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Personalidad

“Arquitecto”
Existe soledad en la cima y, siendo uno de los tipos de

personalidad más raros y más estratégicamente

capaces, los Arquitectos saben esto muy bien. Los

Arquitectos abarcan apenas el dos por ciento de la

población, y las mujeres con este tipo de personalidad

son especialmente raras ya que solo constituyen el

0,8% de la población; es a menudo un desafío para

ellos encontrar personas con ideas afines que sean

capaces de seguir el ritmo de su intelectualidad

implacable y sus maniobras de ajedrez. Las personas


con personalidad de Arquitecto son imaginativas pero

decididas, ambiciosas pero reservadas, increíblemente

curiosas, pero no malgastan su energía.

Nada puede impedir que la


actitud correcta logre su
objetivo
Con una sed natural de conocimiento que se manifiesta

a temprana edad, los Arquitectos a menudo reciben el

título de “ratón de biblioteca” cuando son niños. Si bien

esto puede ser visto como un insulto por parte de sus

compañeros, es más que probable que se identifiquen

con él y hasta estén orgullosos, disfrutando

enormemente de su profundo y amplio conocimiento.


A los Arquitectos también les gusta compartir lo que

saben, confiados en su dominio de los temas elegidos,

pero estas personalidades prefieren diseñar y ejecutar

un plan brillante dentro de su campo en lugar de

compartir opiniones sobre distracciones “poco

interesantes” como los cotilleos.

“No tienes derecho a una opinión. Tienes derecho a una

opinión informada. Nadie tiene derecho a ser

ignorante.”

HARLAN ELLISON
Como una paradoja para la mayoría de observadores,

los Arquitectos son capaces de vivir con evidentes

contradicciones que sin embargo tienen sentido, al

menos desde un punto de vista puramente racional.


Por ejemplo, los Arquitectos son al mismo tiempo los

idealistas más idealistas y los más ácidos de los cínicos,

un conflicto que parecería imposible. Pero esto se debe

a que los tipos con personalidad de Arquitecto tienden

a creer que con esfuerzo, inteligencia y consideración,

nada es imposible, mientras que al mismo tiempo

creen que la gente es demasiado perezosa, miope o

egoísta como para lograr realmente resultados

fantásticos. Sin embargo, esa visión cínica de la

realidad es poco probable que detenga a un Arquitecto

que desee lograr un resultado que considera

importante.
En cuestión de principios,
ponte firme como una roca
Los Arquitectos irradian confianza en sí mismos y un

aura de misterio, y sus interesantes observaciones,

ideas originales y lógica formidable pueden impulsar el

cambio a través de la fuerza de voluntad y la fuerza de

la personalidad. A veces podrá parecer que los

Arquitectos tienen tendencia a desmontar y reconstruir

todas las ideas y sistemas con los que entran en

contacto, empleando un sentido de perfeccionismo e

incluso de moralidad en este trabajo. Cualquier

persona que no tenga el talento para seguir el paso de

los procesos de los Arquitectos, o peor aún, que no


vean su razón de ser, es probable que pierda inmediata

y permanentemente su respeto.

Las reglas, los límites y las tradiciones son un anatema

para los individuos con personalidad de Arquitecto: todo

debería estar abierto a cuestionamiento y reevaluación; y,

si ven el modo de hacerlo, los Arquitectos suelen actuar de

manera unilateral para implementar sus métodos e ideas

técnicamente superiores, a veces insensibles y casi siempre

poco ortodoxos.

Esto no debe confundirse con impulsividad; los

Arquitectos se esforzarán por seguir siendo racionales,

no importa lo atractivo que pueda ser el objetivo final, y

cada idea, ya sea generada internamente o absorbida

desde el mundo exterior, debe pasar el despiadado y


siempre presente filtro de “¿Esto va a funcionar?”. Este

mecanismo se aplica en todo momento a todas las

cosas y a todas las personas, y aquí es donde a

menudo los individuos con personalidad de Arquitecto

se meten en problemas.

Uno reflexiona más cuando


viaja solo
Los Arquitectos son brillantes y confían en los

conocimientos que les ha llevado tiempo entender,

pero lamentablemente es poco probable que el

acuerdo social sea una de esas materias. Las mentiras

piadosas y las conversaciones superficiales son lo

suficientemente duras como lo son para un tipo de


personalidad que anhela la verdad y la profundidad,

pero los Arquitectos pueden llegar hasta el punto de

considerar muchas convenciones sociales como

francamente estúpidas. Irónicamente, a menudo es

mejor para ellos que permanezcan donde están

cómodos, alejados del centro de atención, donde la

confianza natural que predomina en los Arquitectos

cuando trabajan con materias que les resultan

familiares puede servir como su propio faro y atraer a

gente, romántica o no, de temperamento e intereses

similares.

Los Arquitectos se definen por su tendencia a pasar por

la vida como si fueran un tablero de ajedrez gigante,

con piezas que cambian constantemente en función de


la consideración y la inteligencia, siempre evaluando

nuevas tácticas, estrategias y planes de contingencia,

constantemente dominando con astucia a sus colegas

para mantener el control de una situación, mientras

maximizan su libertad para moverse. Esto no quiere

decir que los Arquitectos actúen sin conciencia, pero

para otras personalidades la aversión que muestran los

Arquitectos para actuar en función de las emociones,

puede hacer que parezcan de esa manera, y eso explica

por qué muchos villanos de ficción (y héroes

incomprendidos) están modelados conforme a este

tipo de personalidad.

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