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L.

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Nof¿s de.la tradactor* al mglés

Más que poema, RudalRue es un viaje, una experiencia específica, localizadar peruana, limeña y a la vez
común, colectiva, compartida por muchas vidas urbanas contemporáneas. Mientras que RudalRus monta
a la lettora-pasajera en un micro-un mini-bus público de bajo costo-en Lima y la transporta por
la ciudad,
cualquiera que haya experimentado la fatiga de volver a casa en un vehículo urbano atestado reconoce
las sacudidas agota<ioras sobre caminos irregulares, el calor de cuerpos apretados, el hedor a comidas,
a gases y ventosi<lades, y los rostros extraños--sin embargo familiares-que pasen
entre las sombras ylalaz
que se desvanece.

El chofer se vuelve nuestro guía, ya que la voz poética regresa constantemente a su nuca, llevándonos por
una ruta obrera pobre de Lima' Podría ser cualquiera, pero el poeta sugiere que, en las notas que
acompañan
una edición previa (y qu* se incluyen aquí), el viaje empieza en la uitima cuadra de la avenida Abancay,
agarra una curva que pasa por una plaza dd toros (la Plaza de Acho), por encima del río
Rímac, por mercados
callejeros, y luego por las lomas de Acho y San Cristóbai, hacia la carretera que une las zonas
diversas de
San fuan de Lurigancho. El poema está repleto de referencias a Ia cultura popular peruana
que señalan la clase
social y ei trasfondo cultural de los pasajeros: el Cautivo de Ayabaca, estatua de Cristo del norte
de1 perú,
destino de mitres de peregrinos anuales, a qrrien se le atribuyen milagros de sanación; Ia (siempre dulce) imagen
de la virgen del Carmen; la Beatita (de Humay), uria milagrosa. cuyas fotos adornan 1os
espejos retrovisores
de los micros; las estampitas reiigiosas. Hitos de huaynos (baladas tradicionales
del área *airrr) y otras músicas
populares permean el pulso del poema. Un ramito de ruda que cuelga del retrovisor promete protección,
o capaz una pizca de suerte.

Por una'comirinacién de lenguaje y arquitectura gráfica, el espacio físico envuelve la lectura,


viajarnos en
sacudidas mientras el micro atraviesa caminos desiguales, dando tumbos y parando de repente.
Somos testigos
y nos hacemos cholos/choiitosi/ cholas/cholitas-mestizos y mestizas de clase trabajadoá que pueblan
el micro y el paisaie ¡¡rbano por el que transita. Olemos los gases de escape, los olores corporales,
ias comidas.
Escucha¡nos la rnúsica ambiental-no sólo la radio omnipresente, tarrrbién los frenos que rechinan,
el parloteo,
los niños que lloran, las monedas que tinünean, los eructos, los suspiros. A ratos nos aprietan otros
cuerpos,
o bien se nos permite descansar la frente en un frío pasemanos. Sentimos el ca¡sancio d.e cad.a pasajero,
un agotamiento profindQ, compartido. Y nosotros, también, nos preg!¡ntafiros,
¿de dónde diabios ha saiido
este viento'i

,9'
van aquí algunas refereucias, y el uso de algunas palabras en el castellano de1 Perú:

las escenas del texto acontecen en/desde un micro {autobús chico, repleto de gente y del cual la gente va subiendo
.y bajando), justo cuando éste, en Lima, deja la última cuadra de la avenida Abancay, y agarra la subidá en
curva del puente que da directamente a la Plaza de Acho; el rnicro cruza e1 puente isobre el rio Rímac),
atraviesa la zona de mercado calieiero frente al cerro y las lomas de Acho y San Cristóbal, y luego enrurnba
hacia la carretera que une todas las zonas de san )uan de Lurigancho (unó ¿e los distritos il.ooi de barria-
das y barrios populares de Lima); Abancay y Acho son dos de los lugares con más concentración de gente
y tránsi.to en el centro de Lirna

algarrobo: árbol frondoso dador de sombra en la costa peruara; su fruto, la algarrobina


