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Erks un estado de
conciencia
Crónicas Erksianas 1
Editorial Dunken
Buenos Aires
2018
Primera edición: Agosto de 2018
Segunda edición: Diciembre de 2018
Introducción
Demás está decir que ya te giro el dinero para el 2!! jaja aunque
creo que voy a esperar que salga el 3 y compro los dos juntos así no me
quedo con tantas ganas! o espero a que salgan los 6 restantes?
Cariños!! Feliz de coincidir en este camino contigo. Pablo”
Miryam
Quebrada de Luna, Noviembre 13 de 2018
CAPÍTULO I
MAYHUMA y ERKS un Estado de Conciencia
Antes de ver el claro hacia el que íbamos, comencé a tener una se-
rie de señales físicas en mi cuerpo de que íbamos hacia un “encuentro”,
a un lugar de energía diferente.
Y así, de golpe, estábamos en un sitio de perfecta triangulación
entre el Uritorco, Los Terrones y mi amado Pajarillo.
Nos sentamos en unas piedras a la vera del río Seco.
Conversamos un rato y le conté mis experiencias en Kuruman
(Sudáfrica) con la nave Alfa Omega Centauro. (Pág. 70 y ssgtes del Li-
bro Negro y Blanca Camino de las Señales, editorial Dunken, primera
edición, de mi autoría)
A los pocos minutos, mi nuevo amigo me dijo que sentía que tenía
que quedarme sola, y luego de darme muchas recomendaciones para la
vuelta, se fue.
Ahí estaba yo sentada en el medio de la nada, en este espacio físico
del que brotaba una energía especial. Y mi frecuencia interna era de
mucho amor, amor que sentía que venía de afuera hacia adentro.
Entré en ese espacio de “nadas”, de “no tiempo” en el que a veces
ingreso cuando estoy en un contacto especial con ELLOS mis amados
guías y ángeles.
Y en un momento dado, primero “sentí” una presencia. Y ahí frente
a mí, del otro lado del río, había “alguien”. No alcanzaba a discernir su
figura pero ahí estaba. Y me dijo que era Mayhuma.
Hago un alto en el relato para hablarte un poco más sobre quién es
Mayhuma.
Dice el autor Oscar Acoglanis en su libro “E.R.K.S., Mito, fantasía
y realidad” Ed. 2016, pág. 135 y sgte. “…Mayhuma, regente solar para
nuestro planeta, es una gran entidad que tiene a su cargo retransmitir
el correspondiente logos evolutivo a nuestro planeta tierra. Otros lo
relacionan con la jerarquía o el ángel solar; está representado en todas
las culturas pretéritas… El sol envía un regente para cada planeta que
está bajo su influencia evolutiva. Este mantiene un contacto directo con
quienes son los encargados de informar y dar las enseñanzas pertinen-
tes a la jerarquía espiritual de cada mundo en evolución. A su vez, la
28 Miryam Dietrich
“Debemos estar fuera del tiempo y el espacio para comprender los se-
cretos a adquirir en la dimensión que nos tocará vivir”.
Sharuma. Diarios de Erks
Angelito humano; a medida que leas, podrás apreciar que las difi-
cultades para escribir este libro han sido, cuando menos, interesantes.
Observaba la temática y no sabía cómo comenzar y menos que
menos como seguir.
Junté material de otros autores. Leí mucho. Más todo lo que leía me
resultaba conocido desde lo racional y otras veces desde otros lugares.
Mi Mono Loco se alteraba y pensaba: “¿Cómo voy a escribir sobre
un tema que ya han escrito tantos pero tantos autores que tienen un
renombre que yo no tengo?”.
Y así me sentaba frente a la computadora y me distraía en múltiples
tareas pero no encaraba el libro.
Me daba cuenta que Mayhuma me había dado un plazo en el tiem-
po para escribirlo. Estimo que ese plazo se relaciona también con una
cuestión energética. Los libros, igual que todo en la tierra, tienen que
tener un momento justo para dar el mensaje en el tiempo adecuado a la
persona correcta.
