días hábiles siguientes a su presentación.
En el caso de la transacción celebrada entre las partes del presente
procedimiento, la Sala observa, que si bien las reclamaciones de indemnización
por enfermedad profesional previstas en la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, y por daño moral prevista en el
Código Civil, y que son el objeto de la presente demanda, no formaban parte
del objeto central de dicha transacción, establecido en la cláusula tercera, no
es menos cierto que tales conceptos sí estaban mencionados e incluidos en la
cláusula cuarta del acuerdo transaccional como parte de la transacción.
En efecto, tal y como se señaló en el texto de la delación, en la cláusula
cuarta del acuerdo transaccional, el hoy demandante declaró que nada quedaba
a reclamar por concepto de daños morales y materiales derivados del hecho
ilícito, indemnizaciones por responsabilidad civil y derechos, pagos e
indemnizaciones previstos en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo, que son los conceptos que se demandan
actualmente.
En este particular hay que destacar que, según se desprende del texto de la
transacción, el trabajador estaba asistido por una profesional del derecho, y
se presume que la misma, en un cabal y honesto ejercicio de su ministerio,
informó al trabajador los alcances del acuerdo que se suscribía, los beneficios
que obtenía y los derechos a los que renunciaba, por lo que se debe considerar
como cierto que el trabajador y hoy demandante conocía cuáles son los
derechos comprendidos en la transacción antes de suscribirla y pudo evaluar
su conveniencia, que como se ha expuesto, ha sido la intención del legislador
y del reglamentista. Igualmente resulta de los términos en que fue celebrada
la transacción y de la propia actuación del funcionario, que los derechos del
trabajador fueron velados por el Inspector del Trabajo.
En consecuencia, debe esta Sala considerar que al estar comprendidos los
conceptos demandados en la transacción celebrada por las partes, sí existe la
cosa juzgada alegada por los accionados.
REPERTORIO DE JURISPRUDENCIA 487

5. VALIDEZ DE CONVENIO CELEBRADO ENTRE LA


EMPRESA Y UN EMPLEADO DE DIRECCIÓN

Recurso de Casación
Partes: Carlos Vidal Sánchez Chiong contra la empresa
Universal Music Venezuela, S.A.
Sentencia: N° 192 de 17­03­05. Exp. 04­942
Motivo: Cobro de prestaciones sociales
Reitera: Doctrina establecida en sentencia N° 739 de 28 de
octubre de 2003 (caso: Francisco Antonio Santaella
y otros contra las empresas PDVSA Petróleo y
Gas S.A., Baker Hughes, S.R.L. y Unión Pacific
Resources Venezuela, S.A.)
Normas citadas: LOT: artículos 2 y 3
La sentencia recurrida afirma la competencia de la jurisdicción venezolana
para conocer de las relaciones del demandante con las distintas empleadoras
en Venezuela y en el exterior, y la solidaridad entre ellas por razón de la
unidad jurídico económica que ellas integran, según considera demostrado.
Establece asimismo el Sentenciador como demostrado, que el grupo Universal
Music (incluida la demandada) y el actor, suscribieron un convenio mediante
el cual se acordó que el demandante cesaba como Presidente de Universal
Music Argentina a partir del 28 de febrero de 2002, y que le pagaban quinientos
mil dólares (US$. 500.000,00) americanos por concepto de todos los derechos
laborales debidos y consagrados en las legislaciones laborales venezolana,
argentina y estadounidense, en cuyo acuerdo el demandante otorgó un amplio
finiquito al grupo de empresas Universal Music; y se incluyó adicionalmente
el pacto de que en adelante y hasta diciembre de 2002, se desempeñaría
como “asesor” en Venezuela, con una contraprestación mensual de cinco mil
dólares americanos (US$. 5.000,00).
Y establece también que aun cuando el documento de ese acuerdo no llena
rigurosamente los extremos de una transacción laboral, visto que el actor era
un empleado de dirección, siempre en labores de la más alta gerencia, su
voluntad de otorgar dicho finiquito y aceptar el cambio de condiciones de
Presidente a Asesor, claramente exteriorizada en él, descarta cualquier error
o vicio en la formación de la misma, de modo que la materialización del principio
488 JUAN RAFAEL PERDOMO

de equidad previsto en el artículo 2º de la Ley Orgánica del Trabajo, en el


caso y en su apreciación “secundum legem”, autoriza para concluir que ese
convenio de términos diáfanos debía cumplirse de buena fe, ésta última no
asumida cabalmente por el demandante, quien, además de recibir el pago
mencionado de quinientos mil dólares americanos (US$. 500.000,00) negó en
el libelo y en la audiencia del juicio que se le hubiese pagado cantidad alguna
por sus prestaciones sociales, a pesar de la existencia del “finiquito” citado y
de dos “liquidaciones” previas en Venezuela; para cuyas interpretaciones,
adicionalmente, el sentenciador de la recurrida consideró aplicable la
flexibilización de la normativa del artículo 3º de la Ley Orgánica del Trabajo,
adelantada en el fallo de esta Sala Nº 739 de fecha 28 de octubre de 2003.
En cuanto a los hechos a que se refieren esas apreciaciones de la recurrida,
que la Sala considera ajustadas al contenido de los autos así como estima a
derecho las conclusiones que aquella expone, no contiene la formalización
impugnación alguna, pues su argumentación realmente específica se contrae
a denunciar una incorrecta o errada valoración de la prueba consistente en el
“finiquito” mencionado, sin que para ello se ocurra a los mecanismos de revisión
del establecimiento y valoración de las pruebas.

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