beatitq:la Beatita de }Iumay, milagroso personaje, cuya foto se ve a veces junto al espejo retrovisor de 1os mi-
CTOS
cagerse enlanoticia'. no prestar oídos o restar toda importancia a algún aviso, norma o llamada de atención
caídola de, comútvrrante, el palto o el níspero: persona clistraída o tonta, o que fácilmente cae por tonta
caria: timón de un vehículo motorizado
cancha'. maíz tostado, y también extensión abierta (equivalente de "plaza" en quechua, en ciertos contextos);
como cancha: en abu¡darrcia, de ahí gmte coma cattcha: una multitud casi; abrir cancha: dejar libre
el espacio, para que alguien o algo pase; cot cancha'. con desenvoltura, casi desvergonzadamente
caseraf o: vendedor/a de mercado, a quien uno habituaknente le cornpra
Cautiva de Ayabaca: Cristo popuiar venerado en la región norteña de Piura y Tumbes
cobradar; la persona que cobra los pasajes en el micro
cocha: extensión de agua, riesde charca hasta laguna, hasta már
concha.la parte exterior del órgano sexual femenino; sinvergúencería, como en qué tal csncka, o es6percone es
biencanchuda;desenfado,como enmétetealafiestaconconcha,sinrespeto,sinrepararenobstáculos
curpado'. agachado, encogido
gualdrapa: carne fiaca y llena de nervios, y a veces grasa, que en los mercados populares se vende como la de
más baja caiidad
Ituarango: árbol ftondoso, de oiorosas flores amarillas-anaranjadas
maestro: aqui. el chofer de micro
p6nce: envoltuta de1 maí2, que se usa, entre otras cosas, para envolver humitas {especie de tamales de maíz
tierno)
placera:vendedora de rnercado abierto o caliejero
ruda: plxúa pequeña de flores amarillas, usada en cu¡aciones; se le atríbuye la cualidad de traer buena suerte
(hay quienes hasta se dan baños de ruda), razón por Ia cual es frecuente verla en vehículos de transporte,
en las lunas delanteras, entre irnágenes de santos o crucifiios o rosarios o símbolos patrios
smcillo: dinero en rnonerl.ps sueitas, 1o que eü otros países se llama "cambio" o "mefludo""
vwanderu'. vendedora de frituras en cailes o mercados
Sobre elpoeta

]osé Cerna nació en Chachapoyas, una ciudad en la Sierra Norte del Perú. Después de un largo período
de migración, durante su infancia y adolesceniia, por pueblos y ciudades dei norte del país, se estableció
en Lima, donde vivióhasta 1986, año en que emigró a los Estados Unidos. Ha publicado poemas en
revistas y periódicos, algunos de los cuales han sido incluidos en las más importantes antologías de
poesía de su país natal. Ruda es el primer texto que ha publicado en formato de libro. Se le considera
como parte de ia "generación del setenta", y ha sido miembro del Movirniento Hora Zero (de setiembre
de t97t a marzo de qlzl. En Lima hizo estudios de lingüística amerindia y en Estados Unidos rle
literatura y estudios latinoamericanos. Ha sido profesor de lingiiistica en la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos (Perú) y de literatura en la Universidad de Minnesota y en la Universidad de Texas-
Austin. Actualrnente es profesor de lingtiística hispánica y estudios latÍnoamericanos en Carleton College
(Minnesota).

Sabre la traductora

Anne Lambright es profesora de estuüos hispanos en Trinity College (Hartford, Connecticut).


Ha publicado libros y artículos sobre temas de género, etnicidad, derechos humanos e identidad nacional
en 1a literatura y la cultura andinas. Actualmente realiza una aatología crítica bilingüe de obras teatrales
d.el Grupo Cultural Yuyachkani.sobre temas de derechos humanos.

.9
váse encima lel aire esa música metálica
base su nuca
sosteniendo el propio puente que nús parte
llamas los cabellos que
la luz que ei cerro derrama 1es baña 1as caras
tfl.rilcas las testas
jala al agua la lengua en la garganta seca
el vaho agobia los k:rnos
pero ya viunos ya que ya ava.nua el carro
al pasar
viento encerrado e¡i escenario de fierrosy
qué habrá, pues, qué
qué puente la parte que
se nos parte el a1zua
atravesemos el humo qtte al otrc, iado hay flores
y sudamos y sukramos y ya suben
tallos que entre liantas se clavarr
suire eila su anca
y avanza jalando 1o:; bultos ",J

el grito, el fuenazo, .v suben, suben


roza tra sien la flor
y bajan
baian, la curva se irunde en la loma
pero vayarnos pasando
que si no, después la amontonadera
aliento que roe al dar el aliento
crujen tras l.as orejas cie esos ciuriadanos chispas
va el vaho raspando los brazos
bulla tanta
que la criatura se asust¿L
trr aquel niño caheeea y cabeeea
la imagen a cuestas
cómo pesa, iiebe ser corazón bordado de ptrata
será el cautir¡o de ayabaca
o puro hueso y talvez gualdraoa

,i
oyes talvez alrí córno
sierr entre lornas
retumba rni cabeza

vayan avanzando, y al"isen con tiempo


por las nari"ces, de las orejas
por: entre chapas y flejes, va escapando un soplo
de entre un Pie que aPlasta
y un metal que contesta
de entre pecho y espaida salido
tintineando contra las lunas
o nomás
una hebra enredándose en:re 1os huesos de la ma.dre
d.e rato en rato
risa que jr.lega entre los dedos del niño
y de alií va
a lamentarse eritre las barras
a rurniar sus cuentas
sujetando en la pr:nta de su pañuelo
su día sencillo
polvo que flota entre la loma
y el espejo delantero
viento hembra, brisa macho
criaturas del aire
el rnaestlo lornuCo
y e}ángel ese que tieso nos mira de reoio sin anímarse a hablarnos
ahí se las arreglan
cháchara ésa en que se agerran
el áagel flaco se matda
por los huecos de su tartamudeo, y rra e1 maestro
panzóit y sudoroso
ensartando un silbido
en l.a cana