Si uno se salta la línea del tiempo lineal (que es el que usamos en
este planeta en esta dimensión) es posible que el efecto querido por
Nuestros Hermanos Mayores en relación a los mensajes que como escri-
tora debo dar, no cumplan su cometido. Y entonces el libro que ha sido
acuñado en el Cielo, carecerá de efecto concreto en la tierra.
Retomo el relato. Mi Mono Loco andaba a los saltos de aquí para
allá. Me daba cuenta que requiriendo silencio de las personas que me
38 Miryam Dietrich
Miryam, vamos a jugar al carnaval, nos juntamos todos los pibes del
barrio”.
Nuestros carnavales era jugar con las mangueras y los baldes tirán-
donos agua. Aunque no me gustaba mucho tampoco me disgustaba. En
realidad nunca me han gustado las actividades humanas donde hay que
avanzar físicamente sobre la otra persona.
Y yo le contesté “No puedo. Jueguen ustedes”.
Lo importante de esta imagen que mi memoria atesora, fue que
pensé lo siguiente: “Yo no vine a jugar, vine a trabajar”.
¡Cómo puede una niña de diez años decir esas palabras y guardar
ese recuerdo tan fresco como si hubiera sucedido esta mañana!
Hasta hoy me sorprendo.
Bueno, es necesaria esta introducción histórica en cuanto al testi-
monio de mi propia vida, para que se comprenda todo lo que narraré a
lo largo de este libro.
En el año 1962 vivíamos en la misma casa que referencié al co-
mienzo de este capítulo.
Atrás de la cocina había un patio muy largo, estimo que llegaba al
corazón de la manzana o más. Mi papá tenía uno o dos caballos, unas
jaulas con conejos, charitos (bebés de avestruces), algunas gallinas y
los infaltables perros.
Una noche salgo y miro el cielo: y ahí, portentosa, luminosa, venida
vaya a saber uno de que espacios, había una gran nave redonda.
Primero me quedé con la boca abierta y luego entre corriendo a la
cocina y le dije a mi mamá: “¡Mamá! ¡Mamá! ¡Afuera hay en el cielo
una cosa brillante! ¡Vení!”.
Mi mamá –que vivía permanentemente preocupada por la vida y
además siempre estaba enferma– salió con su mente de alemana racio-
nal, levantó la mirada y no había nada. Me dio un cariñoso coscorrón.
Al día siguiente salió en el diario La Nueva Provincia de Bahía
Blanca (Argentina) que varias personas habían avistado un Objeto Vo-
lador No Identificado en diferentes zonas de la ciudad.
Erks un estado de conciencia 43
Para esa época, creo que mi mamá se volvía loca conmigo. Eso
aparte de todos los dramas que le significaban a ella el cotidiano vivir.
Empecé a decirle que quería volar a Marte, a Júpiter y a la Luna.
Que quería estudiar para eso.
Mis comentarios producían que todos me miraran como a la más
rara de toda la familia, porque la TV aun no existía en nuestro país, creo
que la Nasa no había sido creada, ni nadie hablaba de llegar a la luna.
Las mujercitas éramos instruidas en Economía Doméstica (como
planchar mejor una camisa por ejemplo o tener bien ordenado el placard
de las escobas), bordábamos lo que viniera para practicar los puntos,
así el día de mañana cuando encontráramos un hombre para casarnos,
bordábamos nuestro ajuar.
Aunque me gustaba bordar, algo me decía que eso no era para mí.
Claro que a los cuatro años tocaba el piano, a los diez pintaba al oleo y
estaba enamorada de Beethoven.
Siempre la música ha tenido tremenda influencia en mi vida. Y
transmití esa influencia a mis dos hijos.
Luego de estas experiencias que narro, me quise hacer monja por-
que tenía profunda vocación devocional.
Mis padres me negaron el permiso y una vez más nos mudamos
de ciudad.
Pasó el tiempo, y estaba en quinto año de la carrera de Abogacía
–allá por 1974– en la Facultad Católica de La Plata, En esa época había
una materia que se llamaba Derecho Aeronáutico y Aeroespacial.
