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LECCIÓN No 8

ADMINISTRARSE ASÍ MISMO

Un administrador cumple la misma función que un mayordomo. Administrar es


dirigir, regir o gobernar la economía o los bienes de una entidad o persona.
Es importante que aclaremos que, aunque el mayordomo no es el dueño, tiene
autoridad sobre bienes, recursos, tiempo, etc. 1ª Corintios 4: 1-2 nos señala que el
administrador no debe olvidar que sirve a Cristo e imparte los misterios del Señor.
También debe demostrar que es digno de confianza.

LA ADMINISTRACIÓN DE NUESTRO TIEMPO

1. ¿Por qué debemos ser buenos administradores del tiempo? Efesios


5:15-16

• Para poder realizar aquello que debe ser hecho. Lucas 14:28-32
• Por la naturaleza del tiempo. El tiempo no se detiene, no se acumula o
estira.
• Siempre tendremos tiempo para hacer la perfecta voluntad de Dios

2. ¿Cómo ser buenos administradores de nosotros mismos?

• Planee su vida. Salmos 119:133


• Distribuya sus actividades y viva por prioridades. Mateo 16:26-27
• Desarrolle disciplina y motivación para todo lo que tiene que realizar
• Elabore agenda si es necesario, haga una lista de lo que debe realizar.
Eclesiastés 3:1
• Al planear su vida y actividades no olvide su tiempo de devocional,
formación y lectura de la palabra de Dios. Para un hijo, ésta es su máxima
prioridad.
Por último, debemos cuidar de no caer en sólo hacer acciones para el Señor,
descuidando nuestra relación con Él. Jesús nos ha llamado primero que todo
a estar con Él, jamás acabamos de conocerlo y es este conocimiento el que
le dará norte, sentido y propósito a todo lo que hagamos en Cristo. Debemos
planear todo lo que hacemos, pero esta planeación no debe restarle tiempo
a nuestros momentos con Jesús.

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