.9
vásti la nuca
trozando la luz
al puente suda su frente

se desprende
se disuelve en las gargantas
dolor aderntro de los tiuesos
cada que en seso se para
y en cada cara se arrna
una pempa donde las caras se alborotan
cuánta anretadera
dice la joven
envuelta ya en manchas
hasta mi pecho por esos fi,erros vie:nes
vienes, a ver si recuerdo
ei nombre dei remedio ese que te alivia los pulmo:res
que quizás ni se pueda ni baiar

de las ensás se le alzan h,iios


de mi boca se esparcen pétalos
quiero ciecir
un eansancio
y rumores, pero qué enredados i*s cal¡les
que arrancan de sus pies y relurnbran
en el poLvo que entra por las lunas
tienr.l¡lar:
los brart¡s que nos sostierren
raya tu cera un ciavel
duerme mejor, rluerme
qu.e yo iré aquí aguantando el pesc de tus párpados
en la meriialuz en que flotan tlrs sueños
sus sienes al cieio sostienen
base su aire
adentro del aire

por los cables van


Ia hembra de1 aire, el macho de la brisa
sn ruidoso footarn;ento emariilea en la oscuridad
chispas que en elpelo de esa mujer se enredan
chapas que ia desencajan
¿pero qué pueate la junta que asi la parte?
encime flores, abaio ternblores
¿cu*:tos abdóraenes traga su vientre?
¿cuántas bocas tapa sui boca?
¿hey habas, hay panzas?
y si el niÍio acaso hal¡lara
y aun si apenas respirara
¿cuántas muertes traeria su aliento?
}a junta así el agua y la. par:e
¿entonces l¿L muerte su pecho ias tab.ias?
¿hay cintas, hay crines?
¿hay iiaves, hay cu.estas?
de rluién rozamos la nariz gue nos rrlzamos
eon la espald.a del vecino
manchas de gente en , n*_
para qile por sus leirnos se desmoronen ruces
la nuca se hunde en ia loma
pero no, no se afa-rren
rnuéva:lsen, al costado
o al fondo, avancemos, que al offo larlo hay hurno
atrza tra manLr
la trenza 1o roza
la tumba el suefio

pero no
n0 se caei sólo está
rec,rriland<l
ferozmente ernp,;ñada en tu cuidado, apartando moscas
y sudores, y peinr.ntlo
'ii:"s clavos con esmero
y, cómo no, abarcandc
su propia pequeñez

aimr{ue ie pesa, ie pesa, y por eso pregunta y'preBunta, desfogándclse


¿qué' hay un pueffe?
y así dare y dale con la trompa
¿qué, hay un puente?
¿no ves? alzárate, pues
sí, ya, y vieras las flores
y anaranjada la caja del agua
cruje 1a palanca que baja de su diestra
y conecta con la puerta delantera
cada que rasea sus fierros
el ilanto de la criatura
dolor adentro de los huesos
en la curv¿L que se abre y se cierra
adentro. o afuera
roen 1o"o soliozos el vaho del río
el espejo mayúr;culo
rne arranca la cara
bóveda )¡ tu cabeza
se coml:a al agtLa
trunca

io caras que larirosas


dice, y cuánta apretadera
en la medialuz en que flotan los sueños
no puedo ver sino
un muchachito que cabecea
prendido a un fi.erro del ar¡iento
y la mujer esa con sus bolsas hundida en la sombra
preñadera ésa de todos los días
canasta de luceros' sí' pero
euánta apretadera
ves talvez entre el humo
el agu-a le calca la cara
ia nuca del maestro
oyes talvez o ves
la luz que rasga y resga esos trelros tirados contra ia caja
suben y baian
la puerta trasera. se abre y se cierra
las estampas, sí, las cadr3nas
la múslca que ei rad-io se chupa
la Cuice imagen del carmen
cuánta apretadera
coitlo para que dejes de estrrrte escarba.ndo la memoria
y sueltes más bien el rolio
y vayamü§ pues
vamos pues, voy pues
a aguaitar esa gent€r

