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INSTITUCIÓN EDUCATIVA LA FUENTE

ÁREA: EDUCAC RELIG Y MORAL- GRADO: SEXTO


SEGUNDO PERÍODO 2021
DOCENTE: JAIME CORDERO VÁSQUEZ

Semana del 3 al 7 de Mayo de 2021


UNIDAD 2 EL HOMBRE Y LA MUJER: IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS TODOPODEROSO
TEMA 2 EL HOMBRE APRECIA Y VALORA LA EXISTENCIA DE UN SER SOBRENATURAL
(DIOS)
ESTÁNDAR
- Incorpora textos breves de la Biblia en su conversación habitual para referirse a la persona.
- Valora la vida con mirada religiosa como imagen y semejanza de Dios.
A ACTIVIDAD BÁSICA
En esta guía se analizarán los elementos más importantes del hombre sobre su aprecio y valor
de la existencia de un ser sobrenatural. Analizar con detenimiento el siguiente interrogante: -
¿Cuál es la concepción de Dios a través de la historia?

B LECTURA
La búsqueda de Dios, con mayúscula, ha sido algo que ha
acompañado a la humanidad a lo largo de su historia, aunque
fue, principalmente, cuando el hombre “tuvo tiempo” para
pensar, para reflexionar y cuestionarse no solo sobre lo que
hay más allá sino si hay Alguien que puede dar razón o
comprensión al entorno incomprendido, que esta búsqueda
comenzó. Confrontar las ideas sobre la divinidad es una tarea
más que imposible, utópica, sumado a que dentro del campo de la filosofía intentar trazar la historia
del concepto es complejo. Lo primero que tenemos que definir en esta aventura histórica es lo que
entendemos por dios. O a lo que, conceptualmente, nos referimos cuando mencionamos esas cuatro
letras. Desde la idea latina, dios es un Ser Personal que sale al encuentro de su criatura. Incluso, si
vamos más allá, la cultura occidental entiende a Dios como el Dios de Abraham, ese dios que se
encuentra con el anciano para ofrecerle una tierra y una nación fecunda. Así pues, la idea de
Dios parte más atrás que del pensamiento cristiano. Incluso vemos como la idea de un dios personal
viene y se deposita en lo que llamamos la base del pensamiento monoteísta: el judaísmo, que a la
postre dará forma y será la base del islam y el cristianismo. Remontándonos al pensamiento como
tal, partimos del devenir griego quiénes de una u otra manera buscaban el Arjé o Principio de alguna
manera, ya sea mediante las religiones naturalistas o mediante epopeyas pero hubo un punto de
inflexión en donde algunos de ellos se negaron a seguir aceptando explicaciones mágicas, y es por
esto que comenzaron a cuestionarlo todo buscando en estas introspecciones y reflexiones una
causa para todo, algo que fuera más allá de los mitos o de los caprichos de un ser con las mismas
pasiones y vicios que los hombres. Avanzando un poco en la historia, nos topamos con los jónicos
quiénes encontraron en los elementos de la naturaleza una Causa de las cosas. Luego vienen los
pitagóricos quiénes hicieron lo propio con los números. Heráclito fue un poco más allá, dando unos
pequeños esbozos de metafísica con su Ser y Devenir. Por su parte, los atomistas vieron en el
átomo a la fuerza motora y Anaxágoras con su Nous (Mente o inteligencia) que sería el origen del
universo y causa de la existencia, intentó encontrar sentido a las cosas. Jenófanes de Colofón quien,
siglos antes de los pensadores griegos, planteó las bases de la teología negativa, aquella que no
busca primero explicar quién es Dios sino lo que no es, concluyendo que es Inmóvil, Inagendrado y
Eterno. Este pensamiento sería tomado siglos posteriores por algunos Padres de la Iglesia, por
ejemplo, Clemente de Alejandría, para argumentar que desde la antigüedad estaba la semilla del
pensamiento religioso en la humanidad, claro está, de acuerdo con el prisma cristiano. Pero no será
sino hasta Sócrates y Platón que comenzaremos a ver -y después se retomó en el medievo- las
bases de la concepción divina actual. Y desde la cual se buscará encontrar o no argumentos a favor
de la existencia de ese dios al que aludieron ese par de griegos, y los pensadores posteriores, que
tomaron sus reflexiones como base para sus trabajos filosóficos y teológicos. Sócrates con su
método mayéutico buscó el bien de los hombres buenos. Por su parte, Platón hizo lo propio con