La dictaba un profesor mayor de apellido Bonicato.
Cuando empezó a hablar acerca de las capas de la atmósfera, de
quien o quienes podrían llegar a ser los derechos de la superficie en la
luna, en Marte y en otros planetas, me embobé.
Y este hombre contaba en clase, como muchísimos años antes el
decía que el hombre podía llegar a la luna. Como eso aun no se había
producido, le habían puesto de apodo de “el loco”.
44 Miryam Dietrich
Había mucha luz pero mucha luz y era una luz blanca diferente a
toda luz conocida. No se veía de donde salía. Es que en realidad estaba
todo iluminado.
Me di cuenta que descendía por unas escaleras largas hacia el cen-
tro de la tierra. Yo no caminaba. Simplemente flotaba al igual que el
SER que me acompañaba que era todo de Luz.
Iba cada vez más abajo. Y llegué cerca a una especie de Ovni puer-
to pero en realidad lo vi desde una distancia x, que no puedo calcular
por las medidas normales de la tierra.
Vi seis escaleras en total, una era por donde yo bajaba y había cinco
más que venían de diferentes direcciones.
Veía pasar las naves en un tráfico silencioso y ordenado. Eran naves
chicas.
Luego “me mostraron” el templo de Antuak o Antoaki (no entendí
bien el nombre). De este templo solo pude divisar la puerta que era muy
alta y toda de un material parecido al cristal. Y en su parte superior
tenía marcada como una cruz de brazos equidistantes.
No sé cómo se produjo en mí el fenómeno pero les dije telepáti-
camente que me costaba ver. ¡Ja! En ese momento era todo como muy
“normal”. Y yo actuaba en consecuencia.
ELLOS me contestaron que eso me sucedía porque era la primera
vez que entraba a ERKS.
Dije que tenía que volver por mis amigas, más ELLOS me contes-
taron que estaban bien cuidadas.
Les pregunté si todo lo que veía era real y ELLOS no me contes-
taron.
Tengo que confesarte que ahí me entró un poco de miedito. Y creo
que por eso de golpe, estaba afuera, o sea sobre la tierra y en el sitio de
La Piedra.
Fue tomar conciencia de que me encontraba nuevamente en esta
tercera dimensión y mis amigas comenzaron a despertarse.
Ambas se habían quedado dormidas y ni se enteraron del “paseíto”
que yo había dado.
52 Miryam Dietrich
“Los científicos rusos también han encontrado que nuestro ADN puede
originar patrones desconcertantes en el vacío y producir agujeros gusa-
nos magnetizados, equivalentes
microscópicos a los llamados puentes Rosen de Einstein en la cercanía
de los agujeros negros (dejados por las estrellas extintas).
Estos agujeros son túneles que conectan áreas diferentes
en el universo y mediante las cuales es posible transmitir información
fuera del tiempo y del espacio.
El ADN atrae esta cantidad
de información y la transfiere a nuestra conciencia…”
Lucy Aspra “Ángeles y Extraterrestres”
editorial A lamah Espiritualidad, pág. 266.
han estado guiando, para que todos, sin excepción, podamos lograr la
iluminación.
Tal vez, en sencillas palabras, sin entrar en complejas explicacio-
nes matemáticas, ni transcribir ecuaciones muy difíciles de entender,
simplemente explicando de manera fácil, pueda en algo contribuir a
explicar los fenómenos que les están ocurriendo a muchas personas en
nuestro mundo, sin dejar de lado, la existencia y ayuda de los SERES
DE LUZ”.
Sixto y mi amigo, totalmente coincidentes que me eximen de brin-
dar cualquier otra explicación.
De alguna forma, aquella conversación con Marcelo Carrasco, por
el año 2011, conversación que luego dio origen al capítulo transcripto,
colaboró para que me sintiera menos rara.
Y muchos años después, en el 2016, viene a mis manos de una
forma más que insólita, el libro de Sixto Paz Wells que nombro en el
copete confirmando lo que Marcelo me expuso.
