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Escuela Politécnica Nacional

Gestión Organizacional
Nombre: Esteban López
Fecha de entrega: 21/11/2022
En un principio el planeta era un caos de fuego, donde se originó un milagro, la vida. Hoy en día,
nuestra existencia es tan solo un eslabón en la historia del planeta Tierra. Una teoría apunta a que
las cianobacterias, sus antepasados y descendientes permitieron la vida en la Tierra, transformando
la atmósfera, así, tomaban el carbono disuelto en la atmósfera para formar sus conchas que en
conjunto darían paso a cúmulos rocosos conformados de entre miles de millones de estos
organismos. Permitiendo el paso a otro tipo de vida, cuya clave es el vínculo, igual que el agua y
el aire, todo se comparte. El 70% del oxígeno proviene de las algas de los océanos, los corales
permiten un equilibrio entre todos los océanos, pues albergan una gran cantidad de especies de
animales y plantas.
La Tierra necesitó más de 4 mil millones de años para crear los árboles, un auténtico logro en la
evolución del planeta que heredó de la cianobacteria el poder de captar la energía lumínica
proveniente del sol para alimentarse formando madera y hojas, que, al caer, promueven el
desarrollo del suelo. Aquí es donde los microorganismos se alimentan, fabrican el humus, un manto
fértil al que toda la vida está vinculada. Cada especie tiene su lugar y cumple un papel, todas se
equilibran, tras 180 000 años, el hombre se asienta, ya no depende de la caza para sobrevivir, pues
escoge lugares donde se mezcla la tierra, lo orgánico y el agua. Más de 1500 millones de personas,
aún viven bajo las mismas condiciones que lo hacían las sociedades antiguas de hace 6000 años,
pero la esperanza de vida es corta, los avatares de la naturaleza afectan a las condiciones de
subsistencia, la educación es pobre. Sin embargo, el ser humano intuye su flaqueza, buscando en
los animales la energía física que la naturaleza no le ha dado, descubriendo nuevos territorios.
La agricultura se convirtió en nuestra primera gran revolución, llegando los primeros excedentes
alimenticios, se borró la recolección salvaje, aprendimos a adaptarnos a los distintos terrenos y
climas. La mitad de la humanidad aún cultiva la tierra, es uno de los principales oficios, pues la
supervivencia de la humanidad depende de ella, pero poco después el ser humano sacaría de entre
la tierra el petróleo, llevando consigo consecuencias como modificaciones el planeta en 60 años
más de lo que hicieron nuestros antecesores en miles de años, la población del planeta se ha
triplicado, todo se acelera. Las grandes metrópolis son el signo de la explotación de los recursos
que el planeta puede ofrecer, la extensión de las superficies cultivadas, los monocultivos, atraen
parásitos, un problema solucionado por los pesticidas, pero estos productos tóxicos se esparcen por
doquier, sustancias nocivas que podrían dañar a la humanidad pero que aún así, nos han salvado
del hambre.
Cuanto más se desarrolla el mundo más se acelera la sed de energía, arrancando pedazos de estrellas
que han estado enterrados bajo tierra desde su creación. Muchos países, en consecuencia, siguen
los estándares de consumo de los grandes países importadores, potencias mundiales, como Dubái,
un lugar que depende de la naturaleza en gran medida, y sin embargo, no hay conciencia acerca del
agotamiento de los recursos viables de este, nuestro planeta. Por ejemplo, desde 1950 el volumen
de pesca ha pasado de 18 a 100 millones de toneladas por año, ¾ partes de las zonas de pesca están
agotadas, la mayoría de los peces de gran tamaño están desapareciendo por falta de tiempos en su
reproducción, estamos rompiendo el ciclo de una vida que nos había ofrecido. Los recursos son
escasos, países como Arabia Saudí o Israel, han buscado aprovechar con mayor premura el valor
del agua, aún así, grandes ríos como el Jordán, ya no son más que finos hilos de agua. La Tierra no
puede seguir este ritmo de consumo desenfrenado, la escases del agua podría afectar a más de 2
mil millones de personas hasta antes del 2025.
Los pantanos son un medio de redistribución y manejo natural del agua, pero en el último siglo
hemos desecado la mitad de los pantanos del mundo, sin siquiera conocer su riqueza o papel. Las
selvas almacenan el carbono, son piedras angulares del equilibrio climático del cual dependemos
todos, albergan ¾ partes de la biodiversidad existencia en la Tierra, pero en apenas 40 años, la
selva amazónica a perdido una quinta parte de su superficie, reemplazada por cultivos de soya y la
ganadería, transformando una selva en carne. La deforestación destruye lo esencial para producir
lo superfluo, pero en otros lugares se hace para sobrevivir, mas de 2 mil millones de personas
dependen del carbón vegetal como en Haití, un lugar que en su momento era una auténtica joya
territorial, ahora solo tiene un 2% de los bosques, generando una erosión del suelo y por ende que
sean aún menos cultivables, ya que, la capa fina de humus que tardó miles de años en formarse ha
desaparecido.
El consumo de energía es colosal, la polución es catastrófica, nada parece más urgente que vaciar
las fuentes del oro negro, queremos exigir siempre más combustibles, el carbono almacenado por
milenios nosotros lo estamos liberando en décadas, provocando un aumento en la temperatura de
la atmósfera, las actividades humanas han trastornado el equilibrio climático de la Tierra, notable
desde los polos y su derretimiento, hasta una predicción que indica la extinción de no solo la
humanidad, sino toda especie en la tierra sin una remediación o cambios notables para mantener el
tan frágil equilibrio que la naturaleza ha ido forjando desde sus inicios.

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