,t
oiga, usted, ese ro§tro
triste el niño que fue insultado porque escribió la u al revés
ccmo suda ese monedero de hule
cómo hurga en sus propios fierros esa joven' cómo así
se me derrumban ras vocales
entre tes Y erres
crujen los nudillos
tintineando en las cejas y tras latas
el hambre va eolgando de un alambre
oiga, usted, cómo se le ocurren
aqul esas ventcsidadq;, que el cuerpo puede, claro. discretamente
y suave no más
y puede el río, claro, sencillamente
chuparlosdesagües,pero . , , ,-
qué tamana manere de homerraiearnos ias narices
oiga, usted, ese rostro
ese rostro me:merece profundo respeto

tras les achiras chillonas, tras


las conchas Y corales del Pasillo
ei sueño ia tumba
avanzan al fondo
clavadas en su palanca, con sus bultos
erqu€en los Pescuezos
empeñosos cuidando sus Paquetes
giaáioios zarrapastrosos, azulada una rucla
el sueño la carga, a su lado un mudo
arrumatlos, afanosos otros, de tanto
buscarnos, de tanto esperarnos
y ia cabeza::evoloteada de un frenazo
chorreando del espejo malnisculo
ei ángel sencillo
pura menudencia
aquí voy r:nsartando dice
ya,yá, ya, cada quien
dice, y cada Erien se rasca
su bolsillo
§u mlserla
con tiemPo, Por favor
despegando etr trasero de la caia
y flaco, se despabila
se nos para al frente
se estira, asareado
y torpe avanze e nuestras voces su silbidc enredando
corno si buscara un nombre
va mascando sus palabras
me estoy buscan.do el lado ése en donde sé que me duele
el maestro canturrea
y desafina, y cómo no
la tos
haciéndole ei irajo a 1a mírsica áel radio
ya, ya
sacurle las alas ei ave

ei otro muchachito ya ni cabecea


atareado corno va
- llora
pero cómo ve a, si ya
haciéndole ei !:ajo a la cháchara del flaco
senciilo, sencillo
teje y desteie y reteie el murrnullo
igual no má-q atrás el radio chilla 'bolsas
una mujer se atarea coll sus
su cara una bolsa
cara de lnca eilando dite
quién sabr:á 1o que dice
rlu.lce beatita
¿llegaré a tiempo ai puetrte?
sie:¡npre rne duern:.o en Ia curva de noche
y ya se debe ester ac¿rl¡aneio y sólo queclará hueso
o talvez gualdrapa
clrdce imagen del car¡nen
el hueso que cuelga dei alarnbre
¿a dónde llegaré?
ye, ya

,t
y sí, rnientrari tanto
d,uerrne
duerme, a ver si
así afloia la mancha que agobia tus pulmones
tu bostezo una plurna
flota entre mis orejas
y baja y roza
el arpa que te ronce en el pecho
la flor de huesos
la mar de llantos
¿pelos? clavos
rluerme
ya,ya
que aquí talvez te sosiegues con , .
la música de un peine que pasa entre tus pelos piof osos

el s*eño la parte
cuánta apretadera, ta:rta
que sería bueno aflojar las cinchas
que dejaras ya már;bien de estarte adornando
y atravesáramos más bien
que soltando riendas entonct:s cayeran
conchas
v corales
aguaceros c¿ue en ias traucas y tropeles y eses plurnas
que si nos abriéramos cancha
entonces latas, alhelíes
sacudiendo el sencillo eri ia bolsa
que le ¡rarte la panze
achiras desg*rrail.as
testas com0 torres
rtrue ahrrra me están nubla¡do la vista
y detrás de sus orejas pelos
y entre sus pelos puentes
qué más puertte que la luz c¡uc trota entre üs ceias

,,.
atra\resar las flores que a1 otro lado hay hurno
una canasta, dos costales, la mantec,a
pasaf
con el polvo ese que se filtra y se fi1tra por las puertas
que al subir entonees
saliéramos
o entráramos, entonces, digo
Y entramos
bajo el arco de

que tanto tiempo afanosos tendieran 1a mujer )'el niño


entramos
iy, puta, qué lindo es entrarl
que 1as cintas que les brot"an de sus bocas
que el llanto que sus muelas despedazan
que el aire que :ie esparce por sus suelas
que ia música que les saLe de ios troncos
¡r qué bueno encontrar
a la mujer (lue regresa
a s¡,r día grandioso entre espejos y costaies
la brisa te ro:¡a las cejas
a1 joven que va
aspaventosa el ave
rematando los zapatos
tus pelos pétalos que el aire
la imagen bordada de plata
pesan en cintas iágrimas zurcidas
puro aire, y talvez gualdrapa
qué bueno encontrer
en la mancha
gentes que se encuentran ile tiempos
manches que se affioÍtonen en un*"
rutes talvez de otros conocidas
conocidos talvez de otras rutas
espaldas entre r:l puente y Ia pampa
cuellos ü0n en común ur¡ resrrello
y el cerro
adormeciéndose va
aquella:nujer
cansadísima, que en 1a ma¡ta lleva
los alanrbres, los ovillos
que en ei vientre lleva
el cuerpo del h.ombre
o acaso la doblega
la sombra de la música q1le su cabeza derrama