¡¡¡Guauuuu y reguauuu!!!
Hay que andar muy atento a las Señales de ELLOS.
Aunque reconozco que a veces me gustaría que los hechos sucedie-
ran un poco más rápido.
CAPÍTULO XIII
Tercer entrada a ERKS
Cuadernos 15/16
dos metros de altura, que tenía puesta una campera de cuero negro. Pa-
saba a su lado, me sentía chiquitita y me agradaba mucho el olor a cuero.
Y seguía caminando al lado de esa cola humana. Veía gente muy
elegante y supe que ahí estaba lo mejor del lugar. Elevando la mirada
vi que, en un descanso de la escalera, había una pianista vestida de gala
tocando en un hermoso piano de cola.
A la izquierda de la hilera de humanos, había grandes ventanales
vidriados.
Era como estar en un lugar del futuro.
¿Recuerdas la carta del Ángel del Futuro?
Cuando quise salir del lugar, la escalera se había transformado en
una alfombra muy mullida.
Y ahí me desperté con una rara y maravillosa sensación corporal
e interna.
Estuve todo el día en estado “theta”.
El día 2 de enero de 2003, había llovido en la noche, y, aunque
había tormenta teníamos sol.
Junto a V. H. y su esposa, decidimos ir a La Piedra.
Una vez más fui a ese mágico y sagrado espacio. Y nuevamente
entré en E.R.K.S pero de un modo diferente. Me mostraron lo que de-
nominé “Cuevas” y Miguel Marín “Túneles”.
ELLOS me dijeron que por ahí se comunicaban y viajaban.
Toda la comunicación era telepática.
Luego me indicaron que debía seguir el camino de las mariposas.
Me mostraron otro lugar.
Cuando ya nos íbamos de La Piedra, V. H. se incorporó y al darse
vuelta y quedar enfrente mío, “supe” que él era el hombre de la campera
de cuero de mi sueño del día anterior.
Sé positivamente que este hombre era y es especial, aunque desde
aquella experiencia no lo vi más.
Hay personas que se acercan a nuestras vidas, para un tema deter-
minado. Y luego siguen su camino.
Erks un estado de conciencia 87
“La gran fraternidad blanca, representada por los siete maestros ascen-
didos y el consejo de los doce ancianos venerables ha tomado a su cargo
la responsabilidad de encontrar en el mundo de superficies exponentes
humanos que aceptaron vivir la experiencia interna instruidos previa-
mente para que sirvan de enlace entre ambas corrientes de evolución”.
E.R.K.S. Mito, fantasía y realidad. Oscar Acoglanis. Ed. 2016. Pág. 89
Cerrando este libro con las Crónicas Erksianas Uno, la parte más
difícil que me ha tocado, es poder definir en concepto que pueda apre-
hender tu mente, el porqué de este título.
ELLOS me han indicado, en esta tarde lluviosa de un 23 de febrero
de 2017, sentada en mi escritorio, que explique cómo accedí a ERKS.
El primer pensamiento que me larga mi Mono Loco es “No sé”.
Pero luego, viene la reflexión, ese estado que me acompaña en
forma incansable creo que desde que tengo uso de razón.
Despejando una pregunta que “leo” viene a tu mente, te comento
que he accedido a ERKS, siempre en estado de Conciencia Multidi-
mensional. No fue algo que he buscado ni me he puesto de una forma
determinada ni he dejado de comer o de respirar (léase esto último
como chiste cósmico) para ingresar.
En ese estado de conciencia, todo lo he vivido en forma tan pero
tan real, que era como si hubiera estado conciente en la tercera dimen-
sión donde aún resido. En esta misma dimensión en la que estás tú.
Creo que en realidad ELLOS determinan quienes ingresan y quié-
nes no.
Lo importante es tener el coraje de transmitir lo que uno ve y per-
cibe en los diferentes ingresos.
No hay que tratar de convencer a nadie sobre estas experiencias,
porque lo realmente importante es que uno las ha vivido. Y solo uno
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