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Departamento de Lenguaje

Taller de Reforzamiento 2019


Prof. Danilo Jenkins Parra

GUÍA DE REFORZAMIENTO COMPRENSIÓN LECTORA N°6

Nombre: ___________________________ Curso: Fecha:

Objetivo:
Esta guía tiene por intención trabajar la comprensión lectora a un nivel elemental en relación al estándar SIMCE. Para
ello, contiene dos textos noticiosos y preguntas que miden, desde distintos ángulos, tu capacidad para comprender lo
leído y tus estrategias para hallar las respuestas correctas, así como también la información que se te solicita.

Actividad: Sigue las instrucciones con atención y resuelve.

Antes de la lectura. Responde las siguientes preguntas.

1.- ¿En qué consiste la hombría?

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2.- ¿Crees que la hombría puede perderse? ¿Por qué?

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E.D.G.E

(Nicolás Bascuñán, Santiago)

Esta es la hermosa historia de un joven llamado Esteban Daniel González Espejo, de 22 años de edad. Vivía
en una humilde población, de las pobres de nuestra decadente ciudad, donde la vida no se extingue día a día,
más bien se alarga en un lento calvario, a través del ardiente cemento que aplasta al que alguna vez fue un
verde valle.

Esteban, el niño que alguna vez soñó con ser animador de TV, médico, astronauta, futbolista, actor o
cantante y poder brillar en esta opaca ciudad. Lamentablemente, la vida lo condenó a ser moreno, gordo, no
ser inteligente, no tener buena voz, no tener piernas para el fútbol, ser feo y pobre. Lo condenó a que su
padre fuera asesinado frente a sus ojos en una discusión con un amigo, en sus incontables tomateras; a que
su madre tuviera que trabajar 15 horas diarias, 7 días de la semana; a que sus dos hermanos mayores
estuvieran en la cárcel y que su hermana menor fuera sordomuda. Esa vida de la que tanto hablan que hay
que amar y esa, que solo le dio la calle, un par de amigos, muchas drogas, alcohol y demasiada soledad.

Ese fue mi único pensamiento al despertar. La caña me era insoportable y mis narices estaban muy tapadas
con toda la falopa (cocaína) consumida. Me dolía el estómago, tenía ganas de buitrear (vomitar). Mi cuerpo
tiritaba, la retirada de la droga era terrible, empezaba a pedirme más. Me era imposible pensar bien. Los
sueños e ideas eran prácticamente nulos. El dicho «la droga coarta tus sueños» parecía que no era tan
mentira. El cerebro se me estrujaba en un punzante dolor en la parte de atrás de mi cabeza, pero qué

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importa, es así siempre y así será ... otro día más como cualquier otro. Miré hacia el suelo y vi mi pantalón.
Revise mis bolsillos, y ¡pulento! (bien), me quedaba todavía una quina ($500). Imaginé que eran como las
tres de la tarde. El caregallo (sol) pegaba como nunca, alcanzaba a divisar su intensidad por los rayos que
atravesaban las tablas de mi casa. Me vestí rápidamente. No tenía ni una hueá de hambre. Me fui al baño a
lavarme la cara para despabilar (despertar). Salí a la calle, «la calor» me golpeó fuerte. Caminé paso a paso,
mi dirección era una sola: la gloriosa Botillería «La Reina»; una chela (cerveza) era la única que podría
animar este caluroso día.

En mi camino a 1a «boti» sentí un llamado:

- ¡GUAREEEN! (Ese es mi apodo)


- ¡Güena, chuchetumare! (hola amigo) -respondí-. Era el Lolo, un broca (cabro, amigo) del barrio.
- ¿En qué anda, hermanito? Anda con el me'o (medio) caracho (rostro).
- En las patas, ¿no veí, pa'o (pavo) culiao?
- Shii, ¿qué hueá?
- La firme po', guacho.
- ¿Me vay a comprar una chela? Ando con la me'a caña.
- Ni se nota ... Tengo tres gambas, hermano. Yo lo acompaño. Además, todavía me queda una churri (pasta
base) pa' que le empecemos a poner güeno.
- No, no pasa na' loco, me voy a chantar hoy día.

Apenas dije esto me vino un dolor de guata, la necesidad de endurecerme (consumir pasta o coca) se
empezaba a apoderar de mí.

- Me dijeron que fuera a la cancha, tenimos que jugar contra el Olimpia.


- ¡Filo, (que importa) Guarén! Cuando vay a la cancha ni te ponen, si ya no le pegai ni al quinto bote.
- ¡¿Qué tanta hueá, sapo culiao?! Me gusta ir no ma'.
- Güeno, digo yo. De repente salen unas churri, hasta un papel (coca,) quién sabe, y te vai como el
mismísimo Diego a jugar. -Se rió-.
- No sé loco, tomémonos las hueá y ahí veo.

