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Prólogo

-La humanidad-
En los años finales del siglo 21, la humanidad se había establecido en el inmenso e
infinito reino de la galaxia, ya era parte del “C.S.G.”, junto con los demás imperios.
El agonizante planeta tierra era lugar de la clase trabajadora, la cuál arduamente
trabajaba en condiciones infrahumanas. Mientras las colonias eran el hogar de la realeza
y los nobles. Los seres humanos se regían por dos lideres, Charles Zenitt II, el gobernante
de su planeta natal mientras las colonias eran gobernadas por el rey Connor Wratha,
descendiente de la familia más antigua desde que la humanidad saltó al espacio.
El gobernante de la tierra era sumiso ante sus superiores, él les tenía miedo pero sabía
que había que temerle a algo peor, su gente. En la tierra las protestas y manifestaciones
eran cada vez más frecuentes, por subsecuente la represión policial aumentaba su
violencia. La policía imperial organizó por parte del C.S.G., ejecuciones públicas en la
plaza central. La única que asistía era la aristocracia.
El evento que cambió todo sucedió cuando unos manifestantes en un arrebato de ira
irrumpieron al hogar del senador segundo y lo apuñalaron a el y a su esposa repetidas
veces. El violento crimen fue contestado por parte de la justicia imperial mediante más
ejecuciones. El C.S.G. se reunió para tomar una decisión, lo que llamaban anarquía debía
ser exterminada y Zenitt temía lo que podía suceder.

El 17 de Julio de 2107, los habitantes de la tierra observaron aterrorizados la decisión final


del Consejo. Una flota de los colosales cruceros del ejercito galáctico era desplegada en
la orbita terrestre, el planeta se oscureció, se recubrió de una enorme sombra. Las luces
que caían del cielo destruían la tierra del hombre, los reclutas humanos perseguían a sus
hermanos, solo para incinerarlos enfrente de sus familias. Los intimidantes rascacielos
sucumbían ante los aún más grandes cruceros.
La tierra había involucionado en una roca errante en el universo, la raza que se creía
única sucumbió ante el inmenso poder de especies infinitamente superiores. Finalmente
el inerte planeta estalló con un gran destello, borrando eternamente la historia humana.

Algunos de los humanos que sobrevivieron al genocidio, fueron aquellos que se


arrodillaron y se rebajaron ante la invasión, por otro lado la mayoría fueron encerrados en
“La fortaleza”, agobiados por su eterna soledad deseando haber muerto ese día. Para los
habitantes de las colonias aquel día fue una acción necesaria para permanecer en su
seguridad, negando cualquier tipo de principio ético. Las especies avanzadas se reían de
la humanidad tratando los hechos como un conflicto entre primates, con la confianza de
que su raza era demasiado superior como para que surjan conflictos de ese tipo en su
sociedad. El C.S.G. permaneció en silencio, tenían otros problemas ¿Que harían con
Charles Zenitt? Decidieron que sería rescindido a virrey de las colonias mineras, el refugio
de los refugiados pos-invasión y un centro de variedad de razas y especies ajenas a la
humana. Charles sabía que no sería aceptado, pero ahora por lo menos tenía más control
sobre la gente que gobernaba.

-Thraxianos-
Cuando los seres humanos dieron el salto hacia el inmenso espacio en busca de planetas
habitables, se encontraron con un astro con capacidades similares a las de la tierra.
Enviaron un equipo de exploración, un C.E.I. (Comando de exploración interestelar).
El grupo se desplegó en el planeta sin complicaciones, sentaron una base y exploraron. Al
tercer día del proyecto habían descubierto que la zona era rica en fauna y flora, además
desplegaron un conjunto de drones de reconocimiento y observaron que el mundo tenía
una diversidad increíble de biomas . Era fantástico, finalmente habían logrado encontrar el
reemplazo perfecto para la ya agotada tierra.
Al día siguiente el comandante de la tripulación se encaminó hacia el campamento norte,
resguardado por la grandeza de una extensa cordillera de imponentes montañas. Cuando
el comandante se adentró en la fortaleza natural, observó como una esfera gigante se
elevaba detrás de las montañas. Mientras subía el orbe, más miedo emanaba, el humano
que ante el globo se asemejaba a un insecto, huyó. La desesperación del explorador era
evidente, ya sea por culpa del miedo o los nervios, tropezó sellando su perdición. En sus
últimos momentos logró ver como la esfera emitía una luz cegadora, la cuál finalmente se
convirtió en un rayo que devastó el lugar.
Al salir de su asentamiento, los exploradores vieron como el cielo se llenaba de destellos,
los cuáles terminaron definitivamente con el C.E.I.

