ABZU

• El mar, pareciera que para el hombre es imposible acceder

a su conocimiento total.

• Las aguas menos profundas son capaces de fascinar hasta

los ojos del más incrédulo e insensible de los hombres,
deslumbra a cualquier ser dotado de sentidos; su belleza
no tiene comparación.

• Pero… ¿Qué será lo que causa mayor asombro? Serán sus

extrañas formas, sus múltiples colores, los inesperados
movimientos de su fauna, o… esos huracanados
cardúmenes.

• A medida que avanzamos y nos sumergimos, todo se

vuelve más oscuro y extraño, gracias a la traslúcida y
brillante presencia de las medusas; raros animales
marinos que parecieran custodiar las zonas abisales, los
lugares más profundos del mar.

• Más allá, incluso de la oscuridad total, en un lugar

inexpugnable y recóndito, está el Portal Submarino, sitio
que conecta nuestro mar con un mar paralelo, morada del
Vigilante de los océanos: Abzu.

• De hace millones de años que su misión fue encomendada

para no ser jamás olvidada , para que así pueda existir el
equilibrio de los océanos con su flora y fauna.
• Abzu, continuamente nada por los impresionantes paisajes
que lo rodean, donde los rayos del sol atraviesan la
densidad del agua y arremeten contra el fondo marino,
generando un brillo enceguecedor al reflejarse en las
multicolores aletas dorsales de los peces.

• Avanzando por el fondo marino, los peces se juntan y

danzan al ritmo de la corriente, guiados por fuerzas
invisibles que los llevan hacia lugares hermosos, sitios
donde el alimento no escaseará.

• La gran fauna marina y sus vistosos colores, la verde

vegetación y sus zigzagueantes algas, todo lo que allí se
encuentra está inundado de vida, pues el mar es el
inmenso hogar de muchas especies, quienes alegres
conviven entre tanta belleza.

• Abzu, en sus viajes no está solo, siempre encuentra

compañía en sus pequeños amigos: los robots submarinos.
Ellos son quienes constantemente le prestan ayuda,
haciendo que su travesía sea más segura y por sobre
todo… indicándole el lugar correcto de sus destinos.

• Como peces de metal, son capaces de moverse con mucha

destreza en las profundidades del mar. Nadan libremente
por el paisaje submarino, emitiendo una brillante luz que
traza su camino, es como una estela dorada que deja su
fugaz huella.
• Ellos están provistos de artefactos y herramientas
especiales para deshabilitar los obstáculos que aparezcan
en su camino, pudiendo generar nuevas rutas de acceso.

• Abzu, nada en compañía de ellos y por lo tanto…seguro él

se siente. Su nado es orientado y por eso tiene seguridad
de que problema alguno no se le presentará.

• De vez en cuando suelen aparecer los más grandes

depredadores de los mares: los tiburones blancos.
Quienes aprovechan la densa vegetación para atacar a sus
víctimas. Pero… no son todos iguales, hay tiburones son
diferentes y escapan de la regla general; bueno, eso es lo
que me dice Abzu.

• Es impresionante ver tantas especies que disfrutan de

estos bellos parajes, seres tan diversos unos de otros,
que parecieran ser infinitos. Tal es el caso de las anguilas
eléctricas, quienes disfrutan por la quietud existente en
estas zonas, pudiendo incluso: evitar sus furiosas
descargas eléctricas.

• Cuando se piensa que ya no hay fin, cuando se cree que

todo se transformará en obscuridad, frente a los ojos de
abzu aparecen los Templos Sagrados Submarinos, quienes
muestran su presencia gracias a la mágica energía que él
irradia.

• Cada templo tiene una belleza particular, expresada en

sus luminosos y traslúcidos colores.
• Los templos tienes su guardián del mar, que es solamente
una brillante esfera, pero que al recibir contacto con el
espíritu de Abzu, toma su apariencia real, figura de algún
animal marino importante y este templo la responsabilidad
y cuidado del templo recae en la: Manta Raya.

• En el mar las cosas son tan distintas, los colores son tan
diferentes a los de la superficie, acá no existe
comparación, o como lo dice el mismo Abzu: - El mar no
tiene parangón. –

• Pero sin lugar a dudas lo más hermoso es el poder

disfrutar de las corrientes submarinas, dejarse llevar por
ellas y viajar confiados en su rápida, enérgica e invisible
ruta.