desde el fondo del espeio


nreticuloso va recogiendo sencillo
tesorú que Ia noche desfoga
riega sus poivos meticulosamerite
oro que el amanecer ígnora
plata que nadie de Los aquí Fresentes toma en cuenta
cansados como van
cansados como van

un rnuchachito abre la. boca


y atrás de su bostezo
sus peios péta1os que el aire
y el aire
irer¿lbre que el aire trae
y atrás de ese bostezo
rc¡e encima del puente la voz
desenredensen trra, pero ya, ya
e1 tlaco carraspea clareándose la lengua
sencillo, por favor
y se anima
nG voy a cerrar 1os oios aunqile ei vaho invada
sudoroso
se arranca con ei rolio
para el pecho del mundo
sencillo, por favor
seño.r:as y señores
para su espatrda que nos pesa en 1a frente
para el pan y la yerb*
atracándose
para el cemento y la arena
para la adolorida giba de la vida
si me perm.iten
alharacoso
atarantándose, pero slgue Y sigue
colno sí con tsftL{sirna- gente
aquí acaso hubiera mucho campo
para que así aspaventoso venga y vaya
desrnondc¡ngándose entre las barras

y atrás de ese bostezo


rozá apenas el vientre ia voz
entre sus trapGs
vientcl encerrado en esceuario Cte fierros
flota ia música r¡retálica
que quién ha ya de tener en cuenta
no tú, lavandera
afanados como están
turbades comc van
no tú,'uivandera
tumultuosamente ajetreados entre sus buitos
af,anosos
se les tuercen ios pescuezos
de tanto empeno
y hasta tú telvez te turbas
placera sornnr¡lienta y risueña
ambulando en el remanso de caras
y nuc*s delorosas
troncos que el peso del puente agobia
co¡onillas hu:nea.i:dc sueño, porque en el pech.o eaias

t3:i es:iue nd.os¡ caoeza


i= t;.; :: -T: :-*¿ l.- i-:r-rr:-'--'--) == i :,r::;,:::-:::::-:
damas y cabaileros, el que les habla
así corno me ven! y han de pensar t:alvez
' no todo lo que no brilla no es oro
y hay cosas que nCI pareeen, y no son, el que les habla
tablas de mis brazos
e1 ciavr: que en ia nariz ,. n r*it*tdidamente
joven estudlanre
a.pu-yándose en los fierros, y se cayera
y el ojo reventara
no fuera por
tanta apretadera
llama,llarna
a cada sopiido sufren ias canas entre sus clavíc,¡ias
anur:ciando
en este santo sudor que nos bana
desde tan lejr:s estas anCas a cuestes
en la' lluvia de rel*mbres
unos rnascan er aire, otros
escupeil. al cieio
todos desembuchan
billetazos
moneditas
papelitos van, pa.pelot*s vienen
rellenándole e1 .bnr:he

entrrs todas
due;c ¡.baio dei vientre
¿rosa? ah, si, sí, su suelio roza la luna
la lateral, la polvorien,;a
entre todas las n:uieres
nace de adentro esa tos
nadie sinn ella
nada sinc Lavoz ensertando
:1o temas
fea voz ese humo crue rosado
la boca e:rhal¿1. y fiota
sobre su blusa negra. voz challcada
de una boca chueca
rnoz al revés, flor e::tre fierros
voz raspando,¿la o¡res?
vryz ái fin, roída
ia c,ir"rvn se latra err la loma
cu;'¡ilo dice bajan y n* baja
cuando no clice bajan
,¡ baia, cuanco no dice i:ajan, y no baja y se está ahí
r.-1-'1..^".
LL¡Uút'Ji.rié

:-¿ ,.--== .:.:: --.,-:-*;


',--:;.:: .-f . i- :-.*;= i:- :;n¡::
.--, i- -..
le harce el bajo a la música del radio
maldito oro
al huecc¡ van a dar nue§tr:*s afanes
maldita plata
rieg' generoso el sudor
que se io coman todo
ysucloclavandosuboc¡rzaenlasorejasdeiosplesentes
andará seguro caiculando
para qué alhalas, Para qué Percalas
se dobla Y Pide
por este luz que me alun:bra
pesado este corazÓn
por el p"'le$te que nos sostiene
con estas iomas al hombro
desde ei fr¡nd.o del espejo, y en la cutrv& no más
será el cautivo, y Las santísirnas andas e clrestas
ahí le van Y le van
rno*edas. monedercs
dénlen, dénlen
hasta que ,se harte, y se canse y §e a"tÚre
rellénenien bien ios boisillos
ernbutánlen las orejas
taquéenlen los huec*s
con el aserrín que en er *iro se arnontcna