Caminamos a la boti, donde compramos dos "Doradas" bien heladas, mínimo. Fuimos a tomarlas a unas
banquitas bien piolas, que están debajo de un árbol terrible grande, que hay como a dos cuadras de ahí;
harta sombra pa' combatir la calor.

El Lolo era un loco súper buena tela (simpático), pasaba tirando tallas. Hace seis meses había salido de la
cana (cárcel), había estado como tres meses y un día, por robo con mano armada a una bomba de bencina
que está en Santa Rosa. Después de salir, trabajó en un taller mecánico con un tío, pero lo echaron a las dos
semanas, por estar choriándose (robándose) unas herramientas que fue a cambiar por unas pastas. El Lolo
era un auténtico angustiao, para hacer el dinero para la pasturri volvió a los robos, pero todos de menor
grado. Salía a cogotear, a hacer unos lanzazos o machetear (pedir plata). Pocas veces iba a su casa a comer
o a dormir. Entre fin de semana y la semana no había diferencia. Lo único que importaba era fumar esa
diosa llamada pasta. Para mí no era tanto como una diosa, era solamente una bella sirvienta, comparada con
el poder efusivo y éxtasis corporal que produce la gloriosa cocaína. Lo más grande, cuando me sumergía en
sus mundos nada me faltaba, lo tenía todo (nuevamente sentí el dolor de guata). Pero yo no era angustia'o,
mi vida no giraba en torno a una droga. Probaba muchas otras cosas: marihuana, copete, jugaba a la pelota,
iba a los videos y una que otra vez me tomaba una hueá tóxica como el ñoco (neoprén) -antes que le
quitaran el tolueno-, tolueno puro, parafina y la pasta de muro que no se bien cómo se llama. El Lolo estaba
cagao, igual era buena onda, pero no salía del barrio a menos que fuera a cogotear y volvía inmediatamente
pa' hacer la compra. Esa era su rutina diaria, era su vida y no había nada más.

A mí no me gustaba mucho el cogoteo. Trabajaba en la feria con un carro y con el dinero me alcanzaba para
los vicios, pero a veces no andaba muy bien la cosa y era necesario salir a ganar un poco de dinero fácil.
Porque realmente, puta que era fácil. Yo me cago de la risa cuando hablo de esto. Es que es cosa de ver la
cara que ponen, los que han sido alguna vez cogoteados. Cuando los empezamos a seguir para hacerles la
chanchada; el miedo se les siente a metros, uno se da cuenta de lo fácil que va a ser; es cosa de poner cara
de malo, mirar directamente a los ojos, apurar lo más posible a la víctima, no dejar tiempo para que

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reflexione, -ni él ni nosotros-, porque a uno igual algo de pena le da, pero al fin y al cabo es dinero, la
sociedad se maneja con dinero, ustedes gastan su vida y se esfuerzan para obtener dinero, nosotros también.
Ustedes ganan dinero para ser felices, nosotros también ... ¿Cuál es el problema?

- ¿Qué hora es, tía Mari? - Le preguntó el Lolo, a la señora que vende pitos ahí en la cuadra-.
- Son un cuarto pa' las cinco mijito, ¿quiere pitito?
- No, vale tía, marratito a lo mejor -contesté-.
- Chaa, yo pensé que eran como las tre'.

El Lolo me dijo que fuéramos por una mone'as al estadio del Colo, que jugaba a las seis, macheteáramos un
rato, cagáramos a alguien con unas camisetas y volviéramos a comprarnos unos motes (coca) donde el
Maricón. Este era un trafi (traficante) terriblemente hueco y se decía que por una cacha (relación sexual), te
regalaba merca. Yo lo tenía negro al loco (le tenía mala) porque en un carrete me empezó a tirar los corri'os,
dijo que me iba a regalar como quince gramos si yo me entregaba... ¡ni cagando! Lo mandé a la chucha,
prefiero morirme de angustia que prestar el culo.

Nos fuimos, me dolió la guata y empecé a tiritar, ya necesitaba un saque. Le dije que tiráramos una
chaqueta a la balanza (empeñar) para irnos motivados pa'llá. Fuimos donde el Maricón, que a todo esto, era
el que menos pateaba (combinar con otras sustancias) la merca, pero no aceptó. Dijo que necesitaba
mone'as y también necesitaba otra cosa, -me guiñó el ojo-. Ahí me dio cualquier rabia. Tenía ganas de
pitiármelo (matarlo). Le dije al Lolo que fuéramos donde el Güiner, a los blockes:

- Anoche llegó la patá (la policía), hermano -respondió-.