su Sumo Bien. Luego pasamos por una etapa más o menos compleja con los postaristotélicos, entre
el estoicismo y el epicureísmo para dar paso al neoplatonismo. Diferentes –aparentemente–
reinterpretaciones de los conceptos que darán su cima, primero, con Anselmo. Anselmo propuso uno
de los cinco argumentos más comunes acerca de la existencia de Dios: el argumento ontológico. En
su Proslogium propuso que, si cualquiera puede concebir la idea de un Ser Supremo entonces, por
consecuencia, Ese Ser Supremo debe de existir. Por su parte, San Agustín desde su
interioridad, encuentra a Dios como El fundamento de toda verdad ontológica o real. Dentro de esta
línea leemos también a San Buenaventura quien encuentra en el conocimiento la percepción de un
Valor Absoluto: concibiendo el acercamiento a Dios desde tres maneras: o por razonamiento, o por
la experiencia o por intuición. En esta etapa medieval nos encontramos también con Santo Tomás de
Aquino quién nos dará, en su Summa, cinco vías para confirmar la existencia de Dios: 1) la
simplicidad de la divina esencial, 2) la perfección de la divina esencial, 3) la infinidad de Dios, 4) la
inmutabilidad de Dios y 5) la unidad de Dios. Estas cinco vías van en línea aristotélica descendente
explicando o justificando lo metafísico de lo empírico, a lo metaempírico, encontrando en su reflexión
a un Dios trascendente, único, infinito. Recurriendo ya a la filosofía contemporánea, llegamos a
Descartes y Kant quiénes conciben como el centro de su saber no al Ser sino al Hombre, dando un
giro radical al enfoque de la filosofía. Kant, por ejemplo, negó la metafísica como ciencia y formuló
una vía práctica-ética relegando a la afirmación de Dios como un postulado solo de la Razón. Hegel,
por contraparte, aunque retoma en cierta manera el concepto metafísico, menciona que el ser es
una autoconciencia de Dios, quien se alinea con la naturaleza en tres momentos: el subjetivo, con la
fenomenología; el objetivo, con su aporte jurídico, moral y ético; y el absoluto, en el arte, religión y la
filosofía. Esta manera de racionalizar lo infinito dará paso, a posteriori, a la negación de Dios como
Ser Absoluto. En la época actual la ciencia ha quitado, de cierta manera, la labor de buscar o
encontrar a Dios. Y no es que su objetivo sea encontrarlo pero quizá, en la medida que
comprendemos el cosmos, este pierde su misticismo y por ende, al encontrar una razón para todo, al
darle sentido a las cosas, la idea de un Ser Supremo, pierde todo coherencia. Diría Stephen
Hawking, entendiendo, del inglés original, al pensamiento de Dios, no solo como pensamiento sino
también como plan: “…si encontrásemos una respuesta a esto, sería el triunfo definitivo de la razón
humana, porque entonces conoceríamos el pensamiento de Dios”
LAS PRINCIPALES VÍAS DE DEMOSTRACIÓN DE DIOS que, ajeno a una conclusión, le aportan al
filósofo una forma de entender y comprender la evolución de cómo el hombre ha ido entendiendo -y
defendiendo, o justificando- la idea de un Ser Supremo. Tomemos las posturas actuales más
reconocidas: la ontológica, la modal, la cosmológica, la teleológica y la moral; aunque también es
importante señalar que existen posturas como el diseño del ajuste fino, la teoría cosmológica kalam
(ciencia religiosa del Islam), la aristotélica, el argumento neoplatónico, el agustiniano e incluso la
racionalista. Estas son vías más o menos aceptadas que demuestran la existencia de Dios. Y, claro
está, está la comprobación más compleja y de imposible refutación: la fe.
EL ARGUMENTO ONTOLÓGICO (ESTUDIO DEL SER Y SUS PROPIEDADES) : Anselmo propuso
que, si podíamos pensar en un Ser Supremo, entonces Ese Ser Existe. Uno de sus principales
oponentes fue Gaunilo de Marmoutiers para quien esa lógica, aplicada a otras cosas, puede hacer
existente a muchas cosas que ciertamente no existen. Schopenhauer será otro de los filósofos que,
siglos más tarde, también se postularían en contra.
Otra de las posturas para buscar comprobar la existencia de Dios es el ARGUMENTO MODAL. Este
se basa, o actualiza más bien, el argumento de Anselmo, pero Plantinga lo enmarca en una