hé aquí
las tr:enzas que te trenzan
casera, el aire que raspa adentro del aire
hé aquí' placera
sombra rabrada en chispas
con 1as ra.bías enlazadas en la nuca
clavada aguantando el peso de las puertas
hé aquí
- los bultos que arrastras desde el fondo
dormida y despierta
sosteniendo el propio puente que nGS parte
cargircla ya de aromas ya 1a ruda se ladea
rarno que ata la rnuerte
ramo del nacirniento
nuestras il1anos desenredan
nxrestros Pechos borbctean
en la luÍa P'olvorienta
raja la pampa la imagen
tu balbuceo Ya no nos sostiene
el gozo'.. ¿tu goce?
los goznes a'na1o 1e t:¡itc ilr:¡r:c ., j ^ fli espalda
1 1

esc \,lerit3 recostad.c a


'Lul Irarc tiraáo iunto ¿ 1as cllas
-. -'...:: :'*:'-¿:, : :-
:: i:l:,i ::-:.:a: - -: -\ --.: - a:- -
imán 1a trompa
tanto que ya le pesa
pero cílmo pues
así hunde sus codos en el vecino meditabundo
vayan avanzando
cómo estartrpa la voz
que el niño se espaüLa y escarba nerviosamente ios pabilos
cómo pues' trabajador d'esocupado
cémo pues ese burro se permite
si aquí hay tan poco aíre y tanta apretadera
y dále y dále, caballeros
córno no, jovencito. señorlta
su pecho 1o cruzan diez brazos
soles qu.e rayán e1 espejo
aspas que le atracan el aliento
y le perrenecea
y ahora ava:.:lza reculando
tai sí buscarx une cara y se atracara
en la cuenta del vuelto
senc:rllo por favor
joven e-itr.rdiarrte
ertsartando sus puios entre ias voces
maestro despedido
chu'pa y chupa' ]¡ ya no qneda ni el aire
ni etr hueso ni er alarnbre

ave, cesera
tremendamente iaquietos
gesticulan
cada quien se guerece -*§?;lH"¿estentóreos'
otras, súbitas, se acuerc,an que quisieran tr*iar
en 1a curva
una muchachita
avanza, tunr.ultu.osa, entreverando
palabras, va nrascandc ei aire, ya, ya, claro
ambulan«io en sus trepos
aliento que se traba y se destraba
n0 ternan recibirla
tú misnn eres
que de un solo golpe tu puerta te d"esploma
y cayer:do de tu frente el. arco se des'barata
música que
cruje en el tejido de huesos y de nervios
apurado el viento zafa los eerroios
ya sin ci¡chas, ya sin sueio
ya qué L)mos, ní qué bridas, rii o¡ié aácrmecimiento
-as coroias se ii,atar-
el que les habla
sus pelos clavos
ia- cara. ia nranctra 1os granos que pican, ,"11.
codos troncos
el clavo qlie en la nariz nos illeter¡
su boca la gra* chapa dese*cajada
el que 1es habia
te§oro t{aseio §e rnea de risa
señoras y señores
respetuosamente
pasaies' pasajes ingle
hinchada ya la boisa que arráncando de su
se ie a¡nontona en el esPinazo
hasta ponerlo en cuatro
el que les habia
entre las patas arrastrando 1a gualcirapa fbrmidable

la pampa la cara ios granos las caras y codos


se rel-u,:ive en la masa aguachenta los
se le Pegan a las nalgas
los tal.ones se le hlulrien en ias orejas
las tet*s las fiores en las íngles
¿costuras? ¿ojales?
un grito re'¡entandq: en los oios
e1 que les habia
se ca-gs en 1a no:ic.ia

se ,leiaran )ra pr;r3s de tanto *spaviento

a qué esa alharaca, aval:cen ai fondo, o vayan baiando no teman


que de la cana se encarga eualquiera que quiera
caLma, caLma
que siempre me duermo en la curva de noche
no temas, placera
Ya Para quá
va
t -- no i
--- va vienes
hecha trizas, hecha frenos, ileeha manchas,
vienes, a ver si me acuerdo
Ya ni cómo que te vayas
n0 se asusten
que recibe el érgano zumos divers«:s
y se pone granáte d.e entusiasmo
rosa feroz que se conrprirne irasta ei llanto
ba!an, baian
que el1a, ansiosarnente tarcla
va a alzar ei cuerpo, ávidamente, para
traslacar el aire de sti vientre
a nuestro airt:
lue.'- e. ¡l.t= :.]::;l- ¡ ::- a':e
damas y caballeros
maiestuoso en el espejc mayúsculo
infl.a la jetaza
damas y <:aball.eros
veiiga municipal
ciudadanos
mondongo capital
e¡nocionado y tembtroroso
tartamudeandc su propia música
rebosante con nuestros bultos
zarrap*stroso
únir:o piojo en el ombligo descomunal
ia coLa ia única teta
a qué pues tanto misterio
si todcs sabe¡nos qué frijoles se cuecen en esta paÍLze
ast como me ven
a qué pues tanta de,iicadeza
al reventar de las canchas
las corr:las se elilata,
al tronar de los pedos
las tu}:as se desatan
a la lluvia ral¡iosa de las flores
resuena la trompaza

