La contaminación del aire se puede definir como la presencia de sustancias nocivas en la

atmósfera en concentraciones lo suficientemente altas como para provocar problemas en la

salud de humanos, animales, vegetación o materiales.

Algunas características principales de la contaminación del aire:

Los contaminantes pueden estar en forma de gases tóxicos, material particulado, polvo,
neblinas, humo o bioaerosoles.

Las fuentes incluyen emisiones industriales, vehiculares, domésticas, naturales y agrícolas,

entre otras.

Los principales contaminantes del aire son ozono, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y
azufre, compuestos orgánicos volátiles y material particulado.

Los efectos en la salud pueden incluir irritación de ojos y vías respiratorias, asma, bronquitis,
cáncer pulmonar, enfermedades cardiovasculares, entre otros.

También puede provocar daños en plantas, animales, ecosistemas, edificios y afectar la

visibilidad del aire.

La contaminación del aire puede dispersarse a grandes distancias del foco emisor original.

Se controla mediante normativas de emisiones, mejoras tecnológicas, combustibles más

limpios, monitoreo de la calidad del aire, etc.

Es uno de los principales problemas ambientales a nivel mundial, especialmente en grandes

urbes.

En resumen, la contaminación atmosférica es la presencia de sustancias dañinas producto de

actividades humanas o procesos naturales, que deterioran la calidad del aire y afectan la salud
de personas, animales, plantas y el ambiente.