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1. Las personas se enfrentan a disyuntivas. “El que algo quiere, algo le cuesta”.

Este dicho describe

que, para obtener una cosa, tenemos que renunciar a otra que también nos gusta o necesitamos. Un

ejemplo: una familia debe decidir entre irse de vacaciones o pagar los estudios de sus hijos, porque no

le alcanza el dinero para todo. Cuando decide gastar un peso en una cosa, resigna un peso en la otra.

2. El costo de oportunidad. Relacionado con el primer principio, antes de tomar una decisión la

persona debe comparar costos y beneficios de las distintas opciones. El costo de oportunidad es “a lo

que renuncia” en pos de conseguir algo. Por ejemplo, estudiar en lugar de trabajar.
Economía aplicada a la vida diaria. Una disyuntiva: cuando una familia decide gastar un peso en una
cosa, resigna un peso en otra que también le gusta o necesita. /Foto: Archivo Clarín

3. Las personas racionales piensan en términos marginales. Alguien realiza una acción solo si el

beneficio marginal es mayor que el costo marginal. A estos cambios marginales, o en los bordes, los

economistas los llaman “pequeños ajustes al plan original”. Por ejemplo, una línea aérea debería

vender un pasaje más barato si su avión está a punto de despegar con asientos vacíos, ya que obtendrá

mayor beneficio si logra llenar la aeronave.

4. La gente responde a incentivos. Los premios o castigos inducen a la acción. Por ejemplo, si las

manzanas bajan de precio, la gente no dudará en comprarlas porque comprueba que con menos dinero

se lleva una misma cantidad de frutas. Las promociones, en forma de descuentos, parten de este

principio.

5. El comercio puede mejorar el bienestar general. El intercambio comercial permite que cada país

produzca lo que hace mejor y obtenga lo que hacen mejor otros países, lo que resulta en un beneficio

mutuo. En una familia, entonces, es razonable que cada uno haga lo que mejor sabe hacer para que

todos obtengan un beneficio general.


Economía aplicada a la vida diaria. Las promociones en forma de descuentos son un recurso basado
en la actitud de los consumidores, que responde a incentivos. /Foto: Archivo Clarín.

6. Los mercados organizan la economía. En 1776, Adam Smith describió a la “mano invisible del

mercado” como un mecanismo de regulación que mantiene la eficiencia del propio mercado. Explica

Mankiw: “Cuando un gobierno impide que los precios se ajusten de manera natural a la oferta y la
demanda, impide que la mano invisible coordine a los millones de empresas y hogares que componen

la economía”.

7. El Estado puede mejorar, a veces, los resultados del mercado. La “mano invisible”, por sí sola,

no alcanza, porque las empresas y las familias necesitan reglas claras, el cumplimiento de las normas

y el respeto al derecho a la propiedad. También es clave que el Estado evite que un pequeño grupo

tenga el poder de influir en el mercado (oligopolio o monopolio).

8. La productividad mejora el nivel de vida. Los países más productivos tienen un mejor nivel de

vida. Mankiw asegura que Estados Unidos tiene mayor renta per cápita que muchos países porque sus

obreros producen más. Agrega que si un país resulta improductivo, no podrá abastecer de bienes y

servicios a sus habitantes de manera eficaz.Economía aplicada a la

9. Los precios suben cuando el gobierno imprime mucho dinero. En la Argentina, esta es una

realidad palpable: la moneda pierde valor a medida que el Estado imprime más y más billetes. Esto

genera inflación. Como durante la pandemia los gobiernos de Europa imprimieron más dinero que lo

habitual para ayudar a empresarios e individuos, aumentó la inflación anual en casi todo ese

continente.

10. La disyuntiva social entre inflación y desempleo. Sin duda, la suba de los precios debe

mantenerse baja para evitar las crisis recurrentes que vive la Argentina que, en 2022, tuvo 94,8% de

inflación, la cuarta mayor del mundo. Sin embargo, a corto plazo, la inflación puede disminuir el

desempleo porque, al haber más dinero en circulación, la gente tiende a gastarlo. Esto aumenta la

demanda y hace que las empresas contraten más empleados para producir más.

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