Lo que los humanos presenciaron ese día, fue la defensa ante la invasión extraterrestre
de parte de los habitantes de Thraxan, conocidos en la galaxia como Thraxianos.
Unos hábiles guerreros que no se dejan intimidar, la especie tiene una fisionomía similar a
la humana. Sus cuerpos son delgados y altos, el adulto promedio alcanza la altura de 2
metros, su piel es rugosa y de un color púrpura, los cráneos se asemejan a los de las
aves de la tierra. Tienen una especie de bigotes los cuáles agudizan sus sentidos, tal
como lo hace un gato, en los costados de su mandíbula tienen unos orificios, estos emiten
sonidos guturales, los cuáles son su medio de comunicación.
Los Thraxianos tiene una historia y culturas similares a las humanas, al principio de todo,
el planeta Thraxan estaba conformado por un único continente donde habitaban unas
primitivas tribus que se comportaban hostilmente entre ellas. Un día un evento sísmico
desencadenó en la separación del continente en cinco distintos, provocando que la
mayoría de las tribus sean expuestas a climas y ambientes a los que no podrían
sobrevivir. Pero al igual que los humanos, gracias a un arduo tiempo de investigación y
evolución lograron adaptarse para convertirse en una de las potencias principales de la
galaxia, y volverse parte del poderoso C.S.G.

-Floyk-Thóras y Floyk-R’ash-

El origen del Consejo, la junta que logró organizar la galaxia, surge de una civilización que
se presume a sí misma superior a las otras. El planeta Thóras fue la cuna de los Floyk,
una de las primeras especies en dar el salto hacía el vasto reino espacial. Su planeta
natal es uno de los más completos en términos de minerales y recursos esenciales para
los viajes interestelares, cualidad que logró que se coloquen en los puestos altos de la
economía especial, siendo el mayor exportador del notrius (Combustible utilizado por la
mayor parte de naves espaciales). Los seres originarios de Thóras comparten el mismo
físico que el del ser humano, salvo por la característica principal de la raza, unos ojos
completamente blancos con tan solo el trazo de la pupila, rodeados por una especie de un
negro maquillaje natural. Las antiguas civilizaciones tenían la creencia de que los ojos
podían observar la pureza del alma y juzgarla por sus acciones, lo cuál deriva de la
creencia de que los Floyk fueron la creación magna de un dios creador. Se ha descubierto
que los primeros especímenes Floyk, contaban con un caparazón y piel áspera,
asemejándose a reptiles como las tortugas. La verdad es que los Floyk son el punto
cúlmine de un proceso evolutivo de millones de años, que terminó resultando en la que se
autodenomina la raza superior.

En el año 2104, el emperador Storus le obsequió al rey Wratha la luna de Thóras,


Stellaria. Rápidamente el astro se convirtió en una zona exclusivamente de la nobleza y
clase alta, puesto que el hecho de ya vivir cerca de Thóras, la capital de la tecnología, era
considerado un privilegio.
Al tercer año de la ocupación humana, ocurrió un fenómeno que desde los principios de la
civilización Floyk fue repudiado. Al pasar tanto tiempo en el sistema de Thóras los seres
humanos disfrutaban de la compañía Floyk, aprendían de su cultura, adoptaban sus
costumbres, preparaban sus recetas, al fin y al cabo iban a convivir con ellos el resto del
tiempo de, posiblemente su vida. Y inevitablemente los humanos sintieron amor por sus
compañeros, a principios del cuarto año, las familias de cruce entre ambas especie,
conformaban la gran parte de la población de Stellaria, los bebes nacían con un ojo
marrón y el otro blanco, las masas que se aferraban a las antiguas costumbres, a que los
Floyk-Thóras era la más perfecta y superior raza, a que no podían rebajarse a congeniar
con monos inferiores, estaba furiosa. Tanto en la luna como en Thóras, los mestizos eran
discriminados, las familias eran linchadas en las calles. Los híbridos eran llamados
despectivamente Floyk-R’ash, un termino que deriva de la palabra “Rhukarash”, que se
traduciría al español como abominación Floyk.
La comunidad decidió lo que les pareció mejor, la mayor parte posible se reunió en el
puerto espacial del sistema, subieron a un crucero y esperaron encontrar una mejor vida
lejos de Thóras. Los supremacistas se habían informado del éxodo, por lo que cuando los
Floyk-R’ash abordaban la nave, presenciaron hordas masivas de gente gritándoles,
insultándolos, arrojandolé basura o alimentos ya podridos. El ataque provocó que la gente
intente subir al crucero más rapido

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