Las otras manos (donde venden droga) venden pura mierda, estábamos caga'os, así que nos fuimos al
estadio, teníamos que hacerla cortita (rápida), yo necesitaba urgentemente jalar. Dejamos la chaqueta
empeñá por un vinacho (vino) 120 de dos litros y nos viramos (fuimos).

- Ya machuca'o, voy a ir al grano, ya no aguanto ma'.

Al estadio llegamos entero arriba'el balón (ebrios), macheteamos como tres lucas, le pusimos cualquier
color.

- Por el albo hermano -le decíamos a los culiaos- y eso que soy de la «U», pero qué importa, ya dije; dinero
es dinero.

La volá es la siguiente; con tres lucas apenas nos alcanzaba para un par de líneas. Necesitábamos hacer una
güena, pa' poder lanzarse toda la noche. Divisamos a un par de locos, la car'e pastel no se las sacaba nadie,
nos miramos con el Lolo y nos ascurrimos (avivamos) rápidamente.

- Guacho, pase una mone'a pal estadio -le dijo el Lolo-.


- No amigo, no tengo -respondió el hueón-.
- ¡Pasa la mone'a, sapo reconchetumare! -respondí al culiao-. Le puse una pata en la guata.

Había que hacerla corta. El Lolo sacó la mariposa (cuchilla) no sé qué hueá pasó por la mente del loco, que
le puso un puntazo al otro pastel. Les sacamos las billeteras, les choriamos una camiseta del Colo.

Corrimos como a tres cuadras de ahí. Tenían como diez lucas los locos. Estábamos caga'os de la risa, más
la camiseta hacíamos pa' una bolsa de veinte.

- ¡Vamos loocoo, vamos a jalaaar! -me dijo mi compañero-.

Más felices no podíamos estar. Pero todo se nubló. Cuando estábamos esperando la micro, frente a nosotros,
apareció la zapatilla (camioneta de pacos). De ahí todo fue muy rápido. Un paco saltó inmediatamente
arriba del Lolo, yo tiré la camiseta y corrí, corrí, corrí ... no sé cómo, pero en un momento miré pa' trá y no
había nadie, solamente jugaban un par de pendejos a la pelota, pero nadie que me estuviera siguiendo, no se

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divisaba ningún paco. Me di cuenta que estaba muy agotado; transpiré helado, se me apagó la tele, me
pegué una buitreá y me acosté en la misma calle. Pensé que podían llegar los pacos, pero ya no me importó.
Pensé que el Lolo se había tirado nuevamente en cana, pero mucho menos me importó. Lo terrible fue que
el Lolo se llevó toda la plata. Yo boté la camiseta y no tenía ni una gamba ... Necesitaba jalar. Tiritaba, la
guata punzaba de angustia. Traspiraba y sólo logré pensar una maldita cosa ... Necesito ... Jalar. Me fui
caminando hasta el barrio. No podía, por más que intentaba sacarme de la cabeza la maldita droga blanca,
estaba fuera de mí. Si hubiera sido necesario matar por pegarme una jalá, lo hubiera hecho y, no sé por qué,
hice lo que hice.

Sin pensar pasé por frente de la casa del Maricón. Estaba en la puerta, me miró y me mostró una bolsa, ¡hijo
de puta!... Una blanca y brillante bolsa. Yo, después de eso, poco recuerdo. Hice lo que deseaba; jalé, me
recuperé, pero no sin antes haber sentido esa asquerosa lengua y ese horrendo cuerpo sobre el mío... ¡Caí!
Siempre estuve al borde de este abismo, pero ahora caí libremente en el hoyo de la humillación y la bajeza.
No era nada. Corrí, tomé conciencia de lo ocurrido, caminé por los suelos de la nada, ya no era alguien, ni
siquiera algo.

