Juan, junto a su jirafa, jugaban jubilosos en el jardín.
Jamás olvidaré aquel día, lleno de júbilo y
risas. La jirafa, con su largo cuello, jugaba a saltar mientras Juan, con su júbilo incontenible, reía sin parar. Juntos formaban un dúo inseparable, disfrutando de la alegría que solo la juventud puede traer.