demostración más o menos matemática, en la que se deduce la existencia de un Ser Perfecto.
El otro argumento es el COSMOLÓGICO. Este se resume en el hecho de la contingencia del mundo.
Se remonta un poco al Motor Inmóvil de Aristóteles y también al nada surge de la nada de
Perménides dando así origen a la segunda vía de Tomás de Aquino: todo lo contingente tiene una
causa por ende debe de haber Una causa primera, y esa causa, es Dios. Este argumento ha sido
uno de los más fuertemente confrontados, desde por filósofos como Kant y Hume en su crítica a la
causalidad, como por Rusell, por ejemplo, quien redujo al universo como un hecho tosco el cual está
solo porque está. Posteriormente, astrofísicos como Hawking han reiterado dicha postura.
Otro de los argumentos a favor de Dios es el TELEOLÓGICO. En este se apuesta porque el mundo
debe de tener una finalidad y de que hay un diseño inteligente detrás de todo. Es decir, todo está tan
perfectamente hecho que es imposible que sea causa de la casualidad. De este concepto vemos los
primeros esbozos en los estoicos quiénes bajo la influencia de Platón y Aristóteles concibieron el
argumento del diseño. Esta planeación inteligente ha sido también, junto con el argumento
ontológico, uno de los más recurridos por teólogos para justificar o argumentar a favor de la
existencia de dios.
Finalmente, LA POSTURA MORAL. Esta postura sostiene que todos tenemos, de cierta manera,
implícita en nuestra naturaleza, conceptos o ideas morales, que no nos son aprendidos de alguna
manera, sino que son innatos. Esta moralidad de nacimiento refleja, de acuerdo a dicha postura, que
Dios pone su impronta en todas sus criaturas. Y, consecuencia de ese Bien común, es que Dios
existe. Dentro de todos estos argumentos Feuerbach tiene uno súper interesante. Él propone que es
dios quién está hecho a imagen y semejanza del hombre, y no a la inversa. Es decir, la concepción
de dios refleja las cualidades y deseos no realizados del hombre. El hombre enajena sus deseos en
ese dios que proyecta porque es algo que necesita pero que no puede lograr inmediatamente.
Evidentemente hablar de Dios, en cualquier plano, es una tarea no solo imposible sino utópica.
Invariablemente desde la perspectiva que se aborde, ya sea teológica o filosóficamente, nunca habrá
un consenso ya que dios es algo –o Alguien– que no se puede cuantificar de ninguna manera. Es, ya
sea un concepto o un Ser, algo que trasciende más allá de lo comprensible y por ende su existencia
será subjetiva. Además, si añadimos a la ecuación el CONCEPTO FE, la existencia o inexistencia de
dios se vuelve una labor más que compleja, y claro está, está la comprobación más compleja y de
imposible refutación: la fe. Sin lugar a duda, concluyendo, concebir –pensar– a dios ha sido una
labor meramente humana. Desde lo más remotos tiempos, al ser finito, el hombre ha despertado en
sí su faceta religiosa en búsqueda de consuelo, explicación o incluso, culpa. Dios siempre ha sido, a
lo largo de la historia -y lo seguirá siendo- ese elemento que no puede faltar ya que, ante los sucesos
inexplicables, como una epidemia, la muerte, la enfermedad…. el ser humano siempre buscará una
causa, un motivo… un Alguien o Algo que le consuele y anime, o a quién culpar y recriminar.
C ACTIVIDADES DE PRÁCTICA
Después de ANALIZAR COMPRESIVAMENTE LA LECTURA responda las siguientes preguntas:
1. ¿Cuál es la definición de Dios para la idea latina y para la cultura occidental?
2. Enumerar cada uno de los personajes nombrados, desde los griegos hasta Hegel, y decir que
era Dios o que significaba para cada uno de ellos. Son quince pensadores.
3. Explicar las cinco principales vías de demostración de la existencia de Dios.

D ACTIVIDADES DE APLICACIÓN Y COMPROMISO

1. Teniendo en cuenta la lectura realizada y las respuestas obtenidas en el punto 2 de las


actividades de práctica, relacionar la Columna A con la Columna B y colocar entre paréntesis el
número correspondiente.

2. Elaborar un texto donde se de respuesta a la pregunta.

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