Llegué dos horas después a mi casa. Mi mente se reventaba en un sin fin de pensamientos vacíos de
existencia y futuro. Me sumergía en rabia e ira, despojado de lo poco que tenía. Ya no era nada, pero lo peor
de todo estaba por pasar... Entré a mi jaula o mejor dicho a mi hogar, mi madre dormía en la pieza, estaba
mi hermana viendo la tele, ¡mi pobre hermana!, la que yo tanto quería y tanto deseaba ayudar en su eterno
problema y sacarla de esta mierda de lugar. Pero de pronto, mi mente se metió en la nebulosa que me estaba
escoltando y toda la sensación se desvaneció. Ahora vi a una mujer, la que me sacaría de este abismo que
me ahogaba. Me acerqué, la abracé, la besé, toqué todo su cuerpo, descargué mi impotencia en su ser y, por
unos segundos, encontré la hombría que me habían quitado. Sentí sus mudos quejidos... volví a ser un
hombre. Podía rugir de nuevo frente a esta monstruosa vida que aplastaba mi cuerpo y alma que llevaba a
cuesta. Pero fatalmente, como todo en mi vida, me di cuenta que mi madre miraba, su cara estaba
destrozada, llena de lágrimas. Si antes estuve en un abismo, lo que ahora se me venía encima no tenía
nombre. Si antes de esto yo era nada, nada era algo...
Mi madre tomó a mi hermana y salió corriendo de la casa. Ahora estoy solo, con la antigua pistola de mi
viejo, recordando como caí en este barranco de angustia y desolación. Miro el futuro, no veo nada, no hay
mañana, todo se acabó, aunque esto lamentablemente nunca empezó... Mis narices sangran ... Meto la
bala ... Apunto a mi cabeza ... Disparo ... Imagen borrosa ... Oscuridad ... Luz ...

LA CUARTA. 27 de Febrero 2001, La Pintana.


Un suicidio ocurrió en la madrugada de ayer en la Población El Castillo, en el sector sur de Santiago.
Vecinos dieron aviso a carabineros de la 41º Comisaria de La Pintana de haber escuchado un disparo en una
casa del sector. Al entrar en la vivienda se encontró el cuerpo de un joven con un disparo en la cabeza. El
joven tendría alrededor de unos 18 años y fue identificado con las iniciales E.D.G.E.

Después de la lectura. Responde las siguientes preguntas.

[Reflexionar]
1.- ¿Qué sensación(es) te produce el relato anterior?

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[Localizar información]
2.- ¿Qué fue lo que empeñaron antes de ir al estadio?

a) el carné de identidad.
b) una bolsa de cocaína.
c) una chaqueta.
d) una camiseta del Colo-Colo.

[Localizar información]
3.- ¿Cómo se llamaba el traficante?

a) El Güiner.
b) El Maricón.
c) El Lolo.
d) La tía Mari.

[Localizar información]
4.- ¿Cuál es el nombre de la botillería a la que van el Guarén y el Lolo?

a) La Dorada.
b) La Patada.
c) La Reina.
d) La Grandiosa.

[Interpretar y relacionar]
5.- ¿Qué diferencia al Lolo del Guarén?

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[Interpretar y relacionar]
6.- ¿Qué quiere decir ‘no le pegai ni al quinto bote?

a) que el personaje era malo para ‘bolear’ la pelota.


b) que el personaje deja rebotar mucho el balón.
c) que el personaje era malo para jugar a la pelota.
d) que el personaje jugaba como Diego Maradona.

[Interpretar y relacionar]
7.- A qué se refiere la siguiente cita: ‘El Lolo estaba cagao, igual era buena onda, pero no salía del barrio a menos
que fuera a cogotear y volvía inmediatamente pa' hacer la compra. Esa era su rutina diaria, era su vida y no había
nada más’

a) a que el Lolo tiene una vida con la cual se puede estar satisfecho.
b) a que el Lolo tiene una vida libre y responsable.
c) a que el Lolo tiene una vida sin escapatoria.
d) a que el Lolo tiene una vida fome y aburrida.

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[Interpretar y relacionar]
8.- La siguiente frase: ‘Ahora vi a una mujer, la que me sacaría de este abismo que me ahogaba’; puede interpretarse
como

a) el momento en que el Guarén toma la decisión de violar a su hermana.


b) el momento en que el Guarén recapacita sobre violar a su hermana.
c) el momento en que el Guarén se da cuenta que esta en un abismo.
d) el momento en que el Guarén piensa que ha perdido su hombría.

[Reflexionar]
- 9.- ¿Qué refleja del protagonista la siguiente frase: “-Por el albo hermano -le decíamos a los culiaos- y
eso que soy de la «U», pero qué importa, ya dije; dinero es dinero”-?

a) que al protagonista no le importa lo que pensaran de él.


b) que el protagonista es hincha de dos equipos a la vez.
c) que el protagonista intenta convencer a los hinchas de Colo-Colo.
d) que al protagonista le da miedo decir que es hincha de la U.

[Reflexionar]
10.- ¿Qué relación puedes establecer entre el contexto en que vive el Guarén y lo que hizo a final del relato? ¿Pudo
haber sido distinto?

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[Reflexionar]
11.- ¿Hubo alguna forma en que el protagonista pudiera escapar de la vida que le tocó vivir? ¿Cuál crees que era esa
forma?

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[Reflexionar]
12.- ¿Qué piensas sobre la forma en que murió Esteban Daniel González Espejo? ¿Hizo lo correcto al suicidarse?
¿Cómo debería morir una persona?

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