aPur:a que aprietan ia ladera ios temblores


alcánza;ne ese
bianco' endereza esa estampa en la repisa
en ese fraseo hey aicohoi 'paño
para que te linirpies esas mallos
apura que ya ra)¡an las lunas esos rayos
rnoja en e1 agtra hirviendo esos trapori
que afuera se zafan los picos de 1as aves
y' se enredan las cequias a mi llanto
ciega de &romas la ruda titubea
lus péta1os peg",los a ios párpados
dále y <1á1e esas manehas en las lunas delanteras

no osara su luz ia c;rbeza quebrar

cuando me olvide, cuando veas


que mi abandono ni.e destroce
y llore
y hasta veas gue rne r*uero, no llores, porl etr pulso firme, tiempla la rna.no
recíhelo, recíbeme
Eu.e :nerece su luz labrar la cara
y cortá

ei corCón ese con esa navaja bien iav*da


la caja el estrado
el balcón ei pecho
cacófo,no celeste
verba riega
etr eructo por tanto tiempo atracado en tu cogote
le parte ias narices
verbo riego
la boca la trompa bañad.a en pé*plos
la iengrra
ei trozo de caea que no cesa de salir
el que les habla
cintas que e,, tu jeta tripas desamarran
la baba melodiosa en que se ahoga
cequias 'se chorrean
cafro dei erjete urban, '*t
,ot ahí te desmondongas
basr¡ra oe 10s hambriento.
te vas en caldo
desagüe de Ios sedieritos
ei que les hal¡la
en las raices der árbol en las patas del bruto
nuestros caudarr:s
cornucopia desparramados por el hueco dei

no tentas
házte carmpo
desahoga
el berrirlo
faz cntre Ítrores
crin entre fierros
a-ligera
tus ancas y su miedo
lo recibe
en Ia rnitad de su lianto
lo palpa, 1o soba
amarra fi.rrne, ahí. no
no ensu_cies el pañal
y dejaras ya de estarrne tafi.to anunciando
y te fiiaras en lo qne haces
sujeta esa j*r.a
arnarra bien esas aguas
así dorrniCa la anciila clomini a su lado mira
se recueste en la lun¡-
acomo<ia en su pecho a la criatura
(iue ya pare tra vü2, q$e sufre, que sufrimos
su tardanza
:;u brusco freni--r
su atroz estat.ue
\" F¡: aIirOS
:i'i: : -,1i a.,r
tanta que ya nos ciega
tenaza, la nuca, el puente
aldabas del,rgua
estamoas, y curva de su frente
bajan, bajan
atraviesan el humo qte al otro laclc hay humo
tantísima agurr desperdiciada
verborreas
ecarreas
gente c0rn0 cancha
la cc,cha esa en que la ciudad se derrarna

tante que ya nos ciega


entre pancas, entre cajas
coronados de cansancio
uncidos al imán
ei espeio en la pampa
y e:n ei arra de mosees negras y verdes
' sobresaiiente e1 rnuchachito
sur; pelos pétaics que i:l aire
enrollaban meticulosamente sus boletos
y rneticulosamente enreoado en su acto
de cuclilias el niño, en el basural
dibuiando en la tierra
ccn un palito
:¡reditaba v rneditaba
fue entonces que me puse e meditar
I¡nstezaba
y frre ento;ices que bostezaba
y decíe
señoras y señores
j ovencito *s, s eñoritas

darnas y cabalieros
el qrre les h"abla
así co¡na me rJen
y hablaba y hal:laba
diciendo lo que hace muchr: rato estaba diciendo
y dice así

,F
tallo el cuello dei caballo
y flor su crin
llamas 1os cabe.ilos
la luna la roza la ruda
el agua le calca la cara
adelante fioian chispas
ay(r cayeron garúas
hoy ternprano aguacero
pestañas ad.ol.oridas con qüe eL cieio
quiere pegarse a la pampa
va y viene el bruto y üota y
no orina, y, claro, tampoco trina
'l:oca suave
la rarna su arlca, rasparr
ios sunchos 1as pancas
roza apenasr el alambre
con sus orejas
ah, burras orejas
elaire colgando del hambre
truenan sus cascos en la bóveda del huarango
su penze melodiosa
digo, ¿te acuerdas de esas tarclas
de esas tripas que qrreríamos arnarrar a las cañas?
rumor que baja y se hunde
a pudrirse en sus vientres
instrumentos que han regado entre los bultos
rnetaies aspaventosos
maderas preñadas de cintas
1as matas rurnorosas
raspa la tos
coronillas de sudor
la cri¡r ia roza el tallo
]¡ el bruto sigue
y bebe
todas las mer¡chas que vierte ei espejo mayusculo
¿subían?
qué h* de llover ya si todo el cielo se lo han bebido

J
y al decir ya pasen
ya pasa el muchachito
bajo el arco que tanto tiempo afanosos tendieron
entre el puente
y el hombro del ángel
tendieron ia ioven y el ioven
que hable, que diga ya
que ya llegamos a Ia curva
con el peso de los bostezos
ya las rarnas se sacuden
y sueltan su escarcha tros lomos
tus párpados
péta1os que la iuz bianquea
que pasen, ql1e pasen, que ya esc.ampa
retiren esas talllas, aParten esas cajas, arrimen esos bancos
y
campo anchura
para la herrnosura
affanquen esas matirs
vayan pasando
suben y bajan
y esá.s curpadas olisquean ia garúa tempranera
y ensartan hacendosas los hilos que e1 amanecer va dejando sueltos
y esos otros
que agarraron asiento, cómo pegan tanto su cara a los respaldos
tratando
de alcanzar un rostro que nCI pudieron ver en el su.eño
sentadas o parados
Ce ser sombra la labor los salva
el aire que nos sostie¡re
la música que cruie en J.a puerta delantera
que si peraran se deslomara el'puente
y sus propios lornos
y fuera. el aire, y ellos fueran, boquean,lo
talvez no los oigas que
ahorita me está doiiendo ia espalda

.!
¿los oyes?
dice el muchachito
talvez no los oigas, que anda ia voz atracada en la garganta
pero dále
y dále, rnascullando sus palabras
empalmando las canastas y los baldes
a cuestas con su imagen
que pasen, que pasen
se asarea el .muchachito
¿qué pues los traerá por estos lugares?
y han de acomodar bien ios ramos en las barras
ilo sea que se desl:araten
y después haya que estar otra vez yendo a
la cequia
y cuidado también con los rocotos que crecen en el patio
siéntensen, siéntensen
descánsensen
rnientras se orean sus costales
sacúdansen las espaldas, venteen sus granates
acomodénsen
su labor de ser bolsa 1as salva
parados, de perfil contra las lunas polvorientas
sentadas
recostacias err su sombre, y otros apoyados en los bultos
se han repartido formando un arcü
tanto tiempo afanosas
entre tanta tabla fresca
de cajón de rnango y tanto mango
de seguro que los oyes
se 1es ceen sus voeales
la so¡nbra en chispas
el derrumbe del sonido de sus muelas
lamúsica en eL aire

,,.
abran canche, abran concha
ahí viene ei rhclito hablantín tormentoso
acornodénsen
¿puedo permitirme una palabrita?
haciendo torcer a todos los pescuezos
agua para la caballada
¿puedo perrnitirme una palabrita?
ají para ra muchachada
Lavoz en cuello? ¿murmurar?
fervorosamente pegados a las lunas
sus rostros empañados por ei vaho que
ja.ia la lengua al agua
¿tatrvez trinar? ¿acaso tararear?
la curva se pierde en la loma
¿pararán la oreja?
ei puente roza la testa
¿puedo permitirmet
,í, sí, sí puede, sí puede
¿no interrurnpo sus labores? ¿no les cruzo los sueños?
¿no maiogro su digestión? no" no, ya basta, ya basta
que basta ponerse
en el lugar del eucalipto que echa y echa su sombra a la cequia
se amontonan, se empujan
tragan el cielo a trozos
se
vánse a ser raí2, se abre cancha
gesticulante saca pecho
reparte el aire a manos llenas
y dice así
música maestro
si me permiten
sujeta bien el vaso
adelanta un po*o el pie
ia ctra rrlano va i.viene
bajan )¡ bajan, sgben y s*tren
y sincerarnente em.ocionado dice
y dice y eiice y uo acaba de decir
y dice a.sí

.ei
¿De dónde diabios ha salido este viento?

del aiiento que nos empalrna el suelo y la cabeza


brisa apasionada
de entre sus colffinnas y su agua
aire desatado
de entre su crin y sus ralees
viento conmovido

se han venido a pie, se han venído a pie


o en carro, y están ahí al borde
para entrar, o satrir
para bajar o subír
tan modestes estas gentes
yéndose el rato menos pensado por ias rafilas
sus pelos p,étalos que el aire
suavemente clava<las, ardorosamente ciavadas
en la pampa
con su aire de caídos
caídas del palto, caídos del níspero
caídas de cuanto árbol de caídos hay
caídos, pero muy firmes después de la caída
hilvanando los trinos cle ese mango
brisa con aire a viento
iat¡crando al píe rle ese algarrobo
aire general
*ire personal
viento encerrado en escenario de fierros

,r'

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